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Bolilla 1
Introducción:
1- Definición legal de obligaciones, art 724 CCYCN:
.-Definición. La obligación es una relación jurídica en virtud de la cual el acreedor tiene el derecho a exigir
del deudor una prestación destinada a satisfacer un interés lícito y, ante el incumplimiento, a obtener
forzadamente la satisfacción de dicho interés.
1- distinción entre derechos personales y derechos reales: El código recoge el criterio de distinción entre las
relaciones jurídicas de carácter patrimonial que Vélez eligió para la ordenación de los derechos con contenido
económico.
El distingo es entre es entre los derechos personales u obligaciones, nacidos de relaciones que vinculan a dos
partes, con efectos relativos, que generan deberes y derechos entre quienes se vinculan, y derechos reales,
nacidos de las relaciones de las personas con las cosas, absolutos, pues las facultades que se reconocen en
virtud de ellos deben ser respetados por todos sin existir una persona determinada que deba una conducta a
favor de su titular.
2- Concepto de obligación: La obligación es aquella relación jurídica que genera el derecho de una persona,
acreedor, a exigir de otra, deudor, una conducta llamada prestación, a través de la cual persigue satisfacer un
interés legítimo. Si el deudor no cumple con la prestación, el acreedor puede recurrir a los medios que el
derecho les concede para obtener la satisfacción de dicho interés.
Se destacan los elementos que estructuran el derecho personal u obligación:
A. La relación entre dos personas que el derecho permite y regula
B. La existencia de un derecho de una de las parte, llamado acreedor, de exigir a la otra parte, llamado
deudor, el cumplimiento de una prestación
C. El fin satisfactorio de un interés legitimo
D. La posibilidad del cumplimiento forzado de las prestaciones.
3- La prestación debida: La prestación es una conducta debida por el deudor, que puede consistir en :
A. Entregar una cosa o trasmitir o poner a disposición bienes que no son cosas (obligación de dar)
B. La prestación de un servicio, o la realización de un hecho (obligación de hacer)
C. Y la abstención del deudor de una conducta permitida o tolerar una actividad ajena (obligación de no
hacer)
4- El interés del acreedor. Importancia de la noción: La conducta debida por el deudor debe estar destinada a
satisfacer un interés lícito del acreedor.
La doctrina ha identificado al interés del acreedor como “una necesidad objetivamente valorable de bienes o
de servicios que la prestación del deudor debe satisfacer”, y puede ser patrimonial o extramatrimonial.
El interés que el acreedor persigue debe ser lícito. Este interés lícito debe existir cuando la obligación nace, y
subsistir mientras no se extinga.
La obligación como relación jurídica: Los atributos del poder, así como las modalidades del deber, varían
A. Las contraídas por personas que teniendo suficiente juicio y discernimiento, son incapaces por
derecho para obligarse.
B. Las obligaciones que principian por ser obligaciones civiles, y que se hallan extinguidas por la
prescripción.
C. Las que proceden de actos jurídicos, a los cuales faltan las solemnidades que la ley exige para que
produzcan efectos civiles, como es la obligación de pagar un legado dejado en testamento.
D. Las que no han sido reconocidas en juicio por ala de prueba, o cuando el pleito se ha perdido, por
error o malicia del juez.
Las que se derivan de una convención que reúnen las condiciones generales requeridas en materia
de contratos; pero a las cuales la ley, les ha dado denegado toda acción; tales son las deudas de
juego
Obligaciones civiles y naturales: Según la naturaleza del vínculo se distinguen las obligaciones civiles y
naturales: Las primeras son las que dan derecho al acreedor para exigir su cumplimiento; las segundas no
confieren acción alguna para exigir ese cumplimiento. Las obligaciones civiles están tuteladas por el derecho
positivo, que reconoce la plenitud de su eficacia y efectos. Son obligaciones naturales las que fundadas solo
en el derecho natural y en la equidad no confieren acción para exigir su cumplimiento, pero que, una vez
cumplidas por el deudor, autorizan para retener lo que se ha dado en razón de ellas.
Las obligaciones naturales se fundan solo en el derecho natural y en la equidad, por el contrario las
obligaciones civiles se basan no solo en el derecho natural, si no también se encuentran tuteladas por el
derecho positivo.
Distintas teorías sobre la naturaleza de la obligación natural: Hay varias doctrinas enfrentadas
1-Teoria que niega la obligación natural: la denominada obligación natural no constituye una verdadera
relación jurídica, ya que el acreedor está privado de acción, por lo cual, se estaría ante una obligación que
carece de coerción, es decir, una obligación no obligatoria. Por otro lado, el deudor no está obligado a pagar,
por lo cual no puede decirse que exista una deuda, ya que no hay causa.
2-Teoria que asimila la obligación natural con los deberes morales: sostiene que todas las hipótesis que se
presentan como de obligaciones naturales son simples deberes morales, a los cuales la ley toma en
3-Teoria de la obligación natural como puro débito: Las obligaciones naturales muestran a una persona
vinculada por un débito, pero que no puede ser constreñida al cumplimiento. En la obligación natural hay
deuda, pero no responsabilidad.
4-Teoria de la obligación natural como expresión del derecho natural: Las obligaciones naturales son
verdaderas obligaciones jurídicas, en razón de estar fundadas en el derecho natural y equidad.
El código determina la regla general de que toda atribución patrimonial realizada en cumplimiento de deberes
morales o de conciencia es irrepetible, adoptando así una formula amplia en la cual podrán caber diversas
situaciones, en la que se encuentren razones suficientes para decretar la irrepetibilidad de la atribución. El
principio de irrepetibilidad de las atribuciones patrimoniales realizadas en virtud de deberes morales o de
conciencia, formula amplia capaz de captar supuestos en que se estime razonable justificar la retención de lo
recibido.
3-Nturaleza de la obligación:
Teoría del débito y la responsabilidad: Concibe la obligación como una doble relación: una de puro débito
(Shuld) y otra de responsabilidad (Haftung). Los postulados de esta teoría podrían ser explicados:
Constituida una obligación, derivada de cualquier fuente, cobra vida una relación de deuda o puro débito y se
caracteriza por las siguientes notas:
1) el deudor siente la necesidad o la presión psicológica de cumplir voluntariamente.
2) el acreedor se mantiene expectante, a la espera de que su interés sea satisfecho sin necesidad de
compulsión. Sus poderes se conservan en potencia.
3) si la prestación se cumple, se cierra la relación de deuda y con ello se extingue la obligación. Pero si la
prestación no se cumple, con el incumplimiento se inicia la segunda relación, llamada “de responsabilidad”,
que se distingue por:
a) se actualizan los poderes que el acreedor conservaba en potencia, y
. Análisis de esta teoría. Es inexacto disociar la obligación en dos conceptos diferentes (deuda y
responsabilidad) pues se obtiene una ilusión parcial del fenómeno. La obligación es siempre deuda y
responsabilidad al mismo tiempo es imposible que pueda haber un deudor sin responsabilidad o una persona
responsable sin que haya asumido antes la condición de deudor si alguien debe es porque es responsable; y
viceversa: es responsable porque debe. Un análisis crítico de la concepción demostraría la necesidad de
elaborar una teoría que reúna la deuda y la responsabilidad en un solo concepto.
a) La obligación como deber: la obligación le impone al deudor el deber jurídico de observar determinada
conducta (prestación) en interés del acreedor. Se trata de una concepción ética y mide exclusivamente la
posición jurídica del deudor, y que se basa la posibilidad y a éste le asiste de cumplir voluntariamente la
prestación. La obligación es un deber que se extingue con el cumplimiento voluntario. Pero si el deudor
incumple, se producen consecuencias que ya no derivan de la obligación, sino del incumplimiento, que se
presenta como fuente de una nueva obligación: la de indemnizar al acreedor. La responsabilidad se sitúa fuera
de la obligación, pues no derivan de ella, sino de la situación de incumplimiento.
Pero en realidad, el incumplimiento no necesariamente desemboca en la indemnización; también puede dar
lugar a la ejecución forzada, por medio de la cual el acreedor recibirá el objeto específicamente debido.
Entonces la ejecución forzada, si la obligación se agotara en el mero deber de cumplir voluntariamente, no
integraría el concepto de obligación, lo cual resulta indefendible porque no se puede negar que con la
ejecución forzada se está cumpliendo lo misma obligación.
b) La obligación como responsabilidad: tampoco se puede dudar de que el deudor es responsable frente al
acreedor si llega a incumplir su deber. Pero de ahí a sostener que la obligación es exclusivamente
responsabilidad, subestimando la importancia del deber, se está parcializando la visión del fenómeno
obligatorio.
c) La obligación como deber y como responsabilidad: se afirma que tanto el deber como la responsabilidad
deben estar en el concepto de obligación. Sólo así se obtendrá una visión integral y completa del fenómeno
jurídico llamado obligación.
El deber es el fundamento de todas las consecuencias jurídicas en que se traduce la obligación; por lo mismo
sin deber no hay obligación. La responsabilidad, refleja la total sanción que incorpora el ordenamiento
jurídico al deber asumido.
e). La obligación como “proceso” de la vida social. Cierta doctrina, inspirada en la concepción sociológica
del derecho, entiende que ninguna teoría puede considerarse triunfadora. Se piensa que el concepto puro de
obligación aún no ha sido hallado, y que no justifica continuar la búsqueda, pues carece de toda utilidad
práctica para resolver los problemas que cotidianamente plantea la vida social.
Esta doctrina ha iniciado nuevas investigaciones, en procura de descubrir que es la obligación como fenómeno
social. Estas obligaciones están encaminadas a aprender este fenómeno social en cuanto tal, en cuanto
acontecer humano concreto y real, que se localiza en un lugar y en un momento histórico determinados.
Piensan que la obligación tiene cierta naturaleza orgánica, porque es un fenómeno humano que nace, vive y
muere, influidos directamente por las condiciones económicas del medio social al que pertenece. Es una parte
de la vida social que se presenta perfectamente organizada, conforme a ciertos principios jurídicos, y que está
llamada a cumplir una especial función económica y social. Por su grado de organización y por la especial
función que cumple - facilitar el intercambio de bienes y de servicios por medio de la cooperación ajena-, se
piensa como institucionalizado e imprescindible.
También se la concibe como un proceso en sentido Hegeliano, es decir, como un devenir histórico que
atraviesa distintas fases: nace, vive y muere. Está desde un principio encaminado a alcanzar un fin
determinado y extinguirse con la obtención de ese fin. Se trata de un proceso transitorio. Este pensamiento
inspirado en la dialéctica de Hegel, dice que la extinción de la obligación no hace desaparecer el fenómeno del
4- Contenido de la obligación:
Obligación y deber jurídico. Deberes jurídicos que no son Obligaciones: si bien toda obligación contiene un
deber jurídico, no todos los deberes jurídicos son obligaciones. Los deberes jurídicos conforman un género, y
sólo una de sus especies integra la relación de obligación.
Los deberes jurídicos, en general, presentan una nota común: les imponen a las personas la necesidad de
observar determinada conducta. Para distinguir el deber jurídico propio de la relación de obligación, es decir
el deber de obligación de aquellos otros que no son técnicamente obligaciones, es necesario señalar los
caracteres típicos y específicos de aquel deber:
1) la relación de obligación crea un vínculo jurídico entre acreedor y deudor; el deber que pesa sobre el
deudor lo obliga a desplegar parte de su actividad en beneficio del acreedor. El comportamiento del deudor
tiene un destinatario preciso y determinado. La obligación es una relación entre personas determinadas.
2) el comportamiento debido por el deudor tiene que tener valor económico para el deudor. Esta es una de las
particularidades más importantes de la obligación: la patrimonialidad de la prestación.
3) el deber de prestación se dirige a satisfacer el interés, patrimonial o no, del acreedor, y éste está autorizado
para exigir el cumplimiento.
Por ausencia de alguna de las características, no constituyen obligaciones las siguientes:
a) deberes jurídicos genéricos, en los cuales no existe un sujeto activo determinado.
b) deberes jurídicos sin contenido patrimonial
El Crédito y la deuda:
1. Facultades accesorias y deberes secundarios: la relación de obligación es bipolar en tanto que vincula a un
acreedor con un deudor. El primero el titular de un derecho subjetivo de crédito que los votos de poder para
exigir el bien que le es debido; sobre el segundo está el deber jurídico de satisfacer ese interés. Derecho
subjetivo y deber jurídico (crédito-deuda) constituyen la espina dorsal, el núcleo fundamental, de la
obligación. Pero esta descripción responde a un análisis simple de la relación. Un examen más detenido la
muestra como una relación jurídica compleja, integrada por una verdadera trama de deberes y derechos
recíprocos. De entre todos ellos, el crédito y la deuda se destacan, pero los restantes deberes y facultades, si
bien son accesorios de aquellos, tienen que ser necesariamente considerados, pues de lo contrario se obtiene
una visión parcial de la obligación.
Por ello, cuando se trata de describir en qué situación se hallan, recíprocamente, el acreedor y el deudor, es
necesario también puntualizar cuáles son las facultades accesorias que le corresponden a cada uno de ellos, y
que deberes secundarios están obligados a con pi.
2. La cooperación recíproca y el principio jurídico de buena fe: la buena se domina y tutela todo el
ordenamiento jurídico. Las relaciones obligatorias, en todos sus aspectos y en todo su contenido, están sujetas
a su imperio.
El concepto de buena fe es uno de los más difíciles de aprehender dentro de las ciencias jurídicas. No
obstante, y sin desconocer su unidad conceptual se enfoca desde dos puntos de vista: un objetivo y otro
subjetivo. Desde el primer ángulo, se considera la buena fe como un modelo de conducta social, como un
estándar jurídico de ineludible observancia. Cada persona debe ajustar su propia conducta a este arquetipo,
obrando como lo haría un hombre recto: con honestidad, lealtad, probidad. No se ha de pensar en una
aplicación rígida, que lleve a descalificar cualquier pequeña inconducta; se trata de una regla orientadora. La
buena fe objetiva tiene su mayor campo de aplicación en el derecho de las obligaciones.
Desde el punto de vista subjetivo, se concibe la buena fe como un estado de conciencia que se traduce en un
convencimiento legítimo del sujeto de estar obrando correctamente. Aunque su proceder sea objetivamente
ilícito, el derecho lo considerará de buena fe atendiendo a su especial estado psicológico. Se la llama buena fe
creencia para poner de resalto que se funda en la convicción de la persona de que actúa sin lesionar ningún
interés jurídico ajeno. Tiene mayor aplicación en el campo de los derechos reales.
La situación jurídica del acreedor: para comprender la posición jurídica del acreedor es necesario examinar
tres cuestiones:
1) que es el derecho de crédito;
2) cuáles son las facultades accesorias que lo acompañan; y
3) cuáles son los deberes secundarios que debe observar.
1. El derecho de crédito: en sentido estricto, es el que ostenta el acreedor con poder o facultad para exigir del
deudor el bien que le es debido. Es un verdadero derecho subjetivo, en virtud del cual el acreedor está en
condiciones de obtener la satisfacción de su propio interés mediante la actuación del deudor (prestación) o
mediante la ejecución forzada. Se dirige a la obtención del objeto específicamente debido. En caso de
incumplimiento absoluto nace una nueva obligación, en virtud de la cual el acreedor puede dirigirse al
patrimonio del deudor para tomar de él la indemnización pertinente. Lo que decide si el derecho del acreedor
se ha de dirigir al bien debido o si se ha de orientar al patrimonio del deudor es el hecho del incumplimiento
imputable.
Desde el punto de vista de la sociología del derecho, se piensa que el acreedor se hacen una situación de poder
que va mucho más allá del simple derecho subjetivo de exigir el bien debido. El derecho de crédito refleja
toda la situación de poder -jurídico, económico y social- que el acreedor puede hacer valer contra el deudor.
La situación acreedora se presenta como un centro de imputación y unificación de facultades y prerrogativas,
especialmente jurídicas, cuyo beneficiario es el acreedor.
Derecho de crédito:
Facultades y derechos que integra la situación acreedora: la situación jurídica del acreedor no se agota con
el derecho de crédito. Si bien el núcleo central de la situación acreedora lo constituye el poder de que goza el
acreedor para exigir lo que se le debe, a que ya se integra con una serie de facultades y derechos que la
complementan. A título de ejemplo:
I. facultades de disposición sobre el crédito.
II. Facultades de conservación y tutela preventiva del crédito.
III. Facultades para conservar la solvencia del deudor.
La Situación jurídica del deudor. Para describir la situación jurídica en que se halla el deudor es necesario
precisar tres conceptos: 1) deber jurídico de proporcionar el bien debido (deber de prestación), 2) deberes
secundarios de conducta, que acompañan al anterior, y 3) facultades y derechos del deudor que se
corresponden con los deberes secundarios impuestos al acreedor.
El Deber de prestación. La obligación importa, para el deudor, el deber de satisfacer el interés del acreedor.
Correlato lógico del derecho de crédito, considerado en sentido estricto. Ese deber se cumple cuando el
deudor despliega un comportamiento útil y patrimonialmente valioso especialmente previsto para satisfacer al
acreedor; puesto que ese comportamiento se denomina prestación, el deber de que aquí se trata suele ser
llamado deber de prestación.
No comprende exclusivamente el comportamiento especialmente previsto, ya que si el deudor no observará la
conducta debida, el acreedor tiene derecho satisfacer su interés mediante la ejecución forzada, lo que supone
que prescindirá de ese especial comportamiento del deudor. Se debe concluir que el deber de prestación
también comprende el de soportar la ejecución. De allí que la expresión deber de prestación reconozca: una
acepción estricta, referida a la conducta específicamente debida, y una significación amplia, comprensiva de
la ejecución forzada, atendiendo al hecho de que en este caso, el comportamiento debido consiste en soportar
esa ejecución.
El deber de proporcionar el bien debido o deber de prestación es un verdadero deber jurídico. Es una especie
calificada dentro de la categoría de deberes jurídicos.
Deberes secundarios: La situación deudora, al igual que la acreedora, es mucho más compleja, pues el
deudor está obligado a cumplir ciertos deberes secundarios ya con o complementan el primario deber de
prestación. Es imposible ofrecer una enumeración de los deberes que acompañan al cumplimiento, ya que ello
depende de las particulares circunstancias de cada caso. Resulta factible, en cambio dar algunos ejemplos que
ilustran cómo funciona el principio de buena fe y que deberes secundarios derivan de él:
a. Si el autor se ha reservado la facultad de fijar el día y la hora que ha de cumplir la prestación, no podría
realizar la medianoche o al amanecer, pues no es esa la forma cómo cobraría un hombre recto, aun cuando
estuviera persuadido de la legitimidad de su conducta.
b. Si se fija como lugar de pago su propio domicilio, el deudor deberá permanecer en él, o dejar en su lugar a
una persona autorizada, para esperar al acreedor a fin de que la prestación pueda ser realizada.
La inobservancia de estos deberes secundarios constituye, en todos los casos, un incumplimiento, que podrá
ser absoluto o relativo, o bien conduce a un cumplimiento parcial, defectuoso, según la gravedad de la falta
cometida.
Obligación y derecho real: 5 diferencias. El derecho real y la obligación difieren por lo siguiente:
1) Por los elementos: si el derecho real es aquel que se ejerce directa e inmediatamente sobre la cosa, sin la
intervención de otros intermediarios, es lógico concluir que sus elementos son sólo dos: el sujeto activo, o
titular del derecho, y la cosa sobre la cual ejerce su señorío. Al contrario, si el derecho personal o de crédito
supone la facultad de uno para exigir de otro determinada conducta, es igualmente lógico afirmar que sus
elementos son tres: sujeto activo o acreedor, sujeto pasivo o deudor, y la cosa o hecho que éste debe entregar o
realizar.
2) Por el objeto y el contenido: al derecho real se lo ejerce sobre cosas; siendo estas su objeto, deben tener
existencia actual, es decir, deben existir en el momento en que el derecho es ejercido. En cambio, los derechos
personales, puesto que tienen por objeto una prestación, es decir, una conducta futura del deudor, pueden
recaer sobre cosas inexistentes al momento de ser constituido el vínculo, siempre que puedan existir luego.
3). Por la tutela que el ordenamiento jurídico les proporciona: se afirma que los derechos reales son absolutos,
en el sentido de que pueden ser invocados por su titular contra todos los miembros de la comunidad: son
oponibles erga omnes, por medio de las acciones persecutoria y restitutoria, puede demandar a cualquier
persona que lo perturbe o pretenda privado de su derecho. Los derechos personales, en cambio, son relativos,
en el sentido de que sólo pueden ser invocados frente al deudor.
4) Por el modo de ejercicio: los derechos reales le otorgan a su titular un poder discrecional que no tiene el
acreedor, en razón de que está obligado a respetar la persona del deudor y la incoercibilidad de su conducta;
por otra parte, el derecho real se consolida cuando es ejercido, pues con ello el sujeto activo reafirma su
condición de tal. En tanto que, los derechos personales, si el acreedor ejerce su derecho, la obligación se
extingue, pues tal ejercicio supone el cumplimiento de la prestación.
5) Por el número: el ordenamiento jurídico determina el número de tipos o especies de derechos reales que los
particulares pueden ejercer. En lo que atañe a los derechos personales, su número y especies dependen de la
autonomía privada, pues los particulares pueden crear toda clase de obligaciones, siempre que sean lícitas y no
contravengan la moral o las buenas costumbres.
Breve reseña histórica: La historia del derecho privado contiene dos premisas: 1) el derecho romano no
conoció la división en derecho civil y derecho comercial; 2) este último fue el producto intelectual de los
comerciantes de la edad media, quienes lo elaboraron para reglamentar sus actividades económicas, ante la
insuficiencia del derecho vigente. De lo que es posible concluir:
a. . si el mundo romano no fraccionó su derecho privado fue porque la división no era necesaria, pues de
lo contrario el pragmatismo de sus juristas y la dinámica de sus instituciones hubieran impulsado la
separación.
Los Proyectos de Unificación de 1987, de 1993 y de 1998: En la República Argentina se han sucedido
diversas propuestas de unificación y reforma de la legislación civil y comercial se han conocido cuatro
proyectos:
b) El Proyecto de la comisión federal de juristas de 1993: ante el veto del proyecto de 1987, la Cámara de
Diputados de la nación, decidió conformar una comisión llamada Federal a la que se encomendó la misión de
preparar un nuevo proyecto. Luego de los trámites de rigor, ese mismo año el pleno de los diputados sancionó
el proyecto y lo remitió para su revisión a la Cámara de Senadores. En el Senado, este proyecto no tuvo
trámite parlamentario.
Utiliza el mismo método con que fue elaborado el proyecto de 1987, y en materia de obligaciones y contratos
se puede destacar: 1º inclusión expresa previsión referida a la mora del acreedor; 2º prever responsabilidad,
limitada al reembolso de gastos, por la ruptura de las tratativas previas y consagra una regla que ordena la
reparación del daño moral de todos los daños causados al acreedor puestos de responsabilidad pre contractual;
3º pretende establecer una clara distinción entre obligaciones de medios y obligaciones de resultados; 4º en
cuanto a las obligaciones naturales se considera innecesario regularlas y se limita a disponer que no es
c) El Proyecto del Poder Ejecutivo de 1993: al mismo tiempo el poder ejecutivo había encomendado la
redacción de otro proyecto a una comisión de juristas, proyectos del ministerio de justicia remitió al Senado
este proyecto, que no tuvo trámite parlamentario alguno, se aparto del método con que fueron elaborados los
anteriores proyectos y sus autores optaron por proponer la total derogación del libro segundo del código civil
y su reemplazo por otro íntegramente reelaborado.
d) Proyecto del Poder Ejecutivo de 1998: en cuanto al método se apartaron de la metodología con que fueron
preparados los tres proyectos anteriores. Se propuso independizar la legislación especial incorporar al código
comercio y llevar esa legislación al nuevo código civil. Se propuso luego la derogación del código civil y de
comercio para reemplazarlo por un código civil íntegramente nuevo.
Cabe destacar entre las principales reformas que propone: 1º en materia de obligaciones de dar dinero se
mantiene rígidamente el sistema nominalista; 2º para la cuantificación en dinero de la deuda de valor se
atiende al ideal de la ley de desindexación, que trata de evitar que al ser liquidado el daño se llegue a un
resultado que puede ser calificado como absurdo o injusto respecto del valor “real y actual” del objeto la
prestación; 3º en la materia responsabilidad civil: a) la prevención del daño tiene un lugar relevante, desde tres
puntos de vista: 1. La asignación de virtualidades a las medidas técnicas en procura de evitar el daño, 2. Los
mecanismos tendientes a instalarla, y 3. La tutela inhibitoria. Se prevé que toda persona que tiene el deber, en
cuanto dependa de ella, de evitar causar un daño no justificado, de optar de buena fe y según las
circunstancias las medidas razonables para evitar un daño o disminuir su magnitud y de no agravar el daño, si
ya se ha producido. b) la culpa es el factor de atribución de responsabilidad, en caso de que la ley o las partes
no hubiesen dispuesto lo contrario. C) incluye, además de la cosa riesgosa, la actividad riesgosa o peligrosa,
pero tratando de precisar ese concepto para evitar la indiscreta aplicación del texto legal a ciertas actividades.
D) en materia responsabilidad objetiva, la reparación del daño queda limitado a un tope cuantitativo por cada
damnificado directo, que se reduce proporcionalmente si hay liberación parcial por la incidencia de la culpa
de la víctima. E) entre otras reformas: 1. La incorporación de un texto para la mora del acreedor, remitiendo a
las normas de la mora del deudor; 2. La consagración de un precepto relativo al daño al proyecto de vida, 3.
La introducción del concepto de daño al interés negativo, y 4. La definición de la culpa grave como la “falta
de diligencia extrema” y su asimilación al dolo
Ley 26.994
Decreto 1795/2014
Anexo I. Código Civil y Comercial de la Nación
Título Preliminar
Capítulo 1 - Derecho
Capítulo 2 - Ley
Capítulo 3 - Ejercicio de los derechos
Capítulo 4 - Derechos y bienes
TÍTULO I - Matrimonio
TÍTULO II - Régimen patrimonial del
matrimonio
TÍTULO III - Uniones convivenciales
TÍTULO IV - Parentesco
TÍTULO V - Filiación
TÍTULO VI - Adopción
TÍTULO VII - Responsabilidad parental
TÍTULO VIII - Procesos de familia
1. Requisitos de la obligación
Enumeración de los requisitos de la obligación: Son aquellos sin los cuales la obligación no puede tener
existencia y validez en otras palabras la ausencia de cualquiera de ellos impide que la obligación exista como
tal; se puede decir que son elementos constitutivos de la obligación:
La compulsión: se trata de uno de los atributos del poder que ostentan al creedor, cuya adecuada explicación
se obtiene por medio del vínculo. Cuando una obligación sigue un curso normal y se la cumple voluntaria y
espontáneamente, no se requiere de ninguna compulsión, con lo cual queda demostrado que esta no es
requisito esencial del vínculo obligatorio.
La causa fin: Se trata de un ingrediente psicológico que puede ser localizado en los actos jurídicos,
contractuales o no en la voluntad de sus acreedores, y mediante el cual es posible descubrir la finalidad que
persigue. El hecho de que algunas obligaciones de fuente contractual sean asumidas con el propósito de
alcanzar un fin, no significa que ese fin integre el derecho de crédito.
Los sujetos: Son los protagonistas del vínculo, aquellos sobre quienes recaen los efectos.
En una relación de obligaciones enlaza a un acreedor con un deudor. El primero es el sujeto activo a quien el
ordenamiento jurídico le reconoce el derecho de exigir el bien que le es debido: El segundo es el sujeto pasivo
a quien el mismo ordenamiento le impone el deber de cumplir. La obligación no se concibe sin tales sujetos.
Solo puede ser sujetos de obligaciones LAS PEROSNAS que son titulares de derechos y obligaciones, tanto
las personas humanas como las personas jurídicas pueden ser acreedoras o deudoras.
Los sujetos tanto el acreedor como el deudor pueden ser únicos o plurales.
Condiciones requeridas: para ser acreedor o deudor se requiere que las personas tengan capacidad jurídica y
que sea posible su individualización o, más exactamente, su determinación.
Capacidad: Se requiere capacidad de DERECHO es decir capacidad para gozar de la investidura de acreedor
o para adoptar la posición del deudor, NO se exige capacidad de EJERCICIO, pues tales incapaces pueden
actuar por medio de sus representantes.
Determinación: El acreedor y el deudor deben ser personas determinadas o determinables, por lo general
ambos se hallan individualizados desde el nacimiento de la obligación y esta situación no varía hasta su
extinción; otras veces, luego de constituido el vínculo, se desconoce quién será el acreedor o quien será el
deudor, pero esta indeterminación, siempre que sea relativa, pasajera o transitoria, no afecta su validez. Esta
Las Obligaciones “propter rem”: Son aquellas en las que hay indeterminación RELATIVA de los sujetos de
la relación.
Concepto: Han sido definidas como aquellas que descansan sobre determinada relación de señorío sobre una
cosa, y nacen, se desplazan y se extinguen con esa relación de señorío. Se caracterizan porque el deber de
prestación, se le impone a la persona, exclusivamente, en cuanto ella es titular de una relación real, porque
está en relación con una cosa sobre la cual ejerce su señorío: posesión, propiedad, usufructo, etc. La persona
del deudor queda determinada por efecto de tener ella la cosa en su poder. La cosa es solo un elemento para
determinar el sujeto de la obligación. Por esta razón se ha dicho que el deber de prestación sigue la cosa, va
adosado a ella y que la obligación nace, se trasmite y se extingue junto con la cosa.
