Biografia Biblica 6 Elias J Butler

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[Seite 1]ELIJAH El Profeta de
la Confrontación Serie de Biografías Bíblicas Número Tres John G.
Butler [Seite 2] Copyright © 1994 por
John G. Butler Publicado
por LBC Publications 325 30th
Avenue North Clinton, Iowa 52732 ISBN
1889773034
[Seite 3] Introducción La Serie de
biografías bíblicas es una serie de veinte libros escritos sobre personajes
bíblicos por John G. Butler. Estos libros son estudios expositivos de las
Escrituras. Están ampliamente organizados y bosquejados, llenos de
lecciones del Evangelio y aplicaciones prácticas de las Escrituras para la
vida cotidiana, escritos en un lenguaje fácil de entender para los laicos, y
teológica y moralmente adoptan una posición fundamentalista fuerte y anticuada
que es cada vez más impopular pero enormemente necesario en nuestros días.
Estos libros son muy útiles para los predicadores al proporcionar material
para sermones y lecciones sobre estos personajes y textos bíblicos. También se
encontrará que proporcionan mucha instrucción para el individuo en su estudio
bíblico personal; y debido a su estructura organizada, son muy adaptables
a las clases de Escuela Dominical y grupos de estudio bíblico.
Los veinte libros de la Serie de biografías bíblicas consisten en libros
sobre José, Jonás, Elías, Eliseo, Gedeón, Sansón, Juan el Bautista, Pedro,
Abraham, Lot, Pablo, Moisés, Josué, Samuel, David, Nehemías, Jacob,
Ezequías, Mardoqueo y Rut.
El autor, nativo de Iowa, es un ministro bautista fundamentalista de mucho
tiempo que ha estado enseñando y predicando la Palabra de Dios durante
más de cuarenta y cinco años con casi treinta y cinco años de experiencia pastoral.
Ocupó pastorados en Williamsburg, Ohio; Detroit, Michigan; Chicago, Illinois;
Clinton, Iowa. También es autor de los Estudios del Salvador, una serie de libros sobre
Jesucristo.
[Página 5]Contenido
PREFACIO
EL TIEMPO Reyes
17:1)
. El Profeta de Dios El
Príncipe de Israel La
Predicción del Juicio EL WADI
. Reyes 17:2–
7)
. La protección de su vida
La Provisión de Sus Comidas
La Preparación de Su Corazón I.
LA VIUDA Reyes 17:8–
16)
. La Percepción del Deber Las
Prioridades del Deber Las
Primas del Deber V. EL
LLANTO (Reyes 17:17–
24)
. El lugar de las pruebas
La perplejidad de las
pruebas El producto de
las pruebas LOS
VIAJEROS Reyes 18:1–20)
. El precepto de Dios El
problema de Abdías La
actuación de Acab e 6] VI. LA
VACILANCIA Reyes 18:21–40)
. Las Preliminares del Concurso Las
Proclamaciones del Concurso Las
Persuasiones del Concurso II. EL
AGUA Reyes 18:42–
46)
. Las pasiones de la carne
La Persistencia de los Fieles El
Paso de los Pies III. LA
AUTORIZACIÓN Reyes
19:1–8)
. La persecución de Elías El
pesimismo de Elías La
preservación de Elías
X. EL DESIERTO Reyes 19:8–
18)
. El Sondeo de la Pregunta La
Pedagogía de la Demostración Las
Predicciones del Futuro LOS
. MALOS Reyes
21)
. La Proposición de Acab El
Complot de Jezabel
La Proclamación de Elías I.
LOS HERIDOS Reyes 1)
. La providencia de los
acontecimientos Las prácticas
de la incredulidad El pronunciamiento del juicio
e7] XII. EL TORNILLO Reyes 2:1–12)
. El camino de Elías La
despedida de Elías La
representación de Elías
tercero EL ESCRITO
Crónicas 21)
. La Posdata del Servicio La
Búsqueda del Mal La
Profecía del Juicio FUENTES
DE UOTACIÓN
[Página 9] Prefacio
Elijah fue un tratamiento de choque, un signo de exclamación, una personalidad
dinámica y sin tonterías. Veía las cosas como buenas o malas, Jehová o Baal. No
había término medio con él, no toleraba el mal. Entonces, con la intrusión guiada por el
Espíritu, siempre confrontaba a las personas acerca de su pecado. Se enfrentó a los
reyes en sus palacios ya una gran multitud en la gran contienda en el Monte Carmelo.
Desafió severamente la idolatría con un fuerte desdén santificado, y denunció
valientemente a los líderes anunciándoles en la cara su muerte y el fin de sus dinastías.
Elías no sólo habló con severidad y contundencia contra el mal, sino que también
también repartió golpes mortales de juicio Divino. Oró y anunció una sequía
devastadora para Israel; mandó matar a cuatrocientos cincuenta profetas de Baal en el
monte Carmelo; y mandó disparar contra ciento dos soldados desafiantes. Era un
enemigo mortal del mal.
Si bien gran parte de su ministerio registrado refleja a un hombre de firme e inflexible
naturaleza, Elías no fue calloso. Fue lo suficientemente amable como para
permanecer con una viuda y su hijo durante varios años y lo suficientemente compasivo
como para resucitar al hijo de la viuda de entre los muertos. Tuvo la suficiente paciencia
para entrenar e inspirar a un Eliseo y alentar la formación de jóvenes profetas.
Aunque “un hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras” (Santiago 5:17),
Elías sobresalió en dedicación mucho más allá de todos nosotros; y su viaje relámpago
a la gloria fue una corona apropiada para una vida enteramente entregada al servicio
de Dios. Si la humanidad pasara más tiempo leyendo sobre Elías que sobre las estrellas
de su tiempo y los héroes de su ficción, tendría un tremendo efecto purificador.
Pondría la columna vertebral en su carácter, convicciones y desempeño. No puedes leer
a Elías con honestidad y salir sin ser inspirado a nuevas alturas de vida y servicio
santos.
Los hombres piadosos rara vez reciben mucho honor de su propia generación. Pero
la verdad, como la nata, siempre sale a flote; y eventualmente los piadosos reciben su
debido reconocimiento. Esto era tan cierto de Elías. Despreciado y rechazado por las
multitudes en [Seite 10] su vida, él, sin embargo, ha sido muy honrado a lo largo de los
años. De hecho, pocos hombres han sido honrados a lo largo de los años como lo ha
sido Elías. Notamos aquí algunos de los honores dados a Elías.
Las Escrituras honran a Elías. Más se escribe de él en el Nuevo Testamento que de
cualquier otro profeta excepto Moisés.
Dios honró a Elías. Elías fue uno de los dos humanos que no probaron la muerte
(Enoc fue el otro). Y Elías era uno de los dos del Antiguo Testamento
santos (Moisés era el otro) que estaba en el monte cuando Cristo se transfiguró.
Los judíos honran a Elías. En la observancia de la Pascua, los judíos ortodoxos
dejan la puerta abierta para que Elías pueda entrar si llega de repente.
También los judíos ortodoxos reservan una silla vacante para Elías en la circuncisión de
un niño. Y algunos judíos honran a Elías en el sentido de que cuando se descubren bienes
perdidos y no se puede encontrar al dueño, se les asigna ayuda hasta que Elías
venga a identificar al dueño.
La geografía honra a Elías. Una montaña en Grecia lleva su nombre.
El mahometismo honra a Elías. Cualquiera que esté familiarizado con
el mahometanismo sabe de su gran veneración por el profeta Elías.
Roma honra a Elías. La Iglesia Católica Romana afirma que Elías fue el
fundador de la orden de monjes carmelitas descalzos. Tal afirmación está llena de
tonterías, como lo están muchas afirmaciones de la iglesia de Roma; pero sin embargo
muestra estima por Elías.
La música honra a Elijah. Felix Mendelssohn escribió un famoso oratorio que
llamó “Elías”. Los amantes de la música clásica recordarán especialmente la pieza
excepcional, “Él velando por Israel”, que es de este oratorio.
[Seite 11] I El
clima 1 Reyes 17:1 La
entrada de Elías en
el registro bíblico es abrupta, audaz y dramática.
Como un rayo del cielo, Elijah aparece repentinamente en escena y habla con el rey Acab,
el malvado rey de Israel, sobre el clima. Hablar del clima es una conversación común
con la gente. Pero no había nada común en la conversación sobre el clima de Elías
ante Acab que está registrada en nuestro texto para este primer capítulo de nuestro
estudio de Elías. Un Elías severo dijo que era tiempo de juicio con respecto al clima.
Dijo que una severa sequía estaba llegando a la tierra y que continuaría hasta que
Elías decidiera detenerla. Ni lluvia, ni rocío, ni humedad, nada. Sólo el sol ardiente,
abrasador y marchito día tras día hasta que Elías detuvo el tormento. Fue una predicción
audaz y severa sobre el tiempo que no le cayó bien a Acab.
Aunque nuestro texto para este primer capítulo es solo un versículo, ciertamente
está lleno de información, instrucción y drama. Para profundizar en nuestro texto,
lo dividirá en tres partes. Estas tres partes son el profeta de Dios (Elías), el príncipe de
Israel (Acab a quien habló Elías) y la predicción del juicio (el mensaje que Elías le
habló a Acab).
A. EL PROFETA DE DIOS Las primeras
palabras de nuestro texto nos dan información introductoria acerca de Elías. Estas palabras
nos dicen el nombre, el vecindario y la naturaleza del profeta. Más adelante en el texto
aprenderemos algunas cosas sobre el llamado de Elías, pero consideraremos esa
información más adelante cuando lleguemos a esa parte de nuestro texto.
[Seite 12] 1. El Nombre del Profeta El nombre
Elías es una combinación del nombre genérico de Dios (“El”
de Elohim) y el nombre Jehová (“jah” de Jehová) el nombre especial del Tetragrámaton
para Dios dado a Israel. Esta combinación de nombres hace que el nombre de Elías
signifique Jehová es Dios. El significado del nombre nos instruye sobre tres cosas
importantes. Son el problema de la tierra, la persona del Señor y los padres del muchacho.
El problema de la tierra. El nombre Elías era un nombre muy significativo y apropiado
para el tiempo y el ministerio de Elías. El gran conflicto de ese día era si Jehová era Dios o
Baal era Dios. El nombre de Elías, así como su ministerio, ¡decía enfáticamente que Jehová
era Dios! Pero la mayoría del pueblo de Israel adoraba a Baal en lugar de a Jehová. Esta
adoración perversa de Baal provocó el juicio de la sequía que predijo Elías. El
conflicto entre la adoración de Baal y Jehová culminó en los días de Elías en el Monte
Carmelo cuando Elías derrotó a los sacerdotes de Baal.
La persona del Señor. El nombre Elías tiene ramificaciones en el Nuevo
Testamento, porque en el significado del nombre es un testimonio del Antiguo
Testamento de la verdad del Nuevo Testamento de la Deidad de Jesucristo. Esta verdad
se encuentra en el hecho de que el Jehová del Antiguo Testamento es el Jesús del Nuevo
Testamento (cf. Isaías 43:11 con Lucas 2:11). Así que el nombre de Elías lleva algunos
grandes mensajes. El nombre es una buena teología del Nuevo Testamento acerca del
Hijo de Dios, así como una afirmación del Antiguo Testamento de Quién es el Dios
Supremo (Joel, el nombre del profeta autor de uno de los libros pequeños del Antiguo
Testamento, también significa que Jehová es Dios, el Las partes de Jehová Elohim
están en orden inverso en comparación con el nombre de Elías; pero el significado,
por supuesto, es el mismo).
Los padres del muchacho. Poco se dice en las Escrituras acerca de los padres de Elías.
Pero aprendemos mucho acerca de su testimonio de Jehová en el nombre que dieron
su muchacho El nombre decía que su testimonio fue valiente, continuo,
correcto y conspicuo.
[Seite 13] Primero, su testimonio fue valiente. Fue valiente debido a la
popularidad del culto a Baal. Con la adoración de Baal tan popular y tan
intolerante con la adoración de Jehová, se necesitaría mucho valor para llamar
a su hijo “Elías”. Pero los padres de Elijah tenían ese coraje. Los padres de
Elías fueron algunos de los pocos que se mantuvieron fieles a Jehová mientras la
mayor parte de Israel se entregaba a la adoración de Baal. Su valor para
defender a Jehová reflejó una gran fe que ejerció una gran influencia sobre Elías.
Cuán valiosos son los padres piadosos que tienen este tipo de influencia.
En segundo lugar, su testimonio fue continuo. Era continuo debido a la
preservación de la vida de Elías. Mientras Elías vivió, su testimonio acerca de
Jehová no murió sino que continuó en él. Todos necesitamos un testimonio
continuo como ese. Nuestro testimonio debe brillar más que solo los domingos.
Debe brillar todos los días de la semana. Nunca debe morir.
Tercero, su testimonio era correcto. Era correcto por la proclamación
del nombre. El nombre proclamaba que Jehová era Dios.
Los padres de Elías tenían una teología clara, porque creían que Jehová, no Baal,
era Dios. No puedes tener un buen testimonio si tu doctrina no es correcta.
Tenemos algunos movimientos populares hoy que minimizan la importancia
de la doctrina. Pero cuando la doctrina no es importante, tu testimonio deja de ser
correcto y válido. No habría un testimonio correcto de los padres de Elías a
menos que el testimonio dijera que Jehová es Dios. Del mismo modo, no hay
un testimonio correcto hoy a menos que el testimonio diga que Jesús es Dios.
Cuarto, su testimonio fue conspicuo. Era conspicuo por la presencia de Elías.
No se puede ocultar a un niño en crecimiento. Él va a ser tanto visible como vocal.
Eso haría que el testimonio de sus padres acerca de Jehová fuera muy
notorio. Que nuestro testimonio de Cristo sea igual de conspicuo. Dios
no quiere que escondamos nuestro testimonio de Cristo “debajo de un
celemín” (Mateo 5:15), sino que lo pongamos donde sea visto y oído.
2. El vecindario del profeta Nuestro texto
dice que Elías era un “tishbita, que era de los habitantes [Seite 14] de Galaad”.
Elías vino de Tishbe de Galaad. No se sabe nada de Tishbe, porque nunca ha
habido una identificación positiva de un Tishbe en Gilead o en cualquier otro
lugar. Sin embargo, eso no significa que Tishbe no existiera.
Pero aunque sabemos poco del pueblo de Tishbe, sabemos mucho más
sobre el área de Galaad. Ubicada justo al este del río Jordán, Galaad era un área montañosa que
en algunos lugares era bastante accidentada y montañosa. Si bien era una tierra generalmente
fértil para que los cultivos y el ganado pudieran prosperar en el área, se requería mucho trabajo
duro para que la tierra produjera bien debido a la aspereza de la tierra. Por lo tanto, no era un
área que tendiera a ablandar y mimar a una persona. Más bien era un lugar donde se
producía la virilidad real que caracterizaba a Elías. Joseph Parker dijo: “Había una maravillosa
similitud entre el hombre [Elías] y la región; severos… grandiosos, majestuosos y terribles,
eran ambos.” Elijah no se crió en la suavidad y la comodidad. Él no era un cobarde. Él era todo
hombre. Ese tipo hace a los mejores siervos de Dios.
Los blandos no son buenos profetas y predicadores. Son fracasos en pararse en la
brecha para detener el mal. Dios no llama al ministerio a los perezosos, indolentes y
cremosos. Él llama a los hombres al ministerio. El ministerio no es lugar para los perezosos,
indolentes y cremosos. ¡No necesitamos predicadores remilgados! No valen nada.
3. La Naturaleza del Profeta
La aparición abrupta, audaz, celosa y dramática de Elías en nuestro texto revela algo de la
naturaleza del profeta. Las primeras apariciones en las Escrituras son a menudo la clave de lo
que sigue, y así fue en el caso de Elías. Otras apariciones de Elías en las Escrituras también
se caracterizan por la brusquedad, la audacia, el celo y el dramatismo. Elías no era un alma
pasiva, tímida y afable. Era su propia naturaleza ir al grano con prisa, no inmutarse al caminar
hacia el peligro, ser celoso y dramático en sus acciones. La naturaleza de Elías encajaba con
su llamado.
Dios siempre prepara al hombre para el llamado. Si no posees las cualidades
necesarias para el llamado, Dios te las dará si te llama.
Aquellos que reclaman un llamado particular pero no evidencian [Seite 15] ninguna de las
cualidades necesarias para el llamado, solo están fingiendo un llamado. Dios no pondría a un
hombre reticente y de voz suave en el llamado que le dio a Elías. Este llamado solo se ajustaba
a la naturaleza de Elías.
B. EL PRÍNCIPE DE ISRAEL Acab fue el
rey de Israel durante todos menos los últimos años del ministerio de Elías como profeta de Dios.
Por eso Elías fue a él con la predicción del juicio sobre la tierra, porque Acab era el príncipe del
pueblo entonces. Para dar una mirada detallada a la persona de Acab, veremos el país del príncipe,
el carácter del príncipe y la consorte del príncipe. Los tres
eran extremadamente corruptos, lo que justificaba la predicción de Elías de un gran juicio
sobre la tierra a través de la sequía.
1. El País del Príncipe
El país sobre el cual reinaba Acab y donde Elías pasó la mayor parte de su ministerio
era la parte norte de la nación judía. Aunque se llamaba Israel, el nombre no se aplicaba
entonces a toda la nación judía. Se había aplicado a toda la nación judía hasta la división
después de la muerte del rey Salomón. Luego, la parte norte de la división se llamó
Israel (también “Samaria”, por su capital, y “Efraín”, por una de sus tribus), mientras que la
parte sur se llamó Judá. Para examinar más a fondo el país de Acab, veremos la
revuelta, los gobernantes y la religión del país.
La rebelión del país. El país de Acab fue producto de una revuelta.
Nuestro texto se produjo alrededor del año 900 a. C. , unos sesenta años desde que
se produjo la revuelta que produjo la trágica división de la nación judía en los reinos del sur
y del norte. La revuelta ocurrió justo después de la muerte de Salomón. Fue uno
de los momentos más oscuros en la historia de Israel.
Krummacher dijo que los tiempos eran tan malos que “parecía como si Satanás
hubiera trasladado su residencia del infierno a la tierra”.
Israel fue un reino unido bajo Saúl, David y Salomón. Pero esos
iban a ser los únicos reyes que gobernarían sobre las doce tribus.
La muerte de Salomón marcó el final de una [Seite 16] monarquía unida y provocó la
división del reino en los reinos del norte y del sur. Si Salomón hubiera permanecido
fiel al Señor, no habría habido división en el reino. Pero en los últimos años de Salomón,
se consumió con los deseos de la carne y tomó para sí cientos de esposas. Sumado a este
mal estaba el hecho de que él tomó estas esposas de naciones y pueblos de los cuales
Dios le había prohibido a Israel tomar esposas. Luego, para empeorar las cosas, permitió
que sus muchas esposas desviaran su corazón del Dios verdadero hacia los dioses falsos.
Él fue en pos de “Astoret, la diosa de los sidonios, y en pos de Milcom, la abominación de
los amonitas… Entonces Salomón edificó un lugar alto a Quemos, la abominación de
Moab, en el monte que está frente a Jerusalén, y a Moloc, la abominación de los
amonitas. los hijos de Amón” (11:5, 7).
El deterioro del carácter de Salomón provocó una gran opresión en su
gobierno. La mala moral y la mala doctrina no promueven buenas condiciones en
ningún país. Eventualmente traen opresión, tiranía y esclavitud. Y tarde o temprano los
oprimidos se rebelarán. Cuando
Roboam subió al trono en lugar de su padre Salomón, los ancianos de la tierra le rogaron
a Roboam que aliviara al pueblo, que tuviera un gobierno más compasivo y que
quitara el yugo pesado de encima de la ciudadanía. Pero Roboam, fuertemente
influenciado por sus malvados compañeros (12:8–10), no escuchó las súplicas de un
gobierno más compasivo.
En cambio, dijo que sería más duro con la gente que Salomón. Su rechazo total a las
súplicas del pueblo por un gobierno menos represivo se encontró con una gran
revuelta. Diez de las doce tribus de Israel se separaron del gobierno de Roboam y
formaron una nueva nación que era el reino del norte generalmente llamado Israel. Solo
las tribus de Judá y Benjamín permanecieron leales a Roboam, y formaron el reino del
sur llamado Judá.
Sin embargo, esta revuelta estaba condenada al fracaso, a pesar de que se produjo
en oposición a una gran injusticia. Estaba condenado al fracaso porque trató de resolver
el problema de la opresión sin corregir la causa de la opresión, es decir, la decadencia
moral y espiritual de la tierra. El pueblo quería escapar de las consecuencias del mal,
pero no del mal mismo.
Lloraron por la libertad mientras perseguían los pecados que les quitaron la libertad.
Pero hasta que las personas condenen y abandonen su maldad, no comenzarán a
escapar de las consecuencias del mal. Necesitamos recordar este hecho, especialmente
durante los años electorales. ¡No hay retorno real a la libertad hasta que limpiamos
nuestra doctrina y nuestro comportamiento! Cometemos un grave error al pensar
que algún candidato nos salvará de los problemas de nuestra nación cuando la
doctrina de ese candidato no es sólida y su moral y convicciones son deficientes.
Puede hablar muy elocuente e impresionantemente contra algunos de los problemas de
la tierra; pero si no ataca los males que causan los problemas, no traerá la verdadera
reforma.
Los gobernantes del país. El país de Acab nunca tuvo un líder piadoso. Tuvieron un
total de 19 reyes durante su historia, pero los 19 fueron hombres malvados. Elías entró
en escena durante el reinado de Acab, su séptimo rey. Una mirada a los primeros seis
reyes que precedieron a Acab revelará el gran declive moral y espiritual que tuvo
lugar tan pronto como el reino del norte llegó a existir. Cuando Acab se convirtió en rey,
solo empeoró la caída, como veremos en breve. Los seis reyes que precedieron a Acab
fueron Jeroboam, Nadab, Baasa, Ela, Zimri y Omri.
Botella grande. Comenzó la división del norte por un camino pecaminoso desde el cual
nunca partió. Era un hombre muy malvado. Hizo “lo malo sobre todos [los reyes que
en ese momento serían Saúl, David y Salomón] que fueron
delante” de él (1 Reyes 14:9). El epitafio divino de su vida fue “Jeroboam, el que
pecó, y el que hizo pecar a Israel” (1 Reyes 14:16). Unas 25 veces esa frase
condenatoria, “hizo pecar a Israel”, se dice en la Biblia de Jeroboam.
Jeroboam corrompió al pueblo al corromper su religión. Hizo dos becerros de oro
e indujo al pueblo a adorarlos. Luego hizo sacerdotes “de lo más bajo del
pueblo” (1 Reyes 13:33), lo que corrompió aún más su religión. El malvado
reinado de Jeroboam sobre el reino del norte duró 22 años. Le sucedió su
hijo Nadab.
[Seite 18] Nadab. Reinó sólo dos años; pero fueron años malos;
porque Nadab “anduvo en el camino de su padre, y en su pecado con que
hizo pecar a Israel” (1 Reyes 15:26). Su breve reinado terminó cuando Baasa
lo asesinó. Baasa luego asumió el trono.
Baasa. Reinó durante 24 años. Su reinado fue un reinado sangriento. Él mató
toda la casa de Jeroboam y estaba en constante batalla con el reino del
sur. Baasa también “anduvo en el camino de Jeroboam, y en su pecado con
que hizo pecar a Israel” (1 Reyes 15:34).
Ela. Cuando Baasa murió, Ela, hijo de Baasa, lo sucedió en el trono; pero
su reinado, como el de Nadab, fue de sólo dos años. Era un miserable sin valor
porque le daba de beber. Esto le costó su trono; porque cuando estaba en una
borrachera, fue asesinado por Zimri (1 Reyes 16:9, 10), quien era uno de los
oficiales militares de alto rango de Israel.
Zimrí. Después de asesinar a Ela, Zimri asumió el trono. Pero su reinado como
rey duró solo siete días (1 Reyes 16:15). En esos siete días, sin embargo, dejó un
oscuro rastro de sangre; porque mató a toda la casa de Baasa para que ninguno
de la familia de Ela pudiera volver a reclamar el trono. Pero la conducta de Zimri
fue rechazada por el pueblo; y bajo el liderazgo de Omri, el principal oficial
militar del reino del norte, se hizo una insurrección contra Zimri. Al ver que sus
posibilidades de ganar eran nulas, Zimri entró en la casa del rey y le prendió
fuego y se suicidó en el fuego (1 Reyes 16:18).
Omrí. El éxito en la eliminación de Zimri puso a Omri, el padre de Acab, en
el trono. Reinó 12 años. En los primeros cuatro años, fue rey sobre solo una
parte del reino del norte, ya que algunas personas siguieron a un advenedizo
llamado Tibni. Después de cuatro años murió Tibni, y esto abrió la puerta para
que Omri gobernara sobre todo el reino del norte. El reinado de Omri continuó el
declive del carácter y liderazgo de Israel. La Escritura dice que Omri “hizo peor
que todos [los reyes] que fueron antes de él” (1 Reyes 16:25). Era un hombre
malvado y superó en pecado a sus malvados predecesores. Cuando el murió
su hijo Acab se convirtió en rey. [Seite 19] Con los malos ejemplos de los
predecesores de Acab como rey, no es de extrañar que Acab fuera un rey tan malvado.
La religión del país. La situación política no fue todo lo que corrompió la
tierra en los días de Elías. También hubo una gran corrupción de la religión de la tierra.
La corrupción de la religión vino cuando la adoración a Baal reemplazó y suprimió
cruelmente la adoración a Jehová. El tema que planteó Elías en el Carmelo fue
¿cuál de estas dos religiones tiene razón? Dijo: “Si el Señor [Jehová] es Dios, seguidle;
pero si es Baal, seguidle” (1 Reyes 18:21).
Para apreciar y comprender adecuadamente el ministerio de denuncia de Elías
en la tierra de Israel, consideraremos estas dos religiones y cómo diferían.
Primero, la adoración de Baal. Baal era un dios pagano pagano que se suponía
que controlaba la lluvia y la fertilidad. Mientras que a lo largo de los siglos de idolatría
pagana parece haber habido muchos Baal, el Baal adorado en Israel durante los días
de Elías era considerado el dios masculino supremo. Ashtoreth (llamada Ishtar por los
asirios, Astarte por los griegos y Venus por los romanos) era la divinidad femenina
suprema y a menudo se la asociaba con la religión de Baal. Donde se erigía un altar a
Baal, era común encontrar postes de ídolos (a veces llamados “arboledas” en la KJV)
erigidos en honor a la diosa Ashtoreth, quien era considerada la consorte de Baal.
Esta religión de Baal era una religión moralmente podrida, vil, sensual y cruel
que hacía de los actos sexuales inmorales un ejercicio religioso. “Los ritos de fertilidad
jugaron un papel importante en su culto. Los bailes licenciosos eran prominentes y
existían cámaras para prostitutas tanto masculinas como femeninas” (Leon Wood). La
religión de Baal influyó vilmente en la tierra al hacer caer la moral de Israel a
profundidades increíbles y destruir el carácter en masa.
La crueldad de la religión de Baal fue especialmente evidente en su ser muy
intolerantes a la adoración de Jehová. Persiguió a los adoradores de Jehová
con gran violencia. La tierra se llenó de sangre por la gran opresión de los adoradores
de [Seite 20] Jehová por la religión de Baal. Como veremos más adelante, la esposa de
Acab, Jezabel, fue la líder en esta persecución de los adoradores de Jehová. Siendo
la hija de Etbaal, el gran sumo sacerdote de Ashtoreth (la contraparte femenina de
Baal) en Tiro, estaba bien familiarizada con la religión de Baal y sus tácticas sangrientas.
Su conocimiento de esto, junto con su personalidad y carácter corrupto, la convirtieron
en una promotora viciosa y fanática de la adoración de Baal y en una sanguinaria
perseguidora de los adoradores de Baal.
Jehová. Jezabel tuvo tanto éxito en matar a los profetas de Jehová que varias
veces Elías se quejó a Dios de que pensaba que él era el único que quedaba de los
profetas de Jehová (1 Reyes 18:22, 19:10, 19:14).
La intolerancia de los adoradores de Baal hacia los adoradores de Jehová
ilustra el hábito de intolerancia del mal. El mal a menudo busca ser permitido y
permitido sobre la base de la tolerancia, la libertad de expresión, los derechos, la
igualdad de tiempo, etc. Pero una vez que se afianza, puede contar con que cambie
su tono sobre la tolerancia y la igualdad de derechos. Será el soberano, y
cualquier competidor será cruelmente golpeado hasta la sumisión. Bajo Jeroboam,
la tolerancia de la idolatría fue muy fomentada en el reino del norte. Hizo los
becerros de oro y los colocó en lugares convenientes para que Israel no tuviera que
ir muy lejos para adorar. Después de todo, “fue demasiado para ti subir a
Jerusalén”, dijo (1 Reyes 12:28); así que debe haber tolerancia para alguna
desviación de la verdadera adoración. Pero la tolerancia pronto permitió que
la religión maligna se convirtiera en la religión dominante; y cuando eso sucedió, ya
no fue tolerancia sino totalitarismo.
La intolerancia del mal por la justicia se ve por todas partes en nuestros días.
Los homosexuales hablan hoy de tolerancia. Quieren igualdad de derechos;
quieren ser tratados como todos los demás. Pero esa conversación terminará
una vez que lleguen al poder. Génesis 19 nos muestra ese hecho. Cuando los
homos dominen, perseguirán y oprimirán con crueldad a quienes difieran
moralmente de ellos. El comunismo es de la misma manera. Como ejemplo, en
China durante la Segunda Guerra Mundial los comunistas insistieron en ser incluidos en el gobierno.
Finalmente se les permitió el reconocimiento oficial. Todos los que viven hoy saben
lo que sucedió después de eso. El comunismo [Seite 21] pronto se hizo cargo; y
cuando lo hizo, la tolerancia dejó de existir para los no comunistas. Manifestantes por
la libertad, por otras formas de gobierno fueron ametrallados y atropellados por
tanques. Hitler también ganó poder gracias a la tolerancia de los nazis por parte
de los otros partidos políticos en Alemania. Pero cuando los nazis llegaron al
poder, ensangrentaron a la oposición hasta casi extinguirla. Los alborotadores de la
iglesia también son hipócritas con respecto a la tolerancia. Quieren que
se toleren sus malas acciones y miembros de iglesia infieles que son sus amigos,
pero no pueden tolerar a un pastor u otros líderes de iglesia que no les agradan.
Segundo, la adoración de Jehová. La adoración a Jehová era la religión
que debería haber dominado en Israel. Era verdadero, moral y santo.
No adoraba a un ídolo estúpido hecho por el hombre. Adoraba al Dios único, grande
y verdadero que creó el universo y todas las criaturas vivientes. Pero aunque
esta religión era la única correcta y, por lo tanto, la mejor y la más bendecida de todas, era,
sin embargo, la menos popular en los días de Elías.
Las persecuciones habían eliminado a sus adherentes mediante la muerte o intimidado tanto a
los que aún vivían, que quedaron pocos que se mantuvieran fieles a Jehová.
Dios le dijo a Elías que 7.000 no habían doblado la rodilla ante Baal (1 Reyes 19:18), pero 7.000
no son muchos cuando consideras que la población total de Israel era de millones en ese
momento.
Aunque la adoración de Jehová era tan impopular, todavía produjo, en ese tiempo,
algunos de los hombres más grandes que jamás pisaron la tierra. Produjo a Elías, y pocos
hombres se comparan con él. Además, al final de la historia de Elías, nos encontraremos
con Eliseo y Micaías. ¡Qué dos tremendos profetas fueron estos hombres! Han pasado siglos
desde que vivieron, pero no muchos comparados con ellos. Luego estaba Nabot, un labrador
que era tan leal a la Palabra de Dios que no vendería su propiedad a Acab, ni siquiera por
un buen precio (1 Reyes 21). Pero a pesar de los grandes caracteres producidos por la
adoración a Jehová, y a pesar del gran carácter de la adoración a Jehová, la tierra fue
casi unánime en rechazar la religión verdadera. Y esto causó muchos problemas en la tierra.
Cuando la religión verdadera es impopular, la iglesia, el [Seite 22] hogar y el gobierno se
encuentran en grandes problemas. Así que Israel estaba en un problema muy serio con Dios.
El juicio era inevitable. El ministerio severo y condenatorio de Elías fue el ministerio que
Israel recibió por su condición religiosa. Eran un pueblo enfermo, y sus
preferencias y prácticas religiosas invitaban y predecían un gran juicio sobre la tierra.
El bienestar futuro de una nación se puede predecir fácilmente observando el
salud de la religión verdadera en esa nación. Esto significa problemas para nuestra nación.
Mackintosh, escribiendo a finales de 1800, dijo: “Vivimos en una época de aridez y escasez
espiritual más de lo habitual. El estado de la Iglesia bien puede recordarnos el valle de huesos
secos de Ezequiel. No solo tenemos que hacer frente a los males que han caracterizado
épocas pasadas, sino también a la corrupción madura de un tiempo en el que los
variados males de los mundos gentiles se han conectado y cubierto con el manto de la profesión
cristiana”. Si Mackintosh pensó que las cosas estaban mal entonces, ¿qué diría hoy? Las
iglesias de nuestra tierra están llenas de sensualismo, música pagana, una falta total de
estándares morales y un emocionalismo enfermizo, todo lo cual tiene más similitud con
la adoración a Baal que con la adoración a Jehová. Y muchas iglesias que quieren ser
identificadas como fundamentales, que creen en la Biblia
las iglesias tampoco pueden jactarse de ser radicalmente diferentes. La afluencia de
bajos estándares morales (aumentando la aceptación del divorcio, por ejemplo), la
popularidad de los psicólogos sexuales "cristianos" y sus programas de radio y
escritura, los sonidos salvajes de la música de bar de "rock cristiano" que se escuchan
cada vez más en los servicios de la iglesia. , y los disfraces sensuales de los
cantantes de gospel estrella reflejan más el carácter de la adoración a Baal que la
adoración a Jehová. Toda esta degradación dice una cosa: ¡el juicio viene!
2. El carácter del príncipe
Ya hemos visto de pasada que el carácter de Acab era muy decadente. Aquí
damos una atención detallada a su mal carácter. Nos fijamos especialmente en el
alcance de su degradación y algunos ejemplos de su degradación.
[Seite 23] El alcance de su degradación. Acab era tan malo que las Escrituras decían
que era peor que todos los reyes anteriores a él, y eso incluía a su padre, que había sido
peor que cualquiera de los reyes anteriores. Dos veces la Biblia registra este hecho de que
Acab fue más malvado que cualquiera de los reyes que lo precedieron: “Acab, hijo de
Omri, hizo lo malo ante los ojos del Señor más que todos los que fueron antes de
él” (16:30); y “Acab hizo más para provocar a ira a Jehová Dios de Israel que todos los
reyes de Israel que fueron antes de él” (16:33). Anteriormente notamos algunas de las
grandes iniquidades de los gobernantes que precedieron a Acab al trono. El hecho de que
él sea peor que todos ellos convierte a Acab en un hombre terriblemente malvado. El
alcance de su maldad fue extremadamente grande.
Los ejemplos de su degradación. Algunas de las malas acciones de Acab son
registrada extensamente en las Escrituras. Los veremos con gran detalle más adelante
cuando lleguemos a esas Escrituras en nuestro estudio de Elías, porque Elías
confrontó a Acab acerca de estos males. Una gran maldad de Acab registrada en
las Escrituras fue su continuo esfuerzo por cazar a Elías para matarlo (1 Reyes 18:10).
Otro mal de Acab registrado en la Biblia fue el asesinato de Nabot que no quiso
vender su viña a Acab (1 Reyes 21). Las Escrituras también nos informan que Acab
apoyaba mucho a la malvada adoración de Baal (1 Reyes 16:31, 32). Y uno de los
acontecimientos significativos registrados en las Escrituras que enfatiza cuán degradado
se había vuelto Israel bajo Acab fue la reconstrucción de Jericó durante el reinado de
Acab. Justo antes de que Elías sea incluido en el registro de las Escrituras, la Biblia
registra que en los días de Acab “hiel el betelita edificó Jericó” (16:34). Los muros de
Jericó se derrumbaron y fueron destruidos bajo el liderazgo de Josué cuando Israel entró
por primera vez en Canaán. Joshua anunció una maldición divina sobre cualquiera
que reconstruyera
Jericó. Él dijo: “Maldito sea el hombre Jericó … que se levanta y edifica esta ciudad
[Keil dice que el hebreo indica los muros específicamente]; en su primogénito pondrá sus
cimientos, y en su hijo menor [es decir, al precio de, a costa de la pérdida de la vida de
sus hijos] levantará sus puertas”
(Josué 6:26). Pero en los días de Acab, el pueblo [Seite 24] se había vuelto tan ignorante
de la Palabra de Dios o había desarrollado tanto desafío por ella, que Jericó fue
reconstruida a pesar de la terrible maldición pronunciada sobre su reconstrucción.
Jamieson dice: “El acto sin resistencia de Hiel brinda una dolorosa evidencia de
hasta qué punto el pueblo de Israel había perdido todo conocimiento o respeto por la
palabra de Dios”. Pero ni la ignorancia ni el desafío de la Palabra anulan su verdad
y poder, porque Hiel no pudo escapar de la maldición Divina por construir los muros. Él
“puso sus cimientos en Abiram su primogénito, y edificó sus puertas en Segub
su hijo menor, conforme a la palabra que Jehová había dicho por medio de Josué” (16:34).
3. La consorte del príncipe
La consorte maldita de Acab fue Jezabel su esposa. Ella es uno de los
personajes principales en la historia de Elías, por lo que vamos a anotar aquí algunos
detalles sobre esta mujer malvada que nos ayudarán a comprender mejor la historia
de Elías. Notaremos cinco cosas significativas acerca de Jezabel: ella fue la ruina de
Acab, la hija de Etbaal, la directora de persecución, un peligro para Judá y una profanadora
en la iglesia.
Caída de Acab. Una de las peores cosas que hizo Acab fue casarse con Jezabel.
La Escritura señala esto como un mal gravísimo. “Aconteció que como si le fuera
cosa liviana andar en los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, tomó por mujer a Jezabel,
hija de Etbaal rey de los sidonios, y fue y sirvió Baal, y lo adoraron” (1 Reyes 16:31). El
matrimonio de Acab con la malvada Jezabel fue su gran ruina.
“Nadie hubo como Acab, que se vendió para hacer lo malo ante los ojos de Jehová, a
quien Jezabel su mujer incitó” (1 Reyes 21:25).
Al describir la miserable situación en el gobierno de Acab, Graham Scroggie dijo: “La
tierra fue gobernada por Acab: Acab fue gobernada por Jezabel: Jezabel estaba
bajo [controlada por] la idolatría a Baal y Astoret: y Baal y Astoret eran dioses
de sangre [crueldad ] e inmundicia”. Acab nunca debería haberse casado con
Jezabel. Su parentesco debería haber sido suficiente [Seite 25] para que él se mantuviera
muy, muy lejos de ella; y, además, las Escrituras prohibían a los israelitas casarse
con tales personas (Éxodo 34:1–16, Deuteronomio 7:1–3 y Josué 23:11–13).
Pero Acab despreció la sabiduría, como
tantos lo hacen cuando se casan, y se casan con un gran mal que arruinó su vida.
Hija de Etbaal. El padre de Jezabel era Ethbaal, que era la gran razón por
la que Jezabel era tan mala. Ethbaal (el nombre significa “Baal está con él”)
“fue originalmente el sacerdote del gran templo de Astarte [Ashtoreth, la
contraparte femenina de Baal] en Tiro. A la edad de 36 años conspiró
contra el rey de Tiro... lo mató y se apoderó del trono. Su reinado duró 32 años y
estableció una dinastía que continuó en el trono al menos 62 años más”. (FC
Cocinero). Ethbaal encabezó “la dinastía más perversa entonces en el
poder” (Edersheim). Su reinado sobre los sidonios (también conocido como
el país de Fenicia con sus ciudades clave de Tiro y Sidón) fue una gran
maldición para ellos. Su participación en la adoración de Baal fue la clave de la
gran maldad de su gobierno. Y su influencia sobre Jezabel en el asunto de la
adoración de Baal fue la clave de las actitudes y conducta extremadamente
impías de Jezabel que la convirtieron en el archienemigo de todo lo que era bueno y correcto.
Director de persecución. Como notamos anteriormente, Jezabel fue la gran
líder en la persecución de los adoradores de Jehová. Siendo hija de Etbaal,
estaba bien familiarizada con la religión de Baal y sus tácticas de
persecución. Su conocimiento de estas malas tácticas, junto con su
personalidad y carácter corrupto, la convirtieron en una promotora viciosa y
fanática de la adoración de Baal y de la gran persecución de los adoradores de
Jehová. Ella atacó especialmente a los profetas de Jehová para matarlos (1
Reyes 18:13). Y como también notamos antes, ella tuvo tanto éxito en matar a los
profetas de Jehová que varias veces Elías pensó que él era el único profeta
de Jehová que quedaba (1 Reyes 18:22, 19:10, 19:14).
Peligro para Judá. La maldición de Jezabel fue devastadora para el
reino del norte; pero la mayoría ignora que ella [Seite 26] también tuvo una
influencia casi desastrosa sobre el reino del sur de Judá. Su hija Atalía se
casó con Joram, quien más tarde se convirtió en rey de Judá. Cuando Joram
murió, Ocozías, hijo de Atalía, se convirtió en rey. Era un rey malvado y era
un buen amigo de su cuñado, el hijo de Acab, quien entonces era rey del reino
del norte. Esta amistad le costó la vida; porque cuando Jehú hizo la guerra contra
la casa de Acab y los mató, también mató al rey Ocozías, que estaba visitando
al hijo de Acab (2 Reyes 8, 9). Esto hizo que Atalía, la hija de Jezabel, se
enfureciera. Ella destruyó toda la simiente real de Judá, el reino del sur, excepto
Joás, que estaba escondido de ella, para que pudiera reinar sobre Judá (2
Reyes 11). Así, se acercó a
destruyendo la semilla de Cristo! ¡Cuán grande y astuta fue la influencia de Jezabel!
Profanador en la iglesia. Leemos de Jezabel en Apocalipsis 2:2023 como un tipo de
esas mujeres dominantes que a menudo se meten y profanan la iglesia. Como
Jezabel, estas mujeres tienen una personalidad traicionera. Son inmorales, usurpan
la autoridad y se autoproclaman líderes espirituales (“se llama a sí misma
profetisa” [Apocalipsis 2:20]). Crean todo tipo de disturbios en la iglesia y, si no se
detienen, la profanarán, la dividirán y la destruirán. Dios no tiene lugar para estas
mujeres dominantes en la iglesia. Son problemas todo el tiempo. Oh, puede que a
los ingenuos no les parezcan personas malvadas, sino más bien dulces damas cristianas.
Pero esa no es la verdadera condición de sus corazones.
Son un montón contaminado. Donde encuentres una mujer testaruda en una iglesia que
quiere dirigir las cosas, también encontrarás una mujer contaminada, malvada y perversa.
Dios ayude a nuestras iglesias a discernir estas mujeres malvadas en medio de ellas y
tratar con ellas firme y fielmente.
C. LA PREDICCIÓN DEL JUICIO Nuestro texto de
un solo versículo cierra con el breve pero conciso y condenatorio mensaje que Elías le
dio a Acab que predijo el juicio sobre Israel en forma de sequía. El mensaje decía:
“Vive el Señor Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que [Seite 27] no habrá lluvia
ni rocío en estos años, sino por mi palabra”. A diferencia de nuestros meteorólogos, Elijah
estaba absolutamente seguro de cuál sería el clima; y, además, determinaría cuándo
cambiaría el tiempo. No era un meteorólogo cualquiera. Pero Elijah tampoco era un
hombre ordinario.
Tenía que ser algo digno de contemplar cuando Elías, vestido con un tosco
atuendo de campesino, se acercó sin ser invitado al rey Acab e hizo su pronóstico del
tiempo denunciando a Baal sobre una sequía de proporciones devastadoras
para Israel. Todo sucedió tan rápido y tan repentinamente que antes de que Acab o
cualquiera a su alrededor, si no estaba solo, pudiera reaccionar para refutar o arrestar a
Elías, el gran profeta había terminado su severo pronunciamiento y se había ido.
La breve visita de Elías a Acab marcó el principio del fin para Acab.
Acab había vivido una vida muy mala, había gobernado a Israel según sus malas
pasiones; y parecía salirse con la suya. Pero ya no. El silbato divino hizo sonar el silbato;
y desde entonces Acab iba a descubrir que “el camino de los transgresores es
duro” (Proverbios 13:15).
Para examinar esta predicción de juicio dada por Elías al rey Acab, notaremos el
prefacio de la predicción, los detalles de la predicción,
y el requisito previo de la predicción.
1. El Prefacio a la Predicción
Elijah prologó su pronóstico del tiempo con una breve pero importante
declaración introductoria. La declaración tenía dos partes. Hablaba del Soberano de Israel
y del siervo de Jehová.
El Soberano de Israel. “Vive el Señor Dios de Israel” fue la primera
parte del mensaje de Elías. Llamaría la atención de Ahab de inmediato. Y si Jezabel
estaba con Acab, inmediatamente encendería su ira; porque declaraba dos verdades
vitales acerca de Jehová, las cuales fueron rotundamente rechazadas por el culto a Baal
y, por lo tanto, por la mayor parte de Israel y especialmente por Jezabel. Decía que
Jehová (Señor) era el Dios de Israel y que Jehová estaba vivo.
Primero, Jehová era el Dios de Israel. Qué desafío fue esto para la adoración de
Baal, y qué reprensión y condenación [Seite 28] fue para Acab y Jezabel. Elías declaró clara
y poderosamente la verdad básica y de suma importancia que Israel necesitaba tan
desesperadamente que se le recordara; a saber, Jehová, no Baal, sería el Dios de
Israel. El culto a Baal, con Jezabel como su viciosa abogada, se esforzaba por eliminar
a Jehová de la teología de Israel. Y parecía que los esfuerzos también estaban teniendo
éxito; pues sólo 7.000 de todos los millones en Israel no se habían inclinado ante esta falsa
teología.
Pero Jehová, no Baal, es el Dios de Israel y también de todo el universo.
Israel necesitaba inclinarse ante esa verdad.
El problema en Israel en el tiempo de Elías es el mismo problema que enfrenta cada época.
La cuestión es ¿quién es tu Dios? ¿Quién va a gobernar tu vida? ¿Quién será el Soberano de
la tierra? ¿Será Baal o será Jehová? ¿Será un ídolo pagano o será el Dios vivo y verdadero
que hizo el cielo y la tierra? ¿Será el dios de los deseos de la carne, o será el Dios de la
santidad? Israel, en los días de Elías, había permitido que las pasiones y prácticas
pecaminosas se convirtieran en su dios. A través de la adoración a Baal, en realidad estaban
adorando sus propios deseos básicos. Simplemente habían deificado sus malos caminos y
los habían convertido en una religión.
Tres mil años después, multitudes siguen dejando que sus malas pasiones gobiernen sus
vidas. Puede que no hagan una religión organizada de su maldad, pero sigue siendo lo mismo
que Baal siendo dios, porque se inclinan ante sus pasiones y no ante Dios
Todopoderoso. Tantas cosas se justifican hoy sobre la base de nuestros apetitos y deseos
carnales. Pocos dejen que la Palabra de Dios sea
la regla en sus vidas en su lugar. Así que el problema es el mismo hoy; y necesitamos
más Elías para aclarar Quién será nuestro Dios, nuestro Gobernante y nuestro Señor.
Segundo, Jehová estaba vivo. Elías no solo declaró que Jehová era el
Soberano de Israel, sino que también dijo que estaba vivo. Acab e Israel
necesitaban esta proclamación. El éxito y la popularidad de Baal parecían indicar que
Jehová estaba muerto. Después de todo, Jehová estaba siendo abiertamente
burlado, despreciado, desafiado y blasfemado; y, sin embargo, no parecían venir
malas consecuencias. Por lo tanto, Él debe estar muerto. Pero cuán ciego está el
corazón pecador. No puede discernir correctamente la misericordia de Dios. Aquí
interpretó [Seite 29] las acciones de Su misericordia como prueba de Su muerte o
inexistencia. Otras veces los hombres interpretan la misericordia divina como una aprobación del mal.
Dirán: “Si lo que hice estuvo mal, seguramente Dios me habría castigado”. Toda
demora en el castigo se interpreta perversamente como justificación y
exoneración del mal. Rara vez los pecadores ven la demora en el castigo como una
misericordia divina que le da tiempo al pecador para arrepentirse de su pecado. Pero
Elías había venido para enderezar el pensamiento de Israel y corregir su mala
interpretación de la misericordia divina. Anunció que Jehová no ha muerto, como
habían pensado y deseado; pero Él está muy vivo. Eso debería haber causado que
Acab se estremeciera; pero, tan encallecido por el pecado como estaba, la
proclamación solo lo enfureció.
El anuncio de que Jehová estaba vivo fue un ataque directo a Baal.
No era más que un ídolo. Absolutamente no hay vida allí en absoluto. Pero Jehová
es muy diferente. ¡Él es una Persona viva! Cuán maravillosamente habla esta verdad de
la gran verdad que es el fundamento del Evangelio. ¡Es la verdad que Cristo está
vivo! Los Baales de los hombres, como Buda, Mahoma, Confucio y otros, están todos
muertos; pero Cristo está vivo. La cruz pareció acabar con todo, pero Cristo todavía
vive. La tumba abrumó la fe de los más cercanos a Cristo, pero Cristo salió de la
tumba, ¡y está vivo! La religión apóstata se burla de la resurrección literal y corporal
de Cristo. Pero su teología baalista no está a la altura de los hechos; porque
la Biblia dice: “Él se mostró vivo después de su pasión con muchas pruebas
infalibles” (Hechos 1:3). Los ángeles dijeron a las almas derrotadas que buscaban a
Cristo en la tumba: “Id… y decid… que ha resucitado de entre los muertos” (Mateo
28:7). “ Jehová Dios de Israel vive”, no Baal. ¡Qué gran mensaje; y sin embargo,
trágicamente, un mensaje que es rechazado por la mayoría de la gente y para
su eterna condenación.
El siervo de Jehová. “Delante de quien estoy” era una frase que decía que Elías
era el siervo de Jehová. Desde ella miramos el llamado de Elías
y la consagración de Elías.
Primero, el llamado de Elías. El llamado divino de Elías como siervo de Dios
era el de profeta. Siendo profeta dijo mucho [Seite 30] sobre la mala condición de
la tierra. Arthur W. Pink dijo: “Dios solo envió… a Sus profetas en un tiempo
de marcada decadencia y alejamiento del pueblo de Él mismo”. Mackintosh
agrega: “El ejercicio del ministerio profético en Israel, en la antigüedad, siempre fue
una prueba del declive de la nación”. Como con la mayoría de los profetas, el
ministerio de Elías no fue tanto de predicción como de acusación. Su tarea
principal era denunciar el pecado y señalar a Israel el camino correcto.
Aunque muy necesario, el ministerio de Elías de denunciar el pecado
nunca es popular. Siempre es peligroso para el siervo de Dios. Un denunciante
del pecado sabrá mucho sobre el rechazo, sobre el desprecio, sobre el maltrato
y sobre la persecución. Rara vez, o nunca, será acreditado por algún grupo religioso.
Caminará solo. No será escuchado por muchos, pero en su mayoría será
ignorado. Y continuamente se hablará de él de manera negativa, no solo por
sus enemigos, sino incluso por sus amigos. Esto ocurrió repetidamente con
Elías, pues tanto los enemigos como los amigos hablaban mal de él. La viuda
de Sarepta habló negativamente de Elías cuando dijo: “¿Has venido a mí para
recordar mi pecado y para matar a mi hijo?” (1 Reyes 17:18).
Abdías habló negativamente de Elías cuando dijo: “¿En qué he pecado, para que
[Elías] hayas entregado a tu siervo en manos de Acab para que me mate?” (1
Reyes 18:9). Acab habló negativamente de Elías cuando dijo: “Tú, que alborotas a
… Israel” (18:17) y “¿Me has encontrado, oh enemigo mío?”
(21:20). Jezabel también habló negativamente de Elías cuando dijo: “Así me
hagan los dioses, y me añadan, si no he puesto tu vida como la vida de uno
de ellos [los profetas de Baal asesinados] mañana a estas horas” (19). :2).
Aunque el oficio que ocupó por designación divina era un oficio peligroso,
Elías, sin embargo, se desempeñó con excelencia. Era más que un rival para el
mal del día. Ningún mal existirá jamás sin que Dios levante lo que pueda vencerlo.
Por cada Acab habrá un Elías.
Segundo, la consagración de Elías. La frase “delante de quien estoy” revela
la gran consagración de Elías en el servicio. Nos dice a quién sirvió y dónde
estuvo.
a quien sirvió. La frase “delante de quien estoy” es una frase [Seite 31]
que se usa en la Biblia para referirse al servicio. Como ejemplo, Deuteronomio
18:5 dice: “Jehová tu Dios lo ha escogido de entre todas tus tribus, para que esté
de pie para ministrar en el nombre de Jehová”. En Lucas 1:19, el ángel Gabriel habla
de sí mismo como siervo de Dios cuando dice: “Yo soy Gabriel, que estoy en la
presencia de Dios, y soy enviado a hablarte”. Un sirviente está ante su amo listo
para recibir órdenes. Cuando Elías dijo que estaba delante de Jehová Dios, le
estaba informando a Acab que era un siervo comprometido de Jehová.
“Delante de quien estoy” fue la declaración más lógica que hizo Elías.
Él acababa de decir que Jehová era Dios, y si Él es Dios entonces Él debería gobernar
en nuestras vidas. ¿Y cómo demostramos esta regla? Haciendo lo que Él dice que
hagamos, que es de lo que se trata el servicio. Muchos quieren declarar la doctrina de
que Jesús es el Señor, pero notamos que pocos siguen el “delante de quien estoy”
de Elías en sus vidas. Estamos muy cargados de declaraciones doctrinales hoy,
pero muy cortos en declaraciones de compromiso con el servicio. La gente en la
iglesia fácilmente firma grandes credos; pero cuando se les pide que firmen sus
nombres en la línea punteada para el servicio, la mayoría de ellos tienen calambres de escritor.
Dónde estaba. Estar delante de Dios no solo habla de tu servicio, sino que también
nos dice dónde estás parado, cuáles son tus lealtades y de qué lado del asunto te
encuentras. Elías no perdió tiempo en hacerle saber a Acab que él, Elías, no estaba
del lado de Baal. Estaba defendiendo a Jehová. Elías era el único en su época
que parecía estar dispuesto a dejar que los demás supieran que estaba en otro lugar que
no era Baal. Cuando entró en el estadio del rival, donde todo el mundo animaba al
equipo local, todavía vestía los colores y portaba el banderín de su equipo. Todavía
se puso de pie y animó a su equipo sin importar si todos los demás estaban sentados.
Eso no es fácil de hacer; pero cuando se trata de Dios, es lo único correcto que se
puede hacer. ¿Cómo estás en el mundo? ¿Eres como un camaleón que cambia de
color con el paisaje? ¿Tiene miedo de que la gente sepa cuál es su posición con respecto
a Jesucristo y al bien y al mal? ¿Es el único lugar donde no tienes miedo de vivir tu
conciencia [Seite 32] la cabina de votación privada donde nadie te ve; ¿O tienes
suficiente fortaleza espiritual para defender la justicia en público también? Muchos
en el ministerio emplean tácticas sutiles para evitar tomar una posición. Algunos
evitan tomar una posición sobre los problemas al citar a esta persona y a esa
persona en ambos lados de un problema, pero nunca le dicen cuál es su posición.
Olvidan que los hombres de Dios no están en el negocio de conducir un simposio; más
bien, deben declarar la verdad; deben declarar lo que está bien y lo que está mal.
Otros en el ministerio declaran la verdad; pero lo hacen de forma anónima para no tener
que tomar una posición pública. Ellos escribirán ansiosamente el documento,
pero no quieren firmarlo con su nombre para declarar su posición y sus lealtades. Son
como un miembro destacado de una denominación bautista fundamental que sabemos
que tenía un sermón suyo impreso de forma anónima en la revista mensual de la
denominación. Era miembro del consejo de administración de una universidad y temía
que algunos se sintieran ofendidos por su mensaje y dejaran de apoyar a la
universidad. Por lo tanto, no sería identificado con el mensaje. ¡Qué cobardía!
Y lo que hizo tan mala su cobardía fue que no estaba escribiendo en un periódico o
revista secular, donde abundan los enemigos de Dios; pero él estaba escribiendo en
su propia revista denominacional. ¡Si no puedes levantarte públicamente en tu
iglesia, donde están los simpatizantes, ciertamente no te levantarás bien en el mundo
donde abunda el enemigo! “Si corriste con los de a pie, y te cansaron, ¿cómo contenderás
con los caballos?” (Jeremías 12:5).
2. Los detalles de la predicción
La predicción meteorológica de Elías decía: “No habrá lluvia ni rocío en estos años,
sino por mi palabra”. Este pronóstico del tiempo fue un mensaje de juicio para la tierra de
Israel. Dio una sentencia Divina de juicio sobre Israel por su maldad, por su maldad de ir
en pos de Baal y todos los males concomitantes de la adoración a Baal. Para
estudiar este mensaje de juicio, notaremos la duración, la devastación y el diseño de este
juicio de la sequía.
[Seite 33] La duración del juicio. Debemos ir al Nuevo Testamento para
saber cuánto duró esta sequía. Tanto Cristo (Lucas 4:25) como Santiago (Santiago
5:17) nos dicen que duró tres años y medio. Una sequía de esa duración se haría sentir
de manera muy pronunciada. Una sequía más corta sería demasiado fácil de
explicar y olvidar. Pero no una sequía de tres años y medio.
Debido a que tanto el rocío como la lluvia se detendrían, Acab sabría de inmediato
que la sequía estaba en efecto sin importar en qué época del año Elías viniera a él. Si
fuera durante la temporada de lluvias entonces, por supuesto, dejaría de llover.
Pero si Elías viniera durante la estación seca, Acab todavía sabría que su
mensaje era verdadero; porque los fuertes rocíos, que caracterizan la estación seca,
se detendrían (notaremos más sobre los rocíos en breve).
Una característica interesante de la duración de la sequía fue que Elías la
determinaría. Dijo que no llovería ni rocío “sino según mi palabra”. Tal declaración haría
muy fácil para Acab saber si Elías era un profeta verdadero o uno falso. Sería muy
fácil de evaluar.
la integridad de las afirmaciones de Elijah. Y esto es exactamente lo que Dios quiere. Son
las falsas religiones y los falsos profetas quienes visten sus predicciones y dichos con
ambigüedad para que pase lo que pase, puedan reclamar vindicación.
Solo la verdad se atreve a ser tan detallada y específica como lo fue esta afirmación de Elías.
Acab y todo Israel sabrán fácilmente si Elías fue un presuntuoso fraude o si en verdad fue un
profeta enviado por Dios Todopoderoso. Así fue también con Jesucristo. Las afirmaciones
que hizo fueron estupendas. Por lo tanto, no fue difícil discernir si Él era verdadero o
falso. Cuando salió de la tumba, debería haber hecho que todos los críticos cerraran la boca.
Pero, por supuesto, muchos críticos están ciegos porque no quieren ver; y ninguna cantidad de
prueba, incluso la mejor de las pruebas, los convencerá. Sin embargo, eso no desacredita la
prueba, sino que solo intensificará el juicio de los críticos.
La devastación del juicio. Tres años y medio sin humedad significaron tremendos
problemas para la tierra. Israel experimentó una “hambruna dolorosa [grave]” (18:2) como
resultado. Si Elías hubiera dicho [Seite 34] que solo la lluvia iba a parar, es decir, todavía
rocío, la tierra, aunque herida, no habría sido tan devastada. En el transcurso de un año, Israel
normalmente tiene una estación húmeda de seis meses y una estación seca de seis meses.
La estación lluviosa es de octubre a marzo, y la estación seca es de abril a septiembre. Sin
embargo, la estación seca no es totalmente seca; porque durante ese tiempo fuertes rocíos caen
sobre la tierra. Esos rocíos son tan densos que muchas veces marcaron la diferencia
entre la esterilidad total de un terreno y una cubierta vegetal. Y el rocío podía
mantener vivo a un hombre, ya que la recolección de rocío para beber agua a veces se ha
producido en situaciones extremas. La importancia del rocío en Israel se puede observar en
el hecho de que se utiliza como símbolo de bendición. Cuando Isaac dio la bendición patriarcal
a Jacob, dijo: “Por tanto, Dios te dé del rocío del cielo” (Génesis 27:28). Moisés también
menciona el rocío en su bendición que dio a las tribus de Israel al final de su vida. Dijo de la
tribu de José en particular: “Bendita de Jehová sea su tierra, por las cosas preciosas del
cielo, por el rocío” (Deuteronomio 33:13). Y Dios enfatizó el bendito valor del rocío cuando
dijo de sí mismo: “Yo seré como el rocío para Israel” (Oseas 14:5).
Así que no era sólo la falta de lluvia lo que dañaría a Israel, sino la falta de
el rocío realmente haría que la sequía fuera devastadora. La tierra sufriría mucho. Elías
vería secarse el arroyo de Querit (1 Reyes 17:7), y la hierba se volvería tan escasa que Acab y
Abdías “repartieron la tierra entre ellos” (1 Reyes 18:6) para buscar hierba para los caballos y
mulos de Acab. Pero
aún peor sería el hambre y la desolación de la gente. Cuando Elías fue a Sarepta
en Fenicia (el hambre incluso se sintió severamente en esa tierra al noroeste de
Israel), la condición en la que encontró a la viuda da una imagen de mucha
hambre y muerte durante la hambruna. No fue una sentencia suave de Dios,
sino un golpe muy devastador.
El diseño del juicio. Se pueden citar al menos tres razones importantes
porque este juicio de sequía había de venir sobre la tierra de Israel. Fue diseñado
primero, para animar [Seite 35] el arrepentimiento, segundo, para exponer a
Baal, y tercero, para exaltar a Jehová.
Primero, el juicio era para alentar el arrepentimiento. Cuando Dios hiere y
abate, es para llevar al hombre al arrepentimiento de su maldad. El dolor del
castigo es para mostrarle al hombre cuán malas son sus obras y para alentarlo a
que se vuelva de sus malos caminos a los caminos de la justicia. Así fue
en el caso del juicio anunciado por Elías. Fue para hacer que los hombres vieran
la maldad de sus caminos de una manera tan contundente que los haría querer
cambiar sus caminos. Este juicio de la sequía denunciaba claramente la idolatría
de Israel, su adoración a Baal. Dios le había dicho a Israel siglos antes: “Mirad por
vosotros mismos, que vuestro corazón no se engañe, y os desviéis, y sirváis a
dioses ajenos, y los adoréis; y entonces la ira del Señor se encenderá contra
vosotros, y cerrará los cielos para que no haya lluvia” (Deuteronomio 11:16, 17).
Pero a pesar de la advertencia de Dios, Israel no consideraba que la adoración
de Baal y sus males asociados fueran malos. Para ellos era muy aceptable. Lo
legalizaron, lo propagaron y lo aprobaron. ¡Pero Dios no lo hizo! La sequía
dijo que Dios la condenó severamente. La sequía dejó en claro que la adoración
a Baal y los males que la acompañaban eran una vil maldad y merecían un
juicio severo. La sequía dijo que Dios tiene estándares diferentes a los de Israel
y cuanto antes Israel adopte Sus estándares, mejor.
Algunos, por supuesto, se quejarán de la severidad del juicio; pero los que
se quejan son siempre los que no ven la enormidad del pecado y su efecto
devastador sobre el bienestar de las personas. El juicio no es cruel.
Dios no es malicioso ni busca con ira profana obtener Su libra de carne de
aquellos que no se inclinan ante Él. La Biblia nos dice que el juicio es una muestra
de la bondad amorosa de Dios. En el Salmo 107, el salmista habla de la rebeldía
de Israel y del juicio de Dios sobre ellos como resultado. En este Salmo, el
salmista llama bondad amorosa a las acciones del juicio de Dios: “Él
vuelve los ríos en desierto, y las fuentes de las aguas en sequedad; la tierra fértil
en yermo, por la maldad de los que
habitad en ella… El que sea sabio y observe estas cosas, comprenderá la misericordia
de Jehová” [Seite 36] (Salmo 107:33, 34, 43). Sí, la mano castigadora de Dios es una
expresión de su amorosa bondad. “Porque el Señor al que ama,
disciplina” (Hebreos 12:6). De hecho, es un acto de amor tratar de que la gente vuelva
al camino correcto. Y cuanto peor sea el mal, más severo tendrá que ser el castigo
para hacer la corrección adecuada.
Dios, por lo tanto, no debe ser culpado ni acusado de crueldad al traer la sequía sobre
el pueblo. Además, Elías tampoco debe ser criticado por predicar el juicio. Predicar el
juicio no es ser odioso, duro de corazón, despiadado y sin amor. Más bien, es el acto de
un ministro fiel que ama a su pueblo lo suficiente como para correr el riesgo de ser
odiado y abusado por predicar el juicio para tratar de salvar al pueblo de sus malos
caminos.
¡El predicador que rehúsa acusar al pecado y proclamar juicio sobre él es el predicador
que carece de amor por su pueblo!
Segundo, el juicio fue para exponer a Baal. Baal, siendo el dios de la fertilidad,
se suponía que era especialmente fuerte en el área de la lluvia y las buenas cosechas.
Cuando la lluvia y el rocío se detuvieran en la tierra, la gente le suplicaría a Baal que
trajera lluvia. Pero Baal sería incapaz de hacer eso. Cuanto más persistiera la
sequía, más impotente se mostraría Baal. Mostraría que no tenía influencia, ni poder para
hacer nada con respecto a la lluvia.
La impotencia de Baal se mostraría particularmente en el hecho de que Elías, el profeta
de Jehová, dijera que él, Elías, decidiría cuándo terminaría la sequía.
Los profetas de Baal no podrían acabar con la sequía, porque Baal no les podía dar
ningún poder. Los profetas de Baal sin duda estarían bajo una gran presión para hacer
algo con respecto a la sequía, especialmente cuando la sequía se hizo cada vez
más severa, pero no pudieron. Esta exposición de Baal culminaría en el Monte
Carmelo cuando Elías desafiara a los profetas de Baal a mostrar lo que su dios podía
hacer, y él a su vez les mostraría lo que Jehová podía hacer.
Dios usa el juicio para exponer nuestros falsos credos si no prestamos más atención.
gentil amonestación acerca de ellos. Y hoy tenemos muchos credos y filosofías
falsas que invitan al juicio Divino. Ya no los llamamos por nombres como Baal, por
supuesto [Seite 37] . Hedonismo, ateísmo, existencialismo, humanismo o freudismo
son algunos de los nombres contemporáneos de Baal. La carnalidad, la mundanalidad,
la codicia, la homosexualidad o la embriaguez son probablemente nombres
más descriptivos, aunque menos halagadores.
por estos falsos dioses y filosofías nuestras. Pero sean cuales sean los nombres, todos
son iguales. Nos apartamos de los caminos de Dios; y los argumentos que tenemos
para hacerlo se convierten en nuestros credos de vida y en lo que determina
nuestro estilo de vida. Neciamente pensamos que estos credos pecaminosos justifican
hacer cosas a las que Dios Todopoderoso se opone. Como Israel, abandonamos a
Dios en preferencia a los dioses que hemos hecho con nuestra propia mente y corazón.
Pero entonces Dios saca la alfombra debajo de nosotros y nos envía un juicio muy
merecido. Esto expone rápidamente la locura de nuestros credos y filosofías
perversas y muestra que tampoco pueden ayudarnos a superar una crisis. Son impotentes
para darnos esperanza cuando todo nos falla, impotentes para resolver nuestros
problemas, impotentes para darnos satisfacción, impotentes para darnos una vida
significativa e impotentes para darnos consuelo y seguridad cuando enfrentamos la
muerte y la eternidad. Los falsos profetas (a menudo llamados profesores,
psicólogos, psiquiatras, científicos, políticos o celebridades) de estos credos y
filosofías no tienen respuestas para las preguntas más importantes de la vida. No pueden
acabar con la peor sequía de todas, la sequía del alma del hombre, que puede secar
todos los intereses, todas las esperanzas, todos los placeres y todos los beneficios de la vida.
Tercero, el juicio fue para exaltar a Jehová. Baal estaba siendo honrado en el
tierra, no Jehová. El juicio de la sequía fue diseñado para revertir esa práctica.
Honraría los caminos de Jehová y honraría la palabra de Jehová. Mostraría Su camino
santo como el único camino aceptable, y mostraría Su Palabra como verdadera. Veamos
estas dos cosas con más detalle.
