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A mi madre Desirée,
Por toda su ayuda, cariño y apoyo constante, sin las que sin duda,
No se hubiera llevado a cabo este proyecto
A mi padre Miguel,
Que puso los cimientos y nunca puso obstáculos a mi pasión por
el conocimiento
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“Nor will Life’s stream for Observation stay,
It hurries all too fast to mark their way:
In vain sedate reflections we would make,
When half our knowledge we must snatch, not take”*
Alexander Pope (1688-1744)
“Speak the language of the company that you are in; speak it
purely and unlarded with any other. Never seem wiser, nor
more learned that the people you are with. Wear your learning,
like a watch, in a private pocket: and do not merely pull it out
and strike it; merely to show that you have one” **
Lord Chesterfield (1694-1773)
(**) “Habla la lengua de la compañía en la que estés. Háblalo puramente, y sin influencias de otros. Nunca parezcas más
sabio, o más culto que la gente con quien estés. Lleva tu conocimiento como reloj en un bolsillo discreto,
No lo saques meramente para darle cuerda, ni solamente para demostrar que lo tienes”.
(Cf. Chesterfield Letters/Letters written by Lord Chesterfield to his Son. The Scott Library. London and Felling-
on-Tyne/New York and Melbourne, The Walter Scout Publishing Co. Ltd, (circa 1917). Carta de Bath,
22 de febrero de 1748, pág. 65).
(****)”Escribir un libro es una aventura. Al principio es un juguete y un divertimento. Entonces se convierte en una
amante, entonces se convierte en una amo y a continuación, en un tirano. La última fase consiste en que justo cuando estás a
punto de reconciliarte con tu servidumbre, matas el monstruo y lo lanzas al público” (Cf.: The Wit of Sir Winston.
Compilado por Adam Sykes e Iain Sproat. London, Leslie Frewin, 1965 – segunda edición, mayo 1965”,
“On Books and Writing”, pág. 45).
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ÍNDICE
AGRADECIMIENTOS 16
ABREVIATURAS 18
INTRODUCCIÓN GENERAL 20
I. Prolegómenos de la tesis 20
II. Génesis del proyecto de tesis y cronología del mismo 22
III. Hipótesis de trabajo. Objetivos fundamentales de la misma 24
IV. Estructura de la tesis 26
a) Primera parte – Biografía e influencias intelectuales 26
b) Segunda parte – Obra escrita de Emil Fackenheim.
Trayectoria intelectual y evolución de su pensamiento 27
c) Tercera parte – Lecturas e interpretaciones de su obra 30
d) Cuarta parte – Perspectivas del Holocausto.
Estudio comparativo con Arthur Allen Cohen. 32
g) Conclusiones 33
h) Bibliografía e ilustraciones 34
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PRIMERA PARTE
BIOGRAFÍA DE EMIL LUDWIG FACKENHEIM
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1.6.1. Leo Baeck 53
1.6.2. Max Wiener 54
1.6.3. Leo Strauss 54
1.6.4. Martin Buber 55
1.6.5. Otras figuras relevantes 56
1.7. El desmoronamiento de Alemania. La elección 59
1.8. Sachsenhausen (1938) 60
1.9. Escocia (1939-1940) 63
*****
SEGUNDA PARTE
OBRA ESCRITA DE EMIL FACKENHEIM. TRAYECTORIA INTELECTUAL
Y EVOLUCIÓN DE SU PENSAMIENTO
1945-1967
2.2. Prolegómenos de la carrera académica de Emil Fackenheim
La incorporación a la Universidad de Toronto 82
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2.4.1. Dios 100
2.4.1.1. El monoteísmo 102
2.4.1.2. La creación del mundo 103
2.4.1.3. Imagen de Dios 103
2.4.1.4. Dios y el mal 104
2.4.2. El hombre 105
2.4.2.1. La definición de hombre 105
2.4.2.2. La ética en el judaísmo 106
2.4.2.3. El sentido de la plegaria 107
2.4.3. Israel 109
2.4.3.1 ¿Qué significa ser judío? 109
2.4.3.2. La Alianza como obligación de sobrevivir. El dilema de la asimilación 110
2.4.3.3. El sentido de la supervivencia 110
2.4.3.4. Las divisiones en el judaísmo. Ortodoxia frente a reformismo 111
2.4.3.5. El desacuerdo con el Cristianismo 113
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2. 7. La búsqueda del pasado y del futuro:
Ensayos de teología judía (1967) 155
1968-1996
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2.10.3.1. Supervivencia, identidad e Israel 194
2.10.3.2. Las nuevas formas del antijudaísmo después del Holocausto 195
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2.13.3.3. Los mandamientos, el estudio de la Torá, el sentido de la plegaria y la ética del
judaísmo 236
*****
TERCERA PARTE
LITERATURA Y ESTUDIOS DE LA OBRA DE EMIL
FACKENHEIM
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3.6. El filósofo como testimonio: respuestas al Holocausto.
Benjamin Pollock y Michael L. Morgan 296
*****
CUARTA PARTE
PARADIGMAS DE LA CATÁSTROFE: ARTHUR ALLEN COHEN
4.1. Introducción 310
4.2. Arthur Allen Cohen: Universalidad vs. Unicidad de la Shoá 311
4.3. El Tremendum (1981) 318
4.3.1. Definición y genealogía del concepto 320
4.3.2. La dimensión moral del mal 323
4.3.3. El campo de concentración como instrumento. La dicotomía judío-gentil 324
4.3.4. La dimensión fenomenológica del Trremendum 326
4.3.5. Entre el Sinaí y la Catástrofe: Valoración de la teología histórica 328
4.3.6. Entre el silencio de Dios y la esperanza: un abismo salvable 329
4.3.7. Fackenheim vs. Cohen: Unicidad frente a universalidad 330
*****
QUINTA PARTE
SENTIDO Y SIGNIFICACIÓN DE LA TESIS. IDEAS FUNDAMENTALES
Conclusión 343
Bibliografía 347
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AGRADECIMIENTOS
Muchas son las personas que podrían entrar en este apartado, amigos, familiares,
conocidos, profesores y colegas que a lo largo del tiempo que he dedicado a esta labor, me
han infundido el deseo, la ayuda constante, la comprensión y la ayuda que tan silenciosa y
discreta labor requiere, y sin cuyas palabras de apoyo hubiera sido complicado, aunque no
imposible, que dicho trabajo llegara a finalizarse. Parte de la tesis se ha desarrollado de
forma paralela a libros y publicaciones sobre temáticas afines. Los inicios de la tesis se
iniciaron en Londres. Agradecemos desde aquí a William Abbey, bibliotecario en el Institute
of Germanic and Romance Studies, Erla Zimmels, bibliotecaria del London School of Jewish Studies,
Alexandra Cohen, bibliotecaria asistente del Leo Baeck College, Annette Boeckler (la actual
bibliotecaria del Leo Baeck College), Thomas Lowry, bibliotecario de la facultad teológica
de Heythrop College, así como algunas aportaciones anónimas de las bibliotecas de The School
of Oriental and African Studies, el German Historical Institute y The Wiener Library, sin cuya
orientación se hubiera hecho difícil orientar la obra en su conjunto.
En un sentido mucho más reciente, la investigación bibliográfica me llevó a trabajar
bajo los auspicios del Patronato Call de Girona, donde su directora, Silvia Planas, me
facilitó la posibilidad de investigar en la Biblioteca Eliezer Eljanan Shalit, que es la
biblioteca fundada en 1991, sede de los fondos de investigación del Instituto de Estudios
Nahmanides y del Museo de Historia de los Judíos. Otra mención especial para dos
personas del ámbito de la divulgación de la cultura judía: en primer lugar, a Horacio Kohan,
el actual director de la revista Raíces, donde he podido encontrar un foro para el estudio del
periodo y de momento, de la obra y figuras de Stefan Zweig y Salman Schocken, y Jacobo
Israel Garzón, anterior Presidente de la Federación de Comunidades Judías de España, que
a través de una colaboración y conferencia, me permitió adelantar al público, algunos de los
elementos presentes en la tesis, especialmente en torno a las figuras de Ignaz Maybaum y
Arthur Allen Cohen, como miembros de la llamada Teología del Holocausto.
Dos menciones especiales y fundamentales debo hacerse antes de acabar: en primer
lugar, a mi director de tesis, que en esta tesis y en otras publicaciones que he realizado, ha
mostrado el rigor intelectual, la pasión filosófica y la prudencia de quien sabe guiar al
neófito en caminos poco transitados y en segundo lugar, a mi madre Desirée, a quien
dedico la tesis doctoral, por el convencimiento, apoyo, sentimiento y cariño que ha
dispensado en todo momento, al candidato y su primogénito.
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ABREVIATURAS
Las abreviaturas de las obras de Emil Fackenheim utilizadas en esta tesis doctoral son las
siguientes1:
1Allá donde haya traducción española, citaremos también la fuente en lengua hispana. Tanto las traducciones
como los traductores se mencionan en la bibliografía.
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INTRODUCCIÓN GENERAL
I. Prolegómenos de la tesis
2 An Epitaph for German Judaism. From Halle to Jerusalem (Un epitafio del judaísmo germano. De Halle hasta
Jerusalén).
3 FACKENHEIM, Emil. La presencia de Dios en el mundo. Salamanca, Ediciones Sígueme, 2002. Traducción de
Kosmal.
5 FACKENHEIM, Emil. Reparar el Mundo. Salamanca, Ediciones Sígueme, 2008. Traducción de Tania
Checchi González.
6 La transcripción de los términos hebreos se harán de acuerdo con la grafía, adaptación española o normas
ortográficas de estos conceptos en nuestra lengua. Así, por ejemplo, el término Shoah se escribirá Shoá,
eliminando la h final que no se pronuncia y recalcando el golpe de voz de la última sílaba.
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estudio de la obra y de su pensamiento, el objetivo y la justificación esencial de nuestra
tesis, no sólo analizando detalladamente sus aportaciones filosóficas cruciales, sino en un
esfuerzo por presentarlo para que otros puedan seguir estudiando una de las aportaciones
más originales del pensamiento contemporáneo, en un intento de abrazar y contemplar una
tradición cultural, que se vio obligada a nuestro ámbito geográfico y que vuelve poco a
poco, cual olas suaves, a las orillas de Sefarad.
La presente tesis doctoral quiere explorar el conjunto de la aportación filosófica de
Emil Fackenheim, cuyo perfil empieza a dibujarse en el contexto hispano por un creciente
interés académico y editorial por el judaísmo y los pensadores judíos. En este proyecto,
toman forma y se encarnan muchas (por no decir, la totalidad) de los intereses o líneas
investigativas del doctorando, que se centran en especial en el judaísmo contemporáneo
europeo y norteamericano. Lo que fuera un interés inicial en la obra de Ernst Bloch, el
filósofo de la utopía y de la esperanza, se amplió con el tiempo a los autores cercanos al
autor de El Principio Esperanza y a la época en la que se movía dicho autor. De este modo,
autores como György Lukács, Walter Benjamin, una parte considerable de la teología
protestante alemana contemporánea, Dietrich Bonhoeffer (en el periodo de docencia del
doctorado) y finalmente, el estudio de la obra de Jacob Taubes y su relación con Carl
Schmitt (periodo de investigación) fueron caminos que llevaron a desembocar en la actual
tesis7. El interés del tutorando se centraba en la filosofía de la historia, la simbiosis entre lo
judío y lo germano (su problemática relación) y la pasión por la aportación de los
pensadores judíos en el siglo XX.
El primer contacto con el Profesor Dr. Miguel García-Baró, director de esta tesis,
aceleró mi determinación por realizar dicho proyecto bajo su supervisión. A escasos seis
meses de la defensa del DEA, la traducción española de La Teología Política de Pablo de Jacob
Taubes, obra traducida por el propio profesor García-Baró, me convenció todavía más de
las afinidades intelectuales comunes, contribuyendo a ello, la coincidencia cronológica de
dicha publicación y la finalización del período de investigación. Superado el DEA, escribí al
Dr. García-Baró sopesando varios temas posibles. Inicialmente, atrajo mi atención abordar
Martin Buber. Otra de las posibilidades que había barajado para una tesis doctoral era la
obra de Hyam Maccoby8, rabino, dramaturgo inglés, profesor universitario y bibliotecario
del Leo Baeck College, en Londres, el seminario más importante del judaísmo reformado de
7 El resultado de las investigaciones del DEA supusieron la redacción de un libro publicado recientemente:
Cf. GIMÉNEZ BLUNDEN, Miguel. Escatología, Hermenéutica y Teología Política. Una aproximación a la figura y el
pensamiento de Jacob Taubes. Zaragoza, Riopiedras-Certeza Ediciones, 2013.
8 MACCOBY, Hyam (1924-2004), pensador judío británico, conocido por sus estudios del Jesús histórico, los
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Europa, cuyos estudios sobre San Pablo y el antisemitismo europeo eran extraordinarios.
Ello se debía a que a lo largo del periodo del DEA, me desplacé a Londres en numerosas
ocasiones (por motivos familiares y académicos) y trabajé en las bibliotecas del Leo Baeck
Institute, el London School of Jewish Studies (Judaísmo ortodoxo), del Institute of Germanic and
Romance Studies, en Heythrop College (University of London), de la School of Oriental and African
Studies, del German Historical Institute, The Wiener Library (Biblioteca especializada en el
Holocausto), The British Library y el Leo Baeck College, de cuya magnífica biblioteca fue
durante años, el bibliotecario. Otra posibilidad hubiera sido un estudio de los escritos de
Ignaz Maybaum, ilustre profesor del Leo Baeck College, un ilustre pensador huído de
Alemania y cuyas reflexiones sobre la Shoá han hecho de él, un punto de referencia
ineludible para la llamada Teología del Holocausto. Fue, sin embargo, a tenor de una sugerencia
del profesor Miguel García-Baró que cambié radicalmente la perspectiva de mi proyecto y
se fraguaron los cimientos de esta tesis doctoral.
9 COHEN, Arthur Allen (1928-1986), pensador judío norteamericano, teólogo, novelista y editor,
especialmente conocido por sus reflexiones acerca del Holocausto con el concepto de Tremendum (tomado
de Rudolf Otto), a quien dediqué posteriormente un artículo: Cf. GIMÉNEZ BLUNDEN, Miguel. “Arthur
Allen Cohen y el Tremendum. Una aproximación teológica a la Shoah”, El Olivo, nº 75 (Enero-Junio 2012),
pág. 87-106.
10 FLUSSER, David (1917-2003), erudito profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén, conocido
especialmente por sus estudios de la figura de Jesús y su anclaje en la cultura e historia judías.
11 El término Holocausto (Holokaustos, que es el término que designa la destrucción del judaísmo europeo
durante la Segunda Guerra Mundial) está presente por primera vez en la traducción griega del libro del Éxodo
de la Septuaginta y se formula como la traducción del término hebreo olah, (Levítico 1, 9), que es la víctima
sacrificada y quemada en los altares como ofrenda exclusiva a Dios. La tendencia en la actualidad es emplear
el término Shoá (que si se traduce como Catástrofe). Tomado de: MENDES-FLOHR; REINHARZ, Jehuda.
The Jews in the Modern World (citada en la bibliografía), pág. 634.
12 MAYBAUM, Ignaz (1897-1976), sin duda una de las figuras más controvertidas de esta corriente de
pensamiento. Rabino, estudió en la Hochschule fur die Wissenschaft des Judentums en Berlín, siendo discípulo del
afamado Franz Rosenzweig. Pudo huir de Alemania en 1939, no sin que antes fuera arrestado en 1935 y
padeciera un breve cautiverio. Se instala en Londres donde pasará el resto de su vida. Considera al
Holocausto como el Tercer Jurbán o Destrucción del Templo y a ese mismo acontecimiento, como expiación
de los pecados del mundo, opinión que creó ciertamente muchísima polémica. También fue un impulsor
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Berkovitz13 y Emil Fackenheim, supusieron el encuentro con un autor hasta entonces
desconocido para mí. Los prolegómenos de este proyecto y su estructura esencial
resultaron de mi visita y trabajo en el Leo Baeck College (Londres) en la Semana Santa de
2008. Cualquiera de los autores mencionados anteriormente autores tenía la bastante
profundidad como para desarrollar serios estudios monográficos y comparativos. El
proyecto de tesis sin embargo debía consolidarse, centrarse y plasmarse en algún punto. El
autor que mejor encarnaba mis intereses y expectativas académicas resultó ser Emil
Fackenheim. Tras la obtención del DEA (28 de febrero de 2008) y un año de
deliberaciones sobre la estructura de la tesis, el proyecto definitivo (finalizado en enero de
2009) es aprobado finalmente el 24 de marzo de 2009, que es cuando se me notifica
oficialmente, la admisión del título de la tesis, con comité de seguimiento formado por mi
tutor Miguel García-Baró López y dos profesores más de la Facultad de Ciencias Humanas
y Sociales (Departamento de adscripción: Filosofía, Humanidades y Comunicación), Javier
Montserrat Puchades y Alicia Villar Ezcurra.
El periodo 2009-2010 coincidió cronológicamente con unas oposiciones a
profesorado de secundaria (estado de cosas que me confirió la categoría de funcionario en
febrero de 2010, tras una reclamación por error de tribunal), con lo que este primer periodo
se dedicó a la laboriosa obtención y adquisición del conjunto de las obras de Emil
Fackenheim. Sólo desde la perspectiva de la misma (que supuso más de dos años de
adquisiciones y la incesante actualización de otros elementos bibliográficos), podía aspirar a
tener una perspectiva razonable de su obra que permitiera trabajar con la diligencia
necesaria. De este modo, la redacción y lecturas precisas para la redacción de la tesis se
producen fundamental y libremente a partir de la visión global de la obra a partir del
periodo 2010-2011.
A continuación, presento los prolegómenos, nacimiento y estructura de nuestro
trabajo de investigación para después, seguir con los objetivos, metodología, desarrollo del
incondicional del llamado “Triálogo”, un diálogo permanente entre judíos, cristianos y musulmanes, que ha
sido por el Leo Baeck College, su alma máter en Londres y la sede de sus fondos bibliográficos y biblioteca
particular.
13 BERKOVITZ, Eliezer (1908-1992), rabino germano, se formó intelectualmente en Alemania,
desarrollando su vida docente entre Alemania, de donde emigra en 1939 para ir a Inglaterra, Sydney
(Australia) y Boston (EE.UU.), para finalmente emigrar a Israel. Para Berkovitz, el encuentro entre Dios y el
hombre es transcendente y debe suponer para éste, una vida orientada hacia el cumplimiento de los 10
Mandamientos. Cree firmemente en la separación entre Dios y el hombre (la suprema transcendencia de Él).
En esa misma línea, considera que el Holocausto es la expresión del silencio de Dios, del no mostrarse de la
divina presencia para que el hombre pueda ejercer sin limitación alguna, su libre albedrío.
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mismo, así como del estado de la cuestión y proyección futura para ulteriores
investigaciones.
El título de la tesis representa los 3 aspectos o prismas desde los que a grandes
rasgos deseo destacar de la obra de Emil Fackenheim. Dichos tres aspectos, cristalizados en
las tres palabras que componen el título de la misma, encarnan tres grandes núcleos en los
que cabe circunscribir el conjunto de su obra. Nuestra hipótesis de trabajo es que la obra de
Emil Fackenheim en torno a estos tres puntos:
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Estos tres núcleos conforman los tres conjuntos o bloques temáticos que nos
permitirán una lectura ordenada de la obra de nuestro autor. Dicha hipótesis queda
encarnada en los siguientes objetivos y establecen un correlato con las partes de la tesis:
14 A efectos meramente formales del texto de la tesis, el uso de la cursiva se hará cuando deseemos destacar
algún punto de nuestra tesis.
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IV. Estructura de la tesis
La primera parte quiere reflejar los detalles de la biografía de Emil Fackenheim que
resultaban esenciales, no sólo para presentar al autor, al “hombre de carne y hueso”, sino
también para reflejar el paralelismo entre las vicisitudes personales de su ajetreada y trágica
vida personal, así como de los acontecimientos históricos que vivió, que tiene su relevancia
directa en las intuiciones filosóficas de su discurrir, cuyo contenido y esencia se van
reformulando en función de su madurez filosófica y teológica. El fundamento de esta parte
es el conjunto autobiográfico más extenso, basado en la obra publicada póstumamente en
2007 An Epitaph for German Judaism. From Halle to Jerusalem que aparte de ser el texto donde
mayormente puede encontrarse información acerca de su vida, estudios, formación
intelectual, además de sendos textos en los que el maduro Fackenheim y su editor,
discípulo y amigo Michael Morgan ponen las bases de una comprensión más “humana” de
nuestro autor. El capítulo 1 refleja el objetivo primero de “Presentación del contexto
histórico, socio-cultural y filosófico del que parte Emil Fackenheim, a lo largo de su
biografía y cómo esta configura su visión y su obra filosófica”.
Esta parte tiene una cuádruple división, que engloba los periodos principales de la
vida de Fackenheim. La primera parte se centra en la Alemania del periodo 1916-1939, su
infancia y juventud en Halle, la educación y el sistema educativo, la vivencia de “ser judío”
bajo Hitler, su extraordinaria formación universitaria en Berlín entre 1935 y 1938, su
15Destacaremos siempre en cursiva algún aspecto que querramos enfatizar, amén de las veces en que resulta
obligatorio el uso de este tipo de letra.
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formación bajo el extraordinario magisterio de Leo Baeck y la enorme influencia de la
Hochschule für die Wissenschaft des Judentums y la pléyade de profesores brillantes que
conformaban dicha institución, aunque también su ingreso lamentable en el campo de
concentración de Sachsenhausen y la posterior salida de Alemania. La segunda parte, su
paso por Escocia (12 de mayo de 1939-junio de 1940) es narrada con igual detalle, por
campos de “internamiento” británicos, un breve intento de iniciar el doctorado en Escocia,
la cálida acogida que recibe y la emigración a Canadá. La tercera parte se inicia con una fría
recepción inicial y su presencia en un campo como extranjero enemigo en Canadá, que lo
acogería durante más de 40 años (1940-1984) compensándole con una espléndida acogida
en la universidad de Toronto, siendo sus grandes maestros en el campo de la filosofía
Arnold Metzger, Leo Strauss y Fulton Henry Anderson. Este periodo se inicia también con
la finalización y defensa de su tesis doctoral en 1945 (Substancia y Perseidad en la filosofía
arábica medieval con capítulos introductorios acerca de Aristóteles, Plotino y Proclo), su ejercicio como
rabino en Hamilton (1943-1948), su incorporación al Departamento de Filosofía de la
Universidad de Toronto (1948) y finalmente, su matrimonio con Rose (1955), una antigua
alumna suya. Canadá se convierte por tanto en un “et in Arcadia ego”, la tierra prometida que
lo acogería durante 40 años, el lugar donde se desarrollaría su carrera académica, su
matrimonio y familia, su ministerio rabínico.
En la cuarta parte o bloque, relatamos como al final de su vida, peregrinaría a la
Tierra Prometida, en una aliyá16 muy particular, para pasar los últimos años de su vida en
Jerusalén (1983-2003), que conlleva un mayor compromiso con su identidad judía,
prosiguiendo brevemente su carrera docente como profesor de la Universidad Hebrea de
Jerusalén. Éste no fue el exilio dorado de un profesor, cuyo prestigio en Canadá y en el
Viejo Mundo eran innegables, sino un lento declive, que no fue en lo estrictamente
personal muy feliz por la enfermedad de su mujer y el relativo olvido al que se viera
relegado a nivel académico en el estado de Israel.
El capítulo segundo de la tesis, que lleva por título “Obra escrita de Emil
Fackenheim. Trayectoria intelectual y evolución de su pensamiento”, es la lectura detenida
de sus obras, lo que dará una panorámica general y evolución objetiva de su obra. Este
16Concepto que alude a la peregrinación para vivir en Israel de forma definitiva, opuesta a la “eridá” o
emigración contraria.
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capítulo sirve de hilo conductor para orientar y ubicar la obra filosófica de Emil
Fackenheim.
Esta segunda parte queda dividida en dos partes fundamentales: la primera, de
1945-1967 y de 1967-1996, que marcan los dos periodos fundamentales en sus reflexiones
filosóficas, según las interpretaciones tradicionales. El análisis de cada obra se hace
fundamentalmente a partir de la primera, a veces única edición de sus libros o teniendo en
cuenta también modificaciones editoriales posteriores.
Una sola tesis doctoral no puede ser la plasmación definitiva del estudio de la obra
de un autor, que debe hacerse a lo largo de años. Por ello en algunos momentos, nuestro
acercamiento a determinadas obras ha sido más sintética y esquemática, acentuando otros
aspectos, sin ceder un ápice de su importancia.
Los libros que analizaremos serán por orden cronológico, su tesis doctoral
Substancia y Perseidad en la filosofía arábica medieval con capítulos introductorios acerca de Aristóteles,
Plotino y Proclo (1945)17, Caminos hacia la creencia judía18 (una presentación sistemática de las
creencias básicas del judaísmo), Metafísica e historicidad19 (una conferencia impartida dentro
de las Thomas Aquinas Lectures de la universidad de Marquette (Milwaukee-EE.UU) en
1961), La dimensión religiosa del pensamiento de Hegel20, el estudio que realiza de la obra de
Hegel (1967), La búsqueda del pasado y del futuro. Ensayos de teología judía (1967/1982)21 (obra
que contiene 19 de sus ensayos más significativos antes de 1968), La presencia de Dios en la
historia de 1970 (donde se articulan las bases de la experiencia judía, el problema de la
secularización y la llamada voz autoritativa de Auschwitz22), los Encuentros entre el judaismo y la
filosofía moderna (1973/1994)23 (una de las obras de mayor calado filosófico, donde
empleando a figuras y conceptos – Abraham, Elías, Moisés - como símbolos, dialoga con la
filosofía moderna; El retorno de los judíos a la historia de 197824 (aquí desarrolla el problema de
la secularización, el mandamiento 614 (no dar victorias póstumas a Hitler) y la centralidad
de Israel), Reparar el mundo. Fundamentos del pensamiento judío posterior al Holocausto25 (publicada
por primera vez en 1982 y reeditada en 1994, su obra magna, donde recapitula sobre su
obra e introduce conceptos esenciales como el Tikkun Olam y plantea un nuevo
17 Substance and Perseity in Medieval Arabic Philosophy, with Introductory Chapters on Aristotle, Plotinus and Proclus -
University of Toronto.
18 Paths to Jewish Belief.
19 Metaphysics and Historicity.
20 The Religious Dimension in Hegel’s Thought.
21 Quest for Past and Future. Essays in Jewish Theology.
22 God’s Presence in History.
23 Encounters between Judaism and Modern Philosophy.
24 The Jewish Return into History.
25 To Mend the World.
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pensamiento más allá de la Shoá), ¿Qué es el judaísmo?26 (1987) donde Fackenheim aborda el
pasado, presente y futuro del judaísmo y las problemáticas que a él van unidos, como son:
el problema de la modernidad, el sionismo, la configuración del estado de Israel, la
asimilación, el antisemitismo, la dualidad universalismo-particularismo, etc.) y finalmente la
obra de 1990, La Biblia judía después del Holocausto donde valora los cambios hermenéuticos
del texto sagrado tras el Holocausto.
Estas serán las obras que comentaremos de forma esencial. Quedan tres libros más.
En primer lugar, La filosofía judía y el mundo académico27(1996), una serie de estudios editados
por Emil Fackenheim y Raphael Jospe que contemplan la importancia de la filosofía judía
en el contexto académico actual. Tiene un total de 15 ensayos, de los que tres pertenecen a
Fackenheim. Los temas se abordan a lo largo de cinco partes, que engloban ensayos acerca
de la filosofía judía y el curriculum educativo, estudios sobre Franz Rosenzweig y
Emmanuel Lévinas, la dimensión ética y política del pensamiento judío, perspectivas
filosóficas del Holocausto y el estado de Israel, finalizando con un epílogo del propio
Fackenheim analizando la evolución de su propio pensamiento. De las cinco partes que tres
tienen relación directa con Emil Fackenheim. Nos centraremos en la tercera que aborda
perspectivas filosóficas del Holocausto.
En segundo lugar, Los filósofos judíos y la filosofía judía28 (1996), volumen editado por
Michael L. Morgan, que contiene 18 ensayos de Fackenheim, divididos en tres grupos
temáticos (Filósofos judíos, El Holocausto y la filosofía y Filosofía judía), abordaremos el
segundo grupo de ensayos.
La tercera obra El Dios interior. Kant, Schelling y la historicidad29 en 1996, obra que
recoge con notable madurez, los estudios que sobre la obra de Kant, Schelling y Hegel y
una edición de Metafísica e Historicidad, desemboca en el interrogante sobre cómo surgió el
Holocausto en el contexto de la cultura germana, siendo esa, la parte fundamental que
comentaremos. De las obras anteriores, dos de ellas, concretamente La filosofía judía y el
mundo académico y Los filósofos judíos y la filosofía judía se analizarán en la tercera parte, al formar
parte de obras que o bien no fueron redactadas enteramente por Emil Fackenheim o bien
son el fruto de la colaboración y edición con otros.
26 What is Judaism?
27 Jewish Philosophy and the Academy.
28 Jewish Philosophers and Jewish Philosophy.
29 The God Within. Kant, Schelling and Historicity.
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c) Tercera parte. Lecturas e interpretaciones de su obra
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cristianismo, el sionismo de Fackenheim y conceptos como la revelación/presencia
divina y el Tikkun Olam y Teshuvá, conceptos centrales en la filosofía de Emil
Fackenheim y finalmente,
c) Sigue una tercera parte, que le sirve al Fackenheim para hacer repasado a sus
críticos y detractores, a modo de un testamento “de pensamiento”, así como la
bibliografía más completa de su pensamiento hasta e incluyendo 1991.
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Una de las más recientes es la editada por la profesora del departamento de estudios
religiosos del Connecticut College en EE.UU. Sharon Portnoff en 2012, Reason and
Revelation Before Historicism. Strauss and Fackenheim (Toronto, University of Toronto Press,
2011), donde a lo largo de más de 240 páginas se expone la tensión entre razón y
revelación, el problema del historicismo y la deuda intelectual que tiene con Leo Strauss.
Entre las últimas obra que se ha publicado ha sido la de Laurie McRobert Emil
Fackenheim’s Quest: From Philosophy to Prophetic Theology (2013), dedicada fundamentalmente a
la parte inicial de su obra, más concretamente al periodo que va desde 1940 (5 años antes
de la presentación de su tesis doctoral) hasta 1982, año en que se publica su obra magna
Reparar el mundo. Aunque éstas sean las obras principales donde se aborda el pensamiento
de Emil Fackenheim de forma sistemática, tienen cabida en este apartado otras obras de
autores como Post-Holocaust Dialogues de Steven T. Katz (1983), After Auschwitz de Richard
L. Rubinstein (1992) y la obra de Michael L. Morgan Post-Holocaust Jewish Thought in America
(2001).
La gran novedad editorial y que ha sido tan recientemente publicada, que ha sido la
última y más notable de las incorporaciones a nuestra tesis es el estudio sistemático más
amplio de la obra de Emil Fackenheim realizada por su discípulo, que habiéndose
publicado en 2013, que solamente se ha puesto a la venta al final de la redacción de esta
tesis. La obra Fackenheim’s Jewish Philosophy: An Introduction aborda los grandes temas del
filósofo-rabino: el judaísmo como religión revelada, la autorrealización humana y la
libertad, la primacía de lo ético, la influencia de Kant y de Hegel, los polos de Auschwitz y
del Estado de Israel, el armazón midrashico o la fuerza innovadora de la interpretación
bíblica, la voz filosófica esencial y cómo su pensamiento repara un mundo roto.
Esta parte considerará los elementos más significativos presentes a lo largo de la obra
de Fackenheim, es decir aquellos puntos de su reflexión filosófica, que sean claves para
entender las similitudes y divergencias, que son fundamentales para entender la corriente
intelectual de la Teología del Holocausto. Es, en este sentido que planteamos un estudio
comparativo con las tesis de Arthur Allen Cohen.
- 32 -
e) Quinta parte. Líneas interpretativas de la tesis
g) Conclusiones
- 33 -
h) Bibliografía e ilustraciones
32 VV.AA. (Dow Marmur, Editor). A Genuine Search. God•Torah•Israel-A Reform Perspective. Essays in Memory of
Ignaz Maybaum. London, Reform Synagogues of Great Britain, 1979, “Epilogue”, pág. 259.
- 34 -
d) La repercusión que su obra ha tenido en el ámbito canadiense y norteamericano, y
que no se ha visto tan reflejado en el ámbito europeo,
f) El propósito fundado por el que esta tesis doctoral sea el fundamento de un estudio
y seguimiento académico de los autores judeogermanos de la segunda mitad del
siglo XX, tan valorados en el ámbito anglosajón y desconocidos en el ámbito
hispano.
* * *
- 35 -
- 36 -
PRIMERA PARTE
BIOGRAFÍA DE EMIL LUDWIG FACKENHEIM
- 37 -
“Fue el último de los mejores pensadores judíos de la Alemania del siglo XX. Esta pléyade
de pensadores incluye a Franz Rosenzweig y su amigo Martin Buber, Leo Baeck y Leo
Strauss, y Hans Jonas. Entonces viene Emil Fackenheim, el único filósofo judeogermano
que a diferencia de los demás se pasó treintaicinco años de su vida luchando con el Ángel de
la Muerte manifiesto en la aniquilación de los judíos europeos. De entre los filósofos judíos
que vivieron el horror de la Alemania nazi, Fackenheim asume de forma solitaria la tarea
imposible de responder a la aniquilación nazi de los judíos de Europa a manos de asesinos
versados en filosofía alemana. Precisamente porque es alemán y judío, quizás sea el filósofo
judío después del Holocausto mejor ubicado para llevar a cabo una respuesta auténticamente
judía al Acontecimiento. Y en ese sentido, siempre destacó de forma única”.
- 38 -
Una imagen del venerable y anciano Emil Fackenheim, denotando madurez,
sensatez y ecuanimidad.
- 39 -
Baeck, Martin Buber y Franz Rosenzweig, siendo éste último el mayor pensador judío del judaísmo
moderno (…)”33
- 40 -
1.1. Reparar el mundo, reparar una vida
- 41 -
pensamiento y de una cosmovisión determinada, cuya valentía le impulsa a seguir con una
vida, mostrando el coraje de quien se enfrenta con rigor filosófico y fuerza vital a los
hechos más detestables de la convulsa historia del siglo XX.
La vida de Emil Fackenheim transcurre entre el 22 de junio de 1916 y la madrugada
del viernes 19 de septiembre de 2003. Las memorias ven la luz en 2007 (el prólogo de
Michael L. Morgan es del 22 de mayo de 2007) y son de hecho, el resultado de una
selección de escritos hechos por este profesor emérito de estudios judaicos de la
Universidad de Indiana, a partir de las pruebas de imprenta dejadas y corregidas por el
propio Emil37, que inicia su redacción en 199338, finalizando en el año 200039. Los
recuerdos de Fackenheim siguen el orden cronológico que marca las 4 grandes etapas de su
vida y que se centran en 4 lugares: Alemania, Escocia, Canadá e Israel. Alemania es el
reflejo de su juventud, de sus estudios, de su formación académica esencial. Escocia
significa el inicio de un éxodo que le llevará a vivir en Canadá, lejos de su Alemania natal y
a su vez, el principio de su carrera académica que se incardina, desarrolla y consolida en
Canadá. Canadá representa su vida académica, su interés por el Idealismo Alemán pero
también su apertura al estudio de la tradición que le vio nacer. En Canadá, se da un punto
de inflexión en su vida y en su pensamiento, que le obliga en cierto modo, a reflexionar
sobre la identidad del Pueblo Judío y del trauma colectivo, que supuso el drama de la Shoá,
de la que él mismo fue partícipe, a raíz de la Guerra de los Seis Días en 1967. Pensar en
esos hechos es por tanto, reflexionar sobre su propia vida. Jerusalén supone la vuelta a los
orígenes, un viraje, la reconciliación con las fuentes de la tradición de su pueblo y una
forma de testimonio vital hasta el reposo de sus huesos en la tierra de los Patriarcas.
El resultado final de sus reflexiones se presenta al público se acerca bastante a lo
que Emil quiso reflejar. No resulta fácil según su editor, considerar al texto como
meramente un documento autobiográfico, sino que el carácter filosófico de sus reflexiones
está presente en todo momento, configurando incluso la misma forma del lenguaje que
adopta40.
Las memorias de Fackenheim son pues, la voluntad de reflejar el final de un
periodo clave en la historia del Pueblo Judío en Europa y dan fe del final de una etapa y de
una realidad histórica. Es la reflexión de un hombre mayor, viejo, que puede vivir con
mayor intensidad los acontecimientos y comprenderlos mejor. En esos recuerdos, se
combinan por partes iguales, el odio y el amor hacia el amigo germano, que se convirtió en
37 EGJ, pag. IX. Las pruebas de imprenta las estaba revisando desde 2002.
38 EGJ, pág. 137.
39 EGJ, pág. 137.
40 EGJ, pag. IX.
- 42 -
enemigo. Y es que el esfuerzo autobiográfico, la necesidad de interrogarse y escribir sobre
el pasado tenía un sentido terapéutico: la reparación del mundo era de hecho, la reparación
interna del hombre Emil Fackenheim41, frente a la Catástrofe que había experimentado en
sus propias carnes, ocupándole buena parte de los años de madurez intelectual42.
Durante más de 30 años de su vida, no analizó ni pensó en los que sucedió durante
los años de la Alemania nazi y lo que supuso el Holocausto. El esfuerzo de “reparar el
mundo” y de “reparar una vida”, la dimensión privada y personal de pensar su propia vida
se une concretamente la suya, se dan la mano en esta obra singular43. Las memorias son
para él, en cierto modo, el vehículo de su reparación interna44, el proceso curativo que le va a
permitir a él, viajar a los recovecos de su mente para enfrentarse a los fantasmas de antaño
y sanar las heridas todavía abiertas y no contempladas por una amnesia que ha durado
demasiado.
Los dos acontecimientos de carácter personal que llevan a la redacción de esta
autobiografía, son de índole personal: una, la invitación a Halle, su ciudad natal, en 1993 y
en segundo lugar, el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer de su mujer Rose, que
llevaría a su fallecimiento en 1998. Ambos simbolizan quizás dos polos extremos de su
tormentosa vida: por un lado, el recuerdo imborrable del pasado, de los inicios, el “alfa” de
su reflexión como filósofo en su Alemania natal y el punto “omega” de su futuro, del
apoyo de su vejez, de su compañera del alma, que al contrario que él, tan lleno de
memorias vívidas, se ve abocada al olvido inexorable de la enfermedad que la consume.
Todos los personajes que se mencionan a lo largo de la narración casi siempre apuntan a
una relación significativa o a un punto importante para ilustrar alguna etapa de su
desarrollo intelectual.
La obra está dedicada a la memoria de su esposa Rose, la exalumna, cristiana y que
después se convierte al judaísmo45, la madre de sus hijos, a sus nietos Daniella, Benji
(abreviatura de Benjamin), Dan (Daniel), Adam y Gideon (Gedeón, como el juez del
Antiguo Testamento) y a Michael Morgan, “exalumno, colega y amigo durante 30 años, sin
cuyo esfuerzo este libro nunca se hubiera publicado”46.
- 43 -
El mediano de tres hermanos, su padre Julius Fackenheim, es abogado, un
excelente orador y un especialista en ley criminal47 y su madre Meta Fackenheim (que
adopta el apellido del marido, como es costumbre en los países nórdicos y en la cultura
anglosajona), descendiente de rabinos. Aunque de ambiente liberal, ciertos aspectos del
culto de su comunidad tenían un carácter conservador48. En su casa solamente los abuelos
mantenían las estrictas normas del kosher49, ellos no (aunque el cerdo era por supuesto, una
carne que no consumían)50. Otros miembros de la familia eran la tía Marta Fröhlich de
Berlín y la tía Trude Fackenheim de Kassel51, sus hermanos Wolfgang52 y Alexander53, sus
tíos Erna Goldberg54 y Adolf Goldberg55.
Varios incidentes le llevan a recordar el pasado: una ocasión en la que el padre de
Fackenheim se enfrenta a dos oficiales nazis inicia las reflexiones de este pensador, la vejez
como causa detonante de su necesidad de hurgar en la memoria de un pasado germano
lejano56, su visita a Alemania tras 54 años de ausencia y la enfermedad de su mujer, su fiel
compañera durante más de 35 años de matrimonio. ¿Qué le lleva a la reflexión? Se da
cuenta el anciano Fackenheim que tanto su familia como él antes de la guerra formaban parte
de una comunidad judía germana, que se vio destrozada de repente y para siempre. La
transcendencia de este acontecimiento, el fin del judaísmo germano, el anuncio de su
epitafio es un acontecimiento social y personal, ya que el propio Fackenheim y su familia
participaron de él. Eso que resulta un acontecimiento lejano para sus nietos, es una realidad
vívida para él. El título de la autobiografía refleja un cataclismo, un momento de inflexión, un cambio
radical que no puede obviarse ni ignorarse ni sobre todo, olvidarse. El sentido de la supervivencia más
elemental ha llevado a unos a olvidar. Él, sin embargo, se ve empujado a pensar en ello, y lo
hace no solamente por cuestiones de orden psicológico, sino que en un sentido más
- 44 -
profundo de la palabra, en un sentido filosófico y teológico, ve la necesidad de enfrentarse
a la verdad57.
Fackenheim plantea también dos puntos más en lo tocante a sus memorias:
a) ¿la obra y la vida de un filósofo suceden de forma paralela, sin tocarse? ¿Se puede
ser un gran filósofo y una vil persona? La respuesta, según Fackenheim, es que
no58.
b) La autobiografía no es solamente el reflejo de los sentimientos de un anciano, sino
que la coherencia del filósofo se da en la necesidad de repensar los
acontecimientos59.
57 EGJ, pág. 6.
58 EGJ, pág. 7.
59 EGJ, pág. 7.
60 EGJ, pág. 71.
- 45 -
filosofía de Hermann Cohen62. Ambos conceptos se complementaban. Entonces, ¿de
dónde venía el odio hacia los judíos? ¿Qué inició la oleada de antisemitismo? Parecía
originarse en la participación de los judíos como combatientes en la Primera Guerra
Mundial y algunas distorsiones acerca de su participación. Entre las otras cosas que le
asombran es que el ataque a los judíos germanos se hizo por gente con los que hubieran
compartido un mismo banco en la escuela63. Ello recuerda el título de las memorias de
Simon Wiesenthal64, el célebre cazanazis, que parafraseando ni más ni menos que a Hitler,
dice aquello que “los asesinos entre nosotros”65.
El tema de lo religioso presentaba en la comunidad judía, una notable diversidad.
Había conversos al Cristianismo, ilustres o no (las familias de Heine66, Felix Mendelssohn67
y Karl Marx), conversiones forzadas (muy al modo de los judaizantes68 de España y
Portugal) o los llamados konfessionlos (que no tenían religión o indiferentes al aspecto
religioso). Sin embargo, a pesar de la relativa indiferencia religiosa que vivía en casa, una de
las figuras que tienen mayor impacto en la mente del joven Fackenheim son las del rabino
Albert Kahlberg69, cuya erudición en privado estaba al mismo nivel que su futuro profesor
Max Wiener en la universidad. Lo importante según Fackenheim es la esencialidad del
judaísmo que le transmitió el rabino Kahlberg: La Torá, los profetas, el siddur (el libro de
oraciones diarias), la historia y el idioma hebreo70. De los elementos litúrgicos, de forma
particular destaca Emil, la importancia que tenía para él, la música71.
61 Dos términos alemanes que podrían traducirse por “lo germano” y “lo judío”, respectivamente (N. del
autor).
62 COHEN, Hermann (1842-1918), uno de los más destacados filósofos judíos del siglo XIX, el fundador de
Wiesenthal está tomado de la frase “los enemigos están entre nosotros” de Adolf Hitler, que es cómo se
refería a los judíos en multitud de sus arengas fascistas.
66 HEINE, Heinrich (1797-1856), célebre poeta alemán de ascendencia judía.
67 MENDELSSOHN, Felix (1809-1847), compositor de ascendencia judía, nieto de Moses Mendelssohn, el
festividades religiosas judías: Pesach/Pascua, Rosh Hashanah, Yom Kippur, el concepto de venganza en el
judaísmo, etc.
- 46 -
Albert Kahlberg Oswald Spengler Arthur Schopenhauer
“Pocos parecen entender como era la situación para los judíos alemanes antes de Hitler. No nos hacía falta
mucha protección. Lo poco que necesitábamos, nos lo daban nuestros mayores y ellos a su vez, tenían amigos
alemanes. ¿Por qué solamente huyeron mis padres de Alemania cuando casi era demasiado tarde? Hasta
los pensadores más destacados del judaísmo desde Mendelssohn hasta Rosenzweig, Buber y Baeck, creían
que el Dios de Israel tendría un hogar permanente en Alemania”74.
72 EGJ, pág. 18. Estos últimos serían claves en algunas de sus primeras obras filosóficas, particularmente
- 47 -
Acerca del periodo de 1933 a 1935, Fackenheim nos describe su estancia en el
Stadtgymnasium75 de Halle. Nos relata su pasión por el latín, lo que en seguida, quedó
desbancado por el amor a Atenas y todo lo griego76. La formación clásica en su caso
particular, quedaba complementada por su pasión por el mundo hebreo. Tanto su hermano
mayor Alex como su hermano menor Wolfgang atendieron el mismo instituto. Fackenheim
era muy buen estudiante y en vano, intentaba disimular jugueteando con petardos y cosas
afines.
La presencia de compañeros nazis y la conciencia de ser el único judío entre tantos
alemanes de “raza pura” es algo de lo que no puede escapar. El dolor de la ruptura que
provoca el nazismo se refleja en el doloroso relato acerca de Meier, un compañero suyo.
Una de las tareas encomendadas a los jóvenes estudiantes era escribir un ensayo titulado
“Porqué soy un nacionalsocialista”. Éste, con todo el entusiasmo de un adepto fanático,
presenta un escrito de dudosa calidad literaria que incluso es vituperado por los afines a esa
ideología al ser leído en voz alta en el colegio. El padre de Jürgen Meier (que así se llamaba
el chico), profesor en el colegio, le da solamente un aprobado. Fackenheim se acerca y en
sus propias palabras, dado el oportunismo del propio Meier y la reacción suscitada entre
todos los presentes, afirma que:
“Entonces no requirió valentía alguna que caminara hacia Meier y le anunciara que no quería tener
relación alguna con él. Meier afirmó que yo era diferente, pero yo le dije que no quería serlo”77.
- 48 -
energúmeno lo amenazó con detenerlo80. Emil finaliza sus estudios en el Stadtgymnasium en
1935. El premio de honor de la asociación estudiantil del centro le debía conceder un
premio al haber obtenido la nota más alta en griego, pero el premio se lo concedieron a un
tal Jürgen que obtuvo un notable (huelga el decir que Jürgen no era judío)81.
Empiezan a forjarse en este periodo algunas de sus inquietudes intelectuales. El
mayor peso cabe atribuirlo a un profesor que tuvo llamado Adolph Lörcher. Además de la
notable influencia intelectual que ejerce sobre su pupilo, Lörcher tiene una cualidad
humana que lo distingue por encima de todos los demás: su antipatía y oposición a los nazis.
Fackenheim dice de él, que la fuerza de su profesor no residía en que aunque no tenía
poder, no era tampoco indiferente a la situación. La razón por la que Fackenheim le tenía
en tanta estima era que era el profesor de griego, de literatura griega y al final de su periodo
de escolarización, de filosofía82. El futuro rabino llegaría a leer a Homero sin necesidad de
diccionario, aunque el tiempo se encargaría de que olvidara dicha lengua muerta, lo que
Fackenheim afirma con una gran tristeza83. Fue este profesor quien inició su interés por
todo lo griego, obligándole a especializarse en el Fedro de Platón para su matriculación.
Todos se quejaban, pero Lörcher no podía admitir tal opinión de su alumno más
aventajado y así se lo hizo saber84. Acaba por tanto, sus estudios del instituto con dos
marcados intereses: la filología griega y la teología judía. Los intereses de Emil Fackenheim
ya van dirigidos a la formación como rabino. Presente en todo momento en el alma de
Fackenheim están las dos lealtades que marcarán el sentido de sus estudios y de su vida
entero: la fidelidad al judaísmo o a Alemania85. La conciencia de ser alemán pero también
de una ideología emergente, contraria a las manifestaciones del judaísmo y el amor a la
tradición que le vio nacer, condiciona todas las opciones vitales e intelectuales del joven
Emil.
to be the story of my life” (He olvidado todo el griego que sabía. Me parece que olvidar los idiomas que una vez
supe es algo recurrente en mi vida).
84 EGJ, pág. 37.
85 EGJ, pág. 39.
- 49 -
1.5. Estudios universitarios (1935-1938). La Hochschüle fur die
Wissenschaft des Judentums de Berlín
86LUZZATTO, Samuel David (1800-1865), hijo de una familia noble judía italiana, profesor del seminario
rabínico de Papua. Fue un poeta, escritor, estudioso de la Cábala, visionario (parecido a Swedenborg en el
- 50 -
El alma máter judía de Emil Fackenheim, El Instituto de Estudios Judíos
Avanzados en Berlín, en el número 14 de la Artilleriestrasse, combativo nombre
para tan pacífica institución.
mundo judío), mantuvo una correspondencia considerable y coleccionista infatigable de libros. Es una de las
figuras esenciales del Renacimiento de los estudios sobre el judaísmo de la primera mitad del siglo XIX.
87 KROCHMAL, Nachman (1785-1840) filósofo, teólogo e historiador judío, cuyos intereses se centraron
especialmente en Kant, Schelling y Hegel, destacó por el estudio que realizó acerca de La Guía de los Perplejos
de Maimónides.
88 GEIGER, Abraham (1810-1874), rabino, escritor y editor alemán, que estudió filosofía y lenguas orientales
en las universidades de Heidelberg y Bonn. A partir de 1832 ejerce como rabino en Wiesbaden dedicándose
las cuestiones de la teología judía relacionadas con la vida cotidiana. Será cofundador en 1835 de la llamada
Zeitschrift für Jüdische Theologie. Acabaría ejerciendo de rabino en Breslau (allí entra en conflicto con los
elementos más conservadores de su comunidad) y seguiría su ministerio en Frankfurt (1863) para acabar en
Berlín en 1870.
89 EGJ, pág. 51.
- 51 -
Abraham Geiger David Luzzatto
Sin embargo, lo más destacable de este momento son las estrellas que iluminan el
firmamento intelectual de Emil, aspirante a rabino. Los grandes maestros en el camino del
pensar de Fackenheim serían por este orden, Leo Baeck, Martin Buber y Leo Strauss92.
¿Qué aprende de estos grandes hombres?
al que daremos toda su prioridad en la segunda y en la cuarta parte. Este capítulo se ocupa fundamentalmente
de los aspectos biográficos y personales de Emil Fackenheim.
- 52 -
1.6.1. Leo Baeck
El padre de Fackenheim conocía a Leo Baeck y éste pronto deja una profunda
huella en el espíritu del joven Emil. Leo Baeck era profesor de midrash y de homilética. El
término midrash que procede del hebreo que significa “investigación”, es un método de
exégesis de las Escrituras que busca en el sentido más profundo de las mismas, más allá de
su sentido literal94. La homilética sienta también las bases para el futuro rabino de cómo
redactar sermones. Aunque el plan de estudios en la Hochschule exigía 6 años de
permanencia, Fackenheim pudo concluir, no sin prisa, los estudios en tres años y medio95.
Leo Baeck se resistió a dejar la Vaterland, declarando de forma célebre que no viajaría al
extranjero mientras pudiera permanecer con el último minyan (grupo mínimo de 10
personas requerido para rezar) en Alemania, lo que le llevó tristemente a su envío al campo
de concentración de Theresienstadt, saliendo de él en julio de 1945. De Leo Baeck afirma que
su reacción ante su estancia en los campos donde el trabajo les iba a hacer libres fue
siempre de total silencio96. También de su antiguo maestro afirma con cierto desencanto,
que “(…) Fue un hombre imponente, impresionante, pero no me dio las respuestas filosóficas que buscaba.
- 53 -
Sus respuestas fueron siempre estéticas”97 y también afirma que “(…) me obligó a pensar por mí
mismo, al igual que Buber”.98 Precisamente en este momento se empiezan a apuntar los
intereses de Fackenheim hacia Hegel y Rosenzweig99.
Aunque Leo Baeck fuera la figura que inspiró a Fackenheim en su profundo estudio del
judaísmo, requiere un filósofo para su desarrollo académico fundamental. Este lugar lo
ocupa el gran profesor de filosofía que tuvo. Max Wiener100 (1882-1950) nacido en Oppeln
(Alemania) ejerce como rabino, autor y teólogo en Berlin y ocupa la plaza de Julius
Guttmann101 en la Lehranstalt fur die Wissenschaft des Judentums, emigrando en 1939 a los
Estados Unidos para ser profesor en el prestigioso Hebrew Union College (Cincinatti,
EE.UU.). La esencia del judaísmo reside en este autor en las enseñanzas de los profetas,
siendo también partidario del sionismo y del carácter histórico del judaísmo y del pueblo
judío. Este hombre sería quien le supervisa la tesis de licenciatura a Fackenheim redactada
en alemán acerca de los juicios de Samuel David Luzzatto sobre Maimónides. Fackenheim
aprende de Wiener que el estudio de una figura menor como Luzzatto no puede ser la piedra angular de
la defensa de grandes figuras como Maimónides y que las 3 grandes religiones monoteístas no pueden
admitir la posesión de una verdad revelada sin por ello tener un carácter misionero102.
De este filósofo y especialista en filosofía política dice poco, pero lo poco que
comenta es de una enorme importancia. Leo Strauss, nacido en 1899 en Alemania, profesor
en Berlín desde 1925 hasta el ascenso de Hitler al poder, emigra a los Estados Unidos y
concretamente a Nueva York, donde se convierte en profesor de la New School for Social
Library (nombrada en honor a él), que está en el mismo edificio (para ser preciso en la primera planta) que el
Leo Baeck Institute (con sedes en Londres, Nueva York y Jerusalén).
101 GUTTMAN, Julius (1880-1950), el hijo del gran Jacob Guttmann (1845-1919), ordenado en el seminario
rabínico de Breslau, profesor en la universidad de Breslau (a partir de 1910) y de filosofía judía en el Hochschüle
fur die Wissenschaft des Judentums, acaba emigrando en 1934 a Jerusalén donde acabaría su carrera docente como
profesor de filosofía judía en la Universidad Hebrea de Jerusalén.
102 EGJ, pág. 45.
- 54 -
Research desde 1938 hasta 1949103 para incorporarse finalmente, a su alma mater definitiva, la
Universidad de Chicago, donde ejercería como profesor de ciencias políticas hasta 1968.
Aspectos del pensamiento de esta figura de primer orden se podrán ver en la obra
posterior de Fackenheim. Sin embargo, el peso de la figura de Strauss, que nunca fue
profesor de Fackenheim104, se traduce a un nivel más personal y menos intelectual. Los
consejos de Strauss para Fackenheim serían clave para su tesis doctoral y ejerciendo también como mentor a
lo largo de años105.
103 Durante este periodo y en conversación mantenida con Sharon Portnoff, el propio Fackenheim en 2003,
escasamente un mes antes de fallecer, que bajaría en varias ocasiones a hablar con Leo Strauss en Nueva
York. Sharon Portnoff señala que las conversaciones se mantuvieron en inglés. Cf. RRH, pág. 3 y nota 1-
aparato crítico, pág. 241, respectivamente.
104 EGJ, pág. 112.
105 EGJ, pág. 112. Esto sería especialmente clave en el interés por el aristotelismo que tenía Strauss y la visión
que del mismo tendrían el pensamiento judío e islámico. Este punto es clave para entender el tema de la tesis
doctoral de Fackenheim. Este punto lo abordaremos en el segundo capítulo.
106
JPH, pág. 57-74.
107
JPH, pág. 75-88.
- 55 -
Max Wiener en dos imágenes, una de madurez y otra, posterior.
Otras figuras relevantes de la Hochschule queda finalmente destacar una figura poco
conocida e insignificante pero clave ara entender como se va configurando gradualmente la
visión que Fackenheim tiene. Cuando llega en 1935, algunos de los grandes ya no están:
Julius Guttmann (que hemos mencionado antes, que desde 1934 ya había emigrado a
Jerusalén), Chaim Albeck108, filósofo y experto en Talmud y Harry Torczyner109, en lugar
del cual tendría a Moshe Sister110, un curioso personaje, estudioso de la Bíblia con tintes
marxistas.
108 Conocido como ALBECK, Hanoch (1890-1972), se forma en la escuela rabínica de Viena, ordenándose
rabiono en 1905, graduándose en 1921 en la Universidad de Viena. Ejerce como profesor durante diez años
en la Hochschule, emigrando a Palestina en 1936 para incorporarse como profesor y jefe del Departamento
de Talmud en la Universidad Hebrea de Jerusalén, duranto su magisterio 25 años.
109 TORCZYNER, Harry o en su forma original, Naftali Herz Tur-Sinai (1886-1973), lingüista, nacido en el
Imperio austrohúngaro. Profesor en la Hochschule a partir de 1919, emigra a Palestina en 1933 donde ejercería
como profesor de lenguas semíticas en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Considerado uno de los dos
mejores filólogos hebreos del mundo, tradujo la Biblia al alemán y junto con Eliézer Ben-Yehuda (1858-1922)
elabora y acaba en 1959, el diccionario hebreo de 17 volúmenes más completo de la lengua de Israel, que
tardó 50 años en redactarse. Se le reconoce como una de las personas clave (junto con Ben-Yehuda) en
devolver al hebreo su status de lengua moderna y viva.
110 EGJ, pág. 50-51.
- 56 -
Naftali Herz Tur-Sinai ELBOGEN, Ismar Hanock Albeck
111 ELBOGEN, Ismar (1874-1943), rabino y erudito. Se forma académicamente en Breslau (Alemania), se
ordena rabino en 1899, y fue profesor de exégesis bíblica e historia judía en el Colegio Rabínico de Florencia.
Fue profesor en la Hochschüle fur die Wissenschaft des Judentums (1902-1919), intervino en la redacción del
llamado Jüdischen Lexikon y trabajó también en la Encyclopaedia Judaica. Emigra en 1938 a los Estados Unidos,
con lo cual coincide en Berlín con Emil Fackenheim para ser profesor en Nueva York hasta su fallecimiento
en tres instituciones claves: la Jewish Institute of Religion, el Jewish Theological Seminary y el Hebrew Union College.
112 EGJ, pág. 54. Esta idea de la supervivencia física puede verse reflejada en su obra ¿Qué es el judaísmo?
113 En una carta fechada el 27 de noviembre de 1941, que reproduciremos en el apartado de su obra: Cf. EGJ,
pág. 276-277.
114 EGJ, pág. 56.
115 TÄUBLER, Eugen (1879-1953) historiador judío, doctorándose en 1904. Fue profesor en la Hochschüle fur
die Wissenschaft des Judentums, fue profesor en la universidad de Zurich (1922-1925) y de 1925 a 1933, lo fue de
historia antigua en la universidad de Heidelberg. Tuvo que dejar esa posición por la depuración nazi y vuelve
a la Hochschüle fur die Wissenschaft des Judentums. Emigra a los Estados Unidos en 1941 al clausurarse la
Hochschule y acabaría de profesor en la Hebrew Union College en Cincinatti.
116 METZGER, Arnold (1892-1974) se forma académicamente en la Universidad de Jena, donde cursa
estudios de filosofía, economía e historia. De 1920 a 1924 es profesor asistente de Edmund Husserl en
Freiburg. Se habilita para ser profesor de universidad en 1933 con un trabajo titulado Fenomenología y Metafísica.
Es profesor en la Hochschule de 1935 a 1937 (donde coincide con Emil Fackenheim). Emigra en 1938, primero
hacia París (1940), Inglaterra (1941) y en 1941, se instala en los Estados Unidos, ejerciendo de profesor en el
Simmons College, de Boston, donde coincidirá con el autor del Principio Esperanza, Ernst Bloch. Adquiere la
nacionalidad estadounidense, imparte clases en la universidad de Harvard. Finalizará su carrera académica
siendo profesor honorario de filosofía en la Universidad de Munich.
117 WEHR, Hans (1909-1981) arabista alemán, autor del Diccionario Árabe (1952).
- 57 -
Menzer118. Eugen Täubler, profesor en Heidelberg es un defensor del judaísmo y del sionismo,
y uno de los pocos que prefirió dimitir antes que lo forzaran a abandonar la universidad.
Arnold Metzger, que había asistido a Husserl, le mostró el significado del prólogo de la
Fenomenología del Espíritu de Hegel, mientras que al mismo tiempo, entonaba (con una
botella de licor en una mano), “hay que acabarse este licor antes de que se acabe esta
noche”119. Es aceptado en la universidad de Halle para proseguir sus estudios, no sin antes
haber solicitado Berlín.
De uno de sus profesores Paul Menzer, recuerda el seminario acerca de la Crítica del
Juicio de Kant. De él destaca Fackenheim no tanto sus conocimientos del profesor de
Königsberg, cuando el carácter marcadamente kantiano del mismo y la denuncia del nazismo, bien
fundamentada en Goethe, Schiller y el propio Kant120.
118 MENZER, Paul (1873-1960) filósofo y pedagogo alemán, cursa estudios de filosofía y germanística,
doctorándose en 1897 y conocido por ser el secretario de la Academia de Berlín, encargado de la edición de
las obras completas de Kant en alemán.
119 EGJ, pág. 56.
120 EGJ, pág. 60. Años después, la obra The God Within. Kant, Schelling and Historicity sera una muestra de esta
misma denuncia.
- 58 -
Una imagen del conjunto del profesorado y alumnado de la Hochschule en 1937.
Pueden apreciarse desde la izquierda, Leo Baeck, Ismar Elbogen y su mujer, Max
Wiener en el centro con bigote y a su lado, Alexander Guttmann. Fackenheim está
delante de la segunda estantería central en la última fila, el joven con gafas.
Uno de los aspectos trágicos especialmente para una persona de las características
de Fackenheim es la interrupción de la vida académica y de sus estudios de doctorado. Era
un requisito para los rabinos ordenados en la Hochschule que obtuvieran también un
- 59 -
doctorado123. En el relato que frecuentemente hace Fackenheim le duele enormemente no
poder participar más y de forma más adecuada en la vida cultural académica de su nación
por el mero hecho de ser judío124. El dolor del rechazo resultaba más intenso por el amor
que profesaba a su Alemania natal.
