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Eve Langlais Dragón exprimido

Serie Dragon Point 02 1


Eve Langlais Dragón exprimido

Eve Langlais

Dragón exprimido

Serie Dragon Point 02

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Eve Langlais Dragón exprimido

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

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Eve Langlais Dragón exprimido

Sinopsis
Nunca te metas entre un dragón y su alijo, a menos que tus
asuntos estén en orden.

¿Sabías que los cerebritos humanos chirrían cuando los apretujas?


Totalmente impresionante.

Adi piensa que hay un montón de cosas que son impresionantes,


como la salsa y el queso en las patatas fritas, las motos que rugen, oh, y
el hecho de que ella es una malvada dragona con un poder increíblemente
genial.

¿Pero sabes qué es más increíble que todo eso? Cierto tipo cerebrito
a cargo de un departamento de TI1 para un laboratorio médico situado
en el infierno de un pueblo pequeño.

Sin embargo, no hay nada pequeño en Dexter. Puede sonrojarse


ante ciertas cosas y usar su cerebro, no sus músculos, para tener éxito,
pero el hombre está construido a lo grande. Y a Adi le gustan las cosas
grandes.

Sin embargo, el hecho de que le guste a ella no significa nada para


su madre. La querida y vieja mamá odiará que sea humano. Le disgustará
aún más el plan de Adi para quedarse con él.

Porque él es mío para mantener y apretujar.

1
Tecnología de la Información.

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Prólogo
En algún lugar solitario de un pequeño pueblo que solía ser
somnoliento…

Creo que el Instituto Lytropia está haciendo cosas malas. Cosas muy
malas e ilegales. No es inusual en el feroz campo de la medicina. Todos
querían salir adelante, ser los que descubrieran la próxima idea de mil
millones de dólares.

En ese sentido, Lytropia no era diferente. El edificio médico tenía


secretos. Montones, y montones de secretos. Algunos de ellos violaron las
leyes y cruzaron límites éticos.

¿Qué hacer?

Las imágenes de vídeo que alguien había enviado por correo


electrónico demostraban que estaban involucrados en prácticas menos
sabrosas, y no se ocultaba el hecho de que, en el vídeo, el propietario del
instituto aparecía con bastante claridad. Aún más claro era el hecho de
que alguien, o algo, estaba siendo retenido como prisionero. Aunque no
estaba en ningún sitio público.

Una búsqueda en el simple laboratorio de tres pisos y en el edificio


de oficinas no reveló habitaciones ocultas, ni secciones prohibidas. Eso
estaba por encima del suelo, de todos modos. Pero los rumores, más bien
susurros, decían que el instituto no se detenía en el primer piso, sino que
se extendía por debajo de la superficie.

Bajo los pies, donde nadie podía ver.

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Más cotilleos insinuaban nivel tras nivel de laboratorios y jaulas


ocultas. Jaulas con cosas dentro, no muy humanas. ¿Por naturaleza o
diseño?

¿Alguien jugó a ser Dios con las vidas?

Eso parecía, y, sin embargo, el mundo exterior no lo sabía. Ni


siquiera lo sospechaba. Pensaron que el instituto, que una vez fue un
lugar para pacientes mentales y que permaneció abandonado durante
décadas, era un lugar de mayor entendimiento. Propiedad y operado por
Cambiaformas emergentes del mundo, participó en el estudio del genoma
de los licántropos, tratando de descubrir lo que hacía de un hombre lobo
un ser humano. ¿Cómo podría su cuerpo transformarse como lo hizo,
curarse mucho más rápido…? Si pudieran averiguarlo, entonces la
aplicación de ese conocimiento a ciertas dolencias físicas sería
alucinante.

La curación no era lo único que el instituto estaba investigando. La


gente Lobuna tenía un pelo increíble, y casi literalmente podía crecer de
la noche a la mañana si así lo deseaban. Había un interés increíble por
parte de la industria folicular en cuanto a posibles usos para tratar la
calvicie.

El Instituto Lytropia y sus pruebas de Cambiaformas no deben ser


confundidos o comparados con la ya desaparecida Instalaciones Bittech.
Esa corporación se había disuelto en los últimos meses. Los tres
laboratorios que había operado se cerraron y limpiaron cuando Parker,
una verdadera pieza viscosa de trabajo, desapareció repentinamente
después del cumpleaños de su sobrina.

Para aquellos que de alguna manera se las habían arreglado para


ignorar las noticias y las alocadas revelaciones de los últimos nueve
meses, Parker era el hombre lobo que había sacado al mundo a los
Cambiaformas y a todo tipo de seres no humanos.

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No todos se lo tomaron bien. Especialmente aquellos


repentinamente convertidos en el centro de atención. Aparentemente, la
comunidad Cambiaformas, ¿o eran manadas?, estaban bastante felices
escondiéndose en las sombras. Fingiendo que vivían una vida perfecta de
Cleaver con una cerca blanca. Simplemente ignora el hecho de que no
tenían un perro y aun así erigieron una casa para perros en las afueras,
con calefacción y aire acondicionado y con todo tipo de servicios de lujo.

Los Cambiaformas habían sido empujados fuera del armario, y no


todos los humanos habían reaccionado bien a la noticia, lo que, a su vez,
significaba que muchas personas estaban enojadas con Parker. Incluso
más personas le tenían miedo. ¿Qué le diría al mundo a continuación?
¿Qué cosas taimadas tramaba?

Parker y Bittech parecían haber desaparecido, ¿pero eso significaba


que los experimentos que habían llevado a cabo también habían cesado?

Nadie lo sabía con seguridad. Bittech no dejó ninguna pista. Pero,


guau, fue su cierre digno de una teoría de conspiración convincente.

Los susurros decían “encubierto”. Los vehículos blindados oscuros


sin matrículas, sin marcas de identificación, llegaron al abrigo de la
oscuridad. El día después de que Parker desapareció, alguien entró en
las instalaciones de Bittech cuando la mayoría de la gente dormía, un
enorme convoy visto por muy pocos. Los vídeos subidos mostraban una
corriente de luces traseras y faros que se deslizaban hasta las
instalaciones remotas del instituto en las afueras de tres ciudades.

La mayoría de la gente volvió a la cama en vez de investigar. Se


perdieron toda la acción. Por la mañana, las camionetas se habían ido,
al igual que todo lo que había dentro de Bittech. Nada quedó atrás. O eso
decían los informes de los medios de comunicación mientras los
reporteros y sus camarógrafos deambulaban por los edificios, las oficinas

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y los espacios de laboratorio estériles de cualquier cosa, especialmente


pistas.

El Instituto Lytropia, con frecuencia acortado a IL, no era Bittech.


Los Cambiaformas que poseían el edificio y crearon la instalación nunca
ocultaron su propósito. Ellos lo explicaron desde el principio:

—Nos dedicamos a descubrir el secreto de ser un hombre lobo. —


Fueron muy francos porque habían visto la reacción de Parker y los
experimentos que había aprobado: experimentos genéticos en anfitriones
poco dispuestos.

IL no experimentaba, sin embargo. No en humanos u otros


Cambiaformas, al menos. Estudiaron cosas como los tejidos y los fluidos,
poniéndolos bajo el microscopio, inyectándolos con varios elementos para
desencadenar reacciones.

Cosas perfectamente inofensivas.

Si IL es tan sincero, ¿qué esconden tan lejos debajo del suelo?

¿Jugaron con las cosas que era mejor dejar en paz? ¿A quién
decírselo? ¿Y qué decir? Una acusación requería información precisa
porque, ¿y si hubiera una explicación lógica? Quizás la compañía tenía
el permiso apropiado del gobierno para jugar con las vidas de otros.

Necesito la verdad. Se requería infiltrarse, pero eso requería


habilidades para superar las barreras en el camino. Alguien conocedor
de la tecnología, que podría penetrar los cortafuegos y examinar los
archivos sin ser detectado. Si alguien pudiera clavarse en el corazón del
enemigo, quizás emergería con los secretos necesarios para responder a
la eterna pregunta: ¿Lytropia hace el bien o el mal?

¿Y qué se puede hacer al respecto?

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Capítulo Uno
—Este es el lugar. Puedo sentirlo en mis entrañas.

—También sentiste eso en el último lugar en que irrumpimos —


comentó su prima—. Resulta que fue toda esa salsa picante que ponías
en tus tacos.

A cubierto. Y luego retirarse. La advertencia en la etiqueta


obviamente no exageró sobre la quemadura.

—Comer es como hacer ejercicio. A veces, duele. Pero valió la pena.


—El calor en su boca, el sabor salado del queso, la rica dulzura de la
salsa, la carne sazonada complementada con el guacamole. Puro paraíso.
Si hubiera podido habría añadido toda la operación a su tesoro. Pero,
aparentemente, secuestrar a los dueños de camionetas de comida para
que cocinaran para ella a cualquier hora del día se consideraba encierro.
Los seres humanos y sus leyes… menudos aguafiestas.

—No puedo creer que cerraran Pedro. —Deka agitó la cabeza—.


Hacía las mejores chalupas2.

—Las hacía. —Una pena que tuviera que cerrar, no por violaciones
de la salud, sino por importación ilegal. ¿Quién sabía que había un
mercado para el contrabando de salsa picante prohibida en el país?

Menos mal que Adi había detectado algunas cajas antes de que la
FDA confiscara y destruyera el alijo recuperado.

—Ojalá tuviera uno de sus tacos de pollo y media docena de


chalupas ahora mismo. —Deka se frotó la barriga e hizo sobresalir el

2
Las chalupas son tortillas fritas cubiertas de salsa, cebolla y carne de res/puerco/pollo
deshebrada con salsa roja o verde. Típicas de México.

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labio inferior en un formidable puchero—. No deberíamos habernos


saltado la cena.

—Tomaremos un refrigerio cuando terminemos. —Y por refrigerio,


se refería a ir a la cafetería más cercana y pedir todo lo que hay en el
menú, excepto las ensaladas. Todas esas cosas verdes y saludables se
interponían en el camino.

—Yo digo que ya hemos terminado. No hay nada que ver. —Deka
señaló desde su lugar, una buena posición a solo unas pocas decenas de
metros fuera del recinto vallado, con una perfecta línea de visión hacia el
ahora abandonado edificio. Su lugar también estaba en un árbol. Pero
dado el clima de otoño, la mayoría de las ramas estaban desnudas.
Perfecto para posarse.

Adi empujó a su prima.

—¿Quieres irte antes de comprobarlo? ¿Me estás tomando el pelo?


Míralo. Es perfecto. —Señaló hacia el edificio, sus ventanas oscuras, los
terrenos que parecían sin vida.

—Si por “perfecto” quieres decir abandonado…

—¿Qué mejor tapadera si estuvieras experimentando ilegalmente?

—Sí, siendo la palabra clave. Tal vez estaba pasando algo raro, pero
de acuerdo con nuestro dossier sobre este lugar de Bittech, el gobierno
limpió el edificio la semana pasada. No queda nada.

—O eso quieren que pienses. Yo lo llamo gilipolleces. —Adi lanzó el


taco con entusiasmo, sin miedo en absoluto, porque la tía Yolanda no
estaba con su botella de aceite de ricino. Ella no recomendó hacer
gárgaras, y si te lo tragas, espera el eructo a pescado veinte minutos
después—. Tú y yo sabemos lo fácil que es encubrir las cosas.

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Deka gimió.

—No con lo de la conspiración otra vez. ¿No estabas prestando


atención en nuestra clase de teología? Si grazna como un pato, lo más
probable es que sea un pato, y deberíamos llevárselo a Cook para que lo
glasee.

—En fritura.

—Lo que sea. El punto es que esto es solo un edificio abandonado.


Nada más.

—Si está tan abandonado, ¿por qué hay tanta pérdida de


electricidad en esta zona? ¿Sabías que el vecindario promedio solo tiene
una pérdida de cuatro a seis por ciento de energía durante la
distribución? Pero aquí, es casi cuatro veces más. Casi como si algo
masivo se estuviera desviando de la red.

—Cuando el sobrino de la tía Waida por parte de su marido


cultivaba esas plantas de marihuana y tomaba prestada la electricidad
del vecindario, se dieron cuenta de inmediato porque la cuenta de todos
subió repentinamente. Así que, ¿no crees que habrían investigado algo si
sucediera aquí y lo habrían cerrado? —preguntó Deka.

—Eso es lo que suele suceder, pero en este caso, nadie se dio


cuenta porque a los que viven en el área no se les está cobrando por ello.
—Pero las lecturas de los contadores en las que había puesto sus dedos
no mentían—. Lo que sea que esté absorbiendo el flujo estaba todavía en
ello hace dos días. —No pudo evitar una sonrisa de satisfacción ante sus
increíbles habilidades de detective.

Deka agitó la cabeza en lugar de quedarse impresionada.

—¿Cómo sabes esas cosas?

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Porque Adi sabía dónde meter la nariz.

—Puedes inclinarte ante mi grandeza.

—Ya quisieras. Así que digamos que te creo, y hay algo que absorbe
la energía… —Deka hacía obscenos ruidos de sorbos porque carecía de
técnica—. Entonces, ¿dónde está? Este lugar no tiene otros edificios lo
suficientemente grandes para albergar otro laboratorio. No es un secreto
en todo caso.

—Está aquí —señaló Adi—. Te apuesto una caja de Twinkies —de


su precioso tesoro—, a que este lugar tiene un laboratorio subterráneo
como el de Bittech en Florida.

—¿Y cómo planeas entrar en ellos? Los militares sellaron el edificio.

—Mira y aprende, querida prima. —Con un movimiento que una


gimnasta aplaudiría, hizo un bucle en su rama y cayó del árbol,
aterrizando con las rodillas ligeramente dobladas y los brazos alzados en
una floritura. El estilo no puede ser ignorado.

Con una inclinación de cabeza, Adi se dirigía a su prima todavía


encaramada arriba.

—¿Vienes o cualquier tesoro que encuentre me pertenecerá solo a


mí?

—Vaca. Será mejor que compartas. Renuncié a un estreno de la


temporada con ese tipo demonio para seguir tu trasero.

Adi sopló una pedorreta rociando humedad.

—Oh por favor. Ya nunca miras la televisión en directo. Y, además,


incluso tú tienes que admitir que esto es mucho más emocionante. No

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nos estamos haciendo más jóvenes. —Tic-tac. Pronto se encontraría a sí


misma asentada y aburrida.

Lanzándose hacia atrás desde la rama, Deka voló en el aire y


aterrizó sobre sus pies.

—¡Y la multitud enloquece! —canturreó, sosteniendo sus manos en


el aire y vitoreando.

Sería más impresionante si fuera un raro don; sin embargo, todas


las dragonas de la familia Silvergrace poseían agilidad y gracia. Para
mantenerse en forma, tenían un salón de baile en casa con columpios a
alturas imposibles desde los que practicaban el salto, y sin redes para
atraparlas.

La tía Yolanda siempre tenía férulas a mano para las pocas veces
que habían fallado cuando eran jóvenes. Ni siquiera la fractura más
dolorosa las asustó. Volvieron a subir, balanceándose y saltando. Incluso
con un yeso, las chicas practicaban porque, como dijo su madre cuando
la hermana de Adi, Aimi, se atrevió a quejarse, “Piensa en el yeso como
el peso de tu enemigo aferrándose a ti. Intentará derribarte. Debes
prepararte para esto. Y luego aplastarlo”. Crack. Todavía podía oír el golpe
del puño de su madre contra su palma.

Bienvenido al mundo de Adi. Su madre no horneaba galletas, no


las llevaba a los entrenamientos de fútbol, ni pertenecía a la PTA3. Su
madre era despiadada en la vida real y en los negocios. No es que nadie
haya encontrado los cuerpos. ¿Qué cuerpos? Las investigaciones nunca
encontraron nada, ¿y qué si las convenientes desapariciones significaban
que su imperio creció? La querida mami protegía a la familia: era lo más
preciado de su tesoro. #NoJodasConMiFamilia.

3
PTA: Asociación de padres y maestros.

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Adi se agachó y agarró la bolsa que había escondido al pie del árbol.

—Traje algunas herramientas para ayudarnos a entrar.

—¿Supongo que no tienes una escalera en tu bolsa de trucos?

—No, pero tengo una cuerda. —Dio unas palmaditas al pesado saco
de lona y sonrió—. También tengo esposas, en caso de que tengamos
suerte.

—Añade un poco de lubricante, y es una fiesta —murmuró Deka.

—Hablando de eso, comencemos la fiesta. —Conteniendo el


impulso de silbar, Adi se dirigió hacia su objetivo.

La primera capa de protección era una pared de piedra de tres


metros. Deka se arrodilló y ofreció una mano para darle apoyo a Adi. Se
apoyó ligeramente en los dedos entrelazados de su prima y, al ser
impulsada hacia arriba, agarró el áspero borde del muro y se alzó sobre
él. Mientras se sentaba, la bolsa pasó junto a su cara, fallándola por poco.
Cayó con un golpe en el otro lado.

Ella hizo un ruido burlón.

—Fallaste.

—Lástima —murmuró Deka—. Échame una mano porque no voy a


arruinar mi manicura en esta pared.

Adi se acomodó sobre su vientre y colgó hacia abajo, con la mano


extendida. Deka saltó y sus dedos se unieron, la sacudida hizo que Adi
se quejara.

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—Voy a tener la barriga moteada de piedra. —Realmente un look


sexy. Justo a la altura de tener un culo-gofre4 marcado del sillón del
salón.

—Deja de quejarte y tira.

—¿Has estado desayunando en ese sitio de donuts otra vez? —


resopló Adi.

—Sí.

—¿Y no me trajiste nada? Has sido muy degradada de tu lugar de


prima favorita.

—Suelta algo de pasta para comprarlos, y quizás te lo traiga cuando


vuelva. O, mejor aún, te lo cambio por algunos de tus pasteles.

—Nunca. —Adi no creía en compartir. Es mi alijo.

Sentadas en la pared, se tomaron un momento para inspeccionar


el patio interior. El patio muy tranquilo y oscuro.

Había algo un poco decepcionante en escalar una pared y caer al


otro lado sin ser atacado por perros o atrapado por guardias con linternas
brillantes. Se burlaba de su esfuerzo por verse sexy como parte de su
plan para distraer mientras pateaba traseros.

La segunda puerta, a unos tres metros de la primera, estaba


compuesta por una alambrada y alambre de púas en la parte superior.
Una señal les advirtió sobre el voltaje eléctrico.

Adi extendió la mano y tocó el frío metal. Nada la sacudió.

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Culo-gofre: En referencia a tener un aspecto en rejilla de un gofre cuando te sientas
con unos pantalones muy cortos en una silla de jardín de plástico que tenga un diseño
en rejilla en la parte inferior.

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—La luz de la valla fue cortada.

—Qué bueno, o tendrías el pelo como el de Babette cuando se


enredó con esa anguila eléctrica en la barrera del arrecife.

Unas vacaciones familiares increíbles. Sol, arena, y todas las


noches para cenar, sushi. El pobre chef de la villa había dejado de cocinar
porque se negaban a comer las suntuosas cenas que él les preparaba. No
es su culpa que comieran al aire libre en el océano.

Deka atravesó la malla con los dedos y comenzó a trepar.

—Odio el alambre de púas. Es un infierno para mis zapatillas.

—Entonces qué bueno que traje algunas herramientas.

Adi acarició su chaqueta de cuero… genuina, podría añadir, porque


el tipo artificial ofendía al depredador que había en ella. El bolsillo interior
contenía cortaalambres y un silbato, en caso de que se aburriera
esperando algo de acción para encontrarlas.

Clic. Clic. Creó un agujero mientras Deka miraba su teléfono. Al


menos una de ellas estaba al tanto de los últimos escándalos en los
medios sociales.

La parte superior de la valla cayó dejando un amplio agujero por el


que treparon, aun sin pelear. Qué descorazonador.

—Estamos perdiendo el tiempo —dijo Deka refunfuñando—. Aquí


no hay nada. Puedo sentirlo.

Así como Adi. El suelo bajo sus pies no vibraba con electricidad. No
tarareó nada en absoluto. Debería haber sentido algo. Lo que sea. Sin
embargo, ¿admitir que su prima tenía razón? No estaba a punto de
suceder.

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—Solo parece eso. Apostaría a que el lugar está fuertemente


protegido.

—Por supuesto que sí —dijo Deka poniendo los ojos en blanco—,


porque nadie se da cuenta de que se están construyendo importantes
obras en su ciudad.

—No si están sucediendo bajo la tierra.

—Todavía requiere suministros. ¿No crees que la gente se daría


cuenta de los camiones de construcción, hormigoneras, generadores y
cosas desfilando todo el tiempo? Sin mencionar, ¿no hablarían los
trabajadores al respecto?

Lógica. ¿Quién usaba eso como argumento?

—Entonces, ¿cómo lo hacen los súper villanos? ¿Uhh? Explica eso.

Deka hizo un gesto grosero en su lugar.

—No tengo que explicarlo porque es ficción. Ya sabes, como en una


fantasía.

—No tienes imaginación. —Mientras que Adi tenía demasiada.


Además, tenía una buena dosis de aburrimiento, lo que significaba que
buscaba cualquier excusa para salir. Ahora bien, si solo esas excursiones
no tuvieran como resultado sirenas la mayor parte del tiempo. Su
hermana Aimi se quejó de que ser su coartada le impedía pasar tiempo a
solas con su pareja.

Exactamente.

Duh.

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Los dos primeros obstáculos superados, corrieron por el césped


estéril. Nada ladró. Nadie gritó: “Alto”. Ni una sola bala surcó el espacio.
Qué decepción.

Llegaron a la puerta principal del lugar, cerrado con un No


Traspasar pintado con spray en grandes letras. Todas las ventanas de
este nivel tenían contraventanas de madera. Clavadas y pegadas. Algo así
como el sexo a veces.

La barrera tenía el propósito de disuadir a aquellos que obedecían


las leyes humanas, de todos modos. Para un dragón, se parecía más a
alguien que rogaba por un allanamiento. Adi no pudo resistirse. Su
necesidad de ver lo que existía al otro lado, en cualquier situación, era la
razón por la que siempre llevaba una palanca, que también serviría como
arma en caso de un apocalipsis zombi. Una herramienta de doble
propósito, que aumentó su eficiencia. Mira, madre. No ignoré todas mis
lecciones.

Un rápido revolver a través de su bolso sacó la palanca de medio


metro. El contrachapado de madera crujió y chirrió mientras tiraba de la
palanca. Los clavos se aflojaron y hubo un crujido cuando el pegamento
seco se rompió. Sin embargo, una parte se mantuvo firme, y el
contrachapado se rompió de repente, haciendo que Adi tropezara.

—Hija de puta. —Lo abordó desde el otro lado mientras Deka se


tomaba un selfie y lo cargaba en su cuenta de Snapchat.

—Será mejor que hayas sacado mi lado bueno —gruñó Adi


mientras tiraba de otro enorme tablón, revelando su premio, las puertas
de cristal que daban a este lugar. Como no vio una cerradura, su palanca
actuó como llave. Ella le dio un poderoso golpe y se preparó para el
musical tintineo de cristales.

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Bang. Rebotó. Tambaleándose por la puerta, con su brazo


vibrando. Ni una sola grieta. Tal vez no la había golpeado lo
suficientemente fuerte.

Echando hacia atrás el brazo que tenía la palanca, Adi se balanceó


con más fuerza.

Bang. El retroceso fue peor que la primera vez. Y aun así nada.
Fulminó con la mirada al ofensivo cristal. Se burló de ella con su
superficie sin arañazos.

Deka suspiró.

—Amiga, es como a pruebas de terremotos. Y, además ¿por qué


estás tratando de romperlo? No está cerrado con llave, ¿ves? —Tiró de la
puerta y se abrió—. Si no hay electricidad, no hay electricidad en las
cerraduras magnéticas. Probablemente es por eso por lo que la
recubrieron con madera contrachapada.

—Ya lo sabía. —Se pavoneó Adi con la barbilla en alto. Nunca


admitas la ignorancia, a menos que la persona que lo escucha vaya a
morir. Deka viviría otro día. Pero el fin de semana era incierto si seguía
hablando como una listilla.

Entrando en el vestíbulo, Adi se estremeció. Ugh, qué lugar tan


espeluznante. El estado prístino del lugar resultó más espeluznante que
cualquier mansión podrida y llena de telarañas.

—Maldita sea, este lugar está más limpio que la casa —comentó
Deka.

Demasiado limpio. Adi vagó por ahí, buscando cualquier tipo de


olor que no tuviera un matiz blanqueado.

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—Sea lo que sea que estuviera pasando aquí, no querían que nadie
se enterara. Pero nadie es perfecto. Tuvieron que haber olvidado algo.

—Entonces, ¿dónde quieres empezar a buscar?

—Bajo tierra. —Miró fijamente el brillante suelo de mármol


artificial—. Ahí es donde sucede lo realmente interesante.

Tal vez esta vez encontraría el laboratorio secreto. Excepto que el


hueco de la escalera no tenía ninguna escalera de bajada. Ni siquiera una
puerta. Ninguna de las habitaciones del nivel principal tenía algún tipo
de pasillo que condujera a un subnivel. Ni siquiera el lavadero con sus
tuberías y conductos. El tablero gigante de interruptores mostró que la
electricidad estaba cortada. Accionar el interruptor principal no reveló
nada.

Sus labios giraron hacia abajo.

—Cortaron la electricidad del lugar.

—Porque nadie lo está usando. —Deka explotó su chicle, el aroma


a cereza contrastando con la estética limpieza del lugar.

—Nadie está usando este nivel —corrigió Adi—. Tenemos que bajar.

—Si es que hay un abajo. Registramos cada centímetro de la planta


principal. Nada.

—No probamos el ascensor.

—Debido a que no funciona muy bien sin energía.

—Voy a mirar.

Mientras Deka refunfuñaba, ella siguió, haciéndose cargo de la


palanca para abrir la puerta del hueco del ascensor. La cabina estaba

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allí, y solo se necesitó un impulso para atravesar la trampilla del techo.


Deka la siguió rápidamente.

Se sentaron en una oscuridad casi pura hasta que Adi sacó unos
palos luminosos de un bolsillo interior. Rompió uno, y lo dejó por encima
de la caja del ascensor. Tiró otro por un lateral. No cayó muy lejos.

No dejes que Deka tenga razón. No podía permitirse el lujo de


equivocarse de nuevo.

Se arrastró hacia el borde y agarró la escalera atornillada a la


pared. La bajó y no llegó muy lejos. Tal vez otros tres metros debajo del
nivel principal donde se detuvo la cabina del ascensor.

Desde la escalera, saltó a las placas de metal que formaban el


suelo. Manchadas de polvo, parecía haber estado asentado aquí desde
siempre. El brillo verde de su bastón iluminó el espacio de las máquinas
silenciosas y engranajes detenidos. No vio ni una sola salida fuera de aquí
más que retroceder por donde había venido. Miró por todas partes en
busca de una trampilla, un conducto lo suficientemente grande para un
cuerpo. Lo que fuera.

Estaba tristemente decepcionada.

—¿Ahora estás lista para admitir la derrota? —preguntó Deka,


uniéndose a ella en la parte inferior.

—Te lo digo, hay algo aquí. Lo sé. —Lo sabía, pero no podía
encontrarlo.

—Si lo hubo, ya no está. Estamos perdiendo el tiempo.

—Tal vez deberíamos revisar los niveles superiores.

—Por qué…

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Creak. Deka dejó de hablar bruscamente cuando ambas miraron


hacia arriba.

—¿Qué fue eso? —susurró Adi, aunque había visto suficientes


películas para adivinar.

El ascensor suspendido sobre ellas volvió a sacudirse, pero ya se


estaban moviendo para aplanarse contra la pared mientras este caía en
picado, los tres metros más o menos; no muy lejos, pero lo suficiente
como para hacer ruido, y aplastarlas si todavía hubieran estado debajo
de él.

El sonido del choque resonó, y ella apretó los dientes, más molesta.

—¿Qué coño?

—Más bien quién —contestó Deka, mirando hacia arriba. Sus ojos
brillaron verdes en la oscuridad.

—No estamos solas. Ale-malditasea-luya. —Adi cantó las felices


palabras—. Ya era hora de que alguien nos desafiara. Vamos a buscarlos.

Se lanzaron a la escalera al mismo tiempo y se dieron palmadas en


las manos mientras se esforzaban en pelear por quién subía primero.

Adi ganó.

Trepó rápida como una dragona, que podría añadir que era muy
superior al mono, y saltó al techo del ascensor, lista para pelear.

Deka se le unió un instante después.

—¿Ves a alguien? —preguntó su prima—. Yu-ju. Todavía estamos


aquí. Venid a buscarnos.

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—Shh. Idiota. No queremos asustarlos. —Invitar a la presa a su


muerte parecía asustarlos siempre.

—Bueno, no tendría que hacerlo si no fueran tan groseros al


esconderse. Quiero decir, en serio. ¿Por qué tomarse la molestia de dejar
caer un ascensor sobre nosotras si no van a seguir adelante y asegurarse
de que el trabajo está hecho?

Un buen punto.

—Vagabundos. Quienquiera que fuera debe haber entrado por el


vestíbulo. El corte es bajo en el cable. —Lo levantó y mostró su borde
limpio.

—Lo que significa que no están lejos. Wheee —canturreó Deka


mientras saltaba hacia el borde de la puerta, ahora sobre la cabina del
ascensor.

—Guárdame algo —gritó Adi mientras la seguía rápidamente.

Derrapó en el vestíbulo principal y encontró a Deka de pie.


Probablemente debido a su mirada fija en el enorme dispositivo que había
en el suelo.

El de la cuenta atrás. Doce. Once.

—No recuerdo haber visto esto cuando entramos.

Diez.

—Porque no estaba aquí.

Nueve.

Mierda. Le dio una bofetada a Deka en el brazo.

Serie Dragon Point 02 23


Eve Langlais Dragón exprimido

Ocho.

Pivotaron, y sus dedos de los pies se clavaron para afirmarse


cuando comenzaron a esprintar.

Siete. Seis.

La puerta parecía mucho más lejana de lo que Adi recordaba.

Cinco. Cuatro. Tres.

El aire exterior las golpeó, pero no se detuvieron.

Dos.

Se esforzó tanto como pudo.

Uno.

Boom.

La explosión la atrapó y la arrojó, lanzándola fácilmente por los


aires, haciéndola desear tener una capa.

El instinto la hizo agarrar una rama en vez de golpearla con la cara.


La sacudida al detener su impulso casi le arranca los brazos de sus
articulaciones.

Por un golpe desventurado, Deka golpeó la misma rama.

Crack.

La rama se rompió. No fue totalmente culpa de Adi, y tampoco fue


la pierna rota de Deka lo que estaba haciendo que rodara en lugar de
proporcionar un cojín de seguridad para que la vaquilla golpeara.

Serie Dragon Point 02 24


Eve Langlais Dragón exprimido

Pero, aparentemente, eso y una lista de otras cosas fue la razón por
la que no habría más exploración de edificios vacíos.

El aplastante edicto, transmitido por su madre, la matriarca del


Sept, causó un terrible daño en su alijo: comió hasta que su vientre se
hinchó más allá de la cinturilla de sus pantalones. #EstómagoDeBebé.

Una vez que el coma de azúcar desapareció, se le pasó el efecto de


la depresión inicial. Solo porque su madre se lo prohibiera no significaba
que Adi dejara de buscar.

Según el instinto de Adi, Bittech todavía estaba allí fuera, en alguna


parte, experimentando con un dragón.

Un dragón dorado. Y ella planeaba ser la que lo encontrara y lo


añadiera a su tesoro. #OroElMejorAmigoDeUnDragón.

Serie Dragon Point 02 25


Eve Langlais Dragón exprimido

Capítulo Dos
Alguien entró en mi habitación.

La cerradura de la puerta de su habitación no hizo clic ni mostró


ninguna resistencia cuando giró la llave. Dexter hizo una pausa y miró el
pomo a través de sus gruesos cristales de las gafas. La había dejado
cerrada, de eso estaba seguro.

Tal vez la casera había venido a ver cómo estaba su unidad, tal vez
a hacer una cama o cambiar algunas sábanas. Algo que hasta ahora
había emprendido él mismo. Por otra parte, la señora Givry le había
advertido cuando le alquiló la habitación que no era una criada, diciendo:
“Te cuidarás de ti mismo y de tu habitación mientras estés aquí viviendo.
Hay artículos de limpieza debajo del lavabo del baño”.

No era la residencia que más comodidades ofrecía, pero él contuvo


la lengua. No quedaban muchos lugares para dormir en la ciudad. El
Instituto Lytropia había demostrado ser una bendición para la pequeña
ciudad, aumentando las tasas de sitios libres a cero. Con lo que la falta
de espacio significaba que incluso los propietarios podían entrar en esta
situación en auge, ofreciendo habitaciones libres a los visitantes por un
precio superior. Pero el trabajo que había elegido valía la pena.

Su mano agarró el pomo y lo giró, abriendo la puerta, revelando


poco a poco su habitación con su baño de tres espacios, lo que significaba
privacidad. Lo que agradecía mucho.

Lo que no le gustó fue ver a una extraña mujer tumbada en su


cama, revisando su colección de cómics. Una colección muy única que
ella definitivamente no debería tocar.

Serie Dragon Point 02 26


Eve Langlais Dragón exprimido

—Ejem. —Para evitar gritar, pensó que era mejor no asustarla


demasiado. Excepto que ella no tomó nota de su llegada en absoluto.

La mujer tumbada boca abajo en su cama giraba las páginas


despreocupadamente, ni siquiera alzó la vista, solo movió la cabeza de
un lado a otro mientras leía. Sus mechones cortos y con mechas de
colores pastel mezclados con rubio claro, colgaban en su rostro, y sus
piernas, dobladas por las rodillas, se balanceaban hacia adelante y hacia
atrás, rebotando en su trasero.

Absoluta indiferencia en su forma más flagrante.

—¿Quién eres? ¿Qué haces en mi apartamento? —exigió. Lo


correcto, pero el chico malo de su interior notó sus vaqueros ajustados
con agujeros en puntos estratégicos, como sobre la curva de sus nalgas.
La pálida carne se asomaba a través del rasgón, rogando por un conjunto
de marcas de dientes.

Pensamiento equivocado en este momento. Apartó su mirada y


atrapó la de ella. El brillo danzante en ellos se burlaba.

—Soy la mujer que va a sacudir tu mundo.

Lo dijo con toda naturalidad. Quizás funcionaba con otros


hombres. No con él.

—Eres la mujer que se retirará inmediatamente de mi habitación.

—Pero si me voy, ¿cómo se supone que nos vamos a divertir? —


Hizo la mueca más perfecta, que se convirtió rápidamente en una sonrisa
traviesa—. Y me gusta la diversión.

A él también, pero en sus términos.

—¿Quién eres? ¿Estás relacionada con la señora Givry?

Serie Dragon Point 02 27


Eve Langlais Dragón exprimido

—¿Relacionada? —Se le escapó una risa fuerte, rica y genuina—.


No más de lo que lo estás tú. Tengo que decir que no eres lo que esperaba.
Cuando tu casera te describió, mencionó que eras un tipo grande y tonto.
Pero no pareces tonto en absoluto. Inteligente, sí, pero me gusta lo
inteligente. Sin embargo, tenía razón sobre tu tamaño. Eres terriblemente
grande. —Su mirada recorrió todo su cuerpo, comenzando por su cara,
bajando y deteniéndose en el punto por debajo de su cinturón.

Gracias a Dios por los pantalones sueltos. Aparentemente, él


estaba volviendo a su adolescencia, cuando una ráfaga de viento en
cualquier dirección excitaba su polla.

Ahora imagínala a ella soplando. Podría hacerlo. Ese era el


problema. Se empujó las gafas más arriba del puente de su nariz.

—¿Podrías irte antes de que me vea obligado a ponerme en acción?


—Presentó su apariencia más primitiva y apropiada.

—¿Ponerte en acción? Eso suena ominosamente delicioso. —Su


expresión de alguna manera logró alegrarse unos pocos grados más. Se
puso boca arriba, los brazos en jarras, los labios curvados en una amplia
sonrisa—. Tómame, gominola. Soy tuya.

—¿Gominola? —No pudo evitar repetir la estúpida denominación.

—Bueno, sí, porque podría chupártela durante mucho tiempo. —


Le guiñó el ojo.

No podía creer su temeridad. Sus labios se apretaron con fuerza.


Hablar parecía animarla.

Exactamente por eso su pene pensó que debía tener la oportunidad


de hablar.

Claro que no.

Serie Dragon Point 02 28


Eve Langlais Dragón exprimido

—Vete ahora.

—No puedo hacerlo —canturreó las palabras.

—¿Necesitas ayuda? —Con gusto le mostraría la puerta. No tenía


tiempo para lidiar con este tipo de locura, pero al mismo tiempo, también
sabía que no debía ponerle las manos encima. Las leyes de hoy eran
realmente estrictas en todo. Era mejor convencerla de que se fuera sin
dramatismos.

—Ya conseguí ayuda, gracias. Una gran dama, también, mi


psiquiatra. Ella me entiende totalmente. Dice que tengo problemas de
rebelión. —La mujer en su cama se encogió de hombros, llamando su
atención sobre su ágil estructura—. Quiero tatuarme eso en el culo. ¿Qué
hay de ti? ¿Tienes algún tatuaje? Tengo un tatuaje estampado en la parte
baja de mi espalda. Tampoco fue fácil de conseguir. Mi piel no retiene
muy bien la tinta. —Volvió a rodar sobre su estómago, aplastando más
cómics bajo su cuerpo, especialmente cuando se meneó para poner su
trasero en el aire y tiró de su camisa hacia arriba para mostrarle la
serpiente china que navegaba a través de la parte baja de su espalda.

Un bonito tatuaje, pero no iba a animarla con charlas amistosas.


Sus labios se tensaron.

—Estás arruinando mis cómics.

—Estos —sostenía uno y lo agitaba cuestionando—, son los cómics


más aburridos de la historia.

—Porque se requiere cierto nivel de coeficiente intelectual para


entenderlos.

El insulto no pasó por encima de ella. Sus ojos se abrieron de par


en par.

Serie Dragon Point 02 29


Eve Langlais Dragón exprimido

—¿Acabas de llamarme tonta? Y yo aquí que pensaba que eras la


cosa más deliciosa desde los batidos con sabor a S’more5. No es un
movimiento suave, gominola. No soy una persona a la que debas
molestar.

—Si no te gusta, vete. —Normalmente no era tan grosero con el


sexo opuesto, pero, aparentemente, ella sacó algo especial de él.

—De acuerdo. Sé así. —Rodó fuera de la cama, moviéndose con


una fluida gracia que casi lo hipnotizó. Se detuvo frente a él. Cerca, muy
cerca.

Para poder encontrarse con su mirada, él tendría que mirar hacia


abajo, muy hacia abajo. Conocía este juego, y no estaba dispuesto a
jugarlo. Evitó a la desconocida, poniendo su espalda contra la pared, y
extendió el brazo para indicarle la puerta abierta.

—Que tengas una buena noche.

Ella sonrió.

—Oh, lo haré. Y siéntete libre de irrumpir si oyes gritos. No me lleva


mucho tiempo prepararme para la segunda ronda.

Tomó unos pocos parpadeos y pasó un momento sin respirar para


entender lo que quería decir. Con su pavoneo cruzó el pasillo hacia la
otra puerta, y el guiño sobre su hombro mientras se deslizaba en la
habitación opuesta a la suya, selló el trato.

La lunática también se queda aquí.

5
S’more: Malvavisco tostado y una capa de chocolate entre dos trozos de galleta
Graham.

Serie Dragon Point 02 30


Eve Langlais Dragón exprimido

El pensamiento le pareció inquietantemente excitante. Pero tenía


trabajo que hacer.

Así que encendió la radio, para que no se sintiera tentado a


escuchar, los cortafuegos y los redireccionamientos entraron en juego, y
pasó algún tiempo buscando patrones y claves en trozos de códigos.
Tiempos divertidos. Normalmente. Entonces, ¿por qué se encontraba
mirando a la puerta de vez en cuando? No ayudó que su mente
demostrara tener visión de rayos X. Su vívida imaginación vio al otro lado
del pasillo, imaginó a la caliente chica tendida en la cama, con sus
esbeltas piernas abiertas, con los dedos trabajando.

Tomó una ducha fría y un poco de trabajo con los dedos para
solucionar su problema. Incluso entonces, al salir de su habitación Dex
no pudo evitar mirar fijamente a la puerta de enfrente de la suya y
preguntarse qué hacía ella detrás de la misma. ¿Necesita que le echen
una mano? O una lengua…

No.

Lo que necesito es una maldita cerveza.

Serie Dragon Point 02 31


Eve Langlais Dragón exprimido

Capítulo Tres
Debería haber comprado cerveza.

Reseca. Moribunda. Adi tenía tanta sed y esta habitación no tenía


una mini-nevera o un bar. Ni siquiera una sola bebida alcohólica del
tamaño de una pinta. No tenía mucho, excepto lo básico: una cama doble,
una mesita de noche maltrecha y una cómoda. Muebles antiguos, pero
de madera maciza.

Del tipo que se chasquea y crepita cuando arde. Le encantaba ver


las llamas, especialmente cuando tenía algunos malvaviscos a mano.

Pero no estaba allí para causar incendios, todavía, y la habitación


aunque pequeña, solo sería temporal. Así que lo aprovechó al máximo.

Bailaba alrededor del dormitorio, el espacio reducido, lo que


significa que usaba la cama como parte de su pista de baile. A medida
que las melodías crecían y rodaban, proporcionando un zumbido que
sería difícil de penetrar, hizo algunas llamadas a través de los auriculares
que llevaba.

La línea sonó. Hizo clic. Sonó de nuevo. Volvió a hacer clic y se


ejecutaron varias capas de seguridad para garantizar que no pudiera
rastrearse. Cuando alguien respondió:

—¿Qué quieres?

Adi pronunció en voz baja:

—El cóndor ha aterrizado.

Su hermana al otro lado de la línea suspiró.

Serie Dragon Point 02 32


Eve Langlais Dragón exprimido

—No empieces con eso otra vez. Sabes que odio los nombres en
clave.

—No es mi culpa que te hayas quedado atascada con el cuco. —En


realidad, fue culpa de Adi que Aimi hubiera dibujado a ese hombre pájaro
porque había amañado todo el sorteo con sus primas y tías. Algunas
personas todavía se quejaban de los nombres de las misiones que habían
recibido. Como si hubiera algo malo con el dodo y el pavo.

—No veo por qué no me dejaste usar águila. Nadie más lo tiene.

—No fue parte del grupo de nombres cuando elegiste.

—A propósito.

—Tal vez —bromeó Adi.

—Desearía ser hija única.

—También te amo, hermanita. —Aimi era su hermana, gemela para


ser exactos. Sin embargo, no eran idénticas en absoluto. Podrían haber
compartido un vientre, pero cuando se trataba de temperamento, diferían
enormemente.

—Si me amaras, cambiarías mi nombre por el de águila.

—No puedo. Ya ha sido tomado.

—¿Desde cuándo?

—Desde que te apareaste y tu pedazo ardiente de amor necesitaba


un nombre.

Casi podía imaginarse la mirada indignada en la cara de su


hermana. Entonces Adi pagó por ello mientras Aimi ronroneaba.

Serie Dragon Point 02 33


Eve Langlais Dragón exprimido

—Creo que siento un impulso por unos cuantos Twinkies.

—No te atrevas a tocar mi reserva de golosinas —siseó en el


micrófono. El solo hecho de pensar en alguien robando de su alijo la hizo
ver en rojo. Tengo una navaja de afeitar, y no tengo miedo a arrancarle el
cuero cabelludo.

—Si quieres salvar tu alijo de golosinas, debes saber que mi nuevo


nombre en clave es cisne.

—Bien. —Una palabra mordida, pero al menos su alijo estaba a


salvo. Mi azúcar. Mi deliciosa, deliciosa azúcar.

—Ya que estamos en el tema de los nombres, ¿has pensado en uno


para el niño que vas a tener? —Aimi no se anduvo con rodeos.

Adi dejó de girar y frunció el ceño, incluso si alguien no podía verla.

—Eso ni siquiera es gracioso.

Ella contestó con un fuerte suspiro.

—No. No lo es. Pero se te está acabando el tiempo.

—Lo sé. —No le quedaba mucha libertad antes de que cumpliera


con su deber para con su familia. ¿Tener un hijo? No era lo peor del
mundo. ¿Castigada por nueve meses? Ugh. Eso sería un golpe, sobre todo
porque después solo se le permitiría salir a jugar si la matriarca del Sept
lo permitía. Tal era la difícil situación de las dragonas no apareadas
cuando llegaban a los veintiocho años y eran declaradas solteronas. Se
convertían en las defensoras de la familia y fabricantes de bebés, y no en
los bebés que se hacían de la manera buena, anticuada y divertida.
Inseminada artificialmente con una especie de batido. Ningún papá se
atribuía el mérito, aunque a veces una persona podía adivinar, y

Serie Dragon Point 02 34


Eve Langlais Dragón exprimido

quienquiera que hiciera un seguimiento de estas cosas siempre sabía


cuándo intervenir y detener un apareamiento entre parejas.

Ya no hay bebés de tres ojos con cola.

Mantener la sangre fuerte. La razón por la que todos ellos acataron


las arcaicas leyes.

No todo era malo. Por lo menos su madre mantenía la cocina de su


casa, piensa en una modesta casa de veintiséis habitaciones, muy bien
surtida.

—¿No sería gracioso que me quedara embarazada antes que tú? —


Los labios de Adi bajaron ante su propio chiste de mal gusto.

—Buena suerte con eso. Brand me tiene ocupada. Muy ocupada.

Por una vez, su hermana había lanzado primero una sucia


insinuación, lo que sorprendió totalmente a Adi, y le arrancó una risita.

—Tengo que decir, que él es una maravillosa mala influencia para


ti.

—Tan malo —ronroneó Aimi—. Háblame del friki. ¿Era tan guapo
en persona como en las fotos?

Ah, sí, su objetivo desprevenido.

—Aún más lindo. —El olor de él era divino. Una bonificación


inesperada. Parecía que su objetivo elegido sería más divertido de lo
esperado.

A pesar de que su madre trató de prohibirle que explorara más


lugares de Bittech, Adi no podía quedarse quieta. Desde que las
ubicaciones conocidas de Bittech resultaron ser un fracaso, había ido en
busca de nuevos objetivos.

Serie Dragon Point 02 35


Eve Langlais Dragón exprimido

Todavía objetivos activos.

Cuando un negocio se cerraba bajo circunstancias sombrías, no


era inusual que surgiera un nuevo negocio, fingiendo no estar
relacionado. Pero Adi tenía una corazonada sobre Lytropia, así que había
estudiado el instituto. Desenterró toda la información que pudo sobe la
aparentemente benigna instalación de investigación médica que operaba
en las afueras de Nomeimportaunamierda. Estrechamente relacionado
con Jodidoagujero y Elaburrimientomata. Adi prefería jugar en la ciudad,
pero en este caso, había hecho una excepción para ir donde estaba la
acción.

Antes de que descendiera a la ciudad y los honrara con su gloria,


se habían pasado horas examinando fotos y expedientes de empleados,
especialmente aquellos de las personas que entraban y salían fuera del
instituto cada día. Estudió detenidamente las presencias en línea,
buscando posibles infracciones. Estudió las huellas digitales de cada
persona que entraba y salía del edificio de IL, buscando el objetivo
correcto: mi forma de entrar.

Se decidió por Dexter… Sobre todo, por sus grandes gafas y su


corte de pelo de mierda; le hizo pensar en cierto héroe cerebrito
disfrazado. En caso de que estuviera encubierto, había registrado su
habitación a fondo cuando llegó. Resultó decepcionantemente vacía de
capas y medias.

¿Me pregunto si se pondría un atuendo así si hubiera sido hecho a


medida para él? Conocía a una costurera que podía hacer grandes cosas,
y a veces obscenas, con lycra.

Una búsqueda posterior en la habitación de Dexter había mostrado


que tampoco tenía lubricante, esposas o consoladores. Pero tenía
condones, así que no era un completo mojigato.

Serie Dragon Point 02 36


Eve Langlais Dragón exprimido

Su hermana se rió en su oído.

—El primer día, y ya hiciste contacto. Así se hace. ¿Os caísteis


bien?

—En cierto modo. —Definitivamente él podría haberla querido


golpear. El Señor-Sexy-Con-Gafas ciertamente no parecía asombrado por
la chica sexy de su habitación. #EsoNuncaSucedió. ¿No sabía cómo se
suponía que iba a funcionar? Los técnicos raritos siempre querían tirarse
a la chica técnica sexy.

Excepto que Dexter no sabía que Adi era una cerebrito como él.
Una cerebrito genial por supuesto. Hola. Mírala, totalmente linda. Un
chico como él debería haber estado babeando sobre ella.

La adoración esss buena. Su dragón interior alguna vez tuvo un


ceceó. Enloqueciendo a Madre.

—¿Cuándo vas a ver al friki de nuevo?

¿Si él tuviera elección? Probablemente nunca.

—Aún no lo hemos aclarado. Pero no será esta noche. Esta noche


me voy a sumergir del ambiente local.

—¿Quieres decir emborracharte en el bar local?

Su hermana la conocía bien.

—El mejor lugar para los chismes en la ciudad.