El honor de los caminos de Jehová. Los caminos de Jehová estaban siendo
despreciados, abandonados y burlados como resultado de la adoración a Baal en la
tierra. El culto a Baal promovía la más vil de las costumbres. Honraba la impiedad
grosera. Pero el juicio Divino enfatizaría que los caminos santos de Dios eran los
mejores caminos, los únicos caminos aceptables. Y mostraría que los caminos
de Baal eran caminos destructivos [Seite 38] . Si la humanidad no honra los santos
caminos de Dios obedeciéndolos, un día Él los honrará como resultado del juicio. Y desde
el punto de vista de las cosas, la única forma en que nuestra tierra honrará los santos
caminos de Dios es a través del juicio; porque nuestra tierra ciertamente no está honrando
los santos caminos de Dios a través de la obediencia.
El honor de la Palabra de Jehová. Dios había dicho que si Israel se apartaba de
sus caminos, traería sequía a la tierra (Deuteronomio 11:16, 17).
Israel se había apartado de Jehová durante muchos años, pero hasta ahora no había
sequía. Sin embargo, la sequía pronosticada mostraría que la Palabra de Jehová no era nula
y vacío. Validaría la Palabra y así daría gran honor a Jehová; porque cuando la
palabra de una persona se prueba verdadera, honra grandemente a esa persona.
La gente siempre se quejará del juicio de Dios, pero los nobles designios
del juicio Divino invalidan cualquier crítica al juicio. Hemos examinado tres diseños
de este juicio de la sequía, y los tres justifican con creces la imposición de la tierra.
3. El requisito previo de la predicción ¿ Por
qué se envió a Elías a Acab? ¿Por qué fue elegido para la tarea de
declarar el anatema de Dios sobre el pecado de Israel? ¿Fue porque obtuvo
algunos títulos impresionantes en algún seminario famoso? ¿Fue porque era un
atleta estrella (que, desafortunadamente, tiene muchos en nuestros púlpitos hoy)?
¿Fue porque tenía una iglesia grande? ¿Fue porque él era el jefe de algún
consejo ministerial importante en la tierra? No, no fue ninguna de estas razones,
aunque estas razones parecen muy importantes para la humanidad. Más bien, Dios
envió a Elías a Acab porque Elías fue estudiado, orado, limpiado y agitado. Puede
haber y sin duda hubo también otras razones, pero estas cuatro razones se destacan
especialmente en importancia. Elías tenía las calificaciones importantes para el
servicio de Dios.
Nos preocupamos demasiado por las oportunidades. En cambio, debemos
preocuparnos por las calificaciones. Te estudian, oran, limpian y agitan; y tendrás
un trabajo en la viña de Dios, ¡puedes contar con eso! Cristo se quejó de que
[Seite 39] los “obreros son pocos” (Lc 10,2). La razón de ese problema es que
pocos son estudiados, orados, limpiados y agitados.
Elías fue estudiado. Elías conocía bien la Palabra de Dios. Obviamente
lo había estudiado mucho. El mensaje que Elías le dio a Acab —“no habrá lluvia ni
rocío en estos años”— estaba arraigado y fundamentado en las Escrituras.
El mensaje de Elías decía lo que decía la Palabra de Dios. Decía que si Israel iba a
“servir a otros dioses y adorarlos [como lo estaban haciendo entonces]… entonces
la ira del Señor [se encenderá] contra vosotros, y él [cerrará] los cielos para que
no haya lluvia ” (Deuteronomio 11:16, 17) y que “Acontecerá que si no oyeres la
voz de Jehová tu Dios, para cuidar de poner por obra todos sus mandamientos…
Jehová hará llover sobre tu tierra polvo y polvo; del cielo descenderá sobre ti, hasta
que seas destruido” (Deuteronomio 28:15, 24).
La Palabra de Dios fue un gran motivador y motor de Elías. Como ejemplo,
cuando Elías estaba orando en el Monte Carmelo para que cayera fuego sobre el
altar, dijo: “Que se sepa… que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas” (1 Reyes
18:36). Un verdadero profeta de Dios habló y actuó como decretaba la Palabra de Dios, no
como dictaba el mundo. Por lo tanto, debe conocer bien la Palabra de Dios. Debe ser
un hombre de la Palabra. No puedes ser un hombre de Dios si no eres un hombre de la
Palabra de Dios. Y ciertamente no puedes ser el vocero de Dios para declarar Su mensaje
si no conoces Su Palabra.
Sin embargo, tenemos un buen número de hombres que afirman ser predicadores pero
que saben poco de la Palabra de Dios, dedican poco tiempo a estudiarla y cuyos
sermones (no es sorprendente) no son más que paja, aunque pueden ser muy
entretenidos para ellos. la audiencia.
Ser un hombre de la Palabra de Dios significaba que Elías habló un mensaje de
autoridad. Cualquier mensaje que esté basado en la Palabra de Dios tendrá
autoridad. No será un mensaje de incertidumbres, sino de finalidades. Será un mensaje
lleno de una fuerte convicción. Elijah no estaba adivinando acerca de la sequía que
pronosticó. Le estaba informando a Acab que vendría, sin peros, y, o [Seite 40] al respecto.
Su mensaje se basó en lo que Dios dijo, y no hay una autoridad superior. Necesitamos
mensajes de esta autoridad hoy. Los mensajes sin esta autoridad no nos servirán
de nada.
No resolverán problemas, no darán buena dirección ni liberarán almas. Nuestros
mensajes deben ser de la Palabra de Dios para que sean válidos y dignos de ser
declarados.
Cuando era joven, me advirtieron que no tomara "demasiada Biblia" en la universidad si
Iba a ir al seminario porque obtendría suficiente Biblia en el seminario.
Mi respuesta a esa advertencia es que no soy consciente de que uno pueda obtener
“demasiada Biblia”. La idea de que uno puede obtener “demasiada Biblia” es ridícula y se
originó en el infierno con Satanás. Es el mismo pensamiento perverso que teme
volverse "demasiado santo". Cualquier persona que tenga miedo de obtener “demasiada
Biblia” será de poca utilidad para Dios.
Elías oró. Aprendemos en el Nuevo Testamento que Elías fue orado. Elías “oró
fervientemente para que no lloviera, y no llovió sobre la tierra por espacio de tres años y
seis meses. Y oró otra vez, y el cielo hizo llover” (Santiago 5:17, 18). Elías oró
fervientemente (“fervientemente”) y frecuentemente (“oró de nuevo”). Esta oración se
hacía en privado. No fue una oración pública ostentosa hecha para impresionar a la
gente con su lenguaje y forma piadosos. Hay momentos en que uno debe orar en público
(Elías lo hizo en el Monte Carmelo), pero cuando examinamos la vida de oración de un
hombre
está en su oración privada. Allí Elías realmente sobresalió. Él fue orado.
Y Dios usa mucho a esos santos que son orados.
Algunos han criticado a Elías por orar para que cesara la lluvia y así traer
sobre la tierra y la gente muchas dificultades y sufrimiento. En la superficie
suena como una oración cruel. Pero no fue una oración cruel.
Matthew Poole dijo: “Esta oración suya no fue… maliciosa, sino necesaria,
y (todas las cosas consideradas) verdaderamente caritativa; para que por medio de
esta aflicción aguda y prolongada, el honor de Dios… sea reivindicado, y los
israelitas… puedan ser despertados para ver su propia maldad… y la
necesidad de regresar a la religión verdadera”. FB Meyer dijo, [Seite 41] con
respecto a la acusación de que la oración era terrible: “¿No fue más terrible para
la gente olvidar e ignorar al Dios de sus padres y entregarse a las licenciosas
orgías de Baal y Astarté?” Elías oró de acuerdo a la Palabra de Dios. Así que fue
una buena oración, independientemente de lo que digan los críticos. Solo le
estaba pidiendo a Dios que hiciera lo que Dios había prometido hacer si su pueblo
perseguía la idolatría. Estaba orando para que la vara del castigo de Dios hiciera
su trabajo. Su oración era que el bisturí del cirujano atravesara el cuerpo de la nación
enferma y cortara el mal para salvar la vida de la nación. Sí, la nación sufrirá, pero
es por su propio bien. Y notará que Dios contestó la oración, y eso dice algo sobre
el carácter excelente de la oración que hizo Elías.
Elías fue limpiado. En el Nuevo Testamento, Santiago confirma que Elías fue
limpiado. De hecho, era un "hombre justo" (Santiago 5:16), porque Santiago dijo:
"La oración eficaz del justo puede mucho".
(Ibíd.) que hizo la oración de Elías, que dice mucho acerca de la vida justa de
Elías. Cuando uno lee la narración del Antiguo Testamento acerca de Elías, no
tendrá dificultad en ver que Elías fue un hombre justo sobresaliente. Elías no tenía
ni una mancha de Baal en él. No había doblado su rodilla ante Baal. Él no
comprometería ni un ápice con Acab. No fue a las reuniones ministeriales
con los profetas de Baal. Era como Eliseo, su sucesor, quien fue descrito
como un "varón santo de Dios" (2 Reyes 4:9).
Dios ha instruido a sus siervos a "limpiaos vosotros, los que lleváis los vasos de
el Señor” (Isaías 52:11). Cuando era niño, a veces ayudaba a mi madre a poner
la mesa para comer. Pero antes de que comenzara a poner la mesa, mamá
inevitablemente preguntaba: "¿Tienes las manos limpias?" Ese era el requisito
que había que cumplir para ayudar a poner la mesa. Es lo mismo con Dios. Si
quieres que Dios te use, límpiate. Hoy el ministerio está plagado de una impactante
número de hombres que están contaminados hasta la médula. El divorcio no es
raro entre los ministros. Las escapadas inmorales son cada vez más frecuentes
entre los predicadores. [Seite 42] La mentira, el robo y el engaño se encuentran con
tanta frecuencia en los ministros como en la congregación. Sin embargo, no puedes
limpiar a los demás si tú mismo estás sucio. Las vidas sucias de los ministros han hecho
una burla de su predicación y del testimonio de sus iglesias. La integridad ha
sido reemplazada por la infidelidad y el diablo se regocija con toda esta inmundicia. Oh,
que los hombres de Dios sean hombres limpios. Pueden ser despreciados, ridiculizados,
impopulares y rechazados por la gente, eso no dañará su ministerio. Pero si
están contaminados, eso arruinará su ministerio para Dios y traerá una gran deshonra
a Dios.
Elías se inquietó. Si te estudian, oran y te limpian, ¡serás despertado! Serás despertado
contra el pecado. La razón por la que muchas personas son tan apáticas con respecto
al pecado es porque no profundizan mucho en la Palabra, oran poco y viven vidas
contaminadas. Nada mata tan rápido el celo contra el pecado como el fracaso en estas
tres áreas. Y el fracaso en estas áreas abunda hoy, por lo que pocos se agitan
por el mal.
De la vida de Elías, aprendemos que ser incitado contra el pecado significa que
será ferviente, audaz e impopular.
Ferviente. Cuando uno se agita contra el pecado, hablará con mucha
pasión y seriedad contra ella. Elías ciertamente hizo exactamente eso cuando le dio
a Acab el pronóstico del tiempo. Su mensaje a Acab no fue un discurso casual y no
debería haberlo sido. El pecado inundó la tierra y necesitaba una denuncia seria y
ferviente. No era tiempo de mensajes moderados sobre las travesuras, sino de
sermones conmovedores sobre el pecado. Entonces Elías le dio a Acab una declaración
ferviente y dinámica que sacudió el palacio y el imperio.
El Apóstol Pablo fue otro hombre que fue agitado por el pecado y como un
El resultado habló fervientemente en contra. Esto se ve, como ejemplo, en su
reacción a la idolatría en Atenas. “Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su
espíritu se conmovió en él, cuando vio la ciudad enteramente entregada a la idolatría.
Por eso disputaba en la sinagoga con los judíos y con los piadosos, y en la plaza cada día
con los que se reunían con él” (Hechos 17:16, 17). Más tarde Pablo pronunció un
ferviente discurso al [Seite 43]
atenienses en el Areópago (Hechos 17:19) exponiendo la locura de la idolatría y
exaltando al verdadero Dios. A diferencia de Pablo o Elías, muchos cristianos
profesantes podían caminar por las calles de Atenas o por la tierra de Israel sin ser
agitados en lo más mínimo contra el mal de la idolatría. Ellos son tan
apáticos del pecado que en lugar de ser agitados por todo el mal ante sus ojos,
admirarían las obras de arte de los ídolos y la grandeza de los templos de la idolatría. Hoy
existe tanta apatía en la iglesia que la gente no puede agitarse mucho por ningún
pecado en sus vidas o en las vidas de los demás. Pueden ver el pecado en la televisión
por hora y nunca ser agitados en lo más mínimo. No es de extrañar que la iglesia tenga tan
poco efecto en la sociedad de nuestro tiempo.
Nos vendría bien una predicación mucho más ferviente contra el pecado, como
la predicación de Elías a Acab en nuestros púlpitos hoy, en lugar de los mensajes
débiles, blandos y comprometedores que recibimos sobre el pecado. No hay mucho fervor
de palabra o de hecho por parte de la mayoría de los predicadores con respecto al pecado.
Pocos parecen estar inquietos por el pecado. Si un predicador se vuelve ferviente en
denunciar el pecado, algún miembro de la iglesia seguramente lo amonestará para que sea
más moderado y amoroso. Pero Dios no usa para Su obra a gente que no está agitada.
Envía a un Elías realmente agitado por el mal.
Atrevido. Elías necesitó mucho coraje para salir del bosque a
la presencia de un rey impío y declarar en su rostro el mensaje que hizo. Se necesitó
mucho valor para declarar que Jehová, no Baal, era Dios; que él, Elías, era siervo de
Jehová; y que el tiempo se iba a agriar y permanecer así hasta que él, Elías, decidiera
cambiarlo. Elías tomó su vida en sus manos ese día, porque entró en el foso del león y
derrotó al león. ¡Qué atrevimiento! ¡Qué coraje! Pero puedes esperar eso de alguien que
se agita contra el pecado porque se estudia, se ora y se limpia.
Si declaras el mensaje de Dios en una generación malvada, lo harás
hay que tener mucho coraje. Si le falta ese coraje, capitulará rápidamente ante el
mal, diluirá su mensaje, será selectivo en los pecados que denunciará (denunciará solo
aquellos pecados que no afecten a su congregación), y ajustará [Seite 44] sus formas
para complacer la multitud en lugar de Cristo. Pero la valentía será vuestra porción cuando
os levantéis por Dios contra el mal como debéis. Mucha gente puede inquietarse por una
gran cantidad de asuntos en el mundo, la mayoría de los cuales no importan y no tienen
nada que ver con la eternidad, pero pocos se inquietan lo suficiente por el mal como
para ganar una osadía santa para enfrentarlo y combatirlo. .
Impopular. Estar agitado por el pecado no hará que uno se haga querer por la
humanidad, pero de hecho puede hacer que uno sea muy impopular. Elías se convirtió
en un hombre acosado porque se incitó contra el pecado. Los profetas de la antigüedad
fueron despreciados y perseguidos y algunos fueron asesinados porque fueron incitados al pecado.
En Israel. Y algunos pastores han sido expulsados de sus iglesias por la
congregación porque estaban agitados por el pecado en su iglesia. Pero
popular o no, si quieres ser un siervo de Dios, es mejor que te levantes contra
el pecado.
El guante ahora ha sido arrojado por Elijah. El culto a Baal está siendo
cuestionado como nunca antes en Israel. Y Acab y Jezabel observarán
impotentes cómo un oponente a la adoración de Baal controla el clima y se burla
de todo lo que pertenece a Baal.
[Seite 45] II El
Wadi 1 Reyes
17:2–7 Después de
que Elías completó su tarea de ir al rey Acab y declararle el juicio de la
sequía, Dios le dio a Elías otra tarea. La siguiente tarea le ordenó a Elías:
“Vete de aquí, y vuélvete hacia el este, y escóndete junto al arroyo Querit [la
palabra hebrea traducida como 'arroyo' significa wadi, que es un curso de agua
ubicado en un valle o barranco que a menudo está seco excepto durante la estación
de las lluvias], que está delante del Jordán” (v. 3).
Hay mucho que hacer en el servicio de Dios, y Dios siempre tendrá una
tarea para ti. Él también lo revelará claramente. Por supuesto, debe cumplir con las
asignaciones anteriores antes de que se le otorguen nuevas asignaciones.
“Dios no concede nuevas revelaciones hasta que se ha cumplido con las ya
recibidas” (AW Pink). Si está confundido acerca de la voluntad de Dios para hoy,
puede ser el resultado de no haber obedecido la voluntad de Dios ayer.
Este nuevo encargo para Elijah no tuvo la emoción del anterior, pero
era igual de obligatorio. Ser enviado al palacio para ver al rey fue algo especial.
Había prestigio, posición y publicidad en acudir al rey. Ir a Cherith era todo lo
contrario. Pero la obligación en el servicio no está determinada por la emoción, el
estatus, la popularidad o la conveniencia de una tarea, sino por la Palabra
de Dios. Muchos, sin embargo, están más obligados al sentimiento, a la
búsqueda de gloria, a la comodidad personal ya la excitación carnal que a
la Palabra de Dios. No están interesados en las asignaciones de “Querit” de la
Palabra de Dios que tienen que ver [Seite 46] con su estilo de vida diario y
gobiernan lo que comen y beben y dónde
vivir. Por lo tanto, tales personas rara vez saben lo que es estar en la voluntad de Dios y
poseer las bendiciones selectas de hacer Su voluntad.
Hacer esta tarea fue muy esencial para el bienestar personal de Elijah. Se puede decir
que hacer cualquier tarea es esencial para el bienestar de uno, pero esta tarea lo era
especialmente con Elijah. Dios proveería para algunas necesidades muy importantes de
Elías en esta asignación. Cuán importante es entonces para él obedecer. ¡Y obedecer
lo hizo! “Él fue e hizo conforme a la palabra del Señor” (v. 5). Fue a Querit como se le
indicó y así obtuvo las bendiciones que Dios tenía para él. Y su obediencia fue pronta. No
deambuló disfrutando de las vistas de Samaria antes de dirigirse a Querit; pero
cuando Dios mandó, Elías obedeció prontamente.
Y fue bueno que obedeciera con prontitud; porque sus necesidades eran urgentes, muy
urgentes. ¿Y cuáles eran esas necesidades esenciales que Elías tenía y que serían
satisfechas al ir a Querit? Eran la protección de su vida, la provisión de sus comidas
y la preparación de su corazón. Su vida estaba en peligro, necesitaba el sustento del
pan de cada día, y necesitaba instrucción espiritual y alimento para refrescarse del servicio
pasado y prepararse para el servicio futuro. Nosotros también podemos tener necesidades
muy urgentes, necesidades de las que tal vez ni siquiera estemos conscientes, pero
necesidades que pueden y serán satisfechas solo mediante una pronta y completa
obediencia. Cuán importante es entonces que respondamos a los mandatos de Dios con
dedicación y prontitud.
A. LA PROTECCIÓN DE SU VIDA Dios le ordenó
a Elías que se “escondiera” junto al arroyo Querit. La palabra “ocultar” significa “esconderse,
esconderse… ocultar algo a alguien; proteger"
(Wilson). Para proteger su vida, Elías debía ocultarse de la vista del público. Debía pasar
desapercibido y mantenerse fuera de la vista.
Hay dos cosas que queremos señalar sobre esta protección. Primero, lo haremos
tenga en cuenta la necesidad de esta protección. En segundo lugar, notaremos la sentencia
en este amparo.
[Seite 47] 1. La necesidad de esta protección El mensaje
de Elías al rey Acab, que honró mucho a Jehová y deshonró mucho a Baal, no
inspiró honores del rey ni de la mayor parte de Israel. Para usar la terminología actual, el
rey no nombró a Elías capellán del palacio; ni el Club Rotario le otorgó el premio de
“hombre del año”; ni la asociación ministerial de Samaria lo invitó a hablar en su almuerzo
mensual. No, su mensaje provocó una gran ira, como suele ocurrir con los mensajes
contra el pecado. Y en los días de Elías esta ira podría volverse
violenta muy rápidamente. “Debido al temperamento de la época, cualquier hombre que
tomara una posición tan audaz de fe en Dios estaba marcado para la liquidación” (W.
Phillip Keller). El rey Acab estaba tan molesto con Elías que cuando llegó la
sequía predicha, hizo todo lo posible para encontrarlo. Abdías, uno de los siervos de
Acab, relató este hecho a Elías cuando dijo: “No hay nación ni reino [alrededor de
Israel], donde mi señor no haya enviado a buscarte” (1 Reyes 18:10). Y Abdías dio
más evidencia del gran celo venenoso de Acab para encontrar a Elías al
revelar que cuando una nación o reino dijo que Elías no estaba en su tierra, Acab “juró
al reino y a la nación que no te encontrarían” (Ibíd.). . Elijah estaba en la parte superior
de la "lista de los más buscados". Fue considerado por Acab como el que “perturba a
Israel” (1 Reyes 18:17). Por lo tanto, Elías necesitaba protección especial para su
vida. Necesitaba ser escondido de los hombres malvados. Si Elijah hubiera permanecido
en público, lo habrían apresado y amenazado su vida con hacer que lloviera de
nuevo o asesinado directamente por ser el culpable de la sequía.
La obediencia a Dios a menudo provoca más odio que honor por parte de los hombres.
El alma que se atreva a seguir fielmente al Señor estará expuesta al odio, al escarnio, al
escarnio, a la opresión ya la mezquindad criminal. Trate de ser un Elías en
carácter y en lealtad a Dios; y vosotros también seréis perseguidos y buscados para
maltratarlos. Y usted también puede sufrir privaciones y tiempos difíciles
secuestrado en un humilde y oscuro "Querit" mientras sus enemigos disfrutan
de la aceptación de la gente y de un entorno y circunstancias más
prósperos. Pero sólo un necio argumentaría que es [Seite 48] mejor ser aceptado y
honrado por un populacho impío que estar acostado en algún refugio del desierto como
Querit.
Proteger la vida de Elijah era necesario si Elijah iba a seguir sirviendo
el Señor como Dios desea. En esto hay una lección importante. Dios siempre está
tratando de proteger a los Suyos de la muerte que asesta golpes a su servicio. No
debemos darle a Satanás una ventaja indebida al oponerse a nuestro servicio. Nuestra
declaración de compromiso con Dios irrita mucho a Satanás. Hará todo lo posible para
detener nuestro servicio, cancelar nuestro compromiso y destruir nuestra dedicación.
Por lo tanto, qué importante es escuchar a Dios con respecto a cosas como dónde vivir,
qué comer y con quién estar. El no obedecer las órdenes de Dios puede acabar
con nuestras habilidades y oportunidades de servir. Es posible que a veces tengamos que
perdernos los "tejemanejes" para mantenernos en forma y capaces para Su servicio. Pero
a menos que vayamos a Cherith donde se proporciona protección para el servicio futuro, nunca haremos
al Monte Carmelo o a cualquier otro lugar donde podamos, por nuestro servicio,
traer gran honor a Dios.
2. El juicio en esta protección El método
usado para proteger la vida de Elías—ocultarlo de la vista pública—fue
una forma de juicio para Israel. Dios podría haber protegido a Elías por otros
medios y aun así haberlo dejado en público para que la gente pudiera escuchar
sus mensajes. Pero Dios no hizo eso. La protección venía por el ocultamiento.
Esto significa que la gente ya no podía escuchar sus mensajes importantes,
sus advertencias e instrucciones. Quitarle esto a la gente realmente lastimaría a la
gente, porque necesitaban desesperadamente el ministerio de Elías. Pero no iban
a conseguirlo durante algún tiempo. Habían despreciado sus oportunidades
espirituales, como tener un profeta de Dios entre ellos, y ahora, en el juicio, Dios les
quitará sus privilegios espirituales.
Es una gran maldición sobre cualquier nación cuando Dios esconde a Sus
predicadores de ellos. La presencia de un hombre de Dios en la sociedad es una
necesidad sumamente vital de la sociedad. Por lo tanto, cuando Dios quita a
sus ministros, es un juicio terrible. Creemos que es muy importante para el
bienestar de una comunidad tener un médico en [Seite 49] la comunidad, y de
hecho lo es. Pero cuánto más importante es tener un verdadero hombre de Dios en
la comunidad. El médico ayuda para las necesidades físicas, pero el predicador
ayuda para las necesidades espirituales. Y las necesidades espirituales del hombre
son las necesidades más grandes e importantes de todas. Pero si
despreciamos nuestras bendiciones y oportunidades espirituales, como tener un
hombre de Dios entre nosotros, Dios nos las quitará. El salmista habla de esto
en el Salmo 74. En los versículos 7 y 8, primero habla del pueblo abandonando a
Dios cuando dice: “Fuego han echado en tu santuario; han profanado echando por
tierra la morada de tu nombre. Dijeron en su corazón: Destruyámoslos a una;
han quemado todas las sinagogas de Dios en la tierra.”
Luego, en el versículo 9, registra los resultados de abandonar a Dios: “No vemos
nuestras señales; ya no hay profeta, ni hay entre nosotros ninguno que sepa
hasta cuándo.” Otro Salmo dice la misma verdad cuando dice: “Como no se deleitó
en la bendición, así sea lejos de él” (Salmo 109:17). Dios, hablando a través de
Moisés, advirtió a los israelitas del peligro de abandonarlo. Dijo que si Israel lo
abandonaba, “Esconderé de ellos mi rostro”
(Deuteronomio 32:20). El mismo mensaje se repite en los Evangelios, “y consultaron
entre sí para darle muerte [a Jesús]” y las consecuencias fueron:
“Jesús, pues, ya no andaba abiertamente entre los
judíos” (Juan 11:53, 54). Si no quieres la bendición, Dios te complacerá y te la quitará.
¿No explica esta verdad por qué tantos púlpitos en nuestra tierra son tan estériles
de buen alimento espiritual? Claro que lo hace. Durante demasiado tiempo, la gente ha
mostrado poco interés en la bendición espiritual. Si el sermón del predicador es un poco
largo, se enfurecen y se quejan porque prefieren sus programas deportivos de toda la
tarde del domingo y los comerciales de cerveza en la televisión a unos minutos extra de
instrucción espiritual del Libro de Dios. Así Dios, en Su ira justificada, ha vaciado púlpito
tras púlpito de hombres que pudieran predicar con excelencia; y ahora casi todo lo que
obtienes de los sermones dominicales son cáscaras.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el editorial de un periódico británico transmitió
el mismo mensaje de la pérdida de bendiciones espirituales y [Seite 50] oportunidades por
falta de respeto hacia ellas. Decía: “Hemos sido un pueblo amante de los placeres, que
deshonraba el día de Dios… Hemos preferido viajar en automóvil a ir a la iglesia; ahora
hay escasez de combustible para automóviles. Hemos ignorado el sonido de las
campanas de las iglesias que nos llaman a adorar; ahora las campanas no pueden
sonar excepto para advertirnos de una invasión. Hemos dejado nuestras iglesias
medio vacías cuando deberían haber estado bien llenas de fieles, ahora están en ruinas…
El dinero que no daríamos para la obra del Señor ahora nos lo quitan en forma de impuestos
más altos y el alto costo de vida. La comida por la cual nos negamos a dar gracias a
Dios, ahora es inalcanzable. El servicio que nos negamos a dar a Dios —ahora está
reclutado para nuestro país. Vidas que nos negamos a vivir bajo el control de Dios, ahora
están bajo el control de la nación”.
Trata bien a Elijah o Elijah será escondido; y su ministerio, que podría ser una tremenda
bendición para la tierra (podría traer la lluvia tan necesaria en el caso de Israel y evitar la
terrible sequía), no estará disponible. Fue un tiempo costoso para Israel cuando Elías fue
escondido en un cauce aislado para que la gente no lo matara. Y es costoso para
cualquier pueblo cuando no honran sus bendiciones espirituales, cualesquiera que sean
estas bendiciones.
B. LA PROVISIÓN DE SUS COMIDAS
La segunda cosa que Dios proveyó para Elías en Querit fueron sus comidas: su
alimento y su agua. Dios prometió que los cuervos lo alimentarían allí, y Dios le dijo a
Elías que bebiera del arroyo allí. Dios no está despreocupado de nuestras necesidades
diarias; y Él provee para ellos también. “Mirad las aves del cielo, vuestro Padre …
celestial las alimenta. ¿No sois vosotros mucho mejores [más valiosos, más importantes
para Dios] que ellos?” (Mateo 6:26).
1. La comida
“He mandado a los cuervos que te den de comer allí… los cuervos le traían pan y carne
por la mañana, y pan y carne por la tarde” (vv.
4, 6). La fuente, la estipulación y el calendario del suministro de alimentos se declaran en estos
versículos; y son muy instructivos.
[Seite 51] La fuente del suministro. Dios obraría un milagro al suministrar la comida.
Ordenaría a los cuervos que fueran los proveedores de Elías.
Desde un punto de vista humano, los cuervos ciertamente no serían las criaturas más
probables o atractivas para llevarle su comida. Eran carroñeros, considerados
animales impuros en la ley de Moisés (lo que significaba que no podías comerlos), y se
pensaba que eran un presagio de desgracia, tragedia y muerte. T. DeWitt Talmage, al describir
la improbabilidad de que el cuervo proporcione buena comida a los hombres, dice del
cuervo: “Era un ave tan feroz… que hemos creado una de nuestras palabras más
contundentes y repulsivas: voraz. Ese pájaro tiene pasión por sacar los ojos de hombres y
animales. Le encanta mutilar a los enfermos ya los moribundos, Se traga, con gorgoteo de
buitre, todo lo que le pone el pico; y sin embargo, toda la comida que Elías obtiene durante seis
meses o un año, es de los cuervos”.
Dios todavía usa cuervos a veces para suplir las necesidades de los suyos. Los cuervos
pueden no ser pájaros literales; pero son fuentes que, en el pensamiento humano, es muy
poco probable que sean de alguna ayuda para satisfacer las necesidades de los santos. Dios no
está limitado en las fuentes de las cuales puede satisfacer nuestras necesidades. Si no
recibimos de alguna fuente esperada, Dios proveerá de lo inesperado.
A veces los armarios de Dios están en lugares extraños. Pero todo esto mantiene nuestros
ojos en Dios como la fuente principal de nuestros suministros en lugar de los medios que Dios
usa. Y mantener nuestros ojos en Dios alienta mucho nuestra fe, especialmente en
momentos en que las circunstancias parecen tan negativas y nuestras necesidades son
tan grandes. Con demasiada frecuencia, si nuestras circunstancias son desfavorables y no
vemos ayuda humana cerca, nos desesperamos y concluimos que Dios está esposado y no
puede ayudarnos. ¡Pero no es así! Él puede mandar a lo inverosímil, incluso a los cuervos,
que nos alimente si así lo desea. Nuestras fuentes de ayuda son tan ilimitadas como el
poder de Dios. Los bancos, las cooperativas de crédito y las instituciones de ahorro y préstamo
pueden quebrar; pero Dios nunca falla. Las personas con las que contábamos para ayudarnos
pueden traicionarnos, pero Dios nunca nos traiciona. Cuando aquellos a quienes
creíamos generosos inesperadamente se vuelven avaros en su desempeño, entonces cuente
con Dios para que aquellos a quienes sabemos que son egoístas y avaros se vuelvan
repentinamente [Seite 52] extraordinariamente generosos. Dios puede hacer que los hombres, así como los anim
contrario a sus disposiciones naturales y suplir las necesidades de los suyos. Los cuervos
nos darán de comer si es necesario.
El hecho de que los cuervos alimentaran a Elías fue una gran acusación contra Israel. Fue
un impactante testimonio del triste estado de cosas en su tierra. Aquí, un gran hombre de
Dios, uno de sus más grandes profetas, es tan indeseado y desprovisto que Dios debe usar
pájaros para alimentarlo. La forma en que uno trata a los siervos de Dios es un reflejo muy
revelador de la relación de uno con Dios. Y cómo tratas a los siervos de Dios dictará cómo
Dios te trata a ti. Israel, o cualquier pueblo, pagará por su delincuencia al no cuidar al
hombre de Dios. Así que no es de extrañar que las bendiciones de Dios sean tan
pocas y escasas en muchas iglesias.
Estas iglesias casi matan de hambre a su pastor y lo tratan como un vagabundo. Entonces
tienen la audacia de pensar que Dios bendecirá a la iglesia. ¡Todavía no hemos visto ninguna
iglesia saludable y próspera que sea miserable con respecto a su pastor!
La estipulación del suministro. “He mandado a los cuervos que te den de comer allí” (v. 4).
Dios suplirá nuestras necesidades pero no sin cierta responsabilidad de nuestra parte.
Experimentar el cumplimiento de las promesas de Dios requiere una fe que lleve a la
obediencia. “Elías debe cumplir con el mandato Divino si va a ser alimentado
sobrenaturalmente… Dios no premiará ni la incredulidad ni la desobediencia” (AW Pink). La
responsabilidad de Elías se encuentra en la palabra “allí” en nuestro texto. Si Elías quiere
experimentar el milagro y que le provean sus comidas, debe ir al “allí” de Dios; o morirá de
hambre. “Allí” es donde está la voluntad de Dios, y es en la voluntad de Dios donde se
realizará la promesa. “Allí” es la estipulación de la oferta.
Cuando estemos donde Dios quiere que estemos, veremos a Dios obrando por nosotros
de maneras maravillosas La queja de muchos santos acerca de su falta espiritual y sus
decepciones es sólo una confesión de su desobediencia. Ellos no irían “allí” en obediencia
a la voluntad de Dios. Su matrimonio, su trabajo, su situación en la iglesia y otras
circunstancias son todas muy insatisfactorias para [Seite 53] . Pero no deben sorprenderse ni
quejarse. Dios le prometió a Elías que los cuervos lo alimentarían en Querit, no en
Samaria o Jerusalén o Belén o Tishbe.
El horario del suministro. Dos veces al día se le entregaba la comida a Elías.
“Los cuervos le traían pan y carne por la mañana y… por la tarde” (v. 6). El programa
de suministro promovió el carácter y la fe de Elías.
Primero, carácter. Elías no estaba provisto de lujos sino de lo que necesitaba y nada más.
Ni siquiera le daban tres comidas al día sino sólo dos.
No hay pausas para el café, tampoco. Tal horario exigía y fomentaba el carácter. Pero
muchos en nuestra tierra pensarían que es imposible vivir un estilo de vida tan espartano
en lo que respecta a la comida. Y es solo una vergüenza cuando vemos a cristianos
profesantes que entran a la iglesia, con un sobrepeso enorme, adictos a la televisión que
rara vez, si es que alguna vez, practican alguna disciplina en términos de apetito físico. Tales
personas no son buenos soldados de Jesucristo. No han aprendido nada acerca de negarse
a sí mismos (Mateo 16:24). Sería interesante ver cuán grande sería el aumento en el consumo
de ofrendas semanales de una iglesia si la membresía comenzara a ejercer algún carácter y
disciplina piadosa acerca de los apetitos carnales y pasara a la obra del Señor los ahorros
en gastos de comestibles.
Segundo, la fe. El programa de suministro indica que los cuervos nunca trajeron a Elías más
que suficiente para una comida. No pudo almacenar alimentos para el futuro. Si bien eso no es
necesariamente malo (sabiamente almacenamos una cosecha de verano para los meses de
invierno), aquí hay una lección sobre confiar en Dios día a día. Con demasiada frecuencia,
cuando tenemos un excedente, confiamos en él en lugar de en Dios.
El deseo de excedente a menudo conduce también al acaparamiento. El hombre prefiere confiar
en una alacena llena que en un Dios fiel. Talmage dijo: “Tú sabes tan bien como yo que la
gran preocupación del mundo es que queremos un excedente, queremos que los cuervos traigan
lo suficiente para cincuenta años… [pero] es mejor que nos contentemos con lo justo”. Nos
gusta el excedente, pero a Dios le gusta la fe ya menudo arregla nuestras circunstancias y
provisiones para que requiera fe diaria.
[Seite 54] 2. El agua
“Beberás del libro… y él bebió del arroyo” (vv. 4, 6).
El suministro de agua de Elías era el wadi. Notamos dos cosas acerca de este suministro
de agua. No fue milagroso, y no fue para siempre.
No fue milagroso. Dios no hizo un milagro para suministrar agua a Elías. Hizo un milagro
para proporcionar la comida pero no el agua. Dios no hace milagros a menos que sean necesarios.
Dios no obra milagros que tenderían a hacer que la gente se vuelva letárgica, perezosa e
irresponsable. Dios no está ejecutando un programa de bienestar como nuestro gobierno que
subsidia la pereza y promueve el desinterés en el esfuerzo energético. Dios tampoco está en el
negocio del entretenimiento realizando milagros como un espectáculo secundario
para la iglesia. Es la carne que ora por milagros cuando los milagros no son necesarios.
Por lo tanto, si su automóvil necesita gasolina y puede conducir fácilmente a una estación
de servicio y "llenarlo", entonces es mejor que conduzca hasta la estación de servicio y obtenga
su gasolina. Rezar por un milagro para llenar el tanque de gasolina es absurdo y una marca de
pereza y locura. Lo mismo es cierto con respecto a las necesidades físicas, aunque
esto no es tan perceptible para algunos como la ilustración de la gasolina y el
automóvil. Si está enfermo y puede acudir a un médico para obtener ayuda y medicamentos
que mejoren su salud, no tiene por qué rezar por un milagro. Muchas campañas de
sanidad no son más que la carne que quiere algo de emoción.
Dios puede hacer un milagro y enviar cuervos, pero no dejes que eso te ciegue
la orden de beber del arroyo. Fue necesario hacer un milagro con respecto a la comida de
Elijah para mantener el escondite de Elijah desconocido para sus enemigos. Pero el agua
pasó junto a él en Querit; y si quiere agua, la obtendrá sin milagro; o será desobediente a
Dios y morirá de sed.
No fue para siempre. Nuevamente la falta del milagro con el agua se ve en que “el arroyo
se secó, porque no había llovido sobre la tierra” (v. 7).
Dios no hizo un milagro para que el arroyo siguiera fluyendo. Los arroyos se secan.
Los cristianos deben estar preparados [Seite 55] para que las fuentes se sequen. Pero no
debemos confundir el agotamiento de una fuente con el agotamiento de la ayuda o el poder
de Dios. Todo lo que significó la sequía del wadi, en lo que respecta a la ayuda de Dios, fue
que Dios ahora usará una fuente diferente para suplir a Elías con su necesidad. “¿Por qué
Dios deja que se sequen?” pregunta FB Meyer; y luego responde: “Él quiere enseñarnos a no
confiar en sus dones sino en Él mismo”.
Esta es la misma lección que aprendimos sobre la fuente de la comida de Elías.
Las fuentes varían para que mantengamos nuestros ojos en Dios, no en la fuente terrenal.
Por lo tanto, los trabajos no son para siempre, las fuentes de ingresos pueden terminar, las
amistades pueden desaparecer, la popularidad puede agotarse rápidamente (como descubrió
Juan el Bautista) y la salud puede evaporarse debido al calor de alguna enfermedad. Pero los
arroyos que se secan no son una indicación de que Dios nos está abandonando. Solo
indican que Dios está cambiando la fuente de Su ayuda. Es una lección difícil de aprender y
una situación difícil de vivir. Pero Dios toma la mayor parte de los suyos a través de la
experiencia de secado de un arroyo en algún momento de la vida, si no muchas veces;
porque brinda una gran oportunidad para crecer en la fe, para mantener nuestros ojos
enfocados mejor en Dios, quien es la fuente principal de nuestros suministros.
C. LA PREPARACIÓN DE SU CORAZÓN
Dios no solo suplió las necesidades físicas y materiales de Elías en Querit; pero también allí
suplió sus necesidades espirituales. Elías tenía necesidades espirituales, así como necesidades
físicas y materiales, que debían ser suplidas si iba a continuar su servicio para el Señor. Dios no
solo cuida nuestro cuerpo,
pero también cuida de nuestra alma. Ambos necesitan atención. Pero nos preocupamos tanto por
las necesidades físicas y materiales que a menudo olvidamos que nuestras mayores
necesidades son las espirituales. Además, no parecemos discernir las necesidades del alma tan
bien como discernimos las necesidades del cuerpo. Pocos dejarían de percibir la
necesidad de Elías de protección física y de cosas tales como comida y agua. Pero no muchos
reconocen que Elías también tenía grandes necesidades espirituales.
Su corazón espiritual necesitaba una preparación considerable para el futuro si iba a continuar su
lucha contra los males de la tierra. Querit no era [Seite 56] solo un escondite para Elías. También
fue un lugar de preparación para su corazón.
Consideraremos tres importantes necesidades espirituales de Elías que fueron
se reunió en Querit. Eran la necesidad de soledad, humildad y paciencia.
1. La Necesidad de la Soledad
La Escritura nos exhorta a “Estad quietos, y sabed que yo soy Dios” (Salmo 46:10).
Para ello tendremos que ir solos, apartados del ruido y clamor de la multitud; para que podamos
escuchar a Dios hablar. FB Meyer dijo: “No podemos exorcizar los demonios que poseen a los
hombres, a menos que primero hayamos entrado en nuestros armarios y cerrado nuestras
puertas, y pasado horas de comunicación embelesada con Dios. La adquisición de
poder espiritual es imposible, a menos que podamos escondernos de los hombres... en algún
desfiladero profundo, donde podamos absorber el poder del Dios eterno”. CH Mackintosh dijo:
“Nuestro tiempo de entrenamiento en secreto debe exceder con creces nuestro tiempo de
actuación en público”.
Querit proporcionó a Elías una excelente situación para la soledad, porque había
estaría solo y también alejado del ruido de la vida pública. Sus días no estarían marcados por
innumerables deberes e interrupciones que obstaculizarían la meditación y la contemplación.
Tuvo tiempo para pensar, orar y meditar la Palabra de Dios. Cuán valiosa, entonces, era esta
soledad.
Afortunadamente, no pasó toda esta soledad en Cherith viendo la televisión. Demasiados santos
habrían hecho exactamente eso o, como no había televisión allí, se habrían quejado (porque
están muy enfermos espiritualmente) por no tener nada que hacer.
Todos los hombres necesitan un tiempo a solas con Dios. No, esto no sanciona los
extremos de los estilos de vida ermitaños; ni aprueba el negocio de los monjes y sus monasterios.
La soledad no es para siempre. No es el fin, pero es un medio para el fin. Es una estación de
repostaje, un momento para preparar el corazón para el futuro cuando se trata de público.
Los grandes hombres de Dios en la Escritura tuvieron momentos notables de soledad. Moisés
pasó cuarenta años en la parte trasera del desierto para [Seite 57] convertirse
equipado para sacar a Israel de Egipto. David pasó mucho tiempo solo en el desierto con
sus ovejas, pero fue un tiempo provechoso porque aprendió lecciones en su soledad que lo
convirtieron en el gran hombre que fue. Juan el Bautista pasó gran parte de su vida solo en el
desierto antes de convertirse en el heraldo de Cristo. Pablo pasó algún tiempo solo en
Arabia antes de comenzar su trabajo misionero. Y Juan el apóstol estuvo por un tiempo
recluido en la isla de Patmos, pero de esa reclusión salió el gran libro de Apocalipsis.
Aprendamos de esta necesidad de soledad y practiquemosla en nuestra propia vida.
Encuentre un lugar donde pueda estar a solas con Dios todos los días. Puede que tengas que
buscar mucho para descubrir el lugar, pero vale la pena buscar. Un granjero puede tener que
encontrarlo en su granero; algunos pueden tener que estacionar su automóvil al costado
de la carretera para poder estar solos. Pero necesitas ese tiempo a solas para pasarlo con
Dios en Su Palabra y en oración. Da fuerza, perspectiva, guía y ayuda como pocas cosas lo
hacen.
2. La necesidad de la humildad
Servir en lugares altos es un negocio peligroso. Puede fomentar rápidamente el orgullo en
las mejores almas. Las alturas pueden provocar mareos que provocan caídas graves.
Cuando Dios pone a alguien en un lugar alto, a menudo envía algo de humildad para
promover el equilibrio espiritual de aquellos que sirven allí. Querit era un lugar humilde. Era
un arroyo, no un gran río. Era un tosco refugio salvaje, no un castillo. Estaba
apartado de la atención aduladora de los hombres. Nadie podía vivir en Querit, como lo hizo
Elías, y envanecerse por mucho tiempo.
Incluso los arreglos de comida y agua serían una lección de humildad.
Pero qué importante para Elías experimentar esta humilde circunstancia.
Él lo necesitaba. Acababa de llegar de una excelente actuación ante el rey.
Había hecho algo que nadie más se había atrevido a hacer. ¡Qué coraje, qué fidelidad, qué
dogmatismo, qué mensaje, qué actuación! Incluso sus peores enemigos tendrían que
admirar la actuación aunque odiaran el mensaje. Así que el orgullo fácilmente podría llegar a
Elías a partir de esa ocasión. [Seite 58] Pero Dios rápidamente detuvo cualquier ataque de
orgullo que Elías pudiera haber experimentado al enviarlo a Querit.
El orgullo era un enemigo mucho peor que cualquiera que pudiera matarlo físicamente.
Cherith lo protegería tanto de eso como de aquellos que lo asesinarían. Elías necesitaba
la humillación de Querit o sería inútil para el servicio futuro. Su gran actuación ante las multitudes
en el Monte Carmelo no podría haber ocurrido si hubiera estado lleno de orgullo.
Antes de que Dios exalte, primero humilla; y Elijah iba a ser muy
exaltado en el monte Carmelo. Por lo tanto, necesitaba esta humillación previa para hacerlo
apto para el Carmelo.
¿Estás burlándote de alguna situación humillante en tu vida? ¿Dios ha guardado
despojándote de los altos honores de los hombres y permitiéndote recibir su desprecio
en su lugar? ¿Estás atrapado en algún Cherith apartado y oscuro donde pocos, si es que
hay alguno, pueden ver tus talentos y aplaudirte y elogiarte? No desesperéis, sino más
bien dad gracias a Dios porque os ha librado del pozo de la soberbia. Tu utilidad
para Dios no depende de tu posición en la vida o de los honores del hombre, sino que
depende mucho de tu disposición a caminar humildemente ante Dios en todo momento. Si
Dios te ha mantenido en lo humilde, es posible que te haya ahorrado mucho más
desastre espiritual del que podrías imaginar. Disfrute de la tranquilidad y el paisaje en
Cherith. Deléitate en el cuidado de Dios por ti y no envidies a aquellos que disfrutan de
los elogios y honores de los hombres.
Se acerca tu día; y cuando lo haga, tendrás el carácter para sobrevivir, algo que
pocas personas hacen.
3. La necesidad de paciencia
El mal no promueve la paciencia. Si uno vive en un día extremadamente malo, como
le sucedió a Elías, tendrá que prestar especial atención al asunto de cultivar la paciencia.
El salmista aborda este problema cuando dice: “Descansa en el Señor, y espera en él
con paciencia; no te inquietes… a causa del hombre que hace obras inicuas… Porque
los malhechores serán talados, pero los que esperan [los que tienen paciencia] en
Jehová heredarán la tierra” (Salmo 37:7, 9).
[Seite 59] No es fácil ser paciente cuando se ve triunfar el mal. Y estaba teniendo
mucho éxito en los días de Elías. Pero la paciencia es imprescindible si se quiere oponerse
con éxito al mal. Así que Dios proporciona en Querit un lugar donde Elías pueda crecer
en paciencia para que Elías esté mejor equipado para oponerse a la maldad de su
época, especialmente en ese gran día en el Monte Carmelo.
Realmente necesitaba paciencia allí; y realmente lo evidenció allí también, gracias,
en parte, a su experiencia en Cherith.
Elías aprendió paciencia en varias situaciones en Querit. Lo aprendió en
inactividad forzada, y lo aprendió en la desecación del wadi.
Primero, aprendió la paciencia en la inactividad. En Querit se vio obligado a un
período de inactividad. Esto sería muy difícil de soportar para un hombre de la naturaleza
de Elijah. Era un hombre de acción. La inactividad pondría a prueba su paciencia
hasta el extremo. Pero tal ejercicio sobre su paciencia ayudaría a que se hiciera
más fuerte. Iba a haber mucho esperando por delante para Elijah antes de que su
gran encuentro en el Carmelo. Así que necesitó mucha paciencia para esperar el tiempo de Dios.
El no haber esperado el tiempo de Dios hubiera sido desastroso para su obra.
En segundo lugar, aprendió a tener paciencia en la desecación del wadi. Si Elijah iba a
sobrevivir, necesitaba una nueva fuente de agua. ¿Cuándo debería empezar a buscar uno?
¿Cuándo debería dejar a Cherith e ir a donde había agua disponible? Lo correcto que debía
hacer, lo cual hizo, fue esperar en Dios para obtener más instrucciones. Pero notarás que
Dios no le ordenó que se moviera hasta que el wadi estuviera completamente seco. Cuánta paciencia
necesitó Elías para quedarse quieto y no moverse cuando vio que la corriente de agua se hacía
más y más pequeña cada día. Muchos habrían tomado las cosas en sus propias manos y se
habrían mudado mucho antes de que Cherith se secara por completo. Pero tal impaciencia habría
producido un cadáver reseco en algún desierto de obstinación. Elías había sido enviado a Querit por
orden de Dios, por lo que estaba obligado a permanecer allí hasta que Dios dijera lo contrario. Y lo
hizo, lo que resultó en una gran bendición; porque como veremos más adelante, Dios finalmente
le dio órdenes de mudarse a Sarepta donde sería provisto [Seite 60] de otra manera maravillosa.
Qué importante esperar pacientemente las órdenes de Dios. Que trágico no
esperar. El rey Saúl es una ilustración de esta tragedia (1 Samuel 13:8–13).
Samuel le había dicho a Saúl que esperara hasta que Samuel viniera a ofrecer el holocausto.
Pero Saúl no esperó. Las circunstancias se volvieron apremiantes, y él tomó las cosas en sus
propias manos y ofreció el holocausto él mismo. Pero le costó mucho. La regla del reino fue quitada
de su familia.
Saulo no es el único que sufre una gran pérdida por no esperar en Dios. Muchos otros han
perdido un reino de bendiciones porque no esperaron que Dios los dirigiera, eligiera o decidiera.
Las circunstancias apremiantes, los arroyos que se secan y los tiempos difíciles se han usado
como excusas para apartarse de la Palabra de Dios como la autoridad en la vida. En la impaciencia
carnal, las decisiones relacionadas con el trabajo, el matrimonio u otra situación a menudo se han
hecho sobre la base del razonamiento carnal, no sobre la base de las órdenes divinas. Y como
Saúl, llega el desastre.
Las bendiciones de Dios son abortadas. Las recompensas de esperar en el Señor se pierden para
siempre.
Esta paciencia no debe confundirse con la procrastinación. Dilación,
al igual que la impaciencia, también es rebelión carnal. La impaciencia corre delante del Señor;
pero la procrastinación se queda atrás. Cualquiera de los dos está equivocado. Pero la paciencia se
mantendrá en el paso con Dios. Y mantener el paso con Dios es muy necesario si esperamos servir a
Dios fielmente y obtener lo mejor de Dios en la vida.
El tiempo de Elijah en Wadi Cherith fue memorable. que bueno estuvo
es que siguió las instrucciones de Dios para ir allí. Pero Cherith no es una residencia
permanente. Cuando Dios cumplió Su plan para Elías en Querit, ordenó a Elías en otro
lugar para esperar más, aprender más y servir más.
[Seite 61] III La
viuda 1 Reyes 17:8–
16 Elías enfrentó una gran
crisis. Se quedó sin agua. El arroyo Querit, su único suministro de agua, se había secado. Se
había secado por falta de lluvia.
La sequía, que había sobrevenido a la tierra de Israel a causa de su adoración a Baal y las
malas prácticas que la acompañaban, estaba haciendo sentir su efecto de manera muy
aguda en toda la tierra. Aunque fue un gran profeta de Dios, Elías no estuvo exento del
sufrimiento y las privaciones que la sequía trajo a la tierra. Las buenas personas también sufren
cuando una tierra es juzgada por su pecado.
“Ninguno de nosotros vive para sí mismo” (Romanos 14:7); y cuando pecamos hace que
otros, incluso los inocentes, sufran.
A unas cien millas al noroeste de la ubicación de Elías en Querit estaba el pueblo de Sarepta.
Estaba ubicada en la costa del mar Mediterráneo en la tierra de Sidón (área general de Fenicia)
que limitaba con Israel. También se vio afectado por la sequía que había sobrevenido a Israel,
porque la sequía había llegado más allá de las fronteras de Israel a las tierras vecinas. En ese
pueblo había una viuda que estaba casi sin comida debido a las terribles condiciones de la
tierra. Una viuda estaría entre las primeras y más importantes en sufrir privaciones en una
sequía, ya que sus recursos eran generalmente mucho menores que los de la mayoría
de las personas. Debido a su gran necesidad, ella, como Elías, enfrentó una situación de vida o
muerte. Ambos necesitaban ayuda, y con prisa, si querían sobrevivir. Y también había ayuda
disponible. Estaba disponible de Dios. Pero sólo se obtendría a través de la obediencia al deber
divinamente prescrito.
La obediencia a su deber dado por Dios uniría [Seite 62] a los dos para presenciar el maravilloso
poder obrador de milagros de Dios a favor de ellos.
La obediencia al deber es siempre la mejor manera de obtener la ayuda de Dios.
Las crisis se pueden conquistar, las dificultades se pueden superar, los problemas se pueden
resolver y las grandes necesidades se pueden satisfacer si hacemos lo que Dios manda. Pero,
¡ay!, muy pocos obedecen. Muy pocos cumplen con su deber. Así que en lugar de conquistar, son
conquistada; en lugar de superar las dificultades, son vencidos por las dificultades;
en lugar de resolver problemas, solo los complican; y en lugar de satisfacer sus
necesidades, sus necesidades solo se vuelven mayores.
Con el tema del deber tan prominente en el texto que tenemos ante nosotros,
consideraremos en este capítulo la percepción del deber, las prioridades del deber y las
primas del deber en la vida del profeta Elías y también en la vida de la viuda de Sarepta.
A. LA PERCEPCIÓN DEL DEBER
El apóstol Pablo dijo: “No seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del
Señor” (Efesios 5:17). Cuán importante es esa exhortación, y cuán importante es
buscar y conocer la voluntad de Dios para nuestras vidas.
Algunos no están tan seguros de que siempre podamos percibir la voluntad de Dios,
nuestro deber divino. Pero tal duda es solo la voz de la desobediencia que habla, porque
ciertamente puedes percibir tu deber Divino. Y nuestro texto nos ayudará en este asunto
de conocer la voluntad de Dios. De él aprenderemos tres verdades importantes acerca
de percibir nuestro deber Divino. Primero, lo percibimos en las Escrituras: nuestro
deber se nos revela en la Palabra de Dios. En segundo lugar, lo percibimos a tiempo:
nuestro deber siempre se revela a tiempo. Tercero, lo percibimos en segmentos:
nuestro deber se nos revela paso a paso.
1. El deber se percibe en las Escrituras
Elijah vio que el arroyo se secaba antes de moverse. Esperó en Querit
hasta que “vino a él palabra de Jehová , diciendo: Levántate, ve a Sarepta” (vv.
8, 9). La voluntad de Dios para Elías le fue revelada por la Palabra de Dios. Pero Elías
[Seite 63] no estuvo solo en esta experiencia. A la viuda de Sarepta también se le
reveló su deber por la Palabra de Dios.
Notamos este hecho en el versículo 9 donde leemos: “Yo [Dios] mandé allí a una
mujer viuda [Sarepta] que te sustente” (v. 9).
Si quieres percibir tu deber, si quieres descubrir la voluntad de Dios
para tu vida, y si quieres revisar tu vida para ver si está de acuerdo con la voluntad de
Dios, entonces debes ir a la Palabra de Dios. Es la única guía infalible con
respecto a la voluntad de Dios. Lo que llamamos la voluntad de Dios en nuestra vida
debe ajustarse a la Palabra de Dios, o no es la voluntad de Dios. Muchos, que quieren
que pensemos que están haciendo la voluntad de Dios, están actuando en contra de
la Palabra de Dios, lo que significa que no están en la voluntad de Dios sin importar
cuánto insistan en que lo están. Estas personas a menudo piensan que están en la
voluntad de Dios debido a algún buen sentimiento o emoción que están experimentando.
En ese tiempo. No determinan la voluntad de Dios por la Palabra de Dios; por lo tanto,
tendrán gran dificultad para percibir con precisión la voluntad de Dios para sus vidas.
Aquellos que son los más persistentes en hacer la voluntad de Dios son aquellos que
hacen que la Palabra de Dios sea prominente en sus vidas. Elías ciertamente fue fiel a la
voluntad de Dios; pero no nos sorprende; pues, como notamos en un capítulo
anterior, la Palabra de Dios fue muy prominente en su vida. Y es muy prominente en
toda la historia de Elías registrada en las Escrituras. Como ejemplo, la frase “la
palabra del Señor”, o una similar, se encuentra repetidamente en la historia de Elías
(cp. 1 Reyes 17:2, 5, 8, 16, 24; 18:1, 31, 36; 19:9; 21:17, 28; y 2 Reyes 1:17).
Hoy muy pocas personas dan mucho lugar a la Palabra de Dios en sus vidas.
Incluso las iglesias son así. La enseñanza y predicación de la Palabra no es el énfasis
principal del programa de la iglesia de muchas iglesias. Más bien, es la recreación,
eventos sociales y cosas por el estilo que son el énfasis principal de estas
iglesias. Así que no es de extrañar que la gente sea cada vez más ignorante de la voluntad de Dios.
No es de extrañar que las políticas, normas y doctrinas adoptadas por las iglesias sean tan
mundanas. Y no es de extrañar que un pastor que quiere seguir la Palabra de Dios al dirigir
una iglesia a menudo experimente [Seite 64] mucha oposición de su
congregación porque no conocen la voluntad de Dios con respecto a la iglesia y su programa
y políticas.
2. El deber se percibe en la temporada
No cumplir con el deber de uno nunca se debe a que Dios se retrasó en revelar cuál era
ese deber. Dios está siempre a tiempo. Tanto en la vida de Elías como en la vida de la
viuda, este hecho es más destacado. Dios le habló a Elías en el tiempo adecuado cuando
el arroyo se secó y Elías necesitaba otra fuente de agua.
Elías no murió de sed. Si hubiera sido como muchos de nosotros, se habría preocupado
por dónde iba a conseguir agua y se habría preguntado si Dios le daría instrucciones a
tiempo. Pero no debemos preocuparnos de que Dios llegue tarde. Estaba a tiempo. Él
conocía la necesidad de Elías; y llegado el momento, le reveló a Elías lo que debía hacer.
Dios también habló a la viuda en el tiempo adecuado. Cuando llegó al último de sus
suministros, entonces Dios le habló. Estaba preparando su última comida cuando la
Palabra del Señor vino a ella, a través de Elías, diciéndole qué hacer. No pasó hambre,
como estaba anticipando (v. 12); porque Dios vino en el tiempo.
Aquellos que están en sintonía con la Palabra de Dios a menudo testificarán que
justo cuando necesitaban tomar alguna decisión importante o enfrentar alguna tentación
o prueba especial, un pasaje de las Escrituras en particular quedó especialmente
grabado en su mente y se convirtió en una guía lista para sus necesidades. conducta.
Esa Escritura útil puede haber llamado su atención en los devocionales diarios, o puede
haber llegado a través de un sermón escuchado en la iglesia. Cuán importante,
entonces, ser fieles en nuestro estudio diario de la Palabra y en nuestra asistencia a la
iglesia. El mismo pasaje de la Escritura y el mismo mensaje de la Palabra que necesitamos
en ese momento nos está esperando. Hemos visto personas que faltan a la iglesia y
que poco después fallan en hacer la voluntad de Dios en un área que tratamos en el
mismo sermón que predicamos cuando faltaron a la iglesia. Si hubieran estado en la
iglesia, habrían escuchado el mensaje de la Palabra que habría sido muy oportuno
para la situación de sus vidas. [Página 65]
Hemos visto que esto sucede tantas veces que realmente tememos por las personas
que se pierden los servicios de la iglesia. Si el predicador de Dios está predicando bajo la
guía del Espíritu Santo, sus mensajes serán más oportunos ya sea que se dé cuenta o no
en el momento en que esté predicando. Se adaptarán a las necesidades de la congregación.
Sí, Dios es fiel. Él revelará Su voluntad a tiempo. Pero si vamos a conocer Su voluntad
a tiempo, debemos ser fieles en escuchar lo que Él tiene que decir en Su Palabra.
3. El deber se percibe en segmentos
Otro aspecto destacado en la revelación del deber de Elías y la viuda fue que su deber
les fue revelado paso a paso. Elías fue ordenado a Querit por la Palabra de Dios. Pero al
mandarle a Querit, Dios no le dijo que el siguiente paso era Sarepta. No fue hasta que el
arroyo se secó y llegó el momento de seguir adelante que Dios reveló su nueva misión.
Así fue también con la viuda. Cuando Elías, como portavoz de Dios, declaró su deber, no
lo declaró todo de una vez. Primero, fue “Tráeme… un poco de agua” (v. 10); luego,
después de que partió hacia el agua, fue: “Tráeme… un bocado de pan” (v. 11); y a
luego, después de eso, fue “hazme… una pequeña torta” (v. 13).
FB Meyer dijo: “Los siervos de Dios deben aprender a dar un paso a la vez... Dios no da
todas las instrucciones a la vez, para que no nos confundamos; Él nos dice todo lo que podemos
recordar y hacer. Entonces debemos mirar a Él por más; y así aprendemos, por etapas fáciles, los
hábitos sublimes de la obediencia y la confianza.” El teniente Al Collins, mi capellán naval
favorito, dijo en una de sus clases bíblicas que la voluntad de Dios es como los faros de un
automóvil en el sentido de que dan suficiente luz para que podamos ver lo suficientemente
lejos para conducir con seguridad, pero no lo hacen. no mostrar todo el camino que tenemos por
delante. Fue una ilustración que nunca he olvidado, porque describe muy bien la práctica de Dios al
guiarnos paso a paso. Dios generalmente nos muestra solo lo que necesitamos saber en ese
momento. No necesitamos saber sobre el deber de mañana hasta que llegue mañana. Por lo
tanto, concéntrense en el deber revelado de hoy y ejecútenlo bien; y luego, cuando
llegue mañana [Seite 66] , se le dará la tarea de mañana.
Tener la voluntad de Dios revelada paso a paso nos exhorta a la mayordomía espiritual,
porque es costumbre de Dios no revelar la voluntad de mañana a menos que hayamos cumplido
con el deber de hoy. Si Elías no hubiera ido a Querit, no se habría enterado de las órdenes de
Dios de ir a Sarepta. Si la viuda no hubiera seguido sus órdenes cada vez, no habría recibido más
órdenes.
El profeta Jeremías también experimentó esta verdad de manera muy conspicua. Dios habló
a Jeremías y le dijo: “Levántate y desciende a la casa del alfarero, y allí te haré oír mis
palabras” (Jeremías 18:2).
Jeremías ya estaba escuchando la Palabra de Dios en ese texto. Pero si quería saber más, si
quería obtener más revelación, tenía que cumplir con su deber actual. Él obedeció y, como
resultado, escuchó más de Dios.
Esa es la clave para aprender nuestro deber. Obedeces cada paso, y no perderás un paso en
conocer la voluntad de Dios. Sea un buen mayordomo de su deber presente, y conocerá su deber
futuro.
B. LAS PRIORIDADES DEL DEBER
A menos que el deber tenga la máxima prioridad, con frecuencia se dejará de hacer. El deber
divino debe ser respetado. Son las órdenes de Dios y la voluntad de Dios para nuestras vidas.
Por lo tanto, tiene precedencia sobre cualquier otro deber. Nada debe usurpar su lugar anterior
en la vida. Y nada usurpó la prioridad del deber Divino en la vida de Elías y la viuda. Ponen el
deber por delante de sus situaciones, por delante de sí mismos y por delante de sus sentidos. No
permitieron que las circunstancias, el egoísmo o el razonamiento carnal les impidieran
cumplir con su deber.
1. El deber tiene prioridad sobre las situaciones
Las circunstancias de Elías ciertamente no animaron a hacer lo que Dios le dijo
él para hacer. Sí, el arroyo que se está secando animaría a ir a buscar agua a otro
lugar, pero no al pueblo de Sarepta. Sarepta estaba a solo ocho millas de Sidón, la
ciudad de Etbaal, quien era el jefe de “la dinastía más malvada entonces en el
poder” (Edersheim), el líder del culto a Baal y el padre de Jezabel. Por lo tanto, si Elías
va a obedecer a Dios, debe ir [Seite 67] directamente al patio trasero de sus
enemigos. Peligroso no es la palabra adecuada. La carne lo llamaría suicida. J. Hammond
dice: “Su sentimiento [sobre dejar Querit para ir a Sarepta] sería algo como el de los
hombres de David: 'He aquí, tenemos miedo aquí en Judá, ¿cuánto más si llegamos a
Keilah?' (1 Samuel 23 :3). De todos los escondites, ese le parecería el más temible.
¿Cómo puede escapar de la detección allí?
Además, Dios ordenando a Elías ir a Sarepta significaba que Elías debía hacer
un viaje de unas cien millas o más. Se encontrarían grandes dificultades para hacer
ese viaje con la hambruna en pleno apogeo; y al viajar tantas millas, sería difícil
evitar que lo detectaran. Así que la situación de Elías ciertamente no lo animó a cumplir
con su deber.
Qué fácil hubiera sido para él haber dejado que el peligro y la dificultad de su situación
tuvieran prioridad sobre su deber. Pero el no lo hizo. Demostró lo que todos debemos
hacer: dar el primer lugar a nuestro deber Divino sin importar cuán contrarias sean nuestras
circunstancias.
La viuda también tenía circunstancias que parecerían sobrepasar en importancia a
su deber. Su deber Divino era cuidar de Elías. Pero, ¿cómo podía cuidar de Elijah cuando
su situación era tan desesperada? Sus suministros consistían únicamente en comida
suficiente para una comida para ella y su hijo.
“Tengo… solamente un puñado de harina en un tonel, y un poco de aceite en una vasija;
y he aquí que estoy juntando dos leños, para entrar y prepararlo [prepararlo] para mí y
para mi hijo, para que lo comamos y muramos” (v. 12). Difícilmente su pobreza parece
compatible con su deber. Sus circunstancias dirían que ella era la que necesitaba ayuda,
no la que debía ayudar.
Pero su pobreza no fue la única situación difícil que enfrentó para guardar a
Elías. Mantener a Elijah también fue algo muy peligroso. Era un hombre muy buscado,
y aquellos que albergan a hombres buscados están sujetos a un gran peligro. Estaría
arriesgando su vida para quedarse con Elijah.
Sí, la situación de la viuda realmente se oponía a su deber; y ella, como Elías,
fácilmente podría haber dejado que su situación le impidiera cumplir con su deber. Pocos
la habrían criticado si lo hubiera hecho. Pero [Seite 68] independientemente de ella
circunstancias, ella todavía dio prioridad a su deber Divino; de lo contrario, nunca lo habría hecho.
Cuantas veces eludimos hacer la voluntad de Dios por alguna excusa de situación.
La menor dificultad o el menor peligro parece suficiente para cancelar el deber de la mayoría. No
queremos tener que hacer ningún esfuerzo, sufrir molestias, correr ningún riesgo financiero o de otro tipo,
ni someternos a ningún sufrimiento para hacer la voluntad de Dios. Si nuestro deber Divino no viene
en una calle fácil, nos lo saltamos. Pero cumplir con nuestro deber no es ser secundario a las condiciones
favorables. Es tener prioridad independientemente de cuál sea nuestra situación.
2. El deber tiene prioridad sobre uno mismo
Una persona egocéntrica no cumplirá bien con su deber, si es que lo hace. El yo no puede
reinar si se ha de cumplir con el deber. Elías ciertamente tuvo que poner sus propias preocupaciones
sobre sí mismo en un segundo plano para poder obedecer al Señor y viajar a Sarepta, que
estaba ubicada en un área muy hostil para él personalmente. Pero en nuestro texto, la muestra más
conspicua de altruismo se ve en la viuda de Sarepta. Ella fue desafiada especialmente en cuanto
a si el yo o el deber tenían prioridad. Ella fue desafiada por primera vez cuando Elijah le pidió un
trago de agua cuando le habló por primera vez. Estaba ocupada en ese momento organizando las cosas
para preparar una comida para ella y su hijo. También estaba casi abrumada por el dolor porque su
futuro parecía muy sombrío. Ella pensó que la muerte por inanición era inminente para ella
y su hijo. Pero ella dejó a un lado sus preocupaciones y cargas personales e inmediatamente fue
en busca de un trago para Elijah; todo lo cual mostró considerable generosidad.
