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7 ENSAYOS DE INTERPRETACIÓN DE LA REALIDAD PERUANA

BIOGRAFÍA DEL AUTOR


José Carlos Mariátegui La Chira fue un escritor, periodista y pensador político, autor
prolífico a pesar de su temprana muerte, además, fue uno de los principales estudiosos
del marxismo en América Latina. Nació en Moquegua, en 1894. En 1899 se trasladó
con su madre y sus hermanos a Huacho y en 1902, tras un accidente en la escuela, fue
internado en la clínica Maison de Santé de Lima. Su convalecencia fue larga y quedó
con una anquilosis en la pierna izquierda que lo acompañaría el resto de su vida. Por
haber quedado inhabilitado para las recreaciones propias de su edad, frecuentó desde
entonces la lectura y la reflexión. En 1909, ingresó al diario La Prensa para realizar
tareas auxiliares, y luego trabajo en el diario El Tiempo (1916-1919). Usando el
seudónimo de "Juan Croniqueur" ironizó la frivolidad limeña y exhibió una vasta
cultura autodidacta. En 1919, junto con César Falcón, viajó con rumbo a Europa gracias
a una beca que le fue entregada por el gobierno de Leguía, como una forma encubierta
de deportación. Pasaron por Nueva York, coincidiendo con una huelga de trabajadores
de los muelles del puerto, y en la Alemania de revolución espartaquista, para luego en
noviembre llegar al puerto de Le Havre y de allí a París. En Europa, a decir de él mismo,
fue donde hizo su mejor aprendizaje. En Italia se casó con Anna Chiappe y estuvo
presente durante la ocupación de las fábricas en Turín, así como en el XVII Congreso
Nacional del Partido Socialista Italiano en Livorno. El 17 de marzo de 1923 Mariátegui
regresó a Lima, acompañado de su esposa y su primogénito. Dictó conferencias en
la Universidad Popular González Prada sobre la crisis mundial derivada de la Primera
Guerra Mundial. En 1924, debido a su antigua lesión, debió amputársele una pierna.
Pero no cesó por ello su actividad creadora, continuándola recluido en una silla de
ruedas. Fue encarcelado en 1927 durante un proceso contra los comunistas acusados
de conspirar contra el gobierno de Leguía, pero luego le dieron arresto domiciliario.
En 1928 rompió ideológicamente con Víctor Raúl Haya de la Torre y fundó el Partido
Socialista Peruano. En 1929 fundó la Confederación General de Trabajadores del Perú.
A fines de marzo de 1930, Mariátegui fue internado de emergencia. Murió el 16 de
abril, casi en vísperas de su esperado viaje a Buenos Aires. El 20 de mayo la dirección
del Partido Socialista Peruano cambió su nombre por el de Partido Comunista Peruano.

APRECIACIÓN CRÍTICA
Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana la obra principal de José Carlos
Mariátegui. Destaca por el abundante contenido de cada uno de sus capítulos, la
fuerza analítica del pensamiento y las citas bibliográficas con los que el autor se
esfuerza encuadrar toda la obra, intentando así darle un carácter erudito. El lenguaje
es armonioso, el estilo fresco y cargado de humor e ironía. Sin embargo, el autor "falla"
muchas veces por su sentido unilateral, por personales afectos y simpatías, por el
carácter tendencioso de su propaganda, por deficiente información, etc. Pese a todo,
esta obra ha tenido mucha importancia y trascendencia, ya que tuvo el mérito de
iniciar en el Perú el estudio de los asuntos nacionales de manera seria y metódica,
vinculando los problemas actuales con los antiguos y mostrando verdades que otros
no querían ver.
“Desde que aparecieron los 7 Ensayos, por su originalidad, por su fuerza, por sus
verdades penetrantes y por su forma novedosa de abordar los problemas del país,
suscitaron por un lado admiración y alabanzas; por otro, interés y serias crítica. Este
libro de José Carlos, de tantas ediciones y comentarios, tuvo el mérito loable de
incentivar nuevos trabajos e iniciar la búsqueda de derroteros distintos a los
tradicionales”
-José Barba Caballero.