—Solo sé cuidadosa. No te mezclas exactamente como los demás.

—Por supuesto que no. No puedes rebajar la brillantez. —Modestia,


algo a lo que solo aspiraban los humanos.

Serie Dragon Point 02 37


Eve Langlais Dragón exprimido

—Mantenme informada sobre las cosas en la ciudad.

—Lo haré si haces lo mismo en casa. ¿Qué dijo Mamá cuando se


enteró de que me fui? —Se había ido sin permiso porque sabía lo que su
madre le habría dicho si le hubiera preguntado—. ¿Se volvió
completamente loca?

—En realidad, no lo hizo. Aparentemente, la tía Waida también está


en algún lugar de la ciudad, así que puede que tengas algo.

—Ajá. Lo sabía. —Y sí, esto era totalmente diferente de las otras


veces que Adi pensó que lo sabía y que se había equivocado. Totalmente
diferente.

—La buena noticia es que puedes llamarla si te metes en


problemas.

—¿Llamar a la tía? ¿Tanto me odias? —Con la tía Waida, uno


nunca sabía lo que pasaría. Las cosas a veces explotaban. O
desaparecían, en silencio. Otras veces, corrían mientras gritaban sobre
los demonios involucrados.

La tía tendía a añadir resultados interesantes a la mezcla. Tal vez


debería darle un grito.

Más tarde, sin embargo. Primero, necesitaba echar un vistazo a la


ciudad y a los residentes. Y aunque su elección, un bar, sí servía cerveza,
no era su razón principal para ir.

Risa disimulada.

Vale, lo era, pero en su defensa, tenía sed.

Al entrar en el ruidoso bar con sus suelos de tablas de madera,


techos de vigas abiertas y clientela vestida de vaqueros, sabía

Serie Dragon Point 02 38


Eve Langlais Dragón exprimido

exactamente qué hacer para que la multitud le diera lo que necesitaba:


cerveza gratis.

Yeehaw.

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Eve Langlais Dragón exprimido

Capítulo Cuatro
—¡Yeehaw!

Más de una voz lo gritó, y no tardó mucho en saber por qué. Dexter
no pudo evitar notar la acción en el momento en que entró en el bar.

Otra vez ella no. Parecía estar condenado a encontrarse con su


nueva vecina al otro lado del pasillo.

La duendecilla de pelo corto montaba al toro mecánico en el lado


opuesto de la barra como si estuvieran fusionados, sus muslos sujetaban
fuertemente alrededor de la forma del barril, la parte superior de su
cuerpo empujando a tiempo con la bestia de metal.

Se agarraba con una sola mano mientras que con la otra saludaba.
A través de todos los corcoveos y golpes, se rió y se burló. Alguien se
estaba divirtiendo demasiado y provocando ideas muy traviesas.

Los hombres la rodeaban, muchos hombres, sus miradas atraídas


hacia ella, magnetizadas por su naturaleza vibrante. ¿Cómo es posible
que no se sintieran atraídos? Evocaba puro deleite carnal.

También era una distracción. Aparta la vista. Ahora no era el


momento de mirar a su agarre ridículamente firme o el empuje de sus
pechos. Tenía cosas más importantes que hacer que sentir lujuria por la
chica con una cama al otro lado del pasillo a la suya. Había elegido este
bar para poder relajarse con una cerveza mientras se ponía al día con
alguien.

Al ver una cara familiar, pasó junto a las mesas, evitando la pista
de baile y alejándose del costado de la habitación con el toro mecánico, y
con la mujer en la que él no pensaría. Se deslizó dentro de una cabina en

Serie Dragon Point 02 40


Eve Langlais Dragón exprimido

la parte de atrás, el cuero color burdeos estaba rayado, descolorido y, en


algunos lugares, desgarrado. La cinta adhesiva arreglaba otras heridas
en el banco. El asiento no tenía ningún relleno, la superficie era
implacable con su trasero. No te pongas demasiado cómodo aquí.

La mesa estaba atornillada al suelo, un movimiento sabio por parte


de cualquier establecimiento que fomentara la ingestión de copiosas
cantidades de alcohol. Las cabezas calientes siempre parecían arder
después de unas cuantas cervezas, por lo que tendía a calmarse
bebiendo. No porque luchara, sino porque le gustaba poder esquivar si
fuera necesario.

Evitó la mancha pegajosa en la superficie de madera lacada


mientras tomaba un lugar frente al tipo que ya estaba cuidando una de
una botella de cerveza marrón.

Tan encorvado como estaba, una persona no podía decir que Calvin
medía más de metro noventa y cinco centímetros, pero el ancho de sus
hombros aún causaría una pausa. Era grande. Estúpidamente grande.
Y, afortunadamente, su amigo.

Bien, porque Dex no quería ser su enemigo. Dexter había visto a


un hombre ser golpeado por el puño inflexible de Calvin. Ese estúpido
bastardo había chupado sus comidas a través de una pajita durante
meses.

—Encantado de volverte a ver. Ha pasado un tiempo. —Dexter


inclinó la cabeza. Su amigo se veía bien, el pelo en la parte superior de la
cabeza, peinado cerca de su cuero cabelludo, su limpia camisa con cuello,
sus ojos claros. No había signos de advertencia de locura inminente. Pero
la noche era joven.

Calvin rodó sus hombros, un terremoto en movimiento.

Serie Dragon Point 02 41


Eve Langlais Dragón exprimido

—He estado ocupado.

—Conozco esa sensación. —Y eso era todo lo que había que decir
porque, con buenas amistades, el tiempo de separación no importaba.
Reunirse, incluso por un corto momento, era tan familiar como ponerse
un par de vaqueros bien usados. Señaló a la cerveza—. Veo que tienes
ventaja sobre mí.

—Tuve que hacerlo. Llegué temprano y disfruté de unas cuantas


libras de alitas. Te habría dejado algo, pero —dijo Calvin sonriendo—,
estaban demasiado buenas. ¿Por qué tardaste tanto en llegar aquí?

—Llegué un minuto antes —respondió.

—Exactamente. Solías llegar un cuarto de hora antes de tiempo.


¿Qué es lo que pasa? ¿Te estás volviendo lento con la vejez?

—Decrépito. Me compré un andador la semana pasada. Voy a


buscar las asas para la ducha en unos días.

—No te preocupes. Te pegaré un tiro antes de que llegues al punto


de llevar pañales y echar espesante a tu comida.

Dexter no pudo evitar una pizca de diversión.

—Y eso es lo que hace un verdadero amigo.

Pasó una camarera y Dex levantó dos dedos. Ella lo reconoció


asintiendo antes de balancearse entre la multitud, las redondeadas
mejillas de su culo asomándose más allá de su falda corta vaquera. Linda,
pero no tan linda como la chica que estaba desmontando del toro al otro
lado de la habitación entre silbidos y vítores.

Chica-duende obtuvo demasiada atención con su risa y sonrisa, y


oye, ¿ese tipo estaba tratando de agarrarle el culo?

Serie Dragon Point 02 42


Eve Langlais Dragón exprimido

Ya no. El tocador ahora sostenía su mano y miraba


acusadoramente a otro hombre.

—Deberías pensar en contratar un asistente.

El comentario atrajo la atención de Dexter.

—¿Un asistente para qué? Puedo manejar muy bien el trabajo por
mi cuenta. —Los ordenadores, y especialmente los servidores, eran
criaturas quisquillosas. Especialmente las redes creadas por otra
persona. Cada técnico de TI tenía su propio método y protecciones para
mantener su espacio virtual seguro.

Recientemente contratado por el Instituto Lytropia después de que


su anterior jefe de tecnología se hubiera ido a casa repentinamente,
¿quién le enviaría un mensaje de texto a un hombre con las fotos de su
novia traicionándole en casa y luego incluiría billetes de avión…? Dexter
ahora controlaba la red IL. Pero aún no había descubierto todos los
rincones y recovecos geniales. Encogió sus hombros a Calvin.

—Estoy bien, de verdad. Aún tengo los pies debajo de mí.

—Si tú lo dices.

—Lo digo en serio. Así qué, oye, ¿trajiste algo de esa mermelada por
la que tu madre es famosa?

—No. Solo tengo un frasco para mí. Y no estoy compartiéndolo.


Tengo negocios en la gran ciudad, y no sé cuánto tiempo llevará
manejarlos.

—Pensé que estabas en un año sabático.

Serie Dragon Point 02 43


Eve Langlais Dragón exprimido

—Lo estaba, pero este trabajo llegó, y no podía decir que no. Lo que
apesta. Finalmente compré una casa en un vecindario prometedor, pero
debido a este estúpido trabajo, estoy viajando todo el puto tiempo.

—¿Vale la pena el lugar?

—La valdrá. Ahora mismo, la casa es un poco destartalada. Pero


tengo algunas ideas para ello.

—¿Vas a renovarla? —Dexter se rió—. Nunca pensé que vería el día


en que te domesticarían.

—So. Reduce la velocidad. —Calvin parecía un poco horrorizado—


. Nunca dije nada sobre ponerme en serio. Sabes que no puedo hacer eso
con mi trabajo. Pero pensé que era hora de que tuviera algunas raíces.
Un lugar para mí y para guardar mis juguetes.

Ahora había algo que él entendía.

—Conozco ese sentimiento. —El sótano de su madre, aunque bien


situado, a veces resultaba empalagoso. Pero ella hacía pastel de
melocotón y tarta de manzana, y mantuvo el lugar listo para su regreso
entre contratos.

Las cervezas llegaron, por fin, y Dexter dio un largo sorbo. La


perfección helada.

Calvin se inclinó hacia adelante.

—Así que, ya que te tengo aquí, conozco a un tipo que está


buscando un sistema de seguridad integrado para toda la casa. Nueve
yardas completas. Es tan paranoico como parece, y quiere algo
sofisticado que pueda controlar desde su teléfono. ¿Tienes tiempo para
eso?

Serie Dragon Point 02 44


Eve Langlais Dragón exprimido

—Depende de cuándo quiera que empiece. Llevo dos meses en un


contrato que dice seis.

—Demasiado tiempo. Va a querer a alguien antes.

—Entonces no puede hacerse. Tengo que terminar en este lugar


primero.

—Estás loco por trabajar aquí. Espero que el dinero sea bueno
porque tiene que estar costando una fortuna el alquiler. He oído que la
ciudad está locamente llena.

—Es un poco caro. —Especialmente considerando que estaba


durmiendo en la habitación del hijo mayor de la casera. Ya no la visitaba
porque su esposa y la señora Givry no se llevaban bien. Imagínate eso—
. Me las arreglé para encontrar un lugar, pero he tenido que comer fuera
todas las noches, y las ganancias son limitadas. —Pero la tarta de
merengue de limón estaba bastante buena—. Menos mal que el instituto
tiene una pequeña cafetería, o me moriría de hambre para almorzar. —
Incluso mejor, la comida no era ni la mitad de mala, incluso si parecía
contener más platos de carne de lo que la sociedad saludable de hoy en
día suele dictar.

Calvin chasqueó los dedos.

—Sabes qué, aunque no tengo mermelada para ti, tengo esos palos
de golf que tomé prestados. Están en mi maletero.

—¿En serio? —Su expresión se iluminó—. Podría tener uso para


esos. Puedes lanzarlos en mi coche antes de que te vayas. Está
desbloqueado. —¿Porque quién lo robaría? A veces lo viejo era mejor.

—¿Todavía conduces ese pedazo de mierda?

Serie Dragon Point 02 45


Eve Langlais Dragón exprimido

—Ese “pedazo de mierda” tiene el seguro más barato, excelente


kilometraje, y se ha pagado a sí mismo diez veces más. —Un Plymouth de
los años 80 con un motor fiable, cuatro puertas, un aburrido exterior azul
marino y ni un solo punto de óxido. Mantuvo un estricto programa de
mantenimiento para evitar cualquier tipo de descomposición.

Una mueca en la cara de Calvin.

—¿Alguien te ha dicho alguna vez que eres demasiado responsable?

—Lo haces sonar como un insulto, y aun así espera hasta que seas
viejo y vivas de un cheque del gobierno. Desearás haber ahorrado un poco
de dinero durante tus años de saltamontes y haber guardado algo de ello
en un plan de jubilación estable.

—Oye, compré una casa. Eso cuenta.

—Es un comienzo. Pero apuesto a que conduces algo que cuesta


casi tanto como tu casa.

Calvin sonrió.

—La casa cuesta más, pero no mucho. Pero no voy a mentir. Mi


pequeño coupé rojo no fue barato. Tampoco puedes superar las
características.

—¿Te la chupa?

—Casi. Ciertamente se quita las bragas.

Siendo hombres, este tipo de afirmación significaba que chocaban


sus cervezas, y pasaban media hora más charlando antes de que Calvin
se levantara de la cabina, con su cuerpo gigante desplegándose.

—Será mejor que me vaya antes de que esté demasiado borracho


para conducir hasta el próximo motel. Toda la ciudad está llena.

Serie Dragon Point 02 46


Eve Langlais Dragón exprimido

—IL ha sido de gran ayuda para la economía local. —Si tan solo
fueran tan buenos como parecían. La cara externa perfecta ocultaba una
verdad oscura.

—Buena suerte en el trabajo. No temas escribirme si quieres que


nos volvamos a ver. No estaré muy lejos.

—Lo haré. —No se abrazaron ni hicieron nada castrante. Solo dos


amigos que se reúnen para tomar una copa porque se cruzaron por
casualidad. Pero nunca dudes de que dejarían todo para ir en ayuda el
uno del otro. Tenían que agradecérselo a la academia.

Sin su amigo, eso no significaba que Dexter lo siguiera


rápidamente. Hacía tiempo que había desarrollado una tolerancia y
responsabilidad a la hora de beber. Recordó por lo que había pasado su
madre. Por lo que yo pasé. Nunca sería el hombre que era su padre.

Nunca. Se suicidaría primero.

Viendo a su camarera, pidió otra cerveza. Llegó en un vuelo


sudoroso, su vecina cruzó el pasillo interceptando a la camarera y
quitando la botella de su bandeja.

La chica duende se deslizó en el asiento frente a él y luego, en lugar


de entregarle la botella, tomó el primer sorbo fresco.

—Aah. Este es un buen material —exclamó.

—Me robaste la cerveza.

—Buscando. Guardando.

—No la encontraste. Se la robaste a la camarera.

—Yo no la robé. Le dije que la pusiera en tu cuenta.

Serie Dragon Point 02 47


Eve Langlais Dragón exprimido

—¿Qué te hace pensar que tengo una cuenta?

—Porque no le diste nada cuando te entregó las dos últimas.

La perspicaz observación lo tomó por sorpresa.

Ella tomó un sorbo.

—Mmm. Esto es algo realmente bueno.

—No lo sabría decir. —Fue su seca respuesta.

—¿Quieres compartir? —Tomó otro trago antes de darle la botella,


su brillo rosa manchaba el borde.

Se le ocurrió negarse. Decirle que se la quedara, pero a juzgar por


el brillo de sus ojos, se lo esperaba. No la dejaría ganar.

—Gracias. —Agarró el frío cristal y puso su boca en el borde, justo


donde ella la había tocado. Probó los melocotones y la crema antes de
que la amargura de la cerveza los erradicara.

—Entonces, ¿qué hace un tipo engreído como tú en un lugar como


este? —preguntó, inclinándose hacia adelante y poniendo la barbilla en
sus manos—. Pensé que te ibas a la cama. Incluso te imaginé allí.
Desnudo. —Guiñó.

Es curioso, él había hecho lo mismo. Con ella, no con él.

—Estaba encontrándome con un amigo que estaba de paso.

—¿El tipo guapo? Puedo ver por qué estás interesado.

Le llevó un momento entender su implicación.

—Piensas, no, no somos amigos así. Solo somos viejos amigos. De


la escuela.

Serie Dragon Point 02 48


Eve Langlais Dragón exprimido

—Así que sales con…

—Mujeres. Estoy en las mujeres. —Casi gruñó la afirmación.

—¿Cómo de profundo?

—¿Cómo qué?

—¿Profundo? ¿En una mujer? ¿Cómo en quince, veinte


centímetros, del tamaño de tener que lubricar? —Una ceja levantada
mientras preguntaba, completamente seria, mientras él probablemente
estaba, por primera vez, completamente nervioso por una mujer.

—No vamos a tener esta conversación.

—¿Tímido? ¿O no lo sabes? Pensé que todos los chicos se la


medían.

—No todos los chicos. —Aunque, él podría adivinarlo.

—Si lo prefieres, puedes darme una demostración sobre tu


longitud.

La locura estaba siendo tentada.

—Este no es el momento, ni el lugar, ¿no crees?

—Un tipo tímido. Puedo entender eso. Entonces iremos a otro lado.
Un lugar con una puerta. ¿En el cuarto de baño?

—¡No!

—Eres un mojigato. Bueno, para nuestra suerte, no importa si digo


tu lugar o el mío, están a la misma distancia. —Sonrió mientras trataba
de atraparlo.

Serie Dragon Point 02 49


Eve Langlais Dragón exprimido

—Las reglas de la casera dicen que no se puede fornicar bajo su


techo. —Ella había hablado con mucha vehemencia sobre el pecado de
fornicar fuera del matrimonio. Por eso ya no se hablaba con un par de
sus hijas. La puta de Babilonia no tenía nada sobre ellas, aparentemente.

—¿Preocupado por la señora G? Bah. Estará en la cama,


probablemente roncando. Tendremos que ser silenciosos. Podemos usar
mis bragas como mordaza.

—No.

—¿No eres un gritón? Decepcionante. Pero lo superaré. Entonces,


¿a qué lugar quieres ir? Creo que deberíamos ir al mío, ya que mi cama
no cruje mucho.

—No vamos a tener sexo. —Lo cual, dicho en voz alta, sonó muy
tonto. ¿Qué hombre en su sano juicio no querría tener sexo con ella? Era
totalmente adorable con su pelo rayado, peinado en todas las direcciones,
sus ojos oscuros con delineador y rímel, sus labios seductores y
tentadores.

—Otra vez con ese desagradable uso de la palabra “no”. No lo


entiendo. ¿Te estás reservando para el matrimonio? Puedo respetar eso.
Siempre podemos simplemente disfrutar de lo oral.

Gracias a Dios por los pantalones sueltos y una mesa. Esta mujer
tenía la habilidad de excitarlo. Lo que no entendía era su atracción.
Aunque era linda como un botón, también lucía un aro en la nariz, varios
piercings en las orejas y un look de chica punk que incluía colores
brillantes en capas y rasgaduras.

Normalmente prefería a sus amigas con trajes de negocios, con el


pelo bien peinado y con necesidad de musculación. Tampoco solía tener
que lidiar con proposiciones sexuales descaradas.

Serie Dragon Point 02 50


Eve Langlais Dragón exprimido

—¿Siempre eres tan atrevida cuando se trata de hombres y sexo?

Ella se inclinó hacia adelante.

—Normalmente, solo tengo que mirar a un tipo y está listo para


dejar caer sus pantalones. —Sus labios se curvaron—. Me estás haciendo
trabajar por ello. Me gusta.

Luego, su plan fracasó porque se suponía que a ella no le iba a


gustar nada de él. No podía involucrarse con nadie en este momento,
especialmente con esta mujer descarada. Era hora de dejarlo por hoy.

—¿Por qué no te quedas con el resto? —Deslizó la botella de cerveza


sobre la mesa y se puso de pie. Pensar en su madre le ayudó a no pasar
vergüenza.

La vergüenza no parecía ser algo que ella sufriera. Se levantó de un


salto.

—Oh, no te vayas por mi culpa.

—No lo estaba haciendo. Tengo que trabajar mañana.

—Yo también.

—¿Haciendo qué?

—Uñas. —Enseñó sus dedos, las uñas cortas y limpias—. No las


mías, sino las de otra persona, por supuesto. Soy una artista de uñas.

—¿Existe tal cosa?

—¿Acabas de despreciarme? —Sus ojos se abrieron de par en par—


. Travieso, gominola. Estás pidiendo un maltrato enojado.

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Eve Langlais Dragón exprimido

No estaba muy seguro de lo que eso significaba, pero lo que era


más inquietante, casi le pide que lo demuestre. En vez de eso, se acercó
a ella con un murmullo.

—Buenas noches.

Sin embargo, no fue una buena noche, no cuando pasó unas horas
tumbado en su cama, escuchando a que ella volviera a la casa de
huéspedes. Luego, más tiempo para preguntarse con quién se fue a casa.

La alarma sonó demasiado pronto, y miró a la puerta de ella


mientras bajaba por las escaleras.

No me importa lo que ella hizo anoche. O con quién.

Ni malditamente un poquito.

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Eve Langlais Dragón exprimido

Capítulo Cinco
Jodida luz del sol.

El amanecer se deslizó con un brillo inquietante sobre el horizonte.


Después de haber estado de fiesta hasta el cierre del bar, a Adi le hubiera
gustado dormir unas horas más. Al menos no tenía resaca. Sola en una
ciudad extraña no era el lugar para averiguar si una chica borracha
estaba a salvo de la población, y una dragona a salvo de cierto instituto.

Nada peor que despertarse atada a una mesa con tubos


atravesando su piel. O eso decía la tía Juanita. Nunca fue la misma
después de su supuesta abducción alienígena. La madre de Adi dijo que
era más bien un caso de hongos6.

Mientras se duchaba y cepillaba los dientes, comprobaba algunas


cosas. Principalmente, al hombre del otro lado del pasillo.

El micrófono que había instalado indicaba que su objetivo había


ido a su habitación la noche anterior y se había quedado allí. Incluso una
vez que él se había ido del bar, había mantenido un seguimiento con su
teléfono, con una aplicación para el móvil que ella misma había
diseñado… contén tu aplauso.

Hoy, el plan era molestarlo un poco más, empezando en su coche.


El pequeño rastreador estaba colocado por debajo del asiento del pasajero
delantero. Un asiento muy poco impresionante, podría añadir.

El vehículo podría parecer súper limpio, pero también era el


epítome de lo viejo y aburrido. Esto no era una especie de coche

6
Hongos Alucinogenos.

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Eve Langlais Dragón exprimido

musculoso de los sesenta, o un dulce y rápido paseo de los ochenta.


Conducía un coche fiable, aburrido, sin comodidades, ni lujos.

Un coche de época de los años ochenta, nada menos. Así que tomó
un selfie y lo publicó. #ConduciendoUnClásico.

Mientras esperaba que se volviera viral, o al menos que consiguiera


un me gusta de su hermana, tomó un sorbo de café de una taza vieja y
astillada. La anciana viejecita que alquilaba habitaciones en su casa se
la dio por un precio, un precio considerablemente alto por lo que Adi
estaría facturando a su madre. No trabajes gratis. Un lema de la familia
dragón.

La puerta del lado del conductor se abrió, y su adorable y cerebrito


objetivo asomó la cabeza.

—¿Qué demonios estás haciendo? —preguntó, su expresión de


asombro lo convirtió en un búho por sus gafas.

—Esperándote. Niño travieso, haciéndome esperar. Realmente vas


a tener que apresurarte si me vas a dejar en el salón y aun así llegar a
tiempo al trabajo. —El estúpido aeropuerto no le permitía alquilar un
vehículo sin una licencia. ¿Por qué alquilar, sin embargo, cuando era
mucho mejor compartir el coche? Especialmente cuando el chofer era
lindo.

—No necesito apresurarme porque no te voy a dejar en ningún lado.


—Lo dijo con toda firmeza.

Tan lindo. Como si fuera a ganar.

—Me vas a dejar, gominola, y cuanto más discutas sobre ello, más
tarde se hará. Así que pon tus dulces posaderas en el asiento del
conductor. ¿O preferirías que tomara el volante? Me quitaron la licencia
hace un tiempo, algo sobre ser una amenaza para la sociedad. Exagerado,

Serie Dragon Point 02 54


Eve Langlais Dragón exprimido

si me preguntas. Y no habría chocado con nada si ese tercer coche de la


policía no me hubiera cortado. —Chasqueó los dedos—. Pero no te
preocupes. Estoy segura de que no he perdido el don. Dicen que conducir
es como andar en bicicleta. Sin golpear los árboles. Porque entonces las
compañías de seguros se involucran y las cosas se complican.

Suspiro. Un fuerte suspiro. El tipo de suspiro que Adi escuchaba a


menudo de su madre, pero nunca quiso poner un beso húmedo en los
labios de su madre.

Dexter, por otro lado, parece más sabroso que un Twinkie.

Se veía aún mejor en su alijo. Desnudo sobre su pila de tesoros,


con pastel pegajoso y glaseado manchando su cuerpo y requiriendo una
lamida.

Mmm. Lamiendo.

Abajo, dragón, advirtió a su bestia interior cuando Dexter se deslizó


en el asiento del conductor y encendió el motor. Para sus años,
funcionaba bastante bien. En realidad, todo el coche estaba limpio y bien
cuidado. Solo viejo, como al bajar las ventanas con una vieja manivela.
¿Y quién demonios tenía todavía asientos de vinilo?

Apuesto a que esto es asesino cuando están al sol.

—Gracias por el viaje.

—Como si tuviera otra elección.

—Tienes la opción de hacerlo a mi manera o discutir por un tiempo


y seguir haciéndolo a mi manera. —Porque la suya era la única manera.
Aimi a menudo declaraba que el mundo giraba a su alrededor. Adi no
estaba de acuerdo.

Serie Dragon Point 02 55


Eve Langlais Dragón exprimido

—¿Tu falta de habilidad para escuchar y modales se debe a que


fuiste criada por lobos? —preguntó mientras salía de la entrada de la
casa de huéspedes.

—La mayoría de la gente compara a mi madre con un dragón.

—¿Una mujer dura?

—No tienes ni idea. —Su madre tenía el título de la matriarca más


dura de todos los Septs. Nunca pudo ver pelear a su madre en una
verdadera batalla, pero había visto el loco respeto que su madre recibía
de los otros dragones, y el odio envidioso. Solo los grandes inspiran eso.

Había crecido escuchando las historias. La tía Waida incluso tenía


una cicatriz y a menudo la señalaba con una ominosa declaración: “Nadie
toca el último trozo de la tarta Selva Negra de tu bisabuela, no cuando
Zahra está cerca”.

—¿Sabe tu madre que abordas a los hombres en sus habitaciones?


—No la miraba mientras conducía en el límite de velocidad a lo largo de
la carretera rural que llevaba a la ciudad.

—¿Quién crees que me enseñó? —Sonrió—. Tranquilízate,


gominola. No fue para tanto. La casera te mencionó, así que quería pasar
a decir hola.

—¿Solo hola? Entonces, ¿por qué te estoy llevando al trabajo?

—Salvar el planeta. ¿No has oído hablar de compartir un viaje para


disminuir el impacto en el medio ambiente cuando se trata de la quema
de combustibles fósiles?

—Esa tiene que ser la mierda más inteligente que has dicho hasta
ahora.

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Eve Langlais Dragón exprimido

—Estoy llena de sorpresas. Ya lo verás.

—Lo dudo, ya que no volveremos a vernos. Mañana encontrarás


otro método de transporte.

—Eres tan entretenido. Veo que nos divertiremos muchísimo.

—¿Exactamente dónde estás trabajando en el centro? —Mordió las


palabras, y ella lo vio agarrando el volante con fuerza. El querido hombre
estaba muy agitado. Pero interesado.

Una mujer podría decirlo. Lo que menos entendía era su


determinación de ganárselo a él.

Adi explicó dónde encontrar el salón de uñas, y en diez minutos,


había llegado, la calle principal sin tráfico a esta hora de la mañana, la
mayoría de las tiendas solo comenzando a abrir sus puertas. Saltó fuera,
pero antes de cerrar la puerta del pasajero, se inclinó y anunció con
bastante claridad:

—Nos vemos a las cinco cuando me recojas.

Le encantaba la forma en que su boca se redondeaba, y saltó fuera


antes de que él terminara de decir “no”.

Una desagradable palabra, y al igual que ella se negó a reconocerla


de su madre, ciertamente no le prestaría atención viniendo de él.

Aunque su burla al pobre hombre, sin embargo, le recordó una


lección de la tía Yolanda.

—No juegues con los humanos. Hasta que estés lista para
comerlos. Se traumatizan fácilmente, lo que agria la carne. —También se
magullaban como los melocotones. Por eso no se le permitía jugar a
esquivar el balón con ellos una vez que llegaba a la pubertad.

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Eve Langlais Dragón exprimido

Bebés llorones.

Dexter se fue, su coche se alejó suavemente sin un solo chirrido de


neumáticos. Muy diferente a su familia, que a veces tenían concursos
sobre las rayas de goma más largas en el suelo.

Aún más sorprendente, se dio cuenta de que él aún no le había


preguntado su nombre. Probablemente porque no lo necesita ya que tiene
un apodo súper bonito para mí. No podía esperar a oírlo.

Entró en la tienda, su primer día de trabajo en sustitución de la


chica embarazada que tuvo el descaro de dar a luz antes de tiempo, al
menos según la propietaria, Sally, quien se había lamentado: “Y no podía
haber elegido un momento peor. Hemos estado muy ocupados desde que
IL abrió. Entre los médicos y científicos que trabajan allí y la prensa, una
prensa curiosa sobre los cambiantes que IL estaba estudiando para el
público, tenemos más citas de las que podemos manejar”. Lo que hizo
que fuera fácil para una forastera solicitar y obtener el puesto de artista
de uñas.

Porque, ¿qué mejor lugar para los chismes que una peluquería
local? Se pasó todo el día escuchando y haciendo preguntas astutamente
porque solo podía averiguar un tanto en línea.

—He oído que todos los guardias son cambiantes. Barney dice que
no se les permite venir a la ciudad porque no pueden controlarse cerca
de las damas, especialmente si se emborrachan. —Risita nerviosa.

—¿Es verdad que sus cosas —dijo la mujer con una bufanda de
color púrpura y una sonrisa tímida— tienen púas al final?

—He oído que todos cuelgan como sementales.

—El tamaño está muy bien, pero ¿saben cómo usarlo?

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Eve Langlais Dragón exprimido

Pero la pregunta más importante de todas las que revoloteaban en


el aire, no era hablada sino pensada: ¿podrían los humanos convertirse
también en licántropos o Cambiaformas? La mera idea de esto asustaba
a los humanos.

Un miedo tan infundado. El cambio de forma no era una


enfermedad o un virus, pero los rumores persistían desde que los
Cambiaformas del mundo habían salido del armario.

Era culpa de Parker. Un lobo con delirios de grandeza, que había


delatado a casi todas las criaturas ocultas del mundo sin tener en cuenta
el caos y los conflictos que podría causar a los humanos. Los humanos
que no podían evitarlo balaban de miedo.

Baaaaaaa.

¿Qué dijo Madre de que los llamáramos así?

En realidad, fue la tía Yolanda quien dijo que nunca se refiriera a


los humanos como ovejas. No debían ser presa de ellos. Lo que
contradecía a la tía Waida, quien generalmente agregaba: “A menos que
nos amenacen”. Luego trae la jalea de menta para mojar.

Aunque, con Dexter, pensaba que sabría mejor untado de glaseado.


Babeo.

—Chica nueva, ponte a trabajar.

Los dedos chasqueantes casi fueron arrancados, pero como eso


podría hacer que se sintiera incómoda, Adi se abstuvo y en cambio, ugh,
trabajó.

Una variedad de clientes pasó el día entrando y saliendo de la


tienda. Charlaban mientras recibían los cuidados. Muchas hablaron de
los Cambiaformas y fueron informadas de manera ridículamente errónea.

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Eve Langlais Dragón exprimido

—He oído que, si duermes con un hombre en luna llena, tendrás


cachorros.

Y los canadienses vivían en iglús todo el año.

Información inútil. Todo el día siguió esa línea, muchas


especulaciones, pero muy pocos chismes sobre el IL en sí. Ninguno de
sus clientes de ese día trabajaba allí directamente, pero no se desanimó.
Incluso a las chicas científicas y a las médicas les gustaba verse lo mejor
posible, y este era el único lugar a donde podían ir. Y estaba demostrando
ser un fracaso hasta ahora.

Y tanto para su corazonada. Bittech se había ido, y nada indicaba


que esta nueva compañía tuviera algo que ver con ellos. Por fuera, parecía
estar en la cresta de la ola.

Creo que es una fachada. Su instinto visceral dijo que este lugar no
era bueno, pero antes de que llamase a la ira de los Septs sobre ello tenía
que estar segura. Necesito pruebas.

Aguafiestas con sus comprobaciones, queriendo que todo esté


verificado y contrastado. En el pasado, como diría su madre, se
abalanzaban sobre el lugar y lo arrasaban hasta los cimientos. Pero eso
fue en una época en la que los dragones todavía dominaban los cielos y
eran considerados el depredador definitivo.

Resultó que los humanos, con su astucia y armas, fueron los más
mortíferos de todos. Casi habían matado a los dragones hasta la
extinción. Se habían necesitado siglos para reconstruir, y siglos para
perfeccionar el arte de esconderse a plena vista.

Mírame, mezclándome con la gente común. Ni siquiera saben que


hay una princesa en medio de ellos.

Estúpidos pueblerinos que deberían inclinarse.

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Eve Langlais Dragón exprimido

—Oye, chica nueva, deja de estar en la luna y agarra una escoba.

Mostrando más moderación que su familia, Adi agarró una escoba


de mango largo en vez de una espada.

Cortarles la cabeza no era un juego al que pudiera jugar hoy.

Pero tal vez pronto… #ObjetivosDeVida.

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Eve Langlais Dragón exprimido

Capítulo Seis
¿Qué estoy haciendo aquí? Exactamente a las cuatro y cincuenta y
nueve de la tarde, esperando a unos cuantos escaparates del salón,
Dexter apoyó la cabeza sobre el volante, no golpeándola del todo, pero
cerca.

La chica-duendecillo probablemente estaba bromeando cuando


dijo que lo esperaba. Pero ¿y si no lo estuviera? ¿Y si, a las cinco de la
tarde, se quedaba fuera, esperando y esperando por un viaje que nunca
llegó?

¿Por qué me importa?

No debería hacerlo.

Esto era patético.

Llegaron las cinco.

Realmente debería ponerse en marcha.

Cinco minutos después.

Tal vez su reloj estaba adelantado. No. Su reloj estaba conectado a


la web, mostraba la misma hora que su coche.

Diez minutos. Se estaba llamando a sí mismo estúpido y girando la


llave para arrancar el coche cuando la vio salir tranquilamente.

Ella salió y respiró hondo, su cara inclinada hacia el cielo y la


menguante luz del sol, los días acortándose a medida que el otoño se
apoderaba de la tierra. Su melena parecía despeinada como siempre.

Serie Dragon Point 02 62


Eve Langlais Dragón exprimido

Respirando, giró y, sin dudarlo, caminó hacia él como si supiera


exactamente dónde estaría.

Lárgate.

Vete.

Ahora.

No se movió.

Sus labios se inclinaron en una sonrisa mientras que sus delgadas


caderas ondulaban de una manera que llamaba la atención sobre su
ombligo y la joya que brillaba en él. Se deslizó en el asiento del pasajero
con un brillo en los ojos que los hizo parecer verdes, no marrones como
había pensado originalmente.

—Cariño, estoy en casa. En realidad, eso no es exacto. Si estuviera


en casa, usaría mucha menos ropa. Quiero decir, sujetadores, ¿en serio?
¿Quién los usa intencionalmente todo el día? —Hablando y actuando, la
confección rosa de encaje de alguna manera salió de debajo de su camisa
y terminó en su asiento trasero. Significaba que su top de seda recortado
se aferraba a sus impertinentes pezones.

Él desvió la mirada.

—Probablemente deberías haberte dejado eso puesto. —Sus manos


también estaban contentas de ofrecer apoyo.

—¿Continúa? ¿Para qué? Estaba sofocando mi creatividad. —Ella


miró a su pecho.

—Pero estamos yendo a algún sitio.

—¿Lo estamos? Ooh. Eso suena prometedor. ¿Debería quitarme


más ropa para estar lista?

Serie Dragon Point 02 63


Eve Langlais Dragón exprimido

El coche no vaciló, pero algo en él sí.

—No. Quiero decir. No. —Apretó el volante con fuerza—. Quiero


decir que deberías permanecer vestida porque dudo que te dejen entrar
para cenar si no estás completamente vestida.

—Entonces necesitamos un nuevo lugar para cenar. Tengo hambre


y no estoy de humor para volver a ponerme ese artilugio diabólico.

—¿Y cómo es que este es mi problema?

—Mencionaste la comida. Y mi barriga está sonando como en


#AliméntameAhora.

—¿Siempre eres tan exigente?

—Sí. Es una de mis cualidades más entrañables.

—¿Y qué es lo peor? —preguntó sin pensarlo.

—Mi fascinación por ti.

—¿Cómo puede ser eso malo? —No pudo evitar echarle una mirada,
preguntándose si su respuesta era más humo y espejos, para despistarlo.

—Estoy aquí para hacer un trabajo y demostrarle a mi madre que


no soy un desastre. Cree que soy impetuosa.

—Lo eres.

—Mira, cuando lo dices, me hace que suene divertido. Cuando ella


lo dice, usualmente resulta en que me castiguen.

—¿Vives con tu madre?

—Sí —dijo con una caída de su barbilla y cruzando los brazos—.


Debido a que no estoy casada.

Serie Dragon Point 02 64


Eve Langlais Dragón exprimido

Por alguna razón, sintió que era una razón para divulgarlo.

—No estoy juzgando, solo para que lo sepas. Yo también vivo con
mi madre.

Ella le lanzó una mirada.

—¿Por qué no me sorprende? ¿El dormitorio de la infancia o el


sótano? —Una sonrisa tiró de sus labios—. Voy a adivinar, el sótano.

—Lo es. Convertido en un apartamento completo, debo añadir. Con


una salida independiente, así que es agradable y luminoso.

—Habitante del sótano7. —Tosió en su mano, pero muy distinto.

Por alguna razón, lo encontró divertido y se rió.

—Supongo que se podría decir que sí.

—¿Qué vamos a cenar? Todo este juego previo me está dando


hambre. Y necesitamos nuestras fuerzas para más tarde.

No se molestó en corregirla. Era un desperdicio de aliento.

—El único lugar donde puedes pasar es el camión de comida en el


estacionamiento de esa gran ferretería junto a la autopista.

Ella aplaudió.

—Hamburguesa con queso, patatas fritas y aros de cebolla. ¡Sí! Qué


manera de enamorar a una chica, gominola. ¿Cómo supiste que era mi
comida favorita?

7
Habitante del sótano: Adulto que vive en casa de sus padres (estereotípicamente en el
sótano), y conlleva un tono peyorativo de ser vago.

Serie Dragon Point 02 65


Eve Langlais Dragón exprimido

No lo hizo. Había muchas cosas que él no sabía de su pasajera,


empezando por el nombre de ella.

—¿Sabes que todavía no nos hemos presentado? Mi nombre es


Dexter.

—¿Al igual que Dexter Morgan, ese perverso y sexy asesino en la


serie de HBO8?

—No, al igual que Dexter Kenneth Cline. Especialista en TI.

—¿Un chico tecnológico? —Ella se agarró al corazón—. Di que no


es así. ¿Tienes idea de cuán caliente se hizo tu trasero, cerebrito? Lo
único más sexy habría sido un programador de videojuegos.

Ante eso, no pudo evitar sonreír un poco.

—En mis días de universidad, podría haber hecho alguna incursión


y creado algunas aplicaciones que fueron simplemente divertidas. —Una
de las cuales hizo que lo echaran de la universidad por su naturaleza
clasificada “R”9. Pero incluso sin terminar la universidad y sin obtener su
diploma, fue notado y perseguido. Ahora trabajaba por libre, escogiendo
y eligiendo los contratos. Nunca se quedó en un lugar por mucho tiempo.
El aburrimiento era su enemigo.

—Eres todo tipo de sorpresas, gominola.

—¿Podrías intentar llamarme Dex? Todo el asunto de las gominolas


me hace pensar en mi abuela y en su amor por los caramelos de limón.

Por alguna razón ella pensó que era muy gracioso. Se rió, y se rió
y, en jadeos explosivos, logró gruñir:

8 HBO: Canal de televisión.


9
Clasificación R: Contenido para adultos, como violencia brutal, sexo…

Serie Dragon Point 02 66


Eve Langlais Dragón exprimido

—Te recuerdo a tu abuelita. No tiene precio, joder. Me parece lo


suficientemente justo. Trataré de contenerme.

—Gracias. ¿Y cómo debería llamarte a ti?

—Mi certificado de nacimiento dice Adrienne, pero mis amigos me


llaman Adi. Mi madre me llama “demonio enviado para molestarla”, pero
eso es solo porque soy tan especial para ella.

—Suena como una interesante —Lista para el manicomio— familia.

—Totalmente. Espera a conocerlos.

—No es probable —murmuró.

Ella lo escuchó.

—Nunca retes a una Silvergrace, Dex, nene. Odiamos perder. —Le


guiñó el ojo mientras se escabullía del coche, su gracia de naturaleza
sinuosa y llamativa.

No pudo evitar mirar fijamente su trasero mientras ella se acercaba


a la camioneta de comida y examinaba el menú.

Solo hay una cosa que me gustaría comer. Y dependiendo de cómo


fueran las cosas en la cena, podría tener su oportunidad.

Se acercó sigilosamente detrás de Adi, pero ella no necesitó volver


la cabeza para saberlo. Se dirigió a él y no al tipo que tomaba los pedidos
en la camioneta.

—Tomaré una hamburguesa con queso, un perrito al vapor con


mostaza, mayonesa, queso y una rebanada de beicon, patatas fritas y
aritos de cebolla con un refresco de crema para beber.

—¿Y me lo dices a mí por qué?

Serie Dragon Point 02 67


Eve Langlais Dragón exprimido

—Tengo hambre.

—¿Y?

—Y estás perdiendo el tiempo. Me estoy desvaneciendo, ¿no te das


cuenta? Buscaré una mesa mientras me das de comer. Punto.

Se fue, dejándole que pidiera y que pagara, imperiosa en sus


demandas. Pero, de nuevo, sus métodos obtuvieron resultados ya que él
hizo dos viajes para llevarles el montón de platos.

Luego pudo ver a esa pequeña mujer devorar suficiente comida


para unos pocos hombres adultos, incluyendo parte de su propia comida.
Cuando terminó, se abrió el botón superior de los vaqueros y se dio
palmaditas en el vientre.

—Ahora podemos actualizar a #ComidaCariñoCelestial.

¿Cielo? Más bien el infierno. Casi se lanzó sobre la mesa. Quería a


esa mujer desinhibida con un fervor que lo tomó por asalto. Todo en ella
lo atraía a un nivel carnal. Ella lo fascinó por completo. Luego se recordó
que no era lo que parecía.

—¿Cuál es tu interés en el Instituto Lytropia? —Sin previo aviso, le


lanzó la pregunta y observó su reacción.

Aburrimiento con un toque de actitud de “no me interesa”. Ella se


encogió de hombros.

—¿Qué te hace pensar que tengo alguno?

—Porque tienen un archivo sobre ti.

—¿Lo hacen? —Sus ojos se iluminaron—. ¿Qué dice?

—Mucho.

Serie Dragon Point 02 68


Eve Langlais Dragón exprimido

—Muéstrame.

Como sabía con qué facilidad se podía hackear un teléfono, había


pirateado mucho en su tiempo libre, sacó la evidencia de su bolsillo
trasero, desplegando el cuadrado de papel hasta que pudo ponerlo sobre
la mesa de picnic.

—¿Esto es todo? ¿Una página? —Sonaba desinflada—. Debí


haberme ganado al menos un informe de tres páginas. #Decepcionada.

—Dice que eres una especie de activista de chicas ricas. —No solo
una tentación de chica punk con cabeza burbujeante que significaba
problemas. Aparentemente, no era el único con secretos. Esto debería
haberle hecho alejarse de ella. En vez de eso, ella se hizo más caliente.

Lo suficientemente caliente para arder. Pero qué manera de morir.

Serie Dragon Point 02 69


Eve Langlais Dragón exprimido

Capítulo Siete
Maldición, me veo sexy.

La modestia pertenecía a los que carecían de un factor


impresionante.

Adi levantó la hoja que Dex había sacado de su bolsillo y la escaneó.


La imagen granulada, en blanco y negro, tomada anoche mientras
montaba el toro en el bar, significaba que ella había golpeado el radar de
alguien. Bien. No estaba intentado ser sutil.

—¿De dónde sacaste esto? —preguntó, notando que la habían


identificado en el informe. Adrienne Silvergrace, e incluyó su fecha de
nacimiento, junto con otras estadísticas vitales, incluyendo su altura y
peso, que era generosamente bajo.

—Lo obtuve de mi trabajo en el instituto.

—¿Trabajas en ese viejo y grande laboratorio médico? —Batió sus


pestañas—. Qué fascinante. Cuéntame más.

—Te das cuenta de que eso no funciona en la vida real.

—Tienes razón. Debí haberlo hecho con más escote primero. —El
problema era que se había quitado el sostén, y si se quitaba la camisa
también, entonces quién sabía lo que iba a pasar. El juez le había
advertido que no volviera a hacer eso en público, para que no causara un
accidente de coche aún mayor.

Él tiró del informe y apuñaló algo de lo escrito.

—De acuerdo con esto, no eres realmente una artista de uñas.

Serie Dragon Point 02 70


Eve Langlais Dragón exprimido

—Podría serlo. Soy buena en eso. Pero tiendo a no conservar los


trabajos por mucho tiempo. Tengo problemas con la autoridad.

—¿También tienes problemas con compañías como IL?

—¿Qué quieres decir?

—¿Por qué el interés en IL? ¿Qué sabes de ellos?

—Sé lo que todo el mundo sabe, que están haciendo pruebas con
los Cambiaformas para dar respuestas a la población. ¿Deben ser
esterilizados o castrados? ¿Necesitan un bozal en el trabajo? ¿Joe
Werewolf en el trabajo puede contagiar un caso de pulgas a sus
compañeros de trabajo?

—Creo que su propósito es un poco más serio que eso.

—Por supuesto que lo es. Quieren demostrar que los Cambiaformas


no representan una amenaza para la humanidad. —No lo hacían, pero
los dragones ciertamente lo hicieron—. Y para hacerlo, están probando
con sujetos en vivo.

—Perfectamente legal y sancionado. Todas las pruebas se realizan


con voluntarios que pueden irse en cualquier momento.

—¿Son dispuestos? ¿Realmente piensas eso?

—¿Qué te hace pensar lo contrario?

Mientras saltaba de la mesa de picnic y agarraba su basura, usó el


camino a la papelera, forrada de plástico negro, para pensar en una
respuesta.

Mentir era lo que su madre aconsejaba. Capas y capas de mentiras


a veces aumentadas por sobornos y, en algunos casos, muerte si alguien
veía algo que no debía.

Serie Dragon Point 02 71


Eve Langlais Dragón exprimido

Pero eso era de la vieja escuela. Tan anticuado. Adi se enorgullecía


de ser una chica de la época actual, y en estos nuevos tiempos, los
Cambiaformas y otras entidades vivían fuera del armario. Viendo el sueño
de estar libremente. Aunque a su madre y a sus tías no les gustara, Adi
estaba bastante segura de que el secreto de la existencia de los dragones
pronto se derramaría. No podían seguir conteniendo los avistamientos y
los vídeos.

Una vez que la verdad saliera a la luz y se mantuviera al margen,


¿a dónde llevarían las mentiras?

No a dentro de los pantalones de Dexter.

Tiró la basura antes de volverse hacia él.

—¿Cómo sé que puedo confiar en ti, pastelito?

Él hizo una mueca de dolor.

—Mi abuela comía uno de salvado todas las mañanas, dijo que la
mantenía regular.

Su turno para hacer una mueca.

—Realmente estás jodiendo la alegría de mis apodos.

—Entonces, ¿por qué no usar el que ya tengo? Intentemos empezar


de nuevo. Esta vez desde el principio. Hola, soy Dexter. Pero mis amigos
me llaman Dex.

—Y como viste en el informe, mi nombre es Adrienne Silvergrace,


también conocida como “esa chica”.

—¿Qué chica?

Ella puso los ojos en blanco.

Serie Dragon Point 02 72


Eve Langlais Dragón exprimido

—La chica de la prensa amarilla, ya sabes, la hija rebelde y rica.


Bla, bla, bla, bla. Mi familia y yo siempre estamos en los titulares. Seguro
que has oído algo.

—No.

—¿Estás seguro? Mi familia es grande en muchos círculos.

Él se encogió de hombros.

—No paso el rato en los círculos. Informático, ¿recuerdas? Somos


los que andamos con un código binario y en foros donde mantener tu
identidad en secreto es una medida de tu factor chico-genial.

—Ah, sí, un tipo técnico. ¿Así es como conseguiste mi expediente?


¿Lo robaste en tu trabajo? —Niño travieso. Lo aprobaba totalmente.

—No lo robé. Como parte de mi trabajo, tengo acceso a todo lo que


hay en los servidores. Especialmente los problemas de seguridad.

—Miles de archivos, y aun así tropezaste con el mío. —Batió sus


pestañas—. Ah, Dex, nene. Eso es tan dulce. Fuiste a buscarme.

—No estaba buscando.

—¿Por qué no? ¿No crees que soy bonita? —Se había acercado
mientras hablaban, tan cerca que lo agarró y casi lo alcanzó de puntillas.
Pero le tomó a él bajar la cabeza para que sus labios se tocaran.

