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Prof.

José María Peláez Mejía


ELEMENTOS GENERALES DE TODO DELITO Y AUSENCIAS DE RESPONSABILIDAD.
Eventos en los cuales (i) no existe un delito (ausencias
Requisitos generales para la existencia de un delito. de responsabilidad) o (ii) se modifica un delito por otro
o (iii) se disminuye la pena.
Primer elemento del delito: la existencia de una Eventos en los cuales NO existe conducta (ausencias de
CONDUCTA. responsabilidad que elimina la conducta).
1. Si el hecho proviene de una persona jurídica, un animal,
un evento de la naturaleza o una cosa, tal hecho NO es
una conducta y, por lo tanto, los daños o peligros
derivados de tal hecho no constituyen un delito.
Excepción: (i) sí se considera el hecho una conducta cuando
estamos en aquellos casos en los cuales un ser humano actúa como
miembro u órgano de representación autorizado o de hecho de una
persona jurídica, de un ente colectivo sin tal atributo, o de una
persona natural cuya representación voluntaria se detente, y realiza
la conducta punible, aunque los elementos especiales que
fundamentan la penalidad de la figura punible respectiva no
concurran en él, pero sí en la persona o ente colectivo representado
(art. 29, inc. 3 CP); y (ii) sí se considera el hecho una conducta de clase
omisiva (una omisión) cuando un ser humano tuviere el deber
jurídico de impedir un resultado o de ejecutar una determinada
1. El hecho (la acción u omisión) debe provenir de un ser acción perteneciente a una descripción típica y no lo llevare a cabo
humano (fuente humana). estando en posibilidad de hacerlo. Así pues, en los casos de omisión
impropia se requiere que el agente tenga a su cargo la protección en
concreto del bien jurídico protegido, o que se le haya encomendado
como garante la vigilancia de una determinada fuente de riesgo,
conforme a la Constitución o a la ley (por ejemplo, el dueño de un
perro agresivo – asunción de una fuente de riesgo – tiene el deber de
impedir que éste muerda o asesine personas y, por lo tanto, si el
animal lo hace, responderá como si el mismo hubiese causado el
daño por la omisión de no aplicar las medidas de protección
necesarias) (art. 25 del CP + el artículo del delito tipificado según el
daño originado: arts. 103 o 109 Homicidio doloso o culposo por
omisión impropia o arts. 112 y ss, Lesiones personales dolosas o
culposas según el caso). En lo relativo a la omisión propia el deber
tendrá que estar consagrado y delimitado claramente en la
Constitución Política o en la ley (art. 10, inc. 2 del CP) (Verbigracia, en
el caso del delito de Omisión de socorro, art. 131 del CP, la persona
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tiene el deber de auxiliar a una persona cuya vida o salud se
encontrare en grave peligro porque la Constitución consagra tal
deber específico en el artículo 95, numeral 2).
2. Si el hecho es meramente psíquico (un pensamiento) o,
2. Exteriorización del hecho mediante una acción u omisión aunque físicamente se exterioriza, no trasciende el
que tenga un significado social (trascendencia social). ámbito privado e íntimo del sujeto, tal hecho no es una
conducta.
3. Todo hecho físicamente indominable NO es una
conducta. Esta falta de dominabilidad puede provenir
de:
3.1. Un estado de plena inconsciencia (por ejemplo, el
sueño, el coma, el desmayo, el sonambulismo, la
embriaguez letárgica, los casos extremos de
miedo insuperable que dejan inconsciente a la
persona – art. 32.9 CP –, etc., y todo lo que anule
3. El hecho deberá ser dominable físicamente para lo cual
en el sujeto su consciencia).
se requiere: (i) conciencia perceptiva; (ii) voluntad; y (iii)
3.2. La ausencia de voluntad; es decir, cuando el
que sea físicamente resistible.
Nota: en los casos de omisión (propia o impropia) es necesario movimiento corporal o la pasividad no esté
verificar la existencia de capacidad individual de acción (lo que el CP mediada por una decisión cerebral (por ejemplo,
colombiano enuncia en su artículo 25 como el deber de evitar un lo que ocurre en los actos reflejos, las parálisis, los
resultado o de ejecutar una acción “estando en posibilidad de calambres, las mioclonías – movimientos
hacerlo”). Dicha capacidad individual de acción requiere, según la
involuntarios, breves y rápidos –, etc., y todo
doctrina mayoritaria, además de las condiciones que también se
exigen para los delitos de acción (conciencia, voluntad y que sea aquello que no sea producto de una decisión del
físicamente posible llevar a cabo el movimiento corporal), de lo sujeto).
siguiente: (i) medios adecuados para ejecutar la acción esperada; y 3.3. Una fuerza mayor (art. 32.1 del CP); esto es, una
(ii) los conocimientos y aptitudes necesarios para llevar a cabo la fuerza física externa que arrastre al sujeto sin que
correspondiente acción.
éste pueda resistirse o que le impida ejercer algún
movimiento. La fuerza mayor NO debe ser
confundida con la insuperable coacción ajena (art.
32.8 CP) en la cual se obliga a una persona a hacer
u omitir algo, pero obligándolo de forma moral, no
física, mediante la amenaza tácita o expresa de la
causación de un mal. Así pues, como en la
insuperable coacción ajena el sujeto consciente
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toma la decisión de hacer algo producto de la
amenaza que físicamente podía evitar, lo que se
afecta NO es la conducta, sino la culpabilidad
como último elemento del delito.
Nota I: en los casos de omisión (propia o impropia) se debe verificar,
además, si hace falta la capacidad individual de acción porque (i) no
se tengan los medios adecuados para ejecutar la acción esperada; o
(ii) falten los conocimientos o aptitudes necesarios para llevar a cabo
la correspondiente acción.
Nota II: una serie de casos similares a los actos reflejos pero que no
hacen parte de los mismos y por lo tanto, no eliminan la conducta
(aunque pueden, eventualmente, afectar – disminuir – o eliminar
otros elementos del delito) son los siguientes: todos aquellos
comportamientos que sean el producto de reacciones primitivas
(tales como los actos corto-circuito, impulsivos o instintivos – Vgr. las
reacciones de miedo - que no sean insuperables -, las de dolor - que
no sean reflejas -, los movimientos impulsivos de defensa y los
movimientos instintivos de huida y las reacciones explosivas – como
las producida por ira e intenso dolor -) y las acciones automatizadas
(Vgr., manejar un carro, disparar un arma luego de mucho
aprendizaje, etc.).
Excepciones: en todos aquellos eventos en los cuales no exista
conciencia, voluntad o posibilidad de resistir físicamente un hecho,
pero el sujeto activo haya preordenado tal situación o sea producto
de una imprudencia o negligencia del sujeto, deberá imputarse
extraordinariamente tal hecho “como si” fuera una conducta (aunque
materialmente no lo sea), en virtud de la actio u omissio libera in
causa (es decir, porque la causa de la falta de dominabilidad del
hecho actual fue el producto de una decisión consciente, voluntaria
y físicamente resistible que el sujeto tomó con anterioridad al hecho
dañino o riesgoso por el cual se juzga).
Segundo elemento del delito: la conducta deberá ser
Causales de atipicidad (conductas que NO encajan en el
TÍPICA (tipicidad); es decir, encajar en todos los
tipo objetivo o subjetivo)
presupuestos del TIPO OBJETIVO y SUBJETIVO.
Elementos del TIPO OBJETIVO Causales de atipicidad objetiva.
1. Bien jurídico: es el objeto jurídico de protección 1. Ausencia de bien jurídico protegido: si en el caso
mediante la prohibición de cierta conducta (en los delitos concreto no existía un bien jurídico objeto de protección
de acción) o el mandato de ciertos comportamientos (en la conducta es atípica objetivamente. Por ejemplo, si un
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los delitos de omisión). Dicho bien jurídico suele ladrón A denuncia a otro ladrón B porque el último le
identificarse en “Título” al cual pertenece el tipo penal. hurtó lo que el primero a su vez había hurtado, estaría
claro que no existiría un bien jurídico susceptible de
protección penal porque el artículo 239 del CP se hizo
con el objeto de proteger el patrimonio económico
entendido como el conjunto de relaciones posesorias
legítimas y, justamente, eso es lo que hace falta aquí.
2. Ausencia de un sujeto pasivo: si en el caso concreto no
2. Sujeto pasivo: es el titular del bien jurídico (es decir, el
existe un sujeto pasivo es claro que no habrá delito. Por
destinatario y la persona a quien le protegemos el objeto
ejemplo, no existirá el delito de Pornografía con persona
jurídico concreto). No debe ser confundido con la víctima
menor de 18 años, art. 218 del CP., si se realizó un video
que serían las personas naturales o jurídicas y demás
en el cual los “supuestos niños de 10 años” que tienen
sujetos de derechos que individual o colectivamente
sexo son, en realidad, animaciones creadas por una
hayan sufrido algún daño como consecuencia del injusto.
inteligencia artificial.
3. Sujeto activo: es la persona que ejecuta el verbo rector
o conducta típica. En algunas ocasiones el enunciado
legal exige pluralidad de sujetos (sujeto activo
plurisujetivo, Vgr., “los que”) o alguna calidad especial 3. Ausencia de los requisitos para ser sujeto activo: si en
(sujeto activo calificado o determinado, Vgr., “la madre”, los hechos del caso no se dan las condiciones para ser
“el juez”, “el servidor público”). Sin embargo, en la sujeto activo del delito (por ejemplo, en una coautoría no
mayoría de casos basta con una persona (monosujetivo) se dio el acuerdo previo, en una determinación se
sin exigir ninguna calidad especial (sujeto activo comprueba que el autor directo ya tenía la idea criminal
indeterminado o no calificado). previamente y no fue implantada por nadie o el tipo
Nota I: en los delitos de dominio (es decir, aquellos con sujeto activo penal exige de alguna condición especial que no se tiene
indeterminado en donde todo gira en torno al verbo rector) el sujeto tales como ser servidor público, juez, etc.) entonces la
activo puede y debe ser amplificado así: conducta será atípica y no podrá atribuirse el delito que
(i) Autoría: se esté estudiando. Así mismo, en un caso de omisión
(a) Autor directo (dominio de la acción por ejecutar
personalmente el verbo rector): es quien realiza, por sí
impropia no existirá tal delito si el sujeto activo carece de
mismo, el hecho. la correspondiente posición de garantía.
(b) Autor mediato (dominio de la voluntad del autor
directo): es quien utiliza a otro como instrumento. Esa
instrumentalización puede ocurrir porque el autor
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mediato1 coaccione o se valga del error en el que se
encuentre el autor directo (por ejemplo, el autor mediato
A le entrega un vaso de agua envenenada a B, el autor
directo, quien desconoce tal situación, para que se lo
lleve a C. Éste la bebe y muere. En estos casos el único
responsable es el autor mediato A). Pero también la
instrumentalización puede producirse también cuando
el autor mediato se vale de un aparato organizado de
poder2 (un Estado ilegal – como ocurrió en el nazismo
alemán – o una estructura de poder ilícita – Vgr., la
guerrilla – o corrompida – Ej., una facción del ejército
corrupta –) para que se ejecute un acto delincuencial por
un autor directo (que será fungible, es decir,
intercambiable en la medida en que cualquiera podría
hacerlo). En estos últimos casos tanto el autor mediato
como el autor directo serían penalmente responsables.
(c) Coautoría (dominio funcional del hecho) 3: son coautores
los que, mediando un acuerdo común, actúan con