RESUMEN POR CAPÍTULOS


I. ESQUEMA DE LA EVOLUCIÓN ECONÓMICA
Mariátegui analiza el proceso socio-económico peruano aplicando el materialismo
histórico, aunque no de manera rigurosa. Asegura que el desarrollo económico del
Imperio Incaico, de tipo socialista, se interrumpió por la conquista española. La colonia
utilizó el trabajo colectivo como trabajo forzado en las minas, descuidando la
agricultura y las obras de carácter público, en pocas palabras se implantó el
feudalismo. El feudalismo se prolonga hasta la República, con el gamonalismo,
mientras que la esclavitud es abolida. La burguesía nacional (clase capitalista) surge
durante el período del guano y del salitre (siglo XIX) y empieza a fortalecerse a inicios
del siglo XX, pero sin poder suplantar del todo a la clase terrateniente o latifundista.
Según Mariátegui, en su tiempo coexistían en el Perú las tres economías: la feudal, la
burguesa y algunos residuos de la economía comunista indígena en la sierra. Debido a
todos los acontecimientos que ocurrieron en el Perú, la independencia surge como una
respuesta a las necesidades del desarrollo capitalista de la civilización occidental.
Otro capítulo de la historia económica peruana se abre con el descubrimiento de la
riqueza del guano y del salitre. Estos productos, de fácil explotación, aumentaron
rápidamente la riqueza del Estado, ya que la Europa industrial necesitaba estos
recursos para mantener su productividad agrícola. Las rentas de dichas riquezas
acabaron por ser despilfarradas por el Estado Peruano, pero permitieron la aparición
del capital comercial y bancario. Se empezó a constituir una clase capitalista, pero cuyo
origen se encontraba en la vieja aristocracia peruana. Todas estas riquezas se
perdieron tras la Guerra del Pacífico.
Finalizada la guerra con Chile, la posguerra se abrió con un período de colapso de las
fuerzas productoras. La moneda se hallaba depreciada y el crédito exterior anulado. El
militarismo nacido de la derrota tomó el poder, pero pronto la antigua clase capitalista
surgida en tiempos del guano y del salitre retomó su puesto en las directrices de la
política nacional. Por el Contrato Grace (1888) se entregaron los ferrocarriles a los
banqueros ingleses, como prenda y garantía de nuevas inversiones en el Perú. El
gobierno de Nicolás de Piérola se puso al servicio de los intereses de la plutocracia,
según la percepción de Mariátegui, quien enumera las características fundamentales
de la economía peruana de su tiempo (hacia 1928):

 La aparición de la industria moderna.


 La función del capital moderno (surgimiento de bancos)
 El acortamiento de distancias y el aumento del tráfico entre el Perú y Estados
Unidos y Europa (apertura del canal de Panamá).
 La gradual superación del poder británico por el poder estadounidense.
 El desenvolvimiento de una clase capitalista (burguesía), que suplanta
definitivamente a la antigua aristocracia de apellidos virreinales.
 La ilusión del caucho.
 El alza de los productos peruanos en el mercado mundial, que genera un rápido
crecimiento de la fortuna privada nacional.
 La política de los empréstitos, acentuada en su tiempo (Oncenio de Leguía). Los
principales acreedores son los banqueros de Estados Unidos.

