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PERSONAJES DE CIUDAD

EDGARD CORREA DE OLIVEIRA: EL MAESTRO “SANTINHO”


”En Defensa de la memoria urbana en cuanto a Seres Humanos valiosos que de manera casi callada han
aportado a la evolución cultural de la sociedad samaria. El contenido del presente escrito es un recordéis
para no permanecer en el olvido, donde Ud. también es protagonista”

Preparado por: Alfonso Rafael Escobar Nieves


Biólogo MS. c.
aescobarn@gmail.com

Edgard Correa De Oliveira, conocido popularmente con el apodo del maestro “Santinho”, músico
oriundo de Brasil, un músico de verdad, un maestro de la música, de esos pocos que a pesar de
nacer con el don musical, consideran imprescindible y de mayor provecho culminar la formación
por conservatorio, carrera que realizo en su natal ciudad de Vianna, estado de Maranhao, puerta
de acceso al norte del Brasil y principal punto de entrada para la Amazonía, ya que se encuentra
ubicada en la desembocadura del río Amazonas.

Una vez culmino con gran esfuerzos y disciplina sus estudios de música, llevado por su sed de
aventuras y deseoso de poner en práctica los conocimientos aprendidos en el conservatorio,
tomo la decisión de enrolarse en calidad de director de la banda del Circo Berlín, propiedad de un
argentino residente, con quien recorrió todo Brasil, a partir de la ciudad de São Luís ó San Luis de
Maranhao, situada en el nordeste de Brasil en el Atlántico sur y capital del
Estado brasileño de Maranhão. Esta ciudad conocida como la “Atenas brasileña” por la gran
cantidad de escritores, poetas y músicos del siglo XIX , fue escogida por la Unesco en 1997
como Patrimonio Cultural de la Humanidad. El circo itinerante continúo su periplo hasta llegar a la
ciudad de Manaos, capital del Estado de Amazonas, limítrofe con Colombia, donde tomaron la
decisión de ingresar a Colombia a través de la ciudad de Leticia.
Fue tan caluroso el recibimiento que tuvieron por el público colombiano y provechosos los
ingresos obtenidos en la ciudad de Leticia donde nació su hijo Edgard que apodaron “Colombiano”
en honor al país que le brindo acogida, que decidieron apostarle de manera decidida a una
aventura circense por las principales ciudades de nuestro país, periplo que lo llevaría finamente
arribar a la ciudad de Santa Marta en los primeros días del mes de marzo del año de 1965,
ubicándose al frente de los bomberos, lugar que ha sido desde siempre conocido por varias
generaciones, el sitio preferido de ubicación de los circos que llegan a la ciudad de Santa Marta.

En el presupuesto del dueño del circo, la presentación en Santa Marta era solo de corta escala,
su propósito principal era el de captar algunos ingresos que le permitieran continuar con su
itinerario internacional de presentaciones en otras ciudades del país. Sin embargo, no sospechaba
de los propósitos que tenía la Brisa para que Santinho se quedara por siempre en Santa Marta en
el cumplimiento de una misión para con la música. Sus planes fueron cambiados por el destino y
se hicieron realidad con la complicidad de la Brisa, viento reconocido comúnmente por los
samarios con el nombre de la “loca” por su accionar disperso y en forma de ráfagas. La Brisa que
es un ramal de los vientos Alisios modificado por la gran montaña de la Sierra Nevada, sopla con
gran intensidad durante los primeros meses del año a velocidades de más de 30 km/h, viento de
tipo huracanado que el día 2 de marzo de 1966 acabo sorpresivamente de un todo con la
infraestructura circense y con ello las ilusiones de sus miembros y los propósito de una empresa
exitosa.

La destrucción total del circo, género en sus integrantes no solo tristeza, sino desesperación
porque determino la disolución del negocio y la totalidad de sus integrantes, sin mediar paga
alguna proporcional al tiempo laborado durante la gira circense y con ello vino la quiebra total.
Con los bolsillos vacíos y una familia a acuestas compuesta por su mujer de nombre Bernarda
Evangelista de Souza “Sinha” y dos hijos, Santinho deambulo por las calles de la ciudad realizando
contactos en los diferentes sitios donde se tocaba música con el propósito de concretar una
oportunidad laboral y con ello algunos pesos para sostener a su familia.

Finalmente seria la Fuente Azul, lugar ubicado en la esquina la Carrera 5 con la calle 22, de grata
recordación por los bebedores perniciosos de la época dado que era el único sitio que
permanecía siempre abierto las 24 horas en Santa Marta, donde haría contacto con personas
prestante del gremio musical que le tendieron un mano generosa, entre los cuales se menciona el
señor Víctor Montenegro, en ese tiempo administrador del lugar, quien había visitado Brasil y en
especial el señor Rubén Darío “Romerin”, baterista del grupo musical que amenizaba la estancia
de los bebedores del lugar y esposo de la señora Emilia Cuao Morant, tía de los reconocidos
internacionalmente “ hermanos CUAO”, quienes en un gesto humanitario dieron posada a su
familia en su casa ubicada en el barrio La Esperanza, por unos días mientras se organizaba,
estancia que prolongó por varios años, proporcionando refugio y estabilidad a su familia y
permitió construir una perdurable amistad en virtud de su agradecimiento eterno.

Del barrio La Esperanza pasaron el año 1974 al barrio Manzanares, para finalmente ubicar su casa
propia en el barrio San Pablo, donde era apreciado y considerado entre los líderes del barrio,
fundado el 20 de diciembre de 1976. Al respecto acerca del origen del nombre, se tejen varias
versiones, en ese orden, muchos afirman que se debe al nombre de la persona dueña de los
terrenos donde se fundó el barrio, otros defienden la versión que el nombre fue propuesto en
honor a la principal ciudad de la Región Metropolitana del Estado de São Paulo, Brasil.

