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1. INTRODUCCIÓN A LA IGUALDAD
La discriminación supone tratar de forma distinta y desfavorable a alguien por un
motivo no relevante en relación con ese trato. Cuando la discriminación es por raza,
color, sexo, idioma, religión opinión política, origen nacional o social, posición económica o
nacimiento, hay una presunción que hace que las exigencias de justificación en el trato
desigual seas mucho mas claras.
Las personas de raza negra no podrán ejercer derecho al voto. Es una norma general,
referida a un colectivo. El problema es la falta de justificación en la limitación del
derecho. No es admisible la raza como elemento diferenciador
Los menores de 18 años no podrán ejercer el derecho al voto. Es una norma general,
referida a un colectivo. Hay justificación para limitar el derecho. Si es admisible la
minoría de edad como elemento diferenciador.
Deriva un tema muy complejo. ¿Dónde empieza la desigualdad? ¿Son iguales quienes no
tienen las mismas oportunidades? ¿Cuáles son las justificaciones o límites a la inaplicación del
principio de generalidad de la norma?
El mero reconocimiento del carácter universal de los derechos humanos, el que sean aplicables
a cualquier persona independientemente de sus circunstancias conlleva la exigencia de la
igualdad y no discriminación. El concepto de derechos humanos incluye la igualdad y no
discriminación como principio y fundamento, como base y razón de ser del reconocimiento de
los derechos humanos.
Hay una serie de criterios específicos respecto de los cuales habría discriminación. No es una
lista cerrada, sino que acaba aludiendo a “cualquier otra condición”. Entendemos que la
referencia al listado tiene su base en el hecho de que históricamente los supuestos de
discriminación se han producido de manera más frecuente en relación con estos criterios
preferentemente.
La igualdad como valor. La Constitución señala que España propugna como valores superiores
del ordenamiento jurídico la libertad, la igualdad, la justicia y el pluralismo político.
Al reconocer valores engarza con tesis iusnaturalistas. Encontramos dos posiciones que
conocemos y a las que hacemos referencia:
Todos los valores tienen el mismo rango, pero hay dos guías fundamentales: libertad e
igualdad. El pluralismo es una derivación de la igualdad y ésta más libertad es igual a justicia.
LA IGUALDAD MATERIAL
Frente a la igualdad formal, podemos hablar de Igualdad material que, también siguiendo la
referencia de nuestra constitución, está reconocida en el artículo 9.2 CE. y se trata de un
concepto social de igualdad que tiene que ver con el desarrollo del Estado del bienestar. Su
reconocimiento. por tanto, es posterior. y está directamente relacionada con la concepción de
Estado social que reconoce la CE.
IGUALDAD FORMAL
Nuestro texto constitucional, junto con la igualdad material reconoce la Igualdad formal. Se
trata de un concepto de igualdad que surge con las revoluciones liberales y que tiene un
primer reconocimiento en los textos constitucionales y las declaraciones de derechos. Tiene
que ver con una posición del Estado neutra. Y su función fundamental es la de vigilancia del
cumplimiento de las leyes.
Se recoge en el artículo14: “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer
discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra
condición o circunstancia personal o social”
Hay referencias anteriores como en la constitución de 1869, que prohíbe la discriminación por
razón de religión para la obtención de cargo público, no es hasta la Constitución republicana
de 1931 cuando encontramos una cláusula genérica de defensa de la igualdad.
IGUALDAD COMO DERECHO FUNDAMENTAL CONSTITUCIONAL
La igualdad como aparece en los artículos 14 y 9.2. Del que tradicionalmente se han
distinguido dos concepciones básicas en la CE, que explicamos advirtiendo que en parte esta
doble concepción ha sido superada, como veremos.
Igualdad formal: concepto de igualdad que surge con las revoluciones liberales, tiene
un primer reconocimiento en los textos constitucionales y las declaraciones de
derechos. Por si solo no conlleva, ni pretende, un cambio claro en el orden social
porque se mantienen las estructuras desiguales salvo en lo que se refiere a abolir los
privilegios. Su pretensión es básicamente el que la Ley se aplique con carácter general
a todas las personas por igual. Hacer valer el principio de generalidad en la aplicación
de la norma con el fin último de que nadie se sitúe por encima de las leyes.
