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Memoria y tradición en la (re)creación de la identidad ibérica:


reviviscencia de mitos y ritos en época tardía (ss. II-I aC)

Chapter · January 2014

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Carmen Rueda Galán


Universidad de Jaén
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ANEJOS
AESPA
Trinidad Tortosa
(ed.)
ANEJOS
LXXII DE
2014
AESPA LXXII

DIÁLOGO DE IDENTIDADES
DIÁLOGO DE IDENTIDADES
Bajo el prisma de las manifestaciones religiosas
en el ámbito mediterráneo (s. III a.C. - s. I d.C.)

ISBN 978-84-00-09855-1 ARCHIVO ESPAÑOL


DE
ARQVEOLOGÍA
GOBIERNO DE EXTREMADURA
CSIC
DIALOGO DE IDENTIDADES Libro:M 30/10/14 19:31 Página 3

ANEJOS DE ARCHIVO ESPAÑOL DE ARQUEOLOGÍA


LXXII

DIÁLOGO DE IDENTIDADES

Bajo el prisma de las manifestaciones religiosas


en el ámbito mediterráneo (s. III a.C. - s. I d.C.)
DIALOGO DE IDENTIDADES Libro:M 30/10/14 19:31 Página 4

ANEJOS DE AESPA

Director: Francisco Pina Polo, Universidad de Zaragoza, España.

Secretario: Carlos Jesús Morán Sánchez, Instituto de Arqueología, CSIC-Gobierno de Extremadura, Mérida,
España.

Comité Editorial: José Beltrán Fortes, Universidad de Sevilla, España; Manuel Bendala, Universidad
Autónoma de Madrid, España; Rui Manuel Sobral Centeno, Universidade do Porto, Portugal;
Adolfo J. Domínguez Monedero, Universidad Autónoma, Madrid, España; Sonia Gutiérrez Lloret,
Universidad de Alicante, España; Pedro Mateos, Instituto de Arqueología, CSIC-Gobierno de
Extremadura, Mérida, España; Manuel Molinos, Universidad de Jaén, España; Ángel Morillo,
Universidad Complutense, Madrid, España; Ricardo Olmos Romera, Instituto de Historia, CSIC,
Madrid, España; Almudena Orejas, Instituto de Historia, CSIC, Madrid, España; Isabel Rodà de
Llanza, Universidad Autónoma de Barcelona, España; Inés Sastre Prats, Instituto de Historia, CSIC,
Madrid, España; Ángel Ventura Villanueva, Universidad de Córdoba, España.

Consejo Asesor: Luis Caballero Zoreda, Instituto de Historia, CSIC, Madrid, España; María Paz García-
Bellido, Instituto de Historia, CSIC, España; Juan Manuel Abascal, Universidad de Alicante,
España; Filippo Coarelli, Universitá degli Studi di Perugia, Italia; Pierre Gros, Université Aix-
Marseille, Francia; Simon Keay, University of Southampton, Reino Unido; Pilar León, Universidad
de Sevilla, España; Giuliano Volpe, Universitá degli Studi di Foggia, Italia; Carmen García Merino,
Universidad de Valladolid, España; Javier Arce, Université Lille, Francia; Michel Amandry,
Bibliothèque Nationale de France, París, Francia; Xavier Aquilué, Museu d'Arqueologia de
Catalunya, Empúries, España; Pietro Brogiolo, Università di Padova, Italia; Francisco Burillo,
Universidad de Zaragoza, España; Monique Clavel-Lévêque, Université Franche-Comté, Besançon,
Francia; Teresa Chapa, Universidad Complutense de Madrid, España; Carlos Fabião, Universidade
de Lisboa, Portugal; Carmen Fernández Ochoa, Universidad Autónoma de Madrid, España; Pierre
Moret, Universidad de Toulouse, Francia; Sebastián Ramallo, Universidad de Murcia, España;
Domingo Plácido, Universidad Complutense de Madrid, España; Thomas Schattner, Instituto
Arqueológico Alemán, Madrid, España; Armin Stylow, München Universität, Alemania.
DIALOGO DE IDENTIDADES Libro:M 30/10/14 19:31 Página 5

TRINIDAD TORTOSA
(ed.)

DIÁLOGO DE IDENTIDADES

Bajo el prisma de las manifestaciones religiosas


en el ámbito mediterráneo (s. III a.C. - s. I d.C.)

Reunión científica, Mérida (Badajoz, España), 12-14 de noviembre, 2012

CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS

INSTITUTO DE ARQUEOLOGÍA

MÉRIDA, 2014
DIALOGO DE IDENTIDADES Libro:M 30/10/14 19:31 Página 6

Reservados todos los derechos por la legislación en materia de Propiedad


Intelectual. Ni la totalidad ni parte de este libro, incluido el diseño de la
cubierta, puede reproducirse, almacenarse o transmitirse en manera alguna
por ningún medio ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, informático,
de grabación o de fotocopia, sin permiso previo por escrito de la editorial.

Las noticias, los asertos y las opiniones contenidos en esta obra son de la
exclusiva responsabilidad del autor o autores. La editorial, por su parte, solo
se hace responsable del interés científico de sus publicaciones.

Este volumen es el resultado de la reunión científica Diálogo de identidades.


Bajo el prisma de las manifestaciones religiosas en el ámbito mediterráneo
(s. III a.C.-s. I d.C.), celebrada en Mérida (Badajoz, España) entre los días 12
y 14 de noviembre de 2012, insertada en el marco de desarrollo Proyecto
Nacional de I + D «Transformación y continuidad en la Contestania y
Bastetania ibéricas (s. III a.C.-I d.C.). La imagen y los procesos religiosos
como elementos de identidad» (Ref. HAR2009-13141), concedido a la
Escuela Española de Historia y Arqueología de Roma (CISC).

Imagen de cubierta y contracubierta: exvoto de bronce. Varón en una escena


de sacrificio. Puerta de Segura, Bujalame (Jaén). © Archivo de Iconografía
Ibérica, IAM-CSIC

Catálogo general de publicaciones oficiales:


http://publicacionesoficiales.boe.es

EDITORIAL CSIC: http://editorial.csic.es (correo: publ@csic.es)

GOBIERNO DE EXTREMADURA

© CSIC
© Trinidad Tortosa (ed.), y de cada texto su autor.

NIPO: 723-14-122-1
e-NIPO: 723-14-123-7
ISBN: 978-84-00-09855-1
e-ISBN: 978-84-00-09856-8
Depósito Legal: M-25675-2014
Impreso en España. Printed in Spain

En esta edición se ha utilizado papel ecológico sometido a un proceso de blanqueado TCF, cuya fibra procede de bosques gestionados de forma sostenible.

Imprenta: Artes Gráficas Rejas, Mérida


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A Ricardo Olmos
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Como todos los hombres de la Biblioteca, he viajado en mi juventud:


he peregrinado en busca de un libro, acaso del catálogo de catálogos;…
Yo afirmo que la Biblioteca es interminable.
Los idealistas arguyen que las salas hexagonales
son una forma necesaria del espacio absoluto o,
por lo menos, de nuestra intuición del espacio.

Jorge Luis BORGES


«La Biblioteca de Babel» en Obras Completas, I
RBA-Instituto Cervantes, 2005, p. 465.
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Diálogo de identidades. Bajo el prisma de las manifestaciones religiosas


en el ámbito mediterráneo (s.III a.C.-s. I d.C).
Reunión científica, Mérida (Badajoz, España), 12-14 de noviembre, 2012

PRESENTACIÓN

Esta reunión de especialistas se realizó en Méri- definitivamente con las sublevaciones de los pueblos
da (12-14 de noviembre de 2012) en el marco del indígenas. Este proceso, bastante dilatado en el tiem-
Proyecto Nacional de I + D «Transformación y con- po, tiende a desarrollarse de forma multidireccional
tinuidad en la Contestania y Bastetania ibéricas (s. III en el espacio, lo que tendrá su reflejo en la adopción
a.C.- I d.C.). La imagen y los procesos religiosos de fórmulas de interacción también diversas.
como elementos de identidad» (HAR2009-13141), En esta ocasión, sin embargo, hemos querido
concedido en el centro de la Escuela Española de ampliar esa perspectiva hacia el ámbito púnico, cel-
Historia y Arqueología de Roma perteneciente al tibérico y sardo de manera que accedamos metodo-
CSIC. Proyecto que fue trasladado al Instituto de lógicamente a saber de qué manera se leen esas iden-
Arqueología, Mérida (CSIC-Gobierno de Extrema- tidades en unos momentos eclécticos, de los siglos
dura) con el retorno desde la ciudad italiana de quien III a.C.- I d.C., en los que intervienen diferentes agen-
escribe estas páginas y en el que estamos integrados tes. Nuestra integración en el Mediterráneo es un
algunos de los que participamos en la reunión cientí- hecho confirmado e inexcusable para entender nues-
fica y cuya temática general nos viene interesando tra historia. En este sentido términos como ruptura y
desde hace ya algunos años. continuidad aparecerán en estas páginas en diversas
El proyecto, que tiene como objetivo el diálogo ocasiones. Ante esa cultura romana a la que, en tan-
de los diferentes modelos ibéricos del área del SE y tas ocasiones, se ha llamado globalizadora; propues-
Alta Andalucía fundamentalmente, nos adentra en el tas como la que recogió el congreso Saturnia Tellus.
entorno social, en los elementos que aportan sentido Definizioni dello spazio consacrato in ambiente
colectivo a las comunidades y que se vinculan a con- etrusco, itálico, fenicio-punico, ibérico e céltico
ceptos como el de autorrepresentación, autoconcien- (CNR, 2008), en Roma, en el año 2005, centrado
cia de pertenencia a un grupo determinado, memoria en el protagonismo de las culturas periféricas medi-
colectiva, etc. Además, en el ámbito helenístico en terráneas (etruscos, iberos, celtíberos...) y donde se
el que nuestra investigación discurre, nos añade un recogieron las pruebas del dinamismo y capacidad
lenguaje individualizado en el que el devoto ofrece, de intercambio de estos grupos sociales que, en
manifiesta y realiza una serie de ofrendas y sacrifi- ocasiones, un academicismo mal entendido ha mar-
cios para pactar con las divinidades. ginado.
Seguramente, partiendo de sus contenidos, las Leíamos hace poco que la religión es una «fábri-
palabras clave de este encuentro sean: identidad, ca de cultura», quizás, desde esta perspectiva es des-
manifestación religiosa y proceso de romanización, de donde este encuentro se propone. Las manifesta-
en el marco del devenir ibérico. Procesos que con- ciones religiosas entendidas como un insieme, como
fluirán en una expresión compleja como es la roma- un conjunto de los aspectos relacionados con el
nización, si bien el término haya sido objeto de ámbito de la religión: espacios, edificios, paisajes,
ingentes páginas sobre la manera de afrontar su con- factores materiales que se estructuran y se nos pre-
tenido; sea este u otro lo cierto es que tratamos del sentan para evidenciar la arquitectura, los objetos,
fenómeno que engloba una serie de episodios que los rituales... y que, al fin y al cabo, nos ofrecen
van desde la presencia de Roma en Iberia hasta su unos breves, pequeños apuntes de las mentalidades
plena permanencia, que podría establecerse entre el de estas comunidades ibéricas, introduciéndonos en
año 195 a.C. con la resolución de Catón que acaba buena parte, en esa arqueología cognitiva que fun-
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14 PRESENTACIÓN Anejos de AEspA LXXII

