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ESQUEMA
LA DESCOLONIZACIÓN
EL TERCER MUN DO
-
Pakistán
-
India
Promotores -
Indonesia
-
Ceilán
-
Birrnania
Impulsores - Nehru
1 - Sukamo
- Respeto a soberanía e integridad territorial
- Igualdad entre razas y naciones
Principios o agresión
- No injerencia en asuntos internos
- Coexistencia pacífica
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• El Movimiento de los Países No Alineados (1961): Nace en Cumbre de Belgrado
- Nehru
- Nasser
Líderes Tito
Sukarno
- Coexistencia pacífica
Principios - Programas sobre un nuevo orden económico internacional
Modernización, renovación, adaptación a nuevo marco internac.
SUBDESARROLLO
1 • El coloniali smo
Demográfico
Obstáculos Predominio sector agrícola
al Atraso técnico
desarrollo Escasas infraestructuras: transportes, etc.
Analfabetismo
Falta de cuadros dirigentes
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UN MUNDO DESIGUAL: LA DIVISIÓN NORTE-SUR
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Causas de la descolonización
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Japón- a unirse y rebelarse contra el dominio de los blancos europeos. Por
otra parte el Reino Unido y Francia libre movilizaron recursos humanos y
materiales de sus colonias para el conflicto (crearon industrias y vías de co-
municación, y enrolaron en sus ejércitos a muchos de sus habitantes - más
de dos millones de hindúes el primero y muchos magrebíes el segundo-
para que lucharan junto a los aliados). La sangre derramada legitimó sus
reivindicaciones. Finalmente el debilitamiento de las potencias coloniales
después de la guerra; la difusión de declaraciones y documentos universa-
les sobre derechos nacionales y libertades democráticas - que la sociedad y
élites autóctonas se apresuraron a reclamar-; la creación de la ONU como
foro para todas las naciones, y el apoyo de países anticolonialistas, culmi-
naron el proceso.
• Posturas anticolonialistas occidentales: las dos grandes potencias
surgidas de la Segunda Guerra Mundial -Estados Unidos y la URSS-
adoptaron posturas anticolonialistas y apoyaron la emancipación. El pri-
mero, además, procuró abrir mercados para sus capitales y productos sin
trabas coloniales, y los soviéticos hicieron lo mismo desde su propia ideo-
logía anticapitalista y antiimperialista. El acuerdo entre ambos, al que
pronto se unieron los países que se iban liberando, propició que la ONU
tuviese un papel impulsor del proceso emancipador.
Modelos de descolonización
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importantes; ya que hubo gravísimos conflictos, por ejemplo en la India
entre comunidades indígenas rivales - hindúes y musulmanes- , y distur-
bios importantes en Marruecos o Túnez.
2) Descolonización con guerra de independencia: se dio cuando
la metrópoli se negó a aceptar el cambio . La mayoría de los casos se
produjeron en colonias de Holanda, Francia, Bélgica y Portugal. Se la
llama también descolonización a la francesa, pues Francia - tras su hu-
millación de 1940 en la Segunda Guerra Mundial- no estaba preparada
para aceptar lo que consideraba una nueva derrota y rechazó el proceso.
En 1946 sustituyó el término «imperio» por el de Unión Francesa y trató
de retener por la fuerza los territorios. Ello dio lugar a un proceso des-
colonizador traumático, del que los ejemplos más claros fueron Argelia
e Indochina. También fue difícil el proceso para Holanda, cuya colonia
en Indonesia logró la independencia en 1949, bajo la dirección de Su-
karno y tras un doloroso conflicto bélico. Bélgica y Portugal también tu-
vieron una descolonización conflictiva: en Congo la rápida retirada
belga produjo un caos en el momento de la independencia (1960) que
obligó a la intervención de la ONU; y la negativa del presidente portu-
gués a cualquier concesión a sus colonias provocó importantes movi-
mientos guerrilleros ayudados por países comunistas, que consiguieron
sus objetivos en 1975.
Por otra parte, en muchos casos el proceso descolonizador fue un ab-
soluto fracaso , que dejó tras de sí guerras entre poblaciones enfrentadas
que han continuado hasta el siglo XXI. Es el caso de hindúes y musulma-
nes en la India - hoy prolongado en el conflicto entre India y Pakistán-, los
de Sudán, Ruanda, Burundi y otros países del África negra, así como el aún
sin solucionar de la antigua colonia española del Sahara. Finalmente el
Mundo Árabe, sobre todo el polvorín de Oriente Medio, donde el drama de
Palestina - origen del largo y sangriento conflicto de Oriente Medio- per-
manece sin solución.