Características:
1- Depende de una relación real: solo es acreedor o deudor propter rem a que está jurídicamente relacionado
con una cosa, sobre la cual ejerce determinado señorío. No es necesario que ejerza sobre la cosa algún derecho
real, lo esencial es que el sujeto este en relación con la cosa, cualquiera que sea el título que lo ostente
(propietario o poseedor).
2- Se la construye “En razón de la cosa y con referencia a ella”: La prestación que debe cumplir los
deudores tiene origen, en los gastos o erogaciones que realizaron los acreedores para construir, conservar o
mejorar la cosa sobre la cual unos y otros ejercen alguna especie de señorío. Es la cosa a la que requiere
inversiones, y ésta generan crédito y deudas; créditos en favor del inversor, deudas a cargo de quien se verá
beneficiado.
3-El crédito a la deuda “pasan” a los sucesivos adquirientes o poseedores de la cosa: puesto que el redito o
la deuda se los tiene en razón de la cosa, esta gran forma en acreedor deudor a los sucesivos adquirientes o
poseedores, la obligación deambula con la cosa.
4- Se extinguen cuando cesa la relación con la cosa: Cuando cesa, por cualquier motivo la relación de la
persona con la cosa, desaparece también el redito o la deuda que le incumbían que ella. Quien se desprende de
la cosa se les obliga; quien le adquiere queda vinculado, pues viene a ocupar la posición jurídica de su
antecesor. En caso de abandono, hay eficacia liberatorio aunque se concrete después de efectuados los gastos.
Si la obligación propter rem es asumida en razón de la cosa, cuando cesa la posesión cesa también la
obligación, pues de lo contrario no sería propter rem.
6- Son creadas por la ley: La obligaciones propter rem derivan de la ley, ya que solo el legislador puede
crearlas. Los particulares no podrán nunca crear un obligación que tenga por deudor o acreedor a todo ulterior
poseedor de una cosa determinada.; entre otras razones, porque los contratos no pueden vincular a los terceros
que no intervinieron en su celebración.
La cuestión en el CCYCN; Algunos supuestos de obligaciones “propter rem”: Interpretación del Art. 497.
La doctrina discutió si esta clase de obligaciones fue o no acogida en el sistema del código civil.
Tesis negativa:
a) Según una corriente, las obligaciones propter rem no habrían sido adoptadas en el código civil. Por: 1º el
derecho personal crea una relación entre personas determinadas, acreedor y deudor; el primero es titular del
derecho de crédito; el segundo está obligado respecto de aquel. Entre ambos hay una armónica correlación. 2º
el derecho real, no se integra con una obligación que corresponda a una persona determinada. Frente al titular
de la potestad real se sitúa la sociedad toda, pero el deber de respeto no es una verdadera obligación. Tampoco
se debe ver una obligación en el deber de ciertas personas de soportar que otra ejerza un derecho real sobre
uno de sus bienes. 3º si éste es el sistema aceptado por el código civil es absurdo pensar que una persona
pueda estar obligada por el hecho de ser titular del derecho real, o por el hecho de tener que su portavoz,
puesto que no hay obligación que les corresponda. Esta tesis ha sido superada.
Tesis positiva:
b) Es innegable que las obligaciones reales o propter rem tienen cabida en el código civil. I) El art 497 no se
refiere a las obligaciones propter rem. El codificador se refirió al deber jurídico que les incumbe a todos de
respetar el derecho real. El deber general de respeto, si bien es el correlato de todo derecho real, no
constituyen obligación. El art 497 alude a las cargas reales, entendidas como gravámenes que debe asumir una
persona sobre cuyo fin es otra persona ejercen algún derecho real, y nada dice de las obligaciones propter rem.
Éstas no están comprendidas en dicho artículo. II) De los distintos supuestos comprendidos en el art 497, es
posible imaginar diversas hipótesis pero las obligaciones propter rem no están comprendidas en él. III) El art
497 es de carácter doctrinal, carece de contenido normativo; pues pretende introducir conceptos jurídicos en el
código civil.
Ejemplos de propter rem
● Obligaciones derivadas de medianería ( art 2722 CCYCN art 2018, 2027, 2028 del CCYCN )
● Recompensar a quien encuentra una cosa perdida (art 2533 CCV)
● Pagar expensas comunes (art 2048 y 2050 CCYCN)
● Construir un contramuro cuando se edifique un fogón (art 2622 CCV)
● No hacer excavaciones cuando puede causar ruinas (art 2615 CCV)
● No plantar árboles a menos de 3 metros (1982 CCYCN)
Diferencia con las cargas reales: la expresión carga real es en empleada como sinónimo de gravámenes
reales, que no deben ser identificados con las obligaciones propter rem. Desde este punto de vista, carga real
equivale al deber jurídico que tiene una persona de soportar que sobre uno de sus bienes, ejerza un derecho
real otra persona. Así, el deudor hipotecario debe tolerar que el acreedor hipotecario ejerza su derecho sobre el
inmueble hipotecado, lo cual constituye para el primero una carga real. Lo mismo sucede los derechos reales
que se ejercen sobre la cosa ajena. La carga real es el correlato o lado pasivo de un derecho real.
¿Cómo pueden confundirse? se apreciaran problemas si se tiene en cuenta que en todos los derechos reales
también existe un sujeto pasivo, que no siempre es universal. En ciertos casos, el ordenamiento le impone una
persona determinada en específico deber jurídico de tolerar que otra persona ejerza sobre uno de sus bienes un
derecho real. Lo típico de este deber jurídico es su carácter real; es decir, se impone en razón de la cosa
grabada y se mantiene con ella donde quiera que vaya. Si el deudor hipotecario vende la cosa, el deber
jurídico va con ella, y el nuevo propietario tiene que tolerar o sufrir el derecho de hipoteca. La relación con la
cosa determinada persona que es sujeto pasivo. De ahí el parentesco de este deber jurídico real con la
obligación propter rem. Sin embargo, entre ambas figuras hay notables diferencias:
2- El vínculo jurídico: Concepto e importancia. Elemento inmaterial que sirve de enlace jurídico de los
sujetos. Es el elemento tipificante porque revela el carácter personal de la relación y explica el crédito y la
deuda.
La teoría del débito y de la responsabilidad. Concibe la obligación como una doble relación: una de puro
débito (Shuld) y otra de responsabilidad (Haftung). Los postulados de esta teoría podrían ser explicados:
Constituida una obligación, derivada de cualquier fuente, cobra vida una relación de deuda o puro débito y se
caracteriza por las siguientes notas:
1) el deudor siente la necesidad o la presión psicológica de cumplir voluntariamente.
2) el acreedor se mantiene expectante, a la espera de que su interés sea satisfecho sin necesidad de
compulsión. Sus poderes se conservan en potencia.
3) si la prestación se cumple, se cierra la relación de deuda y con ello se extingue la obligación. Pero si la
prestación no se cumple, con el incumplimiento se inicia la segunda relación, llamada “de responsabilidad”,
que se distingue por: a) se actualizan los poderes que el acreedor conservaba en potencia, y b) el acreedor
puede promover la ejecución judicial, para obtener el cumplimiento forzado de la obligación o la
indemnización sustitutiva de la prestación.
Según esta concepción, la obligación se desarrolló durante dos momentos vitales y sucesivos, aunque pueden
extinguirse al concluir el primer momento. Durante el desarrollo de su primera fase (relación de deuda o puro
débito), el deudor siente la necesidad de cumplir voluntariamente, mientras el acreedor se mantienen
expectativas. Si la prestación se verifica, la obligación se extingue sin que tenga lugar el segundo momento;
pero si la prestación no se cumple se abre el segundo momento (el de la responsabilidad), durante el cual las
facultades que la acreedor conservaba en potencia se transforman en verdaderas armas de agresión
patrimonial.
Análisis de esta teoría. Es inexacto disociar la obligación en dos conceptos diferentes (deuda y
responsabilidad) pues se obtiene una ilusión parcial del fenómeno. La obligación es siempre deuda y
responsabilidad al mismo tiempo es imposible que pueda haber un deudor sin responsabilidad o una persona
responsable sin que haya asumido antes la condición de deudor si alguien debe es porque es responsable; y
viceversa: es responsable porque debe. Un análisis crítico de la concepción demostraría la necesidad de
elaborar una teoría que reúna la deuda y la responsabilidad en un solo concepto.
a) La obligación como deber: la obligación le impone al deudor el deber jurídico de observar determinada
conducta (prestación) en interés del acreedor. Se trata de una concepción ética y mide exclusivamente la
posición jurídica del deudor, y que se basa la posibilidad y a éste le asiste de cumplir voluntariamente la
prestación. La obligación es un deber que se extingue con el cumplimiento voluntario. Pero si el deudor
incumple, se producen consecuencias que ya no derivan de la obligación, sino del incumplimiento, que se
presenta como fuente de una nueva obligación: la de indemnizar al acreedor. La responsabilidad se sitúa fuera
de la obligación, pues no derivan de ella, sino de la situación de incumplimiento.
b) La obligación como responsabilidad: tampoco se puede dudar de que el deudor es responsable frente al
acreedor si llega a incumplir su deber. Pero de ahí a sostener que la obligación es exclusivamente
responsabilidad, subestimando la importancia del deber, se está parcializando la visión del fenómeno
obligatorio.
c) La obligación como deber y como responsabilidad: se afirma que tanto el deber como la responsabilidad
deben estar en el concepto de obligación. Sólo así se obtendrá una visión integral y completa del fenómeno
jurídico llamado obligación.
El deber es el fundamento de todas las consecuencias jurídicas en que se traduce la obligación; por lo mismo
sin deber no hay obligación. La responsabilidad, refleja la total sanción que incorpora el ordenamiento
jurídico al deber asumido.
e). La obligación como “proceso” de la vida social. Cierta doctrina, inspirada en la concepción sociológica del
derecho, entiende que ninguna teoría puede considerarse triunfadora. Se piensa que el concepto puro de
obligación aún no ha sido hallado, y que no justifica continuar la búsqueda, pues carece de toda utilidad
práctica para resolver los problemas que cotidianamente plantea la vida social.
Esta doctrina ha iniciado nuevas investigaciones, en procura de descubrir que es la obligación como fenómeno
social. Estas obligaciones están encaminadas a aprender este fenómeno social en cuanto tal, en cuanto
acontecer humano concreto y real, que se localiza en un lugar y en un momento histórico determinados.
Piensan que la obligación tiene cierta naturaleza orgánica, porque es un fenómeno humano que nace, vive y
muere, influidos directamente por las condiciones económicas del medio social al que pertenece. Es una parte
de la vida social que se presenta perfectamente organizada, conforme a ciertos principios jurídicos, y que está
llamada a cumplir una especial función económica y social. Por su grado de organización y por la especial
función que cumple - facilitar el intercambio de bienes y de servicios por medio de la cooperación ajena-, se
piensa como institucionalizado e imprescindible.
También se la concibe como un proceso en sentido Hegeliano, es decir, como un devenir histórico que
atraviesa distintas fases: nace, vive y muere. Está desde un principio encaminado a alcanzar un fin
determinado y extinguirse con la obtención de ese fin. Se trata de un proceso transitorio. Este pensamiento
inspirado en la dialéctica de Hegel, dice que la extinción de la obligación no hace desaparecer el fenómeno del
mundo jurídico. Al contrario, una obligación extinguida genera, como proceso antitético, un nuevo proceso
obligatorio, con consecuencias jurídicas distintas del primero. Así, cuando el comprador paga el precio y el
vendedor entregar la cosa, el contrato de compra-venta se extingue por cumplimiento, pero él ha dado
nacimiento a un nuevo propietario. Si bien la obligación es un proceso transitorio, a cada uno que se extingue
le sucede otro, indefinidamente, porque la vida social es un continuo e incesante devenir
Ligamen entre personas: Es temporario; se establece entre personas que se relacionan en un plano de
igualdad. Las leyes patrimonialistas, según las cuales el vínculo es un nexo entre acreedor y el patrimonio
deudor, alentaron la deshumanización del derecho. El hombre es y seguirá siendo protagonista insustituible en
las relaciones jurídicas. El derecho resguarda la dignidad de las personas diciendo que el vínculo jurídico nos
supone sometimiento, sino que el acreedor tiene derecho a tener algo que se halla dentro de la esfera de acción
del deudor.
El vínculo es el nexo jurídico que justifica la acreedor y le reconoce el derecho de exigir de una persona
determinada un bien a una conducta; el objeto es ese bien o la autoridad que le reportara esa conducta que
tiene derecho el acreedor.
El hecho de que el vínculo se obligan entre personas explica por qué los derechos y deberes que atribuye
impone deben ser regidos no sólo de buena fe y sin abusos, sino respetando los derechos esenciales de las
personas obligadas
El objeto: es el bien debido o es el resultado de la conducta que resulta apta para satisfacer el interés del
acreedor.
El objeto en las distintas clases de obligaciones:
a) En las obligaciones de dar: el objeto es la cosa.
b) En las obligaciones de hacer:
1. En las que están encaminadas a la producción de un resultado: el objeto es la cosa (la
prestación es sustituible porque el deudor puede subrogar el cumplimiento de la obligación en
caso de que éste no pudiera)
2. En las obligaciones de hacer intuitu personae: el objeto es la cosa (prestación es insustituible
porque si el deudor no puede cumplir el interés del acreedor el interés del acreedor no
persiste)
3. En las obligaciones de puro hacer: el objeto es la utilidad que se espera de la conducta del deudor.
c) En las obligaciones de no hacer: el objeto es la utilidad que deriva de la abstención.
La prestación: como “conducta” y como “medio”: el deber de prestación es una conducta o comportamiento
que el deudor debe desplegar para producir el bien que habrá de satisfacer el interés del acreedor. Este
comportamiento se llama prestación y constituye el medio con el cual el acreedor obtendrá el objeto a que
tiene derecho. La prestación no se confunde con el objeto: este es el resultado y aquélla el medio para
lograrlo.
La prestación en las distintas clases de obligaciones:
a) En las obligaciones de dar: la prestación se encuentra en la acción de entregar.
b) En las obligaciones de hacer: la prestación es la conducta desplegada por el deudor.
c) En las obligaciones de no hacer: la prestación la constituye la abstención
El art 725 de CCYCN: Requisitos. La prestación que constituye el objeto de la obligación debe ser material
y jurídicamente posible, lícita, determinada o determinable, susceptible de valoración económica y debe
corresponder a un interés patrimonial o extramatrimonial del acreedor.
*
ARTICULO 773.-Concepto. La obligación de hacer es aquella cuyo objeto consiste en la prestación de un
servicio o en la realización de un hecho, en el tiempo, lugar y modo acordados por las partes.
*ARTICULO 776.-Incorporación de terceros. La prestación puede ser ejecutada por persona distinta del
deudor, a no ser que de la convención, de la naturaleza de la obligación o de las circunstancias resulte que éste
*ARTIULO 446 –obligación de dar. El deudor de una osa cierta está obligado a conservarla en el mismo
estado en que se encontraba cuando contrajo la obligación, y entregarla con sus accesorios..”
a) en realizar cierta actividad, con la diligencia apropiada, independientemente de su éxito. Las cláusulas que
comprometen a los buenos oficios, o a aplicar los mejores esfuerzos están comprendidas en este inciso;
c) en procurar al acreedor el resultado eficaz prometido. La cláusula llave en mano o producto en mano está
comprendida en este inciso.
Si el resultado de la actividad del deudor consiste en una cosa, para su entrega se aplican las reglas de las
obligaciones de dar cosas ciertas para constituir derechos reales.
Estos requisitos hacen a la constitución valida de una obligación, deben subsistir durante su vigencia.
requisito de la prestación: la conducta debida del deudor debe reunir ciertos requisitos, los que deben
presentarse al momento del nacimiento de la obligación y subsistir durante su vigencia.
1. Posibilidad material y jurídica: La conducta del deudor debe ser factible de cumplimiento; la
posibilidad necesaria para que la obligación nazca es la existente al momento de su nacimiento,
(imposibilidad originaria). Si es posterior a ese momento (imposibilidad sobrevenida), la obligación
se extingue por imposibilidad de incumplimiento.
La posibilidad debe ser
a) Objetiva (no dependiente de las circunstancias personales del deudor)
b) Definitiva (no temporaria)
c) Y absoluta (que impida el cumplimiento de manera irreversible)
Se distinguió entonces, la utilidad de la prestación (que se persiga un interés licito, aunque no patrimonial) de
la posibilidad de valoración económica (a fin de determinar la cuantía si es necesario indemnizar).
El acreedor puede perseguir la satisfacción de un beneficio no patrimonial, y la obligación es válida si es
posible su valoración económica.
4- La Causa-Fuente.
Concepto; Su carácter esencial: Causa-fuente es todo hecho capaz de generar obligaciones. Un hecho tiene
virtualidad suficiente para crear un vínculo obligatorio cuando el ordenamiento jurídico se lo reconoce. Es
decir, aunque los hechos tengan por sí solo fuerza suficiente para crear un vínculo, ese vínculo no tendrá
carácter obligatorio sin una norma jurídica que lo reconozca. La verdadera fuente es el hecho generador; la
norma cumple la función de juridizar el vínculo ya creado por el hecho. En definitiva, toda obligación deriva
de uno o de varios hechos, que tienen virtualidad suficiente para dar nacimiento a un vínculo considerado
obligatorio por el ordenamiento jurídico.
Es un elemento esencial de la obligación, ya que a ésta no se la concibe sin aquella; por eso el art 499 dice:
“no hay obligación sin causa, en el nuevo CCYCN se traduce de la misma manera en el art 726 agregando
además que la causa debe derivar de un hecho idóneo de conformidad con el ordenamiento jurídico.
El código determina diversas reglas de prueba en relación con la obligación, de implicancias prácticas.
Establece:
1. que la existencia de la obligación no se presume,
2. que la interpretación en relación con su existencia y extensión de los deberes es restrictiva
3. y que, probada su existencia, se presume que nació de una causa legítima, salvo prueba en contrario.
3- Presunción de existencia de causa legitima: El código impone que, probada la existencia de la obligación,
se presume que proviene de una causa legítima.
Si alguien aparece como sujeto pasivo de una obligación, lo normal y habitual es que se haya obligado en
razón de un hecho legítimo.
Pesa sobre el deudor la carga de probar que la obligación deriva de una causa no idónea para vincularlo.
5-Reconocimiento de la obligación:
1. como sinónimo de confesión: cuando una persona confiesa que es legítima una obligación contraída
por ella. Éste es su significado tradicional. Por tratarse de la confesión se la considera, por un lado, un
medio de prueba y, por otro, se admite que interrumpe la prescripción que estuviese corriendo.
2. o como sinónimo de título o fuente: por ejemplo, que en la declaración por la cual una persona que no
está obligada asume, frente a otra, la condición del deudor. Se destaca su fuerza constitutiva, porque a
partir de ella nace una obligación que antes no existía. Es un reconocimiento de deuda abstracto, pues
prescinde de la causa.
El código civil de Vélez reconocía solo como sinónimo de confección y un medio apto para interrumpir la
prescripción.
Concepto: Es el acto desplegado por el deudor que permite admitir la existencia de un vínculo obligatorio
respecto del acreedor. En otras palabras se puede decir que el reconocimiento "es el acto jurídico unilateral en
cuya virtud una persona, supuesto un predio y cuidadoso examen de la cuestión, acepta que, por causa
legítima, es deudor". Caben las siguientes acotaciones:
1- es siempre un acto jurídico, según se demostrará al analizar su naturaleza jurídica. Es unilateral, en tanto
para su perfeccionamiento y eficacia es suficiente la voluntad del otorgante, sin que se requiera la aceptación
u otra declaración de quien resulte acreedor.
2- supone que previamente, el sujeto ha efectuado un cuidadoso análisis de la cuestión. Si falta este requisito
no habrá un reconocimiento. Es que reconocer, vale tanto como admitir o aceptar lo que con anterioridad ya
3- quien reconoce acepta que existe una causa una concreta razón de deber. En nuestro derecho, sólo se
admite el reconocimiento causado, de ahí que la mención de la causa en el concepto es fundamental. Nuestro
código no incluyó, entre las instrucciones del derecho de obligaciones, el reconocimiento abstracto de deuda.
Importancia práctica: Constituye prueba de la existencia de la obligación (suple la ausencia de otra prueba) e
interrumpe el curso de la prescripción, Es siempre un acto jurídico unilateral, ya que para su eficacia basta con
la voluntad del otorgante; quien reconoce acepta que existe una causa concreta de deber.
Naturaleza: El reconocimiento es siempre un acto jurídico, aunque se diga que es un acto licito o una
declaración. Es un acto jurídico cuando se expresa por medio de una declaración de voluntad, porque persigue
una finalidad jurídica inmediata,: la modificación de la relación jurídica existente entre las partes. No deja de
ser un acto, aunque la voluntad del agente se manifieste tácitamente
a) para una opinión, se trataría de un simple acto lícito, porque las consecuencias jurídicas (tener por probada
la obligación, y en su caso, por interrumpida la prescripción) no se producirán como consecuencia inmediata
de la voluntad del sujeto que reconoce, sino por disposición de la ley con prescindencia de esa voluntad.
b) para otra opinión, es necesario distinguir:
1- si consiste en una declaración cuya finalidad inmediata es producir un efecto jurídico: acreditar que sobre el
sujeto pesa el deber jurídico de cumplir, se trata de un acto jurídico;
2- si se invoca el reconocimiento, no como prueba de la existencia del deber jurídico, sino como una causa de
interrupción de la prescripción: se trata de un simple hecho jurídico.
c) para una tercera corriente, a la que adhiero, el reconocimiento es siempre un acto jurídico:
1- sin duda es un acto jurídico cuando se expresa por medio de una declaración de voluntad, porque persiguen
la finalidad jurídica inmediata: la modificación de la relación jurídica existente entre las partes.
2- el efecto jurídico señalado le adjudica la naturaleza de acto, sin perjuicio de que se produzcan otros efectos,
como la interrupción de la prescripción, que vendría a ser una consecuencia mediata de la voluntad de la
gente. Lo que interesa es que el sujeto quiera reconocer, ese querer produce el efecto inmediato de modificar
la relación jurídica.
3- el reconocimiento no deja de ser un acto, aunque la voluntad de la gente se manifieste tácitamente
Caracteres:
1. es un acto unilateral.
2. es irrevocable: una vez efectuado, no puede ser dejado sin efecto por la sola voluntad del deudor, ya
que sería atentar contra la seguridad jurídica y la estabilidad de las relaciones jurídicas permitir que el
deudor desconozca lo que antes reconoció. Es siempre irrevocable aunque hubiese sido expresado en
un testamento. Ahora tiene testamento se incluyó una cláusula que bajo el rótulo "reconocimiento de
obligación" es, en realidad, un legado un regalo, entonces será revocable.
3. En nuestro derecho, el reconocimiento y declarativo y no constitutivo de derechos. Se reconoce un
obligación de preexistía, no se crea una nueva obligación.
4. El reconocimiento vinculado con la causa-fuente de la obligación reconocida, será gratuito u oneroso,
según lo sea esa obligación. Considerando el acto de reconocimiento, en sí mismo, se ha dicho que
siempre ha oneroso, con el argumento de que si existe una razón de deber, el que reconoce estar
obligado nada dona. A mi juicio, en nuestro derecho no es posible calificar el acto de reconocimiento
como gratuito u oneroso, como si podría hacerse en los sistemas que admiten el reconocimiento
abstracto de deuda, el reconocimiento-confesión no puede escindirse de la causa-fuente a los fines de
la calificación.
Requisitos: El derogado art 719 del CCV determinaba que “El acto de reconocimientos de las obligaciones
está sujeto a todas las condiciones y formalidades de los actos jurídicos” en su aplicación se dijo que las
declaraciones de voluntad que contiene un reconocimiento además de establecer la obligación reconocida,
debe reunir ciertos requisitos:
Forma: El reconocimiento puede ser hecho en forma expresa o tácita, pero no determina de manera precisa
cuales son las formas en que puede ser hecho; eso permite considerar acto de reconocimiento a cualquier
declaración de voluntad del deudor.
Efecto del reconocimiento: El efecto esencial del acto de reconocimiento consiste en configurar un medio de
prueba para el acreedor. Además interrumpe el plazo de prescripción que estuviere corriendo, también se ha
otorgado al reconocimiento el carácter de renuncia de la prescripción cumplida.
El reconocimiento, como principio, no constituye un título nuevo, por lo que debe referirse al título o causa
anterior; en este caso el reconocimiento no puede agravar la posición originaria del deudor. Sin embargo el
deudor puede otorgarle un carácter diferente y desvincularlo de cualquier obligación anterior, constituyendo
una causa nueva y autónoma, con poder jurígeno originario.
Se pude distinguir en el código dos modos de regular el reconocimiento:
Forma: El reconocimiento puede ser hecho en forma expresa o tácita, pero no determina de manera precisa
cuales son las formas en que puede ser hecho; eso permite considerar acto de reconocimiento a cualquier
declaración de voluntad del deudor.
Bolilla 3
Criterio Sintético o Simplificador: las fuentes son sólo dos: el acto jurídico y la ley. Toda obligación traduce
una restricción de la libertad del obligado, razón por la cual únicamente su propia voluntad, o bien la voluntad
soberana del legislador, puede justificar aquella restricción. Por eso sólo la voluntad del deudor, canalizada
por medio de los actos jurídicos, y la ley deben ser consideradas fuentes de obligaciones.
. Criterio Analítico: es mayoritaria la tendencia a reducir las fuentes a dos: la voluntad o autonomía privada, y
la ley. Sin embargo, una enumeración analítica de las distintas fuentes servirá para señalar las particularidades
de cada uno de los “hechos-fuente”.
Art. 1781. “Hay gestión de negocios cuando una persona asume oficiosamente la gestión de un negocio ajeno
por un motivo razonable, sin intención de hacer una liberalidad y sin estar autorizada ni obligada,
convencional o legalmente.
Requisitos.
Ahora, para que la actividad desplegada para otro pueda encuadrar bajo la figura de la gestión de negocios
deben presentarse los siguientes requisitos.
1. Realización útil de un negocio licito ajeno: El gestor debe realizar uno o varios actos oficiosos o útiles
para otro, consistentes en simples actos materiales lícitos o bien en actos jurídicos. La licitud se
impone, por cuanto el derecho no debe amparar reintegros o reembolsos fundados en la utilidad que
un acto prohibido por la ley. Se interpreta además que esta figura exige INTENCION de realizar tal
negocio ajeno. El código unificado no parece considerar el animus como elemento estructural, al
disponer que la ratificación de la gestión implica la aplicación de las reglas del mandato.
2. Ausencia de una liberalidad: No debe tratarse de un caso de disposición de la propia actividad a favor
de otro, queriendo no obtener nada a cambio. Es justamente por ello que el gestor tendrá derecho a
obtener a algún tipo de reintegro o retribución por los gastos incurridos y, en ciertos casos, también
por la tarea realizada.
3. Falta de autorización, mandato o representación legal: Esta figura no se basa en un acuerdo entre
partes sino que la actividad debe realizarse a instancias del gestor. Tampoco se aplican las reglas de
este instituto a quien actúa para su empleador en virtud de relación laboral, ni se considera gestor de
negocios al padre, tutor, curador, etc.
4. Motivación razonable: La utilidad del negocio debe responder a un criterio de razonabilidad, o bien
debe el negocio fundarse en razones de equidad o justicia.
5. Falta de prohibición del gestionado: Ante la prohibición del dueño de seguir adelante, la gestión
concluye. Pero cabe interpretar la “prohibición” no en sentido estricto de impedir o vedar la actuación
del gestor sino bastando que el titular del negocio haya formulado su oposición, para que la gestión no
se inicie como tal o bien concluya. En cuanto a la prueba, mayoritariamente se admiten todos los
medios para acreditar la gestión y asimismo los gastos causados en ella.
El gestor debe actuar de buena fe y con diligencia teniendo en cuenta el interés del dueño del negocio. Por
ello, se le imponen deberes en materia de información y actuación, y por otro lado la obligación de dar cuenta
sobre la tarea desempeñada y sus resultados, que se detallan en esta disposición.
Se requiere la comunicación sin demora al interesado sobre el inicio de la gestión y la espera de su respuesta
salvo supuestos de urgencia (inc. A), e información adecuada sobre su curso, de manera genérica (inc. D). Es
que la gestión tiende a evitar un perjuicio al gestionado, en situaciones de ausencia, enfermedad o bien
imposibilidad de actuación oportuna.
La respuesta que el dueño pueda brindar al recibir este tipo de comunicaciones resultará determinante de la
fuente de obligación que vinculará luego a las partes: así, las instrucciones que pueda impartir el gestionado
podrán demostrar la continuación del negocio bajo los efectos de un verdadero mandato.
El nuevo código en cuanto al caso fortuito o fuerza mayor exime de responsabilidad al deudor, salvo
disposición en contrario. La norma constituye una excepción a tal principio, disuadiendo conductas e
imponiendo al gestor una responsabilidad agravada, cuando actuare en contra de la voluntad o del mejor
interés del dueño del negocio.
La ley responsabiliza aun por el caso fortuito pero sólo en supuestos específicamente consignados, que
suponen la asunción inapropiada de riesgos o bien una desconsideración del mejor interés del gestionado.
Tampoco responde el gestor por el caso fortuito en cuanto la gestión hubiere resultado útil al dueño.
Responsabilidad solidaria.
