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CORREA

Es nombre dado también a artesanos dedicados a hacer correas, cinturones,


hombreras, mallas de cuero y otros elementos entonces de gran
importancia.

En Portugal «Correia» procede de una planta llamada correales y con la que


se hacían correas. Diferentes estudiosos señalan también que Correa
procede de Cohen-Coheia-Correia-Correa. Es éste un apellido muy extendido
entre hispanojudíos y conversos penitenciados y quemados por la Inquisición
en España, Portugal y Brasil ( en Minas de Gerais.)

La huella de los sefardíes Correa se puede encontrar en Gran Bretaña,


Holanda, Curaçao, Méjico, Panamá, Colombia, Jamaica, Argelia, Francia y
Oriente Medio.

Entre los personajes célebres con este apellido se encuentra a mediados del
siglo XVII, la poetisa judía Isabel Rebeca Correa residente en Holanda y
casada con el militar español don Nicolás de Oliver y Fullana, quien retornó
a la fe mosaica. A mediados del siglo XIX familias Correa volvieron a
Andalucía desde el Norte de Äfrica.

Ya en el siglo XX algunos judíos alemanes apellidados Correa se contaron


entre las numerosas víctimas del Holocausto.

También esta como apellido español, cuya leyenda señala origen en el conde
Pelayo Correa, vencedor de la batalla de Covadonga el año del Señor 722,
quien detuvo el avance de los moros en la península ibérica y desencadenó
el inicio de la Reconquista; originario de la villa mágica de Salceda, Partido
Judicial de Tuy (Pontevedra). De allí dimanan las restantes casas Correa,
Currea y Currelha en la península Iberica. La segunda casa se ubica en la
jurisdicción de Salvaterra de Miño y la Tercera en Aguiar (Lugo). Pasan
a Portugal y se extiende por España creando casas nobles
en Labata, Belorado, Valdemoro y en Cáceres. La Casa de Labata obtiene la
infanzonía por servicios al reino certificada por la Real Audiencia de
Zaragoza.

De la Casa de Cáceres procedió Juan Correa de Soto, casado con Catalina


Durán y padres de Pedro Correa de Soto, ilustre Capitán extremeño, tronco
del apellido Correa establecido en Antioquia (Colombia). Casó en Santa Fe
de Bogotá con Olaya Collantes, pasó a Antioquia donde desempeñó el cargo
de gobernador de la provincia.

Otra Casa Noble dimanada de la de Salceda, Marqueses de Mos se establece


en la provincia de Tunja y Vélez en donde desempeñan el cargo de tenente
del rey. Entroncan con las casas nobles Soler y el apellido Mariño de Lobeira
en la Nueva Granada. La Casa de Salceda se denominada Currea por su
ascendencia directa gallega y portuguesa.

Correa proviene del Conde Pelayo de Farelaes que viéndose cercado por los
moros, se defendió por tanto tiempo junto a su gente que tuvo que
alimentarse de correas de cuero puestas a ablandar en agua, dice la leyenda
que pasó una Águila por el feudo y dejó caer una trucha y el conde mandó a
entregarla de obsequio a los moros los cuales se retiraron. Su hijo fue
nombrado caballero, iniciando la Casa Noble de este nombre.

En las primeras décadas del siglo xix, Curazao padeció los efectos de una
grave depresión económica, acompañada de sequías y una epidemia de
viruela, muchas familias judías sefarditas emigraron hacia otras islas del
Caribe y a Suramérica; algunos partieron hacia Coro en Venezuela y otros
llegaron a Barranquilla un puerto sobre el río Magdalena al pie de la costa
caribe de Colombia.

Es importante señalar que el desarrollo y la importancia de Barranquilla está


directamente ligado y se debe fundamentalmente a las diversas
inmigraciones que encontraron albergue en esta ciudad durante el siglo xix.
Al final de la Colonia, era una aldea poblada por humildes pescadores,
artesanos y agricultores. En 1775 Barranquilla fue incorporada como
corregimiento de la Provincia de Cartagena, sólo se transformó en Villa el 7
de abril de 1813.

