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Fisiología Aplicada al
Movimiento Humano
Clases de Fisiología
Preparador Físico Deportivo Barrera Franco M. G
2012
CÓRDOBA-ARGENTINA
APARATO LOCOMOTOR
El aparato locomotor se clasifica según los elementos que lo forman, es así que: por un lado
encontramos el denominado aparato motor pasivo, integrado por el sistema óseo y los elementos
articulares (ligamentos, cápsula articular, membrana sinovial y el complejo tendón-hueso); por
otro lado, se encuentra el denominado aparato locomotor activo, formado por el aparato
miotendinoso.
Si bien cada elemento cumple con funciones específicas, en general la función más importante del
aparato locomotor, en conjunto con el sistema nervioso, es la promoción del movimiento. Dicho
de otra manera, el movimiento es el resultado de una actividad armónica entre el sistema
nervioso central y las secciones periféricas del aparato locomotor (Kuznetsov V.V, 1989). El
movimiento es vida, y la vida es movimiento.Sólo podemos existir en el mundo sensible a través
de las más variadas expresiones, como son: pensar, hablar y expresarnos a partir de la actividad
motora normal.
Desde el nacimiento, el ser humano dispone de movimientos para sobrevivir, como son: la
respiración, el gritar, el mamar y el tragar; a más posee otros como, el reflejo del parpadeo, el
reflejo de toser y estornudar. El acervo motor del recién nacido, conformado por movimientos
reflejos heredados y de movimientos regulados en forma refleja incondicionada, entre los que
encontramos los movimientos masivos incontrolados (v.gr .pataleo, manoteo.) y los movimientos
atetónicos (movimientos de flexión, extensión, separación de dedos, movimientos de vaivén tanto
en los miembros superiores e inferiores.) (Meinel K.; Shnabel G., 1988). A partir de allí,
desarrollará reflejos tales como: el reflejo ojos-manos, de prensión, cervicales tónicos simétricos y
asimétricos; los cuales serán vitales para lograr las formas básicas primarias de movimiento y
postura (decúbito prono, giro; cuadrupedia, gateo; postura sentada, y la tan buscada
bipedestación.), a partir de este acervo se construirán los esquemas motrices básicos primarios,
como son: caminar, correr, salticar, saltar; más tarde se darán las formas secundarias: lanzar,
recibir, empujar, traccionar, columpiar, rodar, rolar, etcétera. En conclusión, la nota común a largo
de la niñez es el movimiento, el cual será el principal estímulo para su desarrollo.
El problema es que a medida que crecemos y nos aproximamos a la vida adulta, nos volvemos más
sedentarios, situación deletérea para la salud. La hipokinesis se configura como el principal mal
para esta sociedad, en tanto, no sólo deteriora al aparato locomotor, sino que repercute sobre
sistemas como: el neuroendocrino, inmunológico, cardiovascular, respiratorios, entre otros.
TEJIDO ÓSEO
El contenido acuoso medio del hueso adulto es de un 25-30%. Mayor en los huesos jóvenes y
menor en los huesos seniles. Durante la calcificación, el agua es reemplazada por el mineral óseo.
Mientras las fibras de colágeno le dan resistencia a la tensión, los cristales óseos le dan resistencia
a la compresión. Cuando el hueso tiene poca sustancia mineral en relación con la sustancia
orgánica, se deforma o incurva fácilmente, como ocurre en el raquitismo y la osteomalacia. Por
otra parte, cuando hay disminución de la sustancia orgánica, se vuelve quebradizo y se fractura
fácilmente (Houssay A., 1980).
El hueso está bien vascularizado. En el hombre, el flujo sanguíneo óseo total es de 200 a 400
ml/min. Hay una gran superficie de contacto entre el hueso y el líquido extracelular, en la que se
realizan los intercambios iónicos y los procesos de deposición y resorción óseas (Houssay A.,
1980).
Durante el crecimiento la deposición es mayor que la resorción, hecho que determina el aumento
en la cantidad y crecimiento del hueso. La característica, en ésta etapa, del tejido óseo es la
ductilidad, propiedad que irá perdiendo a medida que se vuelva compacto. Esto fundamenta, la
noción que en etapas formativas, en caso de deformación, se recomienden la gimnasia ortopédica
y correctiva; mientras que finalizado el crecimiento, la terapéutica corresponda a la reeducación
postural, y eventualmente a la ortopédica.
Continuando con el análisis del metabolismo óseo, en los adultos existe un equilibrio entre estos
dos fenómenos, de manera tal que la masa del hueso no varía. En la vejez la deposición es menor
que la resorción, y la masa ósea disminuye lentamente.
*El esqueleto como órgano de sostén, toda vez que, sirve para alojar y proteger tejidos blandos.
*El esqueleto como órgano de reserva, en tanto, constituye la principal reserva de calcio (98%) y
de fósforo (85%) del cuerpo.
