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ANTECEDENTES HISTORICOS:

El caucho o llamado también ‘el árbol que llora’, ‘el emperador’, ‘el rey máximo’, ‘oro negro’ o lágrimas de la
selva’, el árbol de la goma o Heveas brasiliensis, endémico de la Amazonia, ha sido aprovechado incluso
desde antes de que llegaran los españoles a América. Se sabe que los indígenas de la región, desde remotos
tiempos precolombinos, se alumbraban con teas que preparaban haciendo estopas con fibras vegetales que
prendían luego de impregnarlas con el látex o savia de los árboles de caucho. Otros practicaban algunos
adminículos utilitarios, como zapatos y vasijas dúctiles e irrompibles, e impermeabilizaban las canoas con las
que navegaban por los ríos, así como los cueros, pieles y cortezas de ciertos árboles que usaban para cubrir
algunas partes de su humanidad. Se sabe también que muchos amerindios, como es el caso de los de
Chiquitos y los de Moxos, elaboraban con el caucho pelotas de goma de gran rebote con los que practicaban
juegos peculiares, uno de sus mayores y más gratos pasatiempos.
LA GUERRA DEL ACRE:

La Guerra del Acre (conocida en Brasil como Revolução Acreana —Revolución Acreana—) fue


una serie de conflictos limítrofes entre Bolivia y Brasil, cuyo desenlace afectó también territorios en
disputa con el Perú. El conflicto en general tuvo dos fases desarrolladas durante el periodo 1899-
1903, en el que se disputó el territorio del Acre, rico en árboles de caucho y yacimientos auríferos.
Concluyó con el Tratado de Petrópolis y la consecuente anexión de los territorios sobre los que
Bolivia reclamaba soberanía.
La región del Acre (actual Estado de Acre) poseía ricos yacimientos auríferos, abundancia de
recursos madereros, principalmente el árbol del caucho que, a finales del Siglo XIX y casi mediados
del Siglo XX, fue muy importante para la industria del automóvil y el transporte, ya que la goma
sintética para la fabricación de llantas o ruedas y otros objetos no fue descubierta hasta
prácticamente la Segunda Guerra Mundial. Por eso, se suele llamar también a esta guerra como La
Guerra del Caucho, ya que uno de los motivos por los cuales se movilizó el gobernador Torres del
Amazonas fue el impuesto que se dio a las exportaciones de caucho.
Tras los tratados de Madrid (1750), San Ildefonso - Tratado de Permuta (1777) y Badajoz (1801)
todo el territorio del Acre, con una superficie de aproximadamente 355.242 km² quedó confirmado
dentro de la soberanía española, siendo entonces fijados sus límites con las posesiones portuguesas
(y luego brasileñas) en el paralelo que corre desde las nacientes del río Yavarí hacia el este hasta
encontrar la vaguada del río Madera, es decir el paralelo que servía como límite septentrional del
Acre era el 7° o el 7° 7' S;1 tal límite se mantuvo para el Brasil hasta por lo menos 1839.
En 1776, al crear la monarquía española el Virreinato del Río de la Plata, quedaron poco precisos los
límites del mismo respecto a los del Virreinato del Perú, de modo que, al producirse la independencia
de Perú y luego la de Bolivia, ambos estados se disputaron el territorio. Brasil, aprovechando la
debilidad política de ambos vecinos, había incorporado gran parte del Acre a la provincia (luego
estado brasileño) de Amazonas, cuyos límites eran desde el ya citado paralelo 7°S hacia el Este y
hacia el Sur.
Según el Perú, el límite en 1870 entre el Perú y Brasil era corrido hacia el sur hasta el paralelo que
corresponde a las nacientes del río Purus, esto es, hasta casi el 10°S pero, para el estado boliviano,
Brasil mantenía el extremo norte en el paralelo 7°S —desde la tierra de los Guarayous— si bien con
importantísimas anexiones en el Este, en donde impusieron una frontera diagonal a Bolivia. Tal
primera anexión quedó como un hecho consumado (o fait accompli) admitido internacionalmente y