ciona desde la perspectiva de la no escisión en el inmersas en el ámbito mediterráneo a pesar de que


mundo antiguo, entre las categorías racionales y reli- su localización en el extremo occidente suele provo-
gioso-simbólicas. A través de ellos podremos obser- car una retardación cronológica en los procesos o en
var los cambios de los procesos históricos. las llegadas de nuevos estímulos mediterráneos. En
Pero, ¿de qué religiones ibéricas estamos hablan- estos procesos buscamos modelos que ejemplifican
do? R. Olmos decía lo siguiente en un texto de hace lo que Gailledrat (1997) ya hace años definía como
unos años (Olmos 2004: 111): «Hablo expresamente «les identités culturels» del ámbito ibérico.
de prácticas y usos diversos, de creencias y repre- Identidad, hermosa palabra que nos aboca a esta
sentaciones que afloran en múltiples indicios, de compleja actualidad en la que vivimos; no nos etra-
espacios religiosos, y no tanto de religión, expresión ña que en los últimos años hay tomado relevancia en
tal vez demasiado abstracta y prematura con la que este ámbito de ‘pertenencia a’ y tampoco nos sor-
construimos estructuras excesivas y teorías grises prende que la historia antigua, la protohistoria haya
sobre una historia infinitamente más versátil y flui- también intentado buscar en sus procesos estos con-
da». De las dos partes que, grosso modo, componen tenidos de identidad. Prueba de ello son algunos
la estructura religiosa, la teórica y la práctica, des- congresos organizados, por ejemplo, en el seno de
afortunadamente, accedemos al ámbito conectado L’Ecole Française de Rome, sobre las mentalidades
con la ritualidad, con las ofrendas, los exvotos, los en el Mediterráneo... El término que toma fuerza en
espacios, vislumbramos algunos comportamientos... el siglo XIX con la creación de los nacionalismos,
pero, aquella otra del panteón divino, de los mitos, con la emergencia de los estados... y que ahora tras-
de las concepciones cosmogónicas, de las creencias ladamos; tal vez para intentar apropiar a esta palabra
en el Más Allá... de todo ello solo realizamos pro- de nuevos contenidos... dudamos. Quizás, estas pági-
puestas que en los últimos años vienen configurando nas que componen este volumen, nos aporten claves
estos resbaladizos espacios del conocimiento. de lectura en este sentido.
Aunque en estas páginas que siguen los escena- ¿Cómo podemos acceder, desde la arqueología a
rios se encuadran en un Mediterráneo que, a partir esas identidades?
del siglo III a.C., asiste a unos fuertes cambios políti- Los empeños han sido diversos y no es momento
cos que repercutirán directamente en la Península ahora de ampliar esta difícil cuestión que ya se abor-
Ibérica: solo para recordar, la llegada de los Bárqui- daba, por ejemplo, en el congreso que, con el título
das a Cartago Nova o el desembarco de Escipión en de Identidades, culturas y territorios en la Andalu-
Ampurias en el 237 a.C. Las culturas ibéricas que, cía prerromana (F. Wulff y M. Álvarez, eds., 2009)
con personalidad propia, habían configurado ya en se editaba hace algunos años.
ese momento sus propios modelos y, por lo tanto, En lo que estamos de acuerdo, como punto de
sus signos de identidad, tendrán que enfrentarse a partida, es en que esta identidad debe venir marcada
esas esferas del mundo romano e incluso púnico, por un proceso de autoconciencia, de saberse perte-
que poseen un mayor impacto identitario en el Medi- neciente a un grupo determinado con respecto al
terráneo, lo que va a conllevar, a su vez, el cambio otro, con respecto a lo diferente; necesario para
paulatino de los modos de vida indígena. Estos poder definirse como colectividad. Y ante la falta de
hechos configurarán una serie de procesos que lleva- un ibero que nos cuente como llevaba el tema de su
rán a una serie de identidades regionales que conver- conciencia y de su ‘pertenencia a’ con respecto al
gen, al final, en torno al cambio de era en el proceso diferente, nos queda la indagación arqueológica para
de unificación política, lingüistica, religiosa y, admi- intentar aproximarnos a ello. Introdujimos el térmi-
nistrativa que es la romanización. no diálogo en el título de esta reunión, por un lado,
Se asiste, por tanto, de esta manera a un proceso de para suavizar el impacto del término identidad y, por
representación de las oligarquías indígenas a la manera otro, para reivindicar la realidad del diálogo, la
romana, a procesos de hibridación y sincretismo reli- comunicación alargada y amplia en la historia y en
gioso que afectan a los cultos, divinidades, etc., a nue- los procesos históricos; un diálogo con agentes medi-
vas formas de urbanismo, de arquitectura y de admi- terráneos que llegaron al extremo Occidente y que
nistración municipal... En suma, se observa un cambio se convirtieron en parte de los modelos históricos
fundamental en el paisaje urbano y rural de buena par- que se desarrollaron.
te de Hispania y, por supuesto, del Mediterráneo. Esas identidades queremos verlas en el Mediterráneo
Nos interesa el ámbito de las mentalidades de helenístico, un momento rico, ecléctico por la diversidad
estas culturas protohistóricas, llamadas ibéricas de estímulos y caracterizado socialmente por el alza de
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Anejos de AEspA LXXII PRESENTACIÓN 15

esos nuevos segmentos sociales; llamadas por algunos Pedro nos planteará el tema de la romanización des-
autores, sobre todo italianos, ‘las nuevas burguesías’ y de el punto de partida de un espacio de guerra, como
que justifican históricamente su presencia, con la par- es el de la batalla de Baecula. Un escenario que ofre-
ticipación en los cultos de sectores nuevos de la po- ce un reguero de tachuelas dejadas por las sandalias
blación. No me resisto a trasladar ahora una frase de del ejército romano que marcan la zona de entrada
R. Olmos que nos permite recordarlo en este foro: «El del mismo. Pero, sobre todo, es uno de los plantea-
Mediterráneo helenístico es rico en portenta, en ma- mientos metodológicos aplicados más audaces e
ravillas y extrañezas, en metamorfosis y en paradojas interesantes que hemos visto en los últimos años; y
y cambios que requieren invenciones de orígenes o re- es más, me parece importante integrar en la discu-
latos fundacionales». sión esta información por las consecuencias de este
Por otra parte, esta reunión es continuidad de conocimiento para abordar, como decíamos, el tema
aquella otra coorganizada con S. Celestino en el año de la romanización posterior en un territorio concre-
2005 y publicada en el 2010 con el título Debate en to. Por su parte, Arturo Ruiz nos ofrecerá también
torno a la religiosidad protohistórica, al que hoy los últimos resultados acerca de una lectura intere-
hemos emplazado, a la manera del tábano socrático, santísima sobre los últimos trabajos llevados a cabo
para que desde su percepción foránea reflexione al en Puente Tablas (Jaén) y sobre la vinculación de la
final de estas jornadas sobre las diferentes cuestio- divinidad visible, en relación con la astronomía y
nes que tratamos en esos días. En aquel momento, con unos espacios muy concretos en el interior de
las páginas de la publicación mencionada, todavía este oppidum espectacular ibérico. Estas interven-
vigentes, nos confirmaron la utilidad del debate acer- ciones, aunque no generan, como se aprecia en el
ca de estas cuestiones religiosas tan particulares y índice, textos para su publicación, fueron importan-
que entonces afrontamos desde otra perspectiva tes en ese momento para el debate que se organizó
como fue la experiencia de los cultos domésticos, posteriormente.
sobre la particularidad de los betilos en contextos En este tiempo de reunión propusimos una pre-
ibéricos o en aquellos análisis que nos adentraban en gunta que nos parece fundamental acerca de qué nos
las peculiaridades de la religiosidad fenicio-púnica revela la arqueología sobre la cuestión de las identi-
gaditana, entre otros temas. dades y sus contenidos, sucederán otras tantas pero
En esta ocasión el punto cero, partirá desde nues- al final de eso se trata de preguntas, de algunas res-
tras zonas neurálgicas: el SE, levante y la Alta Anda- puestas y de dudas; ellas nos hacen avanzar; las
lucía, con esa mayoría de participación ibérica,en la dudas son conocimiento, como decía San Agustín.
que a través de la reinvención de la memoria, de la Querría aprovechar esta ocasión para hacer una
iconografía o de diferentes santuarios con nombres pequeña reflexión sobre la situación de pérdida de
propio, nos abriremos al ámbito púnico donde la valor de las Humanidades al que estamos asistiendo
topografía o la escultura púnica funeraria nos intro- en Europa y que, como historiadores, nos compete a
ducirán en el debate sobre su adscripción o no como todos. Pero, no para caer en la demagogia de aquello
elementos identitarios y en dónde aparecen, mien- de que el pasado nos puede hablar sobre el futuro,
tras que las intervenciones italianas, nos asomarán al porque como decía Paul Krugman hace unas sema-
amplio contexto del Mediterráneo desde Cerdeña nas, ¿dónde está la experiencia que se obtuvo del
que, desde su privilegiada ubicación entre Italia y la crac del 29 en el sector económico, por ejemplo?
Península Ibérica, nos permitirá abordar los temas Comentaba Mario Torelli, hace unas semanas en
de diálogo entre indígenas, púnicos y romanos, con- una conferencia en la Universidad Complutense de
virtiéndose en un plano de lectura más cercano al Madrid, que quizás deberíamos difundir esa cultura
foco de donde parten estos fenómenos. La óptica humanística sin complejos y sin soberbia, haciéndo-
romana, la opinión del otro, se pondrá en este caso la permeable a la sociedad, que se hable de nuevas
también desde la atenta mirada de la perspectiva de tecnologías pero también que entren en ese espacio
las lecturas escultóricas. En fin, nuestro objetivo es los Homero, los Tucídides, pero también las Tanit,
debatir en torno a una gran mesa, con esta fórmula los sujetos y sus experiencias... Decía: «Salgamos de
que desde hace años se desarrolla con interés y efi- nuestras pequeñas dimensiones. Hagamos permea-
cacia desde el IAM para plasmar, además, la diversi- ble esta cultura humanística para la sociedad».
dad cultural. Cierro, al fin, con una frase de Marta
Tendremos, además, invitados fuera de programa Nusbaumm, a la que leí por azar en Italia y que,
que serán Arturo Ruiz y Juan Pedro Bellón. Juan casualmente también, ha recibido este año ―2012―
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16 PRESENTACIÓN Anejos de AEspA LXXII

el Premio Príncipe de Asturias, a las Ciencias No querría cerrar estas páginas sin indicar que la
Sociales. En su libro Non per profitto. Perché le realización y edición de estas jornadas ha sido posi-
democrazie hanno bisogno della cultura umanistica ble gracias a la ayuda del proyecto concedido por el
(Il Mulino 2011: 26), nos comenta: «La spinta del Ministerio de Economía y Competitividad («Trans-
profitto incide molti leader a pensare che la scienza formación y continuidad en la Contestania y Baste-
e la tecnologia siano di cruciale importanza per il tania ibéricas –s. III a.C.- I d.C.- La imagen y los
futuro del loro paesi. Non c’e nulla da obiettare su procesos religiosos como elementos de identidad».
una buona istruzione técnico-scientifica, e non sarò HAR2009-13141). Agradezco también de manera
certo io a suggerire alle nazioni di fermare la ricerca muy especial al Instituto de Arqueología en Mérida,
a questo riguardo. La mia preoccupazione è che altre a mis compañeros y amigos de trabajo, en esta pri-
capacità, altretanto importante, stiano correndo il mera actividad que organicé después de mi vuelta al
rischio di sparire nel vortice della concorrenza... Tali centro desde la Escuela Española de Historia y
capacità sono associate agli studi umanistici e Arqueología de Roma (CSIC); por su ayuda y exce-
artistici: la capacità di pensare criticamente; la lente acogida en un complicado período de mi vida
capacità di trascendere i localismi e di affrontare i profesional. Aquí he encontrado la tranquilidad y la
problemi mondiali come ‘cittadini del mondo’; e, generosidad en las relaciones sociales que me han
infine, la capacità di raffigurarsi simpateticamente la permitido poder comenzar a reencontrarme, de nue-
categoria dell’altro». vo, con la investigación protohistórica después de
Pensemos en este mensaje e intentemos no per- haber vivido en esa maravillosa jungla ‘de ruidos’
der la memoria, desde nuestros pequeños mundos que Roma representa.
cotidianos, de lo que las Humanidades nos han apor- Trinidad Tortosa
tado y seguirán aportándonos. Noviembre, 2012
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Diálogo de identidades. Bajo el prisma de las manifestaciones religiosas


en el ámbito mediterráneo (s.III a.C.-s. I d.C).
Reunión científica, Mérida (Badajoz, España), 12-14 de noviembre, 2012

