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personajes :
Arístides “Cacho” Garibaldi: centroforward del Nahuel Athletic Club
(estrella del fútbol).
Vagabundo: narrador de la historia de Garibaldi.
Enésimo Lupus: antagonista principal de la obra, millonario. Su “hobby”
es coleccionar (incluso personas).
Tía Dominga: Tía de Cacho
Nora Rodrigova: bailarina, Garibaldi se enamora de ella.
Profesor Westerhausen: científico, algo loco.
King Kong: hombre mono de un circo, muy fuerte.
Hamlet: Actor profesional. Nunca actúa como una persona normal ya que
se explica que Lupus compro al actor no a la persona.
Otros personajes: Carpinteros, Guardia, Carpiterísimo. Abogados,
Hinchas, Locutor, Acreedores y otros mas
HISTORIA:
Acto 1:
Acto 2:
Cacho es trasladado a la mansión de Lupus en una caja, como si fuese un
objeto, el palacio era una combinación de palacio, cárcel y fortaleza. Allí
Lupus le dice a Cacho Garibaldi que él es uno de los mayores coleccionista
del mundo, que ha coleccionado todo tipo de cosas, y como se cansó de
tener objetos empezó a comprar seres humanos excepcionales, y que desde
ese momento el futbolista se ha sumado a esa colección. También le
informa que nunca más podrá volver a jugar, porque es demasiado valioso,
como para arriesgarlo.
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Cacho conoce entonces a otros miembros de la colección: Nora Rodrigova
una gran bailarina, que fue vendida después de sufrir una lesión en la
pierna, y fue aun mas fácil para Lupus conseguirla, ya que su representante
estaba muy apurado con sus deudas, Hamlet, un gran actor, Lupus compra a
su personaje no a el, por lo tanto, esta persona debe actuar continuamente,
lo consiguió porque el dueño no ganaba mucho con la obra, Profesor
Westerhausen un científico algo demente, el se había enfermado y debía
conseguir un medicamento, entonces Lupus compró todo ese medicamento
y el doctor, no tubo más remedio que ir con él, y King Kong un hombre
mono de circo, Lupus lo compra, porque el circo no tenía más fondos.
Cuando Garibaldi le pide a Lupus salir, éste le informa que eso tampoco
será posible, y que el palacio estaba custodiado para evitar cualquier fuga.
Tampoco podría recibir visitas, al menos que sea gente de alta gama como
Lupus, y era solo para que los vean y nada más, eran como un tipo de
atracción.
Acto 3:
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EL JUGUETE RABIOSO
I los ladrones :
Silvio, era un chico de catorce años que alimentaba su imaginación
con libros sobre ladrones y aventureros que le prestaba un viejo
zapatero.
Semanas más tarde, luego de haber ejecutado varios hurtos por todo
el barrio se les asocia otro chico. Lucio, un tonto de cuerpo pequeño.
Los tres fundaron una pequeña sociedad secreta llamada el “Club de
los Caballeros de la Media Noche” donde efectuarían robos mas
organizados.
Silvio descubre en el robar los deleites del dinero fácil, es un tiempo
de felicidad para él.
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de Silvio y los dos sienten el peligro de perder su libertad. Después
del incidente, los tres adolecentes deciden deshacer la sociedad.
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Es una clara señal de las distancias entre las clases sociales. Silvio
vuelve a la librería y se ve obligado a cargar cosas pesadas por varias
cuadras mientras todos lo miraban, se siente humillado y totalmente
desposeído.
Pensé.
Pensé en que yo nunca sería como ellos... nunca viviría en una casa
hermosa y tendría una novia de la aristocracia.
…”En el futuro, ¿no sería yo uno de esos hombres que llevan cuellos
sucios, camisas zurcidas, traje color vinoso y botines enormes, porque en
los pies le han salido callos y juanetes de tanto caminar, de tanto caminar
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solicitando de puerta en puerta trabajo en qué ganarse la vida?”...
…”De las calles de sombra formadas por los altos muros de los galpones,
pasaba a la terrible claridad del sol, a instantes un empellón me arrojaba
a un costado, los gallardetes multicolores de los navios se rizaban con el
viento; más abajo, entre la muralla negra y el casco rojo de un
transatlántico, martilleaban incesantemente los calafateadores, y aquella
demostración gigantesca de poder y riqueza, de mercaderías apiñadas y
de bestias pataleando suspendidas en el aire, me azoraba de angustia.