- 60 -
“Entonces un anciano habló. “Oye Fackenheim, tú has estudiado el judaísmo. Nosotros no. ¿Qué
respuestas nos ofrece el judaísmo ahora? Yo no dije nada. Eran ciudadanos honrados y judíos decentes. No
podía decir que se nos castigaba por nuestros pecados o que sufríamos de forma vicaria por los pecados de
otros o siquiera que esto tenía un sentido oculto, conocido únicamente por Dios. Medio siglo más tarde,
intenté dar respuesta a la pregunta de ese hombre a una nueva generación, en mi obra ¿Qué es el
judaísmo?”126
- 61 -
los afortunados132. Se le da un ultimátum: seis semanas para abandonar el país o para volver
a Sachsenhausen. Infructuosamente, intenta por todos los medios conseguir un visado para
seguir con lo que ahora era una obsesión: conseguir un trabajo en la universidad con una
claro sentido judío133. Pudo finalmente salir del país, no sin antes encontrarse con su
antiguo profesor Adolph Lörcher, por confesión del propio Fackenheim, el alemán más
noble que haya conocido en su vida134. Recordando una antigua costumbre, tenía dos
ejemplares del libro de Martin Buber Königtum Gottes (El Reino de Dios) y en la página
inicial de ambos escribió en griego dyoin tateron (uno de dos), de modo que tuvieran un
recuerdo perenne ambos el uno del otro. Su maestro Leo Baeck y otros más se quedaron
en Alemania para ayudar a los necesitados, arriesgando su propia seguridad y vida. Esto
representaba para Emil Fackenheim efectivamente, el final del judaísmo germano. Alemania
había dejado de ser su hogar.
- 62 -
1.9. Escocia (1939-1940)
- 63 -
Un documento/ejemplar identificativo del estado de extranjero enemigo, donde
constan las restricciones del afectado y su condición de refugiado de la opresión
nazi.
- 64 -
Heinz Fischel141 ejercerían de rabinos en esa intempestuosa situación. Evidentemente, la
situación de los judíos que allí se iba a encontrar distaba de ser uniforme. Había ortodoxos,
reformados y aquellos que habiéndose alejado de la fe, querían volver con el entusiasmo de
antaño142. Sin embargo, eran judíos alemanes (Yekkes) y sólo fue cuando la población
aumentó con la venida de judíos polacos y del este (Ostjuden), se empezaron a dar
conflictos.
Poco después pudo salir e iniciar su andadura en el mundo académico. Al principio
tanto como él como su amigo Henry Fischel, que llegaría a ser profesor en la prestigiosa
universidad de Indiana (en el Departamento de Idiomas de Oriente Medio y profesor
adjunto del Programa de Estudios Judíos), no podían aspirar en la comunidad de Toronto a
ser poco más o menos que profesores de niños pequeños, además de recibir escasa ayuda
de miembros de la misma, que querían sólo docentes de la altura de Einstein143.
La salida del campo supone el inicio de su andadura como profesor universitario.
Recibe una cálida acogida del decano G.S. Brett. Éste acepta las mismas condiciones de
Aberdeen (la convalidación de sus estudios en Alemania) para que Fackenheim pueda
iniciar sin problema alguno, sus estudios de doctorado144.
La tesis no se completa hasta 1945. Se titulará Substancia y Perseidad en la filosofía
arábica medieval con capítulos introductorios acerca de Aristóteles, Plotino y Proclo. Sus profesores en
este período fueron el padre Gerald B. Phelan (filosofía latina medieval), W.R.Taylor (su
profesor de árabe) y F.H. Anderson. Lo que más destaca Fackenheim son los tres grandes
maestros que ha tenido en el orden filosófico: Arnold Metzger, Leo Strauss y Fulton Henry
Anderson, que se convierte en el jefe del Departamento de Filosofía al fallecer Brett145. De
Metzger le viene el interés por Hegel. De Strauss afirma que “(…)nunca me enseñó, pero como
mentor me hizo tomarme en serio los textos”146. De Anderson aprendió a torturar su mente con
problemas filosóficos147.
Toronto se convierte en el lugar donde se inician sus reflexiones de mayor calado
filosófico y sin duda alguna, en su auténtica alma máter. Recibe algunas ofertas para
trabajar en la universidad de Nueva York y en Chicago, negándose por toda una serie de
141 FISCHEL, Henry Albert (1913-2008) llegaría a ser uno de los mejores amigos de Emil Fackenheim y en
muchos sentidos, llevaría una vida paralela a él, llegando a ser un eminente académico y mejor persona.
Comentaremos su figura en la segunda parte.
142 EGJ, pág. 91.
143 EGJ, pág. 97.
144 EGJ, pág. 94.
145 EGJ, pág. 104.
146 EGJ, pág. 105.
147 EGJ, pág. 105.
- 65 -
motivos de orden ideológico e intelectual148, fundamentalmente el hecho de no poderse
desarrollar como filósofo y la poca consideración que se le tenía como un pensador
original.
- 66 -
vendría años después cuando emigran a Israel. Por tanto, esta situación de “disparitatis cultis”
no dejaba de ser una situación compleja para ambos y les reportó algunas dificultades, que
felizmente superaron155. Se casan en 1957; él tiene 41 y ella, 25. Su primogénito Michael,
autista de nacimiento, nace en el verano de 1961. Seguiría su hija Suzy y sus otros dos hijos,
David y el benjamín, Yossi nacido en 1979156. Como un patriarca del Antiguo Testamento,
su descendencia no se acaba aquí, sino que la vida le brinda otros cinco nietos
desperdigados por el mundo, Daniella y Benjy (en Londres), Dan y Adam en Jerusalén y en
2001, Gideon157. Ambos realizan al final de su vida (la cuarta etapa de la vida de
Fackenheim), la aliyah (peregrinación a Tierra Santa) y con motivo de este nuevo “éxodo”
en la vida de nuestro rabino, Rose, convencida se convierte al judaísmo. El hecho de
haberse casado con una no judía, no era un hecho excepcional en su familia. Los hermanos
de su padre tuvieron mujeres gentiles158.
Fackenheim cifra en 3 las bendiciones que le reportó estar casado con tan notable
mujer: primero, el haberle dicho que no era tarde para tener hijos159; en segundo lugar, su
determinación e insistencia por emigrar a Jerusalén160 y finalmente, que Fackenheim se
volviera más “humano”. Con el tiempo se había distanciado de uno de sus hermanos
- 67 -
Wolfgang, de quien recibió una visita en Israel en 1986. A las seis semanas de producirse
dicha visita, éste murió de cáncer161.
- 68 -
canadiense: por un lado, la pasión por la filosofía y por el otro, su amor por el judaísmo164.
Estos dos polos se complementan y configuran los inicios de su pasión filosófica. Hegel
será el foco de su atención primaria en la docencia universitaria, aunque sus inicios no
podrían haber sido menos prometedores. Le plantea al nuevo jefe de departamento, su
querido F.H. Anderson, la posibilidad de dar un curso sobre Hegel. Anderson le pregunta
si entendía a Hegel y él, afirma rotundamente que sí (aunque fuera mentira) y Anderson le
da permiso. Seguiría dando clases de la Fenomenología del Espíritu hasta su jubilación165. La
pasión por Hegel sería una constante de este período y fue el objeto de su primer curso en
la universidad, basándose en un estudioso de su obra, el británico F.H. Bradley166. Tanta es
la admiración por la obra del máximo exponente del Idealismo Alemán que su retrato
cuelga en una pared de su casa en Jerusalén167. De su pasión por Hegel sale publicado una
de sus obras más conocidas, The Religious Dimension in Hegel’s Thought en 1967168, acabado
justo cuatro meses antes de uno de los episodios más decisorios en su vida personal e
intelectual.
desarrollando su carrera académica en el Merton College de la misma universidad, siendo su mayor influencia
académica Kant y el Idealismo Alemán.
167 EGJ, pág. 122.
168 EGJ, pág. 149.
- 69 -
1.10.4. De Hegel a la Shoá. La Guerra de los Seis Días (1967-1983). La figura de
Michael L. Morgan
- 70 -
Michael L. Morgan.
172 Seminario del judaísmo reformado con sedes en Cincinatti, Nueva York, Los Angeles y Jerusalén.
173 EGJ, pág. 147. Se publica en 1990 bajo el título de Platonic Piety: Philosophy and Ritual in Fourth-Century
Athens (Yale University Press).
174 EGJ, pág. 172.
175 EGJ, pág. 174.
- 71 -
conferencias y viajes, de un cierto exilio dorado, que no vería demasiado recompensado en
Jerusalén, donde no se reconoció plenamente, el gran intelecto que había llegado.
Empiezan a publicarse compilaciones de textos como la obra The Jewish Thought of
Emil Fackenheim en 1987, forma frecuente de poder leer varios textos de un mismo autor y
sobre temática diversa, en el que empiezan a apuntarse textos que aparecerían en su
autobiografía.
Se incorpora como profesor en el Institute of Contemporary Jewry (Instituto de
Judaísmo Contemporáneo), asociado a la Universidad Hebrea de Jerusalén. Inicia sus clases
sobre Kant y más concretamente sobre La fundamentación de la metafísica de las costumbres. No
recuerda los tres años de docencia con especial cariño ni consideró que fueran muy
exitosas176. Sin lazos con Toronto, con apartamento en Jerusalén, se le ofrece otro puesto
en 1986 en la llamada Escuela para Estudios Extranjeros (School for Overseas Studies) con la
paga mínima. En 1990 se publica The Jewish Bible after the Holocaust sobre la actualidad de la
lectura del texto bíblico. Quizás uno de los episodios singularmente más doloroso de la
vida de Fackenheim fuera volver a Alemania y más concretamente, a su ciudad natal, Halle
en 1993. La casa que le vio nacer, el número 17 de Wettiner Strasse seguía estando ahí. La
gente a la le vendió la casa su padre todavía la habitaban. No pudo entrar. Hay cosas que ni
54 años de exilio voluntario o involuntario no pueden borrar.
Sigue dando clases en Jerusalén. En 1996 sin embargo decide dar un curso en
Kassel, en Alemania durante 3 meses. Al volver, la Universidad Hebrea de Jerusalén, había
decidido prescindir de sus servicios. Con un excelente sentido del humor y dada también la
enfermedad de su mujer, afirma que “Incluso a los ochenta, necesitaba una excusa para
dejar de enseñar”177. A pesar de todo ese mismo año publica tres libros, Jewish Philosophy and
the Academy, Jewish Philosophers and Jewish Philosophy y The God Within, prueba de su brillantez
académica y compromiso con el judaísmo.
Rose, su apoyo fundamental a lo largo de años, fallece el 21 de junio de 1998178. En
dos entrevistas, la primera realizada en diciembre del 2000, un joven Samuel Thrope, un
doctorando en Berkeley, EE.UU., especializado en temas judíos, y en una segunda
entrevista realizada a Anne Bayefsky, profesora de ciencias políticas en la York University en
Toronto, Canadá y profesora adjunta de la Columbia University Law School, en Nueva York, y
- 72 -
que fuera alumna suya en el Departamento de Filosofía en la Universidad de Toronto de
los años setenta179.
En este segundo caso, el amor que profesaba a su mujer Rose, que tomaba notas de
sus conferencias, porque Fackenheim lo solía llevar todo en notas mal escritas. Su
Alzheimer posteriormente supuso un cambio de roles y que Emil tuviera que hacerse cargo
de todo en casa, lo cual hace más admirable, su trabajo y persona. Volveremos a este
aspecto en el capítulo quinto. Samuel Thorpe sin embargo, describe a un viejo venerable,
ayudado por un tailandés que solía sentarse con pantalones cortos y una camiseta algo
desgastada. El entrevistador nos indica que se produce al principio de la segunda Intifada,
en los albores del año 2000. La fragilidad del hombre no le impide seguir viviendo. Lleva
179
www.habitusmag.com, “Emil Fackenheim: The Last Interview”, pag. 1-7 (18/11/2008), en la revista
Habitus. A diaspora Journal.; BAYEFSKY, Anne. “Emil Fackenheim, z’’ en: NATIV, Vol. 16, nº 6 (95),
Noviembre 2003/Kislev 5764 – Ariel Centre for Policy Research.
- 73 -
camisas hawaianas que son cómodas para él. Y sin embargo, el báculo de su vejez, su
esposa Ropse no está. Sólo le queda la familia extensa, ese pilar de la vida judía que diría
Ignaz Maybaum. La vejez y la decrepitud se apoderan de él, en el país que no reconoció la
estrella tan brillante que había recibido. De todos modos, no realizó su aliyá con otro afán
más que descansar en la tierra de sus ancestros.
* * * * * *
- 74 -
En una imagen de 2001, que celebraba su octogésimo quinto cumpleaños, el
noviazgo de su hijo menor Yossi y el nacimiento de su nieto Gideon. Ciertamente,
él no había dado victorias póstumas a Hitler y rebatía el epitafio del judaísmo
germano, que tenía su continuidad en las generaciones venideras.
* * *
- 75 -
CAPÍTULO 2
OBRA ESCRITA DE EMIL FACKENHEIM.
TRAYECTORIA INTELECTUAL Y EVOLUCIÓN DE SU
PENSAMIENTO. PERSPECTIVA INTERPRETATIVA
- 76 -
2.1. Introducción y perspectivas interpretativas
- 77 -
2.1.1. Cronología de su obra escrita y etapas de su pensamiento
Desde un punto de vista meramente cronológico, las obras que vamos a analizar
son en primer lugar, la tesis doctoral de Emil Fackenheim Substancia y perseidad en la filosofía
árabe medieval (Substance and Perseity in Medieval Arabic Philosophy), defendida en la
Universidad de Toronto en 1945. Sigue, en segundo lugar, Los caminos de la fe judía (Paths to
Jewish Belief) de 1960, una especie de catecismo judío para los jóvenes de la sinagoga en la
que ejercía como rabino, en la que sin embargo, ya se apuntan algunas de las
preocupaciones filosóficas esenciales del joven Fackenheim. En tercer lugar, Metafísica e
historicidad de 1961, una lección inaugural realizada en la universidad de Marquette, en
Milwaukee (EE.UU.), cuyas afirmaciones no se pueden desvincular de la importancia e
influencia que tenía la obra de Hegel en Fackenheim. Dicha preocupación queda reflejada
siete años más tarde en La Dimensión religiosa del pensamiento de Hegel (The Religious
Dimension in Hegel’s Thought), publicada por primera vez en 1967 y reeditada en 1982,
que es la obra en la que realiza su gran interpretación religiosa del profesor de Jena y el más
destacado componente del Idealismo Alemán. Sin embargo, ni la pluma ni la mente de
Fackenheim se habían mantenido al margen de otras problemáticas más actuales y de ello
es buena prueba La búsqueda del pasado y del futuro. Ensayos de teología judía (Quest for Past and
Future. Essays in Jewish Theology), la obra de 1968 que recoge las reflexiones en forma de
ensayo, que ha realizado en los 20 años anteriores. Sin embargo, el devenir histórico y el
conflicto de Oriente Medio no dejan indiferentes a Fackenheim que en el libro de 1970 La
presencia de Dios en la historia (God’s Presence in History) introduce con inusitada radicalidad,
un concepto clave, el de la presencia divina, además de los retos de la secularización y la
omnipresente realidad de Auschwitz y el horror de los campos de concentración.
Ocho años más tarde, en La vuelta de los judíos a la historia (The Jewish Return into
History) sigue centrándose en el tema de la secularización y la realidad de Estado de Israel,
pero nos presenta con el llamado mandamiento 614, el que no estaba contemplado en la Ley
de Moisés y que se centra en derrotar toda victoria póstuma de Hitler. La sombra del
nazismo, del Holocausto, del éxodo de Alemania, de las esperanzas rotas de un pueblo que
había hallado un hogar en Alemania provoca la resistencia filosófica y la necesidad de
reaccionar frente al enemigo agresor. Pero no es solamente el “problema judío” en su
sentido más interno el que centra la atención de nuestro autor. El diálogo con la filosofía
contemporánea tiene cabida en Encuentros entre el judaísmo y la filosofía moderna (Encounters
- 78 -
between Judaism and Modern Philosophy), editados primero en 1973 y reeditados en 1994,
es una obra a caballo entre Canadá y Jerusalén.
A pesar de todo lo anterior, donde se muestra la maestría de Fackenheim es en su
obra magna, la obra central para entender el pensamiento de Emil Ludwig Fackenheim
Reparar el mundo (To Mend the World. Foundations of Post-Holocaust Jewish Thought) se publica un
año antes de emigrar a Jerusalén por primera vez en 1982 y se reedita en 1994 y es el lugar
donde pone los cimientos de la hermenéutica del Holocausto y “de toda filosofía judía
futura”. Un compendio esencial del pensamiento de Fackenheim se edita en 1987 con la
obra The Jewish Thought of Emil Fackenheim. A Reader (El pensamiento judío de Emil
Fackenheim. Textos fundamentales). Instalado ya 7 años en Jerusalén, aparece en 1990 The
Jewish Bible after the Holocaust. A Re-reading (La Biblia judía tras el Holocausto. Una relectura),
donde se ponen los fundamentos para una visión renovada del texto bíblico a tenor de los
acontecimientos terribles del siglo XX.
El año 1996 es un año prolífico y supone la publicación de los últimos textos
definitivos de Fackenheim, con tres obras esenciales:
a) La filosofía judía y el mundo académico (Jewish Philosophy and the Academy), un compendio
de estudios de su obra, realizados por varios estudiosos y con un epílogo del propio
Fackenheim, de temática diversa –la filosofía judía y el curriculum educativo, su obra en
relación a Franz Rosenzweig y Emmanuel Lévinas, ética y política con especial atención a
Leo Strauss, perspectivas filosóficas del Holocausto y finalmente, el tema del Estado de
Israel;
b) Los filósofos judíos y la filosofía judía (Jewish Philosophers and Jewish Philosophy), un
conjunto de ensayos del propio Fackenheim donde pone las bases de una reflexión en
torno a tres núcleos temáticos –filósofos judíos, el Holocausto y filosofía judía-, y
finalmente,
c) The God Within. Kant, Schelling and Historicity (El Dios interior. Kant, Schelling y el
historicismo), que son estudios específicos de las obras de Kant, Schelling y Hegel, que
desembocan en sus reflexiones acerca del Holocausto.
En este conjunto de obras, cabe citar por póstuma, su autobiografía, An Epitaph for
German Judaism. From Halle to Jerusalem (Un epitafio para el judaísmo germano. De Halle a
Jerusalén), que ya hemos abordado en la primera parte de la tesis.
- 79 -
2.1.2. Repertorios bibliográficos
- 80 -
1945-1967
- 81 -
2.2. Prolegómenos de la carrera académica de Emil Fackenheim. La incorporación
a la Universidad de Toronto
Emil Fackenheim no hubiera sido objeto de esta tesis si no hubiera logrado salir de
Alemania. Su suerte hubiera sido la de tantos miles de intelectuales y civiles cuya integridad
fisica dependía del atroz espíritu de los tiempos y de la persecución antisemita.
En febrero de 1939, seguramente entre el 8 y el 9183, es liberado del campo de
concentración de Sachsenhausen, intenta avisar a sus colegas y amigos estudiantes de que la
opción de "estudiar ahora, emigrar más tarde" era una tontería y se presenta ante la
Gestapo en su ciudad natal. La policía general del Estado le da una alternativa: o se va del
país en 6 semanas o vuelve a Sachsenbausen184. La posibilidad de emigrar no estaba
restringida a él, sino que también había esperanzas para sus padres y su hermano
Alexander. Otro hermano, Wolfgang ya estaba en la tierra de Shakespeare185. Justo un mes
después de su liberación de Sachsenhausen, logra su certificado de ordenación rabínica, el 8
de marzo de 1939, firmado por su profesor Ismar Elbogen. Fackenheim se lamenta
amargamente que las prisas le hubieran solamente sacar un notable186. Max Wiener le
escribe un aval académico a fecha de 23 de marzo de 1939. Ya quedaban pocos profesores
en Alemania. La prisa existencial se apodera de Fackenheim, que estaba pendiente de
ofertas para un posible visado. Ya, en estos momentos, empieza a forjarse la imperiosa
necesidad de dar sentido a su existencia con la esperanza, "(...) que ahora empezaba a ser una
obsesión, de una vida académica con un sentido judío"187.
La conciencia de no ser capaz finalmente de acabar sus estudios en Alemania y la
imperiosa necesidad de supervivencia le llevó a Fackenheim y a Henry Fischel a escribir al
azar 10 cartas a universidades americanas para conseguir becas, que justificaran su
emigración y la ausencia de trabas administrativas. Emil Fackenheim recibe cartas de varios
centros: de la Universidad Hebrea de Jerusalén, a fecha de 15 de enero de 1939,
admitiéndolo como estudiante188 y otra del prestigioso profesor Wolfson189 (20 de enero de
1939), nombrándole bibliotecario adjunto en el Jewish Institute of Religion en Nueva York con
de Harvard y el primer judío (nacido en Bielorrusia) aunque formado en Harvard, donde obtuvo su
doctorado, en ser el jefe de una cátedra de estudios judaicos en Estados Unidos.
- 82 -
la carta adjunta del decano Henry Slonimsky con una paga de 2000 dólares durante dos
años190. Y es que sin estos papeles, no se podía solicitar un certificado de emigración.
Finalmente recibe una carta, con fecha de 7 de febrero de la Universidad de Aberdeen, del
profesor A.C. Kennedy, del departamento de Lenguas Semíticas191.
- 83 -
Dos fotografías del Kitchener Camp, que se encuentran entre los fondos
bibliográficos de The Wiener Library (Londres).
Una mención especial en este apartado del capítulo lo merece Henry Albert Fischel
(11 de noviembre 1913, Bonn - Bloomington, Indiana, EE.UU, 18 de marzo de 2008), el
mejor amigo de Emil Fackenheim nacido en la cuna de otra leyenda de la música alemana,
como lo fuera Beethoven. El nazismo no supuso una mancha en la alta consideración que
sentía por la cultura germana en la que nació. Se formó en filosofía, leyes (especialmente, el
Derecho Romano) y coincide con Fackenheim en la Hochschule. La formación rabínica
requería una formación paralela en el ámbito universitario para la vida civil, con lo que se
- 84 -
formó en la universidad de Berlín y en el seminario rabínico, con la misma pléyade de
genios. Ismar Elbogen, su profesor en Alemania, le escribe una carta a la Señora Cowan, la
representativa del Congreso Judío Canadiense (Canadian Jewish Congress) y la encargada de
buscarle trabajo, manutención y casa a Fackenheim. En la carta, con fecha del 27 de
noviembre de 1941194, Ismar Elbogen, da detalles personales del futuro rabino y procura ser
generoso y honesto para favorecer a su exalumno.
Se me informó que deseaba información acerca del rabí Emil Fackenheim del campo de refugiados
Shulwoke. Mientras fue estudiante de la Hochschule fur die Wissenschaft des Judentums, Berlin,
Alemania, no sólo asistió a mis clases sino que hablamos frecuentemente acerca de sus estudios y asuntos
privados, de modo que llegué a conocerle de forma íntima. Durante mis cuarenta años como profesor de
universidad, he tenido a pocos alumnos de su altura. Fackenheim era un chico brillante con amplios
intereses, tan capacitado para la filosofía como para la filología. Cuando empezó sus estudios sabía poco
hebreo, pero tras un breve periodo, llegó a hablar y escribir hebreo con fluidez y estaba tan bien versado en
la literatura hebrea moderna, como en la clásica. Era un chico extremadamente sano, tanto física, mental y
moralmente. Aunque era un ratón de biblioteca, le encantaba la música, era un deportista bueno y, tras un
día de intenso trabajo, era capaz de cocinar para sus amigos y para él.
En poco tiempo, se preparó para sus exámenes finales y obtuvo el diploma rabínico. Con toda
probabilidad sabrá que fue admitido en la Universidad de Aberdeen y que su profesor le confió una tesis
muy difícil. Seguramente sabrá también que vivió en la casa de un ministro protestante y que dicha familia
se encariñó con este educado joven.
Su amigo más íntimo es el rabí Heinz Fischel del mismo campo. Ha progresado de forma
magnífica en sus estudios, ha ganado un premio por un ensayo acerca de temas bíblicos que va a ser
publicado en el anuario del Hebrew Union College. También ha recibido un diploma rabínico y fue
admitido al examen de doctorado en la Universidad de Edinburgo, Escocia. No me resisto a comentarle
que Fischel es un excelente pianista.
Sería muy deseable que estos hombres tan brillantes fueran capaces de seguir sus estudios
académicos. Si precisara mayor información, estoy siempre a su disposición.
Sinceramente suyo,
(Dr. I. Elbogen)”196.
- 85 -
Hay que decir, en honor a la verdad, que la actitud pública y social en Canadá en los
albores de la Segunda Guerra Mundial ante la "cuestión judía" no era tan distinta del resto
de naciones197y hay que decir que fue la nación (entre Estados Unidos, Australia, Reino
Unido,...) cuyo grado de exclusión de emigrantes judíos era el más estricto198, y en ello, la
xenofobia y un sentido de exclusividad racial estaban del todo presentes199. Las cartas,
avales de recomendación, informes favorables no estaban de menos, aunque no precisara
en muchas instancias de ellos.
Emil Fackenheim es liberado el día 15 de diciembre de 1941. El día 16 de
diciembre, la misma comunidad judía del campo de Sherbrooke, a través de sus
representantes, donde se describe el sincero aprecio que sentían por él, en otro aval
profesional200:
Testimonio
A quien corresponda:
El rabí E. Fackenheim fundó nuestra congregación de refugiados durante nuestro pasaje a Canadá en julio
de 1940 y la ha estado liderando como rabino en tiempos difíciles y en medio de condiciones complicadas.
Su extenso y profundo conocimiento, que va pareja a su auténtica devoción le ha ganado el respeto y
la confianza incondicional por parte de la congregación. Su sentido del humor, humanidad, energía y la
fuerza de su personalidad le han hecho el amigo de todos y más allá de los límites de la congregación, una
figura importante en el campo.
El rabí Fackenheim ha desarrollado un trabajo completo y desinteresado. Además de sus
sermones y actividad como administrador y de representación, ha impartido clases y conferencias acerca de
todas las ramas del conocimiento judío, como son la Biblia, el Talmud, la teología e historia judías, el
hebreo moderno y el árabe, que han sido de particular importancia dadas las circunstancias actuales. Su
ausencia debido a su liberación será para nosotros una gran pérdida que lamentamos profundamente,
aunque al mismo tiempo, nos llene con la alegría de quien busca un futuro mejor, en lo que le deseamos lo
mejor.
197 Cf. HAMEROW, Theodore S. Why we watched. Europe, America and the Holocaust, cap. 5 "Seeking asylum in
the New World: The United States" (pág.120-148) y cap. 6 "Seeking Asylum in the New World: Canada or
Latin America" (pág. 149-170).
198 Op. cit., pág. 157.
199 Op. cit., pág. 154-155.
200 EGJ, pág. 279.
- 86 -
Acompañando a esta carta tan llena de emociones, se nos indica por parte K. Heilman
(portavoz de la comunidad), el Dr. S. Orgel (Presidente de la comunidad) y C. B. Leggo
(Teniente, ayudante y pagador), que los servicios de Emil Fackenheim como rabino líder de
la comunidad se dieron entre octubre de 1940 y diciembre de 1941, a fecha de 16 de
diciembre de 1941201.
- 87 -
varias revistas filosóficas (Joumal of General Psychology y The International Journal of Ethics), fue el
fundador del Canadian Journal of Religious Thought y el primer editor del University of Toronto
Quarterly. Fallece el 27 de octubre de ese mismo año y por tanto, meses antes de la
presentación de la tesis de Fackenheim203.
Fackenheim estaba preocupado por su aceptación en el programa de doctorado de
la facultad. Sin embargo al decirle a Brett que fue aceptado en el mismo programa de la
universidad de Aberdeen, respondió literalmente y así lo recuerda un Fackenheim
encantado, "(...) lo que fue lo suficientemente bueno para Aberdeen, es lo suficientemente bueno para
nosotros "204.
Hasta la defensa de su tesis, tuvo que formarse en los cursos de doctorado. En el
primer año, uno de sus profesores fue Thomas Anderson Goudge, con quien trabajó a A.J.
Ayer, cuya obra Language, Truth and Logic le fue difícil asimilar. En el segundo año (1943)
tuvo como profesores en el Instituto Pontificio de Estudios Medievales de Toronto a
figuras tan ilustres Jacques Maritain205, a Etienne Gilson206y a Gerard B. Phelan.
Fackenheim está presente en un seminario de éste último sobre Santo Tomás de Aquino
acerca de la obra De Ente et Essentia207.
203 www.thecanadianencyclopaedia.com
204 EGJ, pág. 94.
205 MARITAIN, Jacques (1882-1973), filósofo católico francés, uno de los pensadores que más contribuyó y
- 88 -
2.3.1. La tesis doctoral: Substancia y perseidad en la filosofía medieval (1945)
- 89 -
filosofía y del departamento de ética tras la muerte de G. S. Brett. Se jubila en 1963. Sigue
como jefe del departamento de filosofía en el Huntington College (Laurentian University),
facultad bilingüe creada en 1960 a partir de 1966. Su último cargo docente fue de profesor
visitante en el Prince of Wales College (en la localidad de Charlottetown, en su isla natal),
donde fallecería el 11 de enero de 1968 a los 72 años. Un experto en John Locke, es
también reconocido por su libro The Philosophy of Francis Bacon, una obra reconocida como el
primer estudio sistemático de la obra del Barón de Verulamio210. Fackenheim asistió a su
seminario sobre "Relaciones entre la metafísica y la epistemología"211. Sin embargo, de lo
que más se acuerda es de su exigencia, a hacerle pensar por sí mismo, redactar sin referencia alguna a
autoridades, basándose en su capacidad argumentativa, sin tener que citar autoridades o justificar hasta la
saciedad bibliografías interminables212.
Gerald B. Phelan (1892-1965), un destacado experto en estudios medievales,
estudioso de la obra de Maritain, sacerdote basiliano, neotomista y director del Instituto
Medieval de la Universidad de Notre Dame, en Indiana (EE.UU.) desde 1946 a 1952,
escribió sobre Anselmo de Canterbury y Suárez. Fue su profesor de filosofía medieval
latina213.
Thomas Anderson Goudge (Halifax, Inglaterra, 19 de enero de 1910-Toronto,
Canadá, 20 junio de 1999), estudió bajo Brett, el jefe de departamento, que dirigió su tesis
doctoral que completó en 1937. Estuvo al año siguiente en Harvard, estudiando lógica
matemática y filosofía de la ciencia, aspectos que incorporó al plan de estudios de la
Universidad de Toronto, mientras duró su carrera docente (1938-1976). Fue autor de un
estudio del lógico, filósofo de la ciencia y pragmatista C. S. Pierce214 y en 1961, The Ascent of
Life, una obra con claros tintes evolucionistas.
W.R. Taylor, nacido en Ontario (1882), se incorpora como estudiante de Lenguas
Clásicas en 1900. Se cambia al año siguiente al programa de Lenguas Orientales y se gradúa
con distinción en 1904. Tras un año sabático de misionero, se incorpora en 1905 en la
Facultad de Teología del Knox College, graduándose en dicha disciplina en 1905. Se
doctora con el profesor McCurdy mencionado antes. Fue un reconocido experto del
Antiguo Testamento, profesor de hebreo del University College (adjunto a la Universidad de
Toronto) y fue el profesor de árabe de Fackenheim215. Coincidiendo con la jubilación del
cursiva.
213 EGJ, pág. 112.
214 The Thought of C.S. Pierce (1950).
215 EGJ, pág. 112.
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Profesor McCurdy, a finales de 1914 se convierte en catedrático y jefe del Departamento de
Lenguas Orientales. Fue decano del University College entre 1945 y 1951 y en la actualidad,
tiene a su nombre una beca para estudios relativos a temas veterotestamentarios.
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2.3.1.1. Estructura y contenido de la tesis216
La tesis tiene por título Substancia y perseidad en la filosofía árabe medieval con capítulos
introductorios acerca de Aristóteles, Plotino y Proclo. Tiene una extensión de 370 páginas, que
incluye una bibliografía extensa217 y el aparato crítico218. Dentro del apartado de
información académica consta que el candidato nace en 1916 en Halle (Alemania), que
cursa estudios en el periodo 1935-1939 en dos lugares, la propia universidad de Halle y la
Lehrstuhl (Cátedra) für die Wissenschaft des Judentums en Berlín219.
“Algunos de los lectores del manuscrito se interrogaban acerca de porqué no mencioné mi tesis doctoral de
Toronto, completada en 1945 cuando era rabino en Hamilton. Quizás cuando escribía ese capítulo sobre
ese periodo, pensaba en el Holocausto, que en aquel momento estaba en su momento álgido, mientras que de
forma simultánea, algún comité y otro se reunia cada noche resolviendo problemas triviales e impotentes para
resolver el gran problema, salvar a judíos. De este modo obvié describer como pasé la mayor parte de mi
tiempo, escribiendo una tesis de filosofía árabe. Por este motivo, he añadido en mi capítulo acerca del tiempo
que pasé en Hamilton, una breve sinopsis sobre de mi tesis acerca de filósofos musulmanes, incluso entonces
escrito con la esperanza, que los judíos pudieran compartir de Nuevo, como una vez lo hicieran, filosofía con
los musulmanes, si decidieran volver a Jerusalén”221.
Fue por tanto, por influencia directa de Leo Strauss, que el tema de la misma
surgió. Esto vendrá comentado décadas después por el propio Fackenheim o como dice en
su autobiografía:
216 La información y el texto de la tesis fueron reproducidos con el sistema OCR de escaneado. Esto ha hecho
imposible la lectura del texto entero, por lo que damos la información pertinente a partir de los dos
volúmenes de los que disponemos. Siquiera la señorita Debbie Campbell, bibliotecaria de la universidad de
Toronto con la que contactamos via correo electrónico, nos pudo facilitar mayor información de la que
disponemos y presentamos a continuación (agosto 2012).
217 Tesis doctoral - Pág. 297-315.
218 Tesis doctoral - Pág. 317-370 (ambas inclusive).
219 La Hochschule cambió de nombre por orden gubernamental del régimen nazi.
220 EGJ, pág. 106-112 (Chapter 10. Second Rabbinate, Hamilton. 1943-1948).
221 EGJ, pág. XXIX.
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"Ya en Berlín, Leo Strauss, nunca mi professor aunque después fuera mi mentor, me había hecho pensar
en la filosofía árabe, su dependencia de la filosofía griega y su influencia en la filosofía judía”222.
- 93 -
Edad Media"224, cuyas afirmaciones sobre la eternidad del mundo, la negación de la
inmortalidad personal constituyen la base de lo que vino a llamarse después averroísmo.
Fackenheim analiza los conceptos de substancia, la vinculación entre necesidad cósmica y
creación e presenta la correspondencia entre los conceptos de analogía, substancia y Dios.
Siguen las Abreviaturas, una nota concerniente a las transcripciones225, la bibliografía y el
aparato crítico226.
224 Cf. MARÍAS, Julián. Historia de la filosofía, Vigésima Edición.Madrid, Revista de Occidente, 1967, pág. 150.
225 Tesis doctoral, pág. 295: "Dado que el tema de este trabajo no se ocupa o no concierne temas filológicos, no se consideró
necesario presentar los términos griegos, hebreos árabes en su forma original ni transcribirlos de acuerdo con cualquiera de las
fórmulas científicas en la que cada letra pueda ser identificada. Sin embargo, desde un punto de vista teórico no sin cierta
ambigiiedad, los sistemas simplificados expresados en este ensayo podrían parecer acertados para otros fines que no sean los
filológicos" (Traducción del doctorando).
226 Partimos del abstract que escribió y que hemos dividido de modo que pueda conocerse el contenido exacto
de la tesis.
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2.3.1.2. Conceptos claves de la tesis
“Por medio de los conceptos de substancia y perseidad, los filósofos medievales intentaron determinar ciertas
características de la realidad. Los problemas de la metafísica incluyen (i) la permanencia y el cambio, (ii)
unidad y pluralidad y,(iii) "las cosas " y sus relaciones. Los discursos medievales concernientes a la
substancia son la búsqueda de un ser autosuficiente en claro constraste con el ser inherente, es decir, la
búsqueda de la permanencia que se encuentra debajo de cualidades cambiantes y la relación entre las cosas.
La discusión acerca de la perseidad intenta subrayar los tipos de autosuficiencia que se encuentran en un
cosmos conformado por varios tipos de relaciones metafísicas. La búsqueda de la perseidad, con frecuencia va
más allá de la esfera de la autosuficiencia ontológica a la esfera de las relaciones cósmicas últimas y,
finalmente a la llamada aseidad, que es la absoluta dependencia de la primera causa”.
Esta discusión se lleva luego al terreno de la filosofía medieval árabe. Lo que parte
inicialmente del concepto de substancia de Aristóteles, tendrá luego su continuidad en las
interpretaciones neoplatónicas e islámicas:
“El contexto histórico de estos discursos es medieval. La filosofía árabe consiste primordialmente de tres
factores: aristotelismo, neoplatonismo y la doctrina islámica de la creación. El punto de partida de la
metafísica aristotélica es ontológico: la pregunta por el sentido o el significado del ser per se no puede ni debe
presuponer cualquier determinación cosmológica del significado del ser. Por el contrario, la heteronomía de
las categorías de Plotino supone la primacía de la cosmología, que debe clarificar el sentido del ser en sí
mismo dentro de una jerarquía cósmica antes de que la ontología pueda tener una legitimidad determinada o
cualificada. En la doctrina islámica de la creación, la realidad se divide primordialmente en creador y
creación. En ésta, todas las relaciones en el cosmos son posteriores a su "ser", es decir, a su "ser-creado”.
Por tanto, aquellos que se adhieren a esta doctrina tienden a apoyar la ontología aristotélica en su conflicto
con la cosmología neoplatónica, en la medida que favorecen una ontología modificada teológicamente”.
“La primera substancia de Aristóteles se caracteriza por cuatro aspectos: (1) no inherencia; (2) la unidad
de la esencia, (3) separabilidad e (4) individualidad. Estas cuatro características distinguen a la substancia
de todo accidente, materia informe, formas que no existen per se y las esencias platónicas. La autosuficiencia
ontológica o perseidad es, por tanto, una de las características fundamentales de la “primera substancia”.
Esta substancia (I) tiene propiedades esenciales per se, (II) existe per se, es decir, en autosuficiencia
ontológica y, (III) es independiente de causas externas, en tanto en cuanto existe actualmente, dado que la
causa única externa a ella concierne o se ocupa solamente de la generación y de la destrucción, y no del ser”.
227 PLOTINO (204-270), posiblemente la figura más ilustre del neoplatonismo y el autor de Las Enéadas.
- 95 -
“Plotino concibe la realidad como una emanación de una fuente de ser. Su filosofía presenta una
jerarquía cósmica de niveles de realidad. Para él, ninguna categoría ontológica puede emplearse sin la
anterior determinación cosmológica de la e.fera de su aplicabilidad. El resultado es que cualquier
investigación general acerca de la naturaleza de la substancia solamente lleva a la exclusión del ser
accidental.
Para entender la substancia (nusía), tal y como la concibe Plotino, primero debemos entender el ser
(on) y éste es un problema que debe ser resuelto por la cosmología. La cosmología revela que Dios está “más
allá de la substancialidad", porque Él no tiene forma o es informe, que el Intelecto y el Alma son niveles
propios de la substancia y del ser, dado que las entidades a este nivel tienen (I) forma, (II) unidad (III) y
autosuficiencia, en el sentido de "ser completo /"completitud de ser", que las substancias materiales son
solamente "substancias presuntas/supuestas", puesto que para existir necesitan una "intervención exterior"
y porque están sujetas a destrucción.
En la metafisica de Plotino “perseidad" significa tres cosas distintas: (1) no inherencia, (2)
posesión de todas las condiciones necesarias para la existencia actual y, (3) una completa independencia de
toda causa externa. El segundo de estos significados es en el que se basa el criterio de substancialidad”.
La cuestión en Proclo228 dos siglos más tarde, tiene una continuidad temática
respecto de Plotino, aunque con matices:
“La metafísica de Proclo se basa en los mismos princtios que los de Plotino. Se excede de todos modos por
su rigidez sistemática. [Inicia aquí una argumentación en tres puntos].
(I) De acuerdo con Proclo, Dios no sólo está más allá de toda substancia, sino también de toda perseidad.
Ambos conceptos per se y ab alia implican existencia, aunque Dios está más allá de toda substancia,
porque Él es independiente de la cadena causal.
(II) Las entidades espirituales no sólo son autosuficientes, sino que se “auto-constituyen". teniendo un doble
origen, (i) del Uno y (ii) de sí mismas. La introducción de una distinción entre dos modos de existencia le
permite resolver una dificultad lógico-metafísico que surge de la doctrina del doble origen.
(III) Proclo articula o enuncia el principio que "lo múltiple en cualquier orden puede devolverse a la mónada
única”. Esto establece para él, la existencia de relaciones transversales entre las entidades a cada nivel”.
De los tres tipos de perseidad que se encuentran en Plotino, solamente el segundo tipo permanece, dado que
Dios está más allá de la perseidad y porque las substancias materiales son tan despreciadas, que su
perseidad (es decir, no inherencia) no merece consideración alguna”.
228 PROCLO (410-485), filósofo neoplatónico, nacido en Constantinopla, el mejor comentarista de Euclides y
un experto conocedor del Órganon de Aristóteles, destacando por su interpretación de Platón como teólogo y
la importancia que le concede a las matemáticas en la filosofía.
- 96 -
“Los Mutakallimum siguen la tradición Platónico-Aristotélica, en la medida en que contrastan la
substancia con el accidente, pero difieren radicalmente de los aristotélicos en su concepción de la naturaleza
de la substancia. Manteniendo una doctrina atomística, describen el carácter de una substancia en función
de su separabilidad en un lugar definido y aplican esta definición, tanto a los cuerpos como a los átomos de
los que se componen. En la opinión de la mayoría de los Mutakallimum, la substancia como tal, es creada.
Dios el creador no es una substancia. Él es autosubsistente en tanto que Él es "independiente de un sujeto o
del espacio”. Lo que hace que una substancia sea una substancia debe ser distinguido y separado de lo que
le causa la existencia. Su doctrina de la creación lleva, por tanto, a una distinción entre esencia y existencia.
Hay varios intentos por su parte para combinar estos distintos conceptos con el de substancia. La situación
en su conjunto surge por la distinción entre creador y creación, entre substancia y accidente”.
“La Hermandad de la Pureza se encuentra en una posición única en la filosofía árabe debido a su noción
de materia. La primera materia es, para ellos, un principio espiritual positivo mas que un sujeto meramente
potencial; en otras palabras, es una substancia. Las formas sirven para diferenciar más que para
actualizar. Y aunque sean una parte esencial de la substancia que constituyen, también son accidentales.
Estas formas son accidentales respecto de la substancia genérica actual a la que cualifican. Las formas son
accidentes relativamente, excepto aquellas formas que son los accidentes de las primeras substancias
aristotélicas, que son accidentes de todos modos.
Esta doctrina respecto de la materia, de la forma de los accidentes (…) convierte en inteligible su
definición de substancia como "aquello que subsiste por sí mismo y recibe accidentes contrarios". Esta
definición incluye a todos los seres por encima de la materia primera y la materia primera en sí misma.
Todos los géneros y especies y los cuerpos, diferencias y accidentes se excluyen de esta definición”.
- 97 -
La postura de Avicena claramente diferencia la realidad de Dios y la de las
substancias:
“Avicena acepta la doctrina básica de la metafísica de Al-Farabi y crea una doctrina más explícita,
caracterizando a la materia como algo potencial. Analiza el concepto de substancia como tal y le concede dos
características: (I) no inherencia en el sujeto y, (II) formar parte del reino de la existencia real. Llega a
establecer una clasificación de varios tipos de substancia por medio de tres criterios: (i) perseidad, (ii)
definitividad de la esencia y, (iii) no inherencia en una morada. Con él, la relación entre esencia ji
existencia, también se determina más. Dado que la esencia es indiferente, no puede implicar la existencia,
siquiera como parte o como un elemento necesario concomitante. Y dado que la esencia debe ser de algún
modo concomitante, ya que sigue a la misma esencia (cosa que no haría un accidente puro) […] Dado que
la substancia requiere la esencia, y la distinción entre esencia y existencia implica una dependencia
metafísica de la entidad en la que existe dicha distinción en algo más allá de sí mismo en lo que no exista
tal distinción, la substancia es por definición algo creado y Dios está más allá de cualquier substancia".
“Averroes ataca los intentos de Al-Farabi e Ibn-Sina de armonizar a Aristóteles con la teología
musulmana e intenta separarlos de forma radical mediante la implantación de un auténtico aristotelismo. Se
adhiere a la doctrina de la primera y segunda substancia, difiriendo solamente de Artistóteles en lo que se
refiere al énfasis de la perseidad. Afirma pues, que la substancia en tanto que existe per se, debe poderse
contrastar con el accidente y lo universal. De esa substancia, que tiene perseidad, todo cuanto llamamos
substancia deriva su signficado. Más aun, Averroes niega que la distinción entre esencia y existencia tenga
un carácter ontológico. Para él, no hay esencia real fuera de la existencia real; la llamada esencia por sí
misma, no representa más que una probabilidad lógica. Como consecuencia repudia la concepción del ser, en
el que una distinción ontológica pueda realizarse entre su posibilidad real y su necesidad ab alio. Considera
que los términos necesario y eterno son convertibles, así como los terminus posible y temporal. Rechaza las
formulaciones filosóficas de Al-Farabi e Avicena de la doctrina de la creación y su distinción radical entre
Dios y todo ser que no sea Dios. Intenta de todos modos lidiar con el tema de la creación. La posición única
de Dios la asegura en primer lugar mediante la idea del orden cósmico aristotélico dirigido hacia un primer
principio y, en segundo lugar, aplicándole a la substancia, la doctrina de una especie analógica. Dios, el
creador, es substancia. No está más allá de la substancia; Él es la substancia mayor. No está más allá de
la perseidad, pero posee una especie de perseidad".
- 98 -
ocasión de la filosofía árabe, y es en su obra de 1996 Jewish Philosophers and Jewish Philosophy,
donde se habla de la posibilidad del universo en Al-Farabi, Ibn-Sina y Maimónides229.
229 Op. cit., pág. 7-20 (The Possibility of the Universe in Al-Farabi, Ibn Sina and Maimonides).
- 99 -
Dividido en tres partes, con una docena de capítulos, a modo de la trilogía medieval
Deus-anima-mundi aborda la cuestión de Dios, el hombre e Israel. Las primeras inquietudes
teológicas de Fackenheim empiezan a asomar, sin ser una obra de notable innovación
teológica o filosófica. El punto de partida de la misma es que a pesar de las diferencias
obvias entre religiones, un punto en común que tienen todas es su creencia fundamental de
ostentar la verdad. Tener una religión distinta de otro conlleva considerar que la verdad está
de parte decada uno y una cierta noción de exclusividad230. Sin embargo, la fe ciega sin
criterio, sin racionalidad puede ser algo de lo más peligroso. Fackenheim aboga por tanto
por los tres puntos siguientes:
a) la eliminación de todo infantilismo y superstición asociada a la religiosidad,
b) el acuerdo que puede haber entre creyentes de distintas religiones (llamémosle hoy en
día, diálogo interreligioso, interculturalidad, autofecundación mútua, etc.), y
c) el mayor entendimiento y comprensión de nuestras propias creencias231.
De los tres puntos señalados anteriormente, Fackenheim considera que el tercero es
el punto más importante232. No es por tanto la fe del carbonero la que propugna
Fackenheim, sino el ánimo inquisitivo que siempre ha caracterizado al intelectualismo
judío. En palabras de Fackenheim se trata de "(...) contemplar las creencias fundamentales del
judaísmo para decidir nosotros mismos lo que podemos aceptar y lo que no”233. Esta no es uña obra
original en el sentido que muchas de las afirmaciones parecen sustraídas de manuales de
filosofía o historia de las religiones, pero si apuntan a los intereses que después mostrarán
la estrella intelectual que habría de ser Fackenheim.
2.4.1. Dios
Al principio de esta obra, Fackenheim establece que la base de toda religión esta la
creencia en un ser supremo, pues de otro modo, a quien se podrían dirigir las plegarias. La
tradicional división entre teístas, ateos y agnósticos sale a relucir234, así como el mayor
sentido de interrogarse por estas cuestiones, que surgen de un renovado desarrollo de la
ciencia y del método científico235. Pone el hincapié en el mayor grado de probabilidad,
aunque no de certeza y a sólidos fundamentos argumentales, la tan aceptada creencia en
- 100 -
Dios. No muestra sin embargo a nuestro modo de entender, ninguna originalidad en
dichos planteamientos. Entre otros argumentos, las maravillas del mundo natural se prestan
como el tradicional "maravillarse" frente a un cosmos ordenado e imponente y frente al
mismo fenómeno de la vida236. El argumento del relojero se esgrime de forma poética
cuando nuestro autor afirma que "(...) Del mismo modo que el reloj es evidencia de la existencia del
relojero, el universo es hi evidencia de un creador del universo, es decir, de Dios”237.
Fackenheim esgrime también otro de los argumentos tradicionales, el de una
teleología o sentido del mundo, que actúa persiguiendo un determinado fin, de lo que se
deriva la necesidad de un creador o de alguna forma de diseño inteligente238. El hombre se
esgrime como maravilla, muestra y prueba de la existencia de Dios. Cabe ver en qué medida
lo es y qué lo hace tan especial. El pensamiento abstracto, su capacidad para proyectarse en
el futuro, su deseo de buscar la verdad y la apreciación de la belleza son los aspectos que
plantea. Pero no basta con expresar el espíritu, esa parte no animal del hombre sino ver en
qué medida, cuál es la contribución judía (puesto que el libro en sí, es la delimitación de lo
que llamaremos creencias judías). La gran aportación judía es la conciencia moral, frente al
arte de los griegos, la ley de los romanos, la música de germanos e italianos y la tecnología
de ingleses y americanos. Y solamente en la medida en que el hombre está hecho a imagen
y semejanza de Dios, solamente es en ese sentido que el hombre surge de las tinieblas de la
animalidad. Del mismo modo, sin embargo que uno puede aceptar la existencia de una
Deidad, no faltan los argumentos en contra. Ese es precisamente el siguiente punto que
contempla Fackenheim. Los argumentos en contra del teísmo se dividen en dos: el
desorden y el problema del mal. El argumento del desorden o del caos alude a la
imperfección de un mundo creado por un ser perfecto y el problema del mal, cuya
presencia continua contradice el argumento de un ser supremo bondadoso239. El carácter
fortuito o azaroso del orden natural sostenido por el ateísmo240 contrasta notablemente con
la bondad y el orden que sí se dan241. El agnosticismo, la suspensión de todo juicio por falta
de conocimiento podría considerarse la mejor opción, en cuyo caso, deberíamos participar
todos de ella242. Y sin embargo, por encima de razonamientos, aquel elemento que une de
forma definitiva al creyente/agnóstico/ateo de cualquier categoría con Dios es
ultradarwinista Richard Dawkins, que ve en la "bondad" del reino animal, una de las claves de la
supervivencia.
242 PJB, pág. 29-30.
- 101 -
fundamentalmente la disposición de ser de una vida entera, un compromiso vital, de todo
el ser de uno243, una forma de vida que refleja un manera de ser y de comportarse en el
mundo y lo que le da su certeza fundamental es el amor244. Fackenheim se remite una y otra
vez a la vida como el locus, en el que deben inscribirse las esperanzas de todo homo religiosus:
"La certeza religiosa no viene sin esfuerzo ni lucha. No puede ser alcanzada mediante un pensamiento
inasistido o el estudio. Debe ser vivida. La vida del amor, de la fe es el único camino que lleva a esa certeza.
Esta es la forma de vida descrita por la Biblia - la manera judía de vivir”245.
2.4.1.1. El monoteísmo
- 102 -
Fackenheim, la tentación este siempre presente y deba convertirse en un ideal al que
debamos aspirar siempre249.
Tan central como la idea de un solo Dios es que este ha creado el mundo250. Las
contradicciones del relato bíblico con lo que muestran los descubrimientos científicos
plantean un serio dilema. La ideología o las creencias religiosas sin embargo no pueden ser
una barrera contra la verdad. No se debe olvidar que el lenguaje de la Biblia no es el
lenguaje científico. A la ciencia y a la religión les corresponde responder preguntas distintas,
una responde al "cómo" y la otra responde al "qué". No hay contradicción entre ciencia y
religión, puesto que sus objetos son distintos. El verdadero cometido de la religión no es explicar los
procesos naturales partiendo de la exégesis de textos bíblicos, sino dar sentido último a la realidad.251
La creencia en Dios también tiene un sentido último, que es afirmar la bondad esencial del
mundo. El judaísmo tiene en este concepto, un antídoto frente al pesimismo, al cinismo y
el escepticismo presentes en el mundo252.
Con frecuencia, al intentar hacerse una idea o imagen de Dios, se suele caer en
tópicos antropocéntricos, dándole al Ser Supremo cualidades humanas. Este
antropomorfismo es fruto de los límites del ser humano253. Otra tentación es considerarle
de forma impersonal, aunque entonces la plegaria pierde su sentido. Lo cierto es que para
que la relación dialógica entre Dios y el hombre, entre eso "yo" y ese "Tú" supremo tiene
que existir una relación que requiere respuesta. De ahí que resulte más fácil adoptar o
emplear o tener una visión "personal", "humana" de la divinidad. En la invectiva de
considerar a Dios, una fuerza impersonal o personal, la que más se ajusta a los
requerimientos y necesidades es la que lo considera como personal.
Las imágenes presentes en la Biblia dan a entender la actuación de Dios en la
historia. La valoración de Dios en términos humanos viene dada por la experiencia de Dios
- 103 -
en los corazones de los hombres254. Este concepto luego vendría a conocerse en la filosofía
de Fackenheim como la presencia divina.
Sin embargo, el Dios bondadoso, que responde a las plegarias de los hombres,
permite la existencia del mal en el mundo y que sufran los inocentes. Dada la historia del
Pueblo de la Promesa y su experiencia en el siglo XX, esta dimensión escatológica de su
pensamiento cobra uña inusitada importancia. La tradición de la omnipotencia divina se
pone en tela de juicio, pero lo cierto es que "Un Dios limitado no es el Dios del Pueblo Judío"255.
Si el Dios judío es omnipotente, también es creador y si es creador, se deriva de ello que
creó el mal también256. Al tema del mal, controvertido como pocos, debemos enfrentamos
todos, tarde o temprano. Para los agnósticos o ateos, el universo puede ser tanto bueno
como malo, puesto que es resultado del azar, pero ¿cómo se enfrenta el creyente a un Dios
que no puede hacer frente al mal? Precisamente, esos son los momentos en lo que más se
acude a Él. La testarudez judía es lo único que puede explicar su ciega confianza en Dios y
ello solamente si se asume que es omnipotente y bondadoso. Pero realmente, el mal ¿nos
perjudica? ¿es algo realmente dañino? o ¿sirve algun propósito? A veces, el mal o la
enfermedad son síntomas que nos van permitir curamos. Lo que resulta indudable es la
vejez y la muerte que nos espera a todos257. Fackenheim dedica un apartado específico a la
muerte. Un mundo en que todo fuera eterno sería impensable, un mundo en el que tarde o
temprano nadie cabría. Otra posibilidad ontológica sería la de un mundo poblado por seres
que fueran eternos, aunque en la base de todo ser vivo está su desarrollo temporal.
Tres actitudes son factibles al enfrentarse a tales dilemas inevitables:
1) Frente a cualquier mal, intentar luchar contra él;
2) Si no se puede controlar ni eliminar, intentar ver lo bueno o lo ventajoso de dicha
situación, y,
3) Si no le vemos sentido alguno a determinadas situaciones, entender que los caminos de
Dios son inescrutables258. Sin embargo, una cosa es el mal inevitable y otro el creado por el
propio hombre. Este mal resulta del libre albedrío del hombre. ¿Porqué entonces permite
- 104 -
Dios dicho mal?259 Dios da plena libertad al hombre para actuar y éste debe escoger entre
los caminos que se le planteen. Esto para nada contradice la omnipotencia divina. Dios
permite al hombre actuar mal en aras de un bien mayor, concretamente el de su propia
libertad260. Al modo de un padre bondadoso, Dios enseña al hombre lo que debe saber,
peto también éste debe aprender de sus errores y decidir de forma autónoma cómo actuar.
De otro modo, el hombre se convierte en una marioneta o en un autómata controlado por
un poder superior. Al modo de un progenitor humano, Dios debe encontrar el equilibrio
necesario entre autoridad y libertad. Sin embargo, la existencia del mal no supone la
aceptación del mismo y que no se deba combatir261. Ello tiene especial relevancia en el caso
del sufrimiento de los justos262. Este sufrimiento resulta incomprensible y su significado,
inefable. Sólo puede hilarse respuesta en el sentido o propósito que Dios quiera darle263.
2.4.2. El hombre
La segunda parte del libro se acerca al hombre. Se pregunta las siguientes cosas: ¿Qué es el
hombre?, ¿Cómo distinguir entre el bien y el mal?, ¿El sentido de la plegaria o de la
oración?264 y ¿Existe algo así como un inmortalidad del alma?
259 Fackenheim está empezando a plantear aquí temas, que se verán posteriormente en su obra, referidas al
mal radical y al Holocausto.
260 PJB, pág. 67.
261 PJB, pág. 70.
262 Un intento de respuesta lo ha querido dar Harold Kushner. Me remito a mi libro: Harold Kushner, Elie
Wiesel, y Simon Wiesenthal: La heroicidad del sufrimiento. Una perspectiva judía del sufrimiento, del mal y del perdón.
Ediciones Riopiedras-Certeza, 2013, pág. 25-42; y el mismo texto en la obra colectiva, coordinada por Olga
Belmonte García Pensar la violencia, la justicia y la libertad (2012), cap. 11, pág. 253-263 (ambas inclusive).
263 PJB, pág. 71.
264 Tema que retomará en su libro ¿Qué es el judaísmo?
- 105 -
atenta contra el hombre, en tanto que hecho a su imagen y semejanza265. En último
término, el libre albedrío expresa la otra cara de la moneda, la suprema responsabilidad de
cada individuo por su desarrollo espiritual y la exigencia de tender hacia el bien. No se trata
de tener éxito en la consecución de un ideal, cuanto de poder todo nuestro empeño en ello.
- 106 -
Pitágoras). Los principios morales buenos pueden tener aplicaciones distintas, pero lo que no es aceptable
es la aplicación de principios morales malos. El referente de la reflexión filosófica de Fackenheim
siempre es Hitler, cuando afirma:
"Cuando Hitler declaró una guerra ofensiva a naciones pacíficas y masacró a millones de inocentes, no
aplicaba principios morales a una situación poco habitual, sino que violó dichos principios de la peor forma
posible"270.
- 107 -
Otro de los aspectos que apunta Fackenheim es el carácter colectivo de la Alianza
con Dios, lo que reitera la importancia de la plegaria en comunidad. Y esta es sin duda, uno
de los puntos de separación respecto del cristianismo. Otra pregunta surge al respecto:
¿Cómo se puede estar seguro de comunicarse con Dios en la plegaria? Que percibamos Su
presencia, no quiere decir que esté realmente presente275, aunque tampoco podemos probar
Su no presencia. Es solamente el convencimiento interno, la fe que depositamos en Dios y en su
presencia, en Dios y en Su amor, lo que enriquece de forma definitiva, la vida de los
hombres276.
La parte final del libro alude a una de las preocupaciones esenciales del ser humano:
el tema de la inmortalidad y el sentido que dicha creencia imprime en todo ser humano. La
pregunta por tanto, es qué hay de verdad en una existencia después de la muerte277. En el
caso del judaísmo, se basa en el capítulo 37 del libro de Ezequiel.
La creencia en la inmortalidad corporal se basaba fundamentalmente en el hecho de
ser un regalo o don de Dios y por tanto, merecedor del milagro de la resurrección278. No
obstante, el tema de la resurrección corporal no es lo que le preocupa a Fackenheim, sino la
del alma279. Fackenheim participa de la creencia de la inmaterialidad de la mente, no
creyéndola limitada al cerebro280. Dicha creencia sin embargo, no permite afirmar
contundentemente su existencia281 Y en el caso de existir algo así como una vida
ultraterrena, ¿cómo es? ¿Cómo deberemos actuar en ella? Y si no se puede saber cómo es,
¿por qué creer en ella? Por este motivo, en los inicios del judaísmo se dio por hecho su no
existencia282.
La virtud de cada hombre se medía por su éxito o fracaso en su vida terrenal. Sin
embargo, este no era siempre el caso y en muchas ocasiones, el justo sufría en esta vida,
como quedaba reflejado en los libros de Job y Jeremías283.
Esta idea empezó a tomar fuerza. Sólo habían dos alternativas: o bien, había una
vida eterna o bien, el mundo creado por Dios era injusto284. El optimismo del judaísmo se
pone en tela de juicio con la muerte y sólo la creencia en la vida eterna, le da a la vida su
plenitud última. Lo cierto es que también podría considerarse como una ilusión. A la idea
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de una recompensa o resarcimiento de lo que nos fue negado en vida, también se añade la
idea de castigo por cuanto dejamos de hacer en vida, por nuestra desidia o pecados285. La
idea de vida ultraterrenal es un misterio y como tal, inescrutable. El optimismo derivado de
esta creencia (aun sin poderse demostrar) supone un reto frente al sinsentido y el mal286. La
razón, en palabras de Fackenhein, "(…) siempre está limitada en su intento de entender lo que la fe
acepta”287.
2.4.3. Israel
En la tercera parte del libro, se expresa el sentido último y la fuerza inherente al ser judío.
Las preguntas a las que va a responder son qué supone ser judío, el sentido de la Alianza, la
supervivencia como obligación, las divisiones en el judaísmo y el eterno enfrentamiento
con el Cristianismo.
Desde luego, no es ninguna distinción racial ni religiosa. El aspecto "judío" con todos los
estereotipos que históricamente se han acumulado ni la pertenencia a una comunidad
religiosa suponen la adherencia al judaísmo. Judío es el que ha nacido judío, a no ser que
desee apartarse de él —y ni aun así-288 Tampoco lo es tener un idioma común, ni una
lengua común ni un gobierno común —con la notable excepción del Estado de Israel. ¿Son
acaso una nacionalidad? No, porque la conversión al judaísmo excluye esa posibilidad289. El
judío puede emigrar y sigue siendo judío. Si algo caracteriza al judío es su supervivencia290.
- 109 -
2.4.3.2. La Alianza como obligación de sobrevivir. El dilema de la asimilación
1) El asimilacionista puede considerar que la función del judaísmo queda subsumida por el
Cristianismo;
2) Se puede considerar que la tarea del judaísmo ya no tiene sentido. Fackenheim afirma
que más que nunca, el acto justo, la misericordia, la humildad con Dios son más que
necesarias y están en el fundamento del judaísmo;
3) Que la Alianza con Dios no es más que una mera superstición que sólo le ha creado
problemas.
A esto último responde que a pesar de los sacrificios y el sufrimiento no han sido
nada comparados con las metas y las alturas a las que ha llegado el judaísmo, a pesar de
todo292. Todo reside en la interpretación de los acontecimientos, en la fuerza que se deriva
de haber superado los obstáculos y las vicisitudes a lo largo de océanos de tiempo. De
hecho, el pueblo judío ha sobrevivido a los grandes imperios de la historia y ha habido
quienes no pueden atribuirlo meramente a la divina providencia293.