Pero el desafío más grande, sin embargo, en cuanto a si el yo o el deber estarían primero,
ocurrió cuando Elías le dijo: “Hazme de eso primero una torta pequeña” (v. 13). El pedido de Elijah fue
que ella le diera a él la última porción de comida en lugar de que ella y su hijo la comieran. Qué
prueba tan severa para uno mismo. Incluso la mejor de las personas desinteresadas tendría
problemas aquí. Y la hambruna haría este desafío aún más difícil. “El hambre saca a relucir el egoísmo
en formas horribles [cp. 2 Reyes 6:28, 29]” (El Ilustrador Bíblico). Pero la viuda pasó la prueba
con gran éxito. No era una mujer egoísta [Seite 69] . Ella le dio prioridad al deber Divino sobre sí
mismo.
W. Phillip Keller dijo: “No sabemos nada acerca de la genuina entrega y
compartir hasta que nuestra propia supervivencia se ponga literalmente en peligro. ¡Tal pensamiento
nos aterroriza a la mayoría de nosotros!” Cuan cierto. Pero la viuda de Sarepta lo hizo.
Su propia supervivencia estuvo involucrada en dar a Elijah. “¡A la mujer se le pidió todo lo que tenía, y
ella lo dio!” (José Parker). El yo no debe tener
prioridad o mucho deber al que Dios nos llama nunca será cumplido. Muchos que están fuera de
la voluntad de Dios tienen su propio egoísmo como causa principal de su delincuencia.
Para que nadie malinterprete la petición de Elías como egoísmo de su parte,
apresuraos a señalar varios hechos que eximirán a Elías de cualquier egoísmo al pedir
la torta. Primero, Elías, como profeta de Dios, estaba hablando solo lo que Dios le
instruyó que dijera. Fue “conforme a la palabra de Jehová que habló por medio de
Elías” (v. 16). Y lo que Dios, a través de Elías, le estaba diciendo a la viuda era que le diera a
Dios primero.
Segundo, Elías, siendo el profeta de Dios, era simplemente el representante de Dios a
través del cual ella daría a Dios. El desafío para la viuda era dar primero a Dios, incluso si era
su último bocado de comida. Ella cumpliría el desafío, su deber, dándole a Elías.
La viuda no es la única que debe dar primero a Dios. Todos tenemos este deber. IM
Haldeman dijo: “Al pedirle a la mujer que lo cuidara primero como representante del Señor, Elías
estaba actuando en la línea del principio Divino. La ley es que Dios será el primero”. Este es
el mismo mensaje de Cristo en Mateo 6:33: “Buscad primeramente el reino de Dios y su
justicia”. Pero pocos lo hacen. Por ejemplo, las personas que se atrasan en el diezmo
o no dan nada no han comenzado a practicar esta prioridad. El yo es la prioridad paralizante en
la vida de estas personas.
3. El deber tiene prioridad sobre el sentido
La lógica carnal a menudo se opone a cumplir con nuestro deber. Pero el razonamiento
humano, siempre tan honrado por un mundo incrédulo, nunca debe tener prioridad sobre
los mandatos de Dios. Es posible que los mandamientos de Dios [Seite 70] no siempre tengan
sentido para nuestro intelecto; aunque de hecho son las cosas más lógicas de hacer porque son
los mandamientos de Dios. Pero el hecho de no comprender completamente la razón de nuestro
deber no disminuye la responsabilidad de hacerlo.
El razonamiento humano ciertamente habría argumentado contra el deber de la viuda y
el de Elías. Cuando se le dijo a la viuda que si le daba primero a Elías su comida y su aceite no
se acabarían, el razonamiento humano habría argumentado que “Ella no tenía precedente
ni ejemplo para tal acto y para tal esperanza” (James Smith). Cuando se le dijo a Elías que
fuera a Sarepta, el razonamiento humano habría argumentado que seguramente era
extraño ir a Sarepta en lugar de algún escondite secreto lejos de Israel y sus amigos,
especialmente un aliado tan impío como Etbaal de Sidón. Además, el razonamiento humano le
habría dicho a Elías que una viuda era la última persona en el
mundo que pudiera sostenerlo. Y cuando llegó a Sarepta, ese razonamiento parecería estar
aún más justificado. ¡No solo era viuda, sino que también estaba en la pobreza y hasta su
última comida! ¿Ha cometido Dios un error? ¿Dios es estúpido? Tanto Elías como la viuda
podrían haber dicho fácilmente: “Sí”.
El razonamiento humano ciertamente diría “Sí” a esas preguntas. Pero tanto para el
razonamiento humano. Como muestra el contexto, la viuda cuidó muy bien de Elías; y la
seguridad de Elías nunca estuvo en peligro. El razonamiento humano puede sonar
muy sabio y bueno, ¡pero no está a la altura de los mandamientos de Dios! Y nunca
debemos darle prioridad sobre los mandatos de Dios.
No se nos pide que entendamos los mandamientos de Dios; solo se nos pide
obedecerlos. No necesitamos otra razón para hacerlas sino que son Sus
mandamientos. Sin embargo, una gran cantidad de miembros de iglesia en iglesias
fundamentales que creen en la Biblia, quienes, por lo tanto, deberían saber mejor,
protestan por cumplir con su deber hoy diciendo que no es razonable, que no funcionará, que
no se puede hacer y que no es práctico. Hacen que estas excusas suenen tan intelectuales,
académicas, humanamente lógicas y respetables. Su mente desobediente se
convierte en un maestro en el razonamiento que se opone a la voluntad de Dios. Por lo
tanto, las mujeres no son las encargadas del hogar, sino que buscan el mercado laboral
para ellas mismas y una gran cantidad de niñeras y guarderías para [Seite 71] sus hijos.
Otros muestran más interés en el trabajo de horas extras dominicales que en los servicios religiosos dominica
Además, se permiten los divorcios, sí, incluso se fomentan; y las personas divorciadas
que se vuelven a casar son igualmente sancionadas y fomentadas. Y aumentan los abortos,
la compra de billetes de lotería, el consumo social de alcohol, la benevolencia hacia
los homosexuales, la asistencia al cine y el alquiler de videos pornográficos. Todo esto en
contra del deber Divino prescrito en la Escritura. Pero el razonamiento humano argumenta
inteligentemente en oposición y con demasiada frecuencia se le da prioridad sobre el
deber. Sin embargo, si se ha de cumplir el deber, siempre debe tener prioridad sobre
el razonamiento humano. “Así dice el Señor” es la autoridad final con respecto al deber.
C. LAS PRIMAS DEL DEBER Las
bendiciones por cumplir con nuestro deber son muchas. Dar prioridad al deber Divino no
defrauda a nadie. Las perspectivas, al ojo humano, pueden no parecer muy alentadoras
cuando se asigna el deber por primera vez. Pero eso solo prueba nuestra fe. No quita las
primas recibidas por cumplir con nuestro deber.
Consideraremos tres bendiciones maravillosas, tres grandes premios, que podemos
anticipar al cumplir con nuestro deber. Son la providencia de Dios, el poder de Dios y las
provisiones de Dios. Estas bendiciones deberían ser un verdadero estímulo para cumplir
con nuestro deber.
1. La Providencia de Dios
El Apóstol Pablo dijo: “Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan
a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”
(Romanos 8:28). Este versículo promete la providencia divina. Dios resolverá todo. Dios
arreglará, planeará y ordenará maravillosamente las circunstancias. Es una gran promesa,
pero definitivamente no es para todos.
Muchos citan con ligereza este versículo cuando surgen problemas y dicen: “Al final todo
saldrá bien”. Pero eso no es verdad. Todo puede no funcionar al final. Las circunstancias
pueden no encajar maravillosamente para usted. Esta promesa es solo para aquellos que
cumplen con el deber que Dios les ha dado. Es para aquellos que “aman a Dios” y que
[Seite 72] son “llamados [y por lo tanto viven] de acuerdo con su propósito [Su voluntad]”.
Están haciendo lo que Dios les ha dicho que hagan. Y una de las recompensas por hacer la
tarea divinamente asignada es que la providencia benéfica será tu porción.
Elías ciertamente experimentó esta bendición de una manera maravillosa en nuestro texto.
Cuando Dios le ordenó que fuera a Sarepta, dijo: “A una mujer viuda he dado orden allí para
que te sustente” (v. 9). Ahora note lo que sucedió cuando Elías obedeció. “Así que se
levantó y fue a Sarepta. Y cuando llegó a la puerta de la ciudad, he aquí la viuda estaba
allí” (v. 10). ¡Qué providencia! El mundo diría que fue una coincidencia afortunada. Pero,
¿qué sabe el mundo impío e incrédulo acerca de la providencia divina? ¡Nada!
Pero los que hacen la voluntad de Dios sabrán mucho acerca de la providencia de Dios. Es
una prima valiosa y bendecida para aquellos que cumplirán con su deber Divino.
La viuda también experimentó una maravillosa providencia en su vida a causa de
cumpliendo con su deber, particularmente el deber de prepararse para esa supuesta última
comida. Pink dice: "Que se tenga debidamente en cuenta que su mujer no dejó de
cumplir con su responsabilidad... En lugar de ceder a la desesperación total, sentarse y
retorcerse las manos, estaba muy ocupada recogiendo leña para lo que creía que sería su
última vez". comida. Este no es un detalle sin importancia, pero debemos tomarlo en serio...
Cumple con tu responsabilidad hasta el final, aunque sea en la preparación de
tu última comida. Ricamente fue pagada la viuda por su industria. Fue mientras ella estaba
en el camino del deber (¡el deber del hogar!), que Dios, a través de Su siervo, se encontró con
ella y la bendijo”. ¡Se habría perdido esta maravillosa providencia del encuentro con Elías si
no hubiera estado cumpliendo con su deber!
Las Escrituras nos dan muchas otras ilustraciones instructivas de cómo las personas
experimentaron la bendición de la providencia de Dios porque cumplieron con su deber
divino. El sirviente de Abraham fue enviado a Harán para encontrar una novia para Isaac.
Cuando el sirviente llegó a Harán, la primera mujer que encontró en el pozo fue la misma
mujer que se convertiría en la novia de Isaac. El comentario del sirviente sobre esta
maravillosa providencia fue: “Estando yo en el camino, el Señor me guió”
[Seite 73] (Génesis 24:27). Sí, ciertamente, estaba en camino de cumplir con su deber;
y así la providencia obró para él de una manera maravillosa. Mardoqueo cumplió con su
deber y expuso un complot de asesinato dirigido al rey Asuero. En la víspera de la ejecución
planeada de Mardoqueo en la horca por el malvado Amán, el rey tenía insomnio. Entonces,
ya que estaba despierto, mandó a sus sirvientes que le leyeran del registro de su
administración. En la lectura se enteró de la hazaña de Mardoqueo. Como resultado, hizo
grandes honores a Mardoqueo, lo que evitó que Mardoqueo fuera a la horca. El
insomnio providencial resultó en salvar la vida de Mardoqueo (Ester 6). ¡Qué
bendición escogida por simplemente cumplir con el deber de uno! Otro incidente de
providencia en las Escrituras involucró a Pedro y Juan preparándose para la Pascua de
Cristo y los discípulos. Cuando Pedro y Juan le preguntaron a Cristo: “¿Dónde quieres que
nos preparemos?” (Lucas 22:9), Cristo respondió: “He aquí, cuando entréis en la ciudad, os
saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo… Y él os mostrará un
gran aposento alto amueblado; ahí prepárate”
(Lucas 22:10, 12).
Usted también puede experimentar este bendito beneficio de cumplir con su deber Divino.
Esté donde se supone que debe estar, haga lo que se supone que debe hacer, y descubrirá
que Dios ordena la providencia para usted. La viuda estará en la puerta justo cuando
llegues. Rebeca estará junto al pozo para dar de beber a tus camellos.
El rey tendrá insomnio en la víspera de tu ejecución planeada por Amán; y así, te
librarás de la horca. Cuando te envíen a buscar un lugar para observar la Pascua, te
encontrarás con un hombre al entrar en la ciudad; y él os mostrará dónde haréis la Pascua.
Dios lo decreta.
La providencia obrará a tu favor cuando cumplas fielmente con tu deber.
2. El poder de Dios Elías le
dijo a la viuda que cumpliera con su deber, que era dar primero a Dios; y
sería testigo del poder de Dios obrando un milagro a su favor. Notamos la obra del poder de
Dios y la sabiduría del poder de Dios en este caso.
[Seite 74] La obra del poder de Dios. “La tinaja de harina no se desperdiciará
[se agotará], ni faltará el aceite de la vasija, hasta el día en que el Señor
hace llover sobre la tierra” (v. 14). La viuda “fue e hizo conforme a la palabra de
Elías… Y [como resultado] la harina de la tinaja no se desperdició [no se agotó], ni
se acabó el aceite de la vasija” (vv. 15, 16). Todos los días durante los restantes dos
años o más de la hambruna, ella (y también Elías, porque había cumplido con su
deber al venir a Sarepta y así compartiría con la viuda esta experiencia del
poder de Dios) vio el poder de Dios. en el trabajo. Su barril de harina nunca se
acababa; la tinaja de petróleo nunca se acababa. Podía sumergirse en el barril para
comer, y siempre habría algo sin importar cuánto sacara. Podía inclinar la vasija de
aceite de cocina para verterla, y el aceite siempre fluiría de ella. ¡Asombroso! Solo el
poder de Dios puede hacer eso. Y es una prima predecible para todos los que
cumplan con su deber Divino.
Varios santos de todas las épocas pueden testificar de este milagro en sus vidas.
Algunos, por ejemplo, han dado de su dinero tan sacrificadamente que parecía
que no les quedaría suficiente para vivir. Pero entonces comenzó el milagro. Dios
obró poderosamente por ellos. O recortó sus gastos para igualar sus ingresos
("Reprenderé al devorador por vosotros", Malaquías 3:11), o estiró sus
ingresos para cubrir sus gastos ("Dad, y se os dará; medida buena , apretada,
remecida y rebosante” [Lucas 6:38]). Y a veces ese ingreso adicional provino de
las fuentes más inesperadas. El poder de Dios está disponible para los obedientes,
para aquellos que hacen sus tareas asignadas.
La sabiduría del Poder de Dios. El milagro que ocurrió en la casa de la viuda
hogar demuestra una gran verdad sobre el poder de Dios; es decir, el poder de
Dios nunca se muestra separado de la sabiduría de Dios. Spurgeon dijo: “¿Por qué
Dios no le dio un granero lleno [Seite 75] de comida, cuánto habría quedado
para el día siguiente? Me pregunto si alguno se habría quedado. Porque en los
días de hambruna los hombres tienen un olfato agudo, y pronto habrían corrido el
rumor por la ciudad: 'La anciana viuda que vive en tal y tal calle tiene una gran
provisión de comida.' Pues, habrían provocado un motín, y robado la casa, y tal
vez habrían matado a la mujer ya su hijo. Habría sido despojada de su tesoro, y en
veinticuatro horas el barril de harina habría estado tan vacío como lo estuvo al
principio, y la vasija de aceite se habría derramado por el suelo”. Leon Wood tiene
algunas observaciones similares sobre este tema. Él dijo: “Esta forma de milagro fue
por una buena razón. Era necesario que funcionara así para que la presencia de
Elías pasara desapercibida. Préstamo de frascos de
los vecinos habrían llamado la atención, al igual que una despensa llena de comida.
Tales noticias pronto se habrían extendido hasta los funcionarios de la ciudad, y luego
se le habría llevado la noticia a Ahab. Con el milagro funcionando como lo hizo, no
había razón para que la gente se preguntara. Habrían pensado que la mejora de la
situación económica de la viuda se debía a que tenía una pensión de pago”. Dios
puede, en Su sabiduría, desplegar Su poder de tal manera que los santos fieles lo vean y
lo reciban plenamente; pero el mundo incrédulo que los rodea será completamente
ignorante de ello.
3. Las provisiones de Dios
“Ella, él y su casa comieron muchos días” (v. 15). Elías tenía grandes necesidades
cuando dejó a Querit. Necesitaba agua y comida y un lugar donde quedarse.
La viuda de Sarepta también tenía grandes necesidades. Ella tenía agua (el agua no
sería un problema en Sarepta, porque los pozos serían apoyados por la
cercanía del mar que ayudaría a mantener el nivel freático), y tenía una casa, pero no
tenía comida. Sin embargo, la necesidad de provisiones de Elías y la necesidad de
provisiones de ella fueron atendidas cuando los dos asistieron fielmente a sus tareas
divinas, porque esa es otra recompensa maravillosa por cumplir con nuestro deber.
La iglesia de Filipos también experimentó esta bendición. Pablo [Seite 76] les
dijo: “Mi Dios, pues, suplirá todas vuestras necesidades conforme a sus riquezas en
gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19). La razón por la que prometió que Dios les
proveería fue que “ha florecido vuestro cuidado de mí”, y “enviasteis una y otra vez para
mis necesidades” (Filipenses 4:10, 16). Los santos de Filipos vieron su deber y lo
cumplieron. Su recompensa por atender fielmente a su deber era que Dios les
proveyera sus provisiones.
Elías y la viuda nos dan toda una lección a todos sobre cómo resolver
nuestros problemas. Tal vez estés en medio de una multitud de circunstancias
preocupantes que amenazan con deshacerte. Buscas respuestas a tientas y no sabes
qué camino tomar. Si esa es su situación, entonces haga lo que hicieron Elías y la viuda:
cumpla con el deber que Dios le dio a pesar de todo. Cuando lo hagas, verás que las
cosas se aclaran de una manera que quizás no creías que podría haber
sucedido. Dios comenzará a trabajar a tu favor, y un día te darás cuenta de repente
que todos esos problemas, que creías imposibles de resolver, han sido
resueltos, y tus grandes necesidades han sido provistas maravillosamente a pesar de
tus circunstancias. ¿Cómo ocurrió todo? ¿Eras un genio e ideaste una fórmula
fantástica para el éxito?
No, simplemente obedeciste tus órdenes celestiales; cumpliste con tu deber divino.
Y fue la clave para que fueras un vencedor en la vida en lugar de una víctima.
[Página 77] IV
el llanto
1 Reyes 17:17–24
Con el milagro de la multiplicación de la harina y el aceite continuando diariamente,
Elías y la viuda y su hijo se llevaban maravillosamente a pesar de la hambruna que
los rodeaba. Entonces, un día, la tranquilidad de su situación se vio dolorosamente
interrumpida. “Y aconteció después de estas cosas, que el hijo de la mujer, ama de la
casa, se enfermó; y su enfermedad era tan dolorosa [severa], que no le quedaba
aliento” (v.
17). Una prueba, una gran prueba de fuego, vino sobre Elías y la viuda. Las lágrimas
brotarían libremente y especialmente de la viuda. Los sollozos desgarradores de una
mujer profundamente afligida volverían a escucharse en aquella humilde morada.
Ella, que había perdido a un esposo por la muerte, ahora pierde no solo a un hijo, sino
a su único hijo. Una dura prueba en verdad.
Mucho está registrado en las Escrituras acerca de las pruebas, y nada nos ayudará tanto
tanto como la Biblia con respecto a las pruebas. Un buen ejemplo de cuán útil es
la Biblia en el tema de las pruebas se encuentra en este pasaje de las Escrituras que
tenemos ante nosotros. En este pasaje sobre la gran prueba de la muerte del hijo de la
viuda, consideraremos el lugar, la perplejidad y el producto de las pruebas.
A. EL LUGAR DE LA PRUEBA
Las pruebas pueden y deben esperarse en cualquier lugar de esta vida. Ninguna
edad, lugar, circunstancia o avance espiritual nos eximirá de las pruebas.
Sin embargo, a pesar de este hecho, todavía nos sorprendemos con frecuencia
cuando llega el juicio. Hay algunos lugares en los que simplemente no esperamos que
ocurran pruebas. Pero el caso de Elías y [Seite 78] y la viuda demuestran que las pruebas
también aparecen en estos lugares inesperados. Experimentaron su prueba en el lugar
de la obediencia, el servicio, la bendición y la prueba previa.
1. El Lugar de la Obediencia
Elías y la viuda estaban viviendo vidas obedientes. Como señalamos en nuestro
capítulo anterior, ambos habían sido probados muy severamente acerca de
obedecer al Señor. Y habían pasado esas pruebas con gran éxito. Elías había
obedecido fielmente al Señor acerca de ir a Sarepta, aunque personalmente era un
lugar peligroso para él. La viuda había obedecido fielmente al
Señor acerca de darle comida a Elías en lugar de tenerla para ella y su hijo.
Sin embargo, a pesar de su noble obediencia, ahora experimentan una tremenda
prueba con la repentina muerte del hijo de la viuda.
Normalmente pensamos que si vivimos correctamente, estaremos
exentos de aflicciones. La obediencia ciertamente elimina muchas pruebas
innecesarias, porque hay muchos problemas que simplemente nos sobrevienen
porque hemos sido desobedientes. De estas pruebas escaparíamos si no nos
rebeláramos contra el Señor. Pero aun cuando lo sigamos fielmente, no escaparemos de todas las pru
Nadie fue más obediente que Cristo, sin embargo, sufrió aflicciones como ningún
otro. Y el salmista dice: “Muchas son las aflicciones del justo”
(Salmo 34:19). Sin embargo, como dijo Phillip Keller: “A la gente, de alguna manera,
se le hace creer, ya sea por medio de enseñanzas erróneas o falsas predicaciones,
que si ponen su confianza en Cristo; si son obedientes a sus mandamientos; si actúan
con fe franca, todo estará bien por el resto de sus días. Concluyen de alguna manera
que automáticamente estarán exentos de la tragedia y la agitación de su época”.
Es muy importante que nos demos cuenta de que los obedientes no están
exentos de las pruebas, porque eso nos evitará tomar conclusiones y decisiones
equivocadas y dañinas cuando lleguen las pruebas. Por un lado, nos
impedirá llegar a la conclusión de que no vale la pena hacer lo correcto. Al diablo le
encantaría que llegáramos a esa conclusión. Cada vez que sufrimos aflicción
en el camino de la obediencia, él está ahí para hacer ese cargo. Sin embargo,
cuando entendamos [Seite 79] que los justos experimentan pruebas, no para
su perdición sino para su bien, seremos animados a permanecer en el camino
de la obediencia y no abandonarlo como dice el diablo.
Además, es importante que sepamos que los obedientes sufren pruebas para
que no concluyamos que las pruebas siempre indican el mal en nuestras vidas.
Las pruebas tienden a hacer que los conscientes piensen que son más malos que
los demás si están sufriendo más problemas que los que los rodean. Pero como dijo
J. Urquhart: “La aflicción no es más prueba de la ira [el castigo de Dios por el mal] que
el arado del campo por parte del agricultor. Para él, con la vista puesta en la
cosecha futura, es sólo la preparación necesaria del suelo”. En la misma línea,
Matthew Henry dijo: “Las aflicciones extraordinarias no siempre son un castigo por
males extraordinarios, sino a veces la prueba de gracias extraordinarias”.
2. El lugar del servicio
Elías, como profeta de Dios, había entregado toda su vida a ser el siervo de Dios.
En Sarepta estaba donde Dios le dijo que estuviera y haciendo lo que Dios le dijo.
hacer. Era el más fiel siervo de Dios. La viuda también estaba sirviendo al Señor. Desde
que Elijah había llegado a la ciudad, ella le había proporcionado alojamiento y comida.
Este servicio requería mucho trabajo extra y era un riesgo para su vida si los enemigos
de Elijah descubrían que estaba hospedado en su casa. Pero el servicio fiel y valiente
para el Señor no impidió que Elías o la viuda experimentaran una prueba
desgarradora. El hijo de la viuda aún murió a pesar de que ambos estaban sirviendo
con excelencia.
A veces tendemos a pensar que entregarnos al servicio del Señor debería librarnos
de problemas y pruebas. Pero los que sirven fielmente van a tener aflicciones. El
diablo se encargará de eso si nadie más lo hace.
Servir bien molestará al diablo. Estás trabajando en contra de su programa, y él no se lo
toma a la ligera. Por lo tanto, se esforzará por hacerlo miserable para ti.
Cuando sirves al Señor, vas a una batalla, no a un picnic. Experimentar la prueba,
aunque sirva fielmente, no debería sorprender más al siervo de Dios [Seite 80] que para
el joven soldado experimentar la batalla y los disparos enemigos en tiempos de guerra.
Elías y la viuda se oponían a las fuerzas del mal de la religión diabólica de Baal.
No es de extrañar que sufrieran problemas. Más bien, probablemente deberíamos
sorprendernos de que no sufrieran más problemas.
3. El lugar de la bendición
Elías y la viuda vivían en medio de una gran bendición. Todos los días
experimentaban la bendición de la harina y el aceite multiplicándose. Por todas partes el
hambre estaba cobrando su precio, sin embargo, les estaba yendo muy bien debido
a las grandes bendiciones de Dios sobre ellos.
A veces, tal abundancia de bendiciones hace que uno piense que la prueba
está para siempre en tiempo pasado. Como David, a menudo decimos: “En mi
prosperidad dije: Nunca seré movido” (Salmo 30:6). Es fácil olvidar la prueba cuando
llega la bendición. Y Dios es misericordioso al hacer que nuestras bendiciones sean
tan grandes a veces que a menudo borran el dolor y las preocupaciones de los
problemas anteriores. Como dijo José cuando nombró a su hijo primogénito Manasés,
“Dios… me ha hecho olvidar todo mi trabajo [problemas del pasado]” (Génesis 41:51).
La bendición, sin embargo, no nos exime de la prueba. De hecho, a menudo se
necesita una gran bendición para prepararnos para alguna gran prueba en el futuro.
Arthur Pink dice: “A menudo sucede que Dios somete a Su pueblo a las pruebas más
duras cuando han sido los destinatarios de Sus bendiciones más ricas… Habiendo
probado experimentalmente la bondad del Señor, están mejor preparados para
enfrentar la adversidad”. Elías y la viuda habían estado presenciando un milagro diario para
a veces. Eso les proporcionó preparación para enfrentar esta gran prueba que requeriría
otro milagro. Lo mismo sucedió con José y María en el Nuevo Testamento. Habían
recibido gran bendición en los regalos de los Reyes Magos. Pero esos dones prepararon
a José y María para enfrentar victoriosamente la dura prueba que les sobrevino
cuando se vieron obligados a huir a Egipto debido a los designios asesinos de Herodes
contra el Niño Jesús.
José y María eran pobres y [Seite 81] habrían estado en un gran aprieto tratando de huir
a Egipto en su pobreza. Pero aquellas dádivas de los Reyes Magos les dieron en
abundancia para pagar los gastos de su viaje y estancia en aquella tierra extranjera.
Otra verdad alentadora acerca de experimentar la prueba en lugar de la
bendición se encuentra en el hecho de que la prueba trae bendición. Como veremos más
adelante, las pruebas son una fuente de gran bendición. No querríamos que las
bendiciones que tenemos cancelen las bendiciones futuras, y Dios tampoco. Entonces,
las pruebas a menudo llegan a aquellos que están experimentando una gran bendición
para aumentar su bendición. Seguramente no deberíamos quejarnos de ese hecho.
4. El Lugar del Juicio Previo
El rayo golpea en el mismo lugar dos veces. Tanto Elías como la viuda sabían
mucho sobre pruebas duras antes de esta. Elías tuvo la prueba de ser enemigo de Acab
y, por tanto, de ser un hombre muy buscado.
También tuvo la prueba de ir a Querit y ver cómo se secaba el arroyo.
Luego tuvo la prueba de ir a Sarepta, un viaje difícil y un lugar de mucho peligro
personal. La viuda había enfrentado una prueba muy severa por la pérdida de su esposo,
la pobreza de la viudez y el hambre que en un momento amenazaba con matarla a ella y
a su hijo de hambre. Por lo tanto, uno pensaría que Elías y la viuda habían pasado por
suficientes momentos difíciles. Pero no, están nuevamente en medio de una prueba
dolorosa.
¿Es cruel Dios al seguir sometiéndolos a juicio? ¡No, mil veces no!
El valor y la validez de este lugar de juicio está ilustrado por el hábito de un lapidario.
Cuanto mejor es la piedra, más la somete a pulir en la muela. Las piedras que no
tienen buen carácter son desechadas por el lapidario perspicaz después de un poco de
tiempo en la muela. Pero las piedras con carácter y verdadera promesa se ponen en
la piedra de afilar una y otra vez para resaltar su belleza y brillo y para aumentar en gran
medida su valor. Por lo tanto, cuando la prueba llega una y otra vez a los piadosos, dice
mucho acerca de su gran carácter, acerca de su gran estima por Dios. No dice que
Dios lo tiene para ellos. Es más probable que diga que son muy especiales para Dios.
[Seite 82] B. LA PERPLEJIDAD DE LAS PRUEBAS Las pruebas
a menudo nos dejan perplejas, como lo hizo esta prueba. Las dos preguntas principales que nos
hacen hacer los juicios se refieren a la causa y la conducta. Primero, ¿por qué vino el juicio (causa)?
Segundo, ¿qué hacemos ahora (conducta)? El ensayo aquí ayudará a responder
estas preguntas.
1. La Causa del Juicio
Tanto la viuda como Elías buscaban a tientas casi frenéticamente las causas
del juicio. Y en su prisa sacaron algunas conclusiones muy erróneas. La viuda
señaló con el dedo tanto a su arrendatario (Elías) como a su transgresión como
posibles causas. Elías señaló con el dedo a Dios. Así que el inquilino, la dama y el
Señor estaban bajo sospecha de ser la causa del juicio.
Se culpa al inquilino. La viuda primero trató de culpar a Elías por el juicio.
Ella dijo: “¿Has venido a mí para hacerme recordar mi pecado, y para matar a mi
hijo?” (v. 18). Conociendo el hecho de que Elías había pedido sequía para la tierra a
causa del pecado del pueblo al adorar a Baal, la viuda, en su ansiedad, concluyó
que Elías había descubierto algún pecado en ella y ahora pedía que Dios la juzgara.
ella también, matando a su hijo.
Pero esta fue una acusación muy imprudente e ingrata y no tomó en consideración
todos los hechos. Phillip Keller dijo: “Cuando el sufrimiento o la tristeza nos
envuelven repentinamente como una inundación, a menudo olvidamos rápidamente
la bondad de nuestros amigos, nuestra familia e incluso nuestro Dios. Con
autocompasión y dolor, atacamos a cualquiera que esté cerca. Acumulamos
abusos sobre esposo o esposa, padre o hijo, amigo o vecino… en la diatriba, los
transeúntes inocentes son los más afectados por nuestro abuso”. Si no buscamos
respuestas inmediatamente en Dios, el dolor de la prueba puede hacer que seamos
muy crueles e irrazonables al culpar a los demás.
Se culpa a la señora. Elías al ordenar el juicio sería parte de la causa en la mente
de la viuda, pero no toda la causa; porque sospechaba que su pecado era la causa
fundamental de la prueba. La Biblia no informa cuál era este pecado en particular que
la viuda [Seite 83] tenía en mente, pero no importa cuál era. Ella simplemente sintió
que estaba en el fondo de la prueba; y ella, por lo tanto, de alguna manera
tenía la culpa de esta severa prueba.
Este cargo, aunque todavía no era correcto en su caso, era un cargo más noble
que culpar a Elijah por su juicio. Mostraba algo de carácter piadoso en ella. Es más
probable que los piadosos atribuyan sus problemas al pecado que los impíos.
Arthur Pink dice: “Es en este mismo punto que aparece tan a menudo la diferencia
entre un incrédulo y un creyente. Cuando el primero es visitado con
algún problema doloroso o pérdida, el orgullo y la justicia propia de su corazón se
manifiesta rápidamente por su, 'No sé lo que he hecho para merecer esto: siempre
procuré hacer lo correcto; No soy peor que mis vecinos, a quienes se les ahorra tal
dolor. ¿Por qué he de ser objeto de tal calamidad? Pero qué diferente es con
una persona verdaderamente humillada. Desconfía de sí mismo, es consciente
de sus muchos defectos y está dispuesto a temer haber desagradado al Señor”.
La viuda descubriría que su segunda acusación tampoco era cierta y que el
juicio no significa necesariamente que el afligido haya pecado.
Sin embargo, a veces la acusación es cierta y debemos examinar nuestro corazón
cuidadosamente en este asunto. Pero no debemos concluir morbosamente que
cada prueba es un juicio por uno o más de nuestros pecados.
El Señor es culpado. Elías en su desesperada búsqueda de una causa se preguntó
si Dios era quizás el culpable del problema. Cuestionó si Dios estaba actuando con
justicia en Sus acciones hacia la viuda. Él dijo en su oración: “Oh Señor Dios mío,
¿has traído también mal [adversidad] sobre la viuda con quien yo estoy hospedado,
matando a su hijo?” (v.20). Arthur Pink dijo: “Esta oscura dispensación ocasionó una
prueba real de la fe de Elijah. Dios es el Dios de la viuda y el Recompensador de los
que se hacen amigos de Su pueblo, especialmente de los que muestran bondad a
Sus siervos. ¿Por qué, entonces, debería venir ahora tal mal sobre el que le estaba
brindando refugio?”
Es un hábito de la naturaleza humana, e incluso en la mejor de las personas, [Seite
84] culpar a Dios cuando llegan los problemas. Elías, para su crédito, no acusó a Dios
tan cruda y groseramente como muchos lo hacen. Su oración, aunque culpaba a
Dios, era más una pregunta perpleja sobre el comportamiento de Dios que una acusación
directa del fracaso de Dios. Pero el mundo no es tan agradable. Culpan a Dios de todo
lo que pueden. Desde la enfermedad hasta la guerra y la pobreza, el
mundo culpa tonta e injustificadamente a Dios por sus problemas mientras ignora de
manera notoria su propia culpa. También ignoran al diablo como causa. Necesitamos
reflexionar más en el libro de Job y ver con qué frecuencia el diablo inflige. Parece
que recibe muy poca culpa por los problemas y, sin embargo, es un gran instigador del
mal. Y como señalamos anteriormente, definitivamente va a estar al ataque contra
aquellos que están luchando contra su obra, como lo estaban Elías y la viuda.
Sí, los ensayos plantean muchas preguntas. Cómo nos desconciertan a veces.
De hecho, la perplejidad es a veces una prueba en sí misma. Especialmente al comienzo
del juicio encontramos el juicio extraño y difícil de entender. Pero Pedro dijo: “Amados,
no os sorprendáis del fuego de prueba que ha de
vosotros, como si os aconteciese alguna cosa extraña” (1 Pedro 4:12).
Aunque a veces nos parecen tan extraños, no son extraños para Dios; porque Dios tiene buenas
razones para permitirlos. Es posible que no siempre podamos descubrir la razón de este
lado del cielo, pero eso no debería impedirnos buscar la razón. Al menos necesitamos
buscar la razón lo suficiente para ver si el juicio es para castigar. Esa razón debemos saberla,
o la prueba de castigo será en vano; y estaremos, por lo tanto, preparándonos para otro
juicio disciplinario más severo. Tenemos suficientes pruebas sin agregarlas
innecesariamente, por lo que debemos examinar cada prueba desde el punto de vista del castigo.
Si el castigo no es la causa, podemos estar seguros de que Dios tiene otras buenas razones.
Muchas veces sufrimos pruebas no por algún pecado en particular sino simplemente para
mejorar nuestras gracias, para ganar más fuerza espiritual, fe y sabiduría. Y también se
dan pruebas para glorificar a Dios. Esa verdad fue especialmente señalada en Juan 9 con
respecto al hombre ciego. Cuando los discípulos le preguntaron a Cristo de quién era el
pecado que causó la ceguera, Él dijo que no era pecado en absoluto; pero [Seite 85] la
ceguera ocurrió “para que las obras de Dios se manifiesten en él (Juan 9:3)”. Algunos pueden
quejarse de que es cruel por parte de Dios hacernos sufrir para que Él pueda ser glorificado.
Pero debemos recordar que Cristo también sufrió mucho por nosotros para que podamos ser
glorificados mediante la salvación por toda la eternidad. Si Dios Encarnado sufrió tanto
por nuestra gloria, ciertamente no tenemos ningún derecho a quejarnos si se nos pide que
suframos un poco para que Él sea glorificado. De hecho, eso le da a nuestra prueba un gran
significado, justificación y consuelo para tener como fin la gloria de Dios.
Sí, Dios tiene razones para cada prueba. y siempre son buenas razones.
Aprender bien esa verdad nos ayudará a experimentar victoriosamente nuestras pruebas.
2. La Conducta en el Juicio
¿Qué debemos hacer ahora? Esa es una de las preguntas más comunes durante un
juicio. Y también es una pregunta muy importante; porque lo que hacemos en un momento de
prueba tiene mucho que ver con si la prueba nos hace o nos deshace. Con demasiada
frecuencia, nuestra conducta cuando llega el juicio solo agrava la situación. La viuda que
ataca duramente a Elías es una ilustración de ese tipo de conducta.
Pero no es la única que reacciona a su juicio de tal manera que empeora las cosas. Muchos,
cuando se ven acosados por las pruebas, acuden a la botella para tratar de beber para disipar
sus problemas. Otros se esfuerzan por drogar sus sentidos hasta entumecerlos con la esperanza
de que eso los ayude a superar la prueba. Todavía otros tratan de hacer frente a sus pruebas perdiendo
en una ronda interminable de placeres, muchos de los cuales no son virtuosos.
Pero todos estos expedientes carnales son en vano. Solo empeoran el juicio.
Elías, sin embargo, aunque muy molesto por la prueba, sabía qué hacer.
Elías le dijo a la viuda: “Dame a tu hijo. Y él lo tomó de su seno, y lo llevó a un desván, donde
moraba, y lo acostó en su propia cama. Y clamó al Señor” (vv. 19, 20). Elías llevó el problema
al Señor en oración. Esa es una de las mejores cosas que podemos hacer cuando llega el
juicio. A veces puede ser todo lo que podemos hacer, pero eso no [Seite 86] nos limita a
obtener ayuda en el juicio. Lo que realmente nos limitaría sería si no pudiéramos orar, incluso
si pudiéramos hacer muchas otras cosas. “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto
auxilio en las tribulaciones” (Salmo 46:1); y necesitamos buscar Su ayuda en oración en tiempos
de angustia. Cuando la prueba nos golpea por primera vez, podemos estar muy perplejos, muy
molestos y muy preocupados en mente, cuerpo y espíritu. Pero si llevamos el asunto al Señor,
obtendremos ayuda, y mejor ayuda que en cualquier otra parte. Él aclarará nuestro pensamiento,
obrará poderosamente a nuestro favor y nos dará la victoria en nuestra prueba.
La oración de Elías es un buen manual sobre cómo orar en tiempos de angustia. Oró con
fervor, de manera específica, audaz y en privado.
Él oró fervientemente. Dos veces la Escritura dice que “clamó” al Señor (vv. 20, 21). Esto no
era oración pasiva, recitación rutinaria de un libro de oraciones, o una repetición sin vida de
peticiones obsoletas de un cuaderno de oraciones. Esta fue una súplica real y ferviente a Dios.
Es la única manera de orar en tiempo de prueba.
Al menos deberíamos orar tan fervientemente como la prueba es ferviente.
Él oró específicamente. “Que el alma de este niño vuelva a entrar en él” (v.
21). La solicitud era específica sobre lo que quería: vida. Era específico sobre para quién era:
este niño. Si tiene un problema específico, sea específico cuando se lo presente al Señor. Las
solicitudes específicas recibirán respuestas específicas, y cuán benditas son las
respuestas específicas.
Oró con denuedo. Elías pidió la resurrección del muchacho cuando oró: “Que el alma de
este niño vuelva a él” (v. 21). ¡Qué gran petición fue esa! Significativamente, él no basó esta
petición en ejemplos del pasado, ¡porque esta resurrección fue la primera registrada en las
Escrituras! Simplemente lo basó en la grandeza de Dios que había aprendido en Su Palabra.
Gran audacia es una combinación de gran fe en Dios y gran estima de
el poder de Dios Así orar con denuedo honra al Señor. A veces, nuestras peticiones de oración
deshonran a Dios porque hacen que Dios se vea tan débil e insignificante. Pero
Las Escrituras nos exhortan [Seite 87] a “Acercarnos confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar
misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:16). Las pruebas son ciertamente un tiempo
de necesidad y, por lo tanto, un tiempo para orar con denuedo.
Rezó en privado. Elías fue a su propia habitación a orar por este muchacho.
“Él lo tomó de su seno, y lo llevó a un desván, donde él [Elías] moraba, y lo acostó sobre su propia
cama [de Elías]. Y clamó al Señor” (vv. 19, 20). Orar con otros tiene su lugar y valor. Pero la oración privada
es generalmente donde podemos orar mejor. Libres de inhibiciones de lo que otros pensarán o dirán
acerca de cómo oramos, y libres de cualquier oración que obstaculice la autoconciencia que a menudo
está presente cuando oramos con otros, podemos en oración privada realmente ponernos manos a la
obra con Dios. Necesitamos desarrollar una buena vida de oración personal y privada, ya sea que podamos
orar en público o no. Tener una buena vida privada de oración le da a uno una gran ventaja para
enfrentar las pruebas.
Elías tenía grandes perplejidades acerca de la prueba, pero no estaba perplejo acerca de
qué hacer cuando se enfrentaba a una prueba. Sabía que uno debía llevar la prueba al Señor y contarle
al respecto. Siempre vas por el camino correcto en el momento de la prueba cuando lo llevas al Señor y
le cuentas tu problema.
Los discípulos de Juan Bautista, como Elías, son un gran ejemplo de esta acción de llevar las propias
preocupaciones al Señor. Cuando Juan fue decapitado, “vinieron sus discípulos, y tomando el cuerpo, y
sepultándolo, fueron y se lo dijeron a Jesús” (Mateo 14:12). “Fueron y le dijeron a Jesús” fue lo mejor que
pudieron haber hecho.
Podemos sentir que queremos contarle a una multitud de otras personas nuestros problemas, y eso
no está necesariamente mal, pero hacemos lo mejor que podemos cuando le contamos al Señor acerca
de nuestras pruebas. Muchos a quienes les contamos nuestros problemas, a diferencia del Señor, no
podrán ayudarnos en absoluto. Pero, de hecho, es posible que, con sus comentarios, acciones y sugerencias,
solo empeoren las cosas. Muchos psicólogos y psiquiatras entran en esa categoría. Por lo general, son las
personas más sobrevaloradas de la cuadra. Pero ir al Señor y contarle tus [Seite 88] problemas nunca
es un riesgo. Él no empeorará las cosas, sino que solo las mejorará.
C. EL PRODUCTO DE LAS PRUEBAS Las
pruebas, independientemente de por qué se presenten, pueden producir grandes bendiciones para
nosotros si reaccionamos ante ellas de manera adecuada. Algunas bendiciones sólo se pueden obtener a través de
ensayo. La mariposa debe experimentar la prueba de abrirse paso a través de la pequeña
abertura de un capullo si quiere que sus alas ganen fuerza para volar. Las personas a
menudo deben experimentar la prueba de una operación para recuperar su salud. El eslogan
del atleta de "sin dolor, no hay ganancia" también dice que la prueba es a menudo la única
forma de obtener beneficios. Y el mayor beneficio y bendición de todos, nuestra
salvación, fue posible solo a través de la gran prueba del sufrimiento de nuestro Salvador.
Por lo tanto, si fuéramos a estar exentos de pruebas, perderíamos muchas
bendiciones.
Elías y la viuda obtuvieron muchas grandes bendiciones de esta dolorosa prueba de
la muerte del hijo de la viuda. La prueba produjo las bendiciones de vida, gozo, oportunidad
de servicio, prueba de profesión y conocimiento espiritual.
Bendiciones de elección de hecho. Por supuesto, la mente carnal puede no valorar estas
bendiciones. Todo lo que ve es el material. Pero aquellos que saben que las
bendiciones espirituales son las bendiciones más grandes de todas reconocerán
rápidamente que esta prueba trajo una tremenda bendición tanto para Elías como para la viuda.
1. La Prueba Produjo Vida “ Oyó
Jehová la voz de Elías; y el alma del niño volvió a él, y revivió” (v. 22). La prueba parecía
traer la muerte; pero al final trajo vida, y vida en abundancia. Cuando el muchacho estaba
enfermo, estaba vivo: pero no era calidad de vida. Sin embargo, cuando resucitó,
¡ciertamente tenía vida en abundancia!
La prueba es a menudo un gran reanimador. Como ejemplo, nos volvemos rancios,
lánguidos y muertos en interés espiritual. Entonces Dios envía una prueba que nos impulsa a
la oración ya la Palabra de Dios; ¡y he aquí, somos revividos! Nuestros intereses
espirituales cobran nueva vida, nueva energía.
[Seite 89] La mayor prueba dadora de vida fue la prueba del Calvario que
Cristo experimentó. De la agonía de la muerte en la cruz, en esa gran aflicción sobre
Cristo, vino la vida de resurrección para el alma del hombre. “Yo he venido para que
tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10), dijo Cristo.
Pero nadie se dio cuenta entonces de que esta gran vida solo vendría al hombre a través de
la prueba más grande de todas. Y pocos de nosotros nos damos cuenta de que la prueba
produce vida. Pero lo hace, y qué esperanza da esto a los que están pasando por pruebas.
2. La prueba produjo gozo Es
difícil imaginar el tremendo gozo que debe haber invadido al
viuda cuando Elías le trajo a su hijo y le dijo: “Mira, tu hijo vive” (v. 23). Algunos
traductores justificadamente ponen un signo de exclamación después
“vive”, porque el gozo lo exige. No sé cómo puedes hacer esa afirmación sin un
signo de exclamación. La resurrección del hijo de la viuda de entre los muertos haría
que Elías y la viuda rebosaran de gran gozo.
Santiago dijo: “Tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas [varias]
tentaciones [pruebas]” (Santiago 1:2). Cuando Pedro habló a los santos acerca de sus
pruebas, dijo: “Alegraos… dichosos sois” (1 Pedro 4:13, 14). Es cierto que se necesita un
ojo de fe muy fuerte para ver el gozo en las pruebas cuando las pruebas descienden por
primera vez sobre una persona. Nuestros problemas a menudo parecen quitarnos por
completo cualquier esperanza de alegría futura. Pero en cuanto a las pruebas, el gozo es la
promesa de la Escritura, tanto en la exhortación como en el ejemplo. ¡Qué estímulo es
esto para los probados! Qué diferente perspectiva da esto de las pruebas que nuestra visión
habitual de ellas.
3. La prueba produjo la oportunidad de servicio
A veces oramos para que Dios nos use más, pero rara vez anticipamos
Él respondiendo a la solicitud a través del juicio. Y, sin embargo, nuestros problemas
frecuentemente abren puertas para el servicio. El juicio de la muerte del hijo de la viuda le
dio a Elías la oportunidad de servir de gran manera. ¡Y qué servicio hizo a Dios ya esta viuda
al tomar al hijo de la viuda y orar por él para que [Seite 90] le restaurara la vida! Sin
embargo, nunca podría haber servido en la capacidad que lo hizo si no hubiera sido por
esta prueba insoportable.
El Apóstol Pablo encontró que las pruebas eran puertas abiertas para llevar el Evangelio
a más personas dijo: “Quiero que entendáis, hermanos, que las cosas [sus muchas
pruebas] que me han sucedido a mí, han redundado más bien para el progreso del evangelio;
para que mis prisiones en Cristo sean manifiestas en todo el palacio, y en todos los demás
lugares” (Filipenses 1:12, 13). Pablo dio otra exhortación acerca de las pruebas que producen
oportunidades para el servicio cuando dijo: “Él nos consuela en todas nuestras
tribulaciones, para que podamos consolar a los que están en cualquier dificultad, por el
consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios” (2 Corintios 1:4).
Experimentar una prueba nos permite ayudar a otros en la prueba. Nos abre una
puerta de servicio. Así que si quieres estar ocupado en el servicio de Dios, no te sorprendas
si experimentas muchas pruebas. Te califican para servir y te dan la oportunidad
de servir de muchas maneras.
Necesitamos enfatizar aquí que cuando se presenta la oportunidad de servir,
debemos ser buenos mayordomos de tales oportunidades. Elías ciertamente lo era.
Cuando la prueba le dio la oportunidad de servir, lo hizo con gran dedicación. Esto
se ve especialmente en "se tendió sobre el niño
tres veces” (v. 21). Entregó su “cuerpo, alma y espíritu… a esta gran obra de
reavivamiento. Hay muchos que oran por avivamiento que no extenderían su dedo
meñique para sacar un alma de la zanja del pecado. Al 'esforzarse', se entregó por
completo a la obra” (James Smith).
4. El juicio produjo prueba de profesión
La identidad de Elías como hombre de Dios fue confirmada por este juicio. La
viuda dijo al final del juicio: “Ahora en esto sé que eres un hombre de Dios” (v. 24).
Esta declaración no significaba que la viuda había tenido serias dudas sobre la
identidad de Elías. Ella había visto mucha evidencia en el milagro diario y en el
estilo de vida de Elías para mostrar su identidad como hombre de Dios. Pero este
ensayo simplemente lo verificó. Lo demostró más allá de una sombra de duda.
[Seite 91] ¿Usted dice ser cristiano? Para el mundo pueden ser tantas palabras
hasta que vean cómo actúas bajo el estrés de la prueba. Es posible que no
desafíen abiertamente su afirmación de ser cristiano, porque pueden ver su estilo
de vida diferente. Pero la prueba es una prueba especial, una prueba muy
severa, el verdadero campo de prueba de nuestra profesión de fe. Cualquiera
puede actuar bien en los buenos tiempos; pero cuando vienen los
problemas, es una historia diferente. Aquí es donde realmente debería aparecer
el cristianismo. Entonces, si ha estado orando para ser un mejor testimonio ante sus
amigos, vecinos y parientes, es posible que Dios le envíe algunos problemas.
Porque vuestras aflicciones os darán la oportunidad de ser un testimonio de
Cristo de una manera muy contundente, clara e inequívoca. Y el mundo necesita
ver más ejemplos excelentes de cristianismo en esta era oscura de compromisos y fraudes.
5. La Prueba Produjo Conocimiento Espiritual
Este beneficio de la prueba lo vemos especialmente en la viuda. Debido a la
prueba, ella pudo decirle a Elías: “Ahora en esto sé que eres un hombre de Dios, y
que la palabra del Señor en tu boca es verdad” (v. 24). Ella había obtenido un
valioso conocimiento espiritual de esta prueba. Primero, ella había adquirido el
conocimiento de saber quién era un verdadero siervo de Dios, lo cual es un
conocimiento invaluable, especialmente cuando abundan tantos fraudes que
despojan la fe y las finanzas de los ignorantes. En segundo lugar, había
obtenido el conocimiento de la veracidad de la Palabra de Dios, que es un
conocimiento vital para tener si uno va a crecer en la fe. Puede que tengas la cabeza
repleta de todo tipo de conocimientos, pero muy pocos serán tan valiosos
como los conocimientos que esta viuda obtuvo de sus problemas.
Los juicios son un aula de extraordinario valor. Nos enseñan verdades
importantes, verdades vitales, verdades prácticas. Tanta escolarización hoy no hace nada
por el estilo. A veces, la única forma en que aprenderemos verdades importantes
es a través de las pruebas. David dijo: “Bueno me es haber sido afligido, para que
aprenda tus estatutos” (Salmo 119:71). ¡Qué gran justificación es esa para nuestras
aflicciones!
[Seite 92] Las pruebas no son un desperdicio; no son una pérdida; no son
un error. Como acabamos de notar en los productos de la prueba para Elías y la
viuda, las pruebas producen algunas de las bendiciones más grandes que el
hombre pueda poseer. Definitivamente no es fácil percibir esto en el momento de
las pruebas, por supuesto. De hecho, durante las pruebas es muy difícil ver
algo positivo en ellas. Pero eso solo nos da la oportunidad de demostrar más fe en
la Palabra de Dios. Su Palabra nos da muchas exhortaciones y ejemplos de los
resultados de las pruebas en la vida. Si reflexionamos y meditamos más
sobre estas exhortaciones y ejemplos, reaccionaremos mejor en nuestras pruebas y
obtendremos bendiciones más valiosas de ellas.
El significado del nombre “Sarepta” es más apropiado para Elías y la viuda en
sus experiencias allí; porque el significado enfatiza lo que hemos observado acerca
de las pruebas en este capítulo; es decir, las pruebas son buenas para nosotros,
nos ayudan, nos bendicen y nos fortalecen en las áreas más importantes de la vida.
J. Hammond dijo: “El nombre apunta a hornos o talleres para la refinación de
metales”. Robert Jamieson dijo: “La etimología del nombre indica que era un
lugar para fundir metales”. Arthur Pink agrega que el nombre Sarepta significa
"refinar" y proviene "de una raíz que significa crisol, el lugar donde se derriten los
metales". Entonces Sarepta, de acuerdo con estos significados, era un lugar
asociado con la refinación. Para Elías y la viuda, Sarepta ciertamente era un
lugar de refinamiento. Dios puso su fe en el horno de fuego de las pruebas. A
veces parecía que el fuego destruiría su fe. Pero como el trabajo de los hornos de
fundición sobre el metal, el fuego a través del cual Dios puso su fe no destruyó
su fe sino que la refinó, la purificó, la hizo más fuerte, mejor y más valiosa. Elías
y la viuda eran mejores personas como resultado de la prueba.
[Página 93] V
los vagabundos
1 Reyes 18:1–20
La guerra de Elías contra el baalismo ahora está volviendo al centro del escenario.
Después de su confrontación inicial con el rey Acab y la declaración de la
sequía devastadora, Elías se escondió en Querit y luego en Sarepta.
Durante el tiempo de su escondite, la atención se centró en las experiencias
personales de Elijah. Ahora vuelve a la gran disputa que tiene con el culto a Baal.
Elías, el buen soldado que era, no hizo ningún movimiento hasta que su
gran General, Jehová, dio orden de moverse. Y las órdenes de dejar a
Sarepta para ir y confrontar a Acab nuevamente no llegaron hasta “después
de muchos días… en el tercer año” (v. 1). “En el tercer año” indica que Elías se
había quedado más de dos años en Sarepta, probablemente unos dos años y medio.
Con la sequía que duró tres años y medio (Lucas 4:25), entonces debió
permanecer en Querit durante aproximadamente un año. La larga estancia
en inactividad pondría a prueba la paciencia de Elías. Y es posible que se haya
irritado un poco durante los tres años y medio de esconderse, porque Elías era un
hombre de acción. Pero sabiamente se sometió a las órdenes de Dios con
respecto a quedarse en Sarepta y no salió de Sarepta hasta que Dios le dio la
orden de hacerlo.
“Hubo una gran [severa] hambre en Samaria” (v. 2) indica que los tres años
y medio de sequía realmente dañaron la tierra. Las naciones vecinas también
parecían haber sufrido considerablemente por este período de sequía; pero
Samaria (otro nombre para el reino del norte que también se llamaba Israel y
Efraín), la nación con la que Dios tenía Su principal disputa en ese momento,
[ Seite 94] recibió la peor parte del hambre. La desolación estaría así en todas
partes. Los ricos pastos se convertirían en hierba marrón quemada que no servía
para nada. Los campos arados estarían horneados, duros como piedras y sin
cultivos. Los arroyos y ríos se secarían en su mayor parte, y la vegetación
que crece junto a ellos estaría muerta o muriendo. Los esqueletos de
animales estarían por todas partes, y los animales que estuvieran vivos no
serían más que piel y huesos. Pero la gran tragedia sería la terrible condición
del pueblo. El hambre mata; así la muerte abundaría entre la humanidad.
Lo que sobrevivió, con pocas excepciones, serían cuerpos demacrados, luchando
de un día para otro para mantenerse por delante de la parca.
Las condiciones devastadoras de la tierra, provocadas por la hambruna,
fueron la vara de Dios sobre una nación que lo había abandonado al por mayor
por la religión podrida de Baal. La sequía traería a Israel a sus sentidos y de
regreso a Jehová. Y tuvo un efecto purificador; porque como veremos en un
capítulo posterior, el pueblo estaba condicionado para escuchar ahora la súplica
del profeta de Dios y volverse en contra de los profetas de Baal. La nación no
estaba lista para escuchar a Elías cuando confrontó a Acab por primera vez. la nación era
prosperando materialmente entonces y profundamente involucrado en los placeres de la
carne a través de la adoración a Baal. Pero ahora, con la nación nada más que un páramo
como resultado de la hambruna, la gente está más dispuesta a escuchar al profeta de Dios.
Por lo tanto, ha llegado el momento de atacar abiertamente al baalismo con golpes
mortales. Así que a Elías se le ordena regresar a la tierra, regresar al conflicto y regresar
a la confrontación con Baalismo.
Al regresar a la tierra de Israel, Elías primero se encuentra con dos
oficiales del gobierno. Uno es Acab el rey, aquel a quien Dios le ordena
especialmente a Elías que vea. El otro es Abdías, el gobernador de la casa de Acab
(v. 3), una posición muy alta en el gobierno (“probablemente el segundo hombre en el
reino” [Maclaren]; “tercer gobernante en el reino” [J.
Hammond]). Cuando Elías se encuentra con estos hombres, estaban vagando por la
tierra buscando pasto para los caballos y las mulas de Acab. Presentan un cuadro muy
patético en el que después de tres años y medio de devastadora [Seite 95] sequía, dos de
los más altos funcionarios del gobierno de la tierra están ocupados en nada mejor que
tratar de encontrar pasto para animales tontos. Su vagabundeo por la tierra en
busca de pasto evidencia que habían estado vagando mucho en los últimos años, lejos
de Dios y lejos de su responsabilidad de cuidar de la nación.
En este estudio del encuentro de Elías con estos dos vagabundos, vamos a
considera el precepto de Dios, que ordenó a Elías que viera a Acab; el problema
de Abdías, a quien Elías encontró cuando se dirigía a ver a Acab; y la actuación de
Acab, el peor rey que Israel había experimentado hasta ese momento.
A. EL PRECEPTO DE DIOS Las
órdenes de Elías de dejar Sarepta para ir a ver a Acab fueron breves y claras. Dios dijo:
“Ve, muéstrate a Acab, y yo haré llover sobre la tierra” (v.
1). Veremos tres cosas acerca de este precepto divino: el requisito del precepto, el
refuerzo del precepto y la respuesta al precepto.
1. La exigencia del precepto
“Ve y muéstrate a Acab” fue el requisito del precepto de Dios para Elías. Esta orden
era exactamente opuesta a la que recibió justo después de su primer enfrentamiento
con Acab. Ese mandato decía “escóndete” (17:3) tú mismo.
Este dice "muéstrate". El primero pedía aislamiento del ojo público; este último llamó
a la manifestación. Uno evita el ojo público; el otro lo busca. Uno se retira del conflicto; el
otro lo persigue.
Muy a menudo, las órdenes de "ocultar" y "mostrar" están en marcado contraste
con lo que la carne quiere en ese momento. Cuando Elías le ordenó a Querit que se
“escondiera”, era un momento en que la carne tendría mucho ímpetu para querer
“mostrar”. Elijah acababa de tener un encuentro audaz, dramático y exitoso con
Acab; y el deseo natural de la carne en ese momento embriagador no era ir a
“esconderse” sino permanecer a la vista y disfrutar del ojo público.
¡Los logros públicos rara vez generan un deseo de reclusión! La carne quiere quedarse y
firmar autógrafos y [Seite 96] recibir elogios y otras atenciones aduladoras del público
admirador. Pero tales experiencias son, con demasiada frecuencia, generadoras
de un orgullo ruinoso. Ir "esconderse" es el mejor comando entonces.
Cuando llega el mandato de “mostrar”, por lo general llega cuando el deseo de
“mostrar” se ha ido. Después de tres años y medio en reclusión, Elijah ahora tendría
algunas buenas razones para no querer "mostrar" a sí mismo. En primer lugar, su peligro
personal había aumentado considerablemente, porque el hambre lo había
hecho notorio a los ojos de sus enemigos Acab y Jezabel. Además, Elías estaría
dejando las comodidades de sus circunstancias de Sarepta donde, debido a un milagro
continuo, sus comidas diarias no eran un problema a pesar de la hambruna. Dejar a
Sarepta para que “se mostrara” significaba tener que buscar comida en una tierra
devastada por el hambre. Ir a "mostrar" a ti mismo tendría poco atractivo en este
momento para Elías.
Dios es más sabio cuando nos da sus órdenes. Sabe que la carne quiere ser el
centro de atención para exaltarse a sí mismo. Pero el servicio al Señor no puede rendirse
bien cuando la gloria propia es una motivación prominente. Por lo tanto, Dios a menudo
ordenará nuestro servicio para que la carne no pueda gloriarse. Así, cuando
la oportunidad sea grande para que la carne busque la gloria personal, Él nos “esconderá”
en la oscuridad para que no seamos arruinados por la gloria propia. Pero cuando llegue
el momento de “mostrarnos”, Él dispondrá las circunstancias de tal manera que la
oportunidad y el deseo de exaltación propia serán mínimos.
2. El refuerzo del precepto El mandato de
“manifestarte” fue reforzado con una promesa de Dios que decía: “Yo enviaré
lluvia sobre la tierra” (v. 1). La sequía iba a terminar. ¡Fue una promesa bendita!
Cumpliría lo que Elías había dicho cuando habló por primera vez con Acab; es decir, “no
habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra” (1 Reyes 17:1). Elías, por estar
en comunión con Dios, sería quien diría cuándo iba a llover o no llovería, pues Dios se
lo revelaría para que pudiera predecirlo.
Elijah tenía una tarea difícil. Pero Dios le dio inspiración, [Seite 97] ayuda y aliento
para cumplir la tarea al darle la promesa de la lluvia. Krummacher dijo: “Elías, en
este arduo camino de la fe, que lo llevó a Acab, fue respaldado por la promesa:
'Enviaré lluvia sobre la tierra'. Por lo tanto, podía dar gracias a Dios y tomar valor”.
Sin esa promesa, la tarea de confrontar a Acab sería mucho más difícil, si no
imposible. Pero ahora, con la promesa de la lluvia, la predicción pasada de Elías a
Acab acerca de que él (Elías) controlaría el clima sería reforzada y así le daría a
Elías una gran confianza y un gran estímulo para obedecer el presente precepto.
Anteriormente, a Elías también se le había animado a cumplir los mandatos de
Dios al recibir promesas divinas. Sus órdenes de ir a Querit iban acompañadas de la
promesa: “He mandado a los cuervos que te den de comer allí” (17:4).
Y la orden de ir a Sarepta fue dada con la promesa: “A una mujer viuda he dado
orden allí para que te sustente” (17:9). Elías experimentó en estas
promesas lo que todos experimentarán; es decir, cuando Dios manda, acompaña
el mandato con una promesa que ayuda a inspirar y permitir la obediencia al
mandato.
¿Tus comandos parecen difíciles e imposibles? Si es así, entonces busca a Dios.
graciosas promesas para fomentar la obediencia, para reforzar su cumplimiento
del mandato. Si Dios dice: “Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu
padre, a la tierra que yo te mostraré”
(Génesis 12:1), estará acompañada por la promesa: “Haré de ti una gran
nación” (Génesis 12:2). Si Dios te ordena que vayas a Egipto para hablar con
Faraón y con los israelitas acerca de salir de Egipto, y tienes miedo de no poder
hablar, Dios te dará la promesa: “Yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que has
de decir” (Éxodo 4). :12). Si se le ordena: “Id… y haced discípulos a todas las
naciones” (Mateo 28:19), y temes ir al mundo hostil con un mensaje del Evangelio
que muchos rechazarán y, a menudo, con violencia, entonces presta atención a la
promesa que dice: “ Y he aquí yo estoy con vosotros siempre”
(Mateo 28:20). Si prestamos atención, descubriremos que cada mandato viene
con promesas adecuadas que nos alientan mucho a obedecer.
[Seite 98] 3. La respuesta al precepto A Elías
se le dio un mandato, y se le dio la promesa de alentarlo.
obediencia al mandato. Entonces, ¿cómo respondió Elías? Tan pronto como
Dios le ordenó “manifestarte a Acab” (v. 1), leemos que “Elías fue
para mostrarse a Acab” (v. 2). Qué noble respuesta; ¡Qué gran obediencia!
Ir a Acab esta segunda vez sería mucho más difícil de hacer que la primera vez.
Pink dijo: “Si se requirió mucha audacia cuando se le pidió que anunciara la terrible
sequía, qué intrepidación se necesitaba para que ahora se enfrentara a quien lo buscaba
con una ira despiadada”. Pero el aumento de la dificultad no disminuye ni un ápice la
responsabilidad de obedecer.
Y Elías, para su gran crédito, obedeció con prontitud a pesar del empeoramiento de la
situación. Joseph Parker dijo de este acto de obediencia: “El Señor dijo: ¡Ve, y Elías fue! No,
objetó Elijah; Elías razonó; Elías señaló las dificultades; pero simplemente Elías fue.”
Elías obviamente mantuvo su ojo en las promesas más que en los problemas.
Oh, que todos nosotros obedeciéramos al Señor. Pero con demasiada frecuencia
somos propensos a discutir, señalar las dificultades, ofrecer una miríada de excusas
y sugerir alternativas; A pesar de las promesas de Dios. Usted pensaría, por la forma en
que muchas personas hablan, y eso incluye a una gran cantidad de cristianos profesantes,
que los mandamientos de Dios son casi imposibles de obedecer, que son poco
prácticos, obsoletos e incluso absurdos. Pero todo ese discurso es sólo el discurso de una
rebelión inaceptable; no es hablar de un razonamiento aceptable. Si las órdenes de Dios
están ahí, también está nuestra obligación de obedecer.
Los militares están entrenados para obedecer en todo momento, sin importar
la situación, para que ninguna condición de batalla se encuentre con hombres indecisos
o rebeldes. Eso sería desastroso para ganar una guerra. Así es también en asuntos
espirituales. El general sabe qué hacer. Depende de nosotros obedecer al instante, con
seriedad y por completo cuando se nos dan nuestras órdenes.
B. EL PROBLEMA DE ABDÍAS
En su camino para ver a Acab, Elías se encontró con Abdías. Abdías [Seite 99] “era
gobernador de su casa [la de Acab]” (v. 3); pero a pesar de su alta posición en el
gobierno del malvado Acab, las Escrituras dicen que él tuvo “ mucho temor de Jehová
” (Ibíd.). Así, Abdías ha sido un enigma por siglos. “Obadiah se encuentra en las
Escrituras como uno de los personajes más desconcertantes y
desconcertantes” (Phillip Keller). “Es asombroso encontrar a un hombre como Abdías
ocupando una posición tan influyente en la corte de Acab” (FB
Meyer). “Hay pocas cosas en estos libros de la Escritura más sorprendentes y sugerentes
que la posición de Abdías en el palacio de Acab” (J.
Hammond).
Algunos comentaristas de la Biblia denuncian a Abdías por completo. Otros
lo exoneran por completo. Pero no creemos que ninguna de las posiciones sea
totalmente correcta, ya que Abdías tenía razón y estaba equivocado. Algunas cosas
que hizo fueron muy buenas, pero otras cosas que hizo fueron muy malas. Algunas
acciones deben ser elogiadas, pero otras deben ser condenadas.
1. Él debe ser elogiado
Condenar por completo a Abdías es ignorar algunas declaraciones claras de
las Escrituras. La Escritura dice que él “temía mucho al Señor ” (v. 3); y cuando Jezabel
estaba matando a los profetas, “tomó cien profetas, y los escondió de a cincuenta en
una cueva, y los sustentó con pan y agua” (v. 4). Así que temió a Jehová y favoreció
a los profetas. Dos hechos encomiables. Veámoslos con más detalle.
Temía a Jehová. Decir que Abdías "temía mucho a Jehová " indica
él no era un adorador de Baal. El culto a Baal era predominante en Israel durante la
época de Abdías. Con pocas excepciones, la mayoría de la gente adoraba a Baal.
Por lo tanto, la presión para adorar a Baal sería grande. Abdías puede incluso haber sido
amenazado en ocasiones en un esfuerzo por obligarlo a adorar a Baal. La religión
falsa, en contraste con la religión verdadera, es notoria por esta táctica de usar la fuerza
para ganar adoradores. Pero independientemente de los tiempos, Abdías no adoraba
a Baal. Esto es de lo más encomiable.
[Seite 100] Favoreció a los profetas. Jezabel ardió con un odio infernal hacia los
profetas de Jehová y derramó su sangre por toda la tierra. Pero ella no pudo matarlos a
todos. Elías escapó, por supuesto, y otros escaparon también, algunos por obra de
Abdías. “Porque sucedió que cuando Jezabel quitó a los profetas del Señor, Abdías tomó
cien profetas, y los escondió de a cincuenta en una cueva, y los sustentó con pan y
agua” (v. 4). Abdías salvó la vida de cien profetas de Jehová. ¡Ese no fue un acto trivial!
Requería mucho coraje, esfuerzo y gasto. Se merece altas calificaciones por esta
salvación de los profetas. Cada vez que te haces amigo de un verdadero profeta de Dios,
debes ser elogiado. Dios presta especial atención a cómo tratas a sus predicadores.