1 Respecto a la autoría mediata tradicional ha dicho la CSJ (Rad. 48679 de 2017) lo siguiente: “El autor mediato (artículo 29 Ley 559 de
2000) es aquella persona que desde atrás en forma dolosa domina la voluntad de otro al que determina o utiliza como instrumento para que
realice el supuesto de hecho, quien en todo evento actúa ciego frente a la conducta punible, efecto que logra aquel a través del error invencible
o de la insuperable coacción ajena.”
2 Esa forma de intervención punible, más conocida como autoría mediada a través de estructuras o aparatos organizados de poder,

requiere para su configuración de la concurrencia de los siguientes elementos (rad. 59628 de 2023):
“(i) La existencia de una organización jerarquizada. (ii) La posición de mando o jerarquía que ostenta el agente al interior de aquélla. (iii) La
comisión de un delito perpetrado materialmente por integrantes de la misma, cuya ejecución es ordenada desde la comandancia y desciende
a través de la cadena de mando, o hace parte del ideario delictivo de la estructura. (iv) Que el agente conozca la orden impartida o la política
criminal en cuyo marco se produce el delito, y quiera su realización. [CSJ SP5333-2018 de 5 de diciembre de 2018, rad. n.° 50236; SP4936-
2019 de 13 de noviembre de 2019, rad. n.° 51819; y SP1788-2022 de 25 de mayo de 2022, rad. n.° 58238. Esta última reiterada en CSJ
SP3969-2022 de 23 de noviembre de 2022, rad. n.° 41799].”
3 La Corte (Rad. 52150 de 2021) ha enfatizado que la coautoría impropia exige la necesaria presencia de los siguientes elementos: “(i) un

acuerdo o plan común; (ii) división de funciones y (iii) trascendencia del aporte en la fase ejecutiva del ilícito”. Igualmente, ha manifestado:
“Respecto del concurso de personas en la comisión delictiva se ha precisado que existen diferencias entre la coautoría material propia y la
impropia. La primera ocurre cuando varios sujetos, acordados de manera previa o concomitante, realizan el verbo rector definido por el
legislador, mientras que la segunda, la impropia, llamada coautoría funcional, precisa también de dicho acuerdo, pero hay división del trabajo,
identidad en el delito que será cometido y sujeción al plan establecido, modalidad prevista en el artículo 29-2 del Código Penal, al disponer
que son coautores quienes, “mediando un acuerdo común, actúan con división del trabajo criminal atendiendo la importancia del aporte”; se
puede deducir, ha dicho la Sala, de los hechos demostrativos de la decisión conjunta de realizar el delito (CSJ, SP, 22 de enero de 2014. Rad.
38725).
La Corte ha precisado que en dicha modalidad de intervención criminal rige el principio de imputación recíproca, según el cual, cuando existe
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división del trabajo criminal en la fase ejecutiva o
consumativa del delito atendiendo la importancia del
aporte. Así pues, un aporte fuera de la fase ejecutiva o
consumativa del delito o que no sea importante será
mera complicidad.
(ii) Participación:
(a) Determinador4: es el que induce a otro a realizar la
conducta antijurídica (como el que paga a un sicario para
que asesine a alguien).

una resolución común al hecho, lo que haga cada uno de los coautores se extiende a todos los demás conforme al plan acordado, sin perjuicio
de que las otras contribuciones individualmente consideradas sean o no por sí solas constitutivas de delito, pues todos actúan con conocimiento
y voluntad para la producción de un resultado (CSJ SP, 2 jul. 2008. Rad. 23438)» [CSJ SP3992-2022 de 9 de noviembre de 2022, rad. n.°
46361, reiterando AP2981-2018, rad. n.° 50394, y SP371-2021, rad. n.° 52150]
4 Explica la CSJ sobre el determinador lo siguiente (CSJ Rad. 57957 de 2022): “los elementos de esta forma de participación criminal son:

i) que el determinador genere o refuerce en el determinado la definitiva resolución de cometer el delito; ii) el determinado debe cometer una
conducta típica consumada o en grado de tentativa; iii) la existencia de un vínculo entre el hecho principal y la inducción; iv) la carencia del
dominio del hecho por parte del determinador; y v) el dolo del determinador.
62. El primer elemento hace referencia a la influencia psíquica que ejerce el determinador sobre el autor para conseguir que éste último ejecute
el hecho. Los medios de la inducción pueden ser de diversa naturaleza, por ejemplo, regalos, mandatos, órdenes, consejos o promesas
remuneratorias. Lo decisivo será entonces que sin importar los medios el instigador logre hacer surgir la resolución delictiva en el autor.
63. El segundo elemento consiste en que el autor material debe cometer una conducta punible consumada o en grado de tentativa, puesto que
si la conducta no alcanza al menos la fase de ejecución no puede predicarse la responsabilidad penal del inductor.
64. Frente al tercer elemento, es necesaria la existencia de un doble nexo de causalidad, de un lado entre la acción del inductor y la decisión
tomada por el autor, y de otro, entre esta decisión y la conducta efectivamente realizada. De tal forma que se pueda predicar que la conducta
punible del autor sea el resultado de la influencia psíquica del determinador.
65. En cuanto al cuarto elemento, esto es que el inductor carezca del dominio del hecho, se hace referencia a que el autor material se encuentre
en la posibilidad real de materializar, detener o interrumpir la acción típica. Es decir, el ejecutor es quien finalmente decide cómo, cuándo y
dónde realizará la acción, mientras que, si el instigador hace un aporte esencial a la materialización del plan delictivo, éste no será tratado
como partícipe sino como coautor.
66. Por último, el determinador debe actuar dolosamente. Su dolo debe estar dirigido, de un lado, a la provocación de la resolución delictiva, y
de otro, a la ejecución de la conducta típica por el autor material, incluidos los elementos subjetivos y la realización del resultado típico (doble
dolo).”
Adicionalmente, la CSJ admitió el dolo eventual para la determinación en la sentencia SP4813-2021 del 27 de octubre de 2021, radicación
55836 cuando afirmó: “También ha sido reconocido por la doctrina un segundo dolo en el determinador, este dirigido a la comisión del delito
que ha incitado. Es decir, a que el ilícito se materialice en el marco tangencial representado y comunicado por el inductor. (…) Postura compartida
por esta Colegiatura, en particular, tras admitir la imputación del resultado lesivo por dolo eventual al determinador, cuando el inducido
modifica o altera el plan instigado por aquél para ejecutar una conducta diferente o más gravosa que la inducida”.
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(b) Cómplice5: se considera cómplice a quien contribuya a
la realización de la conducta antijurídica o preste una
ayuda posterior, por concierto previo o concomitante a
la misma
Nota II: en los delitos de infracción del deber (es decir, aquellos con
sujeto activo calificado por la imposición personal de realizar un
deber, por ejemplo, lo que exigen que se trata de servidores
públicos en ejercicio de sus funciones) siempre será autor directo (sin
importar si ejecuta directamente el verbo rector o a través de otro) el
sujeto activo calificado. Por el contrario, quien ejecute el verbo rector
o realizar un aporte fundamental al hecho en la fase ejecutiva del
delito, pero no tenga las calidades especiales exigidas en el tipo
penal será un interviniente.
Nota III: en los delitos de omisión impropia el sujeto activo siempre
será calificado al exigírsele una calidad jurídica especial: la de
garante. Tal posición de garantía (es decir, el deber jurídico de
impedir un resultado típico) puede derivarse de las siguientes
situaciones: (i) porque tenga a su cargo la protección en concreto
del bien jurídico protegido, o que se le haya encomendado como
garante la vigilancia de una determinada fuente de riesgo, conforme
a la Constitución o a la ley (como ocurre con la policía o el ejército
que según la Constitución Política tienen el deber proteger a las
personas en su vida, integridad personal y bienes) (art. 25, inc. 2, CP);
(ii) cuando se asuma voluntariamente la protección real de una
persona (un niño, una persona discapacitada, etc.) o de una fuente
de riesgo (un perro peligroso, un arma de fuego, etc.), dentro del
propio ámbito de dominio (asunción voluntaria) (art. 25, inc. 3,
numeral 1, CP.); (iii) cuando exista una estrecha comunidad de vida

