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"Juventud y Democracia: Forjando el Futuro de la Participación Ciudadana"

Edson Daniel Tapia Benavente


Edson.tapia@ucsm.edu.pe

"Los jóvenes representan el porvenir de la nación"

A lo largo de la historia de Perú como una República independiente, la


consolidación de la democracia ha enfrentado diversos desafíos. Aunque se
concibe la democracia como un sistema basado en la plena igualdad política de
los ciudadanos, la realidad peruana evidencia que este ideal no ha sido
ampliamente cumplido. Uno de los principales obstáculos ha sido la
inestabilidad política, caracterizada por golpes de Estado y la presencia de
líderes militares. Estas interrupciones han generado una falta de continuidad en
los procesos electorales y han restringido la competencia electoral basada en
el voto ciudadano. En muchas ocasiones, el acceso al poder ha estado
influenciado por la fuerza militar y la violencia, en lugar de la participación
democrática. Además, la igualdad política y la representatividad han sido
desafíos persistentes en la historia democrática de Perú. Las desigualdades
socioeconómicas y las estructuras coloniales han perpetuado brechas en la
participación política y han obstaculizado el pleno ejercicio de los derechos de
todos los ciudadanos.

No obstante, es importante destacar que el concepto de ciudadanía se ha


mantenido relativamente estable en Perú. Aunque la valoración de la
democracia puede variar entre generaciones y grupos etarios, es esencial
fomentar una cultura de respeto hacia las instituciones, la preocupación por el
bienestar colectivo y el ejercicio de las libertades individuales como pilares
fundamentales de una democracia sólida. Cabe resaltar que los jóvenes
peruanos, al haber experimentado principalmente la democracia como sistema
de gobierno, podrían tener una valoración distinta en comparación con
generaciones anteriores que vivieron bajo dictaduras militares o regímenes
autoritarios. Esta disparidad puede influir en la importancia atribuida a la
democracia como un sistema de gobierno que garantiza la igualdad política y la
participación ciudadana.

La noción de "juventud" es compleja y su definición puede variar según las


perspectivas adoptadas. Existen múltiples enfoques para abordar este
concepto y delimitar quiénes son considerados "jóvenes". La subjetividad y los
objetivos de quien realiza esta tarea influyen en el resultado final. Es importante
tener en cuenta que los jóvenes, al igual que los adultos, los niños o los
ancianos, no constituyen un grupo homogéneo. La variabilidad interpersonal es
alta debido a factores históricos, culturales, educativos y personales. Por tanto,
resulta arriesgado intentar definir características generales de la juventud, dado
que es común que muchos jóvenes o grupos de ellos no se ajusten a dicha
caracterización. La juventud es una etapa prolongada en el tiempo, de
aproximadamente quince años, y durante ella ocurren numerosos eventos
vitales de diversa índole, lo que genera condiciones de vida muy distintas entre
un joven de dieciséis años y uno de veintiséis años, a pesar de que ambos se
consideran jóvenes.
Ciertamente, permíteme profundizar en el tema.

La juventud es una etapa crucial en la vida de las personas, caracterizada por


un proceso de transición y exploración personal, así como por el desarrollo de
identidad, valores y metas. Durante este período, los jóvenes experimentan una
serie de cambios físicos, emocionales y sociales que pueden tener un impacto
significativo en su vida y en la sociedad en la que se desenvuelven.

Es importante reconocer que la juventud no es estática ni uniforme. Existen


diferencias individuales y contextuales que influyen en las experiencias y
perspectivas de los jóvenes. Factores como el género, la etnia, la clase social,
la ubicación geográfica y el acceso a oportunidades educativas y laborales
pueden generar desigualdades y disparidades en las vivencias de los jóvenes.

La participación activa de los jóvenes en la sociedad, especialmente en el


ámbito político, es fundamental para construir una democracia vibrante y una
sociedad inclusiva. Al brindarles la oportunidad de expresar sus opiniones,
influir en las decisiones y ser agentes de cambio en sus comunidades, se
promueve su empoderamiento y se fomenta el sentido de responsabilidad
cívica. La participación política de los jóvenes no solo beneficia a nivel
individual, al desarrollar habilidades de liderazgo, pensamiento crítico y
resolución de problemas, sino que también contribuye al desarrollo de la
sociedad en general, al aportar ideas frescas, perspectivas diversas y
soluciones creativas a los desafíos comunes.

Asimismo, la participación juvenil puede desempeñar un papel crucial en la


promoción de la equidad y la justicia social. Los jóvenes a menudo son testigos
de injusticias y desigualdades en su entorno, y su participación activa en la
identificación y solución de problemas sociales puede generar un impacto
significativo. Al involucrar a los jóvenes en la toma de decisiones, los gobiernos
y las instituciones pueden aprovechar su energía, creatividad y compromiso
para abordar cuestiones como la pobreza, la discriminación, el cambio climático
y la violencia.

En resumen, la juventud es un periodo de cambio y potencial, y la participación


activa de los jóvenes en la sociedad y en la política es esencial para construir
una democracia sólida y un futuro sostenible. Al valorar y promover la voz y el
compromiso de los jóvenes, se fortalece la participación ciudadana, se fomenta
el desarrollo personal y se impulsan cambios positivos en la sociedad en
general.

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