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6.

El “autogolpe” y la búsqueda de un camino a la normalización

El “autogolpe” apoyado en el Perú

Las relaciones conflictivas y tensas entre Fujimori y las fuerzas opositoras explotaron el día 5 de abril
de 1992, cuando se consumó el “autogolpe”. En la noche de esta fecha, luego de criticar duramente a la
oposición por haber buscado solo sus intereses partidarios y haber obstaculizado los esfuerzos de su
gobierno en favor de la reestructuración
del Estado y el desarrollo nacional, anunció la suspensión temporal de la Constitución Política y la
realización de diversas medidas de emergencia, como el Cierre del Congreso, la Renovación del Poder
Judicial y la redacción de una nueva Constitución Política. Su objetivo era la construcción de una
“democracia legítima y eficiente” que convirtiese al Perú en un país justo y desarrollado. Fue
denominado así porque el presidente civil y constitucional destruyó, con el apoyo de las Fuerzas
Armadas y la Policía Nacional, la base legal sobre la cual él mismo había resultado elegido. Fujimori se
arrogó plenos poderes del Estado y estableció una dictadura. El primer ministro De los Heros renunció a
su cargo en protesta por el “autogolpe”, Óscar de la Puente Raygada asumió el cargo en su lugar. todos
opositores al gobierno, fueron detenidos o puestos bajo arresto domiciliario, y las Fuerzas Armadas
controlaron los medios de comunicación. Hacia mediados de abril, fueron liberados o levantado el
control, los medios de comunicación críticos a Fujimori, como el diario La República y el semanario
Caretas intensificaron los ataques y críticas contra el gobierno. Las Fuerzas Armadas fueron enviadas a
las entidades públicas autónomas como el Tribunal de Garantías Constitucionales y la Contraloría, el
Poder Judicial, la Fiscalía, e incluso los gobiernos regionales, y se realizó el cambio de los altos
funcionarios sobre la base del poder del Estado concentrado.

El “autogolpe” recibió un abrumador apoyo en el Perú, un 70 y un 80% de los encuestados


expresaron su apoyo a la medida con la expectativa de una pronta mejora en el aspecto socioeconómico
ya que desde su perspectiva con el “autogolpe” se eliminaban las obstrucciones del Congreso, del Poder
Judicial y de otros opositores a la política gubernamental. Las fuerzas opositoras —los partidos políticos
existentes— rechazaron enérgicamente el “autogolpe” y “destituyeron” a Fujimori de la Presidencia, y
nombraron al primer vicepresidente San Román como presidente provisional en el Colegio de Abogados.

A pesar de las drásticas medidas, no se observaron movilizaciones masivas de los peruanos ya que gran
parte de ellos no habían disfrutado los beneficios del Estado establecidos en la Constitución Política, por
lo que el llamamiento para defenderla hecho por la oposición les sonó incomprensible. contaba con el
apoyo abrumador de la población y la oposición no tenía suficiente poder para resistir al mandatario
peruano. el gobierno de Fujimori promulgó
746 decretos ley, la mayoría de ellos tuvo como objetivo primordial, aparte del cambio de personal en el
Poder Judicial y otras entidades estatales, el impulso y la aceleración de la reforma estructural y de la
liberalización económica. Algunos decreto ley como la realización de los juicios a los sospechosos por el
terrorismo en el fuero militar presidido por los jueces con rostro cubierto, la catalogación del delito de
terrorismo como traición a la patria y la aplicación de cadena perpetua como sanción máxima, además,
de la “Ley del Arrepentimiento” que consiste en la mitigación de la condena y el otorgamiento de
protección a los terroristas que se hubieran rendido y que hubieran ofrecido informaciones valiosas,
estas medidas contribuyeron a debilitar a los grupos terroristas pero a su vez provocaron diversos casos
de violación de los derechos humanos.

La comunidad internacional critica el “autogolpe”