IV Judas Iscariote:
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bueno, para engatusar siempre fue un maestro éste. Él trabajaba en el
escritorio, no sé cómo, el caso es que del talonario de cheques robó uno y
lo falsificó en seguida por cinco mil novecientos cincuenta y tres pesos.
¡Lo que son las cosas!”…
GRAFFITI NINJA
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En el cuento los graffitis son usados por el asesino
(ninja) para dejar pistas de donde seria el proximo
homicidio, cada graffiti tambien tenia la firma de ninja,
el supuesto asesino. Los graffitis siempre eran difíciles
de entender y siempre nombraban algun lugar, y tal
lugar luego terminaba siendo el sitio donde hallarían el
proximo cadáver, ejemplo: Capitulo 2, pag 16, ¨nos
alejamos de la calle lo mas posible… hasta la cocina no
paramos¨. En este graffiti la pista parece ser que al
proximo cadáver lo encontraran en una cocina. Suce3de
lo mismo con este otro graffiti, Capitulo 7, pag 63, ¨Lo
que nos aguarda en el estadio era un enigma¨. En este
caso al siguiente cadáver lo encontron, como dice el
graffiti, en un estadio. Yo pienso que todo esto de las
pistas y los lugares, creaban una clase de juego, donde
habia habia que seguir perfectamente las pistas para
llegar a la meta.
Tambien cada cadáver tenia un escarabajo dibujado,
que al principio luis pensaba que era el símbolo de una
conspiración o de un asesino serial.
El capitulo 6 el escarabajo de oro, Se trata de un sueño
que tiene luis sobre un hombre dibujando en la pared
con aerosol ¿ fue este un asesinato?, luego detrás de
este aparece otro hombre identico, los siameses, penso
luis. El penso esto ya que Hegira le havia contado que
havia visto al responsable de todos estos homicidios,
ella le dijo que los asesinos eran siameses. En el sueño
d eLuis Lugo de esto, uno de los siameses deja caer de
su mano un escarabajo de oro, luego el escarabajo
comienza a trepar las escaleras y se drige hacia luis, y
Luis se asusta por que piensa que este escarabajo, que
parece obedecere ordenes de los siamese, va a
matarlo. Luego de unas cosas mas luis despierta. Yo
pienso que Luis creyo, en su sueño, que el escarabajo lo
mataria por que, cada cadáver que encontraban tenia
un escarabajo dibujado, para mi el pensaba que cada
cosa que tuviera el escarabajo dibujado moriria, por eso
el penso que el escarabajo lo mataria. Finalmente los
escarabajos dibujados terminaron siendo otra psita,
sirvieron para encontrar el lugar en donde los siameses
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vendian la droga
, el lugar era Dark Vétale, se dieron cuneta de que este
era el lugar por que escarabajo en ingles es beatle.
Un día el chico divisa a la mujer que estaba siendo arrastrada por los
policías luego de esto no la ve más, pero se puede notar el cambio
brusco de la voz narrativa, es así como Cortázar nos muestra que en
el transcurso de la historia la mujer era la que imaginaba todo, ella
crea un mundo descubierto por los abusos que se cometían contra el
pueblo Argentino.
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social al cual estos se refieran. A pesar de todo lo anterior, estos
dibujos que tapizan cada muro de nuestros barrios, se han hecho
parte de ellos, cada vez se ha vuelto inevitable que en nuestro día
rutinario no encontrarnos con ellos, porque aunque lo queramos o no
son parte de nosotros, ya se han vuelto parte de nuestra identidad.
Y fue Julio Cortazar, quien con su cuento “Graffiti”, nos hizo ver, y
entender la real importancia que tienen estos dibujos para aquella
gente que, quizás por casualidad de la vida, vive en la soledad y el
olvido, en el desacato a cualquier ley y orden, aquella gente que solo
busca expresar lo que piensa, lo que siente, mediante cualquier
medio, gente que vive junto a nosotros en aquellos barrios de nuestra
ciudad y que se encuentra escondida en las sombras de una sociedad
que no hace nada por ellos, sino solo reprimirlos…
¿Cuántas veces los hemos observado, sin ni siquiera darnos cuenta?