Art. 1788: “Son solidariamente responsables:
1. los gestores que asumen conjuntamente el negocio ajeno;
2. los varios dueños del negocio, frente al gestor.
1. a reembolsarle el valor de los gastos necesarios y útiles, con los intereses legales desde el día en que
fueron hechos;
2. a liberarlo de las obligaciones personales que haya contraído a causa de la gestión;
3. a repararle los daños que, por causas ajenas a su responsabilidad, haya sufrido en el ejercicio de la
gestión;
4. a remunerarlo, si la gestión corresponde al ejercicio de su actividad profesional, o si es equitativo en
las circunstancias del caso.
Utilidad de la gestión: se exige que la gestión emprendida sea útil, aunque finalmente no se alcancen las
ventajas originariamente tenidas en mira, por razones ajenas al deudor. Pueden ser factores relevantes a tener
en cuenta: la ausencia del dueño, su inactividad, particularmente cuando ésta sea injustificada y suponga una
amenaza para sus propios intereses, y la necesidad o urgencia de los actos de gestión. Cabe considerar que la
utilidad debe apreciarse al momento en que se inicia la gestión.
Ratificación.
Art. 1789: “El dueño del negocio queda obligado frente a los terceros por los actos cumplidos en su nombre,
si ratifica la gestión, si asume las obligaciones del gestor o si la gestión es útilmente conducida.”
Prevé tres tipos de circunstancias que hacen nacer la obligación del dominus frente a terceros por actos
cumplidos en su nombre: a) su ratificación de la gestión; b) su asunción de las obligaciones del gestor; y c) la
circunstancia objetiva de haberle sido útil el negocio conducido por el gestor.
Por un lado, se ha entendido que ésta es una vía por la cual la actividad del gestor se transforma en una
actuación plenamente representativa, pero de otro, se ha interpretado que ratificar sólo significa aprobar lo
hecho por el gestor.
Conclusión de la gestión.
Art. 1783: “La gestión concluye:
a) cuando el dueño le prohíbe al gestor continuar actuando. El gestor, sin embargo, puede continuarla, bajo su
responsabilidad, en la medida en que lo haga por un interés propio;
b) cuando el negocio concluye.
La gestión termina cuando el dueño del negocio impide al gestor que prosiga lo comenzado, o bien cuando
finaliza el negocio en sí. Para el primer caso, se prevé una excepción, que permite que al gestor continuar a
pesar de la oposición del dueño, cuando hay un interés propio de aquél y bajo su responsabilidad.
Hay dos causas de extinción de las obligaciones nacidas de esta fuente: la prohibición de continuar el negocio
por el dueño y la conclusión del negocio en sí.
La figura remite a la realización de gastos útiles realizados por quien no es mandatario ni gestor, en función de
un interés que pudo ser total o parcialmente ajeno. Si tales gastos hubieren sido útiles para un tercero, éste
debe reembolsarlos al solvens en la medida de la utilidad obtenida, con intereses que se calculan desde la
fecha de cada uno de esos gastos. El hecho de haber cesado el beneficio no obsta el reintegro de los gastos
realizados con anterioridad.
La doctrina ha interpretado que el empleo útil exige para su perfeccionamiento el incremento material o la
gestión “intrínsecamente” aprovechada, con prescindencia de la prueba de la legitimidad de la inversión desde
que aquélla resulta del mero hecho de la comprobación del empleo beneficioso.
Además, la ley se refiere exclusivamente a los “gastos” y al reembolso de su valor, pero en realidad este tipo
de disposición involucra otros conceptos. La obligación que nace del empleo útil es de las denominadas de
valor, por lo que corresponde su ajuste al momento del pago.
Efectos.
La acción de empleo útil es personal y no real, por lo tanto no tiene efectos reipersecutorios. Sin embargo, se
admite la acción contra el tercer adquirente a título gratuito, pero sólo hasta el valor de la utilidad al tiempo de
la adquisición.
Gastos funerarios.
Art. 1792: “Están comprendidos en el art. 1791 los gastos funerarios que tienen relación razonable con las
circunstancias de la persona y los usos del hogar.”
Se refiere asimismo, aunque sea implícitamente a los límites aplicables al reembolso de esos gastos,
disponiendo que deben tener relación razonable con las circunstancias de la persona y los usos del lugar,
criterio presente en la jurisprudencia sobre la materia, que fuera pacífica.
Se ha entendido que este rubro incluye los gastos de entierro, de velatorio, de coche y avisos fúnebres, de
sepultura, de compra de una lápida y de los oficios religiosos, entre otras cosas. En definitiva se admite el
reembolso de los gastos razonables, teniendo en cuenta las circunstancias de la persona y las prácticas del
lugar, a la luz del principio de buena fe y respetando los intereses de los distintos sujetos involucrados.
Obligados al reembolso.
Art. 1793: “El acreedor tiene derecho a demandar el reembolso: a) a quien recibe la utilidad; b) a los
Art. 1794: “Toda persona que sin una causa licita se enriquezca a expensas de otro, está obligada, en la
medida de su beneficio, a resarcir el detrimento patrimonial del empobrecido. Si el enriquecimiento consiste
en la incorporación a su patrimonio de un bien determinado, debe restituirlo si subsiste en su poder al tiempo
de la demanda.”
El enriquecimiento sin causa como fuente ahora legal y autónoma de las obligaciones tiene lugar cuando se
produce un desplazamiento patrimonial de una persona a otra, de tal modo que esta última incrementa su
activo o disminuye su pasivo, y aquélla empobrece, sin una causa jurídica.
La norma dispone la reparación del daño patrimonial causado en tal supuesto, pero con un doble límite: el
perjuicio sufrido por el empobrecido y el del beneficio obtenido por quien se enriqueció.
Art. 1795: “La acción no es procedente si el ordenamiento jurídico concede al damnificado otra acción para
obtener la reparación del empobrecimiento sufrido.”
La acción, conocida como actio in rem verso se identifica con la idea de “volver las cosas al estado anterior” y
es la que se ejerce típicamente en supuestos de enriquecimiento sin causa. La disposición establece que si el
enriquecimiento de una de las partes y empobrecimiento correlativo de la otra queda situado dentro de los
límites de una relación de derecho positivo determinada, no corresponde recurrir a esta acción.
Si no hay razón para el pago efectuado, éste no produce efectos instintivos pues no existe obligación
antecedente a cumplir. A su vez, quien efectuó el desembolso tiene derecho recupero y nace la obligación de
restituir, a cargo de quien recibió la prestación.
La norma bajo análisis regula el pago del indebido como fuente de las obligaciones y especie de
enriquecimiento sin causa, debiendo encontrarse su fundamento en la equidad. Reúne en ella los distintos
supuestos representativos de esta figura.
Por lo demás, cuando el pago carece de causa fuente, bastará con la demostración de la transferencia
patrimonial y de la falta de dicha causa.
El pago sin causa se configura toda vez que se realice una traslación patrimonial que con aspecto de pago
luzca orientada a extinguir una obligación que no existe válidamente. Sin perjuicio de ello, el artículo 1796
prevé específicamente los distintos casos en los que el pago resulta repetible:
1. pago por una causa inexistente o no subsistente: tiene lugar cuando no hay una obligación válida;
cuando la causa dejó de existir; o cuando el pago se realiza en consideración a una causa futura, que
no se va a producir. Por ejemplo: la figura del pago sin causa.
2. Pago porque no está obligado o no lo está en los alcances en que paga, ameno que lo haga como
tercero; o bien recibido por quien no es acreedor, a menos que se entregue como liberalidad: un típico
caso de pago sin causa es el que involucra impuestos ilegales o inconstitucionales. Estos casos
participan en parte de la misma esencia de los previstos anteriormente, en la medida en que si quien
paga no está obligado, o bien, si quien recibe el pago no es acreedor, tampoco hay causa para el pago.
3. Pago de causa ilícita o inmoral: requiere torpeza por parte del solvens, además de falta de conciencia
sobre el carácter ilícito del pago, si se pretende la repetición de lo abonado.
4. Pago tenido por medios ilícitos: este caso se presenta cuando el deudor paga aquello que debe, a un
hacedor que percibe aquellos a lo cual tiene derecho, pero los medios de pago en si son dolosos o
violencia.
Cabe finalmente aclarar en tanto el pago indebido constituye una especie de enriquecimiento sin causa, resulta
aplicable a la prescripción de la acción correspondiente el plazo genérico de cinco años.
Artículo 1797: irrelevancia del error. La repetición del pago no está sujeta a que haya sido hecho con error.
El error no es es un requisito y tampoco hace ligada a una especie de pago indebido. El error como vicio de la
voluntad y el error como fuente de repetición de un pago indebido responde a fundamentos bien diferentes,
razón por la cual se justifica un régimen legal también distinto para uno y otro caso
El error de hecho esencial inicia la voluntad y causa la nulidad del acto, requiriendo además ser reconocible
por el destinatario, si el acto es bilateral o unilateral resistirse. En cambio, la repetición de lo pagado
indebidamente se funda en un principio ético, que no admite que el injusto enriquecimiento del individuo,
causante del empobrecimiento de otro, se sostenga en el amparo del derecho.
a)- Pagos indebidos a personas incapaces o con capacidad restringida: la obligación de restitución se limita a
la utilidad recibida por causa del pago, a pesar de la falta de algunos de sus elementos esenciales
b)-En supuestos en los cuales quien recibió el pago indebido de buena fe destruyó el título representativo de la
deuda, o bien renunció a las garantías en virtud de dicho pago, no corresponde la restitución.
c)-En el caso del pago de causa ilícita o inmoral, sólo la parte que no actúa con torpeza tiene derecho a la
restitución y si ambas partes actúa torpemente, el crédito tienen mismo destino que las diferencias bastante.
Cartas de crédito.
Artículo 1802. Las obligaciones que resultan para el emisor o con firmantes de las cartas de crédito emitidas
por bancos y otras entidades autorizadas son declaraciones unilaterales de voluntad. En estos casos puede
utilizarse cualquier clase de instrumento particular.
1. Las cartas de crédito: son instrumentos típicos del comercio internacional, que acompañan
normalmente a un contrato de compraventa internacional. El código adoptado por no regular las
cartas de crédito, las que se sujetan a los usos y costumbres que son objeto de periódicas codificación
privada por vía de la Cámara de Comercio internacional.
2. La declaración unilateral de voluntad y las cartas de crédito: la utilización de normas de conflicto
podrá llevar a la aplicación del derecho extranjero, cuando la ley argentina sea la que gobierne la
relación jurídica resultará aplicable el artículo 1802. Las obligaciones de pago derivadas cartas de
crédito son independientes de la relación contractual de comercio internacional.
3. La forma de los actos jurídicos y la carta de crédito: adicionalmente el artículo admite la validez de la
carta de crédito en instrumento particular, lo que envía interpretativa autorizó el discurso a los
instrumentos particulares no firmados. Por supuesto, la vigencia de la solución legal requiere de que
la aplicación de la ley argentina a la forma de la obligación.
Revocación.
Artículo 1805: “la promesas en plazo puede ser retratada en todo tiempo por el promitente. Si tiene plazo,
sólo puede revocarse antes del vencimiento, con justa causa. En ambos casos, la revocación surte efecto desde
que es hecha pública por un medio de publicidad idéntico o equivalente al utilizado para la promesa. Es
inpunible a quien ha efectuado el hecho o verificado la situación prevista antes del primer acto de publicidad
de la revocación.”
1. revocabilidad de la promesa de recompensa. La norma autoriza el principio de la libre revocación de
la promesa de recompensa, sujeta a dos condiciones: la ausencia de plazo y la difusión de la
revocación por el equivalente al usado para la promesa de recompensas.
2. inoponibilidad la revocación. Si una de las razones que justifican el reconocimiento del eficacia
vinculante de la promesa al público en la protección de la confianza o apariencia, resulta consistente
privilegiar esa circunstancia aún en los casos en los que la revocación es autorizadas por la norma.
Concurso público.
Articuló 1807: “la promesa de recompensa al vencedor de un concurso, requiere para su validez el anuncio
respectivo contenga el plazo de presentación de los interesados y de realización de los trabajos previstos. El
dictamen del jurado designado en los anuncios obliga a los interesados. A falta de designación, se entiende
que la adjudicación queda reservada al promitente. El promitente no puede exigir la cesión de los derechos
pecuniarios sobre la obra premiada y esa transmisión no fue prevista en las bases del concurso.”
1. Concurso público y promesa pública de recompensa: es necesario aquí una conducta activa y
voluntaria de un sujeto para participar concurso. Por el otro lado, se elimine el azar como elemento
de asignación del premio, y se autoriza una limitación subjetiva de los destinatarios de la promesa.
2. Contenido de la promesa de recompensa concurso público: la norma condicional eficacia obligatoria
de la promesa de recompensa concurso público a la difusión del plazo de presentación de los
interesados y de realización de los trabajos previstos. Se trata de una solución no exenta de
controversia
3. Adjudicación del premio. Obligatoriedad del dictamen del jurado: no exige que el adjudicación del
premio deba ser objeto de una decisión de terceros distintos del promitente, conocido como jurado.
Pero si prevé que si aquél existe, su decisión es obligatorio.
4. Derechos patrimoniales sobre la obra premiada: el derecho moral de autor corresponderá siempre al
concursante, E = solución se prevé como regla supletoria respecto de los derechos patrimoniales o de
explotación.
A). Partes: son aquellos sujetos (activo y pasivo) que concurren a constituir o dar nacimiento a la relación
jurídica de obligación; por tal razón, es lógico que sean esos mismos sujetos, y no otros. En toda obligación
concurren dos partes una acreedora y otras deudor, y que algunos de ellas, o ambas, puede ser pluripersonal.
Lo que interesa destacar, es que los efectos de la obligación recae, en principio, sobre las partes.
B). Sucesores: los derechos y los deberes de las partes se pueden transmitir a otras personas, llamada
sucesores, quienes una vez operada transmisión pasan a ocupar el lugar de las partes a la cual sucede, de
manera que en adelante ejercerán observarán los derechos o deberes en nombre propio. Un ejemplo de
sucesores es el heredero. Por ejemplo, Pedro es acreedor de Juan; muerto este, lo sucede Diego, investido de
la calidad de heredero; en tal carácter, recibe la totalidad del patrimonio del fallecido incluida la obligación
con lo cual queda convertido en deudor frente a Pedro. En este caso se trataría de una sucesión universal por
causa de muerte. Por último, cabe reiterar que ciertas obligaciones son bien transmisibles; así ocurre, por
ejemplo, con aquellas que son inherentes a la persona obligada.
C). Terceros: es todo sujeto extraño o ajeno a una relación de obligación dada. Cabe afirmar que los efectos de
1. La obligación y sus fuentes: nadie discute que la obligación pueden hacer de distintas fuentes.
Es claro, que el contrato es solo una de las fuentes de las cuales puede derivar obligación. De
aquí se deduce lo siguiente: en primer lugar, para hablar de efectos de las obligaciones no es
necesario que haya un contrato previo, pues las obligaciones pueden provenir de otras
fuentes; en segundo lugar una buena técnica legislativa aconseja dictar reglas generales para
todas las obligaciones, cualquiera sea la fuente que las origine.
2. El contrato “creador” de obligaciones: sus efectos. Es válido afirmar que los contratos crean,
modifican, transfieren o extinguen derechos u obligaciones. Se ha de indagar qué diferencia
hay entre los efectos del contrato que crea obligaciones y los efectos de esa obligación. Por
ejemplo, la compraventa “crea” la obligación de entregar la cosa, que estará a cargo del
vendedor, y la obligación de pagar el precio, que le corresponde al comprador.
La doctrina tradicional responde: los efectos del contrato consiste en la producción o creación de las
obligaciones; los efectos de estas consiste en darles a las partes el derecho de emplear “los medios legales”
para exigir el cumplimiento de la respectiva prestación. El efecto de los contratos es producir obligación, en
realidad no hay acuerdo sobre este punto porque para algunos la producción de obligaciones es el “objeto” de
contratos, y el objeto nada tiene que ver con los efectos. Además, la tesis parece desdibujarse con esta otra
comprobación: el efecto del contrato es crear la obligación, y el efecto de esta es crear el derecho de emplear
los medios legales para obtener el cumplimiento, es fácil advertir la cadena causal que se establezca: contrato
-obligación- derecho de emplear medios legales. La diferencia entre los efectos del contrato los efectos de la
obligación debe ser buscada a partir de la naturaleza jurídica del el primero. En definitiva, en tanto que el
contrato produce derecho objetivo, la obligación despliega o pone en funcionamiento un cúmulo de derechos
subjetivos, de facultades y de deberes, todo lo cual constituye “su efecto”.
Clasificación tradicional.
A). Respecto del acreedor: los efectos de la obligación se dividen en principales y secundarios. Conviene
describir cada categoría por separado.
1. Los efectos principales están constituidos por los derechos con que cuenta el acreedor para exigir y
obtener la satisfacción de su interés tienden directamente a satisfacer ese interés, y se subdivide a su
vez en normales y anormales.
a) Los efectos principales normales tienen lugar cuando al acreedor obtiene exactamente aquello que
se le debía, es decir, cuando se produce el cumplimiento en especie de la prestación. Este efecto
“normal” puede ser obtenido por tres vías: cumplimiento voluntario; ejecución forzada y
ejecución por otro a costa del deudor. Esto quiere decir que la obtención de la cosa se logra ya sea
por actuación espontánea y voluntaria del deudor o mediante el accionar del juez que haya
2. Los efectos secundarios están constituidos por los derechos con que cuenta el acreedor, no ya para
lograr la satisfacción directa de su crédito, sino para conservarlo, protegerlo o asegurar. Estos efectos
no siempre se produce; operan sólo cuando el patrimonio del deudor atraviesa por situaciones que
ponen en peligro el derecho del acreedor.
B). Respecto del deudor. Los efectos de la obligación consiste en darle una serie de derechos, como el de
exigir la cooperación del acreedor, el de que se le acepte el pago a abrir paréntesis o, en su defecto, el de
recurrir a la consignación judicial), el de liberarse luego de efectuado el pago, etcétera.
El criterio seguido para dividir los efectos normales y anormales está dado por la circunstancia de que
el acreedor obtenga uno obtenga la específica prestación debida. Si la obtiene se han producido los
efectos normales; en caso contrario, el hecho de que el acreedor tenga que aceptar la indemnización
sustitutiva constituye un efecto anormal.
Este primer división se prescinde por completo de los medios gracias a los cuales se obtienen las prestaciones
en especie se interesa si cumplimiento logrado sea voluntario, por ejecución forzada o por ejecución un
tercero. El desarrollo o normal de la relación de obligación concluye con un pimiento voluntario, esto es,
cuando el deudor adopta la conducta esperada por el acreedor; cuando esto no ocurre la obligación desemboca
en una situación de incumplimiento. Habrá que indagar si la prestación debida es pese al incumplimiento, de
factible realización, y si el acreedor mantiene su interés en recibir; comprobado esto, se podrá pensar en un
ejecución forzada o por otros. El incumplimiento culpable provoca, un daño al patrimonio del acreedor, por lo
tanto aun cuando éste consiga la prestación debida mediante la ejecución forzada, su interés no quedará
plenamente satisfechos si, además, no se le indemniza el daño sufrido. Se trata del daño moratoria, es decir del
daño que se causa cuando se cumple tardíamente.
Efectos secundarios: son aquellos medios que le permiten al acreedor, no ya la satisfacción directa de sus
derechos créditos sino su preservación o seguridad. Entre ellos figuran el derecho de solicitar medidas
cautelares, el derecho de ejercer la acción del población, la revocatoria, la de subrogación.
Efectos de la obligación respecto del deudor. Los efectos de la obligación respecto del deudor consisten en un
cúmulo de deberes y facultades que ubican al deudor en una situación jurídica especial. Entre los derechos del
deudor cabe destacar:
1. El de solicitar la cooperación del acreedor cuando la naturaleza de la prestación, o su cumplimiento,
así lo exija;
2. El de efectuar el pago voluntario o coactivo;
3. El de obligarse después de efectuado el pago, exigir el otorgamiento de recibo, etcétera.
Concepto: el pago es el cumplimiento por excelencia del obligación, y por ende, su modo de extinción natural
Acepciones del término “pago”. Merecen destacarse que existen en el derecho comparado y en la doctrina
distintas acepciones de pago, según diferentes enfoques:
1. Desde un punto de vista restringido, el pago es considerado como el cumplimiento de una deuda de
dinero. (Teoría alemana).
2. Con un criterio amplio, el pago es sinónimo de extinción del obligación por cualquier medio que
importe la liberación del deudor, por lo cual comprendería a todos los modos instintivos, aún cuando
no se satisfaga el interés del acreedor.
3. Según la noción estricta, el pago es el acto de ejecución de una prestación debida en virtud de una
relación obligatoria y el cumplimiento específico de la prestación adeuda.
Funciones jurídicas: nuestra existencia transcurre en un contorno de obligaciones, las cuales, si bien desde su
gestación transitan con el germen de su propia muerte, llevan en sí el deber de actuar para cumplir, tanto para
la moral como de la armonía social.
El modo más natural de cumplir con las obligaciones es el pago, que extingue la obligación, libera el deudor y
satisface los intereses del acreedor, funciones, estas, de trascendencia.
El pago tiene una supremacía incuestionable. En la novación, la transacción, el extracto, por ejemplo, si bien
la obligación se extingue, no siempre la acreedor queda satisfecho. Su función primordial es la de extinguir la
obligación, agotando con ello el vínculo que une al deudor con el acreedor, para restaurar una relación
armónica, que muchas veces aparece perturbada por las circunstancias propias de las partes, o bien del
conjunto social.
Indudablemente, el pago es también un derecho del deudor. La mutación patrimonial que el pago trae
aparejada le interesa el deudor; este aparece investido de una facultad, un derecho a obtener su liberación y a
desgravar su patrimonio de las cargas que todo crédito implica. Al mismo tiempo, el pago es un acto de
conservación del patrimonio.
Sujetos:
Los sujetos pueden clasificarse en activos y pasivos.
Los sujetos que intervienen en la realización del pago son el solvens y el accipiens. El solvens o sujeto activo
es la persona que realiza o ejecuta el pago; el accipiens o sujeto pasivo es la persona que recibe o en cuyo
beneficio se concreta el pago.
La calidad de solvens, le cabe al deudor, que es por antomasia la persona obligada a cumplir; también pueden
adquirir aquella calidad los terceros interesados y aun los terceros no interesados.
Según el artículo 732 para el acreedor es indiferente que, si el incumplimiento de la obligación es causado por
el propio deudor o por cualquier otra persona de la cual aquel que sirva para el cumplimiento de la obligación.
Cualquiera sea quien incumple la obligación, el deudor u otra persona incorporada por esta para cumplir con
la prestación debida se produce la responsabilidad del obligado principal. Pues el auxiliar por definición no es
deudor, sino un tercero respecto del acreedor.
Capacidad: según el artículo 875 dice “Validez. El pago debe ser realizado por persona con capacidad para
disponer.”
Quien paga debe tener capacidad para realizar dicho acto, ya que el pago efectuado por persona incapaz sera
inválido.
Capacidad: según el artículo 875 dice “Validez. El pago debe ser realizado por persona con capacidad para
disponer.”
Quien paga debe tener capacidad para realizar dicho acto, ya que el pago efectuado por persona incapaz sea
inválido. Tratándose de un acto jurídico, quien paga debe tener capacidad para ello, caso contrario, el acto
carecerá de validez. Quien paga debe tener aptitud para ejercer el ius solvendi, es decir, el derecho de todo
deudor a obtener su liberación mediante el pago.
Además, la declaración de inhabilitación no modifica la condición de capaz de la persona, si bien le puede
imponer ciertas restricciones.
Si el pago fuera efectuado por una persona que no posea capacidad para disponer, aquél es nulo de nulidad
relativa, toda vez que no se afectaría el orden publico sino solamente los derechos de quien carece de aptitud
para realizarlo. Si ello asi ocurriera, quien hubiera recibido el pago invalido deberá restituirlo a quien lo ha
realizado.
El derecho de pagar: es conocido como llamado “ius solvendi”. Se encuentra legislado en el artículo 879 del
nuevo código.
La legitimación activa del pago recae sobre el solvens, que normalmente es el deudor y que podrá pagar
también a través de sus representantes, y ciertos terceros a quienes se hara referencia y que poseen un interés
especial en el cumplimiento de la obligación.
Es el deudor quien posee la legitimación activa del pago por lo cual, cuando el pago es realizado por él,
extingue el crédito, satisface el interés del acreedor y provoca su liberación a tenor de la finalidad extintiva de
la obligación que persigue con el pago. El pago debe ser realizado por una persona capaz.
El pago puede ser hecho a través de un representante en tanto en cuanto no se trate de una obligación intuitu
personae.
Cuando hay pluralidad de deudores, el pago deberá ser realizado atendiendo los principios que rigen
obligaciones mancomunadas, quedando cada uno de aquellos obligados por su cuota parte o por el total de la
deuda.
Si el deudor originario fallece, la deuda se fracción entre sus herederos correspondiendo a cada uno una
alícuota, de conformidad con haber hereditario recibido.
Supuesto de varios deudores: hace mención a un polo pasivo plural el cual se encuentra legislado también en
el artículo 879 que dice que si hay varios deudores, el derecho de pagar de cada uno de ellos se rige por las
disposiciones correspondientes a la categoría de su obligación.
La legitimación activa del pago constituye uno de los grandes problemas en esta materia porque muchas veces
se pretende imponer la recepción del pago al acreedor, cuando quien intenta realizarlo no está legitimado para
ello. Si bien será el deudor del obligación que quien posea la legitimación activa del pago, no ser el único
habilitado para efectuarlo, ya que también podrán pagar otras personas a quienes la ley les concede la potestad
Efectos del pago realizado por el deudor: se trata de la legitimación activa del deudor como sujeto pasivo del
obligación. Se encuentra en el artículo 880 del nuevo código: “efectos del pago por el deudor. El pago
realizado por el deudor que satisface el interés del acreedor, extingue crédito y lo libera”.
Según los artículo 879 y 880 el deudor es quien posee la legitimación activa de pago por lo cual, cuando el
pago realizado por el, extingue crédito, satisface el interés del acreedor, y provoca su liberación a tenor de la
finalidad instintiva de la obligación que persigue con el pago. Es de destacar que el único obligado al
cumplimiento de la obligación es el deudor, ya que sólo él puede serle exigido el cumplimiento, o a sus
sucesores universales o singulares, según el caso.
El tercero interesado, es aquel a quien el incumplimiento del deudor puede causar un menoscabo patrimonial,
y puede pagar contra la oposición individual o conjunta del acreedor y del deudor. Es decir todo aquel que
puede sufrir perjuicio propio si el deudor no cumple la obligación. En el caso de los terceros interesados ellos
poseen el derecho de pagar, y pueden efectuar el pago aún contra la voluntad del deudor y del acreedor, y
además de cubrir al pago por consignación ante la negativa del accipiens al recibirse.
Por otro lado, el tercero no interesado pese al silencio de la norma es aquel que siendo ajeno a la obligación
no se encuentra en la situación precitada. Los no interesados, aun cuando se pueda discutir generalmente son
titulares del derecho de pagar, también pueden efectuar el pago de los supuestos en los cuales no exista
oposición conjunta del acreedor y del deudor.
En cuanto al deudor según establece el artículo 881 Esta habla del derecho de pagar aún contra la voluntad del
deudor y tiene como consecuencia que se limita el reintegro esto se conoce como una medida de utilidad.
Por otro lado en el caso del acreedor según el mismo artículo se presenta una regla que habla sobre la
imposibilidad de rechazar el pago y tiene como excepción la obligación intítu personae.
Cuando se habla de oposición conjunta en el anterior código de Vélez no hablaba sobre esta opción y en el
nuevo código expresamente lo contempla, aquí el tercero está legitimado activamente a imponer el pago.
Los efectos del artículo 881 son en primer lugar la satisfacción del crédito (interés del acreedor), en segundo
lugar la no extinción del vínculo, y por último la no liberación del deudor. El pago realizado por el tercero
provoca un desmembramiento y sólo se realiza la satisfacción de crédito. Pero el deudor queda obligado con
el tercero que pago.
Artículo 882: “efectos que produce la ejecución de la prestación por un tercer. La ejecución de la prestación
por un tercero no extingue el crédito. El tercero tiene acción contra el deudor con los mismos alcances que:
1. El mandatario que ejecuta la prestación con asentimiento del deudor;
2. El gestor de negocios que obra con ignorancia de este;
3. Quien interpone la acción de enriquecimiento sin causa, se actúa contra la voluntad del deudor.
Puede también ejercitar la acción que nace de la subrogación por ejecución de la prestación por un tercero.”
Pago al acreedor: el artículo dispone el pago debe hacerse “al acreedor si hay varios acreedores, el derecho al
cobro de cada uno de ellos se rige por las disposiciones correspondientes a la categoría de su obligación”. En
razón de ello, ninguna duda cabe de que ante la existencia de un único acreedor, a él deberá efectuarse el
pago. Si existe pluralidad de acreedores deberá apreciarse si se trata de una obligación simplemente
mancomunada o solidaria: en el primer caso, si el objeto es divisible, el pago deberá ser efectuado a cada uno
de los coacreedores según la parte que tengan en el crédito. En cambio, si se trata de una obligación solidaria
de objetos divisible o indivisible, el pago debe efectuarse íntegramente a cualquiera de los acreedores,
diciendo en tal supuesto los principios de prevención, propagación y contribución establecidos para supuestos
de obligaciones indivisibles.