Igualdad material: concepto social de igualdad al señalar “Corresponde a los poderes
públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de
los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que
impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en
la vida política, económica, cultural y social”. Tiene que ver con el desarrollo del Estado
del bienestar, su reconocimiento es posterior y guarda relación con la concepción de
un Estado como Estado social. Supone que, para llegar a una igualdad real y efectiva,
no puramente formal, es preciso tratar de forma desigual a los desiguales.
Se han explicado la igualdad con base en esta distinción, pero como señalábamos, hoy el
artículo 14 no solo exige un tratamiento igual para los iguales, también permite, según un
concepto más amplio, la concesión de ventajas, a través de un trato en principio desigual, a
quienes sufren una situación de desigualdad de hecho. Tiene un encaje claro en lo que pueden
ser las acciones positivas.
El trato desigual que favorezca a las personas que componen grupos discriminados cuando lo
que se pretende es corregir una situación de desigualdad clara y de llegar a la igualdad real, no
solo es contrario al artículo 14 sino que le da cumplimiento. Es posible gracias a una
interpretación del artículo 14 no como algo contrapuesto al artículo 9.2 sino que hay una
integración y el artículo 9.2 pasa a formar parte del contenido mismo del artículo 14.
Derecho a la vida:
Declara abolida la pena de muerte “salvo lo que puedan disponer las leyes militares para
tiempos de guerra”
Se garantiza junto con la de culto de los individuos y las comunidades. Sus limitaciones en sus
manifestaciones: Necesidad del mantenimiento del orden público protegido por la ley. Esta
garantía comprende la de no ser obligado a declarar sobre la ideología, religión o creencias de
cada uno. No se puede establecer ningún tipo de discriminación por razón de ideología o
creencias.
Es un derecho que exige una interpretación conjunta, aunque también podemos definirlas por
separado:
El secreto a las comunicaciones protege a éstas frente a su conocimiento por terceros. Siempre
y cuando estos terceros no fueran introducidos en la comunicación por una de las partes.
Los españoles tienen derecho a elegir libremente su residencia y a circular por el territorio
nacional. También tienen derecho a entrar y salir libremente de España en los términos que la
ley establezca. Este derecho no podrá ser limitado por motivos políticos e ideológicos.
Derecho al matrimonio:
DERECHOS DE PARTICIPACIÓN
Tiene por objeto pensamientos, ideas y opiniones. Se trata de un concepto amplio en el que se
incluyen también creencias y juicios de valor.
Derecho de reunión:
Se reconoce el derecho de reunión pacífica y sin armas sin que sea necesaria autorización
previa. En los casos de reuniones en lugares de tránsito público y manifestaciones se dará
comunicación previa a la autoridad, que sólo podrá prohibirlas cuando existan razones
fundadas de alteración del orden público, con peligro para personas o bienes.
Derecho de asociación:
Las asociaciones que persigan fines o utilicen medios tipificados como delitos son ilegales. Sólo
podrán ser disueltas o suspendidas en sus actividades en virtud de resolución judicial
motivada. Se prohíben las asociaciones secretas y las de carácter paramilitar.
Los partidos políticos son asociaciones, aunque de una naturaleza especial porque ejercen una
función pública, por eso reciben subvenciones y deben actuar internamente de forma
democrática.
Derecho de sufragio:
Atribuye la titularidad del derecho de sufragio a los españoles “Los ciudadanos tienen en
derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes
libremente elegidos en elecciones periódicas por sufragio universal”.
