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La Guerra del Acre (conocida en Brasil como Revolução Acreana) fue un conflicto limítrofe y bélico entre Bolivia y Brasil,
cuyo desenlace afectó también territorios en disputa con el Perú. El conflicto tuvo dos fases desarrolladas durante el periodo
1899-1903 disputándose territorio del Acre rico en árboles de caucho y yacimientos auríferos. Concluyó con la victoria de Brasil
y la consecuente anexión de los territorios sobre lo que Bolivia señalaba soberanía.
La región del Acre poseía ricos yacimientos auríferos, abundancia de recursos madereros, principalmente el árbol del
caucho que a finales del siglo XIX y casi mediados del siglo XX fue muy importante para la industria del automóvil y el
transporte ya que la goma sintética para la fabricación de ruedas y otros objetos no fue descubierta hasta prácticamente la
Segunda Guerra Mundial. Por eso a esta guerra se la suele llamar La Guerra del Caucho ya que uno de los motivos por los
cuales se movilizó el gobernador Torres del Amazonas fue el impuesto que se dio a las exportaciones de caucho.
ANTECEDENTES
El nombre de Acre dado al territorio en cuestión se debe a uno de los ríos de la región, llamado Aquiry en idiomas nativos y río
Acre en español y en portugués.
Tras los tratados de 1750, 1777 y 1801, entre España y Portugal, todo el territorio del Acre, con una superficie de
aproximadamente 355.242 km² quedó confirmado dentro de la soberanía española, siendo fijados sus límites con las
posesiones portuguesas (y luego brasileñas) en el paralelo que corre desde las nacientes del río Yavarí hacia el este hasta
encontrar la vaguada del río Madera, es decir el paralelo que servía como límite septentrional del Acre era el 7° o el 7° 7' S; tal
límite se mantuvo para el Brasil hasta por lo menos 1839.
Al producirse la independencia de Perú y luego la de Bolivia ambos estados se disputaron el territorio. Brasil aprovechando la
debilidad política tanto del Perú como de Bolivia después de la Confederación había incorporado a la provincia (luego estado
brasileño) de Amazonas gran parte del Acre corriendo los límites desde el ya citado paralelo 7°S hacia el Este y hacia el Sur.
Brasil impone una frontera diagonal a Bolivia, siendo presidente Mariano Melgarejo al firmar el llamado "Tratado de Amistad"
más conocido como Tratado de Ayacucho del 23 de noviembre de 1867 por el cual se entregaban 102.400 km² de territorio a
Brasil.
Bolivia, desde 1867 y hasta 1903, mantenía unos 253.242 km² del territorio del Acre, teniendo como subdivisiones políticas poco
definidas a los territorios llamados Espino (en el norte), Cocama (en el centro) y Manetenery o Manetery en el sur y este, las
regiones citadas formaban parte del Territorio de Colonias.
De esta manera, hasta principios del siglo XX, el territorio del Acre (actual Estado de Acre) pertenecía a Bolivia. Sin
embargo, en gran medida a causa de una gran sequía que afectó al Nordeste brasileño durante el año 1877 se intensificó la
inmigración ilegal de brasileños al entonces territorio boliviano, así tras ese año gran parte de su población estaba constituida
por brasileños que exploraban seringais, es decir campos en donde abundaba el árbol del caucho, o que se dedicaban a
extraer oro y plata de los garimpos (yacimientos) y que, en la práctica, acabaron creando un territorio independiente subsidiario
de Brasil porque Bolivia no tenía una presencia notoria en la región.
En 1898 la Comisión Demarcadora de Límites favoreció a Brasil con más adquisiciones territoriales a expensas de Bolivia, ésta
no pudo hacer nada porque aparte de no contar con mucho apoyo internacional estaba sumida en una sangrienta guerra civil
que desgastaba a sus efectivos. La guerra civil en Bolivia dejó notablemente tocado a su ejército que de no haberse producido,
podría haber contado con más y mejores efectivos para la defensa del Acre.
Luis Gálvez, quien al ver afectado sus intereses, con la instalación de un puesto aduanero en puerto Alonso por el
gobierno boliviano, se subleva contra la medida establecida, y toma en forma violenta los puertos del Acre, para
posteriormente declararla territorio libre e independiente y a su vez declarándose primer emperador de la región del
Acre.