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deriva, que cuando se encuentra uno como minoría, la mera felicidad que supone la
pertenencia a un grupo se ve superada por las ventajas que puede reportar pertenecer a un
grupo gentil. ¿Cuál es, por tanto, el auténtico sentido de la supervivencia judía? En medio
de todas las persecuciones, sólo el sentido de la Alianza ha permitido la persistencia del
pueblo judío. Otra de las obligaciones permanentes es el carácter misionero del pueblo
judío. El Pueblo Escogido debe de modo especial, mantener ciertas creencias morales que
están en los fundamentos de toda sociedad actual —la justicia universal, el amor al prójimo
y la paz universal295. Esta es la misión del judío. Sin embargo, cabe preguntarse ¿por qué el
Pueblo de Israel fue elegido y quién estableció la Alianza?
Es la creencia de algunos que del mismo modo en que los griegos descubrieron la
geometría, los judíos descubrieron a Dios. También un Dios que escogiera a los judíos de
entre todos los pueblos resulta bastante presuntuoso. La realidad histórica y bíblica que
hizo de los hijos de Israel un "pueblo de dura cerviz" favorece la idea de la intervención
divina. A ello cabe añadir que autoafirmar un sentido de misión única en el devenir de la
historia sin alusión alguna a Dios, resulta de un arrogancia impresionante. La supervivencia
depende de la misión, que en último término, depende de Dios296.
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texto sagrado300. Es más un tema de gradación o de adaptabilidad, puesto que los
razonamientos que ofrece la ortodoxia son consejos inteligentes y eminentemente
prácticos301.
La gran división que establece Fackenheim es el condicionamiento que resulta del
carácter revelado o no de la Torá. Si es revelada, no admite discusión; si no lo es, debe
reinterpretarse302. Estas cuestiones analizadas en 1961 tendrán su continuidad y desarrollo
filosófico pleno en la segunda etapa de su pensamiento (a partir de 1967) cuando deba
emplear argumentos sólidos, filosóficos y teológicos para ver como la Revelación se
integra, se adapta o dialoga con las corrientes principales de la modernidad, es decir, cómo
la especificidad judía se comunica con el mundo moderno y el pensamiento no judío.
La ortodoxia requiere el seguimiento preciso de 613 mandamientos o mitzvoth y el
propósito de este seguimiento es cómo llevar una vida buena. Esto depende de su carácter
revelado. Si uno no acepta esta posibilidad, no queda más remedio que cambiar dichas leyes
o cesar en su observación303.
Uno de los campos de batalla es la distinción entre lo que podría definirse como
“leyes morales” y las llamadas “leyes ceremoniales”. El reformismo, en su ansia de volver a
la esencia del “monoteísmo ético” creía que rituales como encender velas el viernes por la
noche, emplear el hebreo en los servicios, etc. alejaba del verdadero sentido de seguimiento
religioso. Sin embargo, hay un sentido más profundo en la valoración de dichos actos.
Tanto es así que muchos vuelven a ejercerlos como una parte integra de su vida como
fieles304. Sin embargo, cualquiera de estos actos, si no refuerza el sentido de llevar una vida
buena y recta tiene en sí, las semillas de la contradicción305. El uso del hebreo puede llevar a
un mayor y profundo sentido de la participación en lo servicios, pero podría ser un acto
vacuo y forzado para quien no participa del sentido de las palabras. El ayuno refuerza el
sentido de santidad del Yom Kippur o Día de la Expiación, pero puede ser un suplicio para
quien el sustento físico sea de vital importancia. La plegaria en momentos determinados
permite ordenar y fijar aquello para lo que el espíritu puede querer pero para lo que la carne
puede ser débil. Lo cierto es que cualquier cambio en la percepción de estos elementos
tiene su complejidad. No es menos cierto que dichos ceremoniales mantienen al pueblo
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unido y que el conjunto de estos rituals, formas de comer, de vestir, de hablar, de dirigirse
los unos a los otros, de rezar, ha sido lo que mantenido la fuerza de la identidad judía306.
El carácter revelado de la Torá es un hecho para los ortodoxos. Para los
reformados, esta inspiración pasaba por tener a hombres inspirados, es decir, que una creación
humana podría reflejar el espíritu divino y no ser necesariamente, una manifestación literal
de la voluntad divina. De cualquier modo, la inspiración divina, sea de forma literal o a
través de los hombres, es una señal inequívoca de la presencia divina. El acto de cumplir la
ley no es meramente seguir unos mandatos, sino un acto de adoración307. Una vida
conforme a la Ley es una vida que adquiere un carácter de plenitud. Fackenheim
comentando las diferencias llega a la inevitable conclusión que la diferencia entre ortodoxia
y reformados es meramente, el énfasis que ponen en determinados aspectos308.
La diferencia esencial la sitúa Fackenheim en el universalismo de los reformados
frente a la continuidad histórica de los ortodoxos309. Para unos, las leyes morales son un
beneficio para toda la humanidad y el pueblo judío tiene la misión de transmitirlas. El
judaísmo ortodoxo, sin embargo, más cercano a las penurias que ha sufrido, cree en
mantener los rituales religiosos, costumbres, ceremonias y folklore, como medio de
perpetuarse y como una tradición viva que debe cambiar históricamente310. De todos
modos, la división entre ambos no es tan estricta y cada una de ellas, participa de aspectos
de la otra. Fackenheim no ver por tanto diferencias de grado cuanto de matiz, importancia
y énfasis en los pilares doctrinales esenciales311.
Fackenheim finalmente llega a una de las divisiones que más polémicas ha creado
en la historia del Pueblo Judío, esencialmente, la relación con el Cristianismo312. Las
cuestiones son si el judaísmo puede considerarse la única religión verdadera, la postura de
los cristianos, la figura de Jesús y la idea de un mediador entre Dios y el ser humano. A
pesar de haber sido históricamente una minoría, lo cierto es que en la actualidad, el
judaísmo debe enfrentarse a dos religiones, el Cristianismo y el Islam, que en su desarrollo
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histórico, comparten el monoteísmo y los ideales morales del judaísmo313. La reivindicación
del Cristianismo de ser la única religión verdadera (extra ecclesiam, nulla salus) plantea más de
un problema para el judaísmo, más aún, si reivindica ser el cumplimiento y la plenitud del
judaísmo314. Dado también el carácter cristiano mayoritario de la sociedad, Fackenheim
decide centrarse única y exclusivamente en el campo del Cristianismo. Sólo en la negación
frente al Cristianismo, pudo el judaísmo encontrar su identidad y ello resulta especialmente
complejo, por todo lo que tienen en común315. Justamente por ello, nuestro autor se dedica
a analizar cuales son específicamente las diferencias entre ambas religiones. La postura de
Fackenheim es claramente conciliadora, por cuanto que aun aceptando que ha habido
persecuciones en el pasado por parte de cristianos, reconoce que dicha actitud no está en la
esencia misma del Cristianismo y que sólo puede ser fruto de la ignorancia y el error316.
Tres son los puntos esenciales en los que se diferencian judíos y cristianos:
a) El énfasis en el Amor;
b) La creencia en Jesús y,
c) La consideración de Jesús como el Mesías.
18 (después en Romanos 12,17/Hebreos 10, 30): “No procures la venganza ni conserves la memoria de la injuria de tus
conciudadanos. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor"-para verse - y Deuteronomio 6, 5 - (Mateo 22,
37; Marcos 12,30 y Lucas 10, 27): "Amarás al Señor, tu Dios, con toda tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus
fuerzas”, que después son citadas en los Evangelios
319 HILLEL (110-10 a.C.), uno de los grandes sabios de la antigüedad judía, conocido entre otras cosas por las
máxima "No hagas a tu prójimo lo que odies que te hagan a ti. Esa es toda la Torá, el resto es interpretación. Ve y aprende".
320 PJB, pág. 147.
321 PJB, pág. 147.
- 114 -
lejano, y en otros, como algo inminente y esto último, caracterizó el periodo en el que
apareció Jesús. El mensaje de Jesús llegó como agua de Mayo para los pobres, enfermos y
oprimidos. Jesús fue visto como liberador pero también como un peligro por las
autoridades romanas.
Con la muerte de Jesús, nada cambió. El mundo estaba lleno de opresión, de terror,
de maldad y de iniquidad. La venida del Mesías debía liberar al mundo de tales aflicciones y
no lo hizo. Por eso, el judaísmo no acepta que Jesús haya sido el Mesías322. Sin embargo,
algunos judíos, los que se convertirían en cristianos, creían que la paz política y social tenía
un sentido simbólico y se refería a la paz espiritual, subjetiva, personal. En el judaísmo, la
redención del mundo no sería posible mientras se diera una sola injusticia. Ahora, el
verdadero reto es cómo los cristianos podrían explicar la presencia del mal en el mundo323.
Se siguieron evidentemente, los argumentos para entender esto: que la caída de Adán
estableció una separación insalvable entre el hombre y Dios, que Dios mismo se encamó en
Jesús, que la Alianza establecida en el Sinaí ya no tiene sentido, porque Dios ha establecido
una Nueva Alianza, un nuevo pacto con el hombre a través de su único hijo Jesús. La
presencia reiterada de injusticia en el mundo llevó a la creencia de una "Segunda Venida",
que daría debido cumplimiento a los anhelos de paz y justicia en el mundo, aunque también
dentro del Cristianismo, los hay que siguen luchando por la justicia y la paz que están más
cerca del ideal judío de lo que se piensan324.
El tercer punto de discrepancia es la necesidad de un mediador con Dios. El
judaísmo niega esa necesidad. El hombre puede encontrar a Dios siempre que "lo busque con
todo su corazón"325. El Cristianismo establece una separación radical entre el hombre y Dios,
una separación que sólo tiene en Jesucristo, un puente de unión. La reconciliación en el
mundo judío se produce el día de Yom Kippur, la más solemne de todas las festividades del
calendario judío y el concepto que se esgrime para ello es el de Teshuvá, el arrepentimiento o
retomo a Dios. La objeción cristiana es que nadie puede volver completamente puro de
malos pensamientos, pasiones, contradicciones internas a Dios. El judío meramente acepta
este hecho y que no será hasta la Era Mesiánica, en la que esa relación ideal con Dios pueda
al fin, realizarse326. Emil Fackenheim afirma por tanto, que la diferencia entre judíos y cristianos es
meramente de fe y de perspectiva. El judaísmo no tiene vocación misionera. No quiere realizar
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proselitismo, puesto que aun considerándose a sí misma una religión verdadera, no se
considera la única religión327 No hay contradicción básica entre judíos y cristianos. De hecho, se
comparten las leyes morales, la creencia en un solo Dios, que Dios se preocupa por los
hombres y que el hombre debería preocuparse por Dios, la necesidad de redención del
mundo y la fe en su, redención final, y en último término, que dicha Redención cuando se
produzca, será la unión de los hombres por la fuerza del Amor y de éstos, con Dios.
Judaísmo y cristianismo son, en el fondo, dos partes de la plenitud del propósito que Dios
tiene para el mundo328. En su conclusión, Emil Fackenheim se interroga acerca del lugar del
judaísmo en el mundo actual y el mandato divino esencial que imbuye la existencia de su
Pueblo329. El mandato era que un mundo lleno de maldad, llegaría a su unidad última y el
papel especial que debía desempeñar el Pueblo Judío330 . La fuerza venía de la promesa de
la Alianza, de la seguridad que nunca serían abandonados. El recuerdo del rescate de
Egipto era suficiente para no desistir, para no abandonarse a la desesperación. La fe judía es
una fe racional, que afirma la existencia de un solo Dios y que la justicia y el amor son
superiores al mal. Sin embargo, la fe judía es algo más que razón, es fe, confian331. Esa fe y
esa confianza se han perdido en el mundo actual. A lo mejor no es el pueblo judío quien
recuerda; quizás sea Dios mismo el que no va a permitir el olvido. La Voz en el desierto de
Egipto, siempre presente, debe ser recordada, nunca olvidada, en la esperanza de antaño:
"Todavía podemos viajar, aun en el siglo xx, el camino antiguo que no tiene fin. Bastará que todo
lo que Dios haya planeado para el mundo se haya cumplido"332.
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2.5. La fundamentación metafísica de la historia (1961)
“References to Nazism, too, had not been absent, and when back in 1961 my Metaphysics and History
began with the threat of “ideological fanaticism”, the allusion had been to Nazism”
(MW, pág. XVI)
Esta obra es una lección inaugural realizada por Fackenheim en 1961. El nombre
de la misma es The Aquinas Lecture, realizada bajo la dirección de la Sociedad Aristotélica de
la Universidad de Marquette, en el estado norteamericano de Milwaukee. Estas
conferencias llevaban realizándose desde 1937. Por orden cronológico, muchos de los
autores de las mismas fueron figuras destacadas del panorama académico canadiense y
norteamericano. Por orden cronológico y de publicación, fueron:
333 Doctor en Filosofía. Daremos cuenta de algunas de las abreviaturas asociadas, que en los países de cultura
anglosajona, denotan la formación académica, pertenencia a organizaciones y honores que se han destinado a
aquellos que los llevan. A mayor número de abreviaturas, más elevada es la consideración de ese individuo en
su país, comunidad o entorno académico. Este hecho es sobradamente conocido en el ámbito y sólo
pretendemos mostrar y recalcar, la categoría de los autores que participan.
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6) “Santo Tomás y el Problema del Mal” (1942) por Jacques
Maritain, doctor (Ph.D.), profesor emérito de filosofía de la
Universidad de Princeton;
7) “Humanismo y Teología” (1943) por Werner Jaeger, (Ph.D.,
Litt.D.334), profesor universitario de la Universidad de
Harvard;
8) “La naturaleza y orígenes del cientifismo” (1944) por John
Wellmuth;
9) “Cicerón en el tribunal de Santo Tomás de Aquino” (1945)
por el fallecido E.K. Rand (Ph.D., Litt.D., LL.D.335),
profesor de la Cátedra Pope de Latín, profesor emérito de la
Universidad de Harvard;
10) “Santo Tomás y la epistemología” (1946) por el padre Louis
–Marie Regis (O.P.336, Th.L.337, Ph.D.), director del Instituto
Alberto Magno de Estudios Medievales, en la Universidad
de Montreal (Canadá);
11) “Santo Tomás y los Moralistas Griegos” (primavera de
1947) por Vernon J. Bourke, doctor (Ph.D.), profesor de
Filosofia en la St. Louis University (St. Louis, estado de
Missouri, EE.UU.);
12) “La Historia de la Filosofía y de la Educación Filosófica”
(otoño 1947) por Étienne Gilson de la Académie française y
director de estudios y profesor de Historia de la Filosofía
Medieval (Instituto Pontificio de Estudios Medievales,
Toronto);
13) “El deseo natural de Dios” (1948) por el Padre William R.
O’Connor (S.T.L.338, Ph.D.), profesor jubilado de teología
dogmática en el St. Joseph’s Seminary (Dunwoodie, Nueva
York);
14) “Santo Tomás y el Estado Mundial” (1949) por Robert M.
Hutchins, ex Canciller de la Universidad de Chicago;
- 118 -
15) “El método en la metafísica” (1950) por el padre Robert J.
Henle, (S.J.339), decano de la escuela de graduados en la St
Louis University (St Louis, Missouri);
16) “La sabiduría y el Amor en Santo Tomás de Aquino” (1951)
por Étienne Gilson de la Académie française y director de
estudios y profesor de Historia de la Filosofía Medieval
(Instituto Pontificio de Estudios Medievales, Toronto);
17) “El Bien en la Metafísica Existencial” (1952) por Elizabeth
G. Salmon, profesora asociada de filosofía en la escuela de
graduados de la Universidad de Fordham (Nueva York);
18) “Santo Tomás y el objeto de la geometría” (1953) por
Vincent Edward Smith (Ph.D.), profesor de filosofía de la
Universidad de Notre Dame (Indiana, EE.UU.);
19) “El realismo y el nominalismo revisitados” (1954) por
Henry Veatch (Ph.D.), profesor de filosofía de la
Universidad de Indiana;
20) “La imprudencia en Santo Tomás de Aquino” (1955) por
Charles J. O’Neill (Ph.D.), profesor de filosofía en la
Universidad de Marquette (Milwaukee, EE.UU.);
21) “La verdad que libera” (1956) por el padre Gerard Smith
(S.J., Ph.D.), profesor y director del departamento de
filosofía de la Universidad de Marquette (Milwaukee,
EE.UU.);
22) “Santo Tomás y el futuro de la metafísica” (1957) por el
padre Joseph Owens, (C.Ss.R.340), profesor asocieado de
filosofía en el Instituto Pontificio de Estudios Medievales,
en Toronto;
23) “Tomás y la física de 1958: Un enfrentamiento” (1958) por
Henry Margenau (Ph.D.), profesor de la Cátedra Eugene
Higgins de física y filosofía natural, en la Universidad de
Yale;
339 Perteneciente a la Societas Jesu, la Sociedad de Jesús, es decir, a la orden de los jesuitas.
340 Perteneciente a la Congregación del Santísimo Redentor.
- 119 -
24) “Metafísica e Ideología” (1959) por William Oliver Martin,
profesor de filosofía de la Universidad de Rhode Island
(Estado de Nueva York) y finalmente,
25) “Lenguaje, Verdad y Poesía” (1960) por Victor M. Hamm
(Ph.D.), profesor de lengua inglesa en la Universidad de
Marquette (Milwaukee, EE.UU.).
341 En la última página del libro, y a continuación de la lista de intervenciones, consta ya su aportación como
“Metafísica e Historicidad” (1961) por Emil L. Fackenheim, (Ph.D.), profesor asociado de filosofía de la
Universidad de Toronto.
342 Becario por parte de la llamada Fundación John Simon Guggenheim, que premia a individuos que han
destacado ya de forma excepcional en el ámbito académico y artístico, y que pretende ser una ayuda en el
“ecuador” de su carrera profesional, lo cual es prueba de su valía y de su brillantez intelectual.
- 120 -
en Toronto, Canadá. El libro fue reeditado en su totalidad en su obra Kant, Schelling and
Historicity343.
Fackenheim consta como autor premiado ya en 1954 con la President's Medal
concedida por la University of Western Ontario como el autor del mejor artículo titulado "Kant
and Radical Evil” (Kant y el mal radical)344, se le conoce ya por sendos artículos que
preconizan sus intereses (publicados primordialmente en su obra de 1996 The God Within.
Kant, Schelling and Historicity) acerca de la concepción de la substancia en la obra de los
Ikhwan as-Safa o Hermandad de la Pureza345, el tratado del amor de Ibn Sina346, la
posibilidad de existencia del universo en al-Farabi/Ibn Sina y Maimónides347, la filosofía
judía medieval348, la filosofía de la religión de Schelling349, la filosofía de la literatura de
Schelling350, la filosofía positiva de Schelling351, el concepto de la historia de Kant352, la
existencia judía y el Dios viviente353, todos ellos artículos que muestran in nuce, las
preocupaciones ya presentes en los primeros 15 años de su desarrollo intelectual y que
serían piezas seminales de su pensamiento acerca de Kant y el conjunto del Idealismo
Alemán.
La obra está, en su primera edición (Milwaukee, Marquette University Press, 1961)
dedicada a su mujer Rose y no tiene índice. La preocupación por la metafísica de
Fackenheim se empieza a notar en esta obra de juventud, redactada seis años antes de la
Guerra de los Seis Días y 16 años después de la Segunda Guerra Mundial, antes de sus
preocupaciones esenciales por el Holocausto y qúe actúa como precedente a sus estudios
sobre el Idealismo Alemán, que ya se habían publicado como consta anteriormente.
American Academy for Jewish Research, XVI (1947), pág. 39-70; JPH, pág. 7-20.
348 Cf. "Medieval Jewish Philosophy" en: Cf. FERM, V. A History of Philosophical Systems. New York, The
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Se divide en los siguientes apartados354:
354 Para aquellos que no posean o no puedan disponer de la edición original de 1961, de la que escasean
evidentemente ejemplares, pondremos la paginación de la obra Kant, Schelling and Historicity, que siendo de
1996 y con un aparato crítico ampliado y renovado, puede facilitar tanto la consulta como el acceso a este
texto. Cabe tener en cuenta también que hay una nota a pie de página más en la edición de 1996, que desplaza
en una cifra, el orden de 1961. El contenido por supuesto, de la edición de 1996 contiene más sólidas y
actualizadas valoraciones de sus afirmaciones filosóficas.
355 MH, pág. 1-7; KSH, pág. 122-123.
356 MH, pág. 8-16; KSH, pág. 123-125.
357 MH, pág. 17-28; KSH, pág. 125-128.
358 MH, pág. 28- 34; KSH, pág. 128-130.
359 MH, pág. 34-43; KSH, pág. 130-132.
360 MH, pág. 44-48; KSH, pág. 133-134.
361 MH, pág. 48-55; KSH, pág. 134-136.
362 MH, pág. 55-61; KSH, pág. 136-138.
363 MH, pág. 62-66; KSH, pág. 138-139.
364 MH, pág. 67-70; KSH, pág. 139-140.
365 MH, pág. 71-90; KSH, pág. 140-144.
366 MH, pág. 91-99; KSH, pág. 144-146.
367 MH, pág. 100; KSH, pág. 146-147.
368 Segunda página de los agradecimientos sin numeración.
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2.5.1. El dilema de la historia para el hombre moderno
pueden verse en Nietzsche cuando en 1874 éste escribe El uso y el abuso de la historia y en la gran obra de
Oswald Spengler El Declive de Occidente (cita la edición londinense de Allen and Unwin, 1926-1928).
373 MH, pág. 5; KSH, pág. 123.
374 A tal efecto, cita a Erich Frank (1883-1949), filósofo alemán, clave en el surgimiento del existencialismo
(nota a pie de página 3 – MH, pág. 5), al afirmar que : “Commenting on pragmatic make-believe its religious
application, Erich Frank writes: “If we believe in … God not because He is the truth, but assume His truth only because we
believe in Him, then there are as many gods and as many truths and values as there are beliefs. In that case, pluralism is the
inescapable consequence, and it remains for the individual and his living to choose his own truth and his own God. (…)This
subjective concept of belief is a contradiction in itself. A belief that believes only in itself is no longer a belief. For true belief
transcends itself; it is a belief in something –in a truth which is not determined by faith but, which on the contrary, determines
faith” (Cf. Philosophical Understanding and Religious Truth. London-New York-Toronto, Oxford
University Press, 1945, pág. 42-43).
- 123 -
aunque esté imbuido de escepticismo, al reconocerse no como verdad, sino como un
producto específico de la historia375. La ideología, a diferencia de la fe, tiende a ser, por su
propia naturaleza, fanática376. La fe puede reconocer la verdad en otras instancias; la
ideología nunca, puesto que su fuerza deriva de hacerse a sí misma, verdadera377. Y dado
que es un mero producto de la historia, debe “recrear la historia en su propia imagen”,
debe tergiversar la historia. En otro orden de cosas, la apropiación ideological de dicha
posibilidad ya fue apuntada por Ernst Bloch en su obra
Erbschaft dieser Zeit (Herencia de nuestros tiempos), al hablar de “Aportaciones a la historia de
los origenes del Tercer Reich”378. La única salida que le queda pues al idealismo fanático es
destruir a quien le oponga, quedando como la única ideología, en un conflicto que no
puede menos que ser, total379.
Zürich, Oprecht & Helbing, 1935), “Zur Originalgeschichte des Dritten Reiches”, pág. 126-152.
Versión inglesa: Heritage of Our Times. Great Britain, Polity Press, 1991 (tomado de la edición de Suhrkamp
de 1962), “On the original history of the Third Reich”, pág. 117-137. Versión castellana: NEUSÜSS, Arnhelm.
Utopía. Barcelona, Barral Editores, 1971 (Primera edición), “Aportaciones a la historia de los orígenes del Tercer
Reich”, pág. 103-139.
379 MH, pág. 7; KSH, pág. 123.
380 MH, pág. 9; KSH, pág. 123.
381 MH, pág. 9; KSH, pág. 124.
382 MH, pág. 9; KSH, pág. 124.
383 MH, pág. 10; KSH, pág. 124.
384 COLLINGWOOD, R.G. (1889-1943), arqueólogo, historiador y filósofo inglés, cuyo padre fue amigo y
biógrafo de John Ruskin, el crítico de arte por antonomasia de la época victoriana. Su formación universitaria
- 124 -
Dewey387y Martin Heidegger388. Collingwood afirma que las proposiciones metafísicas no se
pueden demostrar, pero al afirmar que su validez depende del contexto histórico, introduce
una noción ciertamente revolucionaria389. ¿Qué elemento tienen en común estos
pensadores?390 La existencia de una verdad metafísica, eterna e inalterable en todos los
tiempos, supone la creencia en una naturaleza humana que no varía nunca391. Los anteriores
pensadores afirman que esa posibilidad no es factible y que por tanto el mismo ser del
hombre tiene un carácter histórico. Esto implica que incluso las concepciones metafísicas
se ven sujetas al devenir histórico y por tanto, la verdad metafísica depende de las
vicisitudes mismas de la historia392. Sin embargo, la verdad de esta afirmación es
contradictoria. En palabras del propio Fackenheim: "La historia puede mostrar que el hombre está
sujeto al cambio histórico. Esto, sin embargo, no demuestra que su ser esté implicado en este cambio. La
doctrina de la historicidad no es por tanto una generalización empírica, cuanto una tesis metafisica"393.
fue en University College, en Oxford. De 1912 a 1935, ostentó la Cátedra Waynflete de filosofía metafísica en
Oxford y fue profesor de filosofía en Pembroke College. Experto en historia y arqueología de la dominación
romana de Gran Bretaña, sus planteamientos filosóficos tienen claras influencias platónicas, hegelianas y de
Croce. Fue el autor de The Idea of History (1946), publicada póstumamente.
385 DILTHEY, Wilhelm (1833-1911), filósofo alemán, que ejerció su docencia respectivamente en Basle, Kiel,
Breslau y Berlin. Es conocido por su noción de la “crítica de la razón histórica” y planteó un criterio de
diferenciación y un estatuto propio para las llamadas ciencias del espíritu frente a las ciencias de la naturaleza.
La argumentación en este punto está tomada de la correspondencia entre Dilthey y el escritor alemán Paul
York – Briefwechsel Zwischen Wilhelm Dilthey und dem Grafen Paul York von Wartemburg 1877-1897 (Halle, Max
Niemeyer, 1923) cuando Yorck afirma en la página 251: “Por tanto no hay filosofar genuino que no sea histórico. La
distinción entre filosofía sistemática e historia de la filosofía es, en principio, falsa”).
386 CROCE, Benedetto (1886-1952), el conocido filósofo italiano, formado académicamente en Roma,
influído sobremanera por el anti-hegeliano Labriola. Fue el traductor la Enciclopedia de las Ciencias Filosóficas de
Hegel al italiano, dentro de una colección de obras clásicas del pensamiento moderno. Su gran obra filosófica,
considerablemente bajo el hechizo de Giambattista Vico, fueron los cuatro volumenes de la Filosofia dello
spirito. El antes mencionado Collingwood tradujo su Autobiografía (1927) y su Filosofía de Giambattista Vico
(1913).
387 DEWEY, John (1859-1952), filósofo norteamericano, formado en las Universidades de Vermont (su
ciudad natal) y la Johns Hopkins (Baltimore-Maryland-EE.UU.), llegando a ser profesor en Columbia en 1905.
Charles Peirce, el padre del pragmatismo norteamericano y William James influyen en él. Ejerció una gran
influencia en el campo de la jurisprudencia, la educación, la historia y las ciencias sociales. Abogaba que el
conocimiento científico fuera el paradigma de todo conocimiento y que el método científico fuera el criterio
fundamental para determiner la validez o la verdad de los llamados juicios de valor. En lo político, fue un
gran defensor de la libertad y un enemigo acérrimo del fascismo y del comunismo, y quizás fuera ésto ultimo,
lo que le llamara la atención a Emil Fackenheim.
388 HEIDEGGER, Martin (1889-1976) sale mencionado a colación del hecho que Fackenheim destaca la
relación epistolar entre Dilthey y Paul Yorck von Wartenburg (1835-1897), jurista, filósofo y escritor alemán, en
la que desarrollan y discuten una filosofía de la historia basada en conceptos presentes en Ser y Tiempo. Su
estudio del concepto de historicidad queda patente en el apartado 77 de Ser y Tiempo (tomado en el libro de
Fackenheim de la edición alemana de Sein und Zeit –Halle, Max Niemeyer, 1935, pág. 397 y siguientes) y que
puede encontrarse en: Cf. El Ser y el Tiempo. Madrid, FCE, 1993, traducción de José Gaos, “§ 77. Relación del
anterior desarrollo del problema de la historicidad con las investigaciones de W. Dilthey y las ideas del Conde
Yorck”, pág. 428-435.
389 MH, pág. 11; KSH, pág. 124. Tomado según nota a pie de página 7, de la obra del mismo autor An Essay
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No obstante, el metafísico no puede descartar la validez de dicha afirmación hasta
que no se adentre en el mismo concepto para entenderlo, por muy sutil y complejo que
dicha tarea sea394. Para ello Fackenheim en su conferencia debe acercarse al problema de
dos formas muy distintas:
a) analizando los presupuestos metafísicos sin los que no puede darse la
historicidad (los presupuestos metafísicos de la historicidad deben entenderse
en el contexto de conceptos asociados o cercanos a la misma, como el mismo
concepto de historia) y,
b) encontrar las categorías filosóficas sin que no puede sustentarse395 (el estudio la
doctrina de la historicidad en sí).
La pregunta que Fackenheim se formula es si la doctrina de la historicidad require,
necesita o debe fundamentarse en la idea de la verdad metafísica396.
- 126 -
intencionadas como las arbitrarias) y si finalmente, la división entre hechos naturales y la
acción humana es lo suficientemente exhaustiva400. En la doctrina de la historicidad, aunque
no sea lo suficientemente inclusivo ni exhaustivo, lo cierto es que la diferencia entre lo
natural y lo humano, entre un “hecho natural” y “acción humana” debe persistir401; de otro
modo, la historia no deja de ser otro proceso natural que para su categorización, sólo
depende de que le haya sucedido al hombre402.
Una distinción ontológica entre ambos no justifica la doctrina de la historicidad403,
porque una cosa es considerar al hombre, una entidad libre capaz de crear historia y otra
muy distinta, concebir al hombre como producto de la historia404. La doctrina de la
historicidad depende de la potencialidad del hombre para actuar históricamente, no de lo
que efectivamente realice405. Si la doctrina de la historicidad es falsa, los hechos concretos
son el ámbito del historiador406.
Según todo lo anterior, el segundo presupuesto de la historicidad es la inexistencia
de una naturaleza humana invariable o inalterable407. Esto entra dentro de la llamada
filosofía del proceso408 y se encarna en el pensamiento de Samuel Alexander409. La realidad
es un proceso histórico en su totalidad. Hay cambios que no dependen exclusivamente de
leyes rígidas y los procesos que se dan en toda realidad pueden seguir leyes y producir
nuevas realidades410. Sólo de este modo, lo que antes era un debate ontológico, puede
convertirse en una investigación histórica de aquello en lo que se ha convertido411. Sin
embargo, la postura historicista no distingue de forma cualitativa lo histórico de lo natural,
puesto que en último término, todo lo que convierte al hombre en lo que es, es natural412.
cambio y de desarrollo. El ser inalterable se convierte en “devenir”, “evolucionar”, “convertirse en”, “estar en
proceso de”.
409 ALEXANDER, Samuel (1859-1938), filósofo australiano (nació en Sydney), consigue una beca para
estudiar Balliol College (Oxford) en 1877 y consigue un “fellowship” (figura de becario de investigación) en el
Lincoln College en Oxford, el primer judío en conseguir una posición tal en cualquiera de las dos mejores
universidades inglesas. Desarrollaría su carrera y magisterio docente de 1893 a 1925 en el Owens College
(posteriormente conocido como Victoria University) en la ciudad inglesa de Manchester. Su obra Moral Order
and Progress (1889) fue un alegato de la llamada ética evolutiva.
410 MH, pág. 24; KSH, pág. 127.
411 MH, pág. 24-25; KSH, pág. 127.
412 MH, pág. 25; KSH, pág. 127.
- 127 -
En todo este debate, se oponen dos posturas: Alexander considera que lo nuevo y
creativo es histórico413; Collingwood se opone radicalmente a ésta idea, y considera que lo
“histórico” solamente puede ser aquello que surge de la voluntad libre del hombre y que
tenga un carácter determinante en su vida. Collingwood se opone por tanto, a la identidad o
igualdad aparente que Alexander parece establecer entre lo natural y lo humana, en que todos
los acontecimientos, naturales y humanos, forman todos ellos parte de un gran flujo
heraclíteo414.
Dos son, por tanto, las suposiciones de las que parte la historicidad:
a) Debemos distinguir entre naturaleza e historia, entre las acciones que éste
realiza y las que le suceden, y
b) No es sostenible la distinción entre el “ser” del hombre y su “actuar” o
“hacer”. El hombre no tiene una naturaleza permanente y su naturaleza
es el fruto de de propia actuación. Al actuar, el hombre se realiza y se
constituye a sí mismo415.
Afirmar lo anterior tiene varias consecuencias:
- 128 -
de la historicidad417. Ello hace que cualquier metafísico/ontólogo deba acabar
siendo una historiador, al modo de Hegel (historia especulativa) o al modo de
Croce y Collingwood (historia pura). De la autorrealización del hombre, el studio
ontológico del ser humano no se puede diferenciar, dividir o escindir del estudio de
la historia humana418. No tener en cuenta el factor histórico del ser humano supone
llegar a dos incongruencias supremas: por un lado, una naturaleza humana
entendihda como una posibilidad abstracta y vacua, o por el otro, una naturaleza
permanente e inalterable, que no es sino un producto de la historia419.
irlandés del siglo IX. Sus conocimientos del griego le permiten vertir al latín, buena parte de la obra del
Pseudo-Dionisio, San Máximo el Confesor, Gregorio de Niza, etc. Su obra principal, el Peri phiseon o De
Divisione naturae se redacta entre el 862 y el 866, en forma de diálogo como era la costumbre en el
Renacimiento Carolingio, en lo que ha venido a calificarse como “la única síntesis teológica y filosófica de la
Alta Edad Media”.
Fackenheim sin duda, lo menciona este aspecto, siendo un autor que deja tras de sí, un verdadero
corpus como no se vería durante siglos hasta Santo Tomás de Aquino, y como es representativo de la obra de
Hegel, en los términos en los que se refiere a él, en su introducción a su obra La Dimensión religiosa de Hegel,
siendo la Patrística y la razón humana, los fundamentos en los que se aposenta Eriúgena para su particular
síntesis. Es digno de mención que estas alusiones a Eriúgena no están exentas de la influencia y los estudios
que en su tesis doctoral formulara Fackenheim, puesto que la obra magna de Eriúgena, junto con el
neoplatonismo de origen árabe (el Liber de causis primis et secundis et de fluxu qui consequitur eas del pseudo-
Avicena) fueran condenados por un concilio de París y por el papa Honorio III en 1225.
- 129 -
Böhme425, Schelling426 y finalmente, Nicolas Berdyaev427. Ambas tendencias conciben a
Dios de modos muy distintos en torno a la creación del mundo. En el primer caso, Dios es
completamente transcendente, crea el mundo ex nihilo y no tiene vinculación alguna con él.
En el segundo caso, lo que Fackenheim denomina “tradición menor”, Dios mismo pasa ex
nihilo in aliquid, es decir, algo de su substancia creadora pasa al mundo428. La primera
expression refleja la tradición ontológica stricto sensu y la otra es definida por Fackenheim
como meontológica429.
El Dios meontológico, a diferencia de la noción tradicional, se traduce en los
siguientes términos:
425BÖHME/BOEHME, Jakob (1575-1624), teósofo y místico alemán, zapatero de profesión. Publica Aurora
en 1612, obra que fue condenada, con todas sus revelaciones místicas, cuyo sentido esencial era explicar el
origen del mal. De la unidad esencial, Dios, el Ungrund or Urgrund, de una identidad inicial, que en su seno,
contiene el principio de separación, que permite que surja todo lo creado. Este principio de negación,
identificado con el mal, es de dónde surge la creación. Su importancia deriva de la innegable influencia que
tendría en autores como Spinoza y en los sistemas filosóficos de Fichte, Schelling y Hegel.
426SCHELLING, Friedrich Wilhelm Joseph (1775-1854), conocido como VON SCHELLING más tarde en
su vida, fue una de las estrellas del Idealismo Alemán, junto con Fichte y Hegel.
427 BERDYAEV, Nikolai (1874-1948) filósofo y escritor, En su adolescencia leyó Kant, Hegel y
Schopenhauer y tenía amplios conocimientos de idiomas. Formado en la universidad de Kiev, ejerció como
profesor de la Universidad de Moscú hasta 1922, cuando al mostrarse desafecto con el régimen bolchevique,
tuvo que exiliarse. Fundó la llamada Academia de la Filosofía de la Religión, yendose al poco tiempo con la misma
a París en 1923. Entre sus ideas cabe destacar una especie de destino mesiánico de Rusia basado en la unidad
entre la Iglesia Ortodoxa Rusa la Iglesia Católica y un existencialismo cristiano, que abogaba por la libertad, la
creatividad, el individuo frente a toda autoridad y colectivismo.
428 MH, pág. 29-30; KSH, pág. 129.
429 Meontológico o meontología es el estudio de lo que queda fuera del ámbito de la ontología.
430 MH, pág. 31-32; KSH, pág. 129.
- 130 -
que puede aplicarse al Dios tradicional. El Dios meontológico no es lógico o
intelligible solamente en function de una lógica tradicional e inalterable y solamente
desde el presupuesto que dicha lógica sea un tribunal autónomo y absoluto en su
aplicación a temas metafísicos431. Es, entonces cuando se pregunta si es factible que
dicha lógica esté fundamentada metafísicamente, en cuyo casi, sí es factible que una
metafísica meontológica genere su propia lógica y que solamente en función de la
misma deba ser juzgada432. De todo ello, que deriva que la verdad o falsedad del cualquier
afirmación no tendría en una sola lógica absoluta su criterio, sino que lo que habría que oponer
serían las cosmovisiones metafísicas entre sí433. La lógica del concepto meontológico de
Dios no es lineal, sino circular y esto es así, porque el proceso de autoconstitución o
de autorrealización de la misma, debe revertir sobre sí misma, integrando el pasado
en el movimiento futuro434. Esta es la lógica que deberá emplearse para entender el
concepto de historicidad435.
Y aquí es donde la argumentación se torna más compleja, puesto que para entender
este proceso de autorrealización, se deben desgranar cada uno de los pasos constitutivos
del mismo.
Volviendo de nuevo a la noción del Dios meontológico, su misma constitución
ontológica debe ser histórica436 o por lo menos , cuasi-histórico. Se debe distinguir entre los
momentos iniciales de nihil y aliquid, en los que hay un proceso de diferenciación, y un
segundo momento en el que nihil y aliquid se convierten en una identidad. No habría
proceso si estos momentos no pudieran diferenciarse y si la identidad no existiese, todo el
proceso sería meramente temporal437. Como trasfondo, siempre se encuentra el
pensamiento de los momentos hegelianos. Este proceso eterno debe superar los límites de la
misma temporalidad. Por su sentido de autorrealización, actualize el pasado en presente y
como absoluto, le permite apropiarse el pasado absolutamente438. Por su carácter
autorrealizativo, anticipa el futuro como posibilidad y dado su carácter absoluto, la
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anticipación de la posiblidad no puede distinguirse de su actualización439. Este proceso de
autorrealización absoluta o divina debe su forma de ser histórica a que es
eterno/o/presente. Todo el proceso describe un círculo, el circulo de volver sobre sí
mismo440.
La eternidad descrita es, sin embargo, cuasi-histórica, puesto que el final es, y no es,
identica al inicio441.
Resulta por tanto preciso que Fackenheim distinga entre historicidad y temporalidad442.
No obstante, para seguir con su argumentación, otros dos conceptos hacen su entrada
triunfal: el concepto de eternidad y el de situación443. El concepto de eternidad tiene un
carácter cuasi-histórico y el mismo concepto de autorrealización distingue a la historicidad
de la mera temporalidad444. Sin embargo, para diferenciar el concepto de eternidad del de
historicidad, se requiere un nuevo concepto, que es el de situación. En palabras del propio
autor, “Sólo un ser que es autorrealizativo-en-una-situación puede, en su constitución ontological, ser
histórico”445.
Esta segunda parte de este apartado diferenciando a la historicidad de la mera
temporalidad y para ello, a modo de los tres momentos hegelianos, va desgranando la
relación entre la historicidad y la temporalidad pasada, futura y presente. La argumentación
se divide de la siguiente forma:
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histórico (dependiente del concepto de historicidad) está lleno de anticipación, de
proyección en el futuro, es en cierto modo, la condición de posibilidad de actos futuros447.
- 133 -
de autorrealización se dan en eventos que suceden, ocurren o se dan en hechos naturales. Ésta, su
realización en una situación natural, es lo que le imprime su carácter histórico455.
El ser histórico, por tanto, debe distinguirse en su estructura ontológica, de lo
temporal y lo eterno456. En su acepción más laxa, se funde en el flujo heraclíteo de los
acontecimientos; en su extremo más elevado, las acciones puede llegar a tocar el techo de la
eternidad. Sin embargo, es la temporalidad lo que vincula dicho ser a la humanidad y la
historicidad y, mientras que no transcienda la temporalidad de forma absoluta (o sea,
mientras se mantenga finito), permanece o se presenta como histórico e humano457.
455 MH, pág. 42-43; KSH, pág. 132. Aquí Fackenheim, en la que es su nota 26 a pie de página, alude a su
artículo “El concepto de la historia en Kant” La nota a pie de pagina reza: “Idealists such as Schelling and Hegel
recognize, as much as any naturalist, that history remains dependent on nature so long as it is history at all. If they disagree with
naturalism in this matter, it is in attributing a direction to history, and in claiming that its aim is emancipation from dependence
on nature, and hence transcendence of history itself”.
456 MH, pág. 43; KSH, pág. 132.
457 MH, pág. 43; KSH, pág. 132.
458 MH, pág. 44; KSH, pág. 133.
459 MH, pág. 45; KSH, pág. 133.
460 MH, pág. 45; KSH, pág. 133.
461 MH, pág. 45; KSH, pág. 133.
462 MH, pág. 46; KSH, pág. 133.
- 134 -
La cuestión de fondo es si las situaciones históricas afectan en su ser, de modo
ontológico al hombre. Sólo puede haber dos alternatives posibles:
De todo esto se deriva que el concepto de situación histórica debe ser considerado tanto
como un concepto histórico como ontológico464.
Esta doble consideración del ser humano, supone tener en cuenta determinados
presupuestos teóricos. En el caso del ser humano considerado desde el punto de vista de la
autorrealización, se precisan dos conceptos de situación histórica completamente distintos.
El presente de un individuo se ve afectado por sus actuaciones pasadas. La identidad
personal es el proceso por el que actos autorrealizativos pasados se integran en actos
presentes, y la personalidad de un individuo se inicia en el nacimiento y acaba con la
muerte465. Pero por otra parte, la actuación presente puede verse afectada por la actuación de
otros individuos en el pasado466.
Según Fackenheim, si el hombre tiene una naturaleza permanente, todo cuanto ha
sucedido en el siglo XX no tiene relevancia alguna para dicha natualeza y sus posibilidades
esenciales. Sin embargo, plantea que dicho “ser” humano es autorrealizativo, entonces los
acontecimientos del siglo XX sí que son relevantes a nivel ontológico467. De ésto ultimo se
deriva que cuanto el hombre contemporáneo experimentar y hacer, delimita, circunscribe
todo lo que puede ser y es468. Se trata, pues de delimitar, cuál es la relacióin entre situación
histórica y autorrrealización ubicada históricamente. La relación dialéctica entre situación y lo
que sitúa se ha zanjado. Solo cabe mostrar cómo esta relación se aplica a la situación
histórica469.
Lo natural se define como límite de lo humano, pero lo histórico limita y aumenta,
en el sentido de dar significación y sentido, incluso teleología y libertad. Lo histórico, limita
463
MH, pág. 49; KSH, pág. 134.
464
MH, pág. 49; KSH, pág. 134.
465
MH, pág. 50; KSH, pág. 134-135.
466
MH, pág. 51; KSH, pág. 135.
467
MH, pág. 51; KSH, pág. 135.
468
MH, pág. 51; KSH, pág. 135.
469
MH, pág. 52; KSH, pág. 135.
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pero ofrece oportunidad; determina, pero te deja libre, es una mezcla de destino y
libertad470.
2.5.8. El historicismo
Ello le hace volver de nuevo a la cuestión con la que había iniciado el libro, si la
doctrina de la historicidad implica dejar de lado la idea de una verdad metafísica
intemporal471. Formulado de una forma distinta: si se considera al ser humano desde el
punto de vista de la autorrealización histórica, ¿deben o pueden todas sus actividades
ubicarse históricamente, incluída la metafísica?472
Partiendo de todo lo comentado anteriormente, hay mucha argumentación en
contra de una verdad intemporal. Si se considera al ser humano como fruto de la
autorrealización, se deriva que la metafísica deba ser a su vez, una forma de
autorrealización. Puede que el proceso de autorrealización esté o no creando la verdades a
las que aspira, pero dicho conocimiento es parte del proceso. Si resulta que la verdad
metafísica es transhistórica, entonces todo conocimiento metafísico sería una forma
transhistórica de la autorrealización473.
Y sin embargo, esta posible forma transhistórica de autorrealización parece a
primera vista, algo imposible474.
Si se supone que el hombre tiene una naturaleza permanente, sería posible
distinguir entre capacidades finitas y abilidades para alcanzar un conocimiento metafísico
que transcienda la finitud. Si, por el contrario, se supone que el hombre tiene una
naturaleza autorrealizativa, este abismo entre habilidades no puede existir, todas ellas deben
integrarse en un todo singular y sólo en cuanto engloba en su totalidad dichas abilidades,
puede concebirse como autorrealizativo475.
Desde el punto de vista de la autorrealización, no hay una separación radical entre
la vida de un individuo y la de la civilización en la que está integrada. Cada individuo se
encuentra en una relación con sus acciones pasadas y en relación con la influencia que sus
acciones tienen en otros. Por tanto, el mero hecho de vivir en una época determinada
distingue a dicho individuo de otro que hubiera vivido en otra época476.
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La determinación histórica del hombre e incluso la valoración de sus límites difiere
en cada civilización477. Desde el punto de vista de la autorrealización, no hay aspecto de la vida humana
que no esté determinado por la situación histórica en la que vive478.
Si esto cierto, ¿puede la metafísica ser una excepción? ¿Acaso no estará también
determinada históricamente?479 Se puede alegar por un lado, la búsqueda de verdades
intemporales mas allá de la historia; se puede interpretar como antes a la metafísica como
una forma transhistórica de la autorrealización. Más, en la medida en que el hombre es un
proceso autorrealizativo, no deberá lo transhistórico integrarse con lo histórico y verse por
tanto, imbuído de historicidad?480
Toda la argumentación anterior lleva a una noción totalmente distinta de la
metafísica. Esta, en vez de definirse como un camino hacia verdades intemporales, se
define como una actividad que parece dirigirse a lo que parecen verdades intemporales, desde el punto de
vista y dentro de los límites de una situación histórica481. Toda metafísica, desde esta óptica, se reduce a una
serie de cosmovisiones (Weltanschauungen) históricamente relativas482.
La consecuencia que se deriva de todo esto es que la metafísica es desbancada,
reemplazada, suplantada o sustituída por la historia483. El metafísico y el historiador se
postulan como opuestos: aquél, que vive de acuerdo con una Weltanschauung determinada,
no reconoce la relatividad histórica484 y éste, el historiador, afirma la relatividad de toda
cosmovisión, superando cualquier limitación metafísica485.
La postura del historiador acerca de la Weltanschauung es incompleta por cuanto
debe ser reformulada en cada edad o periodo histórico, y es completa, en tanto que no da
lugar a una investigación independiente que busque una verdad metafísica486. Este concepto
es la definición misma de historicismo487. A pesar de la polisemia de este término, solamente
hay una definición clásica, y por tanto, se define como “(…)la posición que afirma que todas las
Collingwood, concretamente de su obra An Essay on Metaphysics. No está de menos traducir lo que el propio
Fackenheim afirma en su versión del texto del 1961, nota a pie de página 33:
“Esta es la postura adoptada, por ejemplo, por Collingwood en Un Ensayo acerca de la Metafísica. Resulta instructivo
apuntar, que no obstante, es un pensador demasiaso sutil para permanecer en dicha postura. Más bien considera que la creencia
en la metafísica consiste en Weltanschauungen históricamente cambiantes partiendo a su vez, de una tesis metafísica de
distinto orden, siendo dicha tesis que la mente cambia a través de la historia porque se identifica con sus propias funciones
autoconstituídas”. En negrita, están las cursivas del original.
487 MH, pág. 61.
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cuestiones filosóficas se ven desbancadas por cuestiones históricas”488. Por tanto, y partiendo de la
definición que da Leo Strauss, el historicismo es “la afirmación que la distinción fundametnal entre
cuestiones filosóficas e históricas no puede en último término, mantenerse”489.
2.5.10. Hegel
Sin embargo, resulta más facil refutar el historicismo que entenderlo o asumir el
reto que impone496. Esa respuesta la ofreció Hegel, incluso antes de la aparición en escena
del historicismo. Si el ser humano se autorrealiza, debe estar compuesto de elementos
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finitos/o/ubicados/situados y de elementos infinitos/o/no situados, ubicados497. Lo finito
es el ámbito de lo humano y lo infinito, del autoreconocimiento filosófico498. Según Hegel,
esta autorrealización pasa necesariamente por la integración en una unidad, aunque ambos
aspectos sean irreductibles entre sí499. La reducción del infinito a lo finito sería volver al
historicismo y si lo finito se reduce a lo infinito, el hombre dejaría de ser humano500.
Fackenheim cita al maestro partiendo de su Filosofía de la Religión cuando afirma aquello de:
“(…) Me elevo en pensamiento a lo Absoluto… de este modo, siendo consciencia infinita; sin embargo, al
mismo tiempo soy consciencia finita…Ambos aspectos se buscan y huyen de sí…Yo soy la lucha entre
ambos”501.
No obstante, dicha unidad al final se pierde con Hegel, que acaba eliminando,
negando el aspecto finito del hombre para recalcar su infinito, permitiendo de este modo,
la reflexión filosófica502. Sin embargo, lo que ha imposibilitado la síntesis hegeliana han sido
los acontecimientos históricos y ello ha hecho imposible, la recuperación del pensamiento
hegeliano para el presente503.
por Speirs y Sanderson. London, Kegan Paul/Trench/Truebner and Company, 1895, Vol. I, pág. 65 (Werke.
Berlin, 1840, vol. XI, Pág. 64). Nota a pie de página 39 de Fackenheim.
502 MH, pág. 69; ; KSH, pág. 140.
503 MH, pág. 69-70; KSH, pág. 140. En la nota a pie de página 41, Fackenheim clarifica este último punto, en
una encarecida defensa a ultranza de su amado Hegel, a quien desea proteger de todo lo que le vino después.
Dos defensas son posibles:
a) Hegel se negó a predecir el futuro, no sólo la historia futura sino las futuras interpretaciones
filosóficas de la historia
b) El énfasis que Hegel pone en la transhistoricidad de la verdad filosófica y religiosa.
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c) Los aspectos que se repelen o rechazan, lo deben hacer porque si se unieran o
encontraran, el resultado sería un historicismo que se refuta a sí mismo o la
elevación hegeliana del hombre frente a la Humanidad504.
Si el ser humano es autorrealización, entonces el hombre no solamente está
implicado en esa lucha que hemos mencionado antes: esta lucha constituye al mismo
hombre505.
De aquí surge la pregunta: ¿Puede el hombre ser este conflicto, esta lucha de
contrarios y a la vez, ser capaz de elevarse a un grado de autocomprensión filosófica? La
respuesta a dicha pregunta se ha visto respondida por el existencialismo de la época actual
(los años 60 del siglo XX). Según ellos, el ser humano y el conflicto irresoluble, que
constituye su esencia, se manifiesta en multitud de formas. Dichas formas son
cualitativamente distintas entre sí, porque el ser humano se reconoce a sí mismo como un
conflicto irresoluble506. Este reconocimiento es a su vez, una forma del conflicto, ya que si
superara la lucha mismo, no podría ser resoluble, a la vez que es cualitativamente único por
que entiende el conflicto como principio y como totalidad507.
Esta doctrina supone una forma nueva de “cognición metafísica”. No se puede
adoptar aquí la tradicional postura de un sujeto cognoscente separado que contempla un
objeto o un mundo de objetos. El sí mismo-como-conflicto no puede subdividirse en dos
pseudorealidades distintas, un sujeto y un objeto no implicados en el conflicto508. La
autocomprensión filosófica del individuo se deriva de una autodefinición, y ésto sólo es
posible, mediante una radical autotranscendencia, se de cuenta de las limitaciones en el
intento509. Aunque este esfuerzo deba ser radicalmente individual, hecho por cada uno mismo510, el
conocimiento que se obtenga es radicalmente universal511. El individuo ha llegado a la
autocomprensión filosófica512. De todo esto se deriva la necesidad de un concepto nuevo
en la ontología de la autorrealización humana, un concepto que supera los conceptos de
situación natural e histórica. Este nuevo concepto es el de situación humana513.
Este concepto complementa a los de situación natural e histórica, y no lo limita de
forma adicional. Es el substrato ontológico de ambos y sólo se puede individuar en la
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situación natural y en la situación histórica514. El reconocimiento de la situación humana
sólo se alcanza cuanto se entienden las situaciones natural e histórica de forma radical,
como manifestaciones de una condición universal. Solamente es la radicalización de las
situaciones natural e histórica lo que permite la manifestación, la epifanía de la situación
humana515.
Para entender que supone cada uno de estos tres conceptos, hay que entender en
qué contextualización o frente a que momentos de la realidad humana pueden equipararse.
El descubrimiento de la situación natural se entiende en el contexto de la infancia, de la
enfermedad o de la fragilidad de la vejez. La situación humana se entiende en el contexto de
una cierta autotranscendencia, que la temporalidad y mortalidad son parte y porción de la
condición humana. La situación histórica se nos revela al ser consciente de las limitaciones y
oportunidades de la era atómica, que la historia es el conjunto formado por necesidad y
libertad, y que estar sujeto a la contingencia y verse retado a la realización de la libertad es
parte constitutiva de la condición humana516. Se puede llegar pues a dos conclusiones: una,
que la situación humana se manifiesta solamente en las situaciones natural e histórica y sin
embargo, es irreductible a ambas517, y dos, que el renocimiento de la situación humana sólo
se produce en y a través de las situaciones natural e históricas518. Y a pesar de todo, tiene un
carácter de universalidad que supera a estas dos formas de conocimiento519. Esta
universalidad parte de la aceptación particular e única, que alcanza universalidad filosófica
en el moment el que un hombre reconoce su finitud última y aun estando ligado a ella en el
momento de este reconocimiento, se ve cara a cara con la Nada520. La consciencia de una
oportunidad histórica única, distinta de todas las demás, se convierte en paradigma de toda libertad
humana, en el momento el que se acepta la responsabilidad por la Humanidad en su conjunto521. Todo
cuanto ha explicado aquí Fackenheim es la faceta o dimensión existencial de la situación
humana. Sin embargo, a continuación, nos presente con dos implicaciones derivadas de cuanto
nos ha dicho anteriormente.
de la libertad humana, frente a la barbarie y el potencial que tiene el hombre para hacer el mal. Aquí, creemos
modestamente, puede verse la crítica y ciertamente, la consciencia de lo que supuso la ola de intolerancia y
persecución del nazismo, que precisamente puso en tela de juicio esta responsabilidad por la Humanidad en
su conjunto.
- 141 -
Primera, la radical revisión de la doctrina de la autorrealización humana522.
Si uno acepta solamente la situación natural, precisa algo exterior al hombre como
condición para la autorrealización523. Si uno acepta solamente la situación histórica, se acepta
que hay algo más aparte de la autorrealización que constituye la misma humanidad. Esta, la
autorrealización integra parte de lo histórico en sí mismo y sin dicha alteridad, no se podría
constituir en absoluto524. La autonomía de la autorrealización no se ve afectada mientras
que se acepten las situaciones natural e histórica. El ser humano, en cuanto ser y en cuanto
humano, seguirá siendo un producto humano autónomo525. No obstante, en el momento en el que
uno acepta la situación humana, lo anterior ya no puede aceptarse. Desde esta nueva óptica, la
definición que plantea del ser humano, es la siguiente:
“(…) el ser humano debe ser entendido como algo más que un mero producto y como algo menos
que una autorrealización. En vez de autoconstituirse, debe ser la aceptación o elección de alogo que ya está
constituído, y a la vez, no constituído, porque la aceptación y la elección deben entenderse como parte de su
esencia”526.
Hay una dialéctica presente entre lo que sitúa y lo que es situado527. En este nuevo
estado de cosas, el énfasis se pone entre la autoaceptación y el autoaceptar, entre aquello es
elegido y el que elige528. La sutileza de la argumentación de Fackenheim es extrema, incluso
por propia confesión del autor529. La faceta pasiva/la que es elegida debe ya tener identidad
propia, ya que si no fuera así, la identidad que elige no elegiría, sino que se autocrearía530. Y,
a pesar de todo, la parte elegida no puede ser una identidad, ya que entonces no habría
elección y sería un mero producto.
La parte que elige debe tener su origen en su mismo acto de elección, ya que de
otro modo, no se podría autoelegir, sino que sólo podría elegir ésto o aquello531. Y sin
embargo, si solamente se originase en su acto de autoelección, sería autoproducción. Surge
por tanto, una dialéctica entre el sí mismo y el sí mismo auténtico532. El primero es tanto si se
elige a sí mismo o no, pero es solamente mediante la autoelección que se convierte en el sí
mismo auténtico533. Fackenheim todavía quiere desarrollar más estos dos conceptos534. Ha
- 142 -
habido por tanto, una desplazamiento de la doctrina de la autorrealización hacia la doctrina
de la autoelección, y ello tiene desde la perspectiva de nuestro autor, notables consecuencias
para la metafísica en su conjunto535.
Si consideramos al hombre desde la perspectiva de la autorrealización, la metafísica
siempre será parte del proceso metafísico536 y que por tanto, las verdades metafísicas se
vean afectadas también por este proceso autorrealizativo537.
Pero si consideramos al hombre desde la perspectiva de la autoelección
humanamente situada, esta posibilidad queda excluída. Lo que ubica humanamente al
hombre no es lo que produce el hombre, sino que más bien esta situación, es la condición de
posibilidad de toda producción humana538. Desde esta óptica, “lo otro”, la alteridad que lo
confirma, se convierte en el “Otro” por excelencia539. Este Otro le es al mismo tiempo,
conocido y desconocido540.
Desde la óptica del desconocimiento, si fuera conocido Él, el hombre dejaría de
estar situado. A este nivel, todo conocimiento del Otro es pseudoconocimiento, debido a
una pseudoseparación o pseudotranscendencia de la situación humana541.
Desde la óptica del conocimiento, reconocer su alteridad supone traspasar el nivel
de la ignorancia. La metafísica existencial se basa en el reconocimiento de la situación
humana como un misterio dialéctico542.
Este modo de entender la metafísica o ciertamente esta metafísica, apunta al gran
misterio del Otro que ubica/sitúa al hombre humanamente543, una señalar, una dirección,
una intencionalidad que a la vez, es dialéctica. Expresa una ignorancia que cooce los
fundamentos de su ignorancia o un conocimiento, que sabe cuáles son sus carencias y las
causas de dicha ignorancia. El Otro permanece indefinido, indeterminado y aun así, recibe
nombres, definiciones. Sin embargo dichos nombres expresan un Misterio, no son capaces
de revelarlo544.
- 143 -
2.5.12. Conclusión
Toda la conferencia no ha sido otra más que el intento de mostrar que la doctrina
del historicidad requiere considerar al ser humano como un proceso autoconstitutivo. La
aceptación de este prresupuesto conlleva una serie de provisiones doctrinales. Pero, la
cuestión, es porque debería ser considerado el ser humano bajo dicha perspectiva.
La respuesta a dicha cuestión deberá seguir siendo según Fackenheim, una hipótesis
metafísica. Cuanto viene a continuación, no hará más que apoyar esta idea545.
El origen de la doctrina del ser humano como autorrealización fue planteada por
primera vez bajo la influencia de Kant, en franca oposición a tres doctrinas más546, y al
menos en contra de dos ellas, obtuvo una victoria asombrosa. La primera doctrina era una
especie de substancialismo, que hacía del sí mismo algo sólido, algo material. La segunda
doctrina se oponía a una especie de proceso mental a la manera de Hume. De este modo,
constantemente se ve uno obligado a lucha contra el empirismo por un lado, y por el otro,
a doctrinas de cariz materialista, que intentan reducir el sí mismo a su negación, bajo la
guisa de doctrinas como naturalismo, evolucionismo o behaviorismo. La batalla no cesa en
su empeño y ha habido victorias contundentes. Los grandes triunfadores en este conflicto
han sido Heidegger, Jaspers y Collingwood en el siglo XX, y en épocas pasadas, Fichte,
Schelling y Hegel547.
El tercer campo de batalla de la autorrealización humana se libró frente a un tercer
contendiente, la doctrina clásica de una naturaleza humana permanente548. Este conflicto al
igual que los dos anteriores, ha sido complejo y ambiguo549. Los seguidores de Kant no se
opusieron a esta noción; la divergencia venía de la consideración de una naturaleza humana
entendida como una realidad hecha, anterior a la actuación del ser humano y aun así,
plenamente humana. Según esto, Fichte afirma que el yo/sí mismo (self) debía ser
plenamente autogenerado/autoproducido para tener la categoría de ser sí smismo.
Considerarlo de otra forma constituído por otro, aun cuando este “otro” fuera Dios
mismo, era intolerable metafísica y moralmente550. Autores posteriores se han alejado de la
postura de Fichte. Schelling y Hegel ven la necesidad de una alteridad para la
autoconstitución del yo, aunque mantengan de forma idealista, que en la forma más alta de
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autoconstitución del yo, no permanezca nada del otro551. Kierkegaard lleva la
argumentación a más altas cuotas. El punto en el que cede Kierkegaard es que el lo que es
universalmente humano, tiene límites existenciales claramente delimitados. El sí mismo lo
es en su concreción en seres humanos concretos552. Fackenheim, entonces se plantea si no
sería más práctico, dejar de lado, abandonar la doctrina de la autorrealización humana a
favor de la doctrina clásica de la naturaleza humana. Siquiera Aristóteeles negó la
posibilidad de que la racionalidad, esa característica tan intrínsecamente humana, no es
actual hasta que el hombre la actualiza553, sin que por ello, negara que dicha racionalidad era
un elemento potencial integrado en la naturaleza humana.