En 1823, el libertador Simón Bolívar le entrega al judío alemán Juan


Bernardo Elbers la primera concesión para navegar en barcos de vapor por
el río Magdalena, luego algunos correligionarios siguieron sus pasos y
fundaron compañías de transporte fluvial.

En 1832, Abraham Isaac Senior establece el cementerio hebreo de


Barranquilla, que posteriormente va a ser incorporado al cementerio
Universal de dicha ciudad.

Durante este período se van a establecer pequeñas comunidades


judías de origen sefardita, tanto en Santa Marta como en Riohacha.

En 1835 Barranquilla contaba 5.359 habitantes y comenzó a transformarse


en un puerto importante en la región.

En 1844 se establece un cementerio judío en Santa Marta y en 1850,


se consolida una pequeña, pero significativa comunidad sefardita en
Barranquilla.

Poco a poco, Barranquilla comienza a superar la población de Santa Marta,


aun cuando el puerto principal de la costa continua siendo Cartagena.

No sabemos mucho sobre las actividades de los primeros sefarditas en Santa


Marta, Riohacha o Barranquilla, pero es claro que varias firmas de
sefarditas como fueron los Salas, los Senior, los Correa, le pidieron
permiso al gobierno nacional para importar mercancías a través del puerto
de Sabanilla.
Así, el comercio, las importaciones y exportaciones que se van a efectuar a
partir de dicho puerto van a marcar un auge que impulsó el desarrollo de
Barranquilla.

Según el interesante e importante libro de Adelaida Sourdis Nájera, titulado:


El Registro Oculto: los sefardíes del Caribe en la formación de la nación
colombiana 1813-1886, va a ser en la casa de Abraham Isaac Senior donde
se van a reunir los judíos sefarditas de la ciudad en minyan para rezar y leer
el Pentateuco. En dicho periodo el rabino de la comunidad es don Moisés De
Sola.

Según los testimonios de Rodolfo Cortissoz, la comunidad se reunía todos los


sábados y se celebraban las fechas de año nuevo en septiembre y el día del
perdón. Y en 1867 se establece un comité local de la Alliance Israélite
Universelle.

Para 1871, Barranquilla cuenta con 11.595 habitantes y es el puerto más


importante de la región superando a Cartagena que en ese momento contaba
con 8.603 habitantes y a Santa Marta con 5.702 almas.

El papel que vino a desempeñar la comunidad judía sefardí en el desarrollo


de la ciudad también fue documentado en el cuidadoso estudio Árabes y
judíos en el desarrollo del Caribe colombiano, 1850-1950 realizado por
Louise Fawcett y Eduardo Posada Carbó.

Es claro que la llegada de inmigrantes judíos de origen sefardita, sirio-


libaneses, alemanes, entre otros, transformaron a ciudad y la convirtieron
en la urbe más cosmopolita de país.

Entre el grupo de familias sefardíes se destacan los apellidos: Senior, Salas,


Alvarez-Correa, Cortissoz, De Sola, López-Penha, Sourdis, Juliao, Salzedo
y Heilbron, por mencionar algunos.
LA OTRA HISTORIA

Es muy poco lo que se sabe de los orígenes de este apellido, aunque muchos
historiadores han descubierto que se remonta a Portugal y España.

Muchos describieron que los Correa provienen originalmente de una


familia Cohen, de quienes muy poco se sabe.

Esta deducción fue establecida durante la época de persecución que tuvieron


que vivir muchas familias sefardíes durante la Inquisición católica.

Cohen=Coheia=Correia=Correa, cuyo significado posee una misma esencia


en su origen. La misión les fue encomendada por Moisés precisamente a los
hijos de Aharón, dándoles el título de sacerdotes o “cohanim” y es curioso
que hallemos la palabra “correav” dentro de nuestros libros (“sidurim”) de
rezos diarios, Específicamente aparece en la plegaria “Ashré” en la que según
nuestra tradición, rabi Elazar expresa que aquel quien dice este rezo tres
veces por día, se asegura que será acreedor al mundo del más allá (“´olam
habá”´´). Es allí donde hallamos claramente la frase que enuncia lo
siguiente: “Cercano está Dios de todos los que lo invocan”.

La dispersión por Europa

Muchos sefardim, entre ellos los Correa, durante esta cruel persecución
inquisitoria o mal llamada purificación de fe, debieron huir a distintos lugares
de Europa.