Instantánea electricidad se arqueó entre ellos, un voltaje vivo de


deseo que se deslizaba a través de todas sus terminaciones nerviosas.

Oh, Dios. La descarga resultó incluso mejor que el primer bocado


dulce de un Twinkie en la mañana.

Serie Dragon Point 02 73


Eve Langlais Dragón exprimido

Más. Debía tener más. Sus brazos se enrollaron alrededor de su


cuello, abrazándolo fuertemente, saboreándolo. Fijando el olor de él en
su mente.

Deberíamos reclamar a este.

Guardarlo para su alijo.

Encajaría muy bien. Incluso si fuera humano.

Jadeo. Se apartó de él y rápidamente cerró los ojos, para que no


viera el fuego verde que había en ellos. Una señal segura de que ella era
de otro mundo. Podría estar oculto por las lentillas, pero a Adi no le
gustaba que los dedos tocaran sus ojos. Por lo que no había nada de
lentillas. Por lo general, se mantenía calmada y tranquila. Excepto
alrededor de Dex, al parecer. Él sacó el travieso dragón que había en ella.

Pero los dragones y los humanos no debían mezclarse. No


permanentemente, en todo caso, como sugería su bestia interior. Debería
alejarse de la tentación prohibida. Excepto que él no lo permitió.

Le ahuecó la cara y le devolvió los labios por un segundo y dulce


beso que la hizo preguntarse si quedárselo sería tan malo. ¿No tenía su
tía un libro sobre el cuidado y la alimentación de los humanos? Asegúrate
de que reciba mucha luz y que su suelo esté húmedo. ¿O eso era para las
plantas? Eso podría explicar su problema con las mascotas.

¿A quién le importaba? Estaba recibiendo el beso más increíble de


su vida. Y ella había experimentado bastante, así que estaba un poco
molesta cuando él se alejó antes de que ella terminara.

—Vuelve aquí —gruñó, intentando alcanzarle.

Excepto que él permaneció fuera de su alcance, con ojos


humeantes de deseo, su expresión dura, casi enfadada.

Serie Dragon Point 02 74


Eve Langlais Dragón exprimido

—¿Esto es parte de tu plan? ¿Seducir al técnico?

—¿No puede una chica seducir a un hombre porque está


cachonda?

—No cuando esa chica probablemente esté usando al hombre para


algo. Y no me refiero al sexo. Quieres algo de mí. Algo de Lytropia.

—Tal vez lo haga. No hay nada malo con la multitarea. Vamos,


pookie10…

—Así es como mi abuela llama a mi madre. —Se alejó de ella—.


Gracias por hacer esto más fácil.

—¿Así que vas a fingir que no me deseas porque eres exigente con
el nombre de una mascota?

—No, no tendré problemas para controlar mi lujuria porque me


despedirán si descubren que me estoy asociando con alguien en la lista
de vigilancia de la compañía.

—Si te preocupa que te atrapen, ¿por qué llevarme a cenar?

—Para satisfacer mi propia curiosidad.

—Sé de qué tienes curiosidad. —Se inclinó de puntillas y susurró—


: Sabe a algodón de azúcar. ¿Quieres una lamida?

Sus labios nunca se movieron, pero ella podría jurar que oyó un
vehemente: “¡Sí!”.

Pookie: Eufemismo común para referirse a algo lindo, y también un nombre de


10

mascota o un término cariñoso para la pareja.

Serie Dragon Point 02 75


Eve Langlais Dragón exprimido

Pffft. El dardo la golpeó en la parte superior del brazo, y ella gritó


más por sorpresa que por dolor. Miró fijamente el mechón de plumas de
color brillante.

—Hijo de puta. Alguien me disparó.

Qué agallas. Alguien moriría. O lloraría pidiendo a su mami.


Cualquiera de las dos cosas servía. Se quitó el dardo del brazo, sin
preocuparse realmente por él ni por el segundo que la golpeó. Este no era
su primer rodeo con las drogas. Excepto que sus párpados se volvieron
pesados y sus músculos se transformaron en melaza. Lenta y perezosa.
Se arrodilló, parpadeando, una lenta apertura y cierre de sus ojos, en la
que en un segundo Dex estaba allí, mirándola fijamente. En el siguiente…

Al siguiente ella se despertó con él llevándola a la habitación de ella


y colocándola en la cama.

¿Y se imaginó el suave beso en la frente antes de desmayarse?

Serie Dragon Point 02 76


Eve Langlais Dragón exprimido

Capítulo Ocho
¿Por qué la besé? No podría haberlo dicho. Al igual que Dex no
podía explicar su gentileza al meterla en su cama y colocarle las mantas
sobre ella.

¿Quién es ella? Era más que una chica rica, rebelde y de cabeza
burbujeante. Estaba seguro de ello, especialmente después de esta
noche. Sin embargo, no importaba cuánto tiempo buscara en Internet,
no podía encontrar nada más allá de las páginas de sociedad. Y todo lo
que encontró solo reforzó su impresión.

La hija de Silvergrace fue sorprendida orinando en la fuente del


hotel. Ella dice que pensaba que estaba en Europa.

¿Cambiando de escuela otra vez? La miembro más joven de la


familia Silvergrace ha sido expulsada del campus, después de las
acusaciones de que publicó un vídeo indecoroso en el sitio web de la
universidad. Un vídeo que muestra al decano comportándose
inapropiadamente con los estudiantes, pero…

Adi parecía la personificación de una niña salvaje con una madre


que no temía usar los profundos bolsillos financieros de la familia para
comprar a su hija la salida de los problemas.

Una inadaptada.

Una rebelde tal como ella había dicho. Con todo tipo de pruebas
que respaldaban esa reclamación.

Parecía demasiado perfecto. Algo sobre eso lo molestaba.


Especialmente después de encontrar el micrófono. El que estaba en su

Serie Dragon Point 02 77


Eve Langlais Dragón exprimido

habitación. El que palmeó e hizo rebotar en su mano. Se parecía mucho


a los que a él le gustaba usar.

Como el que había en la habitación de ella ahora mismo. Era la


forma en que él la vigilaba, durmiendo profundamente. Casi una víctima
esta noche, pero ¿por qué? ¿Quién querría hacerle daño? ¿O fue por lo
que ella era? Los Silvergrace tenían mucho dinero. El rescate podría
resultar lucrativo si se hacía bien.

Pero esa teoría no encajaba. Nada sobre su ataque. Por eso pasó
más tiempo del que debería mirándola en su video.

Fue una noche agitada y una mañana gruñona, sobre todo porque
ella había desaparecido en algún momento antes de que él despertara.
En un minuto ante la cámara, y al siguiente… desapareció.

¿Se fue por su cuenta o le sucedió algo nefasto?

No podía explicar el alivio que sintió cuando llegó a la entrada y la


vio sentada en su coche, con dos cafés en la mano.

—Me estremezco al preguntarte cuánto te costaron. —Habiendo


tratado con la casera previamente, él sabía con estremecedor recuerdo
que ella cobraba muy caro por el lodo negro.

Adrienne entregó uno.

—Vale cada centavo —murmuró, su expresión escondida tras unas


enormes gafas de sol.

—Me sorprende verte despierta.

—Me sorprende que me haya dormido —refunfuñó—. No suelo ser


una fiesta de ronquidos. Debe haber sido una buena mierda.

—Sobre lo de anoche… debo explicarlo. No fui quien te drogó.

Serie Dragon Point 02 78


Eve Langlais Dragón exprimido

—Por supuesto que no. Alguien me disparó. La pregunta es, ¿te


aprovechaste de mí?

—No. —No porque no lo deseara. Pero los hombres de verdad solo


hacían lo malo con las mujeres conscientes.

—Qué suerte la mía, un hombre con moral —dijo secamente antes


de tomar un sorbo de su café.

—Por suerte para ti, estaba allí cuando te drogaron.

—¿Cuidaste de mí? —Le lanzó una sonrisa—. Qué buen novio.

—No soy tu novio.

—Y, sin embargo ahí estabas, llevándome a casa, arropándome


después de desmayarme. Odio cuando eso sucede.

—¿Quieres decir que esto ya te ha pasado antes? ¿Quién demonios


te drogó?

Ella hizo un ruido.

—¿Quién no lo ha intentado? Quiero decir, oye ¿has visto las cosas


en el mercado estos días? La mayor parte está destinada a hacer que una
chica esté cachonda o asegurar que una chica esté disponible para
alguien cachondo.

—Eso está mal. —Sus manos apretaron el volante.

—Estar mal no significa que no suceda. No me digas que nunca


has intentado nada ilegal por diversión.

—No tomo drogas, y hasta anoche, nunca tuvieron nada que ver
con mis citas. —Demasiado tarde se dio cuenta de lo que había dicho.

Serie Dragon Point 02 79


Eve Langlais Dragón exprimido

—¿Eso fue una cita?

—No. Quiero decir, sí. Quiero decir… algo así.

—Eres tan lindo cuando estás nervioso.

—No estoy nervioso.

—Si tú lo dices. ¿Quizás debería llamarte Fluffy?

—El gato tuerto de la tía.

Casi podía sentir el calor de su mirada. Retuvo una sonrisa.

—Encontraré algo para llamarte —amenazó—. Pero mientras tanto,


quizás deberías decirme qué pasó. Aparte de lo obvio de que alguien me
perseguía y no tuvo éxito. Me salvaste. Sabía que habías escondido a un
superhéroe bajo esas camisas blancas y feas. Le pateaste el trasero a un
secuestrador, ¿no?

—No exactamente. No fue un ataque o un intento de secuestro.


Resulta que había unos biólogos rastreando una manada de ciervos en el
área. Le dispararon tranquilizantes a una cierva cerca del claro de la
camioneta de comida, fallaron, y te dieron a ti en su lugar. —No toda la
verdad, pero ella no lo sabía.

—Me golpearon con una mierda muy potente.

—Y por eso, se disculparon profusamente. —Uno de los tiradores


lloriqueando de rodillas—. Una vez que supieron que estabas drogada, no
pudieron disculparse lo suficiente. —Especialmente cuando salieron del
bosque y él tuvo una conversación con ellos—. Después de arreglar las
cosas con esos tipos —Y largarlos de allí con cajas destempladas—, te
llevé de vuelta a tu cuarto para dormir la mona.

Serie Dragon Point 02 80


Eve Langlais Dragón exprimido

—¿Estás diciendo que el que me lanzaran dardos fue solo un error?


—Una mirada a su lado la mostró frunciendo el ceño y mordiéndose su
labio inferior—. #TanDecepcionante.

—¿Qué tal #ConsidérateAfortunada? Quiero decir, ¿por qué


asumirías que alguien quería drogarte?

—Hola, increíble chica rica. Y soy guapa. En los viejos tiempos,


ocurría con bastante frecuencia, por lo que generalmente suelo tener una
mejor tolerancia.

—Dices las cosas más inquietantes.

—Y no te escapas gritando cuando digo esas cosas, así que, ¿quién


es el jodido aquí?

Buena pregunta.

Cuando se detuvo frente al salón de uñas, medio giró en su asiento.

—¿Segura de que quieres entrar hoy?

—¿Qué otra cosa podría hacer? No tengo televisión en mi


habitación, y, además, ¿no fuiste tú el que dijo que no fue nada?

Sin embargo, dejarla no le sentó nada bien. ¿Pero qué otra cosa
podía hacer? ¿Meterla en su maletero durante el día? No tenía el tipo de
cuerda adecuado, y el pronóstico del tiempo no era muy bueno para el
secuestro y confinamiento.

—Estaba más preocupado por infligirte en el mundo. —No era


exactamente una mentira. Adi ciertamente tenía un don para el drama.

—El mundo tiene suerte de tenerme. Igual que tú tienes suerte de


conocerme.

Serie Dragon Point 02 81


Eve Langlais Dragón exprimido

—No sé si lo llamaría suerte.

—En mi familia, una de mis tías decía que era el destino. Entonces
la tía Yolanda diría que el destino es como es el destino. Y entonces mi
madre les diría que cualquier destino en nuestra familia depende de ella.

—Estoy empezando a pensar que tu educación tuvo mucho que ver.

—¿Qué ver con qué? No importa. Puedes contármelo más tarde.


Recógeme a las cinco.

Una exigencia imperiosa que tenía que negar.

—No puedo hacerlo.

Ella parpadeó.

—¿Acabas de usar la palabra “no”? ¿No discutimos el hecho de que


yo no la reconozco?

—Tengo una cosa del trabajo está noche.

—¿Una cosa del trabajo que es más importante que yo?

—Sí.

Por un momento, podría haber jurado que sus ojos brillaron con
una llama verde.

—Ya veo. Bueno, entonces supongo que tendré que entretenerme.

Ahí había una perspectiva aterradora.

Dejando a Adi, Dexter se dirigió al trabajo, aparcando en su lugar


asignado junto con los otros empleados que trabajaban para IL. El
estacionamiento estaba lleno. No faltaban personas para trabajar en lo
que se consideraba la línea más vanguardista de la medicina.

Serie Dragon Point 02 82


Eve Langlais Dragón exprimido

El día se movía lento, lento como un caracol, especialmente porque


lo único emocionante que hizo en todo el día fue reemplazar algunas
baterías de un teclado. Los especialistas en TI no hacía mucho cuando el
servidor funcionaba sin problemas, y la mayor parte era de poca monta:
Mi ratón no funciona. El ordenador se comió mi informe. ¿Por qué no se
imprime?

Sin embargo, estuvo bien, porque le dio más tiempo para husmear,
al menos cuando los jefes no estaban prestando atención. Siempre les
echaba un ojo, ya que disfrutaban entrando y saliendo de las oficinas,
mirando por encima de los hombros, asegurándose de que todo el mundo
hacía su trabajo. Dex hizo su trabajo muy bien. Era el tipo modelo de TI.
Lo habían pillado durmiendo una vez, otra vez jugando al baloncesto con
bolas de papel usado y navegando en páginas porno. La personificación
del empleado perezoso y desinteresado. Y se lo creyeron totalmente.

Mamones.

Llegaron las cinco y esperó unos minutos antes de fichar. No era el


único. El personal principal también registró la salida a la hora de la
cena. Guardias, secretarias, transcriptores de documentos, aquellos que
no están directamente involucrados con la ciencia mantenían un horario
regular. Mientras que los doctores y científicos tendían a trabajar hasta
tarde y en horas erráticas. Todos querían ser los que hicieran el gran
descubrimiento.

Yo quiero descubrir algo. Quiero saber si IL es lo que aparenta o no.

Por eso iba a reunirse con la persona que había descubierto algo
interesante sobre Lytropia y quería ayuda para explorarlo antes de
exponerlos.

La doctora Chandra Kashmir, una ingeniera de biogenética, había


sido la que había enviado un SOS a la red oscura en busca de ayuda.

Serie Dragon Point 02 83


Eve Langlais Dragón exprimido

Intrigado, Dex respondió a la llamada.

Conoció a la doctora Kashmir poco después de llegar a Lytropia.


Habían tomado un café en la cafetería. Pero bajo un minucioso escrutinio,
había sido difícil hablar, de ahí que se reunieran esta noche fuera de la
ciudad en un buen restaurante, lo que significaba un menú que no
estaba completamente empanado o frito.

—Señor Cline. Gracias por venir. —La pequeña mujer, con su piel
exóticamente bronceada, tenía el pelo largo y oscuro apartado de su cara.

—¿Te siguieron? —preguntó mientras se sentaba frente a la


doctora.

—No lo sé. Pero ambos sabemos que es casi imposible esconderse


con la tecnología actual.

Dado el micrófono que tenía en el bolsillo, uno que salió de su


coche, lo sabía muy bien.

—¿Usaste el coche de tu colega?

—Sí. Hice exactamente lo que me dijiste. Hice que remolcaran el


mío al taller y luego tomé prestado el viejo Volvo de Mason en el último
momento. —Un vehículo sin GPS incorporado. También le dijo que
retirara la batería de su teléfono móvil y que usara una ruta tortuosa. Se
suponía que tenía que estar atenta a posibles colas11.

—Esto debería ayudar a cualquiera que intente escuchar. —Puso


su teléfono sobre la mesa. La aplicación que había activado proyectaba
un campo opaco que confundiría cualquier intento de escuchas
electrónicas—. Ahora podemos hablar.

11
Que la siguieran.

Serie Dragon Point 02 84


Eve Langlais Dragón exprimido

Sus hombros se aliviaron visiblemente.

—Odio no saber cuándo y dónde están mirando.

—Asume que es todo el tiempo. —Era lo que haría él si estuviera a


cargo de la seguridad.

—No es tranquilizador. —Su nariz se arrugó—. Pero, por otra parte,


nada sobre Lytropia lo es. ¿Averiguaste algo del vídeo que te envié?

Ah, sí, el vídeo que lo inició todo y lo llevó a Little Town, Estados
Unidos.

—He jugado un poco con él. Lo pasé por todos los filtros que pude,
pero la iluminación, como bien sabes, es mala. Lo que sea que esté en
esa grabación está vivo, pero… —Pero no podía decir lo que era, aparte
de no ser un ser humano.

—He estado buscando otro, pero la carpeta en la que lo encontré


ya no está.

Probablemente porque fue colocada en el servidor principal por


error.

—No vayas a excavar muy profundo. No quieres que sepan que


estás tras ellos.

Sus uñas cortas golpearon en la mesa.

—No puedo quedarme de brazos cruzados. Si Lytropia está


experimentando con gente, entonces tienen que ser expuestos.

—¿Y si no se trata de personas? —preguntó él.

Serie Dragon Point 02 85


Eve Langlais Dragón exprimido

—¿Qué quieres decir? —Su frente se arrugó—. ¿Insinúas que solo


porque trabajamos con Cambiaformas no merecen la misma protección
que los ciudadanos humanos?

—No. Pero también asumimos que lo que hay en ese vídeo es una
persona. ¿Y si no lo es? ¿Y si es algún tipo de animal?

—Entonces, ¿por qué lo esconden? Tú y yo sabemos que algo anda


mal en el instituto. Están ocultando otra instalación. Probablemente bajo
el edificio principal.

Un frente médico público para ocultar el ilegal que estaba


enterrado. ¿O fue sancionado? No sería la primera vez que el gobierno
tratara de ocultar al público acciones menos que populares.

—Estoy cavando tan rápido como puedo. Quienquiera que dirija su


establecimiento oculto tiene las cosas bien cerradas. Si pincho la cosa
equivocada, él o ella lo sabrá. —Los buenos programadores siempre
tenían sistemas de advertencia que les avisaban cuando la gente
intentaba infiltrarse. Eso significaba que tendría que ser mejor.

Dex necesitaba localizar una grieta en un cortafuegos para pasar


el servidor público que controlaba, al que nadie debía ver.

Él y la doctora terminaron la cena, discutiendo sobre algunos de


los empleados que sentían que podían tener más información. Llegó tarde
a su habitación, el viaje de vuelta por una ruta tortuosa lleva tiempo.
Especialmente desde que se detuvo para agarrar algunas cosas.

Lo último que esperaba cuando abrió la puerta y entró en su


habitación fue encontrar a Adi sentada con las piernas cruzadas sobre
su cama, con los brazos cruzados y con cara de enfado.

—¿Y dónde has estado? —espetó ella.

Serie Dragon Point 02 86


Eve Langlais Dragón exprimido

Capítulo Nueve
—Estaba fuera, no es que sea asunto tuyo —respondió Dex,
luciendo demasiado lindo con su camisa de cuadros escoceses de botones
y sus gruesas gafas.

Lo que él hizo era totalmente asunto de ella, porque Dexter era su


objetivo. Se le escapó cuando salió del trabajo. Su micrófono en su coche
había fallado, lo que significó que no podía seguirlo.

Había pasado horas fuera de su vista.

¿El verdadero crimen, sin embargo? Había estado con otra mujer.

Puedo olerla en él. Una fragancia exótica y sensual que le provocó


una furia que no podía explicar.

—¿Estabas en una cita?

—No. Pero como me imagino que me acosarás hasta que te lo diga,


me encontré con un amigo.

¿Un amigo? ¿Un amigo que usaba perfume?

Adi se enorgullecía de ser una chica moderna. Las chicas modernas


tenían amigos hombres y viceversa. Sin embargo, parecía que también
tenía un poco más de una racha anticuada de lo esperado porque, al
mismo tiempo, no podía dejar de pensar que los niños y las niñas no
pueden ser amigos, porque podrían terminar poniéndose horizontales y
desnudos.

Más vale que no lo haya hecho. Los mataría a los dos.

Sssin piedad, siseó su dragón.

Serie Dragon Point 02 87


Eve Langlais Dragón exprimido

Es curioso cómo ni siquiera dudó al pensarlo. Incluso sabía lo que


significaba.

Estoy celosa. Qué fascinante porque, por una vez, no era por un
tesoro en el alijo de otra persona. Era por alguien vivo. Una persona. Ella
quería a una persona, este hombre, como suyo.

Y yo no comparto.

Por suerte para él, no olía a sexo. Eso la habría vuelto loca, y
probablemente se lo habría comido, y no de una manera que él hubiera
disfrutado.

Cruzó los brazos, y casi se encogió al darse cuenta de cuánto de su


madre estaba canalizando en este momento.

—¿Exactamente de qué hablasteis tú y tu amigo? —Olvídate de ser


sutil con respecto a su reunión. Ella hervía a fuego lento.

—De esto y aquello.

La vaga respuesta no fue bien recibida. No pudo evitarlo, pero le


lanzó una mirada fulminante como un láser. Una inquieta ansiedad la
impregnó, y se inclinó hacia adelante. Sujetándose sobre sus manos y
rodillas, todavía estaba en su cama, lo estudió.

Quizás más de lo que debería. No se sentía en control. La parte de


ella, el dragón, se encontraba muy fascinado por el hombre.

—¿Eres un Cambiaformas?

La pregunta le llegó de repente, y se puso rígida. Entonces sus fosas


nasales se abrieron.

—Por supuesto que no. —Ella era mucho más, no es que le dijera
eso. Algunos secretos deben ser revelados lentamente. Aunque

Serie Dragon Point 02 88


Eve Langlais Dragón exprimido

convertirse rápidamente en un dragón podría dar lugar a unos gritos


verdaderamente épicos. Ella usó uno como tono de llamada para su
teléfono, configurado como una pieza clásica con muchos instrumentos
de cuerda.

—No me digas que te sientes insultada. Es una pregunta válida.


Hay algo diferente en ti. Algo primitivo.

—¿Me estás acusando de tener una bestia dentro de este cuerpo?


No es mi culpa que saques a la gatita sexual que llevo dentro. —Ronroneó
las palabras mientras su cabeza se ladeaba, un mechón de pelo pastel a
capas sobre la mitad de su cara.

—Eso es lo que quiero decir, y lo sabes. No sé lo que eres. —Su


mirada fija demostró ser inquebrantable, valiente—. Solo sé lo que veo.
No te mueves como las demás mujeres.

¿Se había dado cuenta? Su pecho se hinchó.

—No dices lo que debes decir.

Porque no tenía miedo de hablar.

—Y tus ojos…

—¿Qué hay con mis ojos?

Él se encogió de hombros.

—Es como si tuvieran fuego verde dentro. Pero solo a veces.

Él había visto su fuego interior. Eso no debería haber sido posible.


Normalmente, lo mantenía escondido de los humanos. Fue lo primero
que aprendió como dragón. Nunca dejar que nadie lo vea.

Serie Dragon Point 02 89


Eve Langlais Dragón exprimido

Excepto que, cerca de Dex, parecía haber perdido el control. Él


apeló fuertemente a todas las partes de ella. Incluyendo a su dragón.

Lo quiero a él. Fue suficiente para provocarle calor, y se arrastró


hasta el extremo de la cama. Lo suficientemente cerca como para que
pudiera alcanzar y tocar.

—Y ahí está, como llamas verdes brillando —murmuró las


palabras, y ella se dio cuenta que lo había vuelto a hacer, sin darse
cuenta.

Cerró sus orbes, luchando por un poco de control. El hombre la


ponía nerviosa. Realmente un poco vergonzoso, considerando que ni
siquiera era un Crypto12, la palabra que usaban los dragones para
describir a aquellos que no eran del todo humanos.

Al menos un crypto que se mezclaba con un dragón daba


resultados interesantes: mira a la tía Faye con su hija mitad sirena mitad
pájaro. Se había convertido en un pez volador que solo podía salir al
exterior bajo la lluvia. Una existencia muy extraña.

Para los dragones, el acoplamiento con un humano producía


wyverns. Podían parecer humanos, sin olor, y tenían la capacidad de
cambiar a una versión más lagarto de sí mismos. Con escamas y alados,
parecían dragones adolescentes atrapados en la fase previa a su ascenso.
Siempre atrapados y nunca llegando a serlo.

Los wyverns machos fueron aún más maldecidos, ya que no podían


procrear con otros. Ni dragones, ni humanos. No con ningún crypto
conocido actualmente. Un examen más detallado mostró que su cadena
genética es casi idéntica a la de un dragón. Hicieron que los científicos la

12
Crypto: Crypto o Cryptozoides palabra que usaban los dragones para alguien que no
eran humano, y hasta hace poco se pensaban que no existían como los Cambiaformas.

Serie Dragon Point 02 90


Eve Langlais Dragón exprimido

trazaran en un esfuerzo por curar la escasez de dragones machos; nadie


sabía por qué tenían más mujeres que hombres.

Los médicos habían encontrado algo que creían que era la razón
por la que los wyverns eran wyverns y no dragones. Faltaba un pequeño
pedazo de material genético. Una pieza importante, aparentemente. Una
pieza que, al faltar, hacía imposible el apareamiento.

Se dio cuenta de que Dex esperaba su respuesta. Para decirle por


qué le ardían los ojos.

—No soy un Cambiaformas. —La verdad absoluta. Sin embargo, si


uno tuviera que discutir, los dragones sí cambiaban de forma. Poseían
tres formas en las que podían transformarse: una forma humana que
pasaría la mayoría de las pruebas básicas. También podían tirar de lo
que se conocía como una forma híbrida, de apariencia humanoide con
alas y escamas. Y si realmente querían prevalecer, entonces llamaban a
su majestuoso dragón.

Grandes pero ligeros, porque sus huesos, aunque inmensamente


duros, eran huecos. A diferencia de las criaturas terrestres, en las que el
agua había demostrado ser un componente importante, las moléculas de
dragón contenían más aire. Los hacía flotar, permitiendo que sus grandes
formas volaran. Ahora bien, si tan solo pudieran encontrar un lugar
donde pudieran volar sin ser derribados o preocuparse por chocar contra
un avión.

Ah, por los días en que su especie gobernaba las tierras. Hace
mucho tiempo. Esas ciudades e imperios habían caído hacía mucho
tiempo. Sobre todo, a manos de los humanos, pero los dragones también
habían jugado un papel. Los dragones habían empezado a diezmarse
unos a otros dentro de sus propias filas mucho antes de que la
humanidad se levantara contra ellos y derribara sus poderosas ciudades.

Serie Dragon Point 02 91


Eve Langlais Dragón exprimido

Éramos reinas y reyes. Ellos eran el poder. Entonces, ¿por qué se


escondieron los dragones? ¿Y por qué seguían negando que tenían algo
en común con los cryptos que habían sido descubiertos al mundo?

Nos escondemos porque, en el fondo, tenemos miedo de ser


aniquilados de nuevo.

Las noticias estaban llenas de historias de personas que iban a la


caza de criaturas de cuentos de hadas. Todo era culpa de Parker, y ahora
ese bastardo había desaparecido.

Todo el mundo lo buscó. Humanos porque tenían preguntas sobre


los supuestos monstruos que vivían entre ellos, y los Cambiaformas
porque querían que fuera juzgado por su crimen al revelar la verdad.

Los dragones querían a Parker porque él no los temía y había


amenazado con contar su secreto al mundo. Si lo encontramos, entonces
espero que le arranquemos la cabeza y bebamos su sangre antes de
prenderles fuego a sus restos hasta que no sea nada más que cenizas.

Esa era la manera más segura de asegurar que Parker nunca


regresara de ninguna forma. Puede que el mundo no lo sepa todavía, pero
los muertos no siempre permanecían muertos. A veces causaban
estragos en la digestión.

—Hay algo diferente en ti.

—Sí, lo hay. Ya era hora de que te dieras cuenta. —Agarró el borde


del colchón y se inclinó hacia adelante para que su cara estuviera a solo
unos centímetros del pecho de Dex. La camisa no sería una barrera si
ella decidiera probar su piel.

Él la agarró por los hombros y la levantó hasta que se enfrentaron.

—Estás evitando la pregunta. ¿Qué eres?

Serie Dragon Point 02 92


Eve Langlais Dragón exprimido

—¿Qué soy yo? —Repitió las palabras con una sonrisa que creció—
. Soy el centro del mundo. Todo gira en torno a mí. Es un hecho extraño
que los científicos no entienden.

—Si ellos lo saben, ¿cómo es que es la primera vez que oigo hablar
de ello? —Se mofó él, su agarre se había deslizado hacia su cintura.

La presión de sus palmas en la parte baja de su espalda la excitó.


Especialmente ya que sus dos pulgares acariciaban. Arriba y abajo.

Un simple movimiento. Muy simple. Sobre la ropa para el caso.


Pero la gente no acariciaba cosas que no le gustaban.

Le gusto.

A mí también me gusta él. Le pasó un dedo por encima de la


mandíbula, la fina perilla y el bigote un suave rastrojo.

—Esto va a hacer cosquillas cuando te dirijas al sur.

—Se supone que las damas no deben ser tan atrevidas.

—No soy una dama.

—Dice una chica nacida con una cuchara de plata en la boca.

—Calabacita, no tienes idea de cuán cierto es eso.

—Odio la calabaza. Todas las calabazas, en realidad. —Ella podría


haber siseado—. Y el diablo debe estar guiándome porque no te odio. —
Lo más bonito que había dicho. El tono a regañadientes realmente le trajo
una lágrima.

No quería que ella le gustara. El hombre luchaba muy duro, así


que la admisión… oh, sí, fue una admisión la que hizo… calentó su

Serie Dragon Point 02 93


Eve Langlais Dragón exprimido

corazón. Lo agarró en un abrazo grande, gigante y apretado que sintió en


sus partes de chica.

Un mini orgasmo, eso fue lo que fue ese temblor. ¿Él lo sabía? Las
manos sobre su cuerpo presionaron más firmemente, sus dedos
clavándose. Él la acercaba cada vez más, acercando sus labios. Tan
jodidamente cerca.

—Yo tampoco te odio —susurró las palabras, sabiendo que el calor


de ellas rozaba su boca.

—Esto está mal —dijo él mientras su labio inferior se arrastraba


por el de ella, un toque ligero como una pluma. Trajo un temblor a todo
su cuerpo.

—Lo malo es bueno. —Lo malo hacía que fuera caliente. Ella agarró
su labio inferior con la boca dándole un pequeño chupetón antes de
soltarlo.

Él rugió, un delicioso y crepitante sonido.

—No tengo tiempo para distraerme.

—Esto no es una distracción. Estoy haciendo exactamente lo que


debería hacer. —Sus brazos se envolvieron alrededor de su cuello, y ella
dejó que las siguientes palabras le susurraran en la boca—: Voy a
hacértelo.

Sus manos se deslizaron por su cuerpo hasta llegar a su camisa.


Una camisa con cuello remetida en sus pantalones negros. Vestía tan
bien el friki casual.

Él se quitó las gafas y las tiró en la cómoda.

—Así está mejor.

Serie Dragon Point 02 94


Eve Langlais Dragón exprimido

—¿No las necesitas?

—No todo el tiempo. Solo para ciertos tipos de trabajo.

—¿Es esta tu forma de decir que esto no es trabajo? No sé si estaría


de acuerdo porque me estás haciendo trabajar por ello. —Le mordió el
labio inferior, tirando de él.

Un estruendo vino de él, bajo y sexy.

—Estás haciendo esto duro.

Lo agarró, la dureza de él.

—Sí, lo está. Sé lo que arreglará esto. —Arreglaría el mismo


problema que ella tenía cuando él estaba cerca. Ella inclinó sus labios
sobre los de él, frotándolos y sacando una respuesta.

—Que me jodan. —Probablemente lo dijo como una palabrota.

Pero ella lo tomó literalmente. Tomó su boca, la tomó con una


pasión mayor que lo hacía con sus Twinkies.

Que le den al pastel. Estaba probando a un hombre. Un hombre


con labios imponentes que dieron lo mejor que pudieron. No había nada
suave en su abrazo. Y su lengua…

La forma en que podía girar y girar, no podía esperar a que llegara


a la pista de baile debajo de su cintura.

Agarró su camisa, en dos puñados, y volvió a la cama con él,


arrastrándolo sobre ella.

Él no detuvo la caída, cayendo pesadamente sobre ella, pero sus


manos tomaron parte de la carga, lo que significaba que no la aplastó
completamente. Lástima. Un buen apretón era divertido.

Serie Dragon Point 02 95


Eve Langlais Dragón exprimido

Con su gran peso encima, su cuerpo tembló. Había algo delicioso


en tener a un hombre encima de ella. Una sumisión tabú a otro.

Sus piernas se abrieron, y el entró, acurrucado entre sus muslos,


un peso bienvenido y pesado contra sus partes inferiores.

Los dos todavía estaban completamente vestidos, y sin embargo


eso no parecía importar. Él seguía balanceando sus caderas contra ella,
la longitud rígida de su eje presionando contra la costura de sus
pantalones, ejerciendo una presión deliciosa sobre su clítoris y sexo.

Su boca se mezclaba con la de ella, sus respiraciones jadeantes y


calientes. Ella gimió cuando él se meció contra ella otra vez, sintió venir
su placer, esa acumulación, esa presión.

La cama crujió mientras ella presionaba contra él, cada vez más
rápido, el roce tan exquisitamente encantador. Qué excitante.

Pequeños y jadeantes gemidos se escaparon de ella, y un bajo ruido


retumbante rodaba continuamente de él.

Ella estaba llegando.

Estoy tan cerca de llegar.

Tan cerca.

Tan…

Bang. Bang. Bang.

—¡Detened la fornicación en este instante!

¿Qué?

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Eve Langlais Dragón exprimido

Capítulo Diez
Los vehementes golpes a la puerta y los gritos estridentes le
hicieron alejarse de Adi con un gruñido frustrado. Cerca, tan cerca de
derramar su semilla como un joven que todavía no había aprendido
ningún tipo de control.

La palabra control no parecía existir alrededor de Adi. Ella tenía la


habilidad de tejer un hechizo erótico a su alrededor, y él no podía
resistirse. En realidad, se encontraba cada vez más vulnerable a su loco
encanto.

Bang.

—Ignórala —susurró Adi, intentando atraerlo para un beso—. Ella


solo está celosa porque tiene telarañas en su chichi por desuso.

Probablemente.

—Deberíamos parar.

—Pararemos cuando yo diga que paremos —dijo con tanta


vehemencia mientras sus ojos brillaban con fuego verde. Fuego no
natural.

Ella no es humana. Y no estaba seguro de cómo se sentía al


respecto. Hasta no hace mucho, la habría tachado de diferente.
Interesante.

Ahora, sabía que había cosas que no eran del todo humanas en el
mundo. ¿Qué es ella? El hecho de que no lo supiera le recordaba que esta
mujer tenía un secreto, un secreto posiblemente enorme. Necesitaba no
ceder al deseo furioso que lo consumía porque no estaba seguro de cómo
se sentía al involucrarse con alguien que no era del todo humano.

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Eve Langlais Dragón exprimido

No era verdad. Su polla estaba más que feliz de sumergirse en lo


que sea que ella tuviera para hacer pasar por un coño.

Su boca estaba más que feliz de besar sus dulces labios.

Pero su mente, la mente que no podía evitar preguntarse si el sexo


con ella podría matarlo, estaba contenta de que la casera hubiera
interrumpido su sesión de besos antes de que se quitara la ropa.

Por otro lado, Adi no parecía contenta con la intervención.

—Vete. Estamos ocupados. Ocupados al igual que a punto de


desnudarnos y sudar, así que, vete a la mierda —gritó Adi.

Respuesta incorrecta.

—Puta inmunda. Señor, oh, Señor, sálvame de los pecadores.


Especialmente de la prostituta que se comporta de forma pecaminosa en
mi casa. Sal de mi casa, Jezabel, y deja en paz a ese amable caballero.

—No soy una Jezabel. —Adi salió rodando de la cama y se puso de


pie—. Llevan ropa mucho más guarra. —Le confió a Dexter en un aparte.

¿Tenía idea de lo atractiva que se veía con su pelo corto despeinado,


sus labios rojos e hinchados por sus besos mientras su piel aún tenía un
rubor rosado?

Bang.

—Abrid la puerta en este instante. Te vas de aquí, mujerzuela. No


apruebo este tipo de comportamiento bajo mi techo.

Antes de que pudiera detenerla, ella abrió la puerta.

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Eve Langlais Dragón exprimido

—Hola. Señora Givry. Tengo que decir que su oportunismo


realmente apesta. Interrumpió las cosas justo cuando estaban a punto
de ponerse en su momento de clímax.

Podría haberse atragantado con sus palabras. Solo fueron un poco


descaradas.

La señora Givry se irguió, con su metro y medio de altura, y adoptó


un tono severo que haría que muchos tuvieran pesadillas. La cara de un
guerrero justo en una misión.

—Te lo dije cuando alquilaste la habitación. No fornicar en mi casa.


Especialmente no con extraños.

—Dex no es un extraño. De hecho, nos estamos conociendo


bastante bien. Y, en segundo lugar, no estábamos fornicando. Estábamos
besándonos, y fue bastante impresionante. Como en “voy a correrme al
menos una vez, probablemente dos”. Hasta que alguien lo interrumpió
bruscamente. —Estrechó la mirada hacia la casera.

La risa quería salir de Dex por su audaz discurso. Realmente ella


no tenía vergüenza y creía que el mundo giraba a su alrededor.
Ciertamente brillaba tan fuerte como el sol.

—Te quiero fuera de mi casa. —La señora Givry señaló en la


dirección de las escaleras.

—¿Irse? Me temo que no puedo hacer eso. Tengo trabajo que hacer
aquí, tendrás que aprender a subir el volumen de la televisión. O podrías
tomarte unas pastillas para dormir. Tengo el presentimiento que
podríamos seguir toda la noche. —Le lanzó un guiño y él tuvo que
esconder una carcajada detrás de un puño, convirtiéndolo en una tos
forzada.

—¡Fuera! —El chillido alcanzó proporciones épicas.

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Eve Langlais Dragón exprimido

Una persona normal podría haberse ido en este punto antes de que
la cosas se salieran de control.

¿Qué hizo Adi? Se giró y dio los suficientes pasos para darle un
beso, un golpe rápido de sus labios contra los de él y un ronco:

—Esto ha sido divertido, pero tengo que irme. Tengo algunos


asuntos que atender esta noche, pudin.

—Nombre de mi gato que fue atropellado.

—Maldita sea. —Frunció el ceño—. Encontraré algo. Ya verás.

La casera hizo un ruido fuerte.

—Suficiente. Fuera de aquí.

Adi se giró y sacudió su cabeza en un gesto más parecido al de una


reina que al de un duendecillo punk.

—No me voy, anciana. Pagué por una semana, y voy a tener una
semana. ¿O quieres que llame a mis abogados para que te demanden por
violación de servicios y acoso? —Se fue con un portazo, pero pudo oírla
discutiendo con la vieja. Finalmente prometiendo—: No fornicaré con el
santo señor Cline en tu casa, pero fuera de ella, haré todo lo posible por
ponerle mis sucias manos, manchadas, encima.

Qué promesa tan retorcida. No es que importara. Él se mantendría


fuera de su camino mientras hacía su trabajo aquí. No podía permitírsela
como distracción.

La interrupción de la señora Givry fue lo mejor que pudo haber


pasado porque casi se había rendido a la tentación. ¿A quién estaba
engañando? Se había rendido, y habría llegado hasta el final si no se
hubiera detenido.

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Eve Langlais Dragón exprimido

Incluso ahora, mucho después de que los pasos de la señora Givry


bajaran las escaleras, él escuchó. Escuchando por un sonido.

No escuchó nada. Adi no volvió para terminar lo que había


empezado. ¿Y esa punzada que sintió? Seguramente no era decepción.

Perdía el tiempo, y tenía trabajo que hacer. Un trabajo que podría


ser sensible al tiempo. La doctora Kashmir podría haber encontrado la
mayor pista hasta ahora de que Lytropia estaba escondiendo algo, pero
si alguien supiera que lo había descubierto, entonces… cosas como
archivos podrían desaparecer de repente. Él ya había copiado los archivos
a los que tenía acceso como evidencia antes de que alguien borrara todo.
Pero eran los archivos que aún no había encontrado en los que realmente
quería poner sus dedos electrónicos.

Se desnudó hasta quedarse en calzoncillos y una camiseta antes


de sentarse con las piernas cruzadas en la cama. Abrió la tapa del portátil
y lo encendió.

Mientras pasaba por sus diversos controles (programas espías,


cortafuegos, estar pinchado anormalmente de cualquier forma), hojeaba
la pila de cómics que tenía a su lado. El código para iniciar la sesión
requeriría una calibración cuidadosa. Una calibración que había ideado
que necesitaba una palabra de uno de sus cómics. Solo una palabra
decidida por fecha y hora. Apareció en la pantalla el inicio de la sesión.
Comprobó el reloj y sacó un número. Siguiente, la cita. Volteó la página,
contó segundos para las palabras, con el dedo rápidamente y llegó a
“fuck-a-licious”.

La pantalla se desbloqueó, y tuvo acceso a la maquinaria más


sofisticada de la tierra. ¿Un intento incorrecto de iniciar la sesión? La
cosa se autodestruiría.

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Eve Langlais Dragón exprimido

La cosa más genial de todas. Y, sí, un momento de erección total


para el friki que hay en él.

Primero echó un vistazo a las cosas generales. Dos correos


electrónicos eran para trabajos, uno para hacerle saber de una venta no
autorizada de desechos del gobierno, incluyendo la próxima generación
de tecnología biónica. Una mezcla de metal y hombre. Un verdadero
milagro de la ciencia.

Tendré que hacer una oferta por eso. No le importaría integrar una
o dos mejoras en su cuerpo.

Luego, echó un vistazo al servidor de Lytropia. Dex se encargaba


de las cosas del día. Ricky se encargaba de la noche. El instituto se
aseguraba de que hubiera ayuda de TI las veinticuatro horas del día. Los
científicos trabajaban todas las horas sin concepto del tiempo, y tenían
una gran objeción cuando la ayuda no estaba fácilmente disponible.

Un tipo bastante aburrido que pasó la mayor parte de su turno


jugando al WoW, Ricky nunca se dio cuenta de que Dex inició la sesión y
dio un paseo por el mundo binario del servidor IL.

Como las veces anteriores, nada que ver. Nada que indicara un
comportamiento fuera de lo común para un lugar como este.

En la superficie.

Pero en el mundo del código, mucho podía esconderse justo por


debajo de eso. Con cuidadosa separación y evasión, Dex se abría paso a
través de la capa superior de seguridad hacia el mundo oculto de debajo.

Hay una red más grande por ahí. Puedo verlo. Podía ver los bordes,
pero aún no había encontrado una grieta de un tamaño decente.

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Eve Langlais Dragón exprimido

Significaba una investigación cuidadosa. Piensa en ello como una


valla alrededor de una propiedad, una barrera alineada con cámaras,
detectores de movimiento, e incluso verificadores del sonido. Pasado eso,
había un foso, alineado con estacas, seguido de un foso con monstruos.
Los peligros seguían y seguían, pero cada vez que se enfrentaba a esas
barreras, profundizaba un poco más, un poco más rápido. Creó una
fisura en zigzag que lo llevaría al corazón de los secretos.

Esta noche es la noche en la que haré todo el camino hacia dentro.

Chasqueó los nudillos y se puso a trabajar. Hackear era un


pasatiempo adictivo. El éxito requería habilidad y paciencia. Infiltrarse
en el castillo digital de otro era algo muy preciso. Significaba enfrentarse
a las habilidades protectoras de otro.

El gol se convirtió en penetrar las capas de defensa del oponente y


luego, una vez dentro, declarar la victoria. Y luego saquearlo todo.

Una diversión total.

Con sus dedos tecleando, Dex fue más profundo que nunca antes.
Sus ojos detrás de sus gafas estaban vidriosos: las gafas le ayudaron a
concentrarse, una tecnología que había comprado por un bonito centavo
en el mercado negro. De alguna manera ayudaban a enfocar su mirada
en las cosas importantes mientras caminaba por los códigos. Le dieron
una ventaja en el último juego de rompecabezas.

Está casi terminado. Podía sentirlo. Casi veía el final a la vista. Un


vuelo antes del último hackeo, estaba seguro de ello. Había encontrado
la puerta al mundo digital oculto de IL.

Y no estaba solo frente a él.

El código en la pantalla se movió, aunque sus dedos estaban


quietos. Lo miró fijamente durante un momento antes de golpear con

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Eve Langlais Dragón exprimido

furia las teclas, contrarrestando el código. Alguien estaba trabajando en


su contra. Alguien intentaba robarle su hackeo.

No me vas a quitar esto.

Ah ¿sí? La contramedida parecía decir: Mírame.

Él no miró. Reaccionó. Dex no había profundizado tanto para


entregar todo a alguien. Si alguien pasaba por la puerta binaria del otro
lado, sería él.

Él y su adversario demostraron ser iguales. Sus espadas


codificadas se balancearon, lo que hacía que su meta se desviara delante
de ellos.

Realmente fue una batalla brillante. Sin embargo, la gran cantidad


de actividad en línea activó una alarma.

—Ah, joder, no. —La maldición no hizo nada para ayudarlo. El


servidor remoto se apagó y lo dejó sin conexión.

No es bueno. Nada bueno porque eso significaba que quienquiera


que manejaba el lado oscuro de las cosas sabía que alguien había ido a
buscar.

Más de una persona. No estaba solo ahí dentro. Lo que le hizo darse
cuenta de algo sorprendente. ¿Por qué tengo la impresión de que sé quién
era?

Un vistazo a la cámara de la habitación de ella mostró una escena


benigna, ella simplemente sentada en su cama, leyendo. Apenas se
movía. Él se movió hacia atrás, pero algo le molestaba, así que volvió a
voltearse para verla todavía leyendo. No lo creía. Estaba seguro de que
era ella hackeando en su contra. No podría haber dicho por qué, salvo
que su instinto insistió. La sola idea de que había arruinado su

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Eve Langlais Dragón exprimido

penetración digital era casi suficiente por hacerlo ir por el pasillo y exigir
respuestas.

Casi. Entonces se acordó de sus ojos. Esos ojos no-humanos.

Hermosa, realmente hermosa, especialmente con sus rasgos de


duendecillo. Pero no humana, joder.

Lo que significaba que estaba mintiendo, y a él no le gustó ni un


poquito

Así que se quedó en su habitación y no hizo nada más que escuchar


sus doloridas bolas azules que lo acusaban de ser un idiota.

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Eve Langlais Dragón exprimido

Capítulo Once
El pobre Dex parecía que necesitaba una intravenosa de café a la
mañana siguiente.

—¿Una noche dura? —preguntó Adi. Había dormido bastante bien


cuando sacó su práctica y elegante bala13 de bolsillo. De tamaño viaje y
siempre una fuente de entretenimiento en los puntos de control del
aeropuerto. Recordó vívidamente el intercambio.

—No, señor, no es una bomba. ¿Quieres que te demuestre su uso


aquí y ahora?

Buenos tiempos. Tomó un sorbo de su café mientras él sacaba el


coche a la calle.

No la miró. Para nada.

—Tuve una cosa del trabajo que no salió bien.

¿Iba a quejarse por eso?

—Hubiera estado bien si hubieras retrocedido. Yo tenía las cosas


bajo control.

—Así que fuiste tú. —Pisó los frenos, sacudiéndola. Ella también
escupió un poco de café en el tablero. Ups. A él no le gustaría eso.

—Solo para que lo sepas, no suelo escupir.

—No cambies de tema. Sabía que eras tú. Eres la razón de que nos
quedáramos fuera del servidor.

13
Vibrador.

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Eve Langlais Dragón exprimido

—¿Yo? Si no me hubieras tropezado en medio y me hubieras dejado


hacer lo que tenía que hacer, esto nunca habría sucedido. —Agarrando
un pañuelo de la caja que él guardaba en la consola, ella limpió el punto
húmedo. El pañuelo se pegó, lodo blanco y manchado de café pegado a
su tablero. Tal vez no se daría cuenta.

—¿Cómo diablos llegaste a la conclusión de que esto es culpa mía?


—La miró fijamente por un momento, probablemente sorprendido por el
hecho de que se había dado cuenta de que él estaba equivocado.

—Porque lo es. No puede ser mía. Soy el centro del universo. No


hago nada mal.

La miró boquiabierto, obviamente con asombro. Los humanos se


impresionaban fácilmente.

—Nunca me dijiste que eras una hacker.

—Prefiero el término extractora profesional de información.


También conocido como EPI. Ofrezco un buffet de servicios de “todo lo
que puedas comer”. Crème de la crème. —Le guiñó el ojo. Por si acaso si
insinuación resultaba demasiado sutil.