Mientras en el Perú la situación era favorable para Fujimori, la comunidad internacional criticó
severamente la ruptura del orden constitucional. En 1991 la OEA en caso de que la democracia fuera
interrumpida por un golpe militar u otros actos en un país miembro, inmediatamente los demás países
miembro discutirían medidas pertinentes; ella es conocida como la Resolución de Santiago, la OEA no
toleraba el “autogolpe” pues constituía la destrucción del marco constitucional y democrático en el
Perú. Estados Unidos, Alemania y España demostraron una posición particularmente dura y anunciaron
la suspensión de la ayuda económica al Perú. La principal preocupación de los Estados Unidos, era la
onda de golpes militares u otras medidas antidemocráticas similares se extendiera a otros países
latinoamericanos, los Estados Unidos exigieron a Fujimori dialogar con las fuerzas opositoras y crear un
consenso lo más amplio posible respecto de un proceso de normalización política que incluyera la
reapertura del Congreso, mientras que el gobierno nipón(Japón) manifestó a Fujimori que la ayuda
económica necesaria para superar las dificultades socioeconómicas del Perú, tanto del Japón como de
otros países y organizaciones internacionales, se cortaría completa y definitivamente, condenando al
Perú a recorrer el sendero del aislamiento internacional, en caso de que el gobierno de Fujimori no
prometiera a la comunidad internacional la realización de un proceso democrático de normalización
política que incluyera el diálogo con las fuerzas antifujimoristas.

Fujimori evita una sanción económica al ceder a la comunidad internacional

El 18 de mayo, la OEA hizo la reunión ad hoc de los cancilleres en la que participaría Fujimori y
reiteró su idea de realizar un referéndum sobre el “autogolpe”, pero también propuso instalar un
Congreso Constituyente Democrático (CCD) que, además de la redacción de la Constitución Política,
asumiera funciones legislativas y de fiscalización, como un Poder Legislativo normal, y funcionara hasta
1995, año del fin de mandato de los congresistas elegidos en 1990. La propuesta de Fujimori de
convocar a las elecciones para el CCD fue reconocida internacionalmente como proceso de “retorno a la
democracia”.

7. Desde el inicio del diálogo hasta la instalación del CCD

Un consenso anormal después del diálogo dificultoso

Se instalaría un CCD unicameral compuesto por ochenta congresistas; las elecciones se llevarían a
cabo el 18 de octubre, se sometería a un referéndum constitucional el proyecto de una nueva
Constitución Política elaborado por el CCD y participarían en el diálogo no solamente los partidos
políticos, sino también otras fuerzas cívicas. Se llevó a cabo las elecciones del CCD , dieciséis
agrupaciones políticas, entre ellas las fuerzas de Fujimori y el PPC, participaron en este proceso
electoral. el “presidente provisional” San Román, apoyado por las fuerzas opositoras, empezó a perder
su presencia en la escena política. Una vez que empezó la campaña electoral para el CCD, la
concertación desapareció totalmente entre las fuerzas opositoras, y el “presidente provisional” cayó en
el olvido de todo el mundo. Durante la campaña electoral se produjo la captura de Guzmán, el líder
máximo de SL, y la intentona golpista, que trataremos en la siguiente sección. Ambos sucesos
favorecieron electoralmente a la alianza oficialista. Muchos peruanos pensaron que Fujimori había
logrado estabilizar la economía y que también había alcanzado grandes logros en la lucha contra el
terrorismo, y apoyaron masivamente al oficialismo sobre la base de estos resultados, esperando que
otros problemas socioeconómicos fuesen superados en los siguientes años.

8. La captura de Guzmán y la intentona golpista

La disminución del terrorismo después de la captura del líder máximo senderista

Durante la campaña electoral del CCD se produjeron dos sucesos impactantes: la captura de Guzmán
y la intentona golpista; ambos favorecieron a Fujimori en el aspecto electoral y, al mismo tiempo,
tuvieron cierta influencia en el desarrollo de la situación política después de 1993. El líder máximo de SL
fue detenido en la noche del 12 de septiembre de 1992, era la hazaña de un grupo especial llamado
Grupo Especial de Inteligencia (GEIN) con el objetivo de arrestar a los miembros de la cúpula de los
grupos subversivos. La clave directa de la gran captura fue una información que el GEIN consiguió de un
elemento senderista detenido en junio del mismo año, unos tres meses antes de la captura, cuando
cateó una academia de nivelación. Después de continuar las pesquisas, el grupo especial sacó la
conclusión de que posiblemente Guzmán se encontraba escondido en una de las tres casas,
concretamente, en una donde vivía una pareja de cónyuges. Las sospechas se dirigieron a esa casa en
particular por varios indicios: (a) los dos habitantes de la casa compraban alimentos, tabaco, ropa, etc.
para más de dos personas; (b) la basura de la casa (botellas de alcohol y otras cosas) era casi la misma
que se había encontrado en otras casas en las que Guzmán se había escondido y de donde había logrado
escapar poco antes de la intervención del GEIN en 1990 y 1991; y (c) los habitantes compraban las
medicinas necesarias para el tratamiento de una enfermedad de la piel que Guzmán padecía. Los
policías encargados de realizar las operaciones sospecharon que dicha información podría haberse
filtrado al enemigo en algún punto del proceso de informar al superior que finaliza en la Presidencia de
la República. Debido a la captura de casi todos los dirigentes principales, Guzmán y Polay entre otros, SL
y el MRTA sufrieron un golpe aplastante. SL empezó a intensificar la ofensiva en Lima sobre la base de la
percepción subjetiva de que se estaba llegando al “equilibrio estratégico”, como señalamos en la
sección 3 de este capítulo. En 1992, SL asestó en Lima dos atentados —“dos errores estratégicos” de
este— que impactaron a los peruanos de todas las clases, año, cuando el grupo maoísta asesinó a María
Elena Moyano, una dirigente social destacada en una zona marginal de la ciudad capital, que criticaba en
público la violencia de los grupos subversivos armados. El segundo fue en junio de 1992, cuando un
coche bomba explotó en el distrito de Miraflores, una zona de mucha concurrencia, matando a más de
veinte personas e hiriendo a más de cien.