5 En SP del 4 de abril de 2003, Rad. 12742, reiterada en SP del 8 de febrero de 2017, Rad. 46099, la Corte señaló que los elementos que
estructuran la complicidad son los siguientes: “a) Que exista un autor -o varios-. b) Que los concurrentes -autor y cómplice- se identifiquen
en cuanto al delito o delitos que quieren cometer. Uno o unos de ellos, como autor o autores; y otro u otros, como ayudantes, como colaboradores,
con prestación de apoyo que debe tener trascendencia en el resultado final. c) Que los dos intervinientes -autor y cómplice- se pongan de
acuerdo en aquello que cada uno de ellos va a realizar, convenio que puede ser anterior a la comisión del hecho o concomitante a la iniciación
y continuación del mismo, y tácito o expreso. d) Que exista dolo en las dos personas, es decir, tanto en el autor como en el cómplice. Como
consecuencia de lo anterior, es claro que si no se cumple uno de los dos requisitos anteriores, o ninguno de ellos, la conducta imputada es
atípica. (Subrayado fuera de texto)”. Y en la última de las providencias mencionadas la Sala precisó que: “[…] el factor fundamental a examinar
para derivar existente el acuerdo previo o concomitante al delito, […] es […] su conocimiento y voluntad, expresa o tácita, de contribuir a la
conducta punible a desarrollar o en pleno desarrollo. Vale decir, como lo que se atribuye es la complicidad en el delito específico que con dominio
del hecho otro u otros ejecutan, el acuerdo de voluntades previo o concomitante debe referirse necesariamente a esta conducta punible.
(Subrayado fura de texto).”
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entre personas (art. 25, inc. 3, numeral 2, CP.); (iv) cuando se
emprenda la realización de una actividad riesgosa por varias
personas (comunidad de peligro) (art. 25, inc. 3, numeral 3, CP.); o (v)
cuando se haya creado precedentemente una situación antijurídica
de riesgo próximo para el bien jurídico correspondiente (injerencia)
(art. 25, inc. 3, numeral 4, CP.). En todo caso, téngase en cuenta que
según el parágrafo del artículo 25 del CP las hipótesis (ii), (iii), (iv) y
(v) que se acaban de enunciar sólo se tendrán en cuenta o aplicarán
en relación con las conductas punibles delictuales que atenten
contra la vida e integridad personal, la libertad individual, y la
libertad y formación sexuales.
Nota IV: los delitos pueden ser de acción o de omisión. Son de
acción cuando el verbo rector (la conducta concreta) conlleva “un
hacer algo” o “una actividad” de alguna clase (por ejemplo, matar
– arts. 103-109 –; causar daño en el cuerpo o la salud de una persona
– arts. 111 y ss –; arrebatar, retener, sustraer u ocultar a una personal
por alguna razón – arts. 168 y 169 –; infligir a una persona dolores o
sufrimientos, físicos o psíquicos con alguna finalidad – art. 178 –;
realizar acceso carnal o acto sexual diverso – arts. 205-210 –;
apoderarse de cosa mueble ajeno – art. 239 –; realizar imputaciones
deshonrosas – art. 221 –; importar, traficar, fabricar, transportar,
almacenar, distribuir, vender, suministrar, reparar, portar o tener en un
lugar armas de fuego sin permiso de autoridad competente – arts.
365 –; apropiarse de bienes del estado – art. 397 –, etc.). Así mismo,
los delitos de omisión se dividen en dos: (i) los de omisión propia,
si el tipo penal se realiza mediante la ejecución de verbos omisivos,
es decir, que implican un “no hacer algo esperado” (por ejemplo,
omitir auxiliar a una persona cuya vida o salud se encontrare en grave
peligro – art. 131 –; omitir por parte del obligado el cumplimiento de
alguno o todos los mecanismos de control establecidos por el
ordenamiento jurídico para las transacciones en efectivo con el fin de
ocultar su origen ilícito – art. 325 –; no consignar las sumas retenidas
o autorretenidas por concepto de retención en la fuente dentro de
los dos (2) meses siguientes a la fecha fijada por el Gobierno nacional
para la presentación y pago de la respectiva declaración de
retención en la fuente – art. 402 –; omitir, retardar, rehusar o denegar
un servidor público un acto propio de sus funciones – art. 414 –; omitir
sin justa causa informar de la comisión de ciertos delitos en forma
inmediata a la autoridad – art. 441 –; etc.) y (ii) en cambio se llaman
delitos de omisión impropia aquellos que NO aparecen
explícitamente en el Código Penal, sino que se atribuyen cuando una
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determinada clase de personas (los garantes) NO impiden el
resultado previsto como típico por parte de ciertos delitos de
acción. Es decir, la “omisión impropia” NO ES UN TIPO PENAL
explícitamente establecido por el Código Penal. ¿Qué es entonces?
Una construcción mental, una ficción. ¿Cómo se crea o construye esa
ficción? Así: una persona específica se le ha asignado el deber de
impedir un resultado (por ejemplo, a un papá el ordenamiento
jurídico le asignar el deber de impedir que violen a su hijo, que lo
maten o muera, que lo lesionen, etc.). No obstante, teniendo la
posibilidad de impedir ese resultado, de forma imprudente o dolosa,
NO lo impide y deja que suceda (es decir, en nuestro ejemplo,
pudiendo ese papá impedir que el niño de 3 años se caiga por la
escalera y se lesione o muera, indiferente no hace nada para impedir
que eso pase). En otras palabras, omite impedir el resultado,
aunque estaba en posibilidad real de hacerlo. Entonces, tendríamos
que la omisión impropia se configura cuando se dan los siguientes
requisitos: uno, si existe un garante que tiene el deber de impedir un
resultado; dos, si se configura una situación de peligro para el bien
jurídico que pueda traer consigo la ocurrencia del resultado; tres, si
se presenta, en efecto, una ausencia – omisión – de una conducta de
parte del garante que impida la concreción del riesgo precedente,
es decir, el resultado típico; cuatro, si dicho garante posee
capacidad individual para haber llevado a cabo la acción de
salvamento que no ejecutó; quinto, si ocurre el resultado típico
previsto como exigencia de tipicidad por el correspondiente delito
de acción (por ejemplo, la muerte en los tipos penales de homicidio;
el daño en las lesiones personales; el acceso o acto sexual en la
violación; la privación de la libertad en el secuestro; la pérdida del
patrimonio público en el peculado por apropiación, etc.); y sexto, la
realización de la omisión de forma dolosa o, al menos, culposa –
cuando lo permita el tipo penal – por parte de quien tenía la
correspondiente posición de garantía.
Nota V: un tipo penal será mixto cuando contempla, al tiempo,
verbos de acción u omisión y, por lo tanto, es posible su realización
de ambas formas (por ejemplo, el delito de Favorecimiento por
servidor público del contrabando – art. 322 –, dado que éste se
puede cometer mediante acciones tales como colaborar, participar,
embarcar, desembarcar, transportar, distribuir, almacenar, ocultar,
enajenar o de cualquier forma facilitar la sustracción, ocultamiento o
disimulo de mercancías del control de las autoridades aduaneras;
pero también mediante una omisión consistente en “omitir los
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controles legales o reglamentarios propios de su cargo para lograr
los mismos fines”)
4. Conducta concreta: se encuentra conformada por el
verbo o verbos rectores (alternativos, compuestos,
únicos, etc.). Como ya se dijo en la nota IV del requisito 3
del tipo objetivo, cuando el verbo rector sea omisivo (Vgr.,
omita, rehúse, deniegue, no auxilie, etc.) se tratará de un
delito de omisión propia. Así mismo, si el delito
contempla un verbo rector que implica un “hacer algo” se
llamará de acción (Vgr., matar, dañar, apoderarse, etc.). 4. Ausencia de realización de la específica conducta
Sin embargo, si el delito, además de la acción típica, típica: si la persona lleva a cabo una conducta que no
exige de un resultado y este ocurre porque un garante aparece criminalizada por el tipo penal, dicha persona no
no lo impide, entonces, se llamará el delito de omisión será responsable (por ejemplo, el artículo 274 del CP no
impropia (por ejemplo, si la madre – en su condición de contempla la tenencia de dinero falso como una
garante de su hija por múltiples disposiciones legales y conducta típica o el artículo 213 del CP no considera
constitucionales – no impide que alguien de la casa viole, delictivo el acoger a una trabajadora sexual para la
lesione o mate a su hija, pudiendo impedirlo, entonces realización de su actividad, sino tan solo la inducción al
será responsable de Acceso carnal violento por omisión comercio carnal o la prostitución).
impropia, Lesiones personales por omisión impropia u Nota: deberá en todo caso verificarse que la conducta no encaje en
Homicidio por omisión impropia según lo que ocurra en ningún otro delito, porque puede ocurrir que no sea típica de X
el caso). Es decir, en aquellos casos en los cuales la ley delito, pero si encaje en otro enunciado legal.
exija de una acción para causar un específico resultado,
en principio, solo es responsable quien realiza tal acción
descrita en el verbo rector. No obstante, de forma
excepcional (omisión impropia), también será
responsable aquella persona que omita impedir un
resultado típico cuando tal persona tenga una condición
especial: ser garante.
5. Resultado: es la consecuencia material de la acción 5. Ausencia de resultado: si el delito exige de un resultado
típica (de la realización del verbo rector). Dicha material y este no ocurre las consecuencias dependerán
consecuencia material a veces aparece descrita en el de si la acción típica fue dolosa o culposa. En el caso de
enunciado legal con palabras expresas (por ejemplo, en delitos dolosos la ausencia de resultado implica la
el delito de Lesiones personales, arts. 111 y ss, cuando configuración de una tentativa. En cambio, en los delitos
dice “daño” o “enfermedad”) y en otras ocasiones se culposos la atipicidad objetiva (no existirá delito).
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deduce tácitamente del verbo rector (como ocurre con el
Homicidio que usa el verbo “matare” el cual debe
entenderse reúne en una misma palabra la acción de
matar y el resultado consistente en la muerte del sujeto
pasivo). Así mismo, habrá situaciones en las cuales el
delito exija de varios resultados (por ejemplo, la Estafa,
art. 246, que exige de un resultado psíquico – que la
persona caiga en un “error” – y que además se obtenga
un provecho ilícito causándose finalmente un perjuicio
ajeno). Sin embargo, también puede suceder que el
delito no requiera para su configuración de ningún
resultado (como ocurre con el Porte ilegal de armas que
en su verbo rector “portar” o “tener en un lugar” las armas
no exige de ningún resultado expreso o tácito).
Nota: en los delitos que se exija de un resultado material deberá
verificarse la ocurrencia del mismo. En los demás, no será necesario
(es decir, este elemento NO aplica).
6. Objeto material: es la persona, cosa o fenómeno
6. Ausencia de objeto material: si en el caso concreto se
(realidad inmaterial o institucional) sobre la cual recae el
verifica que nunca existió un objeto material la conducta
verbo rector. A veces puede coincidir el objeto material
será atípica objetivamente – no habrá delito – (Vgr., si en
con el sujeto pasivo (como ocurre en el Homicidio en el
un Hurto nunca hubo una cosa mueble ajena o en la
cual el “muerto” es sujeto pasivo y objeto material). Pero
Falsedad documental lo falsificado no se considera
en muchos casos no existirá esa coincidencia (por
legalmente un documento o el Tráfico de fauna, art. 328A,
ejemplo, en las Lesiones personales el sujeto pasivo es el
no se traten de especímenes, productos o partes de la
lesionado, mientras que el objeto material es la parte del
fauna acuática, silvestre o especies silvestres exóticas).
cuerpo dañada o que se enfermó).
7. Ausencia de elementos descriptivos: si el elemento
7. Elementos descriptivos: son complementos del tipo
descriptivo que hace falta es una condición a agravación
penal que condicionan la tipicidad o agravan la pena
de la pena, la conducta seguirá siendo típica, pero tendrá
mediante la descripción de ciertas circunstancias de
que excluirse el correspondiente agravante (por ejemplo,
tiempo, modo o lugar en que se debe ejecutar la
cuando el artículo 104, inciso 1, en su numeral 7, agrava
conducta, o a través de la asignación de ciertas
el homicidio por poner a la víctima en situación de
características que debe cumplir el sujeto activo, el
indefensión o inferioridad o aprovechándose de esta
pasivo, el objeto material o el resultado.
situación. Entonces, si ninguna de estas situaciones
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Nota: si el delito no exige elementos descriptivos, entonces este ocurre lo que deberá hacerse es excluirse el agravante,
requisito NO aplica. pero seguirá siendo típica de homicidio simple – sin
agravantes – o agravado por otros eventos). En cambio, si
el delito exige de un preciso elemento descriptivo para la
configuración de la tipicidad y este no se ejecuta, dicha
acción será atípica objetivamente, es decir, no existirá
delito (como ocurriría en una Estafa, art. 246, si la
inducción a error del sujeto pasivo no se realiza mediante
ningún artificio o engaño).
Nota: en algunos casos la ausencia del elemento descriptivo no
implicará una atipicidad absoluta sino relativa. En otras palabras, se
tendrá que imputar otro delito. Por ejemplo, en el artículo 108 del CP
se exige que la muerte del hijo sea causado por la madre durante el
nacimiento o dentro de los 8 días siguientes, pero si esto ocurre fuera
de ese tiempo el delito que tendrá que imputarse es otro: un aborto
si se causa antes del nacimiento o un homicidio agravado o un
feminicidio agravado si ocurre con posterioridad a los 8 días.
8. Elementos normativos: son una especie particular de
elementos descriptivos que para su completo
entendimiento requiere la remisión o reenvío a una
norma jurídica (tipos penales en blanco) o socio-cultural
(tipos penales abiertos). Por ejemplo, es un tipo penal en
blanco el Prevaricato por acción, art. 413 del CP, cuyo 8. Ausencia de configuración de elementos normativos:
elemento normativo es: “manifiestamente contrario a la rigen las mismas reglas de los elementos descriptivos.
ley”. En cambio, es un tipo penal abierto la Injuria, art. 220,
cuando utiliza como elemento normativo el siguiente:
“imputaciones deshonrosas”.
Nota: si el delito no exige elementos normativos, entonces este
requisito NO aplica.
9. Nexo causal: cuando el tipo penal exija de un resultado, 9. Ausencia de nexo de causalidad: si el delito exige de un
será necesario que la acción cause el resultado. resultado material y este no es producto de la acción
Nota I: según la Corte Suprema de Justicia “el principio de típica (es decir, no hay nexo de causalidad) las
causalidad postula que todo efecto -todo evento- debe tener siempre consecuencias dependerán de si la acción típica fue
una causa (que, en idénticas circunstancias, una causa tenga siempre dolosa o culposa. En el caso de delitos dolosos la
un mismo efecto se conoce como principio de uniformidad). Se usa ausencia de nexo causal implica la configuración de una
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para la búsqueda de leyes definidas, que asignan a cada causa su tentativa. En cambio, en los delitos culposos la atipicidad
correspondiente efecto.” (Rad. 26262, 07 de julio de 2008). objetiva (no existirá delito).
Nota II: si el delito no exige resultado tampoco necesitará verificarse
de nexo causal, entonces en esos casos este requisito NO aplica.
10. Imputación objetiva: la imputación al tipo objetivo tan 10. Ausencia de configuración de los criterios de
sólo se configura cuando, establecida la relación de imputación objetiva:
causalidad, es viable predicar en el sujeto agente (i) la 10.1. Falta de CRJD por (i) disminución del riesgo8, (ii)
creación de un peligro o riesgo (lesividad) para el objeto ausencia de lesividad9 y casos socialmente
de la acción que sea jurídicamente desaprobado (CRJD) adecuados10, (iii) casos fortuitos11, art. 32.1 CP o
y (ii) la realización de dicho riesgo en el resultado (iv) riesgo permitido (Vgr. Causales del art. 3212,