Debemos recordar la expulsión de los judíos de España en 1492. Varios


historiadores anotan que muchos de ellos se establecieron en Portugal,
aunque ya existían judíos en esta parte de la Península Ibérica en la época
de los romanos, Fue el 31 de octubre de 1497 cuando la Corona portuguesa
anuncia a todos quienes no eran cristianos que tenían un plazo para
convertirse.
Un gran número de judíos de Portugal huyó a Holanda, lugar donde se
establecieron y construyeron una nueva historia, la cual daría paso al origen
de muchos de los apellidos que hoy en día existen en Latinoamérica.

La familia Correa, que actualmente se ubica en varios sitios del


Caribe, son descendientes directos de estos portugueses.

Entre ellos, están los Correa de Curacao, quienes emigraron desde Holanda
para establecerse en la pequeña isla del Caribe, conformando un núcleo
familiar muy influyente.

Ellos se dedicaban especialmente al comercio, eran propietarios de pequeños


barcos con los cuales realizaban sus negocios de compra y venta de
mercancías a través de todas las islas del Caribe. En esta misma época varios
de los judios de Curacao establecieron pequeñas comunidades en Recife
(Brasil), Coro (Venezuela) y Riohacha (Colombia).

Estas comunidades fueron denominadas “la universal israelí”. Albergaban


muchas familias provenientes en gran número de Curacao y de Portugal.

Cuando la familia Correa decide explorar nuevos horizontes nombra


a Marcelo A. Correa, quien se trasladó a Riohacha a mediados de
1800. Allí contrajo matrimonio con Carmen Pinedo.

De dicha unión nació Eladio Correa, quien hereda el oficio de su padre,


dedicando gran parte de su vida al comercio entre Coro, Curacao y Recife,
lugares donde se hallaban establecidos varios miembros de su familia. Se
cuenta que durante uno de sus viajes contrajo matrimonio con una mujer de
la cual poca información se posee.

De este matrimonio nació Luis Carlos Correa G., quien a la edad de


cinco años fue llevado a Colombia procedente de Portugal, aunque no
se precisa con exactitud que nació allá. Algunos entienden que nació en
Curacao.

A partir de esta rama aparece quienes después de un tiempo se


trasladan a la ciudad de Santa Marta, Colombia, donde ya existía una
pequeña comunidad sefardí.

Eladio Correa contrajo nuevamente matrimonio y del mismo nacieron


Rafael Correa Diazgranados, Carmen Correa Diazgranados, Agustín
Correa Diazgranados, Eladio Correa Diazgranados y Marta Correa
Diazgranados. Pero quien poseía la máxima voz por su primogenitura
era Luis Carlos Correa.

Siendo el hermano mayor, era quien la mayoría de las veces tomaba las
decisiones de la familia en conjunto con su padre. Esta familia fue muy
prominente e influyente dentro de la sociedad de la costa norte de Colombia,
dedicados al comercio y en parte a la vida social de la región, en especial en
la vida comunitaria judía.

Afirma Adelaida Sourdis Najera en su libro “El registro oculto; los


sefardíes del Caribe en la formación colombiana 1813-1886” que
desde el siglo XIX vivían como hebreos en Santa Marta en la que se
hallaba una pequeña comunidad sefardita.

Tal acción generó gran revuelo entre los habitantes católicos de Santa Marta,
lo que motivo la construcción en esa época de un camposanto judío del que
no quedan vestigios.

De igual manera, el historiador Arturo Eduardo Bermúdez destacó en su libro


“Material para la historia de Santa Marta” que en la carrera 2ª con calle 24
estaba ubicado el cementerio hebreo y que algunos judíos fueron sepultados
a finales del siglo XIX en la playa de San Fernando, donde hoy están las
bases del ejército.
Lo anteriormente dicho demuestra que la comunidad judía de Santa Marta
era bastante nutrida ya que en el libro “History of the Jews”, el autor afirma
que en el año 1973 el señor H. de origen hebreo fue nombrado vice cónsul
de Holanda en Santa Marta.

