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Secretaria de Salud

Comisión Coordinadora de Institutos Nacionales de Salud


y Hospitales de Alta Especialidad
Servicios de Atención Psiquiátrica
Hospital Psiquiátrico Infantil “Dr. Juan N. Navarro”
COMO LOGRAR CAMBIOS EN EL COMPORTAMIENTO DE UN HIJO
Hay tres pasos para la modificación de un comportamiento:

1.- Define el problema de una manera positiva.

Es mejor no hablar del comportamiento que queremos cambiar, sino del comportamiento que deseamos
lograr. Por ejemplo, en lugar de hablar sobre el desorden que tu hijo tiene con las cosas de la escuela,
enfócate a que ponga las cosas en el lugar correcto todas las noches.

2.- Establece una meta alcanzable.

No les pongas metas inalcanzables, se realista. Si lo que quieres es que tu hijo permanezca sentado en la
mesa durante toda la comida, establece primero una meta para que este sentado cinco minutos, luego siete,
luego diez. Así sentirá que lo va logrando poco a poco. Si lo que quieres es que prepare su ropa la noche
anterior y que ponga los útiles de la escuela en su lugar, ve agregando una cosa a la vez, conforme el niño
vaya alcanzando la meta.

3.- Ayúdalo a alcanzar su meta.

Los premios y castigos deben darse en el momento en que se los gana. Si prometes algo a largo plazo no
tendrá el mismo efecto. Elogia a tu hijo si completa la meta, marcando algún nivel de progreso como: “me
gusta la manera en que permaneces sentado, mientras haces tu tarea”. Usa comentarios específicos y evita
las generalizaciones.

Principios básicos para educar:

1.- El niño necesita estructura: necesita contar con orden, unos padres organizados, reglas muy claras,
rutinas y aprender a predecir las respuestas de los padres por sus actos.

2.- Consecuencias inmediatas: los premios o castigos deben darse en el momento, si prometen algo a largo
plazo pierde su efecto, y si prometen algo deben cumplirlo.

3.- Ser constantes: recuerden que cualquier cambio requiere de tiempo, por eso es importante que no se
den por vencidos, aun cuando estén fuera de su casa su conducta debe ser la misma. Intenten un programa
para cambiar la conducta por lo menos dos semanas, antes de decidir que no funciona.

4.- Papá y mamá deben ser siempre equipo: el niño siente seguridad al saber que sus padres están de
acuerdo en la forma de educar, ya que si mamá dice una cosa y papá otra se confunde más o aprende a
manipular. Esto es importante aun cuando los padres estén separados.

5.- Estímulos correctos y poderosos: aunque las palabras que estimulan ayudan mucho, los premios para los
hijos deben ser concretos y confiables. Por ejemplo: una gráfica con puntos para un buen comportamiento o
usar fichas o puntos que sean canjeables por algo que él elija.

6.- Retroalimentación frecuente: los estímulos deben ser frecuentes y constantes, ya que esto ayuda al niño
a mantenerse motivado, no olviden que el niño no puede motivarse solo.

7.- No hablen, actúen: dar explicaciones complicadas y largas al niño, así como hablar mucho no sirve.

8.- Hay ciertas cosas que al niño le cuestan más trabajo: tener presente que hay algunas cosas que el niño no
puede hacer, no es que no quiera, no puede.

Av. San Fernando 86, Belisario Domínguez Secc 16, Tlalpan, 14080 Tlalpan, CDMX
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9.- La relación padre/hijo, madre/hijo es sagrada: no hay nada más importante que tener una buena relación
con su hijo. La relación no se forma en un momento, es continua y debe tener relaciones mutuas de amor,
caricias, respeto, aceptación y atención.

Se sugiere elaborar un calendario como el siguiente, en el cual tanto padres como hijo estén de acuerdo. Si
cumple con la tarea obtendrá estrellitas las cuales son canjeables por premios previamente acordados.

