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INFORME TECNICO
Proyecto:
MODELACIÓN HIDROLÓGICA DE LA
CUENCA NORTE DE MENDOZA
Autores:
Ing. Jorge Hernández
Ing. Nicolás Martinis
Cdor. Luis Fornero
Colaboración:
Téc. Jorge Bartolomeo
Téc. Fernando Ballonga
Téc. Marta Nuñez
Téc. Roberto Barone
Téc. Eduardo Comellas
INTRODUCCIÓN .................................................................................................................. 1
i
3.4.2.3. Recarga de los acuíferos ...................................................................84
3.4.2.3.1. Infiltración de agua en el río Mendoza................................84
3.4.2.3.2. Infiltración de agua en el canal Cacique Guaymallén .........86
3.4.2.3.3. Infiltración de agua en los canales .....................................86
3.4.2.3.4. Infiltración de agua por percolación en parcelas regadas...87
3.4.2.3.5. Infiltración en áreas urbanas ..............................................87
3.4.2.3.6. Infiltración en celdas de Las Heras ....................................88
3.4.2.3.7. Infiltración en Campo Espejo .............................................88
3.4. Calibración del modelo ..............................................................................................88
3.5. Validación del modelo calibrado.................................................................................91
3.6. Aplicación del modelo calibrado.................................................................................93
BIBLIOGRAFÍA ..................................................................................................................113
ANEXOS
Capítulo 2: Tablas con datos meteorológicos, dotaciones de los canales y tablas con
valores calculados por el modelo de superficie
Capítulo 3: Tablas con pozos y freatímetros cuyos regstros fueron utilizados por el
modelo de agua subterránea
Capítulo 4: Tablas con resultados de la ejecución del modelo de agua subterránea
ii
INTRODUCCIÓN
Este informe es producto de lo acordado por el Ministerio de Ambiente y Obras
Públicas de la provincia de Mendoza (MAYOP) y el Instituto Nacional de Agua y el Ambiente
(hoy Instituto Nacional del Agua, INA) y oficializado mediante la firma de un convenio el 3 de
noviembre del año 2000 que contemplaba la realización de las actividades del proyecto
“Modelación hidrológica de la cuenca Norte de Mendoza”. En el mismo convenio consta que
la asistencia administrativa debía realizarla la Fundación ArgenINTA.
Resta comentar que, con relación a la ejecución de las actividades del proyecto,
fueron presentados al comitente los cuatro informes de avance, en uno de los cuales se
incluyó la aplicación del modelo SIMGRO a la misma área de estudio.
1
BREVE DESCRIPCIÓN DEL ÁREA DE ESTUDIO
La cuenca Norte se encuentra, como su nombre lo indica, al norte de la provincia de
Mendoza. Se extiende de oeste a este, desde las últimas estribaciones de la precordillera de
los Andes hasta el curso del río Desaguadero, límite político de las provincias de Mendoza y
de San Luis. Al norte, alcanza las lagunas del Rosario y Guanacache que reciben aguas
esporádicas de los ríos San Juan y Mendoza. Y al sur ponen coto a la cuenca, la cerrillada
de Tupungato y el anticlinal Lunlunta-El Carrizal. Ocupa, total o parcialmente, tierras que
pertenecen a los departamentos Capital, Guaymallén, Godoy Cruz, Lavalle, Las Heras,
Luján de Cuyo, Maipú, Rivadavia, Junín, Santa Rosa, La Paz y San Martín.
Las coordenadas entre las que se encuentra comprendida son:
Y (norte): 6.296.000; 6.247.000
X (este): 2.491.000; 2.611.000
A esta cuenca aportan sus aguas los ríos Mendoza y Tunuyán; éste a través de su
tramo inferior, el que conduce sólo parte del derrame del río luego de haber sido
almacenada en el dique El Carrizal. Ambos constituyen las únicas fuentes de las aguas que
allí se disponen para el abastecimiento de poblaciones, la agricultura y la industria. El agua
subterránea, resultado de la recarga con agua de ambos ríos, es utilizada con los mismos
fines. La lluvia que en ella precipita es la propia de climas que califican como semiáridos a
áridos, por lo que su contribución suele no ser contemplada en la mayoría de los desarrollos
antrópicos.
Los ríos aportantes mencionados, a través de los siglos, transportaron parte de los
materiales cordilleranos que contribuyeron al relleno sedimentario de la cuenca para dar
origen a una extensa y potente llanura, bajo cuya superficie se desarrollaron los acuíferos
que hoy se explotan. Esos acuíferos constituyen una sola masa de agua en toda la
extensión de la cuenca, lo que implica que las acciones que se ejercieren en un punto o
sector de ella, puede repercutir en forma más o menos sensible en una mayor cantidad de
puntos de la misma.
A los fines de identificar al proyecto, el área de estudio ha sido mencionada como la
cuenca Norte o de los ríos Mendoza y Tunuyán Inferior. Ella abarca algo más de 22.800
km2. Sin embargo, para su estudio, en virtud de la deficiencia de información en sus
sectores distales norte y este, se decidió arbitrariamente limitarla utilizando una isolínea de
niveles estáticos del agua subterránea que permitiese incluir la mayor parte de la cuenca en
la que se explota agua subterránea. Tanto la imagen que se encuentra a continuación de
este párrafo, como la figura subtitulada ”Ubicación del área de estudio”, presentan los
bordes (color rojo) y límites (color fucsia) de la cuenca que se asumieron para circunvalar el
área de estudio. Para este limitado espacio físico de la cuenca Norte, que ocupa
aproximadamente 1.000.000 de hectáreas, conviene aclarar que, a lo largo del informe e
indistintamente, se utilizarán para identificarlo los términos “área de estudio”, “cuenca Norte”
y “área modelada o de modelación”.
2
Imagen de la cuenca Norte y los límites establecidos para la modelación
3
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2628000
2644000
2660000
2676000
Ubicación del área de estudio
4
OBJETIVOS DEL PROYECTO
Este proyecto, orientado a definir con mayor precisión la dinámica del agua
subterránea contenida en los acuíferos de la cuenca Norte de Mendoza, tiene por objetivos
los siguientes:
5
CAPÍTULO 1
HIDROGEOLOGÍA
El sector que oficia de límite entre las zonas de acuíferos libres y confinados tiene
características hidrogeológicas óptimas para la extracción de agua subterránea, ya que allí
se hallan las menores profundidades (e inclusive tiene la particularidad de presentar
surgencia natural). Además, se caracteriza por tener altos índices de productividad debido a
la elevada permeabilidad de las formaciones acuíferas.
6
Figura 1.1: Área de estudio - Esquema hidrogeológico - Cuenca Mendoza Norte
7
Desde el punto de vista fisiográfico, se reconocen dos sectores: el oriental y el
occidental. El sector oriental es llano en toda su extensión y está limitado al norte por las
Lagunas de Guanacache, al este por el río Desaguadero, al sur por el río Tunuyán y al oeste
por el río Mendoza; ocupa unos 12.800 km2. El sector occidental, con límite norte
coincidente con el límite provincial con San Juan, el río homónimo y las lagunas del
Rosario, al este por el río Mendoza, al sur por las lomadas de Lunlunta, La Ventana y
Vizcacheras, el arroyo La Estacada y Huayquerías del Tunuyán, y al oeste por la
Precordillera. Ocupa unos 10.000 km2, presenta una variada constitución fisiográfica
integrada en un 55% por cordones montañosos y lomadas, y el resto por la llanura
pedemontana y los valles del río Mendoza y Tunuyán Inferior. Los abanicos aluviales del río
Mendoza y las llanuras de ambos sectores contienen en el subsuelo los importantes
reservorios de la cuenca Norte.
En el sector occidental precordillerano afloran unidades estratigráficas que abarcan
desde el Paleozoico hasta el Cuaternario, mientras que en el resto del mismo y en todo el
oriental, sólo se presentan en superficie depósitos cuaternarios del Pleistoceno hasta el
Reciente.
8
Figura 1.2: Mapa hidrogeológico de la zona norte
9
Los sedimentos permeables: constituyen la cuenca hidrogeológica explotada
actualmente, se corresponden principalmente con el Cuaternario y en menor medida
Terciario superior.
Hacia el Este, en la llanura pedemontana, disminuye la granometría, por lo que los
rodados pasan a arenas y areniscas finas.
Los depósitos cuartarios y recientes, que yacen en discordancia angular sobre los
terciarios y preterciarios en la Precordillera, forman dos niveles de piedemonte de
características aterrazadas.
• Primer nivel de piedemonte: en el ámbito de Precordillera se reconoce el
primer nivel de piedemonte, constituido por depósitos aterrazados
correspondientes al Cuartario más antiguo, emplazado a altitudes entre
1.000 y 1.200 msnm en el valle del río Mendoza.
• Segundo nivel de piedemonte: está formado por depósitos en parte
aterrazados, ubicados entre 800 y 1.000 m de altitud. Ambas unidades
poseen elevada porosidad y permeabilidad por lo que pueden actuar como
buenos acuíferos, en el caso de estar saturados, o como medios favorables
para la circulación vertical (recarga). El espesor máximo de ambos niveles de
piedemonte oscila en 100 m.
Los depósitos aluviales gruesos y medianos: los primeros están formados por
rodados redondeados, provenientes de la remoción del piedemonte, constituyendo abanicos
y terrazas aluviales modernas. Los medianos son arenas con gravilla que rellenan los
cauces actuales. Ambos presentan alta permeabilidad y porosidad efectiva y junto con los
niveles de piedemonte, conforman los acuíferos y las vías de recarga más importantes de la
región.
Depósitos finos: están constituidos por arcillas y limos que forman los barreales y el
fondo de las lagunas actuales.
Depósitos eólicos: que en forma de médanos cubren extensas áreas al este del río
Mendoza, constituyendo ámbitos favorables para la infiltración.
Suelos salinos: están formados por sedimentos finos asociados a sales solubles;
son comunes en el sector oriental, en los sitios más alejados de los ámbitos montañosos.
Depósitos turbosos: se presentan en la vecindad de la desembocadura del Arroyo
Carrizal en el río Tunuyán y están formados por sedimentos con abundante materia
orgánica de origen vegetal (restos de plantas hidrófilas), que origina suelos turbosos.
En la Figura 1.3 se reproduce mediante isopacas, las variaciones en el espesor de
los depósitos aluviales que contienen a llas formaciones acuíferas a lo largo y ancho de la
cuenca sedimentaria. La misma se elaboró a base de la interpretación de sondeos eléctricos
verticales y presenta valores de relleno sedimentario importantes como en el sector de
ingreso del río Mendoza a la cuenca más de 600 m, en las cercanías más de 900 m y en el
departamento de Junín (más de 700 m)
10
PERFIL F-G-H-F
Mendoza
Rio Mendoza
San Martin
Santa Rosa
Surgencia
Las Catitas
La Dormida
Palmira
900
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La Paz
N.E.
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600
500 Acuífero Semi Surgencia
Libre
M.S.N.M.
400
300 Acuíferos Semiconfinados - Confinados
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100
0
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-200 Base Impermeable o Semipermeable
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F G H F
PERFIL F-G-H-F
Figura 4
Figura 1.4: Perfil geológico oeste-este; vista desde el sur hacia el norte
Div. de aguas subterráneas
Destilería Lujan de Cuyo
en Jorba de Funes
Rio Mendoza
Ruta Nacional 40
Arroyo Carrizal
Dique Carrizal
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Luján
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Maipú
Surgencia
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Acuífero
M.S.N.M.
A B C A
PERFILES A-B-C-A y D-E-D
Figura 5
Figura 1.5: Perfiles geológicos oeste-este; vistas desde el sur hacia norte
12
En la Figura 1.6 se tiene una vista en sentido sur-norte del relleno sedimentario del
cuaternario presente en la cuenca Norte, que se extiende en casi su totalidad de oeste a
este de la misma. Se trata de una figura obtenida con el programa Groundwater Modeling
Sistem (GMS), a partir de los espesores de los depósitos aluviales que contienen a las
formaciones acuíferas de la cuenca sedimentaria.
Como ya se dijo, los acuíferos de la cuenca Norte constituyen una sola masa de
agua en toda la extensión de la cuenca. El movimiento del agua subterránea se produce
desde los puntos de ingreso del agua a la cuenca, desde Cacheuta en el río Mendoza y
desde la descarga del dique El Carrizal en el caso del río Tunuyán.
Los sentidos dominantes del flujo subterráneo, son hacia el noreste, este y sudeste,
a partir del ápice hidráulico generado por la recarga en el lecho del río Mendoza, cuando
éste ingresa en la cuenca (Figura 1.7). Las mayores cotas piezométricas superan 910 m s n
m en el extremo occidental del abanico aluvial y las menores, llegan a 470 m en el borde
oriental del mismo. En caso del río Tunuyán, desde el dique el movimiento se produce hacia
el norte, noreste y este.
El gradiente hidráulico, oscila en 0,4% en Luján de Cuyo; al NE de dicha localidad en
la parte media del abanico aluvial aumenta hasta 5 %, debido a la fracturación que afecta al
anticlinal Lunlunta-Barrancas-Carrizal. En Lavalle-Costa de Araujo es del 0,12%.
13
Hacia el Este, en la llanura, el gradiente es más uniforme, oscilando cercano al
0,17%.
Al SO del mencionado anticlinal, en la subcuenca El Carrizal, entre el río Mendoza y
Ugarteche es del 0.5 % y entre Ugarteche y el Embalse El Carrizal de 0,6 %.
La profundidad del agua subterránea, varía entre más de 160 m al oeste de Luján de
Cuyo y 0 m en la vecindad de Palmira (Figura 1.8). La línea de isoprofundidad de 0 m, que
se elonga hacia el NO de dicha localidad, limita un ámbito de surgencia con niveles
superiores a +5 m por encima del terreno, en la zona de transición de acuífero libre al SO y
semiconfinados a confinados al NE.
La oscilación vertical de la superficie piezométrica, se produce como
consecuencia de la variación en el volumen de agua almacenada en un acuífero libre; el
descenso implica disminución y el ascenso aumento de la reserva. En un acuífero confinado
las oscilaciones de la superficie piezométrica derivan de cambios en la presión hidráulica,
mientras que en uno semiconfinado, inciden ambos procesos (Figura 1.9).
La permeabilidad o conductividad hidráulica, obtenida mediante ensayos de
bombeo (Figura 1.10), varía en el sentido de flujo del agua subterránea y acorde con los
procesos de sedimentación con valores máximos de 100 m/d en los alrededores de Luján de
Cuyo, 150 m/d en la parte media del abanico aluvial del río Mendoza y 60m/d al Norte de
San Martín y Santa Rosa. Los valores más bajos 10 m/d corresponden al Sur del Valle de
Carrizal, Norte del departamento Las Heras y Este del Departamento La Paz.
El coeficiente de Almacenamiento (Figura 1.11), obtenido mediante ensayos de
bombeo, en el área de acuífero libre, se estima valores entre 1x10-1 a 10 x 10-1. En la
llanura, varía desde 30 x 10-4 a 1x10-4 .
El coeficiente de percolación, (Figura 1.12), obtenido mediante ensayos de
bombeo en la llanura, varía desde 1x10-4 a 40 x10-4 x 1/d
Las velocidades de flujo horizontal, se estiman considerando los gradientes
hidráulicos y las permeabilidades en las direcciones de flujo. En dirección NE hasta Luján de
Cuyo es aproximadamente de 0.4m/d, al NE de dicha localidad, en la parte media del
abanico aluvial aumenta hasta valores máximos de 7 m/d. Más al NE, hacia la zona de
Lavalle-Costa de Araujo disminuye a valores de 0,012 m/d.
Hacia el este, en la llanura, al Norte de San Martín y Santa Rosa es de 0.1 m/d. En
La dormida y La Paz disminuye a 0.02 m/d.
Al SO del anticlinal, entre el río Mendoza y Ugarteche es de 0.5 m/d, disminuyendo a
0.2 m/d entre Ugarteche y el Embalse El Carrizal.
El recurso renovable disponible es el volumen de agua anual promedio disponible
sobre el que debe planificarse su uso, es el que se recarga por todo concepto a la cuenca
de aguas subterráneas y oscila en los 700 hm3 año en la zona de acuífero libre.
Las Reservas funcionan como embalse natural regulador estacional e interanual. El
volumen de agua total almacenada en los depósitos aluviales de ambos ríos se estima en
función del producto entre la extensión (22.800 km2), el espesor saturado asumido de 150 m
y el coeficiente de almacenamiento 0.08, en 275.000 hm3. Esta estimación incluye tanto el
contenido del acuífero libre como el de los semiconfinados y confinados en toda su
extensión.
Bajo el área cultivada y hasta unos 150 metros de espesor saturado, el
almacenamiento se calcula en unos 30.000 hm3.