MEMORIA Y TRADICIÓN EN LA (RE)CREACIÓN


DE LA IDENTIDAD IBÉRICA: REVIVISCENCIA DE MITOS
Y RITOS EN ÉPOCA TARDÍA (SS. II-I A.C.)

Ignasi GRAU MIRA, Área d’Arqueologia Universitat d’Alacant; Carmen RUEDA GALÁN, Instituto
Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica, Universidad de Jaén

Resumen: La renovación de los discursos historiográficos sobre los conceptos de identidad y etnicidad ha
abierto un interesante panorama en sus posibilidades de lectura arqueológica. La visión esencialista
tradicional ha dado paso a una conceptualización de la identidad como una expresión flexible y adaptada a
las circunstancias históricas y sociopolíticas de los pueblos antiguos. Enmarcado en esta línea, este trabajo
se refiere las sociedades ibéricas en el marco del encuentro con Roma. Este contacto reforzó determinados
discursos identitarios enraizados en antiguas tradiciones que se renuevan para transmitir nuevos mensajes.
El análisis de determinadas narraciones míticas que muestra la iconografía vascular o la reviviscencia de
prácticas rituales ofrecen un buen ejemplo de este fenómeno de recreación de construcción activa de la
identidad étnica entre los pueblos ibéricos.

Summary: The renewal of the historiographic discourses on the concepts of identity and ethnicity has
opened an interesting panorama in its archaeological reading possibilities. The traditional essentialist view
has given way to a conceptualization of identity as an expression that is flexible and adapted to the
historical and sociopolitical circumstances of ancient peoples. Framed in this line, this work refers the
Iberian companies within the framework of the Rome meeting. This contact reinforced certain speeches
identity rooted in ancient traditions that are renewed for new messages. The analysis of certain mythical
narratives showing vascular iconography or the re-experiencing of ritual practices offer a good example of
this phenomenon of recreation of active construction of ethnic identity among the Iberian peoples.

Palabras clave: Iberos; mitos; ritos; identidad; procesos sociales.


Key words: Iberians; myths; rituals; identity; social process.

1. LA CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD ricos. La visión esencialista tradicional ha dado paso a


BASADA EN LA RECREACIÓN DEL PASADO1 una conceptualización de la identidad como una expresión
flexible y adaptada a las circunstancias históricas y so-
La renovación de los discursos historiográficos so- ciopolíticas de los pueblos antiguos. Estos marcos de re-
bre los conceptos de identidad y etnicidad ha abierto un flexión parten de los postulados sobre la construcción
interesante panorama en el estudio de los pueblos ibé-
modelos territoriales en el Alto Guadalquivir desde el s. IV
1
Este trabajo se incluye en los proyectos HAR2009-13141, a.n.e. hasta el s. I d.n.e: los paisajes de la iconografía ibé-
HAR2012-37003-C03-02 y HAR2011-22994, del MINECO. rica» dentro del Subprograma Juan de la Cierva (MINECO,
Asimismo se enmarca en el proyecto «Espacios rituales y Plan nacional de I+D).
DIALOGO DE IDENTIDADES Libro:M 30/10/14 19:31 Página 102

102 IGNASI GRAU MIRA Y CARMEN RUEDA GALÁN Anejos de AEspA LXXII

activa de la identidad étnica, basada en los estudios de neo Arcaico. Un buen número de trabajos analizan
S. Jones (1997) que tienen su referente directo en los plan- cómo los referentes que balizan el paisaje sirvieron
teamientos de la sociología constructivista de Barth de espacios de fijación de memoria que remitía a la
(1969). La traslación de estos planteamientos al caso ibé- creación de la identidad del grupo.
rico ha sido defendida por autoras como Díaz-Andreu Si los planteamientos aludidos son válidos para
(1998), quien ha propuesto la naturaleza subjetiva, el ca- interpretar los procesos históricos ibéricos, quizá lo
rácter cambiante en función del contexto y el interlocutor son más en el periodo que se inicia a fines del siglo III
o la coexistencia de formas concéntricas de identidad (gé- y que conocemos como la época Ibérica tardía, entre
nero, estatus…) en una misma persona. los siglos II y I a.C. En ese momento se produce un
Un segundo aporte teórico de relevancia han sido cambio trascendental en la naturaleza de las relacio-
los postulados de las teorías del postcolonialismo, en nes con los pueblos del Mediterráneo. Tras siglos de
particular las reflexiones sobre las formas de hibri- contactos de índole esencialmente comercial, se ini-
dación que han tenido un cierto desarrollo en la cia una época marcada por la conquista e implanta-
investigación reciente (Vives Ferrándiz 2005; Jimé- ción territorial de una potencia foránea, Roma, que
nez Díaz 2009). Estos planteamientos encuentran acabará por subsumir las sociedades locales en un
acomodo en el desarrollo de unas sociedades ibéri- marco imperial. Se inicia el proceso conocido como
cas que tuvieron en el encuentro con el Mediterrá- romanización y que produjo profundas transforma-
neo un factor decisivo en su configuración histórica. ciones en las estructuras organizativas de la sociedad
Las innovaciones tecnológicas, la integración econó- ibérica, desde el ámbito territorial hasta los campos
mica y la apertura de los horizontes culturales de simbólicos.
referencia que supuso el contacto con el Mediterráneo El proceso de romanización se ha contemplado
deben valorarse de forma decisiva en el desarrollo desde distintos fundamentos teóricos y conceptuales,
histórico de los Iberos. Sin embargo, esa relación cuya explicación detallada excede las posibilidades
debe verse alejada de los discursos difusionistas tan de este trabajo. Nuestro planteamiento se enmarcaría
arraigados hace unas décadas. La identidad de los en una línea interpretativa que propone el reforza-
pueblos ibéricos se conformó por la interpretación y miento de las identidades tradicionales del mundo
redefinición de estos impulsos desde las circunstan- ibérico ante el encuentro con Roma (Aranegui 2012:
cias propias. El énfasis recae, pues, en la propia 321-322; Grau 2012: 239-244; Serrano y Molinos
dinámica de los grupos iberos que desarrollaron sus 2011; Rueda 2011a). En estos convulsos momentos
trayectorias propias en el campo de acción que le de profundos cambios en las formas de organización
proporcionó la apertura al Mediterráneo. sociopolítica y económica algunas de las nuevas for-
La reflexión que proponemos se asocia a una mas de relación social y de identidad comunitaria se
línea de estudio que ofrece interesantes trabajos en definen a partir de la recreación de la memoria del
el ámbito del Mediterráneo antiguo. Valgan como pasado. Se emplearon elementos de la tradición
ejemplos dos obras recientes que señalan las posibi- ancestral de los grupos ibéricos que no significaron
lidades analíticas de estos planteamientos. La prime- la perduración culturales, antes bien se recrearon
ra es la obra de J. Boardman (2004)2 sobre la cons- para construir una nueva realidad (Fig. 1).
trucción de la identidad griega clásica a partir de la En este marco de planteamiento general se ins-
recreación de elementos tomados de su pasado. La criben distintas fórmulas en la construcción de la
transformación de los significados de testimonios memoria, teniendo a al sistema religioso como vía
antiguos para amparar una memoria y enraizar la de reconocimiento e identidad y al pasado (construi-
historia. La segunda referencia de interés es la do o no, remoto o próximo) como forma de justifica-
reciente obra editada por Cristofani y Stoddart ción. El registro arqueológico, en su heterogeneidad,
(2012)3 sobre la identidad y paisaje en el Mediterrá- nos ofrece claves de análisis para el planteamiento
de nuevas propuestas que se centran en las manifes-
2
Archaeology of Nostalgia. How the Greeks re-created their taciones del sistema de creencias en un momento
mythical past. Thames & Hudson Ltd. 2002. En nuestro caso histórico concreto. La memoria del culto, e incluso
hemos consultado la edición italiana Archeologia della nos- la memoria del paisaje, se traduce en la utilización
talgia. Come i greci reinventarono il loro passato. Monda- de recursos diversos de sacralización, que incluyen
dori. 2004. la incorporación de elementos de tradición, en el
3
Landscape, ethnicity and identity in the archaic Mediter- reconocimiento de que el pasado siempre tiene una
ranean area, Oxbow Books, Oxford, 2012. función importante (Boardman 2004: 1-4).
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Anejos de AEspA LXXII MEMORIA Y TRADICIÓN EN LA (RE)CREACIÓN DE LA IDENTIDAD IBÉRICA... 103

Fig. 1. Esquema representativo de la recreación de la identidad a partir de la memoria y la tradición.