“No toquéis a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas” (Salmo 105:15) nos dice
ese hecho.
Así que Abdías tiene algunas notas positivas, algunas muy buenas notas, en
hecho, en su boleta de calificaciones; y estos no se pueden negar. Pero tampoco
se pueden negar las malas notas, y le sobraron las que consideraremos
próximo.
2. Él debe ser condenado
Los que encomian completamente a Abdías no parecen poder alejarse del
declaración de que Abdías “temía mucho a Jehová ”; y no importa cómo actúe
Abdías más tarde, simplemente no lo condenarán. Debemos recordar, sin embargo, que
aunque Abdías “temía mucho al Señor ”, eso no significa que vivió una vida sin mancha o
incluso una vida consistentemente buena. Como ejemplo, se habla de Lot como "justo" y
"aquel hombre justo" y que tenía un "alma justa" (2 Pedro 2:7, 8); pero nadie
será tan tonto como para decir que todo lo que hizo Lot estuvo bien. Tampoco serán
tan tontos como para considerar a Lot básicamente como un buen hombre. Lot era un
transigidor, era carnal y era corrupto. Lot prefería la compañía de homosexuales a la
compañía del piadoso Abraham. Y Lot cometió incesto con sus dos hijas. ¡Eso ciertamente
no es encomiable! ¡Es para ser condenado y ardientemente!
"Justo" o no, Lot se comportó despreciablemente la mayor parte del tiempo.
Así fue con Abdías. Aunque la Escritura dice en un lugar [Seite 101]
que él "temía mucho al Señor ", encontramos mucho en las Escrituras en otros lugares
que no lo elogia, sino que más bien lo condena. Nuestro texto lo condena en su relación con
Acab y en sus excusas por no obedecer a Elías.
Su empleo. El trabajo de Obadiah lo tenía trabajando con las personas equivocadas y
haciendo lo incorrecto.
Primero, trabajó con las personas equivocadas. Él era el “príncipe de su casa [la de
Acab]” (v. 3). Acab y Jezabel eran personas muy, muy malvadas.
El trabajo de Abdías requería que trabajara con ellos y les hiciera compañía. Estar en
su presencia de buena gana y especialmente ser empleado aceptablemente por ellos en
una posición alta y vital crearía algunos problemas de carácter definidos. Por un lado,
Abdías tendría que silenciar su testimonio. Él “solo podría haber continuado en esta
posición guardando silencio sobre su lealtad religiosa” (Leon Wood). Además, no podía
clamar en santa protesta por sus malos caminos. Hacerlo le habría costado su trabajo y tal
vez incluso su vida. Este silencio, por lo tanto, lo hizo “cómplice de Acab y Jezabel en sus
actos diabólicos, porque el silencio da tanto consentimiento como respaldo tácito a
cualquier acción a la que no se opone” (Phillip Keller). Así, Abdías debe ser
fuertemente condenado. No tenía por qué estar tan estrechamente asociado con Acab
y Jezabel. Su trabajo era uno que ningún seguidor de Jehová debería tocar. Sería como
si un cristiano fuera la mano derecha del magnate de la cerveza Augie Busch, o como
si un creyente fuera un colaborador cercano del notorio gángster Al Capone. Estos
trabajos son totalmente
incompatible con ser cristiano. No puedes trabajar en estos trabajos sin comprometer tus
creencias cristianas.
Algunos pueden insistir en que Abdías no era diferente de Daniel y José, quienes también
ocuparon altos cargos gubernamentales en gobiernos dirigidos por hombres que no
llamaríamos piadosos. Pero la única similitud entre estos dos hombres y Abdías es que los tres
eran judíos. Después de eso, hay poca o ninguna similitud en sus situaciones. Daniel y José
obtuvieron sus puestos debido a su testimonio de Dios que fue aceptado por los [Seite
102] reyes que los designaron para su alto cargo. Y estos reyes, a diferencia de Acab y
Jezabel, no se opusieron tan fervientemente a la adoración de Jehová como Acab y
Jezabel. Varias veces en la experiencia de Daniel, el rey ciertamente hizo leyes que se oponían
temporalmente a la adoración de Jehová. Pero notará que durante una de esas veces,
Daniel fue al foso de los leones en lugar de comprometer sus convicciones religiosas. ¡Abdías
no hizo nada por el estilo! No era un Daniel o un José en carácter, y tampoco tenía la
situación laboral que tenían Daniel y José. Su empleo por Acab no puede ser justificado por la
posición de Daniel y José en el gobierno.
En segundo lugar, estaba haciendo lo incorrecto. Esto no es sorprendente, porque él estaba
empleado por las personas equivocadas. Abdías estaba vagando por el campo
tratando de encontrar pasto para los caballos y las mulas de Acab, lo cual ciertamente
estaba mal en términos de prioridad. En lugar de buscar hierba para animales tontos, incluso
si fueran importantes militarmente para Israel, la tarea importante en cuestión debería ser
dirigirse a la causa de la hambruna para que la hambruna pueda detenerse. Vance Havner dijo:
“Obadiah estaba fuera… buscando pasto cuando debería haber estado orando por lluvia y
llamando a los hombres a arrepentirse y volver a Dios. El pecado era el problema entonces
como lo es hoy, y cuando los hombres se volvieron a Dios las lluvias cayeron. ¡Qué pérdida
de tiempo entonces… tratar de encontrar un poco de hierba cuando el verdadero problema se
ignora cortésmente!”
También debemos tener en cuenta que no era bíblico que los reyes de Israel tuvieran
caballos, ya que Deuteronomio 17:16 decretó que el rey de Israel “no multiplicará caballos
para sí”. Pero Acab lo hizo, y también muchos de los otros reyes. Sin embargo, eso no
justifica la desobediencia a la Palabra de Dios. La Palabra dijo que nada de caballos. Por lo
tanto, dedicarse a tratar de salvar caballos estaba mal bíblicamente sin importar cuántos reyes
tuvieran caballos. Sí, Abdías definitivamente estaba en el empleo equivocado; y no merece
más que una severa condenación por ello.
Sus excusas. Cuando Elías se encontró con Abdías, le dijo a Abdías: “Ve,
di a tu señor: He aquí, Elías está aquí” (v. 8). Inmediatamente [Página 103]
Abdías comenzó a poner excusas por las que no debía obedecer las órdenes de Elías
de informar a Acab del paradero de Elías. Este eludir el deber realmente
condenó a Abdías, y lo que se sumó a la condenación es que no se registra que Abdías
ofreciera ninguna objeción a prestar servicio al malvado Acab cuando se le dijo que fuera
a buscar hierba para los animales mudos; a pesar de que tal tarea, como acabamos de
señalar, era algo incorrecto. Con razón Elías le dijo a Abdías que Acab era “tu
señor” (v. 8). Abdías pudo haber querido hacer parecer que Elías era su señor (v.
7), pero en sus acciones era Acab. Como muchos cristianos profesantes, Abdías quería
que la gente pensara que se estaba sometiendo a Dios; pero, de hecho, sus acciones
decían lo contrario, y también de manera bastante pronunciada.
Notamos cuatro de las excusas de Abdías. Tienen que ver con la absolución,
la acusación, la lealtad y el logro.
Primero, absolución. Abdías comenzó sus excusas con un poco de autosuficiencia.
presunción. Él dijo: “¿Qué he pecado para que entregues a tu siervo en manos
de Acab para que me mate?” (v. 9). La pregunta de Abdías significaba que no se
creía culpable de ningún pecado que mereciera el severo castigo de esta supuesta
misión de muerte. Él se absuelve de tal cargo. Elías no lo acusaba de ningún pecado,
pero Abdías usó su absolución como una excusa conveniente. En principio, decía que era
demasiado bueno para el trabajo, y que Elijah no debería arriesgar a un hombre tan bueno
en un trabajo tan arriesgado.
Pero la excusa expuso la falta de dedicación de Abdías, porque el trabajo de hecho
exigía un buen hombre.
Segundo, acusación. La peor excusa de todas en el arsenal de Abdías fue la
excusa que acusaba a Dios de ser indigno de confianza. Abdías en realidad
cuestionó la integridad de Dios. Describió a Dios como tramposo y engañoso.
Él le dijo a Elías: “Acontecerá que tan pronto como yo me haya ido de ti, el espíritu
del Señor te llevará adonde yo no sé; y cuando llegue y se lo diga a Acab, y él no te
encuentre, me matará” (v. 12). ¡Qué visión corrupta de Dios! Fue una declaración de lo
más blasfema acerca de Dios.
Cuán desconfiado era Abdías de Dios. Cuán grandemente condena la acusación a Abdías.
[Seite 104] La visión de Abdías sobre Dios ciertamente reflejaba la influencia del
baalismo sobre él. Había estado tanto tiempo con el pueblo de Baal y los había
escuchado tanto que empezó a pensar que Jehová era como Baal. Baal era
de hecho, considerado capaz de engaño y engaño, y así Abdías pensó que Jehová
Dios era igualmente.
Muchos cristianos profesantes son como Abdías. Debido a su relación demasiado
estrecha con el mundo, hablan y piensan como el mundo. No puedes estar cerca de
los impíos sin ser contaminado. No puedes ver la basura en la televisión (¿hay
mucho más en la televisión?) sin contaminarte.
No puedes fraternizar con un mundo materialista y humanista y no profanar tu
pensamiento. La separación puede parecer demasiado para la mayoría de los santos,
pero el hecho es que o te separas del mundo o serás contaminado, porque
“las malas conversaciones [compañía, multitud] corrompen las buenas costumbres” (1
Corintios 15:33).
Esta fraternización profana con el mundo también ha corrompido a muchas
iglesias, así como afectó el pensamiento religioso de Abdías. Muchos programas,
servicios, doctrinas y políticas de la iglesia reflejan el pensamiento del mundo mucho
más de lo que reflejan la enseñanza de la Palabra. Revelan que la membresía está
demasiado cerca de hombres impíos y no lo suficientemente cerca de un Dios santo.
Tercero, lealtad. La tercera excusa de Abdías fue proclamar su lealtad de por
vida a Jehová. “Yo tu siervo temo al Señor desde mi juventud” (v. 12).
Esta es una declaración tan enfermiza, porque viene justo después de que acababa
de acusar a Jehová de ser engañoso y poco confiable. Que hipócritas son las personas
que ofrecen excusas por el servicio. Si Abdías realmente había temido a Dios
todos estos años, entonces esto debería hacerlo ansioso por servir a Dios yendo tras
Acab como Elías le había ordenado. La lealtad no es una exención de servir, sino
una expectativa de servicio.
Los que se apresuran a jactarse de su fidelidad son a menudo los que carecen
de fidelidad. Cuando las iglesias, las escuelas u otros grupos le siguen diciendo
que están parados donde siempre han estado, es una buena indicación de que no
están parados allí; porque si todavía estuvieran allí, no tendrían que seguir contándote
el hecho; fácilmente podrías ver que era así.
[Seite 105] Cuarto, logro. La última excusa que Abdías ofreció fue su logro de
esconder a cien profetas. Él dijo: "¿No se le dijo a mi señor lo que hice cuando
Jezabel mató a los profetas del Señor, que escondí a cien hombres de los profetas
del Señor de a cincuenta en una cueva, y los alimenté con pan y agua?" (v. 13). Esta
odiosa jactancia era otra excusa enfermiza. En lugar de ser una excusa,
debería ser una razón para que sirva. Si lo ha hecho con valentía en el pasado, esto
debería convertirlo en una buena elección para informar a Acab del regreso de Elías
a la tierra. Pero como con algunos de los anteriores
excusas, lo que debería haber sido una razón para el servicio fue utilizado por Abdías
como excusa para no servir.
El orgullo nunca alienta el servicio al Señor. A pesar de que se jacta de pasado
servicio para el Señor, la jactancia rara vez se hace para mostrar la
calificación de uno para el servicio futuro; pero a menudo es un terreno de juego para
obtener la exención del servicio en su lugar. Uno ve que se trata de algunos miembros
de la iglesia. Les gusta presumir de todo lo que han hecho en el pasado. Pero no seas tan
ingenuo como para pensar que esta jactancia es una indicación de que quieren hacer más servicio.
Su jactancia, además de buscar la exaltación propia, dice que han hecho su parte (y
galantemente, quieren que lo sepas); ahora deja que otros hagan el trabajo. Pero debemos
recordar que la condición espiritual presente de uno no está determinada por
lo que hicimos en el pasado sino por lo que estamos dispuestos a hacer en el presente.
Abdías había hecho una obra notable al salvar a los profetas, pero la
sobrevaloró y fue pequeña en comparación con las obras de Elías. Si alguien pudiera
jactarse, sería Elías. ¡Él vivió en medio de los milagros e incluso fue instrumental en
resucitar a uno de los muertos! Que Abdías haga algo de ese calibre. Pero Abdías
no mostró conocimiento de las hazañas de Elías; y él era tan egocéntrico, pensó que su
hecho era tan grande que seguramente alguien se lo habría dicho a Elías. Mackintosh
dijo: “Su ocultamiento de los profetas parece, en su opinión, haber sido algo tan notable
que se preguntó si todos no lo habían escuchado”. Generalmente los que hacen menos se
jactan más. Y aquellos que no están viviendo para Dios como deben, serán los primeros
en decirles que realmente están haciendo grandes cosas para Dios. Tal jactancia, sin
embargo, [Seite 106] no es más que un encubrimiento de sus formas
comprometedoras. Y así, Abdías está muy expuesto y condenado aquí.
Abdías ciertamente puede ser elogiado por algunas cosas que fue e hizo; pero también
puede ser condenado (y más aún) por lo que fue e hizo. No fue un buen ejemplo de lo que
debe ser un cristiano. Era como Lot, que pensó que podía jugar en ambos lados de la
calle. Vivía con un doble rasero. Trató de servir tanto a Acab como a Dios, pero tal
posición es imposible. Jesús dijo: “Ningún siervo puede servir a dos señores;
porque o aborrecerá al uno y amará al otro; o se apegará a uno y menospreciará al
otro” (Lucas 16:13). Aquellos que intentan servir tanto a Acab como a Dios terminarán
favoreciendo a los impíos sobre los piadosos cada vez. Así que Abdías estaba más
dispuesto a someterse a Acab que a Elías. Se quejó más de
sacrificio al hacer la obra de Dios (hacer un recado para Elías) que al hacer la obra
del diablo (cazar hierba para Acab).
Abdías no nos impresiona en absoluto. Y Abdías tampoco pareció impresionar
mucho a Elías. Spurgeon dice: “Sospecho que Elías no pensaba mucho en Abdías.
No lo trata con gran consideración, sino que se dirige a él con más dureza de lo que
uno esperaría de un compañero creyente”. Abdías finalmente hizo el mandado
de Elías, aunque de mala gana.
Abdías tenía un largo camino por recorrer antes de que su fe ardiera dentro de él y
produjera la pronta y entusiasta obediencia al servicio de Dios que exhibió Elías.
Nunca volvemos a saber de Abdías. No era un santo campeón al que se
encontraría ayudando a Elías en el monte Carmelo o exhortando a sus hermanos
israelitas a volver a Jehová. A Curiosity le gustaría saber qué pasó con Abdías. La
experiencia y el pasado de Abdías sugerirían que continuó trabajando con
Acab. Y la jactancia de Abdías sugeriría que pudo haber tratado de gloriarse más
tarde en el hecho de su encuentro con Elías y en llevarle la noticia a Acab de que
Elías finalmente había sido encontrado.
C. LA ACTUACIÓN DE ACAB Convocado por
Abdías, Acab detuvo su búsqueda de pasto para [Seite 107] sus caballos y mulas
y vino al encuentro de Elías. Sobre el encuentro de estos dos hombres, Matthew
Henry dijo: “Tenemos aquí [en] el encuentro entre Acab y Elías, un rey tan malo
como el que azotó al mundo y un profeta tan bueno como el que bendijo a la iglesia.
”
Acab era un personaje detestable. Era un pésimo rey y hombre. Su carácter
estaba corrupto de principio a fin. No se desempeña bien en la vida, por decir lo
menos. Nuestro texto nos da algunos detalles sobre la actuación de
Acab, de los cuales pocos son elogiosos. Estudiaremos su desempeño en
la administración de su reino, en su acusación de Elías, en su acusación por
Elías, y en su asignación de Elías.
1. La administración de Acab
Acab, como rey, no administró bien su gobierno. Destacamos dos aspectos de
su gestión que manifiestan su pobre desempeño. Era insensible a las necesidades
del pueblo y era un inepto para resolver los problemas de la nación.
Era insensible. Después de tres años y medio de hambre que había convertido
a Samaria en un desierto, la gran preocupación de Acab no era por los problemas
de alimentación de su pueblo; sino que estaba más preocupado por la comida para
sus caballos y mulas. Estaba más preocupado por la muerte de sus caballos y mulas
a causa del hambre que por la muerte de la gente. Es cierto que estos caballos y
mulos eran algo más que unos animales de placer para montar. Eran vitales para
los militares. Algunos fueron utilizados, por supuesto, para que los funcionarios del
gobierno los usaran durante actos especiales del gobierno. Pero la mayoría de los
caballos y mulos reunidos por los reyes tenían fines militares.
Eran para la caballería y para los carros. Pero darles prioridad sobre las necesidades
de su pueblo seguía estando muy mal. FB Meyer dijo: “Fue esta hambruna la que sacó
a relucir el verdadero carácter de Ahab… su único pensamiento era sobre los caballos
y las mulas de su semental; y su único cuidado era salvar a algunos de ellos con
vida... ¡qué egoísmo hay aquí! ¡Mulos y asnos delante de su pueblo!”
[Seite 108] La insensibilidad de Acab a las necesidades de su pueblo nos recuerda
las naciones comunistas de nuestro tiempo. Ellos también pusieron más énfasis
en mantener su poderío militar que en resolver el problema alimentario de su propio
pueblo. Tales gobernantes solo ven a la gente como peones para usar, no como
personas a las que servir. La vida humana significa poco para ellos. Harán pasar
hambre a su pueblo, los empobrecerán y los enviarán a la batalla caprichosamente,
groseramente insensibles a sus vidas y necesidades. Y este espíritu de Acab no se
limita a los líderes gubernamentales. También se ve en el hombre que debe fumar,
beber, apostar, divertirse y jugar, incluso si eso significa que su familia tiene que pasar
sin comida ni ropa. Se ve en la mujer que debe abortar sin importar lo que le haga a la
vida del bebé. Se ve en el traficante de drogas y el cantinero que se preocupan poco
por las vidas que están destruyendo y solo por el dinero que obtienen de sus malvados
negocios. Es la dureza de corazón que proviene de abandonar a Dios.
La mayor preocupación de Acab por sus animales que por su gente también nos
recuerda el hecho de que en tiempos de enfermedad espiritual a menudo hay una mayor
preocupación por los animales que por los humanos. El paganismo, como en la India,
protege al ganado hasta el punto de permitir que la gente se muera de hambre en
lugar de darles carne del ganado protegido que deambula por el país. En nuestro
país, el movimiento por los derechos de los animales es tan celoso en la protección
de los animales que detendría una gran fuente de alimento para los humanos y evitaría
las pruebas para muchos problemas de salud. También en nuestro país tenemos la Ley
de Especies en Peligro de Extinción que es tan ridícula en sus prioridades de proteger
todo tipo de animales que ha dejado sin trabajo a miles de personas por nada más que
la protección de animales como un búho. Todo esto no demuestra la inteligencia o
compasión de las personas sino la degeneración espiritual de las personas. Es simplemente
una indicación de cuán lejos nosotros, como Acab, nos hemos alejado de Dios.
Él era un inepto. En esta terrible crisis nacional de hambruna, ¡Israel no encontraría
ayuda de su rey! No propuso ningún curso de acción que pudiera salvar a la nación. Su
expedición de caza de hierba [Seite 109] fue lo mejor que pudo hacer. Que patetico.
Pero, ¿no es esto como muchos gobiernos hoy en día, incluso el nuestro? cuando las crisis
Vamos, los esfuerzos y los programas que ponen en marcha para resolver los problemas
de la tierra son tan útiles para detener los problemas como lo fue la caza de pasto para
detener la hambruna. La matanza en la carretera es un buen ejemplo de la inepta
administración de nuestro gobierno. El alcohol mata a miles cada año en la carretera. ¿Qué
hace nuestro gobierno? Aprueban leyes sobre bolsas de aire, cinturones de seguridad,
asientos para bebés, etc. mientras se niegan rotundamente y conspicuamente a tomar
medidas decisivas contra el verdadero problema: el alcohol.
Si se deshicieran del alcohol, reducirían drásticamente el derramamiento de
sangre en la carretera. Y deshacerse del alcohol también minimizaría una serie de otros
problemas en la sociedad. Pero el gobierno parece preferir las expediciones de hierba en su
lugar.
El comportamiento de Acab en la hora crítica de la hambruna revela su mala
administración. Era un rey muy pobre. Su administración solo perjudicó al pueblo; no les
ayudó.
2. La Acusación de Acab
Cuando Acab y Elías se conocieron por primera vez, Acab saludó a Elías con una
acusación cortante. Él dijo: “¿Eres tú el que perturbas a Israel?” (v.17). Era un poco de
palabrería desdeñosa y calumniosa que intentaría demostrar que Elías era la causa de todos
los problemas de Israel.
En cada época, los impíos lanzan estas calumnias y calumnias contra los piadosos. “Es
una acusación común contra los profetas y el pueblo de Dios. Los santos siempre están
equivocados. Siempre son ellos los que 'trastornan el mundo' (Hechos 17:6, 8); siempre
los que 'alborotan mucho nuestra ciudad' (Hechos 16:20). Nuestro Señor fue acusado
de sedición. Los primeros cristianos fueron llamados 'enemigos de la raza humana'.
Falsamente se dice contra ellos toda clase de maldad” (J. Hammond).
Esta acusación injusta aparece incluso en el mundo secular. La policía
son castigados más que el criminal. Hitler culpó a los judíos por el problema de
Alemania cuando él mismo era el problema número uno . Estados Unidos fue acusado
de ser el agresor y el
alborotador en Vietnam mientras que los comunistas fueron representados como sólo
defensores de la justicia. Y en los años sesenta se culpó a la Guardia Nacional de los
desagradables enfrentamientos en los campus universitarios, no a los agitadores
izquierdistas que venían al campus y provocaban un comportamiento desenfrenado entre los estudiantes.
Esta acusación calumniosa también se ve a menudo en la iglesia. Muchas
iglesias tienen sus Achans que causan todo tipo de problemas y escándalos, pero
generalmente es al pastor Joshua a quien se culpa por todos los problemas. Y en lugar
de deshacerse de los problemáticos Acán, las iglesias solo aumentan sus problemas al
deshacerse de sus pastores Josué.
Puede lastimar profundamente a los fieles cuando los impíos los acusan de ser
alborotadores, pero ser acusado así por los impíos es más un cumplido que una
maldición. FB Meyer dijo: “No hay mayor testimonio de la consistencia de nuestra vida que el
odio sincero de los Acab que nos rodean”.
Por otro lado, si Acab te felicita en lugar de criticarte, puede significar que no te está
yendo nada bien en tu caminar cristiano. Tal es la condenación de Abdías. No fue
reprendido por Acab, pero Elías sí. Si, como Abdías, puedes llevarte bien con el mundo, no
te llevas bien con Dios. La alabanza del mundo acusa a una persona más de lo que
felicita. Cuando una comunidad impía arroja elogios a una iglesia, no será una buena iglesia.
Una buena iglesia será despreciada por tal comunidad.
3. La acusación de Acab
La diabólica acusación de Acab contra Elías fue recibida por una severa denuncia de
Acab por parte de Elías. Elías dijo: “Yo no he turbado a Israel; mas tú, y la casa de tu padre,
por haber dejado los mandamientos de Jehová , y en pos de los baales” (v. 18). Vance
Havner dijo: “Ahab era el alborotador, pero Elijah era el solucionador de problemas”. Elías
sabía dónde estaba el problema, pero Acab no. Acab acusó a la persona equivocada,
pero Elías le puso el dedo en la llaga y acusó a la persona correcta. La lectura de cargos fue
a la vez intrépida e instructiva.
[Seite 111] Fue intrépido. Elías demostró un tremendo valor al acusar al rey como el
perturbador de la tierra. Aquí hay un profeta que ha sido objeto de una vigorosa cacería
humana por parte del rey. Ahora está en presencia de este mismo gobernante que
tanto lo odiaba y lo buscaba. ¡Estar de pie ante él y llamarlo el perturbador de la tierra
requiere una tremenda audacia!
“Pero el justo es valiente como un león” (Proverbios 28:1).
Un buen número de predicadores podrían aprender de las intrépidas protestas de Elías.
Con demasiada frecuencia se sienten intimidados por los miembros de su iglesia,
especialmente los que tienen dinero e influencia; y temen predicar todo el consejo de Dios
no sea que molesten a esta gente y pongan en peligro su estima (la del predicador)
y su empleo en la iglesia. Pero Pink dijo: “Que los ministros de Cristo no duden en entregar
su mensaje con valentía, ni teman el disgusto de los más influyentes en sus
congregaciones”. Si los predicadores dudan y temen denunciar el pecado y señalar al
alborotador, nunca harán mucho bien. Vance Havner dijo: “Los predicadores solían señalar
con el dedo al individuo y decir, como Nathan a David, '¡Tú eres el hombre!' Pero hoy
en día, demasiados agitan la mano hacia la audiencia en general y nadie sabe exactamente
a quién se está dirigiendo”. Entonces nadie recibe el mensaje, nadie se arrepiente, y
el problema en la tierra continúa.
Fue instructivo. Elías hizo más que simplemente llamar a Acab un alborotador. Le dijo a
Acab por qué era un alborotador, y eso es muy importante. Dijo que Acab había turbado la
tierra porque “habéis dejado los mandamientos de Jehová, y seguisteis a los baales” (v.
18). Tenga en cuenta el orden aquí, primero se abandona la Palabra y luego se sigue a
Baal. Lo que principalmente constituye un perturbador es el abandono de la Palabra de
Dios. No es la persecución de Baalim la principal razón para ser un alborotador. Perseguir
a los Baalim fue simplemente un resultado perturbador de abandonar la Palabra. Pero la
razón básica y fundamental por la que uno se vuelve problemático es porque abandona
la Palabra de Dios.
Nos preguntamos por qué tenemos tantos problemas en nuestras iglesias. La respuesta
es que muchos de los miembros de la iglesia han abandonado [Seite 112] la Palabra del
Señor. No están siguiendo los principios Divinos al gobernar sus vidas.
Por lo tanto, se convierten en alborotadores. También se traen muchos problemas a las
iglesias debido a los predicadores apóstatas. No predicarán fielmente la Palabra de Dios,
sino que la abandonarán de manera total. Su mensaje no bíblico perturba a muchas
almas en esta vida y condenará a muchas almas a problemas eternos en la próxima vida.
Nosotros, como el Israel de antaño, estamos atribulados como nación porque tanto los
ciudadanos como los líderes del gobierno han abandonado la Palabra de Dios. No solo lo
abandonamos, sino que lo prohibimos en las escuelas y lugares gubernamentales. Todo
lo que esto hace es traer problemas. Nuestros funcionarios escolares, tribunales y líderes
gubernamentales piensan que están ayudando a mantener la paz en la tierra cuando fallan
en contra de la Biblia; pero ¡qué equivocados están! Solo están trayendo problemas a la
tierra, porque abandonar la Palabra de Dios invita a grandes problemas.
Individualmente tenemos que tomar este hecho en serio. ¿Estamos tentados a seguir
un curso de acción que es desaprobado por las Escrituras? ¿Podemos ser tan
tontos como para pensar que cualquier ganancia compensará el problema en el que se
incurre al abandonar la Palabra? ¿Es bíblico su matrimonio propuesto? ¿Es
su empleo bíblico? ¿Es su estilo de vida bíblico? Los que te rodean pueden ejercer
mucha presión sobre ti para que te conformes con el mundo y, por lo tanto, rechaces
la Palabra, pero eso invita a indecibles problemas a tu vida.
4. La misión de Acab
Elías no se detuvo con la acusación de Acab, también le dio a Acab una
asignación. Acab ciertamente estaba experimentando un día inusual. No estaba
acostumbrado a que le dijeran que él es el alborotador de la tierra, y tampoco estaba
acostumbrado a que le dieran órdenes (a menos que fuera de Jezabel, quien obviamente
le dio órdenes a su antojo). ¡Pero aquí estaba el intrépido Elías denunciando el pecado
de Acab y luego dándole órdenes al rey!
Las órdenes de Elías para Acab fueron: “Envía y reúne conmigo [Elías] a todo
Israel en el monte Carmelo, y los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal, y los profetas
de las arboledas [los profetas de Astoret, el dios femenino de Baalismo] cuatrocientos,
[Seite 113] que comen a la mesa de Jezabel” (v. 19).
Elijah está preparando las cosas para el concurso en el Monte Carmelo. Quiere a los
profetas de Baal allí, y también quiere al pueblo de Israel allí, para que puedan ver
quién es Dios, si Jehová o Baal. Así que le ordena a Acab que se encargue de que
estas personas se reúnan en el Monte Carmelo. Esta asignación para Acab era
adecuada y también se cumplió.
era apropiado Elías fue sabio al darle esta orden al rey, porque “El rey tenía los
medios para efectuar las invitaciones. Él no tendría que visitar a todos personalmente,
como lo haría Elijah, sino que por medio de puestos oficiales se comunicaría con todos
de manera eficiente y rápida” (Leon Wood). Acab, como rey, no solo tenía los medios para
hacer la tarea; pero también tenía la ventaja del poder del gobierno para ordenar
que se hiciera la tarea y ordenar que el pueblo se reuniera.
Y la estrecha conexión de Acab con la inmunda religión del baalismo le dio una gran
ventaja al asegurarse de que los profetas de Baal también se reunieran en el monte
Carmelo. Estos profetas pueden haber necesitado la presión y la persuasión de las
órdenes del gobierno para presentarse en el Carmelo. No tenían nada que ganar con este
enfrentamiento, pero sí mucho que perder. Así que fue muy apropiado que a Acab se le
diera la tarea de reunir al pueblo
Se cumplió. El desempeño de Ahab con respecto a esta tarea es asombroso.
¡Acab obedeció a Elías! “Entonces Acab envió a todos los hijos de Israel,
y reunió a los profetas en el monte Carmelo” (v. 20). Nos sorprende que Acab no
hiciera algunos comentarios burlones y luego, con desdén, le preguntáramos
a Elías quién creía que era él para dar órdenes al rey.
Pero Acab no hizo eso. Acab accedió a la asignación y el plan de Elías para la
confrontación del Monte Carmelo. ¿Por qué? Matthew Pole da cuatro razones
por las que Acab obedeció. Él dijo: “Él cumplió con la moción de Elías; [1] en parte porque
era tan justo y razonable que no podía rechazarlo con honor, ni sin el descontento de
todo su pueblo, siendo esto propuesto para librarlos de esta terrible hambruna; [2] en
parte, porque la urgencia de la presente angustia le hizo querer intentar todos los
medios para eliminarla [Seite 114] ; [3] en parte, por la curiosidad de ver algunos eventos
extraordinarios; y [4] principalmente, porque Dios inclinó su corazón para cerrar
[estar de acuerdo] con ella.”
De hecho, principalmente, el cumplimiento de Acab fue el resultado del poder de Dios.
FC Cook dijo: “No hay pasaje de las Escrituras que muestre con más fuerza la
ascendencia que un Profeta del Señor, armado con Sus poderes espirituales, podría, si
fuera firme y valiente, ejercer incluso sobre los monarcas más poderosos y sin
escrúpulos. .” Acab obedeciendo a Elías fue nada menos que un milagro. Pero cuando
estamos haciendo la obra de Dios, podemos esperar que Dios obre poderosamente
a nuestro favor. Puede que no sea una gran escena sensacional (no fue
aquí), pero el trabajo realizado será asombroso.
Las iglesias tienen programas, esquemas, artilugios, relaciones públicas, conferencias
de prensa, pero no tienen poder. Estudiamos psicología, psiquiatría, examinamos las
técnicas de venta de los vendedores de automóviles, probamos las formas y los
medios de Madison Avenue para hacer la obra de Dios. Pero, ¿no podemos aprender de Elías?
Su programa era caminar rectamente con Dios, abrazar la verdad a pesar de todo y
familiarizarse con la oración ferviente y con la Palabra de Dios. Esto le dio poder, un gran
poder de Dios.
Rara vez vemos mucho en la iglesia en estos días que solo pueda ser explicado por
el poder de Dios. Vance Havner dijo que si se puede explicar lo que sucede en la iglesia,
no es de Dios. Dijo que si el Espíritu Santo dejaba la iglesia, el miembro promedio de la
iglesia no lo extrañaría y el 95% del programa de la iglesia continuaría sin problemas.
Desafortunadamente, Havner tiene razón. La iglesia necesita reenfocar su énfasis,
lanzar sus programas mundanos con los que están tan encantados y asumir el
programa de Dios. Entonces la iglesia, aunque no sería tan popular, sería mucho más
poderosa;
y podría hacer algo para detener la marea del mal, algo que definitivamente no
está haciendo hoy.
[Página 115] VI
el vacilante
1 Reyes 18:21–40
Ha llegado el momento del gran enfrentamiento de Elías con el baalismo. El
enfrentamiento tomará la forma de una contienda en el Monte Carmelo entre
Elías y los profetas de Baal. La sequía ha condicionado al pueblo, incluido Acab,
a ser más receptivos al ministerio de Elías. Así que han aceptado su invitación para
reunirse en el Monte Carmelo para el concurso.
Con respecto al Monte Carmelo, Edersheim dijo: “Ningún lugar en Palestina es
más hermoso, más tonificante o más saludable que el Carmelo… En el noroeste,
sobresale como un promontorio en el Mediterráneo, elevándose a una altura
de quinientos pies. Desde allí se extiende unas doce millas hacia el SSE,
elevándose en otros dos picos. El primero de ellos, como a cuatro millas
del promontorio, no tiene menos de 1740 pies de altura. Aún más al sureste hay un
tercer pico de 1687 pies de altura que hasta el día de hoy lleva el nombre de El
Mahrakah, o 'lugar de quema' (sacrificio). Este, apenas puede haber duda, fue el lugar
del sacrificio de Elías.”
La ubicación y la topografía del Monte Carmelo lo convirtieron en el lugar más adecuado
lugar para el concurso. Las mesetas hicieron posible que una gran multitud se
reuniera para ver los procedimientos. Además, la altura a la que se llevó a cabo la
competencia haría posible que la gente a varias millas de distancia viera
descender el fuego del cielo para consumir el sacrificio de Elías. Jezabel, que estaba
en Jezreel en ese momento, podría haber visto descender el fuego si hubiera
estado mirando en esa dirección.
La multitud que se reunió en Carmel para el concurso fue considerable. Tenía
que ser para someter y matar a los 450 [Seite 116] profetas de Baal.
Estimamos de diez a veinte mil por lo menos. Muchos estiman solo entre 1.500 y
2.000; pero considerando la matanza de los profetas, la invitación real (1 Reyes
18:20), la tensión de los tiempos que aumentaría mucho el interés en la
reunión, y que Cristo tenía multitudes de 5.000 “además de mujeres y
niños” (Mateo 14 :21) en la misma tierra, creemos que la multitud estaba
fácilmente en la categoría de cinco dígitos.
La característica sobresaliente de la multitud, a la que se enfrenta Elías desde el
principio, es que vacilaba. “La asamblea en Carmel estaba, en su mayor parte,
vacilando entre los reclamos de Jehová y Baal” (D. Merson).
La competencia en el monte Carmelo tenía como fin detener esta vacilación y
guiar al pueblo a seguir a Jehová.
En este estudio de la contienda entre Elías y los profetas de Baal, veremos los
preliminares, las proclamaciones y las persuasiones de los
concurso.
A. LAS PRELIMINARES DEL CONCURSO Antes de que
Elías comenzara el concurso, primero se dirigió a la multitud. En este discurso
acusó a la multitud y presentó el concurso.
1. La acusación de la multitud
Elías acusó la práctica vacilante del pueblo con una pregunta. Él preguntó:
“¿Cuánto tiempo vaciláis entre dos opiniones?” (v.21). Notaremos el carácter, la
condenación y las consecuencias de esta práctica.
El carácter de la práctica. La práctica vacilante del pueblo se revela en la
palabra “detener”. Esta palabra no significa detenerse y pensar algo, como
algunos pueden creer. Wilson, en sus Estudios de palabras del Antiguo Testamento,
dice que la palabra significa “vacilar entre dos opiniones [posiciones, actitudes,
convicciones, pensamientos]”. Es decir, una persona nunca se decide qué
posición, acción o actitud va a tomar. Un día una persona se inclina de esta manera
y al día siguiente se inclina de la manera opuesta. En el caso de la cuestión Jehová
Baal, la gente estaba tratando [Seite 117] de jugar en ambos lados de la calle. FC
Cook dijo: “Querían unir la adoración de Jehová con la de Baal, para evitar romper con
el pasado y rechazar por completo la antigua adoración nacional, pero al
mismo tiempo disfrutar de los nuevos ritos, que ciertamente eran sensuales. .” Esta
pregunta de Elías revela dónde estaba el pueblo. No estaban completamente
vendidos a Baal, pero tampoco eran leales a Jehová. Los profetas de Baal
estaban, por supuesto, completamente comprometidos con Baal. Pero la gente
vacilaba.
La condena de la práctica. La vacilación de los israelitas era intolerable para
Elías. Él dijo: “Si el Señor es Dios, seguidle; mas si es Baal, seguidle” (v. 21). Esta
exhortación instaba al pueblo a decidirse; entrar o salir; y dejar de politiquear y hablar
por ambos lados de la boca. Con Elías era sí o no, verdadero o falso, bueno o malo,
a favor o en contra, Jehová o Baal. No había término medio
con Elías. Es lo mismo con Dios. Como dice IM Haldeman de Dios, “Él demanda decisión.
Debes estar a favor de Él o contra Él. Él no permitirá ningún compromiso. Una actitud a
medias ante Él es imposible. Debes declararte.” Dios no tenía ningún uso para la
actitud de Laodicea. “Porque eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”
(Apocalipsis 3:16). Otras Escrituras también condenan esta posición.
Deuteronomio 22:10 dice: “No ararás con buey y asno juntos”. Mateo 6:24 dice:
“Ninguno puede servir a dos señores”. Oseas 7:8 lo condena al describir al pueblo como
“una torta que no se voltea”.
Lo que se sumó a la condenación de Israel por practicar esta posición de vacilación fue
que la habían practicado durante mucho tiempo. Elijah dijo: "¿Cuánto tiempo" vas a
detenerte entre dos posiciones? Año tras año continuaron con esta vacilación. E incluso
después de que llegó la sequía, continuaron practicando este hábito vacilante.
Esta detención ha sido practicada durante mucho tiempo por toda la humanidad.
No es exclusivo de los israelitas de los días de Elías, sino que también condena [Seite
118] nuestros días. Krummacher dice: “¡Oh, que la generación de aquellos vacilantes no
constituyera la mayoría entre nosotros! ¡Pero Ay! ¿No es así?" Muchos quieren la
sonrisa de Dios pero también el favor del mundo. Esta actitud se ve en el consejo que
Norman Vincent Peale le dio a una chica que le preguntó si debería seguir trabajando en
burlesque ahora que era cristiana. Increíblemente, él la animó a seguir trabajando en el
burlesque. Esta actitud se ve en la práctica de los artistas, como Pat Boone,
que van a los clubes nocturnos los sábados por la noche pero cantan en la iglesia los
domingos por la mañana. Es Tennessee Ernie Ford cantando las canciones del mundo
en su programa pero al final cantando un himno. Esto engaña a mucha gente, pero no
a un Elías que vería en ello el doble rasero: la vacilación entre Baal y Jehová.
Al hombre siempre le ha parecido inteligente e inteligente tener dos caras y mostrar
una u otra en momentos ventajosos. Al político le gusta que la gente del Cinturón Bíblico
piense que es un creyente de la Biblia; pero quiere que la gente de una comunidad
de jugadores piense que él también está a favor de la legislación sobre los juegos de azar.
Así que tiene diferentes discursos, cada uno adaptado a su multitud; y él piensa que es
muy inteligente para conseguir que ambos lados voten por él. Pero esta actitud
vacilante está severamente condenada en las Escrituras. Es un gran desglose de
carácter. Inteligente, sí, pero corrupto. Y ninguna astucia compensará la corrupción.
Las consecuencias de la práctica. Israel estaba pagando un alto precio por su hábito
vacilante. Una sequía había venido y devastado la tierra. Los campos eran
reseco, el agua se estaba convirtiendo en un verdadero problema, la comida
escaseaba, la gente estaba muriendo y una nación estaba amenazada con su
propia existencia. Qué precio por vacilar, por tratar de agradar tanto al mundo
como a Dios, por no tomar la posición correcta. Tomar una posición por Dios
tendrá un costo, no hay duda de eso. Pero de lo que debemos darnos cuenta es de
que no tomar una posición cuesta mucho más. La práctica de detenerse y vacilar
parece el camino fácil; parece atractivo quedarse callado y decir ni bueno ni
malo. Pero la atracción de la vacilación es muy engañosa.
[Seite 119] Después de que Elías les hablara de detenerse, “el pueblo
no le respondió palabra” (v. 21). No deberíamos sorprendernos de su
silencio porque eso es exactamente lo que haría un vacilante. Es una
consecuencia de vacilar. No "amén" a Elías por temor a ofender a los profetas de
Baal, pero tampoco "abuchearían" a Elías para no incurrir en más de su ira. Tal
silencio es la marca de un cobarde.
A veces, las reuniones de negocios de la iglesia presentan este problema.
Muchos de los miembros piensan que si se mantienen callados y no se expresan
a favor o en contra de un tema, mantendrán la paz. Pero su silencio solo abre la
puerta para que el mal monopolice el piso. Muchas recomendaciones del pastor
y del liderazgo de la iglesia han sido derrotadas porque el pueblo de Dios no quiso
tomar ninguna posición. No estaban ni a favor ni en contra, y al hacerlo creen
que serán amigos de todos los interesados. Pero no funcionará. No serán amigos
de nadie. Nadie confiará en ellos. Además, el daño que le hagan a la
iglesia será inmenso. Sofocarán la obra de Dios, estorbarán su progreso, apagarán
el entusiasmo y el celo de los fieles, y permitirán que el mal gane grandes
incursiones en la iglesia. Sí, las consecuencias de la doble moral, del espíritu
vacilante, son graves.
2. La Introducción de la Contienda
Después de acusar al pueblo, Elías presentó el plan para la contienda
entre él y los profetas de Baal. Él dijo: “Que nos den, pues, dos becerros; y escojan
para sí un novillo, y córtenlo en pedazos, y pónganlo sobre leña, y no pongan
fuego debajo; y prepararé [prepararé] el otro becerro, y lo pondré sobre
leña, y no pondré fuego debajo [de él].
E invocad el nombre de vuestros dioses, y yo invocaré el nombre del Señor
[Jehová]; y el Dios que responde por el fuego, sea Dios” (vv.
23, 24). Consideraremos la esencialidad, la equidad, la conveniencia y el respaldo
de este concurso.
La esencialidad del concurso. El concurso propuesto para [Seite 120] examinar
las afirmaciones de dos religiones era algo muy necesario. No fue solo por mero
entretenimiento. Buenas razones apoyaron la realización de este concurso.
Primero, el concurso era necesario por los preceptos de Dios. Dios lo
ordenó. Todo lo que hizo Elías fue hecho “por tu palabra” (v. 36). Tener este concurso
era seguir un principio que Dios ha dado a todas las edades; a saber, debemos examinar
las afirmaciones religiosas para verificar su validez. En el Antiguo Testamento,
Dios le dio amplias pautas a Israel sobre cómo probar si un profeta era
verdadero o falso. En el Nuevo Testamento, se nos dice que “probemos los espíritus
si son de Dios” (1 Juan 4:1) y “probadlo todo” (1 Tesalonicenses 5:21). No
dejemos de prestar atención al mandato de Dios de examinar las afirmaciones
religiosas.
En segundo lugar, el concurso era necesario por el peligro de error. Israel tenía
pagó un precio terrible por la adoración a Baal. La sequía casi había destruido
la tierra y la gente. El hecho de no examinar debidamente las afirmaciones religiosas
ha causado un daño incalculable a Israel. Examinar las afirmaciones religiosas
es tan necesario si uno desea evitar las consecuencias devastadoras de ser
engañado por las religiones falsas. Pero, desafortunadamente, cuando se trata de
religión, muchos son como Jacob con respecto al informe sobre la muerte de José.
No examinó las cosas cuidadosamente. Si Jacob hubiera examinado la túnica de
José, no habría estado en una miseria desesperada; porque habría visto que la
historia de sus muchachos estaba llena de agujeros porque el abrigo no estaba
lleno de agujeros. Un Testigo de Jehová convertido dijo que la pereza intelectual era
la razón por la cual tantas personas son engañadas por las sectas. Es decir,
fallan al probar la doctrina religiosa para ver si es verdadera o no. Así que hoy en
día una multitud de personas toman crédulamente los muchos programas religiosos
falsos en la radio y la televisión; y, como resultado, muchas veces son despojados de
su fe y fortuna porque no se tomaron el tiempo para examinar los programas de la Palabra de Dios.
Tercero, se necesitaba el concurso porque daría elogios a la verdad.
Si bien la contienda expondría el error por toda su maldad, por otro lado le daría un
gran honor a la verdad. En Israel la verdad estaba siendo deshonrada,
rechazada y despreciada. Era hora de [Seite 121] revertir esa práctica. Ninguna tierra
prospera cuando no se honra la verdad. El error debe ser examinado para
demostrar que es un fraude. La verdad necesita ser examinada para mostrar que
es un hecho. Y la verdad invita al examen porque será honrada por la prueba. Así
que fue Elías, no los profetas de Baal, quienes propusieron la prueba. El error
evita el examen. Es por eso que la Iglesia Católica Romana, como ejemplo, es tan
reacio a permitir el examen de sus reliquias para ver si son reales o falsas. También es por
eso que los curanderos religiosos y otros cultos e ismos evitan el examen
honesto.
La equidad del concurso. Este concurso fue un concurso justo. A cada religión se
le dio la misma prueba. Era un novillo y un altar para cada uno.
Y cada uno invocaría a su dios, y el que respondiera con fuego sería el Dios
verdadero.
Dar la misma prueba es vital. Error no daría la misma prueba. Sería
mirar el error a través de lentes color de rosa, pero miraría la verdad con un microscopio
sucio y magnificaría las aversiones como hechos malvados. A veces los disidentes
de la iglesia son así consigo mismos y con su pastor. No quieren juzgar a su pastor de la
misma manera que se juzgan a sí mismos. Para usar el lenguaje de los
corredores, utilizarían una vigilancia lenta y una carrera corta y fácil para examinar su
desempeño, pero requerirían que el pastor corriera una carrera larga y dura con una
vigilancia rápida. Por supuesto, la gente tendrá un mejor desempeño de esta
manera que el pastor porque la prueba no fue justa. Pero el error siempre es así al examinar
las afirmaciones.
Otra cosa que hizo Elías para mostrar su justicia fue dejar que los profetas de
Baal va primero. Esto mostraría que Elías no estaba organizando una competencia
que lo favorecería y le daría ventaja sobre los profetas de Baal. La verdad no necesita
un privilegio especial para probar que es válida. Solo dale una prueba justa, la misma
prueba que se le da al error; y la verdad saldrá ganadora. No es necesario hacer
trampa, mentir o manipular para probar las afirmaciones de verdad. El error necesita la
injusticia para sobresalir, pero no la verdad.
La conveniencia del concurso. Esto es conveniencia en un buen [Seite 122] sentido.
La contienda se adecuaba a las circunstancias ya la creencia tanto de los seguidores de
Baal como de Jehová. Elías dijo: “El Dios que responde por fuego, sea Dios” (v. 24). Esta
fue una propuesta sabia porque era fuego y porque hablaba de juicio.
Primero, fue fuego. “El concurso de fuego fue bien elegido. Tanto la mitología
pagana como la propia historia de Israel hicieron que el fuego sobrenatural fuera la forma
más elevada en que se podía mostrar la aprobación divina para un sacrificio” (Leon Wood).
Además, el fuego era prominente en muchas otras formas tanto en la religión de Baal
como en la de Jehová. En la religión de Baal, Baal era considerado el dios del fuego.
Baal fue considerado el fuego o cuerpo del sol, en lugar de la luz. El fuego estaría bien
con los profetas de Baal, porque encajaba con su dios.
(Curiosamente, según JA MacDonald en Pulpit Commentary, nuestro
La palabra "hoguera" probablemente proviene de la palabra sajona "Baelfyr", que está
relacionada con Baal y el fuego).
La religión de Jehová no solo se centró en el fuego en el altar; pero el fuego
fue prominente en otras experiencias significativas, como la zarza ardiente que vio Moisés
y la columna de fuego que condujo a los israelitas por la noche al desierto. Por lo
tanto, ningún seguidor de Jehová se opondría tampoco al fuego como prueba.
En segundo lugar, hablaba de juicio. Con la sequía tan severa, podríamos tener
esperaba que la señal hubiera sido lluvia en lugar de fuego. Habríamos esperado
que Elías hubiera dicho el Dios que responde con la lluvia, sea Dios. La tierra
necesitaba agua, pero la lluvia no era la señal, aunque parecería ser la señal lógica de
Quién era Dios. En cambio, el fuego era la señal.
¿Por qué? Porque el fuego habla de juicio, y el juicio debe venir primero antes que
la bendición. Aunque las circunstancias pidieron lluvia, primero pidieron juicio sobre el
pecado de Israel. Antes de que las bendiciones de Dios caigan sobre la humanidad, el
principio es que el juicio debe caer sobre el pecado del hombre. Como ejemplo, la cruz,
donde vino el juicio sobre el pecado del hombre, primero debe ocurrir antes de que el
hombre pueda experimentar la bendición de la salvación. Así que hay una gran sabiduría
en hacer que el fuego, el símbolo del juicio, sea la prueba en este concurso en lugar de la lluvia.
[Seite 123] El aval del concurso. Después de que Elías propuso el plan de la
competencia, “Todo el pueblo respondió y dijo: Bien dicho” (v. 24).
La gente finalmente tomó una posición. Apoyaron el plan por unanimidad.
Hubo gran sabiduría en Elías al presentar el plan al pueblo y
no solo a los profetas de Baal. Porque “Cuando el llamamiento de Elías al pueblo
había ganado su aplauso, tenía a los profetas de Baal a sus órdenes… La voz
del pueblo les hizo imposible evadir el juicio” (JA MacDonald). Si Elías hubiera hablado
primero con los profetas de Baal, podrían haberse vuelto muy difíciles con respecto al plan.
Es posible que hayan querido cambiar algunos de los detalles para beneficiarlos. El
pueblo, por vacilante que fuera, no se sentiría inclinado a dar mucho apoyo, si es
que alguno, a Elías. El concurso entonces habría fracasado. Pero al dar el plan a la gente
y hacer que lo aprobaran con tanto entusiasmo, los profetas de Baal no tuvieron más
remedio que aceptarlo.
B. LAS PROCLAMACIONES DEL CONCURSO
La proclamación principal del concurso fue que Jehová era Dios. Pero al proclamar Quién
era Dios, el concurso también proclamó varios distintivos de las religiones de Baal
y Jehová. Queremos ver algunos de esos distintivos en este estudio. Al hacerlo,
veremos cuán grande
el contraste fue entre estas religiones y también cuán grande es el contraste entre las
religiones verdaderas y falsas en cualquier día.
1. Los distintivos de la adoración a Baal Se
proclamaron varias cosas acerca de la adoración a Baal durante este
concurso. Veremos la representación, el disimulo, la dedicación, la laceración
y la mortificación del culto a Baal.
Representación. Los constituyentes de Baal representaron un impresionante
grupo tanto en número como en estatus mundano. Tenían muchos más profetas que
Jehová. En el monte Carmelo superaban en número a los profetas de Jehová 450 a 1
(v. 22). También tenían [Seite 124] más seguidores que Jehová.
Las Escrituras dicen que había solo 7,000 “que no se han inclinado ante Baal” (1
Reyes 19:18), lo que significa que los que se inclinaron ante Baal se cuentan por
millones.
Baalism también tenía mucho estatus mundano debido a su gobierno
representación. De hecho, como señalamos anteriormente, fue el gobierno
(particularmente Jezabel) el que promovió el baalismo. Pero la adoración de Jehová
tenía poca representación en los lugares altos. Aquellos que lo abrazaron no estaban
en las posiciones de estatus de la vida. Eran del grupo despreciado y rechazado.
Oh sí, estaba Abdías, quien tenía una posición muy alta en el gobierno.
Pero no fue un campeón de Jehová. Baalism lo había silenciado y lo había llevado a
comprometerse. Generalmente ese es el caso de aquellos en altos cargos que dicen
ser cristianos. No honran su fe con su oficio prestigioso, sino que el oficio debilita su fe
y corrompe sus modales.
Las religiones falsas generalmente lo hacen mucho mejor que las religiones verdaderas en su mundanalidad.
representación. Generalmente tienen más seguidores que la religión verdadera y
más rango y respeto terrenal. Pero la verdad no se verifica por la popularidad ni por el
estatus de celebridad de sus miembros. No es quién es el más ruidoso y más largo o
quién es el primero y principal lo que establece quién tiene la razón. Pero con demasiada
frecuencia juzgamos las cosas por su popularidad y prestigio. Si es popular, creemos
que es correcto; si está en una posición importante, pensamos que debe ser
adecuada. La iglesia con las ofrendas más grandes y las estadísticas más
impresionantes es juzgada como la mejor iglesia. Pero en el Monte Carmelo sería el
fuego, no ninguna de estas otras cosas, lo que establecería Quién era Dios.
Disimulación. El fraude abunda en las religiones falsas. El engaño es uno de sus
marcas registradas más comunes. Siempre están fingiendo, disimulando,
fingiendo y engañando. Así que dos veces Elías les dijo a los profetas de Baal que
"no pusieran fuego debajo" del sacrificio en el altar (vv. 23, 25). ¿Por qué? Por eso
era la práctica del baalismo. En secreto agregaron fuego a sus altares para que pareciera que
Baal les estaba respondiendo con fuego sobrenatural. Algunos de los altares del paganismo
tenían pequeñas cuevas debajo del altar donde un [Seite 125] sacerdote podía esconderse
y prender fuego encubiertamente al sacrificio. Pero aquí en el Monte Carmelo sería diferente.
“Por primera vez en su historia, estos falsos sacerdotes no pudieron insertar la chispa de fuego
secreta entre los haces de leña que estaban sobre el altar” (Rosa).
Mucho fuego falso es evidente en muchos movimientos religiosos. Desde el “fuego
extraño” de Nadab y Abiú (Levítico 10:1) en los días de Moisés hasta los fuegos carnales de
las lenguas y los movimientos curativos de nuestros días, podemos presenciar este fuego
falso. Muchos quieren agitar a la gente; pero careciendo de verdadera espiritualidad, la
sustituyen por su propio fuego carnal que sólo destruye.
Satanás es mentiroso y padre de mentira (Juan 8:44); y no debemos ser tan ingenuos
como para pensar que algo por ser religioso es honesto. Compruebe la verdad. Donde falta, falta
validez.
Dedicación. Los movimientos religiosos falsos ciertamente no carecen de celo. De hecho, a
menudo avergüenzan a los seguidores de la verdad por su fervor. Los profetas de Baal montaron
un gran espectáculo en el Monte Carmelo. Durante unas seis horas estuvieron llorando fuerte y
largamente para que Baal les respondiera. Y en su fervor “saltaron sobre [o alrededor] del
altar” (v. 26) y “se cortaron… con cuchillos y lancetas, hasta que la sangre brotó sobre
ellos” (v. 28). ¡Qué celo! ¡Qué dedicación! También qué emoción y entretenimiento para la gente
que fue testigo de todas las acciones de los profetas de Baal. Como dijo uno:
“De una cosa estoy seguro: el bailarín del diablo nunca finge la emoción” (Caldwell, citado
por JA MacDonald en Pulpit Commentary).
Pero la seriedad no es la prueba de la validez. La sinceridad no garantiza
verdad. No debemos ser como Charlie Brown, quien se lamentó después de perder un
partido de béisbol: “Ciento ochenta y cuatro a cero. no lo entiendo ¿Cómo podemos perder
cuando somos tan sinceros? La dedicación es excelente, pero solo cuando va por buen
camino. El apóstol Pablo dijo que Israel tenía “celo de Dios, pero no conforme a ciencia” (Romanos
10:2). Muchos están en esa categoría. Pero tal celo solo hace que los resultados sean muy
frustrantes. Como dijo tan acertadamente Joseph Parker sobre el entusiasmo de los profetas
[Seite 126] de Baal y sus resultados, “los esfuerzos prodigiosos terminan en un vacío
prodigioso”.
Laceración. Como señalamos anteriormente, los profetas de Baal “se cortaron a sí mismos…
con cuchillos y lancetas, hasta que la sangre brotó sobre ellos” (v. 28).
La crueldad es un distintivo común de las religiones falsas. Se supone que los dioses
paganos se apaciguan y complacen con la sangre de los humanos. Entonces los
profetas de Baal se laceraron a sí mismos hasta que la sangre fluyó alrededor del altar
en el que estaban ofreciendo sacrificios a Baal. Tenía que ser un espectáculo
sangriento. “Toda la espantosa actuación fue un baño de sangre bestial.
Incluso los espectadores más duros de la multitud deben haber palidecido ante el alboroto” (Phillip Keller).
El paganismo es básicamente cruel. Pero, ¿qué esperarías de la religión que tiene detrás
al diablo, porque él es un asesino (Juan 8:44). A los adoradores de Jehová se les
prohibía expresamente “cortarse” (Deuteronomio 14:1).
Pero cuando se excluye a Dios, los hombres se vuelven crueles. Y esto es
cierto para los gobiernos, como el comunismo y la religión. Los gobiernos que rechazan
el camino de Dios y prohíben adorarlo son crueles, bárbaros y despiadados.
Mortificación. El futuro de la verdad es el honor; pero el futuro del error, como la
idolatría del Baalismo, es vergüenza, gran vergüenza. Isaías dijo: “Serán avergonzados
y también confundidos todos ellos; juntamente irán a confusión los que hacen [y
adoran] ídolos” (Isaías 45:16). Había llegado el momento de abatir al baalismo. Y qué
mortificación fue para los profetas de Baal. No recibieron respuesta de su dios, no
ganaron el respeto de Elías y no experimentaron la consideración del pueblo.
Primero, no recibieron respuesta de Baal. Por supuesto que no. Baal no es una
criatura viviente. Llámalo para siempre si quieres, pero aun así no obtendrás respuesta.
Ellos “invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía… pero no había
voz, ni nadie que respondiera” (v. 26). Fue una experiencia vergonzosa. Pero
con el Dios verdadero, es una historia diferente. Él dice: “Llámame [Seite 127] , y te
responderé, y te mostraré cosas grandes y ocultas que tú no conoces” (Jeremías 33:3).
En segundo lugar, no se ganaron el respeto de Elías. “Y aconteció que al
mediodía, Elías se burlaba de ellos, y decía: Clamad en voz alta; porque es dios, o
habla, o persigue, o está de viaje, o tal vez duerme, y es necesario despertarlo” (v.
27). Algunos han criticado esta burla de Elías. Pero Matthew Henry dice: “La adoración
de ídolos es una cosa sumamente ridícula, y no es más que justicia presentarla
así y exponerla al escarnio”. Estamos de acuerdo. A los que no les gustan las
palabras de Elías son los mismos a los que no les gusta que los predicadores llamen al
pecado por su verdadero nombre. No quieren que se ponga el pecado en el lugar que le
corresponde. Salvarían algún honor por el pecado. Ellos
son transigentes que solo revelan la corrupción de su propio corazón con su crítica. Esa
gente será de poca ayuda para detener el mal.
Es interesante que los profetas de Baal no pareciera ofenderse por el sarcasmo
santificado de Elías. Pink dice: "Tan encaprichados y estúpidos eran esos devotos de
Baal que no parecen haber discernido el sentido de sus palabras, sino que las consideraron
como un buen consejo". Oh, la ceguera de aquellos en la religión falsa. El error siempre
ciega; y cuanto más lo abrazas, más ciego te vuelves. Es la maldición de Dios por
rechazar la verdad. “Como no les gustó retener a Dios en su conocimiento, Dios
los entregó a una mente reprobada” (Romanos 1:28).
En tercer lugar, no experimentaron consideración por parte del pueblo. Después de los profetas de
Baal había ido desde la mañana hasta la hora del “sacrificio de la tarde [que era a
la mitad de la tarde, porque la hora del sacrificio de la tarde era alrededor de las 3 p . ” (v.
29). Matthew Poole dijo que “ni nadie considerado” significa “no hubo atención”. Esto,
agregó, no sólo puede referirse a su dios que no les respondió, sino también al “pueblo,
que ya estaba cansado de tanta atención y espera; y por lo tanto los abandonó más
fácilmente y se acercó a Elías y su altar, a su llamado.” Estos falsos profetas no dieron
a la gente [Seite 128] nada para alegrarse, nada para regocijarse, nada para alentar
sus esperanzas. Entonces el pueblo finalmente los dejó y se volvió hacia Elías. Qué
mortificante debe haber sido para los profetas de Baal ser tan rechazados por el pueblo.
Porque la religión falsa, a diferencia de la religión verdadera, vive y muere en la alabanza
de los hombres.
2. Los distintivos de la adoración a Jehová Los
grandes distintivos de la adoración a Jehová, revelados en el concurso en el
Monte Carmelo, se pueden ver en la invitación que Elías hizo al pueblo, la restauración
del altar, la saturación del altar con agua, la súplica por Elías a Dios, y la
conflagración del altar por el fuego de lo alto.
Invitación. Cuando llegó el turno de Elías de ofrecer un sacrificio, dijo “a todo el
pueblo: Acercaos a mí” (v. 30). Esta invitación hablaba de la honradez de la adoración a
Jehová, y hablaba de la gracia de Jehová.
Primero, la invitación hablaba de la honradez de la adoración a Jehová. A diferencia de
a la adoración a Baal, la adoración a Jehová no estaba llena de deshonestidad. La
verdadera religión no tiene nada que ocultar, nada que esconder. Puede invitar a la gente
a acercarse para examinar de cerca los hechos. La verdad pide ser examinada, investigada,
y examinado; porque cuando sea, brillará en su gloria. Por lo tanto, Jesús dijo: “Escudriñad
las Escrituras” (Juan 5:39). Examínelos; estudiarlos de cerca; míralos en detalle. No
saldrás incrédulo cuando hagas eso. La Biblia no está tan mal redactada ni es tan débil en
sus afirmaciones como para que no nos atrevamos a buscarla por temor a
decepcionarnos. La verdad dice: “Acércate”.
Segundo, la invitación hablaba de la gracia de Jehová. Que malvado Israel
había sido y durante mucho tiempo. Dios hubiera sido justificado si los hubiera
destruido a todos. Pero la gracia de Dios salvaría al pecador más vil; y así la gracia invita
a los israelitas a volver a Dios. Cada vez que Dios dice: “Ven”, es gracia. Dios podría decir:
"Apártate" o "Gánalo", o como le dijo a Satanás: "Aléjate de mí" (Lucas 4:8). Algún día Dios
dirá a aquellos que lo rechazan: “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno” [Seite 129]
(Mateo 25:41). Qué terrible día en que la gracia ya no se ofrece al hombre. Pero será culpa
del hombre, no de Dios.
La gracia no es una característica de las religiones falsas. Sus dioses son crueles,
vengativos, despiadados y sin amor. Solo aprendemos de la gracia a través de la religión
verdadera.
Restauracion. “Y reparó el altar del Señor [Jehová] que estaba derribado” (v. 30). Elías
necesitaba un altar sobre el cual poner su sacrificio.
Entonces restauró el del monte Carmelo que estaba averiado. Notamos la comunión,
condición, construcción y contenido del altar de Jehová.
Primero, la comunión del altar. El altar habla de comunión con Dios. La comunión de
uno con Dios se puede discernir fácilmente si tiene o no un altar en su vida. Como ejemplo,
cuando Abraham estaba en buena comunión con Dios, tenía un altar. Pero cuando se
descarrió, abandonó el altar.
La verdadera religión promueve la comunión con Dios. Trae compañerismo con
Dios. No nos aleja de Dios como lo hace la religión falsa (aleja a multitudes de la
comunión con Dios). Necesitamos esta comunión con Dios. Es absolutamente esencial
para el bienestar de nuestra vida. ¿Tienes un altar en tu vida? A menudo lo llamamos un
tiempo devocional. Pero como sea que lo llamemos, necesitamos tenerlo.
Segundo, la condición del altar. El altar de Jehová en el Monte Carmelo había sido
derribado. La adoración de Baal había influido tanto en el pueblo que habían derribado los
altares a Jehová. Elías le mencionó esto a Dios más tarde.
cuando estaba en Horeb. Él dijo: “Porque los hijos de Israel… han derribado tus altares” (1
Reyes 19:10).
La religión falsa es muy destructiva. Destruye tantas cosas buenas, y
especialmente nos destruye espiritualmente. Pero la verdadera religión está en el negocio
de reparar, restaurar y sanar. Si tu vida se ha convertido en un caos por las falsas religiones,
por las falsas filosofías del mundo, vuelve al Señor y deja que Él reconstruya tu vida.
Tercero, la construcción del altar. Elías construyó el altar con [Seite 130] “doce piedras” (v.
31). Esto hablaba de las doce tribus de Israel y era una reprensión de la división de la nación,
una división que tenía su raíz en la idolatría. Comenzó con Salomón a causa de sus muchas
esposas, y lo arruinó y dividió a la nación. Las falsas religiones dividen, ponen una gran
división entre Dios y el hombre, y también rompen las relaciones santificadas del hombre con
el hombre. Pero la verdadera religión une. Reúne a las personas a través del vínculo común
del Señor.
Nótese aquí que Elías construyó el altar “en el nombre del Señor” (v. 32). No fue construido
en el nombre de Elijah o en alguna denominación. Elías tiene su lugar y también las
denominaciones; pero necesitamos edificar nuestras iglesias, nuestras escuelas y nuestros
ministerios en el nombre del Señor, no en nuestro propio nombre. Las religiones y los
líderes religiosos que se enfatizan a sí mismos y no a Dios se exponen como fraudulentos.
Cuarto, el contenido del altar. Dos elementos llaman especialmente nuestra
atención en el altar. Uno era el sacrificio. Era un toro. Un becerro era una ofrenda por el pecado.
Reconoció la pecaminosidad del hombre y la necesidad de la misericordia de Dios. Cuán
apropiado fue esto en el caso de Israel. El pecado era el problema en la tierra de Israel, y se
necesitaba desesperadamente la misericordia de Dios para perdonar al pueblo y sanar la
tierra. También había un becerro en el altar de Baal, pero fue Elías quien ordenó que los
becerros estuvieran en ambos altares. La verdadera religión sabe cuál es el verdadero
problema y también cuál es la respuesta correcta al problema.
El otro elemento en el altar era la madera. “Puso la madera en orden” (v.
33). Esto nos recuerda que la verdadera religión pondrá las cosas en orden en nuestra vida.
El pecado trae desorden y confusión. La religión falsa sólo se suma a ella. Pero la verdadera
religión nos lleva al Señor que arregla las cosas en nuestra vida.
Poner la madera en orden también nos dice que Elías haría las cosas "decentemente".
y en orden” (1 Corintios 14:40) en la obra del Señor. La obra de Dios exige que
hagamos las cosas bien. Pero tantas iglesias dejan la “madera”
dispersos al azar. A menudo falta limpieza, orden, eficiencia y orden en el cuidado de las
instalaciones y en la administración de los asuntos [Seite 131] de la iglesia. Es repugnante
ver cómo se complican las cosas en la obra del Señor. A menudo, la razón por la que la madera
no se pone en orden es que a la gente simplemente no le importa. Solo quieren hacer lo justo
para salir adelante.
No son respetuosos de la obra de Dios.
Saturación. Después de poner la leña en orden y cortar el becerro en pedazos, Elías dijo:
“Llenad cuatro toneles de agua, y derramadla sobre el holocausto y sobre la leña” (v. 33).
Una vez hecho esto, lo hizo repetir dos veces más. Esto saturó el altar con agua. El agua
demostró la práctica de la integridad, el poder de Dios y la prioridad de la Palabra.
Primero, demostró la práctica de la integridad. Como notamos anteriormente, uno de los
contrastes en los distintivos de Baalismo y la religión de Jehová estaba en el asunto de la
integridad. El culto a Baal era conocido por el engaño, como lo son todas las religiones falsas.