14
Figura 1.7: Curvas equipotenciales y direcciones de flujo
15
Figura 1.8: Profundidad del agua subterránea
16
Figura 1.9: Variación de la superficie piezométrica
17
Figura 1.10: Isopermeabilidad
18
Figura 1.11: Isoalmacenamiento
19
Figura 1.12: Isopercolancia
20
1.2.1. El funcionamiento del sistema acuífero
En la cuenca se pueden distinguir tres zonas:
21
CAPÍTULO 2.
MODELO DE SUPERFICIE
Para el caso, las aguas con las que trabaja el modelo son las aleatorias que aportan
las lluvias a áreas incultas y cultivadas, las que se derivan de los cauces de los ríos
Mendoza y Tunuyán, éste en su tramo inferior, con fines de riego, y las que se extraen de
los acuíferos con la misma finalidad. En este capítulo se describen las actividades
efectuadas para montarlo y ejecutarlo.
Ese modelo de superficie se utiliza en este proyecto como complemento del modelo
de flujo de agua subterránea desarrollado en el programa MODFLOW, cuyas características
y funcionamiento se encuentran descritos más adelante (“Capítulo 3. Modelo de agua
subterránea”). Con él se realizan balances hidrológicos mensuales para cada una de las
celdas que componen la grilla en que se discretiza la cuenca (ver punto 3.2. “Métodos”), con
la finalidad de establecer la incidencia de algunos de los diversos fenómenos que han
contribuido al comportamiento hidrológico general del área de estudio entre setiembre de
1979 y agosto de 2006. Sus salidas proveen información de recarga y descarga vertical, a y
desde los acuíferos, para ser utilizada por el modelo de agua subterránea en la simulación
de su dinámica en la cuenca Norte
22
En ese sistema, restringido a la consideración sólo de flujos verticales, ascendentes
y descendentes, la aplicación de agua en cantidad suficiente sobre la superficie del suelo da
lugar a la ocurrencia de los tres fenómenos naturales siguientes:
De allí surgen los tres componentes básicos de flujo para el balance hídrico que se
está describiendo y cuya incorporación a la ecuación vista, para un período de tiempo
determinado, se presentan de la siguiente forma:
Y el agua que percola, consecuencia de otro flujo orientado por la gravedad hacia la
profundidad del terreno, es un egreso del suelo que también ha sido condicionado
previamente por la capacidad de almacenamiento de ése.
El segundo de los sistemas considerados tiene como cuerpo físico, al que ingresan y
del que egresan los componentes del flujo del agua, a las formaciones acuíferas. Lo
percolado desde el suelo, considerado como egreso del mismo en el balance anterior, sigue
su movimiento vertical descendente a través del subsuelo hasta alcanzar el nivel saturado e
incorporarse al volumen almacenado en el acuífero. Es decir, el agua que percola desde el
suelo hacia el subsuelo se transforma, para este otro sistema, en un flujo de ingreso,
Como puede deducirse, aquí también se trata con flujos verticales ascendentes y
descendentes, y la utilización de la ecuación del balance hídrico sólo resuelve lo que se
conoce como recarga/descarga vertical neta del acuífero. Es decir, no contempla los flujos
horizontales que, cuando se trata de cuerpos porosos saturados con alta conductividad
hidráulica horizontal suelen tener mucha importancia.
Dadas así las cosas, la ecuación del balance hídrico para un período determinado,
se presenta así:
23
Recarga/descarga VN = agua percolada - agua bombeada
El área de la cuenca fue discretizada en 9760 celdas (ver punto 3.2 “Métodos”) que
constituyen la parte activa de la grilla; los datos para cada una de esas celdas se ordenan
en tres archivos que se denominan archivos de entrada de datos. En el primero se ingresan
los datos que son establecidos como constantes para cada celda a lo largo del período de
ejecución y que caracterizan a las celdas (superficie cultivada por especie y por la fuente del
agua que recibe, tipo de acuífero sobre la que se encuentra la celda, número de curva para
la aplicación del método del CN a las lluvias que sobre ella precipitan, superficie que riega
cada canal en la celda, coeficiente de pérdida en canales y de eficiencia de riego, estación
meteorológica en cuya área de influencia se encuentra la celda, agua total posible de
disponer en el perfil del suelo según textura para cada especie en cada celda). En el
segundo archivo se incluyen los datos hidrológicos que son variables a través del periodo,
es decir, mes a mes, como las dotaciones de cada uno de los canales que proveen agua
para el riego de los cultivos y las lluvias registradas en cada una de las estaciones
meteorológicas consideradas en el proyecto. En el tercer archivo de entrada se incorporan
los datos meteorológicos mensuales vinculados al cálculo de evapotranspiración de los
cultivos y de las áreas incultas, también registrados en las estaciones recién mencionadas
(Método de Penman-Monteith modificado por FAO). Esos archivos se encuentran en la
carpeta “Juancras”, incorporada al CD adjunto, identificados como “A1_nnnn.txt”,
“A2_nnnn.txt” y “A3_nnnn.txt”, donde las letras n representan números que permiten
identificar los períodos anuales cuyos datos contienen.
24
recarga es información que resulta de la ejecución del modelo de superficie; sus salidas
proveen los datos vinculados a la actividad agrícola del área.
Cabe agregar que toda la información variable utilizada por ambos modelos es de
carácter mensual y corresponde al período de tiempo que va desde setiembre de 1979 a
agosto de 2006. Aquellas series de datos que tuvieron vacíos de información fueron
adecuadas por interpolación y extrapolación utilizando ecuaciones de regresión.
25
En el listado anterior, un número precede al nombre de cada estación. Con esos
números identifica el programa a las estaciones, y cada celda activa se encuentra en el área
de influencia de alguna de ellas.
Todos los datos meteorológicos que las estaciones proveen, excepto la lluvia, se
utilizan para el cálculo de la evapotranspiración a través del método de Penman-Monteith
modificado por FAO. Esos datos meteorológicos, de carácter mensual, requeridos para
aplicar ese método son:
26
Figura 2.1: Estaciones meteorológicas. Áreas de influencia
27
2.2.2. Datos agronómicos
Como se ha visto, el modelo de superficie se desarrolló con el fin de simular el
comportamiento de un sistema compuesto por el agua, el suelo y la vegetación. Este
sistema se caracteriza por el intenso uso del agua en el riego de las especies vegetales que
se cultivan en los poco uniformes suelos del norte mendocino. El mayor consumo de agua
de la cuenca lo realiza la agricultura y, para evaluarlo, fue necesario definir tanto las
características propias de aquellas especies como las propias del ambiente en que se
desarrollan. Así, con fines prácticos, las especies vegetales se separaron en grupos de
cultivos en los que los constituyentes tienen parecidos requerimientos de agua para riego.
Los grupos de cultivos que se consideraron se encuentran en la Tabla 2.1.
Entre las características propias de los cultivos se encuentran los coeficientes kc que
se utilizan para el cálculo de los requerimientos evapotranspiratorios. Los valores de esos
coeficientes que se asumieron para los distintos grupos de cultivos se encuentran en la
Tabla 2.2. Cabe aclarar que, dado que se considera que el comienzo del ciclo vegetativo se
produce en el mes de setiembre (no ocurre así para todos los cultivos), el mes 1
corresponde a ese mes (setiembre), el mes 2 a octubre y así sucesivamente hasta el mes
12, agosto del año siguiente. Se trata de un período anual que se inicia en setiembre de un
año y finaliza en agosto del siguiente.
28
Otra de las características de los especies vegetales utilizada es la profundidad que
alcanzan sus raíces en los diferentes suelos donde están cultivados. Estos valores
multiplicados por la capacidad de almacenar agua en condiciones de disponibilidad (Wc-Wm
en mm/m) que tienen esos suelos permiten conocer las cantidades máximas de agua que
puede retener cada celda de la cuenca disponibles para las especies que allí vegeten. A tal
fin, se consultaron los valores relevados por INTA y la Facultad de Ciencias Agrarias (UNC)
en estudios de suelos realizados en la cuenca Norte y se representaron en la Figura 2.2.
CUENCA NORTE
Disponibilidad de agua en suelos
( Wdisp en mm/m)
Wdisp_ grilla.shp
<62 arenoso grueso
62 - 82 arenoso
82 - 108 arenoso fino
108 - 135 franco arenoso
135 - 156 franco
156 - 175 franco limoso
175 - 189 franco arcillo limoso
189 - 208 franco arcilloso
>208 arcilloso
N
W E
29
Tabla 2.3: Profundidad radical por grupo de cultivos para diferentes suelos
PROF.
Vid Vid Frut Frut Hort Hort Par_
RADICAL Olivo Fores Alfa Incul
parr esp car Pep ver inv que
(m)
Arenoso
0.90 0.70 1.40 1.40 1.50 1.80 0.50 0.50 0.90 0.60 0.40
grueso
Arenoso 0.88 0.68 1.35 1.35 1.47 1.75 0.49 0.49 0.88 0.58 0.39
Arenoso
0.83 0.63 1.24 1.24 1.39 1.62 0.45 0.45 0.83 0.53 0.38
fino
Franco
0.78 0.58 1.11 1.11 1.30 1.47 0.42 0.42 0.78 0.48 0.36
arenoso
Franco 0.73 0.53 1.00 1.00 1.21 1.34 0.39 0.39 0.73 0.43 0.34
Franco
0.69 0.49 0.90 0.90 1.15 1.23 0.36 0.36 0.69 0.39 0.33
limoso
Franco arc-
0.65 0.45 0.82 0.82 1.09 1.14 0.34 0.34 0.65 0.35 0.32
limo
Franco
0.62 0.42 0.75 0.75 1.03 1.05 0.31 0.31 0.62 0.32 0.31
arcilloso
Arcilloso 0.60 0.40 0.70 0.70 1.00 1.00 0.30 0.30 0.60 0.30 0.30
Tabla 2.4: Alturas de agua máxima de la que puede disponer cada grupo de cultivos
según su desarrollo radical en diferentes suelos
Vid Vid Frut Frut Hort Hort Par_
DISPONIBILIDAD mm/m Olivo Fore Alfa Incul
parr esp car pep ver Inv que
Arenoso grueso 62 55.8 43.4 86.8 86.8 93.0 111.6 31.0 31.0 55.8 37.2 24.8
Arenoso 72 63.3 48.9 97.3 97.3 105.5 125.7 35.0 35.0 63..3 41.7 28.3
Arenoso fino 95 79.1 60.1 118.0 118.0 131.8 153.8 43.2 43.2 79.1 50.6 35.9
Franco arenoso 122 94.5 70.2 135.4 135.4 157.5 179.1 50.8 50.8 94.5 58.0 43.6
Franco 146 106.0 76.9 145.5 145.5 176.5 185.3 56.1 56.1 106.0 62.3 49.9
Franco limoso 166 113.8 80.7 149.6 149.6 189.6 204.0 59.3 59.3 113.8 64.1 54.5
Franco arc- limo 182 118.9 82.5 150.1 150.1 198.2 207.9 61.1 61.1 118.9 64.3 57.8
Franco arcilloso 199 123.0 83.3 148.0 148.0 205.0 208.8 62.1 62.1 123.0 63.4 60.8
Arcilloso 208 124.8 83.2 145.6 145.6 208.0 208.0 62.4 62.4 124.8 62.4 62.4
Todas las celdas activas contienen parcelas que pueden estar cultivadas, cultivadas
parcialmente o incultas. (Figura 2.3. Archivo “Celdas con cultivos”, subcarpeta “Figuras”,
carpeta del Capítrulo 2, CD adjunto). La suma de lo contenido en las parcelas contenidas
por una celda origina el área total de cada cultivo por cada celda. Además el área que
abarca cada cultivo en la celda se encuentra identificada con la fuente de agua de la cual se
provee para su desarrollo. Los cultivos se proveen de aguas para riego que provienen de los
ríos y son conducidas por canales (agua superficial), de agua subterránea extraída de los
30
acuíferos de la cuenca o por ambas, además de las precipitaciones (Figura 2.4. Archivo
“Aguas_diferente_origen.wmf”, subcarpeta “Figuras”, carpeta del Capítulo 2, CD adjunto).
Así, se tiene:
Esos datos, propios de cada celda, se ordenan en una matriz que permite establecer
qué área de cada tipo de vegetación tiene y con agua de qué origen se abastece. Entonces,
hay tantas matrices como celdas. (ver archivos 7980A1.txt, 9798A1.txt y 0102A1.txt,
subcarpeta “Archivos de entrada”, carpeta “Juancras” del Capítulo 2, en el CD adjunto)
En la siguiente Tabla 2.5 se detallan los tipos de vegetación considerados para toda
el área de modelación de la cuenca Norte y las superficies que abarcan expresadas en
hectáreas:
Nota (*): el área total de la tabla es mayor al área total de la cuenca (976000 ha)
porque, al considerar el uso de la tierra, se tuvo en cuenta que algunas parcelas
se cultivaron dos veces durante un mismo período. Por ejemplo, cuando se
cultivan hortalizas de verano y luego hortalizas de invierno en una misma
parcela, o se cultivan hortalizas de invierno en los interfilares de frutales.
31
Cuenca Norte
Celdas y parcelas cultivadas
N
W E
0 30 60 kilómetros
32
Cuenca Norte
Celdas y parcelas cultivadas
con aguas de origen diferente
Tipo acuifero.dwg
Borde de cuenca
N
Límite acuíferos
Límite arbitrario
W E
Union2.shp
Secano
S
Agua superficial
Agua subterránea
Uso conjunto
30 0 30 60 kilómetros
33
En la Tabla 2.6 se discriminan las superficies ocupadas por los grupos de cultivos por
el origen del agua que se utiliza para su riego. Las proporciones se encuentran en la última
fila.
Tabla 2.6: Superficies ocupadas por cada grupo de cultivo y el origen de las aguas
con que se riegan (ha).
34
Tabla 2.7: Números de Curva (CN) mensuales adoptados para cada cultivo
Las parcelas regadas con aguas de un canal suelen encontrarse ubicadas en más de
una celda, por lo que un canal suele entregar agua a más de una celda. También, una celda
puede ser abastecida por más de un canal. Consecuencia de ello, cada celda que contiene
parcelas que tienen derechos de riego debe vincularse al o los canales que le aportan sus
aguas y determinarse las superficies empadronadas que tiene cada canal en ella.
35
Utilizando el programa ArcView v.3.3 se elaboró el archivo CN.shp, el cual es un
archivo de formas que vincula una base de datos con la cartografía, donde las parcelas que
constituyen el plano parcelario (Dirección Provincial de Catastro) son las unidades
registrales a las que se atributan con sus dimensiones, con las categorías y superficies
concesionadas para regar, con distintas especies vegetales y sus superficies cultivadas en
ellas, con el número de perforaciones de las que hacen uso, con el tipo de riego según
fuente. Las parcelas se encuentran identificadas con respectivas nomenclaturas catastrales.
La intersección de este archivo con otro archivo de formas que contiene la grilla con la que
se discretizó la parte de la cuenca a modelar permitió transferir toda la información anterior
a las celdas que la componen. Y, con ello, con la información así dispuesta, se elaboraron
los archivos de entrada, 7980A1.txt, 9798A1.txt y 0102A1txt, al modelo de superficie.
La información registrada por el DGI acerca del agua distribuida para riego se
circunscribe a las dotaciones de los canales principales. Consecuencia de ello, fue
necesario agrupar a los canales de la red secundaria según el canal principal que la provee
de agua. Esos agrupamientos se hicieron bajo el esquema que muestra la Tabla 2.9. que
sigue. Los números que se identifican con cada canal, a la derecha de los mismos, son los
códigos de cauces (C.C. según los registros del DGI) que involucra cada agrupamiento.
Tabla 2.9: Canales de las redes primarias de los ríos Mendoza y Tunuyán Inferior
Número Códigos de Superficies con
Nombre del canal
de canal cauces derechos de riego
1 Compuertas 1104 627.4005
2 Primero Vistalba 1106 493.2754
3 Flores 1107 2836.5691
4 Corvalán-Santander 1112-1113 2359.5683
5 Arroyo Carrizal 1813 357.5344
6 Segunda Vistalba 1010 274.0479
7 Primera Guiñazú 1003 132.5287
8 Lima 1005 388.6759
9 Chacras de Coria - La Falda 1012-1016 712.7155
10 Morales-Solanilla-Villanueva 1008-1006-1011 1179.2499
11 Calderón 1004 94.3419
12 Segunda Guiñazú 1009 413.5404
13 Matriz Gil 1017 1999.7352
14 Jarillal 1037 190.0822
15 Sobremonte 1023 1031.5016
16 Mathus Hoyos 1056 2162.9265
17 Tajamar 1070 298.4555
18 Tobar 1091 130.4204
19 Algarrobal 1299 1482.1271
20 Esteban 1278 1157.8965
21 Jocolí 1263 6877.285
22 Auxiliar Tulumaya 1738 5559.6145
23 Desagüe Moyano 1937 650.7126
24 Lunlunta 1285 1247.313
25 Barrancas 1178 794.093
26 Naciente 1118 3406.7498
27 Ortega 1941 621.1519
28 Chachingo 1177 2475.558
29 Céspedes 1183 2404.6493
30 Galigniana Segura 1217 7005.3074
31 Bajada de Araujo 1200 2465.2824
36
Número Códigos de Superficies con
Nombre del canal
de canal cauces derechos de riego
32 San Pedro y San Pablo 1242 3172.7712
33 California 1262 2693.078
34 Natalio Estrella 1254 1546.2264
35 Gustavo André 1237 2470.6082
36 Gallo 2602 618.7833
37 Ovalle 2018 25.7933
38 Dársena 2193 9.6438
39 Constitución 2311 9447.3384
40 Cobo 2396 1080.4455
41 Independencia 2123 7876.9821
42 San Martín 2183 18874.2659
43 Reducción 2022 11330.7773
44 Río Bamba 2391 936.9046
45 Medrano 2431 451.3329
46 Marginal 2397-2425-2432- 14285.7247
2440-2533-2558-
2622
Total con derechos 126650.985
Cabe hacer hincapié que los coeficientes se identifican con las celdas y no con los
canales que las recorren. Es decir, cada celda tiene aplicado un coeficiente, de modo tal
que, si un canal o más entregan parte del agua que conducen a los cultivos de una celda,
debe considerarse que infiltran en ella una proporción equivalente a ese coeficiente.