FICHAS LUN MAR MIE JUE VIE SAB DOM


Llevar
ropa
sucia
Bañarme
Recoger
juguetes
No pelear
con sus
hermano
s
Hacer
tarea

Cambios en el medio ambiente en casa:

Fortalece la estructura:

El niño necesita contar con unos padres bien organizados, reglas claras y rutinas bien establecidas. Piensa en
las cosas que le serviría al niño que estuvieran y permanecieran organizadas. Los juguetes, lo que necesita
para ir a la escuela, sus películas, etc. Dedica un espacio para esas cosas. Los juguetes pueden ponerse en
cajas de cartón, en las que hagas con tu hijo dibujos de los juguetes. Procura que en cuanto deje de jugar
devuelva el juguete a la caja que le corresponde y que realice una sesión de limpieza antes de acostarse.
Para las cosas de la escuela, lo mejor es localizar un lugar cerca de la puerta de salida, en donde el niño
pueda acomodar desde la noche anterior todo lo que llevara a la escuela, como mochila, lonchera, etc. En
cuanto regrese a casa a medio día, deberá poner las cosas en su lugar.

Se le puede hacer una lista de verificación para que revise todas las cosas que tiene que hacer antes de
acostarse.
La lista puede quedar pegada junto a la cabecera de la cama o en la puerta de su cuarto y tener cosas como:

1.- Pongo las tareas, libros y demás útiles dentro de mi mochila.


2.- Coloco la mochila en su lugar
3.- Recojo mis juguetes.
4.- Ceno.
5.- Me baño.
6.- Me lavo los dientes.
7.- Me acuesto.
Esto ayudara a eliminar las carreras matutinas buscando por toda la casa las cosas que el niño necesita.

El manejo del tiempo:

Puede resultar útil, tener muchos relojes con alarmas. Si por las mañanas cuenta con 20 minutos para
desayunar, puedes programar un reloj en la cocina para que el mismo este al pendiente de cuánto tiempo
queda. Si debe hacer la tarea a una hora todas las tardes, puedes poner un reloj con alarma en su cuarto

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para que la recuerde la hora de dejar de jugar y comenzar a trabajar en sus tareas. Si tiene mascotas y es el
responsable de alimentarlas, otra alarma le puede recordar la hora de hacerlo.

Reglas claras:

Define las reglas de la casa, las consecuencias de romperlas, los premios por cumplirlas. Lo mejor, es que las
reglas estén bien pensadas, delineadas y determinadas por ambos padres, para que los dos estén de
acuerdo, debes asegurarte que el niño las acepta y las entiende. Al escribir las reglas se claro y preciso.

La t.v. no se prende hasta que hayas terminado tus tareas.

Limpia tu cuarto todo los sábados

Debes bañarte todas las noches

Antes de acostarte, deberás poner tus juguetes en su lugar.

Prémialo:

Puedes tener un formato para premiar a tu hijo. Cada vez que el niño haga algo bien se le pone en el
formato una estrella o cualquier calcomanía (una carita feliz o una palomita). Al completar cierto número de
calcomanías, podrá canjearlas por un helado, por un paseo en el parque o por tiempo para jugar su
videojuego favorito. La cantidad de estrellas que les des debe de ir de acuerdo a la complejidad de la tarea. 2
estrellas por hacer, una tarea sin preguntarte nada. Escribe una lista de tareas y cuantas estrellas ganaría, así
dejas todo claramente establecido.

Otro sistema que ha funcionado en niños, es el de “economía de fichas”. Se debe disponer de un bote
grande de plástico transparente, el cual deberá ser visible, pero no fácilmente alcanzable para el niño, y se
debe tener fichas o canicas. Se le asignan un numero de fichas por cada actividad, y el niño debe ver cuando
el padre, mete al bote las fichas que se ganó, se debe marcar en el bote con una línea, hasta donde debe
llenar de fichas, durante la semana el niño ira viendo sus avances, y si para el fin de semana llego a pasar la
línea de objetivo, se le dará un premio. Dependiendo de la complejidad de la actividad es el número de
fichas, que se le darán. También funciona con estrellas, puede perder fichas o estrellas si se comporta mal.
Para que esto funcione de manera adecuada, el niño debe tener muy claras las razones por las cuales puede
perder estrellas o fichas. De lo contrario se sentirá frustrado por el sistema.