8 Requisitos: (i) debe tratarse de una disminución significativa del riesgo; (ii) quien disminuye el riesgo, no puede haber creado el riesgo
precedente; y (iii) se debe disminuir el riesgo del mismo sujeto pasivo.
9 Dice la CSJ (Rad. 49686 de 2021) sobre la lesividad lo siguiente: “Luego, esto significa que sólo serán típicas aquellas situaciones concretas

que tengan significación para el bien jurídico protegido. No basta con la intencionalidad del sujeto para una responsabilidad penal. Es necesario
valorar si esa acción concreta es señal de una posible lesión de un bien jurídico. El bien jurídico da contenido material a la tipicidad. (…) La
Corte igualmente, en esa línea de pensamiento, ha señalado tratándose del juicio de tipicidad que no basta con verificar la subsunción de la
conducta en el modelo descriptivo de la figura legal, sino que además ha de comprobarse si ese comportamiento perturba o no el bien jurídico
protegido, de modo que esa labor intelectiva conlleva una doble valoración: “(i) el juicio de correspondencia comparativa entre la conducta y el
tipo, y, (ii) el juicio de verificación sobre la idoneidad de esa conducta para afectar (que no lesión) el bien jurídico tutelado por la norma. De esto
se tiene que la tipicidad puede ser afectada por el principio de insignificancia y la adecuación social de la conducta» (CSJ SP, 21 Oct. 2009,
rad. 29655)”. Por consiguiente, “la adecuación típica de una conducta dependerá de su idoneidad para producir el resultado normativo
consistente en la lesión o puesta en peligro del bien jurídico tutelado. En ese orden, el bien jurídico es un criterio delimitador de la tipicidad,
pues excluye del ámbito típico aquellos comportamientos que no tengan aptitud para vulnerarlo” (CSJ SP 9235-2014).”
10 Dice la CSJ (Rad. 47063 de 2021) sobre la adecuación social lo siguiente: “La teoría de la adecuación social pretende sustraer del juicio

de tipicidad objetiva algunos comportamientos que, aunque correspondan nominalmente a una conducta erigida en delito, no deben ser
sancionados por corresponder a costumbres o usos legitimados en el contexto socio-histórico en que se producen. En palabras de la Corte, «la
teoría de la adecuación social de la conducta… fue desarrollada… para excluir de los tipos penales toda acción que desde el punto de vista de
la colectividad fuese aprobada, tolerada…». Permite, pues, trazar un límite entre lo que es penalmente relevante y lo que no lo es en un caso
concreto, es decir, dejando a salvo la reprobación genérica de comportamientos que realiza el legislador mediante la tipificación abstracta de
conductas humanas.”
11 Un caso fortuito es algo objetivamente imprevisible; un riesgo que el hombre medio no podía anticipar. Por ejemplo, si A abofetea a B y

lo mata porque éste último tenía una hemofilia desconocida para ambos, A no habría creado un riesgo de muerte que fuera previsible,
objetivamente, para cualquier persona.
12 ARTÍCULO 32. AUSENCIA DE RESPONSABILIDAD. No habrá lugar a responsabilidad penal cuando: 2. Se actúe con el consentimiento

válidamente emitido por parte del titular del bien jurídico, en los casos en que se puede disponer del mismo.
3. Se obre en estricto cumplimiento de un deber legal.
4. Se obre en cumplimiento de orden legítima de autoridad competente emitida con las formalidades legales.
No se podrá reconocer la obediencia debida cuando se trate de delitos de genocidio, desaparición forzada y tortura.
5. Se obre en legítimo ejercicio de un derecho, de una actividad lícita o de un cargo público.
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obtenido (RRR). En los delitos de mera conducta, es numerales 2, 3, 4 y 5, del CP consentimiento,
decir, en los que no exija para consumación de un estricto cumplimiento de un deber, cumplimiento
resultado, bastará con el primer nivel: la CRJD. de una orden legítima, ejercicio de un derecho,
Nota: la CSJ explica el concepto de imputación objetiva así (Rad. cargo público o actividad lícita // principio de
52857 de 2021): “Al respecto, debe acotarse, como ha tenido
oportunidad de precisarlo esta Sala, que en virtud de lo previsto en
el artículo 9º del Código Penal, «(L)a causalidad por sí sola no basta
para la imputación jurídica del resultado». Para atribuir
responsabilidad penal no es suficiente establecer que una
determinada acción u omisión fue la causa de un resultado lesivo,
pues la determinación de la responsabilidad penal descansa no sólo
sobre supuestos fácticos o naturales, sino también sobre
presupuestos valorativos de contenido jurídico-penal, lo que se ha
denominado imputación objetiva. Por lo tanto, aparte de la
causalidad es necesario acudir a criterios adicionales para
considerar la imputación al tipo objetivo, como las que demuestran

7. (…) Inc. 2. El que exceda los límites propios de las causales consagradas en los numerales 3, 4, 5 (…) precedentes, incurrirá en una pena no
menor de la sexta parte del mínimo ni mayor de la mitad del máximo de la señalada para la respectiva conducta punible.
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que la consecuencia lesiva es «obra suya», o sea, «que depende de confianza1314 // prohibición de regreso15 //
su comportamiento como ser humano»6. acciones a propio riesgo16).