Además, se aclara que sólo desde el punto de vista del manejo del agua de
superficie, se interpreta que el agua infiltrada se constituye pérdida. De allí el nombre de
“coeficientes de pérdidas en canales”. Cuando se habla de agua subterránea, esas pérdidas
constituyen recarga de acuíferos.
Para definir los coeficientes se tomaron como base estudios sobre pérdidas por
conducción, realizados en el área. (Chambouleyron, J. y Otros, 1982; Hernández, J. 1982;
Hernández, J. 2003).
37
2.3. LA MODELACIÓN Y LA EJECUCIÓN DEL MODELO
39
• Infiltración en los canales
• Percolación
• Recarga
• Bombeo agrícola
• Bombeo industrial
• Evapotranspiración total
• Lluvia total
• Lluvia escorrentía (sale de la celda)
• Lluvia retenida
• Lluvia retenida por el follaje
• Lluvia que llega y moja al suelo
• Cantidad de agua que conducen los canales
• Cantidad de agua que reciben las parcelas cultivadas
• Evapotranspiración en el área inculta
• Lluvia que llega y moja el suelo en área inculta
• Percolación en el área inculta
• Lluvia retenida por el follaje en área inculta
• Cantidad de agua almacenada en el suelo
• Balance del suelo
40
Archivos de salida, tantos como meses contiene todos los períodos.
Contienen valores mensuales de bombeo desde los acuíferos, celda
por celda. Se identifican, si se han ejecutado los períodos 1979/80 a
2005/06, como “7980mf01.wel” (setiembre de 1979), ......,
”7980mf12.wel” (agosto de 1980), ............., ”0506mf01.wel” (setiembre
de 2005), ............., ”0506mf12.wel” (agosto de 2006).
Nota: estos archivos de salida se utilizan como archivos de entrada
de datos para el programa MODFLOW.
En este punto debe tenerse en cuenta que las magnitudes de los resultados, todos
ellos cantidades de agua expresados en hectómetros cúbicos (hm3), son producto de
acciones externas que afectan el sistema agua-suelo-vegetación del área modelada y de las
respuestas del mismo a esas acciones.
Cabe agregar que el breve análisis de los resultados se realiza sobre aquellos que
resultan de la ejecución del modelo durante los períodos 1979/80….2001/02. Las razones
que justifican esta acción se encuentran en el Capítulo 3.
• Hay 157051,0827 ha cultivadas, las que representan el 16% del total del área
modelada
Nota: en el 37% de uso conjunto, el agua de base suele ser casi siempre el
agua de superficie. El agua subterránea suele utilizarse para compensar los
déficit que se suelen presentar al aplicar la anterior, por lo que la incidencia
individual en ese porcentaje debería ser mucho mayor la del agua de
superficie.
Los archivos que portan los resultados y que se analizan en este punto son archivos
de texto. Son las salidas mencionadas en el punto anterior, que no se destinan a la
ejecución del modelo de agua subterránea y que son procesadas mediante planilla de
cálculo. Toda esta tarea ha dado origen a tablas, la mayoría de las cuales, en razón de sus
dimensiones, se presentan en soporte magnético, incluidas en el archivo “Tablas y gráficos
de resultados”, carpeta “Tablas y gráficos”, Capítulo 2, en el CD adjunto. Algunas de ellas se
han impreso en papel y agregado al presente desarrollo; otras al Anexo del presente
capítulo.
41
La Tabla 2.10, “Salida promedio del modelo de superficie (Programa Juancras)”
contiene los valores promedio para los períodos 1979/80 a 2001/02 del archivo de salida
“bal.sal”. Siempre hablando de valores promedio por período anual y para el área modelada,
en esa tabla se puede leer y de esa lectura inferir lo siguiente:
• El total de agua que se pone a disposición del modelo para la realización del
balance en el suelo del área es 4913 hm3. Resulta de sumar la lluvia total, la
dotación de los canales y la cantidad de agua subterránea bombeada desde
los acuíferos
• Del ese total de agua dispuesta, 622 hm3 salen del área por escorrentía y
238 hm3 se evaporan desde el follaje de las especies que vegetan tanto en
suelo inculto como cultivado. Ambas cantidades son parte de la lluvia que no
se infiltra al suelo. Además, parte del agua que conducen los canales, 394
hm3, se infiltra a través de sus lechos antes de alcanzar los suelos cultivados
y se considera que percola en profundidad sin incorporarse a ellos,
recargando directa mente los acuíferos. Toda el agua descrita en este
párrafo no participa del balance a nivel de suelo.
Ese mismo razonamiento se puede realizar para el suelo del área cultivada y para el
suelo del área inculta, independientemente una de otra. Así, para el primero, se tiene:
• Del total del agua ingresada, 127 hm3 salen del área cultivada por
escorrentía, 62 hm3 se evaporan desde el follaje de los cultivos. Ambas
cantidades son parte de la lluvia que no se infiltra al suelo.
• El total de agua ingresada al área inculta es 1708 hm3. Ello es sólo producto
de la lluvia, por cuanto el área inculta no es regada.
• Del total del agua ingresada, 495 hm3 salen del área inculta por escorrentía,
174 hm3 se evaporan desde el follaje de la vegetación natural. Ambas
cantidades son la parte de la lluvia que no se infiltra al suelo.
En el Anexo de este capítulo se encuentran los resultados, período por período, que
dieron origen a la Tabla 2.10, recién comentada. El conjunto de resultados se todos los
períodos se presenta, a su vez, en la tabla “Cuenca Norte. Balance a nivel de suelo.
Períodos 1979/80 a 2001/02”, incorporada en el Anexo, y constituye una de las hojas del
archivo “Tablas y gráficos de resultados_M.xls”, carpeta “Tablas y gráficos” del Capítulo 2
que se encuentra en el CD adjunto.
Como ya se dijo antes, otras salidas del programa son los archivos
“7980mens1.txt.......0102mens1.txt”, cuyos resultados son mensuales, celda por celda, y
que, dados sus grandes tamaños, sólo se presentan en soporte magnético. El producto
inmediato de su procesamiento mediante planilla de cálculo (archivo “Resultados
mensuales_CN.xls”, carpeta “Tablas y gráficos”, CD adjunto) se encuentra dispuesto como
tabla en el Anexo, titulada “Cuenca Norte. Valores calculados por el programa Juancras” y
contiene resultados mensuales de toda la cuenca, los promedios mensuales y las
totalizaciones anuales. Esta tabla y las tablas mencionadas en el párrafo anterior que están
incorporadas en el Anexo sirvieron de base para la elaboración de las que se describen a
continuación.
Tanto las tablas que se describen a continuación y las figuras que se elaboraron con
los datos que ellas contienen se encuentran incluidas en las hojas del archivo “Tablas y
gráficos de resultados”, carpeta “Tablas y gráficos” del Capítulo 2 que se encuentra en el CD
adjunto.
43
Tabla 2.10: Salida promedio del modelo de superficie (Programa JUANCRAS)
Promedios de componentes de los balances
hidrológicos correspondientes a los períodos 1979/80 a 2001/02
Evaporan. total 2412 Lluvia total 2074 Lluvia veget. 1453 Dotación canales 1946 Bombeo total 893
Evaporan.cultivo 1373 Lluvia cultivos 366 Lluv.foll.total 238 Inf.canal total 394 Bombeo ac.libre 122
Evaporan.inculto 1038 Lluvia inculto 1708 Lluv.foll.cult. 61 Inf.can.zona lib 74 Bombeo ac.conf. 771
Recar.zona libre 410 Lluvia escor. 622 Lluv.foll.incul. 177 Inf.can.zona con 319 Perc.sup.total 1249
Recar.zona conf. 1233 Lluvia retenida 1452 Lluv.suelo total 1214 Dotación parcela 1553 Perc.sup.cult. 1249
Rec/Desc.v.n. 749 Lluv.suelo cult. 179 Perc.sup.inculto 0
Lluv.suelo incul 1036
Alm.suelo inicio 68 Alm.suelo final 67 DIFERENCIA: Ingresos - egresos + var. almacen = 0
44
En la Tabla 2.11, se muestran las variaciones de la precipitación sobre el área de la
modelación (976.000 ha). Si bien los datos están expresados en hectómetros cúbicos por
período anual, un cálculo sencillo que considera el área que recibe las lluvias permite
realizar los comentarios en milímetros precipitados, unidad usada habitualmente. De la
segunda columna se puede extraer que valores oscilan entre los 371 mm (1999/2000) y 107
mm anuales (1987/88), con un promedio anual de 214 mm. De esas lluvias anuales, el 59 %
de lo precipitado alcanza el suelo y se incorpora a él, participando de los balances hídricos a
nivel de suelo y contribuyendo al proceso evapotranspiratorio y al de recarga de acuíferos.
El 30 % fluye fuera de la cuenca como escorrentía superficial y el resto (11 % del promedio)
es devuelto a la atmósfera por evaporación desde las superficies de intercepción como el
follaje, ramificaciones aéreas de los vegetales y la hojarasca.
En la misma tabla se discrimina entre área y suelo cultivado y área y suelo inculto (o
cubierto con vegetación natural). Del total de la lluvia que cae sobre área cultivada sólo
aproximadamente el 49 % alcanza y se incorpora al suelo; en cambio, cuando el área está
inculta (o con vegetación natural), lo hace aproximadamente el 61 %.
45
Tabla 2.11: Las lluvias y su descomposición en el área de la modelación
Lluvia total anual Lluvia sobre Lluvia retenida por el follaje Lluvia que llega al suelo
Períodos
Lluvia total Lluvia escor. Lluvia retenida área cultivada área inculta Lluv.foll.total Lluv.foll.cult. Lluv.foll.incul. Lluv.suelo total Lluv.suelo cult. Lluv.suelo inculto
1979/80 1450.446 116.907 1333.538 244.784 1205.661 215.705 50.296 165.409 1117.839 147.978 969.861
1980/81 2094.318 493.772 1600.546 345.267 1749.050 265.496 63.723 201.773 1335.058 176.223 1158.834
1981/82 1206.977 200.931 1006.046 224.550 982.427 166.209 42.524 123.685 839.840 126.591 713.249
1982/83 1532.425 308.195 1224.231 258.576 1273.849 188.061 43.547 144.514 1036.172 153.115 883.057
1983/84 3583.669 1321.064 2262.605 630.806 2952.864 372.006 94.111 277.895 1890.602 279.986 1610.615
1984/85 2465.146 879.110 1586.036 457.840 2007.306 254.306 64.232 190.074 1331.738 209.155 1122.582
1985/86 1512.110 272.112 1239.998 254.801 1257.309 197.601 47.110 150.491 1042.398 148.509 893.889
1986/87 2062.582 460.132 1602.450 372.486 1690.096 255.501 63.453 192.049 1346.947 205.876 1141.071
1987/88 1044.407 310.166 734.241 158.220 886.187 123.022 29.735 93.288 611.216 80.652 530.564
1988/89 1141.636 154.939 986.697 195.649 945.987 159.666 38.187 121.479 827.029 115.475 711.555
1989/90 1915.033 444.532 1470.501 337.166 1577.867 250.060 64.663 185.398 1220.441 173.268 1047.172
1990/91 1767.023 366.818 1400.205 345.181 1421.843 230.113 61.922 168.191 1170.096 192.327 977.769
1991/92 2169.964 673.479 1496.484 372.447 1797.517 245.262 61.883 183.379 1251.222 186.163 1065.059
1992/93 2816.811 779.722 2037.088 506.824 2309.987 341.438 108.870 232.568 1695.658 245.040 1450.618
1993/94 1142.676 126.395 1016.281 205.216 937.461 169.323 42.413 126.909 846.956 119.157 727.799
1994/95 1102.631 239.502 863.129 202.568 900.063 144.223 36.768 107.456 718.907 104.801 614.107
1995/96 2050.039 751.532 1298.507 372.477 1677.562 213.919 55.547 158.372 1084.586 168.256 916.330
1996/97 2150.196 960.054 1190.142 399.036 1751.160 198.824 53.350 145.474 991.318 159.763 831.555
1997/98 3188.379 1483.760 1704.619 590.672 2597.706 298.269 81.919 216.350 1406.348 212.638 1193.710
1998/99 2578.931 623.178 1955.752 448.664 2130.266 312.888 76.646 236.241 1642.865 239.251 1403.614
1999/00 3625.805 1692.390 1933.415 673.591 2952.214 313.909 82.483 231.426 1619.508 261.717 1357.790
2000/01 3061.189 1023.328 2037.861 516.973 2544.216 333.080 82.372 250.708 1704.780 239.821 1464.959
2001/02 2040.965 626.250 1414.716 297.005 1743.960 216.668 46.788 169.879 1198.044 160.364 1037.681
Prom.
79/02
2074.059 622.099 1451.960 365.687 1708.372 237.633 60.545 177.087 1214.329 178.527 1035.802
MAX 3625.805 1692.390 2262.605 673.591 2952.864 372.006 108.870 277.895 1890.602 279.986 1610.615
MIN 1044.407 116.907 734.241 158.220 886.187 123.022 29.735 93.288 611.216 80.652 530.564
46
En la Tabla 2.12. se encuentran valores que representan las cantidades de agua por
período anual que los operadores de los sistemas de riego superficiales decidieron destinar
al uso en la agricultura, en virtud de las disponibilidades, y las que los usuarios de agua
subterránea, con el mismo fin, extrajeron desde los acuíferos. En la segunda columna
figuran las cantidades de agua periódicas (anuales) conque se dotó a los canales en sus
tomas y en la tercera las pérdidas ocurridas durante la conducción hasta las bocatomas de
las parcelas o propiedades donde se encuentran los cultivos. Estas pérdidas son del orden
del 20 %.
De la suma de las columnas 2ª y 5ª, se obtiene el aporte bruto en cada período anual
(columna 6ª) resultado de acciones humanas (no se contabiliza la lluvia) para proveer de
agua a los cultivos. Como no toda esa agua llega a las parcelas cultivadas, puesto que ,
como se vió, muchos de los canales pierden agua (columna 3º), en la columna 7º se estima
los aportes netos para regar.
Con la información que provee la misma Tabla 2.12. se pueden comparar los usos
para riego del agua de superficie y de la subterránea. A nivel de disponibilidad en la toma de
los canales derivados del río Mendoza, esa comparación se puede realizar estableciendo la
relación entre los valores de la columna 2ª, “Dotación canales”, y los de la columna 5ª,
“Bombeo agrícola” con los de la columna 6ª, “Aporte periódico bruto”. De ello, como
promedio, se obtiene lo siguiente:
• agua de superficie: 69 %
• agua subterránea: 31 %
• agua de superficie: 64 %
• agua subterránea: 36 %
47
Tabla 2.12: Dotaciones superficiales y agua subterránea expresados en hm3/año
Promedios
1979/2002
1946.288 393.610 1552.671 893.007 2839.295 2445.679
MAX 2483.728 510.745 1972.983 1117.744 3320.103 2809.358
MIN 1252.931 251.985 1000.946 775.431 2370.675 2115.616
• En las tres tablas que siguen se sintetizan los balances periódicos a nivel del
suelo. En la primera, la Tabla 2.13., el tratamiento de los valores de los
resultados se realiza para el suelo de toda el área de modelación, teniendo en
cuenta tanto las áreas cultivadas como aquellas que no lo están. En ella,
sumando los valores de las columnas 2ª, 3ª y 4ª, se obtienen las cantidades
de agua que ingresan al perfil del suelo explorado por las raíces de los
vegetales durante el período (columna 5ª), luego de haberse infiltrado a
través de la superficie del terreno. Esas cantidades se adicionan a las que ya
estaban almacenadas en el suelo al inicio de cada período, y que provienen
de los períodos que les anteceden (columna 6ª). Una parte de cada una de
esas sumas periódicas puede no ser a ser retenida en el suelo; ello ocurre
cuando lo sumado supera su capacidad de retención. y percola en
profundidad fuera del alcance de las raíces (columna 7ª). El agua que
permanece en el suelo es, entonces, aquella que queda disponible (columna
8ª) para que ocurra la evapotranspiración (columna 9ª). Al terminar cada
período suele quedar una alícuota de la disponible, almacenada en el suelo,
que no ha sido evapotranspirada (columna 10ª); esa cantidad comparada con
que se encontraba almacenada al inicio de cada período permite establecer si
el suelo ha ganado o perdido agua durante el mismo (columna 10ª).