La pregunta que formula literalmente es, ¿qué pasaría si el pensamiento especulativo
puediera contemplar la situación humana, del modo en que lo describen los filósofos existenciales y ser capaz
de identificar una naturaleza humana que fuera su fundamento ontológico?554 Pensadores como
Kierkegaard, Jaspers y Buber objetarían que el sí mismo/yo no puede ser el objeto de
pensamiento especulativo, que la situación humana sólo puede considerarse
existencialmente y que no puede ser el objeto de consideración reflexiva/especulativa. De
todo ello se deriva que cualqueir intento de encontrar una naturaleza humana como
fundamento de la situación humana será un estrepitoso fracaso555. Y aun en el caso de
ofrecer un concepto de naturaleza permanente, ésta quedaría descartada inmediatamente
como una cosificación, como la mera construcción de un objeto556. Fackenheim duda que
se puedan esgrimir argumentos a favor de esta naturaleza permanente, pero ve la
posibilidad de un diálogo557. Hay un hecho a favor de esta posibilidad. En su forma
existencial, la doctrina de la autorrealización humana ha llegado a la conclusión que una
realidad externa al hombre tiene un lugar en la constitución del ser humano, en cuanto ser y
en cuanto humano558. Dicha realidad externa no puede ser natural ni ser menos relevante
que lo humano, ni tampoco puede ser acción histórica que sólo sea humana. Sin embargo,
ésta ha sido una postura que la doctrina clásica de la naturaleza humana ha sostenido,
mantenido o implicado siempre559.
- 145 -
2.5.13. El epílogo de creyente
“El Museo Británico posee un volumen de Schelling con notas marginales de ni más ni menos que Samuel
Taylor Coleridge. En la página nueve de dicho volumen Schelling escribe: “Ich bin, weil ich bin. Das
ergreift jeden ploetzlich.” ”Soy porque soy. Esta verdad se apodera, de repente, de todos”. Escribiendo bajo
la influencia de Fichte, Schelling aquí afirma que el así mismo es la fuente absoluta de su autoconstitución,
y que en los grandes momentos intuye este hecho. Coleridge comenta, de forma ingenua y aun así, con la
mayor profundidad: “Jeden?” “¿Todos? Lo dudo. Muchos podrán afirmar: Yo soy porque Dios me
hizo562”.
560 COLERIDGE, Samuel Taylor (1772-1834), poeta, filósofo y crítico inglés. Su padre, clérigo lo envío al
Jesus College, en Cambridge en 1791, donde rápidamente se imbuye del frenesí de ideas revolucionarias que
vienen de Francia. De su convulsa vida, destacaremos su amistad con William Wordsworth. Con él, publica
las conocidas Lyrical ballads y se encamina a Alemania, concretamente a Göttingen, donde asistirá a la
universidad, dominará el alemán y su perspectiva vital e intelectual cambiará para siempre. Adicto al opio
hacia 1801, a partir de 1816, su carrera poética despunta hasta su fallecimiento en 1834. Uno de los grandes
hitos de la vida de este gran poeta inglés, de notable influencia en su vida, fue el hecho de introducir el
Idealismo Alemán en la cultura anglosajona, fruto de su estancia en la patria de Goethe.
561 MH, pág. 100; KSH, pág. 147.
562 La referencia completa es: SCHELLING. Schriften. Landshut, Bei Phillip Krüell, 1809, pág. 9, Werke I, 168.
- 146 -
2.6. La dimensión religiosa del pensamiento hegeliano (1967/1982)
Dentro de los estudios dedicados a la obra de Hegel, la obra que nos ocupa tiene un
especial parangón, equiparable en muchos sentido al Sujeto-Objeto de Ernst Bloch. Hegel,
que había sido uno de sus intereses desde su juventud. Es fruto de una dedicación ejemplar;
en su autobiografía, nos recuerda que en el interludio escocés, combinaba la pasión por la
filosofía árabe medieval, con el ejercicio de “entrenarse una hora diaria leyendo a Hegel”563. Unos
oho años más tarde, incardinado en la Universidad de Toronto en 1948, se acerca con
cierto temor al nuevo jefe del Departamento de Filosofía Fulton Henry Anderson (a raíz
del fallecimiento de G.S. Brett), para plantearle la enseñanza de Hegel y del Idealismo
Alemán y en sus propias palabras, cuando éste le pregunta: “Pero, ¿tú entiendes a Hegel? La
pregunta de Fulton Henry fue como un ataque. “Sí” dije, mentí y me dediqué a enseñar la Fenomenología
hasta mi jubilación”564.
Este el gran estudio que hace nuestro autor acerca del profesor de Jena y
compañero de estudios de Schelling y Hölderlin. Dedicada a Rose a su mujer Rose y sus
hijos Michael, Susan and David, hace un repaso al conjunto de la obra del más destacado
representante del Idealismo Alemán. Esta obra es un estudio sistemático de la obra del
profesor de Jena, aunque con especial hincapié en la dimensión religiosa.
Hegel de forma específica es abordado en varias partes de su obra: en los Encuentros
entre el judaísmo y la filosofía moderna565, en dos ensayos de La vuelta de los judíos a la historia,566
Reparar el mundo567 y Los filósofos judíos y la filosofía judía568. Esta obra es esencialmente un
estudio académico de la obra del profesor de Jena y como tal, la consideramos.
y cap. 9 (Demythologizing and Remythologizing in Jewish Experience: Reflections Inspired by Hegel’s Philosophy), pág. 112-
126.
567 MW, segunda parte, “The Shibboleth of Revelation: From Spinoza Beyond Hegel”, pág. 105-146; (versión
castellana: III. El “Shibboleth” de la Revelación. Desde Spinoza a más allá de Hegel), pág. 131-178.
568 JPH, cap. 2 “Samuel Hirsch and Hegel”, pág. 21-40.
- 147 -
Samuel Hirsch John Simon Guggenheim
- 148 -
Según consta en la introducción, la vigencia del pensamiento de Hegel es
considerable según Fackenheim. El Idealismo Alemán se expresa a través del
existencialismo pero también por sí mismo. El plan inicial del libro era un estudio de la
relación entre religión y filosofía que fuera desde Kant hasta Kierkegaard, orientado del
todo a teólogos, filósofos y estudiosos del tema576. El problema que plantea Hegel es que su
pensamiento religioso no es separable del conjunto de su obra. En cierto modo, esta obra
por confesión del propio Fackenheim es la primera de dos partes, siendo la segunda la que
deberá dedicar a Kant, Fichte, Schleimacher y Schelling577. La obra está pensada para
especialistas y todo el aparato crítico está al final. La beca de investigación John Simon
Guggenheim le permitió dedicar el periodo de 1957-1958 a la redacción de esta obra y el
apoyo constante de su departamento en Toronto. El prefacio es de abril de 1967.
La admiración por la obra de Hegel es manifiesta a lo largo de la introducción de
Fackenheim. Lejos de sus detractores, nuestro autor enfatiza las similitudes y cercanía del
profesor de Jena con pensadores existencialistas como Kierkegaard, Heidegger y Sartre, etc.
Los grandes estudios se han realizado por detractores y no por estudiantes rigurosos de sus
planteamientos filosóficos. Las tradicionales interpretaciones del autor de la
Fenomenología estan cayendo en descrédito y Fackenheim apoya dicha tesis con cuatro
argumentos incuestionables578:
- 149 -
(tan del agrado de intérpretes como Karl Korsch o el revisionismo de principios del
siglo XX), sino que lo que hace es integrar, asumir, concentrar dichas fragmentaciones
filosóficas en su obra consolidada.
- 150 -
Facsímil del interior de la obra
Sin embargo, plantear esto es de una enorme incoherencia. Si existe una dependencia de la
religion cristiana, ¿dónde queda su autonomía como un sistema racional?; por otra parte,
¿cómo puede –con o sin la asistencia de la religion cristiana- cómo puede haber un sistema
de pensamiento omnicomprensivo, que a su vez, reconozca la realidad de lo contingente,
fragmentario y finito?586 El proceso que va desde la filosofía pagana, que aspira a la
divinidad y al absoluto, la división entre quien aspira a superar el mundo y quien se ve
condenado a vivir en él, se ve apoyado con la incursión de Cristo en el mundo, que hizo
posible, la conciliación de contrarios entre el mundo feudal y el cielo cristiano587. El
Protestantismo, con inusual fuerza y los nuevos aires del Renacimiento, hicieron posible
una inversion de ese status quo, que tanto favorecería al pensamiento hegeliano588. Este, coge
las aspiraciones del cielo católica y los traslada a la tierra, como esa “Nueva Jerusalén” de la
que hablara Calvino. Y, sin embargo, hay otra fuerza que se manifiesta en una renovada
confianza del hombre en sí mismo, una fuerza que aboga por una mayor autonomía del
mismo y que imbuye su ciencia, su tecnología, su moralidad y sus instituciones políticas.
Esta dualidad de tensiones es recogida por Hegel: aspira al conocimiento de Dios pero no
586 RDHT, pág. 9-10. Este aspecto de la particularidad frente a la universalidad tiene especial importancia
para la consideración del judaísmo en el sistema filosófico hegeliano.
587 RDHT, pág. 10.
588 RDHT, pág. 10-11.
- 151 -
renuncia a la sabiduría del mundo. Se complementa una Razón que no puede existir sin un
mundo y un mundo, que busca superar toda contingencia589.
La importancia que le concede Fackenheim a Hegel (y sus explicaciones como él
mismo admite, son del todo insuficientes590) viene del reconocimiento que le da a tres
aspectos principales de su pensamiento:
a) La confianza religiosa moderna de un Dios infinito, que transcendiendo el mundo
infinito, ha entrado en él, y lo ha redimido;
b) La confianza secular moderna, que se encuentra de forma inmanente, en las
aspiraciones infinitas de la cultura moderna, y
c) La confianza en un pensamiento filosófico que haga radicalmente inteligible lo que
ya de por sí, es una realidad presente591.
Resulta curioso que en obras posteriores a partir de los años setenta, los tres temas que
mencionamos, quedan ante todo, reflejadas en la obra La Presencia de Dios en la historia, que
comentamos en el capítulo octavo de nuestra tesis. Por tanto, nuestro tratamiento de esta
obra, a pesar de la pasión manifiesta por el profesor de Jena, queremos que sea,
esquemático, puesto que no se trata tanto de Hegel, cómo en qué medida Hegel se
relaciona con el pensamiento judío posterior de Emil Fackenheim. Lo que es cierto es que
en una comparación con el mundo de hoy, todas las afirmaciones de Hegel se dan de
bruces con la realidad histórica del ultimo siglo. Ejemplos de esto son la pérdida de ese
optimismo decimonónico al que Hegel podía aspirar, el colonialismo del Viejo Mundo, la
pérdida de inocencia del Nuevo Mundo (“la tierra del futuro”) con los bombardeos
atómicos de Hiroshima y Nagasaki y finalmente, la barbarie que en Auschwitz mostraron
sus congeneres y compatriotas592. Desde la óptica de Fackenheim, “un judío comprometido
con el judaísmo”, la confianza del secularismo predominante, el “silencio de Dios” y
cualquier síntesis filosófica –ya sea cristiana, post-cristiana o acristiana- resultan poco
menos que inaceptables593. En el espíritu del mismo Hegel, al que Fackenheim con orgullo
proclama su pertenencia, el mismísimo Hegel no podría ser hegeliano. Las incongruencias y
- 152 -
protestas presentes en autores como Karl Barth, Martin Buber, Jean-Paul Sartre y Martin
Heidegger no podrían, por menos que verse apoyadas por el profesor de Jena594.
Muchas de las reflexiones o puntos en los que incide Fackenheim formarán parte de la
segunda parte de su obra, principalmente, este peso del mundo secular (aplicado al
judaísmo), el eclipse de Dios, la pérdida de la inocencia humana tras Auschwitz. Hablar de
Hegel es también hablar de Fackenheim y también es compromiso con el judaísmo. Pero
precisamente por las interpretaciones tendenciosas que de su obra se han hecho, se hace
preciso una relectura de su obra y de su pensamiento, y la fuerza de su filosofía sigue
teniendo una influencia perenne en la actualidad. Y es, la unidad radical de pensamiento, la
intuición esencial del Geist hegeliano, lo que reivindica Fackenheim595. Frente a la
fragmentación del pensamiento actual, Fackenheim busca unidad, propósito y dirección596 en
Hegel. Y con ello se vislumbra, una nueva esperanza, un nuevo amanecer:
“Una filosofía que asume esta carga podría convertirse, no solo (como Hegel escribió) el Búho de
Minerva, sino también (como se le atribuye el haber dicho) el gallo que anuncia la venida de un nuevo
día”597.
Sin embargo, la fuerza y la determinación de por mantener la solidez del
pensamiento hegeliano y defenderlo de los ataques de quienes han querido ver en él, los
orígenes de la barbarie nazi es algo a lo que se niega rotundamente Fackenheim. Estos son
por tanto, los presupuestos de los que parte Fackenheim en esta obra. Los capítulos que
siguen son un análisis minucioso de la obra del príncipe del Idealismo Alemán. En la
segunda parte, “La experiencia humana y el pensamiento absoluto”, Fackenheim analiza
las nociones de sistema y de Weltanschauungen, en qué medida se pueden entender la vida
religiosa y el pensamiento filosófico, y algunos elementos de la distinción entre su sistema y
el de Schelling.
En la tercera parte “La Fenomenología del Espíritu”, analiza mayormente como se
conjuga el individuo, lo finito frente al Sistema y por ende, lo infinito. En la cuarta parte,
“El concepto de medida filosófico: La Enciclopedia de las Ciencias Filosóficas”, aborda
dicho concepto, las tendencias de la derecha y la izquierda hegelianas y las mediaciones
entre conceptos como “Naturaleza” y “Razón”.
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En la quinta parte, “El fundamento religioso de la filosofía absoluta”, se contempla
todo el proceso del análisis de los conceptos de religión, autoridad, la concepción cristiana
de la historia, la Encarnación y la Trinidad.
- 154 -
2.7. La búsqueda del pasado y del futuro: Ensayos de teología judía (1967)
Los ensayos que Fackenheim publica en 1967, aunque finalizados en 1967, reflejan
ese punto medio de su obra y el inicio de sus reflexiones filosóficas serias. Es el momento
en el que se da un punto de inflexión entre sus preocupaciones doctrinales y con la
tradición judía, para adentrarse en lo que ya es una preocupación fundamental con la
filosofía de la historia y el despertar frente a la barbarie de la Shoá. La deuda intelectual
hasta ese momento con Hegel está saldada. Sus reflexiones filosóficas y teológicas deben
centrarse y orientarse hacia la configuración de lo que vendría a llamar una teología “post-
Holocausto”, y por tanto, la superación del bache cuasi metafísico que el agujero negro de
la historia ha creado. La obra, dedicada a Herman Schaalman598, escrita de forma paralela y
publicada el mismo año que su gran obra sobre Hegel599, y que contiene un conjunto de 19
ensayos que reflejan sus reflexiones desde 1945 hasta 1967.
598 SCHAALMAN, Herman, (1907-), rabino norteamericano, escogido a dedo por Leo Baeck en Berlín en
1935 para formar parte del del prestigioso Hebrew Union College (Cincinatti, EE.UU.), que junto con Gunther
Plaut, Woli Kaelter, Alfred Wolf y Leo Lichtenberg, formaba parte de la llamada “Banda de los Cinco” (Gang
of Five), siendo el último superviviente de dicho grupo.
599 Aunque el prefacio fue escrito en Toronto, el 4 de octubre de 1967/ Erev Rosh ha-Shanah 5728.
600 QPF, pág. 3-26.
601 QPF, pág. 27-51.
602 QPF, pág. 52-65.
603 QPF, pág. 66-82.
604 QPF, pág. 83-95.
605 QPF, pág. 96-111.
606 QPF, pág. 112-129.
607 QPF, pág. 130-147.
- 155 -
10) El concepto judío de la salvación609;
11) Dos tipos de reforma610;
12) La responsabilidad religiosa por el orden social611;
13) La libertad humana y el poder divino612;
14) La moralidad revelada del judaísmo y del pensamiento moderno613;
15) Acerca del eclipse de Dios614;
16) El judaísmo y el sentido de la vida615;
17) Un judío contemplando el cristianismo y el liberalismo secular616;
18) Acerca de la autoexposición de la fe al mundo secular y, finalmente617,
19) Una respuesta a cinco cuestiones618, seguido del aparato crítico619.
Como indica el subtítulo, esta es una obra de marcado carácter teológico. Hasta la
misma forma ensayística tiene su sentido. Tal y como indica en el Prefacio de la obra,
refiriéndose al carácter filosófico de la obra de Hegel y el carácter teológico de la que nos
ocupa:
“Las dos obras (que me han ocupado el mismo tiempo) están relacionadas en su misma diferencia. En la
obra filosófica todo compromiso teológico se ve suspendido por la reflexión; en la obra teológica, todo
pensamiento filosófico va dirigido a un compromiso. El primero podía y tuvo que ser un solo libro, ya que la
reflexión filosófica puede y debe esperar hasta que esté completa. La segunda podía ser y tuvo que ser un
libro de ensayos, ya que la teología no puede esperar sino que debe hablar cuando el tiempo sea el propicio,
aun arriesgándose al precio que supone la fragmentariedad. En tiempos tranquilos, quizás hasta los teólogos
pueden esperar. Pero, a la presente generación de teólogos judíos aplicadles las palabras de Hillel – ¿si no es
ahora, cuándo?620”621.
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Para Fackenheim, es todo un reto hablar de los últimos veinte años, teniendo en
cuenta el panorama del mundo en que vive. La hegemonía del mundo blanco, etnocéntrico
y cristiano que se ha visto desbordado por el mundo no cristiano y no blanco y un Dios
débil y en declive son puntos que no pueden desestimarse622. Un pensador judío se ve
enfrentado además al universalismo de la teología judía decimonónica, a lo que cabe añadir
los parámetros marcados por Auschwitz y la Guerra de los Seís Días, dirigidos
específicamente a ellos, y de forma específica, a su supervivencia física623. Esta singularidad
supone una ruptura en la comunión con el resto del género humano.
622
QPF, pág. 3.
623
QPF, pág. 3-4.
624
QPF, pág. 15.
625
QPF, pág. 16.
626
QPF, pág. 16.
627
QPF, pág. 19.
628
QPF, pág. 19.
629
QPF, pág. 25.
630
QPF, pág. 26.
- 157 -
combativo, profundo, en ocasiones hermético e incomprendido. Los ensayos reflejan las
inquietudes de un hombre que transita de la comodidad académica al enfrentamiento y a la
lucha de conceptos. Caminaremos, pues, destacando aquellas parcelas de su pensamiento
que puedan ser de utilidad para entender al Fackenheim maduro.
Fackenheim de forma contundente, al final del libro, hace una afirmación de
principios. Las preocupaciones esenciales del pensamiento filosófico-teológico de
Fackenheim se vislumbran en el ensayo postrero. Cinco son las cuestiones esenciales a las
que va a pretender responder Fackenheim a lo largo de su dilatada carrera intelectual:
“1. ¿En qué sentido se puede creer que la Torá sea la revelación divina? ¿Son igualmente vinculantes los
613 mandamientos para el judío creyente? Si no lo son, ¿Cómo decide cuáles observar? ¿Qué status se le
debe acordar a los mandamientos rituales que carecen de contenido doctrinal o ético (por ejemplo, la
prohibición de utilizar ropa hecha de lino o de lana)?
2. ¿En qué sentido crees que los judíos son el pueblo escogido de Dios? ¿Cómo respondes al cargo es la
doctrina de la que varias teorías de superioridad nacional y racial se han derivado?
3. ¿Es el judaísmo la única y verdadera religión, o es una de varias y verdaderas? ¿Tiene el judaísmo algo
distintivo – como en su momento, fuera el monoteísmo – a contribuir al mundo?¿Qué distingue al creyente
judío, del creyente cristiano, musulmán o budista, o del mismo modo, del judío no creyente o del humanista
secular?
4. ¿Puede el judaísmo como religión tener un punto de vista político? ¿Puede un hombre ser un buen judío y
a la vez, por ejemplo, estar a favor de la segregación racial? ¿Puede un hombre ser un buen judío y ser un
comunista o un fascista?
5. ¿La afirmación “Dios ha muerto”, una cuestión que ha agitado a los teólogos cristianos, tiene alguna
relevancia para el judaísmo?¿Qué aspectos del pensamiento moderno crees que plantean un reto más serio a
la creencia judía?”631
Estas cinco preguntas reflejan las preocupaciones de un joven rabino, que elabora
su obra, serán las que tendrán después en sus grandes obras, la respuesta adecuada. Y sin
embargo, en algunos de los subtítulos que acompañan a los ensayos pueden entreverse
cuestiones de carácter esencial. Las preguntas anteceden y suceden en discurso en su obra.
Proceden de obras anteriores y seguirán en obras posteriores. Algunos tienen una fuerza o
reflejan su pensamiento; otros son el fruto de cuestiones del momento. Muchos de los
ensayos sólo se pueden entender a tenor de su obra posterior. Sin caer en el esquematismo
ni en una visión meramente sinóptica, destacaremos los puntos esenciales de varios de sus
ensayos en los siguientes apartados, no resumiendo sino circulando a través de los ensayos
631
QPF, pág. 306-307.
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más significativos a nivel filosóficos (no aquellos que discuten cuestiones internas de
discusión religiosa sino aquellos que tocan los temas fundamentales y filosófico-teológicos),
siendo como serán aquellos enclaves intelectuales en los que se fijará el tono posterior y las
afirmaciones de su pensamiento filosófico ulterior:
2) La tensión existente en el judaísmo sobre qué representa se dilucida en que la verdad del
judaísmo, su particularidad deriva su validez fundamentalmente del hecho que pueda ser
considerada como una realidad universal, verdadera y obligatoria para todos los hombres636.
Este problema deriva de la tensión que una religión revelada se se inmersa y rodeada por el
mundo secular y por otras visiones que introducen el concepto de una religión que debe estar
fundamentada por la razón637. Esta tensión sólo puede entenderse como el carácter
paradójico del judaísmo y de la figura de Abraham, que es “(…) el padre potencial de cada judío
que aspire a ser un buen judío, pues nos enseña a vivir con valentía los principios éticos sometidos a la ley
moral, en una existencia que require el amor divino superando a lo ético si debe ser curado de sus tensiones
trágicas”638 (3. En alabanza de Abraham, nuestro Padre).
632
QPF, pág. 43.
633
QPF, pág. 45.
634
QPF, pág. 46.
635
QPF, pág. 48.
636
QPF, pág. 55.
637
QPF, pág. 59.
638
QPF, pág. 65.
639
QPF, pág. 66.
- 159 -
cristiana), Fackenheim ciñe su argumentación a cómo puede el hombre ser depositario de
verdades reveladas640. El desarrollo de las exégesis bíblicas contemporáneas permite
prescindir del elemento de la Revelación para entender el contenido esencial de la teología
judía. Y es que la Revelación da contenido universal al judaísmo, preservando su particularidad de Pueblo
Escogido. La respuesta no puede encontrarse ni en la ciencia ni en la metafísica641. Cualquier
debate que no pase por la aceptación implícita de la realidad de la revelación, que ello ha
dotado al Pueblo Judío de una tarea especial y de un destino, sólo entonces “(…)resulta
posible interpretar dicha revelación como reto y promesa, sólo entonces es posible para el judío buscar el
contenido positivo de su existencia judía”642 (4. ¿Puede haber judaísmo sin revelación?).
4) El sagrado deber de sobrevivir. El pueblo judío tiene una particularidad esencial, que lo
distingue de otros pueblos, como los pueblos de raza negra y otros que han sufrido
persecuciones. Fackenheim afirma radicalmente la singularidad del Pueblo Judío. La
vocación del pueblo Judío viene esencialmente de la Llamada del Sin Nombre, de la zarza
ardiendo, que aun siendo el Dios de las naciones, tenía una Alianza especial con los
judíos643. La pregunta que surge es si puede mantenerse en la actualidad, ese mismo sentido
de la promesa644. Históricamente ha recibido los embites no sólo de la modernidad, sino de
los propios movimientos de ortodoxia, reformismo e incluso antijudaísmo. La
supervivencia como pueblo y como individuo sólo puede hacerse desde el reconocimiento
de una identidad, que pasa por el encuentro en el Sinaí y el compromiso con el Sin
Nombre, y en la espera de una teleología y una plenitud histórica y escatológica,
determinada tanto por el hombre como por Dios645. (7. La existencia judía y el Dios
viviente).
5) ¿Cómo convergen o se complementan la libertad humana y el poder de Dios? No puede
haber neutralidad en cuestiones de significado ni en cuestiones de verdad. Ni el filósofo ni
el homo religiosus puede dejar de tener esto en cuenta646 (13. La libertad humana y el poder
divino).
* * * *
640
QPF, pág. 67
641
QPF, pág. 73.
642
QPF, pág. 82.
643
QPF, pág. 117.
644
QPF, pág. 121.
645
QPF, pág. 129.
646
QPF, pág. 203.
- 160 -
- 161 -
1968-1996
- 162 -
2.8. Introducción al periodo
647 DEEMS, Charles F. (1820-1893), clérigo norteamericano, metodista, nacido en el estado de Maryland, se
forma académicamente en el Dyckinson College (Pennsylvania, EE.UU.). Ejercería de profesor de lógica y
retórica en la Universidad de Carolina del Norte, pastor en Nueva York durante los últimos 27 años de su
vida. Autor de multitud de obras de carácter religioso, fue el fundador del American Institute of Christian
Philosophy y firmó un documento en el que pedía al Presidente de los Estados Unidos, la devolución de
Palestina a los judíos.
648 FARRAR, Austin Marsden (1904-1968), filósofo y teólogo anglicano, considerado la gran figura del
anglicanismo del siglo XX. Formado en los Clásicos en el prestigioso Balliol College (Oxford), acabaría siendo
capellán y Fellow (miembro del cuerpo directivo) de Trinity College (Oxford). A modo de anécdota, administró
los últimos sacramentos a C.S. Lewis, el conocido apologeta y escritor cristiano inglés y fue amigo también de
su colega J.R.R. Tolkien.
649 BOCHENSKI, Joseph M. (1902-1995), fraile dominico, nacido en Polonia y fallecido en Freiburg, estudió
leyes, economía y se doctoró en filosofía en Freiburg, Estudió Teología Sagrada y se doctoraría en 1940 en
teología. Profesor en Friburgo de filosofía del siglo XX, pertenece al llamado Circulo de Cracovia, que aplica
categorías de lógica formal a a la teología y la filosofía tomistas.
650 HÄRING, Bernard C.Ss.R., (1912-1998), teólogo católico y sacerdote alemán perteneciente a la
Congregación del Santísimo Redentor. Conocido por ser profesor de teología moral y por sus escritos, fue
perito en el Concilio Vaticano II, escribiendo 80 libros y más de 1000 artículos a lo largo de su vida.
651 FACKENHEIM. Emil L. La presencia de Dios en la historia. Afirmaciones judías y reflexiones filosóficas. Salamanca,
Ediciones Sígueme, 2002. A partir de ahora, cuando cotejemos la versión original con esta traducción, a ésta
- 163 -
Tres son los grandes núcleos de la misma:
le asignaremos las siglas GPH(E). Sin embargo, y a pesar de citar la traducción española, las traducciones
contenidas en el texto son las que he realizado yo a partir del texto original (Nota del autor).
Emplearemos a lo largo del texto, indistintamente, términos como “experiencia radical” y
“experiencia raíz”, la “voz imperativa” de Leonardo Rodríguez Duplá en vez de la “voz autoritativa” (que fue
nuestra versión original). Siguiendo en la línea de aclaraciones terminológicas, los términos hebreos se
“españolizarán”. De este modo y dadas las características de la obra, como ya venimos haciendo, Shoah se
convierte en Shoá, “midrash” en midrás/y el adjetivo derivado, “midrásico”, Torah por Torá, etc.
652 GPH, pág. 3-34; GPH(E), pág. 27-58.
653 GPH, pág. 35-66; GPH(E), pág. 59-90.
654 GPH, pág. 67-98 ; GPH(E), pág. 91-128.
655 WIESEL, Elie (1928), Premio Nobel de la Paz de 1986, periodista, escritor, profesor universitario, uno de
los mejores y más destacados divulgadores de la realidad del antisemitismo vivido en sus carnes e
internamientos en Auschwitz y Buchenwald. Su obra es una de las mejores muestras de las facetas múltiples
del sufrimiento humano y de las ansias de superación y resiliencia que de él pueden derivarse.
656 GREENBERG, Irving (1933-), rabino y teólogo, cuyo énfasis en los conceptos de experiencia orientadora y el
- 164 -
Estado de Israel: Su relación”659. El aparato crítico de la edición original no se
reproduce660.
659 JRH, pág. 273-286; GPH(E), pág. 129-142. El texto publicado en 1978 en la obra citada está tomado
anteriormente del Anuario de 1974 de la Encyclopaedia Judaica Yearbook (Jerusalén, Keter, 1974, pág. 152-157).
660
GPH, pág. 98-104.
- 165 -
Elie Wiesel
- 166 -
Kant. El filósofo de Königsberg y el Padre Angélico, el Aquinate, Santo Tomás veían la
mano de la Providencia en la guerra y en la existencia de tiranos como el medio preferido
por el Todopoderoso para sus propósitos y para la generación de mártires664.
Sin embargo, acontecimientos como Hiroshima y Auschwitz dejan poco lugar
confiar en el providencialismo y ciertamente, la historia no es el lugar para buscar lo
divino665. Este rechazo no es factible para el judío, en cuyas carnes se ha cebado más que en
ninguna otra comunidad, el dolor de la ignominia. Su sufrimiento no ha sido precisamente
por desobedecer al Dios de la Alianza, sino precisamente por haberlo obedecido, por haber
permanecido a su lado, por haber proclamado y haber vivido, criado hijos, conforme a los
dictados del Dios de la Historia, con quien el Pueblo Judío ha tenido tan especial relación.
¿Puede la modernidad tener la suficiente fuerza como para rechazar al Dios del Sinaí?
Fackenheim, hombre de fe, insta a no perder la esperanza y a darle al Dios de sus padres,
por lo menos una audiencia. ¿Qué le puede dar fuerza a esa fe primigenia? El título del
libro alude de forma directa a una presencia en la historia; sin embargo, esa presencia tiene
en su concreción su fuerza, es decir, no es una “presencia en general” sino “una presencia a
hombres particulares en situaciones particulares”666. Por tanto, cualquier intento de
convertir dicha experiencia en una burda estrechez mental y peor que eso, una traición667.
Fackenheim distingue entre lo que define como “hechos que marcan una época”
(epoch-making events) y lo que llamaríamos “experiencia raíz” (Root Experience). Hay hechos
que definen momentos históricos (la destrucción del Templo de Salomón, la revuelta de los
Macabeos, el Tercer Jurbán668 y la expulsión de 1492) en ellas se pone en tela de juicio o se
cuestiona la fe, más no se origina nada. Da tres condiciones:
- 167 -
2) La individualidad de la experiencia no es garantía de su carácter de experiencia
raíz. Si ésta no tiene carácter público e histórico, no tiene validez como experiencia
raíz670 y,
3) En la experiencia raíz se un doble componente: la percepción o visión histórico-
natural (por ejemplo, de la división del Mar Rojo) y la percepción o presencia divina.
En la conmemoración de dicho acontecimiento, ¿cómo se transmite o como se
puede experimentar lo último? Es en la accesibilidad (o a la repetición de esta
experiencia) donde puede establecerse la tercera característica de la experiencia-raíz.
Es solamente en la recreación, en la interiorización de dicha experiencia, que el
concepto que nos ocupa tiene validez. Persiste pues, la pregunta, ¿de qué modo
podrá esta recreación llevarse a cabo?671
A tal efecto, Fackenheim nos remite al Moisés de Martin Buber672. Y para ello, Buber
explicita este concepto a través de la noción de milagro. Lo esencial, lo sencillamente clave
para Buber, no que el acto natural-histórico se interprete, sino que se experimente como tal.
La intervención para ese individuo o pueblo crea un sentido de admiración, pero no sólo de
admiración, sino de idoneidad en el momento en el que se produce. Sólo si se produce o se ha
producido en un momento clave, tiene la característica de experiencia-raíz. No hay explicación ni
histórica, ni científica, ni racional que le pueda conceder ese grado de intervención clase, llena de significación
y de sentido para el individuo y el pueblo que lo experimenta. Además, el sentido del milagro no se
contradice con el orden natural, no es incompatible con la causa y el efecto y por tanto, sin
limitación alguna histórica o natural, puede verse que algún tipo de poder está obrando. En
definitiva, es un hecho ordinario en un momento extraordinario. El hecho se produce en una
coyuntura histórica que resulta clave, esencial, irrepetible. Además de ello, no se trata de un
poder “exterior” (divino/mágico) actuando sobre el orden natural. El Único Poder, el
Creador del Mundo se encuentra presente de forma inmediata, dentro y a través del evento
natural-histórico y consigue la admiración de los testimonios allí presentes673. Esta
explicación del milagro sólo puede entenderse en tres niveles distintos de comprensión:
aparato crítico – versión castellana: Moisés, Buenos Aires, 1994 - GPH, pág. 32; GPH(E), pág. 37-38.
673
GPH, pág. 13; GPH(E), pág. 38.
- 168 -
admiración/asombro resultante, sería mera curiosidad pendiente de
explicación;
b) Sin este asombro, no se consideraría dicho Poder como presente, y el
acontecimiento en sí, sería meramente un incidente pendiente de
explicación;
c) Sin tener en cuenta el evento natural-histórico, el Poder Único, o bien se
encontraría en los cielos más allá de la historia o bien, por su mera
presencia, eliminaría cualquier rastro de particularidad histórico. Y sin
embargo, la salvación resultante se ha inserido en el proceso histórico de
toda la Humanidad, o por lo menos, de Israel. Lo que mantiene vivo el
asombro, la captación de este momento, la presencia divina es la memoria
de dicho acontecimiento. Dicho acontecimiento se rememora en la
actualidad y hasta la Era Mesiánica, tiene el poder de influir en el
presente y el futuro, y desde este punto de vista, es una experiencia-raíz674.
- 169 -
que se ha de cimentar una Alianza Eterna. Un mandato ejercido a distancia, de forma
transcendente solamente obraría por su carácter sancionador o coercitivo y no crearía ese
asombro del anterior milagro.
Y aquí introduce Fackenheim la noción paradójica de este mandato. El asombro
frente al mandamiento indica la presencia divina, aunque por su carácter de mandato, lo
que hace es intimidar más que alegrar. El carácter paradójico del mismo reside en dos
consideraciones: 1) el mandamiento, al ser imperativo, afecta a la libertad humana o al libre
albedrío y, 2) Procediendo y siendo Poder Único/divino, destruye la libertad que es
humana677.
La presencia divina por tanto, tiene un carácter dual, del mismo modo, que lo tiene
el asombro que ejerce en los seres humanos. La presencia divina, en primer lugar, como
voz autoritativa destruye la libertad humana y como poder de gracia, restaura, ensalza y exalta la
libertad del hombre como parte de la Alianza. El asombro humano, que se torna terror
frente al mandato divino, también en un segundo nivel, es alegría frente a la gracia que
restaura la libertad humana por su presencia autoritativa678. La recepción y actualización de
dichos mandamientos sólo es posible cuando el hombre asume ambos momentos, el terror
y la alegría, la determinación y la libertad679.
La experiencia-raíz tiene no obstante, dos peligros esenciales que proceden por una
parte, de la historia misma y por otro, del pensamiento filosófico680. En el primer caso hay que
tener en cuenta que la actualización de dicha experiencia-raíz se hace en un contexto
histórico concreto y no se puede anticipar el resultado. En el segundo caso, el pensamiento
filosófico tiene en sus cualidades de generalización, invariabilidad y abstracción, algunos de
los peores peligros para contribuir a la comprensión de este fenómeno. La experiencia-raíz se
caracteriza por su carácter inmediato y de actualización por los creyentes. La reflexión filosófica sobra
la mismo plantea tres contradicciones:
677
GPH, pág. 15; GPH(E), pág. 41.
678 GPH, pág. 16. Para la comprensión de este punto, Fackenheim nos remite al capítulo 14 de su obra
ensayística de 1968 (Cf. QPF, pág. 204-228); GPH(E), pág. 41.
679 GPH, pág. 16; GPH(E), pág. 41.
680 GPH, pág. 16; GPH(E), pág. 41-42.
- 170 -
b) la contradicción existente entre el Poder Divino y la libertad humana y,
c) La implicación divina con la historia y el mal presente en dicho proceso681.
681
GPH, pág. 16-18; GPH(E), pág. 42-43.
682
JBH, pág. 107 (nota 1 del capítulo 1). La traducción es mía (Nota del doctorando).
683
GPH, pág. 20; GPH(E), pág. 46.
- 171 -
2.9.1.5. La lógica de la tozudez midrásica
a) ¿Cómo puede la alabanza a Dios aumentar la gloria divina y sin embargo, que el hombre
no la dé, no la disminuya?, y
b) La distinción entre una Presencia Divina que meramente requiere reconocimiento
humano y una presencia divina con mandato que requiere acción humana684.
En un caso, Dios sólo quiere que se sepa que Él está ahí; en el segundo caso, Su
Presencia supone un vuelco y una actuación en el proceso histórico. La Presencia Divina
irrumpe en la historia, pero no por ello, la finaliza ni la transfigura. A esto cabe añadir, que
incluso en momentos de tan suprema gloria, el Señor de los Ejércitos es consciente que aun
habiendo salvado al pueblo Hebreo, como Señor de la Creación, también ha matado a
egipcios, que son también parte del mundo que Él ha creado.
684
GPH, pág. 23; GPH(E), pág. 48.
685
GPH, pág. 25; GPH(E), pág. 51-52.
686
GPH, pág. 26; GPH(E), pág. 52.
- 172 -
afirma Fackenheim citando a Nahum Glatzer687. El “rostro de Dios” se ocultaba pero
haber esperanzas de su renovada manifestación. La separación de Dios y su pueblo parecía
total, hasta el punto que un telón de acero antiguo, muy anterior al del siglo XX, separaba
según el rabino Eleazar, a Israel de su Padre en los Cielos688.
Hay otro punto no menos importante que los anteriores. El Dios judío cambia su
perspectiva, acompaña y se lamenta de su furia, pero este mismo Dios, la deidad del pueblo
de Abraham, también es Señor y Creador del Mundo, y “Poder Único” de todo lo
existente689. La respuesta, procedente del rabino Joshua ben Levi (III d.C.) que concluye
que no hubo rechazo de un Dios “exclusivo” ni tampoco del Dios “universal”, sino que
ambas visiones estaban co-presentes en su cosmovisión. Los rabinos, “(…) permanecieron
fieles al presente histórico catastrófico, del mismo modo en que lo hicieran frente al pasado de mandato y
salvación. Fueron testimonios tozudos ante las naciones, siendo que el conjunto de la historia tiene necesidad
de redención y está destinada a recibirla”690.
687
GPH, pág. 27. Nahum Glatzer (1903-1990), teólogo y académico judío, nacido en Ucrania y afincado
intelectualmente en los Estados Unidos, especialmente conocido por su biografía de Franz Rosenzweig y la
edición inglesa de las obras de Franz Kafka con la prestigiosa editorial Schocken Books.
688
GPH, pág. 27; GPH(E), pág. 54.
689
GPH, pág. 29; GPH(E), pág. 54.
690
GPH, pág. 29-30; GPH(E), pág. 56.
- 173 -
2.9.2. El reto de la secularización moderna.
- 174 -
No todo requiere ni de todo puede afirmarse certezas con rotundidad; tan inexplicable es la
salvación del pueblo hebreo en el Mar Rojo como lo es, la muerte de un recién nacido693.
Si algo diferencia al deus ex machina del Dios bíblico es la ausencia frente a la presencia.
El uno es una deducción o inferencia lógica a partir de argumentos precisos; el Dios bíblico
crea el cielo y la tierra, se pasea en el Paraíso Terrenal y se manifiesta a Job con todo su
poder, tras haberle arrebatado todo694.
Uno de los ataques a los que debe hacer frente la fe bíblica viene del llamado
subjetivismo de la experiencia de la Presencia Divina. Los presentes en el Mar Rojo
creyeron percibir lo que estaba sucediendo. La admiración presente en ese momento frente
a la acción salvífica de Dios se contempla por el exegeta moderno, como una mera
concatenación de hechos de dudosa interpretación695. A ello cabe añadir que la experiencia
de la Presencia Divina se considera una experiencia “subjetiva”, no comunicable a nadie y
solamente inteligible para aquellos que participan de la misma cosmovisión. A esto
ciertamente cabría argüir que dichos relatos están sujetos a una lógica pre-moderna, en la
que lo que lo que pesa es la autoridad de los textos, concepto que desde la revolución
científica queda totalmente desbancado696. La reflexión racional y científica invalida
cualquier interpretación que no sea la de un acontecimiento natural, sujeto a las leyes
inviolables e inalterables del mundo natural697. La apertura inmediata a la Presencia Divina
solamente se deriva de la fe judía, y la llamada reflexión crítica lo que hace es disipar e
invalidar dicha experiencia698.
- 175 -
inmediatez de la experiencia, el hombre secular (representado por Bertrand Russell)
considera dicha experiencia desde los dictados de la razón y la reflexión filosófica. No
solamente no se pueden reconciliar ambas posturas aunque resulta menos evidente, que
sean irrefutables de forma mutua699. La postura secular para ser válida supondría que la
experiencia de la fe tiene elementos objetivos (acontecimientos naturales e históricos) y
elementos subjetivos (el sentir mismo de la Presencia Divina). Por otra parte, el “poder
único” de la Presencia Divina se manifiesta o se hace presente en y través de un evento
natural e histórico con el propósito de crear un sentido de “maravilla permanente”. El
sentir secular no niega esta Presencia inmediata, siempre que haya una división entre “datos
objetivos” (físicos) y datos subjetivos (psicológicos)700.
El título del apartado refleja la curiosa paradoja (así denominada por Kierkegaard)
de que el secularismo puede por principio ignorar a la fe, pero la fe no puede ignorar al
secularismo. La inmediatez de la fe corre el peligro de ser considerada una mera reflexión
subjetivista reduccionista702.
A vueltas con el acontecimiento del Mar Rojo y la experiencia de la Pascua Judía,
que tiene una fecundidad de inspiración inigualable, parte primero de un texto procedente
del Moisés de Martin Buber, que reproducimos a continuación:
- 176 -
“El auténtico milagro significa que en la sorprendente experiencia del evento, el sistema actual de
causa y efecto se torna transparente y permite una mirada hacia la esfera en la que el poder único, sin
restricción alguna, está operando”703.
703
GPH, pág. 48; GPH(E), pág. 73-74.
704
GPH, pág. 49; GPH(E), pág. 75.
705
GPH, pág. 49; GPH(E), pág. 76.
- 177 -
otra muy distinta, la de su mismo ser. No es lo mismo dejar de creer en algo, que afirmar
que Dios está muerto, o en todo caso, que nunca estuvo vivo. Es una noción más cercana
al cristianismo que al judaísmo y para ser válido, debe tener un carácter universal, teniendo
igual validez para el judaísmo que para el cristianismo. La desaparición de este Dios
también tiene efectos transformadores en el hombre mismo, que debe afrontar un
horizonte sin Dios y debe verselas con una libertad sin parangón, con lo que el fenómeno
tiene una dimensión histórica innegable. El loco de la plaza, ese agorero de la muerte de
Dios, anuncia un futuro desolador, en un estado de soledad suprema. Uno de los
problemas de la negación de lo divino es la exaltación de lo humano o incluso su
divinización y absolutización. Esta idea no tendría mayor oposición del judaísmo si
Nietzsche fuera su único representante, por la existencia de una tradición que engloba a
Ludwig Feuerbach, Karl Marx y culmina en Ernst Bloch. La negación de la alteridad de lo
divino conlleva una afirmación extrema de la libertad humana, libertad que en vez de
encarnarse en individuos o en superhombres, lo hace en comunidades humanas. Este
hegelianismo de izquierdas comparte las aspiraciones mesiánicas del judaísmo, pero niega al
mismo tiempo al Dios de Israel, elevando al hombre por encima de sus límites706.
- 178 -
congéneres que no recen a Dios, porque los nazis pueden acabar sabiendo todavía los hay
vivos, se reconoce la existencia de Dios. En un caso, el drama es espiritual e individual
(paradigma cristiano) y en el segundo, se reconoce que el judaísmo, la vivencia del pueblo
judío sólo tiene cabida en la historia viva, una comunidad que vive bajo el amparo del Dios
de la Historia y que dicho genocidio no tiene ni parangón en la historia judía708 ni precedente en la
historia universal709. Un enorme silencio se cierne sobre la reflexión teológica acerca de la
Shoá. ¿Se puede justificar lo sucedido? Lo que sucedió, ¿puede ser la expiación o el castigo
de pecados?¿El sacrificio de la Cruz es equiparable al de un niño torturado y asesinado
meramente por el hecho de ser judío?. En cualquier caso, la persecución judía tiene un
grado de unicidad y de particularidad que lo vuelven singular.
La desesperación del judío creyente se ve reafirmada por la del judío secular, que se
reafirma en la inexistencia de un Juez y de Justicia710. Y sin embargo, lo que resulta
ineludible es que tanto el judío creyente como el secular no pueden negar la fijación, la
singularidad de la persecución judía que se llevó a cabo. Este pogrom organizado e
industrializado, se llevó a cabo en la comunidad judía meramente hacia el judío, con
independencia de su afiliación político-religiosa-social. Ello conlleva que el judío secular,
aun queriéndose diferenciar y sobrevivir e integrarse respecto de su equivalente religioso,
no puede por menos que subyugarse ante la realidad.
Fackenheim, a lo largo de cuatro fragmentos de texto, analiza las particularidades de
la llamada “voz imperativa de Auschwitz”. Tomando notas de un artículo suyo de 1967711,
explora este concepto. La definición del mismo se refleja en el siguiente parágrafo, que es
una verdadera declaración de intenciones y el testimonio de un filósofo comprometido:
“A los judíos se les prohibe dar victorias póstumas a Hitler. Se le ordena que sobrevivan como
judíos. Se les ordena que se acuerden de las víctimas de Auschwitz para que no perezca su recuerdo. Se les
prohibe desesperar del hombre y de este mundo, y escapar hacia el cinicismo o la transcendencia, a menos que
cooperen en liberar al mundo de las fuerzas de Auschwitz. Finalmente, se les prohibe desesperar del Dios de
Israel, a menos que el judaísmo perezca. Un judío secular no puede creer por un acto de la voluntad, ni se le
puede ordenar que así lo haga…Y un judío religioso que ha permanecido con Dios puede verse obligado a
entrar en relaciones nuevas y revolucionarias con Él. Hay, sin embargo, una posibilidad que es totalmente
impensable. Un judío no puede responder al intento de Hitler de destruir el judaísmo cooperando en su
destrucción. En tiempos antiguos, el pecaso por excelencia era la idolatría. En la actualidad supone
responder a Hitler realizando su labor”712.
708
GPH, pág. 69-70; GPH(E), pág. 95.
709
GPH, pág. 70; GPH(E), pág. 95.
710
GPH, pág. 79; GPH(E), pág. 107.
711 Cf. “Jewish Faith and the Holocaust” (Commentary, 1967); QPF, pág. 17 y siguientes.
712
GPH, pág. 84; GPH(E), pág. 113.
- 179 -
La revelación del Holocausto, equivalente a la del Sinaí según Wiesel, se traduce en
cuatro fragmentos en los que Fackenheim expone sus ideas acerca de este controvertido
momento y punto en su obra. Cada fragmento contiene ideas esenciales que configuran
esta voz autoritativa:
b) Segundo fragmento:
La existencia misma, la supervivencia se torna un deber sagrado. El martirio debe
rechazarse y la gran resistencia es mantenerse vivo. La mejor forma de derrotar al
enemigo es sobrevivir716.
c) Tercer fragmento:
Precisamente porque puede repetirse y puede extenderse a otros lugares, el
recuerdo particular de Auschwitz cobra una inusitada universalidad717.
713 Esto no se menciona aquí, pero sí en una conferencia que impartió en el simposio Ethics after the Holocaust,
que se llevó a cabo en la Universidad de Oregon (EE.UU), entre los días 6 y 8 de mayo de 1996, entre cuyos
participantes estuvieron figuras de la altura de Elie Wiesel y Raul Hilberg.
714 “Lo dedico a todos aquellos a lso que no les alcanzó la vida para contar esto. Perdonadme porque no lo vi todo, no lo recordé
todo, no lo intuí todo”(Cf. SOLJENITSIN, Alexandr. Archipiélago Gulag 1918-1956. Barcelona, Plaza y Janés,
1974, pág. 15).
715 GPH, pág. 85-86; GPH(E), pág. 114-115.
716 GPH, pág. 86-87; GPH(E), pág. 115-116.
717 GPH, pág. 87-88; GPH(E), pág. 117.
- 180 -
d) Cuarto fragmento:
Se requiere del recuerdo de Auschwitz que el judío creyente mantenga su muchas
veces problemática relación con Dios y que el judío secular no emplee la barbarie
como una excusa para negarlo a Él718.
- 181 -
2.10. La vuelta de los judíos a la historia (1978)
Diez años después de God’s Presence in History, Fackenheim obsequia a sus lectores
con otra colección de ensayos. Esta obra, publicada por la prestigiosa Schocken Books, en su
primera edición de 1978, representa en no poca medida, la ampliación de algunas de las
intuiciones que sobre la secularización, el mandamiento 614 y el estado de Israel se han ido
forjando en la mente de tan singular autor. El libro está dedicado a la memoria del teniente
coronel Jonatan Netanyahu, “liberador de los cautivos de Entebbe y estudiante de filosofía”720. En
esta dedicatoria, puede interpretarse ya, una cierta actitud beligerante y reivindicativa en
Fackenheim. El volumen viene inspirado en el apartado de agradecimientos por un viaje
del autor y su esposa, propiciados por la Federación Mundial de las Asociaciones de
Bergen-Belsen, que les llevó primero al campo de concentración antes mencionado
posteriormente a Jerusalén721. Cinco veranos dedicados a la investigación financiados por el
Consejo de Canadá le permitieron la redacción de la obra722.
Una foto del soldado y la tumba del soldado y héroe de Israel Jonatan Netanyahu
720 NETANYAHU, Jonatan (1946-1976), el hermano menor de Benyamin Netanyahu, primer ministro de
Israel. Formado en Wyncote, Pennsylvannia (EE.UU.). Cursó estudios de filosofía y matemáticas en la
universidad de Harvard, estudios que abandonó dada la situación de guerra en Israel, brevemente pasando
por la Universidad Hebrea de Jerusalén. Participa con el Mossad y fuerzas de élite israelíes en una de las
operaciones que ejecutaría a terroristas que participaron en la masacre de los Juegos Olímpicos de Munich en
1972. Participó en la guerra de Yom Kippur en octubre de 1973. Falleció el 4 de julio de 1976 como
consecuencia de participar en la llamada Operación Entebbe, una incursión militar en contra de terroristas que
habian secuetrado un vuelo de Air France, que fue llevado a la Uganda de Idi Amin. Se le considera según
muchos, el único israelí fallecido en dicha operación.
721 JRH, pág. IX.
722 JRH, pág. IX.
- 182 -
El prestigio intelectual de Emil Fackenheim ya viene indicado en uno de los
ensayos contenidos en este libro, (concretamente el decimotercer ensayo de la tercera
parte), que bajo la sombra de las conferencias tituladas The Yaacov Herzog723 Memorial
Lectures, llevadas a cabo en la McGill University (Montreal, Canadá), concretamente el 27 de
noviembre de 1974724, publicado cuatro años antes en honor al diplomático israelí que lleva
su nombre. Dichas conferencias que empezaron a impartirse en 1972, sólo tuvieron como
ilustres antecesores, a Isaiah Berlin725 y al profesor S.D. Goitein726 y tendrían su seguimiento
en nueve conferencias más, que configurarían un volumen único.
723 HERZOG, Yaakov (1921-1972), diplomático israelí, nacido en Irlanda, cuyo hermano llegaría a ser el
sexto Presidente del Estado de Israel. Formado como abogado en la Universidad Hebrea deJerusalén,
doctorado en Ley Internacional en la McGill University (Montreal, Canadá). Trabajó en el Ministerio Israelí
de Asuntos Exteriores. Delegado en la Embajado de Israel en Estados Unidos (1957-1960), fue em
embajador israelí en Canadá de 1960 a 1963. Su prematuro fallecimiento sin duda, truncó mayores logros. Es
célebre el 31 de enero de 1961 en la McGill University (Montreal, Canadá), el debate radiofónico que mantuvo
con el gran historiados Arnold J. Toynbee, que creó polémica al describir este al Estado de Israel como un
fósil de la historia y que se puede escuchar de forma íntegra, en Youtube (The Herzog-Toynbee Debate.
Dividido en varias partes donde hablaría de la actualidad del Estado de Israel, de la moralidad e historia de la
misma, la consideración del Estado de Israel como fósil y como nación viva, el derecho de los judíos a la
tierra de Israel y el empleo de refugiados como escudos humanos), donde el verbo mordaz, culto y brillante
del joven diplomático se las veía con la serenidad alterada de una viejo académico, al que incluso su mujer le
comentara que no participara. Un artículo en la revista cultura judía The Tablet (31 de enero de 2014)
contempla y amblia la información del debate (“When an Israeli Ambassador Debated a British Historian on
Israel’s Legitimacy – and Won”).
http://tabletmag.com/jewish-news-and-politics/161156/herzog-toynbee-1961
724 The YAACOV HERZOG MEMORIAL LECTURE. Israel and the Diaspora: Political Contingencies and Moral
Necessities Or The Shofar of Rabbi Yitzchak Finkler of Piotrkov. Presentada en Montreal, McGill University, 1974
(27 de noviembre). Jerusalem, The Jerusalem Post Press, 1974, 45 páginas.
725 BERLIN, Isaiah (1909-1997), el ilustro pensador judío de origen ruso, filósofo, historiador y teórico de las
ciencias políticas, uno de los grandes pensadores liberales del siglo XX. Su aportación al texto, “Yaakov
Herzog- A Tribute)” (pág. 3-6) es uno de los más bellos elogios que una persona puede recibir.
726 DOV GOITEIN, Shelomo (1900-1985), etnógrafo, historiador y estudioso del mundo judío en la cultura
- 183 -
Leo Yaffe Isaiah Berlin Shelomo Dov Goitein
727YAFFE, Leo (1916-1997), químico nuclear canadiense, que desde 1974 hasta 1981 ostentó el cargo de
Vice-Decano de la McGill University, en Montreal (Canadá).
- 184 -
Es el autor de más de 125 artículos acreditados y recensiones en varios ámbitos de la filosofía
medieval, árabe y judía. Huelga el decirlo, su fama le ha obtenido sendos premios. Ha sido entre otros,
Guggenheim Fellow, ha sido conferenciante Santo Tomás de Aquino en la Universidad de Marquette. Ha
obtenido varios premios honoríficos, de la Laurentian University, de la Sir George William University, del
St Andrew’s College y es miembro de la Royal Society of Canada. Se le conoce por sus afirmaciones
mordaces y provocadoras y ha accedido a contestar preguntas al final de la conferencia”728
- 185 -
identidad judía, sino en la dimensión política y teológica y las complejidades del primer y
único estado de Israel en la historia.
a) el rechazo absoluto al mundo secular moderno, con lo nos veremos atacados por la
autonomía racional de la ciencia738;
b) el llamado “fundamentalismo de los intelectuales”, una especie de aislacionismo de
los aspectos más incómodos del mundo secular, en una actitud de “horror estético-
aristocrático” frente a los aspectos “plebeo-democráticos” del mundo moderno739;
c) Otra posibilidad es la huída que ofrece el misticismo, aunque esta fuga del mundo
es algo impensable en el judaísmo, especialmente si consideramos que Dios ha
hecho el mundo para que el hombre viva en él740;
d) La cuarta opción es el llamado liberalismo religioso decimonónico. El propósito del
mismo era encontrar la aprobación entre judíos y cristianos de los valores ilustrados
–libertad, progreso, etc- en un ambiente generalizado de optimismo y no de
- 186 -
derrota741. Sin embargo, es en la realidad histórica del compromiso que Fackenheim
no aprueba. El elemento religioso era una faceta más del elenco cultural que tenía el
ser humano. Tenía ciencia, tecnología, moralidad, política y la esfera de la religión,
que podía dar su versión de los hechos, sin tener un carácter definitorio742.
¿Cuál entonces, debía ser la esfera de lo religioso? Si se considera que lo religioso debe
ser una esfera en condiciones de igualdad con otras, a medida que unos campos vayan en
aumento, más quedará relegada la esfera de lo religioso, a lo que Spencer definió como lo
“incognoscible”, a lo “incontrolable” en el ámbito tecnológico, a lo “numinoso” como lo
definía Rudolf Otto, etc. La dimensión profética, de denuncia, de radicalismo bíblico, de
iconoclastia incluso, quedaba totalmente de lado743. El dilema de la secularización afecta a
judíos y cristianos por igual744. Debe buscarse algun tipo de complementariedad entre
ambas visiones. Si bien históricamente la negación de la metafísica y la religión y de su
ingerencia en la filosofía y en la ciencia tuvo su sentido para el desarrollo de estas, lo cierto
es que la modernidad requiere planteamientos distintos. El respeto por el “cielo” y la
“tierra” requiere de un reconocimiento de la fuerza de ambos. El rechazo de lo religioso
lleva a idolatrías (como lo fuera el nazismo y otras visiones totalitarias) y por tanto, “(…)
mientras que la tierra se le entregue al hombre, no podrá erigir ídolos sobre ella. Y mientras la tierra
permanezca alejada del cielo, resulta imperativo dar testimonio de una gracia que puede descender a esta
tierra y mandarnos participar en su santificación”745.
Diez años después, Fackenheim con seriedad filosófica, el trabajo que había
iniciado en su anterior libro. A lo largo de nueve ensayos, perfila con mayor detalle, muchas
de las reflexiones que habían quedado en el tintero. Los ensayos son por orden: “2. El
mandamiento 614”746, “3. La fe judía y el Holocausto: Un fragmento”747, “4. El pueblo
Israel vive: Cómo ha cambiado mi opinión”748, “Sachsenhausen 1938: Un trabajo
preparatorio para Auschwitz”749, “6. El Holocausto Nazi como un trauma persistente para
- 187 -
la mente no judía”750, “7. La condición humana después de Auschwitz: El testimonio judío
una generación después”751, “8. Transcendencia en la cultura contemporánea: Reflexiones
filosóficas y un testimonio judío”752 y finalmente, “Desmitologización y remitologización
en la experiencia judía: Reflexiones inspiradas por la filosofía de Hegel”753.
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judíos y cristianos es una de ellas759. Contrariamente a lo que pudiera pensarse, y dada la
unidad en la que cristianismo y judaísmo se univeron en torno al nazismo, lo cierto es que
Fackenheim plantea una unidad de propósito del judaismo con el Islam y el Cristianismo en
torno a la aceptación de un solo Dios y en la relación viviente con Él760. Lo que en algunos
momentos hubieran sido situaciones irreconciliables se ha vuelto circunstancias en las que
los pensadores cristianos han sido uno de los mayores apoyos de Fackenheim761. Si debe
haber diálogo entre judíos y cristianos, no sólo deben rechazarse las acusaciones de deicidio
de antaño y todo el antisemitismo histórico, sino que un cristiano que no tenga en cuenta lo
que pasó en Auschwitz, difícilmente es un cristiano con el que se puede establecer cualquier
diálogo762. A ello cabe añadir, que aunque estas diferencias por razones históricas se hayan
olvidado, permanece el rastro, la profunda cicatriz que no puede perderse en la noche de
los tiempos. Al tal efecto, Fackenheim esgrime la indiferencia ante la Guerra de los Seis
Días en 1967. La soledad de los judíos y el abandono de los mismos frente a la comunidad
internacional era patente763. ¿Por qué? Fackenheim insiste en la no deliberada pero
subyacente insistencia en dar victorias póstumas a Hitler. El judío iba a Auschwitz por ser
judío; el cristiano por ser un santo. Hitler creó una división entre judíos y cristianos que
persiste, en la que el judío se siente abandonado y el cristiano no reconoce abiertamente su
responsabilidad por dicho abandono, siendo que el propio Jesús hubiera ido a dicho campo
de concentración de haber vivido entonces764. En una carta que recibió del profesor Harold
Fisch765 de la Universidad de Bar-Ilan en Israel, se reafirma que la victoria de la Guerra de
los Seis Días reverbera una dimensión religiosa solamente en la medida de su vinculación
con Auschwitz, ya que pesar que la mayoría de los combatientes no hubiera nacido en la
época, un psicólogo que había servido en el Sinaí, le comentó que “(…) los últimos veinte años
han convertido al Holocausto en una experiencia colectiva forzándose de manera consciente o inconsciente en
las mentes de todos, incluso los jóvenes, para quienes la historia judía en la Diáspora se acabara con los
inicios de la independencia israelí”766.
durante el periodo 1968-1971. Se formó académicamente en las universidades de Sheffield y Oxford (Reino
Unido), fue profesor también en la Leeds University y profesor invitado en Brown University (Rhode Island,
New York) y en la Universidad de Yale, entre otros puestos.
766 JRH, pág. 41.
- 189 -
Harold Fisch
- 190 -
japonesa770. A tal efecto, da un ejemplo, el de los permisos de trabajo que se dispensaban en
los campos de concentración, dos en el caso de un hombre capaz, que podían otorgar a
cualquier familiar que fuera capaz de trabajar. Esto para Fackenheim es la muestra suprema
de crueldad y procede de ello, que la persecución judía fuera la más maligna. Hay una
distinción cualitativa entre lo que pasara con las comunidades negras, etc.771
Si a la mera existencia física había amenaza, también hubo un ataque a las creencias de
cada comunidad772. En cierto modo, por la fidelidad a la fe de su ancestros, los
descendientes sufrieron773. Y esto, pone en tela de juicio, la fidelidad a la tradición y a la fe,
y a las consecuencias que le podría reportar como filósofo, como teólogo y como rabino774.
Después de Auschwitz, el mero hecho de ser judío ya constituye un testimonio, sea éste un
judío religioso o no religioso775. Las raíces de este odio no deja de ser el antisemitismo de
antaño, que traducido en su versión secular, significa por ejemplo, la equiparación del
pueblo judío con los demás y la negación de su singularidad, entre otros aspectos776.
- 191 -
La primera de las actuaciones no tenía otro cometido que el robarle de su humanidad a
las víctimas778, en un sistema que carecía de sentido o cuya ficción de sentido se mantenía
una vez que el secreto salió a la luz.
Desde la óptica de la distinción entre superhombres y subhumanos, con tal de
sobrevivir, se pierde la dignidad, entrando en una dinámica de respuestas falsas, que
solamente confirmaban la opinión o la división ideológica779.
En el tercer punto, se alude a la incredulidad del judío, la ingenuidad de considerar
como impensable, la amenaza que se cernía sobre ellos780. Resultaba impensable que la
tierra que los había acogido durante generaciones y en la que eran ciudadanos de pleno
derecho, ahora ejerciera persecución en una dimensión que sobrepasaría cualquier pogrom
medieval. Sin embargo, actitudes como las del obispo Wiedemann de Bremen, contradicen
los esfuerzos de otros miembros de la Iglesia que abiertamente defendían y se oponían al
régimen nazi. La misiva que a fecha de 28 de noviembre de 1938, afirma con rotundidad,
la escandalosa y vergonzosa connivencia entre una parte considerable de la Iglesia alemana
y el régimen nazi, que compartía los prejuicios del antisemitismo cristiano deicida y lleno de
prejuicios de antaño, al afirmar:
Aviv. Nacido en Viena, a los once años emigra a Palestina. Sirvió en la Haganah (organización paramilitar
judía durante el mandato británico de Palestina), fue profesor de la historia intelectual judñia moderna,
llegando en 1977 a ocupar la Cátedra Schreiber de Historia Contemporánea Judía de la Universidad de Tel
Aviv. Es conocido por sus estudios de las raíces del antisemitismo, las relaciones entre judíos y cristianos y la
dimensión religiosa de la política israelí.