13 Dice la CSJ (rad. 56430 de 2022) sobre el principio de confianza: “quien se comporta en el tráfico de acuerdo con las normas puede y
debe confiar en que todos los participantes en el mismo tráfico también lo hagan, a no ser que de manera fundada se pueda suponer lo
contrario. Apotegma que se extiende a los ámbitos del trabajo en donde opera la división de funciones, y a las esferas de la vida cotidiana, en
las que el actuar de los sujetos depende del comportamiento asumido por los demás. (…) una de las manifestaciones del riesgo permitido es
el principio de confianza, en virtud del cual el individuo actúa sobre el supuesto de que los demás lo harán acorde con las previsiones sociales
de conducta, es decir, dentro del marco reglamentario. Sin embargo, tal postulado no aplica con igual rigor cuando se trata de niños, ancianos
o personas con alguna discapacidad física o sensorial. En dichos eventos, para CORCOY BIDASOLO, «el principio de defensa se superpone al
principio de confianza», toda vez que el individuo se convierte en garante frente a reacciones imprevisibles de aquellos, lo que determina incluir
medidas de cuidado extraordinarias para así contrarrestar el peligro especial que provenga de la conducta de alguna de esas personas. No
obstante, para la misma autora, la ampliación de ese ámbito de responsabilidad del conductor «debería limitarse en el sentido de que esto sólo
fuera posible cuando éste pudiese, ex ante, advertir la configuración de la víctima y, con ello, su posible actuación “imprevisible” y no aplicar
el principio de defensa cuando el autor no pudo conocer la “clase de víctima” a la que afectaba su conducta».”
14 Igualmente, nos ha dicho la Corte (Rad. 61464 de 2022): “Aunque el principio de confianza ha desempeñado un papel esencial en el ámbito

de la imprudencia como criterio de determinación del deber de cuidado (especialmente cuando se trata de acciones que forman parte de una
actividad compartida o que implica una distribución de trabajo, como pueden ser acciones propias del tráfico automotor o de la intervención
quirúrgica ), lo cierto es que como criterio normativo en otros ámbitos de la teoría jurídica del delito se extendió a las conductas dolosas en
virtud del proceso de normativización de la tipicidad. Ahora bien, esta Corporación ha relevado que el principio de confianza está sujeto a
limitaciones. En primer lugar, no es procedente su aplicación cuando la persona posee un especial deber de vigilancia o cualquier otra función
de control dentro del ámbito de sus competencias, pues en tales eventos no es posible afirmar que la conducta del actor ha quedado supeditada
a la intervención de los demás. En segundo lugar, no es posible acogerse al principio de confianza cuando, dentro de sus propios deberes de
observación, de acuerdo a las circunstancias objetivas que lo rodean, pueda el individuo inferir que los otros no se comportan conforme a lo
esperado: «cuando una persona conozca o deba conocer (elemento de imputación personal) una situación en la que ya no le es posible confiar
–existen motivos objetivos concretos o evidencias de que otra persona no quiere respetar las normas o carece de capacidad para ello– ya será
posible imputar el hecho típico a esa persona a título de dolo o imprudencia en función de sus niveles de conocimiento sobre la situación». Así,
tratándose de delitos dolosos en régimen de actividades compartidas o en equipo de trabajo, le serán atribuibles objetivamente las acciones
activas o pasivas a aquel que teniendo el deber de evitar el resultado o de vigilar la conducta de quienes colaboran en la ejecución de las
labores a él encomendadas, permita que, ya sea mediante contribuciones esenciales o secundarias para la producción del resultado, vulneren
el bien jurídico llamado a proteger. Al respecto, debe acotarse que en supuestos de reparto de funciones propio de una empresa es preciso
distinguir entre sujetos que trabajan al mismo nivel o en un nivel equivalente (relación de igualdad) y aquellos que trabajan en distintos niveles
o en una relación jerarquizada donde uno recibe instrucciones de otra persona que se encuentra en un nivel superior y es controlada por ésta
(relación de supra y subordinación). En el primer caso la doctrina se refiere a una división horizontal y en el segundo a una división vertical de
funciones o del trabajo. La división horizontal del trabajo, facilita que cada individuo, en un plano de igualdad, se pueda ocupar de su ámbito
especializado, sin controlar que las otras personas se comporten correctamente, aspecto que puede asumir en razón del principio de confianza.
Por su parte, en los supuestos de división vertical del trabajo el principio de confianza tiene un alcance mucho más limitado para el superior
jerárquico puesto que hacen parte de su competencia funciones de vigilancia y control derivadas de la cadena de delegación de tareas, que le
imponen el deber directo e inmediato de evitar un hecho típico. Trasladando los referidos contenido y límites del principio de confianza a las
actividades desarrolladas en estructuras propias de la administración pública, la Corte ha precisado que «si un servidor público tiene el deber
de administrar, vigilar o custodiar determinado bien (y, por lo tanto, de evitar la apropiación indebida por parte de terceros), no es posible
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predicar la aplicación del principio de confianza para excluir la realización del tipo objetivo de peculado por apropiación, ni siquiera en aquellos
eventos en los que, en efecto, haya mediado la intervención dolosa de otras personas para la consecución del resultado».”
14 Igualmente, nos ha dicho la Corte (Rad. 61464 de 2022): “Aunque el principio de confianza ha desempeñado un papel esencial en el ámbito

de la imprudencia como criterio de determinación del deber de cuidado (especialmente cuando se trata de acciones que forman parte de una
actividad compartida o que implica una distribución de trabajo, como pueden ser acciones propias del tráfico automotor o de la intervención
quirúrgica ), lo cierto es que como criterio normativo en otros ámbitos de la teoría jurídica del delito se extendió a las conductas dolosas en
virtud del proceso de normativización de la tipicidad. Ahora bien, esta Corporación ha relevado que el principio de confianza está sujeto a
limitaciones. En primer lugar, no es procedente su aplicación cuando la persona posee un especial deber de vigilancia o cualquier otra función
de control dentro del ámbito de sus competencias, pues en tales eventos no es posible afirmar que la conducta del actor ha quedado supeditada
a la intervención de los demás. En segundo lugar, no es posible acogerse al principio de confianza cuando, dentro de sus propios deberes de
observación, de acuerdo a las circunstancias objetivas que lo rodean, pueda el individuo inferir que los otros no se comportan conforme a lo
esperado: «cuando una persona conozca o deba conocer (elemento de imputación personal) una situación en la que ya no le es posible confiar
–existen motivos objetivos concretos o evidencias de que otra persona no quiere respetar las normas o carece de capacidad para ello– ya será
posible imputar el hecho típico a esa persona a título de dolo o imprudencia en función de sus niveles de conocimiento sobre la situación». Así,
tratándose de delitos dolosos en régimen de actividades compartidas o en equipo de trabajo, le serán atribuibles objetivamente las acciones
activas o pasivas a aquel que teniendo el deber de evitar el resultado o de vigilar la conducta de quienes colaboran en la ejecución de las
labores a él encomendadas, permita que, ya sea mediante contribuciones esenciales o secundarias para la producción del resultado, vulneren
el bien jurídico llamado a proteger. Al respecto, debe acotarse que en supuestos de reparto de funciones propio de una empresa es preciso
distinguir entre sujetos que trabajan al mismo nivel o en un nivel equivalente (relación de igualdad) y aquellos que trabajan en distintos niveles
o en una relación jerarquizada donde uno recibe instrucciones de otra persona que se encuentra en un nivel superior y es controlada por ésta
(relación de supra y subordinación). En el primer caso la doctrina se refiere a una división horizontal y en el segundo a una división vertical de
funciones o del trabajo. La división horizontal del trabajo, facilita que cada individuo, en un plano de igualdad, se pueda ocupar de su ámbito
especializado, sin controlar que las otras personas se comporten correctamente, aspecto que puede asumir en razón del principio de confianza.
Por su parte, en los supuestos de división vertical del trabajo el principio de confianza tiene un alcance mucho más limitado para el superior
jerárquico puesto que hacen parte de su competencia funciones de vigilancia y control derivadas de la cadena de delegación de tareas, que le
imponen el deber directo e inmediato de evitar un hecho típico. Trasladando los referidos contenido y límites del principio de confianza a las
actividades desarrolladas en estructuras propias de la administración pública, la Corte ha precisado que «si un servidor público tiene el deber
de administrar, vigilar o custodiar determinado bien (y, por lo tanto, de evitar la apropiación indebida por parte de terceros), no es posible
predicar la aplicación del principio de confianza para excluir la realización del tipo objetivo de peculado por apropiación, ni siquiera en aquellos
eventos en los que, en efecto, haya mediado la intervención dolosa de otras personas para la consecución del resultado».”
15 La figura de la prohibición de regreso como tesis excluyente de imputación objetiva se presenta, en palabras de la Corte, “cuando una