—¿Qué pasó con lo de trabajar en el salón de belleza?

—Lo hago. Un lugar encantador, unas propinas de mierda.


Aparentemente, solo puedo mantener las propinas si consigo citas. ¿Qué
clase de truco es ese?

—Pero no solo trabajas en salones de belleza. Estabas en el servidor


de IL anoche. ¿Por qué?

—¿Por qué no? En mi tiempo libre, me gusta volar mi dron y


asustar a mi familia, comer cosas que realmente endurezcan las arterias,

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Eve Langlais Dragón exprimido

y hackear redes seguras y acumular los secretos que me gustan. Nunca


se sabe cuándo algo será útil.

—¿Hackeas para beneficio personal?

—Principalmente diversión, y tal vez un poco de dominación


mundial. —Se encogió de hombros—. Pero ese es más bien un juego a
largo plazo. —Todos los dragones aspiraban a convertirse, una vez más,
en lo que solían ser antes.

—Deberías haberte mantenido alejada de IL.

—¿Por qué? Por supuesto que no.

—Trabajo para Lytropia. Soy la mitad de su departamento de


informática. Es mi trabajo detectar fugas y taparlas.

—Tengo algo que puedes tapar. —Abrió sus muslos y le lanzó una
mirada sugestiva, que estaba totalmente desperdiciada ya que él miraba
hacia adelante.

—Anoche, podría haberte dado una impresión equivocada.

—¿Quieres decir que no fue una erección masiva la que me


presionó mientras nos besábamos?

—No. Quiero decir, sí, estaba excitado, obviamente, pero solo


porque te me tiraste encima.

—Solo porque aparentemente no sabes cómo atacar a una mujer y


violarla. No me importa mostrártelo.

—Creo que ya me has mostrado lo suficiente.

Dex, cariño, ni siquiera he empezado.

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Eve Langlais Dragón exprimido

Su trabajo con la batería de anoche se había agotado, y sus partes


de chica palpitaban como si fuera una virgen intacta en su primera cita.

Lo deseo tanto. En cambio, sacó un Twinkie de su bolsillo y abrió


el paquete para poder darle un gran mordisco.

Mientras masticaba un sustituto azucarado para el hombre que


estaba a su lado, se preguntó si se había dado cuenta de que sus ojos
estaban apagados hoy por la mañana, el color era un avellana aburrido
y soso. Había tenido que recurrir a sus lentillas porque su madre la
arengó anoche sobre un informe de una chica con unos ojos verdes fuego
montada en un toro. Las fotos estaban por todo Internet. Y Adi era
fácilmente reconocible. Todos asumieron que las imágenes estaban
manipuladas, pero su madre lo sabía mejor y la advirtió apropiadamente.

—Usa tus lentillas o ese pedazo de plástico negro que llevas contigo
será inútil.

Ella usaba las lentillas en lugar de perder el acceso a su tarjeta de


crédito. ¿De qué otra manera podría comprar sus pasteles?

—Tienes que mantenerte alejada del servidor IL. —Qué lindo. Dio
otro mordisco mientras Dex continuaba con su advertencia, la cual
podría añadir, no tenía intención de escuchar—. Si te pillo haciéndolo de
nuevo…

—¿Qué te hace pensar que me atraparías? —Lamió la miga de su


labio inferior, y notó que su mirada se apartó de la carretera un momento
más de lo debido, fijándose en su húmeda boca.

—Te atraparía.

Quizás lo haría. Había demostrado ser astuto. Había encontrado el


micrófono en su habitación y en el coche. Los encontró y aun así no había
dicho ni una palabra. Igual que ella encontró el suyo y se aseguró de

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Eve Langlais Dragón exprimido

darle solo un pequeño espectáculo. Quería burlarse de él y acercársele,


no regalarle todo por nada.

—Te diré algo, Dex, nene. Me alejaré de tus preciosos ordenadores


si cenas conmigo esta noche. En algún lugar con una cabina oscura. —
Sonrió mientras pasaba un dedo por su muslo—. Si eres modesto, elige
un lugar con un mantel que cuelgue. Personalmente, no me importa
cuando la gente mira.

Por la forma en la que su mandíbula se apretó, supo que había


tocado un nervio. Apostaría que un par de ellos. Le dio un beso rápido
antes de salir de su coche. No pudo resistirse a una despedida.

—Que tengas un buen día en el trabajo, dulce conejito —dijo antes


de cerrar la puerta de golpe.

Se inclinó sobre el coche, y la ventanilla bajó.

—Así es como llamamos al conejillo de indias de la clase.

Su sonrisa se convirtió en una mueca.

—#NoMuyDivertido.

—Hasta luego, cocodrilo.

¿Cocodrilo? Alguien tendría que explicarse. ¿Insinuaba que ella


tenía la piel escamosa? Tócala. Verás que soy suave y sedosa.

Y cuando era una dragona, sus escamas eran aún más perfectas.
Para nada ásperas y llenas de baches. Aunque era dura, sus escamas
eran suaves al tacto, como una armadura de plata por todas partes.

Acechando por la acera hasta el salón, entró con un grito:

—Llegas tarde, chica nueva.

Serie Dragon Point 02 110


Eve Langlais Dragón exprimido

¿Estaba una humana hablando con ella? Adi miró fijamente a la


dueña, con suficiente atención como para hacer que la mujer se
inquietase.

—No lo creo. Piensa en tu actitud mientras voy a desayunar.

—Tómate tu tiempo.

Duh. Ya lo había planeado. Solo una vez que llenó su barriga


regresó y se dignó a tomar algunas citas, más por aburrimiento que por
nada.

El salón de manicura resultó ser un fracaso. En este punto, sería


mejor que pasara su tiempo en otro lugar buscando pistas.

Digamos que con Dex.

A él le vendría bien una compañera. En la cama. Fuera de ella. Ella


quería las dos cosas. Pero se acercaba una cierta fecha límite.

Me pregunto cómo se siente al respecto de tener sexo con una mujer


embarazada.

Porque tendrían sexo. Grandes cantidades de ello. Pronto. Esta


noche si ella pudiera arreglarlo. #ObjetivoSexo.

—Oye, princesa, anímate. Tienes un cliente.

Con un suspiro, se inclinó en su asiento y se quitó la toalla de los


ojos. Qué manera de arruinar una siesta.

Una mujer que llevaba una chaqueta cortaviento horrible y cegador


golpeó el asiento frente a Adi, y la nariz de Adi se movió. Conozco ese olor.

—Tía Waida, ¿eres tú? —Porque la mujer de cabello cobrizo frente


a ella con una sonrisa amarilla, el perfume de nicotina y labios

Serie Dragon Point 02 111


Eve Langlais Dragón exprimido

excesivamente coloreados no se parecía en nada a su tía, que suele ser


de estilo hippie.

Un gran guiño la encontró.

—Mi nombre es Tonya, cariño, pero mis amigos me llaman Toni.

Oooh, la tía estaba jugando a encubierta. Qué divertido.

—Hola, Toni, ¿qué te trae a la ciudad? Creo que no te he visto antes.

—Solo estoy aquí visitando a mi hermana. Me recomendó que


visitara este lugar. ¿Cómo es tu mano con las pinzas, chica? Me vendría
bien un buen desplume.

—¿Necesitas ayuda con el problema de las cejas? No te preocupes.


Por aquí, por favor. —Adi introdujo a su tía en el cubículo destinado a la
privacidad durante las depilaciones y las ceras.

Encendió la máquina de sonido oceánico, solía relajar a las clientas


antes de que comenzara el dolor. Entonces siseó:

—¿Qué está pasando? ¿Por qué estás aquí fingiendo ser una
anciana?

—Soy una anciana.

Adi la saludó.

—Pero no tan vieja. ¿Por qué estás aquí? ¿Te envió mi madre?
Jesús, le dije a Aimi que le dijera que tenía esto bajo control.

—Ella no me envió. ¿Nadie te dijo que yo ya estaba en la ciudad?

Serie Dragon Point 02 112


Eve Langlais Dragón exprimido

—Sí, pero pensé que no te vería. Y no es como si hubiera llamado


y pedido ayuda. —No necesitaba ayuda. Solo necesitaba un tiempo fuera
de casa antes de que se convirtiera en su prisión.

—No, no llamaste, pero deberías haberlo hecho en el momento en


que te despertaste de ese dardo drogado. Debería broncear tu trasero por
eso.

—¿Cómo te enteraste del incidente de los dardos?

—Porque estaba mirando, por supuesto. Una princesa Silvergrace


llega a un pueblo sospechoso de experimentación con cryptos… eso
significa que alguien tiene que vigilar para que tu estúpido cuerpo no sea
robado.

—Ojalá. Las cosas por aquí han sido un poco aburridas. —En el
trabajo, pero cuando se trataba de su vida amorosa, las cosas mejoraban.

—¿Aburrido? ¿Qué hay de la noche que te drogaron e intentaron


llevarte?

—¿Te refieres a ese gran lío con los etiquetadores de vida silvestre?
Aburrido.

—No tienes ni idea, ¿verdad? —La tía Waida agitó la cabeza—. Niña
tonta.

—¿Me estás dando otra vez una de esas extrañas profecías? Pensé
que dejaste de trabajar para ese teléfono directo psíquico.

—Lo dejé en el 2004. Una vez que se puso en línea, simplemente


no tenía el mismo estilo.

Mientras Adi hablaba con su tía, agarró unas pinzas y se ensañó.


Su tía tendía a una perspectiva más hippie sobre el estilo de vestir, pero

Serie Dragon Point 02 113


Eve Langlais Dragón exprimido

en algunos casos, como en el de estas cejas pobladas, lo natural no era


lo mejor.

—Nunca me explicaste de qué no tengo ni idea. —Si Adi se había


perdido algo, entonces necesitaba saberlo.

—Ese chico, Dexter, no es quien dice ser.

Duh. Él tenía muchas capas pegajosas y ella disfrutaba pelándolas.


Entonces podré lamerlo por dentro.

—¿Qué sabes sobre él? Porque todavía no he averiguado nada. —


Todo el control en Internet y la piratería de bases de datos no le estaban
dando las respuestas que necesitaba. Los perfiles públicos decían que
era un hacker con talento que vivía con su madre. En serio. Su dirección,
en su sitio web que enumeraba sus servicios de alquiler, indicaba el
sótano como número de apartamento.

—Tú chico está más involucrado en la situación de lo que dice.


Deberías formar equipo con él.

Cuando Adi pensó en asociarse con Dexter, pensó en hacerlo


desnuda, e implicó algo de equidad en el sudor, falta de oxígeno y
combustión.

Cuando su tía lo dijo, quiso decir tanto en serio, como en el trabajo.

—¿Equipo con un humano? —Su nariz se arrugó—. Y yo aquí


pensando que ibas a decir que debería eliminarlo por saber demasiado.

—¿Qué sabe él?

—Nada. Todavía. Pero sospecha de mí por algo. —Probablemente


súper impresionante.

—Necesitas acercarte a él.

Serie Dragon Point 02 114


Eve Langlais Dragón exprimido

—¿Cómo de cerca? —Porque para acercarse, tendría que usarlo


como un traje Dexter ceñido.

Los ojos de su tía parpadearon, y por un momento, las rendijas de


ellos le devolvieron la mirada, verdes con fuego dragón.

—Tienes que acercarte lo suficiente para descubrir sus secretos.

—Te pillo. Exprimirlo hasta que los escupa. ¿Y qué harás tú


mientas tanto?

Grandes dientes amarillos brillaron cuando su tía sonrió.

—Estaré cavando en las colinas. He oído que hay un tesoro


enterrado.

Confía en un dragón para que lo descubra. #DámeloAMi.

Serie Dragon Point 02 115


Eve Langlais Dragón exprimido

Capítulo Doce
Tan pronto como Dex entró en Lytropia, se dio cuenta de la inusual
actividad en el vestíbulo. La gente caminaba en pequeños grupos, con la
cabeza baja, susurrando y lanzándose miradas sospechosas unos a
otros.

Se dirigió a la recepción para registrarse con Bobby: un aspirante


a soldado con su pelo rapado, porte serio, y el uniforme de guardia
perfectamente planchado. Curiosamente, llevaba un arma en la funda, y
no una porra. El open carry state14 y el instituto contrató solo a los que
tenían un permiso.

¿Está lleno de balas de plata? Un día tenía la intención de


averiguarlo. Por el momento, sin embargo, desempeñó su papel.

—¿Qué está pasando? ¿La chica nueva fue atrapada en la sala de


fotocopias con Horatio? —peguntó Dex. Había apostado cinco dólares a
que lo harían antes del viernes. Toda la oficina tenía dinero apostado por
la pareja que se estaba poniendo ojitos.

—¿No te has enterado? Nuestro sistema fue pirateado anoche.

¿Toda esa atención por un intento de piratería? Esos ocurrían todo


el tiempo… a otras personas. Dex usaba un servidor tight15.

IL no lo hizo, así que el pobre Ricky no pudo ocultar el ataque,


especialmente una vez que el servidor se apagó y no volvió a funcionar.
Todos los ordenadores pasaron a un modo seguro. Nadie podía acceder a
nada, y Ricky no sabía cómo arreglarlo. A juzgar por sus mensajes de

14
El llevar armas abiertamente en algunos estados de EE.UU.
15
TightVNC Server es un software libre, que permite implementar un servidor VNC. Con
TightVNC, puedes ver el escritorio de un ordenador remoto y controlarlo con tu ratón y
teclado locales, al igual que lo harías sentado en la parte delantera de ese equipo.

Serie Dragon Point 02 116


Eve Langlais Dragón exprimido

texto de pánico, que Dex había ignorado, a Ricky le preocupaba que lo


despidieran porque no podía poner volver a poner nada en línea.

Sí, Ricky, probablemente te despedirán. La cabeza de alguien tendrá


que rodar, y la tuya tiene la forma correcta. Pero Dex no le dijo esto a
Bobby. En vez de eso, dio una respuesta perfectamente compasiva.

—Mierda, hombre. No me lo puedo creer. ¿Alguien nos hackeó?


Menos mal que Ricky estaba en el personal del turno para arreglar las
cosas.

—Ricky no puede arreglar una mierda —dijo el guardia—. El


maldito idiota está lloriqueando y moqueando mientras trabaja. No sabe
lo que hace y los jefes están enojados.

Apuesto a que están enojados. ¿De qué servía un chico de TI que


no podía arreglar las cosas? Sacudió la cabeza.

—Eso apesta para Ricky. Menos mal que estoy aquí. Es hora de
enseñar un poco de respeto a esas molestas máquinas.

—Deberías volver a poner las cámaras en línea primero. Es difícil


hacer mi trabajo a ciegas.

—Veré si puedo resolver este lío —dijo Dex con una sonrisa antes
de marcharse.

Le pareció interesante que quienquiera que dirigiera el servidor en


la sombra hubiera cerrado las cosas con tanta fuerza, atrayendo más la
atención con toda certeza, en lugar de poner en marcha algunos
cortafuegos más duros. El hecho de que se hubiera revelado significaba
que tendría más dificultad para entrar. Y su ventana se había vuelto más
pequeña. Si la parte oculta de IL se sentía amenazada, ¿quién sabía lo
que harían?

Serie Dragon Point 02 117


Eve Langlais Dragón exprimido

El laboratorio informático, también conocido como su oficina,


albergaba más personas de lo que debería, lo que le hizo sentir un
escalofrío mientas se entretejía entre las torres de computación. ¿Quiénes
eran estos tipos de camisas abotonadas y guantes de látex,
desenganchando los ordenadores y metiéndolos en cajas? Otros,
hombres vestidos con ropa más sencilla, con camisas color carbón y
caquis, se los llevaban.

¿Qué coño está pasando?

Este no era el procedimiento habitual para un pirateo informático.


Por lo general, en caso de robo, todo el acceso exterior e incluso el acceso
a la red interior se cerraba. Luego, el departamento de TI rastraba el
rastro del hacker y trataba de averiguar lo que se había visto o tomado.
También construían una barricada para evitar un futuro ataque a través
del mismo agujero en la defensa. Así es como funcionaban las cosas.

No deshaciéndote de los ordenadores.

Observó por un momento antes de colocarse las gafas en la nariz y


entrar de golpe con un indignado:

—¿Qué estáis haciendo?

Un hombre con un traje azul marino se volvió. Conociéndolo de


cuando fue contratado, Dex reconoció al CEO de Lytropia. Gunther
Morales. Un hombre que había salido del armario como un admitido
hombre lobo, casado con una humana con tres hijos. No cachorros,
anunciaron los medios de comunicación, con un toque de decepción. De
acuerdo con el pediatra, no veterinario, solo un niño mostraba el gen
cambiante.

—Estamos eliminando estas máquinas y poniendo otras nuevas.


Una precaución dado que el servidor fue comprometido anoche.

Serie Dragon Point 02 118


Eve Langlais Dragón exprimido

—Una violación no requiere nuevo hardware. —Dex lo llamaba una


gilipollez cuando la veía—. Seguro que sabes que podemos evitar que
vuelva a ocurrir con un plug de software.

—No es necesario. Es culpa mía no invertir en un juego de


ordenadores más reciente. El intento de infiltración de anoche solo ha
reforzado la creencia de que necesitamos cambiar a un sistema más
nuevo y más seguro.

—Pero necesitará tiempo para reemplazarlos. ¿Qué pasará por el


momento?

—Afortunadamente, empezamos a prepararnos hace tiempo. —La


amplia sonrisa parecía amistosa, pero Dex notó que no llegaba a los ojos
grises de sílex del señor Morales—. La compañía no estará inactiva por
mucho tiempo, ya que las nuevas unidades llegarán mañana.

Más tonterías. Dex no era idiota. Sabía cómo funcionaban las


cosas, pero no aprendería nada sacudiendo el barco.

—¿Qué puedo hacer para ayudar?

—Tenemos que apagar y desconectar todos los ordenadores.


Tenemos personal trabajando en las máquinas del primer piso. ¿Por qué
no comienzas a hacer lo mismo en las unidades del tercer piso?

Nada más que un chico de los recados. Qué forma de desinflar.


Pero por el lado positivo, la doctora Kashmir estaba en el tercer piso. Tal
vez tendría alguna idea de por qué el paso drástico.

Al salir de su oficina, notó que había menos gente zumbando. Los


ordenadores podrían estar saliendo del edificio, pero la mayoría de los
científicos tenían ordenadores portátiles y tabletas. Simplemente
anotarían sus hallazgos del día ahí dentro.

Serie Dragon Point 02 119


Eve Langlais Dragón exprimido

El ascensor lo dejó en el tercer piso, y aunque quería saltarse las


primeras oficinas y laboratorios, ¿quién sabía quién estaba vigilando sus
acciones? Tenía que dar la impresión de no hacer nada sospechoso o
fuera de lo común. El IL estaba en una cacería de brujas. Así que empezó
por la habitación más cercana al ascensor. No fue bien.

Después de algunas discusiones con los científicos, uno incluso


lloró cuando Dex tiró del enchufe, llegó al laboratorio de Kashmir. Ella
llevaba una bata blanca y estaba inclinada sobre una máquina, mirando
algo.

Alrededor, las cosas zumbaban, y las superficies de acero


inoxidable brillaban. La limpieza era primordial en las condiciones de
prueba.

—Ejem. —Se aclaró la garganta cuando ella no notó


inmediatamente su presencia.

Su cabeza se levantó, y al verlo, ella fue menos que sutil en su


mirada.

—Siento molestarla, doctora Kashmir. Me han dado órdenes de


apagar todos los ordenadores en este nivel.

—¿Apagar? ¿Para qué?

Él rodó los hombros mientras se dirigía a al ordenador de ella.

—Alguien intentó hackearnos anoche, por lo que las altas esferas


han decidido que necesitamos cambiar estas máquinas por otras nuevas
para evitar que vuelva a suceder.

—Eso es una locura. ¿Cómo se supone que debo trabajar? —


exclamó, pero mientras hablaba, garabateó en una hoja de papel.
Tenemos que vernos. Encontré algo.

Serie Dragon Point 02 120


Eve Langlais Dragón exprimido

—Supongo que hoy te irás temprano. Eso me suena a mí realmente


bien. Tienen aperitivos de dos por uno en el bar Western del centro. Sin
embargo, solo de cuatro a seis.

—¿Sirven alas? —Ella anotó, Vi algo grande con alas anoche.

Sus ojos se abrieron de par en par. No dudó ni por un momento de


ella.

—Las mejores alas de la ciudad. Deberías comprobarlo tú misma.


—Él apagó su pantalla antes de ponerse en pie—. Tu ordenador está
ahora fuera de los límites. Los muchachos vendrán pronto a recogerlo.

La aburrida conversación exterior cubrió a la excitante submarina.


Ella ya había arrugado el papel en el que había escrito y lo había metido
en un bolsillo. Dado que la cámara estaba a su espalda todo el tiempo,
nadie debería haber visto nada. Lo que le hizo preguntarse, ¿estuvo la
seguridad activa durante este intercambio de ordenadores? Quizás no en
este edificio, en ninguno de los puestos de guardia, pero apostaría a que
la otra cara de la moneda de este instituto vigilaba de cerca las cosas.

Una vez que dejó a la doctora, no tardó mucho en apagar todas las
máquinas restantes, y luego, sin nada que hacer, porque no lo dejaron
meter en cajas o llevar los componentes electrónicos al camión, tuvo que
salir temprano. Lo que significaba que tenía una hora antes de ir a por
las alitas, así que tuvo que tomarse la cerveza con calma.

Las cuatro de la tarde llegaron con una cesta de alas y aros a mitad
de precio. A la primera cerveza le siguió una segunda. A las cinco en
punto, se encontró mirando a la puerta. Aún no había señales de
Kashmir. Dio golpecitos con el pie. Adi lo estaba esperando. Pero él no
estaría allí.

Serie Dragon Point 02 121


Eve Langlais Dragón exprimido

Ocurría que, si bien podrían haber intercambiado algunos fluidos,


él no tenía forma de contactar con ella. Nunca había pensado en pedirle
un número de teléfono, y definitivamente no le había dado el suyo. Eso
no impidió que su teléfono sonara a las cinco y cuarto, gritando un viejo
título de los ochenta, Push-It16 de Salt-N-Pepa. Él respondió, sabiendo
quién tenía que ser.

—¿Qué le hiciste a mi teléfono?

—¿Así me saludas cuando llegas tarde a recogerme? Una respuesta


más apropiada sería, “lo siento, Adi. Soy la criatura más baja de la tierra
ahora mismo por llegar tarde”. Seguido de tu llegada con un ardiente
chirrido de goma.

Su alucinante réplica casi lo hizo reír.

—¿Cómo conseguiste este número? —¿Y cómo cambió el tono de


llamada? Escaneó su dispositivo inteligente de retina y lo protegió con
sus huellas dactilares.

—¿En serio le preguntas a un hacker cómo? Tengo mis métodos.

Artista de uñas, su trasero. ¿Cómo había caído en esa trampa? La


mujer tenía algunas alucinantes habilidades si podía conseguir un
número encriptado. Nadie lo tenía. Si el IL quería contactar con él,
pasaban por un número de un teléfono shell desviado17.

—No te conozco en absoluto, ¿verdad?

—No. Soy un misterio, un misterio que está de pie a un lado de la


carretera, esperando su viaje. Mi paciencia se está agotando.

16 Push-It : Empújalo.
17
Teléfono de modelo antiguo plegado.

Serie Dragon Point 02 122


Eve Langlais Dragón exprimido

—Me detuvieron inevitablemente.

—¿Por qué?

—Le prometí a un amigo que nos encontraríamos.

—¿Me dejaste por un amigo? —La incredulidad casi le hace


estremecerse.

—Era importante.

—Yo soy más importante. —Parecía indignada.

—Esto está empezando a desviarse a un territorio extraño. —Se dio


cuenta que una cara conocida entraba en el bar—. Escucha. Siento lo del
viaje. Tengo que irme. Mi amigo acaba de llegar. Hablaremos más tarde.
—Colgó antes de que ella pudiera lanzarse a otra diatriba. Una pena
porque sus diatribas a menudo iban en direcciones fascinantes.

Cuando la doctora Kashmir tomó asiento frente a él, sus rasgos


estaban sonrojados. Él activó su aplicación anti-espía en su teléfono.

—Siento llegar tarde. Por alguna razón, el señor Morales quería que
me quedara y hablara con él.

—¿Para qué?

—No lo sé. Nunca se presentó a la reunión, y me cansé de esperar


y me fui.

—¿Esos tipos habían terminado de meter los ordenadores en las


cajas cuando te fuiste?

—Sí. Se fueron no mucho antes que yo, pero cuando me alejé, noté
que llegaba una camioneta nueva.

Serie Dragon Point 02 123


Eve Langlais Dragón exprimido

—¿Había todavía alguien más en el edificio? —Porque se había


dado cuenta de que el terreno estaba bastante vacío cuando se fue.

—Animaron a todos a que se tomaran la tarde libre. El señor


Morales dijo que cerrarían por la noche para permitir a los equipos de
limpieza el acceso a nuestros laboratorios para una profunda
esterilización. Aparentemente, no tener los ordenadores allí lo hace
seguro desde el punto de vista de la seguridad.

—A mí me suena raro.

Sus hombros se levantaron y cayeron.

—En la superficie, todo lo que dicen tiene sentido, pero no puedo


evitar pensar que algo serio está sucediendo. Tal vez están buscando
cerrar.

—Eso parece. —Averiguaría más cuando llegara a casa—. Parecías


agitada esta mañana cuando te vi. Y mencionaste haber visto algo con
alas.

—Lo hice, cuando salía del laboratorio anoche. Oí un sonido


extraño y levanté la vista. Por encima había una forma grande. Realmente
grande. Con alas.

—Hay águilas en esta zona. Pueden llegar a ser bastante grandes.

Ella sacudió su cabeza.

—No. Lo que vi fue más grande. Mucho más grande. Pero esa no es
mi mayor noticia. Creo que encontré el camino al laboratorio secreto.
Resulta que no está justo debajo del IL como pensaba. Aunque, hay un
túnel.

Serie Dragon Point 02 124


Eve Langlais Dragón exprimido

Eso despertó su interés aún más que los extraños monstruos


voladores.

—¿Dónde está? —Se inclinó hacia adelante.

—Es…

—¿Ese es tu amigo? —Para ser una mujer pequeña, Adi tenía una
voz que transmitía, y también poseía una gran tonalidad. Todo el mundo
en el lugar podía escuchar el desagrado en sus palabras.

Él se levantó de la mesa, mientras Adi se acercaba resueltamente,


cada centímetro de su ágil cuerpo agitado.

—¿Qué estás haciendo aquí?

—No quedando con una mujer en secreto —espetó ella.

—No es un secreto. Te dije que iba a encontrarme con alguien.

—Esto no es un amigo. Esa —Señaló con el dedo a la doctora


Kashmir— es una mujer. Una mujer muy linda. En un bar. Contigo. —
Desvió su mirada hacia él, y se sorprendió de no ver el fuego en sus ojos
hoy. De hecho, sus ojos parecían opacos y menos vívidos de lo habitual.

—La doctora Kashmir trabaja conmigo. Tenía un problema


informático con el que necesitaba ayuda.

—¿Y siempre reparas ordenadores con unas cervezas y alitas?

De pie, la doctora Kashmir metió su teléfono en su bolso.

—Escucha. No quiero causar problemas. Y acabo de recibir un


mensaje que no puedo ignorar. Puedo hablar con el señor Cline sobre
esto mañana en el trabajo. Realmente tengo que irme.

Serie Dragon Point 02 125


Eve Langlais Dragón exprimido

La doctora se levantó para irse, pero Dex extendió la mano.

—No te apresures. Deberíamos terminar nuestra charla.

—De verdad que no puedo quedarme. Te llamaré más tarde. —A


Adi, le dijo—: Encantada de conocerte.

Adi se cruzó de brazos, su expresión de mujer desdeñada.

—Yo diría lo mismo, pero eso sería una mentira. Mantén tus garras
lejos de mi hombre.

—¿Tu hombre? —Siseó él cuando estuvieron solos—. No lo soy. No


somos nada.

—Todavía. Pero te honrará saber que te he elegido.

—¿Para qué?

—Cualquier cosa que desee.

—Bueno, bla-bla-bla para ti. Yo, por otro lado, no tengo ningún
interés. —Una completa mentira. Incluso ahora, cabreado como estaba
con ella por acosarlo, quería besarla, agarrarla y golpear al tipo que le
estaba mirando el culo desde donde estaba sentado en el bar. Si se
acercaba lo suficiente, tenía una aplicación para limpiarle las cuentas al
tipo.

—¿No tienes ningún interés en mí? —Sus ojos se abrieron y se rió—


. No seas tonto. Por supuesto que lo haces.

—Interrumpiste una reunión perfectamente inocente con tu ataque


de celos.

Serie Dragon Point 02 126


Eve Langlais Dragón exprimido

—Te lo merecías. No deberías haberme abandonado para


encontrarte con otra mujer en secreto. Si no supiera que yo te gusto más,
ya te habría hecho daño.

Él frunció el ceño.

—No me gustas.

Ella no respetó el ceño fruncido y se inclinó para mordisquearle la


barbilla.

—Sé que ahora crees que no, pero eso no te impedirá follarme duro
antes del final de la noche.

—Lo único que estoy haciendo es volver a mi habitación para


dormir.

—Sí, probablemente estarás cansado cuando termines.

—No me voy a acostar contigo.

—Discutir no es muy atractivo. Así que mejora tu aspecto. No


quiero que se diga que no eres guapo. Y no toleraré un gruñón.

—No estoy gruñón.

—Lo estás, pero está bien esta vez. —Le dio unas palmaditas en la
mejilla—. Es porque estás cachondo. Sé cómo arreglarlo.

Eso es lo que temo. Y ese temor lo empujó de su asiento y lo envió


corriendo hacia la puerta.

No escapó.

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Eve Langlais Dragón exprimido

Capítulo Trece
Dex pensó que podía correr. Adi tenía noticias para él. Había tenido
una epifanía cuando lo vio teniendo un tête-à-tête con esa mujer.

Adi no temía nada. No volando. O peleando. Ni siquiera a su madre


en un alboroto. Sin embargo, ¿ver a Dex en una conversación cercana
con otra mujer? Había retorcido algo dentro de ella. Hizo que su sangre
se le helara.

¿Qué pasa si lo pierdo? La misma idea realmente puso las cosas en


perspectiva. ¿Y si alguna otra puta intentara quitarle a Dex a Adi?

Mátala. Simple y fría lógica.

Debería empezar por la guapa doctora. Contrariamente a lo que


dijo Dex, sabía que esa mujer… la doctora Kashmir, si recordaba
correctamente su investigación… estaba mirando totalmente al hombre.

Mi hombre. Mío. Su dragón parecía muy seguro de eso.

Adi, sin embargo… había muchas razones para no involucrarse con


él. Tantas, empezando por el hecho de que su madre nunca dejaría que
una hija suya tomara a un humano como pareja. Nunca. Luego estaba
toda la cosa de los veintiocho.

¿Desde cuándo le importaban las reglas? No se había vuelto rebelde


por haber seguido exactamente las normas. ¿Exactamente por qué estaba
luchando contra su deseo por él? Desde el momento en que vio a Dex, lo
codició. Lo quería, no solo para unas pocas noches de placer, sino por
más tiempo. Tal vez incluso para siempre.

Al diablo con el hecho de que tenía cerca de veintiocho años y su


tiempo de cría obligatorio para la familia. Su madre esperaba que se

Serie Dragon Point 02 128


Eve Langlais Dragón exprimido

presentara dentro de unas semanas para la primera ronda de inyecciones


de fertilidad. Pero no quiero ir. No quería tener que darle explicaciones a
Dex de por qué su familia esperaba que la inseminaran artificialmente.
No quería tener que justificar a nadie el tamaño de su alijo Twinkie si el
embrión echaba raíces.

¿Por qué no puedo vivir mi vida? Una vida con Dex y sin embarazos
forzados.

Quererlo para más de una noche era lo más rebelde que jamás
había pensado.

Pero no lo hacía solo para fastidiar a su madre.

Lo quiero a él.

Ahora, si solo Dex dejara de jugar al duro para conseguirlo. Usando


la palabra “no” con tanta futilidad. ¿No sabía que eso solo lo calentaba
más? Su resistencia era una farsa.

Porque él me desea absolutamente. Simplemente no lo admitiría,


así que era hora de forzar el problema.

Voy a exprimirle la verdad. O exprimirlo solo por diversión. Apuesto


a que ella lo haría crujir en el buen sentido, por supuesto.

Al salir del bar, lo notó caminando por la calle hacia su coche


estacionado. Un coche que había visto cuando el vehículo que ella había
comandado, un repartidor de pizzas que no le importaba ganar veinte
dólares, pasó a su lado en su ruta para llevarla de regreso a la pensión.

Vio el pedazo de basura de Dex y gritó:

—Detente. —No quería hacer que el pobre chico se orinara encima.

Serie Dragon Point 02 129


Eve Langlais Dragón exprimido

Como en realidad llevaba algo de dinero de las propinas, metido en


un bolsillo, le arrojó algunos billetes al conductor por el viaje y la pizza,
deliciosamente cargada de cobertura y de queso, antes de salir a la
carretera. No resultó difícil encontrar a Dex después de eso. Su dragón le
mostró el camino. El resto era historia, por lo que lo acechó, con tacones
y actitud atrevida, hasta su coche.

Él no se dio la vuelta ni una sola vez; sin embargo, podía decir por
su postura demasiado relajada que él estaba muy consciente de su
presencia. Era hora de que dejara de ignorarla.

—Oh, Dex, cariño, no he terminado contigo. —Prácticamente cantó


las palabras.

Habiendo llegado al parachoques de su coche, él se dio la vuelta.

—Sin embargo, yo he terminado contigo.

—No terminaremos hasta que yo diga que terminamos. Recuerda


en torno a quién gira el mundo, rayo de sol.

—Rayo de sol, usado por mi maestra del jardín de infancia y la


señora de la tienda del lunar en la barbilla.

Ella vio lo que hizo. Trató de desviar su atención y romper la


tensión erótica que tiraba entre ellos.

—Es inútil resistirse.

—No puedo involucrarme contigo.

—¿Por qué no? —Su cabeza se inclinó a un lado.

—Porque no tengo tiempo para el tipo de caos que implicaría estar


involucrado contigo.

Serie Dragon Point 02 130


Eve Langlais Dragón exprimido

—¿Realmente crees que eso implicaría caos? —No pudo evitar


aplaudir con alegría—. ¿Tienes idea de lo divertido que suena eso?

—¿Qué hice para merecer esto?

—Naciste. —Sonrió, una amplia sonrisa. Podría haber contenido


un poco de ninfa hambrienta en ella. Coincidía con sus traviesas
palabas—. También eres guapo. Me gusta guardar cosas bonitas. Y
acariciarlas.

Él no podía ocultar por completo el escalofrío que lo atravesó.

—No soy una cosa. No puedes decidir que me llevarás.

—¿Por qué no? —Ella lo alcanzó y empujó su cuerpo contra el suyo


hasta que el culo de él golpeó el maletero del coche, reforzando su peso.
Sus manos le sujetaron las caderas, las palmas de las manos de ella
planas sobre la fría y dura superficie—. Estás disponible. Visualmente
atractivo y… —Se acercó y lo olfateó, inhaló su aroma, y su cabeza se
inclinó hacia atrás. Sus ojos se cerraron. Se deleitó con su aroma—.
Delicioso. —La palabra surgió casi de un ronroneo.

El borde de su mandíbula rozó la tela de su camisa, ligera como


una pluma, sin presión suficiente para que él la sintiera en su piel, y aun
así se puso rígido, todo su cuerpo se convirtió en una piedra inflexible.

Te rendirás.

Sopló aire caliente mientras subía por su cuerpo. Para conseguirlo,


apoyó las palmas de las manos en el pecho de Dex, pero él se las agarró
y tiró de ellas hacia los lados.

—No. Ni siquiera sé lo que eres.

¿No lo reconoció? Ella finalmente lo hizo.

Serie Dragon Point 02 131


Eve Langlais Dragón exprimido

—Soy tu destino.

A su favor, él no se rió, ya que sonaba un poco cursi. Pero tampoco


tuvo una epifanía y declaró su devoción eterna, o al menos prometió su
ardiente admiración con su lengua en su clítoris.

—¿Cómo puedes decir eso cuando acabamos de conocernos?


Somos prácticamente extraños y opuestos, además.

—El yin y el yang, una pareja perfecta. Pero al mismo tiempo,


también tenemos muchas cosas en común.

—¿Cómo qué?

—Los dos sentimos admiración por mí.

—No es admiración; es incredulidad porque estás delirando. No


somos nada.

—Ahí está la palabra “no” otra vez. Deja de negarlo. Sé que también
lo ves.

—No veo nada. Porque no hay nada. No te quiero.

—Mentiroso, mentiroso, pantalones en llamas. Déjame quitártelos.


—Se soltó de sus manos y agarró la pretina de sus pantalones.

—Para.

—Oblígame. —Se levantó de puntillas y le mordisqueó la barbilla.

Con sus manos apoyadas en los hombros de ella, la retuvo.

—Eso no es propio de una dama.

—Y tú protestas demasiado. —Le apartó los brazos y le rompió el


agarre, pero no lo atacó.

Serie Dragon Point 02 132


Eve Langlais Dragón exprimido

—Seguiré protestando porque sigues mintiéndome. Hay algo


diferente en ti, y no me involucraré contigo hasta que me digas qué es.

—Exigencias. Demandas. Tal vez yo sea especial. Tal vez no. No


tiene importancia. Esta cosa entre nosotros es real y no va a desaparecer.

—Ojalá lo hiciera —refunfuñó, pero sin ningún tipo de calor real.


Él dejó escapar un suspiro—. Es fascinante pero también muy
aterradora. No estoy acostumbrado a que mis mujeres sean tan…

—No volverás a usar el término “mis mujeres”. Nunca. —O podría


matarlo.

—¿Eres de esas locas celosas? ¿Ese truco que hiciste en el


restaurante se va a repetir?

—Definitivamente. —Se encogió de hombros—. No puedo evitarlo.


Tiendo a ser un poco protectora de mi alijo.

—¿Alijo? ¿Algo así como un tesoro? No eres mi dueña.

—Pero lo seré. —La confianza era uno de sus muchos dones.


Tenacidad, también. Se acercó de nuevo a él, mientras susurraba—: Te
haré sentir cosas que nunca imaginaste. Si me dejas.

—Maldita seas. —La agarró, tirando de ella tenazmente contra él.


Con un sonido que era parte gemido, parte gruñido, aplastó su boca
contra la de ella, saqueando sus labios con hambre salvaje.

Ya era hora.

Una tormenta se desató en él, una tempestad compuesta de pasión


y frustración. Lo echó todo en su beso mientras sus manos palparon y
reclamaron el culo de ella.

—¡Conseguid una habitación! —gritó alguien.

Serie Dragon Point 02 133


Eve Langlais Dragón exprimido

¿Por qué molestarse en una habitación cuando había un coche


perfectamente bueno con una caja posterior sólida? Ella se enrolló
alrededor de él, su falda subiendo sobre sus muslos mientras se
presionaba contra él. Sus manos se metieron entre sus cuerpos.

—No deberíamos estar haciendo esto en público —murmuró él


contra su boca.

—Mojigato. —El sexo al aire libre en público era épico.

—Y no podemos volver a la pensión —dijo entre lametones y


mordiscos a su boca.

—Te mataré si paras —gruñó ella.

—Ven conmigo. —Se alejó del coche y la llevó unos pasos hasta un
callejón. No un callejón sucio, pero, aun así, no era una cama.

—¿Aquí? —preguntó ella—. Vaya, Dex, eres un chico sucio, sucio.

—Cállate —gruñó él.

—Oblígame… —Ella perdió el aliento cuando su espalda golpeó la


pared y él se presionó contra ella. Y quería decir “presionada”.

Su boca reclamó la de ella con una intensidad abrasadora, una


fusión de su carne que calentó su sangre a ebullición. Sus manos se
movieron, haciendo cosquillas en la piel de ella mientras tocaba la banda
de piel expuesta ente su top y la falda. Sus manos empujaron bajo la tela
de su camiseta, sus pulgares acariciando la parte inferior de su sostén.
Sus pezones se aguzaron, sus duras protuberancias rogando atención.
Suplicando que su boca succionara.

Su muslo se presionó entre los de ella, empujando la tela de la falda


vaquera hacia arriba, hasta que pudo frotar su pierna contra su núcleo.

Serie Dragon Point 02 134


Eve Langlais Dragón exprimido

Ella usaba bragas hoy, un pequeño trozo de tela que empapó


rápidamente.

No pudo evitar gemir contra la boca de él mientras le frotaba el


muslo contra ella, burlándose y haciéndola sostener el aliento.

Sus dedos se clavaron en el cuero cabelludo de él, tirándole del


pelo, y dio un gruñido de satisfacción. A alguien le gustaba un poco duro.

Sus labios presionaron firmemente contra los de él, como si


pudiera marcarlo por pura fuerza y solo voluntad. Una parte de ella, y no
solo la parte dragón, quería reclamar a este hombre, imprimirse en él tan
intensamente que se olvidara de volver a alejarla.

Un furioso infierno los consumía, cada deslizamiento húmedo de


su lengua contra la de ella, cada frotamiento de sus manos contra la
carne de ella, la presión aplastante de sus cuerpos, todo el combustible
para el fuego. El calor la hizo sonrojar de la cabeza a los dedos de los
pies. Las capas de ropa que impedían la conexión de sus pieles la
irritaban, especialmente porque se negaban a quemarse hasta
convertirse en cenizas.

Estaba en medio del callejón, así que tenía mucho espacio para
maniobrar. Sus manos le cubrieron la cintura y la levantaron, y él
murmuró un suave:

—Abrázame con tus piernas.

Sí. Se sentó a horcajadas sobre él, abriendo sus piernas lo


suficiente como para atraer su cuerpo entre sus muslos y luego trabando
sus tobillos alrededor de su cintura mientas que sus brazos permanecían
enlazados alrededor del cuello de él. Sus grandes manos se movieron
hacia el culo de ella, su falda vaquera empujada alrededor de su cintura.

Serie Dragon Point 02 135


Eve Langlais Dragón exprimido

Ella todavía llevaba el endeble tanga. Él enrolló un dedo alrededor de una


parte de ello y tiró.

Ras.

—¡Dex! —dijo su nombre más por el shock de la emoción que por


verdadera desesperación.

—Te compraré un par nuevo. —Sus labios se frotaban contra ella,


suaves y sensuales, y añadió—: Y probablemente los rompa también.

Humedad. Santa humedad. Puede que se hubiera corrido un poco


con sus palabras. Definitivamente tembló cuando él puso su pelvis contra
la suya. Pero aún llevaba los pantalones puestos. Eso parecía el colmo de
la injusticia.

Metió la mano entre ellos; encontró el primer botón y lo liberó. No


tenía cremallera. Botones hasta el final.

Pop.

Pop.

Pop. Y salió, sus calzoncillos incapaces de contener su erección.


Ella la agarró, él gimió, y sus caderas ondularon.

—Mío. —Podría haberlo dicho en voz alta, y no le importó mientras


lo guiaba hacia la apertura de su sexo. La cabeza rígida de su polla
empujó contra ella, y el idiota murmuró:

—Necesitamos protección.

—No, no lo hacemos. —No podía esperar. Todo estaba caliente y


listo en este momento. Quería sentirlo hundiéndose en ella. Conduciendo
a casa esa hermosa polla larga.

Serie Dragon Point 02 136


Eve Langlais Dragón exprimido

Sus manos ajustaron su agarre sobre su trasero mientras ella


envolvía sus piernas con más fuerza alrededor de él, atrayéndolo a su
vagina ajustada y húmeda. La estiró tan bien, el ancho de él una presión
encantadora contra su canal.

Dejó de respirar por un momento ante la dulzura de su


penetración. Puro deleite.

Lo agarró con fuerza con los brazos y las piernas. Lentamente, se


clavó todo el camino, y contenerse parecía como si fuera una tortura para
él. Lo observó mientras su cabeza se inclinaba hacia atrás, las cuerdas
de su cuello abultadas por la tensión. La tentación resultó ser demasiado,
y pegó los labios a la piel de él, chupando en el punto donde latía el pulso.
Un mordisco, no lo suficientemente duro como para romper la piel, pero
sí lo suficiente como para dejar un moretón.

A él no le importaba, no juzgando por su gemido.

—Te sientes tan jodidamente bien. —Un gemido gutural de


palabras que la hizo apretarse. Él se estremeció.

Ella movió sus caderas, y todo su cuerpo tembló de nuevo.

—No puedo contenerme. —Su gruñido de advertencia antes de que


empezara a golpearla de verdad. Sus caderas empujaban hacia adelante
y hacia atrás mientas sus manos en las mejillas de su trasero la
controlaban, haciéndola rebotar de un lado a otro contra él.

Dulce. Bombeó en ella fuerte y rápido, golpeando su pene gordo


dentro y fuera de ella. No podía evitar sus gritos de placer. Su felicidad
se rompió y se enrolló dentro de ella, una tortura absoluta y un perfecto
placer al mismo tiempo.

La humedad de su carne le facilitó el camino y, sin embargo, al


mismo tiempo, su sexo lo agarró con fuerza. Apretándolo como un puño.

Serie Dragon Point 02 137


Eve Langlais Dragón exprimido

Él inhaló bruscamente. Jadeó y cambió de ángulo. Disminuyó su


ritmo. Se inclinó hasta que encontró el punto G de ella. Entonces
comenzó a golpearla.

Sus dedos arañaron la espalda de él mientras golpeaba su punto


dulce, una y otra vez. El placer la dejó ciega. La dicha le robó el aliento.
El éxtasis la hizo convulsionar en silencio.

Mientras su húmeda carne latía a su alrededor, él se puso rígido,


su cuerpo arqueándose hacia adelante y dentro de ella, tan profundo. Dio
su propio grito antes de derramar su semilla caliente dentro.

La sostuvo. Abrazándola con un cuerpo que temblaba y jadeaba


con la misma fuerza que el suyo. Dex acunó a Adi cerca de él, tan cerca.
Tan perfecto. Su cara enterrada en la suave curva del cuello de ella.

No fue su culpa que pareciera el momento perfecto para decir:

—Muérdeme. Lo suficientemente duro para sacar sangre. Deja que


el mundo vea que soy tuya.

Aparentemente, eso no era lo correcto.

En absoluto.

Si alguna vez un hombre se arrepintió del sexo, fue Dex. Ella podría
haberse sentido más insultada si no hubiera sido tan buen sexo.

Él volvería a por más, y volvería a ser caliente porque lucharía


contra ello.

Él condujo a la pensión en silencio, con una expresión


contemplativa. Alguien no estaba de humor para hablar, y ella lo
permitió. Se sentía bastante tranquila.

Serie Dragon Point 02 138


Eve Langlais Dragón exprimido

Me vendría bien un poco de humo. Su dragón no se refería a la


variedad de los cigarrillos, sino a un verdadero fuego ardiente. Le gustaba
especialmente el olor a nogal.

Él se metió en el camino de la entrada y apagó el motor. Se movió


por un momento cuando el motor caliente se encontró con el aire más
frío de la noche.

Ya que Dex se quedó allí sentado, sin moverse, ella se quedó


sentada con él.

Finalmente habló.

—Lo que sucedió no ha cambiado nada.

Por el contrario, cambió todo. ¿No sentía ese zarcillo que ahora los
conectaba? Un enlace como una telaraña que no creía que pudiera existir
entre un dragón y un humano. ¿Cómo es que no nos dijeron que podíamos
aparear a un humano?

¿Eso fue lo que ella hizo? ¿De verdad que lo había tomado? ¿Se
podría ver?

Ciertamente no parecía diferente ahora que le pertenecía a ella.

Como las palabras no cambiarían nada, simplemente se inclinó y


plantó un beso en sus labios. Sintió su aliento de sorpresa, sus labios
abriéndose y listos para más.

Escuchó su gemido de frustración cuando ella saltó del coche y lo


dejó colgado. La hizo sonreír. #TodavíaMeDesea.

Saltó a la casa, saludando a la señora Givry, quien miraba con ojos


entrecerrados desde su silla en la sala de estar.

Serie Dragon Point 02 139


Eve Langlais Dragón exprimido

—Buenas noches, vieja bruja. Me voy a la cama. Sola. —Mantuve


mi promesa, tonta humana. No forniqué bajo tu techo. Pero probablemente
lo haría en sueños.

#EmpapandoLasSábanas.

Serie Dragon Point 02 140


Eve Langlais Dragón exprimido

Capítulo Catorce
¿Qué está haciendo?

La pregunta de la hora porque no lo sabía. El micrófono que Dex


había puesto en la habitación de Adi solo mostraba una cosa. Un trozo
de papel con un mensaje, para él.

Durmiendo desnuda, pensando en ti.

Qué suerte. Al menos ella durmió. Había pasado la noche despierto


y cachondo, reviviendo el sexo en el callejón una y otra vez.

Más que solo sexo, fue un momento épico, que posiblemente le


cambió la vida porque ya no podía negarlo.

A él de verdad, de verdad, de verdad, jodidamente de verdad le


gustaba Adi.

Mierda.

Y le gustaba, aunque no era cien por cien humana.

Anoche se sintió lo suficientemente humana.