Nunca nos hemos detenido a pensar y a darnos cuenta la
trascendencia que poseen, y su importancia. Cortazar, que escribió el
cuento sitiado en una época de dictadura, fácil conocerla también
como época de “represión”, en donde, hasta los actos más ingenuos
se volvían peligrosos para el gobierno que se encontraba al mando.
“Poco les importaba que no fueran dibujos políticos, la prohibición
abarcaba cualquier cosa, y si algún niño se hubiera atrevido a dibujar
una casa o un perro, lo mismo lo hubieran borrado entre palabrotas y
amenazas.”
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unos pantalones azules antes de que la tiraran en el carro y se la
llevaran.”
Ahora quizás nos preguntamos todos ¿qué sería para ellos, qué sería
de nuestros barrios sin los Graffiti? sin ellos ¿En dónde se
encontrarían pragmados aquellos sentimientos, pensamientos e
ideas, de aquellas personas, de aquellos barrio?
Pensemos ¿Cual será el real significado de ese graffiti que tanto llama
tu atención? ¿Cuantas generaciones ya lo han olvidado y no conocen
la historia detrás de el?
Esta es la identidad de nuestros barrios (reflejada en los graffiti) una
identidad que poco a poco vamos restando importancia y olvidando.
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por Julio Cortázar , que sin duda alguna te llevara mas de una
reflexión.
Resumen:
Una mañana, después de un sueño intranquilo, Gregorio Samsa se
despertó transformado en un monstruoso insecto. Tenía muchas
patitas que se movían sin que él pueda controlarlas y todo indicaba
que no se trataba de un sueño: el reloj indicaba las seis y media y el
tren salía a las cinco. No podía comprender cómo pudo quedarse
dormido si el despertador sonaba todos los días a las cuatro de la
mañana, y tan fuerte que hasta hacía vibrar los muebles. Pero no era
momento de lamentarse, debía levantarse o perdería su trabajo. Si
bien había perdido el tren de las cinco podía alcanzar el de las siete si
se daba prisa. Pero no era posible salir de la cama, se balanceaba
sobre su enorme caparazón y aun así no lograba llegar ni al borde. Su
mamá llamó a la puerta:
―Gregorio ―dijo ella― van a ser las siete, ¿te pasa algo malo?
También llamó su padre y hasta escuchó la voz de su hermana Grete,
pero intentó calmarlos diciéndoles que no pasaba nada y que
enseguida estaría con ellos. Pero no podía levantarse aunque lo
intentaba. Quiso rendirse, decir que estaba enfermo y descansar un
día. Pero no era tan fácil, vendría su jefe a buscarlo, traería a un
médico (el que se daría cuenta que Gregorio no estaba enfermo) y lo
botarían de su empleo por perezoso. Y Gregorio no podía perder su
trabajo, por lo menos ahora no, en cinco años podía ser, cuando
termine de pagar la deuda de su padre, pero ahora no, su familia lo
necesitaba.
Miró una vez más el reloj: eran las siete, había perdido el segundo
tren, definitivamente estaba en problemas. En ese momento oyó que
tocaban a la puerta y que alguien decía: “Buenos días, ¿está Gregorio
en casa?” Era la voz del gerente, ya no era tiempo de estar jugando o
perdería su trabajo. Giró con todas sus fuerzas y cayó de la cama a la
alfombra. Sus patas se acomodaron perfectamente al piso y se acercó
a la puerta. Tocaron a la puerta, el gerente le increpó su actitud:
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―No lo puedo creer, señor Samsa, yo había confiado en usted y
usted ni siquiera quiere ir a trabajar. Además, es muy sospechoso que
ayer usted tenía que hacer unas cobranzas y hoy, en vez de llevar el
dinero, se queda en casa.
Muy sospechoso, señor Samsa, muy sospechoso.
Gregorio estaba disgustado, ¿por qué lo trataba así?, él sería incapaz
de robarle a sus patrones, además tenía años de un trabajo
impecable. Pero ni eso valoraba el gerente.
―Un momento por favor, ―dijo Gregorio― ya me levanto, me he
sentido mal por la mañana pero ya estoy bien y voy a trabajar, así que
no se preocupen.
Al otro lado de la puerta, el gerente y la familia de Gregorio no había
escuchado palabras, sino sonidos monstruosos, silbidos, gruñidos y
resoplidos. Grete fue a buscar a un médico y la criada corrió a buscar
a un cerrajero para forzar la puerta y saber que estaba pasando
dentro de esa habitación. Pero Gregorio logró abrir la puerta antes.