Bajo esas coordenadas teóricas, vamos a centrar ciones iconográficas del mundo ibérico: el tema de
nuestro estudio en el análisis de determinadas narra- la lucha de un joven con un animal monstruoso, ya
ciones míticas que muestra la iconografía vascular o la sea un lobo, un grifo, una esfinge o un león. No es
reviviscencia de prácticas rituales en los santuarios, nuestro interés recorrer cada una de las muestras y
pues ofrecen un buen ejemplo de este fenómeno de re- analizar en detalle el motivo y sus significados,4 sino
creación de identidades ibéricas. Nos proponemos re- que vamos a emplear este tema iconográfico como
visar algunos elementos de la estructura mítica y ritual evidencia de las transformaciones de un tema mítico
ibérica que podemos considerar reformulaciones de de gran arraigo en la sociedad ibérica, a tenor de su
tradiciones de larga antigüedad en el periodo tardío. inusitada frecuencia. En efecto, este motivo icono-
gráfico se encuentra en diferentes versiones desde
época antigua hasta las la fase tardía de la historia de
2. LA (RE)CREACIÓN DE UN MITO: los Iberos y en un amplio espacio geográfico que
EL HÉROE FUNDADOR Y LA LUCHA cubre las regiones ibéricas del oriente y el sur penin-
CON EL MONSTRUO sular. Los soportes que albergan estas imágenes son
igualmente variados y van desde la gran escultura de
Los discursos legitimadores del poder buscan en piedra de la Alta Andalucía (Olmos 2002) hasta las
el pasado la justificación de la acción política del representaciones vasculares del área valenciana
presente, por lo que la memoria juega un papel des- (Aranegui 1997), pasando por la excepcional mues-
tacado en la elaboración de discursos ideológicos. tra de orfebrería de la Fíbula de Braganza (Perea
No es fácil trazar los recorridos de estos mensajes 2011) o las matrices de Cabezo Lucero (Uroz Rodrí-
cuando carecemos de la expresión escrita y la narra- guez 2006).
ción histórica, pero podemos abordar tal propósito La reiteración e intensidad del motivo puede rela-
indagando en las historias que nos ofrecen las imáge- cionarse de forma genérica con la ideología heroica de
nes. La existencia de un corpus iconográfico referido la sociedad ibérica, asociado a un contexto aristocrá-
a un mismo tema y que ofrece algunas variaciones a tico arcaico. Pero dentro de este marco conceptual de-
lo largo del tiempo, permite rastrear el recorrido de bemos profundizar en los significados. En primer lu-
un mito. Y lo importante no es señalar la permanen- gar, la aparición del motivo engarzado en programas
cia del tema, sino analizar sus transformaciones para iconográficos complejos, como el heroon de Porcuna
entender cómo se fue adaptando a la sociedad de o El Pajarillo de Huelma, o en narraciones vasculares
cada momento. Este es el ejercicio que nos propone-
mos al recorrer un tema tradicional que fue recreado
en la etapa final del tiempo de los Iberos. 4
Esta empresa ha sido recientemente acometida por T. Chapa
Hemos escogido uno de los temas que aparecen (2011) y por C. Mata y L. Soria (2012), en lo que corres-
con mayor frecuencia e intensidad en las manifesta- ponde a la relación con el lobo.
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104 IGNASI GRAU MIRA Y CARMEN RUEDA GALÁN Anejos de AEspA LXXII

con varias escenas, como en el Vaso de los Guerreros


de Alcoi, nos dice algo más, nos habla de una narra-
ción compleja y comprensible por sus receptores. En
otras palabras, deben relacionarse con expresiones mí-
ticas concretas que narran las historias de los héroes lo-
cales, antepasados a los que se asociarían los grupos
dominantes para legitimizar su posición. Probablemente
son la versión en imágenes de aquellos nomoi: «reco-
pilaciones escritas de la antigua memoria, así como poe-
mas y leyes sujetos a medida» de los que hablaba Es-
trabón (Str. III.1.6.; C 139, según traducción de Gómez
Espelosín 2007).
Algunos detalles iconográficos, que se repiten
sorprendentemente en ejemplos distanciados en el es-
pacio y el tiempo sin duda expresan las particularida-
Fig. 2. Vaso de los Guerreros de Alcoi (La Serreta, Alcoi,
des de los enfrentamientos y se refieren a los detalles Cocentaina, Penàguila, Alacant) (Fuente: Museu Arqueològic
concretos de la narración. Por ejemplo, no nos parece Municipal Camil Visedo d’Alcoi).
en absoluto casual que en el tema del enfrentamiento
se repita el detalle de la garra del animal hincándose
en el muslo del héroe (Chapa 2011: 190). El motivo se ciudad ibérica de La Serreta,5 el vaso muestra la ini-
repite de forma idéntica en la placa de La Aliseda (Pe- ciación heroica de un joven aristócrata en tres esce-
rea 1991: 154-155) en la Grifomaquia de Porcuna (Jaén) nas de intensidad creciente. Precisamente la primera
(González Navarrete 1987: 139-146) y en El Vaso de de ellas es la lucha del joven, aun en una fase de
la Esfinge del Corral de Saus (Valencia) (Izquierdo edad muy cercana a la infancia según muestra el
1995: fig. 5). A nuestro juicio, ese pormenor no solo pelo rasurado y la escasa altura del personaje, que
debe entenderse como una fórmula de conexión entre acaba de abatir al lobo que huye con el rabo entre las
contrincantes, sino que más bien alude a un detalle pre- piernas y una lanza clavada en el lomo. En esta ima-
ciso que remite a la complejidad de los mensajes que gen se señala que la acción heroica ya ha sido reali-
transmitían las imágenes. zada, ya se ha cumplido el paso iniciático que con-
Nuestro argumento sigue las pautas que propu- vierte al joven en héroe. En lo sucesivo, el elegido
siera R. Olmos para explorar las vías de aproximación expresará su posición con la piel del lobo que lleva-
al complejo proceso de transformación de las imáge- rá sobre su cabeza en la escena final del vaso (Olmos
nes en época tardía (Olmos 2000). La modificación y Grau 2005).
de determinados mensajes con la incorporación de las En este caso el realismo del animal nos situaría
tradiciones helenísticas en el contacto con Roma, se en un plano histórico de la narración. Aunque se pre-
presentaba no solo como un cambio estilístico, sino tende mostrar un hecho que sucedió en el tiempo
que debía vincularse a los significados sociales que mítico del héroe, se trata de un tiempo cercano, per-
albergaban. De ese modo debe interpretarse el mitema teneciente a una memoria próxima y posiblemente
del héroe en época iberohelenística y su trayectoria de rastreable en la genealogía del linaje dominante
transformación. Hemos escogido ejemplos de imáge- (Ruiz et alii e.p.). Es decir, es una hazaña creíble y
nes sobre cerámica que recorren la historia de los cuyo relato justificaría la posición de la familia des-
Iberos de la zona oriental de la Península Ibérica, las cendiente del héroe.
actuales comarcas centrales Valencianas, entre fines Encontraríamos la conmemoración heroica del
del siglo III y el I a.C. antepasado del grupo aristocrático. La desigualdad
de la sociedad y la posición dominante de los indivi-
duos y familias que detenta el poder se sanciona con
EL JOVEN Y LA CAZA DEL LOBO EN EL VASO este mensaje ideológico de predominio de los mejo-
DE LOS GUERREROS DE ALCOI (SIGLO III A.C.) res. Muestra un lenguaje y un tema mitológico muy

Iniciaremos el recorrido con la primera escena


de la narración del Vaso de los Guerreros de Alcoi 5
Sobre el espacio y la interpretación del conjunto ritual,
(Fig. 2). Encontrado en una cámara sagrada de la véase el trabajo de I. Grau, R. Olmos y A. Perea (2008).
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Anejos de AEspA LXXII MEMORIA Y TRADICIÓN EN LA (RE)CREACIÓN DE LA IDENTIDAD IBÉRICA... 105

arraigado en la tradición anterior sin apenas modifi- EL VASO DE LA ESFINGE DEL CORRAL DE SAUS
cación, pues la historia se contaba apenas sin varia- (SS. II-I A.C.)
ción en el monumento del Pajarillo de Huelma en el
siglo IV a.C. (Molinos et alii 1998). La escena del vaso del enfrentamiento del héroe
y la esfinge procede de una de las tumbas tumulares
que se destacan en el paisaje de la necrópolis del
EL VASO DEL COMBATE DE ILICI (SS. II-I A.C.) Corral de Saus (Izquierdo 1995: fig. 5). Destaca la
confluencia en este vaso de elementos ibéricos muy
El siguiente ejemplo que incorporamos al discur- arraigados y elementos innovadores en la narración
so es el célebre vaso del combate de Ilici (Fig. 3). del mito.
Representa el mismo tema del enfrentamiento, pero El vaso muestra dos momentos diferenciados de
la variación se encuentra en el momento del comba- la misma secuencia, el primero que señala la aproxi-
te, que muestra el instante inmediato al desenlace de mación a la esfinge. Tras un primer enfrentamiento,
la escena. En el caso anterior el combate ya había especialmente intenso con la garra del animal que
concluido con la huida del animal moribundo, pero entra en contacto con el muslo del héroe, la escena
en este ejemplo se muestra el dominio de la bestia, se resuelve con el lanzazo que atraviesa el cuerpo de
no su abatimiento. La fiera está sometida por el la esfinge (Fig. 4).
héroe que la obliga a bajar la testuz tirando de su El tratamiento secuencial a través de imágenes
lengua. Este detalle de tirar de la lengua se encuen- fijas es un recurso visual que aparece en otros vasos
tra en imágenes griegas arcaicas como una copa áti- pintados ibéricos anteriores, como se observa clara-
ca de figuras negras de fines del siglo VI a.C. del mente en una tinaja de El Puntal dels Llops Valencia
Royal Ontario Museum (Boardman 2004: fig. 118) (Fig. 5). En la franja principal situada en el tercio
que presenta a Heracles tomando de la lengua a un superior del vaso, aparecen representados dos grana-
monstruo marino. La influencia helenística pudiera dos que muestran estados diversos de maduración en
explicar la transferencia al lenguaje ibérico, donde el una secuencia de izquierda a derecha. Funciona
detalle no se encuentra con anterioridad, como ocu- visualmente como las imágenes fijas de un comic
rrirá con otras expresiones vasculares. que componen una escena dinámica.
En este ejemplo, la exageración del animal nos La indumentaria del joven, vistiendo un corto
situaría en el plano simbólico de la narración, frente faldellín, se asemeja al del joven de Ilici, en un ele-
al carácter realista anterior, y siempre enmarcada por mento de claro arraigo en la tradición ibérica. Como
la vegetación desbordante del paisaje simbólico. La también lo hace la vegetación desbordante del paisa-
indumentaria del joven, con su faldellín corto, je en el que se desarrolla la escena. También lleva la
recuerda al joven del Pajarillo y también el tamaño cabeza cubierta por la piel de un animal (Olmos
desproporcionado de la bestia. En resumen, recrea el 1999: 84.4), a la manera de un Heracles con la leon-
mismo tema iniciático, en que empiezan a despuntar tea y de forma idéntica al héroe del Vaso de Alcoi y
influjos helenísticos en detalles de la narración. otros de Llíria. Este detalle sugiere que ya es un gue-