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Uriel Tal
La tercera parte contiene los ocho ensayos siguientes, que son “10. De Bergen
Belsen a Jerusalén”782, “11. La etnicidad judía en sociedades democráticas maduras:
Ideología y realidad”783, “12. El dilema teológico-político en el Occidente contemporáneo:
Reflexiones a la luz de la experiencia judía”784, “13. Israel y la Diáspora: Contingencias
políticas y necesidades morales, o, el Shofar785del rabino Yitzhak Finkler de Piotrkow”786,
“14. El antijudaísmo después del Holocausto, la identidad judía y la centralidad de Israel:
Un ensayo acerca de filosofía de la historia”787, “15. Acerca de la vida, muerte y la
transfiguración del martirio: El testimonio judía a la imagen divina en nuestros tiempos”788,
“16. La existencia midrashica después del Holocausto: Reflexiones con ocasión de la obra
de Elie Wiesel”789 y finalmente, “17. El Holocausto y el Estado de Israel: Su relación”790.
Esta parte se centra primordialmente en reflexiones que se vuelven a repetir a lo
largo de su obra, acerca de los matices de la identidad judía, la integración política y social
de los judíos en América, el concepto de Diaspora, los modos en los que se muestra el
antisemitismo y las reflexiones acerca del Holocausto. Destacamos tres puntos
fundamentales: el concepto de supervivencia para la identidad judía, las muestras del
- 193 -
antijudaísmo y el antisemitismo y la existencia judía a tenor del horror de los campos de
concentración.
Si hay dos hechos clave, dos hechos que como Fackenheim refiere son
“acontecimientos que han hecho época” (Epoch-making events), al menos en el siglo XX,
estos han sido el Holocausto y la Creación del Estado de Israel, y que resulta impensable
cualquier reflexión contemporánea sin tener en cuenta estos dos polos791. La Guerra de los
Seis Días puso de actualidad, no sólo la posibilidad de un segundo Holocausto sino el
olvido, la anamnesis, en el que había quedado relegado el primero792. Este por tanto, es un
periodo clave y singular para toda una generación de judíos793. Dos consecuencias se
derivan de estas reflexiones: la primera que no debe volver a ocurrir794 y que debe reconocer la
unicidad de este acontecimiento, que no tiene parangón histórico. Para ello, Fackenheim
esgrime el theologumenon “escándalo de la particularidad”, referido a la resurrección de
Jesús795.
En su esfuerzo por entender lo que le sucedió a su pueblo, como uno de los
“académicos que dedican sus vidas al estudio del Holocausto”796, no se trata solamente de
preservar la memoria del acontecimiento, un registro fiel y fidedigno de la barbarie, sino de
analizar las condiciones en las que el antisemitismo cristiano, alemán y europeo fueron
condición de posibilidad de lo que sucedió797. Fackenheim se ve enfrentado por la
coyuntura histórica a tener que deshacerse de los staques de quienes ven en Auschwitz,
otro Vietnam, o cualquiera de los conflictos de los años setenta y este “escapismo a la
universalidad”, es lo que no puede aceptar de ningún modo798. De esta unicidad, afirma
Fackenheim que la persecución tenía una característica distintiva. Un millón de niños fueron
asesinados por la fe que profesaban sus ancestros799. Es por ello, que Fackenheim no entiende las
llamadas crisis de identidad de los judíos en América800 e insiste como en otras partes de su
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obra y como Milton Himmelfarb801, que “Después del Holocausto, que nadie llame a la
supervivencia judía “mera” supervivencia”802.
Milton Himmerfarb
801 HIMMELFARB, Milton (1918-2006), sociógrafo, formado en el City College (Nueva York) y fue profesor
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resultantes tanto de los países árabes, como de los palestinos806. Sea como fuere, la barbarie
nazi sigue siendo aquella que no tiene parangón y en el fondo, cualquier tipo de
antijudaísmo siguen siendo formas conscientes o inconscientes de dar victorias póstumas a
Hitler807. A esto cabe añadir que cualquier tipo de actuación en contra de los judíos no se
debe a un actuación determinada por parte de ellos. La marca de la unicidad o particularidad o
selección de un grupo y la animadversión, prejuicio u odio hacia ellos obedece a causas más profundas808.
También cabe distinguir entre ser un víctima o recibir un acto recíproco a una agresión
clara. Otra forma es el “self-hating Jew”, el judío que se odia a sí mismo, que es un
problema, no tanto por su condición de ser judío, cuanto lo que es para él, un exilio
forzado que distorsiona la visión que tiene de su identidad judía809. Otras causas pueden
esgrimirse para entender estas actitudes “contra Iudaeos” podrían ser el racismo y e
colonialismo. Lo curioses que donde más se ve presente o tiene sus orígenes en el
cristianismo bienpensante e idealista810. Objeciones a esta postura pueden kla existencia de
actitudes antijudías paganas, o las contemporáneas presentes en actitudes seculares
(nacionalismos de derechas, liberalismo de izquierdas, la idolatría nazi) y lo que tampoco se
puede olvidar es que no todos los cristianos se han visto imbuídos de este odio811. Sin
embargo, Fackenheim diferencia el odio de los nazis que exclusivamente se cebaba en el
hecho de haber nacido judío, no en los vicios o virtudes que pudieran atribuirse a la
comunidad judía812. Fackenheim intenta profundizar si el antijudaísmo forma parte
estructural del Evangelio cristiano813. Pase lo que le pase, hagan lo que hagan, tanto si
obedecen; más aun, este rechazo hasta parece tener tintes hereditarios814. Y cuando se
adentra en el mundo musulmán, si se tiene en cuenta que tanto madre (la fe judía) como la
hija (la fe cristiana) tienen raíces comunes en lo judío, puede entenderse una parte de la
animadversión islámica815. El tema del antijudaísmo/antisemitismo/odio a los
judíos/autoodio de los judíos para sí mismos no tiene fácil solución ni puede desterrarse de
cualquier forma. La identidad misma del pueblo judío pasa por quererse a sí mismo y
después, ser un ejemplo para las naciones, ser el pueblo elegido. A partir de una paráfrasis
de una frase del poeta Yehudah Halevi (1075-1141), nacido en Sefarad (“Jerusalén sólo
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puede ser reconstruída cuando Israel la desee tanto que amemos hasta sus piedras y
polvo”)816, Fackenheim afirma que un judío después del Holocausto podría añadir que “Al
querer las piedras y el polvo de Jerusalén, el pueblo judío podrá reconstruirse después de su mayor catástrofe.
Sólo al reconstruirse a sí misma, se puede convertir en una luz para las naciones”817.
Una y otra vez, al intentar hablar sobre lo inefable, sobre el horror, sobre la Shoá,
las palabras de Fackenheim topan con la dificultad de abarcar conceptualmente, intentar
plasmar con palabras aquello que no puede expresarse, más que con respuestas, solamente
con preguntas. La Shoá es por tanto, en primer lugar, una realidad de la que no puede
haber redención ni perdón posible; en segundo lugar, una actuación dirigida a un grupo con
toda la ferocidad posible y, en tercer lugar, un hecho que exige una respuesta moral y
religiosa que no tiene parangón818. O bien se cae en la consideración de la Shoá como un
secreto incómodo o bien se le trata con indiferencia819.
Fackenheim introduce aquí por primera vez, términos como “El Reino del
Holocausto” y “Planeta Auschwitz”. Hay otros términos parecidos como el acuñado por
Yehiel De-Nur, escritor israelí (1909-2001), que sobrevivió al Holocausto y a su estancia de
dos años en Auschwitz. El 7 de junio de 1961, empleará los términos “Planeta de las
cenizas” en su testimonio ante el tribunal que juzgaba al jerarca nazi.
816 Tomado su más célebre creación poética, el Sefer Ha-Kuzari, parte quinta, sección 27 (Nota 24 del propio
Fackenheim) - JRH, pág. 233.
817 JRH, pág. 233.
818 JRH, pág. 252-253.
819 JRH, pág. 253.
820 JRH, pág. 254.
- 197 -
Sesión 68 de juicio en contra de Adolf Eichmann y De-Nur, el acuñador del término
“planeta de las cenizas”.
- 198 -
Todo el sistema nazi era una organización intelectual destinada a perpetuar los
prejuicios y las creencias antisemitas del Tercer Reich, que se basaba en la clara distinción
ideológica, en el único régimen según Leo Strauss, que fundamentaba su raison d’être en la
distinción entre ario/no judío y judío821, en que el único delito era la existencia misma822.
Incluso, la noción de infierno resulta benigna comparada con los campos de concentración,
ya que incluso el diablo tiene límites, sólo puede tocar a los culpables, pero no a los
inocentes823. Fackenheim insiste (basándose en particular interpretación de la obra de Elie
Wiesel), que si había límites en la misma noción de un mundo imperfecto, esto se
rompieron o se superaron, en el caso del Planeta Auschwitz, del “anti-mundo” por
excelencia824.
- 199 -
2.11. Encuentros entre el judaísmo y la filosofía moderna (1973)
825 Encounters between Judaism and modern philosophy. New York, Basic Books, 1973.
826 Sabio rabino judío, que vivió algunos años y después de la destrucción del Templo de Herodes en el año
70 después de la Era Común por Tito.
827 EJM, pág. 3.
828 EJM, pág. 4-5.
829 EJM, pág. 9-29.
830 EJM, pág. 33-77.
831
EJM, pág. 81-169.
- 200 -
“La idolatría como una posibilidad moderna”832, es decir, en qué medida “otros dioses” han
sustituído al “Señor de los Ejércitos” en la conciencia del mundo moderno y cómo la
experiencia primigenia debe resistir en el mundo moderno y en la conciencia judía. En la
parte final, “El final existencialista y el principio”833 define posturas del judaísmo frente a
las dos figuras más preeminentes del pensamiento contemporáneo, Sartre y Heidegger,
cuyos discursos de forma directa e indirecta entran en conflicto con el curso identitario de
Emil Fackenheim. Sigue el extenso aparato crítico834 y el índice onomástico835. En la
edición de 1994, se le describe al final del libro, como “(…) profesor en la Universidad Hebrea
de Jerusalén. Recibió la ordenación como rabino en 1939 y fue profesor de filosofía en la Universidad de
Toronto desde 1948 hasta 1983, de cuya facultad es profesor emérito”. Residía en Jerusalén en aquel
momento, con su esposa Rose y cuatro hijos.
832
EJM, pág. 173-198.
833
EJM, pág. 201-229.
834
EJM, pág. 233-264.
835
EJM, pág. 265-275.
- 201 -
2.12 Reparar el mundo (1982)
2.12.1. Introducción
- 202 -
Fackenheim el 11 de febrero de 1993 en la Martin Luther Universität, en Halle-Wittemberg,
en Alemania836, en su primera visita a Alemania desde el exilio de 1939.
- 203 -
La conferencia se hizo en el contexto de la recepción del doctorado Honoris Causa
que la Universidad de Halle le hiciera a Fackenheim, propuesto por el profesor Giuseppe
Veltri837, cincuentaicuatro años después de que nuestro autor tuviera que exiliarse de
Alemania. Giuseppe Veltri, formado en filosofía y teología en Siena y Viterbo (Italia),
realiza estudios bíblicos en el Instituto Bíblico Pontificio y en 1990, se forma en la Freie
Universität de Berlín con Peter Schäfer y Carsten Colpe. Ha sido seguramente una de las
figuras más importantes y clave para conseguir que los estudios judaicos tengan una
autonomía y una entidad propias en Alemania y por ende, en Europa. Ostenta también el
Premio para la Tolerancia Emil Fackenheim, que otorga la universidad de Halle para
honrar a su más distinguido estudiante.
El texto de apadrinamiento da notable información, que incluso no se encuentra
presente en su autobiografía de forma explícita:
“El día 12 de mayo de 1999 la Facultad de Filosofía de la Universidad Martin-Luther de Halle
Wittemberg (ubicada en Sajonia-Anhalt en Alemania) le otorgará un doctorado Honoris Causa en
Filosofía al profesor Emil L. Fackenheim. Antes del ascenso de los nazis al poder, la familia del profesor
Fackenheim tenía una larga y exitosa relación con la ciudad de Halle. Uno de sus bisabusleos fue el primer
rabino de Halle. Su abuelo paterno fue un hombre de negocios respetado. Su padre Julius se graduó en la
universidad de Halle-Wittemberg. Recibió su doctorado en leyes en 1910 y ejerció como abogado y notario
en Halle, junto con su tío Adolf Goldberg, que fue asesinado en 1942.
Emil Fackenheim nació en Halle en 1916. Tras graduarse en el Stadtgymnasium de Halle en
1935, prosiguió sus estudios en la Hochschule für die Wissenschaft des Judentums en Berlin. En 1937 se
matriculó también en la Universidad de Halle-Wittemberg para estudiar filosofía con el filósofo kantiano
Paul Menzer y estudios bíblicos e historia de las religiones con el famoso biblista alemán Otto Eissfeldt838.
El 2 de noviembre de 1938, Emil L. Fackenheim fue eliminado de la lista de estudiantes de la
universidad. Después del 9 de noviembre de 1938 fue deportado a Sachsenhausen. Liberado en marzo de
1939, con la orden de abandonar Alemania en seis semanas, fue ordenado por Leo Baeck en Alemania y
logró huir a Escocia, el 12 de mayo de 1939. En 1941, llegó a Canadá como un internado británico. En
Canadá prosiguió sus estudios de filosofía en la Universidad de Toronto. Se convirtió en catedrático en
837 VELTRI, Giuseppe (1958-), filósofo y teólogo italiano, que de 1997 a 2014 fue profesor de estudios
judaicos en dicha universidad y que desde 2014, ostenga el cargo de profesor de filosofía y religión judía en la
Universidad de Hamburgo (Alemania).
838 EISSFELDT, Otto (1887-1973), teólogo protestante alemán. Formado en las universidades de Göttingen
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1960. Desde 1983, ha residido en Jerusalén. Es, en la actualidad, miembro del Instituto de Judaísmo
Contemporáneo en la Universidad Hebrea de Jerusalén.
En noviembre de 1938, Emil Fackenheim fue el último estudiante judío de la Facultad de
Filosofía de la Universidad de Halle-Wittemberg. Hubieron al menos diez profesores judíos entre el
personal de la facultad en 1933, que se vieron obligados a renunciar a sus puestos poco después. Muchos se
suicidaron en los años siguientes. Eran figuras importantes en varios campos: leyes, historia del arte,
estudios orientales, psicología, filología y medicina. Entre ellos estaban académicos ilustres, como el jurista e
historiador Guido Kisch839, que fue también el Decano de la Facultad de Leyes.
El 12 de mayo de 1999, coincidiendo con el sexagésimo aniversario de su huída de Halle, el
profesor Fackenheim será honrado por sus logros académicos en los campos de la filosofía y la teología
judías, y por sus contribuciones a un entendimiento crítico de la historia y de las relaciones entre judíos y
alemanes.
La obra del profesor Fackenheim es especialmente conocida por sus estudios de la filosofía islámica
(Al-Farabi, Avicena), la filosofía judía (desde Maimónides hasta Hermann Cohen y Leo Strauss), la
filosofía alemana (especialmente Kant, Hegel, Schelling) y su pensamiento acerca de la existencia judía y el
pensamiento judío después de la Shoá.
El certificado doctoral hará constar que el doctorado honorario le será otorgado al Profesor Emil
L. Fackenheim el 12 de mayo de 1999, en el sesenta aniversario de su expulsión de su ciudad natal Halle,
en honor a sus extraordinarias contribuciones académicas en los campos de la filosofía y la teología judía y
como símbolo de una nueva conexión con esta universidad, de la que fue excluído por ser judío el 2 de
noviembre de 1938”.
El libro, dedicado a Leo Strauss, está dividido en cinco partes840. Una primera parte,
la “Introducción” es donde plantea la voluntad de sistematicidad que engloba su obra, la
evolución de su pensamiento, la importancia de conceptos como la revelación, el
Holocausto y la dificultad de emplear un vocabulario preciso para referirse a la barbarie o al
horror841.
839 KISCH, Guido (1889-1985), jurista, académico e historiador nacido en Praga, de una larga tradición de
rabinos, siendo su padre, el primer rabino de Zurich a finales de la década de 1870. Se forma en las
universidades de Praga y Leipzig en varias disciplinas: jurisprudencia, ciencias políticas, historia y filosofía. En
1912 se convierte en jez. Profesor en las universidades de Leipzig, Königsberg y Halle, emigrando a los
Estados Unidos en 193 por la intolerancia nazi. Acabará siendo profesor de historia judía en el Jewish Institute
of Religion (Hebrew Union College) en Nueva York. Volverá a Europa en 1962 para incardinarse en la Universidad
de Basilea hasta su jubilación. Fue el autor de notables estudios acerca de jurisprudencia y las relaciones entre
judíos y alemanes.
840 En las citas bibliográficas, las siglas MW representan la edición inglesa de 1994 de la que partimos y que
- 205 -
Otto Eisfeldt Guido Kisch
- 206 -
Es el concepto de Tikkun Olam el que centrará nuestro discurso y aquel que permite
ver con claridad, el esfuerzo o el punto de inflexión de su pensamiento post-Holocausto.
“In the work on this book I was required to immerse myself in dark realities and to think dark
thoughts” (MW, pág. X).
Historia Judía y Estudios Talmúdicos en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Fue profesor de literatura y
pensamiento judíso en varias universidades: la Ben Gurion (Israel), las universidades de Cornell y Notre
Dame (EE.UU.), en el Seminario Rabínico de Argentina y en el Seminario Bíblico de Makuya (Japón). Es
conocido especialmente por ser un estudioso de las obras de Abraham Joshua Heschel y Joseph Soloveitchik
y por sus esfuerzos conciliatorios entre la Iglesia Católica y los judíos en el Vaticano.
- 207 -
En este libro aparece por primera vez, la definición exacta que da el término
Holocausto, definición que después aparecerá en otras obras no propias. El sentido que
emil Fackenheim le da es clarísimo:
“Se refiere al aislamiento por definición, ostracismo, despojo ilegal y asesinato eventual de todo
judío, sin otro motivo que el de haber nacido, por un régimen alemán que accedió al poder legalmente el 20
de enero de 1933, mantuvo una influencia sin disputa hasta el 8 de mayo de 1945 y que fue reconocido
universalmente, una universalidad que finalizó solamente el 3 de septiembre de 1939, el dia que se inició la
Segunda Guerra Mundial”849.
judíos en Europa.
854 MW, pág. XIV-XV.
855 MW, pág. XV.
856 MW, pág. XVII.
- 208 -
presente. Los faraones, Amaleks857, Hamanes858 habían intentado y fracasado allá donde los
nazis habían triunfado o por lo menos, realizado859. Otra diferencia es que en el pasado, al
judío se le había dado la opción entre vivir o no; el Holocausto nazi condenaba sin
remisión y por el mero hecho de haber nacido judío. La Shoá del siglo XX era un novum sin
precedentes860. Por su misma naturaleza, la mera supervivencia era un delito. Cuando el
ataque iba dirigido a la mismísima existencia, incluso la idea de rememorar la Shoá se torna
problemática861. Y es que el recuerdo, si es verdaderamente recuerdo, debe mencionar su
objeto. Surge por tanto, la noción del mandamiento 614, que sigue a los 613 que todo judío
debe cumplir, por tanto, no dar “victorias póstumas a Hitler”. Y es que resulta imposible
sustraerse a la realidad, que es tan “real” como los mandamientos del Sinaí.
A la dimensión moral cabe añadir, la posibilidad de su dimensión ontológica. Pero,
¿cómo puede ser constitutivo de la experiencia humana, algo que ontológicamente es su
misma negación? La experiencia de Auschwitz destruye todo acercamiento ingenuo a la
salvación o a la Alianza en su sentido tradicional. Para el judaísmo pues, hay un antes y un
después de Auschwitz862. Primero, no había posibilidad de elegir entre la vida y la muerte:
sólo cabía la segunda. Y desde un punto de vista ontológico, ¿cómo pudo hacerse posible
lo que era humanamente imposible?863 Resulta imposible un discurso filosófico serio si no
se tiene en cuenta el Holocausto. La ruptura esencial del Holocausto, la caesura (empleando
el término de Cohen) de lo humano es una cuestión que afecta tanto al pensamiento judío
como el pensamiento filosófico en general864. La reparación del mundo, ¿será posible?865
Cabría pensar que la cuestión de la Catástrofe queda delimitada al pueblo judío. Lo
cierto es que no está ausente del Cristianismo, para quien resulta tan problemático como
para los judíos. La profunda amistad que Fackenheim profesa a amigos cristianos le lleva a
ello. Enfrentarse al horror resulta inevitable y preciso. El dolor permanece pero puede ser
superado. En palabras del propio Fackenheim:
857 Personaje bíblico, nieto de Esaú, citado en el Génesis, cuyos descendientes atacaron a los israelitas en su
- 209 -
“Hegel una vez afirmó que las heridas del Espíritu se curan sin dejar cicatrices. No podría decir
lo mismo hoy. Hablar de una curación se ha vuelto poco apropiado. Las cicatrices de las heridas del
Espíritu permacerán y siguen permaneciendo. No obstante, una cura es posible y por tanto, necesaria”866.
866
MW, pág. XXV.
867
MW, pág. XXVIII.
868
MW, pág. XXIX.
869
MW, pág. XXXI-XLIX.
870
MW, pág. XXXIV- XXXV.
871
MW, pág. XXXV.
872
MW, pág. XXXV.
873
MW, pág. XXXVI.
- 210 -
categórico de Kant874. De hecho, si Eichmann seguía algo era la reformulación de dicho
imperativo: “Actúa de tal modo que el Führer, si supiera de tu acción, daría su aprobado”875. Esta
cosmovisión, esta Weltanschauung tendría su encarnación en Auschwitz, en el “planeta
Auschwitz”, donde se revolucionarían las normas de conducta de todo ser civilizado. Esto
se vio incluso en el uso de un vocabulario distintivo: Menschentiere (animales humanos,
esclavos humanos que servían para trabajar) y Musselmaner (las figuras patéticas y famélicas)
que aparecen en multitud de imágenes. El cometido de Auschwitz era poner en práctica
dicha cosmovisión, dicha Weltanschauung, convirtiendo en un mundo aparte, en el ya
mencionado “Planeta Auschwitz”. El asesinato de las víctimas y la disolución de su
humanidad eran su cometido esencial876. Con Auschwitz se ha cuestionado la misma idea
de “humanidad”877. Todos los parámetros morales convencionales desde Kant se han visto
invertidos y puestos en cuestión. El mismo verdugo o incluso, los partícipes judíos en esa
“zona gris” también han perdido cualquier sentido de humanidad o de dignidad.
Auschwitz se torna un revulsivo tanto para el judaísmo, como para el cristianismo.
Lo cierto es que cada vez que históricamente se ha querido destruir al judaísmo, éste ha
encontrado una forma de renovarse, una forma de resucitar, una nueva forma de
pervivencia y de supervivencia. Dos ataques sin parangón ha habido históricamente: el
primero, la rebelión de Bar Kojba en el reinado del emperador Adriano (que se produjo en
el siglo II d.C.) y que supuso la llamada Segunda Guerra Judeo-Romana y la destrucción
más significativa de la cultura y de la identidad judía y el segundo, las Leyes de Nuremberg
de 1935.
A pesar de ser ésta su obra magna, lo cierto es que reitera, ejemplifica, sintetiza y
retoma temas que se han visto a lo largo de sus obras anteriores. Hay eso sí, un salto
cualitativo en su tratamiento de los temas. Mucha de la consideración es de orden teológica
y por tanto, nuestra lectura intentará ceñirse in nuce, a establecer una continuidad temática
con el resto de su obra.
874
MW, pág. XXXVII.
875
MW, pág. XXXVII.
876 MW, pág. XXXVII.
877 MW, pág. XXXIX.
- 211 -
Hay límites en lo que puede decirse y cómo puede decirse. Por ello, Fackenheim en
la primera parte, intenta mostrar la genealogía, el camino que le ha llevado a escribir esta
obra y su significación. La voluntad de Fackenheim de redactar un sistema le ha llevado a
reflexionar acerca de previos intentos. El más cercano que tiene y el que más aprecia es el
de Rosenzweig. Y sin embargo, el discurso que plantea no puede obviar ni lo filosófico ni
lo teológico ni la relación entre ambos. Pero en el momento en el que se sitúa en la época
contemporánea, cualquier referencia al argumento de autoridad de torna problemática. La
voluntad de sistema está obsoleta y sólo queda la “labor sistemática de pensar”878. La
tensión que ha habido siempre entre filosofía y judaísmo en Fackenheim se refleja en la
importancia que para él tiene el concepto de Revelación. La fe judía, la misma existencia
judía se fundamenta en el compromiso con la Revelación, o el otro nombre que le ha
concedido a lo largo de su obra, la “Presencia Divina”879. Aunque desde luego, en la tensión
existente entre filosofía y teología, supone considerar si desde la teología puede haber una
“actualización” de la Presencia Divina o si desde un presupuesto filosófico, dicha presencia
es factible o posible880. Otras ramificaciones intelectuales se daban de bruces con este
intento de Fackenheim: la relación con el Cristianismo, la figura de Hegel, la relación con el
pensamiento contemporáneo (que hemos comentado en la parte 2.11.). Pero desde luego,
todo este proceso de cuestionamiento se torna minúsculo al enfrentarse con el problema
del Holocausto.
878
MW, pág. 5; MW(E), pág.
879
MW, pág. 6; MW(E), pág.
880
MW, pág. 6; MW(E), pág.
881
MW, pág. 10; MW(E), pág.
882
MW, pág. 10; MW(E), pág.
- 212 -
que lo equipara a otros acontecimientos similares, o lo niega o cree que está demasiado
valorado y puede crear reacciones adversas con los gentiles883.
Sea como sea, la “Teología del Holocausto”, término que niega Fackenheim884 tien que ser
más bien la reflexión filosófico-teológica que tenga en cuenta el hecho, que no lo niegue y
que desde luego, no plantee teodiceas en las que las víctimas sean olvidadas como afirma
Irving Greenberg.
La excepcionalidad, la unicidad del Holocausto puede cifrarse en cinco aspectos:
1) Un tercio del conjunto de todos los judíos, especialmente los del este de Europa, fueron
asesinados;
2) El sentido de la persecución era la exterminación total y absoluta;
3) La causa de dicho genocidio era el mero hecho de haber nacido. Haber nacido judío era,
en sí mismo, un crimen;
4) La solución Final fue un fin en sí mismo, que no obedecía ni a motivos políticos, ni a
motivos religiosos, ni ambición políticarealiza ni necesidad económica, y finalmente,
5) La “banalidad del mal” que diría Hannah Arendt, de los crímenes siendo perpetuados
por personajes ordinarios, individuos grises y sin cualidades destacables, como Adolf
Eichmann, cuyos “ideales” era la tortura y el asesinato885. El Holocausto cuestiona los
principios religiosos del judaísmo y del cristianismo, así como los principios filosóficos más
y elementales886. En el plano de lo teológico, resultará por tanto, clave releer el texto
bíblico, cuyo esfuerzo hermenéutico realizará en su obra La Biblia tras el Holocausto en 1990.
En el plano de lo político, el Estado de Israel, surgido de las cenizas de la Shoá, se
convierte en una especie de faro, una necesidad moral de primer orden y el símbolo de
hacia donde va el pueblo judío. Éste, sin duda, un “los hecho que marca época” y las
“experiencias radicales” mencionadas en su libro La Presencia de Dios en la Historia salen a
relucir de nuevo887.
La importancia del devenir histórico resulta esencial en dos momentos de esta
introducción. En el punto cuarto de esta introducción, al afirmar que la vida misma del
pueblo judío se adelanta al pensamiento judío y que los “hechos que marcan época” son
aquellos a los que deberemos responder y en segundo lugar, que no es la historia de la
filosofía y los acontecimientos en ellos realizados los que determinan esta obra, cuanto la
- 213 -
historia misma888. La Shoá misma, como acontecimiento histórico, puso en tela de juicio,
las cosmovisiones, los presupuestos filosóficos y teológicos, la relación entre fe y
pensamiento hasta extremos tales, y que posibilitó la figura de los Muselmänner, esos “no
hombres”, que “existían” en un limbo que no era vida ni era muerte, se vio violentada por
lo que Fackenheim llamará después “la resistencia como categoría ontológica”, que en
palabras de Pelagia Lewinska889, quería mantener la “dignidad” humana “a pesar” de los
verdugos890
Fackenheim atraviesa un problema común entre los que iniciaban sus discursos
sobre el Holocausto, lo que Arthur Allen Cohen llamó la “gramática del genocidio”891. Él
mismo expresa lo paradójico de comunicar algo, que es por esencia, incomunicable892. El
lenguaje no es problemático; lo problemático es lo que el lenguaje se ve obligado a
expresar.
888
MW, pág. 14;
889 LEWINSKA, Pelagia (1907-2004), noble polaca, la autora de Veinte meses en Auschwitz (Barcelona, Mateu
Editor, 195?). Datos presentes en el catálogo mundial de libros: www.worldcat.org/title/veinte-meses-en-
auschwitz/oclc/233924490
890 MW, pág. 25;
891 COHEN, Arthur Allen. The Tremendum, pág.
892 MW, pág. 27;
893 DES PRES, Terence (1939-1987) escritor y experto en el Holocausto. Se gradúa en filosofía en la Southeast
Missouri State College (1962), obtiene un máster en la Washington University (St. Louis, Missouri, EE.UU.) en
1964 y se doctora en la misma en 1968. Ejerció de profesor a partir de 1973 en la Colgate University (Hamilton,
Nueva York, EE.UU.), donde imparte la asignatura de Literatura sobre el Holocausto y ostentó la Cátedra
Willian Henry Crawshaw de Literatura. Es conocido por la obra The Survivor: An Anatomy of Life in the Death
Camps (New York, Oxford University Press, 1976). Su temprana muerte fue por suicidio, ahorcamiento.
- 214 -
2.12.5. Tikkum Olam: resistencia, ruptura y pervivencia
- 215 -
Es por tanto, frente a esta denigración, a este sentir que cabe la resistencia como
necesidad filosófica y vital. Porque de la figura del Muselmann, ¿cómo hubieron tanto que
cedieron? En un momento de lucidez filosófica, Pelagia Lewinska que sufrió bajo este
régimen concentracionario, se ve en la “obligación de vivir” o por lo menos, de resistir y si
cabe morir, como un ser humano897. ¿Cuál es la esencia de esta resistencia especial? ¿Qué
caracteriza esta resistencia judía de todas las otras? ¿Cómo se traduce, en qué actuaciones
específicas? Es sólo desde la afirmación “viviré”, que se puede contrariar el sentido del
exterminio o del auto-odio que querían infundir los agresores nazis898. La vida se santifica,
se convierte en el medio mismo por el que la resistencia se encarna. Y sin embargo, como
afirma Fackenheim, la vida misma es santa, no requiere ese plus y la supervivencia se
convierte en la mejor forma de resistencia. Este concepto adquiere con Fackenheim una
categoría ontológica899. Sin embargo, en la interpretación de este concepto debe entenderse
se debe huir de las hermenéuticas universalistas para centrarse en la víctima y en la unicidad
de este acontecimiento900
Fackenheim vuelve su atención hacia las preguntas del por qué y del cómo de la
Shoá y los peligros que en dichas preguntas se encuentran. Todas las explicaciones de
orden psicológico, social e histórico parecen insuficientes. Hay casi tantos argumentos a
favor como en contra. Fackenheim intenta acercarse a la esencia misma del concepto. La
atribución a un solo individuo como causa del mismo (Hitler), la distinción entre aquellos
que meramente actuaban y aquellos que estaban convencidos de la causa, etc. son todos
razonamientos que no parecen convencer al filósofo rabino901. En último término, ni las
explicaciones históricas ni los planteamientos psicológicos pueden dar una debida
explicación de la realidad del Holocausto, dado que lo real supera con creces, lo posible902.
El tema del Holocausto requiere por tanto un acercamiento filosófico903. Un discurso sobre
el Holocausto era imposible hasta que sucedió904. El dilema con el que enfrenta
Fackenheim es precisamente cómo debe la filosofía tratar el tema de la Shoá. O bien se
atribuye a una única figura todo lo que sucedió o bien hay que tratar el tema como
atribuíble a hombres ordinarios, a hombres como nosotros mismos905.
- 216 -
No se trata de “resistir” el concepto, cuanto de sumergirse en él. Resulta de todos
modos, complicado sin que haya algún tipo de identificación o de posicionamiento. Y no
solamente puede ser un acercamiento intelectual, cuanto vital, de carne y hueso906. Todo
acercamiento al Holocausto que no tenga en cuenta la realidad palpable de los individuos
afectados no es un análisis sincero de la cuestión; la revisión del concepto mismo de la
Shoá no puede reducirse a un mero intelectualismo, sino que ha de encarnarse en lo real, lo
factible y lo humano907
Desde esta óptica, el mero hecho de sobrevivir era algo esencial, ell enraizamiento
ontológico de la resistencia. En el núcleo mismo de la resistencia, está el deseo de pervivir y
esta era una forma de luchar contra la barbarie908. El Holocausto es una ruptura histórica
con el pensamiento tradicional. No sólo hubo víctimas físicas, sino que la noción misma de
hombre fue una víctima de sistema tan nefasto909.
Frente a tal ruptura del proceso histórico de pensamiento, tiene que haber una
reparación, un Tikkun, algo que supere el abismo, el agujero negro de la historia que ha
supuesto el Holocausto. Para empezar hay que ser consciente que vivimos en un mundo en
el que el Holocausto ha sucedido910. Fuera de la historia misma, no hay comprensión de la
Shoá911. El proceso mismo de la historia se ha visto roto por el Holocausto. No hay vuelta
atrás, no hay comprensión posible sin tener en cuenta la Catástrofe912.
Dada la bajeza a la que se ha desplazado la humanidad por el Holocausto, alcanzar
lo sublime, lo noble sólo es posible mediante un Tikkun, mediante la reparación del
mundo913. El discurso filosófico se ve “obligado” a tomar del “pensamiento judío”, un
concepto prestado, el de Tikkun914. Esta reparación sólo es posible por los testimonios
individuales, por aquellos que superando la tentación de seguir al rebaño, se impusieron
aun con el peligro de perder la vida, como fue el caso de Kurt Huber915. La dignidad misma
del Hombre se recuperó mediante el sacrificio de pequeños “hombres”, individuos que
superando sus temores particulares, con sus vidas y con sus muertes, dieron significado,
sentido y superación a la lógica de la destrucción nazi.
Blanca, un grupo de resistencia frente al régimen nazi. Profesor de psicología en Munich, fue ejecutado por
sus convicciones.
- 217 -
El cristianismo también debe tener su Tikkun particular, que pasa necesariamente
por el reconocimiento del Holocausto916. Hay determinados presupuestos que no pueden
obviarse. En primer lugar, pasa por ponerse en el lugar de la víctima, en el lugar de un
espectáculo atroz, que supuso la muerte de más de seis millones de individuos917. En
segundo lugar, el olvido sistemático de los judíos en la cosmovisión cristiana, su
preocupación casi nula por ellos. Además que lo que en el cristianismo es preocupación
teológica, en el judaísmo después de la Shoá es y ha sido, supervivencia física918. Sin
embargo es posiblemente el énfasis en el carácter humano y no divino de la Catástrofe lo
que más quiere destacar Fackenheim. La Shoá fue ante todo, un atentado en contra de un
pueblo, cuya mera existencia era considerada perniciosa y a cuyo exterminio se dedicó, en
cuerpo y alma, el régimen nazi, aun cuando todo ya estaba perdido.
¿Cómo queda pues, la existencia de los judíos en la actualidad? La afirmación
fundamental los define como aquellos que por un accidente histórico, la pérdida de la
guerra por parte de Hitler, hubieran sido exterminados o no hubieran siquiera nacido919. La
Shoá de este modo, se convierte en realidad constitutiva de lo que suponer ser judío en la
actualidad.
916
MW, pág. 280.
917
MW, pág. 281.
918
MW, pág. 284.
919
MW, pág. 295.
- 218 -
2.13. ¿Qué es el judaísmo? (1987)920
“Oye, Fackenheim, tú has estudiado el judaísmo. Nosotros, no. ¿Qué nos dice el judaísmo ahora? No dije
nada. Eran ciudadanos honrados judíos decentes. No ¿es podía decir que se nos era por nuestros pecados, o
que sufrían de forma vicaria por los pecados de otros, o que incluso todo aquello tenía algún sentido, sólo
conocido por Dios. Medio siglo después, intenté responder a la pregunta de ese hombre, en aras de una
nueva generación en la obra ¿Qué es el judaísmo?”921
El subtítulo de la obra, "Una interpretación para nuestra época” nos sugiere temas
presentes en la obra de nuestro autor, como son la necesidad de no recrearse en el pasado,
lo imperativo de no quedarse centrados en un presente doloroso y la obligación de
proyectar un futuro mejor. El libro, acabado de redactar en septiembre de 1986 (mes de
Elul del año 5746 del calendario judío, está dedicado a Heinz Warschauer922 y a Henry
Fischel y a entre otros, “compañeros de toda una vida”. Especial atención dedicamos a la
figura de Henry o Heinz Albert Fischel (13 de noviembre de 1913-18 de marzo de 2008)923,
920 Seguimos la edición inglesa de la obra. Era mi intención incorporar también la traducción castellana de la
obra, publicada por Ediciones Lilmod (Buenos Aires, 2005) y cuya traductora era Mariana Kosmal. En la
comparación resultante de ambas obras, la versión argentina de esta obra no ha respetado la numeración de la
segunda y la tercera parte, dejando de traducir además dos capítulos de la segunda parte y manteniendo una
numeración errónea para los capítulos restantes. De tal modo, nos mantendremos con la versión original y
cualquier traducción y referencia bibliográfica dependerá de esta edición.
921 EGJ, pág. 63. El texto queda reformulado en la Introducción de esta obra: Cf. WJ, pag. 13.
922 Heinz Warschauer fue otro gran amigo de Fackenheim, uno de muchos emigrantes judíos que llegó al
mismo tiempo que él y que acabaría siendo el director de Educación de la sinagoga Holy Blossom Temple, donde
ejerció su ministerio el propio Emil Fackenheim. Era junto con Heinz, uno de los pocos amigos íntimos que
tenía, como consta en su autobiografía (EGJ, pág. 96-97).
923 La totalidad de la información que presentamos la hemos tomado de una “Memorial Resolution”
(Homenaje escrito), que fue redactado por la rabina Mira Wasserman y por el prestigioso professor de
estudios judaicos de la Universidad de Bloomington (Indiana, EE.UU.) Stephen Katz (Cf. B4-2013, pág. 1-7).
Enlace: www.indiana.edu/~bfc/docs/circulars/12-13/B4-2013.pdf
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uno de los mejores amigos de Emil Fackenheim y alguien que bien pudiera considerarse
que tuvo un recorrido prácticamente idéntico a nuestro autor.
Nacido en Bonn (Alemania), la ciudad natal de Beethoven, en 1933 ingresa en la
Universidad de Bonn, lleno de “camisas marrones y negras, gente joven que adulaba a Hitler, pero
que seguí aplaudiendo a sus profesores judíos”924. No pensaba que fuera contradictorio su amor
por Beethoven con la presencia de energúmenos, y sentía reverencia y el abrazo de lo
humano en la aceptación e integración de su germanidad y de su judaísmo. Se formó en
filosofía, leyes y Derecho Romano. Ingresa posteriormente en la Hochschule für die
Wissenschaft des Judentums, combinando sus estudios (era obligatorio para todos los rabinos
formarse en alguna disciplina civil) en la Universidad de Berlín. Allí conoce a Fackenheim.
Aquí se inicia la amistad entre ambos y ambos tienen la ventaja de ser partícipes del
magisterio de grandes figuras como fueron Ismar Elbogen, Julius Guttman, Hanock
Albeck y Leo Baeck. Arriesgaron su integridad física para llevar ropa a Moshe Sistar, uno
de sus profesores, cuando éste fue arrestado junto con judíos polacos. La suerte hizo que
pudiera escapar a Israel, donde destacó en el movimiento de los Kibbutz, siendo un
“marxista, pero un marxista que se hacía querer”925.
Siendo el presidente de una organización estudiantil, cuando se produjo la
Kristallnacht, su portera le puso sobre aviso que la Gestapo venía a por él. Podría haber
huído, pero por su sentido del deber y la responsabilidad, se entrega junto con Fackenheim
y ambos dan con sus huesos en Sachsenhausen. Uno de los recuerdos más gratos de su
estancia en ese lugar fue el conocer a cristianos que se oponían al movimiento nazi. Látedra
cn estudiantil internacional intervino y su liberación se produjo en enero de 1939, bajo la
condición de tener puestos académicos esperandoles en el extranjero. Ambos acaban su
doctorado en 1945 (en el caso de Fischel, en Escocia).
Fischel imparte su magisterio universitario en varios lugares: la universidad de
Alabama, en Pittsburgh, en la Brandeis University hasta que finalmente obtuvo la cátedra
como profesor en la Bloomington University (Universidad de Indiana) en 1961 como
Profesor Adjunto del Programa de Estudios Judíos, en el Departamento de Lenguas y
Cultura del Oriente Medio. Recibió la beca Guggenheim como también lo hiciera después
Fackenheim.
Hombre muy dado al humor, el recuerdo que dejóentre los que le conocían fue
imborrable, tanto como académico como persona, un apasionaso coleccionista de sellos y
un notable pianista. Dijeron de él: “Henry es una de las raras personas que uno tiene la fortuna de
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conocer en su vida. El encuentro altera tu vida entera y tu ser al nivel más profundo. Es como si estuviera
ubicado allí donde pudiera facilitar el crecimiento personal de cuantos le conocieran. Nuestros sabios
frecuentemente comparan su profesor a su padre. En ese sentido, todos sentimos la pérdida de un padre
querido y nos sentimos menos por su ausencia”926.
- 221 -
radical, vivida y ejercida sobre el pueblo judío como la del siglo XX solamente puede
iniciarse con una reflexión sobre la supervivencia física, real, biológica de los judíos.
La introducción de la obra nos presenta las tres partes en que se estructura la obra.
La primera parte se inicia con los elementos esenciales sin los que no puede concebirse un
discurso realista sobre la identidad judía: a qué debe fidelidad el judío, el referente de su
Libro Sagrado y la Verdad Revelada como fundamento de la redención individual y
colectiva928.
La segunda parte versará sobre las ideas de Alianza, la Halajá929, el estudio de la
Torá, la ética del judaísmo (el amor por las viudas, los huérfanos, el extranjero y el pobre),
la plegaria y el ciclo del año judío930.
La tercera parte aborda la creación del Estado de Israel, la relación de Israel con las
naciones, el mesianismo y la dimension escatológica del judaísmo y la percepción de Dios
en la era de Auschwitz y de una Jerusalén reconstruída931. Sigue un epílogo breve932 y una
bibliografía que pretende motivar al lector de la obra a seguir ahondando en su
pensamiento933.
- 222 -
todo ser humano, los grandes temas como la vida y la muerte, el bien y el mal, el amor,
Dios y el hombre, no se ciñen exclusivamente ni a las élites intelectuales ni a los doctos
religiosos, sino que son temas esenciales para todo hombre y mujer judíos936. Lo
impensable se había hecho realidad y el dilema de lo que suponía ser judío frente a los retos
de la modernidad se hacía patente.
En esta nueva cosmovisión que debía incluir los grandes figures de la modernidad y
la Ilustración y la época contemporánea como Spinoza, Newton, Locke, Kant, Jefferson,
Voltaire y Einstein cabe incluir y es necesario no olvidarlo, a Auschwitz y Buchenwald937.
El recuerdo del siglo XX, de sus penurias y miserias no puede prescindir de la locura de la
persecución y de la barbarie nazi. Del reconocimiento de este estado de cosas, surgen por
un lado realidad también surgen dos cosas más: una necesidad de imperiosa de sobrevivir y
el acontecimiento histórico de la creación del Estado de Israel938.
La significación de la llamada Noche de los Cristales Rotos no puede ignorarse. Mil años
de historia judía en Alemania finalizaban en un inmenso pogrom colectivo939. La importancia
de dicho acontecimiento, un hecho de esta magnitud y la transcendencia del mismo supone
tomar conciencia que el mundo que vio nacer a Fackenheim llegaba a su fin en un drama
colectivo que tenía su final ante sí, un final que supondría el fin definitivo de la historia
cultural del judaísmo germano y cuya supervivencia pasaba por escapar e integrarse en otras
naciones, en una diáspora que le llevaría a él a Canadá y a otros, a Estados Unidos o
Inglaterra. Cuando al final de su vida y tras un notable esfuerzo surge su autobiografía, éste
recuerdo póstumo refleja en su subtítulo, el epitafio del judaísmo germano, la irremediable,
definitiva, inapelable y absoluta disolución de los judíos germanos y el marco geográfico,
lingüístico, cultural, literario, filosófico y teológico que los había acogido durante siglos.
En un relato que mezcla lo autobiográfico, lo filosófico y lo teológico, Fackenheim
explora a través de cada capítulo, los fundamentos de una identidad que para sobrevivir, ha
de cuestionar cada aspecto, analizar cada minucia. El pasado debe superarse, el presente
debe entenderse para que finalmente exista un futuro digno. Por tanto, la pregunta del
hombre de la celda de Sachsenhausen era la pregunta por el significado de dicho
acontecimiento. Dar respuesta a tan tremendo acontecimiento no podía hacerse desde
nociones como el castigo por los pecados. La pregunta del hombre de la celda era la
pregunta por el significado de un devenir histórico claramente adverso e incomprensible,
del que no podían dar cuenta debidamente ni el mundo académico ni las muchas facciones
936 WJ, pág. 15.
937 WJ, pág. 16.
938 WJ, pág. 16.
939 WJ, pág. 13.
- 223 -
del judaísmo, sino cuya respuesta debía estar a la altura del amcha, del pueblo llano que
seria quien más notada las consecuencias de dicho acontecimiento. No aborda todavía
Fackenheim la universalidad de un acontecimiento que afectó por igual a homosexuales,
gitanos, disidentes políticos, etc, pero solamente desde la reivindicación de lo propio, de lo
particular y de lo más cercano puede más tarde, extrapolarse el mismo interés a lo universal.
Lo que era una posibilidad (el exterminio o la sistemática persecución del pueblo judío a
largo de la historia) dejaba de ser una posibilidad para ser una realidad histórica. La
facticidad del Holocausto obligaba a Fackenheim a un replanteamiento notable de la
modernidad. El dilema filosófico de Fackenheim es el de comprender un acontecimiento
que se escapa a toda comprensión. La pregunta no se formulaba desde el mundo
académico ni desde unas de las muchas facciones del judaísmo, sino desde el pueblo llano,
el amcha. La posibilidad pero también la facticidad del Holocausto (que dejaba de ser una
posibilidad para ser una realidad histórica) obligó a Fackenheim a un notable
replanteamiento del judaísmo y su relación con la modernidad. El rabino se encuentra en
una encrucijada: aquel que intenta encontrar respuestas a todas sus preguntas, pero a cuyo
alrededor, siguen habiendo una enorme multitud de interrogantes. Esta obra pretende por
tanto, intentar dar una respuesta debida a dicha cuestión940. A modo de presentación de los
conceptos básicos del libro, el primer capítulo nos presenta con los cuatro temas esenciales
que se plantean en el libro:
a) la esencia del judaísmo, su núcleo esencial;
b) la relación del judaísmo y la modernidad;
c) la polarización existente entre una creciente secularización y el celo del sionismo y
finalmente,
d) la poderosa voz de Auschwitz y la creación del Estado de Israel.
- 224 -
Dios. Las cuatro palabras expresan con contundencia, los pilares en los que se basa el
judaísmo: a) Que la justicia es la cualidad fundamental de toda actuación ética; b) que la fe
es el sistema de creencias que unifica; c) que la supervivencia física del Pueblo Elegido
resulta esencial y d) Dios es el centro mismo de los valores y de la organización del
Universo.
El conflicto fundamental con la modernidad es cómo debe interpretarse el judaísmo dentro
del momento actual. La tradición religiosa debe vivirse en un tiempo determinado y por tanto,
la interpretación de la tradición deberá tener un cierto grado de historicidad, en el sentido
que se verá alterada por las cuestiones que suscite en épocas distintas. El conflicto esencial
de la Modernidad cabe cifrarse ante todo en el sentido de la autoridad, ante todo si esta
autoridad, tiene un fundamento transcendente, es decir, que sea fruto de una Revelación o
una Verdad Revelada por Dios. El análisis de los aspectos más contradictorios de esta
realidad en el pensamiento contemporáneo más reciente (y para ello, cita como referente a
Kierkegaard), le lleva a ver tres puntos claramente diferenciados:
- 225 -
2.13.4. Secularización versus Sionismo. Auschwitz y el Estado de Israel
- 226 -
Frente a la fotografía de Theodor Herzl, Su modesta tumba en
Ben-Gurion Midreshet ben Gurion (desierto del
el otro paladín y Negev, sur de Israel)
fundador del sionismo, Ben-Gurion
proclamando el nacimiento del
Estado de Israel
- 227 -
meramente la "etnicidad" (la pertenencia por sangre) y no por práctica religiosa ni por
conocimientos, se produce un grado de discriminación.
¿Qué significa entonces ser judío? ¿Cómo se define ser judío? La versión tradicional ya no
tiene sentido. La fidelidad a la identidad es considerada como garantía de su supervivencia
como pueblo948.
Resquebrajados los tradicionales esquemas sociales, hay que volver a plantear quien
es judío y quien no lo es. El parámetro tradicional (el hijo de madre judía o el converso) ya
no tienen cabida en un mundo cambiante. Y es aquí donde incide en la llamada voluntad de
pertenencia al pueblo judío, que al igual que pasaba con el sacramento del bautismo en las
comunidades cristianas primeras, pasó de ser algo voluntario a que el individuo nacido en
dicha comunidad (sin mediar voluntad individual) pertenecía defecto a dicha comunidad.
La misma definición de judío tan fluctuante (podría ser tanto el nieto de dos abuelos judíos
practicantes949, como se estableció en las leyes de Nuremberg de 1935, o el resultado de una
opción individual, o una cuestión meramente étnica) sino que queriendo superar una
especie de fatalismo determinista (de acuerdo con los parámetros anteriores), que la
identidad judía no tuviera que ser necesariamente fruto de un determinismo biológico, sino
una cuestión normal, asimilada, equiparándose a ser miembro de cualquier otra
nacionalidad. Sin embargo en la identidad judía van parejas tanto la pertenencia a un grupo
étnico como el cumplimiento de ciertos deberes religiosos950. La identidad judía se
considera como un elemento anacrónico desde este punto de vista951. El mantenimiento de
la identidad judía se considera como un apego al particularismo, que no permite a sus
integrantes, nadar en el mar de lo universal952.
La identidad judía tiene un vínculo considerable también con la etnicidad del
mismo. Esto quiero decir que "ser judío" lleva indefectiblemente la huella de la pertenencia
por motivos de raza, sangre o filiación genética953. Sin embargo parece que la identidad
judía tiene algo de "molesto" para el resto de las naciones. Parecería como si mantenerse
como judío fuera contrario al progreso ilustrado de las naciones. Ser católico o musulmán o
pertenecer a cualquier entidad política no tiene el mismo peso que ser judío. Y esta
amenaza constante refleja el antisemitismo latente e imperante en la realidad social con la
oficiales y de trabajo de paises anglosajones, donde hay que establecer el orígen étnico de los individuos
(negro, asiático, hindú, blanco, etc, con sus muchas variaciones y mestizajes) para que no pueda establecerse
discriminación laboral por dicho motivo.
- 228 -
que debe lidiar a diario el judío, que es distinto por su grado y extensión que el resto de las
naciones. Esto, por tanto indefectiblemente lleva a la particular violencia que se ha ejercido
siempre tradicionalmente hacia su pueblo y que tiene su reflejo en el odio hacia los
descendientes del Sem, uno de los hijos de Noé y el padre mítico de los pueblos de
Oriente, el condenado y denostado antisemitismo.
954 Para mejores referencias, dos obras de inigualable importancia: Cf. KAMEN, Henry. La inquisición española.
Barcelona, Editorial Crítica, 1979. Traducción de Enrique de Obregón y ROTH, Cecil. La inquisición española.
Barcelona, Ediciones Martínez Roca, 1989.
955 WJ, pág. 51.
956 DREYFUS, Alfred (1859-1935), el conocido oficial judío del ejército francés, que fue acusado falsamente
de traición, siendo exonerado posteriormente y que reflejó los prejuicios y el antisemitismo de la sociedad
francesa decimonónica.
957 WJ, pág. 54.
958 WJ, pág. 55.
959 HERZL, Theodor (1860-1904), uno de los padres y figuras más célebres del sionismo moderno.
- 229 -
llevaría a aquellos alemanes o franceses rechazados por motivo de su fe judía, a formar
fraternidades, en las que los miembros fueran solamente judíos960. Y en la base de toda esta
reflexión, está la supervivencia. En una visita a la Unión Soviética en 1977, Fackenheim y
su mujer en lo que él mismo califica como un peregrinaje, para dar clases a “refuseniks”
(aquellos judíos de la Unión Soviética y de los países del Bloque del Este, a los que se les
prohibía emigrar), es interrogado por el jefe de estudio local sobre el tema de sus
conferencias. Fackenheim responde que filosofía judía y tal es la determinación de este
grupo de gente, que el sentido mismo de la misión vital de Fackenheim se clarifica, cuando
dicho respresentante, le dice que “Ya sabemos que es nuestro deber sobrevivir como judíos. La
filosofía nos dirá cómo”961.
El texto sagrado está tan indeleblemente inserido en la identidad judía que resulta
difícil, arrancarlo de su mismo ser. Del mismo modo en que la tierra o la lengua son los
puntos de referencia para otras naciones, Fackenheim cita a un poeta judío converso,
Heinrich Heine (1797-1856) que en los albores del romanticismo, se atrevió a afirmar desde
la escisión que suponía en su alma, la simbiosis judeo-germana, que “la Torá es la patria
portátil del judío”, que el texto sagrado es en último término, el locus en el que se realizan
verdaderamente, todas las aspiraciones del judío962.
- 230 -
La Tanaj (el conjunto de la Biblia judía, compuesto de la Torá-Ley-, los Nevi’im –
Profetas- y los Ketubim –Escritos o enseñanzas-), son, el lugar de donde procede la
autoridad de los que cualquier judío bien educado debe saber, ya sea impartido por un
melammed (profesor de hebreo), como por el pater familias963. La fuerza de dichos escritos no
reside tanto en lo que afirman, cuanto en que son el fruto de una “Revelación”, que
establece lo que se conoce con el nombre de Cánon964. Esto adquiere una dimensión mayor
si tenemos en cuenta que tanto el Cristianismo como el Islam se consideran “hijas” de la
Madre Judía965. ¿Qué decir entonces de la animadversión y la enemistad con la que se
tratan? La fuerza de las religiones, que se basan en textos sagrados que representan un
cánon, ha llevado a hostilidades como las Cruzadas966. Fackenheim no puede menos que
establecer que su postura es la de es la de la canonicidad de la Tanaj dentro del judaísmo
como punto de partida metodológico967. La consideración de algunos libros como
apócrifos no tiene importancia si se considera que los veintiocho libros de la Tanaj son
sagrados, aunque propiamente “revelados” lo son el Pentateuco, los cinco libros de la Torá
con la excepción de los últimos ocho versos (Deuteronomio 34, 5-12) donde se habla de la
muerte de Moisés, se le alabara y se menciona que Josué, lleno del “espíritu de sabiduría”,
fue obedecido por los hijos de Israel. De aquí la obligatoriedad de su lectura una vez por
año por el rabino de cada comunidad968. Tal es su carácter sagrado, que durante las quemas
de sinagogas del periodo nazi, hubo quienes arriesgaban su vida, o bien quemándose o bien
siendo tiroteados por las hordas nazis, con tal de salvar los rollos sagrados969.
- 231 -
El punto de partida y el dilema que plantea Fackenheim queda ejemplificado en la
figura de Martin Buber, personaje de radical influencia en él. Martin Buber ejemplifica el
viraje del hombre europeo y más concretamente del judío, que para afirmar su identidad,
requiere por un ejercicio de honradez intelectual, superar las limitaciones de la Ilustración y
la Modernidad, y considerar si su identidad judía puede considerarse algo distinto o un caso
particular de la identidad europea971.
Fackenheim sitúa una parte esencial de la identidad judía en su relación al texto
sagrado. Dicha relación debe, sin embargo, entenderse desde la coyuntura histórica de
quien se sitúa entre dos extremos de la mentalidad del hombre de hoy, que es heredero de
la Ilustración y se sitúa ante la modernidad972. Ambos conceptos delimitan la visión que
debe tener el hombre de hoy ante el libro central que vertebra las creencias del judío,
siendo dicha relación articuladora de identidad. La Revelación, o mejor dicho, la Presencia
Divina, se sitúa de forma equidistante de otros dos, que son la Creación y la Redención.
Ello lleva a la pregunta de cómo puede pues concebirse el judío en el momento actual. A
dicha pregunta, Fackenheim respone que dicha identidad se rige por la fidelidad a un libro,
que refleja en cierto modo, la relación con un Dios inefable, en el que la relación es doble -
es decir, el pueblo se dirige a Él y éste interviene en el proceso histórico973. Aunque dicha
realidad (incluso la de los propios personajes bíblicos se ponga en duda desde un punto de
vista histórico y fáctico), de esta relación no puede dudarse. Y aunque dichas creencias
pudieran haber existido, ¿cabe aceptarlas en el momento presente y son constitutivas de las
creencias del hombre judío en la actualidad974? Analizar la veracidad de dicha afirmación ha
constituido por confesión propia, el núcleo del pensamiento de Fackenheim, que ha
intentado ver las huellas de esta relación en autores como Spinoza, Kant, Schelling, Hegel,
Nietzsche y Heidegger975. Mantenerse abierto a la fe de la tradición, a la fidelidad original,
pasa por abrir la experiencia humana profunda (en sus muchas disciplinas: ciencia, historia,
filosofía, psicología y filosofía) se mantenga abierta a la incursión de la divinidad976, a la vez que
no hay prueba de verificación que pueda negar dicha intervención. La relación con lo
divino y a la apertura a una fe primigenia como expresión de la identidad judía se perfila
como un factum que no puede negarse desde los logros aparentes de la Ilustración y la
Modernidad977. Y esta fe, no es tanto la creencia en algo dado, sino esencialmente la apertura
- 232 -
a lo divino978. El concepto de la Creación no es un dato objetivo, cuanto la actuación, la
presencia presente de la realidad de la Creación. No deja de existir por que no pensemos en ella
y se experimenta una y otra vez en las celebraciones del Sábado979. Esta presencia sin
embargo, sólo es una experiencia subjetiva que cobra su realidad en la apertura de la fe980.
Para entender este concepto de creación, Fackenheim se remite al Psalmo 29. La
experiencia del psalmista es de temor, de reverencia pero también y al mismo tiempo de
alabanza. Hay un doble camino. Se experimenta la omnipotencia con humildad, respeto y
veneración, que es la esencial del acto creador, pero inmediatamente a continuación, la
criatura, lo creado, también es ensalzado, fortificado y llenado de paz981. Y a nuestro pesar,
todo lo que nace, muere; todo lo que tiene vida, perece; todo lo que empieza, está
destinado a acabar. El ciclo de la vida tiene un alfa y un omega, un principio y un fin. Y
aunque al finalizar la Creación, Dios vio que todo era bueno, lo cierto es que una de las
críticas que siempre se le ha hecho al judaísmo es su optimismo y su aparente indiferencia a
los males de este mundo, un mundo necesitado de redención982. Y aun siendo consciente
del mal que hay en el mundo, el judaísmo se imbuye de una tozudez característica,
agarrándose a lo bueno de este valle de lágrimas y que la redención del mundo ha de
venir983. Pero, ¿qué debe entenderse por redención? Esta es la cuestión acuciante que se
plantea en este momento. Curiosamente, el judaísmo da respuesta a dos posibilidades, tanto
al que no cree más que en la realidad de este mundo como al que tiene esperanza en el más
allá. En un caso desea la venida de la llamada Era Mesiánica en la que se producirá la
Redención última del género humano; en el segundo caso, aspira a una vida de
ultratumba984. ¿Qué hace tan especial a esa tribu nómada con un patriarca de Ur de Caldea?
A la luz de la realidad científica del mundo de hoy, ¿qué interpretación cabe dar convierte
en depositaria de la promesa del Dios que ha creado el universo? La experiencia presente o
la actualización de una experiencia, que no se traduce en hechos o sucesión de
acontecimientos de liberación sin embargo, no hace de Yahvé un Dios que experimentados
antaño y descritos en un libro antiguo, sino en la recuperación continua y no se hayan
apropiado otros pueblos. Sin embargo el particularismo de Israel tiene un presente (en este
caso), de la experiencia de la creación (algo así como la experiencia de la elemento negativo.
La experiencia del Sábado judío es para él, el deseo de participar en el proceso histórico con el resto de los
- 233 -
pueblos. No obstante, esta relación de filiación tiene mucho de excluyente la experiencia de
dicha "creación". La creación sólo cobra su significación en quien está abierto a la fe.
La misma Revelación, la Torá en su sentido estricto, supone el reto mismo de la
identidad judía, una identidad que pasa (y en esto cita a Rosenzweig), por un aprendizaje
nuevo, un nuevo pensamiento que no se inicie en la torá y lleve a la vida sino que de la
vida, de un mundo que no conozca la Torá, vuelva a la Torá985.
Con el capítulo quinto se inicia la parte del libro llamada Presente. La idea central
del mismo es el concepto de Alianza, que puede considerarse uno de los núcleos de la
identidad judía, por la que se establece una relación entre Yahweh y el Dios de Israel.
Rememorando sus tiempos de estudiante, Fackenheim alude a la pregunta que su profesor
universitario Max Wiener le formula en el segundo año de sus estudios universitarios, que
versa sobre la contradicción existente en el judaísmo entre la dimensión universalista de su
Dios, el Dios de la humanidad y de todos los pueblos y la particularidad de la relación que
establece con Abraham y con todos sus descendientes. Se menciona por supuesto, la falta
de un espíritu "misionero", de proselitismo del judaísmo, que se limita a exponer sus
verdades y a permitir las conversiones, sin buscarlas. De haber Alianza, ¿porqué con Israel
y porqué no con otro pueblo? Fackenheim hace gala de su natural conocimiento filosófico.
El sentido de la elección esencial de un pueblo raya en su dignidad o indignidad para serlo.