Usó su mandíbula sin dientes y se hizo bastante daño, pero giró la
manija de la puerta. “Al fin”, exclamó el gerente y entró antes que los
demás a la habitación. Cuando vio al insecto se quedó estático y
mudo, la madre cayó desmayada y el padre amenazó a Gregorio con
el puño para que no se acerque. El único que mantuvo la calma fue el
insecto.
―No se preocupen ―dijo Gregorio― cualquiera tiene una
indisposición, pero ya estoy bien, en un minuto me cambio y voy a
trabajar. Además, voy a trabajar el doble para compensar mi tardanza,
pero no piensen que soy un perezoso.
Nuevamente lo que oyeron todos no fueron palabras sino balbuceos
monstruosos. El gerente huyó casi a la carrera, Gregorio fue tras él
pues temía perder su trabajo y como estaba apoyado en la puerta
pudo pasar su ancho caparazón de lado. Pero cuando quiso regresar a
su habitación, no podía pasar por la estrecha puerta. Su padre había
salido a detenerlo pensando que atacaría al gerente, y con la rabia
que sentía no se fijó que Gregorio tenía el caparazón incrustado en el
marco de la puerta y de un empujón lo envió al fondo del cuarto. El
caparazón se hirió y de las llagas salía un líquido verdoso.
El resto de ese día Gregorio lo pasó durmiendo. Cuando despertó
encontró una bandeja con su alimento preferido: leche, y en ella
nadaban pedacitos de pan. Al instante supo que su hermana había
puesto ahí la comida. Se acercó, emocionado, a comer pero al primer
sorbo sintió asco y se sorprendió pues nunca la leche le había
causado esa sensación. Intentó de nuevo, pero era imposible,
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asqueroso. Así que se arrinconó debajo del sofá y pasó durmiendo y
con hambre la primera noche de insecto.
En la mañana, su hermana entró al cuarto, y al ver que Gregorio no
había comido, como adivinando sus pensamientos, sacó el plato con
leche y a cambio le trajo varios alimentos descompuestos: vegetales,
restos de comida, un queso mohoso; y dejó solo a Gregorio que sólo
entonces pudo comer y esta vez también se sorprendió pues lo que
antes habría sido repulsivo para él, entonces era delicioso. Terminó y
volvió a esconderse bajo el sofá. Más tarde, Grete limpió todo
mientras el insecto estaba escondido bajo el sofá, pero la muchacha
podía ver el bulto tenebroso debajo del mueble y aunque evitaba
mirarlo, sentía su presencia y eso incomodaba a ambos. Y aunque la
única que se encargaba de cuidar a Gregorio era ella, la situación se
hizo cada vez más tensa: Grete abría de par en par las ventanas de la
habitación cada vez que entraba para que escape el hedor del
insecto, pero eso mortificaba a Gregorio que habría preferido que las
ventanas no solo estén cerradas sino que también estén corridas las
cortinas.
Una noche, Gregorio escuchó la conversación de su familia (la puerta
de su cuarto daba al comedor). Las conversaciones en casa ya no eran
alegres ni joviales, casi no se hablaban, todo había entrado en un
estado de petrificación. La criada se había ido y habían contratado
otra bastante mayor. Y aunque solo Grete se encargaba de Gregorio,
continuamente su madre declaraba su intención de ver a su hijo y
conocer su estado; pero su padre y su hija se lo impedían. Gregorio
estaba de acuerdo con ellos, no quería que su madre, ni su hermana
(ni nadie) pase malos momentos por su culpa. Así que, aunque
demoró cuatro horas, arrastró la sábana de su cama y la llevó bajo el
sofá, donde se tapó con ella y evitaba que su hermana se aterrorice
cada vez que entraba a limpiar la habitación.
Por ese entonces, Gregorio había encontrado un pasatiempo: había
descubierto que sus patas viscosas se adherían a las paredes y que
podía caminar por ellas, incluso podía pasear por el techo. Su
hermana lo había notado pues quedaban las huellas de sus patas. Se
le ocurrió entonces que si su hermano quería pasear por las paredes y
por el techo, lo más sensato sería quitarle todos los obstáculos que
pueda encontrar: los muebles, el escritorio, la cama. En ese momento
no tenía quién la ayude en la labor, y como la única en casa era la
madre, tuvo que pedírselo a ella. Gregorio se escondió bajo la sábana
y las dos mujeres comenzaron la labor. Sin embargo, él no quería que
desalojen sus cosas, no quería sentirse un animal, no quería que le
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quiten lo último que le deba una apariencia humana a su habitación.