Fig. 3. Vaso del combate de Ilici (L’Alcúdia d’Elx, Alacant) Fig. 4. Vaso del Corral de Saus (Moixent, Valencia) (Fuente:
(Fuente: Fundació Universitaria La Alcudia-UA). Izquierdo, 1995: fig. 5).
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106 IGNASI GRAU MIRA Y CARMEN RUEDA GALÁN Anejos de AEspA LXXII

del siglo I a.C.) (Mata 1991: fig. 71), (Fig. 6), pero
en este caso las diferencias son notables y se intro-
ducen sensibles novedades en el tratamiento del
tema y la narración.
En primer lugar, la escena se presenta en las dos
caras de la vajilla que quedan articuladas por la dis-
posición de la asas. Como en el caso anterior, parece
remitir a dos momentos de la misma narración, aun-
que en este caso no queda clara la secuencia.
La escena se desarrolla en un entorno que ya no
podemos relacionar con la naturaleza desbordada de
carácter vegetal, pues si bien aparece una flor trilo-
bulada, de la que parece surgir el monstruo aunque
no queda claro, también aparece un delfín que sitúa
la escena en un entorno marino. Delfín que aparece
de forma protagonista en las acuñaciones de la ceca
edetana de Arse, como pertinentemente ha sido seña-
lado por H. Uroz Rodríguez (2006: 153).
En este caso el monstruo es un ser híbrido de tamaño
sensiblemente mayor al de los restantes personajes y
cuyos brazos acaban en una especie de aletas o patas
Fig. 5. Vaso del Puntal dels Llops (Olocau, Valencia) (Fuente: de palmípedo. Se cubre con un gorro apuntado, viste
Mata, Bonet y Mata, 2002: fig. 68). con una túnica representada por una fina línea parale-
la al cuerpo y esta calzado con botas, indumentaria que
rrero iniciado en una hazaña anterior y que ahora excepto el tocado comparte con los restantes persona-
alcanza la plenitud con el enfrentamiento singular. jes. En una de las escenas (la de la derecha de la ima-
Los cambios que conviene destacar en el vaso gen) el monstruo entra en contacto con dos animales
del Corral de Saus tienen que ver con la naturaleza situados frente a él: posiblemente un lobo y otro ani-
del monstruo. El héroe se enfrenta a una esfinge, mal híbrido con cuerpo de felino y cabeza humana. En
animal que aparecía entre el imaginario de la región la parte inferior aparece el héroe que clava su espada
desde época antigua, como en la escultura de la en la bestia, mientras esta toca su cabeza con la pata.
esfinge del Parc d’Elx (Chapa y Belén 2011), pero La otra escena muestra un tema semejante, con
que expresa la introducción de un nuevo esquema la bestia que sigue tocando con su pata a una figura
mitológico en el tema del enfrentamiento. La apari- humana representada sin brazos, mientras con la otra
ción de un monstruo, un animal mítico sugiere la toca a un animal que se aleja. En el extremo de la
escena en un plano mucho más fantástico que las imagen, junto a las patas traseras del monstruo, apa-
luchas con fieras propias de la naturaleza local. La recen otros dos animales: un lobo y una especie de
lucha con un lobo, aunque sea de proporciones exa- animal con un gran pico de pájaro. Por encima de la
geradas, imprime proximidad a la lucha y remite a figura aparece otra figura humana que clava su puñal
una hazaña que pudo ser real, porque es creíble. Sin en la pata del monstruo.
embargo, el recurso de animales híbridos imagina- Se trata de un vaso de difícil lectura que presenta
dos, sitúa la escena en el pasado mítico y decidida- el tema del enfrentamiento en un nuevo lenguaje
mente alejado de la sociedad que recrea el mito. Vol- plagado de referencias a animales híbridos y de
veremos sobre el particular más delante. carácter acuático. Carecemos de las claves de lectura
que nos permitan descifrar sus significados, pero en
general podemos indicar que nos encontramos con
EL VASO DE LOS MONSTRUOS MARINOS DE KELIN un claro desplazamiento del tema hacia referentes
(SS. II-I A.C.) imaginarios y lejanos sin ninguna relación con haza-
ñas de antepasados guerreros. El carácter simbólico
Encontramos una nueva lucha de enfrentamiento se acentúa y posiblemente se rememora una narra-
heroico en el vaso de Los Villares de Caudete de las ción mitológica que se desconecta de las narraciones
Fuentes (segunda mitad del siglo II – primer cuarto heroicas plasmadas en los primeros casos.
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Anejos de AEspA LXXII MEMORIA Y TRADICIÓN EN LA (RE)CREACIÓN DE LA IDENTIDAD IBÉRICA... 107

Fig. 6. Vaso de Los Villares (Caudete de las Fuentes, Valencia) (Fuente: Mata, 1991: fig. 71).

EL VASO DEL CICLO DE LA VIDA VALENTIA (S. I A.C.) ser que no surge sino que es devorado por el ketos y
que se transformaría en el seno del monstruo para
Ese mismo ambiente simbólico y de imaginarios surgir por la parte posterior, como indicaría la pata
lejanos se plasma en el denominado «Vaso del ciclo del feto abriéndose paso por la vagina. Surgiría un
de la vida» de la ciudad romana de Valentia datado nuevo ser, a imagen del monstruo, mitad animal
en el primer cuarto del siglo I a.C. (Fig. 7). Nos mitad humano, como el que aparece en la parte infe-
encontramos ante una tinaja donde se plasmó un rior de la escena.
tema impregnado de claras referencias mitológicas. A nuestro parecer, nos encontraríamos a un per-
En el trabajo que analizaba detalladamente este vaso, sonaje que se introduce en el seno del monstruo
Olmos (2000) interpretaba la emergencia de un per- para enfrentarse a él. El segundo momento de la
sonaje desde las fauces de un monstruo marino. La secuencia lo mostraría la figura del personaje de la
bestia se representa con cuartos traseros de cuadrú- parte central de la imagen que aparece atravesando
pedo y la parte superior de pez. Tiene proporción el cuerpo del ketos con un arpón, momento clave
descomunal con el lomo en el suelo al modo de los del enfrentamiento. Posteriormente el héroe surgiría
carniceros ilicitanos. del interior del cuerpo transformado en un ser híbri-
Al modo del vaso de las esfinges del Corral de do con la apariencia de la bestia en su tercio infe-
Saus, este vaso mostraba en su cara principal un rior.
conjunto de personajes cuyas imágenes deben inter- Nos encontramos, de ese modo, con el tema del
pretarse de forma dinámica mostrando una secuen- enfrentamiento desde el interior, vinculado con el
cia. La interpretación de R. Olmos era la de una tema del engullimiento en el monstruo tan recurren-
escena que mostraba a un personaje principal, arma- te entre los relatos mitológicos de carácter iniciático.
do con un arpón, que surgía del interior del ketos o
monstruo marino, surgiendo de su boca y posterior-
mente en la parte inferior del animal. De ese modo,
la escena mostraría la creación de un guerrero híbri-
do primordial, mitad animal-mitad humano en un
tiempo mítico. El autor relacionaba esta escena con
el relato mitológico de un prodigium, la fundación
mítica de la ciudad en cuyo territorio surge el linaje
de los guerreros-pescadores que poblarán el territo-
rio de la ciudad (Olmos 2000: 78).
El autor, no obstante, dejaba abierta la interpre-
tación a otra opción alternativa sugerida por C. Ara-
negui y T. Chapa que nos parece acertada y que
vamos a desarrollar aquí (Olmos 2000: 65). Según Fig. 7. Vaso del ciclo de la vida Valentia (Fuente: Serrano,
esta lectura alternativa, nos encontraríamos ante un 1999: fig. 3).
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108 IGNASI GRAU MIRA Y CARMEN RUEDA GALÁN Anejos de AEspA LXXII

El folklorista ruso V. Propp proponía que estos En definitiva, correspondería a la forma más ela-
enfrentamientos desde el interior habría que relacio- borada y en lenguaje helenístico fantástico del tema
narlos con un episodio de transición entre temas ini- tradicional del combate iniciático. Se ha trasladado
ciáticos. Los relatos mitológicos más antiguos esta- la narración y la figura del héroe al mundo abstracto
ban basados en el engullimiento como forma de del imaginario fantástico, lejos de la memoria heroi-
transmutación en un ser nuevo. El segundo estadio ca del linaje.
sería el enfrentamiento desde el interior, y en tercer
lugar la lucha con el monstruo se produciría en el
exterior (Propp 1998: 321-322 y 329-356). Sería el VALORACIÓN
paso de relatos de trasfondo iniciático desde sus eta-
pas más antiguas y pasivas del engullimiento como El recorrido por este tema mítico nos permite
tránsito hasta el activo combate singular, pasando analizar cómo se fue transformando un tema ances-
por el ataque interior. A nuestro parecer esta lucha tral y con gran relevancia en la esfera de los discur-
interior es la que representaría el Vaso de Valentia sos legitimadores del poder entre los grupos ibéri-
asociable a las hazañas de Heracles, Jasón y Perseo, cos. Podemos abordar estos cambios desde multitud
que debieron circular en las riberas del Mediterráneo de perspectivas. Por ejemplo, pueden valorarse des-
de la época. de el punto de vista estilístico, en la adopción de los
En efecto, el enfrentamiento con el monstruo nuevos lenguajes helenísticos o el recurso a determi-
desde el interior es un tema extendido en el Medite- nadas metáforas. En ese sentido cabría destacar el
rráneo y que conocemos a partir de relatos menores progresivo recurso a los seres híbridos, mitológicos
referidos a Heracles que penetra en el interior del y fantásticos que van desplazando a lobos y felinos
monstruo marino para rescatar a Hesione (referido tradicionales (Bonet e Izquierdo 2001: 300). Tam-
por Lycofron (Lyc. 33-35), Tzetes (34 y 839) o bién la sustitución del trasfondo de naturaleza vege-
Hellanicos (4F26), citados en Moreau 1992: 224) y tal desbordada por el ambiente acuático y marino de
representados en vasos áticos, como el del Museo las imágenes más recientes, en concreto en los vasos
del Palazzone en Perugia (Fig. 8a) (Galli 1921: 147- de Kelin y Valentia. Pero estos aspectos no son que
151, fig. 108). También Perseo se introduce en el nos interesa destacar en este momento, más bien
monstruo marino para destruirle (Fig. 8b). queremos incidir en el trasfondo social de la recrea-

Fig. 8. Izquierda: vaso que muestra a Heracles penetrando en el interior del monstruo marino (Fuente: Galli, 1921: 147-151, fig.
108). Derecha: imagen de la introducción de Jasón en el seno del monstruo en una copa ática (Fuente: Lexicon Iconographicum
Mythologiae Classicae, 1990: 428, fig. 35).
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Anejos de AEspA LXXII MEMORIA Y TRADICIÓN EN LA (RE)CREACIÓN DE LA IDENTIDAD IBÉRICA... 109

