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Introducción
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Rabossi al plantear el principio de igualad lo hace con énfasis en la
diferencia que en base a contextos sean relevantes en cada sujeto y con ello el
principio de igualdad constituye una conceptualización distinta el cual se
fundamenta en los principios de no discriminación y de protección.
“El principio de igualdad que los seres humanos sean tratados de manera
diferencial, en tanto las diferencias en juego sean relevantes. Las consecuencias
que se siguen de esto son, al menos, dos. La primera es que el principio de
igualdad parece incluir, como parte esencial, el reconocimiento de que los seres
humanos puedan ser tratados de manera diferencial en tanto y en cuanto las
diferencias en juego sean relevantes desde cierto punto de vista aceptable. La
segunda consecuencia es la que más nos interesa en este contexto: se siguen del
principio de igualdad, o se derivan o están conectados con él, dos principios
importantes. El primero es el principio de no discriminación, que, como se suele
decir, es algo así como el principio negativo del principio de igualdad, al prohibir
diferenciaciones sobre fundamentos irrelevantes, arbitrarios, o irrazonables. El
segundo principio, que se suele llamar principio de protección, está diseñado con
el objeto de imponer y lograr una igualdad positiva a través de lo que se denomina
«discriminación inversa» y «acción positiva»2”.
Jose Carbonell explica que la igualdad debe ser garantizada para todas
y todos, y el enfoque debe ser igualitarista es decir que tanto mujeres y
hombres dentro del ejercicio y acción del Estado debe estar garantizado el
principio de igualdad y ser de cumplimiento mediante las políticas públicas,
normas y todo lo relacionado al funcionamiento del Estado. “Para ello es necesario
recordar que la igualdad incluye algunos supuestos sustantivos, que son
principalmente: a. La concepción fundamental de que mujeres y hombres somos
humanamente equivalentes; b. Que la igualdad admite la diferencia y el
respeto a la misma; c. La prohibición efectiva de la discriminación.”
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desiguales. Sólo «supuestos de hecho sustancialmente iguales deben ser tratados
idénticamente en sus consecuencias jurídicas» (STC 212/1993, de 28 de junio)”.
Finalmente Carbonell referente a lo anterior plante que la mayor injusticia es el
uniformismo o aplicación rigida del principio de igualdad al entendese este como
igualación homogénea y sin ningún tipo de diferenciaciones de todos los sujetos.
Lo que conlleva a una igualdad desigual. “El igualitarismo sin matices es una
evidente degradación de la igualdad”.
Ahora bien durante varios siglos los Estados han ido evolucionando y se
han constituido ordenamientos jurídicos, políticos y sociales como las
Constituciones, y en ellas se ha establecido como principio constitucional la
Igualdad; bajo este presupuesto en que consiste la igualdad constitucional, o
como debemos concebir esta igualdad; si la igualad es un principio también
constituye un valor y un derecho fundamental, es decir que desde su condición
como valor es fundamental en el ordenamiento jurídico de los Estados, como
principio desde la realidad y efectividad correspondiendo promover a los poderes
públicos, y por ultimo como derecho fundamental el cual lo hace inalienable,
imprescriptible, irrenunciable;
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dimensión liberal, la idea de igualdad conlleva la prohibición de arbitrio, tanto en el
momento de creación de la norma que introduce la diferencia, cuanto en el de su
aplicación. Es, por ello, una técnica de control del poder. La igualdad, desde la
perspectiva del principio democrático, excluye que ciertas minorías o grupos
sociales en desventaja, como las mujeres o los grupos étnicos, puedan quedarse
“aislados y sin voz”, es decir no se puede la igualdad no se aplica entre
desiguales, por lo que los tratos entre desiguales no puede buscar la igualdad,
puesto que si existe una desigualdad por género, clase, entre otras, se deberá de
forma razonada encontrar el punto de equilibrio. Desde el punto de vista social, la
idea de igualdad legitima un derecho desigual a fin de garantizar a individuos y
grupos en desventaja una igualdad de oportunidades. Estas tres dimensiones o
perspectivas derivan del reconocimiento de la dignidad humana como fundamento
del orden político y de la paz social, que requiere la igual dignidad social de todos
los ciudadanos: hay que rechazar toda creación o aplicación del Derecho que trate
a algunos miembros de la comunidad como ciudadanos de segunda clase.
Uno de los retos que los Estados presentan sin duda alguna es el
cumplimiento del principio, valor y derecho fundamental de Igualdad entre
mujeres y hombres, pues la exclusión que las mujeres han tenido a lo largo
de la historia ha representado su anulación en la estructura política y social de
la organización de cada Estado, que con el tiempo también la lucho por la
inclusión se ha intensificado lo que ha conllevado a lograr que en algunos
Estados del mundo hoy sean mujeres quienes se encuentren al frente de los
gobiernos y de la institucionalidad de estos.
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Es menester recordar que el desafio constante de la búsqueda de un
equilibrio entre mujeres y hombres ha sido constante principalmente
impulsada por los movimientos de mujeres quienes en los últimos siglos, han
intensificado dicha inclusión logrando visibilizar la desigualdad existente a
nivel mundial.
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En relación al reconocimiento de las diferencias Facio Montejo se refiere:
“Los seres humanos son iguales entre sí en cuanto identificados únicamente con
los sujetos varones, ciudadanos, blancos, alfabetizados y propietarios, en el primer
caso, y en cuanto las mujeres, los no ciudadanos, los negros, los analfabetas y los
que nada tienen sean igualados o asimilados a tales sujetos, en el segundo.