“Es ahora o nunca”, pensó, y salió de debajo de la sábana y se apoyó
sobre un cuadro, pegando su vientre viscoso al cristal del retrato.
Cuando volvió la madre al cuarto, vio al insecto pegado al vidrio y se
desmayó por el espanto. Grete intentó auxiliarla y le desabrochó la
blusa para que pueda respirar mejor, mientras amenazaba al insecto
con la mirada. Gregorio, asustado, se despegó como pudo del vidrio y
huyó hacia el comedor y trepó por las paredes y el techo. Pero su
nerviosismo lo traicionó: se despegó del techo y cayó pesadamente
sobre la mesa. En ese momento llegó el padre del trabajo. Cuando vio
la expresión de susto de su hija, lo adivinó todo.
―Gregorio se ha escapado ―dijo ella abrazándose al pecho del
padre―, mamá lo ha visto y se ha desmayado, pero ya está mejor.
El padre no quiso escuchar más, tiró la gorra sobre el sofá y empezó a
perseguir al insecto. Gregorio huía, pero pronto se dio cuenta que era
preferible dejar de escapar y dirigirse al cuarto para demostrar que
tenía la intención de encerrarse por sí mismo. Pero el padre no
entendió y empezó a arrojarle manzanas, una de las cuales se encajó
en el caparazón del insecto, quien se cruzó con su madre que corría
espantada para detener a su esposo y pedirle llorando que por favor
no mate a su hijo.
A partir de entonces, la relación con Gregorio cambió drásticamente.
Todos en casa debieron buscar un empleo: el padre era mensajero, la
madre costurera y la hermana encontró trabajo en una tienda.
Además tuvieron que despedir a la criada y contrataron una asistenta
que venía por unas horas para limpiar la casa. Grete atendía a
Gregorio con desdén: le arrojaba la comida y ya no limpiaba su
cuarto, pronto abandonó su cuidado y se lo encargaron a la asistenta,
quien, a diferencia de todos, no le tenía el menor temor al insecto: lo
insultaba, le picaba el caparazón con la escoba y ponía todas las cosas
de sobra en su cuarto. En poco tiempo Gregorio tenía un estado
deplorable: estaba cubierto de polvo, viviendo entre los desechos,
con restos de basura y comida adherida a su cuerpo y sin nadie que lo
atienda de verdad.
Por esos días los padres decidieron recibir inquilinos en casa para
tener un ingreso adicional. Recibieron a tres amigos a los que
trataban con demasiada sumisión (ni siquiera se sentaban en su sofá
si los inquilinos estaban cerca) pues nunca habían tenido huéspedes
en casa y querían tratarlos de la mejor manera para que no se vayan.
Una noche, mientras cenaban, Grete tocó el violín en la cocina; los
inquilinos se sintieron conmovidos por la música y le pidieron que
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toque para ellos y que a cambio le darían una propina. La muchacha
lo hizo, el padre colocó el pentagrama y ella empezó a tocar.
Cuando Gregorio oyó la música, se sintió conmovido. Recordó que
soñaba con ahorrar dinero para enviar a su hermana al conservatorio
y pensó que la música habría enternecido a todos tanto como a él así
que se atrevió a salir del cuarto y asomarse al comedor (la asistenta
había olvidado cerrar la puerta). Uno de los inquilinos vio al insecto
pero mantuvo la calma.
―Señor Samsa ―dijo uno de los inquilinos―, ¿qué es eso? ―y
señaló a Gregorio.
El padre, espantado por el suceso, en lugar de meter a Gregorio en su
cuarto, empujó frenéticamente a los huéspedes al suyo sin darles una
explicación. Grete soltó el violín y corrió al cuarto de los huéspedes
donde arregló las camas antes que ellos ingresen. Entonces, cansados
de tantos empujones los inquilinos se detuvieron en seco.