En este caso se deberán observar algunas circunstancias que deben ser consideradas
a) Cuando exista pluralidad de acreedores: El pago deberá ser realizado atendiendo a los principios que
rigen para las obligaciones mancomunadas, quedando facultados cada uno de ellos a exigir al deudor
solo el pago de su cuota parte , o el total del crédito
b) Si el acreedor originario fallece, quedan legitimados para reclamar el pago sus herederos
- Cuando exista pluralidad de acreedores, el pago deberá ser realizado atendiendo a los principios que
rigen para las obligaciones mancomunadas, quedando facultados cada uno de ellos a exigir al deudor solo el
pago de sus cuotas partes o el total del crédito.
- Si el acreedor originario fallece, quedan legitimados para reclamar el pago sus herederos, tal como lo
dispone el artículo 849.
Pago al tercero: según el artículo 883 inciso C: “Tiene efecto distintivo de crédito el pago hecho: al tercero
indicado para recibir el pago, en todo o en parte…”
Cuando hablamos de terceros implicados hacemos referencia a la designación de la persona habilitada para
recibir pagos. ¿Quién indica todo esto? Principalmente la voluntad del acreedor que no es necesaria la
conformidad del deudor. La aceptación del tercero lo cual adquiere un carácter irrevocable y por último a
través de una notificación que recomendadas por las doctrinas a la hora de comunicar al deudor. Cabe aclarar
que el tercero indicado no se transforma jamás en acreedor de la obligación, y por ende, no tiene la libre
disponibilidad de crédito que percibe.
La situación del tercero indicado es la siguiente: cobra para así (no como representantes) lo cual se convierte
en un derecho propio. El beneficiario del pago y puede transferir el derecho. Por otro lado está facultado para
exigir el cumplimiento del acreedor, sólo que está autorizado a recibirlo y tiene derecho a reclamar medidas
de conservación.
Es que posee el título: hace referencia el artículo 883 inciso D. a quien posee el título de crédito extendido al
portador, un endosado en blanco, excepto sospechas fundadas de no pertenecerles el documento, porque no
está autorizado para el cobro.”
El acreedor aparente: según el artículo 883 en su inciso E: “Tiene efectos del trigo del crédito, el pago
hecho: al acreedor aparente, y quien realice el pago actúa de buena fe y de las circunstancias resulta verosímil
el derecho invocado; el pago es válido, aunque después sea vencido en juicio sobre el derecho que invoca.”
El acreedor aparente es cosa pacífica y públicamente de la calidad de acreedor, aunque no lo es en realidad: se
comporta como un acreedor, adoptan comportamientos respecto de los créditos como si fuera su verdadero
titular, pero no resulta ser tal. Finalmente, es de destacar que para que un pago efectuado a un acreedor
aparente adquiere validez, el solvens debe obrar de buena fe, es decir convencido de que él estaba pagando al
verdadero acreedor, y poder demostrar que la apariencia que denotaba el falso acreedor eran públicas y
notorias. Para que la validez de pago representan siguientes requisitos en primer lugar la verosimilitud del
derecho y la buena fe del deudor que paga.
Pago a persona incapaz, con capacidad restringida por terceros no autorizados: según el artículo 885, esta
norma se refiere a los supuestos de invalidez del pago, aclarando en qué casos éste no surtirá efectos. Dichos
supuestos están íntimamente conectados con la cuestión de la legitimación pasiva del pago que fue tratado en
el comentario a los dos artículos precedentes.
La disposición normativa es contundente al expresar que el pago efectuado a un incapaz no resulta válido.
Surgen como fundamento de ellos dos razones esenciales: la protección al incapaz y la protección al creer. Se
encuentran absolutamente impedido de recibir el pago los incapaces de ejercicio, como así también las
personas con capacidades restringidas no autorizadas por el juez para recibir pagos.
La norma establece como excepción a la invalidez del pago efectuado de tal modo que el acto sea ratificado
posteriormente por el acreedor. En tales supuestos, el pago adquirirá validez y será eficaz. Finalmente la
invalidez del pago hecho a una persona incapaz o con capacidad restringida se establece en beneficio y
protección de este. Pero, si el cumplimiento de la obligación resultó beneficioso para el acreedor, la invalidez
protector ya carece de razón de ser pues, de mantenerse, conllevaría un verdadero enriquecimiento sin causa
para este.
Derechos del acreedor contra el tercer: el artículo 884 del código aporta las soluciones a favor del acreedor,
para el caso en que no sea éste quienes iban pago. En tal sentido, dispone:
1. Que si quien recibe el pago ha sido un tercero indicado por el acreedor, este está facultado para
reclamar el pago a quien los recibió el nombre y por indicación suya.
2. El acreedor está legitimado para reclamar al deudor el pago efectuado, de acuerdo a la normativa del
pago indebido. Ello guarda coherencia, toda vez que quien realizó pago a un acreedor aparente, no
cancela la obligación satisface el interés del verdadero acreedor, razón por la cual deben aplicarse al
caso la regla del pago indebido.
Debe existir un identidad cualitativa entre el objeto del crédito del objeto del pago. Esto se aplica a todo tipo
de obligación. Además, puede ser invocado por el deudor y por el acreedor, ni el acreedor puede ser obligado
a recibir, ni el deudor obligado. Para desobligarse el deudor debe cumplir la misma prestación debida, no
pudiendo efectuar otra distinta no ser que el acreedor lo aceptara.
Las excepciones al principio son las obligaciones facultativas, en la que deudor se reserva la facultad de
sustituir. Después las obligaciones dinerarias que son aquéllas cuando el pago puede ser hecho en una moneda
distinta del especificar. Las situaciones que no constituyen excepciones al principio son: la dación en pago; el
cumplimiento de una obligación alternativa; ejecución forzada e indemnización substitutiva y por último la
entrega de un cheque en lugar de dinero en efectivo.
Principio de integridad: artículo 869-“el acreedor no está obligado a recibir pagos parciales, excepto
disposición legal o convencional en contrario. Si la obligación es en parte líquida y en parte y ilíquida, el
deudor puede pagar la parte.”
Obligación con intereses: artículo 870-“obligación con intereses. Si la obligación es de dar una suma de
dinero con intereses, el pago sólo es integro si incluye el capital más los intereses”.
Los intereses constituyen un accesorio de capital, por lo cual ambos conforman una única dé; la razón de
dicha disposición, puede el acreedor puede usar recibir el pago intentado por el deudor, si éste no alcanza para
saldar la totalidad de los servicios, incluidos los intereses devengados y exigibles.
El beneficio de competencia (artículo 892 del código nuevo): “el beneficio de competencia es un derecho
que se otorga a ciertos deudores, para que pague lo que buenamente puedan, según las circunstancias, y hasta
que mejoren de fortuna.”
El beneficio de competencia se funda en razones de humanidad, quienes gozan de este beneficio son
generalmente parientes con derecho alimentario del acreedor, por ende la razón de ser del beneficio de
competencia debe tener el rigor de la exigencia de los acreedores si el deudor pudiera quedar en una situación
de pobreza. El beneficio debe ser solicitado por el deudor, quien debe oponerlo, y algunos sostuvieron que
podría ser concedido de oficio. Una vez efectuado ello, se produce una división de crédito, quedando el
acreedor limitado a cobrar sólo la parte que deudor beneficiado pueda buenamente pagar. Si las partes no se
pusieran de acuerdo en torno al monto que pagará el deudor en este caso, y a la forma en que lo afrontara,
deberá disponerlo el juez.
El principio de localización: la obligación debe ser cumplida en el lugar designado para el pago por la parte.
El concepto de lugar de pago es la regla donde el deudor debe ejecutar la prestación y donde el acreedor
Artículo 873: “el lugar de pago puede ser establecido por acuerdo de las partes, de manera expresa o tácita.”
Artículo 874: “lugar de pago no designa. Sin haberse indicado, en lugar de pago es el domicilio del deudor al
tiempo del nacimiento de la obligación. Si el deudor se muda, el acreedor tiene derecho a exigir el pago en el
domicilio actual o en el anterior. Igual opción corresponde al deudor cuando el lugar de pago sea el domicilio
del acreedor.”
Esta regla no se aplica las obligaciones de dar cosa cierta; porque en este caso, en lugar de pago donde las
cosas se encuentra habitualmente. Tampoco no se aplica a las obligaciones bilaterales de cumplimiento
simultáneo; en este supuesto, el lugar de pago es donde debe cumplirse la prestación principal.
Las reglas para determinar el lugar de pago son la autonomía de la voluntad, que es el lugar que las partes
designaron para el pago. Y por otro lado, el silencio de las partes que se divide en dos:
1. Reglas subsidiarias: si nada se ha indicado, en lugar de pago es el domicilio del deudor al tiempo del
nacimiento de la obligación.
2. Para cierto tipo de obligaciones. La ley determina el lugar de cumplimiento que son por cosa cierta y
por obligaciones bilaterales de cumplimiento simultáneo.
El principio general de que rige en materia de lugar de pago de que las partes pueden pactarlo y convenir
libremente; ello resulta ser una consecuencia lógica y natural del principio de autonomía de voluntad de las
partes. En razón de ello, una vez que ambas partes restablecen de común acuerdo, ninguna de ellas puede
modificarlo de modo unilateral. La designación de lugar de cumplimiento puede ser fijado libremente por las
partes tanto al momento de constituirse la obligación, como así también con posterioridad a la misma.
Principio de puntualidad: el pago debe ser puntual, es decir debe cumplirse en la oportunidad en que fue
convenida ni antes, ni después.
Concepto de exigibilidad: se refiere al momento en que el acreedor actualiza sus poderes de agresión
patrimonial y está facultado para reclamar compulsivamente la realización de la prestación debe.
Concepto de ejecutabilidad: es la facultad del deudor de ejecutar la prestación de obtener la liberación de las
deudas.
El pago anticipado: artículo 872: “el pago anterior al vencimiento del plazo no da derecho a exigir
descuentos.”
El pago anticipado es aquel efectuado con anterioridad al vencimiento de la obligación. El acreedor no está
obligado a recibir el pago que intenten efectuar el deudor antes del vencimiento del plazo, aunque sí encuentra
facultado para ello. De ocurrir ello, debe interpretarse que el deudor ha denunciado a los beneficios del plazo
que poseía desde el momento del nacimiento del obligación.
Artículo 891: “Muerte del deudor. Se presume que la cláusula de pago a mejor fortuna se establece en
beneficio exclusivo del deudor; las deudas se transmite a los herederos como obligación pura y simple.”
Otras cuestiones:
El pago de créditos embargados ofrendados: artículo 877: “Pago de créditos embargados ofrendados. El
crédito debe encontrarse expedito. El pago de un crédito embargados ofrendados e sin oponible al acreedor
prendario o embargar.”
La eficacia del pago dependerá de que quien lo efectúa posea la libre disponibilidad de las cosas de interés: es
por ello que si la cosa estuviera embargada, dichas circunstancias debe ser comunicada al acreedor, puesto que
caso contrario, el pago no será eficaz y el deudor que ha abonado de tal modo no quedará liberado.
Los gastos del pago: ¿a quién corresponde afrontar los gastos del pago?
Según la regla, se resuelven por acuerdo de voluntades y llamando el silencio ya sea por reglas subsidiarias
emitidas por el deudor o el fundamento que hace referencia al principio de integridad.
Objeto y medios de prueba. Artículo 895:. “Medios de prueba. El pago puede ser probado por cualquier
medio excepto que del estipulación o de la ley resulte previsto el empleo de unos determinados, o revestido de
cierta formalidad.”
En el código anterior se había suscitado controversias doctrinarias, para algunos el pago podría probarse por
cualquier medio probatorio, aunque no exclusivamente por testigos admitiéndose la prueba testimonial sólo
cuando existiera un principio probatorio por escrito en segundo lugar en cambio, al no existir norma expresa
alguna, establecen que podía probarse el pago por cualquier medio de prueba. El nuevo código dispone que el
pago pueda ser probado por cualquier medio, lo cual brinda amplia libertad en materia probatoria del pago
cuando se hayan acreditado al menos indicios de que el pago fue realizado. La parte final del nuevo artículo
895 del código sólo fija como excepción a la amplitud probatoria en materia de pago la de aquellos supuestos,
que de la estipulación o de la ley resulte previsto el empleo de uno determinado, o revestido de cierta
formalidad.
Imputación de pago:
Artículo 900: “imputación por el deudor. Si las obligaciones para con un solo acreedor tienen por objeto
prestaciones de la misma naturaleza, el deudor tiene la facultad de declarar, al tiempo de hacer el pago, por
cuál de ellas debe entenderse que lo vas. La elección debe recaer sobre deuda líquida y de plazo vencido. Si
adeuda capital e intereses, el pago no puede imputarse a la deuda principal sin consentimiento del acreedor.”
La imputación de pago puede ser definida como el conjunto de reglas y normas que permiten brindar solución
a los problemas que se suscitan cuando el deudor debe cumplir con varias obligaciones de la misma naturaleza
que se encuentra pendiente de cumplimiento, y el pago que efectúa a tal fin no es suficiente para cancelar a
todas ellas. En consecuencia, cuando ello ocurre, dichas normas determinan cuál es el procedimiento que debe
seguirse en tal caso.
El procedimiento de la imputación de pago sólo procederá cuando se cumplan los siguientes requisitos:
1. Debe existir varias obligaciones pendientes de pago y que dichas obligaciones vinculen a las mismas
partes, es decir que el acreedor y deudor son los mismos.
Artículo 901: “imputación por el acreedor. Si el deudor no importa el pago, el acreedor se encuentra facultado
para hacerlo en el momento de decidir, conforme a estas reglas:
Artículo 902: “imputación legal. Si el deudor o el acreedor no hacen imputación del pago, se lo imputa:
a. En primer término, al obligación de plazo vencido más onerosa para el deudor;
b. cuando las deudas son igualmente onerosas, el pago se imputa prorrata.
El artículo dispone que cuando ni el deudor ni el acreedor efectúa la imputación, esta se llevará a cabo
respetando los principios expuestos en la norma:
1. La obligación de plazo vencido más onerosa será la primera en cancelarse.
2. Si son igualmente onerosas, el pago se imputa a pro rata. Se deberá imputar el pago
proporcionalmente a todas las deudas existentes.
Artículo 903: “pago a cuenta de capital e intereses. Si el pago se hace a cuenta de capital e intereses y no se
precisa su orden, se imputa en primer término a intereses, a no ser que el acreedor dé recibo por cuenta de
capital.”
Este artículo constituye una limitación a las facultades de imputación de las partes, ya que el código establece
como directiva a seguir que, si se debiesen capital con intereses, la imputación debe realizarse en primer lugar
a los intereses.
Bolilla 5
1.- La Teoría del Incumplimiento. El incumplimiento debe ser estudiado como una situación antijurídica que
se presenta cuando el deudor falta al tenor de la obligación. De este modo, considerándolo con sustantividad y
autonomía, se puede elaborar sobre él una teoría integral, que con criterios y principios autónomos permite
una correcta descripción de esta figura y sus consecuencias.
Importancia y necesidad de una teoría del incumplimiento: para advertirle importancia del incumplimiento
en el derecho de las obligaciones, se puede decir que el incumplimiento influye sobre: 1º la ejecución forzada
o subrogada; 2º la indemnización compensatoria; 3º la llamada excepción de incumplimiento; 4º la cláusula
penal; 5º la resolución de los contratos, por pacto o cláusula comisoria; 6º las condenaciones conminatorias; 7º
la imprevisión contractual; 8º la señal o arras; 9º la imposibilidad de pago; etc.
Pero no en todos los casos la palabra incumplimiento designa la misma situación, y supone los mismos
requisitos, ni produce los mismos efectos. Es necesario indagar que es el incumplimiento de la obligación,
cuáles son las formas en que se puede presentar, cuáles sus efectos y cuáles las normas aplicables.
Concepto de incumplimiento: se podría decir que toda disconformidad entre la conducta obrada y la conducta
debida implica incumplimiento. Concebido en términos tan generales, involucra tanto los ilícitos en sentido
estricto como la infracción al derecho de crédito. Pero, de incumplimiento sólo cabe hablar cuando existe una
obligación; esto contribuye a delimitar el concepto. Establecer si hay o no un factor de atribución es vital para
determinar las consecuencias sancionatorias del orden jurídico, pero es indiferente para delimitar el concepto
objetivo de incumplimiento. No se debe confundir el incumplimiento como concepto objetivo con la
Elementos: 1º un obrar humano, puesto que es siempre una conducta, un comportamiento del sujeto y que se
manifiesta por un hecho exterior, positivo o negativo; 2º el comportamiento del sujeto debe ser contrario al
derecho, entendido como totalidad, es decir, integrado no sólo por la ley en sentido amplio, sino también por
los principios jurídicos superiores. 3º la existencia de una obligación anterior.
Clasificación: la ejecución debe ser exacta con relación al objeto, al lugar y al tiempo. Por ello se afirma que
para cumplir hay que observar una conducta de total cumplimiento, ajustándola a la naturaleza de la
obligación y a las directivas que imparte el principio de buena fe.
El incumplimiento es también conducta, pero disconforme con el tenor de aquéllos. Este obrará antijurídico
puede desembocar en un incumplimiento absoluto o relativo, en un cumplimiento parcial, tardío o defectuoso;
puede ser imputable como inimputable y exteriorizarse por medio de actos positivos o de abstención. Estas
categorías no se excluyen, sino que bien pueden combinarse.
Imputable Inimputable
Cuando el incumplimiento es atribuible al dolo o la culpa del Cuando tratamos el incumplimiento no imputable nos
sujeto, o cuando, a pesar de que la conducta es irreprochable, referimos a aquellas situaciones en que falta un factor
media un factor de atribución objetivo, se afirma que es que permita atribuirle responsabilidad al incumpliente.
imputable. La sanción del ordenamiento jurídico tiene prevista El incumplimiento imputable tiene lugar cuando el sujeto
para tal situación es la de imponer al incumplir el deber de protagonista del accionar ilícito no se le puede atribui
resarcir los daños y perjuicios que haya ocasionado. responsabilidad por las consecuencias perjudiciales que
Toda forma de agresión patrimonial sobre los bienes del se hayan producido. Esta exoneración de responsabilidad
obligado está condicionada a la previa configuración del constituye el efecto típico y propio de la ausencia de
incumplimiento imputable. imputabilidad, y algunas veces lleva consigo la extinción
Desde su nacimiento, la obligación compromete al deudor a del vínculo y la liberación del deudor; otras hipótesis no
cumplirla voluntariamente; por tanto si el deudor se comporta alcanzan ese extremo, pues el vínculo subsiste entre las
de manera distinta de la debida, y además es imputable, partes, aunque la prestación se cumplirá profundamente
facultará el acreedor a: 1º emplear los medios legales para modificada.
obtener la prestación; 2º obtenerla de un tercero a costa del Esto se produce en la inejecución completa y en las
deudor y 3º conseguir las indemnizaciones correspondientes formas de cumplimiento irregular.
mediante el pago de daños e intereses.
3) Incumplimiento “por Actos Positivos” e Incumplimiento por “Actos de Abstención”: en líneas generales,
se suele afirmar que quien deja de hacer lo que debe incumplir por omisión, y quien hace lo que no debe
cometer una infracción positiva. El incumplimiento, en su más amplia acepción está dominado por un dato
negativo: el deudor omite lo que debía haber hecho cuando incumple totalmente o no cumple puntualmente.
En el sistema del código civil, el incumplimiento imputable en cualquiera de sus formas, le impone al deudor
el deber de reparar los perjuicios que su inconducta haya provocado en el patrimonio de su acreedor. Basta
con las disposiciones que establecen la responsabilidad del deudor por daños y perjuicios que por su dolo,
culpa o morosidad en el cumplimiento de las obligaciones le cause al acreedor.
ARTÍCULO 886.-Mora del deudor. Principio. Mora automática. Mora del acreedor. La mora del deudor se
produce por el solo transcurso del tiempo fijado para el cumplimiento de la obligación.
El acreedor incurre en mora si el deudor le efectúa una oferta de pago de conformidad con el artículo 867 y se
rehúsa injustificadamente a recibirlo.
El incumplimiento de la obligación, además de poder ser total y absoluto, también puede ser relativo , cuando
el deudor cumple con la prestación asumida pero con un defecto en las circunstancias de modo, tiempo o lugar
de cumplimiento pactado. Sin embargo, cuando ello ocurre y a pesar del incumplimiento parcial de la
prestación, se admite l posibilidad de cumplimiento especifico tardío, por ser aun material y jurídicamente
posible, y fundamentalmente, por ser apto todavía para satisfacer el interés del acreedor. Aquí es donde cobra
importancia el instituto de la mora del deudor.
Es un instituto que si bien no ha variado en su concepto, sí ha mutado en cuanto a que clase de mora impera
en el derecho Argentino.
También por primera vez en el ordenamiento jurídico argentino, se brinda tratamiento expreso a la mora del
acreedor.
El régimen adoptado por el código es básicamente el siguiente: Mora automática:
1- Obligaciones de exigibilidad inmediata: El código pone punto final a la polémica con respecto al art 509
del código derogado, sobre la mora del deudor en las obligaciones de exigibilidad inmediata. La mora se
produce automáticamente por el trascurro del tiempo fijado para su cumplimiento. El tiempo de cumplimiento
que la ley fija para las obligaciones de exigibilidad inmediata no es otro que “el momento de su nacimiento”;
queda claro que si el deudor no cumple en ese momento quedara incurso en mora.
2-Obligacioones sujetas a plazos determinados cierto o incierto: Conforme lo dispone el art 871,si hau un
plazo determinado “cierto o incierto”, el pago debe hacerse “el dia de su vencimiento” . en ambos casos, la
mora opera automáticamente “por el solo trascurso del tiempo fijado para su cumplimiento”. Fijado por las
partes por la ley o por el juez.
1- las obligaciones sujetas a plazo tácito: donde es menester interpretar al deudor para constituirlo en dicho
estado y;
2-las obligaciones a plazo indeterminado propiamente dicho: supuesto en el cual debe requerirse fijación
judicial de plazo.
Requisitos: Para que se configure la mora del deudor, deben concurrir los siguientes requisitos:
El sistema de constitución en mora: El deudor debe ser constituido en mora para que su incumplimiento sea
jurídicamente calificado y responda por los actos previstos en el código para ello. Existen dos sistemas de
constitución en mora:
1-Mora “ex re” también llamada mora automática: se produce por el solo trascurso del tiempo sin que sea
necesario que el acreedor efectúe interpelación alguna al deudor. Esta concepción de la mora era concebida ya
en el derecho Romano.
2-Mora “ex personae”: Este sistema requiere de un acto previo del acreedor, llamado interpelación, para
constituir en mora al deudor. Reconoce sus orígenes en el código francés, que determino la necesidad de que
el acreedor requiera el pago al deudor en forma previa para que este último quede en estado de mora. En este
sistema, el siempre paso del tiempo no constituye morosidad alguna en el deudor incumplidor.
Interpelación del art 886 CCYCN: La interpelación es un acto por medio del cual el acreedor efectúa una
existencia de pago al deudor.
1. Debe contener un requerimiento categórico hacia el deudor: es decir una exigencia de pago expresada
en forma imperativa.
2. Dicho requerimiento también debe ser apropiado: ya que el pago exigido debe estar referido a la
prestación incumplida por el deudor (en forma y tiempo oportunamente convenido)
3. La interpelación de ser coercitiva: toda vez que el requerimiento del acreedor debe advertir de las
consecuencias a que debe atenerse el deudor de persistir en su postura de incumplimiento.
4. La prestación exigida debe ser de cumplimiento posible: toda vez que la exigencia de pago debe ser
efectuada de modo razonable para que el deudor pueda fácticamente cumplir con la obligación
oportunamente asumida.
5. Debe contener un requerimiento circunstanciado: es decir indicar las circunstancias de tiempo y lugar
en el cual debe el deudor efectuar el pago.
6. Debe existir cooperación del acreedor: para posibilitar el cumplimiento por parte del deudor.
1. En aquellas sujetas a plazo tácito: Si el pazo no está expresamente determinado, pero resulta
tácitamente de la naturaleza y circunstancias de la obligación, en la fecha que conforme a los usos y a
la buena fe, debe cumplirse. En estos casos, el acreedor deberá interpelar al deudor para constituirlo
en mora. Se trata como se ve, de un supuesto que exige la constitución de mora “ex persona”. ej.: si
las partes han pactado en una compraventa de un automóvil que el rodado será entregado por el
vendedor el día que el acreedor lo exija, resulta obvio, por ende, que una vez que el adquiriente del
vehículo fije la fecha del cumplimiento recién se estará en condiciones de constituir al deudor en
mora.
2. En los casos de obligaciones sujetas a plazo indeterminado: Si no hay plazo, el juez a pedido de
parte, lo debe fijar mediante el procedimiento más breve que prevea la ley local, a menos que el
acreedor opte por acumular las acciones de fijación de plazo y de cumplimiento, en cuyo caso el
deudor queda constituido en mora en la fecha indicada por la sentencia para el cumplimiento de la
obligación. En caso de duda respecto a si el plazo es tácito o indeterminado propiamente dicho, se
considera que es tácito.
Mora y lugar de cumplimiento: el pago deberá efectuarse en determinado lugar y con puntualidad. En cuanto
al lugar, la regla de valor residual es la que indica que debe hacerse en el domicilio del deudor si otra cosa no
resulta de la fuente. Se trata de saber cuál es el régimen de constitución en mora que se encuentra sometido el
deudor de una obligación a plazo, cuando ésta deba pagarse en su domicilio.
Eximición de responsabilidad:
ARTÍCULO 888.-Eximición. Para eximirse de las consecuencias jurídicas derivadas de la mora, el deudor
debe probar que no le es imputable, cualquiera sea el lugar de pago de la obligación.
Uno de los recaudos exigidos para su configuración es que la tardanza sea imputable al deudor: en esto radica
lo fundamental de la norma.
-Interpretación de la norma:
Es importante destacar que para que se configure la mora, el retardo en el cumplimiento debe ser imputable al
deudor. Sin embargo, nada refiere la norma si esta imputación al deudor debe ser a través de un factor de
imputación subjetivo u objetivo, por lo cual se debe interpretar que puede ser de ambas clases.
Si bien el principio general estará dado por la culpabilidad del deudor, no se puede soslayar en el derecho
moderno la existencia de una mora objetiva, es decir, que ella sea imputable al deudor por un factor de
atribución distinto a su culpa o a su dolo.
Es decir que si bien en la imputación subjetiva es factor de atribución es la (culpa o dolo) , en la imputación
objetiva es el riesgo creado o la garantía.
Así las cosas, cuando la mora es subjetiva, deberá el deudor acreditar su ausencia de culpabilidad para
demostrar que el retardo en el cumplimiento no le es imputable. En cambio, cuando la mora y la
responsabilidad de ella son naturaleza objetiva, la imputación se efectúa con abstracción de toda idea de
culpabilidad y en base a un parámetro objetivo de atribución (riesgo creado, garantía, equidad, deber
calificado de seguridad, etc), Por lo cual la única eximente válida para que ella no sea imputable al deudor,
será la acreditación de una cusa ajena: hecho del acreedor, hecho de un tercero por quien no deba responder o
el caso fortuito.
Casos particulares:
1- Obligaciones de exigibilidad inmediata: El código pone punto final a la polémica con respecto al art 509
del código derogado, sobre la mora del deudor en las obligaciones de exigibilidad inmediata. La mora se
produce automáticamente por el trascurro del tiempo fijado para su cumplimiento. El tiempo de cumplimiento
que la ley fija para las obligaciones de exigibilidad inmediata no es otro que “el momento de su nacimiento”;
queda claro que si el deudor no cumple en ese momento quedara incurso en mora
2-Obligaciones de no hacer:
ARTICULO 778.-Obligación de no hacer. Es aquella que tiene por objeto una abstención del deudor o tolerar
una actividad ajena. Su incumplimiento imputable permite reclamar la destrucción física de lo hecho, y los
daños y perjuicios.
Las obligaciones de no hacer son aquellas en la que el deudor debe abstenerse de algo, que de no existir el
derecho creditorio, hubiera podido normalmente obrar. Se manifiesta de dos maneras:
3- obligaciones nacidas de hechos ilícitos: según una tesis, el obligado a reparar los daños causados por los
hechos ilícitos se encuentran mora desde que ha ocasionado el perjuicio, sin que sea necesaria la interpelación
del acreedor.
Sin embargo, la indagación acerca del tiempo del pago de estas tipo de obligación con Rusia a que el daño
debe ser reparado inmediatamente después de causado. Por lo tanto, si ninguna modalidad difiere la
exigibilidad del deber de resarcir, no habría más remedio que admitir que el crédito resarcido yo nace puro y
simple. Siendo así y con el afán de aplicar las reglas de la mora, sería necesario que el acreedor interpelara
para constituir al deudor en mora, cosa que ningún autor admite.
Lo que sucede es que aun siendo una obligación pura, el deudor está obligado a pagar intereses desde que ella
nace, aunque no se encuentre en mora. Es así, porque cuando corresponde pagar dinero en concepto de
indemnización, ese pago está regido por el principio de reparación integral; no tiene carácter moratorio. Las
obligaciones nacidas de hechos ilícitos sólo pueden ser satisfechas mediante la compensación, por medio de la
entrega de la suma de dinero equivalente al perjuicio sufrido por la víctima.
