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2 Timoteo 1:5
“Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual
habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy
seguro que en ti también”
2 Timoteo 3:15
“... y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las
cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en
Cristo Jesús”
JUECES 17
Jueces 17-21: Los eventos aquí registrados debieron de haber
tomado lugar poco después de la muerte de Josué. Éstos nos dan
una ilustración de la condición interna del pueblo, y es probable de
que fueron añadidos con esa intención por el historiador.”
Jueces 17:1,2
En la región montañosa de Efraín había un hombre llamado
Micaía quien dijo a su madre: Con respecto a los mil cien siclos de
plata que te robaron y sobre los cuales te oí pronunciar una
maldición, yo tengo esa plata; yo te la robé.
Jueces 17:3,4
3
Cuando Micaía devolvió a su madre los mil cien siclos de plata, ella
dijo: Solemnemente consagro mi plata al Señor para que mi hijo
haga una imagen tallada y un ídolo de fundición. Ahora pues, te la
devuelvo. 4 Cuando él le devolvió la plata a su madre, ella tomó
doscientos siclos de plata y se los dio a un platero, quien hizo con
eso una imagen tallada y un ídolo de fundición, que fueron puestos
en la casa de Micaía.
La madre dedicó TODO el dinero a Dios….
Pero al final ella solo separó 200 siclos ( 900 mil a 1.6 millones
de pesos)
¿Para qué separó ese dinero? Para hacer una imagen de talla
(madera) y una de fundición (metal).
Jueces 17:5
Este Micaías tenía un santuario. Hizo un efod y algunos ídolos
familiares, y consagró a uno de sus hijos como sacerdote.
Micaía establece una adoración elaborada
Jueces 17:6
En aquella época no había rey en Israel; cada uno hacía lo que le
parecía mejor
· Parecía bien a los ojos de Adán y Eva el comer del fruto prohibido,
pero Dios dijo que estaba mal.
· Parecía bien a los ojos del rey David el cometer adulterio con
Betsabé, y el cubrirlo con asesinato, pero Dios dijo que estaba mal.
· Parecía bien a los ojos de Judas el traicionar a Jesús, pero Dios dijo
que estaba mal.
Jueces 17:9-11
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—¿De dónde vienes? —preguntó Micaía.
—Soy levita, de Belén de Judá —contestó él—, y estoy buscando
un lugar donde vivir. 10 —Vive conmigo —le propuso Micaía—, y sé
mi padre y sacerdote; yo te daré diez siclos de plata al año,
además de ropa y comida. 11 El joven levita aceptó quedarse a vivir
con él y fue para Micaía como uno de sus hijos.