―Señor Samsa, debo decirle que me siento ofendido por el trato que
se nos ha dado ―dijo uno de ellos―. Así que nos vamos de su casa
sin pagarle ni un centavo, al contrario creo que les voy a pedir una
indemnización.
Los dos compañeros de este, asintieron con la cabeza y se encerraron
en su cuarto.
El padre se dejó caer en el sillón, la madre y la hermana lloraban y
Gregorio, por la falta de fuerzas que le ocasionaba el hambre, no
podía moverse de regreso a su cuarto. No lograba entender como su
buena intención se había convertido en una maldición para los
demás.
―Debemos deshacernos de él ―gritó la hermana―. Yo ya no
aguanto más. Esa cosa nos va a matar a todos. Nuestro error ha sido
creer que eso es Gregorio, y no lo es. Echémoslo de casa, suficiente
tortura es que todos nosotros trabajemos y que aparte debamos
encargarnos de ese insecto. ¡Papá! ―dijo con un débil chillido y
corrió a esconderse detrás de él―, ahí viene.
Pero Gregorio no iba hacia ella, sino que daba la vuelta para regresar
a su encierro. Estaba tan débil que demoró mucho en llegar, pero
cuando cruzó el umbral, Grete cerró la puerta violentamente y la
aseguró con llave. Toda esa noche Gregorio la pasó despierto,
convencido (aún más que su hermana) de que debía morir. Cuando el
reloj de la iglesia dio las tres de la madrugada, Gregorio encogió su
cabeza y murió.
A la mañana siguiente fue la asistenta la que notó la muerte del
insecto. “Al fin estiró la pata”, le dijo a la familia que no le prestó
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atención. Intentó explicarles lo que tenía planeado para el cadáver,
pero tampoco fue tomada en cuenta. Hasta que ella misma arrastró el
cadáver con la escoba para que ellos lo vean.
―Demos gracias a Dios ―dijo el padre.
En ese momento salieron los inquilinos, quienes pidieron el desayuno
y fueron sorprendidos por la asistenta que les mostró el insecto
muerto. El padre, enojado, se paró frente a ellos y los botó duramente
de su casa. También la criada salió muy enojada pues nadie tomaba
atención a sus planes sobre qué hacer con el insecto.
La familia se tomó el día libre de sus trabajos, sacaron sus cuentas y
vieron que lo que ganaban entre los tres les alcanzaba para vivir y
hasta sobraba un poco para ahorrarlo, así que sintieron un alivio por
la carga que se les quitaba con la muerte de Gregorio. Decidieron
salir, pasear, como hace meses no lo hacían; y, mientras viajaban en el
tranvía, los padres notaban la belleza de Grete, que ya estaba en
condiciones de tomar un buen marido.
El trato que hubo entre padre e hijo tuvo una influencia considerable
dentro de la personalidad de Franz Kafka, la manera despiadada y la
cruel forma en que se suscitaban las cosas entre ellos trajo
consecuencias negativas en la formación del carácter de Franz.
El padre de Franz siempre había sido muy estricto con sus hijos , solo
se veían sus reglas y la manera estricta de comportarse para con
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ellos, lo cual era muy extraño ya que en cuanto normas educativas y
de modales era el primero en faltarlas. Otra de las situaciones que
eran reprochadas por Franz hacia su padre era el matrimonio ya que
su padre exigía a Franz cumpliera con este sacramento, y cuando
este encuentra la persona indicada para llevarlo a cabo, es
reprochado por su padre ya que dice que la relación es producto de
una provocación de su futura esposa.
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Kafka atribuye su forma de ser al hecho que su padre ha luchado por
todo en la vida y el no, cosa que su padre reprochaba con
regularidad a el como todo su familia en general.
Otros puntos que podría tomar para esta síntesis es que el ere el hijo
predilecto puesto que había tenido hermanos pero murieron de
chico y años después vinieron sus hermanas, pero el siempre fue el
predilecto y su papá le decía que otros adultos podían disimular la
predilección hacia un hijo pero pues que el no. Franz en ese aspecto
no se quejaba, pero nunca estuvieron realmente juntos padre hijo
puesto que nunca se sentaban a conversar o platicar de sus
problemas.
Había una diferencia entre Franz y Robert puesto que el como hijo
es un Löwy y con cierto fondo Kafkiano, y el padre es un Kafka
puesto que tenía poses de robustez, salud, apetito, humor,
elocuencia, satisfacción, etc.
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