II. EL PROBLEMA DEL INDIO


Mariátegui concebía el problema del indio como uno prácticamente económico cuyo
origen estaba en el injusto sistema de propiedad de la tierra concentrado en pocas
manos (gamonalismo o latifundismo). El gamonalismo se oponía con éxito a toda ley u
ordenanza de protección indígena. El hacendado, latifundista o gamonal era un señor
feudal. Frente a él, la ley era impotente. La República había prohibido el trabajo
gratuito, pero aun así, el trabajo gratuito, y aún el trabajo forzado, sobrevivían en el
latifundio.
En temas posteriores, Mariátegui expone que el Virreinato estableció un régimen de
brutal explotación. Los españoles impusieron el régimen feudal de la tenencia de la
tierra y dieron más importancia a la extracción del oro y la plata. La población indígena
fue sometida a un sistema abrumador de trabajos forzados, en las minas y los obrajes.
La costa se despobló, por lo que se importaron esclavos negros para las labores de las
haciendas. Los españoles destruyeron la sociedad y la economía incaica, sin
reemplazarla por otra de igual rendimiento. El sistema que implantaron fue el feudal y
el esclavista, de manera simultánea. En la sierra, la región habitada principalmente por
los indios, subsistía en tiempos de Mariátegui la más bárbara y omnipotente
feudalidad. El dominio de la tierra estaba en manos de los gamonales o latifundistas.
Sin embargo, la propagación de las ideas socialistas originó un fuerte movimiento de
reivindicación entre la masa indígena.

III. EL PROBLEMA DE LA TIERRA


El autor identifica las siguientes características:

 La política del colonialismo originó despoblación y esclavismo, hasta etnocidio.


 El colonizador español fue un explotador más interesado en extraer oro y plata,
diferente al colonizador inglés de América del Norte, que fue creador de
riqueza.
 La política agraria se acentuó negativamente en la República. Surgieron
haciendas que se expandieron afectando a las tierras de las comunidades
indígenas.
 El poder político fue detentado por los hacendados o latifundistas, desde el
parlamento y los ministerios.
 Una comunidad indígena raquítica convivió con un latifundismo boyante; tanto
en la sierra atrasada, como en la costa industrializada.
A pesar de las Leyes de Indias, la comunidad indígena fue despojada por el feudalismo,
cuyas expresiones eran el latifundio y la servidumbre. Mientras que Europa, por el
siglo XVIII, tomaba otro rumbo al fortalecerse y ascender al poder la clase que desplazó
y liquidó el feudalismo: la burguesía. La liquidación de la feudalidad en el Perú debió
haber sido realizado por el régimen demo-burgués establecido luego de la
independencia. Pero no ocurrió ello, pues no cuajó en el Perú una verdadera clase
capitalista. La antigua clase feudal, disfrazada de burguesía republicana, conservó sus
posiciones. El problema agrario aparecía, en toda su magnitud, como un problema
económico-social, y por lo tanto, político.