Disciplínalo:

Los niños necesitan recibir retroalimentación por sus actos de inmediato, o terminaran olvidando lo que
paso. Para que sea efectivo, el castigo o premio deberá obtenerse al instante.

Un tipo de consecuencias es el “tiempo fuera”. Cuando el niño se pone fuera de control, hace berrinches y
no entiende, lo mejor es llevarlo a un lugar calmado, con estimulación mínima. Mandarlo a un rincón en la
sala, puede ser buena opción, no es recomendable, mandarlo a la primera, si la situación no es realmente
grave. Ofrécele 3 oportunidades, avísale con un dedo y deli, “es la primera!”. A la segunda, le muestras dos
dedos y le dices, “es la segunda!”. A la tercera, le muestras los tres dedos y le dices “es la tercera, tiempo
fuera!”.

Cuando el niño hace algo realmente mal, como patear a la gente, morder a alguien o tirar cosas valiosas,
entonces si lo deberás castigar con tiempo fuera de inmediato.

El tiempo fuera debe ir en proporción con la dad de niño. Por ejemplo, un niño de 5 años, deberá de tener
un tiempo fuera de 5 minutos, a menos que al final de este tiempo el niño aun siga fuera de control. Se dice

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que es un minuto, por cada año del niño. Es bueno poner un cronometro y dejar que el pequeño lo vea, el
padre o madre, deben estar detrás de él supervisando que cumpla. Si intenta hacer trampa y escapar, le
aumentas un minuto por cada vez que lo intente. Durante el tiempo fuera no debes de interactuar con él, ni
respondas sus preguntas, ni le comentes nada.

Un tiempo fuera hace que el niño entienda el concepto de acción/consecuencia, removiéndolo de la


situación y dándole la oportunidad de reflexionar.

No sermonees a tu hijo. Es mejor ser claro, preciso y conciso cuando lo estas disciplinando. Los niños no
entienden explicaciones largas y complicadas. Se simple, concreto y claro.

Horarios:

El tener un horario estable para lo que sucede cada día en la casa puede ser de mucha utilidad para los
niños. Si bien hay una secuencia regular de actividades es más fácil para el recordar que hacer y a qué horas.
Resulta útil tener el horario pegado en un lugar visible como el refrigerador o en su cuarto. El niño puede
llegar a acostumbrarse a él y le costara trabajo adaptarse a cambios. Por lo tanto, cuando vaya a haber
cambios importantes, avisarle con tiempo para que se vaya haciendo a la idea y no le dé un ataque de mal
humor en el momento del cambio.

Consejos para la realización de tareas escolares:

Quizás prefieras que el niño haga su tarea en cuanto llega a casa, para asegurarte de que la hace. Sin
embargo, seguramente lo que el niño desea es un descanso después de la escuela. Recuerda que llega a casa
de 6 horas de trabajo en la escuela, come y lo que quiere hacer después es tirarse un rato en su cama o ver
la televisión. Trata de establecer un horario para la realización de sus tareas que le permita al menos media
hora de descanso después de comer. Adecua el horario lo mejor posible a las necesidades de tu niño y
procura que el horario se cumpla. Lo mejor volviendo a la estructura, es que tenga siempre un lugar y una
hora fija para hacer de las tareas.

Puedes colocarle una oficina en casa. Pregúntale sobre sus preferencias, puede tener un escritorio en su
cuarto con una silla adecuada para su tamaño, o quizás prefiera hacer la tarea parado junto a la mesa del
comedor. Ayuda a tu hijo a encontrar un lugar en el que trabaje bien, pero asegúrate de que está
involucrado en el proceso. Tu hijo puede tener ciertas preferencias que nunca pensaste. Puede trabajar
mejor acostado o sentado en una mesa, preferir cierta música o algún tipo de luz. No te impongas a tu hijo
con el objeto de colocarlo en un lugar con menos distracciones.