Pero eso no significó nada. ¿Y si se convierte en un monstruo?


¿Sería capaz de mirar más allá de un monstruo a la mujer que hay
debajo?

No estaba seguro de esa respuesta, lo que, a su vez, le molestaba.


¿Cómo podría estar con alguien que podría rebelarse más tarde?

¿Y si era un monstruo?

Y sí…

Serie Dragon Point 02 141


Eve Langlais Dragón exprimido

Lo único que sabía era que la deseaba. Ahora. Otra vez.


Posiblemente incluso más que antes. Una sola vez no era suficiente, y
dudaba que dos veces lo fueran.

Necesito hablar con ella. Ir a verla. Algo. Y, sin embargo, el letrero


sobre su video no se movió, y su puerta permaneció cerrada cuando él
salió de su habitación. Casi llama a la puerta. Se detuvo ante su puerta
con el puño en alto, pero eso olía a desesperación. Además,
probablemente ya estaba abajo sentada en su coche con un poco de ese
horrible café por el que le gustaba pagar de más. Casi saltó por las
escaleras apresuradamente para ir a ver, solo para encontrar que su paso
se detenía al notar que los asientos de su coche estaban vacíos.

Lo tomó por sorpresa lo suficiente como para que se sentara al


volante, con el motor en marcha, esperando a ver si aparecía. Cuando no
lo hizo, él no pudo demorarse más, no con su teléfono explotando con
mensajes de la gente del IL.

Algo grande estaba sucediendo en el Instituto Lytropia, y si no


quería parecer sospechoso, tenía que comprobarlo.

La primera diferencia que notó al entrar a la instalación cerrada


fue que el estacionamiento estaba solo medio lleno, el rango y la fila de
vehículos habituales con espacios vacíos. Agarró su maletín de trabajo
con su ordenador portátil, cubierto de pegatinas geek como I<3 to byte18.
Su verdadero dispositivo lo tenía escondido debajo de una alfombrilla de
su coche en una cámara empotrada especialmente hecha. Todos los días,
encontraba un lugar furtivo cuando salía de su habitación por la noche
para hacer el intercambio.

Al entrar en el edificio, pudo escuchar el furioso zumbido. Los


empleados estaban enfadados y no temían demostrarlo. Tenían derecho

18
I love (pero con forma de corazón) al byte.

Serie Dragon Point 02 142


Eve Langlais Dragón exprimido

a estar molestos. Algo extraño había sucedido que iba más allá de los
ordenadores que fueron retirados ayer.

Faltaba el equipo. Mucho de eso. Máquinas grandes y caras que


habían funcionado bien hasta el día anterior. Además, no había
actualizaciones. Nadie pudo localizar un memorándum, y parecía que no
había una dirección superior a la que acosar en busca de respuestas.
Ninguno de los trajes había entrado en el trabajo.

Los científicos que aparecieron estaban enojados, así que, por


supuesto se desquitaron con él.

—¿Cuándo se reemplazará mi ordenador?

—Me estás haciendo retrasar en mi investigación.

—¿Dónde está mi oscilador?

—¿Nos van a despedir?

Que, más que nada era ese el miedo en la mente de todos. ¿Todavía
estaban empleados? ¿Tendrían un cheque para cobrar al final de la
semana?

Dex no tenía las respuestas. Tampoco le importaba buscarlas, no


cuando era obvio que nadie se las daría. Así que agitó la olla, solo por
diversión, mientras los empleados trabajaban. Comenzó un rumor en la
cafetería sobre una supuesta filtración. Una filtración que dijo que vino
del ordenador de la casa de Saunders. Aparentemente, un sitio de
pornografía en línea del que él estaba enganchado logró colocar un
troyano en su máquina y vendió la información a la prensa. La gente,
especialmente las mujeres, estaban indignadas.

En otro rumor, dijo que era espionaje corporativo con Ricky como
cabecilla.

Serie Dragon Point 02 143


Eve Langlais Dragón exprimido

Se divirtió mucho enviando a la gente en una búsqueda inútil,


tanto que pronto lo dejaron a su suerte. No es que pudiera hacer mucho.
Su ordenador no era un sustituto a un servidor apropiado, pero tenía una
copia de muchos de los archivos, que distraídamente pinchó mientras
masticaba algo de comida china que había encontrado en el refrigerador.

Revisó los correos electrónicos, buscando cualquier discurso de la


gerencia sobre lo que había sucedido. Buscó algún tipo de advertencia o
explicación. No encontró nada, pero perdió horas buscando. La mayoría
de la gente huyó del edificio antes del almuerzo, y no pudo haber dicho
por qué se quedó él, aparte de para ver si ocurría algo.

¿Podría un gran negocio como Lytropia plegarse de la noche a la


mañana sin decir una palabra a nadie?

Una campana de advertencia sonó en su ordenador. Dejó a un lado


el pollo kung pao y echó un vistazo.

Pegasus Oscuro conectado.

¿Quién demonios es Pegasus Oscuro? ¿Y cómo habían entrado en


su máquina? Aunque no era su portátil súper seguro, tenía unas cuantas
alarmas y silbatos para mantener el póquer informal fuera. Golpeó unas
cuantas teclas y comenzó a examinar el registro de su sistema e
inmediatamente maldijo. Alguien estaba borrando toda su información
sobre Lytropia. Tenía copias de seguridad, pero, aun así, esto era
inesperado.

E imparable.

Quienquiera que hubiera hackeado al hacker había lanzado un


programa épico de limpieza. Solo podía ver la carpeta después de que la
carpeta desapareciera de su unidad.

Serie Dragon Point 02 144


Eve Langlais Dragón exprimido

El suyo no fue el único portátil afectado. Aquellos que


permanecieron en el edificio e intentaron trabajar como si nada hubiera
pasado comenzaron a abarrotar de nuevo su espacio de friki con
ordenadores portátiles que lucían la pantalla azul de la muerte, y en
algunos casos, cuando echó un vistazo más a fondo, todo lo que pudo
encontrar fue una unidad de disco, bien formateada, limpiada por
completo.

¿Un troyano escondido se activó de repente?

Qué alta tecnología y estilo James Bond. Quería aplaudir su


habilidad, sobre todo porque nunca la había visto.

Y tampoco Adi. Su teléfono sonó, y hoy cantó Like a Vigin de


Maddona. Casi se sonroja.

Contestó.

—¿Qué?

—La respuesta adecuada sería: “Buenos días, cosa caliente. Te


extrañé esta mañana”.

¿Cómo lo supo? Siendo un hombre, no lo admitió.

—Te tomaste el día libre, ¿verdad?

—Más bien muchos días libres —refunfuñó—. ¿Puedes creer que


me despidieron? Solo por eso, podría comprar ese salón y despedirlas.

Soluciones de una niña rica.

—Estoy un poco ocupado ahora mismo. —Se preguntó si sus


versiones en la nube de los servidores de Lytropia estaban seguras. ¿Se
activaría el virus en ellas también? Había mantenido las cosas del IL
separadas de sus datos personales, pero… tenía que ser muy cuidadoso.

Serie Dragon Point 02 145


Eve Langlais Dragón exprimido

—Algo borró mi ordenador.

Su admisión le hizo responder.

—A mí también. Todos en la compañía están informando de


problemas con sus máquinas personales y, para algunos, con sus
teléfonos. Cualquier cosa electrónica conectada a la compañía está
siendo borrada.

—Tu teléfono sigue funcionando.

—Pero la falsa cuenta telefónica que me dieron en recursos


humanos… Sí, ha sido desconectada, y todos mis textos han sido
borrados.

—Y así comienza de nuevo —dijo como si estuviera reflexionando


en voz alta—. Es como lo que sucedió a Bittech.

Él se enderezó en su asiento ante ese nombre.

—¿Qué sabes de Bittech?

—Solo que algo similar les sucedió después de que Parker fue
perdido de vista. Un día estaban abiertos para los negocios, y a la mañana
siguiente, los empleados llegaron a trabajar y no encontraron nada.

Ninguna energía. Sin previo aviso. Sin advertencia. Solo pérdida


instantánea del empleo. Él ya conocía los hechos. Lo que le pareció más
interesante fue que Adi también lo hiciera.

—Creo que es hora de que hablemos. Realmente hablemos. —


Tiempo de que ambos pongan sus cartas sobre la mesa porque tenía la
sensación cada vez más de que podrían estar luchando por el mismo
objetivo.

—Suena como un plan, panecillo de azúcar.

Serie Dragon Point 02 146


Eve Langlais Dragón exprimido

—No uses la palabra con “A” cerca de mi madre. Es diabética.

Adi podría haber hecho un ruido grosero.

—Encontraré algo, albóndiga.

—Las odio en mi pasta. —Sonrió mientras ella gritaba.

—Ven a buscarme al centro en el 7-Eleven. Tuve que hacer autostop


para conseguir comida. La señora Givry ya no vende bocadillos caros.

—Estaré allí en veinte minutos.

Más como diez. Condujo más rápido que lo permitido en los límites
de velocidad fijados una vez y pronto se detuvo frente a la tienda con cada
bocadillo conocido por el hombre. Adi estaba de pie con una abultada
bolsa en cada mano. Ella abrió la puerta trasera y puso las bolsas en el
asiento, y él noto el borde que se asomaba de una delicia familiar.

—¿Conseguiste algo más que pastel? —preguntó mientras ella


entraba.

—¿Y arruinar mi paladar? —Parecía horrorizada. Él, sin embargo,


no podía vivir solo de un pastel relleno de crema. Se detuvo en una tienda
de comestibles y se consiguió un pastel de merengue, para su cociente
de fruta del día, unas cuantas cajas de barras de chocolate con proteínas
y un batido de leche para mantener los huesos fuertes. Con la mayoría
de los grupos de alimentos cubiertos, volvió a su coche y se encontró a
Adi una vez más hojeando a través de sus comics. Cómics que había
escondido en su compartimento secreto bajo la alfombra. Ella los había
encontrado.

Su mirada se estrechó, pero no dijo nada hasta que se alejaron de


la tienda de comestibles.

Serie Dragon Point 02 147


Eve Langlais Dragón exprimido

—¿Por qué estás aquí realmente?

—Porque tienes un coche, eres guapo, y necesito que me lleves. En


ti, no en el coche, por si no estaba claro.

Ignoró la erección mientras buscaba una mejor respuesta.

—Lo estás haciendo de nuevo. Tratando de despistarme.

—¿Por qué iba a hacer eso si vamos a obtener mejores resultados


contigo encima? O, mejor aún, ¿dentro?

—¿Por qué estás aquí, en esta ciudad? ¿Cuál es tu interés en


Lytropia? ¿Quién eres realmente?

—¿Qué te parece?

Sus dedos golpearon el volante.

—Tus huellas en Internet indican que eres una chica rica rebelde
que siempre se mete en problemas con la ley. Pero eso solo es una
fachada. Quiero la verdad.

—Yo también.

—¿Qué se supone que significa eso?

Ella resopló.

—¿Ahora quién se hace el tonto? Quiero decir, como el hecho que


actúas como un cerebrito nerd que tiene un trabajo real en lugar de la
verdad, eres un hacker que trabaja a sueldo y que se especializa en
espionaje industrial. Oh, y tienes algunos movimientos de lucha serios.

—¿Qué te hace decir eso?

Serie Dragon Point 02 148


Eve Langlais Dragón exprimido

—Mi tía Waida finalmente me envió un video de la noche en que me


drogaron. Mentiste.

Él lo había hecho. Esos tipos habían estado tratando de


secuestrarla, y también habían tratado de llevárselo a él. Pero habían
fallado con su dardo. Él no lo había hecho con los puños, y la aplicación
cuidadosa de una pistola en la frente le había dado respuestas llorosas:
“Nos contrataron para capturaros a los dos y dejaros aquí por dinero en
efectivo”. Solo diez de los grandes.

Era bastante insultante, por lo que dejó vivos a los aspirantes a


secuestradores para que vivieran con la vergüenza de trabajar por tan
poco dinero. Sonrió.

—Tardaste lo suficiente en darte cuenta.

—Tu verdadero nombre ni siquiera es Dexter Cline.

—Dexter es mi segundo nombre. Mi verdadero nombre…

—No importa. Llevarás el mío cuando nos casemos.

Eso hizo que se desviara del camino.

—¿Qué?

—Sé que me escuchaste porque, según tu último chequeo, tus


oídos están bien.

—Ve más despacio. Nadie dijo nada acerca de casarse.

—De acuerdo. Podemos vivir en pecado. Madre lo odiará, pero de


nuevo, está predispuesta a odiarte por principio.

—¿Por qué me odiará ella?

Serie Dragon Point 02 149


Eve Langlais Dragón exprimido

—Esa es una gran conversación para otro momento. En este


momento, estoy más interesada en saber quién te contrató para ir tras el
Instituto Lytropia.

¿Mentir sobre el hecho de que había sido contratado? No tenía


sentido, ella sabía lo que él era.

—Técnicamente nadie me contrató. Este en realidad es un proyecto


pro bono. La doctora Kashmir es amiga de alguien que conozco. Ella le
envió cierto video y sospechas. Como mi amigo estaba ocupado, me ofrecí
a venir a ver si sus afirmaciones eran válidas.

—¿Tienes un vídeo? Muéstramelo. —Adi se volvió en su asiento,


con los ojos muy abiertos por la emoción.

—Volvamos primero a la pensión. Y es mejor que estés preparada


para que tú también des un poco.

—Planeo darte mucho. —Hizo un ruido de succión, y él suspiró.

—No tenemos tiempo para eso. No con la escalada de las cosas.

—Siempre hay tiempo para uno rapidito.

Cierto, ¿qué harían cinco minutos, diez si lo hicieran un poco


antes? Hacer que los echen, al menos, porque a la casera no le gustaría.

Como si estuviera leyendo su mente, Adi soltó:

—Que se joda la señora Givry.

—No estaría tan tensa si alguien lo hiciera.

Por un momento, hubo silencio en el coche, y luego ella resopló.


También se rió.

Serie Dragon Point 02 150


Eve Langlais Dragón exprimido

—Creo que es lo más gracioso que has dicho hasta ahora, Dex,
cariño.

—Entonces no has estado prestando atención.

—Oh, he estado mirando —gruñó—. Así que probablemente me


perdí ese troyano en mi máquina. Mis tías ya se están burlando de mí sin
piedad.

—¿Tu familia sabe lo que estás haciendo?

—Mi familia siempre está metiendo sus hocicos donde no les


corresponde. En serio, pensarías que soy una completa novata en esta
mierda por la forma en la que me tratan.

—Así que estás aquí no solo para un divertido hackeo, sino porque
buscas información. ¿Por qué? ¿Para quién es?

Cuando él entró en el camino de la casa, ella se inclinó y le dio un


piquito en la mejilla.

—Tendrías que exprimirme si quieres más información. Desnuda


—agregó antes de salir del coche.

Se tomó un momento más para salir, deseando un poco de soltura


de su amigo de debajo del cinturón. Al acercarse a la parte delantera del
coche, notó que el Cadillac de la casera estaba en su lugar habitual.
Extraño porque le habían dicho que los jueves era la noche del Bingo y
que se asegurase de que no se olvidara cerrar la puerta principal si salía.

La señora Givry era realmente buena cerrando cosas.


Especialmente la puerta de la entrada. Aparentemente, una mujer sola
no podría ser demasiado cuidadosa con los allanamientos. No le señaló
que ella no tenía nada que valiera la pena robar.

Serie Dragon Point 02 151


Eve Langlais Dragón exprimido

Conociendo la postura de la señora Givry, le pareció muy extraño


que la puerta principal estuviera abierta. No fue el único que lo notó. Adi
se paró delante de él, cerrándole la puerta con un brazo.

—Espera, Dex, nene. Algo no está bien. Hay alguien ahí dentro.

—Tal vez nuestra casera tenga compañía.

—La señora de Dios no tiene amigos, y la única manera de que su


familia aparezca es en el funeral para bailar sobre su tumba. Quédate
detrás de mí.

¿Podría haber una palabra más castrante que esa? Espera, un acto
en sí mismo que hizo que su hombría se marchitara.

Ella empujó la puerta y entró. El silencio cubrió la casa. Por una


vez, la risa enlatada de una comedia no resonó en la sala de estar frente
a la entrada principal.

Adi se perdió de vista, y él entró rápidamente detrás de ella.


Inmediatamente, los pelos de su cuerpo se erizaron. Un olor extraño
impregnaba el aire.

—¿Qué es eso?

—Algo que no perteneccce aquí —Ella siseó y susurró sus


palabras—. Ssssal fuera.

—Y una mierda. No te voy a dejar aquí. Crees que algo ha pasado.


—Adi lo sabía, igual que él lo supo en el momento en que vio la puerta
abierta.

—Huelo ssssangre. Mucho de essso. —El extraño anuncio llevó a


Adi a pasar de la sala de estar a la cocina con sus prístinos mostradores
y su mesa vacía.

Serie Dragon Point 02 152


Eve Langlais Dragón exprimido

Había una puerta cerrada en la parte de atrás, las habitaciones


privadas de la casera. Como si a Adi le importara. Abrió la puerta cerrada
con un fuerte giro de la perilla. Crack. Algo se rompió, y la puerta se abrió
en un refugio para las colchas. Desde la colcha de tonos múltiples hasta
los cuadrados cosidos de la alfombra en el suelo. Incluso había un tapiz
de edredones que representaba flores en la pared. Lo que no vio fue
ninguna señal de la casera. Tampoco podía oler la sangre que Adi afirmó
que podía oler.

Algo crujió por encima. La cabeza de Adi estaba inclinada, y ella


miró fijamente. El sonido no volvió a sonar y, sin embargo, se puso tenso,
listo para moverse.

—Si insistes en quedarte, tal vez quieras sacar el arma de la funda


de tu tobillo.

¿Cómo lo supo? Al menos Dex no tuvo que explicarlo. Sacó el arma


y quitó el seguro, apuntó al techo mientras seguía a Adi, quien una vez
más tomó la delantera.

Se hizo obvio que, a pesar de sus habituales y frívolas maneras,


sabía de lo que se trataba. Se movía con el sigilo de un depredador… lo
único que faltaba era el brillo en sus ojos.

Subió las escaleras enmoquetadas, logrando hacerlo sin un solo


crujido. Ni siquiera pensó que eso fuera posible, por lo que se preocupó
de seguir exactamente los pasos de ella. No servía de nada advertir a
alguien de tu acercamiento.

A medida que se acercaban a la parte superior de las escaleras,


finalmente captó su primera bocanada de cobre. No es cobre, es sangre.

Esta no era su primera operación que involucraba violencia. Le hizo


desear haber ido a por los palos de golf de su bolsa… palabra en clave

Serie Dragon Point 02 153


Eve Langlais Dragón exprimido

para rifle. Calvin no era solo su amigo. También era su proveedor de


armas.

Un cuerpo yacía en el suelo, medio dentro, medio fuera de la


puerta, las piernas delgadas acribilladas con venas azules, la bata se
había subido cuando la señora Givry cayó.

—Está muerta —dijo Adi en voz baja.

Recientemente, también, apostaría, dado que no había ningún olor


desagradable que indicara descomposición y otras funciones corporales
que sucedían una vez que una vida dejaba un cuerpo.

¿Pero cómo había muerto? Adi pasó por encima de la señora Givry
y entró en la habitación, mientras que Dex se detuvo y se agachó fuera
del charco de sangre que se formó alrededor de la parte superior del
cuerpo de la señora Givry.

El dentado desgarro en su garganta probablemente no había


necesitado mucho tiempo para matar a la dueña, que parecía haber
interrumpido a alguien en el proceso de buscar en la habitación. Por
búsqueda, quería decir que habían destrozado el lugar. Desgarrando
almohadas y esparciendo el relleno, abriendo el colchón antes de tirarlo
por encima de la ropa, y los cajones tirados por el suelo.

Thump.

El sonido no vino del cuerpo o de Adi o de él. Se giró para mirar


detrás de él, a la puerta cerrada de la otra habitación de ese piso.

No estaban solos.

Se levantó y se dirigió al otro lado del pasillo, a la derecha de la


puerta, con el arma lista. Adi saltó por encima del cuerpo y, sin ningún

Serie Dragon Point 02 154


Eve Langlais Dragón exprimido

tipo de ralentización o delicadeza, abrió la puerta de una patada. También


entró directamente.

—Detente ahí mismo —dijo.

¡Ha encontrado a alguien! Se lanzó dentro de la puerta abierta, con


el arma levantada, solo para detenerse y parpadear ante lo que estaba
posado en la ventana, perfectamente enmarcado por el crepúsculo que
caía.

Una cabeza con una espina dorsal estriada que fluía entre dos
orejas puntiagudas hacia abajo, a lo largo de su espalda hasta la punta
de su cola puntiaguda. Gruesas y negras garras se agarraban al umbral.
Garras lo suficientemente afiladas como para cortar una garganta,
apostaría.

Su piel parecía escamosa, un cuero duro y oscuro, pero la cosa más


rara, más rara incluso que sus dientes puntiagudos y amarillos, eran los
orbes humanos que los miraban desde su cráneo.

—¿Qué coño es eso? —dijo en voz baja, sin atreverse a apartar la


mirada de la cosa.

—Honestamente no lo sé. Pero supongo que deberíamos atraparlo


o matarlo.

Ante esas palabras, siseó, mostrando algún tipo de comprensión.


También tenía algo de habla, ya que pronunció un gutural.

—Vosotros morís.

Saltó por la ventana y Adi corrió hacia ella. Apoyando sus manos
en el alféizar, se quejó.

—Se escapó. Maldita sea. Madre no estará feliz.

Serie Dragon Point 02 155


Eve Langlais Dragón exprimido

—Creí que tu madre se alegraría de que esa cosa no te clavara las


garras como a la señora Givry.

—Oh, por favor. Podría haberla capturado. Soy más dura de lo que
parezco. —Sonrió, y en ese momento, dada la naturaleza salvaje de esa
sonrisa, él le creyó.

—¿Qué vamos a hacer con el cuerpo?

Ella le guiñó el ojo.

—¿Quieres decir que no vas a llamar a la policía ni a contactar con


sus familiares?

Él resopló.

—Uh, no. No me gustaría lidiar con el papeleo, el interrogatorio y


toda esa mierda. Además, ¿puedes imaginarte explicando que algún tipo
de demonio la mató? Sí. Estaría encerrado en el pabellón psiquiátrico
más cercano durante setenta y dos horas si lo hiciera.

—La eliminación de cuerpos no suele ser mi fuerte.

—El hecho de que incluso lo llames eliminación de cuerpos es un


poco inquietante.

Con la negligencia de una reina, hizo un gesto con la mano.

—No te pongas quisquilloso conmigo ahora, Dex, nene.


Obviamente, estamos tras la pista de algo. De lo contrario, ¿por qué
buscar en nuestras habitaciones? Buscan algo.

Y solo había una cosa en la que podía pensar.

—Debo ser yo —suspiró—. El último intento fue frustrado por ti,


así que estaban aquí para tender una trampa y capturarme.

Serie Dragon Point 02 156


Eve Langlais Dragón exprimido

—¿Buscando en mi habitación?

—Obviamente saben que estamos involucrados, así que sí, eso


tendría sentido. —Sonrió, bastante complacida consigo misma.

Él sacudió la cabeza.

—Lo más probable es que estén buscando a ver si tenemos alguna


copia de seguridad de los archivos que tomamos de Lytropia. Supongo
que hay algo que no quieren que veamos.

—¿Realmente pensaron estos aficionados que lo guardaría aquí? —


Miró alrededor del dormitorio—. Quiero decir, no es 2014. Ya no usamos
memorias USB. No cuando puedes ponerlo en una nube y hacer muchas
copias de seguridad a la vez. —Puso los ojos en blanco y nunca se había
visto o sonado tan sexy.

Casi le hizo decir: “mira mi nube”, pero el cuerpo en el pasillo hizo


que el momento fuera un poco incómodo.

—Yo también tengo copias, fuera de las instalaciones, por


supuesto. Pero me preocupa que el troyano se active en ellas.

Ella olfateó el aire, una vez, dos veces, y luego frunció el ceño.

—Deberías preocuparte más por ese olor a gas.

—¿Qué gas?

—El gas natural que huelo y se filtra desde abajo.

—Deberíamos salir de aquí. —Se giró hacia la puerta, solo para


sentir que ella lo agarraba y lo desequilibraba en dirección a la ventana.

—No hay tiempo. Tenemos que salir ahora mismo.

Serie Dragon Point 02 157


Eve Langlais Dragón exprimido

Echó un vistazo por la ventana abierta, observó el duro suelo dos


pisos más abajo sin nada para detener su caída, y sacudió la cabeza.

—Voy a arriesgarme por las escaleras.

—No te preocupes, Dex, nene, tengo esto cubierto.

Luego lo arrojó por la ventana.

—¿Qué demonios te pasa? —gritó él en su camino hacia abajo.

Serie Dragon Point 02 158


Eve Langlais Dragón exprimido

Capítulo Quince
¿Qué demonios le pasa?

Él todavía no le hablaba. Ni un solo gracias por haberle salvado la


vida.

Claro, probablemente se había preocupado un poco cuando ella lo


arrojó por la ventana; después de todo, los humanos no estaban
destinados a volar. Adi si podía, sin embargo.

Saltó detrás de él, lo atrapó y se aseguró de que golpeara con ella


el suelo, recibiendo ella misma la peor parte del impacto, ya que sus
huesos eran capaces de soportarlo.

Si ella fuera un chico, se habría llamado caballeroso. Como era una


chica, él lo llamó “castrante”. Y luego no quiso hablar con ella mientas se
acercaba a su coche.

Solo dio unos pocos pasos antes de que una luz anaranjada
iluminara las ventanas del piso principal de la casa.

Kaboom. La estructura explotó con extrema fuerza, la madera, el


revestimiento y el vidrio desplegados en una ola de destrucción.

Se las arregló para dar la espalda y proteger su cara con el brazo


para escapar de la peor parte; sin embargo, Dex no estaba hecho tan duro
como ella.

El humo se elevó mientras las llamas crepitaban, comiendo


hambrientamente el interior seco de la casa destruida. Corrió a donde
había visto a Dex por última vez. No vio un cuerpo, o partes de un
cuerpo… siempre una buena señal.

Serie Dragon Point 02 159


Eve Langlais Dragón exprimido

Cuando lo encontró, estaba de rodillas, arrodillado junto a su


coche. Su coche aplastado.

La fuerza de la explosión había provocado el derrumbe de la


chimenea, y como su coche estaba aparcado lo más cerca posible…

Ella puso su mano en su hombro.

—Tuvo una buena vida y demasiado larga.

—No puede haberse ido. Tal vez un taller de carrocería pueda…

Un pedazo de madera ardiente en el capó crujió y estalló,


chisporroteando en la pintura.

—Está muerto, Dex, nene. Y que le vaya bien. Espera a ver lo que
un coche fabricado en la última década puede darte.

Él ignoró a Adi, y se puso en el lado del conductor, arrancando la


puerta.

—Déjalo ir. Aléjate. —Él continuó tirando—. No creo que se pueda


conducir —dijo ella, no es que él la escuchara.

Él consiguió abrir la puerta y no habló mientras rebuscaba por el


espacio de los pies al lado del conductor.

—Mierda. No está.

Ella no necesitaba preguntar qué, dado que conocía todos sus


escondites y lo que él ponía dentro.

—¿Se llevaron tu ordenador?

—¿Sabías que estaba allí?

Serie Dragon Point 02 160


Eve Langlais Dragón exprimido

—Duh. No es como si lo hubieras hecho difícil de encontrar. —


Sobre todo porque ella podía tener la ventaja de oler lo escondido.

—Maldita sea. Aparentemente, necesito empezar a cerrar mi coche.


—Lo que apestaba, ¿desde cuándo la gente roba pedazos de chatarra? Se
rastrilló una mano por el pelo, y miró las llamas danzantes que
crepitaban en la casa—. Esto es malo. Realmente malo. Alguien me
persigue. A nosotros. Tengo que llamar a Kashmir y advertirla.

Adi lo permitió ya que estaba más interesada en husmear,


ignorando las extrañas miradas de Dex en su dirección mientras trataba
de descifrar lo que había encontrado en la casa.

Dex no estaba muy lejos cuando lo llamó un diablillo, excepto que,


por lo que ella sabía, los imps19 no existían. Por otra parte, según los
humanos, los dragones tampoco.

El mundo no era el mismo lugar que ella conocía hace un año. Sin
embargo, ¿una cosa que podría afirmar con certeza? Fuese lo que fuese,
no era natural, y se lo mencionó a su hermana desde una habitación de
hotel que ella y Dex consiguieron alquilar… el repentino cierre del IL
había dejado algunas vacantes.

—Te lo digo, esa cosa no estaba bien. Si lo hubieras visto,


entenderías lo que estaba diciendo cuando lo llamé estropeado.

—¿Crees que fue un experimento de Lytropia? —No es una idea tan


descabellada, dado que el propio compañero de Aimi, Brandon, fue el
resultado de un empalme genético hecho por Bittech. Pero donde
Brandon era un Cambiaformas caimán empalmado con un dragón, la
criatura que Adi vio era diferente. Muy, muy diferente.

19
Imps: Pequeños demonios menores.

Serie Dragon Point 02 161


Eve Langlais Dragón exprimido

Aparentemente, Dex había notado el problema.

—Tenía ojos humanos.

—La mayoría de los cryptos los tienen, y los que no, siempre usan
lentes de contacto —observó en voz alta para que tanto su hermana como
Dex pudieran oír.

—¿Es eso lo que te pasó en los ojos? Sabía que no estaba loco —La
acusó—. Eres una cosa-crypto, ¿no? —Dado que él la miraba con ira, ella
sabía que era hora de colgar.

—Te llamo después. Tengo que pelear con mi hombre y luego tener
sexo de reconciliación.

—Que te diviertas. Probablemente será la última vez antes de que


Madre intente arrastrarte a casa —señaló Aimi.

El recordatorio del tic-tac del reloj no le sentó bien.

Adi colgó y tiró el teléfono en la cama antes de enfrentarse a Dex.


Estaba recién duchado y solo llevaba una toalla. Con la humedad todavía
goteando y rodando por partes de su pecho, ella no pudo evitar lamerse
los labios.

Hmmm.

—No soy comida.

Oops, lo había hecho en voz alta. ¿Pero quién podía culparla? En


ese momento, habría cambiado toda su colección de pasteles por él.

—Puede que no seas comida, pero aun así quiero comerte.

—No cambies de tema. Quiero saber qué les pasó a tus ojos. ¿Por
qué ya no brillan con fuego verde? ¿Estás usando lentillas?

Serie Dragon Point 02 162


Eve Langlais Dragón exprimido

¿Ella se había ofrecido a darle algo oral, y él quería saber sobre sus
esfuerzos para mezclarse con los humanos? Se tocó en los ojos, uno cada
vez, y se quitó las lentillas. Parpadeó.

—¿Mejor?

—Estaré mejor cuando sepa lo que eres.

—¿Realmente quieres saberlo? —Porque tenía la impresión de que


él no lo quería. Parecía muy perturbado con cosas que no encajaban en
lo que él consideraba normal.

Y definitivamente yo no soy normal. Gracias a Dios. Dudaba poder


soportar el aburrimiento.

—Me merezco la verdad. —Antes de que ella pudiera contestar, su


teléfono sonó.

—No lo contestes.

Él lo contestó.

—Sí.

Con su audición mejorada, podía oír la voz de una mujer en pánico


en el otro extremo de la línea.

—Creo que la he cagado. Están sobe mí.

—¿Dónde estás?

—En el bosque. Fui a buscar esa cosa de la que te estaba hablando.

Adi se dio cuenta de que tenía que ser la doctora Kashmir, y ya no


parecía muy contenta. Tampoco Dex.

Serie Dragon Point 02 163


Eve Langlais Dragón exprimido

—¡Idiota! ¿Por qué lo hiciste? —exclamó—. Dame tus coordenadas.


Iré a buscarte.

¿Su hombre, rescatando a otra mujer?

—Yo también voy. —Olvida el hecho de que todavía no se había


duchado. De ninguna manera iba a dejar que la linda doctora le diera a
Dex las gracias con algo más que palabras.

La doctora les ahorró el viaje.

—No te molestes en irte de donde estás. Estoy en mi coche. Es


mejor que nos encontremos. ¿Dónde estás?

Dex se lo dijo y luego colgó y comenzó a caminar de un lado a otro.

—Debe haber encontrado el laboratorio secreto.

—Me encantan los laboratorios secretos. Son la bomba. —No es


que Adi lo supiera, dado que todos explotaban antes de encontrarlos.
¿Quizás esta vez sería diferente?

—Debería vestirme. —Se dio la vuelta y agarró la ropa que había


logrado rescatar del maletero de su coche.

Ella no tenía ropa. En absoluto, ya que se la había quitado y lo


acechaba, desnuda.

Sus ojos se abrieron cuando la vio venir. Había perdido sus gafas
en la conmoción, y ella las extrañaba. Quería quitárselas de la cara y
tirarlas a un lado antes de arrastrar su rostro hacia abajo para un beso.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó él—. No tenemos tiempo para


el sexo.

Serie Dragon Point 02 164


Eve Langlais Dragón exprimido

—Sí, lo hacemos, pero eso no es lo que necesito. —Pasó junto a él,


rozándole un dedo a través de su pecho desnudo—. Huelo a tejas de
asfalto quemadas. Voy a ducharme. Una buena ducha caliente.
Probablemente me tocaré allí también. Mis manos rozando sobre la carne
desnuda.

—Adi. —La forma de decir su nombre tenía un tono de dolor—. No


está bien tomar el pelo.

—Nunca dije que fuera agradable. ¿Y quién dice que te estoy


tomando el pelo? Probablemente tenemos al menos quince minutos antes
de que llegue tu preciosa doctora. Mucho tiempo si sabes lo que estás
haciendo.

Se metió en el baño, que todavía estaba lleno de vapor. Un rápido


movimiento en el grifo y el agua salía del cabezal de la ducha, todavía
muy caliente. Incluso con el rugido del agua, oyó que la puerta del baño
se cerraba.

Él se había ido.

Cobarde. Un hombre de verdad habría tirado la toalla y se había


metido dentro con ella.

Apoyó sus manos en la pared de azulejos de la ducha y se inclinó


hacia adelante, con la cara agachada, de modo que el agua se derramó
sobre su cabeza en un torrente. El ruido debió haber amortiguado su
acercamiento.

Ella no gritó, sin embargo, ante el toque de sus manos en su


cintura. La conciencia le permitía saber quién la tocó.

Dex había regresado, y sin preguntar, sin discutir, sin ningún tipo
de preámbulo, la agarró por las caderas, le pateó los muslos aparte y
apretó la gruesa cabeza de su pene contra su sexo.

Serie Dragon Point 02 165


Eve Langlais Dragón exprimido

—Me vuelves jodidamente salvaje. —Las palabras le fueron


arrancadas a regañadientes, pero no había nada de reticente en su
erección. La empujó hacia ella, el grosor de él estirándola, y ella lo acogió
encantada. Sus nalgas se arquearon para permitirle un mejor acceso. Su
cuerpo temblaba porque la tomara así, en la ducha, y por detrás.

Qué decadente.

Golpeó su polla dentro y fuera de ella, un golpe de carne contra


carne que la hizo gritar su nombre rápidamente. Oh, tan rápido.

Su clímax golpeó, brillante y fuerte, y disparó el de él, su semilla


caliente derramándose, sus dedos casi magullando mientras se agarraba
a ella.

El momento de la perfección sensual absoluta.

Excelencia arruinada por el comentario:

—Si terminaste con el sexo del pato graznando, entonces la tía


Zahra solicita tu presencia.

Dex estaba comprensiblemente molesto por la interrupción, no


pareciendo apreciar el hecho de que Deka había sido lo suficientemente
amable como para dejarles terminar.

Por lo general, su prima le bloqueaba una polla cada vez que tenía
la oportunidad. Probablemente porque Adi hacía lo mismo con ella. Era
una cosa de familia.

—¿Quién demonios es esa? —Su pobre y modesto hombre estaba


en la ducha, con las manos hacia abajo para cubrir su basura. Un bonito
gesto, dado que Adi no quería compartirlo con nadie, pero también
debería añadir que el hombre no tenía nada de qué avergonzarse.

Serie Dragon Point 02 166


Eve Langlais Dragón exprimido

—Esa es mi prima, Deka. Quién se supone que no debería estar


aquí —añadió con una mirada enfática.

—La tía me envió. Dijo, y cito: “Mi tonta hija menor está
nuevamente envuelta en algo mucho más grande que ella, en vez de venir
a prepararse para cumplir con su deber familiar”

—Aun no tengo veintiocho años. Todavía tengo tiempo.

—¿Es hora de encontrar el tipo de hombre que tu madre aprobaría?


Eso podría ser un poco difícil dado que estás jugando con él —señaló
Deka y casi pierde la vida por atreverse a mirar al hombre de Adi. El
hombre muy desnudo de Adi.

Deberíamosss arrancarle los ojosss. A nadie se le debe permitir


mirar fijamente.

Excepto que a Adi le gustaba Deka, algo que se evaporaría si su


prima no apartara la mirada.

—Lárgate. Iré a hablar contigo en un segundo —le dijo Adi a Deka.

—Tienes un minuto, pero será mejor que no oiga más graznidos.

—¿Graznido? —preguntó Dex cuando ella se había ido.

—El sonido que hizo tu polla golpeando mi coño. Puedes


agradecerle al agua de la ducha por eso.

Nunca había visto a un hombre ponerse de un tono rojo tan


encantador.

—No creo que pueda volver a tener sexo en la ducha.

—¿Es eso un reto? —Los labios de ella se estrujaron, y las fosas


nasales de él se abrieron.

Serie Dragon Point 02 167


Eve Langlais Dragón exprimido

—Este no es el momento. Por si no te has dado cuenta, tenemos


compañía y esperamos más.

—Ah, sí, tu preciosa doctora Kashmir. Supongo que debería dejar


que te vistas antes de que llegue.

—¿Y qué hay de tu prima? No creo que deba estar aquí. No


necesitamos a más personas involucradas en esto.

Sí, cuanta menos gente supiera lo que estaba sucediendo, menos


gente con quién compartir. El tesoro estaba por delante de todo lo demás,
incluso de su familia.

—Dame unos minutos con mi prima. Me desharé de ella. —Y que


quede claro que, con órdenes o sin ellas, de ninguna manera iba a volver
a la casa de la familia para convertirse en una yegua de cría. La familia
tenía los suficientes herederos para que llevaran el nombre; no
necesitaban un bebé de Adi también.

—¿Por qué está aquí? ¿De qué estaba hablando? ¿Qué pasa cuando
cumples los veintiocho años? No te estás muriendo ¿verdad? —Parecía
adorablemente horrorizado.

Claro que sí, porque le importas.

—No me estoy muriendo.

—¿Estás comprometida para casarte o algo así?

—Solo hay un hombre para mí, Dex, nene —Le guiñó el ojo—. Y ese
es…

La puerta se abrió de golpe y Deka entró, blandiendo un arma, ¡que


disparó!

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Eve Langlais Dragón exprimido

Pft. El dardo golpeó a su amante en el brazo, y sus ojos se abrieron


de par en par mientras él balbuceaba.

—¿Qué diablos…? —Se desplomó en la bañera, y Adi se lanzó hacia


delante para coger su todavía húmedo y resbaladizo cuerpo.

Lanzó una oscura mirada sobre su hombro a su prima.

—¿Por qué fue eso?

—Estabas tardando demasiado, y tenemos que irnos.

—¿Ir? ¿A dónde? ¿Y por qué?

—A casa. Tu madre está acabando con esta operación.

—Pero no es su operación. Es mía. —El hecho de que su madre


pensara que podía entrometerse solo hizo que Adi quisiera pisotear con
sus talones.

—Ya no más. La tía Waida vio a Parker ayer en la ciudad. Mamá no


quiere que ninguna de nosotras esté cerca. Le preocupa que intente
llevarte.

—Me gustaría verlo intentarlo —gruñó Adi mientras sacaba a Dex


de la ducha. Lo llevó a una cama, contenta de que estuviera dormido, no
fuera que preguntara por qué era tan fuerte.

Voy a tener que decírselo en algún momento. Sabía que ella era
diferente. El problema era que no estaba segura de cómo manejaría él la
verdad.

—Esto no es una broma, Adi. Tu madre está muy preocupada.


Todos lo estamos. Parker no se atiene a las reglas que nos enseñaron.
Los de nuestra clase corren el riesgo de estar en el centro de la atención
si no tenemos cuidado.

Serie Dragon Point 02 169


Eve Langlais Dragón exprimido

—Ya lo estábamos, ¿o te olvidaste de la fiesta de presentación de


Brand? —Nada como un dragón ascendiendo por primera vez frente a
una multitud de periodistas. Las imágenes se habían vuelto virales, pero
la sociedad, por más sospechosos que fueran, no tuvo problemas en creer
las muchas explicaciones que dieron a las fotos y videos que parecían
mostrar dragones, en realidad un dragón y muchos wyverns, en el cielo.
Los gritos de “muy falso” y “¡photoshopeado!” significaban que guardaban
su secreto un poco más, pero estaba llegando el momento en que ya no
podían esconderse.

—Ese fiasco fue contenido —concordó Deka—. Sin embargo,


¿cuánto tiempo pasará antes de que ocurra algo más? Una cosa es que
el mundo sospeche que existan los dragones, otra es que sepan que
nuestra familia es de dragones.

—No me avergüenzo de lo que somos. —Si los hombres lobo podían


vivir en abierto, ¿por qué ella no?

—Ninguno de nosotros está avergonzado, pero ¿estamos listos para


la caza?

Un buen punto dado que la venta de arpones se había disparado


después del incidente del vídeo del dragón.

—Has estado escuchando a mi madre y a las tías. No sabemos si


los humanos intentarán exterminarnos de nuevo.

—No lo sabemos, pero si lo hacen, están mejor equipados que


antes.

—No llegará a una guerra.

—Mejor que no, porque esta vez con la ciencia como aliada, no
tenemos dónde escondernos.

Serie Dragon Point 02 170


Eve Langlais Dragón exprimido

Palabras tan serias de su prima, generalmente despreocupada.

—Sea como fuere, no voy a volver.

Deka suspiró.

—Temía que dijeras eso. Que es por lo que… —La puerta del hotel
se abrió de golpe—. Traje algunos refuerzos.

Al final, Adi no tuvo más remedio que irse… pero la tía Waida le
concedió un favor.

—Vigilaré al macho hasta que despierte —observó con una mirada


apreciativa.

La repentina embestida de Adi, con las manos extendidas para


estrangular, probablemente fue la razón por la cual su familia la bombeó
llena de tranquilizantes para elefantes, enviándola a un sueño sin
sueños.

Serie Dragon Point 02 171


Eve Langlais Dragón exprimido

Capítulo Dieciséis
Bolas de algodón le llenaban la cabeza. La llenaban hasta reventar.

Ugh. Le costó demasiado esfuerzo abrir los párpados. La luz del día
se asomaba entre las cortinas.

¿Luz del día?

La última vez que Dex revisó su reloj, ni siquiera eran las diez de
la noche. Su mente confusa se negó a cooperar, por lo que parpadeó,
tratando de encontrarle sentido a las cosas, así como a levantar la cara
de la almohada empapada de babas.

La repentina aparición de una fea jeta mirándolo le hizo pronunciar


un viril bramido.

—¿Qué coño?

—¿Es esa la forma de saludar a un amigo que no se sintió tentado


a sumergir tu meñique en agua caliente? —Calvin patinó mientras se
sentaba en la silla junto a la ventana.

¿Calvin? ¿Aquí?

—¿Cómo llegaste tan rápido? —Había llamado a su amigo justo


antes de su ducha, finalmente listo para llamar a algún músculo. Luego
se duchó, solo para que Adi lo tentara justo después y…

Oh. Agradeció a los dioses que estuviera acostado sobre su


estómago cuando recordó lo que había ocurrido después.

Serie Dragon Point 02 172


Eve Langlais Dragón exprimido

Adi tenía el efecto más excitante en él. Hablando de ella, rodó hacia
el otro lado de la cama y notó el espacio vacío a su lado, un espacio que
mostraba las sábanas dobladas. Nadie había pasado la noche a su lado.

—¿Dónde está Adi?

—¿Quién?

—La mujer que estaba conmigo. Su prima vino a buscarla… —Sus


ojos se abrieron de par en par—. Me disparó un dardo con somnífero. Esa
perra. Me drogó.

Ante esa exclamación, Calvin se inclinó hacia delante en su


asiento.

—Tu situación se ha vuelto extremadamente interesante. Creo que


necesitas contarme más sobre tu novia y la prima que anda por ahí con
una pistola tranquilizante disparando a la gente. ¿Cómo encontraste esa
combinación ganadora? ¿Y exactamente para qué se usó esa botella vacía
de lubricante en el suelo?

Ante esa mención, Dex apretó sus nalgas por un segundo,


comprobando si sentía dolor antes de darse cuenta de que Calvin se reía
entre dientes.

—Esto no es gracioso —espetó con los dientes apretados.

—Dice el tipo desnudo que encontré desmayado en la cama.

—Estaba drogado.

—Así sigues diciendo. Y yo perdiéndome toda la diversión.

A Calvin también le faltarían los dientes si siguiera molestando a


Dex.

Serie Dragon Point 02 173


Eve Langlais Dragón exprimido

—¿Cuándo llegaste aquí? —Dex trató de concentrarse en el aquí y


el ahora, más que en el hecho de que Adi se había ido.

Probablemente no se habría ido muy lejos. Tal vez tenía hambre.


Ciertamente a él le habría venido muy bien una taza de café. Una
intravenosa directa a su brazo preferiblemente.

Dex localizó su ropa y se vistió mientras Calvin le hacía un recuento


de los eventos.

—Recibí tu mensaje anoche, pero no pude salir hasta esta mañana.


Llegué a la ciudad hace una hora y habría venido directamente aquí, pero
noté que la gente parecía muy agitada. Estaban reunidos en grupos y
ladrando, más de lo normal, así que me detuve en el restaurante para ver
qué pasaba.

Poniéndose sus pantalones sobre su basura, Dex se sintió más a


gusto.

—Entre el cierre repentino del instituto y la explosión de la casa de


mi casera, supongo que tienen mucho de qué hablar.

—Eso fue parte de las noticias, pero lo que realmente los hizo girar
fue que las fuerzas de seguridad locales encontraron un coche fuera de
la ciudad, abandonado con el motor y las luces encendidas y la puerta
del lado del conductor arrancada de sus bisagras. Según el policía que
estaba desayunando, la carrocería del vehículo estaba arañada como el
infierno, como si algún animal hubiera atacado el coche.

¿Un animal, o ese demonio con el que se había encontrado en la


pensión?

—¿Qué le pasó al conductor?

Serie Dragon Point 02 174


Eve Langlais Dragón exprimido

—Se fue. Pero no había sangre en la escena, así que creen que sigue
viva. Desapareció.

—¿Ella? —Dex apostaba a que sabía quién era la conductora


desaparecida.

Calvin lo confirmó.

—Según la identificación que encontraron en el bolso, era la


doctora Chandra Kashmir. Trabajaba en el instituto. Actualmente está
desaparecida, y sospechan que hay juego sucio.

—Pensé que habías dicho que no había sangre en la escena.

—No había en realidad. Solo una pequeña mancha en el coche. Así


que no creen que lo que la atacó la mató, pero dada la perturbación del
suelo y el zapato que encontraron, parece que luchó contra su atacante.

Luchó y aun así se la llevaron. Mierda. A pesar de que sabía que se


trataba de un trabajo peligroso, Dex no pudo evitar sentirse culpable por
lo que había pasado. Culpable porque, mientas él estaba ocupado
seduciendo a Adi y luego durmiendo por algunas drogas, la doctora había
sido atacada y secuestrada.

El hecho de que hubiera sucedido sin importar qué, no lo hizo más


fácil de soportar.

—Debería salir a buscarla.

—¿Por qué? —preguntó Calvin.

—Porque ella es la razón por la que estoy aquí. Es la que encargó


el trabajo.

Serie Dragon Point 02 175


Eve Langlais Dragón exprimido

—Exactamente. Un trabajo que no te pagaba nada. —Porque la


doctora tenía sospechas, no fondos—. E incluso si fuera un trabajo de
pago, la persona que te contrató ya no está en posición de preocuparse.

¿A quién le informaría él de sus hallazgos ahora?

La academia enseñó a prestar siempre atención al riesgo frente a


las ganancias, y a ajustar la tasa de consecuencia. Pero Dex no estaba
aquí por dinero.

—¿Estás tan hastiado ahora que has olvidado cómo hacer lo


correcto?

—¿Desde cuándo te importa?

Buena pregunta. Pero a Dex, le gustaría pensar que no se había


vuelto tan cínico como Calvin. El hombre no veía mucho bien en nadie.
Había visto demasiado mal, hecho demasiado mal, como para
preocuparse de los demás.

Esta falta de empatía por el mundo significaba que Calvin a veces


burlaba los bordes más oscuros de la moralidad. A veces abrazaba la
muerte con demasiado fervor. Cuando eso sucedía, por lo general alguien,
como Dex, o uno de los otros chicos de la academia, le hablaban hasta
convencerlo. Solo esperaba que nunca dejara de funcionar porque, ¿si
Calvin dejaba que la locura ganara? Pasarían cosas malas.