1. Se produce la apertura de las acciones de responsabilidad contra el deudor: Y a que este debe
indemnizar al acreedor por los daños e intereses moratorios. Sin perjuicio de ello, el accipiens puede,
a su libre elección, intentar la ejecución forzada o la ejecución por otro de la obligación; si no obtiene
el cumplimiento forzado, tendrá derecho a acumular la indemnización por los daños ocasionados por
la mora al equivalente pecuniario de la prestación, con más la indemnización de los mayores daños
provocados por el incumplimiento total de la obligación.
2. La indemnización del daño moratorio: se mencionó precedentemente que ante la constitución en mora
el deudor queda constreñido al pago del daño ocasionado76 por su morosidad.
3. Clausula penal: La mora se erige en un presupuesto esencial para que proceda la cláusula penal, tal
como lo dispone el art 792 del código: “Incumplimiento. El deudor que no cumple la obligación en el
tiempo convenido debe la pena, si no prueba la causa extraña que suprime la relación causal. La
eximente del caso fortuito debe ser interpretada y aplicada restrictivamente.
1. Por el pago efectuado por el deudor o por la consignación del mismo: El pago íntegro del deudor pone
fin a su estado de mora y, por ende, a los efectos derivados de ella. Constituye un principio en la
materia que el deudor moroso tiene derecho a pagar y, ante la negativa del acreedor a recibir el pago,
a consignarlo jurídicamente. Sin embargo, el pago debe ser total, comprensivo no solo de la
prestación adeudada, sino también de los intereses moratorios (si se trata, por ejemplo, de una deuda
dineraria). En caso de que se efectué el pago por consignación, este también deberá comprender el
importe de los daños ocasionados por la mora. Este derecho de pagar del deudor para poner fin a su
estado de mora no es viable cuando ya ha operado la resolución contractual (puesto que se estaría ante
un supuesto de incumplimiento y no de mora), o bien cuando se trata de obligaciones sometidas a
plazo esencial.
2. Por la renuncia del acreedor a hacer valer los efectos de la mora: Esto es una facultad del acreedor,
aunque debe destacarse que la renuncia,- si bien puede ser expresa o tácita - debe ser inequívoca y
apreciada con criterios restrictivos, por lo cual no pueden hacerse interpretaciones extensivas o
análogas a situaciones no previstas en ella. Este derecho de renuncia del acreedor solo cede ante las
prohibiciones legales expresas.
3. Ante la configuración de la imposibilidad de pago: Cuando la prestación deviene imposible con
posterioridad a la constitución del estado de mora, la mora del deudor se transforma en
La ejecución forzada de la prestación supone aun la posibilidad de cumplimiento, caso contrario (este es,
incumplimiento definitivo, imputable o no al deudor)
Para activar los mecanismos de la norma, el incumplimiento debe haber sido imputable al deudor, antijurídico
y en razón de un facto de atribución subjetivo u objetivo. Estas tres circunstancias deben concurrir, ya que de
lo contrario no existirá incumplimiento imputable, y el deudor aún no se encontrara en mora, por lo que el
acreedor no podrá los instrumentos de la tutela satisfactiva del crédito para procurarse, ya no por vía
espontanea, el cumplimiento por parte del deudor.
La norma permite al acreedor optar, en forma alternativa, por dos variantes para lograrlo: el cumplimiento
específico y el cumplimiento por tercer, además, puede reclamar el pago de los daños que ello le ocasione.
Además también puede activar el mecanismo de tutela resolutoria, si la obligación es de fuente contractual.
La ejecución forzada admite dos especies: ejecución directa y ejecución por otro. Ambas son especie de
ejecución porque proceden en defecto de cumplimiento voluntario y pueden llevarse a cabo con el auxilio de
la fuerza pública. La ejecución forzada se caracteriza, además, porque el acreedor pretende el bien que le es
debido y no un objeto sustituto.
- El cumplimiento específico (Ejecución directa): En este caso, es el deudor quien será compelido, por las
vías legales, para ejecutar la prestación en forma personal. El poder de agresión (jurídica) del acreedor
encuentra un límite bien definido: como la persona humana es inviolable y tiene derecho de reconocimiento y
respeto a su dignidad (Art 51) , no puede ejercerse violencia física ni moral sobre la persona del deudor.
-El cumplimiento por tercero (la ejecución por otro): El acreedor no puede quedar atado a la voluntad del
deudor, cuando el incumplimiento es imputable a este último.
Por tales razones, puede a su elección obtener la satisfacción de su interés mediante el cumplimiento por un
tercero, lo que deberá ser soportado económicamente por el deudor incúmpliente.
Esta facultad debe efectuarse en el marco del ejercicio regular de los derechos.
En principio debe ser autorizado por el juez para concretarla. Sin embargo, si las circunstancias del caso
motivaran que no pueda existir dilaciones (por ej.: el obstetra no se presenta al parto, y el acreedor elige a otro
médico para que haga la práctica), o si ante el incumplimiento del acreedor lo haga hacer por un tercero con
conocimiento del deudor sin que este se oponga, la autorización judicial no será necesaria, y el deudor deberá
cargar con las consecuencias dispuestas en la norma. Sera una cuestión de hecho, ha determinar en el caso
-Los daños: En el marco de la ejecución forzada, la situación presupone que la prestación aun no se ha
tornado imposible y que puede ser cumplida, tanto por el deudor como por un tercero. El obligado, se
encuentra en mora, y debe resarcir los daños derivados de su nueva situación juridica, de acuerdo a las reglas
generales. En el caso de obligaciones de fuente contractual, la responsabilidad se agrava, en razón del criterio
de previsibilidad contractual allí establecido. Si existe una clausula penal moratoria, se tornara exigible.
En caso de incumplimiento definitivo imputable al deudor, deberá abonar también los daños ocasionados.
Enumeración:
Son medios compulsivos las condenaciones conminatorias (astreintes), la cláusula penal, la señal o arras, la
excepción de incumplimiento, los intereses punitorios y el derecho de retención.
• La señal o arras: se trata de una estipulación contractual por la cual una de las partes que entrega a la otra
una cosa, estipulando sé que la entrega podrá tener por objeto cualquiera de los siguientes:
1) Constreñir a la que entregó la seña a cumplir el contrato, bajo amenaza de perder lo que dio; funciona como
un medio de compulsión;
2) permitir el arrepentimiento de cualquiera de las partes mediante la pérdida de la seña para quien la dio o
mediante su restitución para quien la recibió, funciona como una cláusula de arrepentimiento.
• La excepción de incumplimiento: se trata de una institución típica del derecho contractual, que si bien puede
cumplir por decisión de las partes una función compulsiva, no debe ser desplazada de ese derecho.
La cláusula penal:
ARTICULO 790.-Concepto. La cláusula penal es aquella por la cual una persona, para asegurar el
cumplimiento de una obligación, se sujeta a una pena o multa en caso de retardar o de no ejecutar la
obligación.
Las partes puede acordar los efectos en caso de un eventual incumplimiento de una obligación presente o
futura, mediante una clausula penal, prefijando la indemnización de los daños derivados del incumplimiento
obligacional, generando un elemento extra de compulsión en el ánimo del deudor, pues no solo ya sabe cuáles
serán los concretos efectos de una eventual inconducta, sino que además este instrumento actúa como un
castigo frente a ella. Excepcionalmente puede pactase una en las que solo se castiga el incumplimiento, lo cual
permite, además, reclamar la indemnización de los daños.
Para ser válida la cláusula penal, no solamente la obligación debe reunir todos los requisitos establecidos en el
art 725 y 726 del código, sino que además ello acontece respecto de una causa fuente generadora. La
obligación a la que accede puede tener origen convencional o legal.
Es voluntaria, accesoria, condicional, preventiva, subsidiaria, definitiva, relativamente inmutable y de
interpretación estricta.
Sus especies son dos: compensatoria y moratoria.
Noción y funciones: Al contraerse la obligación, las partes pueden acordar los efectos en caso de un eventual
incumplimiento, mediante una clausula penal, prefijando la indemnización de los daños derivado del
incumplimiento obligacional, a la vez, generando un elemento extra de compulsión en el ánimo del deudor,
pes no solo ya sabe cuáles serán los concretos efectos d una eventual inconducta, sino que además, este
instrumento actúa como un castigo frente a ella, constituyendo un arma de disuasión.
Función compulsiva: Cabe señalar que en el ámbito del derecho privado existen ciertas figuras que tiene
componentes punitivos. Esto es, castigan ciertas conductas. En el ámbito obligacional este rol es mayúsculo,
pues los medios de compulsión “subrayan que le derecho del acreedor es, un derecho a la prestación, puesto
que solo con la prestación debida se satisface plenamente al acreedor. Que frente a este derecho, la negativa
del deudor no sea suficiente para frustrarlo; si no fuera así, el deudor seria el árbitro de la situación”, además
sobre la base del constreñimiento apuntan al cumplimiento in natura, al pago con lo debido.
La compulsión pues, es de la esencia misma de la obligación. En los casos que nos ocupan, se trata de otros
mecanismos que se adosan a los ya existentes, cuando son activados de acuerdo a las reglas que el propio
ordenamiento fija, y que sin vulnerar derecho alguno del deudor, se orientan a que este cumpla, lo que debe.
Por tales razones, es incorrecto afirmar que tales situaciones generan miedo o temor en la persona del deudor,
ni que constituyan desde el plano jurídico una amenaza que, vicie la voluntad del acto del pago obrado en
razón de la existencia de estos mecanismos.
Clausula penal moratoria: Cuando el deudor incurre en mora, ingresa en una nueva situación jurídica, que lo
coloca en estado de incumplimiento imputable. No se encuentra eximido de cumplir y de hecho continúa
obligado, salvo que con posterioridad a su ingreso al estado moratorio la prestación se torne imposible, o
bien, desaparezca el interés del acreedor en el cumplimiento. Por cierto que el deudor puede caer en situación
de incumplimiento definitivo y absoluto de la prestación, si antes de que la obligación se torna exigible, o bien
en dicho momento, la prestación se torna imposible. El interés del acreedor no puede desvanecerse con
anterioridad al vencimiento de la obligación, sino a partir de este último momento, en las obligaciones de
plazo esencial.
Sea cual sea la situación, el ingreso al estado moratorio agrava notablemente la situación del deudor, por la
traslación de los riesgos de la prestación en su cabeza, y la responsabilidad por los daños que genera el
incumplimiento imputable en tiempo oportuno. Se habla allí, de daño moratorio.
Como la mora supone la posibilidad de cumplimiento de la prestación principal, nada obsta- sino todo lo
contrario- a que pueda acumularse la pretensión de cumplimiento con la del resarcimiento de los daños
ocasionados.
Exigibilidad (wayar) la cláusula penal será exigible cuando se encuentran reunidos los siguientes requisitos:
1- si la cláusula pactada es moratoria, será suficiente que se produzca una inejecución (incumplimiento
relativo) para que este primer requisito quede satisfecho; es decir, que subsistiendo la posibilidad de ejecución
tardía, el acreedor tendrá derecho al objeto principal, más el objeto de la obligación convenida, en concepto de
pena.
2- si la cláusula pactada es compensatoria, para que la pena será exigible el incumplimiento deberá ser
absoluto o definitivo, esto es, debe desaparecer la posibilidad de ejecución tardía del objeto principal o carecer
de interés en él el acreedor, porque esa es la hipótesis en la que entra en sustitución de ese objeto, el objeto de
la pena estipulada como compensación.
• Constitución en mora del incumplidor respecto de la obligación principal: para que la pena sea exigible,
¿cuál de estas figuras es la que debe prevalecer en nuestro sistema, el mero retardo o la situación jurídica de
mora?
1- para algunos autores, la situación de mora sería aquí relevante, porque para que la pena fuese exigible sería
suficiente el mero retardo del obligado respeto de la obligación principal.
2- pero la doctrina mayoritaria, a la que adhiero, afirma que la exigibilidad de la pena está supeditada a la
previa constitución en mora del obligado respeto de la obligación principal. Los argumentos que avalan esta
tesis son los siguientes:
b) la tesis contraria no sólo no nos da estas razones, sino que pierde de vista que la inserción de cláusulas
penales de los contratos no es un instrumento para decretar la responsabilidad civil de una de las partes, sino
que, a lo sumo, sirve para estimar el monto de una posible indemnización, pero de ninguna manera se puede
usar esa función para imponer al incumpliente una virtual condena a reparar daños y perjuicios al margen de
las reglas generales que rigen la materia;
c) por otra parte, bien se puede interpretar que la expresión simple retardo usada por el artículo 659 equivale a
las hipótesis de mora automática o sin interpelación;
d) respecto del artículo 657, referido a las obligaciones de no hacer, de ninguna manera se puede sostener que
legitima el simple retardo, ya que, a lo sumo, indica que en tales obligaciones no es necesaria la interpelación,
puesto que en ellas se opera la mora automática;
e) por otra parte, no existe en nuestro derecho una norma que asigne efectos a simple retardo al margen de la
mora, y se puede pretender que esa norma es la del artículo 659;
f) por último, y este argumento es fundamental por el carácter accesorio de la cláusula penal, su exigibilidad
debe necesariamente ajustarse al régimen general, y este régimen es el del artículo 509.
En definitiva, la pena sólo será exigible cuando el obligado ha quedado constituido en mora, y para determinar
cuándo ha quedado en mora se aplicará el régimen del artículo 509.
• Imputabilidad del incumplimiento de la principal: los mismos que reivindican el simple retardo y otros que
sostienen la imputabilidad objetiva de la responsabilidad contractual, afirman que para la exigibilidad de la
pena el código civil ha establecido un factor de atribución puramente objetivo, contar prescindencia de culpa,
al disponer en el ya citado artículo 654 que el deudor no se puede dispensar de pagar la multa aunque pruebe
que "por justas causas no hubiese podido" cumplir con la principal. Esta afirmación merece la siguiente
réplica:
1- el texto literal del artículo pareciera indicar que ni siquiera el caso fortuito o la fuerza mayor eximen al
deudor del deber de pagar la pena, pues la ley parece condenarlo a aunque por justas causas no hubiere podido
cumplir.
2- la doctrina, predominante, señala que la mora del deudor debe ser imputable a él a título de dolo o culpa; el
caso fortuito lo exime de responsabilidad. La expresión "aunque por justas causas" empleada por el legislador
en el artículo 654 se refiere a posibles dificultades que pudieran entorpecer el cumplimiento pero no alcanzan
a borrar la responsabilidad.
3- esta interpretación se apoya los siguientes fundamentos: a) la cláusula penal compensatoria se rige por las
mismas normas que gobiernan la indemnización de daños e intereses, para lo que es necesario la
imputabilidad; nada autoriza a apartarse de tales principios; b) la solución culpabilista aparece confirmada en
el artículo 655 que supedita la exigibilidad de la pena a la previa mora del deudor, y esta situación es
esencialmente culpable; c) vía se puede sostener que lo que el artículo 654 expresa es que, aunque el deudor
sea de buena fe, la inejecución lo hace pasible de la pena; pero de allí no cabe deducir que le ha impuesto una
responsabilidad objetiva.
4- en suma, la procedencia de la cláusula penal supone que el deudor incurrió en mora cuya forma de
constitución se verificará de acuerdo con los supuestos del artículo 509, lo que equivale también a sostener
que si se prueba la falta de culpa, el deudor quedará librado de las consecuencias derivadas de la mora, entre
las que se computa la obligación de pagar la pena.
Efectos. Prescripción (wayar) por razones de método estimo conveniente analizar los efectos según que la
cláusula se ha compensatoria o moratoria:
• Cláusula compensatoria: si la cláusula tiene carácter compensatorio los efectos se producirán bajo la
influencia de los principios generales:
1- el principio de opción: este principio, que favorece el interés del acreedor, está consagrado en el artículo
659 en los siguientes términos: "el acreedor no podrá pedir el cumplimiento de la obligación y la pena, sino
una de las dos cosas, a su arbitrio...". Tratándose de la pena compensatoria, por hipótesis, el incumplimiento
que se sanciona debe ser el absoluto, en sus dos versiones: la primera, aún cuando después de producido el
incumplimiento no haya desaparecido la posibilidad de ejecución tardía, pero el acreedor sano tiene interés en
esa ejecución tardía (lo que es palmario en las obligaciones sujetas a plazo esencial). La segunda, si él
incumplimiento es absoluto en el sentido de que la obligación principal ya no podrá ser cumplida, ni siquiera
es necesario que principio, pues la única alternativa será el pago de la pena, cuyo monto entre en
compensación del objeto de la obligación principal. El principio, en suma, está plenamente justificado.
Por excepción, la opción le corresponderá al deudor, según está dispuesto en el artículo 658: "el deudor no
podrá eximirse de cumplir la obligación, pagando la pena, sino en el caso de que expresamente se hubiese
reservado ese derecho".
2- el principio de no acumulación: también está expresado en el artículo 659: "pero el acreedor no podrá pedir
el cumplimiento de la obligación y la pena...". Se ha señalado que el principio de no acumulación deriva del
carácter subsidiario de la pena. En efecto, dado el carácter subsidiario de la estipulación penal, por regla
general el acreedor no puede pedir el cumplimiento de la obligación y la pena, debe limitarse a exigir una de
ambas.
• Cláusula moratoria: si la pena ha sido establecida sólo para sancionar un incumplimiento relativo, los efectos
que se producen son los siguientes:
1- principio de la acumulabilidad: a diferencia de la compensatoria, la cláusula moratoria está sujeta al
principio de la acumulabilidad, es decir, el acreedor tiene derecho a que se le pague la obligación principal y,
además la pena. Esta consecuencia se deduce del artículo 659 que permite pactar que la pena se pagará "por el
simple retardo". Vale reiterar que, según pienso, la expresión simple retardo empleada en este artículo
equivale a mora en estricto sentido técnico-jurídico.
• Efectos particulares en las obligaciones con pluralidad de sujetos: fondo la relación de obligación principal
está establecida con pluralidad de sujetos, sea la pluralidad activa o pasiva, es necesario efectuar una serie de
distingos:
1- objetos de la misma naturaleza o carácter: cuando el objeto de la obligación principal y el objeto de la pena
son de la misma naturaleza, la cuestión debe regirse por las reglas pertinentes para cada especie. Lo propio
ocurre cuando uno y otro obligación remiten el mismo carácter: simplemente mancomunado o solidario; se
aplican las reglas respectivas.
2- objetos de distinta naturaleza u obligaciones de distinto carácter: se aplican las siguientes reglas: sea
divisible o indivisible la obligación principal, "cada uno de los codeudores o de los herederos del deudor, no
incurrirá en la pena sino en proporción de su parte, siempre que sea divisible la obligación de la cláusula
penal; si la obligación de la cláusula penal fuera indivisible, o si fuere solidaria aunque divisible, cada uno de
los codeudores, o de los coherederos del deudor, queda obligado a satisfacer la pena entera.
ARTICULO 804.-Sanciones conminatorias. Los jueces pueden imponer en beneficio del titular del derecho,
condenaciones conminatorias de carácter pecuniario a quienes no cumplen deberes jurídicos impuestos en una
resolución judicial. Las condenas se deben graduar en proporción al caudal económico de quien debe
satisfacerlas y pueden ser dejadas sin efecto o reajustadas si aquél desiste de su resistencia y justifica total o
parcialmente su proceder.
La observancia de los mandatos judiciales impartidos a las autoridades públicas se rige por las normas propias
del derecho administrativo.
Las astreintes son sanciones económicas que tiene como finalidad la de hacer efectivas las decisiones
judiciales frente a la renuncia injustificada de sus destinatarios, aunque de una forma particular: mediante una
conducta dineraria.
Constituyen una herramienta de suma utilidad para compeler el cumplimiento de cualquier deber jurídico,
obligacional o de otra índole, y se rigen por las reglas que gobiernan el cumplimiento e incumplimiento de la
obligación de dar dinero.
Deben ser distinguidas de la indemnización de daños y perjuicios, pues responden a causas fuentes totalmente
disímiles, y sus condiciones de procedencia requisitos y determinación difieren notablemente. Ambas
prestaciones son acumulables.
Basta con que exista una resolución jurídica, que se encuentre firme y consentida, y que haya sido incumplida.
Pareciera que solo los particulares pueden ser sujetos pasivos de la aplicación de abstreinte. En el último
párrafo de la norma se excluye a las “autoridades públicas”, lo que incluye tanto al Estado (nacional,
provincial, municipal) como a los funcionarios públicos.
No son retroactivas. Debe existir la posibilidad de que el obligado pueda cumplir aun con el deber jurídico a
su cargo. El incumplimiento debe ser doloso o culposo. Son discrecionales, progresivas y no subsidiarias. La
aplicación de oficio se encuentra vedada.
Para fijar la concreta condena debe tenerse en cuenta la gravedad de la falta cometida, y el caudal económico
de quien deba satisfacerla. Pueden ser dejadas sin efecto o reajustadas, si el obligado desistiese de su
resistencia y justifica total o parcialmente su proceder.
Enunciación: El código regula 2 tipos de acciones con las que dispone el acreedor para hacer efectivo su
crédito:
1. Acción directa
2. Acción subrogatoria
Y determina que bienes del deudor constituye la garantía sobre la cual puede hacer efectivo su crédito en caso
de incumplimiento.
Acción directa
ARTICULO 736.-Acción directa. Acción directa es la que compete al acreedor para percibir lo que un tercero
debe a su deudor, hasta el importe del propio crédito. El acreedor la ejerce por derecho propio y en su
exclusivo beneficio. Tiene carácter excepcional, es de interpretación restrictiva, y sólo procede en los casos
expresamente previstos por la ley
1. El acreedor
2. Su deudor
3. Y un tercero ( quien es deudor a su vez del deudor)
4. Y la posibilidad de que el acreedor accione en contra del patrimonio de ese tercero para el cobro de su
crédito.
El límite de la acción: El art. determina que el acreedor solo puede perseguir al tercero hasta el límite de su
propio crédito, mas allá de que la deuda del tercero para con el deudor sea mayor. Pues el importe recibido
ingresa directamente al patrimonio del acreedor accionante, a diferencia de la acción subrogatoria que
beneficia a todos los acreedores. Por ejemplo, si el acreedor tiene un acreencia de $100.000 y el tercero le
debe al deudor $500.000, la acción tendrá un límite cuantitativo de $100.000.
Carácter de la acción:
A- El acreedor acciona a título propio y en su exclusivo beneficio: La acción directa concede al acreedor la
posibilidad de accionar sin necesidad de requerimiento ni autorización del deudor, pues es concedida como un
derecho propio. Es lo que la diferencia de la acción subrogatoria, en la que el acreedor ejerce el derecho que
tiene el deudor y este no ejercita.
Ello trae como consecuencia que el único beneficiado con el ejercicio de la acción es el acreedor que la
impulsa, a diferencia de la acción subrogatoria, en la cual el producto de la acción engrosara el patrimonio del
deudor.
C- La acción directa solo procede cuando la ley expresamente lo concede: consecuencia de su carácter
excepcional y la interpretación restrictiva, solo procede cuando la ley expresamente lo concede.
El código reconoce el derecho de accionar directamente en los siguientes casos:
1. Subcontrato: En todo supuestos de subcontratos, el subcontrato tiene acción directa contra la otra
parte del contrato principal, “en la extensión en que esté pendiente el cumplimiento de las
obligaciones de esté respecto del subcontratante”, y quien no ha celebrado el subcontrato dispone de
la acción que corresponde “al subcontratante contra el subcontratado, y puede ejercerla en nombre e
interés propio.
2. Locación de cosas: El locador tiene acción directa contra el sublocatario para cobrar el alquiler
adeudado por el locatario, en la medida de la deuda del sublocatario. También puede exigir de este el
cumplimiento de las obligaciones que la sublocación le impone, inclusive el resarcimiento de los
daños causado por uso indebido de la cosa. Recíprocamente, el sublocatario tiene acción directa
Requisitos de ejercicios:
Para que el acreedor pueda ejercer la acción directa es necesaria l existencia de dos créditos homogéneos, uno
del accionante en contra de su deudor y otro del tercero demandado a favor del deudor, los que deben
encontrarse expeditos. Es menester la citación del deudor a juicio.
Interpretación de la norma:
1- Requisitos para el ejercicio de la acción: créditos homogéneos del acreedor y del deudor: Para que sea
procedente la acción directa es necesario que el acreedor accionante sea titular de un crédito en contrato de su
deudor, y que esté lo sea de un crédito en contra del tercero accionado. Ambos créditos deben ser exigibles;
así, no será procedente si alguno de los créditos está sujeto a plazo no vencido o condición no cumplida, o se
halle extinguido por cualquier modo.
Ambos créditos deben ser homogéneos, es decir, de la misma naturaleza; por ejemplo, ambas deudas deben
ser dinerarias, o de la misma especie y calidad de cosas fungibles.
2- Requisitos para el ejercicio de la acción: Ambos créditos deben estar expeditos: Al momento del ejercicio
de la acción ambos créditos, el del acreedor accionante y el de su deudor para con el tercero, deben estar
expeditos, libre de embargos u otra restricción que impida su ejercicio.
3- Requisitos para el ejercicio de la acción: citación al deudor: El código impone la citación al juicio del
deudor titular del crédito que ejerce directamente al acreedor. A pesar de que el acreedor actúa a título propio
y no del deudor, se ha considerado necesario imponer esta citación, a fin de que el deudor pueda exponer u
oponer las defensas que tuviere en contra de su acreedor.
Efectos:
Interpretación de la norma:
1- La notificación de la acción implica el embargo del crédito a favor del acreedor: Desde el momento en que
el tercero demandado es notificado de la demanda se produce el embargo de crédito a favor del acreedor
accionante, por lo cual adquiere preferencia de pago sobre otros acreedores del deudor y el demandado no
puede pagarle ese crédito a su deudor.
2- Defensas oponibles: El tercero demandado puede oponerle al acreedor accionante todas las defensas que
tuviere en contra de su propio acreedor, y las propias que tuviere en contra del propio acreedor.
3- Límites de la condena: La condena tiene como límite el monto menor de ambas obligaciones. Por ejemplo,
si el acreedor A es acreedor de $100.000, y su deudor B es acreedor de C por 150.000, la condena a C puede
ascender solo a $100.000, consecuencia lógica de constituir una acción ejecutiva que persigue el cobro de la
acreencia y beneficia exclusivamente al accionante.
4- Destino de la condena: El monto que se obtenga ingresa directamente al patrimonio del acreedor
accionante, pues se trata de una acción ejecutiva en beneficio exclusivo de quien demanda.
5- Liberación del deudor: El deudor se libera de su obligación hasta el monto en que el acreedor obtenga por
el ejercicio de la acción directa.
La acción subrogatoria
Concepto:
ARTICULO 739.-Acción subrogatoria. El acreedor de un crédito cierto, exigible o no, puede ejercer
judicialmente los derechos patrimoniales de su deudor, si éste es remiso en hacerlo y esa omisión afecta el
cobro de su acreencia.
El acreedor no goza de preferencia alguna sobre los bienes obtenidos por ese medio.
La acción subrogatoria permite al acreedor ejercer judicialmente los derechos patrimoniales de s deudor, si
este es remiso en hacerlo y con ello causa perjuicio a aquel. La acción tiene efectos conservatorios del crédito,
por lo cual el acreedor no obtiene preferencia alguna sobre los bienes que ingresen por este medio al
patrimonio del deudor.
La acción subrogatoria, también llamada oblicua, es aquella que concede al acreedor para ejercer derechos
patrimoniales de su deudor, cuando este es renuente en hacerlo y de dicha omisión surgen perjuicios para el
creedor.
Mientras el deudor es solvente, sus acreedores no tienen interés en que ejecute los derechos que tienen contra
terceros; pero cuando no lo es, su interés es evidente. La ley les reconoce el derecho de subrogarse en los
derechos del deudor y de intentar a nombre de éste las acciones que posee contra terceros. Esta es la acción
llamada subrogatoria (porque el acreedor se subroga en los derechos del deudor) oblicua o indirecta (porque
no se trata del ejercicio de las acciones por el verdadero titular, sino por un tercero)
Fundamento: la razón por la cual la ley confiere esta facultad a los acreedores, está dada por el principio de
que el patrimonio del deudor es la prenda común de los acreedores. Por lo tanto si la inoperancia del deudor
atenta contra la integridad o conservación de la garantía, es lógico que se autorice a los acreedores a intentar
las acciones que están destinadas, precisamente a evitar el deterioro de la desintegración del patrimonio.
a) es facultativa, en el sentido de que es el acreedor quien decide si la intenta uno; no se le puede impedir que
demande, como tampoco se le puede coaccionar para que lo haga.
b) es individual, porque puede ser ejercida por cualquier acreedor, sin que sea necesario que otros acreedores
lo autoricen o le presten acuerdo. Ni siquiera es necesario que el deudor tenga varios acreedores; es suficiente
que exista un solo acreedor y que el deudor sea o mixto en ejercer su derecho con lo que podría procurarse
medios para pagar sus propias obligaciones.
c) proporciona un beneficio indirecto, porque lo que obtenga el subrogante ingresará, primero al patrimonio
del subrogado, luego, aquél podrá satisfacer su crédito del patrimonio de este. Su beneficio es, indirecto.