48
Tabla 2.13: Balance a nivel de suelo plurianual para toda el área de modelación.
Valores expresados en hm3/año
Lluvia en el Aporte Almacenamiento Disponibilidad en Almacenamiento Variación de
Dotación Evapotranspiración
Períodos Bombeo suelo periódico al al inicio del Percolación el suelo en al final del almacenamiento del
parcela total
total suelo período el período período suelo
1979/80 1770.464 929.076 1117.839 3817.379 75.604 1394.450 2498.533 2427.462 71.071 -4.533
1980/81 1972.983 836.375 1335.058 4144.416 71.071 1619.283 2596.204 2524.319 71.885 0.814
1981/82 1528.622 915.655 839.840 3284.116 71.885 1214.570 2141.431 2071.382 70.049 -1.835
1982/83 1916.152 862.732 1036.172 3815.056 70.049 1573.129 2311.976 2234.713 77.263 7.214
1983/84 1614.149 783.162 1890.602 4287.913 77.263 1320.145 3045.030 2977.431 67.599 -9.664
1984/85 1661.416 798.141 1331.738 3791.294 67.599 1341.294 2517.600 2450.506 67.093 -0.506
1985/86 1571.374 891.737 1042.398 3505.509 67.093 1225.042 2347.561 2278.149 69.412 2.318
1986/87 1797.457 843.562 1346.947 3987.966 69.412 1446.827 2610.550 2538.648 71.902 2.490
1987/88 1821.095 969.390 611.216 3401.701 71.902 1468.883 2004.720 1938.778 65.942 -5.960
1988/89 1533.483 999.489 827.029 3360.001 65.942 1212.419 2213.524 2150.835 62.689 -3.253
1989/90 1426.600 932.508 1220.441 3579.549 62.689 1127.332 2514.906 2448.000 66.906 4.217
1990/91 1298.170 935.055 1170.096 3403.321 66.906 1021.194 2449.034 2381.956 67.077 0.171
1991/92 1530.840 834.879 1251.222 3616.941 67.077 1226.751 2457.267 2386.184 71.083 4.006
1992/93 1444.870 775.431 1695.658 3915.959 71.083 1154.188 2832.854 2763.112 69.742 -1.341
1993/94 1481.859 939.826 846.956 3268.641 69.742 1170.285 2168.099 2102.150 65.949 -3.793
1994/95 1539.026 968.957 718.907 3226.891 65.949 1211.353 2081.488 2016.121 65.366 -0.583
1995/96 1424.904 940.868 1084.586 3450.358 65.366 1094.776 2420.948 2357.059 63.888 -1.478
1996/97 1000.946 1117.744 991.318 3110.008 63.888 883.566 2290.330 2229.466 60.864 -3.024
1997/98 1492.242 893.110 1406.348 3791.700 60.864 1259.288 2593.277 2528.075 65.202 4.337
1998/99 1210.305 908.413 1642.865 3761.583 65.202 969.560 2857.225 2788.597 68.628 3.426
1999/00 1337.072 778.544 1619.508 3735.124 68.628 1065.441 2738.310 2662.258 76.052 7.424
2000/01 1556.477 828.327 1704.780 4089.584 76.052 1275.884 2889.751 2820.698 69.053 -6.998
2001/02 1780.936 856.184 1198.044 3835.165 69.053 1445.510 2458.708 2389.300 69.408 0.354
Prom.
1979/2002
1552.671 893.007 1214.329 3660.008 68.710 1248.746 2479.971 2411.530 68.440 -0.269
MAX 1972.983 1117.744 1890.602 4287.913 77.263 1619.283 3045.030 2977.431 77.263 7.424
MIN 1000.946 775.431 611.216 3110.008 60.864 883.566 2004.720 1938.778 60.864 -9.664
49
De la misma Tabla 2.13, el aporte de cada componente al suelo del área de la
modelación es, porcentualmente y en promedio, el siguiente:
agua superficial: 43 %
agua subterránea: 24 %
lluvia: 33 %
Dotación parcela
Componentes del balance a nivel de suelo Bombeo
Cuenca Norte. Área de modelación
Lluvia en el suelo total
3500
Disponibilidad en el suelo
2500
Volúmenes (hm3).
2000
1500
1000
500
Períodos
0
19 0
19 1
19 2
19 3
19 4
19 5
19 6
19 7
19 8
19 9
19 0
19 1
19 2
19 3
19 4
19 5
19 6
19 7
19 8
19 9
20 0
20 1
2
/8
/8
/8
/8
/8
/8
/8
/8
/8
/8
/9
/9
/9
/9
/9
/9
/9
/9
/9
/9
/0
/0
/0
79
80
81
82
83
84
85
86
87
88
89
90
91
92
93
94
95
96
97
98
99
00
01
19
Gráfico 2.1. Curvas plurianuales de los componentes del balance hídrico a nivel de suelo para
el total del área de modelación
50
agua superficial: 59 %
agua subterránea: 34 %
lluvia: 7%
Esos porcentajes complementarios varían en forma mas o menos importante a lo
largo de la serie de períodos; existen algunos de ellos en los que las cantidades de aguas
superficiales se encontraban en el 60% y por encima de él - década del ’80, durante la cual
los derrames de los ríos superaron sus módulos -, en los que los bombeos calculados fueron
inferiores a la media. Y otros en que los derrames descendieron dando lugar a mayores
extracciones de agua subterránea, como el período de excepción (1996/97) en el cual el
bombeo debe superar a la cantidad de agua de superficie para compensar su faltante. Vale,
sin embargo, recordar aquí que el agua subterránea sólo compensa las cantidades de agua
faltantes en las parcelas donde realiza uso conjunto.
En el Gráfico 2.2. se han graficado las columnas de la Tabla 2.14. que se está
describiendo, se puede observar que el bombeo del agua subterránea está condicionado
principalmente por la presencia del agua de lluvia; su explotación aumenta cuando
descienden las cantidades llovidas, aunque éstas no sean importantes, lo que se debe a que
la mayor parte del bombeo se efectúa en superficies cultivadas que no reciben agua de
superficie; allí el bombeo compensa el déficit pluvial. También se puede observar que la
percolación en profundidad, por debajo del suelo, oscila en sintonía con las dotaciones
superficiales, lo que podría indicar que la ineficiencia de manejo a nivel parcelario se
manifiesta más claramente en parcelas regadas con agua superficial que con agua
subterránea bombeada.
1500
1000
500
Períodos
0
19 80
19 81
19 82
19 83
19 84
19 5
19 86
19 87
19 88
19 89
19 90
19 91
19 92
19 3
19 94
19 95
19 96
19 97
19 8
19 99
20 00
20 01
2
/8
/9
/9
/0
/
/
79
80
81
82
83
84
85
86
87
88
89
90
91
92
93
94
95
96
97
98
99
00
01
19
Gráfico 2.2. Curvas plurianuales de los componentes del balance hídrico a nivel de suelo
para el total del área cultivada
51
Tabla 2.14: Balance plurianual a nivel de suelo para el área cultivada. Valores expresados en hm3/año
1979/80 1770.464 929.076 147.978 2847.518 16.586 1394.450 1469.654 1403.915 65.739 49.153
1980/81 1972.983 836.375 176.223 2985.581 65.739 1619.283 1432.038 1365.485 66.552 0.814
1981/82 1528.622 915.655 126.591 2570.867 66.552 1214.570 1422.850 1358.127 64.723 -1.830
1982/83 1916.152 862.732 153.115 2931.999 64.723 1573.129 1423.593 1351.743 71.850 7.128
1983/84 1614.149 783.162 279.986 2677.297 71.850 1319.922 1429.226 1367.363 61.863 -9.987
1984/85 1661.416 798.141 209.155 2668.712 61.863 1341.294 1389.281 1328.981 60.300 -1.563
1985/86 1571.374 891.737 148.509 2611.620 60.300 1225.042 1446.879 1382.796 64.083 3.783
1986/87 1797.457 843.562 205.876 2846.895 64.083 1446.826 1464.152 1398.589 65.563 1.480
1987/88 1821.095 969.390 80.652 2871.136 65.563 1468.883 1467.817 1407.203 60.613 -4.950
1988/89 1533.483 999.489 115.475 2648.446 60.613 1212.419 1496.640 1439.280 57.360 -3.253
1989/90 1426.600 932.508 173.268 2532.377 57.360 1127.313 1462.424 1400.845 61.579 4.219
1990/91 1298.170 935.055 192.327 2425.552 61.579 1021.194 1465.937 1404.187 61.751 0.172
1991/92 1530.840 834.879 186.163 2551.882 61.751 1226.751 1386.882 1321.125 65.756 4.006
1992/93 1444.870 775.431 245.040 2465.341 65.756 1154.188 1376.909 1312.493 64.416 -1.341
1993/94 1481.859 939.826 119.157 2540.842 64.416 1170.285 1434.974 1374.351 60.623 -3.793
1994/95 1539.026 968.957 104.801 2612.784 60.623 1211.353 1462.054 1402.015 60.040 -0.583
1995/96 1424.904 940.868 168.256 2534.028 60.040 1094.776 1499.291 1440.730 58.562 -1.478
1996/97 1000.946 1117.744 159.763 2278.453 58.562 883.566 1453.448 1397.910 55.538 -3.024
1997/98 1492.242 893.110 212.638 2597.990 55.538 1258.057 1395.471 1335.598 59.873 4.335
1998/99 1210.305 908.413 239.251 2357.969 59.873 969.541 1448.300 1385.301 62.999 3.126
1999/00 1337.072 778.544 261.717 2377.333 62.999 1065.438 1374.894 1304.596 70.299 7.300
2000/01 1556.477 828.327 239.821 2624.625 70.299 1275.641 1419.283 1355.644 63.639 -6.660
2001/02 1780.936 856.184 160.364 2797.484 63.639 1445.510 1415.613 1351.541 64.072 0.433
Promedios 1979/2002 1552.671 893.007 178.527 2624.206 60.883 1248.671 1436.418 1373.470 62.948 2.065
MAX 1972.983 1117.744 279.986 2985.581 71.850 1619.283 1499.291 1440.730 71.850 49.153
MIN 1000.946 775.431 80.652 2278.453 16.586 883.566 1374.894 1304.596 55.538 -9.987
52
La tercera de las tablas en las que se sintetizan los balances hídricos a nivel del
suelo es la Tabla 2.15. Ella se refiere al área que ocupan parcelas incultas y a aquellas que
contienen vegetación natural. La lluvia es el único componente que aporta agua al suelo
durante cada período. En esa tabla y en el Gráfico 2.3 donde se han graficado los valores
que contienen sus columnas, se ve claramente la respuesta de la evapotranspiración a la
cantidad de agua precipitada en cada período. Es decir, la curva de evapotranspiración
coincide prácticamente en su totalidad con la de la lluvia que llega al suelo y tiene un cierto
grado de paralelismo con curva de la lluvia total caída en área inculta (esta curva se incluyó
en el gráfico para que contribuyese a visualizar la respuesta de la evapotranspiración a la
lluvia. También puede observarse que la recarga que produce el agua de lluvia, manifiesta a
través de la percolación, es prácticamente nula. En realidad, la casi totalidad de ella es
producto del retorno del riego en las áreas cultivadas.
3500
Percolación área inculta
Disponibilidad en el suelo
3000 Evapotranspiración inculto
Lluvia sobre área inculta
2500
Volúmenes (hm3)
2000
1500
1000
500
Períodos
0
19 80
19 81
19 82
19 83
19 84
19 85
19 86
19 87
19 88
19 89
19 90
19 91
19 92
19 93
19 94
19 95
19 96
19 97
19 98
19 99
20 00
20 01
2
/0
/
/
79
80
81
82
83
84
85
86
87
88
89
90
91
92
93
94
95
96
97
98
99
00
01
19
Gráfico 2.3. Curvas plurianuales de los componentes del balance hídrico a nivel de suelo
para el total del área inculta
53
Tabla 2.15: Balance a nivel de suelo plurianual para el área inculta.
Valores expresados en hm3/año
Promedios
1979/2002 1035.802 2.967 0.076 1038.693 1038.060 0.633 2.334
MAX 1610.615 54.159 1.232 1610.945 1610.068 1.934 53.686
MIN 530.564 0.467 0.000 532.044 531.575 0.467 -1.057
54
A partir de aquí el análisis de los resultados se basa en valores mensuales con la
finalidad de establecer, en forma gruesa, como interactúan los componentes del balance
hídrico a nivel de suelo a lo largo de un período. La Tabla 2.16. siguiente contiene los
valores promedios mensuales del período 1979/2002, los cuales se representan en los
Gráficos 2.4, 2.5 y 2.6. En ellos, puede observarse como varían cada uno de los
componentes del balance a nivel de suelo a lo largo de un período promedio. Tanto la tabla
como los gráficos están incluidas en el archivo “Tablas y gráficos de resultados_M.xls”,
carpeta “Tablas y gráficos” del capítulo 2.
100
50
-50
Gráfico 2.4. Curvas promedios mensuales de los componentes del balance a nivel de suelo
para el área inculta (hm3/mes)
55
Tabla 2.16: Valores promedios mensuales del período 1979/2002 en la subcuenca (hm3)
Setiembre Octubre Noviembre Diciembre Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto
Evapotranspiración área modelada 149.508 194.948 273.792 334.720 404.057 311.175 255.117 158.083 94.372 63.783 77.023 94.953
Evapotranspiración área cultivada 84.134 138.361 180.181 215.751 214.399 167.844 121.453 73.271 48.900 32.139 35.950 61.088
Evapotranspiración área inculta 65.374 56.586 93.611 118.969 189.658 143.331 133.664 84.812 45.472 31.644 41.074 33.865
Lluvia total 134.641 116.648 152.881 220.781 371.887 306.624 370.852 154.878 65.990 47.054 77.135 54.688
Lluvia escorr. 45.605 37.669 21.650 54.580 107.624 100.630 179.601 33.018 5.289 6.692 19.274 10.467
Lluvia retenida 89.036 78.979 131.232 166.202 264.263 205.994 191.251 121.860 60.702 40.362 57.861 44.221
Lluvia follaje 11.641 10.881 20.126 29.264 46.676 36.726 34.541 20.438 8.762 5.435 7.429 5.713
Lluvia suelo área modelada 77.395 68.098 111.106 136.937 217.587 169.268 156.710 101.422 51.940 34.927 50.432 38.508
Lluvia suelo área cultivada 14.424 11.605 17.452 17.987 27.786 22.317 21.591 14.048 8.318 6.171 9.416 7.413
Lluvia suelo área inculta 62.971 56.493 93.654 118.950 189.801 146.952 135.119 87.374 43.622 28.756 41.016 31.095
Dotación canales 147.873 172.317 203.794 238.320 260.084 224.691 187.378 161.872 141.672 51.978 38.309 118.000
Infiltiltración canales 31.385 36.205 40.770 46.701 52.023 44.975 37.412 33.456 29.270 8.477 7.574 25.363
Dotación parcela cultivada 116.486 136.112 163.024 191.619 208.060 179.715 149.965 128.415 112.402 43.501 30.735 92.637
Bombeo 46.741 94.844 124.748 153.932 138.381 109.171 72.478 39.452 33.917 23.422 22.913 33.009
Almacenamiento suelo área modelada inicio 68.697 57.796 54.634 54.144 53.284 53.467 57.794 61.475 68.026 81.431 78.413 71.710
Almacenamiento suelo área modelada final 57.796 54.634 54.144 53.284 53.467 57.794 61.475 68.026 81.431 78.413 71.710 68.428
Percolación total área modelada 102.015 107.269 125.576 148.628 159.788 142.652 120.355 104.655 90.481 41.085 33.760 72.483
Almacenamiento suelo cultivado inicio 65.742 57.245 54.177 53.643 52.802 52.842 53.550 55.789 59.832 75.095 74.965 68.319
Almacenamiento suelo cultivado final 57.245 54.177 53.643 52.802 52.842 53.550 55.789 59.832 75.095 74.965 68.319 67.807
Percolación área cultivada 102.015 107.269 125.576 148.628 159.788 142.651 120.342 104.601 90.474 41.085 33.760 72.483
Almacenamiento suelo inculto inicio 2.968 0.564 0.470 0.513 0.495 0.637 4.257 5.699 8.206 6.349 3.461 3.403
Almacenamiento suelo inculto final 0.564 0.470 0.513 0.495 0.637 4.257 5.699 8.206 6.349 3.461 3.403 0.634
Percolación área inculta 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 0.001 0.013 0.054 0.007 0.000 0.000 0.000
Rec/Desc. v.n. área modelada 86.659 48.629 41.598 41.397 73.429 78.456 85.289 98.660 85.834 26.140 18.421 64.837
Disponible área de modelación 207.305 249.582 327.936 388.003 457.524 368.969 316.592 226.109 175.803 142.196 148.733 163.381
Disponible suelo cultivado 141.379 192.538 233.825 268.553 267.241 221.394 177.242 133.103 123.995 107.104 104.269 128.895
Disponible suelo inculto 65.938 57.057 94.124 119.463 190.296 147.588 139.363 93.018 51.821 35.104 44.477 34.498
56
En el Gráfico 2.5, cuyas curvas corresponden al área cultivada, ocurre algo distinto a
lo descrito en el párrafo anterior. El agua disponible es en todos los meses mayor que la
evapotranspirada y presenta al suelo haciendo uso de su capacidad de almacenamiento
para adecuar esa agua disponible a los requerimientos evapotranspiratorios existentes en el
área cultivada. Todos los fines de mes, resta una cantidad de agua sin consumir (ver Tabla
2.16.), sin ser evapotranspirada, almacenada en el suelo que, sumada a los aportes del mes
siguiente, aumenta la disponibilidad de agua para ser aprovechada durante el mismo. En
realidad, los cultivos evapotranspiran casi en su nivel potencial. Debe tenerse en cuenta
que, en este caso, la mayor parte del agua disponible es prevista y provista por el hombre
tratando de alcanzar los mejores rendimientos (en la mayoría de los cultivos); como
componentes aleatorios se tiene a la lluvia, que representa poco sobre el total, y a la
cantidad y oportunidad de los derrames de los ríos que suelen condicionar las cantidades y
momentos de aplicación del agua superficial derivada para riego en aquellas parcelas que
se riegan con agua superficial exclusivamente. En las parcelas con agua subterránea no
existe el déficit evapotranspiratorio por cuanto el cálculo del bombeo se realiza
compensándolo.