Muestras amplias a lo largo de los textos bíblicos demuestran este segundo aspecto, a través
de muchas decepciones y reconciliaciones con ese Padre Celestial que vela por las
vicisitudes de su pueblo escogido. En palabras del propio Fackenheim, la elección de
Abraham no se basa en el mérito, desde un punto de vista humano, resulta arbitrada y
desde el punto de vista religioso, es un acto de pura y divina gracia''. Sin embargo, qué fruto
puede dar tal pacto si no hay algún grado de dignidad en el receptor de la misma.
En la escala de valores que propugna el judaísmo y de la que saca su dignidad, el
joven Abraham cumplió el primero de los mandamientos de Dios de forma simbólica
frente a la idolatría, haciéndose de ese modo digno, del único Dios, que no tolera a la
pléyade de ídolos falsos. Fackenheim señala un punto de diferencia entre la Alianza cristiana y la
judía, por cuanto esta se ofrece a todo un pueblo de "carne y hueso", no a príncipes ni siervos ni ángeles, sino
- 234 -
a personas encamadas, con todas las limitaciones de hombres. La santidad, la dignidad de la Alianza
se demuestra justificándose en el Deuteronomio, en la tendencia misma de toda una vida,
hacia la vida y hacia el cumplimiento de los mandamientos de la Ley. La dignidad por tanto,
no está en el pacto, en un nacimiento en una comunidad, ni en cuestiones étnicas ni
genéticas, sino en el seguimiento diario del camino, el ideal encarnado en la inmanencia, la vida diaria.
Todo lo anterior se traduce en una comunidad judía secularizada, cuya pertenencia al grupo
es meramente étnica o cultural o el conjunto que sigue la tradición desde la óptica y
tradición religiosa más estricta. En cuanto a la idolatría, no deja de ser la reflexión en torno
a la ideología nazi y su diferencia esencial con la idolatría de antaño. Antes los sacrificios
eran externos a los ídolos; con Auschwitz, el judío mismo se convierten en víctima986.
- 235 -
2.13.3.3. Los mandamientos, el estudio de la Torá, el sentido de la plegaria y la ética
del judaísmo
Si algo caracteriza el sentido ético del judaísmo son los 613 mandamientos que son
su fundamento de los que 365 son negativos y 248 son positivos. Más que de una
ortodoxia, debe hablarse o considerarse una llamada ortopraxia del judaísmo987. La
centralidad de los mismos proviene ya de la Revelación mosaica, expresada en el libro del
Éxodo, lo cual no quiere decir que sean la sola raíz de la moralidad judía, que debe verse
complementada con la santificación de la vida diaria988. A lo que cabe añadir cómo deben
ser considerados lo mandamientos, si como una bendición o como una maldición. El
mandamiento como tal ofrece la duda de si debe ser considerado como un mandato divino,
dado a criaturas que son humanas o si solamente debe considerarse como la conciencia del
hombre como pecador, en la que confluyen tanto una visión negacionista, que considera al
mandamiento como un carga (léase Spinoza, Marx) o si la importancia de la Ley queda
diluída por el sacrificio de Jesús en la Cruz, como diría San Pablo989. Sin embargo no es esta
la interpretación que debe hacerse de los mandamientos. La “carga” de la Ley es
fundamentalmente, el pilar en el que se sustenta ulteriormente, la alegría la celebración del
Sábado judío y esa particular filiación con el Dios de Abraham990.
Dos problemas teóricos se plantean: si los mandamientos tienen un carácter moral
o meramente ceremonial y en qué medida, la modernidad se da de bruces con el tradicional
argumento de autoridad.
El mandamiento tiene un carácter salvífico, es decir, de salud, o lo que es lo mismo,
está hecho para el hombre y no el hombre para el mandamiento. No es una carga, o no
debería serlo. Debería ser el apoyo en el que sustenta el hombre. Cada mandamiento tiene
su fundamento último, en el bienestar del hombre y no debería considerarse como
contrario a su naturaleza, sino más bien, un refuerzo de la misma991.
En cuanto al espinoso tema de la modernidad y del argumento de autoridad, debe
entenderse que la tradición judía es infinitamente anterior a la modernidad992. Más
importante que los logros de la modernidad nada desdeñables, resulta el hecho que “(…)
Israel está ligada al Dios de Israel, siendo testimonio entre la Creación y la Redención para toda la
987
WJ, pág. 129.
988
WJ, pág. 130.
989
WJ, pág. 131.
990
WJ, pág. 132.
991
WJ, pág. 139.
992
WJ, pág. 143.
- 236 -
Humanidad”993. De aquí se deriva que la particularidad de la Alianza se convierte en un
universal de cambio.
La importancia del estudio de la Torá es central tanto para Fackenheim como para
cualquier judío. Fackenheim reflexiona acerca de la transcendencia de dicha actividad, no
sin recordar que hay otras obligaciones como el sustento de la familia y que dos grupos, por
razones diversas, mujeres y pobres quedan frecuentemente alienados de dicha actividad. En
el fondo, la importancia del estudio y la valoración que dentro del judaísmo tiene la persona
estudiosa (que puede o no llevar al éxito económico, aunque sí al prestigio académico
dentro de la comunidad), es lo que no debe olvidarse994. Tampoco debe obviarse que tanto
el estudio de la Torá como del Talmud tienen dos características que las distinguen de
cualquier otra disciplina académica a nivel universitario: a) tiene igual fuerza que cualquier
carrera en la universidad, una misma metodología y disciplina intelectual, pero también b)
que el ejercicio del estudio del Talmud y la Torá se parecen más a la plegaria que al
estudio995.
La justícia misma del judaísmo reside en su consideración del Otro. La piedad que
muestra Dios no sólo se ciñe al Pueblo de Israel, a los huérfanos y viudas sino que también
tiene sentido para las víctimas996. Es precisamente esa consideración hacia la víctima que
hace que la ética judía se desplace de la venganza hacia la justícia. Cualquier ética,
especialmente la judía, que no tenga en cuenta a la víctima, no es ética997.
993
WJ, pág. 145.
994
WJ, pág. 152.
995
WJ, pág. 154.
996
WJ, pág. 168-169.
997
WJ, pág. 170-180.
- 237 -
del Estado de Israel el 14 de mayo de 1928 en Tel Aviv marca un antes y un después en la
historia del Pueblo de Israel. Este es el símbolo primordial de la superación real del drama
inhumano de Auchwitz y su misma supervivencia tras el ataque de la Guerra de los Seis
Días es testimonio fundamental de la pervivencia, en último término, de un pueblo
diezmado, de un pueblo exterminado, de un pueblo que ha surgido de las cenizas para
seguir caminando y dando gloria a Dios. La esperanza mesiánica, la visión de la realidad de
Israel sin embargo, no puede obviar la realidad de haber traspasado los límites mismos de la
supervivencia. Esperanza mesiánica, Estado de Israel, el rostro mismo de Dios no puede
ignorar la huella ignominiosa de Auschwitz. Cualquier intento de hacer esto es inútil. Ello
no supone pesimismo, sino precisamente un optimismo militante (parecido al de Ernst
Bloch), que dé sentido último a la realidad, partiendo de la especial relación con el Dios del
Antiguo Testamento.
- 238 -
2.14. La Biblia tras el Holocausto: Una hermenéutica de los textos sagrados (1990)
2.14.1. Introducción
- 239 -
“silencio” en momentos clave) y Jerusalén ha dejado de ser un símbolo, para convertirse en
una realidad1001.
La hermenéutica de Fackenheim no es la hermenéutica de Gadamer, de Heidegger
ni la de Ricoeur, que ignoran o han pasado página de la barbarie. Y sin embargo, no todo es
oposición sino que también hay conciliación. El autor tiene amigos como Franklin Littell y
Roy Eckardt, paladines y portavoces para no caer en la amnesia de la Shoah y también
experimenta con agrado, otra sorpresa: la de impartir en la lengua de Goethe, clase a
estudiantes alemanes en Jerusalén. Agradece la ayuda recibida y especialmente la del
director del llamado Studium in Israel, el pastor Michael Krupp, la organización que hace
posible, la presencia de futuros teólogos alemanes en la Tierra de la Promesa.
Aunque desde el punto de vista conceptual y teórico, la obra tenga sus
prolegómenos en obras como Reparar el mundo y La Presencia de Dios en el mundo, lo cierto es
que quiera que sea considerada, inteligible y defendible por ella misma1002.
Los cuatro capítulos tienen títulos significativos. El primero, “La situación
hermenéutica” va a plantear el punto de partida, poniendo especial énfasis en Hegel,
Rosenzweig, Buber y la herméutica cristiana posterior a 19451003. El segundo capítulo, “Dos
tipos de plañideros: releer la Biblia Judía después de Auschwitz” sitúa la lectura de los
textos sagrados entre dos momentos clave de la historia judía, el viaje por el desierto de
cuarenta años con Moisés y el momento posterior a la Segunda Guerra Mundial1004. La
tercera parte, “¿Sagrada escritura o el relato épico de una nación? Releer la Biblia Judía en
Jerusalén”1005 reflexiona acerca de lo que significa ser el Pueblo Escogido por Dios y la
consideración de la Alianza a lo largo del texto bíblico. El cuarto y último capítulo, “Los
hijos de Raquel, de Haman, de Job: las posibilidades post-Holocausto de una lectura judeo-
cristiana del Libro perteciente a ambos”1006 intenta ser el reflejo de las posibilidades de un
diálogo en torno a puntos cercanos, que tienen en el Libro de los Libros, su mejor
expresión. Sigue el apéndice que contiene el discurso que impartió Fackenheim el 6 de
marzo de 1988 en Fulda (Alemania), con ocasión de otorgarsele la medalla Buber-
Rosenzweig al Studium in Israel, celebrando así su décimo aniversario1007, a la que sigue la
respuesta de la pastora protestante Astrid Fiehland1008.
- 240 -
2.14.2. Hacia una nueva hermenéutica del texto sagrado
“El Libro fue escrito en el entonces y ahí, y nosotros estamos en el aquí y ahora. Pero el “entonces
y ahí”, por mérito propio y bajo sus propias condiciones, es superado al ser absorbido por y
contenido en el “aquí y ahora””1012.
- 241 -
no es que el pensamiento hegeliano esté errado, sino que han sido los acontecimientos de la
historia, los que han desprovisto sus afirmaciones, de todo el valor que tenían1014.
Si por un lado, Fackenheim afirma que el mayor pensador que ha existido fue
Hegel, considera que el mayor pensador judío que haya existido fue Franz Rosenzweig1015.
Aunque éste estudiara a Hegel (su tesis doctoral así lo testifica), se opone a la solución que
plantea Hegel1016. La fuerza del texto bíblico según Rosenzweig es que es el depositario de
la Revelación1017. El planteamiento hermenéutico en Rosenzweig es dual:
- 242 -
momento y lugar históricos bien definidos, sino que se puede dar en cualquier momento y
en cualquier lugar1023. La Revelación no es un acto lejano en el tiempo y el espacio, sino que
reside en la capacidad de recepción siempre presente del aquí y del ahora1024. Y es que el encuentro
entre lo divino y lo humano según Buber, NO debe entenderse de dos formas:
- 243 -
a) No cree nada a priori; no deja de creer nada a priori1030;
b) La certeza pre-moderna de la fe se pierde, pero no se pierde un sentido de
apertura hacia la misma1031;
c) El principio por el que cada generación debe enfrentarse de forma renovada,
nueva a los dilemas que el Libro plantea1032.
Según Fackenheim, los dos primeros no se ven afectados, pero el tercero sí, cuando
se tienen en cuenta dos aspectos esenciales: la realidad de Auschwitz y la presencia de
Jerusalén, el estado de Israel1033. Buber, como intelectual y como europeo, no podía ignorar
las premisas de interpretación de historiadores y teólogos del texto bíblico, como tampoco
era ajeno al eurocentrismo, que su misma biografía dictaba1034. A ello, Fackenheim
contrapone que el mundo moderno ya no tiene como centro al viejo continente y que no
hay una sola noción de “hombre”, sino una pluralidad, en la que tienen cabida tanto el
hombre como la mujer de hoy1035. La división fundamental entonces que persiste, es la de
judío y cristiano, que sin embargo procede ya de tiempos bíblicos1036, de personajes
simbólicos y contradictorios de la Tanach, Mordecai y Ahasverus, Noemí y Ruth,…Lo que
sin embargo, se insiere como un novum en la historia es la distinción entre “ario” y “no
ario”, que la legislación germana de Nuremberg de 1935 se encargó de afirmar de forma
contundente1037. La injusticia de esta división y este es un tema ya abordado, es la falta de
elección de los judíos. El “no ario”, el judío, no podía escapar de dicha denominación; sin
embargo, el “cristiano” sí podía aceptar o rechazar su pertenencia al grupo de los arios1038.
Ello no solamente llevaba a diferenciarlos, sino que incluso sus opciones personales
llevaban a un nuevo aparato categorial. En palabras de Fackenheim, “(…) si un cristiano
salvaba la vida de un judío se convertía en un héroe cristiano, mientras que el judío salvado era meramente
un superviviente. Si no lograban salvarle, se convertían en mártires cristianos, mientras que el judío
asesinado sería solamente una víctima”1039.
De todo esto se deriva, que la separación entre ambas comunidades y la relación
entre ambos nunca podría ser igual, como tampoco lo podría ser la exégesis de los textos
- 244 -
sagrados y ello se refleja especialmente en las interpretaciones de eminentes teólogos como
Dietrich Bonhoeffer, Paul Tillich, Kart Barth y Rudolf Bultmann, que mantuvieron la
independencia de criterio necesaria para los nuevos tiempos.
De Bonhoeffer, cuyo conocido compromiso con sus compatriotas le impidió
disfrutar de un exilio dorado en Estados Unidos, puesto que no podría con autoridad
moral, participar en el futuro de Alemania si se había mantenido al margen. Bonhoeffer, el
“conspirador”, Bonhoeffer el teólogo comprometido con el asesinato de Hitler, es el objeto
de reflexiones de Fackenheim. ¿Se le podía considerar parte, partícipe o creador de una
cierta teología post-Holocausto? Compleja cuestión, pues su ejecución el 9 de abril de 1945
imposibilitó que pudiera conocer la barbarie que él mismo se había propuesto acabar con
su compromiso político. Eberhard Bethge, su discípulo y amigo, afirmaría que no podría
haber imaginado jamás, los límites y la indiferencia de la teología que representaba1040. Paul
Tillich criticó lo idolátrico de suponer que Dios estaba de parte de cada bando en la Gran
Guerra1041. Rudolf Bultmann, que permaneció en Alemania, avisó de la llamada “idolatría
de la nación” y de la futura victimización de los judíos en mayo de 1933, escasamente
cuatro meses después de la ascensión de Adolf Hitler al poder1042. Y a pesar de todo,
Bultmann veía como algo contradictorio, una “ilusión” y una “paradoja”, el concepto de
Israel como una “entidad histórica y empírica”1043. Y Kart Barth, todavía consideraba al
pueblo de Israel como un pueblo que había rechazado a su Salvador y consideraba algo
absurdas, las aspiraciones a la creación del Estado de Israel y la modernización del hebreo,
como la exaltación de “una especie de Esperanto”1044.
Y es que desde el prejuicio, no puede hablarse del origen de ninguna teología post-
Hololocausto. La visión que se tenga de las relaciones entre judíos y cristianos, no
solamente supone una interpretación distinta del texto sagrado, sino parte y porción de una
cosmovisión distinta, que sitúa a ambas comunidades en polos opuestos.
Sin embargo, y para salvar y posiblemente, dejar un hiato a la esperanza, Eberhard
Bethge, con quien Fackenheim habló sobre el tema y en el contexto de una conferencia
dentro del Tercer Forum Internacional sobre Dietrich Bonhoeffer, su discípulo cita a
Bonhoeffer, que dice, “La expulsión de los judíos de Occidente supone también la expulsión de Cristo,
puesto que Jesucristo era judío”1045. A esto, William Jay Peck, profesor emérito de estudios
- 245 -
religiosos de la Universidad de Carolina del Norte, responde lo que supondría para la
comunidad cristiana, la indiferencia con la que esta actuó frente a la ignominia nazi,
respondiendo que “Si la expulsión de los judíos de Occidente supone la expulsión de
Cristo, ¿qué deberemos afirmar acerca de la aniquilación de los judíos, que se inició unos
meses más tarde?”1046.
Siguiendo con la interpretación de Buber, lo cierto es que para que el texto bíblico
tenga fuerza y validez en el momento presente, debemos estar abiertos a lo que Buber
denomina una mezcla de “vejación” y “desafío”, mientras que al mismo tiempo, debe haber
una “disponibilidad para escuchar y obedecer”1047, algo parecido a la “resistencia y
sumisión” de un Bonhoeffer. La lectura del texto sagrado tiene un carácter paradójico. El
pueblo de Israel, sacado de la esclavitud de Egipto y habiendo atravesado el Mar Rojo, se
ve interpelado en la travesía del desierto, por la magnificencia de los grandes momentos de
salvación y las penurias y necesidades posteriores. Al leer ésto, ¿en qué lugar deberemos
situarnos? ¿Del lado de quien justificadamente se queja o de lado del narrador, de Moshe
Rabbenu, del liberador Moisés o del Dios que arrastra a su pueblo por el calor ardiente del
desierto del Sinaí? Y es esta dicotomía, el sometimiento, la pasividad, la obediencia frente a
la rebelión, la lucha, la obstinación y la dura cerviz, lo que está en juego, en un nuevo juego
interpretativo. En el relato bíblico del Éxodo, hay contínuas referencias al “bienestar” de
Egipto frente a la dureza de las condiciones de la entrada en la Tierra Prometida. Esta
dualidad se ve incluso en reacciones del propio Yahweh, la distinción entre la Gracia y el
Perdón y la Aniquilación de un pueblo que se ha construído un ídolo, un becerro de oro,
que ahora reconocen como la deidad que los sacó de Egipto1048. Con cierto pesimismo, las
historias del antiguo Egipto no pueden compararse con las del ghetto de Varsovia en 1942
y los diarios de Chaim Kaplan1049 y Adam Czerniakow1050, éste último sacrificando su vida
por centenares de niños. Lo cierto es que con pena, Fackenheim se ve obligado a decir:
Ghetto de Varsovia y que murió en Treblinka entre finales de 1942 y principios del 1943.
1050 CZERNIAKOW, Adam (1880-1942), lider del Consejo Judío Local del Ghetto de Varsovia, que
queriendo proteger de las deportaciones a un orfanato, se vio desbordadoo y acabó suicidándose. También es
mayormente conocido por el diario que escribió, relatando las terribles circunstancias en las que él y su
comunidad vivían.
- 246 -
“(…) se puede decir que la salvación vino una vez más, pero esta vez, por primera vez, llegó demasiado
tarde”1051.
El texto sagrado no sólo refleja la historia sagrada del pueblo judío, una de las
interpretaciones más afines de la teología cristiana1052, sino que también es el reflejo de la
historia y de las vicisitudes de un pueblo, de todas las contradicciones históricas del mismo
y de todos los problemas que tuvo con las naciones. Es el reflejo de un estado nuevo, de
una realidad, el Estado de Israel, una realidad democrática como pocas1053, que refleja las
aspiraciones de sionistas, judíos religiosos y no religiosos, judíos que han huído
históricamente de la vieja Europa donde se han visto oprimidos. Algunos de los personajes
como Esther, pueden ser interpretados bajo una nueva luz, la de muchas heroínas que de
forma anónima, arriesgaron su existencia y lucharon contra enemigos, contra reyes como
Jerjes (lease Hitler). Los personajes de la Bíblia hebrea, en sus luchas históricas con sus
enemigos, son a su vez, reflejo y símbolo de hechos contemporáneos1054. Y sin embargo,
como texto épico, el texto bíblico tiene características y dimensiones profundamente
personales o religiosas y ha suscitado reacciones que ni siquiera, la Ilíada o la Odisea, por
poner otros ejemplos de relatos épicos, han podido crear1055. El relato bíblico ha hecho posible
una Diáspora1056, ha sido el objeto de inspiración de la emigración masiva de millones de
individuos para la creación de un estado, de una realidad, que no existió jamás y que
recuperó la “tierra prometida” al patriarca Abraham. El mismo relato bíblico, en su
significado más profundo, también ha resistido a los embestidas de una creciente
desmitologización de los dioses, cosa que no ha afectado al Dios de Israel1057. Y es que
hablar de la épica de Israel, supone hablar de la formación del estado de Israel. Y a pesar de
todo, Israel debe dar cuentas siempre. En este sentido Fackenheim menciona que ese
personaje ilustre, Arthur Koestler, afirmaba que Israel debía ser como el resto de las
naciones, y ello contrasta con la conocida retórica del “derecho a existir”, apelativo que se
no se aplica a Inglaterra o a Luxemburgo1058. Pero este estado, que es la cristalización de las
esperanzas históricas de los judíos, no tiene un sentido redentor, no puede negar la realidad
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del Holocausto y se sigue viendo amenazado de forma contínua por los países vecinos1059.
¿Qué queda de la narrativa épica de Israel y su encarnación en la historia y de la Biblia
como narración del discurso religioso de un pueblo? La resurrección de la esperanza
presente en la narrativa bíblica queda ligada a la resurrección cuasi literal presente en el
libro de Ezequiel, donde el hálito divino logra encarnar a huesos barridos por los elementos
y al recuerdo de los inocentes, cuyos gritos se apagaron en los hornos crematorios de
Auschwitz1060. Frente a esto, el desprecio por el Libro hubiera podido ser absoluto1061, más
solamente una “esperanza resurrecta”, que quiere decir, elevada de nuevo a la vida, ha sido
lo que permanece y lo que ha permitido, que la fusión entre lo secular y lo religioso se hay
fundido en el Estado Judío. Dios no abandonó a su Pueblo, no los olvidó en medio de esos
doce años ignominiosos, sino que “Dios se acordó”1062.
- 248 -
Cristianismo1069. En ese sentido, Lutero y Hitler se sitúan en puntos opuestos: uno amaba la
Biblia, el otro profesaba un odio por la misma (llegando a decir en el ignominioso Mein
Kampf, que Moisés era un bolchevique y que Lenin era judío). Para ambos, el texto bíblico
suponía un revulsivo, pero en sentidos contrarios1070. El caso es que la separación de ambas
comunidades por el texto sagrado supone para los judíos, no considerar a los cristianos
como enemigos sino como amigos y para los cristianos, no robar el texto sagrado ni
hacerselo suyo y relegarlo a ser meramente “su” Antiguo Testamento1071. La lectura del
texto sagrado se hace más compleja cuando se tienen en cuenta las barbaridades de
Auschwitz y de Ravensbrück1072. La tension existente entre ambas comunidades depende
ante todo, de la absorción del texto sagrado por parte del Cristianismo, que en una vision
supersesionista, se ve a sí mismo, como la continuación histórico-teológica del judaísmo.
Fackenheim, por otra parte, representaría la necesidad del judaísmo de mantenerse
independiente y de tener derecho a su propia existencia y autonomía. En este sentido,
Fackenheim recupera la figura de Job, que tras habersele sido arrebatado todo, recupera de
nuevo, sus riquezas y ante todo, sus hijos. Pero la pregunta, es ¿puede compensar la
recuperación, la pérdida que tuvo que experimentar en primer lugar?1073 ¿Es posible vivir
hacia delante sin olvidar lo pasado? El dilema de Job es el dilema del pueblo judío, que
debe vivir hacia delante acompañado de Auschwitz. ¿Sigue siendo posible llevar a término,
una vida judía después de Auschwitz? Fackenheim se arriesga y afirma que sí. ¿Dónde? En
Israel1074. Esta cuestión le lanza a una curiosa reflexión con futuribles o futuros posibles. La
posibilidad de vivir una vida judía es factible solamente porque existe el Estado de Israel,
pero ¿hubiera esto sido posible, sin toda la serie de acontecimientos, desde las Declaración
de Balfour del protectorado británico de Palestina, pasando por la Primera Guerra Mundial,
el tratado de Versalles y la fuerza para resistir y sobrevivir que llevó a los pocos
supervivientes de la Shoá a desear con total y absoluta convicción, un hogar y una patria
judía permanente?1075
Es verdad que la tension entre ambas comunidades nunca podrá resolverse del
todo. Incluso, autores como Elie Wiesel, han renunciado a las esperanzas mesiánicas de
antaño ante la realidad Auschwitz1076. La única posibilidad de un acercamiento posible es
- 249 -
considerar que la Gracia y Misericordia Divina predicada por los cristianos sea en cierto
modo, equiparable a lo que se afirma en el Talmud de Babilonia1077, cuando se dice que
Hallel (un rezo para dar gracias que consiste en la lectura de los Salmos 113 al 118), que se
recita por judíos observantes en las festividades del calendario judío, no debe reservarse
para celebraciones festivas, sino “(…) por cada desastre que amenazaba y que no ocurrió”1078,
siendo que ese agradecimiento a la Misericordia Divina, sea aquello que una a ambas
comunidades y ambas lecturas de la Biblia de forma definitiva.
- 250 -
2.15. Kant, Schelling y la historicidad (1996)
corresponden con la página 240 (Permisos y agradecimientos) por cuanto se da obviamente la cesión de
derechos editoriales para la publicación de los textos.
- 251 -
2) Kant y el mal radical1089;
3) La concepción de la historia de Kant1090;
4) Schelling en el periodo 1800-1801: El Arte como revelación1091;
5) La filosofía de las artes literarias de Schelling1092;
6) La filosofía de la religión de Schelling1093;
7) La concepción de la filosofía positiva de Schelling1094;
8) Metafísica e historicidad1095;
9) La historicidad y la transcendencia de la verdad filosófica1096 y,
10) Acerca de la actualidad de lo racional y la racionalidad de lo actual en Hegel1097.
El epílogo1098, que más que un epílogo, puede considerarse una parte más del propio
libro, tiene por título “Holocausto y Weltanschauung: Reflexiones filosóficas acerca de
porqué lo hicieron”, con una cita “corruptio optimi pessima est”, la corrupción de los mejores
es la peor de las corrupciones, es ciertamente significativa del sentido, la nostalgia, la rabia,
el resentimiento aunque posterior superación de la ruptura del judaísmo germano.
Esta obra es uno de los pocos oasis intelectuales que se permite Fackenheim tener a
lo largo de su vida. La Guerra de los Seis Días en 1967 hizo que uno de los dos sombreros
a lo que siempre había hecho gala, predominara frente al otro. La especulación de la
filosofía germana se veía invadida por la urgencia, la vehemencia y la emergencia de otro
ataque, de otra expresión del antisemitismo, que le había obligado a huir de Alemania. John
Burbidge alude a esta necesidad de repensar el pasado, frente al temor que el Holocausto
1088 KSH, pág. 3-19. Este texto fue publicado como “Immanuel Kant” en la obra: Cf. Nineteenth Century
Religious Thought in the West (Editada por SMART, Ninian; CLAYTON, John; KATZ, Stephen y SHERRY,
Patrick)., 1985, cap. 1, pág. 17-40. Permiso cedido por Cambridge University Press
1089 KSH, pág. 20-33. Tomado de: Cf. “Kant and Radical Evil”, University of Toronto Quarterly, Vol. 23 (1953),
página 323. La cita del libro que nos ocupa es: Cf. “Schelling’s Philosophy of the Literary Arts”, Philosophical
Quarterly, Vol. 4 (1954), pág. 310-326. Permiso cedido por Blackwell Publishers.
1093 KSH, pág. 92-108; Tomado de: Cf. “Schelling’s Philosophy of Religion”, University of Toronto Quarterly,
Vol. 22 (1952), pág. 1-17. Permiso cedido por la University of Toronto Press.
1094 KSH, pág. 109-121; El texto original en Review of Metaphysics, Vol. 7 (1954), cap. 4, pág. 563-582.
1095 KSH, pág. 122-147; MH (1961). Permiso cedido por Marquette University Press. Ciertamente en esta
“segunda edición”, la distancia de 31 años y la maduración filosófica y teológica plena de nuestro autor, ha
alterado considerablemente el aparato crítico de esta obra respecto del modesto pero culto aparato crítico que
apareció en su primera edición.
1096
KSH, pág. 148-163; Tomado de las Actas del VII Congreso Interamericano de Filosofía, que se llevó a
cabo en la universidad de Laval, en Québec (Canadá), en 1967.
1097
KSH, pág. 164-171; Review of Metaphysics, Vol. 23 (1970), cap. 4, pág. 690-698.
1098
KSH, pág. 172-185; JPH, pág. 146-158; publicado originariamente en: Cf. Holocaust and Genocide Studies 3,
Vol. 2 (1988), pág. 197-208. Permiso cedido tanto por Oxford University Press como Indiana University Press.
- 252 -
pudiera volver a suceder1099. La necesidad de la definición de la identidad judía frente al
espíritu especulativo dejó para más tarde, 1996, el año cumbre de su madurez filosófica, la
edición de los escritos que mostraban al Fackenheim menos combativo y más inmerso en
la belleza de una esgrima intelectual sin límites.
El prefacio de la obra escrito por John Burbidge1100, el editor de la obra, recuerda
varios datos fundamentales acerca de esta obra, que recoge la mayoría de los escritos que se
encuentran de forma subyacente y redactados antes o de forma de simultánea a su obra de
1961 Metaphysics and Historicity.
El estudio de estos grandes autores es en el fondo, el estudio de una generación que
vio cuestionada su misma identidad. La prisa de los estudios en el seminario teológico de
Berlin y la prisa por salir del país, forzada por el devenir histórico, venía de un estado de
cosas – primordialmente, las leyes raciales de Nuremberg de 1935- donde la aparente
concordia de la que había sido al menos en el imaginario de una buena parte de la
comunidad judía, una simbiosis judeogermana, se veía puesta en tela de juicio: “Nuestros
padres y abuelos habían sido judíos germanos, pero ¿quiénes eramos nosotros? Ciertamente, ¿quiénes eran
judíos ahora?”1101
Tanto la búsqueda del pasado y del futuro quedan enraizados en ese momento
histórico. Y es posteriormente, la guerra de los Seis Días en 1967 la que lleva a temer un
segundo Holocausto1102. Y es que no hay manera de ir y volver a la Shoah sin verse
afectado por ello1103. A estas alturas de su vida, la de mayor madurez filosófica, se plantea
de si se ha alcanzado o no, eso que ha venido a llamar un “pensamiento filosófico judío
post-Holocausto”1104. La necesidad de esta reflexión viene del asesinato del “judaísmo
germano”, la noche del 9 de noviembre de 19381105.
- 253 -
2.15.2. El Holocausto y su Weltanschauung1106
- 254 -
La tercera era una Weltanschauung hitleriana, fundada en la necesidad de espacio y el
principio de seguimiento de la voluntad del Führer. El fundamento último de la misma fue
el antisemitismo. Lo cierto sin embargo, es que cualquier pensamiento alemán posterior
que se precie o tiene en cuenta la Shoá o no será pensamiento en absoluto.
- 255 -
2.16. Reflexiones adicionales del Holocausto1112
va a vivir con su familia a Viena. Trama amistad y estudia bajo el amparo del psicólogo Alfred Adler. En 1926
se traslada a Berlín y se hace miembro del Partido Comnista. Tras una estancia en prisión, emiga
sucesivamente a Yugoslavia y Paris en 1934. Lucha con el ejército francés en 1939. Con la venida del régimen
de Vichy, se va primero a la zona libre de Francia y luego a Suiza, por las crecientes deportaciones de judíos.
Desde 1945 hasta su fallecimiento el 5 de febrero de 1984, su residencia estará fijada en la capital francesa.
1117 JPH, pág. 121.
1118 JPH, pág. 122.
1119 JPH, pág. 122.
- 256 -
ejército, conductores de ferrocarriles, empresarios, etc.)1120. Estos se encargaban del cómo,
mientras que una pléyade de historiadores, filósofos y teólogos se encargaban del porqué1121.
Este otro conjunto se dividió entre aquellos que fueron cómplices silenciosos y aquellos
que crearon las categorías ario-no ario, los teólogos que hicieron a Jesús un ario y el
conjunto de neopaganos que rechazaron el Cristianismo como no ario (entre ellos, cabe
cifrar a Heinrich Himmler)1122. Una de las razones del porqué era la consideración del judío
como “maligno” y casi como una conquista del “cielo”, en el que la victoria del judío, sería
según el Mein Kampf de Hitler, la “corona funeraria de la Humanidad”1123. Jamás un estado
se había propuesto la eliminación total de un pueblo entero de todo un continente, con tal
ferocidad y con tanta determinación; no solamente el Holocausto no tiene precedentes sino
que es de una magnitud inigualable y tiene dimensión en la historia del mundo1124.
Y sin embargo desde un punto de vista historiográficos, según algunos (Arnold
Toynbee1125, entre otros), lo que hicieron los nazis no tiene nada de singular1126. Fackenheim
evidentemente objeta y manifiesta que el filósoifo se ve obligado a penetrar más allá de
todas las evasiones y distorsiones ideológicas. Se debe dar un giro antropológico a la
cuestión. Los hechos marcaron un cambio de rumbo en la consideración de lo que podía
hacerse y lo que podía padecerse por otros. Algo tan íntimo como las condiciones de la
propia muerte; la muerte dentro de los campos de concentración se había convertido algo
así como en una categoría administrativa y una circunstancia, determinada por una
coyuntura política adversa (en este caso, contra los judíos)1127. El individuo no moría en los
campos de concentración, moría el especímen1128.
Al cambio de la consideración de la muerte de los individuos, cabe añadir el cambio
mismo de las formas de existencia. Los campos de concentración crearon la figura del
Muselmann, una nueva forma cuasi ontológica de individuo, que está y que no está, un
muerto viviente, un ser anónimo tan vaciado de alma que siquiera sufre, que trabaja y se
inglés. Está considerado una de las figuras intelectuales de primer orden de la segunda mitad del siglo XX.
Formado académicamente en Oxford en los “Clásicos” (lengua y literatura grecolatinas), ejerció de profesor
en la Universidad de Londres, y en la London School of Economics. Su obra más conocida es el inmenso conjunto
de doce volúmenes Estudio de la historia, publicada entre 1933 y 1961.
1126 JPH, pág. 123.
1127 JPH, pág. 123-124.
1128 JPH, pág. 124.
- 257 -
mueve en silencio. Fackenheim llama al Muselmann, la “más original contribución del Tercer
Reich a la civilización”1129.
No solamente cambia la figura de la víctima, sino también la del “verdugo”, que
podría entrar en la categoría de Hannah Arendt de la “banalidad del mal”, ciudadanos
ordinarios capaces de las mayores barbaridades, que volvieron tras la guerra, a ser
ciudadanos respetables sin remordimiento ni angustia moral alguna1130. El juego dialéctico
que planteaba Hannah Arendt, que culpa al “sistema” de los actos de los individuos, olvida
que fueron esos mismos individuos, los creadores de ese “sistema”1131. No hay un estado de
cosas externo al mundo, no hay dos niveles, sino una misma realidad que ofrece facetas
distintas. En el caso de la barbarie nazi, el mero hecho de haber nacido, conllevaba para
todo judío, una sentencia de muerte, y para los nazis, la tortura, degradación, asesinato de
otros seres humanos, no era un medio sino un fin en sí mismo y constituía su misma
esencia1132. Si hasta ahora era concebible que el hombre pudiera desarrollarse ad infinitud
hacia una perfección de un crecimiento exponencial indefinido, puede afirmarse desde
Auschwitz, lo mismo en sentido contrario, es decir, que la depravación humana puede
llegar a límites insospechados1133. El Holocausto no es solamente un hecho histórico, sino
que se convierte en un punto de inflexión (Franklin Littell)1134, en una “caesura” (Arthur
Allen Cohen)1135o en una “ruptura”(Fackenheim)1136 del proceso histórico humano1137.
Todo esto es desde el punto de vista filosófico, pero ¿qué pasa desde la dimensión
teológica? No puede ignorarse Auschwitz. Los cristianos deben relacionarse de forma
positiva con los judíos, no “a pesar de” la no aceptación del Cristo, sino precisamente “por
ello”1138. La teología cristiana se ve obligada por los acontecimientos históricos a renunciar
a su voluntad misionera respecto de los judíos e incluso a reconocer, que de forma
inherente a su credo y sus textos sagrados (siendo el fundamental, el Nuevo Testamento) se
encuentran las raíces del antisemitismo histórico1139, como llega a afirmar con
- 258 -
contundencia, A. Roy Eckardt1140. Cualquier intrusismo o actitud proselitista por parte de
los cristianos puede entenderse como seguir haciendo lo que Hitler se propuso1141.
Para adentrarse todavía más en la cuestión y para entender matices que no se
encuentran obviamente presentes, Fackenheim se dispone a comparar cuatro puntos del
llamado “judaísmo Galut” (judaísmo del exilio)1142, la experiencia del judío en situación de
exilio, de soledad, de persecución política y religiosa. Esta experiencia o manera de ser, que
podía considerarse como aquel fundamento último en el que los judíos sometidos
históricamente a adversidades como el antisemitismo francés y alemán, las expulsiones
medievales, la destrucción del templo de Jerusalén en el año 70 de la Era Cristiana, es la
respuesta “normativa” y “que marca época”, no puede equiparar sus principios básicos a lo
que sucediera en el Holocausto1143.
“1. Un judío puede pacificar o sobornar, esconderse o huir de un enemigo, y que habiendo tenido éxito,
puede dar gracias a Dios por su salvación.
2. En una situación extrema en la que la salvación sea imposible, cuando sólo puede evitarse la muerte
mediante la apostasía, puede escoger la muerte, convirtiéndose en un mártir. De este modo, puede estar
seguro que mientras que ningún judío debe buscar su propia muerte, el kiddush ha-Shem (la Santificación
de Dios mediante la muerte) es el estadio más alto de su dignidad como hombre1144.
3. El exilio, aunque doloroso, puede soportarse, ya que tiene sentido, ya sea por el castigo de pecados judíos,
el sufrimiento vicario por los pecados de otros, o simplemente por motivos inescrutables, solamente conocidos
por Dios.
4. El Galut no durará para siempre. Si no es uno mismo o los hijos de los hijos, de cualquier modo, algún
descendiente vivirá para ver la Venida del Mesías”1145.
Frente a esto, el Holocausto como hecho sin precedentes, tiene las siguientes
características:
1140 ROY ECKARDT, A. (1919-1998), profesor emérito de estudios religiosos de la Lehigh University
(Bethlehem, Pennsylvania, EE.UU.), reconocido por sus estudios de la relaciones entre judíos y cristianos.
Opinaba que los fundamentos del antisemitismo y la responsabilidad última del Holocausto tiene sus raíces
en el Nuevo Testamento.
1141 JPH, pág. 126.
1142 JPH, pág. 126.
1143 JPH, pág. 126.
1144 Tomado de Maimónides, de su Respuesta al Martirio (Nota 20, pág. 257).
1145 JPH, pág. 126.
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“1. El Holocausto no fue un gigante pogrom1146 del que uno se podía esconder hasta que la visita de los
cosacos borrachos se hubiese terminado. Este enemigo estaba del todo sobrio, era sistemático y no dado al
azar. Con la excepción de los pocos afortunados, no había forma de ocultarse.
2. El Holocausto no fue una gran expulsión, sino que provocó no sólo la necesidad sino la posibilidad del
de recurrir de nuevo a deambular, con la Torá como “patria portátil”1147. Incluso cuando el Tercer reich
todavía estaba satisfecho con expulsar a judíos, no había excepto para los afortunados o los precavidos,
lugar alguno al que ir. Y cuando el Tercer Reich ya no estaba satisfecho con meras expulsiones, de haber
habido un lugar de refugio, éste no se hubiera podido alcanzar.
3. El Holocausto no fue un asalto en que se pudiera sobornar o la pacificar al enemigo. Éste era un
“idealista” que no podía ser sobornado y que no estaría en paz hasta la muerte del último judío.
4. El Holocausto no fue un reto para destruir el martirio judío, sino más bien,el intento de destruir la
posibilidad del martirio para siempre. Adriano declaró la muerte para quienes practicaran el judaísmo y
por ello inspiró el martirio de figuras como el Rabbi Akiva1148, que a su vez inspiró a multitud de
generaciones de judíos. Hitler, como Adriano, buscó la destrucción del judíos, pero fue más astuto que
Adriano y evitó repetir la locura del antiguo emperador. Decretó la muerte de los judíos, no por
actuar como ni por creer como judíos, sino más bien por ser judíos, por el crimen
de poseer ancestros judíos. De este modo, el martirio judío se tornó irrelevante. Más aun, se
hicieron también todos los esfuerzos para imposibilitar el martirio, y el esfuerzo supremo en este sentido fue
la fabricación del Muselmänner. El mártir escoge morir; en cuanto al Muselmänner, “uno duda si
llamarles seres vivos; uno duda si llamar su muerte, muerte”1149.
Y a pesar de verse sin la libertad para escoger su fin, los hubo que pudieron
disponer de su final libremente. Sin embargo, el recuerdo que se les puede dispensar debe ir
parejo también a la de tantos inocentes, niños en su mayoría, que no tuvieron esa
opción1150.
En un conocido midrash sobre la Destrucción del Templo en el año 70 de la Era
Cristiana, se dice que Dios hizo jurar a los gentiles un solo juramento, y dos para los judíos.
A los gentiles se les pidió no perseguir a los judíos, dada su indefensión y la falta de una
tierra/estado. A los judíos, se les hizo prometer no “resistirse” a sus perseguidores y “no
subirse al muro”, es decir, no volver prematuramente a Jerusalén1151. Fackenheim se
pregunta si Auschwitz no fue demasiado1152. La súbida vuelta a Palestina propugnada por el
sionismo supuso con toda probabilidad, el incumplimiento de ese juramento por los judíos.
1146 Pogrom, término procedente del ruso en cuya lengua significa “destrucción”, empleada en la lengua
inglesa desde 1905 y que se aplica a las masacres o ataques organizdos a judíos y otros grupos, que
generalmente cuenta con la connivencia gubernamental, como fuera el caso en la Rusia del finales del siglo
XIX
1147 Una noción tomada del poeta judío Heinrich Heine y que menciona, en primer lugar, también en su libro
¿Qué es el judaísmo? (pág. 60-61).
1148 JPH, pág. 126.
1149 JPH, pág. 127.
1150 JPH, pág. 127.
1151 JPH, pág. 127.
1152 JPH, pág. 127.
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Aunque clama desde la tierra como dos blasfemias, dos hechos considerables: el grito de
los niños inocentes y los Muselmänner, y la figura de un Dios que deliberadamente los
consigna a tal destino1153. Siendo como fue que Auschwitz simbolizó el incumplimiento de
por parte de los gentiles, los judíos quedaron eximidos de su jura.
Lo cierto es que un judaísmo post-Galut estaría al orden del día. Volver a Jerusalén
y resistir a los enemigos se han vuelto deberes ineludibles. El judío tiene la obligación de no
mostrar debilidad frente a los enemigos que quieren su sangre y el deber de consagrar una
patria y un Estado que ponga fin a milenios a la figura del “judío errante”1154. Y en medio
de tantas reflexiones acerca del martirio y la muerte de millones, lo cierto es que si algo
debe se respetado, es la vida. El verdadero triunfo frente al enemigo (Fackenheim toma la
anécdota de rabino Isaac Nissembaum1155 del ghetto de Varsovia) no es el kiddush ha-Shem
(martirio) sino el kiddush ha-hayyim (la santificación de la vida)1156. El horror experimentado
por los judíos y el exilio sin parangón son la expresión de una fidelidad y una voluntad de
vivir, cuyo producto máximo es el Estado de Israel, un estado frágil, con un nuevo idioma,
que tiene que convertirse en la sede central del judaísmo futuro. Parafraseando a Voltaire
(“Si no existiera un Dios, habría que inventarlo”), Fackenheim manifiesta con una fueraza
inaudita, “Si un estado judío no hubiera surgido tras el Holocausto, sería una necesidad
religiosa-aunque quizás uno teme, una cuasi imposibilidad política-crearlo ahora”1157.
La filosofía ha tenido muchos objetos y ha ignorado sin contemplaciones al
Holocausto1158. Entre las causas cabe cifrar que la filosofía casi siempre se ha ocupado de lo
universal, rara vez de lo particular y menos todavía de lo que es único, aunque haya
excepciones (el tratamiento de la Revolución Francesa por Hegel y Marx, siendo una
notable rareza). En segundo lugar, el tema judío se ha obviado también. Se les considera
desde el punto de vista meramente étnico o religioso o sencillamente desde el prejuicio.
Hasta tal punto llegaba la prevención a los judíos que el Tercer Reich focalizó su concepto
básico de “ario” y lo definió fundamentalmente como lo “no judío” (a pesar de
excepciones hechas con “Arios honorarios” como los japoneses y el Mufti de Jerusalén. Y
en tercer lugar, es un hecho de claras connotaciones negativas.
rabino, se convierte en uno de los grandes paladines del movimiento, miembros del llamado partido Mizrachi
(representante del sionismo religioso, que abogaba por la mayor presencia de la religión en la creación del
Estado de Israel), ejerció de editor y su labor como cronista, exegeta y divulgador del sionismo es
ampliamente reconocida. Murió asesinado en el ghetto de Varsovia en 1942.
(Cf. www.jewishvirtuallibrary.org).
1156 JPH, pág. 128.
1157 JPH, pág. 128.
1158 JPH, pág. 129-136.
- 261 -
Tres afirmaciones contundentes de Fackenheim sobre la Shoá:
a) El Holocausto es único;
b) El Holocausto es, en su misma esencia, antijudío y,
c) El Holocausto es un novum en la historia del mal1159.
En el estudio comparativo que realiza con el genocidio armenio, por debajo de los
problemas logísticos que pudiera plantear dicho exterminio, en la visión nazi había una
Weltanschauung, una cosmovisión que impedía cualquier cosa que no fuera, la aniquilación
total de los judíos1161. La unicidad del mismo tiene su fundamento en su “carácter
intencionado, planificado y por el éxito que obtuvo”. Los medios empleados también
fueron únicos:
a) una definición escolástica de las víctimas;
b) procedimientos jurídicos para despojarles de derechos;
c) un aparato técnico que culminó en trenes asesinos y cámaras de gas y, ante todo,
d) un ejército de asesinos y cómplices directos o indirectos: administrativos,
periodistas, abogados, directores de bancos, médicos, soldados, conductores de
ferrocarriles, empresarios y un sinfín más de ocupaciones1162.
Y es que sin la ayuda de tantos miembros de la sociedad civil alemana, hubiera sido
imposible que el estado creado por las SS, el verdadero motor del régimen nazi, hubiese
podido llevar a cabo las barbaridades que hizo1163. La complicidad directa de unos no
- 262 -
hubiera tenido la efectividad que tuvo con la complicidad indirecta de intelectuales1164 de la
talla de Martin Heidegger y Emanuel Hirsch1165. Pero quizás lo verdaderamente terrible fue
la deshumanización de las víctimas, que dejaban de ser “seres humanos” para considerarse
una peste y ello llevó a que muchos de los hombres encargados del exterminio, rara vez se
plantearan el porqué de la Shoah1166. Otra de las peores cuestiones era la innecesaria
humillación y tortura a la que eran sometidas las víctimas1167. La nueva visión creó una
división entre los seres humanos, en los que la mera existencia era un crímen, que debía ser
castigado mediante la humillación, la tortura y la muerte, estableciéndose así dos niveles, los que
castigaban y los que recibían el castigo1168. El castigo no era fruto de un crímen, sino que el
crímen era la vida misma, la existencia misma. Se creó otro mundo, un mundo paralelo, un
planeta, el planeta Auschwitz, que se regía por normas distintas, un reino que no pertenecí
a este mundo1169.
En el ámbito de la historia, lo que debe explicarse es la posibilidad de Auschwitz, y no
solamente esto, sino también su realización1170. El énfasis según Fackenheim debe ponerse
en que lo que antes se creía imposible (la locura de la Solución Final) se hizo posible en
Treblinka y en Auschwitz1171. Dicha visión hizo posible, la creación original del Muselmann,
esa figura que a través de la ignominia y los tratos vejatorios a los que era sometido, podía
ser la expresión final de la fealdad y repugnancia que conformaba la esencia misma de los
no arios, y concretamente del judío, el enemigo par excellence del Tercer Reich1172.
Fackenheim, que ha dedicado mucho tiempo a la víctima, vuelve su atención al
verdugo. El mal que perpetraron no podía ser el fruto de la ignorancia, pues había
doctorados en sus filas y la visión que tenían de sí mismos, no se correspondía con la
realidad. El prototipo de criminal nazi era un hombre mediocre, quizás respetable en su
momento, que cometió atrocidades sin parangón en la historia humana y que volvió a su
vida ordinaria sin sufrir el más mínimo insomnio1173. Fueron individuos que podían haber
pasado desapercibidos por su comportamiento ejemplar y su carácter anodino. La
banalidad del mal de Hannah Arendt tiene su ejemplificación en la figura de Hitler, sobre
- 263 -
cuya supuesta grandeza o mediocridad se han escrito volúmenes. Lo cierto es que no se
puede saber con seguridad, qué pensaba y con toda probabilidad, la confianza que emanaba
era más bien el fruto de una teatralidad ensayada1174. La afirmación de “ser parte del
engranaje” de Eichmann acaba dándole un poder inaudito a los pocos o al único
dirigente/Führer que de otro modo, no tendría. Lo cierto es que no eran ni más ni menos
hombres, sino hombres como todos, lo que no deja de ser terrible, pues no hay distancia
plausible entre ellos y nosotros. Fackenheim insiste en responsabilizar a todos y cada uno
de los que participaron, afirmando que “No sólo Eichmann sino que todos eran algo más
que “parte del engranaje”, y que aun siendo banales, anodinos, mediocres, crearon ese
sistema maldito1175. A pesar de las excepciones, a pesar de algunos oficiales “buenos”,
Auschwitz era mucho más que la suma de sus partes1176. El Todo era maligno, aunque
tuviera algunas ramificaciones buenas.
En ocasiones resulta necesario aludir al mundo del cine1177 para entender la Catástrofe.
Según George Hill, “lo inefable” puede llegar a expresarse. Fackenheim opina que es
posiblemente la mejor película de todos los tiempos sobre el tema más horrible de todos
los tiempos1178. Tras comentar tres escenas de la película, una de verdugos, Simone de
Beauvoir tras verla dice que no ha entendido nada y esta es según
Fackenheim, la actitud ideal1179. Hubo pensadores que se imaginaron cómo sería el diálogo
con filósofos nazis como J.M.Hare de la Universdidad de Oxford y luego, claro está la
detestable figura de Martin Heidegger. El tema de la justificación de figuras es algo
complejo. Muchos incluso afirmaban que Hitler no hizo nada malo y que si no hubiera sido
por el tema de los judíos, no habría habido grandes problemas1180. Lo que si se le puede
echar en cara no fue tanto lo que hizo durante la guerra, cuanto su actitud en las dos
décadas después de la segunda conflagración mundial1181. A pesar de un cierto
convencimiento de su postura contraria al régimen nazi al poco de empezar éste1182. Lo
cierto es que Fackenheim se pregunta cuál debería ser la reacción de un pensador alemán,
Lo cierto es que el “problema judío” sólo se entiende dentro del marco de una
antisemitismo pronunciado. El régimen nazi también fue el único sistema jurídico en el que
1174 JPH, pág. 135.
1175 JPH, pág. 135.
1176 JPH, pág. 136.
1177 JPH, pág. 121-128. Cap. 11 – Philosophical Reflections on Claude Lanzmann’s Shoah - JPH, pág. 137-
145.
1178 JPH, pág. 137.
1179 JPH, pág. 139.
1180 JPH, pág. 139.
1181 JPH, pág. 139.
1182 JPH, pág. 140.
- 264 -
un grupo de individuos eran culpables y debían probar su inocencia; todos estaban
imbuídos de la “culpa no aria” hasta que pudieran demostrar su “inocencia aria”1183. Aquí
es donde Fackenheim introduce una noción de responsabilidad colectiva1184. El problema al que
se enfrenta Alemania es enorme y no tiene precedentes: “(…) excepto aquellos que huyeron de la
Alemania nazi o lucharon en su contra, todos los alemanes vivos hoy, ya sea por sobrevivir debido a la
presunción de inocencia aria, o bien por ser los hijos de tales superviventes, están todos ellos implicados en la
muerte de aquellos que no sobrevivieron, debido a su “culpa no aria”: la supervivencia bajo la presunción de
“inocencia aria” supone el abandono de aquellso que se vieron bajo el yugo de la culpa “no aria”1185. La
culpa colectiva fue negada por Karl Jaspers aunque fue capaz de hablar de “vergüenza
colectiva”1186. La respuesta a estos interrogantes no está para Fackenheim ni en culpabilizar
a las generaciones actuales ni sintiendose acusado por los pecados del pasado, sino mirando
a las generaciones venideras1187. No ha habido filósofo, especialmente germano, que haya
contemplado en toda su inmensidad, el Holocausto1188. La culpa parece poderse atribuir a
una cierta actitud liberal, que universaliza los conceptos y al que no le preocupa el pasado,
sino solamente el presente1189, y cuando se menciona el Holocausto, rápidamente pasa
página desde una incomodidad ni deliberada ni consciente1190. Fackenheim insiste en la
imposibilidad de la equiparación entre genocidios o desastres como Hiroshima y
Auschwitz; según él, son cualitativamente diferentes y su vinculación conceptual lo que
hace es restarle importancia a ambos1191. Entonces, ¿cómo enfrentarse filosóficamente a la
Shoá?1192.
Amén de muchas de las consideraciones que sobre el concepto del Holocausto
realiza Emil Fackenheim a lo largo de las obras que hemos analizado, lo autobiográfico y lo
filosófico se unen en algunos de los textos que después compondrán su Epitafio del
judaísmo germano póstumo. De este modo, en algunas afirmaciones que no se encuentran
en su autobiografía pero sí en redacciones iniciales de la misma, muestra por ejemplo,
desde un óptica humana, que aprendió tres lecciones en Sachsenhausen:
- 265 -
Tener un recelos de las llamadas teologías generalistas1193, amar al hombre de a pie, los
amcha, su valentía, su decencia y buen humor en la adversidad y ante todo, su sabiduría1194 y
desde una óptica de la fe, nunca cuestionar porqué Dios permitió que todo sucediera1195. Se
dio cuenta que el enemigo no se detendría jamás y que había que ser fuertes para
sobrevivir1196.
va a vivir con su familia a Viena. Trama amistad y estudia bajo el amparo del psicólogo Alfred Adler. En 1926
se traslada a Berlín y se hace miembro del Partido Comnista. Tras una estancia en prisión, emiga
sucesivamente a Yugoslavia y Paris en 1934. Lucha con el ejército francés en 1939. Con la venida del régimen
de Vichy, se va primero a la zona libre de Francia y luego a Suiza, por las crecientes deportaciones de judíos.
Desde 1945 hasta su fallecimiento el 5 de febrero de 1984, su residencia estará fijada en la capital francesa.
1200 JPH, pág. 121.
1201 JPH, pág. 122.
1202 JPH, pág. 122.
- 266 -
ejército, conductores de ferrocarriles, empresarios, etc.)1203. Estos se encargaban del cómo,
mientras que una pléyade de historiadores, filósofos y teólogos se encargaban del porqué1204.
Este otro conjunto se dividió entre aquellos que fueron cómplices silenciosos y aquellos
que crearon las categorías ario-no ario, los teólogos que hicieron a Jesús un ario y el
conjunto de neopaganos que rechazaron el Cristianismo como no ario (entre ellos, cabe
cifrar a Heinrich Himmler)1205.
Una de las razones del porqué era la consideración del judío como “maligno” y casi
como una conquista del “cielo”, en el que la victoria del judío, sería según el Mein Kampf de
Hitler, la “corona funeraria de la Humanidad”1206. Jamás un estado se había propuesto la
eliminación total de un pueblo entero de todo un continente, con tal ferocidad y con tanta
determinación; no solamente el Holocausto no tiene precedentes sino que es de una
magnitud inigualable y tiene dimensión en la historia del mundo1207. Y sin embargo desde
un punto de vista historiográfico, según algunos (Arnold Toynbee1208, entre otros), lo que
hicieron los nazis no tiene nada de singular1209. Fackenheim evidentemente objeta y
manifiesta que el filósofo se ve obligado a penetrar más allá de todas las evasiones y
distorsiones ideológicas. Se debe dar un giro antropológico a la cuestión. Los hechos
marcaron un cambio de rumbo en la consideración de lo que podía hacerse y lo que podía
padecerse por otros. Algo tan íntimo como las condiciones de la propia muerte; la muerte
dentro de los campos de concentración se había convertido algo así como en una categoría
administrativa y una circunstancia, determinada por una coyuntura política adversa (en este
caso, contra los judíos)1210. El individuo no moría en los campos de concentración, moría el
especímen1211.
inglés. Está considerado una de las figuras intelectuales de primer orden de la segunda mitad del siglo XX.
Formado académicamente en Oxford en los “Clásicos” (lengua y literatura grecolatinas), ejerció de profesor
en la Universidad de Londres, y en la London School of Economics. Su obra más conocida es el inmenso conjunto
de doce volúmenes Estudio de la historia, publicada entre 1933 y 1961.
1209 JPH, pág. 123.
1210 JPH, pág. 123-124.
1211 JPH, pág. 124.
- 267 -
mismo de las formas de existencia. Los campos de concentración crearon la figura del
Muselmann, una nueva forma cuasi ontológica de individuo, que está y que no está, un
muerto viviente, un ser anónimo tan vaciado de alma que siquiera sufre, que trabaja y se
mueve en silencio. Fackenheim llama al Muselmann, la “más original contribución del Tercer
Reich a la civilización”1212. No solamente cambia la figura de la víctima, sino también la del
“verdugo”, que podría entrar en la categoría de Hannah Arendt de la “banalidad del mal”,
ciudadanos ordinarios capaces de las mayores barbaridades, que volvieron tras la guerra, a
ser ciudadanos respetables sin remordimiento ni angustia moral alguna1213. El juego
dialéctico que planteaba Hannah Arendt, que culpa al “sistema” de los actos de los
individuos, olvida que fueron esos mismos individuos, los creadores de ese “sistema”1214.
No hay un estado de cosas externo al mundo, no hay dos niveles, sino una misma realidad
que ofrece facetas distintas. En el caso de la barbarie nazi, el mero hecho de haber nacido,
conllevaba para todo judío, una sentencia de muerte, y para los nazis, la tortura,
degradación, asesinato de otros seres humanos, no era un medio sino un fin en sí mismo y
constituía su misma esencia1215. Si hasta ahora era concebible que el hombre pudiera
desarrollarse ad infinitud hacia una perfección de un crecimiento exponencial indefinido,
puede afirmarse desde Auschwitz, lo mismo en sentido contrario, es decir, que la
depravación humana puede llegar a límites insospechados1216.
- 268 -
los judíos e incluso a reconocer, que de forma inherente a su credo y sus textos sagrados
(siendo el fundamental, el Nuevo Testamento) se encuentran las raíces del antisemitismo
histórico1222, como llega a afirmar con contundencia, A. Roy Eckardt1223. Cualquier
intrusismo o actitud proselitista por parte de los cristianos puede entenderse como seguir
haciendo lo que Hitler se propuso1224.
- 269 -
9) La deportación de las víctimas a lugares remotos, todo ello realizado con la máxima
crueldad y ,
10) El silencio que el “mundo civilizado”1227.
En el estudio comparativo que realiza con el genocidio armenio, por debajo de los
problemas logísticos que pudiera plantear dicho exterminio, en la visión nazi había una
Weltanschauung, una cosmovisión que impedía cualquier cosa que no fuera, la aniquilación
total de los judíos1228. La unicidad del mismo tiene su fundamento en su “carácter
intencionado, planificado y por el éxito que obtuvo”. Los medios empleados también
fueron únicos:
e) una definición escolástica de las víctimas;
f) procedimientos jurídicos para despojarles de derechos;
g) un aparato técnico que culminó en trenes asesinos y cámaras de gas y, ante todo,
h) un ejército de asesinos y cómplices directos o indirectos: administrativos,
periodistas, abogados, directores de bancos, médicos, soldados, conductores de
ferrocarriles, empresarios y un sinfín más de ocupaciones1229.
Y es que sin la ayuda de tantos miembros de la sociedad civil alemana, hubiera sido
imposible que el estado creado por las SS, el verdadero motor del régimen nazi, hubiese
podido llevar a cabo las barbaridades que hizo1230. La complicidad directa de unos no
hubiera tenido la efectividad que tuvo con la complicidad indirecta de intelectuales1231 de la
talla de Martin Heidegger y Emanuel Hirsch1232. Pero quizás lo verdaderamente terrible fue
la deshumanización de las víctimas, que dejaban de ser “seres humanos” para considerarse
una peste y ello llevó a que muchos de los hombres encargados del exterminio, rara vez se
plantearan el porqué de la Shoá1233. Otra de las peores cuestiones era la innecesaria
humillación y tortura a la que eran sometidas las víctimas1234. La nueva visión creó una
división entre los seres humanos, en los que la mera existencia era un crímen, que debía ser
castigado mediante la humillación, la tortura y la muerte, estableciéndose así dos niveles, los que
1921 y 1945 y miembro del partido Nazi, que al final de la guerra tuvo que jubilarse prematuramente y no se
vio sujeto al proceso de denazificación, como por ejemplo, lo fuera Martin Heidegger.
1233 JPH, pág. 131.
1234
JPH, pág. 131.
- 270 -
castigaban y los que recibían el castigo1235. El castigo no era fruto de un crímen, sino que el
crímen era la vida misma, la existencia misma. Se creó otro mundo, un mundo paralelo, un
planeta, el planeta Auschwitz, que se regía por normas distintas, un reino que no pertenecí
a este mundo1236.
En el ámbito de la historia, lo que debe explicarse es la posibilidad de Auschwitz, y no
solamente esto, sino también su realización1237. El énfasis según Fackenheim debe ponerse
en que lo que antes se creía imposible (la locura de la Solución Final) se hizo posible en
Treblinka y en Auschwitz1238. Dicha visión hizo posible, la creación original del Muselmann,
esa figura que a través de la ignominia y los tratos vejatorios a los que era sometido, podía
ser la expresión final de la fealdad y repugnancia que conformaba la esencia misma de los
no arios, y concretamente del judío, el enemigo par excellence del Tercer Reich1239.
Fackenheim, que ha dedicado mucho tiempo a la víctima, vuelve su atención al
verdugo. El mal que perpetraron no podía ser el fruto de la ignorancia, pues había
doctorados en sus filas y la visión que tenían de sí mismos, no se correspondía con la
realidad. El prototipo de criminal nazi era un hombre mediocre, quizás respetable en su
momento, que cometió atrocidades sin parangón en la historia humana y que volvió a su
vida ordinaria sin sufrir el más mínimo insomnio1240. Fueron individuos que podían haber
pasado desapercibidos por su comportamiento ejemplar y su carácter anodino. La
banalidad del mal de Hannah Arendt tiene su ejemplificación en la figura de Hitler, sobre
cuya supuesta grandeza o mediocridad se han escrito volúmenes. Lo cierto es que no se
puede saber con seguridad, qué pensaba y con toda probabilidad, la confianza que emanaba
era más bien el fruto de una teatralidad ensayada1241. La afirmación de “ser parte del
engranaje” de Eichmann acaba dándole un poder inaudito a los pocos o al único
dirigente/Führer que de otro modo, no tendría. Lo cierto es que no eran ni más ni menos
hombres, sino hombres como todos, lo que no deja de ser terrible, pues no hay distancia
plausible entre ellos y nosotros. Fackenheim insiste en responsabilizar a todos y cada uno
de los que participaron, afirmando que “No sólo Eichmann sino que todos eran algo más
que “parte del engranaje”, y que aun siendo banales, anodinos, mediocres, crearon ese
1235
JPH, pág. 132.
