Está en la página 1de 44

UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERIA

FACULTAD DE INGENIERIA AMBIENTAL


ESCUELA PROFESIONAL DE INGENIERIA SANITARIA

SA227 APROVECHAMIENTO DE AGUAS SUBTERRÁNEAS

SEMANA N° 5

Tema 5: Técnicas auxiliares en estudios hidrogeológicos

ING. EDGAR RODOLFO ALVA BALTAZAR


ealvab@uni.edu.pe
AGENDA

1. Técnicas auxiliares en estudios hidrogeológicos


2. Caracterización geológica
3. Inventario hidrogeológico
4. Prospección Geofísica
1. TÉCNICAS AUXILIARES EN ESTUDIOS HIDROGEOLÓGICOS

El estudio hidrogeológico tienen por objeto evaluar las características hidrogeológicas del acuífero y
seleccionar el área favorable para la perforación del pozo proyectado, a través del cual se debe extraer la
cantidad de agua suficiente y de calidad apropiada para el fin requerido, sin causar problemas de interferencia
a otras fuentes de agua existentes.

A fin de poder evaluar la zona de estudio durante el desarrollo de un estudio hidrogeológico se debe apoyar de
las siguientes técnicas auxiliares:

• Caracterización Geológica (Cartas Geológicas)


• Inventario Hidrogeológico.
• Prospección Geofísica.
2. CARACTERIZACIÓN GEOLÓGICA (CARTAS GEOLÓGICAS)

Las cartas geológicas proporcionan la siguiente información:

a) Configuración de la cuenca geológica donde se encuentra el acuífero, así como las relaciones estratigráficas
de la formación acuífera con otras formaciones suprayacentes, infrayacentes o adyacentes.
b) Áreas aflorantes de la formación o formaciones acuíferas así como los límites de las mismas.
c) Líneas de contacto de la formación acuífera con otras formaciones más antiguas (a lo largo de esta línea el
espesor de la formación acuífera suele ser mínima).
d) Líneas de contacto con las formaciones más modernas (donde el espesor de la formación acuífera suele ser
mayor, aunque no necesariamente).

Cuando las cartas geológicas incluyen cortes estratigráficos se puede reconstruir la profundidad y espesor de la
formación acuífera, así como la elevación del techo y piso de la misma a lo largo de las líneas del corte.
Las cartas geológicas proporcionan la siguiente información:

a) Configuración de la cuenca geológica donde se encuentra el acuífero, así como las relaciones estratigráficas de la
formación acuífera con otras formaciones suprayacentes, infrayacentes o adyacentes.
b) Áreas aflorantes de la formación o formaciones acuíferas así como los límites de las mismas.
c) Líneas de contacto de la formación acuífera con otras formaciones más antiguas (a lo largo de esta línea el espesor de
la formación acuífera suele ser mínima).
d) Líneas de contacto con las formaciones más modernas (donde el espesor de la formación acuífera suele ser mayor,
aunque no necesariamente).

Cuando las cartas geológicas incluyen cortes estratigráficos se puede reconstruir la profundidad y espesor de la formación
acuífera, así como la elevación del techo y piso de la misma a lo largo de las líneas del corte.
Las cartas geológicas representan la realidad geológica tridimensional en un documento
bidimensional haciendo hincapié en las formaciones aflorantes en cada uno de los sitios cubiertos por
la carta.

Dependiendo de los criterios adoptados en las cartas se suelen representar las unidades
cartografiables que constituyen el sustrato geológico, prescindiendo de las formaciones superficiales
(generalmente recientes) de poco espesor.

Cuando las formaciones superficiales son más potentes (por ejemplo, algunos metros de espesor) se
las incluye en la carta en lugar de las formaciones del sustrato inmediatamente inferior. Existen cartas
geológicas que expresan tan sólo las formaciones del sustrato geológico propiamente dicho, dejando
de lado las formaciones más modernas.

En otros casos, las cartas incluyen unidades geológicas recientes, incluso algunas de débil espesor y
por lo tanto pueden carecer de la información suficiente acerca de las formaciones subyacentes/ más
antiguas.
Las cartas hidrogeológicas se desarrollaron a partir de la necesidad de representar
cartográficamente las características hídricas de las formaciones geológicas, y en
particular, aquellas que tienen potencial para su explotación como acuíferos.