La República boliviana mandó al Acre tres columnas de soldados, nombrándose como delegado nacional en el Acre y
Bolivia a Andrés S. Muñoz, quien salió de La Paz por la ruta del río Beni. Poco después, tropas al mando del
vicepresidente de la República boliviana, Lucio Pérez Velasco, salieron desde Cochabamba por la ruta del Chapare y el
ministro de defensa, el doctor Ismael Montes, encabezó otro contingente por la difícil ruta de Larecaja, se trataba de
rivales políticos que competían por prestigio pero, llegados al Acre, aunaron sus fuerzas y lograron restablecer el orden
en la litigada zona.
Antes de la llegada de las columnas bolivianas, en el Acre los secesionistas tomaron Puerto Alonso desalojando
violentamente a las autoridades bolivianas, lo consiguieron rápidamente porque la región no contaba con suficientes
tropas militares y policiales bolivianas. El autoproclamado presidente fue Luis Gálvez Rodríguez de Árias organizó
eficientemente a la recién creada nación sufriendo un golpe de estado temporal ya que el poder le fue restituido.
Durante este periodo, son destacables los combates de Papirí, Cajueiro, Combate de Amapá y Humaitá.
También es muy notorio el combate de Riosinho destacándose el centinela Maximiliano Paredes, vigía que se percató de
movimientos extraños y al no recibir respuesta al grito «¡Alto!» ni reconocer presencia de soldados bolivianos decidió
disparar, evitando una emboscada de los secesionistas a los soldados bolivianos; pero murió entre la ráfaga de disparos;
tras los disparos, los soldados bolivianos de la 2ª División entablaron combate de inmediato, que se generalizó durante
más de dos horas, siendo derrotados los atacantes secesionistas.
Posteriormente a este hecho se produjo el combate de Puerto Alonso, donde la ciudad que ha sido retomada por los
bolivianos se encuentra cercada por las fuerzas revolucionarias que eran más numerosos. Ante la escasez de víveres y
municiones, hubo algunas sugerencias de romper el cerco y retornar hacia el sur al interior de Bolivia, los jefes
bolivianos a cargo de la defensa decidieron continuar haciendo frente a los secesionistas pro-brasileños, éstos al ver salir
una columna militar de Bolivia, pensaron que los bolivianos intentaban cortarles la retirada, de modo que los acreanos
dieron la voz de alarma y desconcertados por las cargas de disparos hechas por los bolivianos decidieron retirarse
precipitadamente, incluso abandonando pertrechos militares.
Los secesionistas que sitiaron Puerto Alonso eran seiscientos contra menos de doscientos, no tenían cohesión ni
disciplina militar. Luego, en el caserío de Bagé se entabló otro combate sin que un bando pudiera vencer al contrario.
Tras las derrotas sufridas por los revolucionarios acreanos, estos se retiraron (varios a sus residencias) y los demás
reconocieron la autoridad boliviana de la región. Al español Luis Gálvez Rodríguez de Árias lo apresaron tropas de la
marina de Brasil por no cumplir su palabra sobre el impuesto del caucho ya que no quitó el citado impuesto y ni siquiera
dio a uno de sus socios el 20 por ciento.
LA SEGUNDA REVOLUCIÓN SEPARATISTA
Esta se produce por la decisión del gobierno del general Pando que se había decidido animar a compañías extranjeras
para explotar las riquezas del Acre y asegurar así la soberanía boliviana para evitar levantamientos como el ocurrido
anteriormente, para ello se realizó un contrato con la empresa estadounidense llamada The Bolivian Syndicate
firmándose el Tratado de Aramayo, el cual debía administrar y recaudar las rentas públicas en el Acre por un periodo de
30 años a cambio de recibir el 40% de las rentas recaudadas.
Las cancillerías de Brasil y del Perú reaccionaron airadamente pidiendo explicaciones formales sobre la presencia de la
compañía The Bolivian Syndicate en el Acre. El nuevo canciller brasileño, Barón del Río Branco, inició una vigorosa
campaña denunciando ese acuerdo señalando que el mismo permitía la presencia de intereses internacionales extraños
en la Amazonia y exigía su inmediata derogación. Al mismo tiempo declaraba en litigio el territorio del Acre,
proponiendo al gobierno boliviano opciones de canje territorial o la compra del mismo.