Los estímulos que interfieren en el desarrollo del hueso pueden ser internos, verbigracia:
humorales, nutricionales, etcétera; o externos. El factor externo clave, es el movimiento. Bien lo
explica la ley de Murk Jansen (citado por Moncho R. 1990) que insistió en que la acción de
tironeamiento de la contracción muscular, aunada a la fuerza de gravedad, es el principal estímulo
mecánico para la formación ósea, y además constituye el factor que determina la estructura del
hueso esponjoso. Concluye diciendo: el crecimiento y estructuras normales del hueso maduro, se
debe a la actividad muscular dinámica y a la capacidad de las células del esqueleto de proliferar
centrífugamente ante resistencias centrípetas extrínsecas moderadas.
¿Qué tipo de ejercicio físico es recomendable para la salud ósea? si bien la respuesta no es fácil,
podemos aventurarnos a una respuesta más o menos satisfactoria.
El primer tópico, para responder tal cuestión, sería la actividad deportiva. En este punto, es
importante diferenciar aquella actividad deportiva amateur, de rendimiento o meramente
recreacional. El mayor índice lesivo se encuentra en las de rendimiento, pero por otra parte, no
podemos soslayar la gran afectación a la salud que provoca la práctica deportiva recreacional, en
físicos poco preparados, y a menudo sedentarios. Dicho en otras palabras, es un grave error creer
que se entrena haciendo deporte. Por un lado, encontramos lesiones agudas, producto de una
desgracia, como por ejemplo: aquellas que son consecuencia de un mal contacto con un
adversario, ocasionando la fractura de un hueso; y por el otro lado encontramos, lesiones
producidas por sobreuso. Estas últimas, siempre encuentran su razón en una técnica deficiente en
el movimiento, un mal acondicionamiento, calzados poco adecuados, terrenos duros o demasiado
blandos, etcétera; que a largo plazo pueden ocasionar micro lesiones a nivel del hueso.
LAS ARTICULACIONES
La articulación es la unión de dos o más huesos y los demás tejidos blandos que la forman,
configurando el armazón central que va a determinar su movilidad fisiológica.
Las articulaciones pueden clasificarse en tres grandes grupos, conocidos como fibrosas (inmóviles,
verbigracia: las suturas del cráneo), cartilaginosas (ligeramente móviles, por ejemplo: sínfisis
púbica) y sinoviales (de movimiento libre, verbigracia: cadera, rodilla, etcétera).
*Los cartílagos articulares: Las superficies óseas que hacen contacto se encuentran revestidas,
cada una, por un cartílago articular. Está formado por fibras y agua (70-80%), no tiene vasos
sanguíneos y nervios. La zona de cartílago que se encuentra más cerca del hueso (la región
subcondral) está firmemente unida al hueso y resiste las fuerzas de rozamiento. El cuerpo
cartilaginoso principal contiene fibras que resisten la tracción, mientras que el líquido dentro del
cuerpo resiste la compresión (Norris C. 2004), la combinación de las dos últimas facultades le dan
al cartílago unas propiedades viscoelásticas.
Dado que el cartílago no está provisto de vasos sanguíneos, se nutre de los materiales que
penetran desde el líquido sinovial; éste producido por las células sinoviales, ubicadas en la
membrana sinovial. Por otra parte, recibe irrigación desde las epífisis del hueso, por pequeños
orificios de la superficie articular (Astrand-Rodahl, 1984).
Un cartílago sano es una articulación sana. Un cartílago sano favorece la congruencia articular, y
por ende asegura la fisiología del movimiento, además disminuye la fricción y el estrés articular.
El cartílago tiene una regeneración limitada, por ello siempre va a sufrir un acumulo de lesión, a
diferencia del hueso, el cual tiene muy buena capacidad regenerativa (Romero Rodríguez, 2011).
Una gran carga externa y súbita, que se aplique a una pequeña área de contacto articular, y que
ésta exceda el límite de resistencia del tejido, ocasiona un fallo agudo del cartílago articular. Por
otro lado, una compresión crónica, provocará: un desecamiento y una pérdida de volumen del
cuerpo cartilaginoso, con el consecuente aumento de la fricción intraarticular. Una variación de las
zonas fisiológicas de contacto articular, hace que se sobrecarguen zonas cartilaginosas que no han
sido diseñadas para tal función, a la vez que se reduce la tensión aplicada en zonas que sí tienen
mayor capacidad de absorción. Esta alteración es el factor desencadenante de los procesos
artrósicos.
La literatura científica reseña, que este proceso se ve influenciado por la inestabilidad de otros
tejidos periarticulares.
CÁPSULA ARTICULAR
La cápsula articular se divide en dos partes. La parte externa (estrato fibroso) es firme y fibroso y
presenta engrosamientos en ciertos puntos para formar ligamentos. La parte interior (estrato
sinovial) es menos firme y contiene muchos vasos sanguíneos.
Por otra parte, la retracción de la misma es la que más limita las expresiones de amplitud de
movimiento.
LOS LIGAMENTOS
Los ligamentos, como bien dice su nombre ligan: huesos, huesos con músculos, huesos con
vísceras, etcétera. La dirección de las fibras ligamentarias se orientan de acuerdo a las cargas que
se le imprimen, en función del movimiento que limitan. Funcionalmente, le otorgan estabilidad y
límite fisiológico a la articulación. Por último, los ligamentos presentan fibras nerviosas
responsables de la sensibilidad articular.