Es consecuencia del art. 1.2 según el que “la soberanía nacional reside en el pueblo español del
que emanan los poderes del Estado”
Derecho de jurisdicción:
Todas las personas tienen derecho obtener la tutela judicial efectiva de los jueces y tribunales
en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos, sin que en ningún caso pueda producirse
indefensión al juez ordinario predeterminado por la ley. Se incluyen ciertas garantías:
A la defensa y a la asistencia de letrado
a ser informados de la acusación formulada contra ellos
a un proceso público sin dilaciones indebidas y con todas las garantías
a utilizar los medios de prueba pertinentes para su defensa
a no declarar contra sí mismos
a no confesarse culpable
a la presunción de inocencia
Derecho de petición:
Los españoles podrán dirigir peticiones a los poderes públicos, solicitando gracias o
expresando suplicas o quejas, sin que en él se incluya el derecho a obtener respuestas
favorables a lo solicitado.
Distinguimos varios
Derecho a la educación:
Derecho a la sindicación:
Los sindicatos: contribuyen a la defensa y promoción de los interese sociales y económicos que
le son propios. La libertad sindical comprende el derecho a fundar sindicatos y afiliarse al de su
elección, así como el derecho de los sindicatos a formar confederaciones y a fundar
organizaciones sindicales internacionales o afiliarse a las mismas. Nadie podrá ser obligado a
afiliarse a un sindicato
Derecho a la huelga:
Derecho al trabajo:
Puede entenderse como método habitual para regular las condiciones de trabajo en las
empresas. Su expresión: el convenio colectivo y a la adopción de medidas de conflicto
colectivo.
la herencia si bien no es un derecho absoluto, sino que “la función social de estos derechos
delimitará su contenido de acuerdo con las leyes”.
DEBERES CONSTITUCIONALES
Los deberes que imponen la CE no obligan por sí mismo, sino que precisan de un ley que los
desarrolle.
Conocer el castellano. Defensa de España. Con una referencia a la objeción de
conciencia.
Deber de contribución. de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema
tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún
caso, tendrá alcance confiscatorio.
Otros deberes se exigen en determinados ámbitos: (Deberes conyugales; Deber de
trabajar; Deberes en el ámbito de la salud; Deber de conservación del medio
ambiente...)
O bien se protegen materias (progreso socioeconómico y distribución de renta;
seguridad social; salud; cultura; medio ambiente; vivienda)
Son desarrollo del art. 9.2 CE que reconoce el derecho a la igualdad real y efectiva.
Se trata, a través de ellos, de que el Estado logre mayores cuotas de justicia social.
No pueden alegarse de manera directa ante los tribunales ordinarios sin que previamente se
haya procedido a un desarrollo legislativo de los mismos.
Para que una ley contenga un trato desigual es preciso que contenga una justificación objetiva
y razonable.
Cuando hay una relación razonable y proporcionada entre medios empleados y fines
perseguidos se entiende que la medida está justificada. En caso contrario, se entiende
vulnerado el principio de igualdad en la ley.
El problema es que no tenemos unos criterios absolutos y generales que sean válidos para
determinar la razonabilidad de la desigualdad. De ahí que “El principio de igualdad ha de
entenderse en función de las circunstancias que concurren en cada supuesto concreto en
relación con el cual se invoca. Sólo podrá deducirse la quiebra del principio de igualdad,
cuando dándole los requisitos previos de una igualdad de situaciones entre los sujetos
afectados por la norma, se produce un tratamiento diferenciado de los mismos en razón a una
conducta arbitraria o no justificada de los poderes públicos”
pueden modificar sus propios precedentes, sin vulnerar el principio de igualdad. Condición
para ello es que se aprecie que el nuevo criterio interpretativo ha sido adoptado como
solución genérica dotada de vocación para ser aplicada en el futuro. Que no se trate de un
cambio aislado, inadvertido por el órgano judicial.
IGUALDAD Y PROPORCIONALIDAD
Igualdad de trato, referida a situaciones semejantes respecto de las cuales la actuación debe
ser la misma de manera que solo si se dan circunstancias que sean relevantes puede
entenderse que es aceptable el trato desigual.
