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La escuela:
encuentro de culturas...
¿y de idiomas?
Laura Conti Costa | Maestra. Docente de portugués en el Programa de
Segundas Lenguas en Escuela de Tiempo Completo. Pintadito (Artigas).
Comencemos el desarrollo de este tema culturales distintas, sino también que diferen-
haciendo referencia al concepto de cultura. tes actores pueden insertar sus acciones en una
Hoy –lejos de la primera definición propues- lógica compartida y, en ese sentido, pueden
ta por E. B. Tylor (1871) quien sostenía que, pertenecer a mundos imaginativos similares.»
tomada la cultura en el sentido de erudición, (Grimson, 2006, apartado 1).
se podía hablar de personas “cultas” e “incul- Siguiendo esta línea de razonamiento, pode-
tas”– existe cierto consenso entre los antro- mos definir la escuela como un lugar donde con-
pólogos que consideran a los seres humanos viven muchas culturas, reconociéndola como un
como seres culturales, y se habla de cultura en lugar de frontera cultural, de zona de contacto,
términos de diversidad. siendo la cultura escolar una “cultura híbrida”
Es a partir de los aportes de la Antropología (Gonçalves Vidal, 2006, apartado 1).
que se ha redefinido un nuevo concepto. «Estos Cuando la institución escolar está inserta en
desarrollos conceptuales permiten comprender una sociedad fronteriza se produce, además, una
a la cultura como los modos específicos en que situación de contacto entre dos lenguas; en el
los actores se enfrentan, se alían o negocian. caso de la región norte de nuestro país, donde se
Por lo tanto, no solo hay una dimensión de po- halla la ciudad de Artigas, el contacto se produ-
der en el encuentro entre actores con formas ce entre español y portugués.
CONTEXTOS EDUCATIVOS
de esa misma característica no se puede pro-
poner como lengua materna de ningún sujeto.»
(ANEP-CODICEN, 2008:290).
Volviendo al tema “cultura” propon-
go ahora seguir la lógica de Cora Gamar-
nik, quien analiza el tema “cultura popular”
haciendo referencia a la visión de tres im-
portantes autores: De Certeau, Bourdieu y
Gramsci. A pesar de que estos pensadores di-
fieren en muchos aspectos, todos ellos coin-
ciden en pensar la cultura escolar a partir de
una mirada relacional; mirada que, a su vez,
propone una lógica asimétrica atravesada por
el poder (Gamarnik, 2006, apartado 4).
Traducida esta idea a la realidad de las es-
cuelas de la zona de frontera, se puede percibir
que sí existe una relación asimétrica entre el
hablante de DPU y aquel que, además de co-
nocer y emplear el dialecto, conoce y usa la
lengua estándar. En fin, acceder a la lengua
estándar es acceder, en cierta forma, al poder;
mientras que el portugués local se halla estig-
matizado. Así lo retrata Carvalho (en Brian,
Brovetto y Geymonat, 2007:48): «...mientras
que los grupos socioeconómicos más bajos
usan el portugués más frecuentemente en el
ámbito doméstico y social, los grupos más al-
tos muchas veces adoptan el español».
Ahora bien, la inclusión del portugués al
actual currículo oficial, y la elaboración e ins-
titucionalización de un Programa de Segundas
Lenguas suponen la contemplación de esta rea-
lidad sociolingüística existente en las zonas de
frontera. Podemos percibir aquello que A. Es-
colano Benito (2005) denominó como dinámi-
ca de estabilidad y cambio, que se explica por
las tensiones entre culturas profesionales del
sistema educativo: cultura empírico-práctica
de los docentes, cultura del mundo académi-
co, cultura político-institucional. Siguiendo el
pensamiento de Escolano, la contemplación de
este asunto en la agenda política redundó en la
difusión de la enseñanza del portugués en las
escuelas lo que, por su parte, promovió cierto
impacto en la cultura docente.
U N D A S
CONTEXTOS EDUCATIVOS
Cuando se dispuso a mostrar las imágenes, la todos los niños de acceder a la educación, de
cara de los niños cambió y uno de ellos, con acceder a la cultura, de manera que su lengua
asombro, exclamó: –“maestra, ¡era un maca- materna no resulte un impedimento para el
co!”. “Macaco” es la traducción de “mono”. acceso al conocimiento. Además se preten-
Albita había leído un cuento sobre un mono, y de que los niños puedan mejorar su reperto-
los niños no habían comprendido cuál era su rio lingüístico accediendo a una lengua más
personaje principal porque no sabían su nom- estandarizada, ya que poseen dos maestros,
bre en español y sí en portugués. Al contarme quienes son sus referentes del español y del
lo sucedido, Albita confesó: –“¡qué ingenua portugués estándar.
fui! Pensé que lo iban a entender... ¡me olvidé Así, pues, la adopción de un Programa de
del portuñol!”. Segundas Lenguas en la institución supone, al
decir de Brito y Stagno, un modo de apropia-
Hoy en esa escuela, como en muchas ción de los discursos sociales y lecturas polí-
otras, se enseña el portugués y el español ticas en torno a la diversidad (Brito y Stagno,
como una forma de garantizar el derecho de 2006, apartado 2).