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Parcial Domiciliario Historia Contemporánea de Europa- Primer Semestre de 2023

Importante: Este parcial constituye un requisito obligatorio para quienes hayan obtenido
entre 6 más y 10 en los exámenes anteriores.

● Responda la consigna en tres carillas, con letra times new roman 12 a un espacio
de 1,5. No olvide pasar el corrector de ortografía.

● Debe ser entregado impreso en su respectiva comisión el martes 23. De no poder


asistir debe enviarlo impreso por algún compañero/a. No se aceptarán parciales
fuera de esta fecha ni hay posibilidad de recuperatorio, dado que se trata de un
domiciliario.

Comisión 1/ Turno Tarde

Nombre:…Adrian Facundo Vega…………………

La Gran Guerra marcó el inicio del siglo XX, al desatar un cataclismo inusitado. Explique,
siguiendo a Briggs y Clavin, quiénes se involucraron en el conflicto y por qué se prolongó
casi más de cuatro años. Para ejemplificar cómo afectó la contienda a la sociedad examine,
en base a la lectura de F. Thebaud y la conferencia de la Dra. Gabriela Cano, de qué
manera se trastocaron las relaciones entre hombres y mujeres y qué implicancias tuvo la
conflagración en la experiencia y el estatus jurídico de las mujeres europeas y los ideales de
feminidad en la primera posguerra.

El 24 de julio de 1914 comenzó la llamada Gran Guerra que marcó el primer gran
conflicto del siglo XX. El inicio de las hostilidades se produjo con el asesinato del heredero
de la corona austro-hungara, el archiduque Francisco Fernando en Sarajevo el 28 de junio de
1914. Durante la Gran Guerra, las potencias de la Entente conformada por Gran Bretaña,
Francia, Serbia y la Rusia Imperial (a la que más tarde se le unieron Italia, Grecia, Portugal,
Rumania, Japón y los Estados Unidos) lucharon contra las potencias centrales constituida por
Alemania, el Imperio austro-húngara (a la más que más tarde se le unieron Turquía y
Bulgaria). Algunas de estas potencias entraron en guerra porque su intervención en la misma
les pareció menos peligrosa que la neutralidad. Por otro lado, la entrada de países no
europeos como Japón y Estados Unidos traen grandes consecuencias en el futuro de Europa,
especialmente, la entrada del país americano que produciría el desplazamiento del centro de
poder fuera de Europa en el mundo del siglo XX.
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El inicio de la Gran Guerra produjo en un principio de patriotismo en las principales


capitales europeas. Este entusiasmo se debió a que la mayoría de los estrategas tenían la
fuerte convicción de que el conflicto se acabaría en cuestión de meses. Este conflicto, en
general, se trató de una guerra civil europea entre países industrializados o que iban camino a
serlo y fue por esta naturaleza de la industrialización que la mayoría creía que este acabaría
pronto. El modo en que el conflicto superó por igual las expectativas de los políticos, los
militares y la gente corriente se ejemplifica con la evolución de la política de guerra británica.
Gran Bretaña entra en la guerra el 5 de agosto de 1914 alegando la defensa de la neutralidad
de Bélgica y por su temor a una posible hegemonía alemana en Europa. Los británicos
buscaban restaurar la neutralidad de Bélgica e impedir que Francia y Rusia cayeran bajo el
dominio de las potencias centrales. Sin embargo, estos desconfiaban de las ambiciones tanto
de sus aliados como de sus enemigos, por esta razón, el gobierno britanico quería un acuerdo
de paz que garantizase no solo una Alemania dócil sino también una Francia y Rusia débiles
incapaces de amenazar el Imperio Britanico. El Reino Unido, al inicio del conflicto, tenía el
papel de imponer un bloqueo naval a las potencias centrales, así como otorgar apoyo
económico a los aliados. Pero después de diciembre de 1914, Gran Bretaña tuvo que entrar
en la guerra terrestre también debido a la incapacidad de Francia y Rusia de luchar sin ayuda
militar de gran escala.

El desarrollo económico de Europa, que había configurado el continente más próspero