Actividades de los judíos

Existen varios documentos manuscritos en el archivo episcopal de Santa


Marta que dan cuenta de las actividades comerciales de los judíos. Por
ejemplo, en 1722 Gabriel Pinedo obtuvo licencia para realizar en esta ciudad
negocios de exportación y en 1783 Salomón de Moisés L. Maduro se radicó
en Santa Marta con su familia; la familia Pinedo negocia en la ciudad desde
1785 y David Morales y Abraham García tenían intereses comerciales en
1783. Se habla de familias como los Juliaos, Henríquez, Alfandary, Dargol,
Salama, Mizrahit, Moseyof, etc.

Las continuas persecuciones por parte de los católicos en esta ciudad


obligaron a muchos judíos a renunciar públicamente de sus tradiciones como
lo confirma el tomo 1-38, folio 65 de 1890 ubicado en el Archivo Histórico
Eclesiástico de esta ciudad donde Samuel Pinedo es obligado a cristianizarse
para obtener licencia de matrimonio.

Asimismo, las autoridades de entonces exigían “limpieza de sangre” para


otorgar cargo público. Son muchos los casos donde los judíos eran obligados
a abjurar de su fe por la Inquisición, la cual persistió de forma silenciosa
hasta 1991, cuando la nueva Constitución declaró el respeto y la libertad de
religiones. Aunque muchos fueron sometidos a esta nefasta discriminación,
algunos prefirieron abandonar la ciudad mientras que otros decidieron
mantener en secreto sus condiciones religiosas. Pero la gran mayoría se
asimilaron convirtiéndose al cristianismo, quedando sólo sus apellidos
sefardíes.
Hoy, cuando la Constitución de Colombia en sus artículos 18 y 20 garantizan
el desarrollo de la libre personalidad, la libertad de culto y la libertad de
expresión y difundir los pensamientos sin ninguna otra restricción que la del
derecho común, los descendientes de aquellas generaciones que fueron
obligadas a renunciar a su herencia histórica, acordamos restaurar la fe y la
tradición judía en Santa Marta.

Entre muchos de estos descendientes encontramos a los hermanos Ehud


Correa Correa, Karel Correa Correa y Shaúl Correa Correa, nietos de Luis
Carlos Correa G., quien contrajo matrimonio con Adriana Diazgranados. De
dicha unión nacieron seis hijos: Luis Carlos, Silvia, Marta, Carmen, Abigael y
Guada.

De Luis Carlos Correa, (con nombre hebreo Eladio), descienden los hermanos
Ehud, Karel y Shaúl, que han sido los únicos miembros de esta familia que
lograron mantener vivo el cumplimiento y observancia de la fe judía y la
tradición familiar, gracias al respaldo y orientacion del rabino Alfredo
Goldshmidt (gran rabino del Centro Israelita de Bogotá).

Hoy por hoy, con gran orgullo estos hermanos exponen su fe y amor por
Eretz Israel, Actualmente Shaúl Correa Correa (ingeniero agrónomo) vive en
la ciudad de Beer Sheva junto a Rina Marchach R. (nacida en el seno de la
Sociedad Israelita de Maracaibo, Venezuela). Por Avi Tserfati, Natania.

En Venezuela, indiscutiblemente, el apellido Correa tiene sus orígenes en la


península Ibérica, y desde las migraciones que se sucedieron a finales del
siglo XIV, en la época del descubrimiento y luego en la conquista de la
América toda, donde la influencia española y portuguesa tuvieron una fuerte
incidencia, podemos ver, por un lado, a un Juan Ascanio y Correa, nacido en
Caracas en 1638, quien ingresó en la Orden Militar de Santiago, España, en
1683, quien presenta a sus parientes de origen eminentemente español y
por el otro a Luis Carlos Correa, judío de origen colombiano de raíces
portuguesas.
De la evolución de este apellido en nuestro país se conoce muy poco, sin
embargo destaca entre el mestizaje indio, ibérico, peninsular, canario y
afrodescendiente, para convertirse en único e inigualable, que extrae de sus
orígenes la esencia pura de la templanza y el coraje que lo caracteriza.

De todo esto se vale la Familia Correa, los de La Vega, para crear su escudo
heráldico, que le da identidad, sin duda, a su valor heroico, y que perdurara
por el resto de las generaciones futuras.

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