Ante esta delicada situación, las autoridades bolivianas de Puerto Alonso incrementaron los impuestos de aduana. Esta
circunstancia y la permanencia de The Bolivian Syndicate en la región determinaron el alzamiento de los colonizadores
brasileros, éste fue el comienzo de la llamada "Segunda Revolución del Acre".
El alzamiento secesionista fue apoyado por el gobernador del Amazonas y liderado por el soldado José Plácido de Castro
y Jefferson José Torres además de otros siringueros, que se apropiaron del área de Xapuri y declararon el 27 de enero de
1903 "Estado Independiente del Acre" para casi inmediatamente pedir su anexión al Brasil, esto se dio el 6 de agosto de
1902 y encontró a la región casi desguarnecida de tropas militares bolivianas. Castro tenía como prioridad atacar la
posible presencia del sindicato norteamericano en la región. Puso nuevamente sitio a Puerto Alonso ocupando también
otras posiciones bolivianas. Los secesionistas llegaron a ocupar la Barranca de Bahía (actual Cobija) y varias zonas de las
estancias del industrial cruceño Nicolás Suárez, el cual organizó de su propio bolsillo una tropa de voluntarios bien
experimentados, denominándola Columna Porvenir para defender tanto sus propios intereses como los de Bolivia. La
lucha en Bahía se desarrolló de la siguiente manera: Se llegó a saber por los estancieros bolivianos que uno de los jefes
insurrectos, Galdino Marinho, se había apoderado con 250 hombres, de la Barraca de Bahía, actual ciudad de Cobija.
Federico Román, después coronel y general del ejército boliviano, que se encontraba al mando de la Columna Porvenir,
resolvió atacar el10 de octubre, las tropas acreanas se rindieron.
Posterior a este hecho, y una vez repuestos los secesionistas, se produce la capitulación de Vuelta de la Empresa, donde
las tropas bolivianas al frente del coronel Rojas capitulan frente a los acreanos. Durante casi un mes los soldados
bolivianos, resistieron los embates de los secesionistas que habían aumentado su efectivo a 1400 hombres. Finalmente,
y ante la pésima situación reinante, Rojas se rindió no sin antes exigir respeto a su honor y al de su ejército, el 15 de
octubre de 1902.
En el combate de Costa Rica es donde la Columna Porvenir logra la fama de guerrilleros del Acre por el conocimiento
que tenían sobre la región y la selva. Después de estas acciones se produce la Capitulación de Puerto Alonso,
negativo para Bolivia, donde los defensores de su guarnición, tras ocho meses de cerco continuo resistieron 9 días de
combates. El ataque comenzó el 15 de enero de 1903, concluyendo el 24 del mismo mes, fecha en la que se tomó la
decisión de capitular.
En esas circunstancias y a escasos días de entrar en una guerra convencional contra los más de 8.000 hombres del
ejército profesional del Brasil al mando del general Silveira que se hallaba reunido en Puerto Alonso y contra los
milicianos de Castro que sumaban una cantidad importante de hombres, el gobierno boliviano en La Paz decidía entre
seguir la campaña militar o finalizar por la vía diplomática, al final se decidió la vía diplomática pues el país ya estuvo
desgarrado por una guerra civil. El presidente boliviano Pando y sus agotados 450 combatientes (el resto había sido
diezmado por las enfermedades) se hallaban en una situación desventajosa, acabaron reconociendo el modus vivendi en
el territorio del Acre que había sido firmado con el Brasil el 21 de marzo de 1903 y como primera acción las tropas
regresaron a La Paz junto al general Pando. El Mondus Vivendi era de carácter provisional puesto que el 17 de
noviembre de 1903 se firmó el tratado de Petrópolis.
Brasil ha cumplido con todas las obligaciones del tratado. El ferrocarril fue finalizado en 1912, a pesar de no haber
conseguido alcanzar la ciudad de Riberalta debido a las condiciones del terreno, y costó al Brasil U$S 33 millones y 3.600
vidas de trabajadores brasileños. Llamado Estrada de Ferro Madeira-Mamoré, el ferrocarril funcionó hasta 1972, cuando fue
desactivado por no ser más interesante económicamente para ambos países — casi dos años después de terminado el
Madeira-Mamoré, en 1914, Bolivia construyó un ferrocarril en colaboración con Chile, para llevar su producción al Pacífico.
Durante el período de 1912 a 1972, se llegó a transportar una cantidad considerable de mercadería tanto brasileña cuanto
boliviana por el ferrocarril Madeira-Mamoré.