Actualmente el colonialismo clásico no existe, pero se mantiene lo que
llamamos «neocolonialismo» en muchas excolonias - sobre todo de Áfri-
ca-, que si bien han logrado la independencia política, continúan someti-
das a una explotación y dependencia económicas de Occidente que las
condena al subdesarrollo.
EL TERCER MUNDO
La expresión Tercer Mundo fue acuñada en los años cincuenta para re-
ferirse a los países de África, Asia y América Latina, poco avanzados tec-
nológicamente, con una economía dependiente de la exportación de pro-
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duetos agrícolas y materias primas, altas tasas de analfabetismo, elevado
crecimiento demográfico y gran inestabilidad política.
Muchos de ellos acababan de independizarse de las potencias colonia-
les europeas. En un contexto internacional de guerra fría, con el mundo di-
vidido en dos bloques enfrentados tras la Segunda Guerra Mundial, esta-
ban condenados a un escaso o nulo protagonismo y al forzoso alineamien-
to con uno de los dos bloques. La extensión de la guerra fría a Asia tras el
conflicto de Corea, las repercusiones que la situación podía tener para
ellos, y el afán de evitar a toda costa que Asia se dividiera también en blo-
ques enemigos - como se podía temer ante la firma del Tratado de Asia
Oriental (SEATO) y la alianza chino-soviética- , los llevó a iniciar una po-
lítica internacional de neutralismo, para mantenerse equidistantes entre los
dos bloques. Poco a poco fueron evolucionando, de la neutralidad pasi-
va del principio a una activa no alineación, de modo que el Tercer Mundo
se convirtió en una nueva y sólida fuerza internacional. El proceso co-
menzó con el inicio de las primeras independencias y tuvo dos momentos
centrales y representativos: la Conferencia de Bandung y el Movimiento
de Países No Alineados. Así, el Tercer Mundo de los países no alineados
se distinguió del Primer Mundo de naciones capitalistas y del Segundo en
tomo a la URSS.
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buir a la paz y la cooperación internacionales. Para trabajar por todas esas
metas se organizaron tres comisiones de trabajo: política, económica y cul-
tural, que analizaron los problemas y las posibles soluciones a cada uno de
ellos.
Los resultados de la Conferencia, fmto del compromiso entre las di-
versas tendencias fueron: la afirmación de la independencia e igualdad de
todos los pueblos afroasiáticos; la condena del colonialismo, la discrimi-
nación y el racismo, así como del armamento atómico; la exaltación del es-
píritu de rebelión moral contra la dominación europea; el surgimiento de
los pueblos allí agrupados como fuerza internacional; la formulación de un
neutralismo activo; la revalorización de los nacionalismos afroasiáticos y
la iniciación de un movimiento internacional de solidaridad entre tales
pueblos. Resumiendo, algunos de los Diez principios que salieron de la
Conferencia - y que se convertirían posteriormente en las ideas claves del
Movimiento de los Países No Alineados- fueron: 1) Respeto a la sobera-
nía y la integridad territoriales; 2) igualdad entre las razas y las naciones;
3) no agresión; 4) no injerencia en los asuntos internos de cada país; 5) co-
existencia pacífica.
Bandung supuso la afirmación del propósito del Tercer Mundo de ocu-
par un puesto en el sistema internacional. Con ella el afroasiatismo entró
en la historia, definido por el que llegaría a Secretario General de la ONU,
el egipcio Butros-Ghali como «Un vasto movimiento político en la prolon-
gación de la lucha anticolonialista, que tiende a consolidar por el neutra-
lismo la independencia reciente de los Estados de Asia y de África».
Sin embargo, pese al deseo generalizado de unión y neutralidad, desde
el principio existieron tres grandes corrientes enfrentadas: 1) los no aline-
ados, liderados por Nehru y el egipcio Nasser, condenaban la política de
bloques militares enfrentados; 2) los pro-occidentales -Turquía, Irak, Pa-
kistán, Ceilán ... - defendían la posibilidad de que cada país se integrara en
alianzas militares regionales. Este grupo intentó que la Conferencia apro-
bara una resolución condenando todos los imperialismos, incluido el so-
viético; pero no lo consiguió, pues el prestigio de la URSS y el reciente pa-
sado colonial eran entonces muy fuertes; 3) los dos países comunistas
-China y Vietnam del Norte- cuyo líder chino hábilmente frenó las inicia-
tivas de los pro-occidentales y obtuvo un gran prestigio para la China de
Mao.