persona realiza una conducta culposa, irrelevante o inocua para el derecho penal, y con ella facilita, propicia o estimula la comisión de un delito
doloso o culposo por parte de otra” frente a lo cual “no le es imputable el comportamiento criminoso de esta última, excepto si tiene posición de
garante, excede los límites del riesgo permitido y conoce la posibilidad de comisión de delito doloso o culposo por parte de la otra”(CSJ SP 29
abril 2006, rad. 22.941).
16 En casación del 12 de septiembre de 2012, radicación 36824, se indicó que la acción a propio riesgo como criterio excluyente de

imputación al tipo objetivo, contempla tres elementos: “(i) conocimiento del peligro por parte del sujeto pasivo de la conducta (o capacidad
para conocerlo), (ii) Poder de control de esta persona acerca de la asunción de dicho riesgo y (iii) ausencia de posición de garante respecto del
sujeto agente.”
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De allí que en el planteamiento de la teoría de la imputación objetiva 10.2. Falta RRR (i) por tratarse de la concreción de un
la realización del tipo objetivo se cumple cuando el hecho causado riesgo distinto del creado, (ii) por ser resultados
por una persona crea un riesgo jurídicamente desaprobado y el
mismo se concreta en un resultado determinado, siempre y cuando
atribuibles a un ámbito de responsabilidad ajeno
exista relación de causalidad entre el riesgo creado y el resultado. al del autor, (iii) por tratarse de resultados no
De acuerdo con la teoría de la imputación objetiva, no es suficiente cobijados por el fin de protección de la norma
para imputar el resultado al tipo objetivo que un sujeto produzca un jurídica17 o (iv) resultados fortuitos18
riesgo que pueda hacer parte de la cadena de causalidad que (objetivamente imprevisibles), art. 32.1 CP.
conduce al resultado; es necesario, además, que ese riesgo no Nota I: si el delito exige de un resultado material y este no es
permitido creado por el autor, y no otro, sea el que se materialice en imputable objetivamente (falta de RRR) las consecuencias
ese resultado. De manera que no procede la imputación si, aunque dependerán de si la acción típica fue dolosa o culposa. En el caso
el sujeto haya originado un peligro para el bien jurídico protegido, de delitos dolosos la ausencia del segundo nivel de imputación
el resultado no se produce como concreción de ese peligro, sino objetiva implica la configuración de una tentativa. En cambio, en los
sólo en conexión causal con el mismo, como ocurre cuando el delitos culposos la atipicidad objetiva (no existirá delito).
resultado es consecuencia de un curso causal imprevisible7.” Nota II: en torno al segundo nivel de imputación objetiva (la
realización o concreción del riesgo en el resultado) y los eventos en
los cuales falta dicho nivel ha dicho la CSJ (Rad. 52728 de 2022):
“41. De otra parte, en el ámbito de la imputación objetiva, la
realización del tipo objetivo se predica cuando el hecho causado por
una persona crea un riesgo jurídicamente desaprobado y el mismo
se concreta en un resultado, siempre y cuando exista relación de
causalidad entre el riesgo creado y el resultado.
42. De ahí que, para imputar el resultado al tipo objetivo no es
suficiente que un sujeto produzca un riesgo que pueda formar parte
de la cadena de causalidad natural que conduce al resultado nocivo;
sino que, es necesario, además, que ese riesgo no permitido creado

7 ROXIN, Claus, Derecho penal. Parte general. Tomo I. Fundamentos. La estructura de la teoría del delito, Civitas, Madrid, 1997, p. 373.
17 La Sala, en la sentencia CSJ SP1945-2019, rad. 50523, sostuvo: “Uno de los elementos a considerar cuando se trata de imputar
jurídicamente el resultado es el fin de protección de la norma. Según este criterio, la norma fundamentadora de la responsabilidad no tiende
a la protección general de todos los daños imaginables, sino solo aquellos que se producen del modo en que la norma pretendía evitar que
sucedan. De acuerdo con esta visión, el resultado solo podría imputársele a la acción, si fuese el producto de la infracción del deber objetivo
de cuidado descrito en la regla del código de tránsito, una prohibición que se dirige al común de los ciudadanos que conducen un vehículo, más
no a los conductores de ambulancias que prestan el servicio de urgencia.”
18 Sobre esta figura jurídica, la jurisprudencia de la CSJ (Rad. 46612 de 2018) ha precisado que «cuando se hace alusión a un caso fortuito,

lo que se quiere expresar en términos de la teoría de la imputación objetiva es que la lesión o puesta en peligro del bien jurídico no se puede
determinar en el ámbito de competencia de persona alguna, entendida ésta como la portadora de un rol socialmente comprensible, o bien la
imposibilidad de establecer la relación entre el sujeto activo y el resultado típico para que se le pueda atribuir al primero como ‘obra suya’ lo
segundo.”
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por el autor, y no otro, sea el mismo que se materialice en el
resultado.
De manera que, no procede la imputación si, aunque el sujeto haya
originado un peligro para el bien jurídico protegido, el resultado no
se produce como concreción de ese mismo riesgo jurídicamente
desaprobado, sino sólo en conexión de causa natural con el mismo.
43. Es así que, la imputación al tipo objetivo por un resultado final,
podría excluirse para el autor original, cuando el riesgo creado por
éste habría producido un efecto distinto, de no ser por la
intervención de otro sujeto; quien, a su vez, genera otro riesgo que
concurre con el anterior o lo incrementa, con entidad suficiente para
desviar significativamente el curso causal original o para crear otro
nexo causal diverso.
En esta última alternativa, podría abrirse la posibilidad de efectuar
otra imputación distinta para el segundo sujeto, debido,
precisamente, a la presencia de aquella circunstancia extraordinaria
propiciada por él.
44. Un evento de concurrencia de riesgos, como el antes descrito,
puede ocurrir, por ejemplo, cuando el autor inicial, con la intención
de matar a una persona, le causa graves heridas que ponen en serio
peligro su existencia; y, no obstante, la víctima fallece más adelante,
adicionalmente por: i) fallas relevantes del personal médico en el
diagnóstico o tratamiento; o ii) comportamiento contraindicado del
mismo paciente frente a su proceso de curación.
(…)
A tal punto, si las pruebas alcanzan entidad para demostrar la
convergencia de otros riesgos producidos indiscutiblemente por
falla corporativa en el servicio de salud, o de manera abiertamente
equivocada o negligente por el equipo médico, el agresor inicial
sólo responderá por lesiones personales o tentativa de homicidio,
según el caso; y los galenos podrían llegar a ser imputados también
por lesiones personales o por homicidio culposo.
50. De ese modo, existen algunos casos en los cuales, al autor
original no le son imputables las consecuencias de las fallas severas
en el servicio médico (Ej. Suministran anestesia en exceso y sin
exámenes previos, estando disponibles) ni los resultados de las
acciones temerarias a propio riesgo de la víctima (Ej. Decide
embriagarse en un post operatorio).
51. En aquellos casos extremos, la falta de imputación al autor inicial
de los resultados propiciados por los nuevos riesgos desaprobados
creados por terceros o la víctima, se explica en que el fin de
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protección de la norma infringida por el primer causante no
necesariamente abarca la evitación ciertas conductas de terceros o
de las víctimas.
(…)
En tratándose de casos difíciles de concurrencia de riesgos,
JAKOBS19, en la citada obra, aborda inclusive la posibilidad absolver
por el beneficio de la duda “pero no porque no concurra un
comportamiento no permitido sino porque no está probado que el
resultado pueda ser atribuido al comportamiento.”
Elementos del TIPO SUBJETIVO Causales de atipicidad subjetiva.
1. El error de tipo:

CP. ARTÍCULO 32. AUSENCIA DE RESPONSABILIDAD. No


habrá lugar a responsabilidad penal cuando: 10. Se obre
1. Modalidad subjetiva general de ejecución de la
con error invencible de que no concurre en su conducta
conducta punible:
un hecho constitutivo de la descripción típica (…) . Si el
1.1. Dolo (art. 22 CP): la conducta es dolosa cuando el
error fuere vencible la conducta será punible cuando la
agente conoce los hechos constitutivos de la
ley la hubiere previsto como culposa.
infracción penal y quiere su realización. También
será dolosa la conducta cuando la realización de la
Dice la CSJ lo siguiente: “El error de tipo hace referencia
infracción penal ha sido prevista como probable y
al desconocimiento o conocimiento defectuoso de las
su no producción se deja librada al azar.
circunstancias objetivas del hecho que pertenecen al tipo
1.2. Culpa (art. 23 CP): la conducta es culposa cuando
legal, con independencia de que estas tengan carácter
el resultado típico es producto de la infracción al
fáctico, esto es de naturaleza descriptiva (cosa, cuerpo,
deber objetivo de cuidado y el agente debió
causalidad), o normativa, de esencia comprensiva
haberlo previsto por ser previsible, o habiéndolo
(ajenidad, documento, funcionario)” (Rad. 44145, 24 sep.
previsto, confió en poder evitarlo.
2014)
1.3. Preterintención (art. 24) CP: la conducta es
preterintencional cuando su resultado, siendo
A nivel jurisprudencial la diferencia entre el error de
previsible, excede la intención del agente.
tipo y el error de prohibición ha quedado planteado de
la siguiente manera (Rad. 47716, 04 de diciembre de
2017):

19 JAKOBS Günther. Obra citada, págs. 104 y 105.


Prof. José María Peláez Mejía
“La Corte ha distinguido (CSJ AP, 29 oct. 2008, Rad.
25783) entre los conceptos de error de tipo y de
prohibición y las consecuencias punitivas de cada uno,
así:

En este orden de ideas, el error de tipo supone la ausencia


del elemento cognitivo del dolo, esto es, el
desconocimiento de los elementos tanto descriptivos
como normativos que integran el llamado tipo objetivo,
mientras que el error de prohibición parte de la idea de
que el sujeto agente sí quiere y conoce lo que hace (esto
es, sí actúa con dolo), pero al mismo tiempo asume que
su conducta no está prohibida por la ley y, por lo tanto, le
está permitida su realización.