IV. EL PROCESO DE LA INSTRUCCIÓN PÚBLICA


Se analiza el desarrollo de la instrucción o educación pública, que para él estaba
estrechamente ligado a lo económico-social. Mariátegui reconoce y analiza tres
influencias en la educación peruana: la española, la francesa y la norteamericana, estas
dos últimas insertadas en la primera. La educación peruana tiene una esencia básica
colonial, careciendo de un sentido nacional. La cultura en la colonia era un privilegio de
la clase dominante. El pueblo no tenía derecho a la instrucción. La enseñanza tenía por
objetivo formar clérigos y doctores en letras. El desprecio por el trabajo y por las
actividades productivas fue alentado desde la Universidad colonial. A mediados
del siglo XIX se empezó a adoptar el modelo francés. Pero este modelo tenía también
muchas deficiencias, pues acentuaba igualmente la orientación literaria y retórica de la
enseñanza. La influencia anglosajona empezó a reflejarse en la reforma de la segunda
enseñanza de 1902. Fue el doctor Manuel Vicente Villarán quien defendió con más
vigor la adopción del modelo norteamericano, tendiente a la formación de hombres de
empresa y no solo de literatos o eruditos, lo que era coherente con el naciente
desarrollo del capitalismo peruano.
La reforma universitaria llama la atención de Mariátegui. El movimiento estudiantil en
demanda de la reforma universitaria surgió en Córdoba, Argentina, en el año 1918. Las
universidades habían caído en la burocratización académica. Esto conducía
inevitablemente al empobrecimiento espiritual y científico. El movimiento estudiantil
peruano de 1919 constituyó en su origen una rebelión contra algunos catedráticos
ineptos que se habían estancado en la enseñanza. Los reclamos de los estudiantes
finalmente triunfaron. El presidente Augusto B. Leguía dio un decreto por el cual se
establecían las cátedras libres y la representación de los alumnos en el gobierno de la
Universidad. En marzo de 1920 se reunió en el Cuzco el Primer Congreso Nacional de
Estudiantes, en donde se aprobó la creación de las Universidades Populares.
V. EL FACTOR RELIGIOSO
Mariátegui hace notar que el factor religioso ofrece en los pueblos de América
aspectos muy complejos. El estudio del mismo debe partir necesariamente de las
creencias de los pueblos precolombinos. Considera que se cuenta con suficientes
elementos sobre la mitología del Perú antiguo como para ubicar su puesto en la
evolución religiosa de la humanidad.
Según Mariátegui, la religión incaica fue un código moral antes que un conjunto de
abstracciones metafísicas. Se hallaba subordinada a los intereses sociales y políticos
del Imperio, más que a fines netamente espirituales. La alta clase sacerdotal
pertenecía al mismo tiempo a la clase dirigente. Es lo que se llama Teocracia. Es por
ello que cuando los incas conquistaban otros pueblos, no se orientaron a extirpar la
diversidad de cultos (con excepción de aquellos demasiado bárbaros o violentos), sino
que, con sentido práctico, exigieron solamente la supremacía del culto del Sol. El
Templo del Sol o Coricancha se convirtió así en el templo de una mitología un tanto
federal.
Tras la conquista, empieza el coloniaje, que es una empresa política y eclesiástica. El
Virreinato atrae a nobles letrados y doctores eclesiásticos. Llega la Inquisición y la
Contrarreforma, pero también toda la actividad cultural, concentrada en las manos de
la Iglesia Católica. La Universidad nace fundada por los frailes. La liturgia suntuosa del
catolicismo y el estilo conmovedor de los predicadores cautivaron a las masas
indígenas, más que la misma doctrina evangélica. Es decir, para los indios, lo más
atrayente del culto católico fue su exterioridad y no su interioridad. El indio, en
realidad, mantuvo sus antiguas creencias mágicas adecuándolas al culto católico,
fenómeno al que se conoce como sincretismo religioso.
Si bien entre los patriotas peruanos hubo quienes profesaron el liberalismo, éste nunca
llegó a los extremos del jacobinismo anticlerical, como ocurriera en Francia.El
radicalismo de Manuel González Prada surgido a fines del siglo XIX constituyó la
primera agitación anticlerical del Perú, pero careció de eficacia por no haber aportado
un programa económico-social.
VI. REGIONALISMO Y CENTRALISMO
Cuando surgió la República Peruana, ésta se constituyó bajo el sistema centralista,
pese a los planteamientos de federalismo que hicieron algunos ideólogos liberales. En
la época de Mariátegui, el problema de la centralización política se mantenía vigente;
naturalmente, para él, la solución de este problema tenía que abarcar necesariamente
el plano social y económico, y no solo el político y administrativo, como se había
venido intentando. Para Mariátegui, el problema del regionalismo con el centralismo
se planteaba ya en términos nuevos, quedando atrás los viejos conceptos propios del
siglo XIX. Reconocía la existencia, sobre todo en el sur peruano, de un sentimiento
regionalista, pero observaba que dicho regionalismo más parecía ser «una expresión
vaga de un malestar y un descontento». Enumera las siguientes proposiciones:

 La vieja polémica entre federalistas y centralistas de los primeros tiempos de la