La adoración a Jehová tenía la integridad como sello distintivo. Verter agua sobre el sacrificio
enfatizó que el fuego sería sobrenatural, no iniciado clandestinamente por el hombre.
Oh, por más integridad en el pueblo de Dios. Los seguidores de Aquel que dijo que Él era
la Verdad deben caracterizarse por la veracidad. Pero, por desgracia, a menudo este no es
el caso. Las estadísticas de la iglesia a menudo se rellenan, se miente y se informa de manera
deshonesta. Los miembros de la iglesia a menudo son deshonestos cuando presentan sus
informes de impuestos sobre la renta. Los vendedores y hombres de negocios cristianos a
menudo no se diferencian del resto del mundo en mentir acerca de sus productos.
Uno pensaría que la gente habría rechazado al baalismo hace mucho tiempo debido a su
evidente deshonestidad y habría seguido a un hombre como Elías, cuya honestidad era tan
evidente. Pero el hecho es que la gente a menudo prefiere la deshonestidad a la honestidad.
Los impíos prefieren lo impío. Isaías dijo que los israelitas rebeldes les dicen a sus
profetas: “No nos profeticéis cosas rectas; háblanos cosas suaves, profetiza
engaños” (Isaías 30:10).
Un ministerio honesto ofenderá a muchos. Que una iglesia tenga un pastor honesto
y la iglesia puede perder un número de miembros. Muchos dejan la iglesia porque son
corruptos y no pueden soportar estar en la presencia de un hombre de Dios que camina en la
verdad. [Seite 132] Hoy escuchamos poco sobre este hecho, pero deberíamos escuchar más.
Segundo, demostró el poder de Dios. La religión falsa no podía encender un fuego en medio
del día cuando el sol estaba más caliente y cuando
todo estaba seco como yesca. Pero la verdadera religión puede iniciar un fuego
cuando el sacrificio, la madera, etc., están completamente saturados de agua.
Cómo demuestra esto el poder de Dios en el evangelio. El evangelio será
remediar los problemas del hombre a diferencia de cualquiera de los programas exaltados
del mundo. El evangelio resolverá más problemas en cinco minutos que todos los
programas jactanciosos del mundo resolverán en cinco milenios.
Esto también demuestra el poder de Dios al trabajar a nuestro favor en nuestra vida diaria.
Dios se deleita en trabajar cuando las condiciones son las peores y, a menudo, deja que nuestras
circunstancias se llenen de imposibilidades antes de obrar.
Esto asegura que a Él se le dará la gloria. Así fue en el Monte Carmelo. Era obvio en esta
contienda que las circunstancias se estaban arreglando para que Baal tuviera todas las
ventajas en comparación con Jehová. Ofrecieron primero su sacrificio, aprovecharon el calor
del día para encender fuego en el altar, superaban en gran número a los profetas de Jehová, y
el altar de su oponente se empapó con agua. Pero todo esto simplemente hizo más grande el
triunfo de Jehová. Enfatizó la superioridad de Jehová sobre Baal. La verdad no necesita
ventajas terrenales para salir adelante. El error hace pero no la verdad.
Tercero, el agua demostró la prioridad de la Palabra. Elías hizo derramar el agua sobre
el altar porque Dios lo ordenó (v. 36). No parecía lo más inteligente que podía hacer; de hecho,
parecía que obstaculizaría el resultado deseado. Pero la Palabra mandó, y Elías obedeció,
porque la verdadera religión le da gran prioridad a la Palabra.
Esto nos recuerda a Pedro, a quien Cristo instruyó: “Rema mar adentro, y echad vuestras
redes para la corriente” (Lucas 5:4). No era el momento de pescar, y la reciente experiencia
de pesca de Peter indicaba que tampoco era el lugar para pescar. Pero su respuesta fue:
“Sin embargo, en tu palabra echaré [Seite 133] la red” (Lucas 5:5). A la Palabra se le dio la
prioridad en su vida y, como resultado, recibió muchas bendiciones; porque cogió muchos
peces.
¿Estamos dispuestos a poner la Palabra en un lugar tan prominente en nuestras vidas?
¿Obedeceremos la Palabra de Dios aunque sus mandamientos parezcan poco prácticos e
imposibles? ¿Estamos dispuestos a obedecer la Palabra aunque parezca oponerse a lo que
estamos haciendo en lugar de apoyarlo?
Varias preguntas, una sobre la obtención del agua y otra sobre la zanja, deben
responderse aquí.
Primero, ¿de dónde sacó Elías el agua ya que la tierra se secó por
¿la sequía? La respuesta es que podría haberlo obtenido fácilmente del
Mar Mediterráneo o de un manantial cercano (que la tradición dice que corría
incluso en los tiempos más secos) o del arroyo Kishon (que algunos dicen que
también corría incluso en los tiempos más secos). El manantial y el arroyo
serían apoyados en su origen por el Mar Mediterráneo, ayudándolos así a
continuar incluso en tiempos de sequía. Anteriormente, notamos este efecto del mar
Mediterráneo con respecto al suministro de agua en Sarepta.
Segundo, ¿por qué Elías cavó la zanja alrededor del altar? Una de las razones
era para atrapar el agua; para que cuando el agua se derramara sobre el altar, se
quedara cerca del altar y no corriera por todo el suelo donde estaba la gente.
El pueblo se reunió alrededor de Elías; y sin la trinchera, la gente se habría
dispersado cuando toda el agua corrió sobre el suelo seco y se convirtió en
lodo instantáneo. Otra razón fue que las zanjas llenas de agua sirvieron para
aumentar la demostración del poder de Dios cuando el fuego “lamió el agua
que estaba en la zanja” (v. 38).
Súplica. Elías, al igual que los profetas de Baal, oró ante el altar.
Pero su oración era diferente a la oración de los profetas de Baal. No incluyó
gritos fuertes, no fue larga (poco más de sesenta palabras) y no estuvo acompañada
de laceraciones en el cuerpo. Pero la longitud, el volumen y las laceraciones no son
pruebas de nobleza en la oración. La nobleza de la súplica de Elías se ve en las
cuatro peticiones que hizo a Dios.
[Seite 134] Primero, oró por la gloria de Dios. “Sea notorio hoy que tú eres
Dios en Israel” (v. 36). No fue la lluvia primero, sino la gloria de Dios primero. La
razón de sus problemas era que Dios no estaba primero. En nuestra oración
debemos corregir la falta de honra de Dios antes de llegar a la falta de lluvia. La
verdadera religión hace que la petición principal y el deseo de cualquier oración
sea la gloria de Dios. Muchos no hacen esto, sin embargo. Algunos, por ejemplo,
oran por la conversión de una novia o novio principalmente para que puedan
casarse con ellos, no principalmente para la gloria de Dios. Si estuvieran
interesados en la gloria de Dios, no irían con la persona inconversa en primer
lugar.
Segundo, oró por su propio testimonio. Él dijo: “Sea notorio… que yo soy tu siervo” (v. 36).
Esto no es fanfarronear. Esta es una oración sabia que dice que quiere que todos sepan por
quién vive ya quién sirve. Es una oración para que su testimonio suene verdadero a pesar de
todo. Esa no es una oración fácil de orar cuando te superan en número 450 a 1 como lo fue
Elías. No es una oración fácil de rezar cuando la multitud no está de tu lado. Con demasiada
frecuencia, en tales situaciones, la gente espera que nadie descubra que es cristiano.
Pero Elijah quería que todo el mundo supiera dónde estaba parado. La verdadera religión no se
avergüenza.
¿Estás dispuesto a ser esta clase de testimonio de Cristo en medio de
¿paganismo? ¿Estás dispuesto a orar para que no haya dudas en la mente de otras personas
acerca de tu posición con respecto a Jesucristo? Su respuesta revela la autenticidad de su
fe.
Tercero, oró por la exaltación de la Palabra de Dios. Él dijo: “Sea notorio… que por
mandato tuyo he hecho todas estas cosas” (v. 36). Como notamos anteriormente, la religión verdadera
pondrá gran énfasis en la Palabra de Dios. Deseará que la Palabra esté al frente y en el centro,
y querrá que la Palabra sea la autoridad. Las religiones falsas hablan de otros libros y escritos.
Y las iglesias carnales se delatan por su falta de énfasis en la Palabra.
Muchas iglesias que dicen estar en el campo fundamentalista no dan mucho lugar a la Palabra
en su programa. Tales iglesias, aunque tienen un nombre y una reputación fundamentales, no son
buenas iglesias. Entra en una iglesia que preste mucha [Seite 135] atención a la Palabra de Dios.
Recuerda que donde no se enfatiza la Palabra, tienes evidencia de corrupción espiritual. Evita eso a
toda costa.
Cuarto, oró por un avivamiento entre la gente. Él dijo: “Escúchame, oh Señor , escúchame,
para que este pueblo sepa que tú eres el Señor Dios, y que les has hecho volver el corazón” (v.
37). ¡Todavía no ha orado por lluvia! El es sabio; necesitaban avivamiento antes de necesitar lluvia.
La necesidad primaria de la humanidad es espiritual, no material; y la religión verdadera pone el
énfasis en los programas espirituales, no en los programas sociales. Mantenga las primeras
cosas primero. Es avivamiento luego lluvia, no lluvia luego avivamiento.
Lo que revela mucha decadencia en los círculos fundamentales hoy es un mayor
énfasis en lo social, físico y material en el programa de la iglesia. La recreación está
recibiendo más atención que la consagración. Se está poniendo más énfasis en las cenas
que en los sermones. Tenemos menos clases de Biblia y tiempos de predicación en los
campamentos de nuestra iglesia para que podamos tener más tiempo.
para socializar y jugar. Ha sido un cambio sutil en las últimas dos décadas, pero ha sido
malo.
Conflagración. “Entonces cayó fuego de Jehová , y consumió el quemado
sacrificio, y la leña, y las piedras, y el polvo, y lamió el agua que estaba en la zanja” (v.
38). El fuego cayó en abundancia y cayó sobre el altar.
Primero, cayó en abundancia. Lo consumió todo, no solo el sacrificio.
y la madera; pero también consumió las piedras, el polvo y el agua.
“Donde momentos antes un altar y un sacrificio habían estado brillando al sol, ahora solo
quedaba una depresión quemada y ennegrecida por el fuego en el suelo
quemado” (Phillip Keller). ¡Qué gran evidencia de que Jehová es Dios!
¡Qué gran demostración del poder de Jehová Dios!
Un principio distintivo de la religión verdadera es que la prueba es abundante para su
reclamos como lo fue aquí. ¿Quién era Dios? ¡Él era Jehová! ¿Hubo alguna duda?
¡Absolutamente no! La evidencia fue abrumadora. Sin embargo, hoy, a pesar de la
abrumadora evidencia, los hombres aún rechazan la prueba de la verdad y se aferran
tenazmente al error. [Seite 136] Como el Faraón de antaño, han endurecido tanto sus
corazones que simplemente no pueden creer a pesar de que la evidencia es super
abundante. ¡Ay del alma que rechace tal evidencia!
En segundo lugar, cayó sobre el altar. No cayó sobre la gente. el gran evangelio
mensaje de sustitución se ve aquí en donde cayó el fuego. El pecado exige juicio, y el
fuego habla de este juicio. Pero el sacrificio tomó el juicio para que los pecadores no
tuvieran que sufrir por ello. Cristo es el gran sustituto de nuestros pecados. Murió
en la cruz, y el fuego del juicio de Dios cayó sobre Él en vez de sobre nosotros. Cuando
Cristo dijo, “Tengo sed” (Juan 19:28) era más que un problema físico—hablaba del
fuego del juicio de Dios que vino sobre Él por nuestros pecados. El hombre rico en el infierno
clamó por agua porque estaba experimentando el fuego del juicio de Dios sobre él por
sus pecados. Cristo no fue su Salvador; así que sufrió por sus propios pecados y todavía
está sufriendo en el fuego. Pero no tenemos que dejar que el fuego caiga sobre nosotros.
Podemos venir a Cristo y ser salvos a través de Él del justo juicio debido por nuestros
pecados. Ese es el gran mensaje de la religión verdadera. no se enfoca en obras, en
nuestros propios méritos, en nuestro propio derramamiento de sangre (como el
derramamiento de sangre de los profetas de Baal); pero se enfoca en la obra de Cristo
en la cruz por nosotros.
C. LAS PERSUASIONES DEL CONCURSO
El resultado del concurso fue ciertamente persuasivo. Persuadió a la gente a hacer dos
cosas. Fueron persuadidos a exaltar a Jehová y ejecutar a los malhechores.
1. La exaltación de Jehová
“Cuando todo el pueblo vio [el fuego consumidor], se postraron sobre sus rostros y
dijeron: El Señor es Dios; el Señor, él es Dios” (v. 39). Queremos señalar la declaración
de esta alabanza y la delincuencia de esta alabanza.
La declaración de esta alabanza. Esta alabanza de Jehová declaró que Él
era Dios y que Baal no era Dios. Fue una gran declaración. Fue una declaración de
sanidad. En la terminología del Nuevo Testamento [Seite 137] , declaraba la Deidad de
Jesucristo. El Jehová del Antiguo Testamento es el Jesús del Nuevo Testamento, y la
única forma correcta de alabar a Jehová/Jesús es alabarlo como Dios. La Deidad de
Cristo es una gran verdad que declarará la verdadera religión. Pero las religiones falsas,
ya sea el modernismo o las sectas, se opondrán vigorosamente. Como ejemplo, hace
algunos años, Harry Emerson Fosdick, un líder entre los modernistas en nuestro país,
escribió un libro, La esperanza del mundo, en el que tenía un sermón titulado “El
peligro de adorar a Jesús”.
¡Qué farsa! No hay esperanza para un mundo que piensa en términos de peligro con
respecto a la adoración de Jesús. Pero la religión falsa se opone fuertemente a la Deidad
de Cristo. Prefieren sus Baales a Jehová.
La delincuencia de esta alabanza. Era correcto que la multitud en el monte
Carmelo se postrara sobre sus rostros y gritara que Jehová era Dios. Pero, oh, si lo
hubieran hecho antes. Qué catástrofe se podría haber evitado si no hubieran sido
delincuentes en la alabanza de Jehová. La demora en alabar a Jehová como Dios les
costó casi todo lo que tenían. Cuando pospones la obediencia a Dios, cuando pospones el
honrar a Dios, aumentas tu juicio y tu pérdida de bendiciones. Muchos nos dirán que
tienen cosas en sus vidas que no están bien, pero nunca hacen nada al respecto. Qué
peligroso, qué trágico.
2. La ejecución de los malhechores
Después que la multitud se hubo postrado en alabanza de Jehová, Elías les dijo:
“Tomad a los profetas de Baal; que ninguno de ellos escape. Y se los llevaron. Y Elías
los hizo descender al arroyo Cisón, y allí los mató” (v. 40). Esta ejecución de los malos
profetas fue prueba, propia y parcial.
Prueba. Una cosa es hablar, pero otra cosa es caminar. El discurso que alababa
a Jehová sonaba bien, pero la gente tendría que probar
su profesión por sus hechos. Su confesión sería probada por el mandato de Elías. Y
para su crédito [Seite 138] obedecieron a Elías y lo ayudaron a ejecutar a los profetas
de Baal. Así dieron evidencia de que su alabanza a Jehová era algo más que palabras.
Adecuado. Muchos critican el asesinato de los 450 profetas de Baal. Algunos son
muy severos en sus críticas. Otros dicen que estaba permitido en los días de Elías,
pero no debería practicarse en nuestros días porque nuestra época del Nuevo
Testamento es de un espíritu diferente al de Elías. Toda esa charla y filosofía son las
mismas actitudes que están detrás de oponerse a la pena capital. No es un buen
razonamiento en absoluto. El asesinato de los profetas de Baal fue apropiado.
Era apropiado por dos razones importantes: era bíblico y era beneficioso.
Primero, era apropiado porque era bíblico. La Palabra de Dios ordena
que los falsos profetas sean asesinados. (Deuteronomio 13:5). ¡Ustedes critican esta
destrucción de los profetas de Baal y critican la Palabra de Dios! Si Jehová es
Dios, debes obedecer sus mandamientos.
En segundo lugar, la matanza de los profetas era adecuada porque era beneficiosa.
Estos falsos profetas habían causado un daño incalculable a Israel. “Estos profetas
habían sido la causa de la gran hambruna, la muerte de… seres humanos no pocos.
También habían sacrificado miles de queridos niños a Baal. Los ritos de Baal se
celebraban frecuentemente con víctimas humanas… Estos hombres no sufrieron sino
la debida recompensa de sus obras” (JH Cadoux).
El daño más grande hecho a la sociedad por estos profetas de Baal fue
espiritual. A través de su enseñanza condenaron las almas de multitudes. Este es el
peor daño de todos. Ningún crimen es mayor que llevar almas a una tumba
sin Cristo. Matar a los profetas de Baal no solo beneficiaría a la sociedad física
y materialmente; pero, lo más importante, también salvaría a las almas de la
condenación eterna.
No tratar con estos malvados profetas maldeciría aún más la tierra. O matas al
cruel criminal o muchos inocentes serán asesinados. ¡A quién quieres que sobreviva
revela tu corazón!
[Seite 139] Parcial. El juicio de los falsos profetas fue parcial, que
es decir, no fue completa No todos los profetas relacionados con la adoración de
Baal fueron asesinados. Todos los 450 profetas de Baal fueron asesinados, cierto;
pero los 400 profetas de Astoret (contrapartida femenina del culto a Baal) no fueron
asesinados. No vinieron al Monte Carmelo como ordenó Elías. Ellos eran los que
comían en la mesa de Jezabel. Ella pudo haber sospechado que había problemas
cuando Elías les ordenó (a través de Acab) que fueran al Monte Carmelo, y así logró que Acab
dejarlos en casa. Pero el hecho de que Acab no trajera a estos 400 profetas al Monte
Carmelo le costó muy caro. Él pudo haber pensado que él y Jezabel se estaban burlando
de Elías y Dios, pero él solo se estaba burlando de sí mismo. Esto se descubre en 1
Reyes 22. Está el registro de Acab buscando consejo de los profetas acerca de ir a la
batalla en Ramot de Galaad. Micaías, el fiel profeta de Dios, le aconsejó que no fuera.
Pero los 400 profetas que no se presentaron en el Monte Carmelo aconsejaron a Acab
que fuera a la batalla. Acab escuchó a esos 400 falsos profetas y como resultado
murió en la batalla.
Nadie se burla de Dios y se sale con la suya. En el momento en que creas que le
has echado una mala pasada a Dios, descubrirás que solo te has tirado una mala a ti
mismo. Los 400 escaparon del juicio ese día pero a la futura tragedia de Acab.
¡Qué lección sobre el peligro de no obedecer completamente!
[Seite 140] VII El
agua 1 Reyes
18:41–46 Elías presenció
una gran y emocionante victoria de Jehová en el monte Carmelo. Jehová fue
proclamado como Dios y los 450 profetas de Baal fueron asesinados. Dios ahora puede
bendecir la tierra. La lluvia está en camino. El suelo reseco y reseco volverá a
ser regado por la lluvia después de tres años y medio de sequía. El agua volverá a
fluir en los ríos y arroyos. Los pozos volverán a llenarse de agua. La dolorosa hambruna
está a punto de terminar porque Israel se ha enfrentado con firmeza a la causa de la
hambruna. Siempre es así.
Una vez que lidiemos con el pecado que está causando nuestros problemas,
eliminaremos el obstáculo para la bendición. Pero cuán lentos somos para lidiar con
los pecados que obstaculizan nuestras vidas, iglesias y comunidades. Intentamos una
multitud de formas de obtener la bendición sin eliminar los obstáculos, pero todo fue en
vano. Porque no podemos tolerar el virus y aun así disfrutar de buena salud.
Ese día triunfal en el Monte Carmelo fue un día trascendental tanto para Israel
como para Elías. Pocos días en la historia del pueblo elegido de Dios se destacarán
como éste. Dios respondió con fuego y dio tremenda prueba de la validez de
Jehová y de la falsedad de Baal. El pueblo respondió alabando sinceramente a
Jehová; y en un acto que nadie hubiera predicho en los años anteriores cuando el
culto a Baal era tan popular y poderoso en la tierra, el pueblo ayudó a Elías a matar
a los profetas de Baal.
Qué conversaciones tendría la gente de camino a casa. que profundo
los pensamientos penetrarían en sus corazones. Y antes de que muchos de ellos
llegaran a casa, serían inundados por una lluvia muy bienvenida. A nadie le gusta que
lo sorprenda [Seite 141] una tormenta de lluvia, pero este día sería una excepción
para muchos en Israel. Después de la terrible sequía, la gente estaría todo menos alterada
cuando lloviera. La alegría de ver el agua fluir por todas partes compensaría con
creces cualquier incomodidad de quedar atrapado en la lluvia.
Si bien solo podemos especular sobre lo que hizo gran parte de la multitud en el
Carmelo después de los eventos del día, podemos, sin embargo, saber con certeza lo
que hicieron Elías y Acab. Sus acciones, que son consistentes con sus
caracteres contrastantes, se detallan para nosotros. En ellos vemos las pasiones de la
carne, la persistencia de los fieles y el paso de los pies.
A. LAS PASIONES DE LA CARNE La debilidad
de Acab fue muy evidente en los acontecimientos del Monte Carmelo. Elías estaba en
control de la situación, no Acab, aunque Acab era el rey. Y Elías tenía un control tan
grande de las cosas que pudo ordenar la ejecución de 450 profetas de Baal, los mismos
profetas a quienes Acab como rey había dado mucho favor y apoyo. Pero Acab no pudo
hacer nada y no hizo nada para evitar su matanza. Los profetas de Baal sin duda
buscaron a Acab para salvarlos, pero buscaron en vano. Acab no era más que un
espectador y probablemente un espectador aterrorizado. Porque si el pueblo podía
matar a todos esos profetas, ¿cómo podría escapar si Elías le decía al pueblo que se
volviera contra el rey?
¿Qué hizo que Acab fuera tan impotentemente débil en esta crisis? la respuesta es que
era un hombre dado a las pasiones de la carne. Los apetitos e intereses carnales
lo controlaban grandemente. Y cualquiera que sea tan dado a los apetitos e intereses
de la carne será despojado de sus fuerzas y debilitado. Sí, el bebedor, el jugador, el
adúltero y otros como la escoria de la sociedad actúan en grande, hablan con desdén
por un lado de la boca y tratan de dar una apariencia de macho; pero en verdad no son
fuertes sino débiles, muy débiles. El hombre fuerte es el que manda, no es gobernado, por
sus pasiones.
Este dominio de Acab por las pasiones de la carne se enfatiza en el mandato que
Elías le dio a Acab inmediatamente después de la matanza [Seite 142] de los 450
profetas de Baal. Elías le dijo a Acab: “Levántate, come y bebe; porque hay sonido
de mucha lluvia” (v. 41). El mandato de comer y beber reveló y rechazó a Acab.
Reveló que Acab estaba ciertamente dominado por pasiones carnales, y rechazó a
Acab para el servicio espiritual de oración con Elías porque él, Acab, estaba dominado
por pasiones carnales.
1. La revelación del mandato de
Acab Elías encajaba con el interés, el estilo de vida y el carácter de Acab. elias
le dijo a Ahab que hiciera lo único que a Ahab le interesaría hacer en ese momento.
Pink dijo: “Qué bien conocía Elijah al hombre con el que estaba tratando”.
Controlado por la carne, los principales intereses de Acab estaban en comer y beber.
No se elevó más alto. Los acontecimientos del día en el Carmelo no lo conmovieron. Podía
sentarse a través de una reunión conmovedora del alma sin emoción.
Pero menciona los placeres carnales, y él está todo atento. “Entonces Acab subió a comer
ya beber” (v. 42).
El rápido cumplimiento de la orden por parte de Acab realmente reveló cuánto lo
controlaban las pasiones de la carne. FB Meyer dijo sobre la disposición ansiosa de
Ahab a comer y beber: “No es más de lo que podríamos haber esperado del rey. Cuando
su gente sufría los extremos de la sequía, solo se preocupaba de encontrar pasto
suficiente para salvar su semental; y ahora, aunque sus fieles sacerdotes habían
muerto por cientos, sólo pensaba en el banquete que le esperaba en su pabellón.”
Revelamos cuán prominente es la carne en nosotros por la forma en que buscamos
apetitos después de un evento espiritual conmovedor. Si la carne no hubiera
controlado a Acab, habría reprendido a Elías y dicho algo como: “No es hora de comer ni
de beber. Este ha sido un día muy aleccionador y convincente. Es hora de orar y
confesar el pecado”. O podría haber dicho: “No tengo ganas de comer, no tengo apetito
para comer, mi alma está tan turbada y temblando delante de Jehová que he perdido
todo interés en perseguir los apetitos carnales en este momento”. Pero ese no es Acab.
“Comer y beber era todo lo que le importaba a Satanás cegado” (Pink).
[Seite 143] Algunos tratan de justificar la persecución de Acab por el hecho
de que probablemente pasó todo el día sin comer ni beber. Pero Elías tampoco había
comido ni bebido; sin embargo, todavía iba a la oración en lugar de a la mesa del banquete.
Elías era como Cristo en Juan 4. Cuando los discípulos regresaron del pueblo después
de comprar comida y lo encontraron hablando con la mujer junto al pozo acerca de
su alma, “le rogaron, diciendo: Maestro, come” (Juan 4:31). Su principal preocupación
era atender el apetito de la carne, pues era la hora de la comida. Su respuesta, una
reprensión para ellos, fue: “Tengo una comida para comer que vosotros no sabéis” (Juan
4:32). A veces los hombres se involucran tanto en su trabajo que apenas prestan
atención a comer y beber. Pero, ¿cuántas personas conoces que se emocionen tanto
con las cosas espirituales que comer, beber y otras actividades carnales pasan a un
segundo plano como sucedió con Elías y Cristo?
Escuche charlas populares después de un servicio religioso y podrá saber cuáles son
sus intereses. Con la mayoría de los hombres parece que los deportes son la conversación
predominante antes y después de la iglesia. Algunos de ellos no pueden esperar a salir de la
iglesia para llegar a casa y ver un partido de béisbol en la televisión. Un sermón y un servicio
conmovedores no penetran bien en aquellos que están dominados por pasiones carnales.
Tan pronto como termina, esta gente, como Ahab, se vuelve inmediatamente para dedicarse
a otras cosas. Pero qué diferente es cuando vamos a algún evento secular como un evento
deportivo. Si el evento ha sido especialmente emocionante, hablamos de ello durante todo el
camino a casa y durante algún tiempo después de haber llegado a casa. Pero pocos hacen
eso con las cosas espirituales. Pocos, si es que hay alguno, salen de un conmovedor servicio
de la iglesia hablando con entusiasmo sobre el tema y las cosas espirituales durante todo
el camino a casa e incluso después de llegar a casa. Ah, las pasiones de la carne nos dominan
más de lo que nos damos cuenta. “Comer y beber” nos atrae demasiado rápido. Lo
espiritual no ha asimilado. Tenemos en nosotros más del espíritu de Acab que del de Elías.
La condición de la gente de nuestras iglesias también se revela rápidamente por
qué reuniones les entusiasman más. Programe una reunión de oración adicional después
de un servicio en la iglesia y pocos se quedarán. Pero programe una cena compartida y la
gente saldrá de la carpintería para llenar el salón de compañerismo de la iglesia. Alimenta
su [Seite 144] estómago y con gusto se presentarán en la iglesia, pero alimenta solo su alma
y su asistencia será esporádica en el mejor de los casos. La carne prefiere comer y beber antes
que subir a la cima para orar con Elías.
2. El rechazo de Acab La orden
de Elías le dijo indirectamente a Acab que no lo necesitaban para el tiempo de oración que
Elías había planeado tener en uno de los picos del Carmelo.
Krummacher dijo: “En estas palabras [la orden de Elías] no podemos dejar de discernir…
una reprensión cortante, que implica que la presencia del rey no era necesaria; especialmente
cuando Elías estaba a punto de conversar con Dios.”
Aquellos dominados por las pasiones de la carne no son de ninguna ayuda en el espiritual
actividades Todo lo que pueden hacer es enfriar la temperatura espiritual de tal esfuerzo.
Deben ser rechazados por nuestras iglesias si las iglesias quieren arder espiritualmente. Sin
embargo, nuestras iglesias a menudo tontamente nombran o votan en posiciones
prominentes de la iglesia a aquellos que están dominados por apetitos carnales.
Entonces nos preguntamos estúpidamente por qué la temperatura espiritual de la iglesia ha
decaído tanto.
Nada nos separa tan rápidamente de la bendición y el privilegio como dejar que la carne
gobierne en nuestra vida. Belsasar se entregó a los apetitos de la carne y le costó un reino y
su vida (Daniel 5). Benhadad, rey de Siria, “estaba borracho bebiendo” (1 Reyes 20:16)
cuando debería haberse estado preparando para la batalla. Como resultado, fue derrotado
en la batalla y perdió mucho territorio. En la Segunda Guerra Mundial, muchos bailaron y
bebieron en los refugios antiaéreos mientras sus ciudades eran destruidas por las bombas.
Uno habría pensado que estarían rezando. Algunos lo hicieron, por supuesto, pero la mayoría
se divirtieron en la búsqueda de pasiones carnales y perecieron en su locura.
El problema de dejar que las pasiones carnales dominen se resume bien en
el libro de Isaías cuando dice: “¡Ay de los que se levantan de mañana para seguir la sidra;
que continúan hasta la noche, hasta que el vino los inflama! Y el arpa, la viola, el tamborilero,
la flauta y el vino están en sus fiestas; [Seite 145] pero no miran [no están interesados en]
la obra del Señor, ni consideran la operación de sus manos”
(Isaías 5:11, 12). Los dados a las pasiones carnales se apartan de las cosas mejores y más
necesarias de la vida.
B. LA PERSISTENCIA DE LOS FIELES La actuación de Elías
en el Monte Carmelo fue excelente. Todo lo que hizo hablaba de un alto carácter espiritual. No
solo fue excelente su actuación pública, sino también su actuación privada. Porque
cuando la gente se fue y él estuvo solo con su siervo, su dedicación a la excelencia espiritual
continuó. Fue muy persistente en su actuación. Aquí notamos particularmente su
persistencia en los intereses, la fe, la reverencia y la oración.
1. Persistencia en los intereses
Un período de atención corto es una marca de un bebé o un niño muy pequeño. Lo
mismo es cierto espiritualmente. Su capacidad de atención en asuntos espirituales revela
dónde se encuentra espiritualmente. Nos dice si has o no has crecido mucho en el Señor.
Obviamente, la mayoría de los miembros de la iglesia todavía son bebés en Cristo, porque su
capacidad de atención en asuntos espirituales es extremadamente corta.
Elías, sin embargo, no era como el común y corriente. Su capacidad de atención, sus
intereses en las cosas espirituales eran muy persistentes. Después del enfrentamiento con los
profetas de Baal y su muerte, Elías no detuvo su búsqueda de las cosas espirituales. Fue
a la oración. Todavía estaba interesado en el ejercicio espiritual.
No mucha gente se quedaría después de un servicio de todo el día para pasar más tiempo
en oración. Pero eso es exactamente lo que hizo Elías. Su interés por los asuntos espirituales.
no fue algo pasajero, sino que fue su vida. Ojalá viéramos más de esto en los cristianos
profesantes. Pero la mayoría parece muy contenta de llegar a la bendición de un
servicio para poder salir corriendo y perseguir las cosas de la carne donde su capacidad de
atención es mucho, mucho mayor.
Una evidencia conspicua de que muchos miembros de la iglesia tienen una
El corto lapso de atención espiritual está en su queja por la extensión de los
sermones. A veces los sermones son demasiado largos, [Seite 146] especialmente cuando son
malos sermones como muchos de ellos. Pero la razón por la que la mayoría de la gente se
queja de la extensión de los sermones es que su capacidad de atención espiritual es muy
breve; su interés en los asuntos espirituales es muy pobre. Su denuncia no acusa a su pastor
sino a ellos mismos. He escuchado a algunos miembros de la iglesia decir: “Si el pastor no
puede decirlo en veinte minutos, no vale la pena decirlo”. Eso significa que el pastor no debe
predicar más de veinte minutos. La declaración de “veinte minutos” atrae a muchos. Pero
haríamos una declaración diferente, una que presenta la imagen con mucha más precisión.
Nuestra declaración es la siguiente: Si su interés en las cosas espirituales sólo dura
veinte minutos, entonces tiene un gran problema con Dios.
Los que más se quejan de los sermones largos a menudo se encuentran
absorto por horas en juegos de pelota, programas de preguntas y respuestas, programas
de entrevistas, telenovelas y películas nocturnas en la televisión sin una palabra de queja.
Tienen persistencia en sus intereses, pero sus intereses no son espirituales.
La persistencia en los intereses espirituales es vital si queremos cosechar las semillas
espirituales que hemos sembrado. Si nuestro interés en la obra del Señor no es persistente,
no podremos completar nuestras tareas. Elías tenía más trabajo que hacer después de que
descendiera el fuego y después de que los profetas de Baal fueran asesinados. Todavía debe
rezar por la lluvia. Así que sus intereses en las cosas espirituales no deben disminuir.
Debe ser persistente o terminará con una victoria incompleta.
A menudo empezamos bien, parecemos en camino a una gran victoria; pero fallamos en
seguir adelante y por lo tanto no nos damos cuenta de la bendición o victoria completa.
Muchos van a la iglesia y se sientan en un buen servicio y escuchan un buen sermón. Pero
nunca hacen ningún seguimiento personal después del servicio. Así lo pierden todo. Como los
pájaros en la parábola de los Evangelios que arrancan la semilla del suelo pisoteado, estas
personas nunca ven la semilla entrar en sus vidas y producir fruto porque no tienen suficiente
persistencia en su interés espiritual para llevar a cabo cualquier esfuerzo espiritual hasta el final.
Estas personas son bajas en el trabajo de la iglesia, bajas en la búsqueda de formación
cristiana (por ejemplo, abandonan la escuela después de un año más o menos para casarse y
nunca volver a la escuela), y bajas como
[Seite 147] misioneros. Se distraen fácilmente con las actividades carnales. Se vuelven
estériles espiritualmente cuando se ven tan prometedores.
Los predicadores también pueden aprender algo aquí, acerca de la persistencia en los intereses.
Cuando termine el servicio público, debemos continuar con nuestro trabajo.
No solo necesitamos orar antes del servicio; pero también necesitamos orar después del
servicio. La preparación antes del servicio es muy importante, pero lo que hacemos después
del servicio puede ser igual de importante.
2. Persistencia en la Fe
La fe de Elías fue muy persistente a pesar de que aún no había llovido después del
enfrentamiento en el Monte Carmelo. Demostró esta persistencia de fe tanto antes de orar
como después de orar.
Antes de orar. Aunque los cielos aún estaban desprovistos de nubes, Elías le dijo
a Acab: “Se oye un sonido de lluvia” (v. 41). Leon Wood, refiriéndose al texto hebreo, dijo:
“Él usó la palabra geshem, que significa una lluvia más fuerte, en lugar de matar, y
esto aún lo calificó con la palabra hamon, que significa abundancia”. Y en una nota al pie,
Wood agrega que “Geshem y matar se usan casi la misma cantidad de veces en el
Antiguo Testamento, pero cuando se piensa en una fuerte lluvia, como con el diluvio
(Génesis 7:12; 8:2), se usa geshem ”. Entonces Elías hizo una declaración audaz al
predecir la llegada de la lluvia. No fue solo una lluvia normal que predijo por fe, ¡sino que
fue una lluvia fuerte y abundante de eso nada menos! Fue una declaración de gran fe. Reveló
la persistencia de su fe. No había perdido la esperanza. Todavía creía que Dios traería
lluvia y que sería una gran lluvia.
Es instructivo que Elías dijo que había un “sonido” de lluvia. Lo haríamos
esperaba que simplemente dijera que la lluvia estaba en camino. Pero no, habla del
“sonido” de la lluvia. Eso también dice algo acerca de la fe. La fe tiene mejor oído que la
carne. Pink dijo: “Elías escucha lo que será si la Palabra Divina habitara en nosotros más
… abundantemente y la fe se ejerciera más
sobre él, escucharíamos lo que es inaudible para la comprensión torpe [Seite 148]
de la mente carnal.”
La fe es discernir. Detecta cosas, como el "sonido" de la lluvia aquí,
cuando la carne no. Y esto no solo es cierto con respecto a las bendiciones venideras,
como en el caso de Elías; pero también es cierto en lo que respecta a la detección del mal.
La carne no puede detectar el mal en nada que parezca. Pero la fe puede. No solo ve el
mal, sino que escucha el “sonido” del mal cuando la carne no puede. Escuchar el “sonido”
del mal es algo con lo que muchos cristianos profesos tienen problemas hoy en día,
especialmente en la música. Qué podredumbre pasa por música cristiana, pero la
Dicen que los carnales no oyen nada malo. ¡Su sordera no es tolerancia cristiana sino una
revelación de su falta de fe!
Después de orar. La fe de Elías continuó mostrándose después de orar a pesar de
que solo tenía “una pequeña nube” (v. 44). Con solo esa pequeña nube en el cielo, envió un
mensaje urgente a Acab que le decía: “Prepara tu carro, y desciende, para que la
lluvia no te detenga” (Ibíd.). Al igual que la mujer en el Nuevo Testamento que solo
tenía "migajas" de privilegio (Mateo 15:27, 28), él honró la pequeña evidencia y
vio que lo inundaban grandes bendiciones. La fe persistente siempre honrará las
muestras más pequeñas de bendiciones.
3. Persistencia en la reverencia
Cuando Elías fue a orar, “se echó en tierra, y puso el rostro entre las rodillas” (v. 42).
Elijah se inclinó en el suelo hasta el punto de que su frente tocó el suelo y su rostro miró
hacia sus rodillas. Esta posición es la posición oriental de gran postración.
Se considera que es la más humilde de todas las posiciones que una persona puede tomar.
Dice mucho sobre la reverencia de Elías por Dios.
Mackintosh dijo: “Marquen la diferencia entre el porte de Elías en la presencia del
hombre y en la presencia de Dios. Encontró a Abdías, un santo en malas circunstancias,
con aire de dignidad y elevación; se enfrentó a Acab con justa severidad; se paró entre los
miles de sus engañados y errados hermanos con la [Seite 149] firmeza y gracia de un
verdadero reformador; y finalmente, se enfrentó a los profetas de Baal con burla, y
luego con la espada de la venganza. Así se había comportado en presencia del hombre.
Pero, ¿cómo conoció a Dios? 'Se arrojó sobre la tierra y puso su rostro entre sus rodillas.'
Elías no había perdido su reverencia por Dios a través de su propia elevación de su
victoria triunfal en el Monte Carmelo. Sin embargo, en contraste, qué rápido perdemos
nuestra reverencia por Dios. En circunstancias humildes nos inclinamos ante Dios;
pero seamos promovidos, tengamos algunos éxitos públicos, y luego nos
volvemos autosuficientes, pensamos que somos alguien, nos alejamos de Dios y de
nuestra dependencia de Él, y nos destruimos a nosotros mismos.
La persistente reverencia de Elías por Dios a través de todas sus diferentes experiencias.
dice mucho de su carácter. Aunque grande ante los hombres, se vio humilde ante Dios
y se arrojó en humilde postración ante Él.
Esa es una buena manera de obtener respuesta a sus oraciones. Es una buena
manera de llevarse bien con Dios. Y es la única forma de estar ante Dios.
4. Persistencia en la Oración No
se dice expresamente en nuestro texto que Elías oró cuando estaba en el Monte
Carmelo después de que le dijo a Acab que comiera y bebiera. Sin embargo, al comparar
Escritura con Escritura, no tenemos dudas acerca de su oración. Santiago 5:17 y 18 dice que
Elías “oró fervientemente para que no lloviera; y no llovió sobre la tierra por espacio de tres años y
seis meses. Y oró de nuevo, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.” Él "oró otra vez,
y el cielo hizo llover" obviamente se refiere a la actividad de Elías en el Carmelo en nuestro texto.
Mucho se dice en las Escrituras acerca de la oración de Elías. Tendemos a perder eso como
leemos sobre él. Pero su oración es una característica prominente de su vida. j
Hammond dice: “Es preeminentemente en materia de oración que Elías se nos propone como
ejemplo en el Nuevo Testamento”. Hasta ahora en su historia, ha orado por la sequía, por la vida
del hijo de la viuda, ante el altar en el Monte Carmelo, y aquí por la lluvia.
[Seite 150] La característica importante de su oración ante nosotros es la
persistencia de la misma. Elías continuó orando a pesar de que ya se había dado la seguridad de
la lluvia y aunque la respuesta a su oración se demoró. Tenemos problemas para demostrar
persistencia en la oración en ambos casos.
Se dio la seguridad. ¿Por qué orar cuando Dios ya ha prometido enviar lluvia? Muchos en el
mundo hacen esa pregunta. Incluso algunos cristianos hacen la misma pregunta. Dios le había
dicho a Elías: “Enviaré lluvia sobre la tierra”
(18:1). Así que esta gente pregunta por qué fue necesario que Elías orara tan
fervientemente por lluvia.
La oración de Elías, aunque ya se había prometido la respuesta, nos enseña que las
promesas no se dan para dejar de orar sino para inspirar la oración.
FB Meyer dijo: “Las promesas de Dios no se dan para restringir, sino para incitar a la oración.
Muestran la dirección en la que podemos preguntar y hasta qué punto podemos esperar una
respuesta”. Una promesa es como un cheque que nos da Dios. Sin embargo, de poco nos servirá
si no lo llevamos al banco y lo cobramos. Cuando Dios le dijo a Elías que llovería, fue una
invitación abierta para que Elías orara por lluvia. Recordemos siempre esto acerca de las
promesas. La idea de que las promesas de Dios deben hacer que dejemos de ejercitarnos
espiritualmente es absurda. En lugar de detener la oración, las promesas deberían alentarla
en gran medida.
La respuesta se demoró. Ocho veces envió Elías a su criado para ver si se veían nubes sobre
el mar Mediterráneo (v. 43). Recién el octavo
tiempo (la séptima vez se le dijo al siervo que “fuera otra vez”) fue la respuesta
afirmativa y luego fue sólo “una pequeña nube” (v. 44). Elías experimentó lo que todos
tenemos y experimentaremos, a saber, un retraso en recibir muchas de las respuestas a
nuestras oraciones. Por supuesto, a nadie le gustan los retrasos. En general,
somos como el salmista que dijo: "Cuando clamo, respóndeme pronto".
(Salmo 102:2).
La experiencia de Elías nos dice que la demora no es necesariamente negación.
También dice que cuando llega la demora, “No es que Dios sea difícil de persuadir; es que
Él hará que nosotros sintamos lo que decimos” [Seite 151] (J. Hammond). Así que la
demora pone a prueba nuestra sinceridad. Krummacher dijo: “La razón por la que
generalmente nos cansamos con tanta facilidad y dejamos de orar tan pronto, es porque
no tenemos suficiente fervor por la bendición que imploramos”. Y FB Meyer dijo: “Dios
la retiene [la respuesta], para que podamos ser conducidos a un punto de
intensidad, que bendecirá nuestros espíritus para siempre, y del cual nunca
retrocederemos”.
Pocas cosas matarán la efectividad de nuestra oración como la falta de
persistencia en nuestra oración. A veces las respuestas llegan rápidamente. Cuando
Elías oró para que cayera fuego, de hecho cayó sobre el altar inmediatamente. Pero las
circunstancias dictaron que allí se necesitaba una respuesta rápida. Cuando nuestras
circunstancias dictan una respuesta rápida, podemos esperar que Dios responda
con prontitud. Pero muchas veces, si no la mayoría de las veces, las respuestas no llegan
en el momento en que oramos. Si siempre lo hicieran, no sería bueno para nuestro personaje.
La paciencia en la oración mejora nuestro carácter. Como dijo Krummacher, “Durante el
proceso de oración perseverante, nuestra naturaleza corrupta recibe los golpes más
dolorosos y mortales”. El que quiere obtener bendiciones a través de la oración debe
practicar la perseverancia en la oración.
C. EL RITMO DE LOS PIES “El cielo
se oscureció de nubes y de viento” (v. 45). La pequeña nube se había convertido
rápidamente en un cielo completo de nubes, y pronto una “gran lluvia” (Ibíd.) cayó
sobre la tierra. Cuando su sirviente le dijo a Elías que se había visto una “pequeña
nube”, Elías envió un mensaje urgente a Acab para que se apresurara a regresar a casa
para que la lluvia no lo detuviera (v. 44). Con la tierra seca y polvorienta por la larga
sequía, la lluvia no tardaría en convertir todo en un mar de lodo. Esto detendría el
carro de Acab. Las ruedas de hierro de un carruaje, a diferencia de nuestras llantas de
caucho llenas de aire hoy en día, se hundirían rápidamente en el lodo.
Así que Acab subió a su carro y se apresuró a Jezreel.
Elías también se apresuró a ir a Jezreel. Sin embargo, no fue en carro. Él
corrió. ¡Y venció a Acab en Jezreel! El ritmo de sus pies fue una gran hazaña de
los pies por decir lo menos. Cuando [Seite 152] examinemos su forma de correr,
notaremos que fue forzado a correr, capacitado para correr y sabio al correr.
1. Obligado a correr
Elías no tuvo más remedio que viajar a pie. Acab no le ofreció llevarlo.
Por lo tanto, se vio obligado a huir. Matthew Henry dijo: “Si Acab le hubiera dado
a Elías el respeto que se merecía, lo habría llevado en su carro, como hizo el
eunuco con Felipe [Hechos 8:31], para honrarlo delante de los ancianos de
Israel y conferirle con él más acerca de la reforma del reino.” Pero el
corazón de Acab era tan duro como la piedra.
Aunque ese día había presenciado experiencias sin precedentes que
desacreditaron por completo a Baal y a los profetas de Baal y honró
grandemente a Jehová y a su profeta Elías, y aunque Elías lo había salvado de la
muerte, Acab todavía desprecia a Elías y más tarde lo llamará “mi
enemigo” ( 21:20).
Acab es como muchos gobiernos en el mundo en que darán poco
o ninguna ayuda a los fundamentalistas. Aunque el trabajo de los
movimientos que creen en la Biblia ha demostrado ser el más honesto y el
más beneficioso para la tierra, los gobiernos rara vez los ayudarán. Prefieren
ayudar a organizaciones cuyo valor es nulo y cuyo funcionamiento es
sospechoso. Al igual que Acab, prefieren apoyar y ayudar a los movimientos
corruptos (Baal) en lugar de ayudar a los ministerios de carácter (Jehová). Así que
las escuelas cristianas son acosadas y, a menudo, presionadas para que no existan,
mientras que las tabernas tienen licencia para vender alcohol que destruye y maldice
a la sociedad. Y el gobierno hace pasar un mal rato a las iglesias mientras se
legaliza el juego, y se pasan por alto todo tipo de prácticas turbias en el negocio del
juego. Elijah puede caminar tan lejos como Acab y la mayoría de los gobiernos se preocupan.
2. Habilitado para correr
El paso de los pies de Elijah era sobrenatural. Corrió de quince a veinte
millas o más (dependiendo de la distancia exacta a Jezreel) más rápido de lo
que viajó el carro de Acab. Él “corrió delante de Acab hasta la entrada de Jezreel” (v.
46).
[Seite 153] Dado que correr es tan popular hoy en día, no es difícil para nosotros
percibir la grandeza y lo increíble de su hazaña. En primer lugar, corrió casi un
maratón (26,2 millas); ¡y lo hizo en sandalias! Para agregar a la
logro, debemos recordar que no estaba corriendo en un camino asfaltado y liso,
sino en un camino polvoriento y sucio. Además, había comido poco o nada en todo el día
y debía estar físicamente muy cansado por las experiencias del día. Y tampoco estaba
entrenando. No había salido todos los días y corrido de diez a quince millas para ponerse
en forma para la carrera del Monte Carmelo a Jezreel. Cierto, él no era un "adicto a la
televisión"; porque había caminado mucho yendo de un lugar a otro en los años anteriores
de la sequía. Pero, como sabe cualquier corredor, eso no lo pondrá en forma para el tipo
de desempeño que exhibió al correr a Jezreel. Entonces, ¿cómo lo hizo? La Escritura nos
da la respuesta. “La mano del Señor estaba sobre Elías” (v. 46). Fue sobrenaturalmente
capacitado para correr. Tenía que serlo. De ninguna manera podría haber
corrido como lo hizo sin la autorización divina.
La lección aquí en la hazaña de Elías es que Dios puede capacitar a Sus siervos para
hacer lo imposible. De hecho, no podemos hacer la obra del Señor en absoluto a menos que
“la mano del Señor” esté sobre nosotros. Las asignaciones de Dios pueden parecer
imposibles; pero cuando “la mano del Señor” está sobre nosotros, podemos hacer lo
imposible. Nuestro problema hoy es que desacreditamos la influencia y la importancia de
“la mano del Señor”. Nos gloriamos en nuestra propia fuerza y sabiduría y pensamos
que podemos hacerlo solos. Pero nunca llegaremos a Jezreel antes que Acab a
menos que Dios nos lo permita.
3. Sabio al correr Elías
ejerció cierta sabiduría en su carrera que es instructiva. Tanto en su ropa como en su
cautela vemos alguna acción sabia de parte de Elías. Dios puede capacitarnos grandemente,
pero debemos ser sabios en el uso de la ayuda que Dios da
a nosotros.
Su ropa. Dios ayudó a Elías a correr a Jezreel o nunca lo habría logrado. Pero
observe que justo después de que la Biblia dice, “la mano del Señor estaba sobre Elías”,
luego dice, [Seite 154] “él [Elías] ciñó sus lomos” (v. 46). Su vestidura holgada habría
impedido en gran medida su carrera a Jezreel. Dios no nos habilita al lugar donde no
tenemos que asumir ninguna responsabilidad. Él no realiza un milagro que no es
necesario. Elías debe atar sus ropas, o será lento y tal vez incluso tropecerá con ellas, lo que
podría haber resultado en lesiones o incluso en que los caballos y el carro de Acab lo
atropellaran.
El hecho de que Elías ciñera sus lomos nos recuerda Hebreos 12:1 que dice
“despojémonos de todo peso” para que podamos correr la carrera sin trabas. Muchos
cristianos están tan cargados y enredados con obligaciones, intereses y
actividades que ni siquiera pueden caminar para Dios y mucho menos correr para Él.
Es posible que estas cosas no sean malas en sí mismas, pero deben colocarse en el
lugar que les corresponde en la vida, o nos afectarán negativamente.
Desafortunadamente, muchos cristianos nunca han aprendido sus prioridades. Nunca
han puesto su vida en orden para poder ser libres para servir a Dios como se debe.
Pero así como Elías ató su manto para que no estorbara su carrera, así pongamos las
cosas en orden en nuestras vidas para que no entorpezcan nuestro servicio al Señor.
Su cautela. Es interesante e instructivo notar que cuando Elías
terminó su carrera, su gran hazaña de los pies, y llegó a Jezreel, no entró
en Jezreel. La Escritura dice que “corrió delante de Acab hasta la entrada
de Jezreel” (v. 46). Se detuvo a la entrada de Jezreel. FC Cook dijo: “La
cautela de Elijah al acompañar a Ahab solo hasta 'la entrada' es como la
de los árabes modernos, a quienes rara vez se les puede inducir a confiar en
sí mismos dentro de los muros. Descansó en las afueras del pueblo,
esperando saber qué diría o haría Jezabel, sabiendo que era ella, y
no Acab, quien realmente gobernaba el país”.
A veces, en nuestra emoción, no tomamos las debidas precauciones.
Elías, sin embargo, nos da un buen ejemplo a seguir. Ten cuidado. No salga
corriendo de la reserva en su entusiasmo. Si el diablo no puede evitar que te
entusiasmes con la obra del Señor, entonces tratará de excitarte demasiado hasta
el punto en que [Seite 155] te vuelvas extremo y descuidado. Uno duda en
decirle a la gente que tenga cuidado aquí, ya que muy pocos se emocionan y no
quieres empañar sus espíritus. El problema en nuestras iglesias rara vez es el
exceso de entusiasmo, pero generalmente la falta de entusiasmo. Pero de todos
modos el peligro está ahí, y la advertencia de Elías nos da un buen ejemplo a seguir.
Es parte de la responsabilidad que debemos ejercer en el servicio a Dios. Es tan
importante como ceñir los lomos para correr.
[Página 156] VIII
la orden
1 Reyes 19:1–8
El triunfo de Jehová en el Monte Carmelo fue una gran derrota para Satanás.
Pero Satanás no se da por vencido fácil o rápidamente; y tampoco tarda en tomar
represalias. Por lo tanto, poco después de que Elías llegara a Jezreel, recibió una
orden judicial de esa desdichada Jezabel decretando su muerte dentro de las
veinticuatro horas.
La batalla aún no ha terminado. El Monte Carmelo fue una gran victoria para la
verdad y la justicia, pero no fue el final de la guerra. Eso solo sucederá cuando
Jesucristo venga a la tierra y marque el comienzo de Su reino. Hasta entonces, la
batalla continuará y nunca debemos deponer nuestra armadura hasta que haya terminado.
En nuestro estudio de Elías y la orden judicial, consideraremos la persecución, el
pesimismo y la preservación de Elías.
A. LA PERSECUCIÓN DE ELÍAS La naturaleza
del mal es ser muy agresivo. Su celo a menudo avergüenza a los que profesamos
fidelidad a la verdad. Rara vez nos emocionamos y nos entusiasmamos tanto con
la verdad como lo hace el mal con la mentira.
La agresividad del mal se ve repetidamente en Acab y Jezabel. En nuestro texto lo
muestran en cómo reaccionaron ante el golpe devastador que recibió el culto de Baal
en el Monte Carmelo. No se sentaron y renunciaron. Renovaron agresivamente
sus esfuerzos para tratar de deshacer la obra del Monte Carmelo. Y dirigieron
su ataque contra el profeta Elías, la persona clave en el desprestigio del culto a Baal.
En esta persecución de Elías después de su victoria en el Monte Carmelo, [Seite
157] notaremos el instigador, el infligido y el incentivo de la persecución.
1. El instigador de la persecución Tan
pronto como Acab llegó a su palacio en Jezreel, “le dijo a Jezabel todo lo que
Elías había hecho, y cómo había matado a espada a todos los profetas” (v. 1).
Este fue un informe muy distorsionado de los eventos del día. El énfasis estaba
en la muerte de los profetas por parte de Elías. No fue por el hecho de que se probó
que Jehová era Dios, que se probó que el baalismo era una religión falsa, y que
ahora estaba lloviendo nuevamente después de que Elías había orado por lluvia.
No, Acab puso el énfasis en otra parte. No se había convertido en el Carmelo;
y no le gustaron los resultados que dieron a Jehová una victoria abrumadora y que
exaltaron a Elías, su odiado enemigo. Así que su informe a Jezabel fue dado de tal
manera que despertaría su naturaleza malvada para ir tras Elías. Acab era
demasiado cobarde para actuar él mismo; pero sabía que si incitaba lo suficiente a
Jezabel, ella no dejaría que nada le impidiera actuar.
Hemos conocido a varias personas en la iglesia que fueron como Acab en su
informe a Jezabel. Parecían estar de acuerdo con el espíritu de una reunión pública;
pero después de la reunión, saldrían y darían un informe distorsionado.
Su informe siempre fue sesgado, siempre negativo. Se quejaron
especialmente de cómo se había tratado el mal. No importa cómo trates el mal,
esta gente insistirá en que la acción fue cruel, injusta e innecesaria. Y darán una
gran demostración de caridad para los miembros de iglesia disciplinados y para
cualquiera cuya maldad haya sido predicada en contra del pastor con bastante fuerza.
Aunque abunden las bendiciones y Cristo sea grandemente honrado por el
ministerio, se asegurarán de que se dé un informe negativo y de tal manera que se
cree un clamor contra la obra del Señor y especialmente contra Sus fieles obreros.
El informe de Acab no solo instigó a Jezabel a atacar a Elías, sino que
también reveló su propia condición perversa. Reveló su dureza de corazón y su odio a
los piadosos.
[Seite 158] Su dureza. Acab fue testigo de una tremenda demostración en el
Monte Carmelo que dio una prueba abrumadora de que Jehová era Dios y que el
baalismo era una religión estúpida y fraudulenta. Pero nunca abolló su duro corazón.
Nunca se dio cuenta. ¡Qué dureza de corazón! ¡Qué ceguera!
Uno pensaría que él habría sido más afectado que eso por los eventos en el Monte
Carmelo, pero no lo fue.
A pesar del hecho de que la actitud de Acab fue tan irrazonable e
inexcusable, tal incredulidad inflexible no es poco común. Los hombres de todas
las épocas insensibilizan sus corazones a la verdad hasta que no se puede sentir a
pesar de que asesta un poderoso golpe de mazo contra la incredulidad. Ninguna
evidencia los convencerá. Ningún argumento, por lógico y sensato que sea, podrá persuadirlos.
Es bueno recordarnos aquí que cuando endurecemos nuestros corazones a la
verdad, Dios en el juicio a menudo también endurecerá nuestros corazones. Romanos
1:28 dice: “Como no les gustó retener a Dios en su conocimiento, Dios los entregó a
una mente reprobada”. Cuando Faraón endureció su corazón (Éxodo 8:15), Dios
endureció el corazón de Faraón (9:12). Así fue con Acab. Siguió rechazando la
verdad cuando se le dio, y finalmente no pudo creer a pesar de que la evidencia era
tan abrumadora.
Una de las peores formas de juicio es que Dios te ayude a endurecer tu
corazón. Pero es un juicio apropiado para la incredulidad insistente. Y nos dice, a
modo de ejemplo, por qué las conversiones disminuyen con el aumento de la
edad. Cuanto más se rechace a Cristo, menos probable es que se salve porque su
corazón se endurece tanto por su propio endurecimiento y por el endurecimiento
de Dios. Si usted está luchando contra la voluntad de Dios hoy, deténgala antes de
que su rebelión se apodere de usted; y Dios, en un acto de juicio, te confirma a la
rebelión persistente con su maldición concomitante.
Su odio. El informe de Acab no solo reveló su corazón duro, sino que también reveló
que todavía odiaba al hombre de Dios. Sin embargo, este odio no debería sorprendernos.
Primero, no debería sorprendernos porque la naturaleza de Acab era odiar a los siervos
de Dios. Más tarde dijo claramente del profeta Micaías: “Lo aborrezco” (1 Reyes 22:8). [Seite
159] En segundo lugar, no debe sorprendernos porque un corazón duro siempre tendrá
problemas para tener afecto por el hombre de Dios. El que rechaza a Dios y Sus caminos
no será receptivo a los ministros de Dios, puedes estar seguro de eso.
Se beneficiará mucho a nuestras iglesias si son más conscientes de este hecho. Sin
embargo, con demasiada frecuencia, la mayoría de los miembros de la iglesia son
demasiado ignorantes espiritualmente para reconocer que aquellos que siempre
critican y se oponen a los pastores piadosos son un grupo muy desagradable. Representan
un problema más serio de lo que la mayoría de los miembros de la iglesia creen. Sus
caminos disidentes revelan que tienen un corazón duro de incredulidad y rebelión hacia
Dios y un corazón que está lleno de odio hacia el hombre de Dios. Estos impostores
necesitan ser expuestos por lo que realmente son y expulsados de la feligresía de la iglesia.
El no hacerlo impedirá el ministerio de cualquier iglesia, le costará a la iglesia
muchos pastores valiosos y arruinará el testimonio de la iglesia.
2. El Infligidor de la Persecución
La táctica de Ahab funcionó. El informe que Acab le dio a Jezabel la enfureció y la puso
en acción. Enfatizar la muerte de los profetas de Baal conmovió profundamente a Jezabel
y la hizo desear que la vida de Elías fuera “como la vida de uno de ellos” (v. 2). La
imaginación de uno puede fácilmente ver su rostro enrojecerse de ira cuando Acab
informa sobre la muerte de los profetas, y luego, después del informe, verla pisoteando
furiosamente por el palacio gritando anatemas, y finalmente llamando a un mensajero y
ordenándole que se apresure y diga. ¡Elías será hombre muerto dentro de veinticuatro horas!
Muchos estudiantes de la Biblia creen que el mensaje de Jezabel a Elías no
fue más que un engaño intencionado. Creen que si ella realmente hubiera querido
matar a Elijah, habría enviado un verdugo en lugar de un mensajero. Este punto de
vista dice que Jezabel sentiría que sería muy imprudente e incluso peligroso matar a
Elías en este momento, porque ella temería que el asesinato de Elías solo atraería a los
adoradores de Jehová a esfuerzos inspirados para oponerse a la adoración de Baal y a
Jezabel [Seite 160 ] ella misma. Por lo tanto, ella solo amenazará a Elías pero de
tal manera que lo haga huir del país. Estar fuera del país lo mantendrá
de oponerse más a la adoración de Baal pero no molestará a los adoradores de Jehová a la
oposición inspirada que su martirio habría hecho.
Aunque muchos creen que Jezabel estaba mintiendo, definitivamente no lo hacemos. Hacemos
No crea que el contexto de las Escrituras, el carácter de Jezabel, la valentía de Elías, o las
conclusiones de los seguidores de Jehová justifican el punto de vista fanfarrón. Veamos con más
detalle estas razones que se oponen al punto de vista fanfarrón.
Primero, el contexto de la Escritura. La Escritura no da ningún indicio de que Jezabel solo
estaba fanfarroneando. “Así me hagan los dioses, y me añadan, si mañana a estas horas no he
puesto tu vida como la vida de uno de ellos” (v. 2) no sugiere fanfarronear. Más bien, era la jactancia
de una rabia asesina sobre sus intenciones sangrientas.
Segundo, el carácter de Jezabel. El fanfarronear no es característico de Jezabel. Nunca había
demostrado que estaría satisfecha con un trato tan indulgente hacia quienes se oponen a ella.
Jezabel ya había matado a muchos de los profetas de Jehová. Y más tarde ordenará matar
al justo Nabot para que Acab pueda tener su viña (1 Reyes 21). Jezabel es una carnicera, no
una farsante.
Tercero, la valentía de Elías. Jezabel no tenía motivos para pensar que Elías huiría
cuando recibió su mensaje. Elijah sí corrió, pero eso sorprendió a todos. Sin embargo, sus
actuaciones pasadas no le darían a Jezabel ni a nadie ninguna razón para pensar que ella podría
deshacerse de él tan fácilmente. Era conocido por su audacia. Había marchado a la presencia de
los reyes y anunciado audazmente que era un hombre de Jehová y que se avecinaba una
sequía. Había regresado audazmente a la tierra a pesar de que su vida era buscada. Él había
resistido valientemente a todos los profetas de Baal en el Monte Carmelo, y había ordenado
valientemente la muerte de los profetas de Baal a pesar de que el rey Acab estaba presente. Pensar
que un hombre así sería engañado fácilmente no tiene sentido. El hecho de que todos estén
sorprendidos de que corriera niega la idea de que Jezabel pensó que podía engañarlo.
[Seite 161] Cuarto, las conclusiones de los seguidores de Jehová. La idea que
matar a Elías inspiraría a los adoradores de Jehová tampoco es válido.
A veces, el martirio inspira mucho a los seguidores, pero aquí las circunstancias dictan
que solo infundiría un gran temor en los corazones de los seguidores. Si mataran a Elías, la
actitud de los seguidores de Jehová, especialmente de los que ayudaron a matar a los
profetas, sería de gran temor por su propia vida. Llegarían a la conclusión de que si Jezabel
pudiera matar al
poderoso Elijah, entonces, ¿qué posibilidades tenían de oponerse a ella y sobrevivir?
Entonces, si Jezabel no estaba mintiendo, ¿por qué envió un mensajero a Elías en
lugar de un verdugo? La respuesta es Jezabel cometió un error. No estaba mintiendo en
absoluto, sino que simplemente cometió un gran error. Ella realmente quería la sangre de Elijah
y estaba furiosa por conseguirla. Pero ella desperdició su oportunidad. Krummacher dijo:
“'Aquel [que] toma a los sabios en su propia astucia [Job 5:13]… solo tiene que dejar a
Jezabel en la locura de sus propias pasiones malvadas, y he aquí que ella se olvida tan
imprudentemente de sí misma, como para enviar y avisar el profeta de su intención
asesina contra él. Esta fue, por supuesto, la forma misma de derrotarlo”. Joseph Parker
dice: “¿Por qué Jezabel envía una advertencia? ¿Por qué se demora un día entero?... Así
clava Dios su anzuelo en el leviatán, y convierte en confusión el consejo de los impíos.”
Jezabel en su furia asesina no pudo cubrir todas las bases. Ella había cometido un error, no
un farol. La maldad a menudo se traiciona a sí misma. El mal, por su propia naturaleza, a
menudo frustra sus propios planes mediante una estrategia estúpida. Una cabeza caliente
siempre tendrá problemas para actuar con frialdad.
3. El Incentivo de la Persecución
¿Por qué debería Elías ser atacado con tanta vehemencia? ¿Era él una maldición sobre el
¿nación? ¿Era un peligro para la prosperidad del país? Por la forma en que reaccionaron
Jezabel y Acab, habrías pensado que él era el mayor problema que tenía Israel. Pero no
es así. En cambio, fue el mayor activo de Israel, su mayor bendición. Sin embargo, a pesar
de ese hecho, es perseguido con saña. Se busca su vida.
Para el pensamiento lógico no tiene sentido. Elijah debe ser [Seite 162] honrado, no
acosado. Matthew Henry dice: “Uno hubiera esperado, después de una manifestación tan
pública y sensata de la gloria de Dios y una decisión tan clara de la controversia… entre él y
Baal, en honor de Elías… que ahora todos, como uno solo hombre, vuélvanse a la adoración
del Dios de Israel y tomen a Elías como su guía y oráculo, que de allí en adelante sería
primer ministro del estado, y sus instrucciones serían como leyes tanto para el rey como
para el reino. Pero es muy diferente; se descuida a quien Dios honró; ya que no se le tiene
respeto, no se le cuida, ni se le hace ningún uso, sino que, por el contrario, la tierra de
Israel, para la cual había sido y podría haber sido, una bendición tan grande, ahora se hace
demasiado caliente para él.
Entonces, ¿cuál es la respuesta a esta perplejidad? ¿Cuál es el incentivo para perseguir
a la mejor persona en la tierra? La respuesta es que el mal siempre persigue al bien. Y
cuanto mayor es el bien, mayor es el ataque del mal. Elías le había dado al mal un golpe devastador
en el Monte Carmelo, por lo que será un objeto especial del ataque del mal.
No debemos ignorar esta batalla entre el bien y el mal. Sin embargo, muchos lo son. Phillip
Keller dijo: “Es sorprendente cuán pocos, incluso dentro de la iglesia, son muy conscientes de esta
batalla que se libra sin cesar”. Pero la Biblia advierte debidamente de la lucha. Como ejemplo, Pablo
dijo: “Todos los que quieran vivir piadosamente en Cristo Jesús sufrirán persecución” (2 Timoteo
3:12). Y la historia es un registro continuo de que “El recto en el camino es abominación para
los impíos” (Proverbios 29:27). La maldad siempre se opone a la justicia y la ridiculizará, la
acosará, legislará contra ella y hará todo lo posible para eliminarla. Si vivimos piadosamente y
promovemos la piedad, la oposición mostrará su fea cabeza de manera pronunciada. ¡Los
piadosos pueden esperar una pelea!
Este hecho de que el mal siempre se opone a la justicia explica muchas cosas. Explica por qué
se ataca al cristianismo a pesar de que su estilo de vida y credos son tan nobles y beneficiosos.
Explica por qué los verdaderos despertares espirituales dan como resultado una gran animosidad y
antagonismo hacia los obreros de Dios y Su obra, a pesar de que ha hecho buenas a muchas personas
malas. Explica los ataques [Seite 163] contra la buena moral y la vida recta. Explica por qué en los
asuntos de la iglesia y en las reuniones de la junta algunos habitualmente se oponen y desprecian los
buenos programas defendidos por un pastor piadoso para mejorar el ministerio de la iglesia.
Y explica por qué los pastores piadosos a veces se ven obligados a abandonar sus iglesias.
Aprendamos bien este hecho de que el mal siempre se opone al derecho. Aprendiendo este hecho
bien nos ayudará a oponernos mejor al mal, a tratar más sabiamente los problemas de la iglesia
ya anhelar más ardientemente el regreso de Cristo.
B. EL PESIMISMO DE ELÍAS La orden de Jezabel
tuvo un profundo efecto sobre Elías. Lo puso en medio de la desesperación. Se volvió muy abatido,
extremadamente pesimista. Perdió la esperanza y terminó bajo el enebro, que lo ha convertido en un
símbolo de abatimiento durante siglos. Nos sorprende leer sobre el pesimismo de Elías y por dos
razones.