y privilegiado del mundo, también creó la riqueza y el potencial organizativo necesarios para
reunir grandes ejércitos a los que podía abastecerse de productos industriales a una escala
impresionante. Al mismo tiempo, los individuos podían mantener el coste de la guerra a
través de los impuestos. El progreso industrial y social en sí determinó que la guerra fuese un
conflicto que se prolongó durante cuatro años. La primera etapa de la guerra se transformó
en una guerra de movimientos y se caracterizaba por movilizar tropas, ocupar y expulsar.
Pero esta guerra rápida se estancó en 1915. La guerra comienza a ser más amplia de lo que se
pensaba, ya no solo se quedó en la zona de los Balcanes, sino que se fue extendiendo en dos
frentes el Occidental y el Oriental. Las grandes potencias que estaban en lucha se encontraron
con la dificultad de establecer sus objetivos de guerra. Un ejemplo de esto es como los
objetivos de los alemanes cambiaban durante el transcurso de la guerra. En 1914, el objetivo
de los alemanes era dar seguridad al imperio alemán, pero en 1915, tras la expansión
territorial alemana por la Europa Oriental ya se hablaba de una Unión Aduanera
Centroeuropea. Cuando más territorios ocupaban Alemania y Austria-Hungría, más
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ambiciosos se volvían sus objetivos de guerra. Por otro lado, los objetivos de guerra de las
potencias del Entente tampoco eran claros. Gran Bretaña, Francia, Rusia, Italia y Japón
habían sido rivales anteriormente y eso provocaba que cada uno quería beneficiarse de la
guerra para consolidar su posición. A medida que la guerra continuaba, los objetivos bélicos
se convertían cada vez más opuestos y estos amenazaban con ser un obstáculo para la paz en
vez de una herramienta para negociarla.

La Gran Guerra transformó los roles de género de manera global. Se produjo una
enorme movilización de hombres en los ejércitos de los países contendientes y esto provocó
un desequilibrio en la vida diaria que significó que las mujeres tuvieran que asumir distintos
papeles sociales que anteriormente no habían desempeñado. Se convirtieron en jefas de
familia. Las mujeres comenzaron a tomar trabajos en la industria, en especial la relacionada
a la guerra, otras trabajaron en el campo, realizando labores agrícolas para que los países
continuarán funcionando mientras los ejércitos estaban movilizados. Una de las áreas en las
que las mujeres participaron fue en el trabajo voluntario, especialmente en los servicios de
socorro médico humanitario. Estas trabajaban ya sea como enfermeras o como asistentes
médicas con diversos niveles de capacitación. También trabajaban en albergues de
emergencia, donde se recibían a los heridos que regresaban a sus respectivos países. La
participación de las mujeres en estas tareas fue variando teniendo en cuenta el país, la
posición social y económica de las mujeres. No era lo mismo para las mujeres de élite que
para las obreras.

Esta conflagración abrió la discusión sobre qué efectos tuvo esta contienda para que el
sufragismo femenino cobrara auge. El movimiento por el sufragio femenino había sido
anterior a la Primera Guerra Mundial. Existían países como Australia, Nueva Zelanda,
Suecia y Holanda que habían dado el sufragio femenino antes del comienzo de la Gran
Guerra. Al comienzo del conflicto bélico, las organizaciones sufragistas adoptaron una
postura pacifista en contra de la guerra. Sin embargo, a medida que la contienda bélica se
desarrollaba algunas organizaciones abandonaron esta postura y comenzaron a tomar una
postura patriótica en apoyo a la política de su país. Ambas organizaciones (pacifistas y
patriotas) tenían diferentes posturas sobre la necesidad del sufragio femenino. Las primeras
argumentan que la participación de las mismas en los trabajos industriales, en los trabajos de
la guerra, o en el voluntariado era razón suficiente para decir que las mujeres habían hecho su
aporte a la contienda bélica y tenían derecho al sufragio. Por otro lado, las segundas
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argumentaban que era necesario el sufragio de las mujeres para evitar las guerras. Rusia fue
el primero que estableció el sufragio femenino sin restricciones en 1917, luego Gran Bretaña
lo haría en 1918 y EE.UU en 1920.

Es frecuente establecer una relación del periodo de postguerra con el nuevo lugar
femenino en la sociedad. Se produce un cambio producto de que las mujeres obtuvieron más
autonomía y capacidad de decisión sobre su vida, ya que muchas de ellas trabajaban y tenían
un salario que les daba capacidad de decisión, de movimiento y el consumo. Estas
comienzan a cambiar su manera de vestir(por ejemplo, dejan de lado el corsé típico de las
mujeres de elite) y sus peinados (se impone la moda del cabello corto). Los años ‘20
estuvieron marcados por años de fiestas en donde se observaba cierta autonomía para las
mujeres. Al mismo tiempo, surgen respuestas que van en contra de estos cambios. Al inicio
mismo del conflicto bélico, algunos países, que creian en que el conflicto duraría cuestión de
meses, trataron de evitar que las mujeres empezaran a trabajar para sostener a sus familias
mediante subsidios a las familias. Al mismo tiempo, surgen políticas para evitar la
mortalidad infantil y maternal como consecuencia del hecho que las mujeres tuvieran que
atender a su familia y, al mismo tiempo, trabajar en la industria de guerra o en el campo. Se
dictan políticas pro natalistas y se exalta la responsabilidad doméstica y maternal de las
mujeres. Las madres vuelven a ser el centro de los discursos nacionalistas de la posguerra, el
cual tendría como objetivo combatir la relativa autonomía lograda por las mujeres al
incorporarse al mercado laboral asalariado durante la guerra. Un ejemplo de esto, son los
países fascistas que aplicaron políticas conservadoras que regresaron a las mujeres al ámbito
doméstico de manera contundente.

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