1236
JPH, pág. 132.
1237
JPH, pág. 133.
1238
JPH, pág. 133.
1239
JPH, pág. 133.
1240
JPH, pág. 134.
1241
JPH, pág. 135.
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sistema maldito1242. A pesar de las excepciones, a pesar de algunos oficiales “buenos”,
Auschwitz era mucho más que la suma de sus partes1243.
1242
JPH, pág. 135.
1243
JPH, pág. 136.
- 272 -
TERCERA PARTE
LITERATURA Y ESTUDIOS DE LA OBRA DE EMIL
FACKENHEIM
- 273 -
TERCERA PARTE
LITERATURA Y ESTUDIOS DE LA OBRA DE EMIL
FACKENHEIM
Esta tercera parte de la tesis recoge y analiza los estudios más relevantes de la obra
de Emil Fackenheim, publicados en las últimas tres décadas. El desarrollo final de su
pensamiento a finales del siglo XX, hace que el .conjunto de los estudios sea relativamente
reducido. De este modo, cumplimos dos objetivos esenciales:
La primera línea del libro muestra ésto con una inusitada contundencia:
"Este libro es tanto de Michael Morgan como mío. No sólo escribió las introducciones sin que también hizo
las selecciones y le dio estructura al conjunto. Le he dado consejos y aprobé el resultado final, de tal modo
1244Lo sabemos por cuanto no hay mención en la antología de dicha obra y la bibliografía presente en el libro
está solamente actualizada hasta el año 1986.
- 274 -
que puede considerarse este libro como autorizado. En su conjunto, sin embargo, lleva el sello de su
comprensión y de su juicio”1245.
publicada con el mismo título por un escritor cuyo pseudónimo era Ragnar Redbeard.
1251 JTF, pág. 7.
1252 JTF, pág. 8. Sin duda, en este texto está el germen de su mandamiento 614.
1253 JTF, pág. 377-380.
1254 JTF, pág. 8.
- 275 -
La SEGUNDA PARTE de la antología aborda sus escritos desde 1945 hasta 1967,
de los inicios a la Guerra de los Seis Días. Se compone de 7 textos, extraídos del conjunto
de su obra en el periodo descrito. El texto 3, "El hombre moderno y el dilema de la
historia"1255 está tomado de la obra Metafísica e historicidad 1256
de 1961. El número 4,
"Autorrealización y la búsqueda de Dios"1257 se encuentra presente en La búsqueda del pasado
y del futuro. Ensayos de teología judía1258de 1967. El quinto texto está tomado de la revista
Judaism, un texto de 1953 cuyo título es "Franz Rosenzweig y el Nuevo Pensamiento"1259. El
sexto se llama "Martin Buber acerca de Israel a Palestina" de 1954 y tomado de la revista The
Jewish Quarterly Review1260. El séptimo también se encuentra en su obra La búsqueda del pasado
y del futuro. Ensayos de teología judía, cuyo título es "La moralidad revelada del judaísmo y el
pensamiento moderno. Un enfrentamiento con Kant"1261. Esta segunda parte finaliza con
dos escritos más, el octavo llamado "El concepto de la revelación de Martin Buber",
presente en un volumen colectivo dedicado al sabio1262 y reeditado en 19961263, seguido del
texto 9, que aborda "El eclipse de Dios", también tomado de La búsqueda del pasado y del
futuro1264.
por Paul A. Schilpp y Maurice Friedman. La Salle/Illinois, Open Court Publishing Company, 1967.
1263
JPH, pág. 57-74.
1264 JTF, pág. 102-110; QPF, pág. 229-243.
1265 JTF, pág. 119-124; JRH, pág. 58-67.
1266 JTF, pág. 129-134; JRH, pág. 252-272.
1267 JTF, pág. 135-139. Originalmente en: Cf. FACKENHEIM, Emil, “The Holocaust and Philosophy”, The
- 276 -
reitera la cosmovisión que condujo a la barbarie y posteriormente en 19961268 Los últimos
tres textos de esta sección están todos tomados de su obra magna Reparar el Mundo1269: "El
mundo del Holocausto"1270 , "La lógica de la destrucción"1271 y "El mal de los líderes"1272.
La segunda sección se compone de 3 textos, dedicados enteramente al
mandamiento 614. Dos de ellos, "El Mandamiento 614”1273 y "La fe judía y el Holocausto:
Un fragmento "1274- (textos 17 y 18, respectivamente) están tomados de La Vuelta de los
Judíos a la Historia. El tercero, "La voz autoritativa de Auschwitz" (el texto 19) es de su obra
La Presencia de Dios en la historia1275.
La tercera sección contiene 2 textos, "Tikkun Olam"1276 (texto 20)- y "La
existencia judía después del Holocausto"1277 (texto 21), ambos tomados de su obra magna.
La CUARTA PARTE tiene seis secciones, cuyas ideas pretenden reflejar el futuro
del pensamiento judío después de la Catástrofe. Los temas son la experiencia judía y el
sentido de la Alianza, el dialogo judeocristiano, el antisemitismo, el estado de Israel, la idea
de Humanidad y la existencia judía. En la sección primera, se aborda la recuperación del
Midrash y de la Biblia, tomándose el texto 22 ("La estructura de la experiencia judía")1278 de
La Presencia de Dios en la Historia y el texto 23, "Nuevos corazones y la Antigua Alianza. Acerca de
alguna posibilidad para una lectura judeocristiana de la Biblia judía en la actualidad"1279, de un
compendio editado por James J. Crenshaw y Samuel Sandniel en 1980, reiterando y
retomando de nuevo, el proceso de intervención divina en la historia.
Crenshaw y Samuel Sandmel. Nueva York, Ktav Publishing, 1980, pág. 191-205.
1280 JTF, pág. 235-240; JRH, pág. 32-40.
- 277 -
Bonhoeffer" (texto 25)1281, que es extracto de unas cartas dirigidas a Eberhard Bethge1282, el
amigo y biógrafo de Dietrich Bonhoeffer —a fecha de febrero de 1979 - y el texto 26,
"Acerca del cristianismo post-Holocausto"1283.
La sección sexta concluye la cuarta parte con dos textos de dimension claramente
teológica, como su título indica: Diso y la existencia judía después del Holocausto. Los dos
textos abordan la llamada “Existencia midrashica después del Holocausto”1291 (texto 34) y el texto
25, donde se aborda el concepto de “teshuva” (“Teshuva hoy”)1292, concepto que tiene
multitud de significados, pero que puede traducirse como la vuelta a Dios y un marcado
sentido del arrepentimiento.
1281 JTF, pág. 241-243; El texto fue traducido del alemán al inglés y se encuentra presenta en otras dos obras:
Cf. Wie Bine Flaschenpost: Oekumenische Briefe und Bietraege fuer Eberbard Bethge. Munich, Chr. Kaiser, 1979, pág.
331; Cf. Konsequensen: Dietrich Bonhoeffers Kirchenverstaendis Heute. Editado por Ernst Feil e Ilse Toedt. Munich,
Chr. Kaiser, 1980, pág. 1972-1973.
1282 BETHGE, Eberhard (1909-2000), fue el biógrafo, editor y el alumno más cercano al malogrado
Dietrich Bonhoeffer, cuyas actividades conspiratorias le supusieron morir a sólo 3 semanas del final de la
segunda Guerra Mundial, por expresa orden del Führer.
1283 JTF, pág. 244-254; MW, pág. 278-294.
1284 JTF, pág. 255-269; JRH, pág. 210-233.
1285 JTF, pág. 270-285. El texto está tomado originariamente de: Cf. Antisemitism in the Contemporary World.
Editado por Michael Curtis. Boulder/Colorado, Westview Press, 1986, pág. 21-38.
1286 JTF, pág. 286-294; JRH, pág. 273-286.
1287 JTF, pág. 295-305; Tomado de: Cf. Forum: On the Jewish People, Zionism and Israel, vol. 50 (invierno 1983-
84). Editado por Amnon Hadary. World Zionist Organization, 1 de enero de 1984.
1288 JTF, pág. 306-310; QPF, pág. 188-194.
1289 JTF, pág. 311-322; JRH, pág. 234-251.
1290 JTF, pág. 323-329; MW, pág. 317-331.
1291 JTF, pág. 330-336; JRH, pág. 261-272.
1292 JTF, pág. 337-346; MW, pág. 317-331. (*)
- 278 -
La QUINTA PARTE tiene un carácter marcadamente autobiográfico. Contiene
cinco textos, en los que se dan detalles del Fackenheim hombre. El primero de ellos (Texto
36 – “Reminiscencias: De Alemania a Canadá. Crecer en Alemania”)1293, procede de una entrevista
que realiza William Novack en verano de 1986 llevada a cabo en inglés, donde al final
confiesa que por una ironía del destino, ha acabado siendo professor de estudiantes de
teología alemanes en Jerusalén1294. En el texto 37, adelanta lo que sería el título de su
autobiografía póstuma en el texto 37, “La vuelta a Berlín: Un epitafio para el judaísmo
germano”1295 e ilustra su visita a Alemania tras décadas de exilio forzado. El texto 38 (“¿Fue la
Guerra de Hitler simplemente otra Guerra alemana? Una autopsia de Bitburg”)1296, cuyo tema es la
clara división que produjo en la sociedad alemana, la escisión entre amigos, que por
coyunturas políticas inevitables, se vieron obligados a escoger entre lados, a modo de una
guerra civil. Finalmente, en el texto 39 (“Reflexiones sobre la Aliyah”) piensa en voz alta
acerca de su peregrinación definitiva a Israel1297.
1293 JTF, pág. 349-356; Cf. “An Interview with Emil Fackenheim”, New Traditions 3 (Verano, 1986).
1294 JTF, pág. 356.
1295 JTF, pág. 357-364. Tomado de: Cf. Moment, Vol. 10, nº 4 (abril 1985), pág. 55-59.
1296 JTF, pág. 365-368. Se hace notar en la edición del libro que el tema se abordaría de forma amplia en
Reparar el Mundo.
1297 JTF, pág. 369-375; Tomado de: Cf. Midstream (Agosto-septiembre 1985), pág. 25-28.
1298 JTF, pág. 377-380.
1299 El código de ley judía, conjunto formado por la ley oral y escrita y sus interpretaciones rabínicas y
“Emil L. Fackenheim fue professor de Filosofía en la Universidad de Toronto. Aparte de sus libros de filosofía, ha
publicado multitud de artículos y recensiones en revistas filosóficas y teológicas importantes. En la actualidad es professor invitado
(Fellow) en el Instituto de Judaísmo Contemporáneo en la Universidad Hebrea de Jerusalén e imparte clases en el Overseas
School. Le fue otorgada la Cátedra Irving y Bertha Neuman para el Centro Internacional para la Enseñanza Universitaria de
la Civilización Judía durante el curso 1985-1986. Michael L. Morgan es profesor asociado de Filosofía y Estudios
Judaicos en la Universida de Indiana, en Bloomington (Indiana). Ha publicado extensamente tanto sobre filosofía griega y judía
- 279 -
En el año 2001, bajo los auspicios de la prestigiosa Oxford University Press,
Michael L. Morgan publica Más allá de Auschwitz: El pensamiento post-Holocausto en America,
donde pone por escrito, una obra que alentada por la Guerra de los Seis Días, puso el
concepto de Auschwitz en el mapa. Esencialmente dedicado al público norteamericano,
reconoce la deuda de "voces en el desierto" como fueron Hannah Arendt, Raul Hillberg,
Elie Wiesel y Primo Levi, y aunque la búsqueda de la identidad pueda hacerse mirando a la
liturgia hebrea, la Sefarad hispánica, el mundo del judaísmo oriental, lo cierto es que
realidad de un mundo dividido por la caída del muro de Berlín, la Guerra de los Seis Días,
la Guerra de Yom Kippur, una y otra vez, el Holocausto nazi se presenta como un tema
ineludible. Michael Morgan dedicó cerca de 20 años a la redacción del libro. Le dedica el
capítulo 10, cuyo titulo es "Emil Fackenheim: Fidelidad y recuperación en la época post-
Holocausto”1306. Su deuda es tal, que al final del Prefacio, no puede menos que mencionarle:
"Cuando era un estudiante universitario, por primera vez leí un ensayo escrito por Emil Fackenbeim y
entonces, cuando ingresé en el seminario rabínico, mi compañera de curso Shelly Zimmerman me dio una
colección de ensayos de Fackenheim ciclostilados que había utilizado en Toronto. Shelly se ha convertido
desde entonces en una amiga de toda la vida. Emil se ha convertido en algo más que mi profesor. Desde el
momento en que nos conocimos, un vínculo especial ha existido y madurado entre nosotros. Este libro no
existiría si no fuera por él, su fidelidad sin límites a la integridad filosófica y vida judías, su seriedad y
honradez, su humor y amistad”1307.
moderna. El manuscrito fue preparado para su publicación por Irene Bintz y Kathryn Wildfong. El libro fue diseñado por
Joanne Kinney”. El resto de detalles aluden al tipo de papel empleado, etc.
1306 Op. cit., pág. 155-195.
1307 Op. cit., “Preface”, pág. IX.
- 280 -
Suyo también es el compendio de textos de Fackenheim, publicado en 1996 bajo el
título Jewish Philosophers and Jewish Philosophy. Los textos van desde 1947 hasta 1996, y el
volumen se encuentra dividido en tres partes esenciales: una primera parte, que delimita lo
que debemos entender por “filósofos judíos”1308, una segunda parte que aborda la relación
entre “El Holocausto y la filosofía”1309 y una tercera parte, que trata la llamada “filosofía
judía”1310. El libro pues contiene 18 capítulos en cada una de las tres partes. Siguen el
aparato crítico1311 y el índice onomástico1312. El libro pretende reflejar tres aspectos claves y
la diferenciación de los tres conceptos. En la primera parte, se encuentran los capítulos uno
a ocho; en la segunda parte, del nueve al doce y, en la tercera, del trece al dieciocho. Así, en
la primera parte, en el capítulo uno se recupera su interés por la filosofía islámica en “La
posibilidad del Universo en Al-Farabi, Ibn-Sina/Avicena y Maimónides”1313, en el segundo
la relación “Samuel Hirsch y Hegel”1314; en la tercera parte, un análisis del significado de la
obra de Hermann Cohen en “Hermann Cohen-tras cincuenta años”1315. La aportación de
Buber se distribuye en dos partes; en la cuarta como “El concepto de la revelación en
Martin Buber”1316 y en la quinta, como “Martin Buber: Aspectos universales y judíos de la
Filosofía Yo-Tú”1317. Su amado Rosenzweig se refleja en la sexta parte como “El rol
sistemático de la Matrix (Existencia) y del Ápice (Yom Kippur) de la vida religiosa judía en
la Estrella de la Redención de Franz Rosenzweig”1318. La importancia del mentor Leo
Strauss se refleja en la séptima parte, “Leo Strauss y el judaísmo moderno”1319 para finalizar
hablando de “Pinchas Peli1320 como filósofo judío”1321.
La segunda parte aborda el tema central del Holocausto. Los cuatro capítulos
repiten temas o textos centrales para la comprensión de la Catástrofe. El capítulo nueve,
“Holocausto”1322 se centra en la unicidad y la causas del mismo. El capítulo diez, “El
- 281 -
Holocausto y la filosofía”1323 hace especial hincapié en las cosmovisiones subyacente, a la
perspectiva del historiador, al concepto de Muselmann de Primo Levi, a la banalidad del mal
y a su concepto, el Planeta Auschwitz. El capítulo once, “Reflexiones filosóficas acerca de la
Shoah de Claude Lanzmann1324” reflexiona acerca de la aportación del reconocido cineasta1325
y finalmente, el capítulo doce, “Holocausto y Welstanschauung. Reflexiones filosóficas de porqué lo
hicieron”1326 reproduce el epílogo de su obra del mismo año 1996, El Dios Interior: Kant,
Schelling y la Historicidad, donde se intenta dar razones para entender la cosmovisión
subyacente a la barbarie nazi.
La tercera parte pretende dilucidar qué es lo que se entiende por filosofía judía. El
capítulo catorce tiene por central este aspecto en un artículo titulado “¿Qué es la filosofía
judía? Reflexiones acerca de Atenas, Jerusalén y la Academia Occidental”1327; en el capítulo catorce,
“La filosofía judía en el mundo académico”; en el capítulo quince que se revisa uno de sus
aportaciones filosóficas mayores, “El mandamiento 614 reconsiderado”1328. El novum de Eretz
Israel1329 le lleva en el capítulo decimosexto a hablar de “Una filosofía política para el Estado de
Israel: Fragmentos”1330. El sionismo ocupa sus reflexiones en el capítulo diecisiete al hablar de
los “Pilares del Sionismo”1331 y en el capítulo final, el dieciocho, a medio camino entre la
biografía y el pensamiento, reflexiona en voz alta en “Una retrospectiva de mi pensamiento”1332.
20.
- 282 -
entendidos, prejuicios e interpretaciones que con frecuencia, se habían hecho de su maestro
para corregirlas convenientemente.
En lo que sólo puede considerarse el amor, respeto y devoción por su maestro.
Michael L. Morgan publica la que puede ser el estudio definitivo, o por lo menos, la obra
cumbre dentro de los estudios sobre la obra de Fackenheim. El estudio, publicado bajo el
título Fackenheim’s Jewish Philosophy. An Introduction (La filosofía judía de Fackenheim: Una
introducción) y en el alma máter de nuestro filósofo, la Universidad de Toronto, en 2013,
refleja en casi 400 páginas, los puntos más esenciales del pensamiento de nuestro autor.
Tras la introducción1334, aborda la idea de si puede haber o no judaísmo sin revelación1335, el
concepto de situación1336, la primacía de la ética1337, la relación de Fackenheim con Kant1338,
la dimensión hegeliana de su pensamiento1339, sus reflexiones acerca del sionismo dentro de
una óptica post-Holocausto1340, el sentido y la dialéctica1341, el pensamiento de Fackenheim
antes y después de Auschwitz1342, la búsqueda de Fackenheim de su propia voz en el campo
de la filosofía1343 y cómo desarrolla formas, medios o recursos para “reparar el mundo”1344.
A ello sigue un extenso aparato crítico1345 y el índice1346.
- 283 -
3.2. La filosofía germana y el pensamiento judío. Louis Greenspan y Graeme
Nicholson
1347 GREENSPAN, Louis es profesor emérito del Departamento de Estudios Religiosos de la McMaster
University, Hamilton-Ontario. Es un reconocido experto en la obra de Bertrand Russell, que fue el objeto de
su tesis.
1348 NICHOLSON, Graeme, Profesor emérito de filosofía de la universidad de Toronto. Su tesis sobre
veleidades socialistas durante un periodo de su vida, fue partidario (a pesar de su pacifismo) de apoyar la
lucha armada frente a Hitler (CF. Encyclopaedia Britannica. Global Edition. 2009. Vol. 20, pág. 12028-12029).
1354 GPJT, pág. 13-137.
1355 GPJT, pág. 139-247.
1356 GPJT, pág. 251-300.
- 284 -
La introducción presenta información, que no se encuentra de forma explícita, ni
en su autobiografía ni en las obras anteriores. Una nación joven como Canadá y más
concretamente, el deseo del Departamento de Filosofía de Toronto de crear un núcleo de
excelencia académica. Dicho departamento fue generoso y le dio una oportunidad a un
joven judío, ordenado rabino, lo que dado el espíritu de los tiempos en Canadá no dejaba
de ser un riesgo y un hecho inaudito1357, un filósofo poco crítico, que intentó ser mediador
entre el judaísmo y la modernidad durante muchos años, pero que al final, se volvió en
acusador, en juez, siendo más judío que filósofo, más Abraham que Hegel1358.
(Sherbrooke, Canadá).
1362 GPJT, pág. 64-89.
1363 GPJT, pág. 90-117.
1364 DRAY, W.H. (1921-2009), uno de los más reconocidos filósofos de la historia de Canadá, estudioso
- 285 -
de Fackenheim analiza en su magnum opus, la relación entre pensamiento judío y filosofía, el
historicismo y el impacto que tuvo en ese concepto, el Holocausto1366. En el siguiente texto,
Yehuda bauer1367 "Reflexiones acerca de una historia del Holocausto"1368 aborda varios
aspectos referidos a la comprensión de la Shoah desde un punto de vista sociológico e
histórico. Sigue "Fackenheim y el Cristianismo"1369 de Gregory Baum1370, donde se explora
la relación de Fackenheim con el Cristianismo en sus escritos teológicos en los dos
momentos esenciales de su obra, antes y después de la Guerra de los Seis Días. Louis
Greenspan, uno de los editores del libro, ilustra en su artículo "Fackenheim como sionista"1371,
el revulsivo del Estado de Israel como respuesta al Holocausto y el concepto clave de
Teshuvá en su obra. Para finalizar, Reinier Munk1372 expone en su "Revelación y resistencia:
Una reflexión acerca del pensamiento de Emil L. Fackenheim”1373.
Sigue una tercera parte, que le sirve a Fackenheim para hacer un repaso de sus
críticas y detractores, y que hace las veces de una especie de testamento espiritual1374. Acaba
la obra con el segundo repertorio bibliográfico más actualizado1375.
llega como refugiado a Canadá, en condiciones similares a las que llegó Fackenheim e internado el campo de
Sherbrooke, donde Fackenheim acabaría ejerciendo de rabino (me remito a la carta traducida y presenta en la
página 71 de esta tesis). Logra graduarse en matemáticas y física en 1946 en la McMaster University, obteniendo
en 1947 la especialización (MA) de la Ohio State University, doctorándose en teología en 1956 en la universidad
de Friburgo, en Alemania. Ejercería com profesor de teología y sociología en el University of Saint Michael’s
College de la Universidad de Toronto y posteriormente profesor de teología ética en la McGill University Faculty
of Religious Studies. En ayuda de Fackenheim, se manifestó contrario a la conversión de judíos tras el
Holocausto, que podría verse como una actitud, tanto de aniquilar al Pueblo Judío como de perpetuar la
herencia del Holocausto.
1371 GPJT, pág. 203-223.
1372 MUNK, Reinier es catedrático de Historia de la filosofía Moderna y Filosofía Judía Moderna, puesto que
ostenta desde 2008 y también ejerció de profesor de Historia del Judaísmo en la Universidad de Leiden
(Holanda) de 2003 a 2008. Se ha formado académicamente en la universidad en la que ejerce y en la
Universidad Hebrea de Jerusalén. Ha impartido docencia en el Oxford Centre for Hebrew and Jewish Studies (Reino
Unido) y en la Universidad Martin Luther de Halle-Wittemberg (Alemania).
1373 GPJT, pág. 224-247.
1374 GPJT, pág. 249-300.
1375 GPJT, pág. 301-317.
- 286 -
3.3. La filosofía judía y el mundo académico . Raphael Jospe y Emil Fackenheim
Raphael Jospe
- 287 -
La PRIMERA PARTE contiene cuatro artículos. El primero es de Fackenheim,
“La filosofía judía y el mundo académico”1382, donde comenta sobre la importancia y el
escaso caso que se la hecho al pensamiento judío en el contexto filosófico-teológico-
académico, predominantemente cristiano y europeo. El segundo artículo, es del co-editor
Raphael Jospe, “La exégesis bíblica como un género literario filosófico: Abraham Ibn Ezra
y Moses Mendelssohn”1383, donde se analiza la importancia de la hermenéutica de los textos
sagrados en el judaísmo, con énfasis en los dos autores mencionados. El tercer texto, de
Andrey V. Smirnov1384, “Hacia una visión comprehensiva de la Filosofía Judía: La Edad
Media y la Epoca Moderna”1385, se centra en un análisis del pensamiento judío medieval,
con especial atención puesta dos figuras del pensamiento judío medieval hispano, en
Hasdai Crescas, el rabino aragonés crítico con el aristotelismo y el filósofo neoplatónico y
poeta andalusí Ibn Gabirol. En la cuarta parte, Gershon Greenberg a quien comento
posteriormente, en un texto titulado “El pensamiento judío del siglo XIX considerado
como Shevirat Ha-Kelim (Ruptura de los recipientes)”1386, hace un repaso a ese periodo del
pensamiento judío, centrándose después temáticamente en conceptos como razón,
revelación, sentimientos morales y moralidad ontológica.
Moscú. Se gradúa en 1981 en el Colegio de Estudios Asiáticos y Africanos que depende de la Universidad
Estatal de Moscú (concretamente en el Departamento de Árabe). Se doctora en 1989 en el Instituto de
Filosofía con una tesis acerca de la Filosofía de Ibn Arabi. Se le nombra Doctor de Ciencias en el Instituto de
Filosofía en 1998 por otra tesis sobre procedimientos de generación de significados en la filosofía árabe
medieval y se convierte en miembro de la Academia Rusa de las Ciencias en mayo de 2006.
1385 JPA, pág. 93-99.
1386 JPA, pág. 100-114.
1387 COHEN, Richard A., profesor y director actual de The Institute of Jewish Thought and Heritage (dependiente
de la Universidad en Buffalo, Nueva York), está considerado uno de los mayores expertos mundiales en la
obra de Emmanuel Levitas, de quien ha escrito cinco obras significativas, entre las que cabe destacar la más
reciente, Levinasian Meditations: Ethics, Philosophy and Religion (2010).
1388 JPA, pág. 117-135.
1389 JPA, pág. 136-141.
- 288 -
concepto de totalidad. El tercer texto, es del ilustre profesor Ephraim Meir1390, “La
reflexiones de Levinas acerca de la religión como algo más allá de lo Patético: Reflexiones
acerca de la primera parte de la Difícil Libertad”1391, procede a un análisis de una parte de
las obras más controvertidas de Levinas y en qué medida, las reflexiones que hace tienen un
contrapeso en pensadores como Hermann Cohen y Leo Baeck.
1390 MEIR, Ephraim, en la actualidad director del Departamento de Filosofía de la Universidad de Bar-Ilan
(Ramat Gan, Israel). Toda su formación académica se ha desarrollado en la Universidad de Lovaina (Bélgica).
De 1967 a 1972, se gradúa y especializa en Ciencias de la Religión; de 1972 a 1975, se gradúa y especializa en
Filología Bíblica. Realiza estudios de Teología entre 1972 y 1975 y se doctora en Filosofía en 1979. Ha
estudiado con detalle, la obra de Franz Rosenzweig.
1391 JPA, pág. 142-164.
1392 ROSE, Gillian (1947-1995) fue profesora en la School of European Studies (University of Sussex, Inglaterra) y
después, ejerció su docencia en la Universidad de Warwick (Reino Unido) como profesora de Pensamiento
Político y Social. De ascendencia judía, se formó académicamente en el St Hilda’s College (Oxford) y estudió la
conocida tríada de economía, filosofía y ciencias políticas. Se doctora con una tesis sobre Adorno dirigida por
Leszek Kolakowski. Su obra, que se mueve entre la sociología y la filosofía, se centra en Adorno, Hegel y
Derrida. Una brillante académica, falleció prematuramente de un cancer de ovarios que privó al mundo
académico británico, de una de sus más fulgurantes estrellas.
1393 JPA, pág. 167-173.
1394 JPA, pág. 174-188.
1395 JPA, pág. 191-203.
1396 KATZ, Steven T. (1944), director de la Cátedra Elie wiesel para estudios judaicos en la Universidad de
- 289 -
perspectiva como historiador a los temas de la cosmovisión subyacente y la singularidad del
Holocausto.
La quinta y última parte la abordan dos artículos, uno del fallecido Daniel J.
Elazar1399, que en su “Filosofía Política y la Sociedad Civil de Israel”1400 brevemente analiza
las tensiones existentes entre ortodoxos, sionistas, sefarditas y demás facciones sociales
presentes en Eretz Israel. Y finalmente, Emil Fackenheim en su “El retorno judío a la
historia: Fragmentos filosóficos acerca del Estado de Israel”1401 analiza algunas de las
tensiones políticas y filosóficas creadas cuando los judíos han vuelto a tener una patria.
David Patterson
1399 ELAZAR, Daniel J. (1934-1999), profesor norteamericano, formado en la Universidad de Chicago, fue
profesor en la Universidad de Bar-Ilan (Israel) y en Temple University (Philadelphia, Pennsylvania, EE.UU.).
1400
JPA, pág. 217-222.
1401
JPA, pág. 223-238.
- 290 -
fundían1402; Fackenheim recibió sus enseñanzas de dos lugares concretos, la Hochshule y
Sachsenhausen. Fackenheim es una figura ineludible para entender tanto el pensamiento judío
como la respuesta filosófica judía a la Shoá1403.
El autor David Patterson, nacido en 1948 en Bartlesville, estado de Oklahoma
(EE.UU.), se gradúa en filosofía por la Universidad de Oregon en 1972, y se especializa y
doctora (1976 y 1978, respectivamente) en la misma universidad en literatura comparada.
En el año 1990 se convierte al judaísmo y es entonces cuando se inicia su carrera de autor
premiado y profesor universitario. Aunque ha ejercido en la Oklahoma State University y en la
University of Oregon, en la actualidad ostenta la Cátedra Bornblum para la Excelencia en los
Estudios Judaicos de la Universidad de Memphis y dirige el Programa de Estudios Judaicos.
Su libro analiza las raíces filosóficas del Holocausto y el antisemitismo filosófico1404,
como el judaísmo congenia con la filosofía contemporánea1405, la singularidad del
Holocausto1406y los aspectos antropológicos y de teodicea relacionados con dicho
acontecimiento, cómo se abre la esperanza a un sentido y un futuro yendo de Auschwitz a
Jerusalén1407 y el concepto de Tikkun Olam1408. Aunque el libro recorre buena parte de la
obra de Fackenheim, son éstos los elementos que destaca.
3.5. Fackenheim: filósofo, teólogo, judío. Sharon Portnoff, James Diamond y Martin
Yaffe.
Los editores de este volumen colectivo son tres autores de distinguida carrera
académica. Sharon Portnoff, James A. Diamond y Martin D. Yaffe. La dedicatoria la
escribe James A. Diamond. Jim Diamond (nacido en 1953) como también se le conoce,
ocupa la Cátedra Joseph y Wolf Lebovic de Estudios Judaicos (Universidad de Waterloo) en
Ontario, Canadá. Originariamente de formación juridical, ejercería como abogado y
profesor de Ley Judía en Nueva York. Obtiene un master en filosofía en 1992 (Universidad
de Toronto) y se doctora en la misma Universidad en 1999 (Especialidad de Pensamiento
Judío Medieval), ocupando su actual puesto desde el año 2000. Ha publicado multitud de
artículos de jurisprudencia judía. Es también un gran estudioso de Maimónides y entre sus
- 291 -
muchas actividades, está el llamado Proyecto Friedberg de la Geniza de Cairo1409, coordinando
a 13 equipos a nivel mundial para el estudio de 300000 fragmentos manuscritos de la
sinagoga Ben Ezra de la capital de Egipto.
Sharon Portnoff es, en la actualidad, profesora asistente de estudios religiosos de la
Universidad de Connecticut (EE.UU.). Formada en el St John’s College (Annapolis), se
gradúa y obtiene un master en educación en la Universidad de Harvard para doctorarse en
filosofía judía en el prestigioso Jewish Theological Seminary (New York).
El otro editor, Martin D. Yaffe se doctora en 1968 en Filosofía en la Claremont
Graduate University (California) ejerciendo en la actualidad de catedrático en el
Departamento de Filosofía y Estudios Religiosos de la University of North Texas.
El prólogo está escrito por el Premio Nobel de la Paz Elie Wiesel. En dicho texto,
el superviviente de tantas atrocidades nos relata como fue su primer encuentro con Emil
Fackenheim. Curiosamente, en el seminario que relata y donde su participación fue poco
menos que silenciosa, no se mencionó para nada el Holocausto. Alguien en el público hizo
hincapié en ello y todos callaron. A partir de dicho seminario, se inició una
correspondencia entre ambos. Elie Wiesel lo recuerda como el pensador que durante años
se había negado a hablar de la Shoá, cuyo radio de reflexiones se centraba lógicamente en
Hegel, en Spinoza, en Rosenzweig y en Heidegger. Recuerda con orgullo que el primer
libro que inicia la segunda etapa de su pensamiento, La Presencia de Dios en la historia, está
dedicado a él1410. Parecía que Fackenheim había encontrado todas las respuestas. Aun así,
Wiesel se mantenía dentro de un cierto escepticismo y un dolor silencioso:
“Él creía hasta el final que había encontrado respuestas –si no, La Respuesta-a lo que algunos en
la Diáspora llamamos tan patéticamente el Holocausto. Para mí, sigue siendo una herida, y si no es una
herida, es una cicatriz dolorosa, una cuestión que está condenada a permanecer abierta para siempre y llena
de angustia. ¿Qué significa Emil Fackenheim para mí? Una palabra solemne y un momento emotivo”1411
1409 Sala o almacén donde se guardaban los restos de manuscritos, de Torás antiguas que no podían destruirse.
1410 PTJ, pág. XIII.
1411 PTJ, pág. XIII.
- 292 -
Sharon Portnoff James Diamond Martin Yaffe
en 1969 en la Universidad Estatal de Nueva York (Buffalo, Estado de Nueva York). Está especializado en
cuestiones políticas, en resolución de conflictos, entre otros campos.
1421 PTJ, pág. 89-103.
- 293 -
Michael Oppenheim John Burbidge
Canadá), fallecido en 2013. En un obituario escrito por Howard Adelman (profesor emérito de la York
University, de Toronto, Canadá) pocos días después de su fallecimiento (26 septiembre de 2013), se gradúa y
se especializa en filosofía en la Universidad de Toronto, de clara influencia kantiana aunque su artículo lleve
de forma subyacente, el sionismo por el que abogó frente a los ataques a Israel a partir de 1973, dejando de
lado, el pacifismo idealista de su juventud y tendiendo al judaísmo ortodoxo del final de su vida.
1428 MORRISON RAVEN, Heidi, profesora de Estudios Religiosos en el Hamilton College (Estado de Nueva
York) desde 1983, especializada en el estudio de la obra de Baruch Spinoza y más concretamente, en el
fundamento biológico y psicológico de la ética, enfatizando desde un punto de vista neurocientífico, la teoría
de las emociones y las afirmaciones éticas y políticas del solitario filósofo.
1429 PTJ, pág. 211-217.
- 294 -
Kenneth Green Aubrey Glazer
Literatura Francesas (Universidad de Toronto, 1994), un máster en Filosofía Judía (Jewish Theological Seminary
Graduate School) y doctorándose en Hermenéutica Hebrea en el prestigioso Jewish Theological Seminary en Nueva
York en el año 2000.
1433 RUBINOFF, Lionel, se gradúa en la Queen’s University (Kingston, Ontario, Canadá) y se especializa y
- 295 -
3.6. El filósofo como testimonio: respuestas al Holocausto. Benjamin Pollock y
Michael L. Morgan
La obra, editada por Michael L. Morgan y Benjamin Pollock, está dividida en tres
partes. Benjamin J. Pollock se gradúa en Berkeley en la Universidad de Californaia en 1993,
para recibir su máster en filosofía en la Universidad Hebrea de Jerusalén en 1998 para
acabar completando en 2006 el doctorado en la misma universidad. En la actualidad, es
profesor en el Departamento de Estudios Religiosos de la Michigan State University y ejerce
su docencia también como miembro del Programa de Estudios Judaicos. Su campo de
estudios se centra en la relación entre la filosofía judía y la filosofía alemana desde la
Ilustración hasta el siglo XX. Su estudio Franz Rosenzweig and the Systematic Task of Philosophy
publicado en 2009 por la prestigiosa Cambridge University Press fue galardonado con el
Premio Salo W. Baron1437 por la Academia Americana de Investigación Judía. Por tanto, el
1435 KIGEL, Michael, es desde 2008, Jefe de Estudios Judaicos en la Lauder Business School (Viena, Austria). Se
ejercería como profesor de la Universidad de Columbia de 1930 a 1963 y considerado por más de uno, como
el más gran historiador judío del siglo XX. Políglota consumado (conocía más de 20 lenguas), se ordena como
rabino en el Seminario Teológico Judío de Viena y se doctora en tres disciplinas distintas, en Filosofía (1917), en
ciencias políticas (1922) y en Leyes (1923) en la Universidad de Viena. Su visión de la historia de los judíos
no estaba imbuída de tristeza sino de todo lo contrario y pretendía integrarla en un contexto más amplio, que
englobara los tiempos y las sociedades donde estuvieran. Baron, que sufrió en carnes propias el drama del
Holocausto (sus padres y un hermana fueron asesinados en Tarnow, Polonia, su ciudad natal) testificó en el
Juicio a Adolf Eichmann, el 24 de abril de 1961 en Jerusalén para explicar el contexto del genocidio nazi para
- 296 -
campo de sus investigaciones está centrado en el estudio de la figura de
Franz Rosenzweig, la filosofía de la religión y el pensamiento judío contemporáneo.
La primera parte (Reflexiones)1438 está ocupada por dos textos del propio
Fackenheim. En el primero de ellos (“1. En memoria de Leo Baeck y de otros pensadores judíos en
“tiempos difíciles”: Una vez más, “Después de Auschwitz, Jerusalén”)1439, Fackenheim hace un
repaso de algunos de los principales personajes del cielo estrellado del pensamiento judío
del siglo XX, citando a Leo Baeck, Hans Jonas, Mordecai Kaplan, Moshe Davis, Martin
Buber, Leo Strauss, la tríada Heidegger-Rosenzweig-Primo Levi, todo ello en un abanico de
reminiscencias autobiográficas, entre las que también menciona su ciudad natal, Halle y el
compositor Händel que allí naciera. Le sigue “2. Hegel y el problema judío”1440, texto en el que
aborda la difícil relación y filiación entre el pensamiento hegeliano y el llamado Planeta
Auschwitz.
la acusación. Le fue dedicado tras su fallecimiento una cátedra en la Universidad de Columbia, la llamada Salo
Wittmayer Baron Chair of Jewish History, Culture and Society.
1438 PW, pág. 3-25.
1439 PW, pág. 3-14.
1440 PW, pág. 15-25.
- 297 -
Hans Jonas Mordecai Kaplan
La segunda parte (2. Crítica)1441 expone algunos de los aspectos más controvertidos
de su pensamiento. A lo largo de seis artículos, escritos pro algunos de los mejores
especialistas en los temas abordados, se plantean temas claves de su pensamiento. Los
artículos numerados del 3 al 8, son: “3. El fantasma de Hegel: “Testimonio” y “Atestado “
en el pensamiento post-Holocausto de Emil Fackenheim”1442, escrito por Susan E.
Shapiro1443; “4. Fackenheim acerca de la Pascua después del Holocausto” 1444
por Warren
Zev Harvey1445; “5. Acerca de los sistemas y la labor sistemática del pensamiento.
Fackenheim como un filósofo de su tiempo”1446 por Benjamin Pollock; “6. Fackenheim y
Levinas. Vivir y pensar después de Auschwitz”1447, escrito por su discípulo Michael L.
Morgan; “7. El Holocausto y los fundamentos de toda filosofía future: Fackenheim y
- 298 -
Strauss” por Solomon Goldberg1448 y finalmente, “8. Fackenheim y Strauss”1449 por
Catherine H. Zuckert1450.
La tercera parte (3. Respuestas) se siguen ocho textos en los que reconocidos
expertos en judaísmo se introducen en algunas de las particularidades del pensamiento de
Fackenheim. Así por ejemplo, David Blumenthal1451 titula su texto “9. Emil Fackenheim:
Teodicea, y el Tikkun de la protesta”1452; el reconocido experto en la obra de Emmanuel
Lévinas, Richard A. Cohen1453, se acerca al tema al Holocausto desde un punto de vista
cristológico, en su “10. El Holocausto es un problema cristiano: Revisitar la Cristología”1454;
en el capítulo 11, Franklin H. Littell1455 se centra también en el papel del cristianismo y su
locus en la consideración del Holocausto, en “11. El Holocausto. Tragedia para el Pueblo
Judío, Crisis de credibilidad para el Cristianismo”1456; David Patterson, sacando a relucir
una distinción terminological procedente de la obra de Primo Levi, nos ofrece el capítulo
12, “12. ¿Hombre o Muselmann? La elaboración del Fackenheim de la cuestión de
1457
Primo Levi” ; algunas de las aspiraciones del sionismo, la obra de Irving Howe (el
pensador socialista norteamericano)1458 en “13. Emil Fackenheim, Irving Howe y el destino
del judaísmo secular”1459; la perspectiva de un historiador acerca de una facción de judíos
1448 GOLDBERG, Solomon, es en la actualidad, profesor en el Ontario College of Art and Design University
(Toronto, Canadá).
1449 PW, pág. 87-102.
1450 ZUCKERT, Catherine Heldt, ostenta la Cátedra Nancy Reeves Dreux de Ciencias Políticas en la
Universidad de Notre Dame (Indiana, EE.UU.). Se grafúa en la Universidad de Cornell (Ithaca, Nueva York)
en 1964 y se doctora en la Universidad de Chicago en 1970. Se especializa en el estudio del pensamiento
político y la relación entre literatura y política.
1451 BLUMENTHAL, David ostenta la Cátedra Jay y Leslie Cohen de Estudios Judaicos en la Universidad de
de la Universidad de Buffalo, una parte de la State University of New York. Está reconocida como una de las
autoridades mundiales en la obra de Emmanuel Levinas.
1454 PW, pág. 117-132.
1455 LITTELL, Franklin H. (1917-2009), académico protestante metodista nortamericano. A raíz de su
presencia en la Alemania de después de la Segunda Guerra Mundial, se le considera uno de los fundadores de
los Estudios del Holocausto, dando a conocer las lecciones y conclusiones que podían derivarse del mismo.
Fue un crítico de la llamada complicidad o ignorancia de las iglesias cristianas frente a la Shoá y en el plano de
lo estrictamente teológico, rechaza el llamado supersesionismo/teología de la plenitud o teología de la
sustitución, que sostiene la sustitución o superación del judaísmo por el cristianismo, siendo este la
conclusión y la culminación del anterior.
1456 PW, pág. 133-146.
1457 PW, pág. 147-162.
1458 HOWE, Irving (1920-1993), literato y crítico cultural judío neoyorquino. Graduado en el City College de
Nueva York en 1940, lucha en la Segunda Guerra Mundial, ejerce de periodista y articulista al volver de la
misma. Fue profesor de literatura inglesa y yiddisn en la afamada Brandeis University (Waltham,
Massachussets). Su obra escrita viene caracterizada por el peso que tienen en ella, su extracción judía y su
pasión por el socialismo.
1459 PW, pág. 163-172.
- 299 -
liberados en 1946 en Alemania en el texto de Zeev Mankowitz1460, “14. She’erith Hapleitaf.
Reflexiones de un historiador”1461. Los dos últimos capítulos abordan el asesinato de judíos
en Polonia, escrito por David Silberklang1462 (“15. Asesinato en el distrito Lublin de
Polonia”1463) y el ultimo texto, aborda las respuestas reales de individuos, judíos por
supuesto, frente a la persecución a los que se le sometía, por parte de Gershon
Greenberg1464, en “16. Metahistoria, redención y el Shofar de Emil Fackenheim”1465.
1460 MANKOWITZ, Zeev, en la actualidad profesor en la Universidad Hebrea de Jerusalén (The Melton Centre
for Jewish Education).
1461 PW, pág. 173-184.
1462 SILBERKLANG, David, es el editor en jefe de los Estudios Yad Vashem. Se graduó en la universidad de
Columbia y se especializa y doctora en la Universidad Hebrea de Jerusalén, donde reside desde 1980. Imparte
docencia universitaria también en el llamado Rothberg International School (escuela adjunta a la Universidad
Hebrea de Jerusalén).
1463 PW, pág. 185-205.
1464 GREENBERG, Gershon, profesor en la actualidad de la American University, que tiene su sede en
Washington D.C. desde 1973. Se gradúa en Filosofía y Estudios Religiosos en la Universidad de Bard (Nueva
York) y se doctora en Filosofía de la Religión en la Universidad de Columbia (1969). Ha ejercido docencia
universitaria tanto en Estados Unidos (University of Rochester, Darmouth College y Kenyon College), como
en el Estado de Israel (la Universidad Hebrea de Jerusalén, Bar-Ilan, Haifa y Tel-Aviv). Es un reconocido
experto en el Holocausto y es el autor de tres bibliografías definitvas que definen la relación entre el
pensamiento religioso y el Holocausto. Entre sus publicaciones destacamos Wrestling with God: Jewish Theological
Responses During and After the Holocaust: A Source Reader (escrito de forma conjunta con Steven T. Katz- Oxford
University Press, 2006).
1465 PW, pág. 207-223.
- 300 -
Irving Howe
3.7. Razón, revelación e historicismo en el seno del judaísmo: Leo Strauss vs. Emil
Fackenheim. Sharon Portnoff
“Fackenheim told me many times that his favourite prophet was Jeremiah, who loved a good fight and
spoke out for God and His Works. The same can be said of him”.
(RRH, pág. 239)
Sharon Portnoff a quien ya hemos mencionado antes y que sigue siendo como lo
fuera en 2008, es profesora asistente de estudios religiosos de la Universidad de
Connecticut (EE.UU.), se ha especialiazdo en recientes años en varios campos,
especialmente el del Holocausto y el pensamiento post-Holocausto, en ética religiosa y en
las tradiciones judías. Es coordinadora también de la llamada Conferencia Miriam Melrod
en Estudios Judaicos (Miriam Melrod Lecture in Judaic Studies), financiada por la graduada de
1946 del mismo nombre. Es miembro de la Asociación de Estudios Judíos, de la Academia
Americana de la Religión y la Asociación de Estudios sobre Israel.
Una de las más interesantes aportaciones de Portnoff al pensamiento
contemporáneo es la aplicación de categorías presentes en la Divina Comedia de Dante
- 301 -
Alighieri a la obra de Primo Levi Si esto es un hombre. Esto se acabará traduciendo en un libro
titulado War and Memory: Virgil, Dante, Levi and the Western Canonical Tradition.
Fue editora como ya hemos mencionado de Emil Fackenheim: Philosopher, Theologian,
Jew y autora de artículos y seminario sobre los temas que hemos mencionado. Es
precisamente en torno a la influencia de Leo Strauss en la obra de Fackenheim que se
centra, la única obra en forma de libro entero, que ha publicado esta profesora
estadounidense. La mencionamos y comentaremos brevemente su estructura porque es de
rigor que así lo hagamos, aunque como ya hemos comentado, no forme parte del núcleo de
temas que queremos analizar y abordar.
El título, La Razón y Revelación frente al Historicismo ya nos indica, de entrada, cuáles
van a ser los temas esenciales de la obra. La obra obtuvo la colaboración de primera mano
de Emil Fackenheim, cuando la profesora Portnoff visitó en dos ocasiones, el invierno de
2002 y el verano de 2003, escasamente un par de meses antes de su fallecimiento. La obra
está dedicada a Laurence Berns (1928-2011), profesor de filosofía, filosofía y ciencias
políticas en el St. John’s College (Annapolis, Maryland, EE.UU.) de 1960 a 1999. La propia
Portnoff también le dedicó un artículo en un volumen colectivo de 2012 (The Companionship
of Books: Essays in Honor of Laurence Berns) del que también fue editora.
La obra consta de cinco partes. La primera parte (Background and Introduction)1466
plantea los prolegómenos y punto de partida del libro: la tensión existente entre la filosofía
y una teología revelada, tanto en el pensamiento judío contemporáneo como en el
pensamiento occidental actual. La segunda parte1467 aborda cómo Leo Strauss formula la
relación entre razón y revelación en el pensamiento occidental moderno y cómo rechaza
una síntesis práctica de ambos. Para ello, la atención de Strauss se centra en los filósofo
antiguos, Maquiavelo, Hobbes y Heidegger y, al menos en la filosofía judía, en la Bíblia, en
Spinoza, en Hermann Cohen y en Franz Rosenzweig.
La tercera parte1468 aborda el mismo tema pero en Fackenheim, siendo éste el
creador de una síntesis, que parte del análisis en la filosofía occidental de las aportaciones
de Kant, Hegel, Schelling y Heidegger y, de parte de la filosofía judía, de la Bíblia, de
Spinoza, de Rosenzweig y de Buber.
- 302 -
La cuarta parte1469 aborda el problema del historicismo, la necesidad de “apertura”
en los sistemas filosóficos y religiosos, la vuelta al derecho natural por parte de Strauss y
cómo el filósofo y el teólogo Fackenheim aborda la cuestión del historicismo.
La quinta y última parte1470 lo que hace es ver cómo la relación entre razón y
revelación se desarrolla más allá de las obras de Strauss y Fackenheim.
- 303 -
de Mark C. Taylor1471 y el de “Chaos” de James Gleick1472, para finalmente mencionar el
artículo de 1992 (procedente de un congreso celebrado en Dinamarca, del 24 al 29 de
agosto de ese año), “On Fractal Thought. Derrida, Hegel and Chaos Science”, acerca del
deconstruccionismo y la teoría del caos.
Laurie Mcrobert se doctora con la obra que nos ocupa en el año 1986, en la McGill
University (Montreal) en el ámbito de la filosofía de la religión. Fue profesora en dicho
centro universitario y también lo era en el llamado Thomas More Institute for Adult Education
(Montreal, Quebec, Canadá). El título, La búsqueda de Emil Fackenheim: De la filosofía a la
teología profética, tiene por subtítulo “Un estudio cronológico en profundidad de la etapa temprana a
media de su obra 1940-1982” nos indica por tanto, el ámbito temporal y temático de su
análisis.
La obra está dedicada a Fackenheim y fue publicada por la propia autora. Una nota
biográfica da fe de la vida de Emil Fackenheim.. Aunque reconozca el desarrollo lineal de la
obra de Fackenheim, Laurie McRobert parte de su obra de Hegel para su análisis, que se
encuentra en el ecuador de su pensamiento1473. A lo largo de su redacción, se publicó su
obra cumbre Reparar el Mundo y en varias ocasiones, la autora habló por vía telefónica con
1471 TAYLOR, Mark C. (1945-), filósofo de la religión, doctorando en Harvard, es profesor en la actualidad en
la Universidad de Columbia, siendo el jefe del departamento de Estudios Religiosos. Reconocido estudioso y
experto de la obra del filósofo francés Jacques Derrida, el fundador del deconstruccionismo de quien escribió
un obituario en 2004, con ocasión de su fallecimiento. La obra que comenta Laurie McRobert es Altarity,
publicada en Chicago en 1987, donde se intenta la comprensión de la religión desde el postestructuralismo.
1472 GLEICK, James (1954-), periodista americano, formado en la Universidad de Harvard, es conocido por
su libro Caos: La creación de la ciencia, que contribuyó a dar a conocer esta teoría cosmológica. Es conocida su
faceta como biógrafo, de la que debe destacarse la que escribió en 1992 Genius: The Life and Science of Richard
Feynman, uno de los físicos más destacados del siglo XX.
1473 EFQ, “Preface”, pág. IX.
- 304 -
Fackenheim, para “(…)clarificar determinados puntos difíciles y para explicar cómo las experiencias y
percepciones que tuvo a lo largo de su vida habían influenciado su obra”1474, aunque el propio
Fackenheim le comentara que la interpretación que realizara debía ser la suya propia1475 En
el mismo prefacio, nos adelanta que su estudio se ha centrado ante todo en artículos y
ensayos, y que solamente ha comentado aquellos que fueran de interés para su tesis1476.
Mark C. Taylor
James Gleick
- 305 -
Abraham Joshua Heschel, en tres imágenes, hablando con un arzobispo, en su
despacho y con Martin Luther King, el paladín de las libertades civiles para la
comunidad negra de EE.UU.
1477 HESCHEL, Abraham Joshua (1907-1972), que según Levenson (obra citada en la bibliografía) sería
representante del llamado jasidismo universal (LEVENSON, An Introduction to Modern Jewish Thinkers, pág.
209-222).
1478 EFQ, “Introduction”, pág. 1.
1479 EFQ, “Introduction”, pág. 1.
- 306 -
qué le ocurrió a él de aquello que sucedió en él”1480. Parece presuponer que debemos diferenciar
entre el hecho histórico que llevó a Fackenheim a reflexionar y en segundo lugar, cómo
dicho evento se tradujo en una intuición filosófica, que se viera reflejada posteriormente en
su obra. Otas cuestiones que le preocupan es la presencia divina en la historia, cómo Dios
se muestra en lo “accidental” y por qué a través de Israel.
La autora habla de tres momentos o etapas: la etapa inicial (1939-1960), la etapa
media (1960-1978) y una tercera, que englobaría toda su producción escrita a partir de
1978. Hay que tener en cuenta que en su conjunto, aunque menciona la obra Reparar el
Mundo en la bibliografía, tiene en cuenta primordialmente los ensayos y artículos hasta 1984
(que es lo que consta en su bibliografía1481) y fundamentalmente, los libros hasta 1978,
mencionando que lo defendido en este libro, culmina y se encuentra justificado en su obra
cumbre1482.
Afirma que es a través de Hegel y su dimensión religiosa, que Fackenheim puede
explicar la lógica interna del judaísmo y explicar la misma esencia del judaísmo1483, y que la
dinámica interna del pensador alemán la permite expresarse como pensador judío1484.
Propone la obra de Fackenheim La vuelta de los judíos a la historia de 1978 como expresión de
esta afirmación1485.
El límite conceptual y cronológico de la tesis se sitúa en la obra cumbre Reparar el
mundo de 19821486. La autora lo presenta como el intento de creación de nuevas categorías
para la filosofía y la teología, un claro intento de remitologizar el judaísmo y desmitologizar
Israel, siendo este último concepto, la expresión, la culminación de una nueva verdad o
fusión secular-religiosa1487. El otro punto fundamental es la reacción frente al mal, en lo que
Laurie McRobert reafirma que los conceptos de Teshuvá y Tikkun, son los articulaciones
fundamentales del combate frente a esa noción1488.
En cierto modo, que la interpretación de McRobert raya demasiado en lo teológico
es algo que ella mismo admite y que el pensamiento de Fackenheim, en su rigor filosófico,
no puede apoyarse en Heschel ni en afirmaciones de marcado carácter teológico1489. La tesis
de McRobert se mantiene dentro de los límites interpretativos que la obra de Fackenheim
- 307 -
mostraba hasta el año 19821490, teniendo en cuenta que la mayoría de las interpretaciones y
estudios, como he mostrado en esta parte de la tesis, se suceden a partir de 1992.
El estudio, la tesis de McRobert tiene tres partes. La primera, “Los escritos de
juventud”1491 es un panorámica general del conjunto de la obra de Fackenheim, en la que
señalan aspectos como la influencia de Franz Rosenzweig y Leo Strauss, el sionismo, el
conflicto entre razón y fe y entre Ley y Revelación, un análisis de Metafísica e Historicidad, los
escritos sobre Kant, Hegel, Schelling y el concepto de historicismo, la dimensión religiosa
de Hegel y la dualidad Yo-Tú de Martin Buber.
La segunda parte, “La búsqueda de la esencia”1492 tiene en el análisis de la obra de
Hegel y la lógica interna necesaria para entender la esencia del judaísmo, uno de sus
puntales esenciales, que se funden con reflexiones extraídas de la La Presencia de Dios en
la Historia y su obra Encuentros entre judaísmo y filosofía moderna, aspectos como el
martirio/Akedah o Sacrificio de Isaac, la Alianza, etc., buena parte del aparato justificativo
de su propósito con la tesis.
La tercera parte, “La Remitologización del judaísmo”1493, el concepto de Tikkun
Olam y una fusión de análisis cabalísticos extraídos de Isaac de Luria, completan la tesis.
Las conclusiones1494 apoyan lo que hemos comentado al inicio. Siguen el aparato
crítico1495, la bibliografía1496 y el índice onomástico1497. En conjunto, una obra original, muy
centrada en aspectos específicos, con líneas teológicas muy marcadas y muy sintéticas en su
valoración de la obra escrita de Emil Fackenheim.
- 308 -
CUARTA PARTE
PARADIGMAS DE LA CATÁSTROFE: ARTHUR ALLEN COHEN
- 309 -
4.1. Introducción
1498 Como lo atestigua la increíble compilación de Dan Cohn-Sherbok Holocaust Theology. A Reader (2002).
- 310 -
4.2. Arthur Allen Cohen1499. Universidad vs. Unicidad de la Shoá1500
Una imagen de los años 80, cercanos a la publicación del Tremendum. En el reflejo
del vidrio, puede verse a la esposa de Cohen, Elaine Lustig-Cohen
1499 Buena parte de esta introducción necesaria a la figura y la obra de Arthur Allen Cohen, la hemos tomado
del texto citado en la bibliografía: Cf. GIMÉNEZ BLUNDEN, Miguel. “Arthur Allen Cohen y el
Tremendum. Una aproximación teológica a la Shoah”, Revista el Olivo, nº 75 (Enero-junio 2012), pág. 87-106.
Hemos modificado algunos elementos de su redacción, que ya era lo bastante escueta, ampliado algunos
aspectos y reducido otros.
1500 Pendiente de la comunicación de su viuda, el sábado, 27 de abril de 2015, Elaine Lustig-Cohen a través de
su hija me dio permiso con copyright incluído, para emplear las fotografias en una próxima publicación, el 4
de mayo de 2015, a través de su hija Tamar Cohen. Son escasas las imágenes disponibles de Cohen, que no
estén en las solapas de sus libros o una sóla imagen en Google en la solapa de su obra In the Days of Simon Stern
(1972). Por tanto, presentamos imágenes que son una primicia y permiten ver cara a cara al autor.
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Arthur Allen Cohen nace en Nueva York en 1928. Ingresa en la universidad a los
16 años, cursando humanidades, literatura occidental, filosofía y estudios sobre la religión
en la Universidad de Chicago. Una crisis espiritual en los albores del año 1945, que
posiblemente le hubiera llevado a la conversión al cristianismo, pero sus padres acuden al
rabino Milton Steinberg1501, una de las mentes más lúcidas del judaísmo de ese momento,
que le llevará al estudio de la lengua hebrea y a ser más consciente de su tradición e
identidad judías.
Este viraje hacia el judaísmo estará condicionado permanentemente a lo largo de
toda su vida por la omnipresencia del Cristianismo, como punto de referencia para
construir su propia visión. Su judaísmo, no lo hereda sino que es fruto de una “elección”
consciente1502. En este sentido, la figura de Arthur Allen Cohen se aproxima mucho a la de
Franz Rosenzweig. Se gradúa en 1946 y pasa la segunda mitad de 1949 en la Universidad
Hebrea de Jerusalén estudiando hebreo y trabándose la amistad de pensadores de la talla de
Martin Buber1503, Ernst Simon1504 y Hugo Bergmann1505. Sigue estudiando filosofía judía
medieval en el Jewish Theological Seminary de Nueva York, aunque dejaría el seminario en
1951. Los siguientes dieciocho años lo verán cosechando un éxito en el mundo editorial
fundando dos editoriales, la Noonday Press junto con el poeta Cecil Hemley1506 (1951-1955) ,
a la que seguiría la editorial Meridian Books en 1954 y entre 1964 a 1968, seguiría su
andadura en el mundo del libro como como editor jefe y vicepresidente de la editorial Holt,
Reinhart and Winston, uno de los sellos editoriales de mayor prestigio en los Estados Unidos.
En el año 1973, funda junto a su mujer Elaine, una tienda de objetos antiguos,
especializada en libros de arte llamada Ex Libris, cuya especialidad era el arte moderno, con
especial atención dedicada a la cultura rusa.
1501 STEINBERG, Milton (1903-1950), rabino, filósofo, teólogo nacido en Nueva York, recibe su doctorado
en filosofía de la Universidad de Columbia en 1928. Forma parte del elenco ilustre de profesores del Jewish
Theological Seminary of America. Fue, sin lugar a dudas, una de la figuras más destacadas del judaísmo
conservador de la primera mitad del siglo XX en los EE.UU.
1502 Años después reforzaría esa idea al escribir un artículo : “Porqué escogí ser judío”, en Cf. An Arthur A.
traductor de la Biblia junto con Franz Rosenzweig, una de las figuras más ilustres del movimiento sionista y
profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
1504 SIMON, Ernst (1899-1988), pedagogo y filósofo judeogermano, que a mediados de los años 30 emigró a
Palestina y sería antes de la independencia del Estado de Israel en 1942, el fundador del partido Ihud.
1505 BERGMANN, Hugo (1883-1975), escritor, filósofo e intelectual alemán, que fue profesor y decano de la
editorial que presentaría en los Estados Unidos, obras y autores tan ilustres como Susan Sontag, Boris
Pasternak, Jean Paul Sartre, etc.
- 312 -
Milton Steinberg Cecil Hemley
Arthur Allen Cohen ante todo destaca por ser un novelista excepcional, “un
escritor para escritores”. Lo más curioso es que muchas de sus novelas precisamente son
una extensión de sus reflexiones teológicas, es decir reflejan en la ficción literaria,
cuestiones de profundo calado especulativo. La primera de sus cuatro novelas, The Carpenter
Years (1967) contempla el dilema entre un judío converso al cristianismo, director de un
centro juvenil de Pensilvania en los Estados Unidos y el hijo de un anterior matrimonio,
que viene a la ciudad, siendo judío. En otra novela, la más prestigiosa de toda su
producción, In the Days of Simon Stern (1972), donde se relata la historia de un joven, al que
se le encomienda la tarea de ser el Mesías que debe salvar a su pueblo en el contexto de la
América de 1942, concretamente Nueva York, teniéndose que lanzar a rescatar, los pocos
supervivientes de la Shoá. Destaca también la novela An Admirable Woman (1983), obra que
fue admirada por Mircea Eliade, que se deshace en elogios hacia él1507, la huída a Europa de
Erika, un judía de Berlín que no fue capaz de ver en su momento, el peligro inminente que
representaban las hordas nazis. En la obra de 1976 A Hero in his Time se habla de klas
andanzas de Yuri Maximovich Isakovsky, un poeta judío ruso y en un estudio
monográfico1508 sobre el poeta ruso Mandelstam1509. De modo, que la identidad judía y los
planteamientos filosóficos que ello suscita, también se ve reflejado en multitud de sus
libros.
1507 En la contraportada del libro, afirma que: “Durante años he admirado a Arthur Cohen, pero sólo ha sido
recientemente que he descubierto, con entusiasmo, que el teólogo y el historiador que conocía, es también un
novelista. Huelga decir que desde ese momento, me considero uno de sus más sinceros y vehementes
admiradores”.
1508
Cf. COHEN, A.A. Osip Emilievich Mandelstam. An Essay in Antiphon. Ann Arbor (Michigan, EE.UU.),
Ardis, 1974.