250
Lluvia suelo área cultivada
Dotación parcela cultivada
200 Bombeo
Percolación área cultivada
100
50
0
Setiembre Octubre Noviembre Diciembre Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto
Gráfico 2.5: Curvas promedios mensuales de los componentes del balance a nivel de suelo
3
para el área cultivada hm /mes)
57
Para el total del área modelada, el Gráfico 2.6. presenta también las curvas que
representan los aportes de agua al suelo. Todas ellas contribuyen a dar forma a la curva que
representa las cantidades disponibles para evapotranspirar, y por supuesto, a la de
evapotranspiración; las destinadas al riego en razón de sus mayores cantidades por unidad
de superficie y la restante, la lluvia, porque precipita sobre áreas más extensas aunque poco
pobladas por la vegetación.
350
Dotación parcela cultivada
Lluvia suelo área modelada
300 Percolación total área modelada
250
200
150
100
50
0
Setiembre Octubre Noviembre Diciembre Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto
Gráfico 2.6: Curvas promedios mensuales de los componentes del balance a nivel de suelo
3
para el área de modelación (hm /mes)
Finalmente, se aplica la ecuación del balance hídrico para la serie periódica tratada
teniendo en cuenta las entradas y salidas de agua a y del almacenamiento existente en el
subsuelo.
En la Tabla 2.17. siguiente, se presenta el balance vertical para el acuífero donde los
valores de la recarga/descarga vertical neta (R/Dvn) indicarían ganancia o pérdida de agua
de los acuíferos, según su signo fuese positivo o negativo. En realidad, no se presenta en
esta serie ningún período en que la descarga sea mayor que la recarga, pero debe tenerse
en cuenta que el movimiento horizontal del agua, a través de los poros del subsuelo, no está
siendo considerados; ellos son estimados por el modelo de agua subterránea. Al acuífero
ingresa lo que penetra en profundidad, más allá del perfil de suelo explorado por las raíces
de la vegetación, y que, para el caso que aquí se trata, está representado por la infiltración
58
en los canales, la percolación desde las parcelas regadas y desde los terrenos incultos. Lo
que desde el punto de vista de un sistema estrictamente superficial constituye una pérdida o
ineficiencia, como la infiltración en canales (pérdidas en canales) y la percolación en áreas
cultivadas (retorno de riego), para los acuíferos subterráneos representan parte de su
entrada. Para un sistema complejo, superficial y subterráneo, si esa agua que percola en
profundidad es posible de utilizar, no debería constituir una pérdida. En el caso del área de
modelado ese concepto suele cumplirse dado que parte de las cantidades pérdidas para el
sistema de superficie, son recuperadas a través del bombeo y de aquellos arroyos y drenes
trazados en superficie del terreno que captan aguas del acuífero somero y son también
destinadas al riego agrícola.
59
Tabla 2.17: Balance vertical del acuífero en el área modelada.
Recarga/descarga vertical neta
60
CAPÍTULO 3.
MODELO DE AGUA SUBTERRÁNEA.
SU MONTAJE Y CALIBRACIÓN
Tiene una estructura modular que consiste en un programa principal y una serie de
subrutinas independientes denominadas módulos que permiten el armado de modelos con
funciones que responden estrictamente a algunas acciones específicas. Por ejemplo,
módulo de recarga distribuida en superficie, de bombeo de pozos, de evapotranspiración,
de flujo hacia drenes, de bordes de cota o potencial constante, de flujo a través del lecho de
los ríos, etc. Y varios módulos que ofrecen diversos métodos de resolución del sistema de
ecuaciones.
Entre los resultados que entrega en sus salidas se encuentra un balance hídrico,
cotas, velocidades y direcciones de flujo.
3.2. MÉTODOS
62
63
En síntesis, el modelo de la cuenca hidrogeológica, se ha concebido en tres capas,
dos de ellas acuíferas y una tercera intermedia “quasi 3D”. La capa superior contiene al
acuífero libre y se desarrolla a lo largo y ancho de toda la cuenca con un espesor asumido
de 50 m a partir de la zona saturada; es quien recibe la recarga desde la superficie por
infiltración. La capa inferior reúne a los estratos semiconfinados y confinados hasta la base
hidrogeológica y se extiende por debajo de la anterior. Entre ellas se asume la capa
intermedia “quasi 3D” con 0,10 metros de espesor de permeabilidad variable desde el
acuífero libre al semiconfinado\confinado.
Sin embargo, y después de numerosos intentos con varias opciones que ofrece el
método, los resultados de calibración del modelo con la discretización vertical descripta
precedentemente, no fue la esperada debido a que no fue posible simular con acierto las
superficies piezométricas de los acuíferos somero (freático) y profundo. Consecuencia de
ello, a continuación fue necesario replantear el esquema de discretización vertical y asumir
al espesor sedimentario del cuaternario como un acuífero de una sola capa que, como se
verá más adelante, dio resultados aceptables.
El proceso de discretización debe completarse con el trazado de la grilla a nivel de
superficie del terreno. Para el caso se eligió una grilla con celdas cuadrangulares cuyas
dimensiones, 1000 m por 1000 m (100 ha), fueron definidas en virtud de experiencias
anteriores realizadas en trabajos de niveles regionales. La cuenca se encuentra entre las
coordenadas Gauss-Krüger siguientes:
Esa grilla (ver Figura 3.2; también se la puede observar abriendo cualquiera de los
archivos “Area de modelado_grilla P_ZN.dwg” ó “Area de modelado_grilla P_ZN.wmf”,
presentados en la carpeta de este capítulo, en el CD adjunto) ubicada sobre la cuenca
consta de 15.720 celdas, dispuestas 131 de oeste a este y 120 de norte a sur. En su
interior se desarrolla casi la totalidad de la cuenca Norte y toda el área a modelar, la que,
demarcada en la misma figura, consta de 9.760 celdas activas y 976.000 hectáreas del
oasis norte. Abarca partes, y a veces la totalidad, de los departamentos Luján, Godoy Cruz,
Capital, Guaymallén, Las Heras, Lavalle, Maipú, San Martín, Junín, Rivadavia y Santa
Rosa.
64
Figura 3.2: Área de modelado – Grilla
65
Figura 3.3: Zonas con características hidrogeológicas distintas
66
Entonces, se definieron las ocho zonas que se observan en la Figura 3.3 (también se
la puede observar abriendo cualquiera de los archivos “Zonas con características
hidrogeológicas distintas.dwg” ó “Zonas con características hidrogeológicas distintas.wmf”,
presentados en la carpeta de este capítulo 3, en el CD adjunto), a las cuales se debieron
aplicar, en cada una de sus capas, valores tentativos de los parámetros hidráulicos
mencionados que estuvieron sujetos a calibración. Las zonas se definieron tratando de
reunir aspectos de similares caracteristicas hidrogeológicos e hidráulicas en todos sus
puntos.
Luego, se definieron los períodos anuales que se utilizaron para modelar la cuenca
basándose en dos aspectos principales:
Así se tiene:
La cuenca o área de modelación tiene límites externos de dos tipos: uno de ellos es
producto de la unión de puntos de contacto entre las formaciones sedimentarias permeables
y las poco permeables o impermeables (consideradas impermeables) que la bordean la
cuenca por el oeste (piedemonte cordillerano) y parte del sur (anticlinal Lunlunta - El
Carrizal). El otro límite, arbitrario, se dibujó coincidente con la isopieza absoluta de cota 550
msnm trazada para el invierno de 1984. La elección de esa isopieza como límite este y norte
tuvo como consideración la mayor superficie cultivada posible, la cantidad de información
hidrológica coligada y contar con la muy baja variación periódica de los niveles estáticos del
agua subterránea registrados históricamente a lo largo de ella.
Celdas activas: son todas las celdas de la grilla con potencial o cota de agua
variables que cambia a lo largo de la simulación en función de las condiciones de flujo
67
existentes; cada celda está asociada a una ecuación de diferencias finitas que debe ser
resuelta para cada paso de tiempo. Todas ellas se encuentran incluidas entre los límites
descritos en el punto anterior.
Celdas inactivas: son todas aquellas celdas de la grilla que bordean la cuenca por el
oeste y parte del sur y son consideradas impermeables, por lo que no existe flujo desde o
hacia ellas. Allí se consideraría un límite impermeable. Para este tipo de celdas no se
formula ecuación y no aparecen términos de flujo hacia o desde celdas contiguas.
68
es expuesta a acciones externas, como recarga a los acuíferos y extracción de agua
subterránea de los mismos. Y los resultados que se obtienen se comparan, en forma
iterativa, con registros históricos de mediciones de niveles estáticos del agua subterránea,
hasta alcanzar los criterios de convergencia que se desean en función de las desviaciones
que se estimaron como aceptables.
3.4. LA INFORMACIÓN
La información necesaria para la modelación suele diferir según sea la etapa que se
trate.
La ubicación del área de estudio ya fue descrita en el comienzo del trabajo, en la faz
introductoria (Figura 3.1 del presente capítulo) y, durante el desarrollo del Capítulo 1 se
describieron sus características hidrogeológicas e hidrológicas. Al efectuar el montaje del
modelo se debieron incorporar las características de la cuenca definidas como sus datos
geométricos, sus condiciones de borde y los parámetros que representan a aquellas
características hidrogeológicas e hidrológicas. En virtud de que la cuenca se encuentra
discretizada, las celdas componentes de la grilla resultante reciben esa información, la que
termina por caracterizarlas. Así, las celdas, se definen por su ubicación relativa, por sus
dimensiones, por sus condiciones de activas, inactivas o de cota constante, y por sus
caracteríasticas hidrogeológicas e hidrológicas. Esa tarea se realiza celda por celda en cada
punto de la cuenca y en profundidad.
Para que lo anterior fuese posible se utilizó el mismo plano base sobre el que se
definió la ubicación del área de estudio para incorporar la información de la cartografía ya
existente, que había sido digitalizada y georreferenciada por la Dirección Provincial de
Catastro, el Departamento General de Irrigación, el Instituto de Desarrollo Rural y el Centro
Regional Andino del INA. A ese plano base se incorporaron, en primera instancia, la
topografía del terreno (ver Figura 3.4; también se la puede observar abriendo cualquiera de
los archivos “Topografía de la superficie del terreno.dwg” ó “Topografía de la superficie del
terreno.wmf”, presentados en la carpeta de este capítulo, en el CD adjunto ) y de la base
(ver Figura 3.5; también se la puede observar abriendo cualquiera de los archivos
“Topografía de la base hidrogeológica.dwg” ó “Topografía de la base hidrogeológica.wmf”,
presentados en la carpeta de este capítulo, en el CD adjunto), considerada impermeable.
Los datos para el modelo de terreno (2363 puntos acotados) se tomaron del trabajo de
balizamiento catastral realizado en la zona norte por Spartan S.A en la década del ’60 del
siglo pasado, y de las tareas topográficas de balizamiento de pozos de la red monitora de
niveles de agua realizadas por el INA. Esta información, anterior al 2004, se comparó con
los datos topográfocos del mapa tridimensional de la tierra (1995), elaborado por la NASA y
69
la Agencia Nacional de Inteligencia Geoespacial de los EEUU, existiendo en general
aceptables coincidencias entre ambos modelos de terreno.
Las cotas de la base hidrogeológica surgieron de restar el espesor sedimentario a la
cota de terreno para cada celda activa de la grilla (ver punto 3.2.)
Una vez definida la estructura topográfica del cuerpo acuífero, celda por celda, se
trazaron sobre el plano base las curvas equipotenciales del agua subterránea, también
llamadas isopiezas absolutas (Figura 3.6 “Curvas equipotenciales_Capa 1 – Invierno 1979”
y (Figura 3.7 “Curvas equipotenciales_Capa 2 – Invierno 1979”) y también las curvas de
isoprofundidad (Figura 3.8 “Profundidad agua subterránea_Capa 1 – Invierno 1979” y Figura
3.9 “Profundidad agua subterránea_Capa 2 – Invierno 1979”). Los datos de partida
corresponden al período invernal del año 1979 y fueron observados durante las campañas
de mediciones realizadas por el INA-CRA en su red monitora de control de niveles estáticos
(Figura 3.10 ”Pozos de la red monitora_Cuenca Norte) y los datos obtenidos y suministrados
por el DGI a través de su red freatimétrica (Figura 3.11 “Red freatimétrica_Cuenca Norte).
Todas las figuras mencionadas en el párrafo anterior pueden ser observadas con
mayor detalle en los archivos .dwg y .wmf presentados en el CD adjunto, en la carpeta
correspondiente al capítulo 3. Los títulos de los archivos se corresponden con los de las
figuras.
70
Figura 3.4: Topografía del terreno
71
Figura 3.5: Topografía de la base hidrogeológica
72
Figura 3. 6: Curvas equipotenciales_Capa 1 - Invierno 1979
73
Figura 3.7: Profundidad del agua subterránea_Capa2 – Invierno 1979
74
Figura 3.8: Profundidad del agua subterránea Capa 1 – Invierno 1979
75
Figura 3.9: Profundidad del agua subterránea Capa 2 – Invierno 1979
76
Figura 3.10: Pozos red monitora
77
Figura 3.11: Red freatimétrica
78
Para aplicar el módulo de drenaje se tomaron los datos proporcionados por la
Dirección de Gestión Hídrica del DGI y el área de Riego y Drenaje del INA-CRA.
Este módulo es un paquete que está diseñado para simular los efectos de cursos
naturales drenantes y drenes agrícolas que remueven agua del acuífero cercano a la
superficie del terreno, tanto de acuíferos libres como del acuifero somero en zona de
semiconfinamiento/confinamiento. Esa remoción se realiza a una tasa que es proporcional a
la diferencia de cota entre el acuífero y la elevación del fondo del dren. En la cuenca Norte
se pueden encontrar tanto drenes naturales como artificiales tomando aguas de los
acuíferos en zona de acuífero libre como de semiconfinamiento/confinamiento. Con los fines
de practicidad el conjunto total de los elementos drenantes se separaron en tres grupos; uno
conformado por aquellos que pueden identificarse con el área que se riega con aguas del río
Mendoza y el propio río, otro con el río Tunuyán y drenes que se encuentran en su área de
influencia, y un tercero con el arroyo Claro y los drenes que a él se unen. En la figura 3.12 ,
”Drenes y colectores” se pueden oservar los trazados de los cauces naturales y artificiales
que drenan la cuenca y en el archivo “Colectores y desagües_CN.xls” se encuentran
descriptos los mismos con las longitudes y profundidades que tiene en cada una de las
celdas que los contienen. Ambos, la figura y el archivo recién mencionados se encuentran
en el CD, en la carpeta del presente Capítulo 3.
Finalmente, sobre cada una de las figuras mencionadas en este punto se dispuso la
grilla (Figura 3.2) de forma tal que los ejes de coordenadas en Y coincidieran con la
dirección norte-sur y los ejes en X con la dirección este-oeste. Los ejes Z, a su vez, se
dispusieron verticalmente desde la superficie del terreno y en profundidad para definir el
espesor de cada una de las capas. La extracción de la información volcada en las figuras,
celda por celda, fue la tarea inmediata posterior que permitió el armado del modelo. En el
archivo “Cotas y espesores.xls” se recibió, ordenó y procesó la mayor parte de esa
información, adecuándola a las necesidades del modelo.