La Conferencia de Bandung fue un acontecimiento clave en el proce-
so de descolonización y en el intento de emancipación del Tercer Mundo.
La consecuencia directa del espíritu y la política de neutralidad que nació
en ella fue el Movimiento de los Países No Alineados.
El Movimiento de Países No Alineados es una agrupación de Estados
que se formó en la Cumbre de Belgrado (1961 ), para conservar su posición
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neutral en la vida política internacional y formular sus propias posiciones
independientes, reflejando sus intereses y condiciones como países mili-
tarmente débiles y económicamente subdesarrollados. Por tanto surgió
como un movimiento internacional de resistencia a la división del mundo
en bloques, que trabaja para definir y fijar la actitud internacional de los
países que lo integran. Paulatinamente ha evolucionado de una neutralidad
pasiva a una activa no alineación.
A la primera Cumbre asistieron 25 países, que aceptaron los Principios de
Bandung, adoptándolos como los principales fines y objetivos de la política de
no alineación. En base a su propia identidad, sus principales objetivos quedaron
fijados en: apoyo a la autodeterminación, oposición al apartheid, no adhesión a
pactos multilaterales militares, lucha contra el imperialismo en todas sus for-
mas, desarme, no-injerencia en asuntos internos de los Estados, fortalecimien-
to de la ONU, democratización de las relaciones internacionales, desan-ollo so-
cioeconómico y reestructuración del sistema económico internacional.
En la actualidad agrupa a 120 países, todos ellos miembros plenos del
Movimiento y todos del Tercer Mundo - principalmente de África, Asia y
América Latina- como una fuerza de acción más o menos unificada. El Mo-
vimiento se mantiene activo y celebra periódicas Conferencias Cumbres
mundiales. Desde su creación en Belgrado ha celebrado 16 Cumbres, en
India, Egipto e Indonesia, cuyos dirigentes más destacados del comienzo
- Tito, Nehru, Nasser y Sukamo- fueron llamados entonces «grandes del Ter-
cer Mundo». Posteriormente ha habido Cumbres en Argelia, Cuba, India y
otros países, y todas ellas han trabajado sobre los principios de la coexisten-
cia pacífica, programas sobre un nuevo orden económico internacional, po-
sible modernización, renovación y adaptación a las nuevas circunstancias in-
ternacionales, etc. La última tuvo lugar en Teherán (Irán), en agosto de 2012.
En su declaración final hizo hincapié en el desarme nuclear, la paz, los dere-
chos humanos, la democracia y la autodeterminación de los pueblos.
SUBDESARROLLO
El subdesarrollo es uno de los problemas estructurales más graves de
muchos países africanos, asiáticos y sudamericanos, en teoría política-
mente independientes y soberanos respecto de las potencias imperialistas,
pero que en realidad soportan una dependencia económica y social as-
fixiantes. Precisamente la dependencia es en muchos casos el origen del
subdesan-ollo que padecen. Ya que todos ellos se caracterizan por: un ele-
vado crecimiento demográfico, baja renta por habitante, subalimentación y
enfermedades, analfabetismo y escasa difusión de la cultura, predominio
del sector agrario y mínima industrialización, escasas infraestructuras,
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falta de cuadros dirigentes adecuados y escaso desarrollo de las clases me-
dias. Y la mayor parte de esas características son consecuencias del colo-
nialismo y de la dependencia económica que sufrieron durante su etapa co-
lonial.
Por tanto la situación de subdesarrollo se produce sobre todo por estos
dos motivos: 1º ausencia previa de estructuras económicas y sociales
adecuadas para que se produzca el cambio, lo que condena al retraso eco-
nómico e imposibilita el desarrollo; 2º el colonialismo, pues las metrópo-
lis imponían en sus colonias los sistemas de explotación convenientes para
sus propias economías sin pensar en las locales, de modo que esa domina-
ción y subordinación impedían el desarrollo económico autóctono y per-
petuaban el subdesarrollo. De hecho las áreas subdesarrolladas se corres-
ponden con las antiguas colonias - la mayor parte de Asia y África- ade-
más de Iberoamérica. Es decir, todo el Tercer Mundo. Pues los sistemas
económicos y de infraestructuras que dejaron las potencias coloniales al
retirarse, unidos a la falta de preparación de su población, provoca la de-
pendencia.