Carácter conservatorio: considero más ajustada a a la verdadera naturaleza de la acción subrogar historia la
tesis que afirma que siempre tiene carácter conservatorio, aún en aquellos casos en que consiste en una
ejecución contra quien es deudor del deudor subrogado. Son sus fundamentos: a) la ley confiere a los
acreedores esta acción (art. 1196) con el fin esencial de que puedan evitar que se agrave la insolvencia del
deudor, o bien que se expresa insolvencia; no sirve esta acción para obtener el cobro directo del crédito; b) en
caso de que el subrogante logre subastar bienes del demandado, el producido de esos bienes debe ingresar al
patrimonio del subrogado y de allí podrán ser tomados por el acreedor; c) aunque la acción contra el deudor
del deudor sea ejecutiva, para el acreedor se tratara de una ejecución con el fin de conservar el patrimonio del
subrogado (podría llamarse ejecución conservatoria); e) para que el subrogante pueda satisfacer su crédito con
el producto de los bienes subastados, deberá ejercer su propia acción contra el deudor a quien antes debió
subrogar.
Todos los derechos patrimoniales del deudor pueden ser ejercidos por el acreedor mediante la acción
subrogatoria; el articulo determina que no lo pueden ser aquellos derechos que solo pueden ser ejercidos por
su titular, por su naturaleza o disposición legal, aquellos que no forman parte de la garantía colectiva de los
acreedores y las meras facultades, excepto cuando de su ejercicio resultare una mejora en la situación
patrimonial del deudor.
Interpretación de la norma
1- EL PRINCIPIO: todos los derechos patrimoniales del deudor pueden ser ejercidos por el acreedor mediante
la acción subrogatoria: El acreedor puede ejercer todo cuanto su deudor pueda exigir patrimonialmente a un
tercer, por vía de acción o de excepción, quedando comprendidos los:
a) derechos patrimoniales (créditos, derechos subjetivos o relaciones jurídicas),
b) Las acciones (conjunto de poderes emergentes de los actos jurídicos, contratos, obligaciones)
c) Las vías de ejecución (actos tendientes al cumplimiento de una sentencia judicial favorable al deudor
subrogado)
d) Y las excepciones (articulación de las defensas oponibles a terceros para enervar o repeler retenciones
dirigidas contra el deudor subrogado)
Loa derechos no patrimoniales, carentes per se de contenido económico, no pueden ser objetos de esta acción,
aunque de su ejercicio pueda derivar alguna ventaja patrimonial; tales son, por ejemplo, las acciones de
estado, de nulidad de matrimonio, de divorcio y las vinculadas al derecho de familia.
2- Derechos que no pueden ejercitarse por vía subrogatoria: El código enumera aquellos derechos no
ejercitables por vía subrogatoria, a saber:
A- Los derechos y acciones que, por u naturaleza o por disposición de la ley solo pueden ser ejercidos por su
titular:
Algunas doctrinas encuadran en esta especia a los “derechos inherentes a las personas”
Se enumera como tales a los:
a) Derechos de la personalidad
b) Cumplir un mandato otorgado por otro
c) Acción para revocar una donación por incumplimiento del cargo impuesto al beneficiario
d) La acción de exclusión de herencia por indignidad del heredero
e) Los derechos patrimoniales subordinados a una acción de estado
f) El derecho del vendedor a hacer vales el pacto de preferencia
g) El derecho de los autores a publicar o hacer representar sus obras literarias o teatrales
1-Titularidad de un crédito cierto, aunque no sea exigible: El acreedor que ejerce los derechos patrimoniales
de su deudor por medio de la acción subrogatoria:
a) Debe ser titular de un crédito cierto ( cuya existencia pueda ser probada)
b) Valido (no afectado por alguna causa de nulidad)
c) Y vigente (no extinguido), aunque no sea exigible
La no exigibilidad del crédito invocado por el acreedor demandante diferencia la acción subrogatoria de la
acción directa, y tiene su fundamento en que el acreedor solo persigue acrecentar el patrimonio del deudor a
través de la incorporación de bienes debidos por terceros, pero no obtiene el cobro de su propio crédito.
2- La inacción del deudor: El artículo exige que se demuestre la inacción del deudor, pues solo la inactividad
o renuncia en hacer vales sus derechos justifica la intromisión de los acreedores.
Se debe tratar de una omisión de actuar que no esté justificada en impedimentos jurídicos, y es indiferente que
se deba a culpa o dolo del deudor, o por una razón ajena a su voluntad.
3- Perjuicio para el acreedor. Prueba de la insolvencia: La omisión de ejercicio de sus derechos debe causar
perjuicio al acreedor accionante, consecuencia que demuestra su interés en actuar, Si el deudor es solvente y
tiene otros bienes sobre las cuales el acreedor puede ejercer sus derechos, entonces carece de interés legítimo
para accionar.
Defensas oponibles:
ARTICULO 742: -Defensas oponibles. Pueden oponerse al acreedor todas las excepciones y causas de
extinción de su crédito, aun cuando provengan de hechos del deudor posteriores a la demanda, siempre que
éstos no sean en fraude de los derechos del acreedor.
El tercero accionado puede oponer al acreedor todas las defensas y causales de extinción del crédito, aun las
posteriores a la demanda, salvo que se hubiesen producidos en fraude de sus derechos.
El acreedor ejerce la acción subrogatoria persiguiendo el cobro de lo adeudado a su deudor, para hacer
ingresar el producto al patrimonio de este último.
Si el crédito se halla extinguido, entonces las acción no procede.
El articulo aclara que el tercero demandado puede oponerle al acreedor las excepciones y causales de
extinción del crédito producidas por hechos anteriores o posteriores a la demanda. Esto es, si el crédito se
extinguió por un hecho posterior de la demanda la acción no puede prosperar.
El límite de esta facultad defensiva es que el hecho extintivo, alegado por el demandado, se hubiese producido
por conductas fraudulentas perpetradas entre deudor y tercero para frustrar la acción subrogatoria planteada.
Efecto de la acción subrogatoria: Los bienes obtenidos por el ejercicio de la acción subrogatoria ingresan al
patrimonio del deudor y quedan expuestos al ejercicio de los derechos de los demás acreedores.
El principio en nuestro derecho: El principio en nuestro derecho: el patrimonio es la prenda común de los
acreedores. El patrimonio del deudor es la garantía de cumplimiento de las obligaciones contraídas con
acreedores.
ARTICULO 743: Bienes que constituyen la garantía. Los bienes presentes y futuros del deudor constituyen
la garantía común de sus acreedores. El acreedor puede exigir la venta judicial de los bienes del deudor, pero
sólo en la medida necesaria para satisfacer su crédito. Todos los acreedores pueden ejecutar estos bienes en
posición igualitaria, excepto que exista una causa legal de preferencia.
1- El principio general de afectación de bienes de pago de las deudas: Es principio sentado en el derecho
patrimonial que el deudor responde por sus deudas con todo su patrimonio, con un criterio dinámico, como los
bienes presentes y futuros de los cuales es propietario su titular.
Todos los bines del deudor están afectados al cumplimiento de sus obligaciones y constituyen la garantía
común de sus acreedores. Salvo disposición legal en contrario, todos los bienes del deudor de naturaleza
patrimonial están sujetos a la agresión patrimonial de sus acreedores.
2- La facultad de ejecución judicial de los bienes. Su límite: El código fija también el principio de que los
bienes pueden ser ejecutados judicialmente por los creedores para obtener la satisfacción de sus créditos.
Salvo disposiciones que admitan un procedimiento distinto, la vía judicial es la que se concede a los
acreedores a dicho fin.
La norma determina que solo pueda ser ejercida en los límites necesarios para la satisfacción del crédito,
poniendo de este modo barreras al ejercicio abusivo de ejecución. La ejecución debe estar dirigida solo sobre
bienes suficientes para satisfacer el crédito y enmarcada en este objetivo.
3- La facultad igualitaria de ejecución: Todos los acreedores tienen iguales derechos para ejecutar los bienes,
salvo que la ley le otorgue a alguno o algunos derechos preferentes a hacerlo. Si varios acreedores pretenden
cobrar su crédito sobre los mismos bienes, ejecutara aquel que, según las leyes procesales, esté primero en
condiciones de hacerlo.
Bienes excluidos
El principio de afectación de todos los bienes del deudor al pago de sus deudas presenta excepciones, pues
ciertos bienes quedan excluidos de dicha garantía. El artículo determina algunas excepciones y delega a otras
leyes la posibilidad de exclusión de otros bienes.
1. Ropa y muebles de uso indispensable: comprende los bienes del deudor, de su cónyuge o conviviente,
y lo de sus hijos.
2. Instrumento de trabajo: No pueden ser embargados y ejecutados los instrumentos necesarios para el
ejercicio personal de la profesión, arte u oficio del deudor. El alcance de la exclusión es una cuestión
a dilucidar en cada caso en particular, teniendo en cuenta las circunstancias personales del deudor,
5. Derecho de usufructos, uso y habitación, asi como las servidumbres prediales: Son inembargables los
derechos en sí mismo, pero no el producto que pudiera obtener el deudor de su ejercicio.
6. Indeterminaciones que corresponden al deudor por daño moral y por daño material derivado de
lesiones a su integridad psicofísica: La inclusión de estos créditos constituyen una meritoria novedad
en el régimen general de responsabilidad patrimonial, aunque se encuentren excluidos de los bienes
del deudor sujetos al desapoderamiento en caso de quiebra del deudor, pero restringido al daño moral
derivado de lesiones a la persona. La doctrina predicaba la inembargabilidad de la indemnización por
daño moral aun en ejecuciones individuales y con criterio amplio
7. Indemnización por alimentos que corresponde al cónyuge, al conviviente y a los hijos con derecho
alimentario, en caso de homicidio: Existen numerosas leyes que excluyen determinados bienes al
poder de agresión patrimonial de los acreedores, bajo ciertas, condiciones. Por ejemplo:
a) Salarios e indemnizaciones
b) Los sueldos y beneficios previsionales de los empleados de la administración pública y de
las entidades antárticas del estado por deudas emergentes de préstamos o por compras de
mercadería
c) Los bienes grabados a favor del banco hipotecario SA con el fin de obtener o construir
una vivienda propia
d) Las indemnizaciones por enfermedades y accidentes de trabajo, conforme a la normativa
propia de este ámbito
e) Los bienes del deudor quebrado previstos como inembargables por la ley concursal
Pluralidad de patrimonios: la teoría clásica del patrimonio conduce a negar que un deudor para tener más de
un patrimonio. Se estima, sin embargo qué has llegado la hora de revisar esta teoría. Se ha dicho, que el
patrimonio es uno e indivisible y que no se puede ser titular más de un solo patrimonio, pero esto choca con
las necesidades de la vida. Poderosas razones justifican que la ley permite a una misma persona ser titular de
varios patrimonios: a) el fraccionamiento patrimonial favorece los emprendimientos económicos, desde que el
empresario individual no se ve obligado a comprometer todos sus bienes ante un solo emprendimiento, sino
que limita su responsabilidad a los bienes afectados a ese emprendimiento; b) ante la falta de un sistema
jurídico que permita a las personas individuales que limitar su responsabilidad, se recurre a la constitución de
sociedades de capital (anónimas o de responsabilidad limitada) que sólo lo son en apariencia, porque en
realidad lo que se busca es comprometer la responsabilidad sólo hasta el límite del capital aportado y no todo
el patrimonio. En efecto:
a) de lege lata, la ley 24.441, al legislar sobre el contrato de fideicomiso, crea un patrimonio separado y
distinto del patrimonio de las partes, el patrimonio fideicomitido.
b) de lege ferenda, es aconsejable que en una futura reforma el legislador autorice la figura de la empresa
individual de responsabilidad limitada, que vendría a llenar el vacío que hoy existe en la materia; empresa
individual caracterizada por qué los bienes que forman su capital "constituirán un patrimonio separado e
independiente de los demás bienes pertenecientes a la persona física y están destinados a responder por las
obligaciones de la empresa...".
ARTICULO 745: Prioridad del primer embargante. El acreedor que obtuvo el embargo de bienes de su
deudor tiene derecho a cobrar su crédito, intereses y costas, con preferencia a otros acreedores.
Esta prioridad sólo es oponible a los acreedores quirografarios en los procesos individuales.
El artículo otorga preferencia de cobro a aquel acreedor que obtiene embargo de bienes del deudor. La
preferencia es oponible solo en los procesos individuales, y en tanto no existan otros acreedores privilegiados.
Entre varios acreedores embargantes, tiene prioridad de cobro quien primero hubiera trabado la medida; este
acreedor cuenta con preferencia para satisfacer el crédito, sus intereses y las costas generadas para el cobro, y
los demás embargantes pueden concurrir solo sobre el remanente del producto obtenido con la medida.
Interpretación de la norma
1-La prioridad del primer embargante. El problema planteado por la traba de embargo y el otorgamiento de
preferencias de cobro. La solución legal: En vigencia del código derogado se discutió si el primer embargante
tenía prioridad de pago y, en su caso, su naturaleza. Como no existía una norma expresa que otorgara un
privilegio, se buscó entonces en leyes procesales y en la interpretación de ciertas disposiciones sobre el pago;
quien primero embargo debe tener prioridad de cobro sobre quienes no lo hicieron o lo hicieron con
posterioridad. Fue así que la jurisprudencia admitió la preferencia, lo que se tradujo en la incorporación de
normas expresas en las leyes procedimentales.
El art. 218 del código procesal civil y comercial de la nación expresa: “prioridad del primer embargante” El
acreedor que ha obtenido el embargo de bienes de su deudor, no afectados a créditos privilegiados, tendrá
derecho a cobrar íntegramente su crédito, intereses y costas, con preferencia a otros acreedores, salvo en el
caso de concurso. Los embargos posteriores afectaran únicamente al sobrante que quedare después de pagado
los créditos que hayan obtenido embargos anteriores.
2- Alcance de la prioridad: El primer embargante tiene derecho preferente de cobro hasta cubrir el monto de
su crédito, los intereses y las costas del juicio.
4- Concurrencia de varios acreedores: Si varios acreedores obtienen embargo sobre el mismo bien, tiene
preferencia aquel que hubiera trabado el embargo en primer término temporal.
Este acreedor tendrá derecho al cobro del crédito, intereses y costas, y solo sobre el remante del producto de la
ejecución concurrirán los demás embargantes.
las medidas cautelares son aquellas que se solicitan al juez y consisten en actos procesales que éste ordena en
el curso de un proceso o previamente a él, para asegurar bienes o pruebas o mantener situaciones de hecho,
con el fin de garantizar la eficacia de la sentencia a dictarse.
Para que las medidas cautelares sean decretadas por el juez es necesario que quien la solicita que acredite
(prima facie) que el derecho que pretende proteger es verosímil y que existe un peligro cierto de inminente de
que se altere la situación existente en perjuicio del solicitante. En el derecho de obligaciones en particular,
interesan aquellas medidas cautelares cuya finalidad específica consiste en asegurar el resultado de una
ejecución forzada, como son:
• El embargo preventivo: es una medida cautelar por la cual se ordena la afectación de un bien del patrimonio
• La inhibición general de bienes: es una medida cautelar que puede ser decretada en caso de que fracase el
embargo. En efecto, si no es posible localizar bienes susceptibles de embargo y ante la eventualidad de que el
deudor pueda disponer o gravar bienes registrales no localizados, el juez dicta una resolución judicial por la
cual prohíbe al deudor el tercer acto de disposición (comprar, vender o gravar) de bienes registrales, medida
que cesará y el deudor presenta viene para que sean embargados. La medida se cumple mediante la
comunicación que el juez remite a lo registrado respectivo a fin de que tomen nota de que el deudor,
correctamente individualizado, no está habilitado para realizar ninguna especie de trasmisión registral, ni
enajenando ni incorporando bienes a su patrimonio. Esta medida sólo impide disponer de los bienes
registrales, ya que los muebles no registrales no pueden ser afectados por la medida. No otorga prioridad de
cobro al acreedor que solicitó la inhibición
• La anotación del litis: esta anotación cautelar no provoca la indisponibilidad del bien, sino que tiene por
objeto dar a publicidad la existencia de un juicio sobre el bien al que se refiere la anotación y, si a pesar de la
existencia del pleito, los terceros celebran actos jurídicos con relación a ese bien, ya no podrá ser considerado
de buena fe porque no podrán alegar que desconocían la preexistencia del juicio anotado. La medida judicial
se inscribe en los registro de la propiedad, a los efectos de su publicidad.
• La intervención judicial: es la medida cautelar que consiste en la designación por el juez de una persona
para que sustituya a quien tiene la administración de los negocios del deudor, asignándole atribuciones
específicas, pudiendo limitarse exclusivamente a la recaudación de fondos de hasta el 50% de las entradas o
ingresos que se registren, de las que debe rendir cuentas al juez que lo designó. Tales retenciones se destinan a
satisfacer el interés del acreedor.
• La prohibición de innovar: tiene lugar cuando el juez ordena (a petición del acreedor) que no se modifique
la situación de hecho existente respecto del patrimonio del deudor, siempre que se haya probado, prima facie,
que existe un serio motivo para temer que una modificación de la situación podría ser perjudicial para los
derechos que se quiere tutelar.
La cuestión en el código derogado: En el código de Vélez había ausencia de definición, por ello lo que la
doctrina enseñaba en relación con la mora debitoris servía de base para explicar la situación de la mora del
acreedor. La aplicación analógica de los principios y reglas de las mora debitoris se hacía respecto al
acreedor, con la corrección y modificaciones que las particularidades propias de la situación acreedora
imponen en este instituto.
Concepto: Es la situación anormal de retraso en el cumplimiento, por la que atraviesa una obligación
cumplible, cuando por una causa imputable el acreedor rehúsalas ofertas reales que se formulan, y que
subsiste ,mientras la aceptación del objeto debido, aunque tardía, sea posible y útil
Requisitos: Para la constitución en mora del acreedor se requiere según el art 886:
1. Que exista falta de cooperación en el acreedor, quien con su conducta renuente obstaculiza el
cumplimiento de la obligación por parte del deudor;
2. La falta de cooperación debe ser imputable al acreedor, ya sea a título de culpa o de dolo,
3. Y debe existir un ofrecimiento real de pago por parte del deudor de conformidad a lo dispuesto en el
art. 867 y debe existir una negativa injustificada del acreedor de recibirlo.
Ámbito de aplicación: La mora del acreedor tiene vigencia plena en la obligación de dar.
En las obligaciones de hacer es necesario distinguir:
• En las de hacer (puro hacer) que no requieren la intervención del acreedor, al deudor le bastará desarrollar el
comportamiento debido para cumplir, resultando indiferente el comportamiento del accipiens (el accipiens es
quien recibe el pago). Sin embargo, si el acreedor se niega a otorgar el instrumento que acredite su
Efectos: los efectos de la mora del acreedor son similares, pues, por analogía, a los de la mora del deudor
Cese de la mora: Aun ante el silencio de la norma, se estima que cesará la mora del acreedor cuando:
Concepto: El pago pro consignación es la vía que la ley le concede al deudor de una obligación, a fin de que
pueda efectuar el pago mediante depósito judicial, y consecuentemente, obtener su liberación, en
determinadas situaciones en las cuales se ve impedido de efectuar el pago naturalmente.
Caracteres: La consignación, como medio extintivo de la obligación, presenta los siguientes caracteres:
Significado y procedencia del pago por consignación (fundamento): Así como el deudor posee el deber de
pagar, también tiene el derecho de hacerlo a fin de lograr la extinción de la obligación y obtener su liberación.
El pago por consignación, pues es el mecanismo que la ley le concede al deudor para que pueda hacer efectivo
ese derecho, ya sea por vía judicial o extrajudicial.
En el código civil derogado, el art 756 quedaba circunscripta la consignación únicamente al pago judicial,
razón por la cual requería que el mismo fuera efectuado con intervención de un magistrado, en cambio, en el
actual código, y tal como se estudiara en los art 910 y siguientes, se incorpora la novedad de poder realizar el
pago por consignación en forma extrajudicial, ante un escribano de registro y siguiendo determinados
requisitos pautados en las normas que lo tratan.
Si bien la norma pareciera referirse únicamente a las obligaciones de sumas de dinero, la consignación no se
limita solo a ellas sino que es aplicable de igual modo a las obligaciones de dar cosas ciertas y de cosas
indeterminadas a elección del acreedor.
Sin embargo, el instituto no resulta aplicable a las obligaciones de hacer, ni a las de no hacer. Puede estimarse
que la consignación podría aplicarse en aquellas obligaciones de hacer en las que el deudor debe procurar al
acreedor cierto resultado concreto consistente en una cosa.
Naturaleza jurídica: distintas teorías se han ensalzado con el fin de explicar la naturaleza de este instituto:
a) según una primera tesis, la consignación tiene "valor propio", con prescindencia de la voluntad del
acreedor. La consignación se configura así, como un simple depósito con eficacia jurídica propia. Esta
doctrina pareciera tener sustento en el artículo 756 del código derogado de Vélez según el cual se paga por
consignación haciéndose depósito judicial de la suma que se venden. Este texto, literalmente interpretado,
parecía adoptar aquella teoría, pues bastaría el depósito judicial de lo adeudado. Sin embargo, esta doctrina es
absolutamente inaplicable en nuestro derecho por expresa disposición de los artículos 759 760 del art. del
código de Vélez. Del texto de los artículos enunciados se desprende con toda claridad que para que la
consignación sea válida es necesario que el acreedor no la impune, pues si lo hace la consignación valdrá
siempre y cuando el juez le otorgue eficacia al dictar la respectiva sentencia.
b) para una segunda teoría, la consignación es un negocio jurídico "en favor de tercero". Para sus
sostenedores, la consignación se configura como un típico negocio a favor de un tercero. Se razona que la
consignación que el deudor realiza ante el órgano jurisdiccional está destinado a producir sus efectos respecto
de un tercero: el acreedor, quien verá modificada su situación jurídica anterior al depósito. Respecto del
deudor, la eficacia liberatoria del depósito dependerá de la aceptación que le preste el acreedor, o en caso de
oposición de éste, de la convalidación judicial.
c) para una tercera opinión, la consignación es considerada como acto jurídico "complejos" afirma que en el
proceso de liberación coactiva del deudor es preciso distinguir dos etapas bien diferenciadas: • el depósito
judicial realizado por el deudor, y • la aceptación del acreedor o en su defecto, la sentencia judicial que
declare válido y eficaz el depósito efectuado. El depósito sería sólo un acto preparatorio, mediante su
verificación de poner en movimiento el mecanismo judicial otorgado al deudor que pretende liberarse
coactivamente. Por eso este depósito debe realizarse respetando los principios jurídicos que gobiernan el pago,
puede de ser apto para satisfacer el interés del acreedor, aún contra su voluntad. La aceptación del depósito
por parte del accipiens o, ante su negativa, la sentencia judicial que lo declare válido produce el efecto
inmediato de extinguir el vínculo y liberar al deudor.
d) estimó que la más convincente es la última de las tesis expuestas, en tanto considera a la consignación
como un acto complejo, pues el deudor que pretende por medio de este mecanismo obtener su liberación
coactiva, debe realizar una serie de actos: ofertas o intentos serios de pago directo, depositará judicialmente lo
adeudado y obtener la aceptación del acreedor o una sentencia favorable. Sólo esta última etapa de la órbita
del poder del solvens, pues un logro no depende de él sino del acreedor o del juez interviniente.
La consignación judicial procederá en los casos en los cuales el código enumera en su art 904. Se estima que
dicha enumeración no es taxativa, cabe interpretarla simplemente enunciativa.
1. Si el acreedor fue constituido en mora: Si la obligación no se cumple en tiempo oportuno, ello se deba
a la conducta del acreedor que imposibilidad con su proceder la ejecución de la obligación, como
puede suceder ante la falta de cooperación por parte del acreedor en la recepción del pago
cancelatorio de la prestación. Es entonces donde adquiere relevancia la llamada mora dl acreedor, que
si bien no está legislada expresamente en el código, le resulta aplicable por analogía.
2. Incertidumbre sobre la persona del acreedor: Cuando el deudor posea una duda razonable respecto de
la titularidad del crédito, está habilitado a consignar: toda vez que si el deudor paga mal, puede verse
obligado a pagar dos veces. Se puede estimar que ese deber de prudencia que debe observar el solvens
se condice con esta facultad que le confiere al art 904 del código. De igual modo también está
autorizado a pagar consignando al deudor, cuando no sabe quién es su acreedor aun cuando tenga
certeza d su existencia. También quedarían incorporados en este supuesto los casos en los cuales, al
momento de intentar efectuar el pago el deudor, el acreedor sea incapaz, ya que de no poderse realizar
el mismo a un representante de éste, el pago seria nulo.
3. Dificultad del deudor para hacer un pago seguro: Se cree que dicho supuesto es comprensivo de todas
aquellas situaciones en las cuales el deudor posea dudas razonables para asegurar el pago, por lo cual
quedaría habilitado a efectuar el pago por vía de la consignación jurídica.
Los supuestos no enumerados: Al no ser una enumeración taxativa, podría también llevarse a cabo la
consignación judicial cuando:
1. Cuando el acreedor estuviera ausente, ya que aun cuando se sepa de su existencia, se ignore su
actual paradero.
2. En caso de que la deuda está embargada, ya que el embargo del crédito impide al deudor pagar,
por lo cual si él quisiera exonerarse y declinar responsabilidad por los riesgos de la cosa, puede
efectuarse la consignación.
3. Si el acreedor ha perdido el título del crédito (o no lo presenta el deudor al momento de que éste
intenta efectuar el pago, agregase), por lo cual queda facultado el solvens a fin de evitar tener que
afrontar eventualmente un nuevo pago, a consignar en favor de quien resulte acreedor de dicha
obligación.
Requisitos:
ARTICULO 905.-Requisitos. El pago por consignación está sujeto a los mismos requisitos del pago.
En consecuencia, la consignación, para tener fuerza de pago, tiene que ser efectuada respetando lo convenido
por las partes de la obligación en cuanto a la persona, objeto, modo y tiempo. Caso contrario, la consignación
resultara invalida y no tendrá el efecto liberatorio que persigue el solvens al realizarla
2. Respecto del objeto: debe efectuarse la consignación respetando los principios de identidad y de
integridad que afectan al objeto de la obligación; caso contrario ella será rechazada.
3. El modo: Al que refiere la norma aquí anotada, no es más que la manera de cumplir acorde a la
exigencia de conducta que la obligación imponía al deudor, según haya sido la intención de las partes
al darle nacimiento.
4. El requisito relativo al tiempo de pago: consiste en que la consignación, para ser válida, debe
efectuarse en el tiempo que se había pactado para efectivizar el pago. No será válido, pues, una
consignación prematura en los casos en que el plazo de la obligación fuera pactado en beneficio de
ambos partes o del acreedor (cuando el deudor pretende imponer el pago antes del tiempo pactado
para el cumplimiento de la obligación), ni una consignación tardía si el tiempo de hacerse quien la
efectúa carece del derecho de pagar.
• Obligaciones de dar: la doctrina afirma que el pago por consignación procede exclusivamente en las
obligaciones de dar, ya se trate de deuda de dinero, de dar cosas ciertas o inciertas. En materia de deudas
dinerarias se debe consignar por depósito. Si se trata de obligaciones de dar cosas ciertas o inciertas, la
consignación debe verificarse por intimación. Ello en principio, pues aun cuando se tratare de cosas
determinadas existen supuestos en los cuales la consignación debe ser efectuada por depósito; en lo que
ocurriría si el comprador se negaría a recibir la cosa comprada,
• Obligaciones naturales: hay quienes creen que la consignación es improcedente cuando se pretende el
cumplimiento compulsivo de las obligaciones naturales; otros, al contrario, sostienen que se debe admitir esa
posibilidad. Ante los términos de la disputa, cabe la revisión de las dos posturas enfrentadas: 1- según una
primera opinión, no procede la consignación; se argumenta en apoyo de esta opinión que la ley sólo admite la
validez de las obligaciones naturales cuando median pago voluntario; antes del pago voluntario la obligación
natural no importa un verdadero vínculo jurídico y, por tanto, no puede servir de soporte para un acto
liberatorio. otro sector de la doctrina afirma que la consignación es procedente esta clase de obligaciones.
Conforme al sistema imperante entre nosotros, las obligaciones naturales son tales porque el acreedor se ve
privado de la posibilidad de accionar judicialmente. Pero el hecho de que no sean ejecutables no quiere decir
que no sean pagables: ello queda demostrado por el carácter irrevocable del pago que pudiere efectuar el
deudor de una obligación natural.
Revisadas las dos opiniones precedentes, por los siguientes fundamentos. Las obligaciones naturales no son
exigibles. Pero ello no quiere decir que no sean ejecutables por el deudor, pues la ley no establece ese efecto;
el deudor conserva el ius solvendi. Recuérdese que llegado el tiempo de pago, la obligación se hace exigible
para el deudor y ejecutable para el acreedor, o para evitar equívocos términos lógicos, diremos que se hace
cumplirle por parte del deudor. (Artículos 515 y 516)
• Obligaciones de hacer o de no hacer: la doctrina señala sin mayores discrepancias, que el procedimiento
previsto para el pago por consignación queda excluido de las obligaciones de hacer y en la de no hacer. Esta
afirmación, no puede ser admitida en términos absolutos, es necesario realizar una serie de distinciones que
permitirán fijar con precisión el alcance de la observación. Si se trata de obligaciones que consisten en un
"hacer" para cuya realización es necesaria la cooperación del acreedor (escribir un guión cinematográfico o
una partitura para una presentación teatral), se deben observar las siguientes reglas:
1- el deudor deberá intimar judicial o extrajudicialmente al acreedor para que éste reciba la obra ya realizada,
si la obra aún no está realizada, el deudor deberá intimar previamente al acreedor para que manifieste si
Forma:
ARTICULO 906.-Forma. El pago por consignación se rige por las siguientes reglas:
a) si la prestación consiste en una suma de dinero, se requiere su depósito a la orden del juez interviniente, en
el banco que dispongan las normas procesales;
b) si se debe una cosa indeterminada a elección del acreedor y éste es moroso en practicar la elección, una vez
vencido el término del emplazamiento judicial hecho al acreedor, el juez autoriza al deudor a realizarla;
c) si las cosas debidas no pueden ser conservadas o su custodia origina gastos excesivos, el juez puede
autorizar la venta en subasta, y ordenar el depósito del precio que se obtenga.