7ª columna, titulada “Cota agua capa 1”: en ella se encuentran las alturas de la
superficie freática del agua subterránea en relación con el nivel del mar (msnm). Los valores
corresponden a las mediciones de niveles estáticos efectuadas durante el invierno de 1979,
en pozos y freatímetros.
8ª columna, titulada “Nivel est. capa 1”: en ella se encuentran las profundidades de la
superficie freática del agua subterránea en relación con la superficie del terreno. Los valores
se obtiene de restar los datos de la 7ª columna a la 6ª columna.
9ª columna, titulada “Cota base capa 1”: en ella se encuentran las alturas de la base
de la capa 1 en relación con el nivel del mar (msnm).
79
10ª columna, titulada “Esp. saturado capa 1”: esta columna contiene los espesores
de la capa 1 que contenían agua cuando se realizaron las mediciones de niveles estáticos
durante el invierno de 1979. Estos valores se obtienen de restar a los datos de la 7ª columna
los de la 9ª columna.
11ª columna, titulada “Cota base capa conf.”: la capa a la que se hace referencia en
esta columna es a la confinante-semiconfinante que se separa las capas 1 y 2. El método
“cuasi tridimensional” requiere de un espesor de la misma a quien aplicar el parámetro
conductancia. Como ya se mencionó antes, ese espesor se fijó en 10 cm.
12ª columna, titulada “Esp. Saturado capa conf.”: esta columna contiene los
espesores de la capa intermedia que actúa como confinante-semiconfinante1 que
contendrían agua cuando se realizaron las mediciones de niveles estáticos durante el
invierno de 1979. Estos valores son iguales en todas las celdas activas: 10 cm.
13ª columna, titulada “Cota agua capa 2”: en ella se encuentran las alturas del agua
subterránea de la capa acuífera más profunda en relación con el nivel del mar (m snm). Los
valores corresponden a las mediciones de niveles estáticos efectuadas durante el invierno
de 1979, en pozos del área de confinamiento-semiconfinamiento.
14ª columna, titulada “Nivel est. capa 2”: en ella se encuentran las profundidades del
agua subterránea en área de confinamiento-semiconfinamiento en relación con la superficie
del terreno. Los valores se obtiene de restar los datos de la 13ª columna a la 6ª columna.
15ª columna, titulada “Cota base capa 2”: en ella se encuentran las alturas de la base
de la capa 2 en relación con el nivel del mar (msnm). Ellas coinciden con las alturas del
basamento hidrogeológico.
16ª columna, titulada “Esp. saturado capa 2”: esta columna contiene los espesores
de la capa 2 que contenían agua a saturación cuando se realizaron las mediciones de
niveles estáticos durante el invierno de 1979. Estos valores se obtienen de restar a los datos
de la 11ª columna los de la 15ª columna.
17ª columna, titulada “Esp. sedim. total”: los valores de esta columna corresponden
al espesor sedimentario total, desde la superficie del terreno al basamento hidrogeológico.
Son las diferencias entre los datos de la 6ª columna y la 15ª columna.
18ª columna, titulada “Esp. saturado total”: los valores de esta columna corresponden
al espesor sedimentario, considerando todas las capas desde, superficie del terreno al
basamento hidrogeológico que contenía agua a saturación cuando se realizaron las
mediciones de niveles estáticos durante el invierno de 1979. Son las diferencias entre los
datos de la 7ª columna y la 15ª columna.
19ª columna, titulada “Condición de celda”: el título hace referencia a la forma en que
participan en el proceso de simulación. Las celdas inactivas lo hacen condición de contorno,
sin flujo, por ello figuran sin datos físicos; las de cota constante mantienen su potencial
constante a lo largo de período de simulación establecidos; y las celdas activas, son de
potencial variable, tienen asociadas un sistema de ecuaciones que debe ser resuelto para
cada paso de tiempo.
Nota: cabe mencionar que todas las figuras mencionadas hasta aquí, en este
capítulo, se encuentran en el CD que se adjunta configuradas para facilitar la visualización
del lector con extensiones .dwg y .wmf.
80
Figura 3.12: Drenes y colectores
81
3.4.2. La información para la ejecución
La ejecución del modelo, cuyo montaje se acaba de describir, tanto para su calibración,
su validación y su uso predictivo, se realiza mediante la incorporación de flujos procedentes del
exterior a partir de un estado inicial. Esas acciones externas son las extracciones de agua
subterránea y las recargas de diferentes orígenes. Ellas provienen de información procesada
mediante el modelo de superficie y el uso de otros utilitarios; su origen y tratamiento para
adecuarla a las exigencias del programa MODFLOW se describen en los puntos siguientes.
82
industrial_CN.xls” que se encuentra en el CD adjunto, carpeta “Bombeo industrial” del presente
Capítulo ·, se pueden observar los valores utilizados celda por celda en m3/día.
El bombeo industrial constituye una estimación que se estableció como fija a lo largo de
todos los períodos de análisis: 5,5 hm3/año. (ver informe IT62-CRA)
Se tomó como base un informe interno del Ente Provincial del Agua y Saneamiento
(EPAS,Claverol, 2008) en el cual se realiza un estudio preliminar para evaluar economías en el
recurso hídrico provincial según se realicen acciones en el uso con destino al consumo de
poblaciones, otros usos urbanos y riego agrícola. Allí se menciona que el consumo promedio
en Mendoza es de 450 litros por habitante y por día y que las pérdidas en acueductos y
cañerías son del orden del 30%. Por lo que, sin contabilizar otras ineficiencias, la cantidad de
agua producida por habitante y por día sería del orden de los 643 litros.
Entonces, las estimaciones que resultan de esos cálculos se encuentran en las hojas
del archivo “Bombeo urbano_CN.xls”.
83
3.4.2.3. Recarga de los acuíferos
La alimentación de los acuíferos de la cuenca Norte se produce, fundamentalemente,
por infiltraciones de agua desde la superficie del área que abarca. Ellas son producto de
acciones externas, como fenómenos naturales, como la lluvia o la infiltración a través de los
lechos de los ríos, y de actividades antrópicas como las ineficiencias del riego y de conducción
en canales y tuberías. En los próximos puntos se describen aquellas acciones externas cuyas
dimensiones debieron estimarse y que se listan a continuación:
Dos son los tramos del río en los cuales se estima la recarga de acuíferos que se
produce por infiltración de parte de sus aguas a través de su lecho. El primero de ellos, tramo
Cacheuta-Cipolletti, se inicia en punto de ingreso del río a la cuenca y finaliza donde se
encuentra emplazado el dique Cipolletti, cabecera del sistema de distribución de las dotaciones
para los diversos usos. El segundo tramo, Cipolletti-El Paraíso, se inicia donde finaliza el
primero y se extiende hasta las proximidades del paraje El Paraíso, un poco antes de que el río
se dirija hacia el norte; allí finalzaría su recorrido en el área que se encuentra sobre acuífero
libre (zona de acuífero libre), para comenzar recorrer el área que está sobre acuíferos
semiconfinados-confinados (zona de acuiferos semiconfinados-confinados). Aquí, entonces,
comenzaría un tercer tramo, el que va desde El Paraíso hasta el confín del río, donde se
verifica una acción drenante del lecho sobre el acuífero somero (freático). En la imagen que se
incluye a este punto se puede visualizar un cambio de color, un oscurecimiento, del lecho del
cauce del río que representa la humedad adquirida al drenar, a partir del paraje mencionado y
hacia el norte (archivo “Lugares de recarga de acuíferos_CN.tif”).
84
CUENCA
L
as Heras
PT
Gran Mendoza
conglomerado urbano
Dique
Usin Canal C.
Guaymallén
E
Rí
I Diqu o Mendoza
ngreso del
R
ío Tunuyán
Dique
Figura 3.13: Lugares de referencia en los puntos 3.2.3, Recarga de acuíferos, y subsiguientes
85
Para estimar la recarga del río Mendoza en el tramo Cacheuta–Cipolletti se recurrió a la
ecuación desarrollada por el INA (Hernández, J., 1984), I=1,086*D^0,58, donde I es el volumen
de agua infiltrado durante un mes como consecuencia del derrame D ocurrido durante ese
mismo mes y registrado en la estación Cacheuta. Los cálculos realizados y sus resultados
celda por celda y mes a mes se encuentran en el archivo “Infiltración Cacheuta-
Cipolletti_CN.xls”, dispuesto en la carpeta “Recargas” del Capítulo 3, en el CD adjunto
En el caso del tramo Cipolletti-El Paraíso se aplicó la misma ecuación anterior pero
afectándola por un coeficiente de 0.666 que tiene en cuenta la proporción entre áreas mojadas
aguas arriba y aguas abajo del dique Cipolletti. En este caso, la letra D de la ecuación
representa el volumen mensual de agua que como sobrante o desareno escurre aguas abajo
del dique Cipolletti por el curso del río. (Archivo “Infiltración sobrantes Cipolletti-El
Paraíso_CN.xls”, carpeta “Recargas”, Capítulo 3 del CD adjunto).
Para estimar la infiltración ocurrida a través del lecho del Canal Cacique Guaymallén se
utilizó un relevamiento del mismo realizado por la Universidad Tecnológica Nacional para el
DGI. A base del mismo se determinaron las áreas no impermeabilizadas de los tramos del
cauce que se encuentran dentro del área del modelo ( aproximadamente 10 ha en total). De las
planillas de distribución de caudales de la Subdelegación de Aguas de Río Mendoza se
extrajeron los días que estuvo dotado el canal durante los 20 años, discriminándolos según la
dotación fuera para riego o uso público. A partir de allí se asumió que, cuando la dotación
estaba destinada al riego, la superficie del cauce no impermeabilizada se encontraba mojada
en su totalidad y a través de ella se producía la infiltración; cuando se trataba de uso público, la
infiltración sólo se producía a través del 20% de ella. Finalmente, el caudal de infiltración
adoptado fue de 60 l/s.ha, valor que surge de experiencias realizadas por el ex CRAS en
terrenos de características similares. Con esos elementos como base se calcularon las
infiltraciones mes a mes para cada una de las celdas recorridas por el canal. En el archivo
“Infiltración CCGuaymallén_CN.xls”, carpeta “Recargas”, Capítulo 3, del CD adjunto, se pueden
consultar el relevamiento mencionado (dispuesto en forma esquemática), un croquis utilizado
para calcular las áreas no impermeabilizadas del cauce que se encuentran en cada celda que
recorre y los cálculos descritos.
Esas infiltraciones constituyen las recargas a los acuíferos en los canales y aportan a
ellos tanto en zona de acuífero libre como zona de acuíferos semiconfinados-confinados. El
programa Juancras las calcula y luego las presenta en sus salidas (archivos “bal.sal”), celda
por celda y mes a mes durante el período de ejecución del modelo. Esa información,
procesada, se puede consultar en los archivos “7980mens1.xls.....0506mens1.xls” que se
86
encuentran en la subcarpeta “Archivos de salida”, carpeta “Juancras”, del Capítulo 2 en el CD
adjunto en el CD adjunto.
Entonces, esas infiltraciones constituyen las recargas a los acuíferos que ocurren en las
parcelas cultivadas y regadas, y aportan a ellos tanto en zona de acuífero libre como zona de
acuíferos semiconfinados-confinados. El programa Juancras las calcula y luego las presenta en
sus salidas (archivos “bal.sal”), celda por celda y mes a mes durante el período de ejecución
del modelo. Esa información, procesada, se puede consultar en los archivos
“7980mens1.xls.....0506mens1.xls” que se encuentran en la subcarpeta “Archivos de salida”,
carpeta “Juancras”, del Capítulo 2 en el CD adjunto.
El EPAS proveyó un conjunto de planos con la demarcación de las áreas servidas con
desagües cloacales al 1/1/1996 y áreas de futura expansión de ese servicio correspondientes
al Gran Mendoza (archivo “C_GranMza.dwg”) y de los departamentos Lavalle (archivo
“C_Lavalle96.dwg”), San Martín (archivo “C_SMartín.dwg”), Rivadavia (archivo
“C_Rivadavia’96.dwg”) y Junín (archivo “C_Junin’96.dwg”). Todos estos archivos se encuentran
en la carpeta “Bombeo y recarga urbanos”, Capítulo 3, incluída en el CD adjunto.
87
De la intersección de los dos archivos de formas elaborados, entre sí y luego con un
tercero que contiene la grilla del área de estudio, se obtuvo un cuarto archivo
(“Grilla_CN_pobl_con_cloacas.shp”) cuya base de datos .dbf posibilitó los cálculos realizados
en el archivo “CALCULOS agua potable y cloacas_CN.xls”. En esa base de datos, resulta
interesante la discriminación, en toda el área provista con agua potable, de aquellos sectores
de celdas que disponen de cloacas y aquellas que sólo poseen pozos sépticos. La descripción
de esos cálculos que dan como resultados las recargas de los acuíferos por infiltraciones de
parte del agua destinada al uso urbano (consumo de poblaciones), celda por celda y mes a
mes durante los períodos de ejecucióndel modelo, se encuentra en las hojas que componen el
archivo.
Se tomó como base un informe interno del Ente Provincial del Agua y Saneamiento
(EPAS, Claverol, 2008) en el cual se realiza un estudio preliminar para evaluar economías en el
recurso hídrico provincial según se realicen acciones en el uso con destino al consumo de
poblaciones, otros usos urbanos y riego agrícola. Allí se menciona que tanto los conductos que
transportan agua potable como los que reciben aguas residuales (desagües cloacales) pierden
en sus trayectos cerca del 30%. Se asume, además que el consumo domiciliario es el 20% del
agua potable receptada y que el resto desagua en cloacas o vuelca en pozos sépticos.
Entonces, las estimaciones que resultan de esos cálculos se encuentran en las hojas del
archivo “Recarga urbana_CN.xls”.
La ejecución del modelo de agua subterránea resulta en cotas de agua calculadas día a
día para el centro de cada celda de la cuenca. Algunos de esos valores, tanto durante la
calibración como en su validación, son los utilizados para comparar con las observaciones.
En este caso se ha utilizado como criterio para evaluar la calibración el error cuadrático
medio de los desvíos de lo simulado respecto de lo observado.
88
En el proceso de calibración se utilizaron 8820 observaciones de nivel de agua
disponibles para 502 perforaciones en el área, que pertenecen a la red de medición de niveles
estáticos del INA – CRA, y 9315 observaciones correspondientes a 284 freatímetros del
Departamento General de Irrigación (DGI), en el intervalo comprendido entre setiembre de
1979 y agosto de 1997.
En la Tabla 3.1. que sigue figuran las cantidades de los pozos profundos y de
freatímetros con la cantidad de mediciones efectuadas en ellos durante los meses del perído
de calibración. Esta tabla, síntesis de otra que presenta a la totalidad de los pozos y
freatímetros utilizados, bajo el título “Pozos profundos y freatímetros utlizados para la
calibración”, se puede consultar en el Anexo de esre capítulo.
Pozo Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Set Oct Nov Dic Total
Total
12 735 1521 255 72 619 2081 2679 635 119 26 66 8820
pozos
Total
176 354 1732 355 181 1832 168 345 1682 354 186 1950 9315
freatímetros
Total
188 1089 3253 610 253 2451 2249 3024 2317 473 212 2016 18135
general
Para analizar la calidad de la calibración realizada se han considerado los desvíos entre
los valores observados de nivel de agua y los calculados por el modelo. Del análisis de los
desvíos se obtiene un desvío medio de -1,10 m con una desviación estándar de 4,94 m. En el
siguiente Gráfico 3.1. se pueden observar los pares de valores de cota en metros (calculado,
observado), así como la recta resultado de ajustar esos valores por una recta forzada a pasar
por el origen.
89
1000
y = 1.0016x
2
R = 0.9966
900
800
Calc 700
600
500
500 600 700 800 900 1000
Obs
En lo que respecta al tamaño de los desvíos, calculados como diferencia entre las cotas
observadas y calculadas, se presenta la distribución de frecuencias (Tabla 3.2) de los desvíos
según la magnitud del desvío y el Gráfico 3.2. correspondiente.
Tabla 3.2
Desvíos = Observado - Calculado
Desvíos Frecuencia
-40 a -35 0
9000
-35 a -30 0 8000
-30 a -25 5 7000
-25 a -20 31 6000
Frecuencia
-30 a -25
-25 a -20
-20 a -15
-15 a -10
-10 a -5
-5 a 0
0a5
5 a 10
10 a 15
15 a 20
20 a 25
25 a 30
30 a 35
10 a 15 320
15 a 20 59
20 a 25 33 Desvío (m)
25 a 30 0
30 a 35 0
Total 18135 Gráfico 3.2. Frecuencias de los desvíos
90
La Tabla 3.3 consigna los valores de desvío inferior y superior que incluyen un
porcentaje determinado de las observaciones. Por ejemplo, el 50% central de las
observaciones presentan desvíos en el intervalo –2.80; 1.01, calculado mediante los
percentiles 25 y 75, respectivamente.