Cuando el error de tipo fuere de naturaleza vencible (es


decir, cuando al agente le era exigible conocer aquellos
elementos que integraban el tipo objetivo), la conducta se
constituirá en delito imprudente si así lo ha previsto el
legislador, tal como lo dispone el numeral 10 del artículo
32 del Código Penal. En cambio, cuando se trata de un
error de prohibición vencible (esto es, cuando el sujeto
agente bien hubiera podido haberse informado de la
naturaleza ilícita de su acción), la conducta se atenúa de
la manera prevista en el numeral 11 ibídem.

Más adelante (CSJ SP, 15 jul. 2009, Rad. 31780), añadió:

De este modo, el desconocimiento o error acerca de los


elementos descriptivos o normativos —aspectos objetivos
del tipo de injusto— por parte de quien realiza la conducta
prohibida excluye el dolo. No obstante si ese error,
atendido el entorno y las condiciones de orden personal
en las que se desenvuelve, fuere de naturaleza vencible,
Prof. José María Peláez Mejía
transmuta el tipo objetivo de injusto en delito imprudente
si así lo ha previsto el legislador. Sin embargo, válido es
aclarar que si el error recae estrictamente en el elemento
normativo, suficiente es que el autor haya realizado una
valoración paralela del mismo, incluso desde la
perspectiva del lego, para imputarle su conocimiento a
título de dolo.

El error acerca de los elementos concernientes a


categorías disímiles al tipo no posee notabilidad jurídica
alguna en sede de tipicidad, pues solamente el
relacionado con los elementos que lo integran elimina el
dolo.

3.2. El error de prohibición difiere del error de tipo en que


el agente conoce la ilicitud de su comportamiento pero
erradamente asume que el mismo le está permitido y que
por lo tanto lo excluye de responsabilidad penal. En otras
palabras, supone que hay unas condiciones mínimas pero
serias que en alguna medida hagan razonable la
inferencia subjetiva que equivocadamente se valora.

Luego en el error de prohibición la falla en el


conocimiento del agente no reside en los elementos
estructurales del modelo de conducta prohibida por la
ley, las cuales conoce, sino en la asunción que tiene
acerca de su permisibilidad.

Para que el mismo tenga relevancia jurídica, es decir,


excluya al sujeto de responsabilidad penal, debe ser
invencible, pues, si fuere superable, deberá responder
por el delito ejecutado de manera atenuada, como lo
prevé el numeral 11 del artículo 32 de la Ley 599 de 2000.”
Prof. José María Peláez Mejía
¿Cuándo el error es invencible? Según la jurisprudencia
en los siguientes casos:

“El error de tipo invencible es la errada interpretación que


no le era exigible al autor superar, o en otros términos, que
ni aún actuando en forma diligente y cuidadosa habría
podido llegar a otra conclusión, esto es, que el error
invencible no depende de culpa o negligencia. Y, el error
de tipo vencible es aquella falsa representación que el
autor había podido evitar o superar si hubiere podido
colocar el esfuerzo, el ejercicio representativo a su alcance
y que le era exigible, es decir, el error que le era dado
superar atendiendo a las condiciones de conocimiento,
oportunidad y demás circunstancias temporo-espaciales
que rodearon el hecho”. (CSJ SP, 6 jul. 2005, rad. 22299)
2. Elementos subjetivos especiales: consisten en ciertos
motivos, propósitos o finalidades específicas por las que
se realiza la conducta descrita por el tipo penal. En
consecuencia, cuando la ley exige estos elementos, no
2. Ausencia de elementos subjetivos especiales: si la
basta con que la persona conozca los hechos
persona actúa sin el ingrediente subjetivo especial que
constitutivos de la infracción penal y quiera que pasen,
exige el tipo penal la conducta será atípica
sino que, adicionalmente, debe realizar el
subjetivamente (no habrá delito). Sin embargo, si tal
comportamiento para cumplir algún fin o propósito
ingrediente es apenas un agravante, la consecuencia de
específico o, también, motivado por alguna razón. Los
actuar sin dicha motiva será tan solo la exclusión del
elementos subjetivos especiales sólo serán exigidos para
agravante.
tipos penales dolosos, nunca culposos o
preterintencionales. Así mismo, puede que en algunos
delitos los elementos subjetivos especiales NO sean
condición de tipicidad subjetiva sino de agravación.
Tercer elemento del delito: la conducta típica deberá,
Causales de justificación (falta de antijuridicidad).
además, ser ANTIJURÍDICA.
Ausencia de causales de justificación. Son causales de justificación:
Prof. José María Peláez Mejía
1. La legítima defensa, art. 32.6 CP.2021
2. El estado de necesidad justificante, art. 32.7 CP2223.
Cuarto elemento del delito: la conducta típica y
antijurídica deberá, además, ser realizada por un sujeto
Causales de exculpación (falta de culpabilidad).
CULPABLE (la culpabilidad es el juicio de reproche
realizado al autor o partícipe del hecho).
La inimputabilidad (derivada de inmadurez sicológica,
trastorno mental, diversidad sociocultural o estados
1. Imputabilidad.
similares, art. 33) NO es una ausencia de responsabilidad, ni
impide la configuración del delito, pero sí disminuye la

20 ARTÍCULO 32. AUSENCIA DE RESPONSABILIDAD. No habrá lugar a responsabilidad penal cuando:


6. Se obre por la necesidad de defender un derecho propio o ajeno contra injusta agresión actual o inminente, siempre que la defensa sea
proporcional a la agresión.
6.1. Legítima defensa privilegiada. Se presume también como legítima la defensa que se ejerza para rechazar al extraño que usando maniobras
o mediante violencia penetre o permanezca arbitrariamente en habitación o dependencias inmediatas, o vehículo ocupado. La fuerza letal se
podrá ejercer de forma excepcional para repeler la agresión al derecho propio o ajeno.
PARÁGRAFO. En los casos del ejercicio de la legítima defensa privilegiada, la valoración de la defensa se deberá aplicar un estándar de
proporcionalidad en el elemento de racionalidad de la conducta.
21 Requiere para su configuración, que en el proceso se encuentre acreditada la concurrencia de los siguientes elementos: “a). Que haya

una agresión ilegítima, es decir, una acción antijurídica e intencional, de puesta en peligro de algún bien jurídico individual [patrimonio
económico, vida, integridad física, libertad personal]. b). Que sea actual o inminente. Es decir, que el ataque al bien jurídico se haya iniciado o
inequívocamente vaya a comenzar y que aún haya posibilidad de protegerlo. c) Que la defensa resulte necesaria para impedir que el ataque
injusto se materialice. d) Que la entidad de la defensa sea proporcionada, tanto en especie de bienes y medios, como en medida, a la de la
agresión. e) Que la agresión no haya sido intencional y suficientemente provocada. Es decir que, de darse la provocación, ésta no constituya
una verdadera agresión ilegítima que justifique la reacción defensiva del provocado.” (CSJ. SP 26 Jun. 2002, Rad. 11679, y en similares
términos SP 6 Dic. 2012, Rad. 32598; AP1018-2014, 5 Mar. 2014, Rad. 43033; y SP2192-2015, 04 Mar. 2015, Rad. 38635.)
22 ARTÍCULO 32. AUSENCIA DE RESPONSABILIDAD. No habrá lugar a responsabilidad penal cuando:

7. Se obre por la necesidad de proteger un derecho propio o ajeno de un peligro actual o inminente, inevitable de otra manera, que el agente
no haya causado intencionalmente o por imprudencia y que no tenga el deber jurídico de afrontar. El que exceda los límites propios de las
causales consagradas en los numerales 3, 4, 5, 6 y 7 precedentes, incurrirá en una pena no menor de la sexta parte del mínimo ni mayor de
la mitad del máximo de la señalada para la respectiva conducta punible.
23 La diferencia central entre el estado de necesidad y la legítima defensa es que aquél se activa ante un peligro (que puede provenir de

animales, cosas, la naturaleza o personas), mientras que ésta se activa ante una agresión (que necesariamente ha de tratarse de un acto
humano). Así mismo, téngase en cuenta esto: (i) Si el bien que se salva con el estado de necesidad es mayor que el bien que se sacrifica,
entonces estaremos en presencia de uno de carácter justificante; (ii) Si el bien que se salva con el estado de necesidad es igual que el bien
que se sacrifica, entonces estaremos en presencia de uno de carácter exculpante; pero, (iii) Si el bien que se salva con el estado de necesidad
es menor que el bien que se sacrifica, entonces estaremos en presencia de un delito; más exactamente, no podrá reconocerse la eximente
de responsabilidad (pues en estricto sentido no habría existido la necesidad de salvamento).
Prof. José María Peláez Mejía
culpabilidad a tal punto que puede prescindirse de toda
sanción penal. Sin embargo, en la mayoría de los casos la
inimputabilidad lo único que impide es la imposición de la
pena, haciendo viable sancionar al autor o partícipe
únicamente con medidas de seguridad
Eventos de inexigibilidad:
(a) Estado de necesidad exculpante, art. 32.7 CP
2. Exigibilidad de conducta conforme a derecho. (b) Miedo insuperable pero que no alcance a eliminar la
consciencia del sujeto, art. 32.9 CP24
(c) Insuperable coacción ajena, art. 32. 8 CP25

24 En providencia de la CSJ SP, rad. 32.585, 12 may. 2010 se definió el miedo insuperablecomo, «aquél que aun afectando psíquicamente
al que lo sufre, no excluye la voluntariedad de la acción, pero si lo priva de la normalidad necesaria para poder atribuirle responsabilidad
penal. El término ‘insuperable’ ha de entenderse como ‘aquello superior a la exigencia media de soportar males y peligros’. Por lo tanto, no
puede admitirse un miedo insuperable cuando se está ante una situación perfectamente controlable por un ciudadano común, pero que otro
sujeto por su carácter pusilánime no tolera, prefiriendo cometer el delito. La insuperabilidad del miedo se constituye entonces en una condición
normativa necesaria para que el miedo tenga eficacia como eximente de responsabilidad».
REQUISITOS
CSJ SP, 12 dic. 2002, rad. 18983
1) La existencia de profundo estado emocional en el sujeto por el temor al advenimiento de un mal.