Primero, nos sorprende leer sobre el pesimismo de Elías porque Elías era un hombre de fe que no
se desanimaba fácilmente. Es difícil imaginar a una persona
con su personaje entrando repentinamente en una gran desesperación. Elijah había
demostrado su fe inquebrantable una y otra vez en el pasado. Audazmente le dijo a Acab que no
llovería, audazmente caminó a través de Israel en medio del hambre cuando era un hombre
perseguido a un pueblo en un territorio muy peligroso para él, había enfrentado la circunstancia de
un niño muerto sin desesperarse, y aunque él era el solo uno contra 450 profetas de Baal, nunca
permitió que la abrumadora ventaja numérica de esos profetas paganos empañara
su espíritu en lo más mínimo. Además, había orado por lluvia y escuchó repetidos informes de su
sirviente de que no había ni una nube en el cielo, pero nunca dio la menor señal de darse por
vencido.
Segundo, nos sorprende leer sobre el pesimismo de Elías porque los eventos de ese día
fueron tan victoriosos para Elías. ¡Qué victoria en el Carmelo!
Cayó fuego del cielo en tremenda prueba de que Jehová era Dios, el pueblo se postró sobre sus
rostros y alabó a Jehová como Dios, los profetas de Baal fueron degollados, y vino lluvia y en
abundancia. Seguramente esto debería hacer que su esperanza sea más fuerte que nunca. Pero en
lugar de un mayor optimismo, [Seite 164] se sintió abrumado por el pesimismo.
Sin embargo, aunque estamos sorprendidos por su caída, probablemente no deberíamos estarlo;
porque los asedios de desesperación son comunes. Elijah no es el único que ha tenido esta
experiencia. Todos tenemos momentos bajo el enebro (en realidad no es un árbol, sino un arbusto que
nos protege bien del sol y del viento en el desierto). Incluso los mejores hombres han tenido
momentos de gran abatimiento. No solo Elías se desanimó, sino también grandes santos como
Jonás, Pedro y Juan el Bautista. Juan el Bautista se desanimó tanto en la prisión que envió un mensaje
a Cristo preguntando: "¿Eres tú el que ha de venir, o esperamos a otro?" (Mateo 11:3). John Wesley
tampoco fue ajeno a esta experiencia. “La nueva vida de Wesley comenzó con gloriosas experiencias
en Aldersgate Street, sin embargo, dentro de un año de estos sentimientos brillantes encontramos que
sufrió una triste recaída en la oscuridad y la duda; incluso escribió: 'No soy cristiano'”.
(WL Watkinson). La experiencia del enebro es tan común que hace algunos años en Inglaterra, en
la ciudad de Edinburg, existía una organización que se hacía llamar “La Orden del Enebro”.
El hecho de que el pesimismo no sea un problema poco común y que incluso grandes
hombres como Elijah han tenido problemas con el pesimismo nos inspira a analizar con
seriedad la experiencia de Elijah para que podamos aprender importantes lecciones que nos ayuden
a enfrentar mejor el problema. Al estudiar este pesimismo de Elías, consideraremos su causa,
conducta y consecuencias.
1. La causa de su pesimismo
Después de superar nuestro impacto inicial por la falta de fe de Elijah, comenzamos a
preguntarnos por qué fracasó. Como acabamos de señalar, aquí hay un hombre que tiene
un historial de gran fe. Anteriormente había enfrentado el peligro, la incredulidad inflexible,
la oposición a la obra de Dios, el rechazo personal y otros problemas sin desesperación.
Pero ahora se desmorona y casi se ahoga en el lodazal del desánimo. ¿Por qué?
¿Cuáles fueron los factores que contribuyeron a su total desesperación ya su gran
pesimismo aquí?
Al observar la situación de Elijah en el momento de la orden judicial y [Seite 165] su
comportamiento después de recibir la orden judicial, uno descubrirá algunas razones
importantes por las que perdió la esperanza, se dio por vencido, abandonó el país y quería
morir. Veremos cuatro de estas razones. Son los problemas de la fatiga física, las emociones
gastadas, el orgullo carnal y la visión mal dirigida.
El problema de la fatiga física. Al llegar a Jezreel, Elías debía estar exhausto. Elijah
acababa de pasar un día agotador. La contienda con los profetas de Baal tuvo que ser
extremadamente agotadora físicamente. A esta fatiga se sumaba su poca o ninguna
ingesta de alimentos ese día. Y para rematar su cansancio estaba la carrera de
unas quince a veinte millas o más hasta Jezreel.
Sí, Dios lo ayudó a correr; pero físicamente todavía tenía que sacarle un peaje. Así que
Elijah estaba realmente exhausto. Sin duda estaba más exhausto de lo que creía. A veces,
en la emoción del momento, la adrenalina realmente fluye; y eso encubre el hecho de
que nos estamos quedando sin combustible físicamente.
Uno de los problemas del agotamiento físico es su efecto sobre nuestra perspectiva
mental. “Un cuerpo enfermo tiende a la melancolía y la depresión” (Leon Wood).
Cuando estamos débiles y fatigados por las actividades o la enfermedad, nuestra
perspectiva rara vez es optimista; pero en esos momentos tendemos a estar abatidos.
El estado físico de Elías lo hizo propicio para un ataque de pesimismo severo.
Los hombres espirituales tienen la costumbre de ignorar por completo lo físico como
causa de la melancolía, mientras que el hombre mundano tiene la costumbre de ignorar por
completo lo espiritual como causa de la melancolía. Ambos están equivocados. Aquí la
advertencia es para los hombres espirituales que no descuiden indebidamente el
cuerpo físico, no sea que se atraigan una desesperación innecesaria y engañosa.
Spurgeon, al hablar sobre los desmayos del ministro en su libro, Lectures to My Students,
dijo: “Sentarse mucho tiempo en una sola postura, volcarse sobre un libro o clavar una
pluma [hoy sería cosas tales como una pluma, una máquina de escribir, o computadora], es en sí mismo
un gravamen de la naturaleza; pero añádase a esto una cámara mal ventilada, un cuerpo
que ha estado mucho tiempo sin ejercicio muscular, y un corazón cargado de muchos
cuidados, y tenemos todos los elementos para preparar un caldero hirviente [Seite
166] de desesperación . ” Los ministros deben tener cuidado con cosas tales como largas
horas con descanso inadecuado, falta de ejercicio, comer en exceso y una dieta
inadecuada; porque estas cosas pueden hacer que uno sea susceptible a ataques de
melancolía. Cuando está agotado físicamente, ni siquiera se necesita un ataque serio de
Jezabel para enviarnos al lodazal del desánimo. Solo un poco de irritación puede hacerlo en esos momentos
El problema de las emociones gastadas. Los eventos del día que Elías
experimentó drenarían a cualquiera de sus emociones. Tenemos un reservorio emocional
que, como cualquier reservorio, cuando se vacía no se llena inmediatamente. Cuando
experimentamos un “alto” emocional, habrá una inevitable decepción. Spurgeon dijo: “No
podemos tener una gran alegría sin tener algo de depresión después”. Y Maclaren dice,
“la altura de la cresta de una ola mide la profundidad del valle de la siguiente”. Si recordamos
estos hechos, estaremos preparados para manejar mejor nuestros tiempos bajos y
especialmente cuando enfrentamos alguna dificultad o problema durante un bajo
emocional.
Seguramente aquí hay una lección sobre cuidar nuestras emociones, sobre tener
cuidado cuando y donde y en que las gastamos. No podemos criticar a Elías por gastar
sus emociones en el Carmelo. Pero podemos denunciar a muchos cristianos por
donde dispensan sus emociones. Muchos, tontamente, vacían su reserva emocional en
algún juego de pelota el sábado o el domingo por la tarde; y ¿eso alguna vez afecta
su desempeño en la iglesia, y especialmente si su equipo ha perdido? Lo mismo
puede decirse de los que ven las telenovelas.
El problema del orgullo carnal. Bajo el enebro, Elías se lamentó: “No soy mejor que
mis padres” (v. 4). J. Hammond dijo: “¿Qué revelan estas palabras, sino que él se había
considerado mejor que ellos?”. El orgullo le dio a Elijah algunos problemas serios. Pero no
es difícil entender por qué Elías tenía problemas con el orgullo en ese momento. El
peligro del orgullo es muy grande después de haber tenido una actuación muy exitosa.
Elías había actuado muy magníficamente ese día, por lo que la tentación del
orgullo sería [Seite 167] muy grande. Tenemos problemas con el orgullo y la jactancia que
lo acompaña, incluso cuando hacemos alguna pequeña acción que es muy insignificante
en comparación con la gran actuación de Elías. Por lo tanto, no sorprende que el
orgullo estuviera presente en la situación de Elías.
Hay muchos peligros en el orgullo. Solemos pensar en problemas como la jactancia,
la altivez y el exceso de confianza; pero también debemos recordar que el orgullo también
puede fomentar mucho pesimismo. “La soberbia del hombre lo abate” (Proverbios 29:23), ya
veces ese “bajo” es lo bajo de la desesperación.
El orgullo nos ha hecho pensar que somos algo que no somos; y cuando se descubre la
verdad, nos arroja al pozo de la desesperación con manos muy poco gentiles.
Puedes evitar mucho pesimismo si te mantienes humilde ante el Señor.
El problema de la visión mal dirigida. “Y viendo esto, se levantó y fue por su vida” (v. 3).
Elijah estaba mirando en la dirección equivocada y en la cosa equivocada. Podemos tener
mucha victoria cuando mantenemos nuestros ojos en el Señor y Su Palabra. Pero cuando
miramos a otra parte, como a las circunstancias negativas, sufriremos muchas derrotas.
Pedro caminó sobre un mar tempestuoso hasta que apartó los ojos del Señor y se
concentró en cambio en la tormenta.
Elías también había estado caminando sobre un mar tormentoso, y durante mucho tiempo.
Acab tenía una orden judicial sobre la vida de Elías durante los últimos años, pero durante
ese tiempo Elías mantuvo sus ojos en el Señor y así caminó sobre el agua todo el tiempo.
Ahora, sin embargo, se hunde porque mira la tormenta en lugar del Soberano. Quitó
sus ojos de lo que Dios había hecho y miró solo lo que el hombre estaba haciendo. Él no
consideró las promesas de Dios sino sólo la promesa de Jezabel. No es de extrañar
que tuviera problemas con el pesimismo.
Nosotros también tendremos problemas considerables con el pesimismo si insistimos
en enfocarnos en todo menos en el Señor. Las circunstancias que nos rodean en este viejo
mundo hoy son cualquier cosa menos esperanzadoras. Centrarse en ellos llevará a un
hombre a la desesperación más absoluta. Mantén tus ojos en Dios, o la desesperación te
abrumará.
[Seite 168] 2. La conducta de su pesimismo
La humanidad no actúa bien cuando está presa del pesimismo. El desaliento nos impedirá
comportarnos bien. Elías no fue la excepción. Este ataque del espíritu de pesimismo sobre él
afectó su conducta de manera muy adversa. Lo vemos en su ubicación, evaluación y súplica.
Su ubicación. “Y viendo esto, se levantó y fue por su vida, y
vino a Beerseba, que pertenece a Judá, y dejó allí a su siervo.
Pero él mismo caminó un día de camino por el desierto, y vino y se sentó debajo de un
enebro” (vv. 3, 4). Su ubicación fue de Jezreel a Beerseba a un día de viaje por el
desierto antes de que él se detuviera. Su ubicación dice que reaccionó de forma exagerada
a la orden de Jezabel. Dejando Jezreel
no condena a Elías, pero ir tan lejos como lo hizo sí lo condena.
Algunas personas critican a Elías por dejar Jezreel porque no recibió
órdenes de Dios para salir. Pero tampoco tenemos ningún registro de que haya
recibido órdenes de Dios de abandonar el Monte Carmelo; sin embargo, "la mano del
Señor" estaba sobre él para que corriera a Jezreel. Lo que debemos recordar aquí es
que no necesitamos una palabra especial de Dios para cada acción en nuestra vida.
Dios nos ha dado suficientes preceptos y principios en las Escrituras para guiar nuestra
vida sin una revelación especial cada vez que hacemos algo. Elías necesitaba
órdenes especiales para ir a Querit, a Sarepta y para guiar los procedimientos en
el Monte Carmelo. Pero cuando su vida estuvo amenazada, no necesitó una revelación
especial de Dios para tomar precauciones sensatas para protegerse. Nosotros tampoco.
Por ejemplo, si un borracho se cruza en tu carril en la carretera, no necesitas un
comunicado especial de Dios para tomar una acción evasiva. Donde sería necesaria
una palabra especial de Dios en esta situación es para evitar que tomes una acción
evasiva. Elías necesitaba órdenes especiales para quedarse en Jezreel, no para salir
de Jezreel. Pablo no es condenado por huir de complots asesinos contra su vida
(Hechos 14:4, 5), y Elías tampoco debe ser condenado por huir de lo mismo. El fracaso de
Elías fue su gran [Seite 169] reacción exagerada a la situación. Fue cien millas al sur
hasta Beer Sheba, luego dejó a su sirviente allí y se adentró otro día en el desierto. Eso
fue totalmente innecesario y fuera de lugar.
Sin embargo, la reacción exagerada es uno de los efectos del desánimo.
El desaliento tiene una tendencia a llevarnos al extremismo. Tomamos decisiones y
hacemos acciones que carecen de sentido común y madurez. Podemos empezar en la
dirección correcta, pero nos volvemos tan extremos que convertimos lo correcto en lo incorrecto.
Cuando la desesperación se apodera de nosotros, debemos tener mucho cuidado en todo lo que hacemos para no
aumentar nuestros problemas al reaccionar exageradamente a nuestra situación.
Su evaluación. En su oración bajo el enebro, Elías dijo: “Yo no soy mejor que mis
padres” (v. 4). Esto traicionó su orgullo, como señalamos anteriormente; pero también
indicó una evaluación muy pobre de su desempeño. La historia definitivamente no estará
de acuerdo en que Elías no fue mejor que todos los que lo precedieron. Su
desempeño se destaca por encima de casi todos los hombres. Sus logros para Dios
fueron muchos y poderosos. Pero cuando el pesimismo se apodera de nosotros, tendemos
a evaluar las cosas de la peor manera. Minimizamos cualquier éxito y magnificamos
cada derrota. Tenemos dificultad para dar una valoración real de cualquier cosa. Elías
había experimentado una gran victoria. miles
había vuelto a Jehová. Uno, Jezabel no lo había hecho. Su espíritu de desesperanza permite que
ese único rechazo a Jehová influya en la evaluación de toda la situación.
Su súplica. La oración de Elías bajo el enebro "pidió para sí mismo
para morir, y dijo: ¡Basta!”. (v. 4). Elijah quería renunciar. Su "¡Basta!" es como nuestro "¡Lo he
tenido!" declaración. Y todos hemos dicho "¡Lo he tenido!" y mucho más tiempo que Elías; eso es
seguro. El pedido de Elías de morir fue un pedido de pesimismo. No era una petición de fe ni de
esperanza ni de entrega al Señor. Fue una petición vergonzosa. Dice que no puede soportarlo.
Niega el poder y la voluntad de Dios.
Cuando empecemos a tirar la toalla asegúrense de que no es la carne la que actúa de manera
ataque de desesperación. La desesperación es un desertor. Satanás no puede [Seite 170]
contaminarlos con inmoralidad; pero si él puede hacerte entrar en un espíritu de
pesimismo, te ha hecho tan inútil como alguien que ha cometido inmoralidad. Tampoco hará nada
por Dios.
El pedido de muerte de Elías muestra lo extraño e ilógico que oramos cuando estamos
deprimidos. Si hubiera querido morir, podría haberse quedado en Jezreel y dejar que Jezabel
tomara su vida como ella quería. Su petición es una extraña contradicción, huye de la
muerte por un lado y, sin embargo, la busca por el otro.
Uno de los dos hombres que no moriría (Enoc era el otro) pide morir. El pesimismo ciertamente
no nos ayuda a orar bien.
3. Las consecuencias de su pesimismo Aquí estamos
viendo la influencia de su pesimismo en los demás. Hacemos
no vivamos para nosotros mismos (Romanos 14:7), y cuando nos deprimamos, tendrá un
efecto adverso en muchos a nuestro alrededor. El pesimismo de Elías desinfló el
ímpetu del movimiento de regreso a Jehová, desanimó a los conversos de Jehová y deleitó a
la oposición a Jehová.
Desinfló el ímpetu del movimiento de regreso a Jehová. Elías era
el líder del movimiento de Jehová. Pero cuando el líder se va, un movimiento pierde
mucho impulso y, a menudo, incluso muere. La experiencia verifica abundantemente
este hecho. Elijah se había ido por lo menos durante ocho semanas. Así que durante varios meses
no hubo seguimiento; no hubo capitalización de la victoria en el Carmelo. El regreso a Jehová
no se detuvo, pero sí el ímpetu; y si bien el movimiento fue recargado nuevamente por su
regreso, ciertamente tuvo que sufrir por su inoportuna ausencia.
Desanimó a los conversos de Jehová. ¿Alguien puede imaginar algún converso?
sintiéndose todo menos desanimados cuando escucharon que Elías había “salido a
la carretera” y había huido del país? Él, que se había mantenido tan alto en Carmel,
ya no estaba actuando como tal. Si simplemente se hubiera escondido por un tiempo
para escapar de los intentos asesinos del gobierno de Israel, habría sido estimado por
su capacidad continua [Seite 171] para sobrevivir a una gran oposición. Pero huir muy,
muy lejos no era impresionante. No haría nada para alentar nuevos
convierte
El desanimar a otros en su devoción y servicio a Jehová también se puede ver en lo
que Elías hizo con su siervo cuando huyó de Jezabel. Después de llevar a su sirviente
a muchos kilómetros de su casa, “dejó allí a su sirviente [Beerseba]” (v. 3) para que se
las arreglara solo mientras él, Elías, proseguía su viaje.
La tradición dice que el sirviente era el hijo de la viuda que resucitó de entre los
muertos en Sarepta. Si eso fue así, debe haber sido muy desconcertante y desalentador
para el sirviente ver a Elías en tal estado de ánimo y verlo de repente arrojar a este a
quien había resucitado de entre los muertos. Pero ya sea que el sirviente fuera
el hijo de la viuda o alguien más, ciertamente fue una experiencia desalentadora. Había
sido fiel a Elías (como ir ocho veces a buscar nubes cuando Elías estaba orando
en el Carmelo, y seguirlo hasta Beerseba), pero Elías no le estaba siendo fiel.
Quedarse solo en Beerseba, muy lejos de casa, ciertamente no animó el servicio a
Jehová.
Deleitó a la oposición a Jehová. Jezabel probablemente se enfurecería por eso
ella no pudo derramar la sangre de Elijah, pero su partida del país no la molestaría
del todo. Sin él, ella podría operar más libremente. No tendría que preocuparse por más
enfrentamientos y vergonzosas derrotas por su paganismo. Ella estaría muy contenta por
su liberación. Cuando nos sentamos bajo el enebro, solo estamos ayudando al enemigo.
No alegramos a Dios, pero complacemos al diablo.
C. LA PRESERVACIÓN DE ELÍAS
Elijah necesitaba ayuda si iba a sobrevivir a este ataque de desánimo.
Tanto su cuerpo como su espíritu estaban en mal estado. Pero Dios intervino y rescató a
Su siervo desalentado. Esto es típico de Dios. “Dios es fiel” (1 Corintios 1:9,
10:13) y nunca abandonará a los suyos. El hombre, sin embargo, es a menudo infiel;
pero Dios nunca lo es.
[Seite 172] Hubo tres factores significativos en la preservación de Elías.
Eran el milagro de Dios, el mensajero de Dios y la misericordia de
Dios.
1. El milagro de Dios
La preservación de Elías involucró un milagro Divino con respecto a su comida. En
tanto en el suministro de la comida como en el fortalecimiento por la comida ocurrió
lo milagroso.
El abastecimiento de los alimentos. Por tercera vez en los últimos tres años y medio
años, Elías fue alimentado por un milagro. Después de que Elías terminó sus
“devociones” bajo el enebro, se acostó y durmió (vv. 4, 5). Después de haber
dormido un rato, vino un ángel y lo despertó y le dijo: “Levántate y come” (v. 5).
Elías “miró, y he aquí una torta cocida sobre las brasas, y una vasija de agua a su
cabecera” (v. 6). El ángel suministró milagrosamente alimento y agua. ¡Los
servicios de catering de Elijah están mejorando! Primero fueron los cuervos, luego la
viuda y ahora es un ángel el que provee el alimento. Eso debería hacer algo para
levantarle el ánimo.
La comida provista para Elías no era de segunda categoría. Keil dice de esta comida,
"una torta de pan horneada sobre piedras al rojo vivo, [es] un sabroso artículo de comida
que sigue siendo un gran favorito entre los beduinos". Y la vasija de agua provista debe
haber sido igualmente bienvenida en el cálido desierto donde se encontraba.
El fortalecimiento por la comida. La provisión de la comida no fue el único milagro
con respecto a la comida. La fuerza que le dio la comida también fue un milagro.
Las Escrituras dicen que Elías “se fue con la fuerza de aquella comida cuarenta días y
cuarenta noches” (v. 8). ¡A las tiendas naturistas les encantaría conseguir algo de comida
como esa!
La lección en el nutrimiento milagroso de la comida es que Dios suple nuestra
necesidad cuando la necesitamos. Elías iba a hacer un largo viaje de cuarenta días a
Horeb. Dios lo sabía y lo suplió. Mackintosh dijo: “El Señor sabe mejor que nosotros
las demandas que se nos pueden hacer, y en Su gracia nos fortalece [Seite 173] de
acuerdo con Su estimación de esas demandas”.
Por lo tanto, veamos nuestras bendiciones como lo que Dios nos ha dado para
permitirnos hacer Su voluntad y luego usémoslas en consecuencia.
2. El Mensajero de Dios Dios
envió un ángel (la palabra hebrea significa mensajero ya menudo se traduce
como mensajero) para ayudar a preservar la vida de Elías en este momento crítico
de su experiencia. Tomamos nota de la identidad del mensajero y las instrucciones
del mensajero.
La identidad del mensajero. El ángel que visitó a Elías no era otro que el “ángel
del Señor” (v. 7). Este ángel se distingue de
otros ángeles en las Escrituras. El ángel era una teofanía, una
manifestación visible de Dios. Esta fue una manifestación del Antiguo Testamento del
Hijo de Dios. El ángel era Jehová, Aquel por quien Elías había tenido tanto celo y
que se probó en el monte Carmelo que era Dios.
Aquellos que han servido a su Maestro no serán desamparados por Él en los
tiempos oscuros. Elías había honrado mucho a Jehová delante del pueblo y ahora
Jehová viene a cuidarlo. Si quieres que Dios te honre con Su cuidado, es mejor que
te preocupes por honrar a Dios en tu servicio como lo había hecho Elías. Algunos se
quejan de que Dios nunca parece estar cerca, nunca parece estar cerca en tiempos de
problemas. Pero aquellos que le han servido bien encontrarán que Dios manifiesta Su
presencia en formas reales cuando les sobreviene el desánimo, las pruebas y los
problemas.
Las instrucciones del mensajero. El ángel tenía dos instrucciones
importantes para comunicar a Elías. Uno se refería a comer, el otro a viajar.
Primero, el comer. El ángel le dijo a Elías: “Levántate y come” (vv. 5, 7). Qué
instructivas son esas tres palabras. La comida puede ser provista por un milagro, pero
aun así se nos indica que hagamos el esfuerzo de comerla. Dios no obrará un milagro
cuando no sea necesario. Se requería un milagro para proporcionar la comida, pero no
para participar de ella. Dios no hace santos perezosos con [Seite 174] Sus milagros. No
está ejecutando un programa de asistencia social como el de nuestro gobierno.
En segundo lugar, el viaje. El ángel le dijo a Elías que “el camino es demasiado largo
por ti” (v. 7). De hecho, Elías tuvo un viaje de cuarenta días a Horeb a través del
desierto. La fuerza humana no podía hacerlo sola, necesitaba la fuerza divina y debía
valerse de las provisiones divinas.
Qué bien hablan las provisiones de Elías de la Palabra de Dios, el pan de nuestra
alma. No podemos atravesar la vida victoriosamente con nuestras propias fuerzas.
Necesitamos el alimento divino de la Palabra de Dios que nos da fuerza
sobrenatural. El mundo no respeta la Palabra de Dios y ridiculiza nuestra necesidad
de ella. Pero eso no disminuye ni un poco el hecho de que es el alimento milagroso de
Dios para el alma y sin él no podemos atravesar la vida victoriosamente.
3. La Misericordia de Dios
Dependemos de la misericordia de Dios para cada bendición que recibimos. Y la
misericordia de Dios ciertamente fue evidente en la preservación de Elías. La misericordia
de Dios se evidenció en la negativa de Dios a conceder la petición de oración de Elías, en el
tocar a Elías por el ángel, y en la repetida visita de Elías por el ángel.
El negarse. Dios no contestó la oración de Elías en la que pedía morir. Qué
misericordia que Dios no responde a todas nuestras peticiones de oración de la
manera que queremos. No se inquiete ni se queje con Dios acerca de aquellas solicitudes
que no recibió respuesta y que, como la solicitud de Elías, fueron oradas fuera de la
voluntad de Dios. Su misericordia te rechazó. Si Él hubiera contestado muchas de tus
oraciones como deseabas, serías miserable. Dios no es mezquino, sino
misericordioso; y así Él rechaza muchas de nuestras peticiones.
El tocar. Dos veces se nos dice que el ángel “lo tocó” (vv. 5, 7). Dios pudo haber
hecho que el ángel lo golpeara, porque Elías lo merecía. Pero Dios en misericordia sólo
lo tocó; porque cuando Dios [Seite 175] se esfuerza por llevarnos de vuelta a Él, de
vuelta al camino recto, no nos golpea primero, sino que nos toca suavemente.
Dios dice: “Yo reprendo y castigo a todos los que amo” (Apocalipsis 3:19). Es reprender
antes de castigar. Es razonar ante la vara. Oh, que prestemos atención al toque
misericordioso y gentil para que Dios no tenga que golpearnos más fuerte. Nuestras
pérdidas serían mucho menores.
La visita. El ángel no solo visitó a Elías una vez, sino que “vino otra vez
la segunda vez” (v. 7). Eso es misericordia. Una vez debería ser suficiente, pero qué
pocos de nosotros respondemos a una sola llamada. Dios debe venir por segunda vez,
sí, una y otra vez antes de que prestemos atención. Pero Sus repetidas visitas son
todas un reflejo de Su misericordia. No despreciemos esta gracia, sino honrémosla
respondiendo más rápidamente a las llamadas de Dios. No rechaces los llamados de
Dios una y otra vez hasta que dejen de llegar; entonces quedarás indefenso para siempre.
[Seite 176] IX El
desierto 1 Reyes 19:8–18
Al huir de Jezabel, Elías
pasó cuarenta días viajando por el mismo desierto por el que Israel viajó durante
cuarenta años. Y así como Israel fue sostenido por alimento milagroso durante su viaje
de cuarenta años, así Elías fue fortalecido por alimento milagroso para su viaje (1
Reyes 19:7, 8). Pero el viaje de Elías en el desierto fue en dirección opuesta al viaje
de Israel. Israel dejó el monte Horeb (también conocido como el monte Sinaí) para ir
a Canaán. Elías salió de Canaán para ir al monte Horeb.
Horeb fue llamado “el monte de Dios” (v. 8, cp. Éxodo 3:1, 4:27). Aquí
era tierra santa de hecho. Aquí Moisés vio la zarza ardiente (Éxodo 3).
Aquí Dios primero le dio a Israel agua de una roca (Éxodo 17). Aquí Moisés
pasó dos veces cuarenta días y cuarenta noches en el monte (Éxodo 24:18, 34:28),
tiempo durante el cual recibió la ley sobre las dos tablas de piedra y se le dieron
las instrucciones para el Tabernáculo. Y aquí, en este lugar más significativo, sagrado
y solemne en lo profundo del desierto, Elías tuvo una experiencia muy dramática e
instructiva que lo puso de nuevo al servicio de su Maestro.
Para examinar la experiencia de Elías en Horeb, consideraremos el sondeo de
la pregunta que Dios le hizo a Elías, la pedagogía de la demostración Divina para
Elías, y las predicciones del futuro dadas a Elías.
A. EL SONDEO DE LA PREGUNTA La “palabra
del Señor” le hizo a Elías una pregunta muy pertinente dos veces. Se preguntó antes
de la demostración sobrenatural y [Seite 177] después de la demostración. La
pregunta era: “¿Qué haces aquí, Elías?” (vv. 9, 13). La pregunta, aunque breve y
sencilla, iba al corazón del problema. Fue un sondeo muy hábil. Vemos esto
tanto en el análisis como en la respuesta a la pregunta.
1. El análisis de la cuestión
La pregunta era doble. Se refería a la ocupación de Elías ("doest") y su
ubicación ("aquí").
Ocupación. La pregunta primero abordó el asunto de lo que Elías estaba
haciendo. ¿Qué haces ? Lo que Elías estaba haciendo no era un cumplido.
Estaba cavilando innecesaria y vergonzosamente. Estaba desertando de su puesto
de trabajo. Solo las primeras tres palabras de la simple pregunta y Elías
es condenado. Cuán rápido la sonda de Dios toca el punto dolorido.
Con qué rapidez tal pregunta, si se la pondera debidamente, también puede
tocarnos donde necesitamos ser tocados. Pero con qué frecuencia hemos fallado en
reflexionar sobre la cuestión como debiéramos. Todos podríamos haber evitado
muchos problemas si hubiéramos ponderado más esta pregunta. Como Elías,
muchos han perdido mucho tiempo y esfuerzo porque no pensaron mucho en lo
que estaban haciendo. Como el hijo pródigo, muchos han volado (“gastaron todo”
Lucas 15:14) su herencia, sus dotes, su salud y su carácter y han terminado en una
pocilga codiciando las “cáscaras que comían los cerdos” (Lucas 15 :16) porque no
ponderaron debidamente esta cuestión. Esta pregunta que el Señor le hizo a Elías
debe colocarse de manera prominente en nuestros corazones y quizás
también en nuestros tablones de anuncios, escritorios, paredes, puertas y otros lugares visibles para
mírelo constantemente y, por lo tanto, revise nuestras obras para ver que son lo
que Dios quiere que hagamos.
Ubicación. Lo segundo que abordó la pregunta fue la ubicación de Elijah.
¿Qué haces aquí? Elías estaba muy lejos de donde debería haber estado. A
menudo, es el anhelo por los placeres mundanos lo que lleva a muchos a
lugares donde no deberían estar. Pero Elías se equivocó de lugar por un grave
caso [Seite 178] de melancolía; porque también puede poner uno en el lugar
equivocado.
Necesitamos considerar nuestra ubicación, así como nuestra ocupación,
con más frecuencia de lo que lo hacemos; pues es tan fácil ubicarse lejos de donde
debemos estar, como fue el caso de Elías. Algunos necesitan hacer esta pregunta
el domingo cuando están en lugares que no sean la iglesia. Como ejemplo,
muchos aficionados al deporte y atletas necesitan hacerse esta pregunta los
domingos; para los estadios de fútbol, gimnasios, parques de béisbol, campos de
golf y pistas de carreras están ubicados el domingo en lugar de en la iglesia.
También algunos viajeros necesitan hacer esta pregunta cuando viajan en
las carreteras el domingo en lugar de adorar. Parecen pensar que pueden hacer un
mejor tiempo para llegar a algún lugar saltándose la iglesia. Pero eso no es un
pensamiento inteligente en absoluto. Estas personas algún día descubrirán que
tendrán que hacer un montón de rastreo como lo hizo Elijah. Aún otros
necesitan considerar esta pregunta con respecto a en qué iglesia están ubicados;
porque están asistiendo a una iglesia apóstata modernista que no predica
fielmente la Palabra de Dios. Y muchos cristianos profesos necesitan hacerse
esta pregunta cuando se encuentran en cines, autocines, salones de baile, clubes
nocturnos y otros antros de iniquidad. Se dice de Charles Spurgeon que una
vez, al pasar por un lugar de mala reputación y ver allí a un hombre que profesaba
ser cristiano, se acercó al hombre y puso su mano sobre su hombro y le hizo
esta pregunta: "¿Qué haces aquí?" Una buena pregunta para el hombre entonces y
una buena pregunta para nosotros en todo momento.
2. La respuesta de la pregunta
La respuesta de Elías a la pregunta las dos veces que se le hizo fue: “He
tenido muchos celos por el Señor Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel
han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus
profetas; y yo, aun yo solo, quedo; y buscan mi vida para arrebatármela” (vv. 10,
14). La respuesta de Elías no solo reveló su propia condición, sino que también
reveló la condición de Israel.
Se revela la condición de Elías. La respuesta de Elías reveló que él [Seite 179] era
un “ha sido” (“haber sido”). Elijah se perdió el carácter de tiempo presente de la pregunta. Su
respuesta fue todo sobre el pasado. Pero Dios dijo: “¿Qué haces?” no "¿Qué has hecho?"
Elijah tuvo un pasado tremendo. De hecho, había sido "muy celoso" de Dios. No
muchos en la historia del hombre pueden igualar a Elías en su gran celo por Dios. Nuestro
celo es muy pobre en comparación. Aunque las situaciones se pudren tanto con el pecado
que apestan a las alturas en una gran deshonra de Dios, tenemos tan poca preocupación
por el honor de Dios que seguimos nuestro camino sin apenas darnos cuenta de la gran
deshonra que se le está haciendo a Dios. Pero no así Elías, que sí había sido “muy
celoso” de Dios. Pero su gran pasado no cubrirá el presente. Las actuaciones pasadas, por
muy buenas que sean, no responderán por el presente.
Al centrarse en el pasado en lugar del presente, Elijah cantó la misma melodía
Abdías cantó. Abdías, como notamos en un capítulo anterior, estaba bastante
preocupado de que Elías supiera de la gran obra de Abdías, es decir, de su obra pasada.
Pero Abdías no estaba muy interesado en el servicio presente.
Esto nos recuerda a muchos miembros en nuestras iglesias. les encanta pavonearse
alrededor de la iglesia y señalar lo que hicieron en la construcción de las
instalaciones de la iglesia, cómo solían enseñar una clase, dirigir a los jóvenes, cantar en
el coro, etc. Pero notamos que su servicio está todo en tiempo pasado. El tiempo
presente los ve haciendo nada más que sentarse y jactarse de su pasado.
Ellos, al igual que todos nosotros, necesitan ver que el énfasis de la pregunta está en el
desempeño en tiempo presente. Puede que hayamos sido celosos en el pasado, pero
¿lo somos ahora para servir al Señor?
Se revela la condición de Israel. La respuesta de Elías resumió la condición
espiritual de Israel tan bien como se podría decir. Fue una acusación triple sobre
Israel. Primero, habían “abandonado tu pacto” (que había sido dado a Israel allí mismo en
el Monte Horeb donde estaba Elías); segundo, habían “derribado tus altares” (Elías había
reconstruido uno en el Carmelo); y tercero, habían “matado a tus profetas”, hasta que Elías
(en su pensamiento) parecía ser el único que quedaba (y Jezabel buscaba matarlo [Seite
180] también , tal como había hecho con los otros profetas). Para expresar esta
acusación triple de otra manera, Israel había abandonado la Palabra de Dios
("pacto"), la adoración de Dios ("altares") y los obreros de Dios ("profetas").
La primera acusación, el abandono de la Palabra de Dios, es la causa de la
segunda y la tercera acusación: el abandono de la adoración y de los obreros de
Dios. Esto siempre es así en todas las épocas. Como ejemplo, cuando las
personas abandonan la Palabra de Dios hoy, pronto será seguido por su
holgazanería y finalmente dejarán de asistir a una iglesia donde la Palabra se
proclama fielmente; y también conducirá a rechazar, criticar y oponerse a su pastor
piadoso.
Si recordáramos esta verdad, entenderíamos mejor por qué algunas
personas dejan una iglesia. A menudo, cuando la gente deja una iglesia que cree
firmemente en la Biblia, la gente de la iglesia actúa desconcertada y perpleja
en cuanto a por qué "tal y cual" se fue. Se aducen muchas razones para su
partida, pero rara vez alguien tiene el ingenio suficiente para darse cuenta de que
se fue principalmente porque ha olvidado la Palabra como regla en alguna área
o áreas de su vida. Donde la Palabra se predique fielmente, será muy incómodo
para estas personas; y así algún día dejarán esa iglesia. Y cuando les pregunte
por qué han abandonado la adoración de Dios en la iglesia a la que solían
asistir, eventualmente llegarán a la tercera acusación: abandonar
(evidenciado al criticar, calumniar, oponerse) al obrero de Dios, es decir, al pastor. .
Así que no seas tan ingenuo acerca de las personas que dejan una buena iglesia.
Cuando la gente abandona la Palabra de Dios, abandonará la adoración a Dios
ya los obreros de Dios.
El apóstol Pablo se refiere a esta triple acusación de Israel por parte de Elías
en Romanos 11:2, 3. Dijo que era la “intercesión de Elías ante Dios contra Israel”.
Al referirse a la referencia de Pablo a la oración de Elías, Matthew Henry dijo:
“Son verdaderamente miserables los que tienen el testimonio y las oraciones
de los profetas de Dios contra ellos”. Cierto en verdad. No le irá bien a nadie
que esté en las oraciones de los pastores piadosos y de los obreros cristianos
porque han sido alborotadores pesados.
[Seite 181] B. LA PEDAGOGÍA DE LA DEMOSTRACIÓN Después de que
Elías hubo respondido la pregunta de Dios por primera vez, Dios le ordenó a
Elías: “Sal y ponte de pie en el monte delante de Jehová ” (v. 11). Dios le iba a dar
a Elías una demostración única. Pero antes de hacerlo, primero le ordenó a Elías
que se parara delante de Él en el monte. Como notamos en un capítulo
anterior, el término “estar delante del Señor” significaba estar al servicio de
Dios. Aquí, el hecho de que se le tuvo que decir a Elías que se presentara ante
el Señor indica que la conducta reciente de Elías lo había sacado del servicio
de Dios. Ya no estaba de pie delante del Señor en servicio. Así que Dios le
ordena volver a esa posición con la orden.
Después del mandato, Dios le dio a Elías una demostración cuádruple.
Primero, “un viento grande y fuerte rasgó los montes, y desmenuzó las rocas” (v.
11). Segundo, un “terremoto” sacudió el área (Ibíd.). Tercero, un “fuego” (v. 12),
que según el significado de la palabra hebrea puede incluir un relámpago, barrió
el monte. Y cuarto, se escuchó una “vocecita apacible” (Ibíd.), que fue un gran
contraste con los primeros tres eventos de la manifestación. Las Escrituras
dicen que “el Señor no estaba en” el viento, el terremoto o el fuego (vv. 11,
12). Pero la “vocecita apacible” era una historia diferente. El “silbo apacible y
delicado” conmovió tanto a Elías que “envolvió su rostro en su manto” (v. 13).
Dios le estaba hablando.
Esta demostración tenía la intención de enseñarle a Elías varias
lecciones importantes que ayudarían a contrarrestar su pensamiento
pesimista que había paralizado su servicio a Dios durante unas seis
semanas. La pedagogía de la demostración era doble. Primero, enseñó que
el hecho de que algo sea grande y espectacular no garantiza que Dios esté en
ello. En segundo lugar, enseñó que el hecho de que algo sea pequeño y silencioso
no descarta que Dios esté en él.
1. La grandeza no garantiza la presencia de Dios El
hecho de que Dios no estuviera en el viento, el terremoto y el fuego sería
una gran sorpresa para Elías. Elías había presenciado una gran [Seite 182]
sequía en la tierra, y Dios estaba en eso. Y había sido testigo del evento
dramático del fuego que descendió del cielo en el Monte Carmelo, y
Dios definitivamente estaba en eso. Pero aquí en Horeb, Dios no estaba en la
gran demostración de poder. Fue una experiencia nueva e inesperada para él.
Pero Elijah no es el único sorprendido. Nosotros, que vivimos en el siglo
XX donde prácticamente se adora lo dramático y sensacional, nos sorprenderemos
aún más de que Dios no estuviera en el viento, el terremoto y el fuego.
Tendemos a medir todo por la velocidad del viento o por la escala de Richter o
por lo espectacular que es. Si un predicador es rimbombante, golpea el
púlpito, cuenta historias conmovedoras o hace reír a la multitud con su humor,
creemos que realmente es algo, aunque de hecho puede estar diciendo
muy poco desde un punto de vista espiritual. Si una iglesia tiene una asistencia
muy grande, ofrendas semanales de miles, muchos edificios espaciosos
y de apariencia costosa, y un programa de televisión en red, concluimos que
realmente debe ser una gran obra de Dios, aunque pueda ser doctrinalmente
inestable y carente de una alta moralidad. estándares Si un evangelista
puede jactarse de llenar estadios y coliseos, y si viaja al extranjero y tiene gran
multitudes allí, no nos atrevemos a sugerir, al oír alguna charla, que Dios no está en la
obra, aunque su mensaje se desvía con frecuencia de la Biblia. Así que esta lección
sobre Horeb no solo la necesita Elías, sino también todos nosotros. La grandeza no
garantiza la presencia de Dios. No es el criterio por el cual debemos juzgar una obra en
cuanto a si es de Dios o no.
Por supuesto, esta falta de énfasis en lo grande y dramático no significa que todos
las obras grandes no son válidas. El Monte Carmelo ciertamente fue una obra de Dios,
y algunas iglesias y movimientos grandes también son grandes obras de Dios. Pero la
manera de medir la obra no es por el viento, terremoto y fuego sino por la Palabra de Dios.
El hecho de que Dios no estaba en el viento, el terremoto y el fuego dice que Dios
no está principalmente en el negocio de hacer girar las cabezas sino en mover los
corazones. Oh, cuánto necesitamos que se enfatice más esta verdad en nuestras iglesias.
Muchos programas de la iglesia están diseñados para llamar la atención en lugar de
mover los corazones. Los domingos especiales cuestan diez centavos la [Seite 183]
docena. Celebridades, tales como atletas famosos, políticos, expertos en kárate, héroes
de guerra y similares, son traídos para atraer a la gente con lo inusual y lo espectacular. Y
algunos pastores, desde los títulos de sus mensajes hasta los anuncios, enfatizan
continuamente lo sensacional. Todo tiene que ser fantástico, superduper, sobresaliente
y tremendo. Muchos evangelistas de renombre no son diferentes; porque sus mensajes,
libros, programas de radio y televisión son un énfasis constante en el viento, el terremoto
y el fuego. Es un ministerio que llama la atención, y Dios no está en él.
Uno de los grandes peligros de tener un programa continuo de viento, terremoto y
fuego es que hace que las personas se vuelvan carnales con todo el énfasis en lo que
excita la carne. Por lo tanto, la gente se desinteresa de lo espiritual, y llegarán al punto en
que no vendrán a la iglesia a menos que tengas un espectáculo para ellos. No están
interesados en la predicación y enseñanza regular de la Palabra de Dios, pero son
adictos al programa de atracción “especial”. Muchos pastores que han seguido
a un pastor con énfasis en vientos, terremotos e incendios han descubierto bastante
rápido cuán adicta es la iglesia a ese tipo de ministerio. Hacer que la iglesia vuelva a
tener un ministerio más sólido es muy difícil, si no imposible. De hecho, el pobre pastor
que trata de llevar a una iglesia de un programa de sensacionalismo a un programa más
espiritual a menudo será expulsado en poco tiempo por la congregación de la
iglesia.
2. La pequeñez no excluye la presencia de Dios
Despreciamos lo pequeño, lo común y corriente. Cuando planificamos los
programas de la iglesia, simplemente no podemos creer en un programa sin el inusual,
extraordinario, grande e impresionante podría hacer mucho en absoluto. Pero tal
conclusión es muy, muy errónea. Elías aprendió ese hecho en Horeb. Aprendió que otras
cosas además de un espectáculo en el Monte Carmelo conmoverían almas.
Y lo aprendió por su propia reacción personal a la demostración. El viento, el terremoto y el fuego
no lo movieron. Pero cuando se escuchó la “voz apacible y delicada”, envolvió su rostro en su
manto; porque Elías se conmovió hasta lo más profundo de su corazón. Dios no le habló [Seite 184]
en el viento, el terremoto y el fuego; pero sí le habló con “un silbo apacible y delicado”.
Esta verdad realmente debería animarnos. Dice que no tenemos que “sorprender” a la gente
con algún programa especial e inusual para hacer bien la obra de Dios. Es posible que no tengamos
una gran multitud, un gran coro, músicos súper talentosos, ciudadanos importantes de la comunidad
que salpican la membresía de nuestra iglesia, o una gran cantidad de reuniones y ocasiones
especiales; pero aún podemos tener una obra en la que Dios está. Todavía podemos tener
servicios en los que el Espíritu Santo obrará poderosamente, y un servicio que moverá los
corazones al Señor. No debemos sentirnos impotentes y abatidos si nos falta lo grande e
impresionante y si lo grande e impresionante no ha conmovido a algunas personas. Este era el
problema de Elías. El Monte Carmelo no conmovió a todos, por lo que la conclusión es que si un
espectáculo en el Monte Carmelo no los conmueve, entonces no hay esperanza. Pero eso no
es así.
Tanto nosotros como Elías debemos aprender que Dios también obra a través del método de
la “voz apacible y delicada”.
Y Dios no sólo obra a través del método de la “vocecita apacible”, sino
es también Su método usual por el cual Él trabaja. Es lo común, lo ordinario, no lo inusual y
dramático que es la forma habitual de Dios de hacer las cosas. Israel tuvo una sola experiencia en
el Monte Carmelo. Cristo tuvo una sola experiencia en el Monte de la Transfiguración. Además,
Cristo no pasó la mayor parte de Su tiempo obrando milagros que asombraban a los espectadores.
Más bien, pasó la mayor parte de su tiempo en un ministerio menos espectacular de enseñanza y
predicación. Así que no desprecies el ministerio de la “voz apacible y delicada”. Los que lo
desprecian están llenos de mucha incredulidad, porque era este tipo de persona la que seguía
pidiéndole a Cristo señales adicionales.
La experiencia también nos enseñará que es lo común y lo ordinario lo que comprende la
mayor parte de la vida y lo que es más valioso para nosotros. A modo de ejemplo, un periódico no
se compone únicamente de titulares, sino principalmente de letra pequeña. Los titulares a menudo
se encuentran en la categoría sensacionalista y llaman la atención (por lo que la gente comprará el
periódico en el quiosco). Pero si quieres aprender algo, es mejor que pases la mayor parte de tu
tiempo leyendo.
la letra pequeña. Es la letra pequeña la que da verdadero [Seite 185] valor al periódico.
El mismo principio se ve al contrastar la espectacular exhibición de fuegos artificiales con el
fuego en el horno de su hogar. Los fuegos artificiales llaman la atención y atraen muchos
"ohs" y "ahs" de una multitud fascinada. Pero su valor no es nada comparado con el
fuego pequeño, discreto y silencioso en el horno de una casa o edificio. Así que no
desprecies lo común, lo pequeño y lo ordinario. Lo necesitas más que todo lo que es
grande e impresionante junto.
Agregaríamos aquí una palabra de precaución con respecto al énfasis en la "voz
suave y apacible". Algunos usarán este énfasis para deplorar el fuerte y ferviente clamor
contra el pecado; y exhortarán a todos los ministros a usar una voz tranquila y suave al
predicar. El enfoque de la “voz suave y apacible” no sanciona ninguno de esos
pensamientos. La Palabra nos instruye claramente a clamar vigorosamente contra el pecado.
Aunque Dios hace la mayor parte de Su obra a través del método de la “voz apacible
y delicada”, no debemos cometer el error de pensar que Él lo hace todo de esa manera.
C. LAS PREDICCIONES DEL FUTURO
Después de que terminaron la demostración y la pregunta, Dios le dijo a Elías: “Ve,
vuelve por tu camino” (v. 15). Este fue el mandato de Dios a Elías para que volviera a
ponerse el arnés y comenzara a servir al Señor nuevamente. Y para guiar y
alentar el servicio de Elías, Dios le dio a Elías cinco predicciones muy significativas, cinco
revelaciones importantes sobre el futuro.
Algunos, sin embargo, no creen que Elijah haya sido reincorporado al puesto que
ocupaba antes de su fracaso. Después de todo, argumentan, su ministerio después de
su fracaso no fue tan prominente y dramático como antes. Pero esa gente ignora
muchos hechos.
Primero, ignoran las manifestaciones por Elías. Las lecciones de la demostración
en el monte Horeb decían que lo ordinario también era obra de Dios, y que lo dramático no
era necesario para que Dios estuviera en la obra. Segundo, ignoran las predicciones
para Elías. Dios le dio a Elías estas cinco grandes predicciones (que estamos
a punto de estudiar). Ningún profeta degradado recibe una revelación tan significativa
de Dios. Tercero, ignoran el ministerio de Elías. [Seite 186] Dios le dio a Elías un gran
ministerio después de Horeb. Si bien estaba mayormente en la categoría de “voz suave
y apacible”, aún incluía algunas escenas muy dramáticas. Incluía una confrontación con
Acab en la viña de Nabot, el llamado del fuego del cielo para consumir varias
compañías de soldados, y la unción (o dirigiendo de ella) de dos reyes
y uno de los más grandes profetas en la historia de Israel, ninguno de los
cuales es obra de un profeta degradado. Cuarto, ignoran la salida de Elijah.
Dios proveyó una gran y gloriosa salida del mundo para Elías. ¡Este no es el
tipo de salida que experimenta un profeta degradado!
Es cierto que algunos son descalificados y separados de su cargo porque
de sus fracasos. Pero se encontrará que esos fracasos son extremadamente
serios, como un fracaso moral. El problema de Elías era el desánimo. Y Dios
no está en el negocio de echar del empleo a aquellos que tienen un ataque de
desánimo de vez en cuando. Si lo hiciera, ¡no quedaría nadie para servirle! Sin
embargo, el desliz de Elijah no está justificado. Duele, y no es justificación para
nuestros lapsus. Y si no se hubiera sometido al llamado de Dios para volver
al deber, podría haber sido archivado. Pero respondió al llamado de Dios,
fue reincorporado a su puesto y sirvió a Dios extremadamente bien el resto de
su vida.
Las cinco predicciones dadas a Elías, para ayudarlo a volver al servicio,
culminaron la gran experiencia de Elías en el Monte Horeb. Estas revelaciones
de Dios se refieren al potentado de Siria, al príncipe de Israel, al profeta de
Dios, al castigo del mal y al pueblo de fe.
1. El potentado de Siria La
primera predicción reveló quién sería el rey de Siria en unos veinte años.
años. Elías recibió instrucciones de “volver por tu camino al desierto de
Damasco; y cuando vengas, unge a Hazael por rey sobre Siria” (v.
15). Las Escrituras no registran a Elías ungiendo a Hazael, sino que Eliseo
cumplió esta tarea en su lugar (que a veces era el caso de los profetas).
Aprendemos esto del registro de una conversación entre Hazael y Eliseo, el
sucesor de Elías, en la que Eliseo dice: “El Señor [Seite 187] me ha mostrado
que tú serás rey sobre Siria” (2 Reyes 8:13). Esa revelación sin duda vino
de Elías.
Hazael fue una de las principales varas de castigo de Dios para castigar a
Israel por su maldad que venía de seguir al Baalismo. El castigo fue severo,
porque Hazael era un carnicero brutal. Pero aunque severo, era apropiado
para las viles acciones de Israel que fueron inspiradas por el baalismo.
Eliseo detalló el carácter brutal y sangriento de Hazael cuando le dijo: “Yo sé
el mal que harás a los hijos de Israel: prenderás fuego a sus fortalezas, y
matarás a espada a sus jóvenes; y estrellarán [un espantoso y violento
aplastamiento de cuerpos y cabezas contra piedras u otras superficies
duras] a sus hijos, y destrozarán a sus mujeres encintas” (2 Reyes
8:12). Hazael trajo a Israel guerras “más desoladoras que cualquiera de las
anteriores” (Edersheim). Pero todo sirvió como la vara de la justicia divina.
2. El Príncipe de Israel
La segunda predicción se refería a Jehú (él fue quien condujo “furiosamente” [2
Reyes 9:20]) y reveló que un día sería rey de Israel. Dios le dijo a Elías: “Y a Jehú
hijo de Nimsi ungirás para que sea rey sobre Israel” (v. 16). Así como la predicción de
Hazael para ser rey de Siria prometía castigo para la nación de Israel por sus pecados,
así la predicción de Jehú para ser rey de Israel prometía destrucción para la casa de
Acab por su maldad. Cuando Jehú fue ungido (al igual que Hazael, tampoco fue ungido
directamente por Elías; en su caso, fue ungido por uno de los hijos de los
profetas bajo la dirección del sucesor de Elías, Eliseo), el mensaje para él fue: herirá
la casa de Acab tu señor, para que yo vengue la sangre de mis siervos los profetas, y
la sangre de todos los siervos del Señor , de mano de Jezabel” (2 Reyes 9:7).
Como veremos más adelante, Elías le predijo a Acab en la viña de Nabot algunos
de los detalles de esta destrucción sangrienta y humillante de la casa de Acab (1 Reyes
21:21–24).
¡Jehú ciertamente cumplió con su llamado! Primero mató al rey Joram, hijo de Acab.
hijo, disparando una flecha a través del corazón de Joram [Seite 188] cuando
Joram trató de huir en su carro de Jehú (2 Reyes 9:24). Luego ordenó que
arrojaran a Jezabel desde una ventana superior del palacio y la "pisotearon" (2 Reyes
9:33) con su carro y caballos, un final apropiado para el asesino de los profetas. Después
de esto, hizo que los líderes de la ciudad de Samaria decapitaran a los setenta hijos de
Acab que estaban en Samaria, e hizo que las cabezas fueran puestas en dos montones
(2 Reyes 10:1–8). Luego la Escritura dice: “Jehú mató a todos los que quedaban de la
casa de Acab en Jezreel, ya todos sus grandes, a sus parientes y a sus sacerdotes,
hasta que no le quedó ninguno” (2 Reyes 10:11).
La familia de Acab fue destruida como se predijo. La justicia fue vindicada.
3. El profeta de Dios
La tercera predicción le reveló a Elías que su sucesor sería Eliseo. Dios dijo:
“Ungirás a Eliseo hijo de Safat de Abelmeholah para que sea profeta en tu lugar” (v.
16). Esto no significaba que Eliseo iba a tomar el lugar de Elías en ese momento
porque Elías estaba siendo enviado a la banca por Dios, pero significaba que Eliseo se
convertiría en el sucesor de Elías cuando Elías dejara la tierra.
Es significativo que lo primero que hizo Elías cuando regresó a la tierra
fue buscar a Eliseo y extenderle el llamado de Dios (1 Reyes 19:19–21).
Joseph Parker dijo: “La unción de estos reyes [Hazael y Jehú] fue una circunstancia
comparativamente insignificante, el gran punto de la comisión [de Elías] lo
encontramos en la conclusión del versículo dieciséis [que es ungir a Eliseo]”. Los
gobernantes tienen su lugar, pero lo que la tierra necesita más que reyes, presidentes
y políticos, ¡son los profetas de Dios! Así que lo primero que hizo Elías cuando
salió de Horeb fue dirigirse a Abelmeholá para ungir a Eliseo (para un estudio
sobre la vida de Eliseo, véase el libro del autor sobre Eliseo).
4. El Castigo del Mal La cuarta
predicción amplió las primeras tres predicciones, Decía: “Y acontecerá que el
que escapare de la espada de Hazael, Jehú lo matará; y al que escapare de la
[Seite 189] espada de Jehú, Eliseo lo matará” (v. 17). El mensaje de esta predicción
enfatiza la verdad de que Dios ciertamente castiga el mal. Esto tuvo que ser un gran
estímulo para Elías, no porque tuviera sed de sangre, sino porque reivindicaba la
santidad de Dios, algo que él defendía con fervor.
Una de las grandes pruebas de los fieles seguidores de Dios es ver
que la maldad continúa sin un castigo aparente mientras que los justos, a menudo
víctimas del mal de la maldad, parecen sufrir cada vez más. Pero los molinos de la
justicia de Dios, aunque a menudo parecen moler muy lentamente, muelen
implacablemente. También muelen extremadamente fino, lo que significa que
eventualmente pulverizarán a los malvados. La obra de Hazael, Jehú y Eliseo fue
de unos veinte años más o menos desde el momento en que Elías estaba en Horeb.
Pero se acercaba el tiempo en que la casa de Acab y la tierra de Israel pagarían
muy cara su maldad. Entonces los justos, como Elías, serían grandemente vindicados.
Acab y gran parte de Israel habían ignorado el castigo de la devastadora sequía. Por
lo tanto, experimentarán un juicio aún peor.
Considerando la terrible inundación del mal en nuestro país, esta predicción no
tampoco nos alientan a ver un futuro brillante para nuestra tierra. Con toda la
promoción y legalización del aborto, la homosexualidad, los juegos de azar, el
alcohol y otros males, y el cada vez mayor sentimiento contra Dios en nuestra tierra,
diríamos como dijo Krummacher: “Quién sabe qué… [nosotros] todavía tenemos
que experimentar ?” Viene el juicio; podemos estar seguros de eso.
Esta cuarta predicción plantea con frecuencia una pregunta sobre Eliseo. Nosotros
lea claramente de Hazael y Jehú matando a espada, pero ¿cómo puede decirse
que Eliseo también mató a espada? La respuesta es que la espada de Eliseo fueron
sus palabras. “Fue por el aliento de sus labios que mató a los impíos” (J.
Hammond). Escrituras tales como “Con las palabras de mi boca los he
matado” (Oseas 6:5) y “El Señor destruirá con el espíritu [aliento] de su boca” (2
Tesalonicenses 2:8) transmite bien esta idea. Un ejemplo de esto en la vida de Eliseo
se encuentra en su ministerio temprano cuando una pandilla de alborotadores
adolescentes salió de la ciudad de Betel [Seite 190] para burlarse de él. La Biblia
dice que Eliseo “se volvió y los miró, y los maldijo [condenó] en el nombre del
Señor. Y salieron dos que sacaron la leña, y cizallaron cuarenta y dos hijos de
ellos” (2 Reyes 2:24).
5. La gente de fe
La quinta predicción reveló que no todos eran seguidores de Baal. Dios dijo: “Me
he dejado en Israel siete mil, todas las rodillas que no se doblaron ante Baal, y toda
boca que no lo besó” (v. 18).
Hay una pregunta acerca de esta declaración de los siete mil en cuanto a
si es una predicción del futuro o una revelación del presente. La KJV hace de la
declaración una revelación del presente. Pero el hebreo, según la mayoría de
los eruditos, favorece el tiempo futuro. Y la mayoría de las traducciones, que se
remontan hasta la Septuaginta, también la convierten en una predicción del futuro.
El contexto también favorece una predicción del futuro, porque todo lo demás que
Dios le dijo a Elías aquí se refería al futuro. Sin embargo, si los siete mil eran una
condición presente, tenemos que decir, como dijo FB Meyer: “A menudo ha sido un
tema de asombro para mí cómo estos siete mil discípulos secretos pudieron
mantenerse tan cerca como para ser desconocidos por su gran Es de temer, por
líder…
lo tanto, que la piedad de estos ocultos fuera muy vaga e incolora, necesitando
el ojo de la omnisciencia para detectarla.”
Ya sea que la declaración sea una predicción del futuro o una revelación del
presente, sería un gran estímulo para Elías. Elías se había quejado de ser el único
profeta, y la implicación era que también sentía que él era el único de todo Israel
que defendía firmemente a Jehová. Puede ser muy desalentador ser el único que
defiende la verdad. Pero Dios le reveló a Elías que no solo había un Eliseo
que se mantendría fiel, sino que también había siete mil que se mantendrían fieles.
Esta fue una buena noticia no solo para Elías sino también para nosotros. Dios
siempre tiene su remanente.
Incluso en el peor de los días siempre habrá alguien que sea fiel. Rara vez es
una gran multitud, por lo que eran siete mil en comparación con los muchos
[Seite 191] millones en Israel. Sin embargo, es la multitud de Dios.
Estas cinco grandes predicciones dadas a Elías en el monte Horeb, junto con
la gran demostración que presenció allí, ciertamente hicieron mucho para que Elías
volver al servicio. Por lo tanto, Elías dejó el monte Horeb, ese oasis espiritual en
el desierto, en mucho mejor estado que cuando llegó por primera vez. Se le levantó
el ánimo, se le aclaró la visión y se renovó su comisión. Dios le había hablado
y él había escuchado. Y cuando escuchamos la Palabra de Dios, nosotros también
seremos animados, edificados y capacitados para servir bien al Señor.
[Seite 192] X
Los malvados 1
Reyes 21
Después de que Elías regresara a la tierra de su estancia en el desierto, pasó
algún tiempo antes de que volviera a ser el centro de atención. Pasaron al
menos dos, tal vez tres o más años. Deducimos esto de varias situaciones
en las Escrituras. Primero, en nuestro capítulo, una viña está prosperando en
Jezreel, lo que significa que se han superado los efectos de la sequía de tres
años y medio. Esto tardaría al menos uno o dos años en ocurrir. Segundo,
después del regreso de Elías a la tierra, Israel tuvo varias guerras con Siria
que ocurrieron antes de los eventos de este capítulo. Estas guerras duraron
por un período de al menos dos años diferentes (1 Reyes 20).
Lo que trae de nuevo a escena a Elías fue la conducta criminal de Acab, el rey
más malvado que Israel había experimentado hasta ese momento, y de Jezabel,
su esposa extremadamente malvada. Acab y Jezabel habían cometido un
acto cobarde contra un ciudadano piadoso de Israel. El mal aún emana en
abundancia del trono de Israel, y Elías es enviado por el Señor para
confrontar al malvado Acab con respecto a este crimen.
En este estudio de Elías y los malvados, consideraremos la proposición
de Acab, el complot de Jezabel y la proclamación de Elías.
A. LA PROPUESTA DE ACAB Un poco
de tranquilidad ha llegado a la tierra de Israel. Ha habido una pausa en los
conflictos con Siria, y la tierra se ha recuperado de la severa sequía de tres
años y medio. El rey Acab ahora tiene algo de tiempo para sentarse en su palacio
en Jezreel y [Seite 193] pensar en cosas como la decoración y los alrededores
del palacio y cómo podrían mejorarse. El palacio de Jezreel no era el hogar
principal de la pareja real. Eso fue en Samaria, la capital del Reino del Norte. La
vivienda de Jezreel correspondería a un Camp David o un lugar similar en el que
tienen que residir nuestros presidentes además de la Casa Blanca. Tales
residencias están generalmente ubicadas en lugares de natural
belleza y son a menudo las moradas favoritas de los jefes de gobierno.
Las Escrituras a menudo registran que Acab y Jezabel estaban en Jezreel.
La comodidad y la belleza del lugar sin duda los alentaría a vivir allí tanto como
pudieran. Y Acab estaba interesado en mejorar los terrenos y el paisaje.
Especialmente quería un viñedo que estaba justo al lado de los terrenos del palacio.
Esta viña pertenecía a un hombre llamado Nabot. Nabot obviamente había cuidado
bien su viña y esto llamaría la atención de su vecino real, Acab.
Un día Acab fue a Nabot y le hizo una oferta para comprar la viña.
Queremos ver la oferta y notar que era una oferta razonable pero también una oferta
rechazada.
1. Una oferta razonable
“Y Acab habló a Nabot, diciendo: Dame tu viña, para que pueda
tenlo por huerta, porque está cerca de mi casa; y te daré por ella una viña mejor
que ella; o, si te pareciere bien, te daré su valor en dinero” (v. 2). En la superficie,
esta oferta parece justa y justa. Y también fue muy generoso; porque le ofreció a
Nabot una viña “mejor” a cambio si no quería tomar dinero por ella. Los términos
eran ciertamente razonables. De hecho, nos sorprende que el malvado Acab
ofrezca un trato tan equitativo. Pero cuando Jezabel no estaba influenciándolo, parece
que Acab podía actuar bastante decentemente a veces.
Uno puede entender fácilmente por qué a Acab le gustaría comprar la propiedad
de Nabot. Sería una hermosa adición a los terrenos del palacio. Los reyes suelen
hacer que sus palacios y los terrenos de sus palacios sean atractivos y deseables no
solo por razones prácticas [Seite 194] sino también para impresionar a los demás.
La viña de Nabot ofrecería ambas ventajas. Por lo tanto, Acab hizo su oferta, una
oferta que indicaba que Acab vio el gran valor de la tierra y estaba muy interesado en
comprarla.
2. Una oferta rechazada
La respuesta de Nabot a la oferta de Acab no es lo que la mayoría de la gente esperaría.
El mundano aceptaría la oferta del rey y se consideraría un privilegiado por ser
cortejado tan favorablemente por la realeza. Pero no así Nabot, porque “Nabot
dijo a Acab: Guárdeme Jehová de darte la heredad de mis padres” (v. 3).
Rechazó rotundamente la oferta de Acab.
Y lo hizo con una firmeza que impidió que Acab siguiera negociando.
Queremos considerar tres cosas acerca de este rechazo de la oferta de Acab.
Consideraremos la causa del rechazo, los vencedores en el rechazo y los abatidos por
el rechazo.
La causa del rechazo. Nabot no vendería su viña, porque Dios
La palabra lo prohibía. “ Jehová me guarde”, (v. 3) dijo. La ley de Dios dada a Moisés
siglos antes decía: “Así no se cambiará la heredad de los hijos de Israel de tribu en
tribu; porque cada uno de los hijos de Israel se guardará en la heredad de la tribu de
sus padres” (Números 36:7).
Si Nabot debía obedecer a Dios, no podría vender su viña a Acab. Y Nabot decidió
obedecer a Dios.
Nabot era uno de esos siete mil de los que Dios habló a Elías en el monte Horeb.
Pudo haber vivido en medio de la idolatría pagana y tener tierras que bordeaban los
terrenos del palacio del malvado gobernante de la nación, ¡pero no se había inclinado
ante Baal! Fue la Palabra de Jehová la que guió su conducta, no la palabra de Baal
o de sus seguidores.
Vemos muy pocas personas tan fieles a la Palabra como lo fue Nabot. Algunos
parecen bastante leales en la iglesia el domingo, pero cuando llega el lunes, es un
negocio como lo hace el mundo, no como lo decreta la Palabra. La gente se inclina
ante Dios el domingo, pero le gusta tratar con Acab el resto de la semana. Es
un doble rasero que [Seite 195] se practica casi universalmente. Nabot, sin embargo,
nos da un gran ejemplo de dejar que la Palabra sea nuestra guía en cada asunto de
nuestra vida, de dejar que sea la base de todo nuestro comportamiento.
La conquista en el rechazo. La propuesta de Acab a Nabot fue muy tentadora.
Al rechazarlo, Nabot venció una fuerte tentación. Esta oferta y su rechazo nos dan
algunas buenas lecciones sobre la tentación. Notaremos aquí la dignidad, los
dividendos y la derrota de la tentación.
Primero, la dignidad de la tentación. ¡La oferta fue hecha por un rey! No todo
el mundo tiene un rey que llama a su puerta. Y cuando un rey llama a las puertas, se
necesita un verdadero carácter para mantener el equilibrio moral de uno durante tal
ocasión. La naturaleza humana tiene una tendencia a volverse vertiginosa y sin reservas
cuando se ve favorecida por la atención real. Pero cuando la tentación viene en forma
de vagabundo, tiene poco poder, si es que tiene alguno, para persuadir, seducir o
quebrar nuestras reservas. Sin embargo, venir con las vestiduras de la
realeza da autoridad, oficialidad y aceptación a la tentación. Esto lo hace muy
atractivo, respetable y difícil de rechazar, justo lo que el diablo quiere que sea. Por lo
tanto, al diablo le gusta poner la tentación en ropas dignas. Por lo tanto, los anuncios
de televisión, revistas y periódicos, por ejemplo, suelen presentar personajes famosos.
y gente importante en costosos atuendos defendiendo alguna actividad pecaminosa,
alguna práctica profana.
Segundo, los dividendos de la tentación. Como señalamos anteriormente, la oferta de
Acab fue muy generosa en la medida en que si Nabot quería otra viña para la que tenía en el
palacio de Acab, Acab le daría a Nabot una viña mejor. Que tentadora oferta. Esta
fue la ganancia. Esto fue ganancia. Esto fue una mejora. Pero tenga cuidado, porque era
ganancia y ganancia solo en lo material, no en lo espiritual. El pecado no puede dar ganancia
espiritual. Puede dar ganancias materiales en abundancia, pero solo agota espiritualmente.
Por lo tanto, si vamos a evitar graves errores, debemos anteponer nuestro bienestar espiritual
a las ganancias materiales.