Correlativamente, las diferencias resultan en un caso reconocidas no sólo de
hecho sino también de derecho, mientras que en el otro aparecen ignoradas no
sólo de derecho sino también de hecho.”
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discriminaciones, poco importa si cubiertas con el manto de un falso
universalismo.
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El reconocimiento de las Mujeres dentro de los Estados ha sido y es
luchas que se han generado a partir de los Estados de Bienestar y Estados
Demócraticos y Modernos aunque hay que enfatizar que a pesar de ser Estados
Democráticos y Modernos estos han pasado siglos para el reconocimiento de las
mujeres como ciudadanas y por ende como sujetas de derecho.
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que mantienen a las mujeres y a lo femenino subordinadas. Enfatiza Montejo que
el lenguaje es una institución por medio de la cual se crea y recrea el patriarcado.
El poder de nombrar -es decir de crear y definir las palabras, de crear y definir las
reglas gramaticales de un lenguaje determinado, de proporcionar a las cosas
identidad, evocándolas y estableciéndolas como puntos de referencia o
relacionándolas unas con otras -es el poder de conformar una cultura
determinada, es el poder de establecer lo que existe y lo que no existe, lo que se
considera natural y lo que no lo es, lo bueno y lo malo. El poder de la palabra es el
poder de escoger los valores que guiarán a una determinada sociedad. En los
últimos siglos, a las mujeres nos han impedido ejercer esta forma de poder. Esto
se hizo de varias maneras. Una de ellas fue impidiendo a las mujeres participar en
la «reales» o no, academias de la lengua, que hasta hace muy poco estuvieron
integradas exclusivamente por varones, por lo que las mujeres no hemos podido
«oficialmente» ni seleccionar ni definir las palabras. Otra manera, pero derivada de
la primera, fue estableciendo que la voz hombre sirviera para denominar tanto al
varón de la especie como a la especie toda y creando reglas gramaticales que
permitieran que lo masculino pudiera tanto excluir como incluir/ocultar a lo
femenino, mientras que relegan lo femenino a la categoría de «específico» y
«particular» de ese sexo.[CITATION MarcadorDePosición1 \l 3082 ]
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En América Latina y El Caribe, contienen una cláusula de protección de la
igualdad de las personas. Con ligeras variantes que los hacen más o menos
explícitos y completos, los mandatos constitucionales son inequívocos. Los
poderes públicos, no sólo el Ejecutivo, están obligados a cumplirlo. La igualdad no
es un tema sectorial cuyo logro sea responsabilidad de un solo organismo. La
totalidad del Estado, en la medida que sus órganos institucionales interactúan con
la ciudadanía avanzaran en la inclusión e igualdad respetando las diferencias y
la dignidad humana de cada una de sus ciudadanas.
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de asegurar la nacionalidad de la mujer frente al ejercicio del derecho de
nacionalidad, es en esta fase donde los Estados se comprometen y asumen una
obligación referente al reconocimiento de la mujer, nuevamente como sujeta de
derecho, y se reconoce que las mujeres no han sido ciudadanas en sus propios
países, lo que limita y viola sus derechos fundamentales de Derechos Humanos.
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los derechos de las mujeres, La Convención sobre la Eliminación de todas las
formas de Discriminación contra la mujer entra en vigor en 1981
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constitucional el equilibrio y la equidad de género como libertad ciudadana
reconociendo así a las mujeres como sujetas de derecho.
He de finalizar con Virginia Woolf quien dijo como mujer no tengo país,
como mujer no quiero país, como mujer mi país es el mundo entero. (la lucha es
contra la ideologización que favorece el supuesto de inferioridad de la mujer, -
Mahatma Gandhi “ Si yo hubiere nacido Mujer , me rebelaría contra toda
pretensión por parte del hombre de hacer de la mujer su juguete. Yo me he hecho
mentalmente mujer para deslizarme en el corazón de ellas”.
Conclusión
La Igualdad debe ser aplicado desde las diferencias, es decir para una
aplicación justa y sin menos cabo de los derechos de los seres humanos, en
base a su contexto es como se deberá aplicar el principio de igualdad puesto que
siendo un valor este constituye una forma de control de los poderes para que
estos no cometan injusticias y no se juzgue a los desiguales como iguales, Platón
y Aristóteles como precursores de valorar las diferencias plantean que la igualdad
debe partir en su aplicación en las diferencias de cada ser humano, no es lo
mismo juzgar a un hombre proletario ante un hombre empresario, aplicado en
nuestro estudio de interés no es lo mismo hablar de igualdad entre hombres y
mujeres si durante siglos las mujeres han sido relegadas a trabajos domésticos y
de crianza, y que la educación ha sido un factor importante pues se les ha
imposibilitado su acceso, es entonces donde tiene sentido el hecho generador
del contexto de la situación en la búsqueda de la igualdad, social, política y
jurídica, pues hasta hace menos de 100 años las mujeres logran obtener un
derecho al voto y formar parte de la ciudadanía.
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Los Estados deben fortalecer mediante sus políticas públicas, formas de
gobierno la participación e inclusión en condiciones de igualdad de las mujeres,
en la medida que esto se genere las barreras de participación, inclusión y toma de
decisiones políticas, culturales, sociales y jurídicas serán en cumplimiento de la
tan anhelada armonía social y desarrollo integral del Ser Humano, sin menoscabo
de su integridad y dignidad.
Referencias:
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REY, F. (s.f.). ¿DE QUÉ HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE IGUALDAD.
Recuperado el Junio de 2020, de file:///F:/Descargas/529-795-1-PB.pdf
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