Finalmente, los valores de los parámetros hidráulicos de los acuíferos con que se
concluyó la calibración del modelo, en cada una de las zonas de características
hidrogeológicas distintas, son los siguientes (Tabla 3.4.):
Conductividad hidráulica
Zona Porosidad eficaz
horizontal (KH-----m/día)
1 37,536 0,21
2 95.582 0,20
3 31,320 0,04
4 57,946 0,06
5 4,244 0,21
6 80,387 0,21
7 6,531 0,21
19,637 0,21
En la Tabla 3.5 que sigue figuran las cantidades de los pozos profundos y de
freatímetros con la cantidad de mediciones efectuadas en ellos durante los meses del perído
de calibración. Esta tabla, es síntesis de otra que especifica el número de observaciones
para cada perforación, así como su distribución para los distintos meses (total de 3578
observaciones), y que bajo el título “Pozos profundos y freatímetros utlizados para la
validación”, se puede consultar en el Anexo de este capítulo.
91
Tabla 3.5: Pozos profundos y freatímetros utilizados para la validación
Pozo Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Set Oct Nov Dic Total
Total pozos 0 67 212 1 0 0 405 420 54 34 1 0 1194
Total
0 0 545 0 0 606 0 56 465 53 28 631 2384
freatímetros
Total general 0 67 757 1 0 606 405 476 519 87 29 631 3578
1000
y = 0.9998x
900 2
R = 0.997
800
Calc
700
600
500
500 600 700 800 900 1000
Obs
92
Desvíos = Observado - Calculado
Tabla 3.6
1800
Desvío Frecuencia 1600
Frecuencia
-20 a -15 44 1000
800
-15 a -10 61
600
-10 a -5 243
400
-5 a 0 1581
200
0a5 1341 0
5 a 10 214
-30 a -25
-25 a -20
-20 a -15
-15 a -10
-10 a -5
-5 a 0
0a5
5 a 10
10 a 15
15 a 20
20 a 25
25 a 30
10 a 15 42
15 a 20 32 Desvío (m )
20 a 25 16
25 a 30 0 Gráfico 3.4. Frecuencia de los desvíos
Total 3578
La siguiente Tabla 3.7 consigna los valores de desvío inferior y superior que incluyen
un porcentaje determinado de las observaciones. Por ejemplo, el 50% central de las
observaciones presentan desvíos en el intervalo –1.68, 2.51, calculado mediante los
percentiles 25 y 75, respectivamente.
Tabla 3.7: Percentiles
Porcentaje central de las observaciones
50% 60% 70% 80% 90% 100%
Percentil
-1.68 -2.16 -2.96 -4.97 -7.78 -23.41
inferior
Percentil
2.51 3.08 3.73 4.62 6.42 24.11
superior
La operación sistema del río Mendoza estaba destinada a sufrir cambios en virtud de
que la construcción del embalse tenía entre sus propósitos el almacenamiento de las aguas
del río cuando sus caudales superasen las cantidades necesarias para satisfacer los usos, y
liberarlas cuando fuesen necesarias. Así, la mayor parte de las dotaciones, destinadas a los
cultivos que se riegan con agua superficial del río Mendoza, presentaban habitualmente un
déficit primaveral porque los requerimientos de aquellos eran mayores que ellas; en algunos
93
casos, era compensado con agua subterránea, en otros, el faltante se evidenciaba
afectando los rendimientos. A los cambios anteriores debería adicionarse que las aguas que
fuesen liberadas desde el dique no transportarían sedimentos, lo que supone un aumento en
sus cantidades a infiltrarse, tanto en los cursos de agua no impermeabilizados como en las
parcelas que utilizan los métodos de superficie, mayoritarios y tradicionales en Mendoza.
Todo ello implica, a su vez, que quien opere el sistema debería considerar, no sólo el déficit
estacional sino también esas “pérdidas por aumento de infiltración” al calcular las dotaciones
para los usos.
Entonces, de lo anterior, ese cambio operativo en el sistema del río Mendoza, llevado
a cabo después de la habilitación del embalse, significaba que por los lechos del río y de los
canales circulen caudales distintos en momentos distintos, dando origen, a su vez, a
cambios en los momentos y las cantidades de recarga de los acuíferos. Resta mencionar
que también la descarga de agua subterránea podría verse afectada, en razón de que parte
ella es efectuada para compensar la falta de agua de superficie.
En la Tabla 3.8. que sigue figuran las cantidades de los pozos profundos y de
freatímetros con la cantidad de mediciones efectuadas en ellos durante los meses del
período en el cual el embalse estuvo funcionando. Esta tabla, síntesis de otra que presenta
a la totalidad de los pozos y freatímetros utilizados, bajo el título “Pozos profundos y
freatímetros utlizados en funcionamiento del embalse”, se puede consultar en el Anexo de
esre capítulo.
Pozo Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Set Oct Nov Dic Total
Total
15 100 20 1 1 1 0 463 338 119 22 0 1080
pozos
Total
0 0 144 0 0 103 0 0 58 0 0 153 458
freatímetros
Total
15 100 164 1 1 104 0 463 396 119 22 153 1538
general
1000
y = 0.9955x
2
900 R = 0.9892
800
Calc
700
600
500
500 600 700 800 900 1000
Obs
95
Tabla 3.9
Desvíos Frecuencia
-40 a -35 0 Desvíos = Observado - Calculado
-35 a -30 1
-30 a -25 0 600
-25 a -20 9
-20 a -15 15 500
-15 a -10 67
-10 a -5 157 400
Frecuencia
-5 a 0 543
0a5 429 300
5 a 10 93
200
10 a 15 64
15 a 20 40 100
20 a 25 37
25 a 30 23 0
30 a 35 34
-40 a -35
-35 a -30
-30 a -25
-25 a -20
-20 a -15
-15 a -10
-10 a -5
-5 a 0
0a5
5 a 10
10 a 15
15 a 20
20 a 25
25 a 30
30 a 35
35 a 40
40 a 45
45 a 50
50 a 55
55 a 60
60 a 65
35 a 40 15
40 a 45 7
45 a 50 1 Desvío (m )
50 a 55 1
55 a 60 2 Gráfico 3.6: Frecuencia de los desvíos.
60 a 65 0 Período 2002/2006
50%
45%
40%
35%
Frecuencia
30%
25%
20%
15%
10%
5%
0%
-40 a -35
-35 a -30
-30 a -25
-25 a -20
-20 a -15
-15 a -10
-10 a -5
-5 a 0
0a5
5 a 10
10 a 15
15 a 20
20 a 25
25 a 30
30 a 35
35 a 40
40 a 45
45 a 50
50 a 55
55 a 60
60 a 65
Desvío (m)
Calibración Embalse
96
Tabla 3.10
Calibración Embalse
Desvíos
Frecuencia Frecuencia
-40 a -35 0.00% 0.00%
-35 a -30 0.00% 0.07%
-30 a -25 0.00% 0.00%
-25 a -20 0.09% 0.59%
-20 a -15 0.57% 0.98%
-15 a -10 3.59% 4.36%
-10 a -5 10.59% 10.21%
-5 a 0 46.00% 35.31%
0a5 31.01% 27.89%
5 a 10 4.60% 6.05%
10 a 15 2.36% 4.16%
15 a 20 0.81% 2.60%
20 a 25 0.16% 2.41%
25 a 30 0.17% 1.50%
30 a 35 0.04% 2.21%
35 a 40 0.00% 0.98%
40 a 45 0.00% 0.46%
45 a 50 0.00% 0.07%
50 a 55 0.00% 0.07%
55 a 60 0.00% 0.13%
60 a 65 0.00% 0.00%
Total 100.00% 100.00%
50%
45%
40%
35%
Frecuencia
30%
25%
20%
15%
10%
5%
0%
-40 a -35
-35 a -30
-30 a -25
-25 a -20
-20 a -15
-15 a -10
-10 a -5
-5 a 0
0a5
5 a 10
10 a 15
15 a 20
20 a 25
25 a 30
30 a 35
35 a 40
40 a 45
45 a 50
50 a 55
55 a 60
60 a 65
Desvío (m )
Calibración Embalse
97
También, al comparar el Gráfico 3.5 con el Gráfico 3.1, correspondiente éste al período de
calibración, puede observarse que existe un acentuado cambio del tamaño de los desvíos en
aquellas partes de la cuenca donde los niveles estáticos del agua subterránea suelen encontrarse
a mayor profundidad. Ese cambio de los desvíos, en realidad, se produce, en casi toda la cuenca,
como puede verse en la Figura 3.14, donde están representadas las diferencias de los promedios
de los desvíos ocurridos para ambos casos. Esa figura se encuentra coloreada en un degradé que
va del color rojo al amarillo y donde la mayor intensidad del rojo presenta las mayores diferencias
entre los desvíos. Esto último se presenta en la zona donde el agua subterranea se encuentra las
mayores profundidades o, más precisamente, en la zona apical de la cuenca, donde se producen
las mayores recargas.
za
n do
e
M
ío
R
R ío T
u nuy á
n
Embalse
El Carrizal
Figura 3.14: Diferencia de desvíos producida por la existencia y operación del embalse
98
CAPÍTULO 4.
EJECUCIÓN DEL MODELO DE AGUA
SUBTERRÁNEA. LOS RESULTADOS
Y SU DISCUSIÓN
En la Tabla 4.1 se observa una síntesis de los resultados de períodos anuales que
arrojaron esas pasadas. En las columnas se encuentran los valores obtenidos para cada
uno de los componentes del balance del acuífero en cada período y, en la parte inferior de
cada una de ellas, sus promedios, máximos y mínimos. Esa síntesis es producto del
procesamiento de los resultados mensuales que se encuentran incorporados en el Anexo
del presente capítulo 4, en la tabla que se titula “Balance mensual de agua subterránea en la
Cuenca Norte”. Cabe aclarar que los promedios, los máximos y mínimos que figuran en la
parte inferior de la tabla se calcularon sin contemplar los valores del primer período
(1979/80) para evitar la influencia de los datos iniciales en la simulación; en consecuencia,
responden a 22 períodos.
En esa tabla están agregadas, a las de los mencionados componentes, las columnas
tercera, cuarta y quinta que contienen datos de derrames del río Mendoza, de erogaciones
de aguas embalsadas en el dique El Carrizal, pertenecientes al río Tunuyán, y de la suma
de ambos, cuyo uso se verá más adelante.
La Tabla 4.2, recién comentada se encuentra incluida como una de las hojas del
archivo “Recarga total_CN.xls”, donde también se puede encontrar, en otra hoja, la tabla
“Recargas mensuales de agua subterránea en la cuenca Norte (hm3)”. El archivo se puede
consultar en el CD adjunto al presente capítulo y ambas tablas también se pueden encontrar
en el Anexo del mismo.
100
Tabla 4.1: Balance de agua subterránea en la Cuenca Norte. Períodos anuales 1979/1980 a 2001/2002 (Nota: los valores promedios, mínimos
y máximos fueron extraídos desde 1980/81 a 2001/02).
Prom 1549.8 1167.7 2717.5 2283.3 -960.4 -81.9 -428.4 -44.0 -366.0 -467.4 -64.8
Min 838.1 712.0 1550.1 1577.3 -1194.3 -95.0 -446.1 -46.4 -558.0 -662.6 -756.3
Max 2813.8 1955.1 4768.9 3305.8 -841.9 -78.5 -303.2 -42.9 -209.4 -339.6 633.5
101
Tabla 4.2: Fuentes de recarga de acuíferos y sus contribuciones periódicas
3
RECARGAS DE AGUA SUBTERRÁNEA EN LA CUENCA NORTE DURANTE PERÍODOS ANUALES (hm )
Río
Río Mendoza Río Mendoza Canal Estab. Dep. Pérdidas
Recarga de Tunuyán Recarga Percolación
Cacheuta- Cipolletti- Cacique Campo Las Heras en
acuíferos tramo urbana en el riego
Cipolletti El Paraíso Guaymallén Espejo canales
inferior
79-80 2385.2 212.9 72.9 34.6 74.9 12.2 20.0 101.3 453.3 1403.2
80-81 2766.7 232.5 89.8 35.9 131.1 12.2 20.0 101.8 513.7 1629.9
81-82 2096.3 189.9 50.6 35.4 72.9 12.2 20.0 107.4 384.7 1223.5
82-83 3305.8 285.2 138.7 32.2 636.6 12.2 20.0 108.3 488.9 1583.7
83-84 2638.4 239.6 99.5 38.7 385.3 12.2 20.0 113.8 400.4 1329.0
84-85 2456.8 231.9 91.1 39.6 187.8 12.2 20.0 116.2 407.2 1350.9
85-86 2149.2 194.7 53.6 37.0 78.2 12.2 20.0 119.8 399.3 1234.5
86-87 2755.1 246.4 99.6 35.6 313.6 12.2 20.0 120.7 447.9 1459.1
87-88 2925.2 254.1 112.0 38.4 429.2 12.2 20.0 124.6 455.2 1479.7
88-89 2082.1 199.4 58.7 36.8 17.9 12.2 20.0 130.3 385.5 1221.2
89-90 1988.3 185.9 49.2 36.5 44.2 12.2 20.0 133.8 370.6 1135.8
90-91 1793.6 172.6 36.8 36.1 15.1 12.2 20.0 137.8 333.7 1029.3
91-92 2358.3 223.5 79.7 36.2 219.5 12.2 20.0 139.4 391.9 1235.9
92-93 2302.5 221.0 80.1 37.5 249.9 12.2 20.0 143.2 375.6 1163.0
93-94 2180.6 200.5 59.2 36.5 158.1 12.2 20.0 146.1 368.7 1179.3
94-95 2101.3 201.5 61.5 35.0 13.8 12.2 20.0 147.9 388.0 1221.4
95-96 1931.9 179.0 46.3 35.3 10.7 12.2 20.0 154.1 371.8 1102.6
96-97 1577.3 148.9 22.9 32.1 38.2 12.2 20.0 156.7 254.4 891.9
97-98 2277.2 189.9 54.0 28.6 160.6 12.2 20.0 154.5 385.5 1271.9
98-99 1696.7 163.0 33.8 29.9 0.9 12.2 20.0 163.1 295.8 978.0
99-00 1894.0 171.1 36.5 31.2 43.3 12.2 20.0 165.1 339.7 1074.8
00-01 2407.9 208.3 72.2 29.7 198.9 12.2 20.0 163.3 414.1 1289.3
01-02 2546.8 210.7 77.1 32.4 78.4 12.2 20.0 161.6 491.8 1462.6
Prom 2283.3 207.1 68.5 34.8 154.8 12.2 20.0 135.2 396.4 1258.7
Min 1577.3 148.9 22.9 28.6 0.9 12.2 20.0 101.3 254.4 891.9
Max 3305.8 285.2 138.7 39.6 636.6 12.2 20.0 165.1 513.7 1629.9
Por
ciento 9.1% 3.0% 1.5% 6.8% 0.5% 0.9% 5.9% 17.4% 55.1%
102
Continuando con la Tabla 4.1, se puede observar que las columnas 6 a la 11
presentan valores negativos. Ellos constituyen salidas, egresos, del acuífero. En la columna
6, el bombeo periódico desde el acuífero constituye una síntesis de lo que se observa en la
Tabla 4.3, en la que se discrimina en función de los diferentes usos, y en la tabla “Bombeo
mensual de agua subterránea en la Cuenca Norte”, ambas incorporadas al Anexo de este
capítulo 4.
La Tabla 4.4 y el Gráfico 4.2, que resulta de ella, muestran la respuesta del bombeo
calculado a los requerimientos de agua subterránea para riego, los que comienzan a
acentuarse en primavera hasta maximizarse a fines de ella, principios de verano. Tanto las
Tablas 4.3 y 4.4, así como el Gráfico 4.2, también se pueden consultar como el gráfico se
pueden consultar también en el archivo “Bombeo total_CN.xls” que se encuentra en la
carpeta que contiene el presente capítulo e incluido en el CD adjunto. Cabe observar la
Figura 2.5 del capítulo 2 donde se manifiesta un cierto paralelismo entre las curvas de
bombeo y evapotranspiración, aunque para el cálculo de valores de esta última se incluyen
también áreas que se cultivan con agua de superficie
103
Tabla 4.4
BOMBEO AGRÍCOLA
PROMEDIO
MENSUAL
Períodos 1979/80 a
2001/02 (hm3)
Setiembre 46.7
Octubre 94.8
Noviembre 124.7
Diciembre 153.9
Enero 138.4
Febrero 109.2
Marzo 72.5
Abril 39.5
Mayo 33.9
Junio 23.4
Julio 22.9
Agosto 33.0
Promedio 893.0
Gráfico 4.2: Bombeo agrícola promedio mensual
Las columnas 7, 8 y 9 (Tabla 4.1) contienen valores de flujo de agua subterránea que
sale de la cuenca a través de las celdas de cota constante establecidas cuando se definió el
área de estudio, y que han sido calculados por el modelo. Esas salidas de flujo calculadas
se producen en los límites de algunas zonas con características hidrogeológicas similares:
hacia el norte en la zona 7, hacia el este en la zona 8 y hacia el sur en la zona 1 (ver el
punto 3.2. y la Figura 3.3 del capítulo 3). Los valores mensuales de las salidas se pueden
consultar en la tabla “Balance mensual de agua subterránea en la Cuenca Norte”, dispuesta
en el Anexo del presente capítulo 4 y también en el archivo “Balances de agua
subterránea_CN.xls” dispuesto en la carpeta del mismo capítulo en el CD adjunto.