Tercero, la derrota de la tentación. Nabot ganó la victoria porque sabía
la Palabra y obedecieron la Palabra. Toda tentación [Seite 196] se puede vencer
conociendo la Palabra y obedeciendo la Palabra. Fuera la idea de que las tentaciones son
demasiado fuertes, demasiado poco prácticas o demasiado impopulares para oponerse; y, por
lo tanto, uno tiene que ceder. Con la Palabra de Dios, toda tentación puede ser vencida.
Cristo demostró esa verdad en Su batalla con el diablo registrada en los Evangelios. Él,
como Nabot, conocía la Palabra y la obedecía. Sin embargo, si ignoramos la Palabra o la
desobedecemos, pronto seremos vencidos por la tentación. No habrá triunfo sobre la
tentación.
Los cabizbajos por el rechazo. Acab no reaccionó bien al rechazo de Nabot. Estaba
despreciablemente cabizbajo. “Acab entró en su casa apesadumbrado [huraño] y disgustado
por la palabra que Nabot de Jezreelita le había dicho… Y se acostó en su cama, y volvió el
rostro, y no comió pan” (v. 4) . Qué patético fue el comportamiento de Acab. Manifestó
inmadurez, reveló que sus afectos estaban en el lugar equivocado y lo preparó para
hacer un mal mayor.
Primero, su respuesta fue inmadura. Edersheim dijo de la respuesta de Ahab: “Es
era una petulancia absoluta e infantil.” No había hombría en esos pucheros, en negarse a
comer, en volver la cara hacia la pared y en no comunicarse con quienes lo rodeaban. Este
es el comportamiento de un niño pequeño que no intenta controlar sus acciones o pasiones.
Acab, como muchos políticos, quería gobernar una nación; pero ni siquiera podía
gobernarse a sí mismo.
En segundo lugar, su respuesta fue reveladora. La respuesta reveló que Acab
tenía sus afectos en el lugar equivocado. Aquí hay un hombre que tenía varios
palacios, la posición de un rey, riqueza, prestigio y poder; y sin embargo estaba
haciendo pucheros porque no podía comprar una viña. Cuando uno tiene sus afectos tan
fuera de perspectiva con verdadero valor, actuará muy mal aunque sea favorecido con muchas
ventajas en la vida. Matthew Henry dijo: “Los deseos excesivos exponen a los hombres a
continuas vejaciones”. Y Henry señaló el gran contraste entre Acab y el apóstol Pablo.
Pablo tenía contentamiento en la cárcel, pero Acab no tenía contentamiento en un palacio.
Es bueno que prestemos atención, entonces, a la amonestación de Pablo [Seite 197] que
dice: “Poned la mira en las cosas de arriba, y no en las de la tierra” (Colosenses 3:2). El
contentamiento y muchas otras cosas valiosas dependen de dónde estén ubicados nuestros
afectos.
En tercer lugar, la respuesta fue preparatoria. Acab estaba preparando su corazón para
mayor mal por la forma en que respondió al rechazo de la oferta de Nabot.
El puchero de Acab nos dice, sin embargo, que Acab no inició el complot contra Nabot. Esa
fue idea de Jezabel. Pero su puchero condicionó su corazón para ser más susceptible a
seguir los malos caminos de Jezabel. Estar “pesado [huraño] y disgustado” acerca de los
caminos de Dios siempre condiciona el corazón para ser una presa fácil del tentador para
hacer un mal mayor. Los agricultores acondicionan el suelo antes de plantar la semilla.
Satanás hace lo mismo. Él nos anima a guardar nuestros rencores y persistir en nuestro mal
humor. Él sabe que cuanto más permanezcamos en tal estado mental, más condicionado
estará el corazón para escucharlo a él y sus malas proposiciones.
B. LA COMPLOT DE JEZABEL
Acab se volvió hacia la pared y hacer pucheros es una escena bastante mala, pero se
vuelve mucho peor cuando Jezabel entra en escena. Cuando vio a Ahab con su puchero
infantil, preguntó cuál era el problema. “Se le acercó su mujer Jezabel, y le dijo: ¿Por
qué está tan triste tu espíritu, que no comes pan?” (v. 5). En respuesta a su pregunta, Acab,
como un niño mimado, relató su problema con respecto a la negativa de Nabot a
vender su viña. Jezabel debería haberle dado una reprimenda a Acab y decirle que se
comportara mejor, especialmente frente a los sirvientes reales que deben haber tenido
mucho desdén secreto por un comportamiento tan repugnante. Pero en lugar de tratar de
ayudar a Acab, Jezabel complace sus modales malhumorados y se dispone a
conseguir cualquier juguete que Acab
quiere.
Para obtener la viña para Acab, Jezabel ideó una extensa parcela. Ella
ordenó un juicio falso que acusaría y condenaría a Nabot de blasfemar a Dios y al
rey. Luego, Nabot debía ser apedreado, lo que allanaría el camino para que Acab tomara la
viña (vv. 8–10).
[Seite 198] Consideraremos el desprecio en la trama, la astucia de
la trama, el cumplimiento de la trama y la crueldad de la trama.
1. El desprecio en la trama El
desprecio de Jezabel fue doble. Despreciaba la piedad y la
gobierno. No le importaban las reglas de justicia ni las responsabilidades de la
realeza.
Desprecio por la piedad. La negativa de Nabot a vender su viña fue un acto
de piedad. Como señalamos anteriormente, su razón para negarse a desprenderse
de su propiedad se basó en la ley de Dios. Pero Satanás y sus obreros, como Jezabel,
desprecian esa acción y ese carácter nobles. “El recto en el camino es abominación para
los impíos” (Proverbios 29:27). Y así todos los Nabot serán el blanco del mal.
Confundimos mucho las cosas si pensamos que vivir rectamente es la clave
para la aceptación y los honores en este mundo. Justo lo contrario es generalmente
la situación. Nabot no habría sufrido un trato tan cruel por parte del mundo si no hubiera
sido tan piadoso. Pero su piadoso aceleró su fin. Esta es una verdad que se enseña
repetidamente a lo largo de las Escrituras. Y explica muchas desigualdades en la
vida, desde el despido de pastores hasta la oposición de la ACLU a la Biblia y la oración
en nuestras escuelas públicas.
Desprecio por el gobierno. Jezabel vio la posición de gobierno sólo para
beneficio personal. Miró con desdén la idea de que la autoridad del gobierno se
otorgaba principalmente para ayudar a beneficiar a la nación. Entonces ella le dijo a
Acab: “¿Gobiernas tú ahora en el reino de Israel? Levántate, come pan y regocíjate el
corazón. te daré la viña de Nabot de Jezreelita” (v. 7). Ella lo exhorta a usar su poder (en
este caso, delegarlo en ella para llevar a cabo su complot) para conseguir lo que
quiere. ¡Qué mal uso del poder del gobierno! En lugar de usarlo para ayudar a la
gente, se usó para lastimar a la gente.
Jezabel no está sola en esta actitud sobre el gobierno. Muchos [Seite 199]
son los gobernantes de todas las épocas cuyo uso del cargo revela su desprecio por
el verdadero gobierno. Las leyes que idean y aprueban son por motivos personales,
como vendettas contra sus enemigos y la obtención de ganancias personales.
Tal abuso del poder del gobierno es desprecio por el verdadero gobierno tal como Dios
lo ordenó.
2. La astucia de la trama
Jezabel era una hechicera malvada. Su complot, aunque terriblemente malvado,
se disfrazaría astutamente para que pareciera que estaba honrando tanto a Jehová
como a la justicia, tanto al Señor como a la ley, tanto a la religión del pueblo como a la ley.
reglas de la nación. Tal esquema ciertamente tenía un toque de genialidad, pero
eso solo empeoró aún más la astucia de la trama. Dios no nos da el genio para
el engaño, sino para el bien. Malditos los que usan su astucia criminalmente.
Jehová parecía ser honrado. Jezabel “escribió cartas en nombre de Acab, y
las selló con su sello, y envió las cartas a los ancianos ya los nobles que estaban
en su ciudad, morando con Nabot. Y ella escribió en las cartas, diciendo:
Proclamad ayuno... y poned dos hombres... delante de él [Nabot], para que
testifiquen contra él, diciendo: Tú blasfemaste contra Dios y contra el rey” (vv.
8–10). Jezabel estaba siguiendo una práctica, enseñada en la ley de Moisés,
que imponía a los padres de la ciudad una gran responsabilidad por las
fechorías graves dentro de la ciudad y sus alrededores. Edersheim dice:
“Cuando se había derramado sangre y no se sabía quién era el autor del crimen,
los ancianos del distrito tenían que absolverse de la culpa mediante un acto
solemne (Levítico 4:13, etc.; Deuteronomio 21:1–9). , y que, como aquí, cuando
se suponía que se había cometido un gran crimen, todos se humillarían en ayuno
antes de quitar al malhechor de entre ellos”.
Aunque Jezabel fue la gran abogada de Baal, en cierto modo da la impresión
de estar siguiendo a los fieles de la adoración a Jehová. Después del episodio
del Monte Carmelo y de que algunos se volvieran a Jehová, ella hizo un
poco de politiquería astuta para ganarse el favor y el apoyo de la gente. Ella
tendrá un [Seite 200] “ayuno” religioso para comenzar sus malvados designios.
Será una ocasión muy solemne que hará pensar a la gente que se ha cometido
algún acto terrible y que el maligno debe ser descubierto y debidamente
castigado. Ella quiere que la gente piense que los líderes de la tierra realmente
se oponen a la impiedad, y especialmente a la impiedad con respecto
a Jehová (el “Dios” supuestamente blasfemado aquí obviamente se refiere a
Jehová, no a Baal), cuando todo el tiempo están practicando y animándolo.
Así, Jezabel se esforzó por disfrazar su maldad bajo el manto de la religión, la
religión de Jehová. Pero ella no fue la primera y no será la última en usar la
religión como un manto para hacer el mal, porque usar la religión como un manto
del mal es una práctica común. Matthew Henry dijo: "No hay maldad tan vil, tan
horrible, pero la religión a veces se ha convertido en un manto y una tapadera".
No seamos, pues, tan crédulos como para pensar que el hecho de que algo sea
“eclesiástico” o tenga apariencia de religión es una obra digna de confianza y
apoyo. Muchos son los llamamientos por radio, TV y correo, a modo de ejemplo,
lo que da una apariencia de caridad religiosa aunque, de hecho, no son más que
operaciones de estafa astutas para tomar a las personas por todo lo que pueden obtener.
La justicia parecía ser honrada. Su complot requería un juicio público. Esto
ciertamente haría parecer que se estaba respetando la justicia. No iba a ser un
linchamiento privado, pero todo el pueblo podría observar el juicio y así aprobar la
condena. Además, Jezabel insistió en dos testigos (lo que también honraría a
Jehová, porque Él decretó los dos testigos como mínimo en Su ley [Deuteronomio
19:15]). Esto confirmaría la acusación y daría apariencia de integridad. Y la integridad
es absolutamente necesaria para que se produzca la justicia.
Sí, Jezabel fue muy inteligente en su plan. En nombre de la religión, ella
estaba siendo groseramente irreligioso; y en nombre de la justicia estaba
cometiendo una gran injusticia. Desafortunadamente, nuestros días han sido
testigos de la constante repetición de esta hipocresía. En nombre de la liberación,
el comunismo ha esclavizado a muchas naciones. En nombre del bienestar, el bienestar
de muchas personas se ha visto afectado por los programas de bienestar del
gobierno [Seite 201] . En nombre de la educación, hemos hecho muchos tontos. En
nombre de la equidad, la “doctrina de equidad” de la Comisión Federal de
Comunicaciones detuvo algunas transmisiones del Evangelio en los últimos años. Y así
sigue y sigue. El diablo viene muchas veces como ángel de luz, y en eso es sumamente
eficaz. Por lo tanto, seamos más diligentes en el aprendizaje de la Palabra para que
no seamos engañados por esta astuta técnica del mal.
3. El cumplimiento de la trama
Jezabel obtuvo pronta conformidad con su complot asesino. "Los hombres
de su ciudad [de Nabot], los ancianos y los nobles que moraban en su ciudad,
hicieron como Jezabel les había enviado, y como estaba escrito en las cartas que
ella les había enviado” (v. 11). ¡Qué hombres degradados tener como líderes de la
ciudad! Su disposición a hacer lo que dijo Jezabel demostró una gran
deficiencia de carácter en estos hombres.
Los gobiernos de todas las épocas están llenos de este tipo de personas. Se cuidan a
sí mismos y no se preocupan en absoluto por sus semejantes. Harán cualquier cosa para
obtener y mantener una posición prestigiosa. No tienen lealtades excepto para sí
mismos, como fue el caso aquí; porque la rápida conformidad de los ancianos y nobles
de Jezreel con los deseos asesinos de Jezabel no significaba que fueran leales a la
administración de Acab; pero solo que en ese momento, era mejor para sus intereses
egoístas estar de acuerdo con esta regla perversa. Porque unos años después,
cuando Jehú llegó al pueblo, dijo a los ancianos de esta ciudad que entregaran a los
setenta hijos de Acab; y obligaron y decapitaron a setenta de los hijos de Acab.
hijos (2 Reyes 10). Las personas malvadas no son personas leales sino que solo actúan por interés
propio.
No sólo los hombres impíos siguieron a Jezabel, sino que lo que molesta a muchos
es que parece que Dios también estuvo de acuerdo con Jezabel. Dios no detuvo su complot
asesino. Esto hace que algunos exclamen: “¿Dónde está Dios?”. Y, francamente, en la
superficie parece un grito válido. Aquí está Nabot, un hombre piadoso, que se opone a los tiempos
y fielmente representa a Dios; pero Dios permite que el mal tome su vida. De hecho, a veces
puede ser muy difícil de entender.
Krummacher, sin embargo, nos ayuda aquí cuando dice: “¿Por qué, [Seite 202] cuando el
Todopoderoso vio tramar el acto impío, no se interpuso para impedirlo? ¿Por qué no rescató al
inocente Nabot, que era su siervo y su hijo, y puesto en peligro por su fe y obediencia? Para
respuestas a preguntas como estas, la Escritura nos remite al mundo venidero. Hasta que eso llegue,
debemos someternos silenciosa y resignadamente a las muchas disposiciones misteriosas que ocurren
en el gobierno del mundo por parte de Dios”.
Si bien, como afirma Krummacher, es posible que no sepamos todas las respuestas hasta que
eternidad, hay, sin embargo, algunas verdades fundamentales que la Palabra enseña
repetidamente y que sí podemos conocer en esta vida que nos animarán ante casos como éste.
Enumeramos tres de estas importantes verdades que podemos conocer ahora. Implican la soberanía
de Dios, la sabiduría de Dios y la compensación de Dios. Primero, la soberanía de Dios. Dios nunca
es una víctima indefensa: ningún Nabot muere a menos que Dios lo permita. Segundo, la sabiduría de
Dios. Dios siempre actúa con sabiduría: cuando permite que un Nabot muera, tiene infinitas razones
sabias para permitirlo. Tercero, la compensación de Dios. Dios nunca es deudor de ningún hombre;
cada vez que a Sus hijos se les permita sufrir por causa de la justicia, Él los recompensará
debidamente, tanto que serán más que compensados por cada dolor y privación que hayan
experimentado. Estas no siempre son verdades fáciles de percibir, especialmente cuando usted mismo
puede ser un Nabot pasando por un trato muy injusto. Pero el tiempo y la eternidad los
verificarán abundantemente.
4. La crueldad del complot Aunque
el complot de Jezabel parecía honrar al Señor ya la ley, era un complot muy, muy cruel. La crueldad
del complot de Jezabel fue triple. El complot involucró calumnias, apedreamientos y robos.
La calumnia. Jezabel instruyó a los ancianos de la ciudad para que consiguieran dos “hijos de
Beliah” (una figura retórica del Antiguo Testamento para una persona con un corazón degradado).
carácter) para testificar contra Nabot que “blasfemaste contra Dios y contra el rey” (v. 10).
Tal [Seite 203] acusación era una mentira descarada. Nabot, en lugar de blasfemar
a Dios, le dio gran honor a Dios al negarse a separarse de su viña. Y sus acciones ante
el rey Acab tampoco pueden ser criticadas.
Pero el mal no necesita hechos para acusar. Inventará mentiras de la peor clase y las
dirá lo más públicamente posible.
A pesar del hecho de que los testigos eran de un carácter extremadamente pobre,
su testimonio no fue cuestionado. Qué típico es esto de la sociedad. Que un Nabot
justo sea calumniado con saña por hombres de carácter vil, y la sociedad y los
medios de comunicación aceptarán y reportarán como un hecho este testimonio
calumnioso. Pero cuando se habla en contra de los impíos, aunque sea un hecho
incontestable y aunque los testigos sean las personas más dignas de confianza, tal
testimonio será despreciado, ridiculizado, minuciosamente examinado y finalmente
rechazado.
Esto ciertamente nos recuerda lo que sucede a menudo en la iglesia. Un miembro
que se ha descarriado, que vive en pecado, que es infiel, etc., hará algún comentario
sarcástico y groseramente falso acerca de un pastor piadoso; pero independientemente
del carácter desagradable del calumniador, la gente a menudo da su asentimiento al
comentario sin cuestionarlo. Los hombres buenos pueden demostrar que el comentario
calumnioso es una mentira terrible y mostrar prueba abundante del carácter del pastor,
pero la gente a menudo tardará en creer su informe. Sin embargo, la lentitud del
pueblo para creer la verdad y su prontitud para aceptar el testimonio de los “hijos de
Beliah” no niega el carácter de los piadosos que son acusados calumniosamente.
Más bien, expone el mal carácter de aquellos que están tan dispuestos a aceptar el
testimonio de hombres malvados.
La lapidación. El complot de Jezabel decretó que Nabot fuera apedreado (v. 10).
La lapidación era el castigo legal por la blasfemia (Levítico 24:15, 16). Pero Nabot no
había blasfemado. Esa fue simplemente una acusación calumniosa para encubrir las
verdaderas razones detrás de la lapidación. Fue apedreado para quitarlo de en medio
para que Acab pudiera tener su viña. Por lo tanto, qué crueldad bestial y bárbara
fue apedrearlo.
Qué cruel es un mundo sin Dios. Cuanto más impía sea una sociedad, [Seite 204]
menos se respetará la vida. El comunismo, el nazismo y el fascismo han demostrado
esta verdad de manera pronunciada. Y también lo hace la situación del crimen en
nuestra tierra. El aumento alarmante de los crímenes sangrientos manifiesta un
aumento alarmante de la impiedad.
La lapidación no se detuvo con Nabot. Descubrimos en otro texto que
sus hijos también fueron incluidos en la lapidación. 2 Reyes 9:26 dice:
“Ciertamente yo vi ayer la sangre de Nabot y la sangre de sus hijos, dice el Señor”.
J. Hammond dice: “Este fue el dominio del Este (Daniel 6:24).
El principio de castigar los pecados de los padres sobre los hijos parece haber sido
llevado a un exceso [sin embargo], ya que encontramos a Joás (2 Reyes 14:6)
instituyendo un gobierno más misericordioso”. La lapidación de los hijos de Nabot
se haría bajo el pretexto de castigar los pecados de los padres sobre los hijos. Pero
la razón principal para apedrearlos fue quitarles cualquier derecho a la viña por
parte de parientes cercanos y así facilitarle a Acab tomar la viña, lo cual veremos
a continuación.
El robo. “Y aconteció que cuando Jezabel oyó que Nabot había sido apedreado y
muerto, dijo Jezabel a Acab: Levántate, toma posesión de la viña de Nabot de
Jezreelita, la cual él se negó a darte por dinero; porque Nabot no vive, sino que
está muerto” (v. 15).
Robar no molestaría a Acab y Jezabel. Mataban gente cuando les daba
la gana; por lo tanto, robar ciertamente no les molestaría.
Pero Jezabel no quería que la ciudadanía pensara que estaba robando. Por lo
tanto, su trama astuta pero cruel manipuló las cosas para que pareciera que la
posesión de la viña por parte de Acab era muy legal y apropiada. Keil dijo que en
aquellos días “el rey pudo confiscar su propiedad; no, de hecho, sobre alguna regla
establecida en la ley mosaica, sino de acuerdo con un principio involucrado en la
idea misma de alta traición. Dado que, por ejemplo, en el caso de blasfemia,
la propiedad del criminal se entregaba al Señor (Deut. 13:16), la propiedad
de los traidores se consideraba confiscada al rey”. Y como acabamos de señalar,
esta confiscación de propiedad no sería impugnada por parientes cercanos ya que
[Seite 205] los hijos de Nabot también habían sido asesinados.
Sí, fue un complot muy, muy cruel que Jezabel ejecutó contra Nabot. Con
crueldad, Nabot fue privado de su reputación, su vida y sus posesiones (que incluían
a sus hijos). Pero debido a que perdió estas cosas como resultado de ser fiel a
Dios, Dios se ha encargado de que se haya recuperado con creces de su pérdida.
La reputación de Nabot ha sido restaurada abundantemente a través de la Palabra
de Dios estos últimos 3000 años. Su alma vive en deleite con Dios, y su herencia
eterna hace que cualquier pérdida terrenal sea nula en comparación. ¡Dios cuida
de los suyos!
La terrible experiencia de Nabot con Acab y Jezabel lo ha convertido en un
excelente tipo de Jesucristo. Pink cita diez formas en las que Nabot era un tipo de Cristo.
“Primero, poseyó una viña; también Cristo (Mateo 21:33).
En segundo lugar, así como la viña de Nabot fue deseada por alguien que no tenía
respeto por la Ley de Dios, también lo fue la de Cristo (Mateo 21:38). Tercero, cada
uno fue tentado a desobedecer a Dios y separarse de su herencia (Mateo 4:9).
Cuarto, cada uno rehusó escuchar la voz del Tentador. Quinto, cada uno fue acusado
falsamente por aquellos que buscaban su muerte. Sexto, cada uno fue acusado de
'blasfemar a Dios y al rey' (Mateo 26:65; Lucas 23:1, 2). Séptimo, cada uno fue ejecutado
por manos violentas. Octavo, cada uno fue asesinado 'fuera' de la ciudad (Hebreos
13:12–14). Noveno, los asesinatos de cada uno fueron acusados de su crimen (1
Reyes 21:19; Hechos 2:22, 23). Décimo, los asesinos de cada uno fueron destruidos
por el juicio Divino (1 Reyes 21:19–23; Mateo 21:41; 22:7).
C. LA PROCLAMACIÓN DE ELÍAS
“Y vino palabra de Jehová a Elías tisbita, diciendo: Levántate, desciende al encuentro
de Acab… en la viña de Nabot… Y hablarás con él” (vv. 17–19). ¡Los malvados
procedimientos en Jezreel, aunque orquestados con ingeniosa y engañosa precisión, no
escaparon al ojo omnisciente del Todopoderoso! Él ahora entrará en escena y de la
manera más incómoda para que los frutos del pecado sean imposibles de disfrutar. No
importa cuán prometedor parezca el pecado, no será sin la intrusión divina que [Seite
206] terminará con sus placeres y los reemplazará con el juicio.
La forma en que Dios entra en escena es a través de Elías. Elías es
convocado para llevar un mensaje a Acab que le anunciará noticias sumamente
desagradables para la familia real. La comisión de Elías de ir a Acab no es una tarea
envidiable. Debe caminar en un gran peligro personal al ir a Jezreel. Y tampoco se le
dio una bienvenida honrosa. De hecho, al encontrarse con Acab, fue recibido con
desdén: “¿Me has encontrado, oh enemigo mío?”. (v.20). Elías, que era el ciudadano
más valioso de Israel, fue tratado como un archienemigo. El pobre Acab estaba tan
cegado por su pecado que confunde a sus amigos con enemigos ya sus enemigos
con amigos. Pensó que Elías era su enemigo y Jezabel era su amiga. Pero como dice
FB Meyer, “El pecado lo distorsiona todo”.
El maltrato dado a Elías por el saludo de Acab será la experiencia de cualquiera que
se atreva a oponerse a los males del día. No es una tarea agradable hablar en contra del
mal. “Los que se dedican a hacer el mal se enojan con el que los descubre, ya sea
un ministro de Cristo o un policía” (Rosa). El profeta Amós dijo: “Aborrecen al que
reprende en la puerta” (Amós 5:10). Y Krummacher dijo: “Con qué frecuencia, mi
hermanos, es la suerte de vuestros ministros ser tratados como Elías, cuando logran
encontrar pecadores en la iglesia; o más bien, cuando por medio de ellos, los
pecadores son hallados por Dios. Sí, cuando nuestras flechas dan en el blanco,
cuando uno y otro de nuestros oyentes se ven obligados, contra su voluntad, a ver
sus deformidades morales en el espejo que ponemos ante sus ojos, entonces se dice
inmediatamente de nosotros, en el corazón de aquellos que están así heridos, '¿Me
has encontrado, oh mi enemigo?' Entonces se nos considera como perturbadores de
la paz de los hombres, y como teniendo un placer malicioso en afligir sus mentes. En
cuanto a la caridad, se nos acusa como extraños a ella... Nuestros sermones se
consideran erróneos y extravagantes”.
El mensaje de Elías a Acab fue una proclamación de la ira de Dios. Era un mensaje
muy apropiado para Acab; porque cuando los hombres han abrazado y honrado el
pecado, es hora de predicar el juicio, no algún otro tema que no mueva la conciencia.
[Seite 207] Sin embargo, tenemos demasiados hoy en día que quieren especializarse
en el amor de Dios cuando deberían especializarse en la ley de Dios y cómo se
ha quebrantado y qué juicio se avecina como resultado.
Al estudiar la proclamación de la ira de Dios por parte de Elías, consideraremos
los detalles de la proclamación, el efecto de la proclamación y los testigos de la
proclamación.
1. Los detalles de la proclamación
El mensaje de Elías sobre la ira de Dios se refería a seis cosas. Se refería al
descubrimiento, las hazañas, la muerte, el trato, la dinastía y la dama (esposa) de
Acab.
El descubrimiento de Acab. “Te he encontrado” (v. 20). Seguramente fue una
sorpresa desagradable para Acab mirar hacia arriba y de repente ver y escuchar a
Elías y saber que su maldad había sido descubierta. Pero “estén seguros de que su
pecado los alcanzará” (Números 32:23). No importa cuán inteligente y astuta haya
sido la mala acción, tarde o temprano será descubierta y expuesta. Acab pudo
haber sido un rey, pero todo el poder y el prestigio de un rey no pueden evitar que el
pecado descubra a un hombre.
También se han descubierto muchas personas famosas en nuestros días. A modo
de ejemplo, se ha descubierto que algunos de nuestros presidentes, que se esforzaron
por crearse cuidadosamente la reputación más honorable, son los más decadentes
en su moral y sus prácticas políticas. Han sido descubiertos y, a menudo, para
gran angustia de su familia y seguidores que quisieran mantener el control sobre
tales revelaciones de la verdad. Otros, que han sido famosos cruzados de diversas
causas, como la igualdad de trato de las razas, han sido
expuesto como teniendo moral de corral. Y a algunos predicadores, especialmente a los
famosos mercachifles de la televisión, también se les ha descubierto su maldad. Nadie
puede pecar sin ser descubierto tarde o temprano.
Las hazañas de Acab. El terrible crimen contra Nabot fue atribuido a Acab por Dios
cuando dijo: “¿Has matado y [Seite 208] también tomado posesión?” (v. 19). La mayoría
de la gente puede aceptar fácilmente la idea de que Acab tomó “posesión” de la viña de
Nabot. Pero algunas personas argumentarán que Acab no debería ser acusado del
asesinato de Nabot. Acab no planeó la muerte de Nabot; no le tiró ninguna piedra
a Nabot. Pero Dios dice que él es culpable de la muerte de Nabot de todos modos.
Entonces aprendemos aquí una verdad muy importante sobre la culpa; es decir, no tienes
que hacer el hecho real para ser culpable del hecho. Hay otras formas de ser culpable
del mal.
Acab fue culpable del acto de asesinar a Nabot en al menos cuatro formas, aunque en
realidad no arrojó ninguna piedra. Estas cuatro formas tienen que ver con promover el mal,
prohibir el mal, aprovecharse del mal y castigar el mal. Primero, promover el mal. Acab fue
culpable porque alentó la acción. Lo promovió con su comportamiento malhumorado
y malhumorado; porque ese comportamiento es lo que impulsó a Jezabel a actuar. Y
también lo alentó al permitir que Jezabel usara su sello para dar autoridad a su
cobarde complot.
Ayudar y ser cómplice de una mala acción te hace culpable de la acción. Segundo,
prohibir el mal. Acab fue culpable porque no detuvo el hecho, aunque él era el único
hombre que podría haberlo detenido. Cuando tienes dentro de tu poder la capacidad de
detener el mal, y no lo haces, se te imputará mucha culpa en el mal. Tercero, sacar
provecho del mal. Acab era culpable porque gustosa y voluntariamente se apoderó del
beneficio de la mala acción de otros. No dudó en tomar la viña de Nabot. Cuarto, castigar
el mal. era culpable porque, como jefe ejecutivo de la nación, no castigó a los
malhechores. Esa era su responsabilidad; pero lo ignoró y por razones obvias: no le
haría nada a Jezabel, y quería la viña.
Estas verdades acerca de establecer la culpabilidad deberían ser muy aleccionadoras para nosotros.
¿De qué males somos culpables aunque en realidad no los hayamos cometido?
¿Estamos fomentando el mal con nuestra mala conducta? ¿Estamos fallando en detener
el mal cuando de hecho podemos detenerlo? ¿Fruncimos el ceño ante el mal pero con
gusto tomamos sus ganancias? ¿Y fallamos en traer el debido castigo sobre el mal
cuando es nuestra responsabilidad hacerlo? Un examen honesto de estas preguntas [Seite
209] hará que muchos de nosotros confesemos que somos culpables de muchos más males
de los que queremos admitir.
Estas verdades sobre la culpa también nos dicen cuán culpables son los
fabricantes, vendedores y anunciantes de bebidas alcohólicas, tabaco, revistas
malvadas, películas, etc. Fomentan e inspiran muchas malas acciones, y deben
ser castigados tanto como el que quien ha hecho el mal. Pero tal pensamiento,
aunque sea directamente del cielo, vuela como un globo de plomo en los tribunales
de nuestra tierra.
La muerte de Acab. La tercera cosa de la que habló el mensaje de Elías fue
la muerte de Acab, que era parte del juicio de Acab por su maldad en la injusticia
de Nabot. Fue una predicción espantosa. Elías dijo: “En el lugar donde los
perros lamieron la sangre de Nabot, los perros lamerán tu sangre” (v. 19). Acab va
a cosechar lo que ha sembrado. Su muerte será un asunto sangriento. Acab fue
cruel, y su muerte será cruel. No morirá en la vejez muy honrado y reverenciado por
los hombres. Pero morirá de muerte violenta. Era un anuncio escueto
que quitaría todo el gozo de poseer la viña.
Pero merecía el juicio.
El trato de Acab. Elías también habló del trato de Acab en este mensaje de la
ira de Dios. Él dijo: “Te has vendido a ti mismo para hacer lo malo ante los ojos
de Jehová ” (v. 20). Acab había hecho un trato terrible. Era un trato que era
mortal para su alma. Cambió el bienestar de su alma por ganancias baratas,
corruptas y temporales de este mundo. Judas se vendió por 30 piezas de plata.
Achan se vendió por algo de ropa y plata. Acab se vendió por una viña.
Y muchos en todas las épocas permiten que el pecado destruya su sentido de los
valores; y, como resultado, regatean lo que es más valioso por lo que es un
maldición.
La dinastía de Acab. La proclamación de la ira de Dios incluía un anuncio
de que la dinastía de Acab terminaría. Su familia no continuaría mucho tiempo en
el trono, pero sería derrocada y otra familia tomaría el relevo. Dios dijo: [Seite 210]
“He aquí, yo traigo mal sobre ti, y quitaré tu descendencia, y cortaré de Acab a todo
[varón]
… Y pondré tu casa como la casa de Jeroboam hijo de Nabat, y como la casa de
Baasa hijo de Ahías, por la provocación con que me provocaste a ira, e
hiciste pecar a Israel” (vv. 21, 22). ). Es el deseo y el sueño de todo rey que sus
descendientes estén alguna vez en el trono. Pero el pecado de Acab destruirá ese
sueño. El pecado siempre destruye nuestras esperanzas y aspiraciones.
La dama de Acab. Por último, el anuncio de la ira de Dios habla de
Jezabel, la perversa esposa de Acab. Predijo su terrible y deshonrosa muerte.
Dios dijo: “Los perros comerán a Jezabel junto al muro de Jezreel” (v. 23).
El juicio vendría sobre Jezabel cerca de la misma escena de su crimen contra
Nabot. Y sucedió como estaba predicho cuando Jehú asumió como rey. Por orden suya,
Jezabel fue arrojada por la ventana del palacio en Jezreel y atropellada por los caballos
y el carro de Jehú. Y luego los perros se comieron el cadáver (2 Reyes 9:30–37).
No se le concedió un funeral honorable, sino que murió despreciablemente, no
deseada y despreciada, lo que era más apropiado para la forma en que había vivido.
Qué mujer tan terrible fue Jezabel para que Acab la tuviera como esposa. Ella estaba
mujer tan malvada y fue la que incitó a Acab a hacer tanto mal (v. 25). Es una gran
advertencia para tener cuidado con quién se casa. T. DeWitt Talmage dijo: “Por
todas estas escenas de inquietud y calamidad doméstica [causadas por Jezabel], les
imploramos que sean cautelosos y oren antes de entrar en el estado conyugal que decide
si un hombre tendrá dos cielos o dos infiernos, un cielo aquí y un cielo allá, o un infierno
ahora y un infierno más allá”.
2. El efecto de la proclamación
El mensaje de la ira de Dios no escatimó golpes. Cortó profundamente. Pero fue
necesitaba, era apropiado y tuvo un buen efecto en Acab. “Y aconteció que cuando
Acab escuchó estas palabras, rasgó sus vestidos, y se puso cilicio sobre su carne, y
ayunó, y se acostó [durmió] en cilicio [¡usó pijamas que picaban [Seite 211] para
acostarse! ] , y andaba despacio [andaba descalzo dice Josefo, andaba despacio dice
Keil]” (v. 27).
¡Acab finalmente había hecho algo encomiable! Por una vez le dio un poco
respecto a lo que dijo Elías sobre el bien y el mal. Más adelante en las Escrituras, sin
embargo, veremos que su arrepentimiento no fue muy profundo. Pero, sin
embargo, era mejor que no arrepentirse en absoluto; y fue mejor que atacar a Elías y
castigarlo porque dijo la verdad, un ataque del que Acab fue culpable más tarde con
respecto a Micaías (2 Reyes 22).
El cambio de actitud de Acab fue observado por Dios y resultó en la manifestación
de la gracia de Dios. “Y vino palabra de Jehová a Elías tisbita, diciendo: ¿Ves cómo se
humilla Acab delante de mí?
Por cuanto se humilló delante de mí, no traeré el mal en sus días; pero en los días
de su hijo traeré el mal sobre su casa” (vv. 28, 29).
La gracia de Dios retrasó la ejecución de la sentencia del juicio hasta los días de los
hijos de Acab. Sin esta gracia, la casa de Acab habría sido destruida mucho antes.
Que maravillosa es la gracia de Dios. Toma nota del más mínimo arrepentimiento.
Alcanza incluso al peor de los pecadores. De hecho, Dios está “listo para perdonar” (Salmo
86:5). De hecho, Él está mucho más dispuesto a perdonar que nosotros a arrepentirnos. Dios
está tan listo para perdonar, tan listo para manifestar Su gracia, que cuando detecta la más mínima
indicación de arrepentimiento, como en el caso de Acab, inmediatamente abre la puerta de la
gracia. Cómo debería animar esto a cualquiera que haya fracasado, que se pregunte si
Dios ya está interesado en ellos.
Nunca debemos considerar el pecado a la ligera debido a la gracia, pero nunca debemos
considerar el pecado como demasiado para la gracia de Dios. Él no solo está “listo para perdonar”
(Ibíd.), pero Él también es “grande en misericordia” (Ibíd.). Por lo tanto, apresúrate a Él con
tu pecado y busca Su perdón. ¡Él no os ahuyentará cuando vengáis a pedir perdón sino que
os dará una Divina bienvenida!
La experiencia de Acab es una gran prueba de esa maravillosa verdad.
Que el mensaje sobre la ira de Dios resultó en una manifestación de la
la gracia de Dios debería ayudarnos a pensar más amablemente [Seite 212] acerca de tales
mensajes. Como notamos anteriormente, muchos deploran este mensaje sobre la ira de Dios y
lo dejan fuera de su predicación a favor de predicar sobre el amor de Dios o algún mensaje
similar que no incluye las severas verdades sobre la ira de Dios. Pero la verdad del asunto es
que el mensaje sobre la ira de Dios es un mensaje lleno de la gracia de Dios. Si no se le hubiera
dado a Acab un mensaje sobre la ira de Dios, tampoco habría recibido la gracia. Dios en
misericordia envía el mensaje severo acerca de Su ira para despertarnos al
arrepentimiento para que Él pueda mostrar gracia. Enviar el mensaje sobre la ira está
motivado por la gracia. ¡Que los críticos de los mensajes de juicio reflexionen sobre esto un
rato!
3. Los Testigos de la Proclamación El mensaje de
Elías sobre la ira de Dios fue escuchado por más de Acab en ese fatídico día en la viña de
Nabot. Aprendemos de otro texto de la Escritura que dos hombres, Jehú y Bidkar (oficiales en la
corte de Acab), también escucharon el mensaje. Habían acompañado a Acab a la viña, y
así estaban allí cuando Elías profirió su anatema a Acab. Más tarde Jehú recordó el mensaje.
Cuando mató a Joram (a veces traducido como “Jehoram”), el hijo de Acab, para allanar el
camino para que él (Jehú) se convirtiera en rey de Israel, Jehú le dijo a Bidkar (que se
había convertido en el asistente de Jehú): “Toma y arrójalo. [Joram] en la parte del campo de
Nabot de Jezreelita; porque recuerda cómo, cuando tú y yo cabalgamos juntos tras Acab su
padre, el Señor puso esta carga [profecía] sobre él. Seguro que he visto
ayer la sangre de Nabot, y la sangre de sus hijos, dice el Señor; y yo te pagaré
en este plato, dice el Señor. Ahora pues, tómalo y échalo en la plataforma de
tierra, conforme a la palabra del Señor” (2 Reyes 9:25, 26).
Lástima que Jehú no siguió recordando lo que Elías le dijo a Acab.
Podría haber ahorrado muchos problemas a Jehú, prolongado y purificado su
reinado sobre Israel. Pero como muchos, Jehú pronto se olvidó de la Palabra de
Dios y se apartó de los caminos de Dios, para gran pérdida personal y de la nación.
también.
[Página 213] XI
los heridos
2 Reyes 1
La estancia terrenal de Elías está llegando a su fin; pero antes de dejar la tierra,
tendrá una confrontación cara a cara más dramática con la malvada casa de
Acab. Esta vez, sin embargo, no será con Acab sino con el hijo de Acab,
Ocozías, que se ha convertido en rey. Ocozías se convirtió en rey cuando
Acab murió en una batalla con los sirios unos años después de que
Elías confrontara a Acab en la viña de Nabot. No es sorprendente que Acab
muriera como vivía, rebelándose contra Dios, porque fue a la batalla sin
hacer caso de la advertencia del piadoso profeta Micaías. “Y los perros lamieron su sangre”
(1 Reyes 22:38) mientras lamían la sangre de Nabot martirizado.
Sin Acab, algunos podrían esperar una mejora en el trono de Israel.
Pero, desafortunadamente, Ocozías era un “astillado del viejo bloque”; porque
“anduvo en el camino de su padre, y en el camino de su madre [Jezabel], y en el
camino de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel; Porque sirvió a
Baal, y lo adoró, y provocó a ira a Jehová Dios de Israel, conforme a todas las
cosas que había hecho su padre” (1 Reyes 22:52, 53).
Habiendo vivido como su padre, no sorprende que un día Ocozías se
encontrara cara a cara con el audaz y severo profeta Elías. Lo que provocó
el encuentro de Elías y Ocozías comenzó con una caída en el palacio. Ocozías
cayó por la ventana de un palacio y se hirió gravemente. Preocupado por si
sobreviviría a las heridas, Ocozías buscó al dios falso Baalzebub para conocer
sus perspectivas. La búsqueda de Baal zebub culminó sus malas acciones, y
Dios ordenó a Elías en [Seite 214] la escena para confrontar al rey herido por
su maldad.
En este estudio del encuentro de Elías con el rey herido, vamos a
considere la providencia de los eventos, la práctica de la incredulidad y el
pronunciamiento del juicio.
A. LA PROVIDENCIA DE LOS ACONTECIMIENTOS
Nada sucede por casualidad. Dios dirige todo. Él obra en la naturaleza, los acontecimientos
y la historia para lograr Su propósito. Pero los hombres a menudo miran hacia otro lado
negando y burlándose de la idea de la intervención providencial de Dios. Los hombres
prefieren describir muchas de sus experiencias en la vida como cosas que simplemente
suceden sin diseño o propósito. Todo esto deja fuera a Dios, por supuesto.
Y es el tipo de pensamiento que propugnaba la evolución, porque nos daría un universo sin
un Diseñador y un Constructor.
Pero los hombres sabios saben mejor. Reconocen en los acontecimientos de la vida la obra
del Diseñador Maestro. No hablan de “suerte” o “casualidad” o “casualidad” con
respecto a las circunstancias, sino que miran los eventos en términos de la providencia Divina.
En nuestro texto, la obra de la providencia divina es más evidente en el
infligir de Ocozías y la intervención de Elías en el caso.
1. El castigo de Ocozías Ocozías
había sido rey cerca de dos años cuando “cayó por una celosía [una cubierta de ventana
de madera o tiras de metal] en su cámara alta que estaba en Samaria” (v. 2). La Escritura
no dice qué estaba haciendo Ocozías cuando cayó por la celosía. Todo lo que sabemos es que
cayó al suelo a través de él obteniendo heridas graves en el proceso. La celosía podría haber
estado en mal estado o suelta; y cuando Ocozías se apoyó o cayó contra ella, la celosía cedió.
La caída de Ocozías, que los hombres describirían simplemente como un “accidente”,
manifestó los tratos providenciales de Dios con la casa de Acab. Ocozías era el “hijo de una
casa condenada” (J. Orr). Elías había predicho en la viña de Nabot la destrucción completa de
la dinastía y la familia de Acab. La caída a través [Seite 215] del enrejado fue parte del
cumplimiento de esta predicción.
Más de un cuerpo cayó por la celosía. Parte de una dinastía condenada cayó a través de él.
Fue otro paso en el fin del gobierno de la casa de Acab sobre Israel. Dios estaba obrando
vindicando la justicia y trayendo el debido juicio sobre la maldad.
Qué fácil es para Dios detener a los malvados en su camino. Puede ordenar a la más
mínima providencia que detenga al pecador más fuerte. Acab fue detenido cuando un soldado
enemigo “disparó un arco al azar [al azar]” (1 Reyes 22:34),
Amán fue detenido por el insomnio de un rey que ocurrió en el momento más estratégico
(Ester 6), y Ocozías fue detenido cuando cayó a través del enrejado de la ventana de un palacio.
A menudo parece que los malvados son invencibles; pero aunque “hemos visto al impío
en gran poder, y extendiéndose [floreciendo] como un laurel verde. Sin embargo, pasó y
he aquí que ya no estaba” (Salmo 37:35, 36). El que desprecia los preceptos de Dios encontrará
que las providencias de Dios obran en su contra. Matthew Henry dijo: “Nunca está seguro el
que tiene a Dios como su enemigo”.
2. La intervención de Elías Como
resultado de su caída, Ocozías “estaba enfermo” (v. 2) y postrado en cama (v. 6) y estaba tan
preocupado por sus heridas que se preguntaba si sobreviviría.
Esta preocupación por su supervivencia era tan grande que decidió consultar a uno de sus dioses
para ver cuáles eran sus perspectivas. Dirigió su consulta a Baal zebub, uno de los dioses
de Baal. “Envió mensajeros, y les dijo: Id, consultad a Baalzebub, dios de Ecrón, si he de sanar
de esta enfermedad [lesión]” (v. 2).
Baalzebub era “el dios de las moscas, [el] destructor de moscas, quien era
considerado la deidad patrona de la medicina” (Jamieson). “'Baalim' era el epíteto general de
los dioses falsos, cada uno con su propio cargo y distrito peculiar, de ahí los títulos distintivos de
Baalzebub, Baalpeor, Baal zephon, Baalbireth” (Rosa). El ídolo de Baalzebub no estaba
ubicado en Israel; ni estaba ubicado en Fenicia, la base de operaciones del culto a Baal.
Estaba ubicado en Ecrón de Filistea. Aunque Ecrón estaba más cerca que [Seite 216] del país
de Fenicia, todavía estaba a cuarenta millas de Samaria, donde residía Ocozías. Estando postrado
en cama, no sería práctico para él hacer el viaje a Ecrón, por lo que envió mensajeros
para que preguntaran a los sacerdotes de Baalzebub.
El hecho de que Ocozías buscara consultar a Baalzebub fue un acto que en gran medida
deshonró a Jehová Dios, y esto trajo a Elías a la escena. Los mensajeros se pusieron
en camino, pero no llegaron a Ekron. Mientras viajaban, de repente se encontraron con Elijah.
¿Una coincidencia? Mil veces no. Dios le había ordenado a Elías que se encontrara con los
mensajeros. “El ángel del Señor dijo a Elías tisbita: Levántate, sube a recibir a los mensajeros del
rey de Samaria, y diles: ¿No es porque no hay Dios en Israel, que vais a consultar a Baal? zebub
el dios de Ecron? (v.3). Es posible que no siempre seamos tan conscientes de las órdenes
Divinas que provocan encuentros aparentemente coincidentes como lo estamos aquí en este
incidente. pero si
seamos conscientes de las órdenes o no, siempre están presentes de una forma u
otra; porque nada sucede por casualidad. Todas las cosas están ordenadas y dirigidas por
Dios. El encuentro de Elías y los siervos de Ocozías no fue cosa del destino, suerte o
casualidad. Fue diseñado por Dios. Su providencia lo guió todo.
Elijah siempre aparecía en los momentos más inesperados e inoportunos para
aquellos que estaban en el camino equivocado en la vida. Abdías tuvo un encuentro
inesperado e incómodo con él cuando buscaba pasto para los caballos de Acab. Acab
tuvo un encuentro inesperado y no deseado con Elías cuando estaba contemplando la
viña de Nabot. Y aquí los mensajeros de Ocozías son inesperadamente interceptados e
interrumpidos en su viaje por el santo profeta, lo que para Ocozías sería una intervención
muy indeseada.
Como notamos cuando Acab fue “descubierto” en la viña de Nabot, aquí se ve la
misma verdad. Todo mal tarde o temprano será detenido por Dios y llevado a Su corte.
Los hombres a menudo creen que se están saliendo con la suya cuando se retrasa su
arresto, pero finalmente Dios guía a la providencia para que arreste al malvado. El mal
no puede burlar la providencia [Seite 217] de Dios. Las celosías ceden y los Elías aparecen
inesperadamente.
No tiene por qué ser así, por supuesto. La providencia puede obrar tanto a favor como
en contra de uno. Pero si quieres la providencia de tu lado, debes estar del lado de Dios.
“A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien” (Romanos 8:28), pero no a
los que no aman a Dios. Ocozías no amaba a Dios. Así, la providencia divina se convirtió
en su maldición.
B. LA PRÁCTICA DE LA INCREDULIDAD Al
interceptar a los siervos de Ocozías, Elías les ordenó: “Id, volveos al rey que os envió,
y decidle: Así ha dicho Jehová: ¿Es porque no hay Dios en Israel, que tú ¿Enviaste a
consultar a Baal Zebub, el dios de Ecrón? por tanto, del lecho en que subiste no
descenderás, sino que ciertamente morirás” (v. 6). Para su crédito, los sirvientes obedecieron
a Elías al pie de la letra. Su excelente obediencia a Elías, un hombre al que no conocían,
avergüenza la pobre obediencia de muchos al Dios que profesan conocer.
El informe de los sirvientes a Ocozías fue recibido con una reacción hostil, porque
Ocozías no creyó el mensaje de Dios. Y en su incredulidad, atacó al orador del
mensaje de Dios que en este caso era Elías.
Atacar al que habla del mensaje de Dios es una práctica habitual de incredulidad.
Siempre que el mensaje de Dios sea rechazado, el predicador será atacado.
La incredulidad en la Palabra de Dios se revelará en animosidad hacia el
proclamador de la Palabra de Dios. Y cuanto mayor sea la incredulidad, mayor será la
animosidad. Esta práctica de incredulidad explica por qué muchos pastores son atacados
por miembros de la iglesia y expulsados de su pastorado. Explica por qué muchos
misioneros a menudo han sido tratados con crueldad e incluso han sufrido el martirio.
Al rechazar el mensaje de Dios, la incredulidad trata de silenciar a quienes lo proclaman.
Entonces, cuando Ocozías rechazó la Palabra de Dios, atacó a Elías, el mensajero de
Dios, y trató de silenciarlo para que no proclamara más el mensaje de Dios. Para
examinar este ataque contra Elías, notamos la ardiente pregunta sobre Elías, el intento
de arresto de Elías y la asombrosa acción de Elías.
[Seite 218] 1. El apasionado que pregunta por Elías
Después que los sirvientes hubieron entregado el mensaje a Ocozías, éste inmediatamente
trató de saber quién era el hombre que les dio el mensaje a los sirvientes.
El fervor de Ocozías por conocer la identidad del hombre no era para que Ocozías
pudiera buscarlo en busca de más mensajes de Dios. No, su pregunta sobre el
mensajero fue con malas intenciones. Quería saber quién era el hombre para poder buscarlo
para arrestarlo y eliminarlo. Entonces preguntó a sus siervos: "¿Qué clase de hombre era
el que subió a recibiros y os dijo estas palabras?" (v. 7). Dijeron: “Era varón velludo [se
refiere a su vestidura], y ceñido con un cinto [cinturón] de cuero alrededor de sus
lomos” (v. 8). Esta descripción que los sirvientes dieron a Ocozías del “hombre”, fue suficiente
para que Ocozías supiera que era Elías; porque dijo: “Es Elías el tisbita”
(Ibídem.).
Aunque había otros profetas que se habían entrometido sin invitación en la presencia
de la realeza con un mensaje divino (cp. 1 Reyes 20:35–42), sospechamos que Ocozías
sabía que era Elías antes de que los sirvientes lo describieran. BH Carroll dijo: “El
mensaje fue más impresionante que el atuendo del que lo envió… [pero] ambos siempre
son reconocibles por los tiranos”. Ocozías no ignoraba los encuentros de su padre
con Elías, y la intervención aquí tenía las marcas registradas de Elías estampadas por
todas partes.
Ocozías no pudo evitar ver eso claramente.
La pregunta de Ocozías: “¿Qué clase de hombre era él?”, es un instructivo
pregunta. Debe hacer que cada siervo de Dios escudriñe su corazón y medite sus
caminos para ver qué clase de persona es para que no arroje ninguna mala reflexión sobre el
mensaje. Los hombres criticarán a los siervos de Dios ya sea que tengan faltas o no. Pero
los siervos de Dios necesitan vivir una vida tan inmaculada como
posible para que la crítica no adquiera la fuerza de los hechos. La gente ciertamente
mira la forma de vida de los siervos de Dios; sí, a menudo lo escudriñan. Si los que
sirven a Dios quieren honrar el mensaje que proclaman, es mejor que procuren
que su forma de vida corresponda al mensaje del Señor. Desafortunadamente,
tenemos muchos ministros hoy en día cuya forma de vida es una desgracia para Dios
y una maldición sobre el ministerio.
[Seite 219] 2. El intento de arresto de Elías
Al confirmar la identidad de Elías, Ocozías “le envió un capitán de cincuenta con
sus cincuenta” (v. 9) para intentar arrestar a Elías. Notamos el objetivo del arresto y
la arrogancia en el arresto.
El objetivo de la detención. Las Escrituras no declaran específicamente
que este arresto ordenado de Elías por Ocozías fuera para matar a Elías, pero ese
objetivo está claramente implícito. Edersheim dice: “No puede haber ninguna duda
razonable de que esto [el envío del capitán y sus cincuenta tropas para arrestar a
Elijah] fue con intenciones hostiles. Esto se desprende no solo de las palabras del
ángel en el versículo 15, sino también de los simples hechos del caso. ¿Por qué otra
razón pudo Ocozías haber enviado un destacamento militar de cincuenta al
mando de un capitán, sino para derrotar a alguna fuerza hostil y obligar a la
obediencia, o para ejecutar algún acto hostil? Ocozías, siendo del carácter que era,
se alegraría de deshacerse de Elías. “Es posible que Ocozías haya deseado
durante mucho tiempo arrestarlo y encarcelarlo, y ahora pensó que vio esta oportunidad” (Rawlinson)
La prepotencia en la detención. Las tropas que Ocozías envió para arrestar
a Elías lo encontraron en la cima de una colina. El capitán de las tropas entonces
dio órdenes para el arresto de Elías. Las órdenes decían: “Varón de Dios, el rey ha
dicho: Desciende” (v. 9). La primera parte de la declaración parecía mostrar respeto
("Tú, hombre de Dios"), pero las órdenes ("Desciende") ciertamente no lo hicieron.
Mostró una gran arrogancia. Era la arrogancia típica del gobierno contra la religión.
También fue la arrogancia de la incredulidad y la carne que se jacta de la obra y
los trabajadores de Dios y usurpa la autoridad de Dios con respecto a Su obra.
Cuando se enviaron los segundos cincuenta y su capitán, el mensaje mostró aún
más esta perversa arrogancia; porque las órdenes decían: “Desciende pronto” (v.
11) en lugar de simplemente “Desciende”.
El mal es siempre así con Dios. Siempre es exigente. dictaría
a Dios. Es el espíritu de obstinación que desprecia los preceptos de la Palabra de
Dios y dice: “No me importa lo que dice la Biblia; Voy a hacer lo que quiero hacer”.
También es la [Seite 220] actitud que considera la posición mundana como una
calificación para dar órdenes espiritualmente. Muchas iglesias han tenido problemas
con miembros que son ejecutivos y líderes en el mundo, pero que espiritualmente
están lejos de calificar para un cargo en la iglesia. Sin embargo, estas personas con una
posición mundana hacen demandas con arrogancia y dudan en no faltar el respeto ni
ignorar la autoridad de la iglesia en las reuniones de negocios y otros servicios de
la iglesia.
3. La asombrosa acción de Elijah El
intento de arresto asesino de Elijah fue frustrado por Elijah. Para examinar la
asombrosa acción de Elías al detener el arresto y así salvar su vida, notamos la
conflagración en la acción y la crítica de la acción.
La conflagración en la acción. Cuando el primer capitán de cincuenta enviado por
Ocozías le habló a Elías y le dijo: “Varón de Dios, el rey ha dicho: Desciende” (v. 9),
Elías respondió a este mandato presuntuoso diciendo: “Si yo fuera hombre de Dios,
que descienda fuego del cielo y te consuma a ti ya tus cincuenta” (v. 10). Tan pronto
como dijo eso, entonces “descendió fuego del cielo y lo consumió a él ya sus cincuenta” (v.
10). Qué asombroso, devastador y aterrador. Que fuerte advertencia para no maltratar a
los siervos de Dios. Pero, increíblemente, esta gran advertencia de fuego no disuadió a
Ocozías ni un poco. Envió otro grupo de cincuenta y su capitán y, como hemos
señalado anteriormente, con aún mayor arrogancia y seriedad de su incredulidad al
cambiar el mensaje de “Baja” a “Baja pronto”. Cuán increíblemente persistente es
la incredulidad. Es de naturaleza suicida. Cuando se apodera del corazón no hay
advertencia que lo afecte. Así que el segundo grupo también fue destruido por el fuego
Divino.
Después de que dos grupos fueran destruidos por el fuego, uno pensaría que
Ocozías se ablandaría y recibiría el mensaje. Pero el no lo hizo. Como el faraón de
antaño, que vio su tierra destruida por plaga tras plaga, Ocozías continuó en rebelión
contra Dios y envió un tercer grupo. Qué trágico y qué lamentable es ver a este rey
dudando en no luchar contra el Todopoderoso incluso [Seite 221] aunque esté en su
lecho de muerte y no le quede mucho tiempo en este mundo. Como dijo Matthew Henry:
“Ninguna alarma externa asustará ni ablandará a los pecadores seguros, sino que más
bien los exasperará”.
Afortunadamente para el tercer grupo, su capitán era más sabio que Ocozías y
los capitanes anteriores; y no pasó por alto las advertencias del juicio de fuego.
Se acercó a Elías y “se arrodilló… y le rogó y le dijo: Varón de Dios, te ruego que mi
vida y la vida de estos cincuenta tus siervos sean preciosas delante de tus ojos” (v. .
13). Este grupo fue
perdonados porque manifestaron una actitud completamente diferente hacia el
hombre de Dios de lo que se había visto anteriormente. En lugar de
arrogancia contra el hombre de Dios, había humildad ante él. Y es la humildad
la que obtiene el oído y la ayuda de Dios. Una vez más citamos a Matthew Henry,
quien dijo: “No hay nada que se obtenga al contender con Dios [como lo hizo
Ocozías]: si queremos prevalecer con él, debe ser por súplica… nunca ninguno
halló en vano entregarse a la misericordia”. de Dios."
La crítica de la acción. La acción de Elijah al llamar fuego sobre los soldados no
cae bien entre algunas personas, por lo que se vuelven muy críticos con la acción
y con Elijah. Para examinar esta crítica, veremos la exoneración de Elías y la
condenación de los soldados.
Primero, la exoneración de Elías. Elías a menudo es censurado por invocar
fuego sobre los dos primeros grupos. Gran parte de esto se debe
a un malentendido del pasaje del Nuevo Testamento de Lucas 9. El incidente al
que se refiere allí es del tiempo en que Jesús y sus discípulos fueron
rechazados en una aldea de samaritanos. Santiago y Juan estaban muy
molestos por este rechazo y le dijeron a Jesús: "¿Quieres que mandemos que
descienda fuego del cielo y los consuma, como lo hizo Elías?" (Lucas 9:54).
Pero Jesús despreció la idea y los reprendió. Él dijo: “No sabéis de qué
espíritu sois. Porque el Hijo del hombre no vino para destruir la vida de los
hombres, sino para salvarlos” (Lucas 9:55, 56).
Hay al menos cuatro formas en las que este pasaje de Lucas vindicará
Elías. Se refieren a acusación, aplicación, animación, [Seite 222] y aprobación.
(1) Acusación. El pasaje no acusa a Elías del mal.
Cristo reprendió a los discípulos, pero de ninguna manera condenó a Elías. (2)
Solicitud. Este pasaje muestra claramente que la situación con Santiago y Juan
era muy diferente a la de Elías. La vida de Elijah estaba en peligro, pero James
y John no estaban en peligro. Los samaritanos no salían a matar a Santiago y
Juan, sino que simplemente no los recibieron. Sin embargo, Elijah estaba siendo
abordado hostilmente por un grupo de soldados. Por lo tanto, los discípulos se
equivocaron al hacer una aplicación de la situación de Elías a su situación.
(3) Animación. El pasaje revela que el espíritu de Santiago y Juan era muy
diferente al espíritu de Elías. Es obvio que James y John estaban animados por
la ira y el resentimiento personal más que cualquier otra cosa. Elías estaba
animado por el honor a Dios. Sí, puede sonar como si fuera una
vindicación personal (“Si yo soy un hombre de Dios, que descienda fuego del
cielo y te consuma a ti ya tus cincuenta”); pero el énfasis en quién va a
dar órdenes a Elías: Dios Todopoderoso o Ocozías. Como dijo Matthew Poole,
“El deseo de Elías no procedía de una pasión carnal y maliciosa; sino de un celo
puro para vindicar el nombre y el honor de Dios.” (4) Aprobación.
El pasaje muestra que se necesita la aprobación de Dios para que venga el
fuego. Los discípulos no pudieron arrojar fuego sobre los samaritanos, y Elías
tampoco pudo arrojar fuego sobre los soldados. Solo Dios podría enviar tal fuego
desde el cielo, y lo haría solo si lo aprobara. En el caso de Elías, sí aprobó el
fuego, y esa aprobación en verdad vindica la acción de Elías. Pero en el caso de los
discípulos, Dios no lo aprobó. Y esa falta de aprobación condena sus acciones,
pero de ninguna manera condena las acciones de Elías.
En segundo lugar, la condena de los soldados. También es necesario
responder aquí a otra crítica del fuego destructivo. Esta crítica dice que los 102
soldados destruidos por los dos fuegos del cielo fueron tratados injustamente
porque solo estaban cumpliendo con su deber de cumplir las órdenes de Ocozías.
Pero tal argumento no se sostiene. En ninguna parte de las Escrituras seremos
exonerados por llevar a cabo las órdenes malvadas del hombre. Por el contrario,
[Seite 223] se nos exhorta en las Escrituras a poner nuestra primera lealtad a Dios,
no a los hombres. Pedro dijo: “Debemos obedecer a Dios antes que a los
hombres” (Hechos 5:29). Normalmente será apropiado obedecer a aquellos de esta
tierra que están sobre nosotros en autoridad. Pero nunca, nunca debemos permitir que
esta sumisión al hombre tenga prioridad sobre la sumisión a Dios. Cada
orden que nos da el hombre debe ser aceptable para las órdenes de Dios, o tenemos
el deber divino de desobedecerlas. Los 102 soldados obtuvieron su merecido.
Cooperaron con un rey malvado y compartieron su castigo.
C. EL PRONUNCIAMIENTO DEL JUICIO El ángel del
Señor le dijo a Elías que fuera con el tercer grupo de soldados. “Baja con él; no le
temáis” (v. 15). Como notamos anteriormente, el “no temáis” implicaba la intención
de infligir el mal sobre Elías por parte de los primeros dos grupos de soldados.
Pero el tercer grupo era diferente. No le hicieron mal a Elías, sino que lo escoltaron
a salvo hasta el rey Ocozías.
Cuando Elías se acercó al rey y lo confrontó con respecto a su pecado, repitió el
mensaje de juicio que había dado antes a los siervos de Ocozías. “Él le dijo: Así ha
dicho Jehová : Por cuanto enviaste mensajeros a consultar a Baalzebub dios de Ecrón,
¿no hay Dios en Israel para consultar su palabra? Por lo tanto, no harás
desciende del lecho en que has subido, y ciertamente morirás” (v. 16).
Este pronunciamiento de juicio fue un pronunciamiento valeroso, un
pronunciamiento necesario, pero un pronunciamiento ignorado.
1. Un pronunciamiento valiente
La verdad rara vez es fácil de proclamar. Y es especialmente difícil proclamar
cuando la situación en la que proclamas la verdad es hostil. Elías estaba de vuelta en el
foso de los leones, por así decirlo. Estaba de regreso en Samaria, donde Acab y Jezabel
habían gobernado tan mal y donde Ocozías, el malvado hijo de Acab, ahora gobernaba.
Tuvo que enfrentarse a Ocozías cara a cara y entregar los bienes.
[Seite 224] Era mucho más fácil decirles a los sirvientes qué decirle a Ocozías, pero
ahora debe decirle a Ocozías el anatema de Dios directamente en su cara. Pero Elías no
falló. Dijo la misma verdad no deseada en el palacio que también había dicho en el
camino a Ekron.
No muchos tienen el valor de servir como Elías. Predican enérgicamente contra
ciertos pecados, pero tienen cuidado de hacerlo cuando la multitud se muestra comprensiva.
Póngalos delante de una multitud de gente común, delante de los siervos de
Ocozías; y resplandecerán contra el pecado. Pero ponlos delante de personas
influyentes, delante de los Ocozías; y se ponen terciopelo en la lengua y babean un mensaje
muy revisado. Ahora, por supuesto, lo llaman tacto y algunas otras palabras bonitas;
pero la verdad del asunto es que no son más que cobardes. Cualquiera puede hablar
con valentía en el camino a Ekron. Pero se necesita un hombre de tremendo coraje espiritual
para decir fielmente la verdad en el palacio de Ocozías.
2. Un pronunciamiento necesario
La ida de Ocozías a Baalzebub fue un hecho terrible. Fue un acto que deshonró
mucho a Jehová el Dios de Israel. “La consulta del rey a Baalzebub, dios de Ecrón, es una
negación completa y absoluta de la Divinidad de Jehová. Consultar un oráculo extranjero
equivale a decir que la voz de Dios está en completo silencio en la propia tierra” (Rawlinson).
Entonces, la pregunta de reprimenda de Elías a Ocozías fue: "¿No es porque no
hay Dios en Israel para consultar su palabra?" (v. 16). Pink cita a Thomas Scott, quien
dijo: “Cuando un rey de Israel envió a consultar a un oráculo pagano, proclamó a los
gentiles su costumbre de confiar en Jehová: como si la única nación favorecida con el
conocimiento del Dios verdadero hubiera sido la única nación en el que no se conocía a
ningún dios. Esto fue particularmente deshonroso y provocador para Jehová.” Sí, fue un
pecado muy grave. El hecho de que el pronunciamiento
en su contra se repite palabra por palabra tres veces en el primer capítulo de II
Reyes (vv. 3, 5, 16) enfatiza ese hecho. Este mal en verdad necesitaba el
pronunciamiento repetido del anatema de Dios.
Necesitamos que el mismo pronunciamiento se repita una y otra vez [Seite 225]
hoy, porque multitudes en nuestro tiempo hacen lo mismo que Ocozías. Cuando
llegan los problemas, buscan todo menos a Dios. Cuán raramente la gente “inquiere
en su palabra” en tales tiempos. Lo más probable es que busquen el consejo del
mundo, como Ann Landers, psiquiatras y psicólogos, que ignoran a Dios y Su
Palabra a favor de su pensamiento de Baalzebub; o incluso consultar a brujas y
adivinos que pisan las aguas malditas del demonismo.
Esta práctica no se limita a los pobres y sin educación. Presidente
Kennedy consultó a Jeanne Dixon y los Reagan consultaron a los
astrólogos. Incluso muchos miembros de iglesias que creen en la Biblia reflejan el
hábito de Ocozías, porque son lentos para buscar a Dios en tiempos de angustia,
pero con demasiada frecuencia prefieren buscar ayuda de los Ekrons del mundo
en lugar de buscar ayuda de la Palabra de Dios. Muestran un respeto
sorprendente por los pronosticadores y consejeros mundanos mientras
muestran un escepticismo igualmente sorprendente del valor y la validez de la
Palabra de Dios. Todo esto es una gran deshonra de Dios; porque dice que Él no
existe o que Su Palabra no es confiable y, por lo tanto, no es digna de nuestra
confianza. Tal actitud invita al juicio severo de Dios, y nuestra tierra seguramente está madura para
3. Un pronunciamiento ignorado
“Y murió conforme a la palabra del Señor que Elías había hablado”
(v.17). Ocozías había ignorado la advertencia del fuego del juicio sobre dos
compañías de sus soldados, y aquí continúa rechazando las advertencias de Dios,
porque el mensaje de condenación no lo conmovió. A diferencia de su padre Acab,
quien cuando escuchó el anatema de Dios en la viña de Nabot “rasgó sus vestidos,
y se puso cilicio sobre su carne, y ayunó, y se acostó en cilicio, y anduvo
apaciblemente” (1 Reyes 21:27), Ocozías es no se registra que muestre ningún
signo de arrepentimiento. Si lo hubiera hecho, Dios habría actuado; porque, como
notamos antes acerca de Acab, Dios siempre está listo para perdonar. El más
mínimo esfuerzo de arrepentimiento no pasa desapercibido para Dios. Pero
Ocozías, aunque joven, era un pecador empedernido. No había aprendido de las
experiencias de su padre ni de la sequía ni de la manifestación del Monte
Carmelo ni de ninguna otra [Seite 226] demostración de la fuerza y el poder de
Jehová. Despreció a JehováDios; y, como resultado, terminó pagando el gran
precio de ser cortado por Dios en esta vida y ser consignado al fuego del infierno eterno en la vida v
Trágicamente, la actitud de Ocozías abunda a nuestro alrededor. Dios
envía amplias advertencias, pero la gente no presta atención ni respeta estas
amables advertencias. Más bien, siguen su camino explicando las
advertencias, los estruendos de la naturaleza y los “accidentes” como meras
casualidades sin significado alguno para el alma del hombre. Es un juego necio y
fatal como lo atestigua la vida de Ocozías.
[Página 227] XII
el torbellino
2 Reyes 2:1–12
Para muchas personas el final del viaje de uno en la vida es un tema
morboso. Al mundo especialmente no le gusta pensar o hablar sobre ello.