Existen varios tipos de cartas hidrogeológicas: algunas constituyen inventarios analítico-


interpretativos donde se representa la productividad de los acuíferos locales y/o
regionales y las propiedades de las formaciones aflorantes desde el punto de vista hídrico;
otras identifican la localización de los distintos sistemas acuíferos y aún otras abordan
temáticas más específicas, como la calidad de aguas, la hidrogeoquímica, la
contaminación y la vulnerabilidad hidrogeológica.
La información contenida en dichas cartas, particularmente en las cartas hidrogeológicas
propiamente dichas (p.ej. las definidas a partir de la Leyenda de la IAH, 1995),
proporciona datos muy valiosos para el mapa de Sistemas Acuíferos propuesto a saber:

a) Localización de las formaciones acuíferas


b) Características (geometría, permeabilidad, etc)
c) Productividad
d) Aspectos estructurales con relevancia hidrogeológica
e) Aspectos hidrográficos
f) Localización de manantiales
g) Datos de perforaciones y pozos
h) Otros datos hidrométricos.
3. INVENTARIO HIDROGEOLÓGICO

Antes de programar y ejecutar tareas más complejas y costosas de la exploración de agua subterránea, resulta
imprescindible disponer de un conocimiento hidrogeológico previo de la región y avanzar luego en
aproximaciones sucesivas.

Para ello es necesario realizar una serie de investigaciones iniciales referidas a datos existentes, tanto
documentales como de obras.

El conjunto de estas actividades recibe la denominación de inventario hidrogeológico.

Las tareas a realizar se dividen básicamente en dos tipos:

• Recopilación y análisis de antecedentes.


• Censo de pozos y perforaciones.
Antes de programar y ejecutar tareas más complejas y costosas de la exploración de agua subterránea, resulta
imprescindible disponer de un conocimiento hidrogeológico previo de la región y avanzar luego en
aproximaciones sucesivas.

Para ello es necesario realizar una serie de investigaciones iniciales referidas a datos existentes, tanto
documentales como de obras.

El conjunto de estas actividades recibe la denominación de inventario hidrogeológico.

Las tareas a realizar se dividen básicamente en dos tipos:

• Recopilación y análisis de antecedentes.


• Censo de pozos y perforaciones.
Consiste en recolectar la información existente en archivos, tanto de organismos
públicos como de empresas privadas (principalmente de perforación). Si bien es cierto
que cuanto mayor sea la cantidad de datos más precisos serán los resultados, el éxito
también depende mucho de la claridad de objetivos perseguidos y de la idoneidad de
quién colecta los datos.

En líneas generales los antecedentes documentados de interés comprenden los


siguientes:

• Cartografía y fotografías aéreas y/o imágenes satelitales.


• Estudios hidrogeológicos y geológicos, generales y/o de detalle.
• Datos geológicos e hidrogeológicos.
• Perforaciones documentadas (perfiles).
• Datos climatológicos e hidrológicos.
• Análisis químicos de aguas subterráneas y superficiales.
• Datos antropogénicos.
• Bibliografía.

Una vez recolectada la información, es necesario analizarla y procesarla. Del informe


elaborado surgirá un modelo conceptual preliminar de las condiciones hidrogeológicas
de la región y la inserción en ella de la zona de estudio.

Con esa hipótesis inicial podrá desarrollarse la metodología a utilizar en los pasos
siguientes.
Es el método básico de exploración que permite obtener un cúmulo de datos necesarios
para construir cartas y mapas temáticos que conforman la síntesis fundamental de los
conocimientos hidrogeológicos.

Consiste en una visita a la zona de estudio y la recolección de datos de campo de las


obras de captación no documentadas, su ubicación cartográfica y morfológica, relación
con cuerpos de agua superficial y el volcado en planillas específicas de los siguientes
datos mínimos:

• Fecha.
• Ubicación
• Tipo de captación (cavado, perforado, laguna, etc.).
• Cota del terreno y de la boca de pozo.
• Relieve.
• Relieve.
• Nivel del agua.
• Profundidad de la captación.
• Temperatura y conductividad
eléctrica del agua.
• Acuífero captado.
• Entubamientos, filtros, etc.
• Tipo de bomba.
• Uso.
• Caudal de explotación.
• Propietario.
• Perforista.
Los datos pueden constituir información primaria en los casos en que las mediciones y/o
muestreos son efectivamente realizados, o información secundaria cuando provienen de
información de terceros, generalmente de los dueños y a causa de problemas de acceso
a las captaciones.

Si el tiempo de trabajo del censo es prolongado, es conveniente la elección de puntos


estratégicos de mediciones periódicas del nivel de agua, para controlar así sus
variaciones en el tiempo. Con ello se puede ajustar la red de flujo una vez concluido el
censo y contar además con una red de control piezométrico permanente.
La densidad de datos depende de la escala de trabajo, de las necesidades y obviamente
de la disponibilidad de obras en el área.