Más tarde, en octubre de 1993, se dio a conocer que Guzmán había declarado la suspensión de la
lucha armada en la cárcel y que había propuesto al gobierno peruano la firma de “un acuerdo de paz”;
SL se dividió en dos facciones, una defensora del “acuerdo de paz” y, la otra, de “la lucha armada”. SL
mantiene su presencia en una parte de la selva central y una reducida zona colindante con esta;
mientras que el MRTA la mantiene en otra parte también reducida de la selva central. Los militantes
disminuyeron a menos de 10% del nivel alcanzado durante su apogeo. Se estima que SL tiene menos de
500 elementos mientras que, el MRTA, menos de cien.

La intentona golpista y el control sólido de las Fuerzas Armadas por Montesinos

Esta se produjo en la noche del 13 de noviembre, nueve días antes de la votación para el CCD, fue
por ciertos militares en actividad y en retiro descontentos por el fuerte control y la enorme influencia de
Montesinos en las Fuerzas Armadas, Montesinos y su SIN detectaron un plan de golpe de Estado
tramado por un pequeño grupo de militares, que fueron detenidos esa misma noche. Montesinos
pretendió fortalecer las relaciones de Fujimori con las Fuerzas Armadas y con la Policía, aprovechando
hábilmente los ascensos y los cambios de personal. Si bien Montesinos fortaleció cada vez más su propio
poder y su control de la cúpula militar, no logró expandirlo totalmente ni consolidarlo fácilmente. Con
todo, los militares y policías insatisfechos por el control y la influencia de Montesinos no podían
criticarlo públicamente ya que él, gracias a la confianza de Fujimori, tenía una fuerte influencia en la
Inteligencia y en los cambios del personal de las Fuerzas Armadas y la Policía. Para fines de diciembre de
1991, el poder e influencia de Montesinos se habían incrementado lo suficiente como para colocar a
Nicolás Hermoza en el cargo de comandante general del Ejército. Hermoza no podía asumir la
comandancia general del Ejército, pero, gracias al esfuerzo de Montesinos, lo logró. Montesinos impidió
los ascensos de los militares a quienes, según la costumbre, correspondían, y pasó a otros al retiro. Con
motivo de la intentona golpista, casi todos los principales críticos a Montesinos fueron sacados de la
cúpula militar y, como resultado de esto, Montesinos logró establecer un control casi total y una
influencia sumamente fuerte entre los oficiales que tenían el rango de coronel y general. Para Fujimori,
Montesinos fue importante no solamente como su enlace con las Fuerzas Armadas y la Policía, sino
también como asesor en la política contrasubversiva y otros aspectos de la política, incluso dijo que si no
fuera por Montesinos, su gobierno no habría durado ni tres semanas. Existe la opinión de que
Montesinos tuvo el poder de controlar o manejar a Fujimori porque tuvo bien agarrado un punto débil
del presidente, por ejemplo, las pruebas de su posesión de la nacionalidad japonesa. Vale decir, la
existencia de Montesinos dependió en última instancia de la de Fujimori; de hecho, Montesinos no pudo
conseguir la confianza de otros políticos, dado que ellos consideraban al ex capitán como una persona
negativa. Entonces, si el mandatario hubiera caído políticamente por la revelación de algún secreto,
Montesinos habría sido el primero en recibir un golpe aplastante. Sin embargo, hasta su segundo
mandato, Fujimori y Montesinos tuvieron básicamente las mismas aspiraciones y orientación respecto
de los temas políticos, por lo que no se produjeron entre ellos desencuentros ni fricciones.

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