así luego aceptado por Bolivia bajo el mandato del presidente Mariano Melgarejo al firmar el
llamado Tratado de Amistad más conocido como Tratado de Ayacucho del 23 de
noviembre de 1867 por el cual se entregaban 102 400 km² de territorio a Brasil (principalmente el
noroeste del Acre original que pasó así a ser parte del Amazonas brasileño).
Bolivia, desde 1867 y hasta 1903, mantenía unos 253 242 km² del territorio del Acre, con
subdivisiones políticas poco definidas en los territorios llamados Espino (en el norte), Cocama (en el
centro) y Manetenery o Manetery en el sur y este. Esas regiones formaban parte del Territorio de
Colonias.
De esta manera, hasta principios del siglo XX, el territorio del Acre (actual Estado de Acre)
pertenecía a Bolivia. Sin embargo, en gran medida a causa de una gran sequía que afectó al
Nordeste brasileño durante el año 1877, se intensificó la inmigración ilegal de brasileños al entonces
territorio boliviano; así, desde ese año, gran parte de su población estaba constituida por brasileños
que explotaban seringais, es decir campos en donde abundaba el árbol del caucho, o que se
dedicaban a extraer oro y plata de los garimpos (yacimientos) y que, en la práctica, acabaron
creando un territorio independiente subsidiario de Brasil porque Bolivia no tenía una presencia
notoria en la región.
En 1898, la Comisión demarcadora de límites favoreció a Brasil con más adquisiciones territoriales a
expensas de Bolivia, país que no pudo hacer nada porque, además de no contar con mucho apoyo
internacional, estaba sumida en una sangrienta guerra civil que desgastaba a sus efectivos.
La guerra civil afectó notablemente al ejército boliviano, el cual, de no haber sido así, podría haber
contado con más y mejores efectivos para la defensa del Acre.
En 1899, los bolivianos, con nuevas concesiones territoriales a Brasil (citadas anteriormente en
1898), intentaron asegurar el control de la zona fundando como capital administrativa a  Puerto
Alonso (3 de enero). Como fuerza de policía, se organizó en Cochabamba, un piquete de cuarenta
hombres bajo el inmediato comando del subteniente Víctor Rodmípez (esta era la fuerza inicial de
policías de Puerto Alonso tras su fundación).
El Tratado de Petrópolis es un tratado de paz firmado entre Bolivia y Brasil en la ciudad brasileña
de Petrópolis el 17 de noviembre de 1903, por el cual Bolivia cedió una superficie aproximada de
191 000 km², que corresponden en su mayor parte con el actual estado del Acre, al Brasil, ya en
1877 por el "Tratado de Paz y Amistad" o Tratado de Ayacucho. Bolivia había cedido otros 164 242
km² de la región del Acre que fueron anexados por Brasil a la entonces provincia y actual estado de
Amazonas.
Entre los principales motivos de la entrega del territorio están la Fiebre del caucho, sucedida a finales
del siglo XIX y principios del siglo XX, y la sublevación de los habitantes de la región, que en su
mayor parte eran brasileños.
Por el tratado, Brasil se comprometía a los siguientes términos:

 Conceder territorios próximos al Acre (de hecho, Bolivia los había entregado a Brasil años antes),
que suman 3000 km² (Brasil se quedaba con más del 90% del Acre y dejaba de reclamar algunos
pequeños territorios que Bolivia había considerado propios desde su fundación).
 Construir un ferrocarril entre las ciudades de Riberalta y Porto Velho, para la exportación del
caucho de aquella época (Ferrocarril Madeira-Mamoré).
 Permitir a Bolivia acceso no soberano a los ríos brasileños para el transporte de mercaderías
hasta el Atlántico.
 Permitir a Bolivia construir aduanas en las ciudades brasileñas de Corumbá, Belém y Manaus,
así como en otras ciudades brasileñas fronterizas.
 Pagar al gobierno boliviano la cifra de dos millones de libras esterlinas, lo que equivaldría al año
2010 a 293 774 770,80 dólares estadounidenses, a cambio de ceder el territorio del Acre.

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