—¿Qué sugieres que haga? —Porque, en este momento, no sabía


cuál debía ser su siguiente paso. Kashmir había desaparecido. Su portátil
no estaba. Puede que todavía tuviera los archivos en su servidor en la
nube, ¿o también los han borrado? Y luego estaba el hecho de que Adi
todavía no había atravesado la puerta.

¿Se fue con su prima?

Serie Dragon Point 02 176


Eve Langlais Dragón exprimido

—Tienes que terminar esto, hermano. En serio, empaca tus cosas


antes de que las autoridades vengan a buscarte. Y lo harán. Estás
asociado con la doctora desaparecida.

—No puedo irme. No he terminado aquí.

Calvin se recostó en su silla con un suspiro, haciendo que crujiera


de forma inquietante.

—Eres un jodido idiota de corazón blando. Te lo juro, si no


fuéramos amigos, estarías muerto.

—Y esa es la verdad, hermano. —Calvin le había salvado el pellejo


más de una vez, y Dex se lo debía.

—Bueno, si insistes en quedarte, que así sea. Estoy seguro de que


podré conseguir una fuga si eres lo suficientemente descuidado para que
te arresten.

—¿Me sacarías incluso después de lo que pasó en México? —Sus


labios se retorcieron. No había salido bien la última vez. Las autoridades
mexicanas no se habían divertido en lo más mínimo cuando el muro de
su prisión fue derribado y casi trescientos convictos volvieron a las calles.

—Por supuesto que te sacaría; es la única forma en que puedo


pagar por adelantado tus futuros servicios. Le cobras un precio muy alto
a un hermano.

—Solo piensa cuánto sería sin el descuento de la academia. —Dex


sonrió. Calvin podría proporcionar músculo en las operaciones, pero Dex
siempre fue el cerebro.

—Más en serio, ¿qué vas a hacer si te quedas? Por lo que parece,


todo se fue a la mierda. La doctora que te contrató se ha ido.

Serie Dragon Point 02 177


Eve Langlais Dragón exprimido

Probablemente muerto. A menos que sea pariente o que te la estés


follando, ¿realmente vas a arriesgar tu vida para vengarla?

—Esto no se trata de venganza. Chandra estaba en algo. Lytropia


está involucrado en un negocio turbio.

—Estaba. Lytropia ya no existe. —Calvin palmeó fuerte sus


manos—. El edificio implosionó anoche, casi como si alguien hubiera
hecho estallar cargas perfectamente colocadas. Ahora es un montón de
escombros. No queda ni una jodida cosa.

—Y me dices esto ahora.

—No es mi culpa que te fueras por la tangente cuando te enteraste


de lo de la doctora.

—Están eliminando todas las huellas. Erradicando cualquier cosa.


Pero ¿qué? —¿Qué clase de monstruos o planes escondía Lytropia?
¿Habían demostrado lo poco confiables que podían ser los Cambiaformas
del mundo?

Esas… esas cosas nos están ocultando cosas. A los humanos. Adi
también escondía cosas. Tal vez lo mejor era que se hubiera ido.
Ciertamente no quería, ni necesitaba estar involucrado con alguien así.
Entonces, ¿por qué seguía mirando a la puerta, esperando ver sus
mechones color pastel y su peculiar sonrisa?

—Si están limpiando sus huellas, entonces no encontrarás nada


aquí. Ambos sabemos que tu fuerte son los ordenadores y que no tienes
nada con qué trabajar. Regresa a casa y haz lo que mejor sabes hacer.
Tal vez quieras empezar por averiguar quién empezó el rumor de que los
problemas aquí son el resultado de los extremistas anti-Cambiaformas.
—Radicales, que pensaban que necesitaban purgar el mundo de los
Cambiaformas y de otros seres raros.

Serie Dragon Point 02 178


Eve Langlais Dragón exprimido

—¿Extremistas? ¿En serio? Es la primera vez que oigo hablar de


ese problema aquí.

Calvin se encogió de hombros.

—No de acuerdo con el drama que los medios de comunicación


están haciendo. Afirman que esta ha sido una situación larvada durante
meses, y que el IL cerró para su propia protección debido a las amenazas.

—Eso es pura mierda. Nunca vi nada parecido. —Oh, cómo se


moría por tener un ordenador decente con acceso a la red. Quería
excavar. Pero… si se iba, ¿cómo lo encontraría Adi?

Se comprometió retrasándose, exigiendo que almorzaran primero


porque se estaba muriendo de hambre. Dejó una nota en la cama
diciéndole a Adi dónde había ido porque todavía no tenía su maldito
número de teléfono. Como diría Adi, #HackerFracaso.

El restaurante de la ciudad zumbaba, mientras la gente volvía a


hablar de los hechos que Calvin ya le había contado a Dex. Todos tenían
una teoría sobre el instituto, la de ninguno de ellos era muy agradable.

Calvin tenía razón. Esta ciudad y su gente eran una bomba de


tiempo. Los extraños debían desalojar el lugar antes de que los dedos
comenzaran a señalar.

Dex regresó a la habitación del hotel para ver que la nota todavía
estaba allí. Al verla, con el papel del hotel, tan patético y necesitado en
medio de su cama, tomó su decisión.

La arrugó y la tiró a la basura antes de volverse a Calvin.

—Tienes razón. No hay nada para mí aquí.

Serie Dragon Point 02 179


Eve Langlais Dragón exprimido

Era hora de que se fuera a casa y se olvidara de que alguna vez


había conocido a la mujer de los ojos verdes llenos de fuego.

Serie Dragon Point 02 180


Eve Langlais Dragón exprimido

Capítulo Diecisiete
¡Secuestrada de nuevo!

No era la primera vez que Adi había sido atacada por su familia
bien intencionada, atada y llevada de vuelta a casa en un jet privado, ya
que las aerolíneas regulares desaprobaban el secuestro. Diablos, ella
había participado en muchos secuestros cuando la matriarca del Sept lo
exigió.

Sin embargo, esta vez fue diferente. Adi no quería dejar el pueblo
pequeño del infierno. Al igual que real, realmente no quería ir. Estar de
vuelta en casa significaba dejar a Dex atrás.

Mi Dex. El hombre que ella había reclamado. Un hombre solo, a


merced de las solteras.

Inaceptable. Ahora él es parte de mi tesoro. No importa si su madre


envió una partida a secuestrarla, supuestamente por su propio bien. No
importa que Adi tuviera algún tipo de deber que cumplir con su familia.
A mí no me importa. Al diablo con la tradición. Adi quería a su friki
humano de vuelta.

Ahora.

Todavía sigo esperando.

Cómo odiaba ser el centro del mundo y, sin embargo, ser impotente
en lugar de omnipotente cuando más importaba. Debería poder tener a
mi Dex y comérmelo también. Sí, había reemplazado al pastel.

Y así es como sé que es amor.

Serie Dragon Point 02 181


Eve Langlais Dragón exprimido

Eep. Y pensar que se había burlado de su hermana. Aimi nunca la


dejaría en paz si se enterara.

No es que Adi viviría mucho tiempo, dado que había desafiado a su


madre. Primero, enfrentarse al dragón que respira fuego. No es fuego de
verdad, en realidad. Su madre respiraba lo que se conocía como el Polvo,
una sustancia mortal que pulverizaba todo lo orgánico que tocaba. Madre
podría eliminar una buena parte del enemigo con un solo aliento. ¿Adi
por otro lado? No estaba tan llena de aire caliente como otros miembros
de su familia, y apenas logró disolver una extremidad. Pero tenía otro
poder genial que nadie más en su Sept tenía. Simplemente no se jactaba
de ello. Un arma secreta que funcionaba mejor si se mantenía en secreto.

En este momento, preferiría un arma secreta para usar contra mi


familia. Su estúpida y bien intencionada familia, que la había
secuestrado, lo que significaba que se había despertado sola, en su cama.
Hogar, dulce hogar.

Maldita sea. No había nada malo en ella, salvo un poco de cabeza


borrosa por las drogas. Pero estaba sola, en casa, mientras que Dex
estaba en otro lugar. Solo.

Claro que no. Necesito volver con él. Más que una necesidad, era
un imperativo de acción, así que no perdió el tiempo. Que le den a
caminar. Pisoteó por su hogar de la infancia, decidida a encontrar a su
entrometida madre.

—¡Madre! —Soltó un fabuloso bramido que logró hacer eco cuando


salió del pasillo que albergaba los dormitorios a una entrada a varios
pisos.

Una balaustrada de piedra giraba en el espacio, enmarcando los


parapetos y una gran escalera. Mármol gris y blanco con vetas plateadas.
Sin alfombra significaba una acústica malvada y extraña que de alguna

Serie Dragon Point 02 182


Eve Langlais Dragón exprimido

manera se mantenía y vibraba en el techo abovedado de estilo


catedralicio.

—Quiero hablar contigo, Madre —gritó de nuevo. Hacerle saber que


se iba a ir. Era hora de que Madre entendiera que estaba cansada de
tener que bailar según las arcaicas reglas.

El silencio fue su respuesta. Siguió pisando resueltamente por los


escalones, dirigiéndose al salón principal. Por detrás, escuchó algunos
gritos cuando sus primas más jóvenes salieron de su escondite y se
asomaron a través de las barandillas de la enorme escalera que
desembocaba por la derecha e izquierda en el gran vestíbulo. Se reunía
en lo alto para formar un puente hacia el segundo piso. Qué espacio tan
estupendo. Adi había pasado muchas horas disfrutando, normalmente a
altas velocidades, de la suavidad de la balaustrada mientras la llevaba
hasta el final.

Al llegar al nivel principal, se acercó a la oficina de su madre.


Descalza. Podría haber descuidado los zapatos al salir de su habitación.
Le quitó algo de energía a su paso. Los pies descalzos no gritaban
malvado. ¿Dónde hay un par de pateadores20 de mierda cuando los
necesitas? Lo peor es que sabía que tenía un par de botas de cuero en el
armario.

#FracasoDeVestuarioÉpico.

La puerta de la oficina de su madre estaba entreabierta, pero al


entrar, la golpeó con un puño de todos modos para que rebotara con
fuerza contra la pared. Mírame. ¡Estoy aquí!

20
Pateadores: Botas de montaña.

Serie Dragon Point 02 183


Eve Langlais Dragón exprimido

Como si su madre le prestara atención. No parecía importarle que


el centro del universo se hubiera dignado a visitarla. Madre todavía
insistía en creer que todo iba sobre ella misma.

Ya no más. Haría lo que fuera correcto para ella, no para su madre,


y ella se lo diría a Madre tan pronto como levantara su maldita cabeza.

De pie en un callejón sin salida, miró a su madre por un momento,


notando los hilos de plata que se tejían gruesamente entre sus mechones
platino. Su madre podría estar envejeciendo, pero no se había vuelto más
débil. Por el contrario, Madre mejoraba cada vez más sus astutos juegos
con el paso de los años.

La cosa es que ahora veía a través de la actuación de su madre.


Como ahora mismo, ella ignoró a Adi. A propósito. Su dedo golpeó la
pantalla incrustada en su escritorio. Un escritorio, añadiría Adi, que
estaba ausente de todo menos de una taza de café.

En su casa, el papel estaba casi extinto. El papel puede ser robado


con demasiada facilidad y copiado. La nueva era digital lo había
reemplazado. El hecho de que la electrónica pudiera ser hackeada,
también, parecía ser un hecho que su madre prefería ignorar. Su teoría
era que el texto digital podía ser borrado más eficientemente si era
necesario. Pero el papel, basta con mirar los ejemplos encontrados a lo
largo de la historia. El papel vivía para siempre. La copia impresa también
representaba un rastro. Los dragones no dejaban rastros. O cuerpos, o
tesoros, en realidad, detrás. Eran eficientes de esa manera.

Golpeando su pie, Adi pudo sentir cómo su temperamento se


elevaba, un hirviente calor mientras su madre recurría a las mismas
tácticas que en su juventud, relegándola a un cierto estatus, uno por
debajo de ella. Un sujeto en espera de juicio.

Serie Dragon Point 02 184


Eve Langlais Dragón exprimido

—Deja de ignorarme. Sé que sabes que estoy aquí. Eres, después


de todo, la que me secuestró y me trajo aquí. ¿Alguna vez se te ocurrió
llamar y tal vez decir: “nena, te extraño tanto, ¿no vienes a casa a
visitarme?” Podríamos hacernos tratamientos faciales y pedicuras
mientras cotilleamos sobre las últimas tendencias. O podríamos
intercambiar historias de pollas. Me parece bien cualquiera de ellas.

El golpeteo cesó cuando el dedo de su madre se detuvo. Levantó la


cabeza.

—Si me hubiera puesto en contacto contigo, ¿habrías obedecido?


¿Habrías venido y te habrías preparado para cumplir tu deber con el
Sept?

—No. —No se molestó en mentir. Su madre se daría cuenta—. Aún


así, no tenías que ponerte toda como una madre psicópata controladora
conmigo.

—¿Qué más podía hacer? Las cosas se han vuelto demasiado


peligrosas para que te quedaras. Ya es bastante malo que tú tía
desapareciera…

—¡Espera! ¿La tía Waida se fue? —Sorprendente, pero no tanto


como podría creerse. La tía Waida siempre estaba fuera haciendo sus
propias cosas. Estar casada y con algunos hijos no la había detenido.
Cuando era joven, Adi no entendía lo que hacía su tía, solo que
desaparecía muchísimo. Como adulta, envidiaba absolutamente a su tía
el emocionante trabajo de rastrear las potenciales amenazas a los Septs
y eliminarlas.

Sin embargo, a veces la tía Waida necesitaba profundizar para


penetrar en una amenaza. Tan profundamente que se preguntaban si
estaba muerta.

Serie Dragon Point 02 185


Eve Langlais Dragón exprimido

—¿Cuánto tiempo hace que se fue? —preguntó Adi.

—Fue vista por última vez ayudando a tus primas a acorralarte. No


hemos sabido nada de ella desde entonces, que fue hace más de dieciséis
horas. —Una mueca de disgusto arrugó los finos labios de su madre—.
Pero, de nuevo, ella estaba en cabeza, así que aún tenemos que averiguar
si se fue por medios sucios o voluntarios. Conociéndola, está bien. Solo
siendo desconsiderada, como siempre. Siempre corriendo riesgos cuando
debería retroceder. Luchando contra nuestras reglas. En muchos
sentidos, eres como ella.

¿Yo, como mi tía loca? ¿Solo porque Adi se negaba a inclinarse ante
la tradición y le gustaba la ropa ecléctica y las soluciones innovadoras?
Ugh, soy igual que ella.

—Si la tía desapareció, ¿no es esa una razón más para enviarme de
regreso? Yo estaba siguiendo la pista de algo. Tal vez es lo mismo que tía
Waida estaba siguiendo. Podría ayudarla a encontrarlo.

—Encontrarla, ¿cómo? Leí los informes, y no has estado haciendo


nada más que fornicar con un humano. ¿En serio, Adi? Y esto está cerca
de tu deber con la familia. Vamos a tener que limpiar tu sistema ahora,
para que no lleves una mancha.

—Eres una snob.

—¿Y tu punto?

—Mi punto es que las dos sabemos que no hay nada malo con los
humanos. O los Cambiaformas para el caso. Puede que no sean tan
geniales como los dragones —Nada lo era—, pero no son malas personas.
Y no merecen ser tratados como escoria. —Especialmente desde que
encontró a un humano que la hizo sentir tan bien.

Serie Dragon Point 02 186


Eve Langlais Dragón exprimido

—Esto es peor de lo que pensaba. Te han lavado el cerebro. —Su


madre chasqueó la lengua—. Sabía que debía haberte impedido ir.
Buscas cualquier excusa, incluso una débil excusa humana, para eludir
tu deber. Es culpa mía. Pensé que permitirte jugar un poco más ayudaría
a hacer la transición más fácil.

—Y ahí está el problema. No debería tener que tener permiso para


hacer lo que quiero. No deberían obligarme a quedar embarazada con
algún tipo de batido de esperma.

—La línea dragón debe ser preservada.

¿Cuántas veces había oído esa frase en los últimos años?

—Los Septs han sido restaurados. Míranos. Estamos por todo el


mundo. Los Silvers en sí, solos cientos, miles cuando contamos a los
otros Septs. ¿Cuánto tiempo nos veremos obligados a sacar bebés?

—¡Hasta que yo lo diga! —Su madre golpeó su mano contra su


escritorio con fuerza—. Esto es lo que hacemos para preservar nuestra
raza. Y no actúes como si no tuvieras elección. La tuviste. Todo lo que
tenías que hacer era sentar la cabeza con un macho dragón de verdad,
pero no lo hiciste.

—No empieces con eso otra vez. Incluso tú tienes que admitir que
los solteros que intentaste lanzarme no eran exactamente premios dignos
del tesoro. —Asqueroso describía a algunos de ellos—. ¿De verdad,
querías introducir la nariz de Cedric en nuestra línea? —El hombre tenía
el pico de un águila y la risa de una sirena de niebla.

—Algunas de las opciones podrían haber sido menos que ideales.

—¿Menos que ideal? ¿En serio? Eran idiotas endogámicos


limítrofes, y no puedes decirme que criar con ellos nos haría más fuertes.

Serie Dragon Point 02 187


Eve Langlais Dragón exprimido

—Tus acusaciones son infundadas. Somos muy cuidadosos con los


emparejamientos.

—Cuidadosos, y sin embargo puedo pensar en algunos tipos que


son un ejemplo de lo que sucede cuando un grupo de apareamiento es
restringido. ¿Qué pasó con el apareamiento por amor?

—¿Qué quieres que haga? Busqué a todos los hombres que pude
encontrar. O estaban comprometidos, o casi comprometidos, o
simplemente no eran de tu tipo. ¿Tienes siquiera un tipo?

Sí. A veces usaba gafas y era salvaje en la cama.

—Me conformaré con el tipo adecuado. Mira lo que pasó con Aimi.
Ella no se conformó y encontró un nuevo dragón.

Aimi encontró el primer dorado vivo en siglos. Brand no era un


dragón dorado puro. En realidad, representaba un nuevo color con
toques de dorado. Fue el primer nuevo Sept familiar creado en eones. Lo
llamó Mercer.

Madre todavía rechinaba los dientes cuando lo decía.

—Brand es un caso especial. Dudo mucho que haya otro como él.
Y todavía tenemos que determinar si él es realmente un compañero viable
para tu hermana. Estamos esperando para ver si Aimi será fructífera y,
si logra embarazarla, cómo de dragones serán esos niños.

—¿Y si Brand es capaz de engendrar dragones? ¿Y si hay más como


él? Encerrados en laboratorios en alguna parte. Parejas de dragones
elegibles. Tal vez otro dorado. —Astutamente insertó su argumento para
volver. Tal vez si su madre pensara que encontraría un compañero
dragón, dejaría que regresara al Instituto Lytropia.

Serie Dragon Point 02 188


Eve Langlais Dragón exprimido

—Más vale que no haya más. Hacer dragones ni siquiera debería


ser posible —escupió su madre, solo para suspirar un momento
después—. Y, sin embargo, sucedió. Un enigma para todos nosotros. El
Sept Carmesí celebró tanto cuando oyeron que un Dorado había
ascendido, y ahora están predicando por un regreso al mundo de los
hombres. A ellos no les molesta el hecho de que Band no es un verdadero
Dorado nacido, sino uno creado. ¡Creado! —dijo su madre en voz baja—.
No está bien.

Porque si se podían crear dragones, y cualquiera podía ser un


dragón, ¿eso significaba que no eran tan especiales como ellos creían?

Los dragones son increíbles. Y únicos.

Sí, Brand podría haber sido creado, pero Adi prefería creer que él
era la rareza, no la norma. Sin embargo, con eso dicho, si pudiera
encontrar a unos cuantos más como él, hombres fuertes y viriles,
entonces quizás las reglas para las familias Septs podrían cambiar.

El problema era cambiarlas a tiempo antes de que se esperara que


Adi cumpliera con su deber. Si sigo negándome, ¿realmente me obligarán?

Ya había sucedido antes con la tía Leonora. Como virgen


comprometida, estaba bien con el procedimiento. Fue poco después que
se volvió un poco más loca y gritó sobre la blasfemia de su concepción
inmaculada. Curiosamente, el embarazo había calmado a la tía Leonora,
y había sacado siete dragones antes de casarse, con un humano de entre
todas las cosas, y tener unos cuantos hijos wyvern, lo que causó
problemas en el Sept. Principalmente, la madre de Adi no permitió que
los niños la visitaran. Una pequeña victoria, dado que la tía Leonora era
la anfitriona de la mayoría de las funciones familiares a las que asistieron
todos los niños y ahora sus familias. Se rumoraba que Leonora se jactaba
ahora de tener un comedor más grande que el de mamá. Su marido

Serie Dragon Point 02 189


Eve Langlais Dragón exprimido

humano tenía montones de dinero viejo. La tía Leonora gobernaba un


rico tesoro.

Pero volviendo a la posibilidad de más dragones machos en


cautiverio...

—El hecho de que incluso uno fue creado, sin importar lo bueno y
lo malo, necesita ser explorado. Y por explorado, quiero decir nosotros —
También conocido como yo—, deberíamos poseer el secreto para la
fabricación. Ni Parker, ni nadie más.

Porque los secretos eran valiosos, y eso siempre haría feliz a la


acaparadora en ella.

—Estás disfrutando contrarrestando mis argumentos —dijo su


madre con una mirada aguda.

—Hago mi tarea. Puede que pienses que hago un trabajo de medio-


culo, pero es bastante completo-culo. —Y sí, se dio una palmada en el de
ella para enfatizar.

Ni siquiera hizo que su madre se estremeciera.

—Todavía no entiendo por qué deberías volver. No queda nada allí.

—Porque se mudaron. Tal vez encuentre una pista de a dónde


fueron.

—No en los escombros, no lo harás. El instituto ha desaparecido.


Alguien lo destruyó como ellos destruyeron los demás. Lo que significa
que ahora tenemos que esperar una pista. Tus tías Varna y Valda están
buscando en las bases de datos y fuentes de noticias, especialmente en
los foros online, cualquier mención de Parker o de sus negocios.

—¿Y?

Serie Dragon Point 02 190


Eve Langlais Dragón exprimido

Su madre se encogió de hombros.

—¿Hasta ahora? No han encontrado nada. Pero estas cosas llevan


tiempo.

El tiempo no era algo que Adi tenía.

—Parker está en algún lugar, con más sujetos de prueba. Y


tenemos una pista. Ahora podemos estar bastante seguras de que
Lytropia es un primo de Bittech. Una compañía fantasma dentro de otra.
Los encontré una vez, los puedo encontrar de nuevo.

—Lo encontraste, y también lo hicieron tus tías. Han estado


manejando estas cosas durante más tiempo que tú. Estoy segura de que
podrán soportarlo un poco más mientras pasas algún tiempo en casa.

—¿Así que esto es todo? ¿Estoy castigada?

—Hasta que tengas un hijo.

—¿Y qué hay de una vez que nazca el hijo? ¿Me vas a dar una
correa suelta y me vas a dejar salir a hacer cosas? —La tía Xylia rara vez
dejaba su laboratorio en el sótano, pero su excéntrica tía, la alquimista,
disfrutaba jugando con sus pociones. ¿Sus hijos nacidos por
inseminación? A la tía Xylia le encantaban, pero ocupaban el segundo
lugar después de su trabajo.

¿Seré como ella? ¿Produciendo niños y dejando que otros los críen?
Realmente tuvo que preguntarse si tenía un gen maternal porque no
podía mostrar ningún entusiasmo por un bebé. Por otra parte, había algo
fríamente impersonal en ser implantada con la semilla de un extraño.
¿Un niño nacido de esa manera se sentiría real para ella?

Mis primas parecen reales. Deka y Babette tenían a las tías Xylia y
Yolanda como madres, pero no a los padres dragones. Ni siquiera padres

Serie Dragon Point 02 191


Eve Langlais Dragón exprimido

humanos. Sus tías seguían viviendo en casa, contentas con su estilo de


vida, aunque eso significara no tener maridos.

Adi como que admiraba eso. O al menos solía hacerlo. Luego


conoció a Dex, un adorable cerebrito humano, con una veta
extrañamente masculina que no involucraba violencia, y tuvo que
preguntarse ¿si tal vez estar con alguien a tiempo completo,
despertándose con él cada mañana sería tan malo?

—¿Quieres poder irte? Entonces te diré algo, dale un hijo a la


familia, y te encontraré algo para que hagas. Algo fuera de esta casa.

—¿Y si es un niño? Eso debería ganar una bonificación. Quiero


decir, quieres chicos, ¿verdad?

—De acuerdo. Si es un niño, te regalaré…

—Esa isla que tienes en el Pacífico.

Su madre entrecerró la mirada con sospechas.

—Aunque es un buen pedazo de tierra, su valor ha caído en picado


desde el enorme huracán que la dejó en un gran estado de deterioro.

—Lo sé. Y la quiero.

—Da a luz un niño, y es tuya. Pero estás pagando tú las


renovaciones.

—Trato hecho.

Ahora a quedar embarazada. De un niño. Cualquier niño. Porque


su madre no había dicho la palabra “dragón” ni una sola vez. Adi repitió
la grabación en su teléfono para asegurarse.

Serie Dragon Point 02 192


Eve Langlais Dragón exprimido

Espero que tus nadadores estén en buena forma, Dex, nene, porque
necesitamos embarazarnos ASAP21. Con un niño. Un plan increíble, pero
para que funcionara, primero tenía que encontrar a Dex.

#ListoONoAhíVoy.

21
ASAP: Lo antes posible. As Soon As Possible.

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Eve Langlais Dragón exprimido

Capítulo Dieciocho
Plas. Algo golpeó el agua afuera en la piscina con fuerza. Pasó un
segundo más antes de que las alarmas comenzaran a sonar. Sin
embargo, Dex ya estaba en movimiento.

Se sentó en su cama, inmediatamente despierto y escudriñando la


pantalla a los pies de su cama. Había bajado del techo y mostraba las
cámaras actualmente afectadas por la advertencia. Había muchas de
ellas, la señal de vídeo disparada por el movimiento.

—Rebobina, diez segundos —dijo en voz alta. La mitad de la


pantalla cambió, mostrándole lo que se sentía que era el mejor ángulo
sobre el intruso. ¿O era un objeto? Podía ver que algo había caído en la
propiedad desde arriba. Algo que realizó una elegante inmersión pero que
no era un avión o un pájaro. Demasiado grande para un dron. Brillaba
plateado, destellando brillante durante un momento. Lo suficientemente
brillante como para que sus ojos parpadeasen.

Plas. Cuando los abrió de nuevo, la mayor parte del video parecía
oscuro.

Lo que había caído ahora ocupaba espacio en la piscina, pero no


podía haber dicho lo que era. La iluminación no permitía una vista
adecuada. Parecía que algo había apagado un buen número de linternas
del exterior e incluso había cortocircuitado algunas de las cámaras del
patio trasero. Las pantallas negras que indicaban la ausencia de señal de
vídeo, se burlaban de él.

¿Qué los eliminó? ¿Qué había en su jodido jardín?

Levantándose de la cama, debatió qué llevar consigo y se decidió


por la escopeta que tenía debajo de la cama. Todos los chicos deberían

Serie Dragon Point 02 194


Eve Langlais Dragón exprimido

tener una. Desde el brote de los Cambiaformas, mantenía la suya llena


de plata mojada en agua bendita. No estaría de más cubrir todas las
bases.

Metió la culata bajo un brazo mientras caminaba hacia la puerta


corrediza de cristal. Estaba en casa otra vez, y el sótano se abría hacia el
patio junto a la piscina. También significaba un acceso fácil si tenía ganas
de fumar algo a base de hierbas. Su madre no lo permitía en casa.

Dex salió e inmediatamente notó la humedad en las baldosas de


piedra. Un remanente del maremoto generado por la cosa que se había
zambullido en la piscina.

Y, sí, él iba con la cosa porque notó el movimiento en el momento


en que entró en el aire fresco de la tarde. Un sutil cambio en las sombras
que le hizo saber que no estaba solo.

—¿Quién está ahí? —En realidad no esperaba una respuesta; sin


embargo, sí quería entender mejor a qué se enfrentaba. ¿Era algo vivo y
sensible bañándose en su piscina, o un pedazo de chatarra? Tal vez era
un dron sobredimensionado que no servía para nada.

El agua chapoteó cuando la cosa en la piscina se movió. Líquido


tibio rodó por encima de sus pies.

Vivo, entonces. Eso sacó la escopeta, apuntando a la joroba.

—¿Qué eres? —preguntó mientras se acercaba aún más al borde


de la piscina. Probablemente un movimiento estúpido por su parte, pero
la curiosidad lo volvió así. O eso, o albergaba deseos de morir. ¿Qué clase
de gilipollas va a ver cosas gigantescas que caen del cielo en calzoncillos
armados con una escopeta?

Sin embargo, a pesar de todo… la situación parecía estar llena de


peligro y el aire cargado de ozono… no tenía miedo. Tenso, sí. ¿Su cuerpo

Serie Dragon Point 02 195


Eve Langlais Dragón exprimido

lleno de adrenalina por la situación? Seguro. Pero no asustado. Poco lo


asustaba desde la academia.

Un leve zumbido se aproximó, y rayos de luz se entrecruzaron por


encima de su cabeza. Sus drones defensivos habían llegado, un poco
tarde. Parecía que su visitante había programado su llegada para cuando
los dispositivos de patrulla estuvieran más lejos. Eso indicaba alguna
medida de inteligencia.

—¿Quién eres? —¿Qué eres?—. ¿Y por qué estás aquí?

La cosa en la piscina, sí, su tamaño y el hecho de que resopló, un


sonido trinante que le hacía cosquillas en la piel, se elevó hacia arriba,
masivo y, sin embargo, de apariencia delicada al mismo tiempo.

Desde el extremo poco profundo de su piscina se levantó un


dragón, el agua bajando por encima de sus escamas plateadas, el
acabado mate brillando suavemente en los rayos de luz proporcionados
por sus drones.

—¿Qué coño? —Esto no podía ser real, y sin embargo no podía


negar que estaba mirando a una criatura que no debería existir.

Por otra parte, ¿no me advirtieron? No hace mucho tiempo que


Internet se había vuelto loco con las imágenes de los llamados dragones.
Estaba tan seguro de que los vídeos que salieron a la luz eran un engaño.

¿Los dragones son reales? ¿Pero cómo? ¿Cómo habían


permanecido ocultos tanto tiempo? Y entonces lo vio. El fuego verde en
los ojos.

Se esconden entre nosotros. Y los humanos no lo sabían.

Él lo hizo. Dex sabía que había algo diferente en Adi. Algo extraño.

Serie Dragon Point 02 196


Eve Langlais Dragón exprimido

La cabeza se inclinó hacia él, y a pesar de que reconoció el verde


en sus ojos, el resto resultó ser tan diferente. Un hocico gigante y elegante
con un morro levantado, briznas de niebla enroscándose de él. Encima
de su cabeza, mechones de pelo multicolor, o debería llamarlo melena,
fluían en una cresta desde la parte superior de su cabeza. Los zarcillos
se alzaron y ondearon, flotando a su alrededor. Pero lo más extraño de
todo, aunque obviamente había crecido en tamaño, reconoció el maldito
piercing en la nariz y la cadena que se unía a ella y que ella todavía
llevaba.

Joyerío Dragón. Que me jodan.

Simplemente no se podía negar la identidad del dragón que tenía


delante.

—¡Adi! —dijo su nombre con bastante dureza. Tan severamente con


un fuerte indicio de conmoción. Una cosa era saber que había algo
diferente en Adi, algo salvaje, malvado y peligroso. Pero en realidad…

¿Un jodido dragón?

—Exijo una explicación. —En cambio, ella lo salpicó y emitió un


sonido que parecía una burla—. No es gracioso —refunfuñó.

Ella respondió con otro ruido. Se cruzó de brazos e hizo todo lo


posible para parecer severo.

La forma ante Dex brilló, casi como si las moléculas del cuerpo se
difuminaran y desdibujaran antes de unirse firmemente, pareciendo que
se encogían hacia abajo, y hacia abajo. Luego bajó un poco más, hasta
que el dragón desapareció y un par de manos se agarraron al borde la
piscina. Un momento después, una figura saltó del agua, y una conocida
chica de pelo de duendecillo estaba ante él. Desnuda. La miró fijamente.

Le miró tanto los pezones que esperó un buen golpe en la cara.

Serie Dragon Point 02 197


Eve Langlais Dragón exprimido

A Adi no le importó, o eso supuso, dado que ella se palmeó sus


senos como una ofrenda que solo servía para endurecer su polla. Ella se
dio cuenta. ¿Cómo podría no darse cuenta dado el tamaño de la tienda
de campaña que él lucía debajo?

Ya que ella también le miró fijamente, él no sintió ninguna culpa


en absoluto por continuar con su mirada fija sobre su cuerpo. Dudaba
que se cansara de mirar fijamente. Adi poseía unos pezones muy bonitos,
posados sobre un buen puñado de tetas. Mucho para tomar con cada
mano. La baya en la parte superior resultó más oscura de lo esperado, y
se arrugó, ya fuera por el aire fresco de la noche o por su mirada, no lo
sabía, ni le importaba.

Esos pezones se ven deliciosos.

Si tú olvidaras que eran las tetas de un dragón.

Un jodido dragón.

—No me toques. —Agitó su escopeta y no obtuvo absolutamente


ningún efecto en el lento balanceo de sus caderas mientras ella se
acercaba.

—Venga, Dex, nene, no tengas miedo. Ahora sabes que soy una
bestia majestuosa. La más grande y la más mala, como nos gusta decir.
En este momento, sé que probablemente estás sorprendido por mi
esplendor. Humillado por mi poder.

—Estoy más impresionado por tu sentido de la modestia.

Ella le guiñó un ojo, tan inocente que quiso besarla. Porque ella era
realmente la cosa más arrogante que él había visto.

—La modestia es para los demás. ¿Me has visto? —Señaló a su


cuerpo, lo que significaba que se convirtió en un idiota babeante por un

Serie Dragon Point 02 198


Eve Langlais Dragón exprimido

momento mientras la sangre corría hacia el sur. Ella se acercó—. Soy


perfecta.

—Si tú eres perfecta, entonces, ¿qué soy yo?

¿Qué vio ella cuando lo miró?

—Tu eres el bonito. —Ella guiñó el ojo.

Se tomó un momento para procesarlo. No tenía sentido, y sin sus


gafas, se dio cuenta de que mirarla le mareaba.

—No soy bonito.

—Sí, lo eres, y no puedo esperar para presumir de ti. Te pondré


unos pantalones de cuero, tal vez solo un chaleco. ¿Cómo te parece ir de
comando?

Él movió la escopeta hacia ella, se dio cuenta de lo que hizo y la


dejó en el suelo.

—No va a pasar.

—¿Qué parte?

—Todo ello. No me estoy involucrando contigo.

—¿Por qué no? Pensé que nos estábamos llevando bien.

—Estábamos. Te fuiste. —Y luego volvió como un dragón.

Aunque en su defensa, genéticamente hablando, ella siempre había


sido un dragón. La diferencia era que él lo sabía ahora y eso lo cambió
todo.

Sigue siendo la misma chica.

Serie Dragon Point 02 199


Eve Langlais Dragón exprimido

La batalla interior lo desgarró.

—No te enfades conmigo. No me dieron una opción. Mi estúpida


familia entrometiéndose. No me fui tanto tiempo cuando lo piensas. Tres
días.

Por tres días como un perdedor con su teléfono a su lado,


esperando que sonara.

—Creo que fue lo mejor, que nos separáramos.

—Y ahora estamos juntos de nuevo. —Su sonrisa resultó mortal,


tan dulce y feliz que quiso agarrarla y besar esos locos labios.

Se preparó contra el impulso con un simple recordatorio.

—Eres una dragona. —Una masiva, voladora, quien-sabía-lo-que-


ella-respiraba dragona.

—Sigues repitiéndote. ¿Te golpeaste la cabeza? Mi tía dice que los


humanos no manejan muy bien los golpes en la cabeza. Tal vez debería
conseguirte un casco para que te lo pongas.

—No necesito un casco. Y no hay nada malo con mi cabeza. Solo


estoy señalando el hecho de que somos diferentes. Quiero decir, me
acabas de llamar “humano”.

—Porque eso es lo que eres, y yo soy un dragón, un dragón de Plata


para ser exactos. El Sept Plata es considerado como el más poderoso de
todos los colores.

—¿Quieres decir que hay más de ti?

—Muchos más. Pero no te preocupes. Si algunos de los otros te


tocan, los pulverizaré. —Puso sus manos en los brazos cruzados de él y
se inclinó de puntillas—. Eres mío.

Serie Dragon Point 02 200


Eve Langlais Dragón exprimido

Las palabras lo golpearon con una calidez que lo apretó


fuertemente. Le que sentía por esta mujer no era solo algo que sentía con
la polla. También sacó a relucir otras emociones en él.

—Estás loca. No soy de nadie. —Especialmente no era el novio de


una dragona.

—Será mejor que no lo seas, o tendré que hacerlas desaparecer


debido al problema de mis celos. —Adi se encogió de hombros.

—No puedes hacer desaparecer a la gente.

—Tienes razón. No puedo. —Entonces procedió a darle un guiño


exagerado.

Él sacudió la cabeza.

—¿Por qué yo?

—No te preocupes, Dex, nene. Estoy segura de que pronto me


encargaré de esto de los celos, pero hasta que lo haga, mi psiquiatra dice
que debes evitar el contacto visual con otras mujeres. Incluso las viejas.

No podía decir si ella hablaba en serio o no. Hablaba de eliminar a


las personas con una despreocupación perturbadora. ¿Era un rasgo
dragón? Pero Calvin también hablaba así.

—¿Por qué estás aquí? —preguntó finalmente—. ¿Y por qué me


mostraste tu… tu…? —Tu verdadero yo. ¿Por qué no pudo mantenerlo
oculto un poco más?

—Te lo digo porque es hora de que lo sepas. Me preguntaste qué


era yo. No querías acostarte conmigo hasta que te lo dijera.

Sus labios se contrajeron.

Serie Dragon Point 02 201


Eve Langlais Dragón exprimido

—Y tanto por esa promesa. —Él había perdido el control y, a pesar


de todo, no se arrepintió. Peor aún, volvería a perder el control si ella no
se vestía.

—No es culpa tuya que no pudieras contener tu lujuria por mí.


Estamos hechos el uno para el otro, Dex, nene. —Le pasó un dedo por el
pecho y él se estremeció.

—Deja de llamarme nene.

—Lo haré cuando encuentre un nombre mejor. Pero mientras


tanto… Mejor que te acostumbres. Porque vas a verme mucho.

¿No había visto lo suficiente? La imagen de su cuerpo desnudo


estaba quemada en sus retinas.

—¿Qué quieres decir con que voy a verte mucho más? —preguntó.

—Vamos a tener un hijo juntos.

Su polla pasó de excitada… sí, un bebé… a cojear… ¡Joder, está


embarazada! Volvió a excitarse. Adi está cargando a mi hijo. Mío.

Sí, mío, susurró otra voz.

Uh-oh. ¿Qué significaba eso?

Lo primero, sin embargo, ¿cómo sucedió?

—¿Estás embarazada? Pensé que habías dicho que no teníamos


que preocuparnos por nada.

—No lo sabemos, y no sé si estoy llevando un bollo en el horno


todavía, pero espero que eso cambie pronto. Quiero a este niño. Tu hijo,
más específicamente. Es la única manera de que mi madre no me
insemine artificialmente.

Serie Dragon Point 02 202


Eve Langlais Dragón exprimido

Dex sabía que no debía preguntar, pero no podía evitarlo, ni la furia


caliente.

—¿Inseminada artificialmente con el esperma de quién?

—No me lo dirán. Por lo que he oído, no es solo el conjunto de


nadadores de un tipo, sino de una pareja en el cóctel. A los Septs les
gusta hacer crecer las probabilidades. Es por eso por lo que los gemelos
y más son tan comunes en las familias.

—La gente no obliga a sus hijas a quedarse embarazadas.

—Los dragones lo hacen. Y tengo casi veintiocho años, lo que


significa que es mi turno, a menos que plantes una semilla aquí mismo.
—Se tocó la barriga—. Por supuesto, nuestro hijo no recibirá mucha
ayuda de la familia en cuanto a dinero y esas cosas, dado que será un
mestizo, y probablemente se nos prohibirá asistir a la cena de Navidad,
pero no creo que vayamos a perdernos tanto. Eché un vistazo a tus
activos antes de volar aquí, y tengo que decir, que parece que lo estás
haciendo bien por ti mismo.

—Me va bien. —La única respuesta que pudo lograr dada la locura
que ella soltó.

—Sabes que cuando dijiste que vivías con tu madre y tenías el


sótano, no imaginé exactamente esto.

Esta es una casa de estilo rancho construida en una ladera, el


primer nivel pertenece a su madre, el inferior a Dex. Tenía más de
novecientos metros cuadrados por piso, y terminaba en acacia limada a
mano para las áreas principales de la vivienda, mármol y granito para las
otras. Todo era de alta calidad y caro. Su sótano también tenía una pared
de ventanas, lo que hacía que el lugar fuera espacioso y luminoso durante
el día.

Serie Dragon Point 02 203


Eve Langlais Dragón exprimido

—¿En serio me vas a dar una mierda por haber minimizado esto?
—Él agitó una mano a su alrededor—. Creo que tu omisión es más grande
que la mía. Mucho más grande.

—No te quejes. No es bonito. —Le dijo un golpecito en la mejilla y


pasó junto a él. No pudo evitar darse la vuelta y admirar su trasero. Las
desnudas mejillas se movieron un poco mientras caminaba.

Entró directamente en su casa. En su espacio, donde había una


cama.

Se apresuró tras ella, entrando en la sala de estar y tomándose un


momento para sellar las puertas tras él. Luego se volvió para mirar. Adi
había encontrado su sofá y se había dejado caer sobre él, todavía
bastante desnuda, una pierna sobre un apoyabrazos, la otra en el suelo,
un espléndido cuadro pidiendo atención.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó mientas se ponía las manos


detrás de la espalda. Preguntándose si debería haber guardado el arma.
Se sintió indefenso sin ella.

Ella abrió bien los brazos y presentó una sonrisa diabólica.

—Poniéndonos cómodos. Es un sofá muy bonito. No tendré que


cambiarlo.

—¿Por qué lo cambiarías?

—Una vez que me dejes embarazada, lo más probable es que mi


madre me eche de nuestra casa, así que me mudaré contigo.

—No te vas a mudar.

¿No debería estar agregando “No voy a dejarte embarazada”


también?

Serie Dragon Point 02 204


Eve Langlais Dragón exprimido

Ella se puso de rodillas y apoyó las manos en el reposabrazos del


sofá. Eso la puso en una posición inclinada y llamó la atención sobre sus
senos.

—¿Qué te dije sobre decir que no?

—No. Y no. No me voy a involucrar contigo. Hace unos días, me


dejaste plantado, sin decir una palabra, y te fuiste. —Eso aún ardía.

—Me secuestraron.

—¿Quién?

—Te lo dije, mi familia.

Podría ver la madriguera del conejo, sabía que estaba a punto de


caer si lo pedía, pero no pudo evitarlo.

—¿Por qué te secuestraría tu familia?

—Lo preguntas como si necesitaran una excusa. Hola, mi familia.


—Puso los ojos en blanco—. Secuestro, extorsión, robo. Somos dragones.
Viene con la situación.

—Un dragón —resopló él—. De todas las cosas de mierda. Se


supone que no debéis existir. Creí que lo sabíamos todo después de la
última confesión de Parker.

—Sí. Él podría haber dejado de lado algunas cositas.


Probablemente debido a que somos los mejores para cazarlo y
comérnoslo.

—¿Comes gente? —La nota castradora de incredulidad era


inevitable.

Serie Dragon Point 02 205


Eve Langlais Dragón exprimido

—¿Es eso un problema? —preguntó con la mayor sinceridad. Luego


estalló en risa—. Tu cara. No tiene precio. No te preocupes, Dex, nene.
No voy a empezar a roer las extremidades delante de ti. A menos que me
hagas enojar. —Su expresión se oscureció—. Entonces tu culo está en la
hierba.

—¿Por qué yo? —murmuró él en voz alta.

—Porque eres la mantequilla de cacahuete para mi gelatina.

—Eso no fue sexy.

—Se suponía que demostraría que estamos hechos el uno para el


otro. Diferentes pero complementarios.

Mierda. De hecho, él compendió su retorcida lógica. Sin embargo,


no lo dijo.

—Tu obsesión conmigo tiene que parar.

—No, te diré qué tiene que parar. Eres tú, fingiendo que no estás
totalmente enamorado de mí. Ambos sabemos que te gusto. Puedo verlo.

Sus calzoncillos, que usaba para la comodidad de la cama,


mostraban a la perfección su interés.

—Querer follarte no significa que quiera involucrarme contigo o


embarazarte. Eres un dragón, por el amor de Dios. Eso es una locura.

—No realmente cuando piensas en ello. Quiero decir, claro, soy


muy diferente a las otras chicas. Mi factor asombroso está fuera de las
listas. Pero acepto todas las formas de adoración. Con puntos extra por
el uso de la lengua.

—Adi —dijo su nombre con una nota de advertencia—. Esto no es


una broma.

Serie Dragon Point 02 206


Eve Langlais Dragón exprimido

—¿Quieres usar tus manos también? De acuerdo. También te daré


crédito por la polla. —Sus labios formaron una sonrisa descarada.

¿Cómo resistirse? Ella ser presentó con una pícara perfección. Se


burló de él con deleite.

—¿Por qué tengo la impresión de que esto va a terminar en un


caos?

—Porque nuestra pasión arde —ronroneó, retorciendo el dedo. No


pudo evitar moverse hacia ella, atraído por el meneo del dedo. En ese
momento, entendió el poder del magnetismo, cuando se vio empujado
hacia el polo de su universo.

Adi es mi universo. Qué cosa tan aterradora de contemplar. Pero el


miedo no lo detuvo.

Sus labios se encontraron en un suave beso, y sus manos se


apoyaron en el apoyabrazos, a ambos lados de ella.

—Si hacemos esto —murmuró entre calientes respiraciones—,


entonces estamos usando condón. —Porque mientras la idea de un niño
era excitante, también era aterradora. ¿Tener un bebé con una dragona?
No creía que hubiera suficiente marihuana en el mundo para relajarlo lo
suficiente para eso.

—Si insistes, puedes ponerle un abrigo de goma a mi nuevo mejor


amigo. O podríamos darnos un capricho con un poco de acción oral. —
Se alejó de él, tensando su cuerpo, llamando la atención sobre la
hendidura de su cintura, el leve destello de sus caderas, y el…

—¿Te teñiste el vello púbico a juego con tu pelo?

—Lo hice durante mi encierro en casa. ¿Te gusta?

Serie Dragon Point 02 207


Eve Langlais Dragón exprimido

¿Qué tal si le mostraba lo mucho que le gustaba? La alcanzó y


atrapó su delgado cuerpo, sacándola del sofá. Como dragón, ella podría
elevarse sobre él, pero como mujer, encajaba perfectamente en sus
brazos. La levantó en el aire y se dirigió a su habitación.

—¿Adónde vamos?

—Mi cama.

—¿Qué tiene de malo tu sofá o el suelo?

—Me niego a que me quemen la alfombra o el cuero cuando tengo


un colchón perfecto. —Un colchón en el que rebotó cuando la dejó caer.

Ella chilló, una sonriente risita de placer que le agradó más de lo


debido. ¿Qué fue lo que le hizo sentir tan jodidamente bien de la felicidad
de ella?

Estaba acostada en la cama, con los brazos y piernas separados,


sin ocultar su perfección. Lo miraba desde debajo de sus párpados
parcialmente cerrados.

—Oye —dijo con un susurro ronco—. ¿Qué tiene que hacer una
chica para ser violada por aquí?

¿Si esa chica fuera Adi? Ya se estaba desnudando. La última vez


que tuvieron sexo, vieron todo lo que había del otro. Y, sin embargo,
quitarse los calzoncillos, dejar que su polla emergiera, dura y proyectada,
tenía un cierto atractivo erótico. Ella lo miraba con tanta hambre. Qué
placer.

—Mío. —Cuando lo dijo, él se puso aún más duro, la punta le


brillaba con pre-semen. Se agarró su polla y pudo haber gemido por la
forma en la que ella lo miraba. Por la forma en la que se lamía los labios—
. Acuéstate —ordenó ella.

Serie Dragon Point 02 208


Eve Langlais Dragón exprimido

Un hombre más decidido podría haber discutido, pero quería ver


adónde iría esto.

Iba a un lugar muy agradable, considerando que ella se arrodilló


entre sus piernas y se inclinó hacia abajo, lo suficientemente lejos como
para que su aliento caliente revoloteara sobre la piel de su polla.

Un escalofrío lo sacudió. Se le escapó un grito cuando, sin previo


aviso, tomó su cabeza hinchada en su boca.

—Mmm —ronroneó ella—. Salado. —Una sucia exclamación


seguida de una dura chupada. Dejó que su eje saliera con un pop
húmedo.

Podría haber hecho un sonido de decepción poco masculino.

