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CUENTOS DE LA

ALHAMBRA – W. Irving
Cronica La leyenda del soldado encantado.
Don Vicente un estudiante de la universidad de salamanca que se dedica
durante los veranos a viajar por las ciudades de España como mendigo. Se
trata de alguien de buen aspecto, con facilidad para tocar la guitarra y buena
compañía, el estudiante disfruta del verano sin pasar ningún tipo de
necesidades.
Por los pueblos y ciudades que pasa cautiva con su talento de tocar la
guitarra a los campesinos, sus esposas e hijos. Además, el hospedaje no es
ningún problema porque su simpatía y humilde origen generaban que los
curas le brindaran abrigo durante las noches y de vez en cuando un poco de
dinero.
El joven llego a Granada. Durante la noche de la fiesta de San Juan donde
encuentra a un soldado vestido a la vieja usanza que aseguraba que era parte
de la guardia de Fernando e Isabel desde hace trescientos años. El joven
estaba asombrado y confundido por todo lo que estaba escuchando y
viendo. El soldado le explico al estudiante que cuando llegaron a Granada
con los Reyes Católicos, él fue capturado por un sabio moro que lo forzó a
custodiar un tesoro del rey Boabdil hasta que alguien pudiera romper el
hechizo. Y por eso una vez cada cien años, durante la fiesta de San Juan en
junio, al soldado se le permite recorrer la ciudad libremente a la espera de
que alguien con un anillo con una marca especial pueda verlo y ayudar a
romper el hechizo. El estudiante había encontrado el anillo con la marca del
rey Salomón justo antes de partir desde Salamanca a Granada, lo que
empezaba a causar en el joven que creyera todo lo que estaba sucediendo.
Cuando el soldado le pidió que lo siguiera hacia la cueva donde se
encontraba el tesoro no dudo ni un segundo.
El soldado le propone al estudiante que lo ayude a liberarse de su condena
como custodio del tesoro con la promesa de repartirse lo que haya de oro y
joyas. Para romper el hechizo, no hace falta solamente el anillo, sino
también un cura en ayuno y una doncella honrada. Que, para la suerte del
soldado, el estudiante conoció en su llegada a granada un cura a quien le
atiende una doncella que se muestra tímida y discreta.
Acude a pedirles ayuda al cura y a la muchacha; el único reparo que tiene el
cura es que hacer ayuno le resulta difícil, por lo que decidieron llevar una
canasta con comida para comer tan pronto como liberen al soldado y abran
el cofre que cuida.
Lo primero que sucede es que el cura en ayuno realiza el ritual de exorcismo
para liberar al soldado. Después, la doncella se calza el anillo de Salomón y
abre el cofre. El estudiante empieza a sacar las joyas, pero el soldado
sugiere que sería mejor sacar el cofre de la pared en la que está incrustado
para repartir los tesoros más cómodamente. Mientras se disponen a hacer
esto, el cura no espera más y saca la comida de la canasta y rompe el ayuno.
Además de comerse toda la comida, le da un beso a la doncella. De repente,
el cofre se cierra, vuelve a la pared y cierra sus candados. La doncella, el
cura y el estudiante quedan del otro lado del muro. Cuando quieren volver a
entrar en la habitación se dan cuenta de que no había manera y que el anillo
de Salomón había quedado dentro.
Es por eso que el soldado le toco montar guardia el resto de la existencia y
salir cada 100 años a rondar el pueblo

Presentado por: Josheph Javier Martínez Tapias 11a

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