En consecuencia la descolonización de un país no es real mientras no
consigue total independencia, no solo política sino también económica.
Actualmente impera el «neocolonialismo», una nueva dependencia econó-
mica de países atrasados - en muchos casos antiguas colonias, pero hoy Es-
tados independientes- respecto de potencias económicas occidentales, que
las siguen utilizando como suministradoras de materias primas e impiden
la competencia entre la industria tradicional y la desarrollada de Occiden-
te. Este «neocolonialismo» es de nuevo un fenómeno dominante en países
del Tercer Mundo.
Pero los problemas de los países subdesarrollados no son solo de ín-
dole económica, sino política y de relaciones internacionales. Pues tras la
independencia, la gravedad de los problemas de esos países nuevos des-
bordó los programas de las clases dirigentes autóctonas, colocándolas en la
disyuntiva de seguir hasta el final las exigencias de reforma de las masas
populares (vía revolucionaria, cuyo ejemplo sería Cuba) o de reprimirlas
(dictaduras neocolonialistas). Además, con frecuencia las grandes poten-
cias han convertido a los países del Tercer Mundo en escenario de sus ri-
validades y enfrentamientos.
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subdesarrollados han de afrontar son de carácter demográfico, económico,
político y social.
1) Explosión demográfica: se ha producido al combinarse el mante-
nimiento de altas tasas de natalidad con el descenso de la mortalidad. La
introducción de la medicina moderna en esos países ha mejorado la cali-
dad y la esperanza de vida, provocando un fuerte y brusco descenso de la
mortalidad, sin que se haya producido un cambio cultural paralelo y si-
multáneo que propiciara el descenso de la natalidad al mismo ritmo.
2) Problemas sociales: al no verse correspondido el crecimiento de
la población con el paralelo incremento de la riqueza, la renta por habitan-
te no ha aumentado o lo ha hecho poco, de modo que es imposible el re-
parto de capitales necesarios para el desarrollo económico. Ello provoca
paro, pobreza, hambre, enfermedades y lacras sociales de todo tipo. Todo
ello va unido a unas estructuras sociales casi feudales, con una clase do-
minante rica y una numerosa masa campesina pobre, cuya única defensa
social es la familia patriarcal. Finalmente se dan diferencias étnicas, reli-
giosas y lingüísticas, y grandes contradicciones entre la capa social culta y
elitista y la masa analfabeta.
3) Problemas políticos: la situación social descrita provoca inestabi-
lidad política, como consecuencia de las grandes tensiones derivadas de los
contrastes sociales y económicos imperantes en las regiones subdesarro-
lladas. En general, los regímenes políticos de los países del Tercer Mundo
descolonizados se forman, o bien sobre la herencia de las instituciones y
administración coloniales, o bien sobre la estructura socioeconómica del
propio país. Teniendo en cuenta estos factores y las instituciones y formas
de gobierno - que siempre son expresión de un radical nacionalismo- , los
sistemas políticos que se imponen en los países del Tercer Mundo cuando
se emancipan suelen ser alguno de estos: 1º sistemas tradicionales, expre-
sión de las oligarquías; 2º dictaduras militares impuestas a través de gol-
pes de estado, también expresión del poder oligárquico; 3º sistemas demo-
cráticos, al estilo occidental, expresión de las burguesías nacionales; 4º sis-
temas autoritarios revolucionarios salidos de revoluciones populares y
sociales. En todos ellos o la mayoría es común la ausencia de libertad de
iniciativa económica.