Ella lo escuchó y se rió.

—¿Quieres más?

—Joder, sí. —No mentiría, no con el dolor en su polla y el fuerte


tirón en sus pelotas.

Con una risita suave, ella se volvió a sumergir en su trabajo, sus


labios deslizándose a lo largo de su eje, todo el camino hasta que tocaron
la raíz.

No sabía cómo lo hizo. Pero le encantó. Ella retrocedió hasta un


punto intermedio y luego comenzó a chuparlo, sus mejillas ahuecándose
cada vez que tiraba. Sus caderas se sacudieron a tiempo para que ella
chupara.

Sintió que la presión aumentaba, y entonces se detuvo. Con


tortuosa lentitud, deslizó su boca hacia arriba por el pene de él,
arremolinando su lengua alrededor de la gorda cabeza. Probándolo.

Serie Dragon Point 02 209


Eve Langlais Dragón exprimido

Mordisqueándolo. Lo hizo gemir mientras ella jugaba con él. Gritó de


repente cuando ella se lanzó de nuevo hacia abajo.

Lo chupó con tanto fervor y disfrute que no pudo evitar


estremecerse. Y entonces ella tocó su saco, y él casi se corrió.

—Todavía no —dijo ella con un suave beso en la punta de su pene—


. Creo que yo también me merezco un turno.

Se dio la vuelta, mostrándole su trasero antes de levantar sus


piernas sobre las suyas hasta que ella se sentó a horcajadas sobre él.
Entonces se inclinó hacia sus pies, proyectando su trasero y exponiendo
su sexo.

Ella gateó, hacia atrás, hasta que el centro de ella, ese dulce coño
que él anhelaba, flotaba sobre su cara. Dulce tentación. No esperó, sino
que sacó su lengua, logrando golpearla contra los labios inferiores de ella.
El néctar húmedo le dio sabor a su lamida, y la decadencia lo hizo probar
nuevamente, su lengua chapoteando entre los labios de ella. Él tarareó
contra su carne con placer, y ella se estremeció.

Ella también volvió a trabajar en su polla, con la boca apretada con


entusiasmo, su cabeza golpeando rápido y alucinante.

Pero dos podían jugar a esto. Mientras ella chupaba su pene, él se


burló del punto entre sus labios, sintiendo el tembloroso calor de su
carne. Pero fue cuando él volvió su atención a su clítoris cuando ella
gimió alrededor de su polla que le llenaba la boca.

Habiendo encontrado el botón del placer de ella, jugó con él,


girando la lengua alrededor del congestionado nudo. Como tenía la
ventaja de estar en la parte de abajo, podía usar sus manos, sujetándola
en su lugar, pero también podía deslizarlas dentro de ella, llenando ese

Serie Dragon Point 02 210


Eve Langlais Dragón exprimido

dulce coño con sus dedos. Folló su apretado canal, sintió su apretón
alrededor de él mientras frotaba y chupaba su clítoris.

Tan alucinantemente dulce. No podría haber dicho lo que le daba


más placer, sus labios causando felicidad en su polla, o la sensación de
ella cuando ella se acercó en su lengua, ese profundo temblor, su gemido
gutural tan excitante que casi derramó su semilla.

Él los hizo rodar y se movió, usando su lentitud después del


pequeño orgasmo para obtener una ventaja. Agarró una pierna y la
levantó para que la pantorrilla descansara sobre su hombro, eso la abrió
de par en par para él.

La penetró, sintiendo el guante de terciopelo de su sexo apretando


por todas partes. Las réplicas de su clímax le cosquillearon en la polla
mientras la bombeaba.

Quería correrse. Correrse tan jodidamente mucho. Pero quería que


ella viniera con él. Le puso un pulgar sobre el clítoris, lo frotó y lo acarició
mientras empujaba y se mecía en ella, cada golpe de su verga haciendo
que su aliento fuera irregular.

Ella se inclinó mientras se movía bajo él, con los ojos cerrados y la
cabeza golpeando de un lado a otro.

Podía sentir el placer enrollándose de nuevo en él, su cuerpo


preparado para la liberación.

—Córrete para mí, nena. Córrete. —La empujó con las palabras
mientras se empujaba a sí mismo en ella. Sus ojos se abrieron, y fuego
verde ardió en ellos. Había ido demasiado lejos para que le importara lo
que significaba.

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Eve Langlais Dragón exprimido

Ella enterró su cara contra él, sus labios chupando y succionando


la piel. La montó y sintió el pulso de su excitación, agarrándolo mientras
empujaba en ella.

Sus dientes lo mordieron, y él gruñó. Ella lo mordió, duro,


dolorosamente duro, y, sin embargo, le dio placer.

Gritó mientras empujaba profundo una última vez, tan profundo,


el golpe más profundo hasta ahora. Soltando su piel, ella gritó y se
arqueó. Ambos se corrieron, sus cuerpos unidos como uno solo, su
clímax rodando a través de ambos. Su semen derramándose dentro de
ella.

Derramándose.

Joder.

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Eve Langlais Dragón exprimido

Capítulo Diecinueve
Dex llevaba su marca. Le quedaba bien. Ahora, si tan solo perdiera
el ceño fruncido… o él lo volteara al revés.

—Olvidé usar un condón.

—Lo hiciste. —Extraño considerando que él era el que parecía tan


decidido a usar uno. A ella no le importaba, en realidad. Simplemente le
daba a una polla una sensación más parecida a un consolador. Pero,
mientras fuera dura, funcionaba.

—No volverá a suceder —dijo, sonando decidido.

Ella se rió de verdad.

—Realmente vas a tener que mejorar en mentir. —Le dio un


golpecito en la mejilla—. Está bien. Entiendo. Quiero decir, ¿cómo puedes
resistirte a mí? Soy increíble.

Él gruñó mientras rodaba fuera de ella.

—Soy un hombre adulto. Debería tener un mejor control.

Ella rodó sobre su estómago y le lanzó una mirada burlona.

—¿Quieres que lo pruebe?

Sus labios articularon no, pero su mente claramente escuchó un


sí. Se alejó, flexionando sus nalgas. Un buen culo, podría añadir ella. Un
momento después, oyó correr el agua, y mira quién había dejado la
puerta abierta.

Alguien quiere compañía.

Serie Dragon Point 02 213


Eve Langlais Dragón exprimido

Con una sonrisa, se levantó de la cama. Después de un sexo


pegajoso y alucinante, nada mejor que una ducha caliente, donde le hizo
una mamada a Dex hasta que él jadeó su nombre.

Luego se inclinó y dejó que él terminara con los dos. Otra vez, sin
condón.

Después de que él se golpeara la cabeza contra la pared varias


veces, ella lo dejó escapar de regreso a la habitación.

Un poco más tarde, salió de la ducha y se encontró a Dex acostado


en la cama fingiendo que estaba durmiendo. Ella se lo permitió.
Necesitaría reunir fuerzas para su próxima ronda de sexo. Pero dormir
no significaba que pudiera escapar de ella. Se envolvió alrededor de él,
apretándolo cerca. Él no se alejó, así que durmieron unas horas, lo
suficiente como para que el amanecer la acariciara y la apuñalara en los
ojos.

—Arréglalo —refunfuñó antes de empujarlo fuera de la cama. Algo


murmuró cuando cayó al suelo con un golpe. Una persona menos
perceptiva habría oído: “¿Qué coño?”, pero lo reconoció como:
“Enseguida, mi princesa”.

Con las persianas bajadas, se las arregló para dormir un poco más,
y la siguiente vez que se despertó, cerca de la hora del almuerzo por el
estruendo de su barriga, encontró a Dex sentado encima de las sábanas,
usando calzoncillos boxers, como si escondiéndose fuera a hacer que
fuera menos atractivo.

Me gusta pelar mis golosinas. Con su alijo de Twinkie, a veces le


gustaba ir despacio, quitando el envoltorio poco a poco. Otras veces, era
impaciente y lo arrancaba, dejándolo completamente desnudo para
comerlo. Le encantaba dejar el relleno cremoso para el final.

Serie Dragon Point 02 214


Eve Langlais Dragón exprimido

Su tentador cerebrito estaba sentado allí, ignorándola, por el


momento. No había huido, lo cual era bueno y malo.

¿Bueno? No se había largado una vez que se dio cuenta de que


habían tenido sexo sin protección.

Un gran sexo.

Entonces, ¿cuál era el problema?

No huiría. Una pena, porque a ella no le habría importado


perseguirlo y atraparlo. Y luego cautivarlo.

Encantador… Su dragón pensó que debía hacer eso sin importar


qué.

Se acercó a él con una camiseta que había encontrado colgada en


la parte trasera de la puerta del baño, una de las de él. El olor de Dex en
ella la complació. Él la complació. Por eso lo buscó y lo encontró. Luego
de planear una brillante huida de la empalagosa mansión de su madre.

El problema de mantener prisionera a la diseñadora de su sistema


de defensa era que la diseñadora, Adi, sabía exactamente cómo escapar.

Lo que había sido mucho más difícil fue encontrar a su Dex.


Resultó que la dirección de su sitio web era falsa, al igual que la del
permiso de conducir que había encontrado.

Sin embargo, Adi tenía fuentes, que fue cómo lo había encontrado
y, para ahorrar tiempo con explicaciones, hizo su gran entrada. Al
principio parecía impresionado. Ahora la ignoró a favor de su portátil.

Se merecía totalmente el cepillo que le arrojó a la cabeza. Lo golpeó,


y llamó su atención.

Él la fulminó con la mirada.

Serie Dragon Point 02 215


Eve Langlais Dragón exprimido

—¿Qué demonios?

—Esperaba que lo atrapases.

—Estaba ocupado.

—Presta siempre atención a lo que te rodea. —Y, sobre todo, que


prestara atención a ella.

—Suenas como mi profesor de la academia.

—Oooh, fuiste a una academia. ¿Todos chicos o mixta? ¿Todavía


tienes el uniforme? ¿Te lo pondrías para mí?

Las preguntas rápidas lo hicieron parpadear.

—No vamos a hablar de la academia.

—¿Por qué no?

—Porque no es importante ahora mismo. Lo que es importante es


el hecho de que eres una dragona, pero no te ves cómo ninguna de las
fotos en las web, bueno, excepto al reciente vídeo que fue desacreditado
como falso.

—No es falso. Ese gran dragón que viste es Brand, el compañero de


Aimi. Él también es el sobrino de Parker.

—¿No salió a la superficie para una fiesta y luego desapareció de


nuevo?

—Síp. Una vez que mamá supo que teníamos un dorado, lo mandó
a un castillo seguro más rápido de lo que se puede decir, ka-ching22.

22
Ka-ching: Referencia al sonido de una caja registradora. Se usa para hablar de grandes
cantidades de dinero y querer mucho dinero.

Serie Dragon Point 02 216


Eve Langlais Dragón exprimido

La miró fijamente, y ella podría haberlo golpeado para darle un


apretón, se veía tan adorable con sus gafas. Llevaba un par posadas en
lo alto de la nariz, de montura gruesa y sexy.

—Vas a tener que reducir la velocidad. Me estás arrojando un


montón de información, pero no estoy entendiendo ni la mitad de ella.

—¿Es tu forma de pedir una lección de historia?

—Solo quiero entender.

—En pocas palabas, los dragones son antiguos. Hemos estado aquí
desde que vosotros descubristeis que las ruedas ruedan mejor que los
cuadrados. En realidad, gobernamos a los humanos durante bastante
tiempo. Nos adorabais y cuidabais de nosotros, y no os comíamos; era un
buen trato. Hasta que un rey brillante comenzó a pensar que era una
buena idea enviar a caballeros a misiones para matar dragones. En
aquellos tiempos, la realeza tenía un montón de jodidas hijas. Lo que
significó una tonelada de misiones y muchos dragones murieron.

—¿No os defendisteis?

—Por supuesto que sí, pero nuestros números de entonces no eran


tan buenos. Cuando eres un depredador en la cúspide, la procreación no
es tu principal objetivo. Por el contrario, no quieres sobrepoblar. Pero el
problema con eso es que, cuando continúas teniendo luchas internas que
conducen a la muerte y luego una población humana decidida a
exterminar, terminas con una especie casi extinta. Nos escondimos.

—¿Y lograsteis quedaros escondidos? ¿Cómo? Quiero decir, te vi,


eres enorme.

—Gracias. Pero mi prima Babette es más grande. Ella realmente


sabe cómo aprovechar al máximo su tamaño. Pero sus escamas no son
tan bonitas como las mías.

Serie Dragon Point 02 217


Eve Langlais Dragón exprimido

—¿Eres inmortal?

Ella se rió, un sonido como un trino que contenía un poco de su


bestia.

—No del todo, pero tengo una vida más larga que la de un ser
humano. Tú recibirás algún beneficio de la unión. No te hará tan longevo
como a mí, pero tenemos muchos años por delante.

—¿Por qué estás decidida a tenerme?

—Te lo dije. Eres guapo.

Por alguna razón, eso lo hizo sonrojar, y agachó la cabeza y


comenzó a tocar en su teclado nuevamente.

—Nada de lo que me has dicho coincide con lo que he leído en


Internet. No te pareces en nada a las fotos. La versión más cercana a la
que vi es la china, pero no tienes barba y no tienes forma de serpiente.

—No seríamos muy buenos escondiéndonos si la gente pudiera


dibujarnos. Pero ahora que la tecnología digital está tomando el relevo,
cada vez nos captan más las cámaras. Han sido un verdadero problema
de relaciones públicas, especialmente porque algunas personas mayores
en los Septs son de la vieja escuela y piensan que nadie más debería
saber realmente como somos. Les gusta hacer desaparecer a los testigos.
Pero hay otros como yo que piensan que es hora de deshacernos del
manto que nos esconde y sacudir nuestras tetas para que el mundo las
vea.

—No sé si es una buena idea.

—¿Por qué? Otros, como los Cambiaformas, han salido, y hasta


ahora, el mundo no se ha acabado. Lo que admito que fue un poco

Serie Dragon Point 02 218


Eve Langlais Dragón exprimido

decepcionante. Quiero decir, tenemos un refugio antiaéreo con suficiente


para que un ejército viva cualquier tipo de apocalipsis.

—Si el mundo supiera que sois dragones, entonces…

—Entonces ¿qué? —Pero en un momento de claridad, ella entendió


su lucha, y eso la enojó—. No quieres que la gente sepa que te acuestas
con un dragón. Un monstruo.

No podía ocultar su expresión avergonzada.

—No eres humana.

—Y tú no eres un dragón. Eso no me ha detenido hasta ahora. —


La idea de que ella lo avergonzara, que él no la considerara
suficientemente buena, la sacudió hasta la médula.

En el silencio que siguió, ambos oyeron a una mujer que


canturreaba:

—Dex, querido, voy a hacer unos recados, ¿has visto…?

Una mujer, mayor y más corpulenta que Dex, pero compartiendo


muchos rasgos faciales, apareció en la puerta de su habitación. Una
mujer que no podía ser otra que su madre.

Solo había una cosa que hacer. Adi se puso de pie de un salto y, en
un instante, abrazó a la mujer, levantándola del suelo.

—¡Mamá! Encantada de conocerte por fin.

—¿Disculpa?

—Soy Adrienne.

—¿Quién? —La mujer mayor parpadeó.

Serie Dragon Point 02 219


Eve Langlais Dragón exprimido

—Probablemente oíste a Dex hablar de mí como Adi. Su novia.


Pronto seré su prometida, y madre de tu primer nieto.

Así que Adi podría haberlo puesto un poco grueso, esa no era
ninguna razón para que la mujer se desmayara. Probablemente también
lo estaba fingiendo, dado que Adi no podía oler ese aroma especial que
normalmente rezuma cuando una presa es vulnerable.

—¿Qué le hiciste a mi mamá? —Dex saltó de la cama y se apresuró.


Le arrebató a su madre a Adi y la fulminó con la mirada.

Y la falsa de su madre no podía ocultar una leve sonrisa.

¿Así que la señora quería jugar? No sabía lo que acababa de hacer.


Reto aceptado.

—Dex, nene, no sabía que eras un hijo de mamá. Eso es muy dulce.
Demasiados chicos hoy en día dejan a sus padres incontinentes en
instituciones, confiando en extraños para que les cambien los pañales y
los bañen con esponja. Creo que es encantador que te hayas
comprometido a hacerlo tú mismo.

—Mi mamá no es una inválida.

—Aún no. Pero, al menos vivís juntos. Será más fácil cuando
envejezca más y requiera cuidados las veinticuatro horas. He oído que
usar enemas puede ayudar a que tengan un horario.

—¿Enemas? —El pliegue de confusión en su frente hizo que ella se


mordiera el interior de su labio para no sonreír.

—No te preocupes. No luchan después de las primeras veces. Y


pronto aprenden a no quitarse el pañal.

Serie Dragon Point 02 220


Eve Langlais Dragón exprimido

Mientras que Dex trataba de comprender su futuro con su mamá,


que tenía su delantal bien atado a su bebé, su madre fingió recuperar la
conciencia con un falso:

—Dex, mi amor, ¿eres tú? Creo que me desmayé. Algo. No, alguien
—Una mirada fulminante dirigida hacia Adi—, me asustó.

—No te preocupes por Adi.

—Su novia —agregó Adi con un movimiento de sus dedos sobre su


hombro.

—Tonterías. Dex no está saliendo con nadie.

—Será mejor que no salga con nadie más, o tendré que llamar al
abogado de la familia para que pague mi fianza. —Se detuvo un segundo
y sonrió antes de decir—: Otra vez.

Su madre disfrutó de una recuperación milagrosa y se puso de pie,


con las manos en las caderas. Su rosto redondo y de querubín, un rostro
destinado a usar harina y polvo de azúcar mientras horneaba para Adi,
se arrugó en un ceño fruncido.

—No eres apta para salir con mi hijo.

—Ahora, mamá… —Dexter, chico tonto, intentó intervenir.

Adi se paró delante de él.

—No te preocupes, Dex, nene. Yo me encargo de esto. Escucha,


Mamá, puedo llamarte Mamá, ¿verdad? ¿O prefieres Ma? La mía es muy
tradicional e insiste en que sea Madre.

—Mi nombre es señora Cline, también conocida como tu peor


pesadilla si no le quitas las garras de encima a mi hijo.

Serie Dragon Point 02 221


Eve Langlais Dragón exprimido

Adi sacudió la cabeza.

—Sí, eso no va a suceder. Déjame explicarte cómo va a funcionar


esto. Voy a tener un montón de relaciones sexuales con tu hijo. Sin
protección. Hasta que me quede embarazada, lo que ya podría haber
sucedido. —Se ahuecó el vientre y entrecerró los ojos—. Si no lo ha hecho
ya, entonces es solo cuestión de tiempo porque vamos a ir por ello,
mucho, mientras que, al mismo tiempo, buscamos cosas.

—¿Qué cosas? ¿Estás hablando de drogas? No toleraré las drogas


en esta casa —dijo su madre con una nota chillona.

—De acuerdo. Las drogas son malas. Di no a las drogas. —Se giró
para mirar fijamente a Dex—. Y yo no tengo miedo de hacerte orinar en
un tarro.

—¿De qué está hablando? —Su madre no podía seguir la pista de


la situación. Probablemente una señal de que se estaba acercando a la
senilidad.

—¡No soy senil!

Oops. Hablando en voz alta otra vez.

#NecesitandoUnFiltroEnLaBoca.

—Lo que Adi quiere decir es que no tienes que preocuparte por
nada. Tengo esto bajo control.

—¿En serio? Tengo que decir que estoy impresionada, Dex,


tomando el control, y ni siquiera estamos casados todavía. Lo que me
recuerda, ¿iglesia o ayuntamiento? —Adi le dio un golpecito en la
barbilla—. ¿O podríamos fugarnos y casarnos en la playa? Pero me gusta
la idea de vivir en pecado.

Serie Dragon Point 02 222


Eve Langlais Dragón exprimido

—¿Quieres casarte con mi Dex? Por favor, di que esto no está


sucediendo. —Su madre parecía bastante débil.

Dex miró a Adi como si fuera su culpa que su madre sufriera de


una constitución débil.

—No nos vamos a casar.

—Todavía —añadió Adi para ser de ayuda.

—¡Jamás! —rugió la recién llegada a la fiesta.

Genial. Ahora tenía que lidiar con dos viejas.

Dex se quedó boquiabierto por un momento antes de recuperarse


y lanzarse en busca de un arma.

Mientras Adi quería ver a su matriarca muerta, sus hermanas no


estarían contentas si lo permitiera.

—Madre, ¿qué haces aquí?

—¿Madre? —Dex reapareció con un arma en la mano. Por extraño


que parezca, la madre de él también lo hizo.

Eso trajo una sonrisa a los labios de Adi.

—Y yo que pensaba que te alegrabas de verme cuando te abrazaba.

—Vete de mi casa —La madre de Dex movió su arma.

Con las manos plantadas en las caderas, Adi repitió la petición.

—Sí, madre, vete.

—Tú, también —dijo la mujer, que realmente debería estar arriba


cocinando. Adi tenía hambre.

Serie Dragon Point 02 223


Eve Langlais Dragón exprimido

—¿Yo? —Parce que la madre de Dex tuvo otro momento de


senilidad, cuando el arma apuntó a Adi—. No puedo irme. Dex está aquí.
¿O es esta tu manera de empujar a tu pajarito fuera del nido? ¿Querías
que nos mudáramos y encontráramos nuestro propio lugar?

—Dex se queda. Vosotras dos, por otro lado, os vais. Ahora. Y no


volváis.

—¿Vas a dejar que tu madre me hable así? No lo permitiré. O yo, o


ella. —El ultimátum le pareció bastante simple, con una respuesta obvia.

Aparentemente, Dex necesitaba una hoja de respuestas porque


respondió mal.

—Tú y tu madre tenéis que iros.

#NoDeseada.

Seguido de un hashtag que decía orgullo. Con la cabeza bien alta,


Adi se volvió sobre sus talones.

—Me voy.

—¿Lo haces? —Sonaba tan sorprendido.

¿En serio? ¿Teniendo en cuenta todo lo que había pasado? Ella le


lanzó una mirada por encima del hombro.

—Bueno, duh. Aparentemente, tengo que ir a buscar comida ya


que el servicio aquí apesta. Habría pensado que un habitante del sótano
estaba mejor alimentado. Ya que no lo estás, volveré más tarde.

—¿Vas a volver?

Ante su mandíbula caída, ella se rió.

Serie Dragon Point 02 224


Eve Langlais Dragón exprimido

—No pensaste que me asustaría tan fácilmente, ¿verdad? —Le


guiñó el ojo—. Este tipo de drama no es nada. Espera hasta que tengas
que tratar con mi familia regularmente.

—No tratará con nosotros porque no lo volverás a ver nunca más.


—La madre de Adi no llevaba muy bien la impaciencia. Cruzó los brazos,
el lino crema cosido con un hilo gris plateado, tirando tenso, pero no tan
tenso como sus labios. Desaprobación en su máxima expresión.

—Nunca más. Estoy de acuerdo. —Nueva Mamá asintió con la


cabeza.

—Él es completamente inadecuado para mi hija.

—¿Disculpa? —La cabeza de Mamá giró—. ¿Acabas de insultar a


mi hijo?

—¿Qué tan insultante es la verdad? Quiero decir, míralo. No podría


ser más obvio que mi hija se merece algo mejor. Estamos relacionadas
con la realeza, ya sabes.

Menos mal que Nueva Mamá no empuñó un rodillo; podría haberlo


usado. Tal como estaban las cosas, ya no se veía tan cariñosa.

—Es tu hija la que no es suficientemente buena para mi hijo.


Arrojándose a él como una mujerzuela. Las damas de verdad no hacen
eso.

—Obviamente no has conocido a las que corren en mi círculo. —Se


rió Adi.

Dex sacudió la cabeza.

—Esto es una locura.

Serie Dragon Point 02 225


Eve Langlais Dragón exprimido

—Sí, especialmente porque tu mamá no tiene ninguna posibilidad


contra la mía. Debería rendirse ahora mientras la noche es joven.

—Mi mamá es dura.

Adi miró a la madre de Dex, de puntillas, gritando algo a la cara de


la madre de Adi.

—Tiene pelotas. Pero no sabe que mi madre se la puede comer.

—¿Es probable que eso suceda? —Parecía preocupado.

—Nah. Mi madre dice que los ancianos son muy fibrosos y se le


atascan en los dientes.

—Estás jodiendo conmigo.

—Si lo estuviera estaría usando menos ropa. —Se dirigió hacia la


puerta corrediza del patio, y él mantuvo el ritmo.

—¿Adónde vas?

—Tengo una cita.

—¿Una cita? —Dejó de caminar y lo repitió y añadió más fuerte—:


¿Con quién?

—Con alguien que me va a dar tanta carne como yo quiera. —Le


guiñó un ojo por encima del hombro—. ¿Quieres mirar?

—¿De qué estás hablando?

—Sígueme, y verás. —Saltó fuera de su casa y atravesó su patio,


su paso fue rápido. La valla en el otro lado resultó fácil de agarrar,
especialmente ya que ella ignoró el grito de Dex

—¡Adi, no!

Serie Dragon Point 02 226


Eve Langlais Dragón exprimido

La malla metálica resultaba ser fácil de usar como asideros. ¿El


voltaje que normalmente pasaba a través de ella? Muerto. Muchas de las
medidas de protección para su casa habían sido desactivadas. Ella lanzó
una pequeña bomba de tiempo sobre su sistema cuando lo aniquiló.
Luego agregó más desorden cuando cayó y se lo llevó. Puede que no tenga
mucho polvo para respirar, pero puede dar una buena descarga,
suficiente para hacer cortocircuitos electrónicos dentro de un cierto
rango.

El olor a barbacoa la atrajo. Dex podría tener una propiedad de un


buen tamaño, pero el vecino de al lado no podía oculta el dulce aroma de
la carne asándose. Alguien estaba comiendo hamburguesas para
almorzar.

Quiero un poco. No estaba segura de tener tiempo para comer.

Algo se acercaba. Lo escuchó claramente cuando se detuvo entre


las propiedades y miró al cielo.

Él débil whup whup whup de las aspas de un helicóptero


tartamudeó, el sonido de este haciéndose más fuerte. El sol la cegó
cuando se inclinó para mirar, pero, aunque no podía ver, se dio cuenta
de que venían rápidamente por encima. Viniendo por Adi. Madre tenía
razón, me quieren a mí.

Como había dejado de correr, Dex la alcanzó. La agarró del brazo y


la hizo girar.

—¿A dónde vas? ¿Te das cuenta de que solo llevas una camiseta?

Ella bajó la mirada hacia la tela envolvente.

—Sí. No es mi atuendo más sexy. Creo que tengo una sábana más
pequeña que esto.

Serie Dragon Point 02 227


Eve Langlais Dragón exprimido

—No llevas bragas —siseó él.

Ella no pudo sonreír ante la afrenta de él.

—Creo que deberías comprobarlo para estar seguro. —Tiró de la


mano de él, pero él no jugó.

Un ceño fruncido en su frente.

—¿Qué es ese ruido? —Se volvió hacia el cielo y maldijo—.


Helicópteros. Tenemos que salir de aquí antes de que terminemos en las
noticias de las cinco.

—No es un helicóptero de los medios de comunicación.

—¿Cómo sabes…? —Se detuvo y sacudió la cabeza—. Por


supuesto, lo sabes porque se trata de ti. ¿Qué quieren? ¿Es tu familia
otra vez? ¿Vienen a ayudar a tu madre a arrastrarte a casa?

—No es probable. A Madre no le gustan las exhibiciones llamativas.


—Y Madre no necesitaría ayuda. Adi saludó a la nave que se acercaba.

—¿A quién saludas?

—Quienquiera que nos espíe con la cámara a bordo. ¿Sabías que,


contrariamente a la creencia popular, los dragones no son criaturas
frías? Nuestra sangre corre caliente, muy caliente —ronroneó, mientras
arrastraba un dedo por el pecho desnudo de él. Se detuvo en sus
vaqueros. El mojigato se había detenido para ponérselos antes de salir
corriendo detrás de ella—. Qué manera de arruinar una tarde
perfectamente buena. ¿Supongo que no puedo convencerte para que te
los quites?

—No. Y deja de hacer el tonto. Por si no te has dado cuenta,


tenemos visitas.

Serie Dragon Point 02 228


Eve Langlais Dragón exprimido

—Visitas no invitadas. Qué grosero por su parte venir sin avisar,


pero de nuevo —Su expresión se iluminó—, solo piensa, estamos a punto
de entretener a nuestra primera compañía como una pareja. —Porque,
hola, alguien usaba su marca. #ÉlEsMío.

—Por “entretener” asumo que quieres decir patear sus traseros. —


Él sacudió la cabeza—. ¿Qué pasó con una noche tranquila en casa
jugando al WoW en línea?

—¿Tranquila? ¿Quién quiere silencio? El silencio puro solo debe


ocurrir una vez que te hayas desmayado por haber tenido relaciones
sexuales demasiadas veces. No te preocupes. —Bajó la voz a un
ronroneo—. Te mostraré lo que quiero decir más tarde. Primero —
Chasqueó los dedos y giró sus hombros, calentando sus músculos—:
Tenemos que decir hola.

Una escala cayó del helicóptero, y cuerpos vestidos con equipo de


combate negro descendieron. Eran menos preocupantes que lo que
volaba a plena luz del día.

Creo que acabamos de encontrar a nuestro amigo demonio del otro


día. El extraño imp alado no volaba solo. Había traído amigos.

Con las probabilidades a favor de los que tenían garras, ella se dio
cuenta de que no tenía elección.

—¿Cómo de buenas son las cámaras de tus vecinos? —preguntó,


quitándose la camisa.

Su mirada se desvió a su cuerpo desnudo.

—Borraré cada maldita cinta.

Serie Dragon Point 02 229


Eve Langlais Dragón exprimido

—Impresionante. No es que eso importe a largo plazo. Madre se va


a enojar por lo que voy a hacer. Pero, esta vez, ese pequeño bastardo y
su banda de diablillos no se van a escapar.

#TiempoDragón… no debe confundirse con el tipo paliza.

Ella brillaba, su cuerpo humano se estiraba y estiraba, las


moléculas y los átomos de su cuerpo se doblaban, se reformaron hasta
que respiró hondo y sintió cada pieza de ella cosquillear en libertad.

Aahhhh. Se sentía tan bien deshacerse de esa concha confinada.


Todo ese peso en un marco diminuto. Terriblemente pesado.

Pero ahora era ligera. Curvó sus piernas y saltó, su resorte


elevándose en el aire, y en lo alto, sus alas se desplegaron. Tal vez lo
imaginó, pero podría haber jurado que escuchó un reverente: “Ooooooh”.

La adulación le vino bien a su dragón.

Flotó en el aire, sintiendo el sol brillar en sus escamas, su


esplendor fuera para que todos lo vieran. Pero no tenía elección; Dex
necesitaba su protección. No podía hacerlo como una mujer. La mayor
oportunidad de supervivencia de él era conseguir que los atacantes
centraran su atención en ella.

Ella trinó, una flauta melodiosa de una canción, las notas subiendo
en el aire y colgando como joyas de colores antes de estallar y confundir
a los imps mientras volaban, las ondas de sonido interrumpiendo las
corrientes de aire.

Los demonios voladores no podían ver qué los golpeó, pero lo


sintieron y vacilaron, su vuelo de repente tambaleándose. Uno de ellos
estiró la cabeza y siseó, una lengua bífida surgiendo.

Volvió a gorjear.

Serie Dragon Point 02 230


Eve Langlais Dragón exprimido

Vamos.

El contingente de imps, siete fuertes, se lanzó sobre ella, y ella cayó,


un repentino picado en el último momento que causó consternación ya
que un par de demonios no pudieron detener el impulso y se estrellaron
juntos. Con sus miembros enredados, cayeron e hicieron un sonido de
salpicadura húmeda cuando golpearon el suelo.

Dos menos. Quedan cinco.

Llevar un hocico no significaba que no pudiera sonreír. Rodó hacia


atrás e hizo un perezoso deslizamiento, volando bajo los imps, que eran
lo suficientemente pequeños como para moverse rápidamente en el aire,
pero no eran tan fluidos como Adi. Ella se movía por el aire como en el
agua, tirando y nadando a través de las corrientes, sumergiéndose antes
de inclinarse hacia arriba. Se zambulló y entretejió entre sus objetivos,
arrastrando sus uñas afiladas. Dos demonios más cayeron en picado, sus
alas destrozadas.

Escuchó un grito de enfado:

—Deja en paz a mi bebé. —Y perdió tiempo mirando hacia abajo


para ver a la madre de Dex siendo cargada, con los brazos y piernas
agitándose, por la madre de Adi. Zahra llevó a la otra mujer de vuelta a
la seguridad de la casa, manteniendo a salvo a la humana. Que amable
por parte de su madre. Lo que era menos agradable era saber que no
había manera de que su madre no pudiera ver al dragón de Adi.
#GranProblema.

El fuego ardía en su ala, y ella movió su cabeza para ver que algo
se atrevía a cortarla mientras estaba ocupada.

Serie Dragon Point 02 231


Eve Langlais Dragón exprimido

No tenía mucho aliento, como su hermana, pero tenía el suficiente


polvo para que, cuando exhaló, otro imp cayó en picado, debido a que ya
no tenía cara.

Eso dejo a dos imps más y a algunos de los comandos que bajaron
al suelo y que fueron recibidos con disparos.

Al menos Dex tenía buena puntería; sin embargo, la buena


puntería no valía una mierda contra los números abrumadores. Desde la
carretera que cruzaba el frente de las propiedades, grandes camiones se
detuvieron y salieron más hombres. Estos hombres también estaban
armados y comenzaron a disparar.

Disparar a su Dex.

Ignoró a los dos últimos imps mientras se zambullía, sintiendo el


silbido del aire a través de su cresta, sus segundos párpados cerrados
sobre sus orbes, pero aun así le permitía ver claramente durante su
picado.

Vio demasiado tarde a los tipos con armas tipo bazuca al otro lado
de la casa del vecino. ¡Dispararon! Dispararon misiles que no podían
fallar del todo. Uno la golpeó, le cortó la pierna. Ella gritó enfadada, y se
inclinó, y un segundo la acertó, la punta puntiaguda clavándose en la
carne de su hombro.

El letargo le robó su fuerza, y empezó a tambalearse y luego se


hundió.

Dex gritó su nombre.

—¡Adi! No.

Habría respondido, pero la tierra se levantó demasiado rápido y…

Serie Dragon Point 02 232


Eve Langlais Dragón exprimido

Capítulo Veinte
Dex despertó atado a una camilla. Eso era bastante raro. Estar
desnudo ocupó un cercano segundo lugar, especialmente porque
recordaba que los días de la academia cuando despertarse desnudo
después de una borrachera significaba lidiar con los resultados causados
por un marcador permanente y una navaja de afeitar.

Sin embargo, podría manejar eso. Le volvía a crecer el pelo. La tinta


al final se desvanecería si se empapaba el suficiente tiempo en gasolina.

¿Qué fue lo que encontró más perturbador de todo? El tubo


intravenoso que se introducía en la carne de su brazo, y el fluido que era
bombeado a su sistema de un oscuro color negro. No brillaba con el verde
neón de un superhéroe, ni con el suero salino hidratante transparente.

Negro.

Tal vez fuera solo él, pero eso no inspiraba confianza.

¿Dónde diablos estoy?

¿Y quién lo había tomado prisionero? Lo último que recordaba era


que él y Adi habían sido emboscados. Toda la seguridad del mundo no
podría haber detenido al ejército en miniatura que había convergido hacia
ellos.

Como si eso no fuera suficiente, añade más de un puñado de


demonios voladores. Menos mal que él no había salido de la casa sin su
arma.

Adi, por otro lado, no necesitaba un arma. Ella era un arma.

Serie Dragon Point 02 233


Eve Langlais Dragón exprimido

Qué estupenda se veía cuando se transformaba en dragón y cómo


era más fácil decirlo cada vez. Se veía bellamente perversa mientras su
cuerpo serpentino fluía y atacaba, sus movimientos lanzándose y
rápidos.

Eliminó a un diablillo. Dos. Ella bailó a través de ellos mientras él


hacía todo lo que podía para incapacitar a los que venían a por él. Pero
venían vestidos para la batalla. Sus chalecos a prueba de balas, lo que
significa que no les hizo mella.

En ese momento, las cosas se habían movido rápidamente, y no


tuvo la oportunidad de comprender realmente lo que había sucedido.
Ciertamente no los contuvo. Es posible que no haya salido tan duro como
sus hermanos en la academia, pero Dex podría defenderse si le daban un
arma.

Terminé con más que unos pocos. Sin embargo, no había eliminado
a los que importaban, los bastardos que habían derribado a su dragón.
Adi había aterrizado con fuerza, lo suficiente como para hacer temblar el
suelo y aplastar la hierba. Él comenzó a correr hacia ella, aterrorizado al
notar que su cabeza se tambaleaba lentamente.

Alguien se acercó a ella y la golpeó en el vientre.

Con un teatral sonido de tino, ella cayó al suelo. Inmediatamente,


fue invadida por hombres con cuerdas, un arnés para secuestrar a un
dragón. Se estaban llevando a Adi.

Al darse cuenta de ello, él cayó de rodillas y levantó las manos. Lo


llenaron de drogas de todos modos. Drogas que ahora habían
desaparecido.

—Por fin, él despierta. —La voz no era de Adi. De hecho, no


pertenecía a nadie que conociera.

Serie Dragon Point 02 234


Eve Langlais Dragón exprimido

Giró la cabeza, estirándose para mirar detrás de él, y vio a un tipo


con el pelo gris con mechas plateadas de pie en una puerta. Los informes
en las noticias con la cara de este hombre pegada en ellos hicieron que
lo reconociera.

—Eres Theo Parker. Hay mucha gente buscándote. —Parker era un


hombre buscado por mucha gente y grupos, lo que significaba una
tonelada de recompensas. No todos lo querían vivo. Dexter podría
retirarse fácilmente si mataba a Parker y les daba a los que pagaban una
prueba de su muerte.

—Por supuesto, soy un hombre buscado. ¿Quién no querría al


hombre con las pelotas de hacer lo que debería haberse hecho hace
décadas? —Parker no parecía pedir disculpas por la confusión que había
causado en el mundo—. ¿Quién iba a pensar que los cryptos se
enfadarían cuando los delaté?

—¿Cryptos? —El extraño término era vagamente familiar.

—Cryptos, también conocido como Cryptozoides. El nombre que


usamos para los no humanos. Una palabra elegante acuñada por los
científicos snob para englobar a lo que no pueden entender. Como
hombres lobos y duendes, y no olvidemos a tu novia, dragón.

La réplica astuta hizo que su sangre se enfriara.

—¿Qué has hecho con Adi?

—Nada todavía. La princesa dragón duerme. Por ahora. Admito que


me sorprendió su vehemente defensa de ti. Recurrir a su lado de bestia
en público… Su madre no estaría contenta con eso. Los Septs podrían
haber logrado mantenerse ocultos después de la exposición de ese
Dorado, fue inteligente usar la verdad de su ser como resultado de un
experimento para ocultar la verdad real, pero los dragones tienen que

Serie Dragon Point 02 235


Eve Langlais Dragón exprimido

saber que solo es cuestión de tiempo antes de que ponga a los Septs en
el centro de la atención con el resto de nosotros.

—¿Por qué hacer eso? Tú eres uno de ellos. —Tan pronto como lo
dijo, un sabor amargo llenó su boca. La culpa es de las drogas o de darse
cuenta de que, al llamar a Parker “uno de ellos”, también había relegado
a Adi a ese grupo. ¿Pero ella era realmente tan diferente a él?

Las características de Parker se retorcieron.

—Y existe una razón por la que lo hice. Porque no soy uno de ellos.
—Prácticamente escupió las palabras—. Los cryptos son superiores a la
humanidad. Siempre lo hemos sido comparados con vosotros, humanos,
con vuestras pieles débiles y cuerpos frágiles. Tan débiles que no podéis
manejar ni el más simple de los cambios.

Por alguna razón, la dirección de la conversación hizo que Dex


mirara la intravenosa. Hablando de cambios…

—¿Qué me estás inyectando?

—Un poco de esto. Un poco de eso. Nada de esto es totalmente


humano. La mayoría de las veces son tóxicos. Los pacientes que lo han
recibido hasta ahora, todos los humanos en todo caso, murieron a causa
de ello. Tu cuerpo no puede soportar el cóctel, pero… —Parker se inclinó
hacia adelante y sonrió, una gran, amplia y salvaje sonrisa—. Me gusta
intentarlo. Nunca sabes cuándo encontrarás al sujeto de prueba correcto.
Mira a mi sobrino, Brandon. El único de los sujetos de prueba que logró
superar las deformidades y la locura para convertirse en algo más grande
de lo que era antes.

—De alguna manera, dudo que consigas convertirte en el tío del


año por experimentar con él.

Serie Dragon Point 02 236


Eve Langlais Dragón exprimido

—Sin embargo, debería agradecerme por haberlo sacado fuera del


asqueroso pantano en el que nació.

El hombre realmente encarnaba la locura con su indignación por


no haber sido agradecido por la tortura. No era un buen presagio para
Dex.

—¿Así que este cóctel me va a hacer genial? —O matarlo. Había


sobrevivido a ese tipo de probabilidades antes. Diablos, en su tercera
misión después de la academia, sus posibilidades de supervivencia
habían sido de menos de un cinco por ciento. La suerte estaba en su culo
cabalgándolo como una vaquera con un tanque lleno de lubricante ese
día.

—Quién sabe lo que pasará. Las pociones nunca afectan a nadie


de la misma manera. Y tú eres extra especial. Nunca lo he probado en un
macho que haya tenido relaciones con una hembra dragón. Por todos los
indicios, ella incluso te ha apareado.

No estaba seguro de lo que eso significaba, pero dada su


investigación… principalmente leyendo resúmenes de novelas
románticas, ya que nadie más se ocupaba realmente de los dragones de
hoy en día… significaba que ella se había casado con él más o menos.

—Te das cuenta de que una vez que salga de estos grilletes, te voy
a matar.

—Puedes intentarlo, pero dudo que vivas lo suficiente. En unas


pocas horas, una vez que recibas unos cuantos litros más, te
transformarás o comenzarás a sangrar por todos los poros. No es bonito
ni agradable.

—¿Y qué hay de Adi? —A pesar de la gravedad de su situación, no


pudo evitar preguntar por ella. Era la primera en su lista. Una lista con

Serie Dragon Point 02 237


Eve Langlais Dragón exprimido

tres elementos hasta ahora… Uno: salvar a Adi. Dos: matar a Parker. Y
tres: encontrar una buena clínica de desintoxicación porque no estaba
de humor para convertirse en una bestia misteriosa. Aunque, según los
cómics, los superhéroes siempre se quedaban con la chica, incluso con
las grandes, descomunales y verdes.

—Tu novia es el premio máximo. No solo os he impedido a los dos


meter vuestras narices en mis asuntos, sino que ahora tengo en mi poder
a un dragón hembra. Una madura para el apareamiento. Si sobrevives,
tal vez se te permita reproducirte con ella. Si no lo haces, entonces
encontraremos otro semental para la hembra.

¿Otro semental? ¿Quería decir…? Dex comenzó a luchar, su calma


repentinamente se hizo añicos por la amenaza.

—No te atrevas a tocarla. Te arrepentirás si lo haces.

—No me arrepentiré de nada. —Parker se echó a reír, un sonido


verdaderamente malvado—. Ahora, si me disculpas, tengo otros
pacientes que ver, más planes que hacer.

La puerta se cerró con un firme clic, y Dex continuó luchando,


tirando de sus restricciones.

Romper las correas de nylon trenzadas a la fuerza no funcionaría.


Necesitaba ser inteligente, pero al mismo tiempo, tenía que trabajar
rápido. Cada segundo que la intravenosa estaba en su brazo era mucho
más veneno entrando en su sangre.

Estiró el cuello para mirar a su mano, tratando de ver si había


alguna debilidad en la correa. Algo. Cualquier cosa.

Pero estaba firmemente atado. Un tirón concentrado en una sola,


tratando de usar su cuerpo como palanca para tirar, no lo aflojó ni lo
liberó. Parecía que el cóctel no daba mucha fuerza.

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Eve Langlais Dragón exprimido

Una lástima.

El mareo lo venció, y cerró los ojos, preguntándose si esto era el


principio del fin.

Se activó una alarma y una luz roja comenzó a destellar.


Interesante, pero no muy útil.

A pesar de su cámara cerrada, escuchó el amortiguado rat-tat-tat


de disparos y gritos. Muchos gritos, con algunos de ellos cortándose
abruptamente.

Hubo una pausa en el tiroteo. Escuchó, el silbido de las máquinas


amplificando el silencio.

El grito agudo comenzó antes de que lo hicieran los disparos. Algo


explotó, haciendo que toda la habitación, y especialmente la cama,
temblara.

El temblor de la cama se detuvo, y sin embargo el temblor en el


techo continuó. Las baldosas blancas suspendidas, altas, vibraban y un
poco de polvo cayó.

Se detuvo y, sin embargo, siguió mirando hacia arriba. Podía oír


más armas. Una batalla a gran escala parecía estar ocurriendo fuera de
su vista.

Una vez más, el techo tembló como si estuviera siendo perforado, y


luego crujió antes de caer, los puntales metálicos y los paneles blancos,
junto con el crujido de la electricidad cuando se rompieron los cables, lo
que le hizo cerrar los ojos.

—¡Dex, nene! Te encontré. —Cosa extraña. Dex oyó hablar a Adi.


La oyó clara como una campana una vez que el polvo se despejó. La cosa

Serie Dragon Point 02 239


Eve Langlais Dragón exprimido

es que, cuando abrió los ojos, no vio a Adi. En vez de eso, se enfrentó a
un enorme dragón plateado de ojos verdes.

Y entonces ella volvió a hablar en su cabeza, y él pudo haber


perdido su carnet de hombre para siempre cuando gritó:

—¡Qué coño!

Serie Dragon Point 02 240


Eve Langlais Dragón exprimido

Capítulo Veintiuno
Su compañero parecía menos que impresionado con el hecho de
que ella había encontrado una manera de hablar con él.

¿Dónde estaba el asombro de que él, un simple humano, pudiera


entenderla?

—Discúlpate ahora mismo —le dijo ella.

—¿Disculparme porque me hayas dado un susto de muerte? Esto


no es normal, Adi.

—Lo normal está sobrevalorado.

—No lo está para mí —gruñó—. Y ya que estamos discutiendo sobre


eso, ¿te importaría quitarme ese tubo del brazo antes de que se derrita
por dentro y convierta mis entrañas en una pasta rosa?

La réplica la vio tomando nota de su situación, y a ella no le gustó


ni un poquito. ¿Cómo se atrevían a intentar herir a su pareja?

Un rápido tirón en el tubo con una garra lo sacó de su cuerpo, y


algo nocivo se derramo desde el extremo.

Sacó la lengua para probarlo e inmediatamente lo escupió.

—¿Qué es?.

—Un regalo de Theo Parker. Aparentemente, quiere ver si puede


convertirme en otra cosa.

—Pero me gustas tal como eres. —Humano y todo eso. Qué


fascinante.

Serie Dragon Point 02 241


Eve Langlais Dragón exprimido

—Tú también me gustas; aunque, debo agregar, lo estoy diciendo


bajo la influencia de algún tipo de droga. —Sus labios se estrujaron—.
Pero también me gustabas antes de eso.

—Por supuesto que sí. Porque soy increíble.

Mientras usaba su garra para cortar las ataduras, escuchó el lejano


sonido de las armas y los gritos.

Dex también lo notó.

—Si no eres la que está ahí fuera causando problemas, ¿quién es?

—Mi familia. —¿Cómo pensó Parker que podría llevársela y no tener


una reacción del Sept Silvergrace y sus aliados?

Por otra parte, podría haber pensado que estaba a salvo cuando
desactivó el rastreador que su madre insistía en que todos llevaran
puesto.

Entonces, ¿cómo me encontraron?

No importaba. Lo que importaba era sacar a Dex de aquí y llevarlo


a su tía Yolanda para ver si podía revertir los efectos del veneno. Y era
veneno lo que Parker le había inyectado. Podía sentir la mancha oscura
a través de su vínculo con Dex.

Él salió rodando de la mesa y tropezó. También se estremeció


cuando ella lo estabilizó con una garra.

Todavía no estaba completamente seguro de ella, pero tendría que


confiar en ella. No se atrevía a tomar su forma humana ahora, no cuando
era mucho más poderosa en su forma dragón.

Dex vaciló un poco mientras se dirigía a un armario en la pared.


Abriéndolo encontró unos pantalones doblados que se puso. Dejó su

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Eve Langlais Dragón exprimido

pecho desnudo, pero era difícil tener pensamientos lujuriosos, dado que
se veía un poco gris.

—Sígueme.

Él no dijo ni una palabra mientras ella abría la puerta de la


habitación. No fue hasta que llegaron al vestíbulo, con sus ruidosas luces
y sirenas a todo volumen, cuando le preguntó:

—¿Cómo escapaste tú?

No fue fácil. Se había despertado, en su forma humana, atada a


una mesa muy parecida a la de él.

En su caso, estaban tomándole las constantes vitales, lo que


resultó interesante.