Es requisito de validez de la consignación judicial, que ella se lleve a cabo con cumplimiento de la formalidad
establecida por la ley.
¿Cómo se instrumenta la consignación del pago? Como pauta general, resulta evidente que quien desea
efectuar el pago de este modo lo hace a través de una demanda, poniendo el objeto debido a disposición del
juez, a fin de que este lo atribuya al acreedor dando fuerza de pago al depósito efectuado por el deudor,
provocando su liberación. El acreedor puede aceptar o impugnar la consignación efectuada; en este último
caso, se hará necesario el dictado de una sentencia judicial que se expida respecto a la legitimidad o no del
pago intentado por el deudor de tal modo.
Sin embargo, la norma establece formalidades que no pueden ignorarse, y si bien el art no expresa cual es la
sanción en caso de omisión de ellas, se estima que es la invalidez de la consignación intentada.
1- En primer lugar se establece que si la prestación consiste en una suma de dinero, se requiere su depósito a
la orden del juez interviniente, en el banco que dispongan las normas procesales. Debe mediar, un verdadero
animus solvendi en quien realiza la consignación judicial, ya que debe evidenciar a través de ella la verdadera
intención de pagar y de liberarse mediante dicho pago (no existiría un verdadero animo solvendi, si quien
deposita el pago lo hace con reservas o modalidades, tales como: condicionar el retiro de la suma de dinero
depositada al cumplimiento previo de la contraprestación por parte del acreedor)
Hasta que no medie aceptación del acreedor o exista una sentencia judicial respecto del depósito, el pago por
consignación no se habrá configurado, ya que lo depositado no sale del patrimonio del deudor.
Quien realiza la consignación deberá adjuntar la boleta de depósito a la demanda de consignación: ambas
circunstancias – depósito y demanda- deben ser notificadas al acreedor. El depósito judicial debe llevarse a
cabo por iniciativa del depositante (debe encontrarse legitimado activamente para el pago- deudor o tercero
interesado) Razón por la cual no se consideran consignaciones los depósitos efectuados por requerimiento
judicial previo, como así tampoco el pago que efectúe mediante depósito bancario un adquiriente de un bien
en subasta judicial.
2- Si el objeto que debe darse en pago, en cambio, es una cosa cierta, aun cuando la norma no prevé
expresamente este supuesto, debe efectuarse en primer lugar la intimación judicial al acreedor para que reciba
el pago. Esa intimación surte todos los efectos de la consignación: si el acreedor no recibe la cosa debida,
puede ser depositada en otra parte con autorización judicial. En materia de contratos de alquiler de inmuebles,
Elementos del pago por consignación: al respecto las cuestiones a considerar son:
a) diligencias previas al depósito judicial. Ofertas reales: la ley, al estatuir que la consignación procede cuando
el acreedor se niega a recibir, está presuponiendo que han mediado ofertas. Sin las ofertas es imposible saber
con precisión si el acreedor aceptó o no el pago, más aún, en las ofertas no sólo queda en la incertidumbre la
actitud del accipiens, sino también queda en la penumbra la conducta del deudor. La ley exige no sólo que el
deudor esté dispuesto a cumplir la prestación, sino que además exige que haya comenzado a cumplirla. Por
ello se ha dicho que el deudor ha de aproximar el objeto de la prestación al acreedor en tal forma que éste no
tenga que hacer otra cosa que tomarlo. También se haya dicho que la falta debe ser real. No basta la mera
declaración de voluntad del deudor aunque ésta llegue al conocimiento del acreedor. Lo que interesa es que el
deudor ponga a disposición del acreedor la prestación de tal manera que sólo de este último depende que se
consume el cumplimiento. Respecto de los ofrecimientos verbales o telegráficos, cabe afirmar que no
constituyen ofertas reales, puesto que en tales casos el acreedor no puede disponer, al instante, del objeto que
le es debido. El deudor que pretende consignar debe agotar las posibilidades de pagar de modo directo; sólo
cuando tales posibilidades estén agotadas podrá recurrir a la consignación.
b) caracteres que debe reunir el depósito: cumplida la diligencias previas, el depósito constituye el acto que da
inicio al procedimiento judicial, ya que la pretensión de liberarse del deudor debe ser articulada por medio de
una demanda, reconversión o excepción a la cual se debe adjuntar el instrumento que acredite la realización
del depósito de los bancos oficiales autorizados a recibir depósito. Las sumas depositadas deben ser puestas a
disposición del órgano jurisdiccional competente en individualizarse el expediente por el cual se tramita el
juicio.
• Relaciones entre el depositante y el acreedor: en las relaciones existentes entre el deudor que efectúa el
depósito y el acreedor destinatario final del pago, el depósito se presenta como un acto unilateral. Como
consecuencia de ello, la oferta (en tanto no haya sido aceptada) puede ser revocada por el depositante; así
resulta del artículo 761. También se dice que el depósito configura un acto jurídico condicional, ya qe su
eficacia está condicionada a la aceptación del acreedor o convalidación judicial.
• Relaciones entre depositante y depositario: se trata de un acto jurídico bilateral, pues para su conclusión
concurren ambos centros de interés: la particularidad que presenta este depósito es que se lo efectúa a favor de
un tercero (acreedor) que no participa en la concreción del depósito. Esto ha servido de argumentación a la
tesis según la cual la consignación es un contrato a favor de terceros. En razón de esta peculiaridad, aunque el
acreedor no haya intervenido en la conclusión del depósito, adquiere el derecho de obtener del depositario
(banco oficial) la entrega de las sumas allí depositadas. Siempre será necesaria una declaración judicial que
autorice el retiro de los fondos.
c) iniciativa del deudor: el pago por consignación supone que quien debe tomar la iniciativa para poner en
movimiento el mecanismo consignador no es el deudor. Lo afirmado no significa desconocer que también un
tercero interesado puede intentar la consignación.
Efecto:
ARTICULO 907.-Efectos. La consignación judicial, no impugnada por el acreedor, o declarada válida por
reunir los requisitos del pago, extingue la deuda desde el día en que se notifica la demanda.
Si la consignación es defectuosa, y el deudor subsana ulteriormente sus defectos, la extinción de la deuda se
produce desde la fecha de notificación de la sentencia que la admite.
Interpretación de la norma:
Efecto de la consignación: Es de destacar que la consignación valida- al ser una forma de pago- produce
idénticos efectos que los que provoca el pago. Sin embargo, son tres las consecuencias de mayor importancia
que ocasiona la consignación:
a) Extingue la obligación con todos sus accesorios.
b) Detiene el curso de los intereses moratorios compensatorios
c) Traslada los riesgos de la prestación consignada hacia el acreedor a favor de quien se efectuó la
compensación.
¿Desde qué momento surte efectos la consignación? La norma prevé dos supuestos distintos para poder
determinar el momento desde el cual dichas consecuencias se producirán:
Supuesto del deudor moros: El art 908 del código establece la posibilidad de que sea un deudor moroso quien
realice el pago por consignación. Ello puede ocurrir, porque habiendo vencido el plazo para realizar el pago el
acreedor se niegue a recibírselo, pretendiendo a alegar con posterioridad su incumplimiento total y absoluto.
Sin embargo, la norma en cuestión coloca al solvens a salvo de dicha situación: si el deudor moroso quisiera
pagar, deberá hacerlo con todos los accesorios derivados de su mora y también por supuesto, estará
legitimando para consignar el pago si es que lo efectúa con esos accesorios devengados hasta el momento de
la consignación.
Gastos y costos: Es principio general, en materia de consignación, que el sujeto que debe cargar con las costas
de ella, es quien, con su conducta, ha ocasionado injustamente la necesidad de efectuar el juicio de
consignación para poder pagar. Si bien el código gurda silencio respecto de ello, queda claro que, quien sea
vencido en el juicio de consignación deberá soportar los gastos y costos que haya causado el proceso.
3- Consignación extrajudicial
ARTICULO 910.-Procedencia y trámite. Sin perjuicio de las disposiciones del Parágrafo 1°, el deudor de una
suma de dinero puede optar por el trámite de consignación extrajudicial. A tal fin, debe depositar la suma
adeudada ante un escribano de registro, a nombre y a disposición del acreedor, cumpliendo los siguientes
recaudos:
a) notificar previamente al acreedor, en forma fehaciente, del día, la hora y el lugar en que será efectuado el
depósito;
Antecedentes: La consignación privada es un nuevo instituto regulado por el código actual, que si bien había
sido propuesto en el proyecto de reforma de 1998, jamás había alcanzado consagración legislativa. Por ende,
su introducción en el nuevo código constituye toda una novedad para el derecho privado argentino.
Concepto; caracteres: El instituto de la consignación privada está prevista únicamente para el caso de
obligaciones de dar suma de dinero, y es una opción que se le brinda al deudor. La finalidad del instituto, es
evitar que por una consignación que importe el depósito de una suma de dinero, se tenga que acudir a los
estados judiciales. De tal modo, se pretende aliviar la carga de juicios que pesan sobre los tribunales de todo el
país, pudiendo las partes involucradas resolver su cuestión de manera privada, cumpliendo las directivas
previstas en esta norma.
Son requisitos a cumplir para la validez de esta forma de consignación:
1. Que la suma de dinero sea depositada ante un escribano de registro, a nombre y a disposición del
acreedor: antes hay que distinguir entre los llamados escribanos de titulo de los escribanos de
registros. Es escribano de título: aquel que si bien ha obtenido el diploma universitario, no tiene a su
cargo un registro de escritura pública, ni tampoco desempeña como adscripto a dicho registro. En
cambio, es escribano de registro: quien poseyendo título o diploma universitario, previa habilitación
de la autoridad competente para el ejercicio de la función fedante, es titular o adscripto de un registro.
Este último es, el que queda habilitado para levar a cabo la consignación extrajudicial o probada. Pues
bien, es ante el escribano de registro que el deudor efectuara el depósito, a nombre del acreedor, y lo
pondrá a disposición de éste.
2. Debe notificarse al acreedor en forma previa a realizar el depósito, indicándole todas sus
circunstancias: Constituye un deber para el deudor que, antes de efectuar el pago por consignación
privada, notifique al acreedor el día, la hora, y el lugar en que se hará el depósito. Es también
fundamental indicarle el nombre del escribano de registro interviniente, para que pueda el acreedor de
modo inmediato en los términos del art 911 del código
3. Debe depositar la totalidad de lo adeudado y ser ello notificado al acreedor: Determina el inciso –b
del art que el deudor debe depositar la suma debida con más los intereses devengados hasta el día del
depósito, ya que esa será la única forma en que el deudor cumpla con el principio de integridad del
pago. Una vez realizado el depósito ante el escribano, será obligación del notario notificar de ello al
acreedor dentro de las 48 hs de realizarlo. La norma dispone que si fiera imposible practicar la
notificación, la consignación se tendrá por no realizada y el deudor deberá acudir a la consignación
judicial para poner a salvo su derecho.
Derecho del acreedor después de la notificación: Una vez notificado el acreedor del depósito efectuado
por el deudor ante el escribano público, en carácter de consignación, quedaran facultado para:
1. Aceptar el procedimiento y retirar el deposito, estando a cargo del deudor el pago de los gastos y
honorarios del escribano: ya que la consignación fue motivada por el deudor y también el
procedimiento fue elegido por él.
2. Rechazar el procedimiento y retirar el deposito, estando a cargo del acreedor el pago de los gastos
y honorarios del escribano: ya que de ocurrir este supuesto, el accipiens se estaría beneficiando
con la obtención de la suma de depositadas, sin aceptar el procedimiento propuesto por el deudor
para la extinción de la obligación.
Derecho del acreedor que retira el depósito: El art. 912 prevé la posibilidad de que el acreedor retire la sea
depositada por el deudor, sin darle el carácter de pago, ya sea porque:
a) Considera que el deposito efectuado por el deudor es insuficiente (razón por la cual efectúa la reserva
de reclamar el resto posteriormente a través de la vía judicial)
b) Porque considera que no se encontraba en mora (y por ende, pretende repetir del deudor los gastos y
honorarios que ha tenido que abonarle al escribano)
De ocurrir ello, el acreedor, al retirar de la escribanía el dinero depositado por el deudor, debe emitir un recibo
en donde se haga expresa reserva de su derecho, ya que, caso contrario, se presume que el deudor ha pagado
lo que le adeudaba y, por ende, quedaría liberado.
La norma establece que una vez que el acreedor retira la suma depositada y expide el recibo con reservas,
cuanta con un plazo de 30 días para efectuar el reclamo judicial que motivo su reserva, caso contrario,
caducara su derecho.
Caso que no procede el depósito extrajudicial; impedimentos: si antes del depósito efectuado por el deudor,
el acreedor hubiera optado por la resolución del contrato o demandado judicialmente el cumplimento de la
obligación, no podrá este último acudir al procedimiento de la consignación judicial. Se entiende que ello
resulta ser totalmente razonable, ya que sería ilógico que si cierta cuestiones relativas a la obligación se han
judicializado, otras, íntimamente relacionadas con ellas, como el tema del pago, se debatan en el ámbito
privado.
Nociones generales
1) Transmisión del crédito:
La palabra transmisión se vincula con su sesión, que a su vez, según el diccionario significa en su acepción
general "entrada o continuación de una persona en lugar de otra" se puede decir que habrá transmisión, en una
determinada relación de obligación, cuando tenga lugar una sucesión en la persona del acreedor o del deudor,
de tal manera que por efecto de la trasmisión Lavín obligación aparece ahora con un nuevo acreedor un nuevo
deudor.
• la transmisión entre vivos, tiene lugar en vida de quien transmite y de quien los use de, puede nacer:
1- del acuerdo de las partes, por ejemplo, del contrato de cesión de crédito;
2- de una disposición de la ley
La transmisión entre vivos que siempre singular, sólo puede estar referida a uno o varios créditos o deudas
determinadas y no puede comprender la totalidad de los créditos o deudas que están el patrimonio del
transmitente.
• La transmisión por causa de muerte, tiene lugar por muerte del titular del crédito de la deuda, puede ser
universal o singular, es decir que puede comprender la totalidad de los créditos y deudas de que hubiese sido
titular el fallecido (transmisión universal, como sucede, por ejemplo, con la transmisión de la herencia de los
heredero forzoso del causante, o únicamente créditos o deudas determinadas (transmisión particular), como
sucede por ejemplo, con el legado de un crédito.
Principio general y excepciones: en general se puede decir que todos los derechos de que puede ser titular una
persona pueden ser objeto de una sesión, es decir que son transmisibles. Aquí para el derecho de obligaciones,
corresponde afirmar que todo crédito y toda deuda son, en principio, transmisibles, sea por un acto entre vivos
o sea por causa de muerte.
• En primer lugar no son transmisibles aquellas obligaciones que se han contraído teniendo en cuenta las
condiciones personales del deudor, llamada por ello intuito personae, ya que no podrían ser cumplidas, in
especie, con provecho para el acreedor, sino por quien las asumió.
• En otros casos es la propia ley la que, por razones de interés social, prohíbe la transmisión, como ocurre con
los créditos por jubilaciones y pensiones o con los subsidios por maternidad u otros beneficios sociales.
• Por último, las partes en ejercicio de su autonomía privada pueden prohibir, estipulando no así en el contrato
la transmisión de los créditos o deudas que ellas mismas hubiesen concertado.
ARTICULO 914.-Pago por subrogación. El pago por subrogación transmite al tercero que paga todos los
derechos y acciones del acreedor. La subrogación puede ser legal o convencional.
El pago por subrogación es un supuesto de subrogación personal (cambio de acreedor), ya que el tercero, que
ocupa su lugar, es quien efectúa el pago y satisface el accipiens con la prestación debida por el deudor,
adquiriendo, los derechos que pertenecían al primitivo acreedor.
Concepto y requisitos: El pago por subrogación tiene lugar cuando lo efectúa un tercero, y en razón de ello, se
sustituye al acreedor en la obligación que lo une respecto del deudor. Puesto que, cuando el tercero es quien
paga en lugar del deudor, se produce la satisfacción del interés del acreedor, pero no la extinción de la deuda,
ya que esta subsiste en cabeza del deudor: por ende, el crédito del accipiens a quien el tercero le ha pagado se
traslada el patrimonio de este último, quien puede exigir al deudor el pago de lo que ha efectuado por él.
A través del pago por subrogación, no se extingue la obligación, ya que esta continúa subsistiendo respecto
del tercero que efectúa el pago.
Para que pueda llevar a cabo el pago por subrogación, deben reunir los siguientes recaudos:
1. Que le 3ro cumpla con la prestación, por lo cual debe dar satisfacción al acreedor con el objeto de la
obligación.
2. El 3ro que paga debe tener capacidad para afectar dicho pago a través de la subrogación, ya que esta
figura requiere de la presencia de todos los elementos esenciales del acto jurídico, ya que de otro
modo seria ineficaz.
3. El 3ro debe efectuar el pago con fondos propios o ajenos, pero que no sean del deudor, ya que de lo
contrario habría pago de la obligación por parte del deudor, y no pago por subrogación.
4. Que el crédito que satisface al 3ro exista y sea susceptible de trasmisión, ya que a través del pago por
subrogación se traspasan los derechos del antiguo acreedor al 3ro que paga.
5. Que la transmisión del crédito se realice a partir del momento del pago, en la medida del desembolso
efectuado, a fin de que el 3ro pueda situarse en la misma posición jurídica que poseía el acreedor,
pudiendo ejercer entonces los derechos y acciones que esta tenia contra su deudor.
Naturaleza jurídica, su importancia práctica: Han sido varias las posturas doctrinarias que se han expuesto
en torno a justificar esta figura:
- Algunos autores franceses: expresaban que atreves de esa figura el crédito quedaba extinguido
definitivamente con el pago realizado, por lo cual no se realizaba ninguna transmisión al tercero, en
cambio, solo se trasmitían las garantías personales y reales que se encontraban ligadas al crédito
principal. Se les critica a esta postura, con acierto, que si las garantías personales y reales del crédito
subsisten, es porque el crédito principal en realidad nunca se ha extinguido, ya que dichas garantías
constituirán un accesorio de él.
- Para otros juristas esta figura es una cesión de crédito: en argentina, ha sido colmo quien sostuvo que
la subrogación convencional con el acreedor es una cesión de derechos.
- Se trata de un pago sui generis, puesto que a- entre el antiguo acreedor y el tercero que pago la deuda,
se da un pago con efectos limitados, puesto que extingue la obligación solo respecto de aquel b- se
trasmiten al tercero el crédito del antiguo acreedor y sus accesorios.
- Es una sucesión a titulo singular que establece la ley fundada en una razón de justicia.
En cuanto a la importancia práctica de este instituto: posee una gran finalidad práctica, ya que facilita la
satisfacción de las deudas beneficiando a todos. El acreedor logra la satisfacción de su interés sin tener que
Clases: La subrogación puede ser convencional o legal, según la misma se realice por voluntad de las partes o
bien, por disposición de la ley
1-Subrogracion legal:
Surge expresamente de la norma, cuáles serán los casos en los cuales tendrá logar la subrogación legal; se
trata de una enumeración taxativa y no meramente enunciativa. Al ser la subrogación un excepción al
principio de la extinción de la obligación por el pago, no puede ser admitida sino en los casos previos
expresamente por el legislador:
A. A favor del que paga una deuda a la que estaba obligado con otros, o por otros: En caso de una deuda
a la que estaba obligado con otros, el coobligado que paga el total de lo adeudado se subroga contra
sus codeudores, en todo aquello que exceda el límite de la cuota parte de su crédito. El caso de la
deuda a la que está obligado por otro seria el del fiador simple, que esta constreñido ante el
incumplimiento del pago por parte del deudor principal, por quien se ha obligado.
B. A favor del tercero, interesado o no, que paga con sentimiento del deudor o en su ignorancia: Se
introduce como novedad, la posibilidad de que el pago se realice también a favor de un tercero
interesado. Con la actual redacción del art 915, solo quedarían imposibilitados de efectuar el pago por
subrogación, los terceros no interesados que pagan contra la voluntad del deudor (no así los terceros
interesados, ya que, por su carácter, pueden pagar contra la oposición individual o conjunta del
acreedor y del deudor, tal como lo dispone el art 881) Finalmente, es de destacar que resulta
indiferente que el pago efectuado por el tercero sea a nombre propio o a nombre del deudor (en
cualquier caso habría subrogación legal del pago), y que es necesario que el tercero pague la deuda
ajena a sabiendas de ello, ya que, se estaría frente a un acto anulable por error, en donde se tornaría
procedente la repetición de tercero contra el acreedor por lo que entrego en carácter de pago.
C. A favor del tercero interesado que paga con la oposición del deudor: El tercero interesado, a quien el
incumplimiento del deudor puede causar un menoscabo patrimonial, y puede pagar contra la
oposición individual o conjunta del acreedor y del deudor. el pago efectuado por el tercero no reviste
el carácter de cumplimiento de la obligación, sino que solamente a través de él se da satisfacción al
interés del acreedor, quien queda de tal modo desinteresado. Como fue visto precedentemente, en el
caso de los terceros interesados ello poseen el ius solvendi o derecho de pagar, y pueden efectuar el
pago aun contra la voluntad del deudor y del acreedor, y recurrir inclusive el pago por consignación
ante la negativa del accipiens a recibírselo
D. A favor del heredero aceptante con responsabilidad limitada que paga con fondos propios una deuda
del causante: La aceptación de la herencia con beneficio de inventario constituye un supuesto de
2- subrogación convencional:
A- subrogación convencional por el acreedor
B- subrogación convencional por el deudor
ARTICULO 916.-Subrogación convencional por el acreedor. El acreedor puede subrogar en sus derechos al
tercero que paga.
Este supuesto de subrogación convencional constituye una facultad del acreedor, ya que este, si bien está
obligado a recibir el pago efectuado por un tercero no está compelido a subrogarlo en sus derechos, como lo
establece el art 916, que determina expresamente una prerrogativa del accipiens en tal sentido.
Para que ella se pueda llevar a cabo en este supuesto, deben reunirse los siguientes requisitos:
1. La subrogación debe ser expresa, ya que no debe quedar duda alguna de la intención de subrogar, por
lo cual debe evidenciarse el acuerdo de voluntades entre el acreedor originario y quien paga.
2. Debe realizarse con anterioridad al pago o en forma simultánea a él, es inadmisible que se pueda
realizar la subrogación con posterioridad al pago, ya que, de ser así, la obligación estaría ya
extinguida.
3. Debe efectuarse por escrito, y puede ser realizada en el mismo recibo de pago o en instrumento por
separado.
4. Una vez realizada, debe serle notificada al deudor para que la subrogación surta efectos; se busca a
través de ello impedir el fraude contra terceros, mediante el acto de antedatar el instrumento de
subrogación.
ARTICULO 917.-Subrogación convencional por el deudor. El deudor que paga al acreedor con fondos de
terceros puede subrogar al prestamista. Para que tenga los efectos previstos en estas normas es necesario que:
a) tanto el préstamo como el pago consten en instrumentos con fecha cierta anterior;
b) en el recibo conste que los fondos pertenecen al subrogado;
c) en el instrumento del préstamo conste que con ese dinero se cumplirá la obligación del deudor
La subrogación puede ser llevada a cabo por el deudor cuando éste paga a su acreedor, trasmitiéndole a un
tercero que le ha suministrado los medios para efectuar el pago, los derechos del acreedor contra él. Es decir,
la subrogación se produce a instancias del deudor, ya que al desinteresar al acreedor con fondos que no son
propios, le trasmite a su prestamista los derechos y acciones que le correspondían al accipiens originario. Lo
cierto es que ha sido receptada en las legislaciones más modernas del mundo, ya que no afecta los derechos de
ninguna de las partes. Quizás a través de esta figura, puede el deudor renegociar su deuda con un nuevo
acreedor (el prestamista), obteniendo otras finalidades de pago que el anterior acreedor no le brindaba.
El art 917 establece los requisitos necesarios para que pueda llevarse a cabo este tipo de subrogación:
1. Que tanto el préstamo como el pago consten en instrumentos con fecha cierta anterior: resulta
totalmente lógico esta exigencia, ya que de no ser así, no podría nunca el prestamista hacer valer sus
derechos frente a otros acreedores que pudiera tener el deudor.
2. Que en el recibo conste que los fondos perteneces al subrogado: ya que si se expide el recibo y nada
se alega al respecto, podría interpretarse que los fondos entregados por el deudor al acreedor
constituyen lisa y llanamente un pago.
Efectos:
ARTICULO 918.-Efectos. El pago por subrogación transmite al tercero todos los derechos y acciones del
acreedor, y los accesorios del crédito. El tercero subrogante mantiene las acciones contra los coobligados,
fiadores, y garantes personales y reales, y los privilegios y el derecho de retención si lo hay.
Operada la subrogación del pago, el efecto principal es que se trasmiten al tercero todos los derechos y
acciones del acreedor, con algunas limitaciones que impone el código.
El pago con subrogación, ya sea legal o convencional, produce la trasmisión del crédito a favor del tercero
subrogante, comprendiendo dicho traspaso
a) Todos los derechos que tenía el antiguo acreedor inherente al crédito trasmitido.
b) Todas las acciones que le correspondían al acreedor desinteresado
c) Todas las garantías del crédito.
De tal modo como lo establece el art 918 del código “El tercero subrogante mantiene las acciones contra los
coobligados, fiadores, y garantes personales y reales, y los privilegios y el derecho de retención si lo hay”
No son alcanzados, en cambio, por los efectos de la subrogación por pago, todos aquellos derechos inherentes
a la persona del acreedor, así como todos aquellos otros que por una prohibición legal expresa no puedan ser
objeto de trasmisión alguna.
Límites de la subrogación:
a) El subrogado solo puede ejercer el derecho transferido hasta el valor de lo pagado, dado que el pago
por subrogación, no existe ánimo de lucro por parte del tercero que efectúa el desembolso, por ende la
trasmisión del derecho se limita al desembolso efectivamente efectuado, conservando el acreedor
originario el derecho a reclamar el remanente si no ha sido desinteresado en su totalidad, ya que la
subrogación tiende nicamente a asegurarle al tercero el recupero de lo que ha desembolsado.
b) El codeudor de una obligación de sujeto plural solamente puede reclamar a los demás codeudores la
parte que a cada uno de ellos les corresponde cumplir. El obligado solo puede exigir a cada uno de los
coobligados la cuota parte que a cada uno de ellos le corresponde, ya que de autorizarse una
subrogación por el remante del crédito, con la acción del solvens contra cualquiera de los codeudores ,
provocaría una cadena ilimitada de acciones de rembolso, que conspiraría contra la finalidad practica
que presenta este instituto.
Subrogación parcial: es de destacar que si el pago es parcial, el tercero y el acreedor originario concurrirán
con igual derecho por la parte que el deudor les debiese. Es posible creer que es una solución justa, ya que
Trasmisión de deuda
Con el nombre transmisión de deuda, en sentido estricto, se menciona la situación que se presenta cuando en
una relación de obligación integrada por un acreedor deudor determinados, sin que se modifique ni su causa ni
su objeto, se produce el traspaso de la deuda y la liberación del deudor originario, de manera que el mismo
acreedor, después de ella, tiene que cobrar su crédito a un nuevo deudor.
En sentido amplio, también se dice que hay transmisión de deuda con un tercero asume la obligación del
deudor, pero sin liberarlo, no hay aquí, como se verá luego, transmisión sino acumulación de deudores
Definición legal:
ARTICULO 1632.-Cesión de deuda. Hay cesión de deuda si el acreedor, el deudor y un tercero, acuerdan que
éste debe pagar la deuda, sin que haya novación.
Si el acreedor no presta conformidad para la liberación del deudor, el tercero queda como codeudor
subsidiario.
La promesa de liberación; concepto: se trata, de un acuerdo entre el deudor y un tercero, sin la intervención
del acreedor. En virtud de este acuerdo, el tercero, sin asumir la condición de obligado frente al acreedor,
conviene con el deudor que él pagará la obligación, es decir, consiste en una promesa que el tercero le hace al
deudor consistente en que lo liberara de la obligación, de allí su nombre. No hay aquí trasmisión de ninguna
especie.
Deberes del deudor: se incorpora en forma expresa el deber de preservar el estado material de la cosa en esta
parte general de las obligaciones de dar. La conservación no importa es mejorar el estado de la cosa, sino su
mantenimiento material evitando que sufra detrimentos, y sin producirle cambios respecto al estado en que se
encontraba al nacer la obligación, o bien de acuerdo a la que se hubiera pactado. Es un deber de resultado. Tal
Obligación de entregar.
Artículo 747: “entrega. Cualquiera de las partes tiene derecho a requerir la inspección de la cosa en el acto de
entrega. La recepción de la cosa por el acreedor hace presumir la inexistencia de vicios aparentes y la calidad
adecuado de la cosa, sin perjuicio de lo dispuesto sobre la obligación de saneamiento en la sección 4°,
capítulo 9, título II del libro tercero.”