Es recomendable la participación de profesionales en la realización del censo, aunque


sea rutinario, ya que paralelamente se llevan a cabo observaciones geológicas,
morfológicas, planificación de factibilidad y, fundamentalmente, porque la elaboración
del informe requiere un conocimiento de la región no transferible.
4. PROSPECCIÓN GEOFÍSICA

Debido a que un estudio Hidrogeológico, generalmente las evidencias geológicas superficiales no bastan
para una mayor comprensión de las características del subsuelo, tanto de su naturaleza como de su
estructura que existe debajo de la superficie, es necesario la realización de una adecuada investigación
geofísica orientada a proporcionar información básica de resistividades, que permitan un adecuado
conocimiento de la naturaleza litológica y geomorfológica del área de estudio, para realizar una correcta
interpretación Hidrogeológica.
Objetivos

Los principales objetivos de la prospección geofísica son:

• Evaluar y determinar indirectamente la granulometría y espesor de las diferentes capas


del subsuelo, cuyas características correspondientes a acuíferos recientes o antiguos.

• Determinar las variaciones laterales que influyan en la porosidad y permeabilidad en los


diferentes horizontes existentes.

• Evaluar la calidad del agua subterránea, en función a su mineralización.

• Determinar en lo posible el techo del substrato rocoso del área en investigación.

• Esta información nos permitirá señalar áreas favorables, en casos que las características
del reservorio acuífero presenten buenas condiciones de permeabilidad y profundidad.
Es la rama de la Geofísica que trata sobre el comportamiento de rocas y sedimentos en relación a la
corriente eléctrica.

Los métodos geoeléctricos más empleados en Hidrogeología se basan en la inyección artificial de una
corriente eléctrica (sondeos eléctricos verticales SEV y calicatas eléctricas CE); de menor utilidad son la
polarización inducida (PI) y el potencial espontáneo (PE), este último basado en la medición de campos
eléctricos naturales.
Consiste en un conjunto de determinaciones de la resistividad aparente, efectuadas con el mismo tipo
de dispositivos lineal y separación creciente entre los electrodos de emisión y recepción
(configuraciones de Schlumberger y Wenner).

El sondeo eléctrico vertical permite conocer la distribución de las diferentes capa geoeléctricas. Es
decir, permite determinar la resistividad del subsuelo con la profundidad, haciendo mediciones a lo
largo de una línea dada en incrementos crecientes de distancia entre los electrodos de emisión o de
corriente A y B y luego midiendo la diferencia de potencial producido por el campo eléctrico así
formado, entre otro par de electrodos llamados electrodos de recepción o de potencial M y N.
Es la capacidad que posee un cuerpo para dificultar el paso de corriente eléctrica a
través de el, además, es una propiedad inversa a la conductividad eléctrica y
generalmente se expresa en ohm por metro (Ω.m).

La resistividad de la mayoría de las rocas y sedimentos secos es elevada, por lo que


actúan como semiconductores, o conductores de baja capacidad. Este
comportamiento cambia significativamente cuando las fisuras o los poros están
ocupados por agua, lo que genera una disminución de la resistividad, o lo que es lo
mismo en aumento en la capacidad de conducción de la corriente eléctrica.
Una roca, en general, se comporta como un aislante eléctrico con resistividades
eléctricas del orden de 105 –107 [Ωm].

La resistividad de una roca no depende solo de su litología, sino que también su


capacidad de alojar en sus poros, soluciones salinas que favorezcan la conducción
eléctrica a través de iones en solución. Para la resistividad de una roca, resultan
entonces importantes factores como su porosidad, salinidad de las soluciones,
compactación, y variables de ambiente como presión y temperatura.

La resistividad en las rocas varía entonces en un amplio rango dependiendo de


cómo interactúen las variables antes mencionadas.
La resistividad en los minerales va aumentando de la siguiente forma:

Arcillas → Arenas → Areniscas → Calizas → Rocas ígneas

La alteración de las rocas,


el contenido en agua, o la
combinación entre
litologías, hace variar la
resistividad.
En general en campo encontramos valores de:

• Rocas ígneas y metamórficas inalteradas: > 1000 Ω.m


• Rocas ígneas y metamórficas alteradas, o frecuentemente diaclasadas: 100 a 1000 Ω.m
• Calizas y areniscas: 100 a más de 1000 Ω.m
• Arcillas: 1 a 10 Ω.m
• Limos: 10 a 100 Ω.m
• Arenas: 100 a 1000 Ω
• Gravas: 200 a más de 1000 Ω.m
En el SEV se introduce corriente continua al terreno mediante un par de electrodos,
llamados A y B, y se mide la diferencia de potencial producido por el campo eléctrico así
formado, entre otro par de electrodos, llamados electrodos de recepción o de potencial M y
N. Se calcula la resistividad aparente en cada medición según:
La configuración simétrica de Schlumberg, emplea 4 electrodos, pero en este caso la
separación entre los electrodos centrales o de potencial M y N (a) se mantiene constante, y
las mediciones se realizan variando la distancia de los electrodos exteriores o también
llamados electrodos de emisión de corriente A y B, a partir de los electrodos interiores, a
distancia múltiplos (na) de la separación base de los electrodos internos.
Considerando el dispositivo Schlumberger, los SEV se pueden clasificar en función de la separación
final entre A y B de la siguiente manera (tabla II).
La configuración de este método de medición se muestra en la figura siguiente:

Donde: ρa : Resistividad aparente (ohmio-metro)


∆V : Diferencia de potencial (voltio)
I : Intensidad de corriente (Amperios)
K : Coeficiente geométrico
AB : Electrodos de corriente
MN : Electrodos de potencial

El método de Schlumberg es de gran utilidad cuando se requieren conocer las resistividades de capas
más profundas, sin necesidad de realizar muchas mediciones.
Se dispone de 4 electrodos colocados con una estructura determinada, lo que se
denomina "dispositivo electródico".

Según Orellana (1982), los dispositivos electródicos, en general, constan de cuatro


electrodos; dos de ellos: A y B, por los que la corriente entra al suelo, y los otros dos:
M y N, entre los cuales se mide la diferencia de potencial creada por los A y B. Estos
han de ir unidos, por medio de cables aislados, a un generador eléctrico provisto de
un amperímetro. Los M y N, análogamente van unidos a un instrumento capaz de
medir la diferencia de potencial entre ellas. Tenemos así dos circuitos independientes.
El primero recibe los nombres de circuito de corriente o de emisión; el segundo,
circuito de potencial o de medición.
En este tipo de arreglo (Wenner) la separación entre los electrodos AM, MN y NB se
va variando por un factor “n”. Manteniéndola constante durante todas las mediciones.

Figura: Medidas en el dispositivo Wenner

El dispositivo Wenner, mantiene idénticas las tres distancias: AM = MN = NB, de


modo que si se mueven A y B, también hay que mover M y N.
Para la realización de un SEV normal (distancia entre A y B de 250 a 2.500 m) se requiere de un
operador y 3 a 4 ayudantes para mover los electrodos. Pueden efectuarse entre 3 y 6 por día, en
función de la longitud final, la distancia entre uno y otro y las características topográficas.

Luego de establecer la ubicación del sondeo, la dirección de sus alas e instalar el instrumental de
medición en el centro, se colocan los 4 electrodos (A M N B) de acuerdo al dispositivo a utilizar (ver
figura). Se compensa el potencial natural del terreno y se lo energiza con una corriente continua de
intensidad I en mA (electrodos AB) y se lee la diferencia de potencial ∆V en mV (electrodos MN).
Los valores se vuelcan en una tabla y se calcula la resistividad aparente (ρa en Ω.m)
DISPOSITIVO TETRAELECTRÓDICO
SCHLUMBERGER

Si el dispositivo es Schlumberger, los valores de ρa se calculan mediante la ecuación:

π △V
ρa = (AB 2 − MN 2 )
4MN I

En la siguiente tabla se representan las variables requeridas para el cálculo de ρa y en la figura la


variación de la misma en función de AB/2, en relación logarítmica,
Arreglo tipo Wenner: Se emplea para los sondeos eléctricos verticales según la configuración que
se muestra en la figura:
Resistivímetro de Nilsson Electrodos de corriente Electrodos de potencial

Cinta métrica GPS


Carrete de cableado y
cables conectores
Para la realización de los sondeos se consideran los siguientes parámetros para evitar anomalías en
la medición:

• El área debe ser relativamente plana


• No deben haber tendidos eléctricos cerca que se encuentren por encima de la zona donde se
realiza el sondeo
• El suelo no debe estar saturado de agua
• La sección del sondeo no debe posicionarse sobre tuberías

Estas secciones geoeléctricas que representan cada sondeo eléctrico se correlacionan de acuerdo a
la información litológica de la cual se disponga y se distribuyen espacialmente en un sistema de
información geográfica considerando la georreferenciación del sector haciendo uso del Sistema de
Posicionamiento Global (GPS) y utilizando coordenadas UTM.

También podría gustarte