4) Problemas económicos: en la mayoría de los países subdesarro-
llados impera una economía pre-industrial. Ya que al haber sido utiliza-
dos por las potencias occidentales para su propio beneficio económico, sin
pensar en los intereses locales, al emanciparse se han encontrado sin pre-
paración ni infraestructuras para desarrollar una economía propia moder-
na. Por tanto hay escasa industria y dominio de la agricultura - dos de
cada tres habitantes del mundo subdesarrollado viven de ella- , también
marcada por el colonialismo. Existen dos variantes bien diferenciadas: cul-
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tivos de exportación, normalmente plantaciones, boyantes y prósperos
pese a los problemas de superproducción, que ocupan las mejores tierras y
gozan de tecnología avanzada; y cultivos de subsistencia para consumo
interno, casi siempre con tecnología muy tradicional, poco competitivos y
de producciones miserables. Se han puesto muchas esperanzas en la lla-
mada «revolución verde», un proyecto que arrancó en los años cincuenta
con el que se pretende superar los problemas del campo (introduciendo se-
millas de cereales de elevados rendimientos adaptados a los climas tropi-
cales, y procedimientos técnicos modernos). Pero estas semillas exigen
una utilización más intensiva de abonos y pesticidas, y en ciertos casos de
extensión del regadío, lo que implica lentitud de su difusión entre los cam-
pesinos tercermundistas, con frecuencia analfabetos y demasiado pobres
para poder permitirse la necesaria inversión de capital. Además esta revo-
lución todavía no ha sido posible en buena parte de África.
Las riquezas minerales han posibilitado un sector económico flore-
ciente, que ha proporcionado un gran crecimiento en países antes subdesa-
rrollados. Pero como en los orígenes de la época industrial, la existencia de
yacimientos muy a menudo no crea zonas prósperas en el entorno, sino
verdaderas colonias económicas dependientes del país explotador. Muchas
veces los beneficios de las minas, refinerías o plantaciones se los llevan las
empresas extranjeras -que exportan los minerales en bruto, reduciendo los
beneficios de la expansión para la economía del país que los produce- o la
clase dominante, que acumula sus riquezas y se opone a las necesarias re-
formas sociales y agrarias, que solo la revolución social consigue realizar.
Por otra parte, el estímulo que estas actividades representan para la econo-
mía del país subdesarrollado en su conjunto es limitado, porque con fre-
cuencia el equipo se importa, la mano de obra local empleada es limitada
y casi siempre las exportaciones corren a cargo de empresas extranjeras
que repatrían la mayor parte de los beneficios.
Caso aparte representa el petróleo, cuya importancia en la economía
mundial ha permitido a los países productores -agrupados en la Organiza-
ción de Países Exportadores de Petróleo (OPEP)- elevar sustancialmente los
precios. Todo esto se ha traducido en fabulosos ingresos para los principales
países productores. Por eso los Estados árabes del Golfo Pérsico encabezan
la lista de países con mayor renta por habitante. Pero los regímenes políticos
de estos países no han sabido utilizar los fabulosos ingresos para realizar in-
versiones que aseguren una prosperidad estable a sus pueblos. Esa es la
causa -junto con la ausencia de libertades políticas y sociales, imprescindi-
bles para un verdadero desarrollo- de que el grado efectivo de bienestar so-
cial sea menor de lo que hace pensar su renta por habitante.
La industria ha progresado de forma notable desde la Segunda Gue-
rra Mundial, aunque el mayor desarrollo lo han vivido desde su indepen-
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dencia. Pero la industria moderna exige una capacidad de innovación de la
que carecen los países subdesarrollados, que la ven crecer gracias a la
abundante mano de obra más barata.
En cuanto al comercio exterior, suele ser deficitario en productos ma-
nufacturados en casi todos estos países, cuya base de exportaciones domi-
nante son los productos agrícolas y los minerales en bruto. Las exporta-
ciones de productos manufacturados constituyen un sector verdaderamen-
te importante solo para algunos pequeños países del Sureste asiático, como
Corea del Sur, Taiwán, Singapur y otros. Precisamente esto explica su
prosperidad económica. Y aunque estos países sufren graves problemas de
otros tipos, son un buen testimonio de que la superación del subdesarrollo
es posible. Por tanto, aunque el término Tercer Mundo se sigue utilizando
para designar a los países subdesarrollados, el concepto se ha ido vacian-
do de contenido, en el aspecto político al desaparecer el bloque soviético,
y en el económico al emerger países industrializados nuevos, como los ya
mencionados: Taiwán, Corea del Sur y los países petrolíferos de Oriente
Medio.
Globalmente parece evidente que la solución de los problemas del Ter-
cer Mundo solo será posible con la ayuda de los países desarrollados; y que
si esta ayuda no se materializa, las diferencias serán cada día mayores.
Pero para salir del subdesarrollo también es preciso un cambio en sus há-
bitos de comportamiento. De lo contrario se multiplicarán los países que,
tras recibir ayuda económica de los países desarrollados occidentales, sean
incapaces de devolver los préstamos, de afrontar las deudas contraídas.
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