Calistro.

4to sociales (2022)

Aquí el presente acusado Carlos Robledo Puch realizo varios crímenes atentando a la sociedad.
Entre ellos diez homicidios una tentativa de este, diecisiete robos, dos raptos y dos hurtos.

Mi cliente aquí presente, este 27 de noviembre de 1980, es llamado a presentare aquí para ser
observado y juzgado, este joven el cual fue guiado en el mal camino por adultos y supuestos
amigos. Un adolescente común como su hijo, nieto o sobrino. Que cualquiera de ellos podría
haber estado aquí como Robledo. Cabe aclarar su señoría que esta persona, este humano
como cada uno de nosotros aquí presente hemos cometido errores y sobre todo a su mínima
edad que es sencillo de manipular por cierta gente, gente la cual se juntó y integro a este niño
en su grupo, haciendo que él se manche las pequeñas manos de sangre, mientras los otros
acusados se las limpiaban con cierta sencillez y impunidad. Uno de los que podríamos
mencionar y que actualmente conocemos es su cómplice Jorge Antonio Ibáñez (Alias Queque)
un ladrón de limosna. Antonio tenía muchos conocimiento del mundo del hampa. Con su
particular mirada, ve algo especial como él diría hacia mi cliente. Este lo invita a la casa para
que "conozca a su padre". Es allí también donde Carlos entra en contacto con las armas. El que
la da una pistola para que tire es "Queque". El joven probó varias veces y todos los disparos
dieron en el blanco. Haciendo que Ibáñez dirija a Carlos por un camino lleno de sangre, dolor y
robos.

También podríamos hacer hincapié en el hecho de que su madre Josefa Aída Habendak se
ocupaba poco y nada de él, teniendo una figura materna completamente ausente, siendo
completamente rechazado por ella, está siempre decía ”que tenía algo más importante que
hacer antes que atender a su propio hijo.” ¿Ustedes pueden entender el dolor y la angustia
que Robledo sufre por parte del rechazo de su madre hacia él? ¿Y que la única que realmente
lo entendía y dedicaba su tiempo hacia él era su abuela?

El padre de Ramón, se da cuenta que con "Carlitos" y su hijo tiene "la banda perfecta" como
aquel adulto los llamaba. Por lo cual los manda a ellos a asaltar la joyería de Rachmil Israel
Isaac Klinger, en Olivos. En pocos minutos, los dos ladrones se llevaron 100 mil pesos de la
caja, joyas y relojes. Y al botín lo escondieron en la casa de Ibáñez. Teniendo su primer
contacto con el mundo del robo provocando cierta adrenalina la cual al presente acusado
sentía por primera vez, teniendo y siendo dependiente como una manera de escapar de su
realidad tapándolo con una saga de crímenes que volvió a cometer, un ejemplo sería su
segundo robo el cual fue cometido en la madrugada del 10 de enero de 1971, “Carlitos” y
"Queque" iban caminando por Libertador cuando decidieron entrar a robar la agencia de
motos Chizzini. Los dos ladrones entraron por el techo del negocio y luego sacaron por el
portón una Guzzi 250 roja modelo 1950 y una Gilera 150 roja y negra. Este vehículo lo
manejarían a suma velocidad para encarar en la Capital Fedral.

En un boliche de esa ciudad conoció a Héctor José Somoza, un estudiante secundario con las
mismas inquietudes y moral que Robledo Puch por lo cual estos dos jóvenes fueron presas de
aquellos malos hábitos. Nuevamente se volverían a encontrar después de un intenso verano
en Buenos Aires.

Finalmente a Carlos Robledo Puch es agarrado después del asesinato a su cómplice, Héctor
José Somoza. Habían ido a asaltar la ferretería industrial Masseiro Hermanos, en Carupá.
Robledo comenzó a abrir la caja fuerte con un soplete que habían tomado de la misma
ferretería. Somoza le disparó al sereno, al que antes habían encerrado en un cuarto. Su pacto
era no dejar testigos. En un confuso episodio, Somoza se le acercó a Robledo por atrás y lo
apretó contra su cuerpo tomándole el cuello con el brazo. La reacción de "Carlitos" fue
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inesperada ya que este le dio un codazo y luego le disparó en la cabeza con un revólver en
modo de defensa propia. Antes de irse, roció el cuerpo de Somoza con alcohol y luego le
desfiguró la cara y las huellas digitales el soplete para que no lo reconocieran.

Se olvidó de un detalle: un pedazo del DNI de Somoza había sobrevivido al incendio y quedó
tirado en la ferretería. Los investigadores fueron a la casa del fallecido y los padres le dijeron
que había salido con Robledo Puch. A "Carlitos", lo detuvieron en lo de su abuela.

Mi cliente Carlos Robledo Puch es culpable pero quiero que ustedes sean capaces de entender
por qué realizo esos actos horrendos y desastrosos, por qué tuvo esa reacción tan fría y poco
empática, también refresquemos el hecho de que mi cliente fue manipulado por sus supuestos
amigos, los cuales lo traicionaron. Más la ausencia de sus padres, sobre todo el rechazo de su
madre hacia él, al mismo tiempo aquella necesidad que el tenia para ser amado por el otro
siendo completamente sumiso a sus órdenes y dejándose llevar siendo una de las victimas
controlada por ellos, esos supuestos compañeros, gente cercana de cierta forma a Carlos. El
cual tan solo quería encajar en esta sociedad como cualquier adolescente a su edad pero en
este casos más el hecho de lo cambios hormonales y angustiantes de la adolescencia añadimos
rechazo y uso más la explotación y sexualizacion de su apariencia por la sociedad.

Su señoría espero que usted como todos los presentes tengan en cuenta su infancia y vida,
más los puntos marcados en la defensa de este joven, el cual no es inocente pero con tan solo
corta edad mas la época que estuvo y sigue atravesando seria mejor ser consiente y tener en
cuenta lo mucho que él vivio.