El cumplimiento debe ser fiel y exacta motivo por el cual se consagra a favor de cualquiera de las partes la
facultad de solicitar un examen sobre la cosa. La recepción sin reservas importa una manifestación tácita de
voluntad en relación con las dos cuestiones indicadas en honor, lo que no obsta para la aplicación de la
responsabilidad por saneamiento.
El pago de esta obligación se materializa con la entrega de la cosa por el deudor al acreedor, esto es, la
tradición. Comprende además todos los deberes accesorios de colaboración a cargo de ambas partes para
concretar, por ejemplo el concurso lugar de pago, efectuar las gestiones administrativas que impongan la ley,
etcétera.
En esta parte del código se dispone sobre las obligaciones de dar que tengan como finalidad la constitución de
un derecho real y la restitución de cosas al dueño, quedando por ende excluido de esta disposición de todos
aquellos casos en los que debe producirse la entrega de una cosa en el marco de situaciones jurídicas
La adquisición del derecho real por el acreedor importa el pago o cumplimiento de la obligación de dar bajo
análisis, y la consecuente liberación del deudor.
El código combina el tradicional sistema de adquisición de los derechos reales mediando título y tradición,
con los restantes situaciones en las que se dispone que la entrega de la cosa no produce per se la adquisición
del derecho real, sino que es necesario otro acto distinto.
El título es el acto jurídico de que surge la voluntad de transmisión del derecho real por su titular, y la
consecuente y correlativa adquisición por otra persona. El modo, acto que materializa lo determinado por el
título, no se agota en la tradición, sino que también quedan emplazados en aquella categoría la inscripción
registral y el primer uso en el caso de la adquisición de una servidumbre positiva. Se mantiene, en materia de
inmuebles, el sistema de inscripción registral declarativa.
La publicidad de la adquisición es condición de su oponible y dar, salvo para aquellas personas que
conocieron o debieron conocer la transferencia.
Efectos entre partes: los efectos que entrega de acreedor y deudor, entre partes, produce una obligación de
dar una cosa cierta deben ser analizados discriminando los siguientes rubros: los riesgos de la cosa; los
aumentos y mejoras que pueden incrementar su valor; y los frutos que ella produce.
Se establecen los conceptos de mejoras y sus diversas variedades, las mejoras constituyen modificaciones de
tipo estructural, intrínseco o materia, que traen aparejado un aumento de valor de la cosa, o que ésta no lo
pierde. Son dos sus grandes especies: aquellas producidas por obra y gracia de la naturaleza, y las hechas por
la mano del hombre abrir paréntesis humanas o artificiales).
En cuanto a las mejoras naturales, en el ámbito de los derechos reales se dispone sobre diversos casos en los
que la naturaleza produce tales efectos en materia de inmuebles: aluvión y avulsión.
La conceptuación de la mejoras artificiales surge de lo dispuesto en el artículo 1934 del código. Allí se
distingue a la mejora de mero mantenimiento de la mejora necesaria. La primera consiste en la reparación de
aquellos deterioros de escasa entidad que se producen por el uso ordinario de la cosa, como podría ser tapar la
hendidura que un clavo deja en una pared, removiendo un poco de pintura y concreto. En otras palabras, se
trata de los arreglos comunes que no acrecientan el valor de la cosa. La segunda tiene una mayor entidad, es
aquella indispensable para la conservación de la cosa, que puede hacerla aumentar de valor.
La mejora necesaria no se practica, la cosa puede sufrir deterioros de importancia, en tanto que en el caso de
la de mero mantenimiento la cosa sufre una minoración, pero no le impide ser usado de acuerdos naturales.
Deben distinguirse estos conceptos desde expensas necesarias, que son las que no aumenta su valor y no
incide materialmente en la cosa.
Las mejoras útiles son las que benefician a cualquier sujeto de la relación posee sobre. Se definen, en cierta
manera, por exclusión. No son necesarias, pero tampoco suntuarias.
Por último, las de mero lujo, recreo o suntuarias sordas de provecho exclusivo para quien la hizo, concepto en
el cual se encuentra un claro elemento finalista.
La mejora natural produce una modificación intrínseca en la cosa que se traduce en un aumento de su valor.
Tales acrecentamientos pertenecen al dueño del inmueble y por tal razón los beneficios.
Se trata de hechos externos, que son extraordinarios e imprevisible, en el sentido de que si bien podría llegar
anticiparse la existencia de un tornado un desastre natural de importancia, es imposible prever sus
consecuencias. En otras palabras, es como un caso fortuito, pero con efecto inverso.
La solución del artículo es, permitirle al acreedor exigir la diferencia entre lo debido y el actual valor de la
cosa. El deudor por su parte, y por las mismas razones, no sólo no tiene derecho exigir la entrega de la cosa
sin pagar por el mayor valor, sino que tampoco puede ser obligado a recibirla pagando por éste. En
consecuencia, en caso de desacuerdo la obligación se extingue con los mismos efectos de la imposibilidad de
cumplimiento. Si las partes están de acuerdo en mantener la obligación, pero no en el valor de la mejoras, la
cuestión debe ser resuelta en sede judicial.
Artículo 753: “mejoras artificiales el deudor está obligado a realizar las mejoras necesarias, sin derecho a
percibir su valor. No tiene derecho a reclamar indemnización por las mejoras útiles y por las de mero lujo,
recreo o suntuarias, pero puede retirarlas en tanto no deterioren las cosas.”
Las mejoras necesarias quien está obligado entregar para constituir o transferir un derecho real las tiene a su
cargo y costo, no pudiendo exigir reembolso alguno. La solución legal es consecuencia de la existencia del
deber de conservar la cosa que pesa sobre el deudor de todo obligación de dar. En las útiles, la norma bodega
derecho alguno al deudor que voluntariamente las ha introducido las cosas, quien puede retirarlas si no afecta
a la cosa. En caso contrario, el acreedor puede resolver el contrato, o bien recibir la cosa, pagando el mayor
valor.
Imperan idénticas reglas que en el primer supuesto del caso anterior para las mejoras suntuarias introducidas
voluntariamente por el deudor.
Frutos:
Artículo 754: “hasta el día de la tradición los frutos percibidos le pertenecen al deudor; a partir de esa fecha,
los frutos devengados y los no percibidos le corresponde al acreedor.”
En el artículo 233 del código se definen a los frutos como los objetos que un bien produce de modo renovable,
sin que se altere o disminuye su sustancia.
Existen tres clases de frutos. Los naturales son las producciones espontáneas de la naturaleza. Los industriales,
los que se producen por la industria del hombre o la cultura de la tierra. Los civiles, las ventas que las cosas
producen, asimilándose a esta última categoría las remuneraciones provenientes del trabajo.
Rige el principio que postula que la propiedad de los frutos se adquiere con su percepción. Cabe distinguir, el
fruto percibido del producto pendiente. En el caso de los frutos naturales e industriales, la percepción acontece
cuando es materialmente separado de la cosa fluctuar, pasando a ser objeto de una nueva relación posee Soria.
De lo contrario, mientras no haya sido retirado, el fruto forma un todo con la cosa, es parte de la cosa y se lo
considera fruto pendiente.
En el caso de los frutos civiles, se dispone ahora que la percepción se materializa con él,: el fruto civil es
percibidos y se ha devengado y cobrado. En tanto que el fruto civil es pendiente si se ha devengado, pero no
se ha cobrado.
El principio res perit et crescit domino adquiere consagración legal, y de él se deriva la circunstancia de que si
luego de la constitución de la obligación y antes de la entrega la cosa se pierde o se deteriora, el perjudicado
será el deudor y no el acreedor.
La cuestión radica en determinar la responsabilidad por el incumplimiento de la obligación. Se distinguen dos
supuestos. Si el objeto se torna imposible en forma absoluta y definitiva luego del nacimiento de la
La norma resuelve el siempre dificultoso conflicto entre varios pretensores de una cosa, cuando el deudor se
obligado transferirla a todos ellos.
Se trata de establecer quién tiene mejor derecho a la cosa, por lo que en rigor de verdad la cuestión esencial
transita por determinar la o punibilidad entre ellos de las distintas situaciones. Los que quedan relegados, si
son de buena fe, tienen derecho a reclamar los daños derivados del incumplimiento obligación, sin perjuicio
de la eventual comisión del delito de estafa por parte del deudor infiel.
Cualquiera sea la situación del adquiriente, si es de mala fe, no puede invocar derecho alguno. El actuar de
mala fe no concede derecho alguno, salvo excepciones. La mala fe consiste en el conocimiento efectivo de la
existencia del otro acto. E incluye el poder haberlo conocido, cuestión que cobra altísima relevancia cuando
existe emplazamiento registral. Cuando existe posesión la buena fe se presume iuris tantum.
Se excluyen de las reglas que resuelven el conflicto las adquisiciones a título gratuito, lo cual lleva a concluir
que éstas serían inoponibles para los adquirientes a título oneroso y de buena fe.
b. Bienes muebles.
Artículo 757: “concurrencia de varios acreedores. Bienes muebles. Si varios acreedores reclaman la misma
cosa mueble prometida por el deudor, son todos de buena fe y a título oneroso, tiene mejor derecho:
El que tiene emplazamiento registral precedente, si se trata de bienes muebles registrables;
el que ha recibido la tradición, si fuese no registrable;
en los demás supuestos, el que tiene título de fecha cierta anterior.”
El conflicto de derechos es el mismo que en el artículo anterior, pero ahora en materia de bienes muebles. La
regla se adaptan en función de la naturaleza de la adquisición (por tradición o por inscripción registral
constitutiva).
Respecto a las adquisiciones a título gratuito, en materia de bienes muebles registrales son aplicables mutatis
mutandis las reglas enunciadas respecto de los inmuebles, desde que el efecto de la inscripción respecto de los
terceros no varía según la naturaleza de las cosas.
c. Acreedor frustrado.
Artículo 758: acreedor frustrado. “El acreedor de buena fe que resulta frustrado su derecho, conserva su
acción contra el deudor para reclamar los daños y perjuicios sufridos.”
Cualquier acreedor pretensor de la cosa que no ha podido hacerse de ella puede reclamar todos los daños y
perjuicios derivados del incumplimiento, si se verifica los presupuestos de la obligación de indemnizar.
También podría serlo si, pese haber recuperado la cosa ha sufrido algún daño por esta razón. Se trata, de un
acto ilícito que, si reúne los restantes presupuestos de la acción resarcitoria, la habilita.
La situación jurídica del acreedor y deudor, en estas obligaciones, es la inversa a la de las obligaciones de dar
con el fin de constituir derechos reales. Aquí el dueño es el acreedor.
La norma contempla así todos los casos en que por la razón que sea, una persona debe entregar (restituir) la
cosa dueño.
De acuerdo a la calidad que detente el deudor, se aplicarán las normas de la posesión o la tenencia, y en este
último caso las normas especiales que lo hicieran en razón de la causa que dio origen a la relación de poder..
Resta señalar que por aplicación del principio res perit et crescit domino, todas las vicisitudes materiales que
experimente la cosa por hechos extraños a las partes corren por cuenta del acreedor, quien será beneficiado o
perjudicado, sin derecho alguno entre las partes.
Como nadie puede transmitir un derecho mejor que el que tiene, cuando se trate de bienes registrales en
manera alguna el tercero que ha recibido la cosa podrá alegar la buena fe, pues el transmitente no será, en lo
que a él respecta, su dueño. Ahora, luego de la incorporación al código derogado del artículo 2105, la solución
del artículo 599 se mantuvo invariable, aunque ahora justificada en los efectos de la inscripción declarativa: el
adquirente no puede invocar buena fe. Idéntica solución caviar popular, incluso antes de esta circunstancia,
con motivo de la incorporación de la inscripción constitutiva para la adquisición de automotores. El dueño, en
consecuencia es titular de la acción reivindicatoria.
Elección:
El código emplea el vocablo individualizar, suficientemente comprensivo de elección, contar, pesar o medir.
Es un acto jurídico en el cual otorgante realiza el individuo de la especie, concretando cuál es la cosa que
deberá entregarse en cumplimiento de la obligación de dar.
El principio favor debitoris justifica la facultad del deudor a practicar el acto de individualización, sin
perjuicio de que las partes pacten lo contrario. Es un acto unilateral, motivo por el cual no es necesario para su
formación el concurso de la voluntad de la otra parte, o de ambas.
El acto es no formar, y se prevé que la manifestación de voluntad sea expresa, oralmente, por escrito,
mediante signos inequívocos por la ejecución de un hecho material, o tácita, esto es cuando de un acto que no
se encuentra diseccionado inequívocamente a lo que aquí interesa pueda de todas maneras conocerse con
certidumbre la voluntad de su otorgante.
Artículo 763. “Periodo anterior a la individualización. “Antes del individualización de la cosa debida, el caso
fortuito no libera al deudor. Después de hecha la elección, se aplican las reglas o la obligación de dar cosas
ciertas”
El principio que reza “el género nunca perece” queda claramente plasmado en la norma, y la división de aguas
que es el otorgamiento de la individualización.
Hasta ese momento, los riesgos son a cargo del deudor, aún mediando caso fortuito, sin perjuicio de que
pueden existir situaciones de excepción que motiven soluciones diferentes.
Luego de la individualización, cesa el régimen intrínsecamente temporario de las obligaciones de género, para
entrar en vigencia el de las obligaciones de dar cosas ciertas, según cuál sea su finalidad.
Sin embargo, podrían presentarse situaciones en las que pese a que materialmente las cosas existan, hacerse de
ella resulte sumamente dificultoso, oneroso o incluso de imposible concreción.
Las dos primeras situaciones van de la mano por ejemplo una epidemia que produce la muerte de un sin
número de animales en un vasto territorio, lo que trae aparejado para el deudor la necesidad de procurárselos
efectuando gestiones y erogaciones que razonablemente no debía quedar comprendidas en el marco de los
deberes accesorios de conducta su cargo. En tal caso puede aplicarse la precisión o adecuación del contrato.
Si el resultado de la actividad del deudor consiste en una cosa, para su entrega se aplican las reglas de las
obligaciones de dar cosas ciertas para constituir derechos reales.”
Se distinguen claramente dos modalidades de la prestación de hacer: la prestación del servicio y la ejecución
de un hecho. En el plano contractual, ello se refleja en dos tipos diferenciados: el contrato de servicios y el
contrato de obra. Los conceptos se trasladan a esa parte general de las obligaciones de hacer.
El servicio es una actividad intangible, y en el punto de vista del receptor se agota con el consumo inicial y
desapareces en cambio la obra el resultado reproducible de la actividad y susceptible de entrega, en donde se
combinan actividad y su producido, tan importante como la primera.
En los servicios la responsabilidad puede ser subjetiva u objetiva, según los alcances de la obligación del
deudor. En las obras sólo es objetivo.
Si de la actividad del deudor se produce una cosa, las cuestiones atinentes a su entrega y régimen jurídico se
rigen por las reglas de las obligaciones de dar, con el fin de constituir derechos reales.
Realización de un hecho.
Artículo 775. “El obligado a realizar un hecho debe cumplirlo en tiempo y modo acordes con la intención de
las partes o con la índole del obligación. Si lo hace de otra manera, la prestación se tiene por incumplida, y el
acreedor puede exigir la destrucción de lo mal hecho, siempre que tal exigencia no sea abusiva.”
Cuando el deudor no cumple la obligación de acuerdo al plan de conducta establecido en la prestación, ingresa
en la situación de incumplimiento, que puede o no serle atribuida. La mirada puede ser cuantitativa o
cualitativa, y en el ámbito de las obligaciones de hacer, por lo general los mayores conflictos se presentan en
los aspectos cualitativos.
El acreedor cuenta con un importante arsenal jurídico para lograr la ejecución forzada y también puede activar
los mecanismos de resolución del contrato, cuando la obligación emerge de dicha fuente.
Cuando el bien producto de la actividad el deudor no se adecua a lo que era el plan de conducta, para las
obligaciones de hacer se otorga al acreedor una facultad particular: la posibilidad de solicitar la destrucción de
lo mal hecho. La cuestión depende de las circunstancias concretas que la situación presente, ya que en algunos
casos bastará al acreedor con rechazar la entrega. Pero en otras circunstancias puede exigir su destrucción,
siempre y cuando no incurra en abuso del derecho. En caso de negativa deberá solicitarlo al juez, pues no
puede proceder de propia autoridad. La fórmula abierta de la norma permite la valoración de todas las
circunstancias que rodean la situación, para la adecuada protección y justo equilibrio de todos los intereses
que pueden entrar en conflicto.
Ejecución forzada.
Artículo 777. “ejecución forzada. El incumplimiento imputable de la prestación de le da derecho al acreedor
La ejecución forzada de la prestación supone aún la posibilidad de cumplimiento, su contrario se ubican las
reglas de los artículos 955 y 1900 y muy difícil cubrir. Para activar los mecanismos de la norma, el
incumplimiento debe haber sido imputable al deudor, de su autoría, antijurídico y en razón de un factor de
atribución subjetivo u objetiva. Estas tres circunstancias deben concurrir ya que de lo contrario no existirá
incumplimiento imputable, y el deudor a uno se encontrará en mora, por lo que el acreedor no podrá activar
los instrumentos de la tutela satisface iba del crédito.
La norma permite al acreedor optar, por dos variantes para lograr: el cumplimiento específico y el
cumplimiento por terceros, además puede reclamar el pago de los daños que ello le ocasiona.
Obligación de no hacer.
Artículo 778. Obligación de no hacer. “Es aquella que tiene por objeto una abstención del deudor o tolerar una
actividad ajena. Su incumplimiento imputable permite reclamar la destrucción física de lo hecho, y los daños
y perjuicios.”
Las obligaciones de no hacer son aquellas en las que el deudor deberá abstenerse de algo que de no existir el
derecho escritorio hubiera podido normalmente obra. Se manifiesta de dos maneras: en la privación en el
ejercicio de una conducta positiva, se ha de hacer o de dar, o en soportar una actividad ejecutada por el
acreedor. Sin perjuicio de ello, nada obsta que otros deberes de abstención no obligacionales, se les apliquen
las reglas de las obligaciones de no hacer.
Pueden tener fuente convencional o legal. Las normas de las obligaciones de hacer sean aplicables a las de no
hacer, en forma supletoria y adaptadas a la situación que se presenta.
El no hacer eso resultado. Por ende, el factor de atribución es objetivo. Rigen en su totalidad, las normas
particulares de las obligaciones de hacer, y la generales que disponen sobre el cumplimiento y el
incumplimiento obligacionales y sus efectos.
Imposibilidad de cumplimiento.
Rigen en su totalidad las normas particulares de las obligaciones de hacer líneas generales que disponen sobre
el cumplimiento y el incumplimiento de obligación y sus efectos. Por tales razones se ha se acontece la
imposibilidad de cumplimiento.
Cuando el incumplimiento es imputable al deudor, se puede promover la ejecución forzada, en tanto en cuanto
ello sea materialmente posible, y el acreedor aún tenga interés en la inactividad del deudor. Los límites del
ejecución forzada son los mismos que en las obligaciones de hacer. La destrucción de lo hecho si fuere
posible, se rige también por los mismos parámetros que los de la obligación de hacer, no debiendo ser abusiva
o disfuncional.
Por último, en todos los casos en que el incumplimiento sea imputable, puede el acreedor solicitar los daños y
perjuicios ocasionados.
Clases de moneda.
Moneda metálica: es la acuñada en metales nobles, oro, plata u otro, cuyo valor excede la cantidad de metal
empleado en su acuñación. Tiene valor intrínseco es decir, vale por sí mismas según el valor del metal en que
está hecha.
Moneda de papel. En su origen, un certificado de depósito en donde constaba que subtitular tenía una
determinada cantidad de metal a su disposición que podía retirar con la sola presentación de ese papel. Pasó a
ser un billete cuyo ente emisor garantizaba al portador conversión por la cantidad de oro, plata o de metales
que se refiriese el billete. Tratándose de una moneda con pleno respaldo metálico, es convertible, en oro, plata
etc., según el metal que la respalde.
Moneda fiduciaria. Cuando los agentes emisores de moneda propia comenzaron a emitir papeles espanto, esos
papeles pasaron a ser moneda fiduciaria, ya que su aceptación se generalizó en razón de que los ciudadanos
confiaban en que podían ser convertidos en metálico. Esta moneda constituyó un puente entre la moneda
papel y papel moneda.
Papel moneda. Es el billete emitido por el Estado, sin respaldo metálico y por ende, y convertible. El Estado
garantiza el valor que atribuye al billete, dándole poder conservatorio de dinero Tiene curso forzoso.
Moneda escritural, giral, bancario. Al papel moneda y a las monedas metálicas en poder de los particulares se
los denomina efectiva. Los papeles bancarios, cheques, letras de cambio se lo conoce como comunidad
bancaria o escritural. Si bien estos papeles no constituyen dinero cumple un importantísimo negocio,
facilitando el intercambio y las transacciones.
Clases de inflación.
No todos los procesos inflacionarios tienen la misma intensidad, y se desarrollan de la misma manera.
Así, la historia del registro:
1). Inflaciones moderadas: caracterizadas porque la pérdida del valor de la moneda es mínima, y llega a ser
casi imperceptible.
2). Inflacion galopante: caracterizadas por una importante y sostenida variación en alza del nivel general de
los precios. Es la forma de información más frecuente y perniciosa, se extiende durante largo tiempo,
desquiciando el dinero como medida de valor y con los medios de pago.
3). Hiperinflaciones: caracterizadas por el estallido de los precios que llegan a niveles inalcanzables en breve
lapso. La hiperinflación destruye las bases de la organización económica, porque prácticamente hace
desaparecer la moneda como instrumento de cambio, tornando forzoso el retorno al trueque.
El nominalismo. Definición.
Se llama nominalismo al sistema monetario en el cual una obligación de dinero se paga entregando la misma
cantidad o suma que se encuentra consignada en el título como debido, aunque la moneda que se entregue
haya sufrido variaciones en su valor o haya perdido poder adquisitivo. Para el nominalismo, el valor de la
moneda está determinado por el Estado; se trata por lo tanto, de un valor legal, siempre constante, siempre
igual a sí mismo.
Intereses. Concepto
La noción de interés se genera de economía. Se dice que el interés es el pago que se efectuará el uso del
dinero, y se agrega que el tipo de interés es la cantidad de intereses pagada por unidad de tiempo expresado en
porcentaje de la cantidad recibida presta. Los tipos de interés se expresan en porcentajes medidos por unidad
de tiempo.
En el plano de las relaciones jurídicas, no se limita al pago del precio de la liquidez, sino que se extiende a
otra situación, en ciertos casos constituye la indemnización que el deudor debe pagar por no cumplir en
tiempo y forma con la obligación de dar dinero.
Caracteres.
Las características de la obligación de pagar intereses son:
1. Accesoriedad. Los intereses son accesorios del capital que se adeuda por aplicación de la regla de la
accesoriedad, se tienen, estas consecuencias: el pago de intereses implica el reconocimiento de adeudar el
capital; si el acreedor recibe la cárcel capital sin reserva de cobrar accesorios, quede extinguida la obligación
de pagar intereses.
2. Proporcionalidad. Los intereses deben guardar, siempre razonable proporción con el capital y con el tiempo
en que el acreedor se ve privado de él.
3. Periodicidad. Los intereses se miden y se computan, siempre por periodos.
Distintas especies:
Intereses compensatorios. Concepto. Régimen. Forma de terminar la tasa.
Artículo 767. “Intereses compensatorios. La obligación puede llevar intereses y son válidos los que se han
convenido entre el deudor y el acreedor, como también la tasa fijada para su liquidación. Si no fue acordada
por las partes, ni por las leyes, ni resulta de los usos, la tasa de interés compensatorio puede ser fijada por los
jueces.”
La noción de interés compensatorio o lucrativo es la que responde a la esencia del concepto económico de
interés. Ese que se paga por tener un capital itinerario que, o no es propio, o debe ser entregado a otra persona
y ello con independencia de la existencia de mora del deudor.
Como regla los intereses compensatorios no se deben, salvo pacto de partes o que le imponga la ley.
La tasa de interés.
En principio, las partes están facultadas para fijar la tasa de interés compensatorio, con los límites impuestos
por la buena fe y el ejercicio regular de los derechos.
Puede surgir también de la ley, o de los usos y costumbres; las partes, en tanto no medie una ley de orden
público o bien existan abusos derecho, poder modificar. Si resulta excesiva, rige lo establecido en el artículo
771 del código.
Los intereses por mora pueden ser o bien moratorios, o bien por punitorios. Ambos se devengan cuando el
deudor ingresa en estado moratorio, esta vez por no haber cumplido en tiempo su obligación. Pero aún
compartiendo este origen común, tiene una diferencia esencial: el interés moratorio constituye exclusivamente
la indemnización por el retardo injustificado en el cumplimiento de la obligación dineraria; en tanto que el
interés por punitorio representa algo más, tiene un componente punitivo, de sanción que pesa sobre el deudor
por no haber cumplido.
Los intereses moratorios tienen un rasgo esencial: se devengan, ipso iure, a partir de la mora, por expresa
disposición legal. En efecto, en la norma se establece que el deudor moroso debe tales intereses.
La tasa de interés moratorio.
Puede ser por acuerdo de partes, lo que no debe inducir asimilarlos al interés punitorio. Aunque por lo general
el interés por mora emanado de acuerdo de partes es el punitorio, de todas maneras podría pactarse una tasa de
interés moratorio, sin el plus de sanción que es de la esencia del punitorio.
Las leyes especiales pueden fijar la tasa, y las partes podrán establecer una diferente, en tanto en cuanto a
norma no sea de orden público.
Tasas. Concepto.
Con la palabra tasa se hace referencia al porcentaje de capital que, según una determinada unidad de tiempo,
debe pagarse en concepto de interés. De acuerdo con su origen, esto es según quien sea el que imponga las
tasas, esta puede ser, convencional, legal o judicial.
Tasas activas y pasivas: la pasiva es la que los bancos o entidades financieras pagan a sus clientes por la
captación de depósitos o ahorros; se llama pasiva, porque el banco es, en este caso el deudor. La tasa de
interés activa es la que los bancos o entidades financieras cobran a sus clientes por los préstamos que les
otorga, se llama activa, porque el banco es en este caso, el acreedor. La diferencia entre la tasa activa y la
pasiva se llama SPREAD, que es la ganancia o utilidad del banco por su actividad de intermediación.
Tasas positiva y negativa: se llama tasa de interés positiva a aquella que supera la tasa de inflación, por
ejemplo si la inflación es del 30% anual, una tasa establecida en el 37% anual será positiva. Por el contrario,
las tasas de interés negativa es cuando es inferior a la tasa de inflación.
Tasas nominales y reales: la tasa es nominal, cuando la suma de intereses se expresa en una cantidad
determinada de dinero. La tasa real cuando la cantidad de intereses a percibir no se expresa en una suma
determinada, sino a determinar en el momento del pago y de acuerdo con el rendimiento del capital medido en
función del valor de determinados bienes o servicios.
Tasa simple o compuesto. La tasa de interés es simple cuando el capital al que se aplica se mantiene invariable
desde el inicio de la operación, es decir los intereses que se van devengando periódicamente no se capitaliza.
En la tasa de interés compuesto en cambio, los intereses se van capitalizando períodos previos, de manera que
el capital al que se le aplica la tasa crece en la misma proporción que el monto de intereses que se le suma.
El anatocismo consiste en la capitalización del interés, que pasa también a devengar interés, es una práctica
que si bien impuesta por las necesidades del tráfico, produce el efecto de acrecentar en forma notable la deuda
de dar dinero. Es que, en definitiva el interés se convierte en capital.
La regla, en consecuencia, es que no se deben intereses de los intereses. Pero existen las cuatro excepciones
indicadas en la norma.
La primera es la voluntad de las partes, el pacto puede ser anterior o posterior al nacimiento de la obligación.
Sin embargo, se limita el lapso de la capitalización, estableciéndose que no puede ser menor a seis meses.
La segunda excepción reconoce como antecedente el artículo 569 del código de comercio de drogas.
En el código la solución es general: solo existe la posibilidad de aplicar el anatocismo desde la fecha de
notificación de la demanda y no es requisito que los intereses se adeude por algún periodo determinado.
La tercera réplica de la solución del artículo 523 del código derogado. En casos particulares las leyes
establecen la posibilidad de capitalizar intereses. En el código existen algunas reglas especiales: en la cuenta
corriente bancaria y en la cuenta corriente.
Facultades judiciales.
Artículo 771. “Los jueces pueden reducir los intereses cuando la tasa fijada por resultado que provoque la
capitalización de intereses excede, sin justificación y desproporcionadamente, el costo medio del dinero para
deudores y operaciones similares en el lugar donde se contrajo la obligación. Los intereses pagados en exceso
se imputan al capital y, una vez extinguido este, pueden ser repetidos.”
Lo dispuesto en esta norma se aplica a los intereses compensatorios, a los intereses moratorios, a los
punitarios legales y al resultado de la aplicación del Anatosismo. Se establece un criterio netamente objetivo
para proceder a la readecuación de la tasa de interés que resulta excesiva. La comparación se efectúa con “el
costo medio” del dinero en situaciones similares a la del obligación bajo análisis en el lugar donde se contrajo
la obligación.
Articulo 772.”Cuantificacion de un valor. Si la deuda consiste en cierto valor, el monto resultante debe
referirse al valor real al momento que corresponda tomar en cuenta para la evaluación de la deuda. Puede ser
expresada en una moneda sin curso legal que sea usada habitualmente en el tráfico. Una vez que el valor es
cuantificado en dinero se aplican las disposiciones de esta Seccion.”