Igualdad en la ley exige al legislador tratar igual a los iguales, regular de manera análoga
supuestos semejantes, y sólo hacerlo de una manera diferente en el caso de que no exista esa
igualdad entre las partes. El trato desigual en situaciones que aparentan igualdad debe estar
suficientemente justificado para que la acción del legislador no resulte inconstitucional. Así
como de la igualdad en la aplicación de la ley, a la hora de que el juez deba decidir en relación
con la aplicación de la ley en asuntos concretos valorando las circunstancias de estos.
El principio de igualdad, parte de tratar de forma igual a los iguales y de manera desigual a los
desiguales
La jurisprudencia ha venido estableciendo como doctrina que la igualdad solo es violada si esta
desprovista de una justificación objetiva y razonable.
El Tribunal exige que la diferencia sea proporcionada, que la medida enjuiciada sea resultado
de una adecuada ponderación de los derechos afectados y de las circunstancias concurrentes
que justifican el trato desigual.
Que una medida sea razonable supone que la diferenciación persiga un fin
constitucionalmente admisible, así como que exista una adecuación entre la medida y el fin
que la medida persigue.
Que la medida sea proporcionada supone que se produzca una adecuada ponderación entre
los derechos afectados y las circunstancias que se producen en ese caso y que justifican el
trato desigual.
Solo la referencia a los valores que recoge la Constitución a lo largo de su articulado, nos lleva
al principio de proporcionalidad, que se debe tener en cuenta en la concepción y aplicación de
tales valores.
Se trata de que las medidas que deban adoptarse en la toma de decisiones para lograr
el interés general, de manera que sean las más idóneas o adecuadas y las que
conlleven una menor restricción
La proporcionalidad exige una adecuación, idoneidad, entre el supuesto de hecho que
justifica la intervención de un poder público, la justa correspondencia entre los medios
empleados y los fines de interés general que se tratan de proteger.
Supone que tanto el juez como el legislador y el poder público tienen que elegir la
medida que sea adecuada para alcanzar el fin que la justifica.
Respecto del legislador, la proporcionalidad exige que las consecuencias jurídicas que
resultan de la ley deban ser adecuadas y proporcionadas para conseguir el trato
equitativo, de manera que la relación entre la medida adoptada, el resultado que
produce y el fin pretendido por el legislador guarden un equilibrio.
En relación con la actuación administrativa el principio de proporcionalidad exige que
el órgano del poder público de que se trate se decante por la medida que, siendo
adecuada, de acuerdo con los fines que se persiguen, represente una menor
restricción de derechos para sus destinatarios. Solo en este caso una medida de
restricción de derechos será legal. Se trata, de un conjunto de exigencias que
condicionan la legalidad de las actuaciones administrativas de intervención en la esfera
de derechos y libertades de los particulares. Lo que incluye que deberá ser equilibrada,
en cuanto que suponga más beneficios que limitaciones de derechos.
Decimos que a un hecho determinado le puede corresponder una determinada
sanción, pero debe haber una relación entre la gravedad del hecho constitutivo de la
infracción y la sanción aplicada para que no se rompa con el principio de
proporcionalidad.
En la actuación del Poder Judicial, la proporcionalidad debe estar presente en las
decisiones del juez para que este realice un juicio de ponderación teniendo en cuenta
cada situación y la finalidad que se persigue. Se habla también del principio de
razonabilidad o juicio de ponderación que se realiza en los casos en que se produce
una colisión de principios y/o bienes jurídicos.
Lo que se pretende es que se elimine en lo posible la arbitrariedad subjetiva en la
resolución correspondiente.
En el ámbito penal, exige que una pena se haya impuesto porque sea algo necesario.
Siempre teniendo en cuenta que debe responder al principio de intervención mínima,
de manera que el derecho penal solo se aplica ante situaciones en que sea necesario
por la gravedad de la conducta que se pretende evitar. Para ello se tendrán en cuenta
algunos factores como intencionalidad o reiteración, la naturaleza de los perjuicios
causados y la reincidencia.
Se trata de que el contenido del acto sea conforme a una serie de elementos.