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Armenta Rosales Verónica Daniela.

Seda.
Alessandro Baricco.
Traducción de Mario Jursich Durán.

Reseña.

Hervé Joncour, es un hombre que de 32 años que vive en la Francia meridional,


específicamente en Lavilledieu, en la segunda mitad del siglo XVII y que se dedica a
comprar y vender gusanos de seda. Al principio un hombre ordinario, que sigue una rutina
anual de compra de gusanos de seda alrededor de Europa; pero cuando cayeron las
epidemias que afectaron a los huevecillos decidió cambiar de ruta hacia Siria y Egipto.
Después de que la compra de un viaje resultara desventajosa para nuestro protagonista se
abre una puerta a la aventura, junto a Baldabiou emprende una nueva ruta para la compra
de gusanos. La actividad principal de Lavilledieu es la producción de seda, así estos dos
personajes buscan alternativas para afrontar la situación.
La misión: viajar a Japón. Apenas hace unos años atrás esa nación era famosa por prohibirle
la entrada a cualquier extranjero y limitar sus relaciones comerciales; pero la seda de japón
era famosa por la calidad y textura increíble de su seda. Sin embargo, los japoneses vendían
la seda, más no los huevecillos (que era lo que les importaba a los dos futuros negociantes).
A pesar del miedo a viajar al otro lado del mundo Hervé Joncour decidió partir, tras
despedirse de su amada Hélene partió hacia la nación desconocida.
El primer viaje fue el comienzo de un misterio hermoso y deseable que nada tendría que ver
con los gusanos de seda. Tras recorrer el desconocido camino y haber comprado los huevos
Jouncour se encontró con Hara Kei, un poderoso gobernador japonés.
Su encuentro fue un vaivén de miradas, a los pies de Hara Kei se encontraba una hermosa
mujer, sus ojos parecen haberse impregnado en la mente del protagonista; pues en cada
viaje que volvió a hacer seguía buscándolos. Una pasión inaccesible se apoderaba cada vez
más de Jouncour, y fue ese mismo fervor el que lo llevaba a viajar de vuelta a Japón.
Varias situaciones se desenlazan a partir de este ímpetu, los cambios, acercamientos y
confusiones mecidos en la poesía con la que Alessandro Baricco escribe la obra lleva al
lector a sumergirse en esta bella historia.
Consideraciones.

La obra comienza con un toque histórico, en un inicio me hico recordar a “Los viajes de
Marcopolo” por la aventura hacia lo desconocido, lo lejano y todo lo exótico que un francés
del siglo XVII pudiera encontrar en el lejano oriente que apenas abría sus puertas al mundo.
Entre el lío del viaje desconocido y el tráfico de gusanos de seda comencé el libro
esperando una narración de tipo etnológica mezclada poéticamente con la fantasía; más lo
que resultó fue mejor de lo que esperaba.
La obra me encantó, llegando al misterio de una pasión naciente el protagonista logra
mezclar perfectamente el conocimiento de una nuevo lugar con el autoconocimiento de sus
nuevos deseos.
La lejanía del país permitió que Jouncour se concentrara en lo que pasaba en el instante y
en lo que estaba sintiendo, aunque decidiera no hablar mucho de eso. Pero más allá que el
texto me haya gustado tanto por la participación del protagonista, mi total y entero encanto
se orientó hacia Hélene.
Esta mujer dulce, de cabello hermoso y voz sumamente encantadora se robó absolutamente
todo mi cariño; en su personaje puedo ver las huellas de la inocencia, un poco de
conformidad, pude imaginarme sus ojos con un centello de tristeza y toda su piel esperando
a ser amada.
La historia sin lugar a dudas es emocionante; no me pude despegar de su lectura porque
cada página significaba un nuevo acontecimiento, un paso más para conocer la verdad. No
negaré que la traducción de la carta me resultó imprevista, pero el significado entero que
llevaba detrás hizo que mis sentimientos conectaran con Hélene, no pude más que adorar y
admirar la fuerza de su silencio y su deseo. Un deseo muy diferente al de su amado, aunque
los dos eran deseos por otro cuerpo no lo fueron en el mismo sentido; Jouncour deseaba un
cuerpo para su deleite, mientras que Hélene deseaba otro cuerpo para poder concederle el
amor pleno que quiso darle.
Indudablemente recomiendo la lectura de “Seda”, la forma en que es presentada facilita la
lectura e incita a continuarla sin detenerse. Espero quien tenga la ventura de leerla quede
igual de maravillado que yo. Finalmente puedo asegurar que ha sido mi libro favorito de lo
que va del año.
Referencia: A. Baricco (

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