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Históricamente Colombia ha sido un país caracterizado por sus disputas internas y la cantidad de
casos de violencia que rodean al país, hasta el surgir del mismo como lo conocemos. A ciencia
cierta podríamos decir que, aunque la historia de América latina está caracterizada por los conflictos
internos y externos, es decir, que también surgen en este entorno de violencia, ninguno es
comprable con el nuestro, ya sea por lo feroz que ha sido este o por el tiempo que la misma se ha
arraigado en el país, por consiguiente, llevándonos al punto de que varias generaciones de
colombianos “no conozcamos la paz”.

Pero ¿Por qué la sociedad colombiana es violenta? ¿que nos hizo de carácter feroz y tendrá esto
algo que ver con nuestras cultura e historia? Para encontrar una posible solución de estas incógnitas
debemos de conocer varias cosas antes, primero es saber cómo somos percibidos los colombianos y
como la visión histórica muestra nuestra propia imagen o nos da un reflejo de esta. Tomando este
como punto de partida, es bien sabido que en el exterior los colombianos tenemos dos famas
características, de las cuales una es muy diferente a la otra, si bien para unas sociedades o grupos
sociales los colombianos somos alegres, esto debido a que nos percibe de tal manera en la cual
siempre buscamos el lado positivo al conflicto o a la distopia que nos rodea, puesto que sabemos
“que una buena actitud hace la diferencia” es decir que nos perciben positivamente, esto gracias a
nuestra propia historia, ya que somo un pueblo que se ha vuelto perseverante que, ante las
adversidades, conserva siempre la esperanza, es por esto el famoso dicho que todo colombiano es
“echao pa' lante”.

Pero toda buena definición tiene su contra parte, y la nuestra es que los colombianos somos vistos
por otros sectores sociales como seres bastante violentos, agresivos, esto llegando al punto de
decirnos que somo malos por naturaleza, es decir somos percibidos como una sociedad que resuelve
sus propios conflictos recurriendo a la fuerza y es por esto mismo que caemos en el ejerció de la
violencia, esto llegando al punto de ser definidos como “individuos apasionados y violentos”

A decir verdad, no podemos encasillar a toda una sociedad como buenos o malos, ya que para
intelectuales también somos definidos para sorpresa de muchos como un pueblo pacifico, superando
su largo historial de violencia, más en estos días no podríamos acunar esta definición como propia
de un colombiano o de la sociedad colombiana en cuestión, ya que esta misma se encuentra muy
lejos de nuestra realidad actual, lo que si podemos intentar es desglosar el hecho de porque nuestro
propio patriotismo no hace violentos, es decir un intento de descubrir, el por qué somos vistos de
una manera tan negativa y que es aquello que nos hace ser caracterizados de esta manera, esto
analizando nuestra historia de mestizaje (el proceso de llegar a ser la raza que somos) hasta la
misma historia después de la “liberación del pueblo de los colonos”

Asimismo, los colombianos somos protagonistas de un espiral de violencia que desatamos desde
que nos independizamos de España y es este suceso el que ha logrado hacer eco en nuestra realidad
social durante varias épocas. Pero no es solo este el único suceso el que maraca nuestro historial de
violencia, ya que esta misma arraiga nuestro suelo patrio, no solo en selvas y montañas, ni es un
suceso aislado solo a la política o la economía del país, sino que se encuentra presente en cualquier
lugar y por efecto de múltiples factores que generan la misma, la cual ya no parece desgarrar a
nadie, salvo a sus propias víctimas directas, pues nos hemos acostumbrado a vivir con ella y no son
pocos los que se volvieron adictos a ella.