Eran hombres, por supuesto, que miraban su cuerpo y creían


totalmente en su comportamiento sumiso cuando se despertó. Pensaron
que era inofensiva sin su dragón.

La habían atado con unas esposas de plata, cerradas


electrónicamente con gruesos pernos.

¿Plata contra un dragón plateado?

Imbéciles. También le habían inyectado nanobots, o eso le había


informado algún médico.

—La nanotecnología significa que podemos controlar tu cambio. No


más dragón para ti a menos que te lo digamos. Más vale que seas amable
conmigo.

Qué logro científico tan fascinante, con un gran defecto. Adi cerró
los ojos, sonrió, y luego envió una sacudida de electricidad a través de su

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Eve Langlais Dragón exprimido

cuerpo. No solo mató a los nanobots, sino que provocó un cortocircuito


en la mayoría de las cosas de la habitación, incluyendo las luces.

En la oscuridad, había roto la plata como si no fuera nada. Luego


acechó a los médicos. ¿La parte divertida? Cuando se encontró con uno
que golpeaba la puerta y gritó: “¡Bu!”. Él no solo gritó, se orinó encima.

Eso le enseñó a meterse con un dragón.

Una vez que despejó la habitación de hombres jugando a cosas que


no deberían, fue a buscar a su pareja. No fue tan difícil una vez que cerró
su mente a todo el ruido (disparos, gritos y encantadoras explosiones), y
siguió su vínculo a él.

—Cuando dices “vínculo” —preguntó, aun siguiéndola, su hombro


apoyado en la pared mientras se tambaleaba hacia atrás—, ¿te refieres a
una especie de correa fantasma?

—En cierto sentido, pero funciona en dos direcciones. Por todo lo que
estás atado a mí, yo estoy atada a ti.

—Nunca estuve de acuerdo con eso.

—Nunca te pregunté. —Fue su respuesta. Como si ella pidiera


permiso. Los dragones lo tomaban.

Un par de soldados salieron del ascensor, pero antes de que ella


pudiera hacer algo al respecto, algo pesado se estrelló contra el techo y
los aplastó.

Ahí fue su oportunidad de impresionar a Dex.

Babette agitó la cabeza, su melena plateada un desastre salvaje


como de costumbre. Sobre su espalda, una figura más pequeña se

Serie Dragon Point 02 244


Eve Langlais Dragón exprimido

enderezó y saludó a la tía Waida, viva y bien, de vuelta a su apariencia


habitual hippie montando un dragón.

—Veo que encontraste al chico. Buena chica. Ahora sácalo de aquí.


Las cargas que he colocado no esperarán a tu lento trasero. —La tía
Waida se inclinó y presionó algo contra la pared y luego le dio unos
golpecitos. Un conjunto de números rojos se encendió y comenzó la
cuenta atrás.

Adi cambió de forma antes de preguntar.

—¿Eso es una bomba?

—Sí. Una de muchas.

—Vas a volar el lugar. ¿Pero qué hay de los prisioneros? —En otras
palabras, ¿había asegurado su tía algún dragón que pudiera estar
retenido en el laboratorio?

—La familia ha liberado a los que aún estaban cuerdos y se ha


ocupado de los que no lo estaban.

—¿Encontrasteis al dragón dorado? —Cualquier dragón, para el


caso.

Su tía sacudió la cabeza.

—Pensé que podríamos, dadas las pistas que encontré, pero he


peinado este lugar de arriba abajo. No hay nada aquí.

—Una búsqueda rápida no significa que no haya una pista aquí


que pueda llevarnos a la ubicación correcta. ¿Por qué volar el lugar?
Tenemos el control.

Su tía agitó la cabeza.

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Eve Langlais Dragón exprimido

—Estos laboratorios y los experimentos que están llevando a cabo


no pueden existir. Sus secretos deben ser borrados.

La palabra “borrado”, por alguna razón, la golpeó.

—Tú eres la que ha estado volando los lugares.

—Hago lo que se debe hacer por los Septs. Y tú también deberías


hacerlo.

Con esas palabras, Waida tocó el cuello de Babette. Aferrándose a


la melena, Waida se agachó mientras la prima de Adi saltaba por el
agujero que ella había creado, desapareciendo de la vista.

Dado que la bomba seguía contando, se le ocurrió a Adi que sería


mejor que las siguieran, excepto que cuando se giró para mirar detrás de
ella, notó que Dex estaba caído en el suelo, su piel de un tono gris poco
saludable.

—No te dieron permiso para morir —soltó, poniéndose al lado de él


y golpeando el suelo con fuerza sobre sus rodillas.

—Siento mucho desobedecer, princesa duendecilla. —Falló en las


palabras.

—Sabía que tu apodo para mí sería perfecto.

—Eres perfecta.

—Duh. —Intentó buscar una nota ligera, pero no pudo evitar la


preocupación.

Él no lo endulzó.

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Eve Langlais Dragón exprimido

—Me estoy muriendo —afirmó—. Corre. Sálvate. —Su aliento se


estremecía, y ella pudo sentir algo apretarse en su pecho. Un sentimiento
que no le preocupó en absoluto.

Miedo.

El miedo no iba a ganar. Y tampoco la derrota.

—No voy a dejarte atrás. —Sacaría su trasero, le gustara o no—. El


segador no está clavando tus garras en ti hoy.

—¿El segador existe?

—Dex, nene, todavía no has visto nada. —Pero lo haría porque ella
se lo mostraría. Lo que significaba que tenía que vivir, y para eso, ella
necesitaba ayuda, asistencia que no encontraría aquí abajo.

Por eso se convirtió de nuevo en un dragón y lo acunó


cuidadosamente en sus garras. Arrastrándose a través de los agujeros y
subiendo por los pozos de la instalación, ignorando los cadáveres
esparcidos por todas partes. No dejó que su curiosidad la desviara de su
camino, no con Dex tan cerca de la muerte, y con los números rojos
contando hacia atrás.

Dejó ese malvado lugar de secretos, y cuando salió de un almacén


que parecía tan benigno en la superficie, se enfrentó a su familia.

Una familia de dragones. Y como dragones la enfrentaron, alta,


orgullosa y plateada. Algunos con toques de color por la mezcla de
sangres. Los ojos que brillaban con fuego verde la miraban fijamente, su
peso implacable juzgaba sus acciones.

Arriesgándose para salvar a un humano. Muchos de los ojos


mostraron desdén. Pero otros… otros lo aprobaron, y de ellos, tomó
fuerzas.

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Eve Langlais Dragón exprimido

Acunando su cuerpo inconsciente, Adi se acercó al trío en forma


humana. Su madre, su tía Xylia y su tía Waida. Yolanda estaba de pie
como centinela en su forma dragón y Adi no dudó ni por un segundo que
su tía actuaría si se sintiera amenazada.

Cuidadosamente, dejó a Dex en el suelo, en el borde más alejado


del estacionamiento, con una franja de hierba, antes de transformarse en
bosque. Inclinando la cabeza, se transformó y quedó de pie con las manos
entrelazadas. La imagen de la obediencia. Por ahora. Pero la impaciencia
ardía en ella.

—El humano está muriendo —observó su madre. Excepto que, en


este momento, no habló como la madre de Adi, sino como la matriarca
del Sept, la líder que se aseguraba que todos siguieran su gobierno,
incluso su rebelde hija.

—Puede ser salvado. —Tenía que serlo. No podría soportarlo de otra


manera.

—Tal vez. Pero ¿por qué deberíamos hacerlo? No es un dragón.

No. No lo era.

—Es humano. Cierto, pero eso no lo hace menos que yo. En


muchos sentidos, es mejor que yo. No es que eso importe. —Levantó la
cabeza y miró a su madre—. Lo amo.

—Conoces las reglas. Has roto tantas.

La idea de que su madre no la ayudara casi la hizo llorar. Luego


encontró sus pelotas y se tragó su orgullo. Se arrodilló y rogó.

—Por favor. Arréglalo.

—Sería mejor para los Septs que él muriera.

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Eve Langlais Dragón exprimido

Fría, tan fría. Y su madre quería una respuesta.

—Haré todo lo que me pidas, pero no dejes que muera.

Entonces su madre cerró la trampa de golpe.

—¿Lo abandonarás y cumplirás con tu deber al Sept?

A pesar de saber que se acercaba, no pudo evitar sofocar un sollozo.


¿Abandonarlo?

Una mirada a su cara mostró que se veía tan pálida. Casi sin vida.
Si ella no aceptaba el trato, él moriría.

De cualquier manera, lo pierdo.

Sus labios se aplastaron.

—Cumpliré con mi deber.

—Acuerdo aceptado. —Un acuerdo acentuado por el repentino


estruendo y el temblor cuando se destruyó el laboratorio oculto.

Adi todavía no podía creer que los dragones fueran los responsables
de destruir los otros lugares.

No me extraña que mi madre se enfadara tanto cuando se enteró que


me escabullí para encontrar el último. Su propia madre casi la había hecho
volar por los aires.

¿Por qué la obsesión con tal destrucción? No pudo evitar pensar


que era un poco extremo dado que la aniquilación se llevó todas las
respuestas sobre el dorado perdido.

—Estás haciendo lo correcto —dijo su madre mientras la tía Xylia


chasqueaba los dedos y se dirigía hacia Dex, sus pasos rápidos.

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Eve Langlais Dragón exprimido

Significaba que tenía poco tiempo.

Se arrodilló y le acarició la mejilla por última vez antes de que se lo


llevaran.

Sus ojos revolotearon abiertos y él susurró:

—¿Por qué hiciste esto por mí?

—Porque antes mentí. El mundo gira a tu alrededor.

#TúEresMiTesoro.

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Capítulo Veintidós
Un rayo de sol lo apuñaló en la cara. Más bien en los ojos, que,
incluso con los párpados cerrados, ardían con el resplandor.

Dex abrió un ojo. Estoy despierto, lo que en sí mismo era


sorprendente. Parpadeó y echó un vistazo a su alrededor, notando que
no estaba atado, que no tenía una desagradable intravenosa de mierda y
que, sorprendentemente, yacía en su propia cama.

Solo. Sin embargo, recordaba claramente que lo último que había


visto había sido a ella…

Diciéndome que yo era su mundo.

Levantó los codos y miró a su alrededor. ¿Dónde está? Una parte


de él sabía que no estaba cerca. Podía sentirlo como un lugar vacío en su
corazón.

—¿Dónde estás? —preguntó, hablando en voz alta como si fuera a


conjurarla.

—Estoy aquí, bebé. —Su madre entró en la habitación con una


bandeja.

—¿Dónde está Adi? —Tal vez su temor no servía para nada. Pero
¿por qué parecía recordar que ella accedió a un chantaje para salvar su
vida?

—Esa chica se fue. Y que tenga un buen viaje. Tiene la madre más
odiosa. Yo, por mi parte, estoy muy contenta de que eligiera dejarte en
paz. Ella no habría sido más que un problema.

Toneladas de problemas. Y maldita sea, él lo quería.

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Eve Langlais Dragón exprimido

Lo que lo dejó alucinado. ¿Qué pasó con pensar que no podía


funcionar, que eran demasiado diferentes? Su diferencia hizo que la
combinación fuera única, y a la vez perfecta. Adi le hizo sentir cosas,
cosas salvajes y locas. Emociones posesivas y protectoras. Emociones
que Adi sentía, también.

Ella tiene razón. Hay un vínculo entre nosotros. Y cuando realmente


miró, buscando con el corazón, nada más, vio el zarcillo que llevaba hacia
ella, estirado y casi apagado, pero todavía intacto.

—Ella va a volver. —Por alguna razón, no pudo evitar la certeza.

—No, no lo hará, porque dejarte fue parte del trato. —Su madre
parecía engreída.

¿Un trato? ¿Qué trato? Quizás Adi había hecho un trato, pero Dex
seguro que no lo había hecho. Nunca acepté no estar con ella. Y si había
una cosa de la que estaba seguro era que quería estar con Adi.

¿Realmente importaba que fuera un dragón?

Mira, incluso podría decirlo ahora sin reírse y buscando una


camisa de fuerzas.

¿Cómo se atrevían otras personas a tratar de decidir su destino?

Voy a recuperarla. Ahora solo tenía que encontrarla.

No tardó mucho. El problema era que el lugar que encontró estaba


cargado de defensas. Cercas, sensores, más sensores, un equipo de
drones. Fíjate, joder. Reconoció la mano de Adi en el diseño. Un lugar
bien vigilado. Pero todo tenía un defecto.

Lo encontró, y una vez que lo hizo, no le llevó mucho tiempo diseñar


un plan. Calvin ayudó, después de que Dex congelara todas sus cuentas

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Eve Langlais Dragón exprimido

bancarias. Es curioso cómo eso cambia la melodía de un hombre de “Me


lo agradecerás más tarde” a “Vale, te ayudaré, pero duerme con un ojo
abierto”.

Calvin conducía la furgoneta que habían tomado prestada con


comestibles para la mansión. Fueron de noche para que la familia
pudiera tener todo fresco, especialmente una cantidad ridícula de carne
roja.

Mientras Calvin, disfrazado de conductor, golpeaba los diferentes


puntos de control dentro de la propiedad, Dex lanzaba hacks a la
electrónica porque todo se trataba de tener el pirateo adecuado.

Una vez que despejaron la puerta de servicio, Dex lanzó sus hacks
electrónicos a la seguridad de la mansión Silvergrace. Lo hizo tan
hábilmente que todos los sistemas de monitoreo ignoraron su
penetración en el corazón del recinto armado. A pesar de su apariencia
exterior de una casa, la de Adi era una finca muy protegida…
probablemente porque albergaba dragones.

Cuando la camioneta se detuvo en la entrada trasera de la casa,


Dex se bajó de ella, dejando a Calvin como señuelo. Su amigo no se
quedaría mucho tiempo. Suficiente para descargar e irse.

Sin Dex.

Si todo salía bien, tendría una ruta de salida diferente.

Se movió a lo largo de la casa, sabiendo que las cámaras estaban


mirando para otro lado, pero aun así se preguntaba si otros ojos lo
observaban.

Una puerta del patio le dejó entrar en la casa. Pero entonces era
una incógnita dónde coño estaba ella en este lugar.

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Eve Langlais Dragón exprimido

Después del tercer pasillo de puertas cerradas, estaba listo para


maldecir. Casi había sido descubierto dos veces y todavía no tenía la
menor idea de dónde encontrar a Adi.

—Está en el tercer piso, ala oeste. Ella tiene una puerta azul.

Dex no estaba muy orgulloso de admitir que casi se mea encima.


Evitar hacer la señal de la cruz a la niña en camisón con el cabello
plateado que le caía sobre los hombros resultó más difícil.

—¿Cómo sabes a quién busco?

La niña, que seguramente estaba a un giro de cabeza del exorcista,


puso los ojos en blanco.

—Oh, por favor. Todo el mundo habla de Adi y de su humano.


También hay apuestas.

—¿Apuestas? ¿Sobre qué? —Y entonces lo entendió. Ella lo amaba


lo suficiente como para sacrificarlo todo. ¿Lo hacía él?

Su expresión se estrechó en la niña.

—Déjame adivinar, apostaste a que yo aparecería.

—Tal vez. —La niña batió sus pestañas con una falsa inocencia—.
Será mejor que te vayas rápido. Oigo que viene alguien.

No necesitaba una segunda advertencia. Se escabulló de la


habitación y localizó las escaleras. A esta hora de la noche, solo unas
luces tenues iluminaron los pasillos. La mayor parte de la casa dormía y,
sin embargo, aquí y allá, podía oír actividad. Sería mejor que encontrara
a Adi antes de que alguien, que no hubiera apostado por el amor
verdadero, intentara eliminarlo.

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Eve Langlais Dragón exprimido

El pasillo era tan largo como los demás, con muchas puertas
cerradas, sus paneles de diferentes colores. Solo uno era azul.

El pomo giró fácilmente en su agarre, y se relajó. Un suave


resplandor iluminaba la habitación, siendo la causa un acuario contra la
pared, los peces en él iluminados en el espacio desde dentro.

Una enorme cama estaba en el centro de la habitación, sin cabecero


ni pie de cama para marcar la parte superior o inferior. Enclavada en el
centro de un montón de almohadas, encontró a Adi. No pudo evitar
mirarla fijamente, y captó sus perfectos rasgos. La había encontrado. Su
princesa dragón. Según los cuentos de hadas, solo había una manera de
despertarlas.

Inclinándose, la besó.

—Dex —sopló su nombre suavemente en su boca justo antes de


que sus brazos lo exprimieran tanto que se preguntó sobe las costillas
rotas—. Sabía que vendrías por mí —exclamó.

Él echó la cabeza hacia atrás y preguntó:

—¿Apostaste a que yo vendría también?

—Todo lo que tengo, Dex, nene.

Porque ella creía en él. En nosotros.

Sí, descubrir que la mujer que amaba no era qué y quién había
pensado que era, le resultó difícil. Duro porque le hizo reevaluar muchas
cosas, como cuál era su problema.

Amaba a Adi. La amaba. ¿Realmente importaba que pudiera


convertirse en un dragón? ¿Realmente le importaba que pudiera patearle
el trasero en una batalla mano a mano? No debería, porque, ¿cuántos de

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Eve Langlais Dragón exprimido

sus amigos podrían patearle el culo, también, con un brazo atado a la


espalda?

Si podía aceptar que sus amigos eran mejores y más poderosos en


algunas cosas, entonces debía poder hacerlo por ella. Además, había
algunas cosas en las que él era mejor.

—Lamento haber sido un idiota antes. Quiero estar contigo,


aunque sea una locura. Quiero despertar cada mañana y sentir tu cuerpo
desnudo contra el mío. Quiero llevarte conmigo a todas las misiones y
darte espacio en mi armario.

—¿Y esta oferta significa que nos quedamos en el sótano? ¿Con tu


madre arriba? —Ella arqueó la frente.

Él sonrió.

—Quédate conmigo, princesa duendecilla. Hagamos enojar a


nuestras madres de un solo tiro.

—Eso tiene que ser lo más romántico que he escuchado —declaró


ella, y luego se echó a reír.

Lo arrastró hacia abajo por un beso, un beso en el que él se metió


voluntariamente. No más peleas por este amor entre ellos.

Esto era más que el destino. Esto estaba bien.

Su beso siguió, y siguió, y él se emocionó por la forma en que su


cuerpo onduló para él. Su camisón corto subiendo y dándole acceso a su
suave piel.

Le hizo preguntar:

—¿Puedo acariciar tus escamas alguna vez?

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Eve Langlais Dragón exprimido

Por alguna razón eso la hizo gemir.

—Claro que puedes.

Sus manos lo desnudaron agresivamente, pero él se tomó un


momento para preguntarle:

—¿No deberíamos pensar en irnos? —Antes de que la madre de Adi


enviara a la guardia.

Ella se quedó debajo de él.

—¿De verdad vas a parar esto ahora? —Movió sus caderas, y su


polla latió en respuesta.

A la mierda. Ya había desafiado las probabilidades hasta este


punto, más valía que lo disfrutara.

La impaciencia se apoderó de ambos y los hizo salvajes, de modo


que, en el momento en que ella liberó su pene, él estaba rasgándole las
bragas. No pareció importarle. Sus piernas se abrieron de par en par, y
siseó:

—Sí. Sí.

Cuando él se hundió en ella, se sintió tan bien. Empujó, sintiendo


cómo su sedoso canal le agarraba, manteniendo su mirada en su cara
para que él pudiera tener el placer de llenarlo. Cuando ella abrió los ojos,
el fuego verde ardía en sus profundidades. Pasión. Salvaje. Tan perfecto.
Tan decadente. Tan…

Mía.

Por eso hizo esa última cosa que parecía una locura. Se dejó caer
sobre ella, dejó que su gran peso se asentara sobre su cuerpo más ligero

Serie Dragon Point 02 257


Eve Langlais Dragón exprimido

mientras seguía bombeando sus caderas, llevando su polla hacia lo más


profundo.

Y la mordió. La mordió lo suficientemente fuerte como para dejar


una marca, lo suficientemente fuerte como para que el coño de ella se
apretara y casi le arrancara la polla. ¿Pero el resultado?

Éxtasis más allá de toda medida. En ese momento de felicidad,


salió volando de su cuerpo, ingrávido y feliz no solo porque compartía ese
lugar con Adi.

La cosa más jodida e increíble que jamás había experimentado.

—Te amo —dijo mientras flotaban de regreso a la tierra.

—Por supuesto que lo haces —contestó ella. Acurrucándose contra


él, y cuando no se lo devolvió, él le hizo cosquillas.

—¿Y?

—Y creo que deberías mostrarme lo mucho que me amas de nuevo.

Y así lo hizo. Él le hizo el amor una y otra vez, hasta que ella gritó
su nombre. Arañándole la espalda con las uñas y, finalmente, al borde
del sueño, le susurró:

—Te amo, Dex. Mi compañero.

El portazo de la puerta los sobresaltó a ambos. Dex pudo haber


gemido cuando vio a la madre de Adi mirándolos fijamente. Parecía que
su madre no era la única con problemas de límites.

—¿Qué está haciendo él aquí? —exigió la señora Silvergrace con


imperiosidad aún mayor que la de Adi.

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Eve Langlais Dragón exprimido

Su duendecilla se dio la vuelta y, por debajo de un mechón de pelo,


declaró:

—Es mi compañero y, como tal, tiene derecho a estar aquí.

—Es humano.

—¿Y?

—No es un consorte adecuado para una Silvergrace.

—No adecuado, pero aun así permitido.

La madre de Adi puso sus manos en sus caderas.

—No puedes estar con él, no hasta que hayas cumplido con tu
deber. Hiciste un voto.

—Lo hice, pero tú también. Antes de ese voto, me dijiste que cuando
tuviera un hijo, me liberarías.

—Sí, dije que si tuvieras un hijo podrías tener algo de libertad, pero
no me refería a esto. ¿Por qué te rebajarías? —La mueca de desilusión de
su madre era un espejo de la de su propia madre, excepto que, en el caso
de su madre, no era por el hecho de que Adi fuera un dragón lo que
constituía el problema. Su madre no quería que Dex amara a ninguna
mujer más que a ella.

Tendrá que aprender a compartirme.

Adi se sentó y cruzó los brazos sobre sus pechos desnudos.

—No deberías hablar así del padre de tu nieto.

Algunas personas habrían parpadeado al absorber esas palabras.


Dex seguro que lo hizo.

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Cierta matrona también lo hizo.

—¿Disculpa?

—Deberías estar orgullosa de mí, Madre. Me dijiste que me quedara


embarazada, y lo hice.

—¡No con un humano!

—Sin embargo, no especificaste. Y —Adi entrecerró la mirada hacia


su madre—, recuerda que tengo grabaciones de esa conversación. No me
hagas contratar a un abogado.

Ante ese anuncio, Dex esperaba que la señora Silvergrace


explotara.

Ella lo hizo. Con risas. Dejándolo más confundido que nunca.

—Eres mi hija. Pero sabes lo que eso significa, ¿no? —Incluso Dex
pudo ver la tristeza que entró en los ojos de la mujer—. El niño no será
de sangre pura.

—Lo sé, y conozco las reglas de la familia.

—¿Qué reglas? —preguntó él.

Más tarde, ella le habló. A su madre le dijo:

—No te preocupes. Me mudaré con Dex antes de que acabe el día.

Esperó a que su madre se fuera antes de volverse hacia Adi y


preguntarle:

—¿Qué quiso decir con eso?

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—Los Silvergrace no aceptan niños mestizos. Pero no te preocupes


—Adi acarició su mejilla—. Cambiará de opinión cuando le diga que
puedo encontrar el secreto para transformar a los wyverns.

—¿Qué? ¿De qué estás hablando?

—Te lo diré más tarde. Déjame preguntarte, ¿qué opinas de vivir en


una isla caribeña?

Bastante bueno si ella estaba allí con él.

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Epílogo
La mudanza significó júbilo por parte de Adi y caras de luto para
Deka y Babette.

—Ahora, ¿quién nos ayudará a meternos en problemas? —Se


lamentaron sus primas cuando regresó para hacer un último viaje con
sus cosas.

—Causad vuestros propios problemas. Vivid vuestra propia vida.


Es hora.

Es hora de que todos dejaran de vivir para el Sept y se escogieran


a sí mismos.

El mundo estaba cambiando y tenían que cambiar con él.

Quizás esa comprensión fue la razón por la que su madre se había


plegado lo suficiente como para abrazar a Adi y susurrar:

—Sé feliz.

“Sé feliz” no significa que no haya cancelado las tarjetas de crédito


de Adi. Pero Adi tenía la intención de hacerla honrar el trato de una isla
una vez que viera el ultrasonido que mostraba a un niño.

Una vez que nazca el bebé, comenzaremos nuestra propia familia.

Un nuevo tipo de familia con un dragón y un humano, amándose


y viviendo juntos.

También empezaron a trabajar juntos porque, después de todo,


una pareja que pirateaba juntos aumentaba su tesoro.

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Eve Langlais Dragón exprimido

Por favor, realmente no creerías que funcionaron por razones


altruistas, ¿verdad?

Explicar su tesoro a Dex, resultó interesante, especialmente la


primera vez que habían conseguido un camión de reparto lleno de cajas
de Twinkies.

Lo superó rápidamente la primera vez que ella lo enterró en


pasteles y relleno, y luego se lo comió para liberarlo.

Buenos tiempos.

Solo unas pocas cosas estropearon su felicidad. Una, ese maldito y


resbaladizo bastardo de Parker había escapado una vez más. Pero eso
estaba bien, significaba que tenían que divertirse encontrándolo.

En segundo lugar, los dragones eran ahora el tema del día, la


aparición de Adi sobre el vecindario de Dex ahora era demasiada
coincidencia, incluso para que Internet lo manejara. Los medios de
comunicación se divirtieron muchísimo con eso. ¿Su madre? No tanto.

Zahra, como matriarca del Sept Plata, todavía estaba decidida a


mantener oculto al Sept Plata, pero estaba perdiendo apoyo,
especialmente desde que los Rojos y los Azules aparecieron y se
mostraron al mundo, y no murieron. Los Verdes y los Amarillos, y otros
estaban debatiendo lo mismo. Como si hubiera algo de lo que hablar
realmente. Era solo cuestión de tiempo que el mundo volviera a ver a los
dragones volar.

Pero ¿estarían a salvo? No eran solo los humanos, tenían que


preocuparse por los dragones. Lugares como Bittech y Lytropia todavía
existían. Los experimentos seguían ocurriendo. Se había hecho un
dragón. ¿Habría otros? Y dónde estaba el Dorado, una cierta secta
religiosa quería saber.

Serie Dragon Point 02 263


Eve Langlais Dragón exprimido

Como si esa lista no fuera lo suficientemente larga, Dex añadió un


elemento más.

—Me pregunto qué le habrá pasado a la doctora Kashmir. —Los


oficiales nunca encontraron ningún rastro de ella aparte del coche
abandonado y, dado el tiempo que había pasado, solo podían suponer lo
peor.

Adi se ofendió con Dex cuando le preguntó:

—¿Te comiste a la doctora Kashmir durante un ataque de celos?

Como si lo hubiera hecho.

—No. Solo hay un humano que me gustaría comer. —Y Dex estaba


demostrando ser tentador, especialmente una vez que ella plantó un
pastel glaseado en la punta de su polla y procedió a comerse su camino
al pegajoso centro.

Y en cuanto a encontrar un apodo para él, mientras todavía


recurría a “Dex, nene” para fastidiarlo, resultó que había un nombre que
no le importaba en absoluto. Compañero.

#Mío.

***

El sonido de los disparos y el último estruendo había cesado hacía


horas, y, aun así, Chandra dudaba en salir de su escondite. Cuando las
alarmas comenzaron, hizo lo único que se le ocurrió. Se escondió.

El armario de metal resultó ser fácil para apretarse en él, y se alegró


de ello porque, cuando los disparos cesaron, algo hizo que todo el lugar
retumbara. Trozos de escombros cayeron, golpeando el suelo con fuerza.
Se encogió mientras escuchaba desde su lugar en el armario.

Serie Dragon Point 02 264


Eve Langlais Dragón exprimido

Las cosas se rompieron y se agrietaron, y pensó que, en un


momento dado, olió a humo.

Pero en el armario había una medida de seguridad. Un sentido de


que nada puede sucederme aquí.

El miedo la mantuvo escondida mientras esperaba y esperaba para


ver si alguien entraba en el laboratorio más secreto.

Finalmente, su vejiga le recordó que no podía quedarse aquí para


siempre.

Después de lo que se sintió como una eternidad tras del último


temblor perceptible, se desplegó desde el estrecho espacio y salió al
laboratorio que le habían dado para encontrarlo en silencio. Demasiado
silencioso. Y estaba sola. Por otra parte, había estado casi completamente
sola desde su captura hace unos días.

No estoy completamente sola. No debería olvidar quién más


compartía ese lugar.

Había otro prisionero aquí con ella. ¿Cómo le habría ido con el
terremoto?

Caminó por el pasillo, notando los azulejos y baldosas del suelo y


el techo hundido. En algunas secciones, partes de él colgaban, y los
esquivó, especialmente los cables inocuos y colgantes. Si se lastimaba,
¿quién sabe cuándo la encontraría alguien? Tal vez nunca.

Rara vez había visto a nadie desde su llegada. La mayoría de sus


órdenes, y amenazas, llegaron a través de altavoces ocultos.

Pero no había oído nada desde el terremoto.

¿Qué significaba eso?

Serie Dragon Point 02 265


Eve Langlais Dragón exprimido

¿Nos habían abandonado?

No la sorprendería. Parecía una operación estándar. Abandonar el


barco antes de descubrirlo. Y si se mantuvieran fieles al patrón, borrarían
los rastros. Lo que significaba que este laboratorio desaparecería, junto
con cualquier cosa y todos en él.

Necesito encontrar una salida. Pero antes de eso, tenía que hacer lo
correcto, incluso si liberarlo probablemente resultaría en que se la
comiera de un solo bocado.

Había oído los rumores, leído los informes. Era un asesino.

Un asesino a sangre fría de humanos.

Sin embargo, no le parecía justo dejarlo morir lentamente de


hambre en su prisión. No importa que se muriera de hambre con él si
nadie viniera a salvarla o si ella no encontraba una salida.

Realmente no contaba con el rescate. ¿Quién vendría? Nadie más


que Parker y algunos de sus soldados sabían que este laboratorio existía.
Solo podía preguntarse quién había venido a asaltar la ubicación
hermana de este lugar. Obviamente, no alguien que supiera del tesoro
escondido no muy lejos de él.

Dudando a cada paso, Chandra salió del ala que contenía unos
cuantos laboratorios y algunos dormitorios. Aquí es donde guardaban a
los científicos que se volvieron demasiado curiosos. Por el momento, solo
Chandra vivía allí.

Al final del largo pasillo había una puerta que conducía al


verdadero vientre de la instalación oculta. Miró alrededor del marco de la
puerta para ver otra sala vacía y más daños evidentes. El único sonido
eran sus pies en sus finas zapatillas golpeando el suelo de baldosas. Un
encantador regalo de los que la secuestraron y la trajeron a este lugar.

Serie Dragon Point 02 266


Eve Langlais Dragón exprimido

El suave zumbido del sistema de recirculación del aire emitió un


tartamudeo ocasional, un apacible recordatorio de que, una vez que se
cortara la energía, moriría por falta de oxígeno. Pero sería una forma
amable de morir. Simplemente se quedaría dormida y nunca se
despertaría.

Al otro lado del pasillo había una puerta que requería un golpe de
su tarjeta de acceso. Todavía tenían energía por el momento. Pero dudó
antes de entrar.

Nunca había entrado allí antes mientras él estaba despierto, sobre


todo por miedo. Había visto los vídeos. Había visto lo que podía hacer.

Pero quién podría culparlo… Después de todo lo que los científicos


habían hecho…

Antes de que pudiera cambiar de opinión, Chandra entró en el


mohoso espacio. Una cueva dentro de un edificio, dentro de una
montaña. Una prisión para algo acostumbrado a los cielos abiertos.

Un balcón hecho de placas de metal remachadas rodeaba un hoyo


profundo, las paredes eran de piedra escarpadas y cristalinas, imposibles
de escalar, sin que el hombre encadenado en la parte inferior pudiera
llegar tan lejos. Las ataduras que lo aprisionaban eran cortas. Las drogas
que le inyectaban fuertes. Tan fuertes. Y, sin embargo, esas drogas
habían desaparecido hace unas horas sin que nadie se las hubiera
administrado.

Miró hacia las profundidades notando las sombras. Sabía por los
vídeos que había estudiado lo bien podía él mezclarse con la oscuridad.
¿Se escondió ahora y miraba desde las sombras?

¿Entendería que estaba aquí para liberarlo?

—Te sacaré de ahí. Aunque sea la última estupidez que haga.

Serie Dragon Point 02 267


Eve Langlais Dragón exprimido

La sala, normalmente atendida por guardias, estaba vacía, pero


cuando entró, los monitores que había dentro quedaron en blanco.
Completamente muertos, junto con muchas de las luces. Los sistemas
fallaron cuando los generadores de emergencia murieron, uno por uno.
Pronto, estaría en la oscuridad y no podría ayudarse a sí misma.

De vuelta a la zona del parapeto, miró al pozo. No vio forma de


bajar. No había forma de ayudarlo. Se inclinó y miró con más atención.

—¿Dónde estás? —murmuró.

—¿Buscándome? —Las palabras fueron susurradas por una voz


oxidada desde detrás, lo suficiente como para asustar a Chandra para
que cayera hacia adelante, ¡hacia el pozo!

Fin

Serie Dragon Point 02 268


Eve Langlais Dragón exprimido

Staff
Soñadora: Mdf30y
Cazadora: Pily1
Diseño: Lelu y laavic
Lectura Final: Laavic

Serie Dragon Point 02 269


Eve Langlais Dragón exprimido

Serie Kodiak Point


01 – El reclamo del Kodiak
Él podría gruñir, pero ella no tenia miedo de morder.
Cuando Hands asume el completo cuidado de su clan lo
último que este oso Kodiak necesita es una mujer asomando
su pequeña y linda nariz en sus asuntos. Pero cuando ella
se niega a dar marcha atrás, y muestra el coraje para
enfrentarle él no puede resistirse al encanto de una chica de
ciudad con curvas.
Ella es mía. Toda mía.
Y cuando un clan rival piensa utilizarla para forzar su pata,
va a mostrarles por qué nunca deben enojar a un Kodiak, o
amenazar lo que es suyo.
Tammy está convencida de que todos los hombres son
escoria, incluso los más hermosas como Reid Carver. Ella
sabe que está escondiendo algo. Algo grande. Simplemente
nunca espero que un oso verdadero se escondiera debajo de
todos esos músculos deliciosos. Pero cuando la verdad sale
y trata de asustarla con un rugido le muestra que no sólo los osos pueden dar
un bocado.

02 – Sobrepasado por el amor


¡No te metas con su zorra!
Un testarudo alce no tiene ninguna oportunidad cuando una
zorra decide convertirle en su compañero.
Boris se fue para defender a su país cuando todavía era un
chico. Volvió como un hombre cambiado. Un hombre
dañado.
Pero Jan todavía le quiere.
Siendo un hombre de pocas palabras, Boris tiene una
manera firme de decir No, pero su determinada fierecilla sabe
que él es su compañero. A pesar de unas insinuaciones
menos que sutiles, Jan no ha tenido mucho éxito en
conseguir que su testarudo alce la note, pero todo cambia
cuando su vida es puesta en peligro.
De repente el soldado dañado no deja de encontrar excusas
para ir a salvarla, pero por lo que respecta a Jan, es su
compañero el que necesita que le salven.
Harán falta unas pocas maniobras sutiles para conseguir
que su alce admita que la ama, pero esta astuta fierecilla está más que
preparada para el desafío. Y si eso no funciona, mamá se ha ofrecido a dejarle
la pistola que usó para su propio compromiso.
Bienvenidos a Kodiak Point, donde la vida salvaje puede que lleve ropa, pero es
el instinto animal el que gobierna el corazón

Serie Dragon Point 02 270


Eve Langlais Dragón exprimido

03 – Polar descubierto
¿Qué puede hacer un oso cuando un humano tiene un
efecto polarizante?
Cuando Vicky se desliza accidentalmente al lado de un
oso polar, no espera enamorarse. Ser comida sí, tal vez
utilizada como un juguete, pero ¿convertirse en el objeto
del afecto y el deseo de un oso?
¡Loco! Casi tan loco como el hecho de que el oso polar
resulta ser un hombre. Un hombre atractivo. Un hombre
que gruñe, ruge y hace todo lo posible para alejarla.
Solo para regresar.
Gene tiene una sola cosa en su mente, venganza, hasta
que Vicky se estrella contra su vida.
Después del dolor y la traición que sufrió en la guerra, lo
único que quiere es venganza contra los hermanos que lo
dejaron. Pero está confundido cuando, en lugar de querer
castigarlo por sus malos actos, le ofrecen perdón.
Como si esto fuera poco molesto, la friki más hermosa que jamás ha conocido,
con la piel besada por el caramelo cubriendo una exuberante figura redondeada
y que lleva las gafas de montura negra más sexys, no le deja solo. O más bien,
parece que no puede dejar de seguirla. Y no es solo porque alguien quiere
hacerle daño.
Él la quiere. ¿Pero la quiere más que a la venganza?.

3,5 – El regalo del caribú


Maldita sea, un hombre tiene su orgullo y un caribú una
cierta presencia majestuosa, todo lo cual podría terminar
arruinado si se humillaba interpretando a un simple reno
en el desfile navideño del pueblo.
De ninguna manera llevaría el maldito oropel en sus
astas.
Como el demonio iba a estar luciendo una nariz roja y
tirando de un trineo.
Pero cambia de opinión cuando se encuentra con la
mujer a cargo del evento.
La madre soltera, Crystal, está haciendo todo lo posible
para ofrecerle a su hija la mejor Navidad de todas. Es la
primera que pasan en Kodiak Point, y no va a dejar que
un idiota vanidoso se la arruine a su pequeña.
Si jugar sucio es lo que se necesita… entonces trae los
juegos de Navidad.
Cuando Crystal y Kyle se golpean la cabeza, y los labios, descubren más que
buena voluntad en esa fiesta navideña. Les han regalado una segunda
oportunidad para el amor.

Serie Dragon Point 02 271


Eve Langlais Dragón exprimido

04 – La captura del lobo


Ella podría pensar que había capturado al lobo, pero al
final, él obtendrá su corazón.
Brody es un soldado que echa de menos la excitación de
los militares y sus misiones. Se retiró para trabajar como
beta del clan de Kodiak Point... hablando de
aburrimiento... hasta que es capturado por el enemigo.
¿Él, un prisionero?
No por mucho tiempo. Este lobo hará lo que sea para
escapar, incluso si eso implica la seducción.
Primer paso para planear su fuga: fingir interés por una
mujer.
Pero Layla no es una mujer cualquiera. Es especial. No
es una humana. No es una Cambiaformas. No sabe lo que
es aparte de suya.
Prisionera desde hace años, Layla no está segura de qué
pensar del enemigo que comparte celda con ella. Él le
promete esperanza, pero eso implicaría confianza. A pesar de sus dudas, no
puede evitar sentirse atraída por él. Inaceptable, lo que significa que hace todo
lo posible para volverlo loco.
Trabajando juntos, ¿pueden escapar de las garras del enemigo?
¿Y se atreverán a enamorarse?

05 – Amor grizzly
Su madre lo habría golpeado hasta casi matarlo si
hubiera sabido que Travis estaba loco por la médico del
pueblo, pero no pudo evitarlo.
La doctora Jess, una pelirroja algunos años mayor que él,
es su alma gemela. Su grizzly lo sabe. Él lo sabe. Sospecha
que ella también lo hace. Pero él tiene un dilema que se
interpone en su camino.
Su marido. Hablando de inconvenientes.
Menos mal que Travis es tenaz. Incluso si tiene que viajar
a través de un océano, soportar temperaturas
abrasadoras, subsistir con comida de mierda y sobrevivir
a los atentados contra su vida, no se rendirá hasta que
gane su corazón. O muera en el intento.
Jess cometió un error. Se casó demasiado joven, con el
hombre equivocado. El problema es que los halcones son
compañeros de por vida, y el asesinato va contra la ley.
Para agregar más insulto a la situación, su pareja ni siquiera intenta ser un
marido. Parece que no está interesado en mantener sus votos, ni está llegando
a casa en un futuro cercano, así que cuando surge la oportunidad de
enfrentarlo, ella la toma. Sin embargo, enfrentarse a él no cambiará nada.
Freddie no la quiere… pero Travis, sí. Y, oh, cómo lo quiere ella también. Quiere,
y sin embargo no puede tenerlo.
Sin embargo, sus problemas matrimoniales no son el único problema. La
persecución del infame ser que está detrás de los ataques a su ciudad está
siendo saboteada por la traición. Cuando Jess y Travis apenas sobreviven a una
emboscada, ya no puede negar su amor por el pícaro oso. Pero, ¿sobrevivirán el
tiempo suficiente para que ella rectifique el error y lo tome como su compañero?

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Serie Bitten Point


01 – El regreso del cocodrilo
Bienvenido a Bitten Point, donde el pantano no solo
guarda sus secretos, a veces se los come.
Toma un mordisco mortal, y bam, la vida de un hombre
cambia para siempre, o así lo descubre Caleb cuando
una pérdida de control lo lleva a unirse al ejército y a
dejar todo atrás. Ahora que ha vuelto, hacer las paces es
más difícil de lo esperado.
A su ex-novia, Renny, no le interesan las excusas. Caleb
pudo haber regresado, pero su plan es mantenerlo a
distancia. Solo que ella no puede. Su hijo merece la
oportunidad de conocer a su padre, pero eso no significa
que Renny esté dejando que Caleb vuelva a su corazón.
Ahora, si tan solo su corazón cooperara...
Las cosas se ponen peligrosas cuando un ser misterioso
comienza a acechar a los residentes de Bitten Point.
Cuando el monstruo amenaza a su hijo, Caleb sabe que
e s hora de liberar a su oscura bestia interior para que pueda enfrentar el peligro
y sacar un mordisco de la vida.
Volver a casa no siempre resuelve las cosas… pero
prepara el camino para las segundas oportunidades.

02 – El reclamo de la pantera
Ligar con la mujer equivocada hace que Daryl recobre
el conocimiento en un motel atado a una silla. Las cosas
estaban mejorando, y no solo por debajo del cinturón.
Una sexy veterinaria, con cutis color cacao y unas
curvas asesinas, quiere respuestas, y él está muy feliz
de dárselas a cambio de un precio, digamos un beso, o
algo más, de esos deliciosos labios.
El problema es qu e Cynthia no es del tipo de las que se
enamora de las palabras coquetas y de sonrisas. Tienta
a Daryl para que la ayude. Se burla de él para que
actúe. Reclama su corazón sin siquiera intentarlo.
Pero eso estuvo bien porque… Ella es mía… y alguien
estaba tratando de lastimarla.
Infiernos, no.
Este gatito no tiene miedo a sacar sus garras y rescatar a la mujer que quiere.
¿Una mujer intrigante, sexy, misteriosa y peligrosa? Suena divertido, y Daryl
está listo para jugar. Hará cualquier cosa para reclamar a Cynthia como su
compañera.

Serie Dragon Point 02 273


Eve Langlais Dragón exprimido

03 – El abrazo de la pitón
Bienvenidos a Bitten Point, donde los insectos del
pantano son de tamaño nuclear y a los residentes les
gusta morder.
No te burles del perro de Constantine. Princess puede
pesar solo menos de tres kilos, pero es fuerte, así que
cuídate los tobillos. Te lo advierto, si no le gustas,
entonces a Constantine tampoco lo harás.
Excepto que a él le gusta Aria, aunque Princess
preferiría enterrarla en un agujero.
¿Podría ser porque Aria tiene secretos? Muchos de
ellos, y todos tienen que ver con el peligro que acecha
a Bitten Point. Hay gente desaparecida, y algunos han
aparecido muertos. Los monstruos vagan, y no solo en
el pantano por la noche, sino también por las calles.
En el corazón del misterio está una mujer del tamaño
de un bocado, una mujer que Constantine quiere
abrazar con fuerza en sus espirales y… ¿guardar para siempre?
Constantine, una serpiente de sangre fría, no puede evitar desear el calor de
Aria, pero, ¿puede mantenerla fuera del peligro de morir, el tiempo suficiente
para convertirla en su compañera?

04 – El desafío del caimán


Bienvenido a Bitten Point, donde las batallas más
duras ocurren dentro del corazón.
Érase una vez, una chica que amaba a un chico pero
se casó con otro hombre. Qué error, especialmente
desde que este hombre la había estado usando como
parte de su enfermizo plan para experimentar con
los Cambiaformas. Y él tiene un plan para usar a sus
hijos.
Sobre mi cadáver. Pero Melanie podría necesitar
ayuda para mantener a sus hijos a salvo.
Wes está guardando secretos, un montón de ellos,
pero no tiene otra opción. Las personas que le
importan están en peligro, y hará cualquier cosa
para protegerlas, pero esa lucha se intensifica
cuando la chica a la que nunca dejó de amar se ve
amenazada.
¿Puede este caimán enfrentarse al desafío de no
solo librarse del control chantajista de Bittech, sino encontrar una manera de
estar con Melanie, también?

Serie Dragon Point 02 274


Eve Langlais Dragón exprimido

Serie Dragon Point


01 – Convirtiéndose en dragón
Dragon Point no es un lugar, sino una sociedad, una
sociedad secreta. Y los humanos no están invitados.
Soy un monstruo.
Eso es lo que Brandon piensa cuando huye del instituto
médico que lo cambió. Vivir una vida normal no está en
las cartas para él porque aunque puede esconder su piel
escamosa, sus alas son difíciles de no ver.
Así que huye y vive en las sombras donde pertenecen los
monstruos.
Lo que no esperaba era encontrar a otros como él, y que
se llaman a sí mismos dragones.
O eso le dice Aimi, con unos ojos violetas cuando lo clava
en el suelo.
En serio, ¿pero dragones?
No quiere creer, pero las pruebas van en aumento. No
ayuda a su resolución el hecho de que la mujer con el
pelo plateado no le teme al monstruo y quiere reclamarlo.
Sin embargo, antes de que pueda pensar en su propia felicidad, tiene que
rescatar a su hermana pequeña. El tío Theo la secuestró, y Brandon hará
cualquier cosa para recuperarla, aunque tenga que abrazar al monstruo interior
para convertirse en el dragón.

02 – Dragón exprimido
Nunca te metas entre un dragón y su alijo, a menos
que tus asuntos estén en orden.
¿Sabías que los cerebritos humanos chirrían cuando
los apretujas? Totalmente impresionante.
Adi piensa que hay un montón de cosas que son
impresionantes, como la salsa y el queso en las
patatas fritas, las motos que rugen, oh, y el hecho de
que ella es una malvada dragona con un poder
increíblemente genial.
¿Pero sabes qué es más increíble que todo eso? Cierto
tipo cerebrito a cargo de un departamento de TI para
un laboratorio médico situado en el infierno de un
pueblo pequeño.
Sin embargo, no hay nada pequeño en Dexter. Puede
sonrojarse ante ciertas cosas y usar su cerebro, no
sus músculos, para tener éxito, pero el hombre está
construido a lo grande. Y a Adi le gustan las cosas
grandes.
Sin embargo, el hecho de que le guste a ella no significa nada para su madre.
La querida y vieja mamá odiará que sea humano. Le disgustará aún más el plan
de Adi para quedarse con él.
Porque él es mío para mantener y apretujar.

Serie Dragon Point 02 275


Eve Langlais Dragón exprimido

Próximamente

03 – Dragón desatado
Serie Dragon Point 02 276
Eve Langlais Dragón exprimido

Sobre la Autora
Eve Langlais nació en la Columbia Británica, pero al ser hija de militar,
ha vivido un poco por todas partes. Quebec, New Brunswick, Labrador,
Virginia (EE.UU.) y por último en Ontario. Su
familia y ella actualmente viven a las afueras de
Ottawa, la capital de su nación.
Eve es la primera persona en admitir que lleva
una vida monótona. Su idea de diversión es ir de
compras al Wal-Mart, le gustan los vídeojuegos,
cocinar y leer. Su inspiración es su marido, ya
que es un macho alfa total. Pero, a pesar de su
ocasional mal genio, lo quiere mucho. Eve dice
que tiene una imaginación retorcida y un
sarcástico sentido del humor, algo que le gusta
reflejar en sus libros.
Escribe romance a su manera. Le gustan los
fuertes machos alfa, con el pecho desnudo y los
hombres lobo. Un montón de hombres lobo. De
hecho, te darás cuenta que la mayoría de sus
historias giran en torno a grandes enormes
licántropos, sobreprotectores que sólo quieren
agradar a su mujer. También es muy parcial con los extranjeros, ya sabes
del tipo de secuestrar a su mujer y luego en coche hacen alguna locura...
de placer, por supuesto.
Sus heroínas, son de amplio espectro. Tiene algunas que son tímidas y
de voz suave, otras que patean a un hombre en las bolas y se ríen.
Muchas son gorditas, porque en su mundo, las chicas tienen unas curvas
¡de miedo! Ah y algunas de sus heroínas son pequeñitas y malas, pero en
su defensa, necesitan amor también.

Serie Dragon Point 02 277

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