Otro componente de los egresos de agua del acuífero lo constituye el drenaje del
agua del acuífero freático que colectan los drenes agrícolas, los ríos y los arroyos, y que la
conducen superficialmente fuera de la cuenca. En la columna 10 de la Tabla 4.1 se
encuentran los valores correspondientes a los períodos anuales, los cuales constituyen una
síntesis periódica anual de lo que se presenta en la tabla “Drenaje mensual del acuífero
freático a través de colectores, ríos y arroyos del Cuenca Norte” que se encuentra en el
Anexo de este capítulo y también en el CD adjunto, en el archivo “Drenaje total_CN.xls”
incluido en la carpeta del Capítulo 4.
Las proporciones entre las salidas de agua subterránea de la cuenca son las
siguientes:
104
Bombeo: 40,9%
Flujo horizontal de salida: 23,6 %
Drenaje de colectores, ríos y arroyos: 15,5 %
Evapotranspiración desde el acuífero: 20,0 %
Nota 1: cabe aclarar que el agua extraída por bombeo y destinada al riego tiene un
retorno al acuífero por ineficiencia de aplicación del orden del 40%, por lo que, con un
bombeo neto promedio de 604,1 hm3 las proporciones entre las salidas, dispuestas en la
misma secuencia anterior, varían a 30%, 29%, 16% y 25%, respectivamente. También es
conveniente dejar claro que el 40% mencionado y que constituye una recarga a los
acuíferos, ya se encuentra considerado en el componente identificado como percolación en
el riego.
800
600 y = 1068.ln(x) - 8461.
R² = 0.773
400
200
0 1 1 1 1 2 2 2 2 3 3 3 3 4 4 4 4 5
0 2 5 7 0 2 5 7 0 2 5 7 0 2 5 7 0
0 5 0 5 0 5 0 5 0 5 0 5 0 5 0 5 0
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
-200
-400
-600
-800
-1000
Ingreso de ríos (hm3)
800
y = 1068.ln(x) - 8461.
600
R² = 0.773
400
200
0 1 1 1 1 2 2 2 2 3 3 3 3 4 4 4 4 5
0 2 5 7 0 2 5 7 0 2 5 7 0 2 5 7 0
0 5 0 5 0 5 0 5 0 5 0 5 0 5 0 5 0
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
-200
-400
-600
-800
-1000
Ingreso de ríos (hm3)
Gráfico 4.2. Ingresos de agua por los ríos en relación con las variaciones
de almacenamiento del agua subterránea
106
CAPÍTULO 5.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Cabe hacer hincapié, aquí, que las conclusiones tienen como limitante la
imposibilidad de ajustar el modelo de agua de superficie a alguna secuencia de años
posterior a la habilitación del dique Potrerillos. Y debe recordarse que, como consecuencia,
el intento de ejecutar el modelo de agua subterránea sin adecuar los parámetros de manejo
e infiltración a las condiciones post-embalse no dio buenos resultados. Ello desalentó,
entonces, la elaboración de nuevos escenarios para el uso predictivo de este último modelo.
En consecuencia, los comentarios que se realizan en este capítulo, siempre tienen como
referencia al período plurianual 1979-2002, período previo a la habilitación del dique.
Otra contribución del modelo de superficie (Capítulo 2), es la que posibilita establecer
lo que se definió como la “recarga/descarga vertical neta” de los acuíferos. Incluye otro
componente a los dos vistos en el párrafo anterior (bombeo y percolación); es la infiltración o
pérdida de agua a través del lecho de los canales. En la Tabla 2.17 se refleja la incidencia
relativa de esos tres componentes que están fundamentalmente ligados al riego agrícola.
Sigue tratándose aquí de movimientos verticales del agua en el subsuelo que muestran a la
actividad agrícola con un saldo positivo en materia de recarga de acuíferos, aunque debe
tenerse en cuenta que la mayor parte de ella puede haber perdido calidad al disolver sales
del suelo o contaminarse al incorporarse al acuífero freático cuando éste está salinizado.
107
En el Capítulo 4 se presenta un nuevo tipo de balance. Este considera como
almacenamiento al agua contenida en los acuíferos, al agua subterránea, e incluye flujos
horizontales a través de los límites del área de modelación. La Tabla 4.1 presenta los
componentes del balance. Las recargas, no están discriminadas en esta tabla pero sí en la
Tabla 4.2. A esa suma se le contraponen las salidas de los acuíferos, calculadas por el
modelo de agua subterránea, para estimar la variación de ese almacenamiento,
consecuencia de las cambiantes y, algunas veces, no previsibles acciones externas. Una
síntesis periódica constituida por los valores promedios, en la que se sumaron los dos
tramos del río Mendoza entre sí y las pérdidas en canales a las infiltraciones en el canal
Cacique Guaymallén para obtener valores totales, es la siguiente:
Este balance promedio da, también como media de los 22 períodos anuales
considerados (recuérdese que el primer período 1979/80 no fue tenido en cuenta), una
variación de almacenamiento negativa igual a -64,8 hm3 por período, valor que es
considerado pequeño con relación al rango de variación de cambios de almacenamiento.
Bajo el título de “Balance hídrico externo. Cuenca Norte (hm3)”, la Tabla 5.1 que
sigue presenta los valores que, período a período, representan los flujos de agua que
ingresan y egresan a un cuerpo que tiene como techo a la superficie que está conformada
por la parte superior del suelo y las superficies de todo aquello que se halle en contacto
constante con él, como la vegetación, las construcciones, los embalses, los ríos, etc; como
base, la superficie de contacto entre el sedimento cuaternario moderno con el terciario,
sobre el que descansa, que es impermeable; al este y parte del sur una superficie de similar
característica anterior, solo que el terciario se eleva constituyendo casi una pared, también
considerada impermeable; y al norte, este y el resto del sur, una superficie arbitraria,
permeable, definida por los autores como límite abierto, a través del cual se producen las
descargas de agua subterránea. De esa breve descripción surge que los flujos de ingreso
108
sólo se producen al entrar el agua, que proviene del exterior, en contacto con el techo de la
cuenca y los egresos pueden producirse a través del mismo y del límite abierto mencionado.
En la parte inferior de esa Tabla 5.1 se pueden visualizar los promedios de cada uno
de los términos del balance, calculados para los mismos 22 años que se tomaron en cuenta
para el balance de agua subterránea, tratando de evitar así la influencia de los datos
iniciales. Utilizando algunas de esas estimaciones, resulta interesante relacionar lo que
podría considerarse el aprovechamiento del agua ofertada por la naturaleza, por ella misma
y por el hombre para realizar sus actos productivos, recreativos e higiénicos. Entonces, si
así se considerase a la suma de los promedios de las columnas que contienen el “Consumo
de agua potable (aguas del río Mendoza)” y la “Evapotranspiración total: suelo, vegetación”,
(Prom.: 2489,1 hm3), en cuales se tiene en cuenta el uso consuntivo del agua total ofertada,
y se la dividiese por el promedio de los “Ingresos totales” (Prom.: 4888,7 hm3) se obtendría
un valor que porcentualmente representaría casi el 51%. Este porcentaje es probablemente
algo alto en términos de aprovechamiento; ello ocurre porque se considera aprovechada
casi toda el agua de lluvia que llega al suelo no cultivado y se infiltra, es decir, se considera
aprovechada el agua evapotranspirada por la vegetación natural.
109
Tabla 5.1: Balance hídrico externo. Cuenca Norte (hm3)
Variación
Consumo Drenaje del Salida por Variación
Río Tunuyán Otros Evapo Evapo Salida de
Río de agua Salida lluvia acuífero los de
Períodos Erogaciones Lluvia ingresos Ingresos transpiración transpiración flujo Egresos almacena- Dife-
Mendoza potable y (escorrentía y freático confines almacena-
anuales del dique total desde el totales total: suelo, del acuífero subterrá- totales miento de rencias
derrames salida dee evaporación) (colectores, de ambos miento de
El Carrizal oeste vegetación freático neo los
cuenca ríos y arroyos) ríos la cuenca
acuíferos
79-80 1588.4 1170.0 1450.4 20.0 4228.8 -60.9 -2427.5 -378.5 -332.6 -171.4 -346.3 -7.6 -3724.8 504.0 506.7 -2.6
80-81 1853.6 1300.8 2094.3 20.0 5268.8 -62.5 -2524.3 -615.5 -759.3 -444.6 -410.8 -46.3 -4863.3 405.4 405.0 0.4
81-82 1488.9 903.7 1207.0 20.0 3619.6 -64.1 -2071.4 -615.6 -367.1 -498.4 -386.1 -7.5 -4010.2 -390.6 -375.2 -15.4
82-83 2813.8 1955.1 1532.4 20.0 6321.3 -65.8 -2234.7 -662.6 -496.3 -531.7 -558.0 -1129.6 -5678.6 642.7 633.5 9.2
83-84 1968.9 1419.3 3583.7 20.0 6991.8 -67.4 -2977.4 -618.4 -1693.1 -549.5 -551.6 -472.9 -6930.3 61.6 77.0 -15.4
84-85 1823.7 1193.7 2465.1 20.0 5502.5 -69.0 -2450.5 -560.8 -1133.4 -556.8 -487.7 -259.6 -5517.7 -15.1 -6.6 -8.5
85-86 1441.6 1037.2 1512.1 20.0 4010.9 -70.6 -2278.1 -518.4 -469.7 -559.7 -402.1 -8.1 -4306.7 -295.8 -284.0 -11.8
86-87 2123.2 1551.0 2062.6 20.0 5756.8 -72.2 -2538.6 -552.4 -715.6 -566.8 -489.7 -578.4 -5513.7 243.1 240.0 3.1
87-88 2157.8 1659.8 1044.4 20.0 4882.0 -73.8 -1938.8 -591.7 -433.2 -571.8 -545.2 -558.3 -4712.7 169.2 182.8 -13.5
88-89 1440.6 926.4 1141.6 20.0 3528.6 -75.4 -2150.8 -483.5 -314.6 -566.4 -398.9 -1.7 -3991.3 -462.6 -431.7 -30.9
89-90 1263.4 1008.3 1915.0 20.0 4206.7 -77.0 -2448.0 -423.0 -694.6 -565.3 -347.3 -4.4 -4559.7 -353.0 -346.8 -6.1
90-91 1192.5 848.7 1767.0 20.0 3828.3 -78.6 -2382.0 -386.3 -596.9 -564.1 -303.1 -1.6 -4312.6 -484.3 -463.2 -21.1
91-92 1735.9 1206.6 2170.0 20.0 5132.4 -80.2 -2386.2 -400.7 -918.7 -567.2 -344.3 -305.9 -5003.3 129.2 141.3 -12.1
92-93 1672.7 1229.4 2816.8 20.0 5738.9 -81.8 -2763.1 -421.5 -1121.2 -566.8 -377.6 -316.4 -5648.3 90.7 90.3 0.4
93-94 1422.6 1101.0 1142.7 20.0 3686.3 -83.4 -2102.1 -419.6 -295.7 -566.8 -356.1 -35.5 -3859.3 -173.0 -174.2 1.2
94-95 1448.1 1090.1 1102.6 20.0 3660.8 -85.0 -2016.1 -404.7 -383.7 -565.7 -303.4 -102.1 -3860.7 -199.9 -215.2 15.3
95-96 1236.7 1024.8 2050.0 20.0 4331.6 -86.6 -2357.1 -372.4 -965.5 -566.4 -279.2 -0.8 -4628.0 -296.4 -302.4 6.0
96-97 983.9 712.0 2150.2 20.0 3866.2 -88.2 -2229.5 -339.6 -1158.9 -563.5 -236.2 -3.5 -4619.4 -753.2 -756.3 3.1
97-98 1381.9 1153.3 3188.4 20.0 5743.6 -89.8 -2528.1 -351.3 -1782.0 -565.9 -262.0 -16.5 -5595.6 147.9 126.9 21.0
98-99 1217.0 713.3 2578.9 20.0 4529.2 -91.4 -2788.6 -346.7 -936.1 -563.2 -224.5 0.0 -4950.5 -421.3 -425.5 4.2
99-00 1264.7 908.1 3625.8 20.0 5818.6 -93.0 -2662.3 -342.8 -2006.3 -563.4 -209.4 -4.4 -5881.6 -63.0 -81.2 18.1
00-01 1548.1 1275.5 3061.2 20.0 5904.8 -94.6 -2820.7 -380.0 -1356.4 -564.6 -270.9 -141.3 -5628.4 276.4 282.1 -5.7
01-02 1689.2 1470.7 2041.0 20.0 5220.9 -96.2 -2389.3 -476.2 -842.9 -566.0 -307.8 -233.8 -4912.2 308.7 257.1 51.5
Prom 1598.6 1167.7 2102.4 20.0 4888.7 -79.4 -2410.8 -467.4 -883.7 -554.3 -366.0 -192.2 -4953.8 -65.2 -64.8 -0.3
Min 983.9 712.0 1044.4 20.0 3528.6 -96.2 -2977.4 -662.6 -2006.3 -571.8 -558.0 -1129.6 -6930.3 -753.2 -756.3 -30.9
Max 2813.8 1955.1 3625.8 20.0 6991.8 -62.5 -1938.8 -339.6 -295.7 -444.6 -209.4 0.0 -3859.3 642.7 633.5 51.5
110
Otra relación interesante surge de considerar sólo al hombre y sus actos como
potenciales usuarios de la totalidad del agua derramada por ríos y de aquella parte de la
lluvia que precipita en las áreas donde efectúa sus actividades intensivas (áreas cultivadas y
urbanas). De combinar valores promedios aportados por los ríos con valores promedios
extraídos de las Tablas 2.11 y 2.14 del Capítulo 2, y el archivo “CALCULOS agua potable y
cloacas_CN.xls” descrito en el punto 3.3.2.2.3 del Capítulo 3:
5.2 RECOMENDACIONES
En razón de lo visto a lo largo de la lectura del presente informe, del desarrollo de las
actividades que se llevaron a cabo durante la ejecución del proyecto y de los resultados
obtenidos, se estima conveniente realizar las siguientes observaciones que, se estima,
podrían ser de utilidad para futuros proyectos de la misma índole que el presente:
111
condiciones no aptas para su aplicación a los mismos. Pocas veces las instituciones
que las recaban suelen hacerlo para un uso que exceda sus necesidades y, a veces,
por sus ubicaciones, por sus infraestructuras, por sus presupuestos, pueden ser las
indicadas para la información útil para la Provincia. Por ello, se aconseja una acción
combinada y comprometida interinstitucional, o entre reparticiones gubernamentales
y privadas, nacionales y provinciales, que obtenga y disponga la información para su
uso en bien de la sociedad en general. Bases de datos que vinculen la información a
los códigos registrales utilizados por los diferentes entes mencionados, permitirían
abaratar los costos de los estudios y mejorar sus resultados, así como su utilidad.
• En particular, y con referencia a los resultados del presente trabajo, se recomienda
no realizar abandono de lo conseguido hasta aquí, aunque no se hubiesen
alcanzado totalmente los objetivos del proyecto. Es interesante la experiencia
desarrollada y es mucha y valiosa la información elaborada. Sin embargo, se estima
que con información más precisa y completa los resultados podrían ser de mucha
utilidad a los entes administradores.
• Finalmente, con respecto a la metodología utilizada en el presente proyecto, se
recomienda realizar la estimación del bombeo de uso agrícola de una forma algo
más directa, tal que se alcance una cuantificación y distribución en el tiempo más
precisa que las que realiza el modelo de superficie utilizado. Por ejemplo, el
consumo energético de una perforación, que es medido en forma sistemática, podría
ser una alternativa interesante, aunque obliga a un relevamiento de potencias y de
caudales erogados.
• En relación con las mediciones hidrológicas realizadas a campo, sería interesante la
verificación de sus frecuencias y métodos, así como evaluar sus precisiones. Estas
mediciones son de diferente índole y, aquí, se hace especial referencia tanto a las
cotidianas estimaciones de caudales en diferentes puntos de la cuenca como a
aquellas otras que tienen una periodicidad mayor y que dependen de muestreos
estadísticos.
112
BIBLIOGRAFÍA
La mayor parte de los libros y revistas que se mencionan más abajo
constituyeron material de consulta para el desarrollo del presente trabajo.
Los restantes se han incorporado al listado como antecedentes y otros
sustento teórico de parte de lo escrito.
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