Asegúrate que organice el espacio con una taza de lápices y plumas, un lugar para libretas y libros y algún
sitio para organizar sus tareas viejas. Recuerda supervisarlo, tu hijo seguramente trabajara mejor si estas
cercan para supervisar sus avances.

También puedes animar a tu hijo a conseguir a algún compañero del salón con quien pueda verificar sus
tareas y resolver sus dudas acerca de alguna materia. Un comportamiento que estime a tu hijo, que quiera
ayudarlo y con quien sienta la confianza como para llamarlo por teléfono con las tareas.

Otra opción es dividir las tareas en partes más pequeñas, para que sienta que va cumpliendo pequeñas
metas, por ejemplo, si tienes una tarea en la que debe resolver 20 sumas, la puedes dividir en grupos de 5, y
permitirle un descanso entre grupos una vez que las haya realizado correctamente.

Para las tareas es el mismo caso que el horario de estudio, siempre hacerlo en el mismo lugar, siempre a la
misma hora.

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Un lugar de escape.

También es útil tener en casa un lugar para escapar o para el tiempo fuera. Lleva a tu hijo a ese lugar cuando
se esté portando mal. Asegúrate de que no haya nada ahí, con lo que pueda hacerse daño. Proporcionarle
un punching bag o almohadas para que pueda golpear. De esa manera, puede desahogar sus frustraciones
sin lastimarse, ofender a la gente, lastimar a sus mascotas o romper objetos.

El equipo de mamá y papá.

Tú y tu pareja deben estar de acuerdo en todas estas consideraciones para el manejo de la disciplina del
niño. Si tu hijo se da cuenta de que hay desacuerdos entre ustedes, se sentirá confundido y descubrirá que
puede manipularlos para lograr las cosas que desea. Si sabe que mamá le dirá que no a algo, primero le
pedirá a papá y viceversa.

Cuando recibas alguna queja del maestro.

Escucha las explicaciones de tu hijo, muéstrate comprensivo, paciente y tolerante antes de comenzar una
serie de recriminaciones. Evita las confrontaciones con sus maestros, lo mejor para el niño es que exista un
clima de colaboración y respeto entre maestros y padres.

Compara la información que te dio tu hijo sobre el problema con la que te dieron los maestros. Trata de
averiguar lo que ambas partes opinan antes de tomar una decisión. Habla con tu hijo, muéstrale tu apoyo y
comprensión si sientes que ha sido tratad injustamente. Pero también, hazle ver la necesidad de que evite
provocaciones y de que resuelva sus problemas de manera más afectiva. No quieras sobreprotegerlo, mejor
enséñale a cuidarse de sí mismo.

No es conveniente buscar excusas para justificar el comportamiento inadecuado de un hijo con maestros y
compañeros. Es importante distinguir la diferencia entre comprender y tolerar. El niño debe aprender a
controlarse.

Las relaciones con los amigos.

Hay algunos niños que les cuesta trabajo respetar las reglas del juego, se enojan con facilidad, gritan, lloran y
se frustran si no ganan. Estos comportamientos caen mal a los amigos, que terminan evitando jugar con
ellos.

Cuando invites a algún amigo a tu casa, asegúrate de tenerles listas actividades para el tiempo que durara la
visita. Planea diferentes juegos. De esta forma, si alguno no resulta, puedes cambiar rápidamente de
actividad.

Cuando planees invitar a varios, piénsalo bien. Lo mejor es que invites a uno o a tres. Si invitas a 2, corres el
riesgo de que ellos hagan par y dejen a tu hijo fuera del juego.

Dependiendo de la edad de tu hijo, puede ser bueno que permanezcas cerca de ellos para que monitorees
su comportamiento. Refuerza el comportamiento positivo, felicitando a tu hijo cuando esté cumpliendo las
reglas el juego. Ten cuidado con las críticas negativas delante de los amigos. Es mejor, en caso de que ocurra
algún mal comportamiento, separar a tu hijo del amigo antes de criticarlo. Si el mal comportamiento
continua utiliza el tiempo fuera para que se calme y decida portarse bien para continuar el juego con
amigos.