ción y transformación del mito del enfrentamiento. al patrono de la ciudad juega un papel determinante
Y en ese sentido podemos distinguir claramente dos el juego de oposiciones entre memoria corta y
grupos: memoria larga, recientemente propuesto por Ruiz y
a) Las tres primeras escenas mostrarían una colegas (e.p.). Puesto que cualquier forma de identi-
narración mítica asociada a la exaltación de ances- dad en el presente se arraiga en la tradición, la cons-
tros heroizados. En ellos se presenta el héroe funda- trucción de la memoria desde el poder deviene un
dor del linaje y del territorio que es el modelo de la aspecto clave. Los primeros ejemplos aludidos que
sociedad heroica. El monstruo va adquiriendo reves- se asocian a los antepasados del linaje se expresa en
timientos simbólico-mitológicos y transformaciones la memoria corta, en los ejemplos vinculados a héro-
en el seno de las influencias que van llegando del es que representan la colectividad, al modo de los
Mediterráneo, pero la clave sigue residiendo en el ejemplos clásicos del mediterráneo, se vincula a la
joven aristócrata que es el referente de la estructura memoria larga. Los héroes transforman su sentido,
social y cuya posición dominante se sanciona con la desde representantes de los linajes a emblemas de la
ideología heroica. Es posible que nos encontremos ciudad, pasando de ser antepasados que consumaron
con ideologías de diferenciación y estrategias de proezas, a los protagonistas de la narración de fun-
exclusión de los grupos aristocráticos. Probablemen- dación mítica de la ciudad.
te estos mensajes ideológicos adquirían forma prácti-
ca mediante rituales iniciáticos de acceso a cofradías
guerreras (Almagro Gorbea 1997) que rememorarían 3. LA MEMORIA DEL CULTO
el mito en el plano litúrgico. A través de las iniciacio- Y DE LAS PRÁCTICAS RITUALES
nes, y siguiendo el modelo de comportamiento de
los héroes ancestrales, solo los miembros destacados En la invención o reinvención de la tradición se
de la comunidad adquieren su categoría de guerre- profundiza, como hemos visto, en la ‘vieja mitología
ros. Las relaciones sociales que sustentarían estos ibera’, pero también estos procesos se proyectan en
relatos tendrían su fundamento en la sociedad heroi- otros ámbitos de la manifestación del culto, como es
ca ibérica. el rito. El rito ofrece un espacio para la recreación de
b) Las imágenes de las ciudades de Kelin y Valen- prácticas que se convierten en la materialización de
tia en época tardía nos remiten a nuevos lenguajes y a la memoria del pasado (Alfayé 2011: 168-169).
narraciones en las que no se atisba la presencia del La tradición en el rito es diversa, aunque en oca-
héroe cercano. El tema del enfrentamiento se aleja de siones es posible delimitar que se trata de una memo-
la historicidad asociada a un ancestro heroizado del ria dilatada en el tiempo, y muy probablemente mati-
linaje dominante para situarse como referente mitoló- zada por la autoconsciencia de un pasado construido
gico más abstracto. Aunque se recurre a la recreación y asumido (Boardman 2004).
del tema del combate se transforman en relatos de La recuperación de la memoria de un tiempo
fundación mítica de la ciudad y el territorio en el que anterior a través de estrategias diferentes es algo que
se identifique la colectividad. Los miembros del caracteriza a las sociedades iberas (Olmos 2005:
colectivo se vinculan a una nueva estructura que los 1064). En el contexto de las mismas algunas prácti-
asocia como ciudadanos y no como clientes, la rela- cas se mantienen, en forma y función, hasta el siglo I
ción social no pasa por el vínculo con el aristócrata, a.C. Estas ‘pervivencias’ se traducen en la continui-
de forma que la identidad ya no recaerá en determina- dad no solo de espacios sagrados de referencia, sino
das familias, sino en el colectivo de la ciudad. La (también y complementariamente) de elementos
nueva forma de relación se fundamenta en nuevos estructurales y funcionales, cargados del simbolis-
relatos con viejos ingredientes que se reinterpretan. Y mo que le otorga la tradición. Las formas del rito,
esos discursos ya no pasan por la centralidad de las sus pautas, su imagen y, por supuesto, su espacio de
relaciones personales, vinculadas a las figuras de las desarrollo definen estos procesos que deben ser
familias preeminentes y sus ancestros heroizados. analizados desde una lectura territorial o regional,
Las imágenes adquieren un carácter cosmogónico de desde donde es posible determinar que no son proce-
referencia colectiva de la nueva ciudad y representa- sos unilaterales ni homogéneos, sino que conviven
rían la evolución desde la sociedad aristocrática hacia con la introducción de pautas cultuales exógenas.
la vida urbana (Ruiz 2009). El mantenimiento de prácticas de tradición que
En este proceso de reinterpretación de la figura definen el desarrollo de determinados cultos tiene, al
del héroe, desde el ancestro del linaje aristocrático, mismo tiempo, justificaciones diferentes, que depen-
DIALOGO DE IDENTIDADES Libro:M 30/10/14 19:31 Página 110

110 IGNASI GRAU MIRA Y CARMEN RUEDA GALÁN Anejos de AEspA LXXII

den del propio contexto ritual. Puede rememorar a pación muy anterior (Rueda 2011a; Ruíz et alii e.p.).
tiempos remotos que dotan de un significado de con- Baste citar algunos ejemplos, como el santuario de
sistencia a la praxis ritual, incluso con la introduc- Collado de los Jardines, que se localiza en un abrigo
ción del recuerdo a los antepasados, que sanciona el con restos de pinturas paleolíticas (López Payer
rito. En otras ocasiones puede tratarse de una conti- 1986) o el santuario de los Altos del Sotillo, ubicado
nuidad casi natural en el propio desarrollo de las en un espacio ocupado desde la Edad del Bronce
sociedades iberas, sobre todo en lo concerniente a (Nicolini et alii 2004). Este es un proceso que se
los cultos de carácter privado. Las connotaciones documenta en otros espacios de culto del sureste, y
son muy amplias y demasiado genéricas las explica- es especialmente notorio en el conjunto de cuevas-
ciones teóricas, por lo que en este trabajo se propone santuario del área valenciana. En numerosos casos
hacer un recorrido por diversos aspectos de recrea- se documentan vestigios prehistóricos en las cavida-
ción ritual a través de ejemplos concretos que ilumi- des donde se desarrollaron las prácticas rituales ibé-
nan sobre un tema complejo y amplio. ricas. Valga como ejemplo, La Cova de la Moneda
(Ibi, Alacant) (García y Fairén 2004) y La Cova dels
Pilars (Agres, Alacant) (Pascual Benito 1990), don-
EL RITO EN SU ESPACIO: de se ha documentado contextos de fines de la Edad
LA MEMORIA EN EL TERRITORIO del Bronce.
En este sentido, se incorpora el espacio sagrado,
El territorio es clave de análisis para los procesos que en ocasiones actúa como reforzamiento para la
de reconfiguración de los espacios sagrados y, como memoria de la prácticas, mientras que en otras, el
consecuencia, de algunas prácticas que perviven con espacio pervive aunque con prácticas sustancialmen-
más o menos variaciones. Los procesos de memoria te diferentes a las precedentes. Esta es una matización
se observan desde la escala macro-espacial, en las importante que debe hacerse y que se define desde el
transformaciones de los patrones de asentamiento y análisis territorial. Exponemos dos ejemplos:
en reconfiguración del papel de los espacios de culto a) Continuidad de un espacio de tradición, NO del
en el territorio, pero también en la ciudad.6 rito: en los santuarios del pago de Cástulo (Collado de
En una etapa de fortísimas transformaciones, los Jardines y Los Altos del Sotillo), el espacio de tra-
como es la que sucede a la Segunda Guerra Púnica, dición, pervive con ciertas modificaciones espaciales,
la apropiación simbólica de un espacio de tradición aunque no existen datos suficientes para afirmar la pre-
pudo formar parte de la construcción ritualizada de sencia de la construcción de un edificio templar. Lo que
la memoria (Olmos 2005: 1065). Estos procesos de en este contexto de análisis llama la atención es la do-
apropiación se traducen en la pervivencia en el uso cumentación de una temprana implantación de mode-
del espacio sagrado, e incluso en la reincorporación los de culto romanos, que tienen como consecuencia
de elementos y ámbitos que son re-significados den- inmediata el alejamiento de las prácticas religiosas de
tro la estructura litúrgica. Este es un análisis bastante tradición, así como fuertes transformaciones a nivel ideo-
complejo, más aún cuando se trata la incorporación lógico en la propia concepción simbólica del paisaje sa-
de elementos de tradición que se remontan a etapas cro y del papel de estos santuarios en la propia matriz
más lejanas en el tiempo, lo que recientemente del territorio de Cástulo, fuertemente modificada tras
hemos denominado memoria larga (Ruíz et alii e.p.). la Segunda guerra Púnica. Una consecuencia inmediata,
Así, algunos santuarios iberos se localizan en espa- a nivel material, es la sustitución de los exvotos en bron-
cios de culto de tradición que, en ocasiones, se ce como categoría votiva (que había sido el principal
remontan a la etapa prehistórica. Se trata de un pro- signo identitario en los siglos IV-III a.C.), frente a la in-
ceso constatado en espacios de culto rupestres de troducción de una iconografía importada, elaborada en
toda el área ibera del sureste, en los que se utilizan barro cocido a molde que potenció la reproducción sis-
cavidades naturales que pudieron albergar una ocu- temática de iconos que, en gran parte, vinieron a sus-
tituir a las imágenes de tradición (Marín Ceballos et alii
1984; Blech 1999, fig. 2 y 3). Se introducen nuevas ca-
6
Esta es una matización que es interesante hacer en rela- tegorías de imágenes de devoción, pero también se in-
ción a los procesos de memoria y perduración de prácticas corpora una nueva configuración de la imagen de la di-
que pueden incorporarse a una esfera social amplia, la vinidad a través de la asociación de tres deidades: Mi-
comunidad, o desarrollarse en el ámbito estricto de la nerva, Mercurio y Venus (Fig. 9). En estos casos se man-
familia o del grupo. tiene el espacio de tradición, aunque no conlleva la per-
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Anejos de AEspA LXXII MEMORIA Y TRADICIÓN EN LA (RE)CREACIÓN DE LA IDENTIDAD IBÉRICA... 111

Fig. 9. Una triada de deidades romanas en los santuarios de Castulo: Mercurio, Venus (Museo de Jaén) y Venus (Museo de Úbeda).

petuidad de la estructura religiosa y litúrgica (Rueda en muchas ocasiones, muestran distintos estadios de
2011b: fig.1-3). la práctica ritual que dejan huellas más o menos per-
b) Continuidad de un espacio de tradición, SI del ceptibles en el espacio sagrado. La fosilización del
rito: frente a este proceso, constatamos, en otra área rito se expresa a través de materialidades de distinta
territorial del Alto Guadalquivir, cómo se produce naturaleza, que sancionan el voto, y que en ocasio-
una asimilación en la que juega un papel determi- nes complementarios entre sí.
nante la pervivencia de aspectos del rito ibero. Si Existen casos en que es posible fijar estadios o
bien, en el caso del santuario de Las Atalayuelas (en momentos de la práctica ritual, lo que nos aproxima
Fuerte del Rey), la estructura del santuario sufre a aspectos de la ceremonia: cómo se expresa, qué
fuertes modificaciones, sobre todo desde mediados pasos se fijan como instantáneas importantes en el
del siglo I a.C, existe una característica que define el rito, cómo se demarca territorialmente un rito y, para
culto en este santuario, al igual que en Torreparedo- el tema que nos ocupa, cómo responden determina-
nes: la pervivencia del sustrato ideológico ibero, das prácticas al paso del tiempo y a la irrupción de
fuertemente influenciado por el culto oriental feni- nuevos modelos cultuales. Para ello es fundamental
cio-púnico y, posteriormente, por la religión romana contar con una amplia variedad de manifestaciones
(Rueda et alii 2005). El rito ibérico, en muchos que pueden ser analizadas de forma diacrónica, lo
aspectos fuertemente inmutable, se sigue a través de que nos proporciona claves muy interesantes, por
los materiales votivos, también a través de la cons- ejemplo, en relación a las transformaciones de culto,
trucción iconográfica de este santuario, pero sobre a la memoria de determinadas prácticas y comporta-
todo a través de la deidad, que continua siendo la mientos sociales, a cómo se transforma o mantiene
ibera, e incluso conserva su nombre: Betatun (Corzo la divinidad, a cómo se introducen aspectos rituales
et alii 2007; Rueda 2011a: 240-241). En ello se pro- exógenos, etc.
fundizará más adelante. Entramos en el análisis de procesos que tienen
que ver con cómo la praxis ritual ibera ofrece un
marco adecuado para rememorar la tradición y, con
LA MEMORIA EN LA PRAXIS RITUAL: ello, aporta nuevos significados. El rito tiende a con-
PAUTAS, OBJETOS, IMÁGENES… servarse, aunque con modificaciones y reelaboracio-
nes que pueden ser más o menos delimitadas en rela-
El poder se expresa a través del mito, pero tam- ción al nivel originario del mismo (Torelli 1997:
bién a través del rito. Para el caso ibero, ha sido 184). Este es un proceso que no debe vincularse
posible determinar algunas pautas específicas que, exclusivamente a finales del siglo III a.C., sino que
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es analizable en las transformaciones observables ritual. Hablaremos de pautas de memoria ritual, de