2) El miedo ha de ser insuperable, es decir sólo aquel que no deje al sujeto ninguna posibilidad de actuar como lo haría el común de los
hombres.

3) El miedo debe ser el resultado de una situación capaz de originar en el ánimo del procesado una situación emocional de tal intensidad
que aunque no excluye totalmente la voluntariedad de la acción, sí enerva la fuerza compulsiva necesaria para autodeterminarse.

4) El miedo debe ser producto de una serie de estímulos ciertos, graves, inminentes y no justificados.

En cambio, en el temor intenso, aunque el sujeto padece cierta perturbación debido a una impresión real o imaginaria, todavía es capaz
de enfrentar con algún grado de ecuanimidad la amenaza de daño. Por ello, algunos autores lo ubican dentro de las denominadas fases
de prudencia o cautela que no excluyen la responsabilidad sino que disminuyen la punibilidad, porque de todas maneras la situación
emocional atenúa en cierto grado la culpabilidad.

25 Es definida la insuperable coacción ajena por la CSJ de la siguiente manera en rad. 32.585, 12 may. 2010: “La insuperable coacción
ajena se origina en la acción de un tercero que constriñe la voluntad de otro mediante violencia física o psíquica (o moral), para que ejecute un
comportamiento típico de acción o de omisión que sin tal sometimiento no realizaría; en otras palabras, el sujeto activo no goza de las condiciones
para gobernar a plenitud su voluntad ya que su libre autonomía está dominada por la compulsión del coaccionador.” La diferencia entre obrar
“bajo una insuperable coacción ajena” y obrar “impulsado por miedo insuperable”, consiste en que la primera el miedo tiene su génesis en el
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El error de prohibición.

CP. ARTÍCULO 32. AUSENCIA DE RESPONSABILIDAD. No


habrá lugar a responsabilidad penal cuando: 11. Se obre con
error invencible de la licitud de su conducta. Si el error fuere
vencible la pena se rebajará en la mitad. Para estimar
cumplida la conciencia de la antijuridicidad basta que la
persona haya tenido la oportunidad, en términos razonables,
de actualizar el conocimiento de lo injusto de su conducta.

El error de prohibición directo:

(a) El sujeto activo yerra sobre la existencia de la norma al


desconocer la prohibición.
3. Conciencia de lo ilícito.
Ejemplo: el extranjero que viene por primera vez al país
y no sabe que en Colombia es delito tener armas sin un
permiso especial de autoridad competente.

(b) El sujeto activo yerra sobre la vigencia de la norma al


creer equivocadamente que la norma ya no produce
efectos jurídicos.

Ejemplo: la mujer cree, luego de escuchar la noticia de la


descriminalización parcial del aborto, que la norma que
prohibía abortar ya no existe para ningún caso.

(c) El sujeto activo yerra sobre la interpretación de la norma


al creer que la prohibición significa o tiene unos alcances
que no tiene.

comportamiento arbitrario e ilegal de otra persona patentizado en una fuerza irresistible tendiente a condicionar la voluntad del sujeto con
el fin de que realice una acción determinada; mientras que en la segunda el miedo surge en el ánimo del hombre sin que exista coacción o
intimidación, en la medida en que el mismo puede provenir antes peligros reales o imaginarios o tratarse de miedo instintivo, racional o
imaginativo.
Prof. José María Peláez Mejía

Ejemplo: la persona piensa que la prohibición de tener


armas de fuego sin permiso de autoridad competentes
no cobija aquellas que estén descargadas o sin
municiones, al haber interpretado equivocadamente la
expresión armas de fuego.

El error de prohibición indirecto:

(a) El sujeto activo yerra sobre la existencia de una norma


permisiva al creer equivocadamente que había una
disposición jurídica que le permitía actuar como lo hizo.

Ejemplo: la persona mayor de edad que se casa con una


niña de 13 años en una iglesia X recién creada y luego
tiene relaciones sexuales creyendo que la ley contempla
esa situación como una eximente de responsabilidad.

(b) El sujeto yerra sobre los límites de una ausencia de


responsabilidad

Ejemplo: la persona que tiene relaciones sexuales con


una menor de 13 años con su consentimiento, pensando
que este es válido sin importar la edad que tenga la
persona para darlo.

El EPOCAR:

CP. ARTÍCULO 32. AUSENCIA DE RESPONSABILIDAD. No


habrá lugar a responsabilidad penal cuando: 10. Se obre con
error invencible (…)de que concurren los presupuestos
objetivos de una causal que excluya la responsabilidad . Si el
error fuere vencible la conducta será punible cuando la ley la
hubiere previsto como culposa.
Prof. José María Peláez Mejía

Dice la CSJ al respecto:

“Y, entratándose del error alegado en casación por el


recurrente, la Sala ha mencionado (CSJ SP1437-2014, 12 feb.
2014, Rad. 30183) que:

Conforme con la jurisprudencia de la Corte, cuando el agente


actúa bajo el supuesto referido [pensar que se procede en
legítima defensa], su comportamiento está soportado en el
error de prohibición denominado defensa putativa o
presunta, porque quien así procede lo hace bajo el errado
convencimiento de que es objeto de un indebido ataque,
cuando en realidad no existe una embestida real o
apremiante, por lo que la acción está determinada por una
deformación de la verdad que da lugar a excusarlo de
responsabilidad, siempre y cuando el error sea invencible,
pues si fuere “vencible la conducta será punible cuando la ley
la hubiere previsto como culposa”, según precisa el artículo
32-10 del Código Penal.

De esa manera, la demostración del error eximente de


responsabilidad debe centrarse en verificar la existencia de
la circunstancia concreta que lo genera, es decir, el factor que
le hace suponer al agente que es objeto de una injusta
agresión, actual o inminente, la cual le impone reaccionar en
defensa de un derecho propio o ajeno.

Así mismo, en Sentencia CSJ SP1478-2015, 18 feb. 2015,


Rad. 42273, se dijo:

Ahora bien, la figura reconocida por el a quo está


exactamente contemplada en el aparte del inciso primero del
numeral 10 del artículo 32 del Código Penal, en el cual se
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considera legitimada la conducta de quien “obre con error
invencible… de que concurren los presupuestos objetivos de
una causal que excluya la responsabilidad”.
Dicho motivo excluyente de responsabilidad
dogmáticamente se denomina error de prohibición —
indirecto— y tiene como elemento esencial, como lo ha
señalado la jurisprudencia de la Sala, el error invencible en
que incurre el agente acerca de la existencia del ataque o
agresión o en torno a su justificación, es decir que el mismo
no es real, pero aquel lo crea, lo representa imaginariamente,
hasta el punto de considerar necesario ejercer un acto de
defensa para repelerlo, convencimiento errado que entonces
legitima la conducta del agente (CSJ SP, 29 de jun. de 2011,
Rad. 28143).

Sobre las diferencias existentes entre la legítima defensa pura


y simple y la defensa putativa o subjetiva, la Corte ha
explicado lo siguiente:

“La legítima defensa se considera como causal excluyente de


la antijuridicidad porque la conducta de quien obra en
defensa de un derecho propio o ajeno, contra una agresión
que es injusta, actual o inminente, no es pasible de juicio de
reproche dado que en esas condiciones se afirma que el
hecho es justificado; en cambio, en el error de prohibición no
es acertado hablar de legítima defensa, sino de defensa
putativa o supuesta, porque quien actúa lo hace bajo el
errado convencimiento de que ha sido objeto de una injusta
agresión, cuando en realidad no ha existido un ataque
injusto, actual o inminente, luego la conducta del agente está
determinada por una deformación de la verdad que da lugar
a excusar la responsabilidad, pero siempre y cuando el error
sea invencible, dado que si fuere “vencible la conducta será
Prof. José María Peláez Mejía
punible cuando la ley la hubiere previsto como culposa” (CSJ
SP, 14 de jul. 2008, Rad. 27910).

Por último, en providencia CSJ SP2192-2015, 4 mar. 2015,


Rad. 38635, así se discurrió:

[e]n la defensa subjetiva, también llamada putativa o


supuesta del numeral 10 , el autor supone falsamente que se
encuentra en una situación de legítima defensa, yerra acerca
de circunstancias, de la agresión, de su injusticia, de su
inminencia o actualidad.

Y si bien imagina que se encuentra ante una situación que


validaría su acción, v. gr., cree que lo están atacando o lo van
a atacar, esa suposición no puede ser fantasiosa y alejada
totalmente de lo objetivo, sino que ha de ser razonable frente
a las circunstancias o según las actitudes del supuesto
agresor.

En este ámbito, cuando el agente reacciona por la creencia


errada de que obra conforme a una casual de justificación
queda intacta la ilicitud del comportamiento hecho,
resolviéndose en el plano de la culpabilidad.

Así, la entidad de la falsa creencia tiene consecuencias,


porque si es vencible la conducta se sanciona en forma
culposa cuando tal modalidad ha sido consagrada en la
codificación penal, pero si es invencible sí exonera de
responsabilidad penal.” (Rad. 47716, 4 de diciembre de
2017)

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