1509 MANDELSTAM, Osip Emilievich (1891-1938), malogrado poeta ruso, con ascendencia judía polaca,
- 313 -
Su obra teológica, redactada a lo largo del periodo de 1951 a 1969 refleja la
inmersión en plena en su herencia cultural judía. Títulos como Martin Buber (1957), la
edición de The Anatomy of Faith (La anatomía de fe) de su maestro Milton Steinberg en 1960
y The Natural and the Supernatural Jew (El judío natural y sobrenatural), con toda
probabilidad, la obra teológica mayor aparte del Tremendum, en 1962. Fruto de una pasión
paralela, publica varias novelas entre 1967 y 1987, entre las que destacan The Carpenter Years
(1967), In the Days of Simon Stern (1973) y An Admirable Woman (1987)
Es la época más feliz de su vida. Retoma su estudio del hebreo y sus intereses
intelectuales. Sin embargo, una leucemia acabaría con su vida prematuramente en 1986. Sus
manuscritos y pruebas de imprenta se encuentran en la Beinicke Library en la Universidad de
Yale en los Estados Unidos, habiendo aún manuscritos inéditos que están bajo la custodia
de su viuda Elaine Lustig Cohen1510.
Arthur Allen Cohen publica esta obra en Nueva York, gracias a la editorial
Crossroad en 1981. El título completo de la obra es The Tremendum. A Theological
Interpretation of the Holocaust (El Tremendum. Una interpretación teológica del Holocausto).
El autor escribe esto 36 años después del final de la Segunda Guerra Mundial. Su tardanza
cronológica se debe a dos motivos esenciales. Por un lado, la distancia temporal requerida
para no empañar el análisis fenomenológico y filosófico del acontecimiento, con
valoraciones personales y subjetivas, partiendo de lo reciente del hecho en la memoria
histórica y personal de los efectados. Por otro, también por la falta de un vocabulario y de
un aparato categorial para abordar tan infausto acontecimiento.
La palabra tremendum es un concepto tomado de la obra de Rudolf Otto Lo Santo,
concretamente el mysterium tremendum, que se define como aquel misterio que supera todo
pensamiento y toda historia. El uso de este término por parte de Cohen no es más que el
intento o la necesidad de generar un nuevo concepto y un nuevo lenguaje, que intenta
expresar a una nueva realidad, que por su propia naturaleza, resulta inefable y sin parangón
histórico. El “silencio” es una reacción posible, pero frente a esto, Cohen “habla”,
“escribe”, “piensa” y “crea” una nueva terminología y nuevos conceptos, ejerciendo una
mayéutica lingüística.
- 314 -
Arthur Allen Cohen es uno de los muchos autores, que en la línea de los primeros
intentos de dilucidar y entender el Holocausto y la destrucción del judaísmo germano que
se inició entre los años 1945 y 1965, y que tuvo entre sus muchas figuras iniciales, al
historiador Raul Hilberg con su célebre obra La destrucción de los judíos de Europa, pero
también a pensadores de la categoría de Hannah Arendt con Los orígenes del totalitarismo, Elie
Wiesel, Jean Amery y Primo Levi, pero que en el contexto de la América después de 1945 y
del judaísmo reformado, se encuentra en la línea de autores como Steven Schwarschild,
Jacob Petuchowski, Bernard Martin y Lou Silbermann, pero también forma parte de la
tendencia llamada “pensadores post-Holocausto”, entre cuyos miembros cabe destacar
aparte del propio Cohen, a Richard Rubenstein, Eliezer Berkovitz, Irving Greenberg y al
propio Fackenheim1511, la figura más destacada por la importancia y la seriedad con la que
trata los aspectos teológicos de la Shoá1512.
La obra, dividida en cuatro partes, tiene su origen en un Conjunto de conferencias
impartidas entre 1974 y 1979. La primera bajo los auspicios del Leo Baeck Institute, con sede
en Nueva York (1974) y las tres siguientes fueron impartidas como las Tisch Lectures (Ciclo
de Conferencias Tisch) de teología judía bajo la tutela del Departamento de Religión de la
Brown University (Rhode Island, Nueva Inglaterra, EE.UU.) en 1979.
La obra, publicada en 19811513, consta de cuatro partes. La primera, “Pensar el
Tremendum”1514 intenta dilucidar el concepto de Tremendum; la segunda parte, cuyo título
es “El Tremendum como caesura. Un comentario fenomenológico del Holocausto”1515 se
acerca a dicho concepto entendido como ruptura, como un novum cuyas características
deben definirse; la tercera parte, “La teología histórica y el Tremendum”1516 esencialmente
define la Alianza y la Catástrofe como los parámetros en los que cabe entender, el
acercamiento teológico al Tremendum y finalmente, en la cuarta parte, “El puente sobre el
abismo. Esquemas de construcción”1517 hay un intento de definición de la filosofía de la
historia, que imprime de sentido y futuro, el concepto central del libro.
- 315 -
En el magnífico prólogo que precede al libro, David Tracy1518, se hace manifiesta la
este prestigioso teólogo católico, que presentó las Gifford Lectures en el año 20001519 (el
mayor prestigio del mundo académico de la teología, el Nobel de la teología en la
universidad de Edinburgo, en Escocia), acusa como si fuera el oficial francés Dreyfuss y
señala que la culpa y el arrepentimiento por el antisemitismo de antaño no pueden ser la
causa que impida a los teólogos cristianos abordar estos temas y que reiteradamente haya
tenido que ser el “privilegio” de los teólogos judíos, abordar este tema. Cohen es
evidentemente uno de los paladines de este movimiento.
1518 TRACY, David (1939-), teólogo católico y sacerdote estadounidense. Nacido en Nueva York, imbuído de
la vocación sacerdotal, es seminarista en Nueva York aunque pronto se desplazaría a Roma, donde se
licenciaría en Teología en la Universidad Gregoriana de Roma en 1963, doctorándose en 1969.
Inicia su andadura académica en la Universidad Católica de Washington (1967), aunque posteriormente sería
la facultad teológica de Chicago (University of Chicago Divinity School), la que acabaría siendo el lugar donde
ejercería como profesor desde 1985. En la actualidad es profesor emérito de la facultad de teología de la
Universidad de Chicago.
1519 La conferencia se titularía “This Side of God” (Este lado de Dios) y se dictó en varias ocasiones (25-27 de
abril y los días 8, 9 y 11 de mayo del 2000, a las cinco y media de la tarde). Dichas conferencias se vienen
realizando de forma ininterrumpida desde 1888.
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Cohen distingue dos momentos en este primer apartado, que pertenece a la definición,
determinación y ubicación del tema:
a) un periodo desde 1945 hasta 1961 con el juicio de Eichmann, que supone las
estadísticas, los recuentos, la definición de una “gramática del genocidio”1520, la creación
de un vocabulario específico para poder expresar lo inefable y,
b) A partir del 1961, cuando la literatura, las recreaciones literarias y autobiográficas,
encarnada en la obra de autores como Chaim Kaplan1521, Emmanuel
Ringelbaum1522, Ilse Aichinger1523, Michel Tournier1524, André Schwarzbart1525, J.P.
1520
TT, pág.
1521 KAPLAN, Chaim A. (1880-1942), conocido por sus diarios del ghetto de Varsovia. Se forma como
profesor y en 1905, funda un colegio de primario secular hebreo. Fue un reconocido defensor del aprendizaje
del hebreo y el autor de una gramática del idioma (Hebrew Grammar. New York, Hebrew Publishing Company,
1926). Intento emigrar a Palestina en 1936 pero no pudo. Su diario es especialmente conocido por las
referencias al antisemitismo nazi. Consiguió salvar su diario antes de ser deportado al campo de
concentración de Treblinka, donde pereció entre finales de 1942 y principios de 1943.
Información tomada de: Cf. Holocaust Literature (Ed. S.L. Kremer). Vol. I, pág. 599-601. Escrito por Joshua D.
Zimmerman.
1522
RINGELBAUM, Emmanuel (1900-1944), historiador polaco, conocido por sus conocidos diarios y
archivos del ghetto de Varsovia. Se forma académicamente en la Universidad de Varsovia, doctorándose en
historia en 1927, con uan tesis acerca de los judíos de Varsovia en la Edad Media. Activista en su comunidad,
facilitó la salida de Alemania de judíos polacos poco antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial. Los
archivos de los que fue responsable detallaban las atrocidades, la hambruna y aspectos de la deportación al
campo de concentración de Treblinka. Mientras él y su familia se escondían fuera del ghetto de Varsovia y
poco antes del levantamiento del ghetto, fueron descubiertos por la Gestapo y ejecutados inmediatamente.
Tomado de: Cf. Holocaust Literature (Ed. S.L. Kremer). Vol. II, pág.1005-1010. Escrito por Nechama Tec.
1523
AICHINGER, Ilse (1921-), escritora austríaca, la autora de varias novelas que relatan sus experiencias en
la Austria de la época nazi. Se formó como doctora durante un tiempo, pero es su labor como novelista por la
que es más conocida. Obras suyas son Die Grossere Hoffnung (La Gran Esperanza) de 1948 y anteriormente,
Das Vierte Tor (La Cuarta Puerta), en la que en 1945, se toma por primera vez como tema de novela, los
campos de concentración. Se casa en 1953 con el escritor Günter Eich. En la actualidad, reside en Viena y ha
sido notablemente premiada por su labor como escritora.
Tomado de: Cf. Holocaust Literature (Ed. S.L. Kremer). Vol. I, pág. 5-9. Escrito por Dagmar C.G. Lorenz.
1524
TOURNIER, Michel (1924-), escritor francés, formado en la Sorbona, donde estudia Filosofía y leyes,
ampliando su formación filosófica en Tübingen, Alemania (1946-1950). Allí conoce al director de cine Claude
Lanzmann, el director del documental Shoah, que también estudiaba filosofía. No se sacó el equivalente a las
oposiciones francesas para enseñar filosofía en la enseñanza media y se ha dedicado al periodismo (ya desde
su estancia en Alemania) y a labores de traducción. Autor premiado (recibe el prestigioso Premio Goncourt
en 1972 por su novela de 1970 Le Roi des Aulnes), provenía de una familia fascinada por la cultura germana,
aunque desde luego, “vacunada” frente a los excesos del nazismo. El enfoque de sus novelas y este ha sido un
aspecto ciertamente criticado, se suele ocupar más de los verdugos y colaboradores, que de las víctimas. Lo
cierto es que su crítica al antisemitismo tiene una doble vertiente: por un lado, la de condenar su actuación en
contra de los judíos y por el otro, la tragedia que supuso para los ideales y la cultura de los alemanes.
Tomado de: Cf. Holocaust Literature (Ed. S.L. Kremer). Vol. II, pág. 1269-1272. Escrito por Sara R. Horowitz.
1525
SCHWARZ-BART, André (1928-2006), novelista francés, de ascendencia judeopolaca, célebre por su
novela de 1959 Le Dernier des justes (El último de los justos), donde se narra el recorrido histórico de una
familia judía desde la Edad Media hasta su exterminio en las cámaras de gas de Auschwitz, con la que gana el
Premio Goncourt el mismo año. Esto tiene tintes autobiográficos, puesto que sus padres también fueron
deportados al mismo campo de concentración en 1941, poco antes de que él se uniera a la Resistencia.
Estudia en la Sorbona después de la guerra. Es allí donde conoce a su mujer. Su obra se pueblicó en un
momento en que siquiera se empleaba el término Holocausto para referirse a lo que había sucedido. En su
obra, hay ataques implícitos al papel de la Iglesia Católica y un tradicional antisemitismo, que según él, llevaría
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Steiner1526, Elie Wiesel1527 y Piotr Rawicz1528, testimonio de los “muertos” y de la
objetividad del relato1529.
al Holocausto, así como también críticas a Francia por su papel activo en el envío de judíos a Alemania,
incluso antes de solicitarlo el Tercer Reich. Gana el Premio Goncourt de 1959 con esta novela.
(Cf. Holocaust Literature (Ed. S.L. Kremer). Vol. II, pág. 1122-1126). Escrito por D. Mesher.
1526
STEINER, Jean Francois (1938-), escritor francés, formado en filosofía en la Sorbona, autor de la novela
Treblinka en 1966.
Tomado de: Cf. Holocaust Literature (Ed. S.L. Kremer). Vol. II, pág. 1217-1220.
1527
WIESEL, Elie (1928-), escritor y profesor universitario rumano, fue el Premio Nobel de la Paz de 1986.
Tomado de : Cf. Holocaust Literature (Ed. S.L. Kremer).Vol. II, pág. 1315-1325.
1528 RAWICZ, Piotr (1919-1982). Escritor judío polaco, nacido en Lvov (entonces Polonia y en la actualidad,
Ucrania), fue arrestado y torturado por la Gestapo, y pasó por los campos de concentración de Auschwitz
(1942) y de 1944 hasta 1945 estuvo en el campo checoslovaco de Leitmeritz. Ejercería como poeta y
periodista en este periodo. En 1947, se va a vivir a París donde estudiará sánscrito en la Sorbona y el idioma
hindi en la Ecole Nationale de Lenguas Orientales Vivas. Un políglota nato (conocía el ucraniano, el ruso, el
polaco, el alemán, el francés, el sánscrito, el hindi, el inglés, el yiddish, el hebreo, ejerció como periodista para
el prestigioso periódico francés Le Monde, fue corresponsal extranjero de otros muchos más y editor de la
revista judía European Judaism. Se suicidaría en 1982 tras el fallecimento de su mujer por cáncer poco antes. Es
especialmente conocido por la obra Le Sang du Ciel (La sangre del cielo) de 1961, donde sus experiencias
autobiográficas en campos de concentración se funden en un estilo literario donde se mezcla la riqueza
temática, lo místico, lo ontológico y la experiencia histórica y personal en una novela singular.
Tomado de: Cf. Holocaust Literature (Ed. S.L. Kremer). Vol. II, pág. 983-986. Escrito por Lea Wernick
Fridman.
1529 Todos los datos relevantes están tomados de: Encyclopedia of Holocaust Literature, cuya editora es S. Lillian
Kremer. S. Lillian Kremer ostenta el cargo de catedrática en la Kansas State University, donde da clases de
literatura americana, literatura del Holocausto y cine. Es la autora de Witness Through the Imagination: Jewish-
American Holocaust Literature (Detroit, Wayne University Press, 1989) y Women’s Holocaust Writing: Memory and
Imagination (1999).
- 318 -
Ilse Aichinger Michel Tournier
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acontecimiento supera con creces, aquello que tradicionalmente era el ámbito de la
historiografía moderna?1530
Por su misma definición, el tremendum (palabra que en su libro va a sustituir
Holocausto, Shoá, Catástrofe, exterminio, “evacuación a Theresienstadt” y la larga lista de
eufemismos necesarios para definir la barbarie) queda más allá del discurso moral y de la
condena racional. No hay precedentes, no hay posible modo de comparar con situaciones
parecidas.
El tema del mal, entendido como el ejercicio de la violencia que tuvo lugar en los
campos de concentración suscita el interés del teólogo Cohen. La realidad de la Segunda
Guerra Mundial va más allá de las “normales” agresiones de la guerra, hasta el punto que el
concepto legal de “crímenes contra la humanidad” no se formuló legalmente hasta los
juicios de Nuremberg, como también fue una novedad, el juicio de Nuremberg, el
equivalente secular de redactar los Diez Mandamientos para un mundo que había roto las
barreras de todo cuanto era concebiblemente posible en el mundo de la maldad humana.
Arthur Allen Cohen da cuenta del viraje que en los tiempos actuales ha dado la
vinculación entre moral y política, de tal modo que la tradicional preocupación por el ley, el
orden, el bien, el deber y la libertad se han visto desplazados como criterios de la acción
social y moral por el peso del poder, la influencia y la necesidad. La presencia de conceptos
como el Bien y ante todo el Mal absolutos dejan de ser punto de referencia válido para
juzgar las acciones del presente.
Estamos en el reino de lo relativo y lo que antes podía considerarse como barbarie,
asesinato y crueldad deja de tener la relevancia que una vez tuvo. Esta atmosfera de
relativismo resulta útil para una época de un espíritu débil y los acontecimientos de
cualquier conflagración nacional pueden ser juzgados desde la indiferencia que resulta de
algo que no nos afecta. Los universalismos de antaño, aplicables a toda sociedad occidental
y a todos los niveles de las mismas, ya no tienen la fiereza de otros momentos. Y sin
embargo, es esa misma universalidad, la que se pone en tela de juicio, con el concepto de
tremendum, que en otras instancias, se versiona como Auschwitz, etc. Frente al relativismo del
siglo XX, el tremendum se alza como el abanderado del único universalismo que ha persistido de forma
perenne. No es el judío en su particularidad el perseguido, el señalado (ya sea sionista,
- 320 -
asimilado, etc.) sino el “Judío” universal, o en palabras de Henry Ford, el judío internacional, el perenne
instigador de una conspiración para derrocar y dominar el orden establecido. Ellos son “los
escogidos, sin posibilidad de remisión, de forma extrema y totalmente”1531.
alemán. Formado intelectualmente en las universidades de Erlangen y Göttingen, en ésta última ejerció su
magisterio desde 1897 hasta 1914. De 1914-1917, ocupa el puesto de profesor de teología en la Universidad
de Breslau, continuando su carrera académica en la Universidad de Marburgo y siendo rector durante un año
de dicha universidad (1926-1927). Se jubila de la docencia universitaria en 1929, y hasta el final de su vida
seguiría como miembro del Parlamento Prusiano (1913-1918) y comprometido en cuestiones ecuménicas
cristianas. Su interés inicial en la vida y el pensamiento del reformador Martin Lutero , le llevó a estudiar el
concepto del Espíritu Santo en el autor de las tesis de Wittemberg y en la distinción entre las concepciones
naturales y religiosas del mundo y su posible reconciliación.
- 321 -
La percepción del tremendum que es distinto para el judío y el gentil. El tremendum (a
pesar del judío) forma una unidad indisoluble con su realidad. Para el no judío, es objetivo,
un factum externo a su propia realidad; para el judío, resulta indisoluble, esencial, inmanente,
constitutivo:
“(…) No hay modo de hacer que la totalidad genocida de los campos de la muerte tengan significado para
el no-judío, precisamente porque cada judío que ha sobrevivido hasta hoy es un superviviente de hecho o un
superviviente accidental, mientras que para el no-judío, el genocidio de los no judíos es un fenómeno objetivo,
que por definición, parece excluirle”1535.
El análisis del concepto del tremendum por sí mismo, la reformulación misma del
lenguaje, un lenguaje que debe ser teológico, lo que permitirá entender, pensar, volver a
describir y unir dicho concepto de la historia de un pueblo que no puede obviar dicha
realidad1536.
- 322 -
del tremendum, un universal cuyas características pueden ser compartidas sin ser
históricamente parecidas. Y todo el empeño por entender o puntualizar estos
aspectos, es sin duda, la gran labor que realiza Cohen en este libro. Precisamente la
equiparación permite al lenguaje hablar, sin negar la unicidad de cada sufrimiento y
la vinculación específica de cada grupo con su padecimiento. El esfuerzo por
singularizar el fenómeno permite precisamente el silencio, por lo inefable del
sufrimiento. De facto, la particularización o el distanciamiento respecto de cada
caso de tremendum sólo lo ejercen aquellos que sienten culpabilidad por no haber
hecho nada1537.
5) Cohen durante casi 20 años (el tiempo que tardó hasta mediados de los 60) para
hablar con un vocabulario con propiedad, no podía hablar del Holocausto1538. Las
cuestiones que le suscita pensar sobre el tremendum hacen hincapié en la tradición
de las teodiceas: la realidad del mal y la existencia de Dios, los extremos de la
maldad y la libertad del hombre y la presencia del mal frente al poder de Dios1539.
6) Si el lenguaje no es capaz de expresar esta realidad histórica y dicho acontecimiento
no puede analizarse racionalmente, corre el riesgo de convertirse en absoluto y por
tanto, necesario. Afirmar que el exterminio de más de 6 millones de individuos era
una parte del devenir histórico necesariamente del siglo XX, es una aberración
intelectual. Además, se convertiría en una categoría hermenéutica sin la que no
podría entenderse ni el pasado ni el futuro. Esto a su vez, entra en contradicción
con la visión secularizada de la historia, presente en toda cosmovisión filosófica
occidental desde la Ilustración.
7) El tremendum se presenta como un concepto aporético, contradictorio. No puede ser
absorbido por su significación en la narrativa histórica y su dimensión ontológica
no puede limitarse mediante las tradicionales categorías históricas, poco adecuadas
y de poca importancia frente a acontecimientos de tal envergadura1540.
8) Nunca hasta ahora, el hombre se había visto enfrentado a un horror a tal escala, de
modo que es inconcebible que los primeros sistemas filosóficos de la modernidad
(Hegel y Marx) pudieran ser paradigmas suficientemente omnicomprensivos como
para valorar este novum.
- 323 -
9) Los paradigmas de la modernidad, el optimismo, la confianza en el progreso y el
liberalismo se han puesto en tela de juicio1541. Un acontecimiento tal supuso la
ruptura de relaciones, la imposibilidad de los judíos de poder aspirar a los sueños
del progreso y de emancipación que las corrientes liberales de Europa
preconizaban1542.
10) El tremendum se caracteriza por su resonancia histórica. No queda acotado meramente
al periodo histórico en el que se desarrolló, sino que reverbera, de modo que sus
consecuencias, significación y proceso perviven no sólo como recuerdo, sino como
modelo de ulteriores barbaries1543.
“El tremendum marca un final, pero cada final augura un inicio. No hay final hasta que el final es
definitivo. Hasta ese momento, sólo es caesura y un nuevo inicio”1544.
Dado el marcado carácter teológico de las reflexiones de Cohen, resulta irónico que
nuestro autor afirme que es precisamente la teología, una disciplina cuyas características
primordiales, la imprecisión del lenguaje que emplea y su carácter insuficientemente
empírico, y que estas son precisamente sus carencias primordiales. Y sin embargo, son
precisamente algunas de sus características de objetividad –términos comunes, características
generalizables o extrapolables, juicios-lo que hacen de esta disciplina, una de las mejores vías para
la transmisión intersubjetiva del conjunto de conceptos que esgrime a lo largo del libro.
Uno de los grandes prejuicios en contra del pensamiento teológico en el judaísmo
fue el hecho que su especulación fuera contraria a la Ley y que las disquisiciones, aun bien
fundadas, pudieran socavar, los principios fundamentales de la tradición judía1545. Lo que en
siglos anteriores había sido un conjunto doctrinal que lleva a una ortopraxia , un recto actuar
(y aquí la dimensión ética del judaísmo es innegable, frente a la precedencia de la fe en el
- 324 -
Cristianismo) se convierte finalmente en la necesidad de diálogo, apologética y defensa de
la comunidad frente a las naciones. Cohen considera que su herencia religiosa tiene un
cierto grado de obsolescencia y se ve obligada a afrontar nuevos retos. Dos puntos clave son
los que permiten una lectura in nuce de los planteamientos de Cohen:
a) su definición de teología y,
b) cómo la teología que arrastra una tradición y una forma de funcionar, puede
enfrentarse con el reto del tremendum.
“(…) la teología como yo la entiendo es el esfuerzo de dar cuenta de un obstinado e implacable campo de
contrariedades, donde el contenido de la revelación se da de bruces con la evidencia que nos ofrece la historia,
allí donde la realidad histórica se rebela ante la fe y la destroza, cuando no se trata de meras actos y
observación atenta, ni simplemente la Ley y su práctica, sino del corazón mismo”1546.
El segundo punto se traduce en la definición que da del Pueblo Judío como “(…)
aquella realidad que sustenta tanto al Sinaí y al Holocausto”1547, es decir que toda reflexión que no
tenga en cuenta estos dos polos. El puente sobre el abismo que asoma en el último
apartado de su libro no es otra cosa que asumir la negación para superarla, en la que para
llegar al futuro, hay que contemplar el pasado, integrar el presente y tener la mirada en el frente.
- 325 -
“Si podemos empezar a ver a Dios menos como el entrometido cuya intervención es bienvenida (cuando está
de acorde con nuestras necesidades) y más como la inmensidad cuya realidad es nuestra prefiguración, cuyo
discurso y silencio son metáforas para nuestro lenguaje y que también es distorsión, cuya plenitud y
desarrollo son la esperanza de nuestro futuro (futurity), habremos ganado un sentido de Dios que podremos
amar y honrar, y que no tengamos que temer y del que no tengamos que exigir”1548.
“Somos ese Ser, el Pueblo Judío, más la perspectiva que lo hace significativo es Dios mismo y el sentido de
la auto-narración de Dios se conoce solamente cuando se ha realizado y ha concluido o se ha completado en
el último instante de la redención”1551
- 326 -
Fackenheim y su reflexión fundamental desde 1967, se ve truncada on la obra de Arthur
Allen Cohen, que refleja también algunos de los elementos presentes en las interpretaciones
que ya circulaban desde los años sesenta en el mundo anglosajón y fundamentalmente en
los Estados Unidos y que responde fundamentalmente a una especie de alejamiento de lo
que Fackenheim llamaba “amcha”, el judío de a pie, el que vive la vida cotidiana, el que se
preocupa por su familia y el seguimiento de los mandamientos que conforman su
identidad. Frente a ello, hay una tendencia en la que participa Cohen al hablar del pueblo
judío en términos de un abstraccionismo, que “prostituye” a la identidad judía a favor de
un universalismo de corte izquierdista y proclive a ensalzar la identidad judía
“americana”1552. Este apunte histórico contribuye a hacer comprensible algunas de las
afirmaciones de Cohen, que entran en franca contradicción con las de Emil Fackenheim.
Las similitudes entre ambos autores son obvias, aunque ciertamente lo son también
las diferencias. Ambos crean neologismos para acercarse a la realidad de la Shoá. Cohen
esgrime el “tremendum”, la “gramática del genocidio” mientras que Fackenheim introduce
también mandamiento 614, Planeta Auschwitz, nuevo sentido del Tikkun Olam, Presencia
Divina. Sin embargo, y aquí empiezan las diferencias, mientras que Cohen explica
meramente el fenómeno, la intención de Fackenheim es la de plantear un pensamiento
futuro, una superación intelectual del Holocausto mediante el Tikkun Olam.
Si en Cohen, el judío como concepto universal, que le da una categoría de absoluto, que
disuelve todo cuanto de relativo y de verdaderamente humano hay, en Fackenheim, el judío
es ante todo, existencia en lo concreto, en lo visible, en lo encarnado, en lo factible, en lo
inmanente.
En Cohen, las cifras y status de los fallecidos en los campos de concentración, las
estadísticas pierden de vista, el horizonte concreto de las víctimas, mientras que en
Fackenheim, cada vida es singular. Y es en esa singularidad, que radica su valor último, o
como él mismo afirma, en ¿Qué es el judaísmo?: “El hombre alcanza su más alta
consideración de la personalidad humana en tanto que lo que nos es más conocido como
experiencia personal cuando alguien querido nos es arrebatado: Un momento estaba aquí,
el siguiente no y la pérdida es irremplazable”1553.
En Cohen, desde un punto de vista fenomenológico y del decálogo que escribió, el
punto cuarto, cuando equipara el Holocausto a las innumerables otras barbaridades
humanas, la cita como una más, cosa inconcebible en Fackenheim, que singulariza el
Holocausto como un hecho sin precedentes.
1552 Cf. NOVICK, Peter. The Holocaust in American Life, pág. 289.
1553 WJ, pág. 272.
- 327 -
Cohen es más tradicional en su empleo de categorías filosóficas frente a Fackenheim que
crea un nuevo abanico más amplio, un aparato categorial más extenso. Para ambos es un
novum histórico de dimensiones inauditas y en ambos resulta fundamental, la
reverberación histórica del mismo. En lo fundamental, hay coincidencias pero es ante todo,
la consideración de la universalidad del Holocausto como fenómeno equiparable a otras
barbaries, donde reside esencialmente la diferencia entre ambos autores.
- 328 -
QUINTA PARTE
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5.1. Introducción
Presentación de su biografía y del contexto histórico, socio-cultural y filosófico del que parte
Emil Fackenheim;
Un estudio de su pensamiento, a través de la catalogación de su obra y del análisis de los
conceptos que ellas esgrime;
Presentar a los intérpretes de su pensamiento en aras de exponer el abanico hermenéutico de su
obra;
Un estudio comparativo de aquellos autores con los que muestra divergencia en torno al tema
de la Shoá, Arthur Allen Cohen e Ignaz Maybaum;
Considerar o recalcar en última instancia, la importancia de este pensador y las líneas
investigativas que pudieran derivarse de nuestra tesis.
Plantear un punto de partida para ulteriores investigaciones del doctorando, principalmente el
pensamiento judío de la segunda parte del siglo XX.
- 330 -
5.2. Filosofía y vida en Emil Fackenheim
- 331 -
literalmente reducida a cenizas. La efervescencia cultural, filosófica y teológica surgidas en
Occidente primordialmente, es a donde debe dirigir la mirada. Fackenheim se ve obligado a
rehacer intelectualmente el judaísmo. Su pasión por el judaísmo germano y la “edad de
oro” que se vivió en Alemania debe desarrollarse en el exilio de Canadá para él, de
Norteamérica para muchos y del Estado de Israel. Sin renunciar a su identidad judía,
Fackenheim hurga en las incoherencias pero también en las posibilidades de un diálogo,
que debe volver a analizar las semillas de un mundo en guerra, en ese judaísmo germano
aniquilado, pero también en un diálogo que abra las puertas a cuestionar el novum surgido
de Auschwitz, primordialmente una “teología post-Holocausto”, que desarrollará de forma
paralela a la de muchos, que a partir de los 50 y 60, empezarán a disponer de un
vocabulario, de una terminología y de un marco conceptual, que permita hablar de la Shoá
sin tapujos. En la siguiente parte, analizaremos y sintetizaremos de forma sinóptica pero
también de modo amplio, la esencia y los contenidos fundamentales de la tesis, en un
esfuerzo por presentar y abarcar, la significación y la aportación filosófica de Emil
Fackenheim. Los siguientes puntos pretenderán ser la síntesis y el desarrollo filosófico de la
tesis doctoral.
La biografía de Emil Ludwig Fackenheim se desarrolla de forma paralela a la
evolución de su obra. Ésta ha sido determinante y operante a la hora de tomar decisiones,
de analizar determinados autores, de optar por ciertas líneas de investigación. De aquí que
la “Presentación de su biografía y del contexto histórico, socio-cultural y filosófico del que parte Emil
Fackenheim” conformara la primera parte de nuestra tesis, que servía no sólo de
contextualización necesaria para dar una idea adecuada de la vida de nuestro autor, sino
también de referencia a los influencias y los intereses de Emil Ludwig Fackenheim.
Los 87 años de la vida de Emil Ludwig Fackenheim hacen de él, una especie de
patriarca del Antiguo Testamento, en el que la vida y los acontecimientos históricos urden
una telaraña de difícil separación. Historia, Catástrofe y Sentido, las 3 palabras que sirven de
título a la tesis, son el fundamento de los tres pilares de su concepción filosófica, que tiene
dos momentos claros, antes y después de la Guerra de los Seis Días. Su producción
intelectual, stricto sensu, abarca 51 años, iniciados con la redacción de su tesis doctoral y con
la última de sus publicaciones relevantes en 1996, antes de peregrinar y acabar sus días en la
tierra de sus antepasados.
Esos 51 años, su vida entera, es testimonio de los cambios sobrevenidos al Pueblo
de Israel, con toda su heterogeneidad, en el mundo europeo, pero también es reflejo de la
incardinación en el mundo canadiense, norteamericano y por extensión, del mundo
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anglosajón. En él convergen la fuerza intelectual de Alemania, la tolerancia escocesa, la
confianza y el desarrollo académico en Canadá y la vuelta a los orígenes en Israel. Su vida
es una especie de arquetipo del éxodo, del viaje, del camino emprendido por la comunidad
judía alemana para sobrevivir, siendo dicha supervivencia física, la motivación esencial para
dicha huída. Sin embargo, la hégira emprendida por Emil Fackenheim, no engloba
meramente la supervivencia física, sino la cultural y una supervivencia, que no es
meramente transmisión, sino interpretación y nueva creación. Es, por ello, que el elemento biográfico
se torna filosófico y el filosófico, no puede menos que aludir a la precaria existencia del rabino y profesor
universitario, que con sus libros, cuestiona su identidad, la de su pueblo, la significación del
pensamiento judío, el futuro del mismo, a la vez que batallando de lejos, con el fantasma
del Holocausto.
Fackenheim no será meramente un testimonio del pasado, sino que se ve abocado a
entender el presente (la preeminencia, omnipresencia y agonía del Holocausto), sin olvidar
un futuro, una posteridad, un sentido, eso que ha venido a llamar todo pensamiento judío futuro.
Emil Fackenheim, fruto de una formación germana, de un lugar y de un tiempo en
el que no se distingue entre lo judío y lo germano -la nostalgia de un judaísmo europeo que
tenía su sede principal en Alemania- debe huir de su hogar, de su patria, de su Heimat. Su
vida transcurre entre las postrimerías de la Primera Guerra Mundial, el periodo de
entreguerras, la Segunda Guerra Mundial, la integración excepcional en el mundo
académico de Canadá, la creación del Estado de Israel y de la Universidad Hebrea de
Jerusalén, la Guerra de los Seis Días, la respuesta que una incipiente Teología del Holocausto
intenta dar y la peregrinación final a la tierra de sus antepasados, para dar con sus huesos en
el polvo de Judea, y así testimoniar, incluso corporalmente, la adhesión al Pueblo de David.
Su extensa obra será por tanto, el fruto de vicisitudes históricas y dilemas
intelectuales. La biografía de Fackenheim es, ante todo, reflexión con tintes filosóficos. No
hay forma de separar lo vital de lo intelectual, la vida de la obra. Por tanto, la obra es una
mayéutica particular en que la rebeldía o la dificultad de hechos incomprensibles y
barbáricos se tornan motivo de pensamiento, se vuelven como él mismo dice, en la
necesidad de “repensar los acontecimientos”. El efecto que tuvo el nazismo no difiere de
muchos de sus congéneres, por cuanto que resulta de la toma de la conciencia de la diferencia.
Su judaísmo, elemento constitutivo de su vida, se vuelve contra él, distinguiéndolo en todos
los sentidos. La identidad de Emil Fackenheim como hombre queda marcada por la
pertenencia, por la genética, por la sangre judía que corre por sus venas, convirtiéndose en
su rasgo distintivo. La necesidad de entender le empuja a querer ser con todas sus fuerzas,
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pensador judío. La pregunta que le formulan en Sachsenhausen se convierte en título de
una de sus obras más significativas, dónde amplia lo que en juventud habían sido, sus
caminos hacia la fe judía.
Ello no se debe evidentemente a una voluntad de distinción, sino al Zeitgeist, al
espíritu de los tiempos, que en Alemania tendría a un chivo expiatorio fundamental,
movido por el antisemitismo de las hordas nazis. Emil Fackenheim es el “último judío”,
como Boecio fuera el “último romano”. Toda su vida se va a convertir en ese epitafio del
judaísmo germano, siendo la cristalización de eso que vino a ser el subtítulo de su
autobiografía. Emil Fackenheim es el notario de una época, el secretario de un modo de vida
que acaba y que se pierde en el humo de los crematorios. Con el sello de su obra, pone
punto final a todo un proceso histórico, que había llevado a la simbiosis entre lo judío y lo
germano. Las etapas de su vida, señaladas en el capítulo que hemos dedicado a su biografía,
son parte y porción del desarrollo intelectual, académico y personal de Emil Fackenheim.
Su mundo, asimilado en lo social aunque algo conservador en las formas religiosas, es el de
la plena integración en el mundo alemán. Dicha paz se ve interrumpida por la fea sombra
del antisemitismo, que empezó a asomarse en sus años en el Gymnasium. El mundo griego y
el hebreo se tornan sus primeros intereses académicos. La filología griega y la teología
hebrea son los dos caminos que marcarán toda su autobiografía intelectual. Las grandes
figuras del Instituto para el Estudio Científico del Judaísmo le impulsan a entender las
ramificaciones de la tradición cultural que le ha visto nacer, que marca los parámetros de su
obra filosófica, enraizada en el Kant y el Idealismo Alemán. Su interés no es por el pasado,
sino la verdad y el futuro del judaísmo. Leo Baeck, uno de sus maestros, es quien mueve al
joven Emil Fackenheim al interés por Hegel y Rosenzweig. De Max Wiener, aprende que el
carácter revelado de una religión conlleva su necesidad de ser misionera. De Leo Strauss, se
deriva la orientación de su tesis doctoral hacia el aristotelismo y las interpretaciones del
mismo en la filosofía árabe medieval. De Martin Buber, la actualidad de la experiencia
religiosa que Fackenheim denomina presencia divina. De Ismar Elbogen, la importancia de la
supervivencia física del pueblo judío. De Eugen Täubler le viene el sionismo y la importancia
del Estado de Israel. De Arnold Metzger, la importancia de la figura de Hegel y de Paul
Menzer, la lucha contra el nazismo y las reflexiones posteriores sobre el nazismo y la figura
de Hitler. En esta temprana etapa de su formación intelectual se encuentran las semillas de
sus intereses filosóficos: Kant, el Idealismo Alemán, Schelling, Hegel, la filosofía árabe medieval, la
presencia de Dios en el mundo y la historia –que dará título a una de sus obras principales-, la
supervivencia y creación del estado de Israel y la reflexión sobre la figura de Hitler y cuanto representaba –
- 334 -
antisemitismo, persecución, intolerancia, guerra, éxodo-, una amenaza que se vería reforzada por la
invasión árabe de la Guerra de los Seis Días, es decir, la amenaza de un Segundo Holocausto.
George Steiner, el célebre políglota y teórico de la traducción, alzando la voz en
contra de la barbarie, llegaría a afirmar “¿cómo se puede tocar a Schubert por la noche, leer
a Rilke por la mañana y torturar al mediodía?”1554. Los bellos volúmenes de Kant y
Schelling en letra gótica, publicados irónicamente en el periodo nazi, no son capaces de
alejar a Fackenheim del hecho que esa herencia cultural están algunas de las semillas de lo
que le pasó a su pueblo. Fackenheim busca la lógica del Holocausto, pero la busca en sus
raíces, en los grandes hombres, que hicieron a Alemania y Europa grande, para descubrir
en ellos, la miseria de su bajada a los infiernos. Como expresó en sus debates con Ze’ev
Mankowitz, se trata más del “por qué” que del “cómo”, del surgimiento de una dialéctica
entre judíos y alemanes, que tenía sus fundamentos históricos pero que nadie pensaba que
llegaría a ser tan profundo y tan demónico.
Si bien sus maestros en lo intelectual inocularon sus pasiones en el joven
Fackenheim, lo cierto es que es la experiencia en el campo de concentración de
Sachsenhausen lo que le muestra en toda su fuerza, el antisemitismo y la presencia de una
cosmovisión que deliberadamente arremetía contra el judaísmo con toda su fuerza. ¿Qué
sentido tenía todo aquello? ¿Qué significa ser judío? ¿Qué y cómo debo orientar mi vida? Y
estas cuestiones, tienen igual validez para él que para sus congéneres. Fackenheim plantea
una especie de pedagogía del judaísmo tras la Catástrofe, para que las semillas del
pensamiento no se vean fuera de un campo fértil y que el pesticida de la conmoción nazi
no acabe de ahogar, lo poco que sobrevivió a tal magnicidio.
Sachsenhausen es un momento clave en su reflexión filosófica. Fackenheim ve con
claridad, que hay una cosmovisión, una Weltanschauung latente en el nazismo que lleva con
claridad y determinación, al exterminio de su Pueblo. La amnesia inicial de Fackenheim
sólo se verá interrumpida casi treinta años después bruscamente por la Guerra de los Seis
Días, que le despierta de una especie de sueño, de una especie de letargo y le hace
consciente de la misión que él mismo se había impuesto en Sachsenhausen.
Debe convertirse en un filósofo judío. Su obligación es la de sobrevivir para darle un futuro
a su pueblo y a su herencia cultural. La salida de Alemania le forzó y le dio a entender que
la vivencia de ser un judío germano se había acabado. Fackenheim es el notario que señala
con toda su obra, el epitafio del judaísmo germano. Alemania había de ser su hogar, su
Vaterland. Se ve impulsado por el devenir histórico, a realizar su propio éxodo personal.
1554
STEINER, George. Lenguaje y Silencio. Barcelona, Gedisa, 1994.
- 335 -
Su vida ya no es suya solamente. Su propia supervivencia es testimonio y es
compromiso, una forma de no dar victorias póstumas a Hitler. En los inicios, su carrera
académica y la integración de un judío, uno de los primeros en la Universidad de Toronto y
uno de los primeros de una creciente comunidad judía, que a pesar de las reticencias y
prejuicios del nuevo país, buscaron en las orillas de Canadá, una nueva Jerusalén, un nuevo
Berlín, una nueva Alemania donde poder aposentarse y descansar de tan tortuoso camino.
La tímida carrera académica y el bienestar posteriormente de un matrimonio tardío
pero feliz se desarrolla sin grandes baches. La influencia de Leo Strauss le lleva a realizar su
tesis doctoral sobre los conceptos de substancia y perseidad en la filosofía árabe medieval,
expresando con ello, la importancia de tan notable periodo en el pensamiento judío. Su
incardinación en la Universidad de Toronto van a convertir a esta universidad en su alma
máter. A pesar de los orígenes germanos de su pensamiento, lo cierto es que toda su obra se
desarrolla primordialmente en el contexto anglosajón y por tanto, en lengua inglesa.
Su pasión por la cultura judía y su condición de rabino no le impidieron casarse con
Rose, una exalumna y cristiana, que sólo al final de su vida, se convertiría al judaísmo, antes
de ir a Jerusalén. Ella lo hace más “humano” y le da hijos, e incluso es clave para entender
como acabó viviendo en Jerusalén. Rose, su mujer, también es muestra, prueba de un
particular diálogo judeo-cristiano, que también se verá reflejado en su intento de crear puentes
con el Cristianismo, sin renunciar a la primacía judía a los que por evidentes razones, no
podía renunciar.
Desde su tesis doctoral en 1945 hasta su primera obra relevante Los Caminos a la fe
judía pasan dieciséis años. Ese mismo año da una lección inaugural cuyo título es Metafísica e
historicidad, donde queda patente aunque de forma subyacente, su interés por los orígenes
filosóficos de tendencias ideológicas, que desembocarían en el nazismo. Emil Fackenheim
busca en la filosofía árabe medieval, adentrarse en el conocimiento del judaísmo y contextualizar su
aportación filosófica en relación con la filosofía árabe medieval.
El contenido marcadamente metafísico de su tesis doctoral, además de ser deudor
de la influencia de Leo Strauss, tiene su continuidad en la lección inaugural de Marquette,
donde el dilema de un devenir histórico claramente adverso al pueblo judío, sentido y
propósito, a partir del conflicto entre visiones “metafísicas”, de ordenes permanentes e
inalterables y visiones “históricas”, que pretenden impedir los devaneos de sistemas de
pensamiento totalitarios. Por ello, aunque no se diga ni esté presente de forma explícita,
está presente el dilema del Holocausto, la pérdida de sentido, una respuesta al sufrimiento y la necesidad
de buscar futuro, esperanza, sentido y dirección a todo pensamiento judío futuro. El camino que ha
- 336 -
emprendido Emil Fackenheim se adentra y se inicia en la filosofía germana y el conjunto de
sus preocupaciones tiene un carácter académico, poco comprometido, inconsciente,
anamnético, que no tiene en cuenta la realidad histórica contemporánea.
La HISTORIA, que hasta entonces era más TRADICIÓN Y CONTINUIDAD,
irrumpe con la Guerra de los Seis Días en 1967 como una ola inmensa, que lo despierta
como Hume a Kant de una especie de “sueño dogmático”, de la amnesia que le había
inundado toda su vida.
Fackenheim se forma intelectualmente en Alemania y no hay forma ni manera de
diferenciar entre esa herencia intelectual y los temas que una y otra vez, reverberan a lo
largo de su obra. El exilio impuesto por las circunstancias obligan a nuestro autor a
“llevarse” su formación a otro lugar y esperar que la formación recibida y que los avales
académicos de primera categoría le sirvan de algo en su nueva incardinación. La magnitud
del atentado contra la cultura judía no tiene nombre y la altura intelectual a la que llegaron,
no puede por menos que dejarnos boquiabiertos.
El camino seguido por Emil Fackenheim le llevó a Canadá; a otros muchos, a las
costas de los Estados Unidos de América y otros pocos, a Inglaterra y otros a Palestina, y lo
que posteriormente sería el estado de Israel. El inglés sustituye progresivamente al alemán
como lingua franca de los recién exiliados. Los países que los acogieron tomaron en su
seno, la flor y la nata del pensamiento europeo. No sería mentira afirmar que mejoraron y
subieron el nivel académico e intelectual de los países de acogida. Su “momento” había
llegado. Tímidamente, la intelligentsia expulsada de tantos lugares iría encontrando cobijo en
las alturas y paraninfos de la intelectualidad europea y americana. Sin embargo, la
dimensión de lo sucedido o lo que iba a suceder sólo sería objeto de reflexión años
después, cuando las imágenes de lo sucedido en los campos de concentración tendría su
exposición más certera.
Fackenheim olvida, olvida, y renueva su mayor necesidad, la de sobrevivir, la de
perpetuar, la de vivir para que un día, el recuerdo de lo sucedido tuviera una voz algún día.
Y entonces, sucede algo que la victoria de los aliados no puede borrar, un nuevo atentado,
una nueva guerra, un nuevo intento de Holocausto, la Guerra de los Seis Días en 1967.
Veintidós años después de la victoria en Europa y el derrocamiento del régimen nazi, un
nuevo peligro acechaba al tan recientemente creado Estado de Israel. Y solamente,
entonces, la amnesia que se había prolongado por la necesidad de vivir, se convierte en
compromiso político e ideológico, en volver a recordar “lo sucedido”. La contención
filosófica de Fackenheim que se había diluído en las alturas del pensamiento filosófico,
- 337 -
toma un cariz más personal, más comprometido, más dirigido hacia entender las fuentes
del odio real y filosófico, del antisemitismo más contumaz que se había ejercido por sus
anchas a lo largo de doce horrendos años. Y sin embargo, no se puede decir que hubiera
olvidado este aspecto a lo largo de parte de su primera etapa, cuanto que estaba latente
pero que tuvo su salida en el momento adecuado.
Cual un David, o Sansón, o cualquiera de los jueces de la Biblia, ruge un león, una
fiera que hasta entonces había dormitado el sueño de los santos. Se apodera de él, la
necesidad de la denuncia. Despierta de una especie de sueño en el que se había situado toda
su vida. Dos pasiones esenciales entonces cobran fuerza para él: la explicación, la denuncia
pero también la “comprensión” (si es posible de la barbarie nazi) y entender en la medida,
o realizar un cierre del dolor, mediante la reparación del Tikkun OLAM y un diálogo
sincero con la modernidad y el pensamiento contemporáneo. Sólo de esta forma,
CATÁSTROFE y SENTIDO pueden ocupar su papel esencial en su cosmovisión.
- 338 -
cuando a finales de la década de los sesenta del siglo XX, puede afirmarme que el tono
marcadamente filosófico de su obra adopta otro cariz, más literaria, más retórico pero
ciertamente, más comprometido1556.
Sin embargo, en esta tesis, queremos plantear tres periodos esenciales, que conjugan
mejor, la evolución cronológica de sus publicaciones y el correlato con sus aspectos
teórico-conceptuales y temáticos. Afirmamos por tanto, la existencia de tres etapas
esenciales, que en cierto modo, coinciden con las tres ideas reguladoras que hemos
apuntado anteriormente. Estas fases de su obra son:
- 339 -
le puede asignar el concepto de CATÁSTROFE, porque en este periodo es cuando se
cristalizan los fundamentos filosófico-teológicos de acercamiento al concepto de la Shoá y
finalmente la etapa, 1982-1996, que es cuando aparecen las obras con mayor proyección de
diálogo, de síntesis, de relación con el pensamiento contemporáneo y donde cristalizan los
fundamentos de su llamado pensamientos “post-Holocausto”.
- 340 -
cuantas preocupaciones le pueden acuciar. Al final de su obra Metafísica e Historicidad,
manifiesta este fundamento absoluto, con lo que no renuncia de ningún modo, a la
herencia cultural de sus antepasados. Fackenheim es hasta la médula, judío y eso no hay
nadie que se lo pueda reprochar.
Fackenheim se mantiene hasta 1968 enteramente tradicional en su enfoque de la
identidad judía. Analiza, escudriña sus aspectos fundamentales desde una óptica tradicional,
marcada no sólo por su formación germana sino determinada por su incardinación
académica canadiense. Es, entonces cuando el aparato categorial que lo va a caracterizar
empieza a surgir. La Guerra de los Seis Días abre una brecha en sus reflexiones intelectual
que le interpela necesariamente a replantear nuevos caminos por los que entender qué estaá
sucediendo. Sólo es entonces, cuando los nuevos conceptos, la voz autoritativa de
Auschwitz, la Presencia Divina, Tikkun Olam y el mismo sentido del mal tienen cabida en
su reflexión, que hasta entonces había sido primordialmente académica. El tono vital y de
experiencia viva que toman sus escritos le acercan a un pensamiento, en el que filosofía y
vida se cruzan.
No puede entenderse el pensamiento de Fackenheim, el sentido que pretende
imprimirle de nuevo a la identidad judía, sin entender que es una realidad encarnada, vital,
palpitante que no puede entenderse sin la mácula de la Catástrofe. A partir de un
determinado momento, resulta imposible cualquier reflexión que no tenga en cuenta a la
Shoá. Es entonces también cuando igualmente, la identidad judía y la fuerza del Estado de
Israel como símbolo de esa nueva realidad cobran inusitada fuerza.
Este ataque de 1968 es una recordatorio constante del otro ataque se realizó en
Alemania. Fackenheim sin embargo, no quiere que se recuerde ese acontecimiento como
uno más de entre muchas barbarie, sino como LA barbarie. La unicidad de la Shoá no
puede ser considerada más que como un hecho singular, una realidad sin precedentes quenunca
más deberá ser repetida, cuya reverberación histórica aún persiste y que debe conocerse
bien para eventualmente superarse para poder dar una continuidad al pensamiento y a la
vida del Pueblo Judío. En este sentido, la obra de Emil Fackenheim es una rebeldía frente
al olvido, frente a la anamnesis que con frecuencia se ha cernido en torno al tema.
Fackenheim se resiste al olvido. Sin embargo este olvido no es un hundirse en el
resentimiento, sino que es un guiño al futuro del judaísmo, que teniendo en cuenta lo que
ha sufrido, no quiere volver a pasar por lo mismo, no quiere resignarse al olvido y desde
luego quiere pervivir, quiere sobrevivir con todas sus fuerzas, sin olvidar lo que ha
sucedido. Por ello, debe redefinirse la relación del judío con su pasado, con su presente y
- 341 -
con su futuro. Toda la obra de Fackenheim es el reto de entender el pasado, enfrentarse
con la Shoá en el presente y vislumbrar el futuro. HISTORIA, CATÁSTROFE Y
SENTIDO son las tres palabras que definen ese reto, y los tres conceptos que determinan
nuestra visión del autor en esta tesis.
- 342 -
CONCLUSIÓN
Al finalizar esta tesis doctoral, dar una cierta perspectiva del trabajo realizado, tiene
su sentido. Resulta obvio señalar que las intenciones iniciales o la hipótesis inicial se ha
visto desplazada por la realidad de la investigación realizada. A medida que nos hemos
adentrado en la obra de Emil Fackenheim, intentar dar una perspectiva detallada y
definitiva de la misma se convertía en un objetivo lejano y se hacía necesario acotar
aquellos aspectos que mejor se ajustaban a la dilucidación filosófica y capacidad
especulativa del doctorando. Una perspectiva demasiado amplia facilitaba la vaguedad
intelectual y caminos demasiado ligeros por los que discurrir. Por tanto, a medida que los
autores y los temas se presentaban al candidato doctoral, éste debía escoger adecuadamente
los temas a destacar y cuáles debían dejarse a discusiones o estudios posteriores, tanto si los
realizaba el propio doctorando o si a resultas, otros seguían su camino.
Las tres palabras que conforman el título, Historia, Catástrofe y Sentido, pretendían
ser los tres núcleos que delimitaran la orientación central de la misma. La tesis, que ha
tenido por objeto esencial, la presentación de Emil Ludwig Fackenheim como pensador,
teólogo, filósofo y figura central del pensamiento judío contemporáneo de la segunda mitad
del siglo XX, ha cumplido sus objetivos esenciales. Cada una de las partes reflejaba una
porción esencial de la tesis: la biografía, la obra completa, los intérpretes, una comparación
con otros autores y las líneas interpretativas esenciales y su fundamentación filosófica. Por
tanto, las líneas generales de la tesis se resumen en:
- 343 -
Una primera dificultad esencial en la redacción de la tesis fue la obtención de
bibliografía, que inicialmente derivó de investigaciones realizadas en Londres, pero que
posteriormente supuso la adquisición sistemática de obras descatalogadas o difíciles de
localizar, fuera de bibliotecas extraordinarias a las que uno no podía momentáneamente
tener acceso en el extranjero. De aquí la importancia de la bibliografía en esta tesis, que
como en la obra ¿Qué es el judaísmo? de Fackenheim es parte y porción de una investigación
serie en las fuentes del judaísmo, tanto tradicional como contemporáneo1559. Esto sólo se
podrá ver compensado por investigaciones que no pueden ser el objeto de este trabajo y
que sólo resultarían de indagaciones ulteriores, sólo posibles con apoyo institucional.
En segundo lugar, la tesis también ha sido el intento de reivindicar un ámbito en el
que el judaísmo culto tenga un rol y un papel en el contexto filosófico hispano. Durante
demasiado tiempo, los prejuicios resultantes de coyunturas históricas han impedido al
pensador hispano, abordar la tan dolorosa y traumática relación con el judaísmo. Este
impedimento ha sido la causa de un desarrollo tardío y en ocasiones, inexistente, de lo que
en los países anglosajones, se define como “Jewish Studies” (Estudios sobre el judaísmo) y
un alejamiento o ignorancia de temas esenciales. Con ello no afirmo que no se han hecho
estudios hondos (especialmente en el proyecto llamado Filosofía después del Holocausto,
realizados por el CSIC, entre otros) sino que la profundización en otros temas (alejados de
la barbarie de la Shoá, que no deja de ser esencial), entre los que cabe la mayor parte de la
herencia cultural del judaísmo contemporáneo, quizás no se ha realizado con la amplitud
que sería deseable.
Una tercera dificultad ha sido la delimitación de cuáles debían ser los temas a
abordar y el cambio de presupuestos presentes en la hipótesis de trabajo inicial. Hay
algunos temas que han sido poco analizados en la tesis y que pueden y/o deben o han sido
ser el objeto de estudio más profundo y detallado:
- 344 -
Una mayor indagación en las minucias especulativas que derivaban de buscar las
influencias más directas de Fackenheim, con autores como Buber o Rosenzweig.
La realidad teológico-política de Israel y su importancia para un renovado sentido
de la identidad judía.
* * *
- 345 -
- 346 -
BIBLIOGRAFÍA
- 347 -
BIBLIOGRAFÍA
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Plotinus and Proclus. (1945). Memphis-Tennessee, General Books, 2010 (1945). Bibliography
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- The Jewish Dimension in Hegel’s Thought. Chicago and London, The University of Chicago
Press, 1982/1967.
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University Press,1968.
- God’s Presence in History: Jewish Affirmations and Philosophical Reflections. New York- New
York University Press/London-University of London Press Ltd. (1970)
(Cf. Versión española: La presencia de Dios en la historia. Ediciones Sígueme, 2005.
Cf. Versión francesa: Penser après Auschwitz. Prefacio de Bernard Dupuy. Traducido del
inglés por Marguerite Delmotte y Bernard Dupuy. Paris, Les Éditions du Cerf, 1986).
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(1990).
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- To Mend the World. Foundations for Future Jewish Thought. New York, Schocken Books
Reedición de 1994. To Mend the World: Foundations of Post-Holocaust Jewish Thought. USA,
Indiana University Press, (1994). (Versión española: Reparar el mundo. Fundamentos para un
pensamiento judío futuro. Salamanca, Ediciones Sígueme, 2008).
- Jewish Philosophers and Jewish Philosophy. Editado por Michael L. Morgan. Bloomington and
Indianapolis (EE.UU.), Indiana University Press,1996.
1560 En mi presentación de la bibliografía como de sus estudios, he seguido un criterio por orden cronológico.
- 348 -
- Jewish Philosophy and the Academy. Madison-Teaneck (New Jersey, EE.UU.), Fairleigh
Dickinson University Press, 1996.
- What is Judaism? An interpretation for the Present Age. New York, Syracuse University Press,
1999. (Versión española: ¿Qué es el judaísmo? Buenos Aires, Ediciones Lilmod, 2005.
Traducción de
- An Epitaph for German Judaism: From Halle to Jerusalem. Madison (Wisconsin, EE.UU.), The
University of Wisconsin Press, 2007.
MCROBERT, Laurie. Emil Fackenheim’s Quest: From Philosophy to Prophetic Theology (2013).
GREENSPAN, Louis and NICHOLSON, Graeme (Ed.) Fackenheim: German Philosophy and
Jewish Thought. Toronto-Buffalo-London, University of Toronto Press (1992).
VV.AA. The Philosopher as Witness. Fackenheim and Responses to the Holocaust. Edited by Michael
L. Morgan and Benjamin Pollock. New York, State University of New York Press (2008).
PORTNOFF, Sharon. Reason and Revelation before Historicism. Canada, University of Toronto
Press (2011).
MORGAN, Michael L., “Fackenheim and the Holocaust: Setting the Record Straight” en Yad
Vashem Studies. Vol. 32. Jerusalem, Keter Publishing (2004). pág. 7-20.
- 349 -
BIBLIOGRAFÍA SECUNDARIA1561
A continuación, reflejamos aquí una extensa bibliografía, que obedece a cinco criterios
fundamentales:
La selección de dichas obras cubre los temas abordados a lo largo de la tesis1562. Estos
núcleos temáticos que suman en total diez son, in nuce, los siguientes:
1. La simbiosis judeo-germana;
2. La bibliografía representativa de la mayoría de los pensadores, filósofos, teólogos e
intelectuales judíos, que de forma directa o indirecta, están asociados con la obra y
el pensamiento de Emil Fackenheim1563;
1561 Para los propósitos de esta tesis, hemos colocado en algunas ocasiones, información adicional entre
paréntesis, que han servido de clarificación del contenido específico de dichas obras.
1562 En la medida de lo posible, he incorporado la edición original, aunque en otros casos meramente la
traducción castellana del mismo, cuando ha resultado ser más accesible al futuro estudioso. Aunque sea de
rigueur siempre poner la versión original, esperemos se nos excuse en el caso de algunas obras.
1563 La presencia o no de la totalidad de las obras de un autor ha ido en función de la relevancia para la tesis y
- 350 -
3. Bibliografía referente a teólogos protestantes como Dietrich Bonhoeffer, debido al
análisis de la recepción y reacciones de las Iglesias protestantes y católicas frente al
tratamiento de los judíos y el antisemitismo del régimen nazi;
4. El sionismo como fuerza reivindicativa para la supervivencia del pueblo judío;
5. La frecuente vinculación entre marxismo y judaísmo, por cuanto que muchas de sus
figuras clave tenían ascendencia judía y la postura que ello determinaba para ellos;
6. Figuras representativas del nazismo y estudios históricos acerca de lugares y
personajes que participaron en la Shoah;
7. Figuras representativas del nuevo Estado de Israel, políticos e intelectuales que
contribuyeron a la cristalización del sueño histórico y milenario de Eretz Israel;
8. Libros que dan idea del contexto histórico que vivió el autor;
9. Aspectos relativos a la cultura, historia, sociología, literatura, filosofía y teología,
además de costumbres e instituciones relacionadas con el judaísmo como expresión
religiosa y cultural de un pueblo, entre las que hay novelas o ficción histórica.
10. Autores poco conocidos en el ámbito hispano, cuya bibliografía y aportación
intelectual se han visto reflejados en la tesis (Ignaz Maybaum, Arthur Allen Cohen,
etc.).
Resulta obvio mencionar que aun cuando sea extensa la bibliografía que
mencionamos, hay muchos temas, autores y publicaciones que no se han podido abordar ni
contextualizar adecuadamente y que ha sido la atención a los objetivos que nos habíamos
propuesto en la introducción de la tesis, lo que ha supuesto la acotación y la mención
imprescindible de las obras que presentamos. Una tesis doctoral es el inicio de un camino
investigativo y el primer paso de muchos que han de tomarse al iniciar el estudio de un
tema, de un periodo o de un autor poco conocido. Como todo proyecto humano, se ve
limitado por los medios de los que uno ha dispuesto, aunque es deseo de quien suscribe
estas líneas, que podrá proyectarse esta tesis en su debida amplitud como obra significativa
en el estudio de Emil Fackenheim, cuando el tiempo, los recursos y el necesario apoyo lo
permitan. Antes de la bibliografía particular, incorporaremos monográficos y enciclopedias,
que son obras de referencia esenciales en la temática que nos ocupa.
- 351 -
OBRAS DE REFERENCIA
VII) The Oxford Dictionary of the Christian Church. London, Oxford University
Press, 1958. Editado Por F.L. Cross (Lady Margaret Profesor of
Divinity in the University of Oxford and Canon of Christ Church).
XII) VV.AA. Crónica del Holocausto. Las palabras e imágenes que hicieron historia.
Madrid, Editorial LIBSA, 2002. Traducción del inglés de María
- 352 -
Herranz Agulleiro, Belén Cociño Bragado, Marggie Lemmens y David
L. Menaza.
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Intelligence. How the Vatican’s Nazi Networks betrayed Western Intelligence to the Soviets.
New York, St Martin’s Press, 1991.
4. ADLER, Morris. El mundo del Talmud. Buenos Aires, Editorial Paidós, 1964.
Versión castellana de Eugenia Lublin.
6. ALY, Götz. ¿Por qué los alemanes? ¿Por qué los judíos? Las causas del Holocausto.
Traducción de Héctor Piquer Minguijón. Barcelona, Crítica, 2012. Traducido por
Héctor Piquer Minguijón.
7. ANISSIMOV, Myriam. Primo Levi. Tragedy of an Optimist. Traducido por Steve Cox
(de la edición francesa). Great Britain, Aurum Press, 1998.
8. ARENDT, Hannah.
- Eichmann en Jerusalén. Un estudio sobre la banalidad del mal. Traducción del inglés de
Carlos Ribalta. Barcelona, Editorial Lumen, 1999.
- Los orígenes del totalitarismo. Madrid, Prisa Innova S.L., 2009. Traducción de
Guillermo Solana.
- 353 -
- Los orígenes del totalitarismo. 1. Antisemitismo. Madrid, Alianza Universidad, 1987.
versión española de Guillermo Solana.
- Diario Filosófico 1950-1973/ Diario filosófico. Notas y apéndices. Barcelona, Herder, 2006.
traducción de Raúl Gabás. Editado por Ursula Ludz e Ingeborg Nordmann.
- Rahel Varnhagen. Vida de una mujer judía. Barcelona, Editorial Lumen, 2000.
Traducción: Daniel Najmías. (Rahel Varnhagen. The Life of a Jewish Woman. The Johns
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Albert H. Friedlander. London, W.H. Allen, 1965.
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Barcelona, Inèdita Editores S.L., 2010.
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