entre el momento ibérico antiguo y pleno. signos de memoria a través de la imagen del gesto y
La recuperación o memoria de una práctica ritual atuendo ritual, así como de la pervivencia del nom-
no es un hecho insignificante. En este sentido las bre de una deidad ibera.
generalidades no favorecen a la observación de
aspectos específicos que tienen que ver con la raíz
del culto, así y como ejemplo es fundamental saber CASO 1. El ritual del sacrificio: la memoria en el ritual
si nos encontramos ante ritos territoriales o ritos
cotidianos. Porque, si bien el rito ibero posee un Exponemos un caso que tiene que ver con la
fuerte carácter de inmutabilidad, hay prácticas que práctica del sacrificio, para el que contamos con
dejan de ser visibles, en su configuración original, contextos excavados que, analizados desde paráme-
en los dos últimos siglos previos al cambio de era. tros diacrónicos, nos aportan informaciones muy
Se perciben a través de rasgos principalmente icono- interesantes en cuanto a la evolución de esta acción
gráficos, como los que tienen que ver con el atuendo ritual. Insistimos en que para analizar los cambios o
ritual, aunque sin que seamos capaces de reconstruir pervivencias en las pautas sacrificiales asociados a
aspectos ceremoniales más complejos o completos ritos iberos es necesario partir de un análisis a nivel
(Rueda 2011a: 274-276). regional o territorial. Las generalidades, en este
Frente a estos ritos imperceptibles o invisibles (o campo, contribuyen a emborronar los datos de con-
desaparecidos…) se potencian otros que nos permi- traste.
ten hablar de matizaciones en los procesos de memo- Hemos elegido un ejemplo concreto que ponen
ria. No hay un único proceso de memoria, sino que en contraste dos actos rituales de ofrenda de los res-
por el contrario hay muchas memorias rituales: tos del sacrificio: el primero, llevado a cabo en la
- Así, la que tiene que ver con la memoria de un puerta sur del oppidum de Puente Tablas (Jaén),
acontecimiento importante para una comunidad: una fechado en el siglo IV a.C.,7 y el segundo, desarrolla-
memoria social y pública, que en ocasiones se com- do en el santuario de Las Atalayuelas (Fuerte del
plementa con la redefinición de mitologías de tradi- Rey, Jaén), en el siglo I a.C.
ción, tal y como se ha visto. Recientes excavaciones arqueológicas desarrolla-
- La memoria de prácticas identitarias de cohe- das por el Instituto Universitario de Investigación en
sión: un tipo de memoria social y pública, que hunde Arqueología Ibérica en el oppidum de Puente Tablas
sus raíces en la rememoración de comportamientos (Jaén), han puesto de manifiesto un acto ritual aso-
sociales aprendidos y fijados en la memoria colecti- ciado a la puerta sur del asentamiento. En la línea
va. En ella (y para nosotros como fuente de análi- del dintel se documentó una fosa excavada en la
sis), juega un papel determinante los gestos de tradi- roca y posteriormente sellada por una gran losa,
ción y, fundamentalmente, los gestos de agregación. donde se depositaron restos de un sacrificio y ban-
- E, incluso, la memoria individual, de carácter quete ritual de tipo comunal. De los análisis arqueo-
semiprivado o privado, en ocasiones restringido al zoológicos 8 se desprenden la presencia de más de
grupo o a la unidad familiar. Mucho más difícil de una decena de individuos, diferenciando entre cápri-
observar dependiendo del contexto. dos, de los que se han documentado tres de los que
La imagen actúa como un canal fundamental se ha seleccionado la ofrenda de restos de las patas y
para la transmisión de estas memorias rituales. Así, pezuñas (juveniles y subadultos), y entre, suidos, de
las imágenes de memoria colectiva que sacralizan un los que se han documentado 13 individuos, entre los
paisaje religioso contribuyen al reforzamiento de que se cuentan al menos con seis neonatos o nonatos
identidades territoriales. La liturgia ibera se caracte- (lo que indicaría el sacrificio de cerdas preñadas). El
riza por mostrar un lenguaje iconográfico heterogé- resto de los suidos se enmarcan en una edad no supe-
neo, aunque existen pautas comunes y fijadas que es rior a los 2 años (individuos juveniles). Lo intere-
posible delimitar en espacios distintos y, también, en sante en relación a estos grupos es la selección de la
tiempos diversos. Es una herramienta de análisis
básica para seguir estos procesos de mutabilidad o
inmutabilidad de símbolos o signos del pasado. 7
Se trata de una excavación reciente e inédita, dirigida por
Para ilustrar estas ideas exponemos tres casos de Arturo Ruiz y Manuel Molinos.
análisis que se relacionan con resquicios de memo- 8
Los estudios faunísticos han sido llevados a cabo por José
ria que atañen a aspectos diferentes de la práctica A. Riquelme, de la Universidad de Granada.
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Anejos de AEspA LXXII MEMORIA Y TRADICIÓN EN LA (RE)CREACIÓN DE LA IDENTIDAD IBÉRICA... 113

parte ofrendada: siempre se trata de mandíbulas infe- conjunto de ofrendas, restos de sacrificio ritual (Rue-
riores y pezuñas. La disposición de los restos sigue da et alii 2005; Rueda 2011a: 237-240; Moreno-
pautas específicas en algunos casos, donde se ha García 2011). En este contexto, fechado en una
documentado la orientación de las mandíbulas, una horquilla temporal que va de la segunda mitad del
colocación intencionada. El depósito se fecha en el siglo I a.C. hasta los primeros años del siglo I ,
siglo IV a.C. (Ruiz et alii e.p.) (Fig. 10). hemos documentado la ofrenda de restos del sacri-
El otro caso nos traslada a unos quince kiló- fico correspondiente a dos especies: ovicaprino (de
metros de Puente Tablas, concretamente al santua- los que se depositas restos de cornamenta, de los
rio periurbano de Atalayuelas. En el tesauro de que no ha sido posible determinarse la edad apro-
dicho espacio de culto se depositó, junto a un amplio ximada, ni un número de individuos) y suidos (de

Fig. 10. El ritual de sacrificio en la puerta sur del oppidum de la Plaza de Armas de Puente Tablas, Jaén
(Fuente: Archivo del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica).
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los que se selecciona las mandíbulas inferiores), mentos de contraste que nos ponen en aviso de la
en este último caso al menos 6 individuos, con una existencia de pautas que pudieron perdurar en el
edad de en torno a los 2 años. La donación de los tiempo:
restos del sacrifico, una vez tratados, se llevó a -Existen coincidencias en la selección de espe-
cabo en un tipo de vasos específicos: las ollitas glo- cies: ovicaprinos y suidos.
bulares que fueron ofrendadas en el mismo tesau- -Existen coincidencias en la selección de la parte
ro del santuario (Fig. 11). ofrendada pezuñas, cuernos y, sobre todo, en rela-
Ambos contextos, de los que distan tres siglos, ción a los suidos: la mandíbula inferior. Esto puede
nos permiten analizar relaciones en las pautas ritua- indicar prácticas de aprovechamiento de la carne.
les utilizadas. A priori, nos encontramos con rituales -Y, además, se produce la intencionalidad por
sacrificiales asociados a contextos distintos: ritos hacer perdurar el resto ofrendado: posiblemente coci-
asociados a la puerta del oppidum frente a ritos vin- nado o tratado previamente para que perdure, como
culados a un santuario periurbano, que se sitúa junto ofrenda. Es cierto que las vías son diferentes: mien-
a la puerta del asentamiento. No obstante, hay ele- tras que en Puente Tablas se sella en una fosa ritual,

Fig. 11. El ritual del sacrificio en el santuario periurbano de Atalayuelas (Fuerte del Rey, Jaén).
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en Las Atalayuelas se dona en ollas, posiblemente


precintadas, que aíslan los restos del sacrificio.
Sin duda, se trata de un caso que nos puede lle-
var a la reflexión y a la revisión de otros contextos
similares.

CASO 2. Resquicios del rito ibero a través


de la imagen: gesto y actitudes rituales de tradición

En espacios de culto del sureste y del Alto Gua-


dalquivir se da continuidad a aspectos de la práctica
ritual, como pervivencias transmitidas a través de la
imagen. Hay que matizar que encontramos rituales
de carácter genérico, que tienen que ver con aspec-
tos ligados a la fertilidad y a los ritos de pareja, pero
también con particularidades relacionadas con la
agregación y con la pertenencia a una comunidad.
Veamos algunos ejemplos:
a) La ritualidad en el ámbito femenino: a algu-
nos ritos femeninos se asocia un tipo de mostración
y actitud que encontramos bien representada en el
Alto Guadalquivir en los siglos IV- III a.C., como
modelos que identifican a estas prácticas. Estas imá-
genes, elaboradas en bronce para los santuarios del
territorio de Cástulo, representan a mujeres que guar-
dan su cuerpo tras el manto que únicamente abren
para mostrar el pecho o el sexo (Rueda 2008: 68,
fig. 16). Se trata de una actitud que recoge ciertas
variantes en la mostración del cuerpo femenino des-
nudo (Moreno 2006: 166-167, n.º 9; Rueda 2012:
264-265, n.º 44). Un tipo iconográfico y un gesto
muy presente en el culto de este territorio, documen-
tándose en cientos los exvotos que responden a esta
pauta ritual. Este gesto y esta actitud ritual pervive
en una configuración muy próxima en la pequeña
escultura votiva de época tardía (siglos II - I a.C.)
(Fig. 12). En algunos santuarios de la campiña de
Jaén y Córdoba, como Torreparedones (Castro del
Río) y Torrebenzalá (Torredonjimeno), se documen-
ta esta gestualidad femenina que recuerda a esa ima-
gen de tradición, en la que el atuendo ibero juega un
papel activo en el desempeño de la acción del rito.
De esta forma, aunque en un lenguaje bastante
esquemático, se destacan rasgos como la tiara sobre
la que se superpone un velo que cae abierto que per-
mite mostrar el cuerpo desnudo, al que acompaña Fig. 12. La pervivencia del gesto ritual: ritos femeninos de
con el gesto de apoyar las manos en el vientre (Rue- fertilidad. a) Exvoto femenino en bronce de Collado de los
da 2011a: fig. 136). Se muestra la formalización del Jardines del Museo Conde Valencia de Don Juan (Santa
rito, acompañado del gesto y de sus atributos, en un Elena, Jaén) (siglos IV-III a.C.; Moreno, 2006); b) exvoto
contexto de fuertes cambios en la estructura del sis- femenino en piedra de Torrebenzalá del Museo de Jaén
tema de creencias. (Torredonjimeno, Jaén, siglos II-I a.C.; Rueda: 2011a).
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b) Los ritos de pareja: en la gestualidad implícita esquema muy extendido en la imagen en bronce
encontramos reminiscencias de formas de presenta- documentada en los siglos IV-III a.C. Se trata de un
ción que recuerdan esquemas de tradición, también gesto que acompaña al desnudo ritual: ambos extien-
en la formalización de los ritos de pareja. De nuevo den los brazos y abren las manos, que se representan
nos trasladamos al santuario de Las Atalayuelas para exageradas, un rasgo también habitual en el contexto
ilustrar esta idea. Formando parte del depósito voti- simbólico ibero. En tal sentido, estos exvotos pue-
vo se hallaron dos exvotos en hierro, que represen- den funcionar como una reminiscencia de un rito de
tan a una pareja, un hombre y una mujer, y que fue- tradición, revivido en un contexto fechado en el
ron depositados conjuntamente, en el marco de un siglo I a.C.
rito de fertilidad (Rueda et alii 2005, fig. 6) (Fig. c) Los ritos de agregación: sin duda, prácticas de
13). Centrémonos en el gesto, pues recogen un identificación social, con una dimensión colectiva