Santinho era reconocido por el gremio de actores de la música en Santa Marta no solo por sus
conocimientos y maestría en la ejecución de la trompeta -al respecto todo coincidían que no había
en toda la comarca un trompeta como Santinho-, también se distinguía como persona alegre y
tratable, pero correcta, disciplinada y estricta a la hora de los ensayos y exigir cumplimiento de los
compromisos laborales adquiridos con la música. Si había que regañar y aconsejar lo hacía y de
manera directa, siempre presto a ayudar al necesitado y tenía un ojo y oído clínico, para no
perder tiempo y reconocer entre sus alumnos los de mayores potencialidades para ser músicos
profesionales. Era frecuente escucharlo decir…… ”Nací en Brasil, pero hoy estoy aquí en Santa
Marta, tierra de mis afectos, para tocar música, interpretarla y enseñarla, eso es lo que hago”.

El maestro fue miembro de la Banda Departamental donde ocupo todos los cargos desde solista,
músico mayor, coordinador y finalmente director, entre el 8 de marzo de 1967 hasta febrero de
1994, cuyas serenatas y retretas melodiosas con aires musicales de todo el país, de grata
recordación, deleitaban a propios y extraños, que se acercaban al parque Bolívar todos los jueves
en las horas de la tarde. Su permanencia en la Banda Departamental fue interrumpida por una
decisión histórica desafortunada de ingrata recordación, como fue el cierre definitivo por parte
del gobernador de turno que arrastro con ella a la Casa de La Cultura, antiguo Instituto de la
cultura.

Si bien el cierre de la banda departamental fue un golpe duro en la vida del maestro, este siguió
en su misión de enseñanza de la música de viento, en especial la trompeta su instrumento
preferido. Adicionalmente fue integrante y director de varias agrupaciones orquestales
reconocidas de la ciudad, entre las cuales se mencionan: La orquesta Santa Marta, Los Ocho del
Momento, La Orquesta Internacional, Orquesta Los Delfines, La Banda de la Policía Nacional, La
Orquesta Caribean Jazz Band del maestro Pedro Conde (q.e.p.d.), bandas populares del momento
para amenizar las fiestas y los festejos del carnaval, entre muchos otras agrupaciones.

En esos escenarios enseñaba, tanto a los veteranos como a los jóvenes músicos - la mayor parte
de ellos de escasos recursos-, que….. Para tocar un sonido se tiene que elegir la nota más
importante, aquella que fertiliza el sonido, lo que la gente llama las “notas hermosas”. Acto
seguido acotaba, lo anterior se trata simplemente de notas fundamentales que tienen que ser
tocadas magistralmente para lograr hacer música, la buena música.

Su contribución al enriquecimiento artístico y aporte cultural de la ciudad se resume no solo en


haberle entregado los mejores años de su vida a la Banda Departamental y a la Casa de la Cultura,
dirigidos a la formación profesional de más de medio centenar de músicos, profesionales de su
oficio, que hoy día hacen parte de reconocidas agrupaciones y orquestas, entre los cuales se
mencionan: Jim Martínez, Luis Tao, Esteban Lázaro, Libardo Chin (q.e.p.d), Ángel Vásquez, Oscar
Visbal, Belfort Maury, Luis Camargo, Elías Martínez, sus hijos y su nieto Edgar Mejia Souza. La
mayor parte de ellos mostraron su gratitud con una sentida despedida el 3 de febrero de 2016,
día de su sepelio en el cementerio Jardines de Paz.

El maestro Santinho rodeado por un grupo de sus alumnos, hoy profesionales de la música.

Su liderazgo musical también lo interiorizo en el seno de su hogar, por lo cual no se le aplica el


proverbio “en casa de herrero cuchillo de palo”, dado que de sus seis (6) hijos, Edgard quien
también es músico, saxofonista de reconocidas agrupaciones; Juan, trombonista: Isidro José
reconocido trompetista, Aldenora descollante saxofonista, Neuza María y Evarista.

Por todo lo anterior reconocemos la vida y obra del maestro Santinho, que aun cuando no fue
profeta en su tierra natal, exaltamos y damos fe de su aporte significativo al desarrollo de la
música y la cultura samaria y del departamento, a través de la formación musical de muchos
artistas que vieron en la música y las enseñanzas del maestro una forma de vida.

Concluimos y creemos fervientemente que una de las forma de corregir el error histórico,
recuperar el tiempo perdido de la cultura a nivel departamental y/o distrital y exaltar la vida y
obra del maestro sería devolverle a Santa Marta la Banda Musical Departamental y con ella, la
Casa de la Cultura que bien se merece a la altura de sus aspiraciones como Distrito Turístico,
Cultural e Histórico y Centro Histórico Nacional. Por lo anterior exhortamos a los mandatarios del
orden departamental y distrital, porque es reconocida su autoridad material y moral para ello,
considerar en los próximos Planes de Desarrollo Territorial, la reapertura de la Banda Musical
Departamental y/o Distrital y la Casa de La Cultura para Santa Marta, el Magdalena y el mundo.
Principales integrantes de la Orquesta Santa Marta. De pie: Ángel Vizcaíno, Santinho, Rubén de
Aguas, y el maestro Paso, director de la orquesta.

Integrantes de la Orquesta Internacional (1972). De pie. Rubén Darío Romerin, baterista; Juan
Núñez, saxofón; Ángel Vizcaíno, trombón; Santinho, trompeta; Humberto daza, tumbadora; José
Rodríguez, bajo; Víctor Pertuz, trompeta. Sentados: Armando Granados, cantante; Miguel Maury,
cantante; Libardo Chin, saxofón y Elías Martínez, cantante.

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