República estaba ya superada. Esa controversia de tipo político y
administrativo, debía trasladarse al plano social y económico.
 El federalismo no aparece en la historia peruana como una reivindicación
popular, sino como una reivindicación del gamonalismo y su clientela.
 El centralismo se apoya en el caciquismo y gamonalismo regionales (dispuestos,
no obstante, a reclamarse federalistas de acuerdo a las circunstancias),
mientras que el federalismo recluta sus adeptos entre los caciques y gamonales
en desgracia ante el poder central.
 Uno de los vicios de la organización política es, ciertamente el centralismo.
Pero la solución no reside en un federalismo de carácter feudal.
 Es difícil definir y demarcar en el Perú regiones existentes históricamente como
tales. La división del Perú en departamentos es una continuación de la artificial
división en intendencias del Virreinato.
Mariátegui resalta que en su tiempo ya existía una ideología de avanzada interesada
en la solución del problema agrario y la cuestión indígena. Por ello, entendía que toda
política descentralista que estuviera enfocada solo como reforma política y
administrativa, sin contemplar previamente la solución del problema del indio, no
merecía ni siquiera ser discutida. Se observa que es difícil definir y demarcar en el Perú
regiones existentes históricamente como tales. Los departamentos, cuyos orígenes se
remontan a las antiguas intendencias coloniales, no pueden ser definidos como
«regiones» pues son solo entidades políticas administrativas, que no representan una
unidad económica e histórica. Tampoco las tres regiones físicas: la Costa, la Sierra y la
Montaña (Selva) equivalen a regiones en cuanto a realidad social y económica;
Mariátegui afirma que la Montaña carece aún de significación socioeconómica; en
cambio, «la actual peruanidad se ha sedimentado en tierra baja» o Costa, y la Sierra es
el refugio del indigenismo. Otra forma artificial de concebir las regiones en el Perú ha
sido la división de Norte, Centro y Sur peruano, cada una de las cuales reunía
tentativamente a departamentos y provincias sin ningún contacto entre sí. Mariátegui
estudia también el problema de la capital y sostiene que la suerte de Lima como centro
político del Perú estará subordinada a los grandes cambios políticos que se den en este
país.
VII. EL PROCESO DE LA LITERATURA
Mariátegui pone a la literatura bajo cuestionamiento al pasar revista a distintos
autores peruanos. En este proceso de la literatura se enjuicia la capacidad política de la
literatura de constituir un lugar de contestación de la estructura feudal y colonial.
Mariátegui propone una concepción de la literatura que une a la vanguardia estética y
al 'nacionalismo indigenista'. De la vanguardia estética toma la necesidad de concebir
la práctica artística como una mediación técnica, como una brecha entre lo
representado y la forma de representar. Destaca en Garcilaso, más Inca que
conquistador, el primer destello de “peruanidad”, y rescata a Ricardo Palma y a
sus Tradiciones de las pretensiones del colonialismo, pues estas Tradiciones tienen
“política y socialmente una filiación democrática”. González Prada significa la ruptura
con el virreinato; uno de los últimos reductos del colonialismo intelectual es la
universidad, de allí emerge la “generación futurista”. Finalmente, analiza las corrientes
de su actualidad, en especial la indigenista, que llena una función histórica en la
sociología peruana en evolución y cuyo más amplio sentido lo lleva a consubstanciarse
con la reivindicación de lo autóctono.

CONCLUSIÓN
José Carlos Mariátegui expone en estos 7 ensayos su perspectiva del Perú en su
actualidad, englobando temas como la evolución económica del país (que sufrió
distintos acontecimientos que marcaron nuestra historia), las características de la vida
de los indígenas, las reformas terratenientes, nuestro proceso educativo, la llegada de
la religión católica y los conflictos de los intelectuales con esas creencias, la
concentración del poder político dentro del país, y su pensamiento literario.
Esta obra nos ayuda a comprender nuestra realidad actual, y presenta una serie de
"errores" que se cometieron en el pasado, pero que a raíz de esto debemos evitar
volver a cometerlos, al contrario, debemos aprender de ellos para mejorar al país,
poniendo todos de nuestra parte.

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