Y por una muy buena razón: sin Cristo no tienen esperanza. Partir de este
mundo es aterrador para ellos. Es horror, no esperanza. Pero el creyente ve
dejar esta estancia terrenal con una actitud muy diferente. Sí, puede haber y
muchas veces hay sufrimiento por parte de quien está pasando al otro lado; y
hay lágrimas en los ojos y corazones de los que quedan. Pero los creyentes “no
se entristezcan como los demás [incrédulos] que no tienen esperanza” (1
Tesalonicenses 4:13). La partida de un creyente puede ser de triunfo y de recompensa.
¡Y qué salida tan triunfante y gratificante tuvo Elías de este
mundo! Un torbellino, acompañado de un carro y caballos de fuego, lo
levantó de la tierra y lo llevó directo al cielo. Sí, es difícil renunciar a
Elías; pero para el creyente ciertamente no es cosa desagradable
reflexionar y estudiar su partida de esta tierra.
En este estudio sobre el final del viaje de Elías en la tierra, notaremos el
camino de Elías que condujo al lugar de su éxodo en el torbellino, la partida de
Elías en el torbellino y la representación de Elías dada por Eliseo
inmediatamente después de la muerte de Elías. partiendo por el torbellino.
A. EL CAMINO DE ELÍAS
Elías pasó su último día en un viaje que incluyó visitar algunas de las
escuelas de los profetas y cruzar milagrosamente [Seite 228] el río
Jordán. Poco después de cruzar el Jordán, se lo llevó el
torbellino. Seguiremos el camino de Elijah y notaremos el área,
la autoridad, el asociado, la actitud, las academias y los logros
en el camino.
1. El Área del Camino
El área cubierta por el camino de Elías era una distancia de 30 a 35 millas. Se
recorrió en un solo día, lo que significaba que había que caminar a un buen e
implacable ritmo. El camino estaba lleno de lugares espiritualmente significativos.
Se enumeran cuatro de estos lugares. Ellos son Gilgal, Betel, Jericó y el Jordán.
Veremos brevemente cada uno.
Gilgal. Este fue el punto de partida del camino. Hay cinco o seis
lugares llamados Gilgal en las Escrituras. El más famoso es el que está cerca
de Jericó, donde Josué e Israel acamparon por primera vez después de cruzar el río
Jordán para entrar en Canaán. Sin embargo, la Gilgal de donde comenzó el último
viaje de Elías no pudo haber sido esa Gilgal, ya que su camino "bajaba" (v. 2) de
Gilgal a Betel. Bethel estaba varios miles de pies más alto que el famoso Gilgal cerca
del Jordán y requería ir "arriba" no "abajo".
También las Escrituras implican que Betel estaba entre este Gilgal y Jericó, lo
cual definitivamente no es el caso del famoso Gilgal cerca del Jordán. El Gilgal que se
ajusta a nuestro texto sería el Gilgal cerca del monte Gerizim y el monte Ebal, “el
gran lugar de cita de la consagración final de las tribus después de su entrada en la
tierra prometida” (Edersheim) como se indica en Deuteronomio 11:30. Este
Gilgal estaba “ocho o nueve millas” al norte de Betel (Ibíd.).
Capilla para marinos. Desde Gilgal el camino de Elías conducía a Betel. La visión de Jacob de la
escalera que iba de la tierra al cielo hizo de Bethel una estrella especial en el
mapa de Israel. Y así debería ser, porque la escalera era un tipo de Cristo
como Cristo mismo testificó (Juan 1:51). El nombre Betel significa “casa de Dios”, y su
historia temprana estuvo asociada con la dedicación a Dios. Pero en los días de Elías,
Betel [Seite 229] era sinónimo de apostasía; porque cuando Israel se dividió después
de la muerte de Salomón, Betel era uno de los dos lugares (Dan era el otro)
donde Jeroboam, el primer rey del Reino del Norte, instituyó la adoración de los
becerros de oro. Como sede de la idolatría, Betel se volvió hostil a la verdad. Un
ejemplo de esto se ve en el maltrato de Eliseo poco después del éxodo de Elías de la
tierra por el torbellino.
Jericó. De Betel el camino iba a Jericó. La ciudad de Jericó
fue famoso por su destrucción cuando Israel entró en la tierra de Canaán bajo
el liderazgo de Josué. Entonces Dios puso una maldición sobre la reconstrucción
de Jericó. Durante siglos nadie se opuso a la maldición. Pero fue bajo el gobierno
de Acab, por lo tanto durante el tiempo de Elías, que la ciudad fue reconstruida
nuevamente, y no sin experimentar la maldición (1 Reyes 16:34).
Jordán. Después de Jericó, el camino cruzaba el Jordán. Ningún río es más
famoso en el mundo. Aunque era una cosa torcida y despreciada porque estaba
sucia (2 Reyes 5), no obstante fue el escenario de algunos grandes eventos
espirituales que están registrados en las Escrituras. El más importante de estos
eventos hasta la época de Elías fue el cruce del Jordán por parte de los israelitas
bajo el liderazgo de Josué.
Elías cruzó el Jordán para poder partir de este mundo de
el lado este del Jordán nos recuerda a Moisés, ese gran emancipador de Israel,
quien también partió de este mundo del lado este del Jordán.
Hay grandes similitudes entre Moisés y Elías. Jamieson cita la excelente
declaración del obispo Hall con respecto a estas similitudes. Hall dijo: “Debe haber
un paralelo entre los dos grandes profetas que se encontrarán con Cristo en
Tabor [durante la transfiguración de Cristo]: Moisés y Elías. Ambos recibieron
visiones sobre Horeb; a ambos Dios se les apareció allí, en fuego y en otras formas de
terror; ambos fueron enviados a los reyes: uno a Faraón, el otro a Acab; ambos
vengaron las idolatrías con la espada: uno sobre los adoradores del becerro de oro,
el otro sobre los cuatrocientos baalitas; ambos [Seite 230] dividieron las aguas: uno
del Mar Rojo, el otro del Jordán; ambos deben ser llevados más allá del Jordán—el
cuerpo de Elías es trasladado, el cuerpo de Moisés es escondido.”
2. La Autoridad en el Camino
La vida de Elías se caracterizó por la sumisión a la autoridad divina. Sus
movimientos fueron el resultado de la dirección de Dios. Una y otra vez leemos
en las Escrituras que Elías prestó atención a las directivas de Dios sobre dónde ir y qué hacer.
“Vino a él palabra de Jehová, diciendo: Apártate de aquí, y vuélvete al oriente, y
escóndete junto al arroyo de Querit… Y él fue e hizo conforme a la palabra de
Jehová” (1 Reyes 17:2 , 3 ) . , 5); “ Vino a él palabra de Jehová , diciendo: Levántate,
ve a Sarepta… Y él se levantó y fue a Sarepta” (1 Reyes 17:8–10); “Vino palabra
de Jehová a Elías… diciendo: Ve, muéstrate a Acab… Y Elías fue a mostrarse a
Acab” (1 Reyes 18:1, 2); “sea notorio hoy que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu
siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas” (1 Reyes 18:36); “El ángel
del Señor dijo a Elías tisbita: Levántate, sube al encuentro de los mensajeros del rey
de Samaria…
Y Elías partió [al encuentro de los sirvientes]” (2 Reyes 1:3, 4). En el último día de su
estancia terrenal, su sumisión a la autoridad divina todavía era muy notoria. “
Jehová me ha enviado a Betel” (v. 2), “ Jehová me ha enviado
a Jericó” (v. 4), y “ Jehová me ha enviado al Jordán” (v. 6) fueron las directivas que
guiaron su camino en su último día. Elías terminó con su vida de la manera en que la
había vivido: sometiéndose a la autoridad de la voluntad de Dios.
Cuando llega el final, no hay mejor lugar para estar que en la voluntad de Dios.
Pero es probable que uno no esté en la voluntad de Dios al final de la vida si no ha
practicado vivir en la voluntad de Dios durante su vida. El secreto de cómo Elías caminó
su último día en sumisión a la autoridad de Dios es que también caminó de esa manera
todos sus días. Que seamos animados por el ejemplo de Elías a caminar diariamente de
acuerdo a la Palabra del Señor.
[Seite 231] 3. El asociado en el camino
Elías no viajó solo por este camino. Eliseo, su socio, estuvo a su lado todo el
camino. Eliseo había sido designado sucesor eventual de Elías algunos años antes,
cuando Elías regresó de su experiencia en el monte Horeb. Después de la cita,
Eliseo estuvo en compañía de Elías y Elías lo preparó para su cargo. Ahora emprenden
su último viaje juntos.
Dos cosas significativas se destacan prominentemente en este viaje con respecto a
Eliseo como asociado de Elías. Son la persistencia de Eliseo en seguir a Elías y la
promesa para Eliseo dada por Elías.
La persistencia de Eliseo. Eliseo fue muy fiel a Elías, y fue más evidente en este
viaje, porque Eliseo se quedó con Elías todo el camino a pesar de que tuvo repetidas
oportunidades de irse. Tres veces en el viaje, Elías probó a Eliseo diciendo:
“Quédate aquí, te lo ruego; porque el Señor me ha enviado” (vv. 2, 4, 6) en otros lugares
(Betel, Jericó y el Jordán). Pero Eliseo pasó la prueba con más éxito. “No te
dejaré” (Ibíd.) fue su persistente respuesta a cualquier sugerencia de despedida. Por
tanto, “ bajaron a Betel” (v. 2); “ vinieron a Jericó” (v. 4); “ellos dos iban” (v. 6); “ ambos
se pararon junto al Jordán” (v. 7); “ Pasaron los dos por tierra seca” (v. 8); “ habían
pasado” (v. 9); “ellos continuaron adelante” (v. 11).
Tal compromiso de compañerismo es ciertamente necesario en muchas áreas.
de la vida hoy. Pensamos especialmente en el matrimonio donde se están produciendo
tantos divorcios. Las parejas a menudo se separan en un abrir y cerrar de ojos. Sin
embargo, el matrimonio nunca tendrá éxito a menos que las parejas hagan un
compromiso como el de Eliseo: “No te dejaré”. Y tal compromiso es lo que Dios espera
que las parejas hagan en el matrimonio (Mateo 19:5, 6).
La promesa para Eliseo. Después que Elías y Eliseo hubieron cruzado el Jordán,
“Elías dijo a Eliseo: Pregunta qué debo hacer por ti, antes de que yo sea
quitado de ti” (v. 9). Elías hizo [Seite 232] Eliseo una promesa magnánima. Fue la recompensa
de Eliseo por quedarse con Elías. La fidelidad tiene sus recompensas, y Eliseo descubrió
qué bendiciones selectas son.
La respuesta de Eliseo a la promesa fue muy noble. No pidió fama ni fortuna, ni buscó
bendiciones materiales o físicas. Más bien, sabiamente buscó bendiciones espirituales. Él
pidió: “Sea sobre mí una doble porción de tu espíritu” (v. 9). El pedido de una “doble
porción de tu espíritu” no fue un pedido de orgullo para ser el doble de grande que Elías.
No, esta solicitud hablaba de una bendición de herencia. El término “doble porción” se
usa en Deuteronomio 21:17 para describir la porción que el primogénito recibió de la
herencia de su padre. Así, en principio, el término se asocia con una herencia.
Específicamente, está asociado con la herencia de quien asume el liderazgo de la
herencia. Cuando el padre moría, el primogénito tomaba el lugar de su padre. De la
misma manera, Eliseo heredaría el cargo de Elías cuando Elías partiera. Así que Eliseo
estaba pidiendo que pudiera heredar (“doble porción”) el poder espiritual (“de tu
espíritu”) de Elías, que era vital si iba a ocupar ese cargo.
Ojalá ese hombre fuera más consciente de su necesidad de poder espiritual hoy.
Nos hacemos tan grandes y nos regocijamos en nuestra propia fuerza, nuestra propia
habilidad y nuestra propia inteligencia, y olvidamos que sin la investidura espiritual de
Dios somos tan indefensos como podemos ser. Pero como dice Pink, “El trabajo del
ministerio es tal que ningún hombre está naturalmente calificado para ello; sólo Dios puede
hacer algo por lo mismo.”
El pedido de Eliseo no fue un pedido pequeño como lo indica Elías "Tú has
pidió algo difícil” (v. 10). “Duro” en hebreo significa muy difícil.
El uso que hace Elías de la palabra enfatiza la grandeza de la petición de Eliseo. Pero
aunque la petición puede ser grande, Elías quiso decir lo que dijo. Así que Eliseo le
concedería la petición a Eliseo, siempre que Eliseo viera a Eliseo cuando partiera (v.
10), lo cual hizo. (Para un estudio más detallado de la promesa hecha a Eliseo y su
respuesta, vea el libro del autor sobre Eliseo.)
[Seite 233] 4. La actitud del camino La actitud de Elías
en el camino hacia el torbellino es ejemplar. Dos
Destacan especialmente sus actitudes: su tranquilidad y su humildad.
Tranquilidad. Su actitud acerca de partir de la tierra fue una que solo los justos
pueden poseer verdaderamente. Elías no mostró ningún temor de dejar la tierra. No estaba
muy preocupado por el mundo invisible. Conocía a Dios y le servía fielmente. Por lo
tanto, no estaba preocupado por lo que había en
almacenar para él en la eternidad y podía esperar su encuentro con Dios.
Cualquiera que haya vivido como Elías puede pensar lo mismo. Como dijo John Knox en su
lecho de muerte: “Oh, servid al Señor con temor, y la muerte no os será terrible”.
Humildad. Su actitud sobre el aspecto glorioso de su partida fue de gran humildad. No se
gloriaba en ello. No buscó atención especial por ello. Permaneció notablemente callado sobre
todo el asunto. Que encomiable.
La actitud humilde de Elías aquí ciertamente contrasta con la actitud de muchos santos
hoy. FB Meyer dijo: “¡Ay! ¡Qué reprensión aquí para nosotros!... cuando recordamos cuán
ansiosos estamos de decirles a los hombres, por todos los medios disponibles, lo que
estamos haciendo para el Señor. No hay talento que Él nos confíe que no alardeemos como un
asunto de autoalabanza. No hay un soplo de éxito que no nos envanezca poderosamente”.
Krummacher habló de manera similar cuando dijo: “¡Vamos a sonrojarnos aquí! ¡Pues cuán
vanidosos somos propensos a ser de nuestras propias pequeñas distinciones!” Sí, habríamos
convocado una conferencia de prensa o enviado un comunicado de prensa a todos los medios
de comunicación para informarles cómo íbamos a partir. Habríamos tratado de obtener toda la
atención y la gloria que pudiéramos obtener. Pero esta no fue la actitud de Elías. No
estaba pensando en su gloria personal, sino sólo en la gloria de Dios.
Sin embargo, tal forma de pensar rara vez se manifiesta en nuestra época de autoglorificación.
Pero que la actitud de Elías en su camino sea más evidente en nosotros en nuestro camino.
[Seite 234] 5. Las academias en el camino
En Betel y Jericó había escuelas de profetas (el término “hijos de profetas” [vv. 3, 5, 7]
significa estudiantes que se preparan para ser profetas). Elías y Eliseo se encontraron con
estos estudiantes cuando viajaban por estos pueblos.
Desafortunadamente, los estudiantes de estas academias no se comportaron muy bien en
este último encuentro que tendrían con Elijah. Los estudiantes tuvieron un problema de
conversación en ambos pueblos, y en Jericó también hubo un problema de comité.
El problema de la conversación. Los estudiantes de ambas escuelas le dijeron lo
mismo a Eliseo acerca de la partida de Elías, y en cada ocasión recibieron la misma reprimenda
de Eliseo. Los “hijos de los profetas… se acercaron a Eliseo y le dijeron: ¿Sabes que el
Señor te quitará hoy a tu señor de sobre tu cabeza?”. (v.3). La partida de Elías no sólo fue
conocida por Elías y Eliseo, sino que también lo supieron los hijos de los profetas. E incluso
sabían el día. Pero el conocimiento no siempre engendra el bien
modales; y los hijos de los profetas hicieron lo que muchos hacen cuando amplían
su conocimiento: demostrar mucha arrogancia, falta de respeto y falta de
discreción. Ellos sabían algo, y entonces debían decirle a Eliseo lo que sabían (para
impresionarlo con su conocimiento). Luego preguntaron si Eliseo sabía (cómo le
gusta a la gente regodearse si saben algo importante y pueden hacer que otros,
especialmente un superior como era Eliseo, admitan que no lo sabe). Por
supuesto, Eliseo sabía; y deberían haberlo sabido. Pero el orgullo es ciego a
muchas cosas obvias.
La respuesta de Eliseo a ellos fue concisa y severa. “Sí, lo sé; sosténganse
vuestra paz” (v. 3). “Callad” se puede traducir como “estar quietos” o “guardar
silencio”. Rawlinson amplifica la declaración como: “Silencio, no parloteen sobre lo
que es tan sagrado; no supongas que eres más sabio que nadie; sé un poco modesto
y un poco reticente”.
Los cristianos pueden ser muy rectos doctrinalmente y, sin embargo, ser muy
ofensivos en su comportamiento porque carecen de lo que [Seite 235] Krummacher
dice que necesitamos, “una buena atención a los sentimientos y al decoro social
que conviene a los hijos e hijas de Sión”. Los pastores a veces tienen la culpa aquí
cuando describen enfermedades y otros problemas desde el púlpito de manera
bastante tosca e indiscreta. Los feligreses también deben ser cuidadosos y
amables al preguntar por el bienestar de los demás o al contar sus propios problemas.
El problema del comité. Este problema ocurrió solo con los estudiantes de la
academia en Jericó. Jericó no estaba lejos del Jordán; y así, algunos de los
estudiantes, un comité de cincuenta, se aventuraron a seguir a Elías y Eliseo de
lejos para ver la partida de Elías. “Cincuenta varones de los hijos de los profetas
fueron y se pusieron a mirar de lejos” (v. 7). Sin embargo, “lejos” era indicativo del
carácter de su fe. Después de la traslación de Elías, de la que fueron testigos,
insistieron en que Eliseo enviara otro comité de cincuenta hombres fuertes a las
montañas para “buscar” a Elías (2 Reyes 2:16). Su teología era tan mala que
pensaron que Dios podría haber dejado a Elías en algún lugar de las colinas que
rodeaban Jericó. Estos eruditos son como muchos en todas las épocas a quienes
se les puede mostrar una gran cantidad de evidencia con respecto a la verdad,
pero aún así la cuestionan. Pueden tener buenos profesores, y las escuelas
pueden tener buenos currículos, pero estos estudiantes no parecen entender espiritualmente.
6. El logro en el camino El río Jordán atravesó
el camino de Elías en su último viaje sobre la tierra. Sin desanimarse por el
problema, Elías “tomó su manto, y lo envolvió, y golpeó las aguas, y se dividieron
acá y allá, de modo que
que ellos dos cruzaron en seco” (v. 8). ¡Qué gran logro! En él hay un
desafío, una censura y un consuelo.
Un reto. Este gran logro de Elías fue hecho cerca del mismo
final de su estancia terrenal. A diferencia de muchos santos mayores en nuestras
iglesias, él no estaba listo, al final de su [Seite 236] estadía, para sentarse y jugar con los
pulgares y hablar sobre las grandes cosas que había logrado en el pasado. No, iba
a seguir intentando grandes cosas a través del poder de Dios hasta el final.
Ojalá los miembros mayores de nuestras iglesias fueran así. En su mayor parte,
sin embargo, esta gente tiene poco interés en lanzarse a cualquier nuevo proyecto
importante, como un programa de construcción. Sus logros están en el pasado; y parecen
preferir que los logros de su iglesia estén también en el pasado. Pero la acción de
Elijah en Jordan los desafía a buscar logros notables hasta el final de sus vidas.
Una censura. Dos palabras—“tierra seca” (v. 8)—realmente condenan a los
escépticos que siempre están tratando de explicar este y otros milagros con
explicaciones naturalistas. Una de sus explicaciones favoritas para este milagro, y para
el milagro similar que ocurrió en el tiempo de Josué, es que ocurrió un deslizamiento de
tierra río arriba en el Jordán donde corre a través de un barranco angosto y cortó las
aguas por un tiempo. Pero la Biblia dice que Elías y Eliseo, y también los israelitas
de los días de Josué, cruzaron el Jordán en “tierra seca” (v. 8; Josué 3:17). El lecho
de un río no se seca naturalmente en un corto período de tiempo. Tarda días en secarse.
Elías y Eliseo aquí y los israelitas de los días de Josué no esperaron días antes de
cruzar. Cruzaron de inmediato. Las explicaciones que dan los escépticos, porque
no pueden creer en los milagros, son más difíciles de creer que los milagros.
un consuelo Este cruce del Jordán por Elías y Eliseo debe
animar a todos los que anden por el camino que Dios escoge. A veces, al
recorrer ese camino, nos enfrentamos a obstáculos desalentadores que bloquean el
camino y que parecen imposibles de mover. Pero como dijo FB Meyer: “Donde
señala el dedo de Dios, allí la mano de Dios abrirá el camino... Bájate del terraplén, y
las aguas de la dificultad se abrirán ante ti; y encontrarás un camino donde no lo
había para la visión humana.” Dios dividirá todos los Jordán que se interpongan en
nuestro camino si es Su [Seite 237] camino para nosotros.
Nuestra preocupación no tiene que ser acerca de que Él parta el Jordán, sino más bien de
que estemos en el camino correcto.
B. LA PARTIDA DE ELÍAS
La Escritura no siempre da longitud de texto a lo que es importante.
A veces, los acontecimientos y las verdades más dramáticos y vitales se cuentan en
oraciones breves, no en párrafos extensos y detallados. Así es con la despedida de
Elías. Maclaren dijo: “Seguramente nunca se contó un milagro así en voz tan baja.
La ascensión real se narra en una oración. Sus preliminares ocupan el resto de esta
narración”.
Al examinar esta partida dramática, pero reportada brevemente, de Elías,
consideraremos las circunstancias, el carácter y las comparaciones de su partida.
1. Las circunstancias de su partida Al
considerar las circunstancias de la partida de Elías, tenemos dos cosas
en mente: el momento de la despedida y el lugar de la despedida.
El tiempo. El tiempo de la partida de Elías fue el tiempo de Dios. Fue “cuando el
Señor alzó a Elías en un torbellino al cielo” (v. 1) que ocurrió la partida de Elías. Dios,
no Elías, determinó el “cuándo”.
Cuán agradecido debería estar Elías porque fue el tiempo de Dios el que prevaleció
y no el tiempo de Elías. Elías había pedido morir antes cuando estaba bajo el “árbol de
enebro” en gran desesperación después de la orden de Jezabel (1 Reyes 19:4).
Pero Dios se negó a responder a esa petición. Y cuán misericordioso fue de Dios
rechazar la solicitud. Qué bendición, qué recompensa y qué triunfo se habría perdido
Elías si su oración hubiera sido contestada.
Lo mismo es cierto con nosotros, también. Muchas veces nuestras peticiones no
son concedidas por Dios. Eso generalmente hace que nos quejemos y nos quejemos.
Pero si supiéramos como Dios sabe, dejaríamos de quejarnos y quejarnos. Sus
negativas a nuestras peticiones fueron para nuestro bien. Y las negaciones traen
bendiciones mucho mejores que las concesiones [Seite 238] . Como dijo FB Meyer:
“Tendremos que bendecirlo para siempre, más por las oraciones que rechazó que por las que concedió”.
El lugar. La partida de Elías tuvo lugar en un lugar oscuro justo al este del río
Jordán. El pensamiento humano hubiera planeado que Elías se fuera en un lugar y una
situación más prominente, como desde el Monte Carmelo frente a una gran
audiencia o desde Samaria frente a todos sus enemigos para "mostrarles una
cosa o dos". Pero no es si el hombre ve o no lo que hace que una cosa sea
gloriosa; es si Dios ve. Y Dios no tuvo problemas con la oscura ubicación al este
del Jordán.
Su ubicación en la vida puede ser oscura, pero eso no significa que no pueda
tener un glorioso regreso a casa. Lo que determina un glorioso regreso a casa es
su lealtad al Señor. Tu partida de esta tierra no será menospreciada por Dios solo
porque no hayas tenido una posición grande y famosa en la vida. Ni
¿Determina el número de personas en tu funeral la gloria celestial que recibe tu regreso
a casa? Elías tuvo una partida tremenda y gloriosa; pero Eliseo era el único hombre
con él cuando partió.
2. El carácter de su partida
Queremos considerar dos rasgos en cuanto al carácter de la despedida.
de Elías para el cielo. Son la singularidad de la despedida y la conveniencia de
la despedida.
la unicidad La partida de Elías fue única en dos sentidos. Fue
único en sus acompañamientos y en su realización.
Primero, los acompañamientos. Su partida fue acompañada “por un
torbellino” (v. 1), y “un carro de fuego y caballos de fuego” (v. 11). ¡Qué inusual vuelta a
casa! Ninguna otra persona ha tenido nunca un regreso a casa tan grande.
A pesar de la claridad de la Escritura con respecto a estos acompañamientos
y el papel que jugaron, pocas personas lo entienden bien. La mayoría de la gente
asume que Elías fue llevado a la gloria en un carro de fuego. Los artistas, cuyas
pinturas religiosas rara vez están de acuerdo con los hechos bíblicos, generalmente
pintan a Elías en un carro que cabalga [Seite 239] hacia el cielo. Pero en ninguna parte de
las Escrituras dice que montó un carruaje a casa. Más bien la Palabra de Dios dice que
un torbellino lo llevó a la gloria. “ Jehová llevaría a Elías al cielo en un torbellino” (v. 1),
y “Elías subió al cielo en un torbellino” (v. 11). La mayoría de la gente está familiarizada
con la forma en que los tornados recogen cosas y las transportan muchas millas.
De manera similar, Elías fue levantado de la tierra y llevado al cielo. No fue por
un carro en llamas. El carro y los caballos solo lo acompañaban.
El aviso de este frecuente error en el pensamiento de la gente debería incitarnos a ser
más cuidadosos en nuestro propio estudio de la Biblia. Con demasiada frecuencia, en nuestro
estudio de la Biblia, prestamos más atención a cosas como la tradición y las concepciones de
los artistas sobre las escenas bíblicas que a lo que las Escrituras realmente dicen. Tal enfoque
del estudio de la Biblia promueve la ignorancia y el error doctrinal.
En segundo lugar, el logro. Elías entró en el cielo además de morir.
Solo Enoc, de toda la humanidad desde Adán hasta ahora, tuvo un logro
similar. Él, como Elías, bordeó la puerta de la muerte cuando fue conducido a la
eternidad. Pero el relato de las Escrituras sobre la partida de Enoc no da ninguna pista de
que estuviera acompañada de características tan dramáticas como las de la partida de
Elías. La Escritura simplemente dice: “Caminó Enoc con Dios, y desapareció; porque
Dios se lo llevó” (Génesis 5:24). Con Elías, sin embargo, fue un torbellino y el carro y
los caballos de fuego.
Elías y Enoc no serán tan únicos en el cumplimiento de su regreso a casa
después de que se lleve a cabo el Rapto. Multitudes de creyentes compartirán con
estos dos gigantes de la fe en la misma realización cuando sean arrebatados
de la tierra para encontrarse con el Señor en el aire. Si estás vivo en ese tiempo,
¿estarás entre la multitud de los que serán arrebatados?
La idoneidad. El final de la vida de Elías en la tierra ciertamente encaja con
el carácter de su ministerio. El torbellino, el carro y los caballos de fuego, todos
hablan de la obra de Elías en la tierra. FB Meyer lo resumió bien cuando dijo:
“Había aptitud en el método. Él mismo había sido como el torbellino, que
cae [Seite 240] repentinamente sobre el mundo desprevenido, y barre todo a su
paso en su curso impetuoso, dejando devastación y ruina a su paso. Era apropiado
que un hombre torbellino se precipitara hacia el cielo en el elemento mismo de
su vida... nada podría ser más apropiado que la energía tormentosa de su carrera
se manifestara en la ráfaga del torbellino; y la intensidad de su espíritu por el fuego
que brilló en los serafines enjaezados.”
Si nuestro regreso a casa fuera a caracterizar la forma en que hemos vivido
para el Señor, ¿sería evidencia de que hemos vivido con gran fervor por Dios? Si
Dios ajustara el carácter de nuestra partida de la tierra a la forma en que le
hemos servido, algunos ciertamente tendrían una partida muy dramática. Pero
otros tendrían una partida muy aburrida, porque sus vidas no han evidenciado
mucho entusiasmo por el Señor en absoluto. Sí, estaban entusiasmados con
otras cosas, como los deportes y ganar dinero; pero las cosas espirituales rara vez
les dieron un latido extra.
3. Las comparaciones de su partida
El éxodo de Elías de la tierra tiene tanto contrastes como similitudes con
el paso de otros de la tierra.
Contrastes. Qué contraste fue su partida de la tierra con la de sus dos
peores enemigos, Acab y Jezabel. Acab murió en una batalla en la que el profeta
de Dios, Micaías, le dijo que no entrara. Cuando murió, “los perros lamieron su
sangre… conforme a la palabra del Señor” (1 Reyes 22:38). Jezabel murió cuando
fue arrojada desde la ventana de su vivienda en Jezreel y su cuerpo fue pisoteado
por los caballos y el carro de Jehú. Luego vinieron los perros y se comieron todo
menos su “cráneo, sus pies y las palmas de sus manos” (2 Reyes 9:35).
Por supuesto, no necesitas una salida como la de Elías para ser un contraste
con los malvados. De hecho, a los ojos del mundo puede que no tengas tanto
gloriosa una despedida como algunos malvados. Pero eso no cambia la grandeza
del contraste. Lo que ofrece el mayor contraste es el destino de los que parten.
Elías fue al “cielo” (vv. 1, 11) cuando partió de esta tierra.
Ese contraste [Seite 241] fue el mayor de todos los contrastes que tuvo con sus
malvados enemigos. Y ese es el único que realmente importa.
similitudes La despedida de Elías habla y nos recuerda otras despedidas.
Primero, nos recuerda el Rapto. Cuando ocurra el Rapto, los santos en la tierra,
como Elías, entrarán en la eternidad sin pasar por el valle de la muerte. Ellos, como
Elías, serán “arrebatados… al encuentro del Señor en el aire”
(1 Tesalonicenses 4:17). Segundo, la despedida de Elías nos recuerda la ascensión
del Señor. Elías estaba hablando con su leal discípulo justo antes de partir; y cuando
fue apresado, la Escritura dice que su fiel discípulo “no lo vio más” (v. 12). De la
misma manera, Cristo estaba hablando con sus discípulos leales justo antes de ser
"llevado" a la gloria; y cuando fue arrebatado, la Escritura dice que Cristo estaba
“fuera de su vista” (Hechos 1:9).
C. LA REPRESENTACIÓN DE ELÍAS Elías
no tuvo un funeral, pero tuvo un elogio sobre él después de que dejó la tierra. Fue
un elogio muy corto, pero dio una gran representación de un gran profeta. El
elogio de Elías fue pronunciado por Eliseo, el asociado de Elías. Cuando “Eliseo lo
vio [la separación], exclamó: Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a
caballo” (v. 12). Curiosamente, este mismo elogio se le dio a Eliseo cuando yacía en
su lecho de muerte. El rey Joás vino a visitar a Eliseo; y la Escritura dice que él “lloró
sobre su rostro [el de Eliseo], y dijo: Padre mío, padre mío, el carro de Israel
y su gente de a caballo” (2 Reyes 13:14).
Este elogio que hizo Eliseo de Elías fue un doble retrato de
Elías. Lo retrató como un padre y como una fortaleza.
1. La representación del
padre El grito “Padre mío, padre mío” es tanto un término de respeto como un
término de afecto.
Un término de respeto. Era común en aquellos días no sólo que un hijo llamara
respetuosamente a su padre paterno terrenal, “Padre”; [Seite 242] sino también para
que el alumno llame a su maestro, “Padre”; para que el siervo llame a su
Señor, “Padre”; y para que el menor llame al mayor, “Padre”. Ahora Elías era los cuatro
para Eliseo. Se convirtió en el padre de Eliseo en virtud del hecho de que Eliseo,
cuando era joven, dejó su hogar y su padre paterno para irse con Elías. Elías
tendría que reemplazar al padre de Eliseo dando paternalmente
consejos a lo largo de los años. Elías también fue el tutor de Eliseo como hemos
señalado anteriormente en este capítulo. Él entrenó a Eliseo en el oficio profético para
que cuando saliera de esta escena mundial, Eliseo estuviera equipado para tomar
el relevo. Además, Elías era el amo de Eliseo; porque Eliseo sirvió a Elías. “Eliseo hijo
de Safat, el que derramó agua sobre las manos [tarea del sirviente] de Elías” (2 Reyes
3:11). Y, por supuesto, Elías era el mayor de Eliseo, probablemente veinte años o más
mayor que Eliseo. Así que es apropiado que Elías sea llamado “Padre mío, padre
mío”; porque había mucho respeto debido a Elías de parte de Eliseo de esas cuatro
posiciones.
También se le debía respeto a Elías por la gran obra espiritual que hizo en Israel.
La sociedad de su época daba la mayor parte de sus honores a los gobernantes malvados
y al pueblo de la época y tenía poco respeto por Elías. Pero todo fue un gran error. Si
alguna vez hubo un hombre en Israel que necesitaba que se le diera un gran respeto,
ese era Elías.
Qué gran cosa sería si demostráramos respeto por lo que es representativo de Elías
hoy. Respeto a nuestros padres, a nuestro patrón, a nuestros mayores, a nuestros
maestros, y en especial a nuestros líderes espirituales. Pero, por desgracia, hoy en día
se ve poco respeto en cualquier lugar. Por supuesto, una gran cantidad de padres,
empleadores, ancianos, maestros y líderes espirituales hacen poco para merecer
elogios. Sus vidas son a menudo más como las de Acab y Jezabel que como las
de Elías. Pero donde el desempeño es bueno, debe haber respeto. La falta de
respeto es un reflejo de mal carácter en aquellos que no muestran respeto. Y cualquier
pastor responderá por el hecho de que aquellos que le muestran menos respeto en la
iglesia son a menudo aquellos en la iglesia que tienen más problemas con su carácter.
Un término de afecto. ¿Alguien puede leer “Mi padre, mi padre” [Seite 243]
y no ven tremendo cariño en el termino? Este no fue solo un grito de respeto por Elías,
sino que también fue un grito de corazón de afecto por él. ¡Qué gran apego había
tenido Eliseo a Elías!
El afecto de Eliseo por Elías es un reproche al tipo de personas que atraen a
muchos en nuestros días. Los jóvenes a menudo arrastran un pedazo de basura a la
oficina de un ministro y dicen que esto es con lo que quieren casarse. Otros toman como
modelos a seguir a estrellas de Hollywood, músicos de rock y atletas profesionales
acaparadores de dinero que prefieren jugar a la pelota los domingos en lugar de estar en
la iglesia. Y nuestras iglesias y organizaciones cristianas tampoco están ayudando mucho
en esta área; porque siempre están desfilando ante el público, en sus reuniones o en
sus periódicos, "héroes" de la fe que se ajustan a los mencionados
categorías. Especialmente exaltan a los atletas profesionales y los promocionan como
“modelos a seguir”. Pero revelamos nuestro carácter por quién nos atrae y por quién hacemos
nuestros héroes. Necesitamos desesperadamente un cambio en todo esto hoy. Pero ese
cambio solo vendrá cuando tengamos un cambio de carácter y reflejemos los valores de Eliseo
en lugar de los valores carnales de este mundo.
2. La Representación de la
Fortaleza “El carro de Israel y su caballería” (v. 12) se refieren al ejército.
“Carro” aquí es “carro de guerra” según Keil. El carro y la caballería eran aquello en lo que
las naciones basaban su poder, su protección, su seguridad. Así que la declaración de Eliseo
nos dice que Elías fue la gran protección de Israel. Él fue la gran fortaleza para la nación que los
protegió de la destrucción. No fueron los carros y los caballos de Acab sino Elías los que dieron
seguridad a Israel. Sin él “El público había perdido su mejor guardia… Elías era para ellos, por sus
consejos, reprensiones y oraciones, mejor que la fuerza más poderosa de carros y caballos, y los
mantenía alejados de los juicios de Dios. Su partida fue como la derrota de un ejército, una pérdida
irreparable. 'Más vale haber perdido todos nuestros hombres de guerra que este hombre de
Dios'” (Matthew Henry).
La mejor defensa y la mejor seguridad que puede tener una nación son las personas piadosas.
Una nación puede tener los mejores misiles propulsados por energía nuclear, [Seite 244]
el mayor número de hombres armados y las mejores armas, pero aun así ser tan débil como el
agua. La seguridad de Sodoma estaba relacionada con cuántos justos había en la ciudad (Génesis
18:23–33). Desafortunadamente para Sodoma, tenía muy pocos justos para salvarla de la
destrucción. ¿No está nuestra nación peligrosamente cerca de la misma situación? No solo
tenemos cada vez menos justos en nuestra nación, sino que el escarnio y la burla de los justos y
la rectitud aumentan a una velocidad alarmante. Sin embargo, no podemos despreciar a los Elías
y lo que representan sin maldecir la tierra.
[Seite 245] XIII La
escritura 2 Crónicas 21
No pensamos en Elías como
escritor. Pensamos en él como un hombre poderoso en hechos y en palabras habladas. Y
ciertamente era un hombre poderoso en hechos y en palabras habladas. Pero la Escritura
también registra a Elías escribiendo algo. Este hecho se encuentra en un texto que muchos
pasan por alto, porque no se encuentra en el
mismo lugar en la Escritura donde se registra el resto de su actividad. Se
registra en Segundo de Crónicas, mientras que su otra actividad se registra en
Primero y Segundo de Reyes.
La Escritura no registra a Elías escribiendo mucho. Era simplemente una breve
carta a Joram, el malvado rey de Judá, hijo y sucesor de Josafat y yerno de los
malvados Acab y Jezabel. Pero aunque la carta era corta, todavía era muy larga en
instrucciones. Y también fue contundente. Cortó rápido. Trataba del pecado y el juicio
a la manera típica de Elías. Y nos proporcionará otro estudio instructivo de la
vida de Elías.
Estamos haciendo del ministerio de escritura de Elías el último capítulo de
nuestro estudio sobre Elías, aunque ya hemos estudiado su éxodo de la tierra.
Estamos haciendo esto porque la carta que Elías escribió no fue entregada hasta
después de su traducción. Nuestro texto no establece ese hecho, pero un
estudio de la cronología de los eventos en los libros de Reyes y Crónicas produce
esta conclusión.
En este estudio de los escritos de Elías, notaremos la posdata del servicio que el
escrito era para Elías, la búsqueda del mal por parte de Joram que motivó el escrito,
y la profecía de juicio que el escrito contenía para Joram.
[Seite 246] A. LA POSTDATA DEL SERVICIO Dado que
este ministerio de Elías fue póstumo (BH Carroll apropiadamente llama al escrito “un
relámpago póstumo”), se convierte en una posdata del servicio; porque este
servicio se agrega a su registro después de que haya ocurrido el cuerpo principal
de su servicio (servicio realizado durante su vida).
Queremos señalar tres cosas sobre esta posdata del servicio: la
cuestionamiento de la misma, la calificación para la misma, y la calidad de la misma.
1. Cuestionarlo
Debido a que la traducción de Elías tuvo lugar antes de que el escrito fuera
entregado a Joram, algunos cuestionan si este fue realmente el escrito de Elías.
Aquellos que han cuestionado la autoría de Elijah de la escritura han presentado
algunas explicaciones interesantes, pero inválidas, con respecto al texto.
Examinaremos algunas de estas explicaciones para mostrar sus debilidades y
mostrar por qué fue realmente el ministerio de posdata de Elías.
Una de las principales explicaciones que dan quienes no aceptan que nuestro
texto hable de Elías es que hay un error de manuscrito en el texto y que en realidad
se refiere a Eliseo, no a Elías. Sin embargo, esta explicación no tiene apoyo
de los manuscritos. “La palabra [Elías] aparece en todos los manuscritos hebreos
existentes y en todas las versiones orientales” (Thomas Whitelaw).
Otra explicación dice que la carta fue escrita en el cielo por Elías y
entregado sobrenaturalmente. Esta explicación es más difícil de creer que la
conclusión de que Elías escribió la carta antes de morir y que otro la entregó más tarde.
Además, no hay ninguna sugerencia textual para apoyar tal conclusión.
Otra explicación más dice que el Elías de nuestro texto no es el mismo Elías del
que hemos estado leyendo en Primero y Segundo de Reyes. No muchos aceptan
esta conclusión; porque, como la explicación anterior, no tiene soporte textual y crea más
problemas de los que resuelve.
Luego están aquellos que ven este texto como un caso más de la
inexactitud de la Biblia que, dicen, significa que no podemos confiar en las
Escrituras. Siempre hay quienes parecen muy rápidos [Seite 247] para no creer y
desacreditar la Escritura. Estos críticos no dudan en desacreditar un pasaje de las
Escrituras ante la más mínima apariencia de dificultad en él.
Tan pronto como ven tal pasaje, rápidamente anuncian que la Escritura
simplemente no es confiable, que está llena de errores, es contradictoria, etc.
No tratan de reconciliar el texto, ni permiten que los milagros divinos o la revelación
profética entren en escena. Su único objetivo obvio es desacreditar la Escritura y
desalentar la creencia en ella. Es una erudición deshonesta y no tiene mérito
alguno.
Todos los críticos de la conclusión de que este texto era una posdata del ministerio de
Elijah, el gran profeta de Tishbe, parece no tener en cuenta la opinión de que Elijah
fácilmente podría haber escrito la carta en su vida, y luego entregársela a Eliseo o
a otra persona para asegurarse de que fuera entregada en el momento apropiado.
Los críticos, por supuesto, no aceptan ese punto de vista. Después de todo,
argumentan, ¿cómo podía saber Elías sobre la conducta de Joram antes de que fuera
rey? Pero no argumentan en contra del hecho de que la carta contenía una
predicción de la muerte de Joram dos años antes de que muriera. Y si Elías pudo conocer
ese hecho de antemano, ¿por qué no pudo conocer de antemano la conducta de Joram?
Aceptar la predicción de la muerte de Joram de un tirón y rechazar
El conocimiento de Elías de su conducta por adelantado en otro aliento es el
pensamiento más inconsistente y sin valor. También ignora el hecho de que a Elías se
le dio revelación de otros eventos que también sucedieron años después de su
regreso a casa, como la muerte de Jezabel, la llegada al trono de Jehú y Hazael.
convertirse en rey de Asiria. Los críticos también ignoran el hecho de que algunos de los
profetas que escribieron, como Isaías, entregaron profecías muchos años antes de que
se cumplieran. Como ejemplo, la predicción de Isaías de que Ciro liberaría a los israelitas
del cautiverio babilónico se hizo incluso antes de que comenzara el cautiverio babilónico
y mientras Asiria, no Babilonia, estaba en el poder. ¡Y se hizo cien años antes de que
naciera Ciro! ¡También el profeta Miqueas predijo el lugar del nacimiento de Cristo unos
cuatrocientos años antes de que sucediera! Entonces, ¿qué sería tan difícil de que Dios
le informara a Elías unos años antes sobre el comportamiento de Joram [Seite
248] y luego le dijera qué escribir? ¡Absolutamente nada! Es la conclusión más sensata,
más lógica, más exegéticamente correcta y más bíblicamente apoyada.
2. La calificación para ello El
escritor de Hebreos dijo de Abel: “Muerto, aún habla”
(Hebreos 11:4). ¿ Por qué la vida de Abel habló bien de Dios después de su muerte?
¡Porque habló bien de Dios antes de morir! Así fue con Elías, y así será con cualquiera.
Antes de que alguien pueda agregar una posdata a una carta, primero debe haber
escrito una carta. Una posdata implica y exige que algo sucedió antes. No es diferente en
el servicio. La calificación para tener una posdata de servicio después de que hayas
muerto es haber realizado algún servicio, como lo hicieron Elías, Abel y otros, mientras
vivías.
Para muchos no hay posdatas de servicio, sino que hay
muchas posdatas del pecado. Durante la vida de estas personas, no sirvieron al
Señor, sino al pecado. Entonces, cuando murieron, dejaron un legado de problemas que
atormenta y daña la vida de las personas durante generaciones. Los actos malvados
salen a la luz y, a veces, años después de que una persona haya muerto. Y estos actos
malvados traen vergüenza y deshonra a muchos que aún viven, ya veces también traen
pleitos y otros grandes problemas a la sociedad.
Pero para Elías y otros que han servido bien a Dios, a menudo hay muchas
posdatas de servicio. Han dejado atrás cosas tales como libros, escritos, organizaciones,
instituciones, conversos, discípulos y dinero que continúan realizando un gran servicio
para el Señor después de que hayan dejado esta escena terrenal. Pero nada de esto
hubiera sucedido si no se hubieran desempeñado bien durante su vida.
Todo esto debería llevarnos a hacer un verdadero examen de conciencia de
nuestras propias vidas para ver qué tipo de posdata se les agregará después de que nos
vayamos de este mundo. ¿Estamos sirviendo fielmente al Señor con lo que tenemos en
esta vida, o estamos viviendo para nosotros mismos y persiguiendo malos placeres? Después
de que muramos, se revelará lo que hemos dejado atrás. Y esto tampoco está relacionado
sólo con nuestras [Seite 249] voluntades. Se manifestará de muchas maneras y revelará
cómo hemos vivido y qué tipo de personas éramos realmente durante nuestra vida en
la tierra.
3. Su calidad No es
sorprendente que la calidad del servicio posdata de Elías sea de la misma excelente
calidad que su servicio mientras aún estaba en la tierra. Su escritura enfatizaba la Palabra de
Dios y el Camino de Dios. Cualquier cosa que enfatice la Palabra de Dios y el Camino
de Dios tendrá calidad.
La palabra de Dios. La Palabra fue prominente en el servicio de posdata de Elías.
Lo primero que se dijo en la carta a Joram fue: “Así ha dicho Jehová el Señor ” (v. 12).
Inmediatamente Jehoram es dirigido por Elijah a la Palabra de Dios. La Palabra de Dios se
hace autoridad, guía, regla de vida. Se declara clara y contundentemente. Así, el escrito de
Elías tenía un gran valor, una gran calidad. Pero sin la Palabra su escritura sería de poco
valor.
Sin embargo, esta verdad es ignorada en muchas de nuestras iglesias. nuestras iglesias
tienen muchos pastores que corren aquí y allá, instituyen todo tipo de programas de
orientación social, son palmeros y oficiales denominacionales; pero no se especializan en
predicar la Palabra. También nuestras iglesias tienen muchos servicios y reuniones y encuentros
en los que la Palabra de Dios no juega ningún papel, o si se incluye, es un papel muy
pequeño. No necesita llevar una Biblia a la mayoría de las reuniones que tiene la iglesia
promedio porque no la necesitará. Por lo tanto, lo que se hace es de poco valor eterno. Pero
si nuestro servicio como individuos o como iglesia va a tener alguna calidad, entonces la
Palabra de Dios debe estar al frente y al centro. Debe ser el más destacado.
El Camino de Dios. El escrito de Elías reprendió a Joram por no andar en el camino de
Dios. “No anduviste en los caminos de Josafat tu padre, ni en los caminos de Asa rey de
Judá, sino que anduviste en el camino de los reyes de Israel” (vv. 12, 13). [Seite 250]
Josafat y Asa, en su mayor parte, anduvieron en los caminos de Dios. Pero Joram no lo hizo.
Anduvo por los caminos del mal, porque ese es el camino por el que anduvieron todos los
reyes de Israel (el reino del norte).
Parecemos tan propensos a evitar hablar de la manera correcta y de la manera incorrecta
hoy. A diferencia de Elías, no delineamos el bien y el mal muy claramente.
Jugamos a la política en la iglesia y en el púlpito. No queremos ofender a nadie, por lo que
dudamos en corregir a nadie. Pero un predicador que ha perdido su
El valor para hablar claramente en honrar los caminos de Dios y condenar los
caminos del mundo es un predicador que necesita corregirse o salirse del ministerio. El
trabajo del hombre de Dios es guiar a las personas en el camino correcto, en el camino
de Dios. Pero muchos confunden el mensaje y diluyen la Palabra hasta tal punto que
les resulta difícil saber qué está bien y qué está mal. La gente puede escuchar durante años
a algunos hombres y nunca saber la forma correcta. No hay calidad en tal ministerio.
B. LA BÚSQUEDA DEL MAL Lo que
motivó la carta de Elías fue el gran mal de Joram. Joram persiguió el mal como aquellos en
los días del profeta Miqueas, “con ambas manos diligentemente” (Miqueas 7:3). De
hecho, parecía que era todo lo que perseguía.
Y para vivir tan mal suplicaba un enfrentamiento con Elías. Y Jehoram lo recibió, en forma
de carta.
La carta de Elías cita la maldad de Joram y la describe de manera muy clara y
términos picantes. Hoy la descripción sería demasiado fuerte para nuestra sociedad, que
tolera tanto pecado y se opone a llamar al pecado por sus nombres correctos.
Elías, sin embargo, no estaba en el negocio de apaciguar a los pecadores sino en
apresarlos. No se anduvo con rodeos al denunciar el mal. Llamó a las cosas por su
nombre.
Notamos tres cosas del escrito de Elías sobre el mal perseguido por Joram: el
inventario, el instigador y la inexcusabilidad de su mal.
[Seite 251] 1. El inventario de su maldad Cuando
hagamos un inventario de las malas acciones de Joram, descubriremos que la lista de
sus malas acciones se puede dividir en dos categorías: su maldad con respecto a la religión
y su maldad con respecto a los parientes.
Mal respecto a la religión. La carta de Elías decía que Joram había “fornicado a Judá
ya los moradores de Jerusalén, como las fornicaciones de la casa de Acab” (v. 13). Esto se
refiere a la promoción de la adoración de Baal por Joram. El uso de los términos “fornicación”
y “fornicaciones” no solo habla de la infidelidad del pueblo a Jehová cuando adoraban a otros
dioses, sino que también habla de la terrible inmoralidad y el libertinaje asociados con la
adoración de Baal.
Joram fue tras Baal a diferencia de su padre Josafat, quien “no buscó
a los baales” (2 Crónicas 17:3). Y lo que es peor, obligó a Judá a hacer lo mismo. Él
“hizo que Judá y los habitantes de Jerusalén se prostituyeran”. ¡Qué terrible plaga
trajo Joram a la teología y
moral de Judá. ¡Qué influencia tan corrupta tuvo Joram sobre el pueblo!
Corrompió al pueblo con el ejemplo y con el edicto.
Influimos en los demás, nos demos cuenta o no. Jehoram usó sus poderes
como rey para influir mal en la gente. Pero no tienes que ser un rey con gran poder para
influenciar a otros al mal. Puedes ser un don nadie y aun así hacerlo. “Ninguno de
nosotros vive para sí mismo” (Romanos 14:7). Y tú, como Jehoram, tienes que responder
sobre cómo has influido en las personas.
Mal respecto a los parientes. El escrito de Elías también menciona el acto
homicida de Joram en el que había “matado a tus hermanos” (v. 13).
Joram tenía siete hermanos. Cuando se convirtió en rey, esto era siete de más en
lo que a él concernía. “Y habiendo subido Joram al reino de su padre, se fortaleció, y
mató a espada a todos sus hermanos” (v. 4).
El escrito de Elijah no solo citó este terrible acto, sino que también dio la razón
para ello. Elías escribió: “Tus hermanos… eran mejores [Seite 252] que tú” (v. 13). El
hecho de que sus hermanos fueran mejores que él produciría muchos celos en un
personaje como Joram. Le preocuparía que uno de ellos pudiera reemplazarlo como
rey, y definitivamente entorpecería sus malas acciones. Así que asesinó a sus hermanos.
El ataque de Joram a sus hermanos nos recuerda el ataque de Caín a Abel.
¿Por qué mató a Abel? “Porque sus propias obras eran malas, y las de su hermano
justas” (1 Juan 3:12). Abel era mejor que Caín. Y el mal odia el bien y lo atacará si
puede. Entonces Caín y Joram atacaron y mataron a sus hermanos.
Muchos ataques de los malvados contra los piadosos se deben a esta misma razón.
Los justos necesitan recordar que su vida es una continua reprensión para los impíos;
y, por tanto, provoca a los impíos. Y si los impíos pueden, atacarán de manera viciosa.
Incluso los problemas de la iglesia a menudo tienen sus raíces en este mismo
problema. Los miembros que viven en pecado no pueden soportar a un pastor piadoso
y su mensaje justo; entonces contraatacan y atacan al pastor ya veces logran
que sea expulsado de la iglesia.
2. El instigador de su mal
El escrito de Elías comparó la conducta de Joram con la de los reyes de Israel y
en particular con “la casa de Acab” (v. 13). Había una muy buena razón por la que la
conducta de Joram se compararía especialmente con la de la casa de Acab. Atalía, mujer
de Joram, era hija de Acab y de Jezabel; y ella era como su madre Jezabel en que ella
era una gran instigadora de su
persecuciones perversas del marido. Joram “anduvo en el camino de los reyes de
Israel, como la casa de Acab; porque tenía por mujer a la hija de Acab” (v. 6; cp. 1
Reyes 21:25 que registra a Jezabel como la instigadora del pecado de Acab).
El matrimonio de Atalía con Jehoram parecería un gran matrimonio político para
el mundo. Parecía que realmente ayudaría a unir a Judá e Israel y unir a estas dos
naciones divididas, si no como una sola nación, al menos como dos naciones trabajando
juntas en armonía. Pero cuando se ignora el carácter, la paz y la unidad buscadas
serán solo un espejismo. Athaliah no tenía [Seite 253] carácter. Ella fue una maldición,
no una bendición, para Joram y para la nación de Judá.
Qué maldición son las mujeres impías para la humanidad. RG Lee dijo: “Escudriñen
las páginas de la Biblia todo lo que quieran; estudia historia todo lo que quieras. Y
encontrarás una verdad que sobresale por encima de otras verdades. ¿Cuál es esa
verdad? La verdad de que la vida espiritual de una nación, ciudad, pueblo, escuela,
iglesia, hogar nunca se eleva más alto que la vida espiritual de las mujeres”. Cuan cierto.
Y encontrará que los verdaderos líderes de cosas como el aborto, la liberación de la
mujer y otros movimientos profanos son a menudo mujeres del carácter más
desagradable.
Una vez más vemos en las Escrituras la gran advertencia contra casarse con el mal
persona. Esta verdad fue enseñada tan clara y contundentemente con respecto al
matrimonio de Acab con Jezabel. Aquí se ve con la misma claridad y fuerza en el
matrimonio de Joram. Sin embargo, ¿estamos aprendiendo de la Palabra? ¿Prestamos
atención a lo que la Palabra está enseñando? Por el aspecto de lo que algunas personas
traen a la oficina de un ministro como con quien quieren casarse, no lo parece. Las
lecciones del matrimonio de Jehoram con Atalía y del matrimonio de Acab con Jezabel
parecen ser ignoradas casi universalmente.
3. La inexcusabilidad de su maldad
Joram no estuvo exento de ejemplos de buena conducta que le mostraron la forma
correcta de vivir. Su padre y su abuelo, que fueron reyes antes que él, le dieron buenos
ejemplos de conducta. El escrito de Elías señaló esto cuando dijo: “No anduviste en
los caminos de Josafat tu padre, ni en los caminos de Asa [su abuelo] rey de Judá” (v.
12). Josafat y Asa estaban lejos de ser perfectos, pero le dieron a Joram un mejor
ejemplo de cómo vivir y cómo gobernar que lo que estaba haciendo Joram. No podía
excusar su maldad alegando ignorancia del camino correcto. Él “anduvo en el camino
de los reyes de Israel” porque decidió hacerlo. Dejó que su malvada esposa Athaliah
lo influenciara en lugar de los buenos ejemplos de su padre y
abuelo. Dios le había mostrado un camino mejor, pero él [Seite 254] lo ignoró.
Por lo tanto, su maldad era inexcusable.
Tenemos que responder por las ventajas que se nos dan para hacer lo correcto. Y nosotros
tienen más ventajas de las que nos damos cuenta. Hoy en día tenemos más ventajas
espirituales en nuestro país que las que haya tenido cualquier persona en cualquier época.
Sin embargo, como Jehoram, a menudo despreciamos nuestras ventajas y vivimos una vida vil.
Eso solo empeora nuestro pecado, porque la grandeza de nuestro pecado no solo está
determinada por el mal hecho sino por la ventaja que tuvimos para hacerlo mejor. La maldad
de Joram era muy mala en sí misma, pero era mucho peor debido a sus ventajas para hacer lo
mejor.
C. LA PROFECÍA DEL JUICIO Elías tenía la poco
envidiable tarea de anunciar a la gente el destino de sus caminos. Estas confrontaciones con
los corruptos, en las que denunció clara y enérgicamente su pecado y luego predijo su
juicio, fue una parte importante de su ministerio registrado. Anunció a Acab que habría
sequía a causa de la maldad de la tierra. También le anunció a Acab que él (Acab) y Jezabel
morirían en desgracia, que sus hijos serían asesinados y que su dinastía sería derrocada por
el pecado de la pareja real. Anunció a Ocozías que moriría porque había ido tras dioses
paganos. Aquí le escribió a Joram acerca de la maldición sobre su vida a causa de su pecado. La
maldición era severa. “Por cuanto no anduviste en los caminos de Josafat… ni en los caminos
de Asa… sino que anduviste en el camino de los reyes de Israel… He aquí, con gran plaga herirá
Jehová a tu pueblo, a tus hijos y a tus esposas y todos tus bienes; Y tendrás gran enfermedad
por la enfermedad de tus entrañas [intestinos], hasta que tus entrañas se caigan a causa de
la enfermedad de día en día” (vv. 12–15). Los malos caminos de Joram ya habían causado
muchos problemas en su tierra. “En sus días los edomitas se rebelaron de debajo del
dominio de Judá… En el mismo tiempo también se rebeló Libná de debajo de su mano;
porque había dejado al Señor , el Dios de sus padres” (vv. 8, 10). Pero el escrito de Elías aquí
predijo más problemas—muchos más problemas—para él debido a su pecado.
[Seite 255] Las malas acciones traen problemas. Al diablo le gusta anunciar el mal de tal
manera que parece que todo lo que traerá serán cosas buenas. Pero, por supuesto, el diablo
es mentiroso y le dice exactamente lo contrario de la verdad. La verdad dice que el mal maldice.
Sin embargo, el mundo quiere tontamente que olvidemos ese hecho. Así que desafían a
cualquiera a sugerir que los homosexuales son la principal causa del SIDA.
Razonan los problemas del juego, el alcohol y los problemas psicológicos.
efectos del aborto, y los explican como cualquier cosa menos la causa del mal.
Además, el mundo descarta la causa de las tormentas devastadoras y los problemas
de la naturaleza como si no estuvieran relacionados con nuestro comportamiento. Pero
la Palabra de Dios no nos enseñará a pensar de esa manera. Nos dice claramente
que el mal causa problemas, que no puedes vivir sin tener en cuenta el camino de
Dios y salir victorioso; porque el juicio de Dios condenará al pecador.
Notamos el área en la que se predijo el juicio de Dios sobre Joram por su
maldad y la actitud de Joram ante el juicio anunciado.
1. El Área del Juicio La
maldición sobre Joram fue doble, Elías escribió que Dios enviaría
destrucción para la familia de Joram y enfermedad para su cuerpo. Tanto el hogar
como la salud de Joram sufrirían mucho a causa de su pecado.
Juicio sobre su casa. El escrito de Elías profetizó la maldición sobre el
hogar de Joram cuando dijo: “He aquí que Jehová herirá a tu pueblo, a tus hijos, a tus
mujeres y a todos tus bienes con gran plaga” (v.
14). Y sucedió tal como Elías lo había predicho. “ Jehová despertó contra Joram el
espíritu de los filisteos y de los árabes que estaban cerca de los etíopes; y subieron a
Judá, y allanaronla, y se llevaron todos los bienes que se hallaron en la casa del rey,
y también a sus hijos, y sus mujeres [excepto por desgracia a Atalía]” (vv. 16, 17).
La maldición sobre el hogar, particularmente sobre sus hijos, hizo que
Joram experimentara el juicio en la moneda en la que había pecado. [Seite 256] ¡ Qué
dolor en el corazón debió haber sido para Joram ver a sus hijos llevados cautivos!
Pero Joram solo estaba cosechando lo que había sembrado. Cuando Jehoram se
hizo cargo del reino, mató a sus hermanos, un acto atroz que mencionamos
anteriormente. Joram había sacado a los hijos de su padre de la tierra, pero ahora
sus propios hijos han sido sacados de la tierra. Sin embargo, un hijo no fue capturado
(v. 17); no porque Dios fuera misericordioso con Joram, sino porque “ Jehová no destruiría
la casa de David, por el pacto que había hecho con David, y como prometió darle luz a
él y a sus hijos para siempre” ( v.7).
Juicio sobre su salud. Dios no solo maldijo su hogar, sino que también maldijo la
salud de Joram. La profecía escrita de Elías decía: “La enfermedad de tus intestinos
[los intestinos] te enfermará mucho, hasta que tus intestinos se deformen a causa de la
enfermedad” (v. 15). Era una enfermedad repugnante y sin duda explica por qué "se fue
sin ser deseado" (v. 20).
Tenemos una buena idea de cuán repulsiva y vergonzosa fue la enfermedad de
Jehoram al notar la muerte de Antíoco Epífanes y de uno de los Herodes, quienes
tenían aflicciones que se parecían mucho a la aflicción de Joram. La muerte de
Antíoco Epífanes, el gran perseguidor de los judíos unos siglos antes de
Cristo, se describe en el libro apócrifo de Segundo de los Macabeos. “De modo
que los gusanos [probablemente gusanos intestinales] se levantaron del cuerpo de
este hombre malvado, y mientras vivía en tristeza y dolor, su carne se
descompuso, y la inmundicia de su olor era nocivo para todo su ejército”
(2 Macabeos 9:9). En el Nuevo Testamento se nos habla de uno de los Herodes
que, después de pronunciar un discurso en Cesarea y ser aclamado “voz de un
dios, y no de un hombre” (Hechos 12:22), fue “inmediatamente” herido por un ángel
del Señor “porque no dio la gloria a Dios; y fue comido por los gusanos, y
exhaló su espíritu” (Hechos 12:23). Vincent dice que la palabra griega utilizada en
la aflicción de Herodes “es utilizada por escritores médicos sobre gusanos intestinales”.
Si la enfermedad de Joram no fuera la misma enfermedad que [Seite 257]
de Antíoco Epífanes o Herodes, ciertamente fue similar; y fácilmente podría
desencantar a la gente con él para que cuando muriera, muriera “sin ser
deseado” (v. 20). Sin nuestra ayuda médica moderna, se habría convertido en un
hedor terrible, una persona a la que nadie querría tener cerca.
Oh, cuán fácilmente Dios puede tocar al hombre y despojarlo de su jactanciosa
gloria y poder. No se puede pecar contra Dios sin que tarde o temprano le
sobrevenga un “porque”. Como dijo Krummacher, “La maldición divina, como
una tormenta creciente, pronto se descarga”. Te comportas en contra de los caminos
de Dios y llegará el día en que un rayo del cielo dará en el blanco, y serás detenido
en tu camino. “Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo” (Hebreos 10:31).
Pero nuestra generación, como muchas que la precedieron, tiene muy poco
temor de la santidad de Dios. Y esta falta de temor ha promovido una gran falta de
santidad que condena a un gran juicio.
2. La actitud sobre el juicio
La actitud de Joram con respecto al juicio divino fue fatalmente pobre. Hizo
caso omiso tanto de la profecía escrita de juicio de Elías como de su propia
experiencia real. Su pobre actitud reveló un corazón que era tan duro como la piedra.
Con respecto a la actitud de Joram acerca de la profecía escrita del juicio,
Krummacher dijo: “Sin duda [la escritura] debe haber ocasionado terror y
alarma momentáneos; pero no leemos de contrición, y mucho menos de verdadero
arrepentimiento de su parte… en lugar de arrepentirse, hace su rostro más duro
que una roca, y su cuello como un tendón de hierro… Bien podría estremecerse ante
leyendo tal escrito. Pero [la lectura] no terminó en humillación; y todo lo que no se dobla
debe romperse.”
Cuando el juicio vino sobre él, como estaba predicho, tampoco afectó a Joram. La
invasión de Jerusalén que resultó en el saqueo de su palacio y el secuestro de su familia no
lo conmovió. La enfermedad fatal que atacó su cuerpo cuando sólo tenía treinta y ocho años
tampoco lo conmovió.
La enfermedad duró dos años (v. 19) lo que le daría mucho tiempo [Seite 258] e incentivo
para reflexionar, pero no se inclinaría ante la mano castigadora de Dios. No mostró ni un
poco de contrición por su maldad. Oh, la dureza que trae el pecado sobre el alma. Dios
puede castigar muy severamente y dar muchas oportunidades para el arrepentimiento,
pero el pecador empedernido las ignora todas y se va al infierno.
Qué advertencia es esto para nosotros. Dios también nos envía escritos. Él nos ha
enviado el mayor escrito jamás enviado al hombre, a saber, la Biblia. Advierte del pecado y
del juicio que puede traer. Pero con demasiada frecuencia despreciamos la Palabra y,
en cambio, perseguimos con abandono una vida de pecado. Luego, cuando el juicio
comienza a derribarnos, todavía nos negamos a inclinarnos ante el Todopoderoso y Sus
caminos. Si vienen períodos de gracia durante Su trato con nosotros, solo los
usamos como más oportunidades para seguir nuestros caminos pecaminosos. Pero
una cosa que aprendemos del ministerio de Elías es que el juicio de Dios seguramente
vendrá sobre los pecadores que no se arrepienten. A su debido tiempo herirá al alma rebelde.
Sí, Elías envía un mensaje claro a toda alma rebelde y desobediente.
Su último escrito lo resume todo: ¡el pecado trae juicio! No podemos darnos el lujo de
jugar con el pecado y dejar que nos insensibilice hasta el punto de ser insensibles a la
Palabra de Dios ya la mano castigadora de Dios sobre nosotros. El pecado nos
hará extremadamente poco atractivos al final, y nos hará especialmente poco atractivos para
Dios. El pecado perseguido y del que no se ha arrepentido siempre resultará en una
partida “sin ser deseada” (v. 20) del cielo. Qué terrible epitafio de una vida.
Pero no tiene que ser asi. Podemos prestar atención al ministerio de Elías, arrepentirnos
de nuestra maldad, volvernos de nuestro mal camino y así escapar de la ira justificada de
un Dios santo.
[Seite 259] Fuentes de citas Cardous, JA El
ilustrador bíblico (Vol. 4).1* Carroll, BH Una interpretación
de la Biblia en inglés (Vol. 2).
Cook, FC Comentario de la Biblia (Vol. 1).
Edersheim, Alfred. La Historia de la Biblia, Antiguo Testamento.
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Vance. Camino al avivamiento.
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Jamieson, Roberto. Un comentario (Vol. 1).
Keil, CF Comentario sobre el Antiguo Testamento (Vol. 3).
Keller, W. Phillip. Elías: Profeta del Poder.
Krummacher, FW Elías el tisbita.
Lee, RG Sermón “PayDay—Someday” .
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CH Escritos varios (Vol. 5).
Maclaren, Alejandro. Exposiciones de las Sagradas Escrituras (Vol. 2).
Merson, D. El Ilustrador Bíblico (Vol. 4).* Meyer, FB
Elijah y el Secreto de Su Poder.
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Parker, Joseph. Predicando a través de la Biblia (Vol. 4).
Rosa, Arthur W. La vida de Elijah.
Poole, Mateo. Un comentario sobre la Santa Biblia (Vol. 1).
Rawlinson, G. El comentario del púlpito (Vol. 5).*
Scroogie, Graham. El desarrollo del drama de la redención.
Smith, James. Puñados a propósito (Vol. 5).
Spurgeon, Carlos. El Tesoro de la Biblia, AT (Vol. 1).
Conferencias a mis alumnos.
Talmage, T. DeWitt. The Biblical Illustrator (Vol. 4).* Urquhart,
J. The Pulpit Commentary (Vol. 5).* [Seite 260]
Vincent, Marvin. Estudios de palabras en el Nuevo Testamento (Vol. 1).
Watkinson, WL El Ilustrador Bíblico (Vol. 4).* Whitelaw,
Thomas. El comentario del púlpito (Vol. 6).* Wilson, William.
Estudios de palabras del Antiguo Testamento.
2
notas
[←1]
*
La persona indicada es el autor del libro que sigue a su nombre a menos que aparezca un asterisco
(*) después del título del libro. En este caso, la persona es colaboradora del libro o es citada en el libro.
El hecho de que citemos a una persona no significa necesariamente que apoyemos todas las
creencias, prácticas o asociaciones de esa persona.
[←2]
Mayordomo, JG (1994). vol. Número Tres: Elías: El Profeta de la Confrontación. Serie de biografías
bíblicas (1). Clinton, IA: Publicaciones LBC.

Biografia Biblica 6 Elias J Butler

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