Ir tras los pasos de la notable labor artística de un asuntino, que
desde niño se colmó de introvertidas inquietudes, siempre bajo la cálida ternura de Chanita, su madre, quien le dio alicientes y fortaleza para ser ese ciudadano, ejemplo de virtud y autenticidad. Su padre, Augusto Fermín, le impregno en sus venas, el amor por el verso, el canto y el mantenerse en paz con el olvido.
El maestro Asdrúbal Marcano, vino al mundo en la ciudad del
sosiego de la Margarita, La Asunción, el 27 de marzo 1938. Inicio sus estudios primarios en la misma ciudad, la secundaria en Anaco, para posteriormente ingresar en la Escuela de Artes “Cristóbal Rojas”, en Caracas. Estando entre maestros, se hizo maestro, sus paisanos Pedro Ángel González, Francisco Narváez y Ramón Vásquez Brito. Además de Carlos Cruz Diez, Regulo Pérez, Humberto Jaimes Sánchez, entre otros. De todos ellos tomo nutrientes para su artista formación en la pintura y el dibujo.
El Maestro, es reconocido a nivel nacional, como uno de los más
connotados artistas plásticos, por la excelsa técnica y la radiante lucidez de sus obras; han atravesado la irreverencia del tiempo y dialogado con el silencio del paisaje y los personajes de la ciudad nuestra de cada día.
Asdrúbal el hijo de Chanita y Augusto, el hijo de La Asunción, no
ha dejado de plasmar las vivencias, añoranzas, sabores y querencias de la ciudad donde se hace cultura al andar. Se ha convertido en un referente para las nuevas generaciones de artistas. Ha sido y es un, un asuntino, que ha vertido su vida y su lienzo, a hacer un tenue destello ante tanto silencio, un persistente ciudadano, ante tanto desaire, es otro asuntino asuntinando más y más su asuntinidad. Maestro esta es tu ciudad, encuentro de los que te estiman y te abrazan.