Fig. 13. La memoria en la construcción iconográfica de los ritos de pareja: exvotos en hierro del santuario de Las Atalayuelas,
Fuerte del Rey, Jaén, s. I a.C. (Museo de Jaén).
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(que ya se constataban desde la segunda mitad del fórmula de reconocimiento social. Así, la gestuali-
siglo IV a.C.), en las que la gestualidad cobra un dad es una variable fundamental en el análisis de las
papel determinante. La homologación del gesto tie- actitudes rituales y reflejo de la liturgia, pues contri-
ne que ver con el reconocimiento de la pertenencia a buye a la construcción del significado de la imagen.
una comunidad, a una estructura social y litúrgica, En el corpus de escultura tardía son pocos los gestos
por lo que la apropiación de un lenguaje gestual que se repiten con algunas variantes, pero hay uno
define formas de comunicación (Genep 1986: 56). que continua de forma explícita y que tiene que ver
La memoria del rito está presente en la continuidad con una actitud de presentación y saludo. Del saludo
en la formulación del gesto y, en estos contextos, individual, propio de los santuarios del IV-III a.C. a
esto se muestra a través de los ritos de agregación, un saludo colectivo, tal y como se representa en el
en los que juega un papel fundamental el gesto como relieve de Las Atalayuelas (Fig. 14) (Olmos 1999:

Fig. 14. Un gesto de tradición: el relieve del santuario de Atalayuelas, Fuerte del Rey, Jaén. (Museo de Jaén).
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118 IGNASI GRAU MIRA Y CARMEN RUEDA GALÁN Anejos de AEspA LXXII

73.3). El atuendo, propiamente ibero, contribuye al Este testimonio epigráfico se ha fechado entre la
completar el significado de una imagen que refleja segunda mitad del siglo I a.C. y la primera del siglo I,
ese peso de la tradición, entendido en una estructura datación que coincide con la última fase de uso de
social nueva. este espacio de culto. Se mantiene, por tanto, el teóni-
mo de una deidad ibera, en un santuario que, a pesar
de las fuertes transformaciones que condicionan la
CASO 3. El nombre y el culto a una divinidad ibera estructura ritual, mantiene signos de tradición. Se tra-
ta de un espacio que se fundamenta, en algunos
Del santuario de Las Atalayuelas procede un tes- aspectos, sobre la memoria del pasado, mostrando
timonio epigráfico singular y excepcional en el que que forma parte de un proceso de interacción ideoló-
se plasma el nombre de una divinidad ibera: Betatun gica de carácter local (Rueda 2011b: 128, fig. 9).
(Fig. 15). El análisis de este texto, apoyado en los
datos proporcionados por la intervención arqueoló-
gica en el santuario, nos permite demarcar aspectos VALORACIÓN SOBRE LA TRADICIÓN
específicos relacionados con un proceso local de EN LA PRÁCTICA RITUAL
pervivencia del culto a una divinidad indígena (Rue-
da, 2011b: 126). El estudio de la práctica ritual debe hacer un
El texto se presenta sobre un soporte pétreo, de esfuerzo por incidir en los procesos de pervivencia
pequeñas dimensiones, que pudo funcionar como del rito ibero, pues se trata de una herramienta analí-
ofrenda en la que se plasma un voto (Corzo et alii tica fuertemente inmutable, aunque de la que en
2007): muchas ocasiones quedan huellas casi impercepti-
Betatun bles. En esta dirección, es fundamental pasar de aná-
Aelia · Belesi (scil. filia?) · ar(am scil. posuit) lisis globales o demasiados genéricos a estudios de
sorte · ius(s)u contraste más específicos, definidos por la propia
v(otum) · s(olvit) · l(ibens) · m(erito) evolución de los territorios iberos, pues es en este
La divinidad es clamada por su nombre ―Beta- marco donde pueden definirse la materialización de
tun―, un teónimo de raíz ibérica, posiblemente tradiciones rituales (pautas, comportamientos, etc.) y
como una formulación originada de las palabras su relación con prácticas nuevas. La práctica arqueo-
Betun y atun (Corzo et alii 2007: 255). A esta divini- lógica ha profundizado en el análisis del culto y del
dad se hace una dedica por parte de una oferente rito como experiencias que tienen una plasmación
―Aelia Belesi― una mujer que lleva un nombre espacial y material a la que es posible aproximarse,
latino frecuente en esta zona de la Bética (Abascal, aunque se cuenten con impedimentos de precisión.
1994). Precisar el rito y su praxis de una cultura del pasado
(como la Ibera) es muy complicado, teniendo en
cuenta que en algunas ocasiones es difícil fijar el
propio ‘fenómeno religioso’. En la construcción de
la práctica religiosa es posible de delimitar trazos
relacionados con una acción simbólica o psicológica
y es posible analizar actos rituales en un tiempo y en
un espacio, e intentar entender su papel específico
(Bertemes y Biehl 2001: 15-16). Los ritos son parte
fundamental del lenguaje simbólico que proyecta
valores de una sociedad (Bell 1992), de hecho cuali-
fican la función social y demarcan el estatus del titu-
lar, de modo que el rito/voto se expresa a través de
una intencionalidad por perdurar en la memoria de
un espacio, de una comunidad, etc. Es un instrumen-
to fundamental que, junto al mito, contribuye a la
definición de la cosmogonía de una sociedad deter-
minada (Eliade 1997).
Fig. 15. La pervivencia del nombre de la divinidad ibera: Las prácticas culturales reflejan una acción espe-
BETATUN (Museo de Jaén). cífica y, por supuesto, se inscriben en una estructura
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litúrgica determinada. Los rituales poseen, en defini- e inmutable, sino que se adapta a las circunstancias
tiva, esa parte práctica que dota de reglas y códigos históricas y sociales de cada momento. En otras
de comportamiento, en ocasiones fundamentales palabras, continuidad y cambio se entrelazan de for-
para el aprendizaje social. Asimismo, el rito se mate- ma indisoluble para hacer frente a las situaciones a
rializa en «artefactos» que lo definen, como instru- que se enfrentó la sociedad ibera en su proceso de
mentos activos en la consecución del rito o en imá- definición en el encuentro con Roma.
genes que narran, como instantáneas preselecciona- Más allá de los alcances del análisis, y de la apor-
das, el momento elegido del mismo. tación al conocimiento de los procesos sociales com-
Desde un punto de vista metodológico, para esa plejos asociados a la etapa final del tiempo de los
aproximación al rito es necesario introducirnos en el Iberos, el trabajo que presentamos tiene una clara
análisis de modelos de comportamiento que residen, vertiente heurística, fundamentalmente en dos senti-
por ejemplo, en la contrastación de la regularidad e dos. El primero es la posibilidad de contar con la
irregularidad del propio registro arqueológico. A tra- información arqueológica e iconográfica, más allá
vés de estos mecanismos es posible aproximarse a las de su vertiente cultual, para dotar de sentido el análi-
pautas simbólicas e ideológicas, como expresión con- sis de los procesos sociales y las dinámicas de cam-
dicionada que conecta con la estructura litúrgica, que bio político. Es decir, avanzar en la explicación de
en muchas ocasiones se sirve de un lenguaje homolo- un fenómeno cultural, a través de la intersección de
gado, entendible socialmente. Son procesos que pue- las estructuras sociales y el imaginario en su contex-
den seguirse, para el caso ibero, a través de materiales to histórico. La segunda es la reivindicación de la
de diferente naturaleza, iconográficos o no. creación de las identidades ibéricas tardías no solo
La fosilización de una práctica ritual supone el por la incorporación de innovaciones mediterráneas,
recuerdo y la pervivencia de formas de aprendizaje sino también por la recreación de tradiciones secula-
social que hunde sus raíces en comportamientos res, con frecuencia ignoradas.
heredados. Estos se nos descubren a través de dife- Esta es una línea de trabajo incipiente, a la que
rentes materializaciones de la práxis litúrgica. De nos hemos aproximado desde una perspectiva terri-
esta forma, la imagen del rito se nos revela como torial y, fundamentalmente, desde ejemplos específi-
herramienta vital de análisis si se profundiza más cos. La multiplicidad de procesos o de variables es
allá del mero estudio formal y descriptivo. Otras evidente y merecería la pena profundizar en ellos.
evidencias de las prácticas nos ha llevado a definir Hemos abierto y apuntado algunas cuestiones de un
aspectos que pueden pervivir en ámbitos territoriales tema mucho más complejo, del que queda mucho
muy próximos, como el sacrificio y otras prácticas por reflexionar.
litúrgicas. La materialización de estas pautas de
memoria la hemos seguido a través de la selección
de las especies, de las partes ofrendadas o del uso de BIBLIOGRAFÍA
las formas cerámicas de tradición. Todos ellos ele-
mentos que ayudan a entender este comportamiento A BASCAL , J. M. 1994: Los nombres personales en
religioso y, para el tema que nos ocupa, la decisión o las inscripciones latinas de Hispania, Universi-
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deben analizarse en conjunto, asociados a los proce- ción en Iberia», en R. Olmos Romera y J. A. San-
sos de memoria o redefinición constatados desde tos Velasco (coords.), Iconografía ibérica, icono-
finales del siglo III a.C. La posibilidad que nos brinda grafía itálica: propuestas de interpretación y
el registro arqueológico bajo la óptica del análisis lectura (Roma 11-13, nov. 1993): coloquio inter-
regional, nos ayuda a definir procesos delimitados, nacional, Publicaciones UAM, Madrid: 103-128.
asociados a estas dos variables ideológicas, que A RANEGUI , (ed.), M ATA , C. Y P ÉREZ B ALLESTER , J.
deben ser interrelacionadas y analizadas en diacronía. 1997: Damas y caballeros en la ciudad ibérica:
A través de los ejemplos mostrados hemos queri- las cerámicas de Lliria (Valencia), Cátedra,
do señalar como tradición y memoria no es algo fijo Madrid.
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120 IGNASI GRAU MIRA Y CARMEN RUEDA GALÁN Anejos de AEspA LXXII

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