Cuando recibas quejas de otro papa.

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Seguramente tu hijo también será invitado a las casa de sus amigos. Si en alguna ocasión tu hijo se portó mal
y recibes las quejas de los papas, necesitas armarte de paciencia, escuchar lo que quieren decirte de tu hijo,
y mostrarte comprensivo y tolerante. Muchos papas toman de manera personal el que otros se quejen de su
hijo. Esto los ciega y no los deja actuar de manera ecuánime. Ofrece una disculpa si piensas que tu hijo hizo
algo mal. Habla con el de la importancia del comportamiento social para que pueda seguir siendo invitado a
otras casas.

Ayúdalo a desarrollar habilidades.

Para desarrollar habilidades sociales y de autocontrol, se sugiere lo siguiente.

Las habilidades de autocontrol se refieren a aquellas que le permiten al niño tener control sobre sus propias
acciones o comportamientos. Si planeas enseñarle a tu hijo estas habilidades, es importante que piensas en
metas adecuadas a su edad. Empieza primero con las simples, como no interrumpir conversaciones o no
pelear con los hermanos. Para niños que están en los primeros años de primaria, algunas metas pueden
incluir el seguimiento de las reglas para acostarse, o mostrar su enojo de una manera apropiada. Algunas
estrategias que pueden ayudar a tu hijo a aprender habilidades de autocontrol, son las siguientes:

Respirar profundo: enséñale a “respirar profundamente” o a buscar un “tiempo fuera” cuando este en una
situación en la que se sienta enojado.

Los niños pueden aprender a no interrumpir las conversaciones de otras personas si se les enseña a observar
a los demás cuando no están hablando. La idea es que puedan imitar ese comportamiento y usarlo
apropiadamente. Asegúrate de darle al niño la atención que necesita en las situaciones adecuadas para
evitar que este interrumpiendo por buscar tu atención.

Los niños necesitan consistencia y retroalimentación positiva para aprender los comportamientos
apropiados. Los elogios y la atención son altamente positivos, como un tiempo especial contigo. Tu hijo debe
saber cuáles son las conductas apropiadas.

Hay actividades específicas diseñadas para enseñar el autocontrol. Algunos terapeutas utilizan juegos de
títeres para similar situaciones a las que el niño puede enfrentarse, por ejemplo, para “tener algo que no
puede tener”. Entonces, se hace un juego de roles con títeres y se representa tanto el buen comportamiento
como el malo, haciéndolo reflexionar sobre sus actitudes ante una situación parecida.

Para facilitar el desarrollo de habilidades de autocontrol, ayúdale a tu hijo a identificar sus sentimientos. La
pérdida de control usualmente ocurre cuando se tienen sentimientos muy intensos y ayudarles a descubrir
la relación sentimientos/conducta.

Para identificar los sentimientos, puedes guiar al niño en los siguientes pasos:

1.- Piensa lo que paso.

2.- Date cuenta de cómo se siente tu cuerpo debido a lo que paso.

3.- Reconoce el sentimiento.

4.- Di “Me siento__________”.

Para reconocer lo que el cuerpo “siente” a consecuencia de un sentimiento, puedes explicarle al niño lo
siguiente:

Cuando te sientas ALEGRE, en tu cara hay una sonrisa o estas riéndote, tu respiración es suave y pausada, tu
cuerpo esta relajado.

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Cuando te sientes TRISTE, tu frente esta fruncida, lloras, cruzas los brazos, tus movimientos son lentos.

Cuando te sientes ENOJADO, tu cara se pone roja, frunces la frente, tu respiración es más rápida.

Cuando sientes MIEDO, abres mucho los ojos, tu corazón late más rápido, te quedas callado y no te mueves.

Puedes hacerle preguntas de como actúa cuando tienes sentimientos agradables o cuando se enoja. Otra
idea es contarle historias cortas o relatos familiares y pedirle que dibuje algo que muestre sentimientos
negativos o positivos. De esta manera, el niño ira aprendiendo a reconocer lo que siente su cuerpo cuando
se enfrenta a diferentes situaciones.

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