En principio, vale decir que, la unidad miotendinosa ha sido considerada como parte integrante del
aparato motor activo; pero también es considerado dentro del pasivo, esto es por la incapacidad
contráctil del complejo tendón-hueso.
Los tendones son estructuras elásticas de colágeno que transmiten la fuerza engendrada por el
músculo al hueso, esto es relevante, porque constituye el medio para el estímulo óseo.
La zona músculo-tendinosa es la menos irrigada, esto implica una menor velocidad regenerativa, y
por ende una mayor predisposición hacia la lesión.
Cada músculo se encuentra rodeado por una fascia denominado epimisio, a su vez, está
compuesto por compartimientos más pequeños llamados fascículos. Cada fascículo, se encuentra
envuelto por una fascia denominada perimisio. El fascículo, se encuentra conformado por muchas
fibras, y cada fibra está envuelta por el endomisio y el sarcolema. La fibra muscular es la célula
muscular, esto implican que todas las adaptaciones se materializan allí.
Cada fibra está compuesta por unidades más pequeñas llamadas miofibrillas, y estas últimas por
los sarcómeros; que suponen ser las unidades contráctiles, es decir, a este nivel se da la
contracción muscular. Los sacómeros, presentan pequeñas estructuras denominadas
miofilamentos. Entre los que se destacan: Los filamentos de miosina, actina, troponina y
tropomiosina.
ACTIVIDAD NEUROMUSCULAR
Está claro que el aparato contráctil no puede contraerse por sí mismo, sino a través del accionar
del sistema nervioso.
La unidad motora es una neurona motora y el grupo de fibras musculares que inerva.
La función del músculo y el sistema nervioso central, en conjunto, es generar tensión, para
producir movimiento. Otras dos funciones esenciales asociadas a la contracción son: el
mantenimiento de la postura y el generar calor corporal (Alter, 2006).
Paralelamente a la irritación de la célula muscular, por parte del sistema nervioso, los
miofilamentos se disponen en puentes, en este punto los filamentos de actina se desplazan sobre
los de miosina, durante éste mecanismo se produce la liberación y utilización de energía.
Las células musculares no constituyen un tejido homogéneo. La mayoría de los músculos están
formados por diferentes tipos de fibras que se caracterizan por tener distintas propiedades
mecánicas. Entonces, encontramos:
Inervadas por neuronas motoras pequeñas, razón por la cual, son de contracción lenta.
Predominante en esfuerzos de baja intensidad y de larga duración. Estructuralmente se
encuentran altamente irrigadas (denominadas rojas por su elevada vascularización); poseen
muchas mitocondrias y alto contenido de glucosa y grasas, además de tener desarrollado el
metabolismo enzimático aeróbico.
Las FTaII, están inervadas por neuronas motoras grandes, son de contracción rápida.
Predominantes en esfuerzos de alta intensidad, de duración entre los 10 y los 90 segundos. El
sistema de energía más desarrollado es el anaeróbico láctico, lo que determina altas
concentraciones de glucógeno.
Las FTbI, se encuentran inervadas por grandes unidades motoras, su velocidad de contracción es
altísima (explosivas), prevalentes en esfuerzos cíclicos y acíclicos explosivos de duración inferior a
los 5 segundos. Esto implica, que tienen una gran capacidad de tensión y muy poca resistencia. El
metabolismo de los fosfágenos es el más desarrollado.
El músculo agonista es aquel que es motor, es decir, es el encargado de generar tensión para
producir el movimiento principal (verbigracia: el agonista de la flexión de codo con el antebrazo en
supinación es el bíceps braquial).
Los músculos sinergistas, son aquellos que complementan la acción del principal (por ejemplo: son
sinergistas del bíceps braquial, en la flexión con supinación del antebrazo, el braquial anterior y el
supinador largo).
Por último, los fijadores son los músculos que estabilizan las articulaciones supra y subyacentes a
la principal (verbigracia: los músculos del hombro y la muñeca se contraen para permitir la flexión
del codo)
Desde la perspectiva biomecánica, todos los músculos poseen un rango fisiológico de movimiento,
acorde a la fisiología articular a la que afectan. Para que haya un adecuado desarrollo del músculo,
se debería respetar su amplitud fisiológica de movimiento. En tanto, movimiento parciales tienden
a alterar la longitud en reposo del aparato miotendinoso.
TEJIDO ADIPOSO
El tejido adiposo se encuentra formado por células denominadas adipocitos. En los adipocitos se
reservan las grasas en forma de triglicéridos, pero lo hacen en forma casi anhidra, es decir con
escaso volumen de agua, en este punto, nadie es gordo por retener líquidos, ni tampoco nadie se
pone en forma física por perder líquido.
Tradicionalmente el tejido adiposo fue considerado un lastre, una simple reserva energética, sin
otra función más que aportar energía cuando sea necesario. Actualmente el tejido adiposo es
considerado un importante órgano endócrino, con una variada secreción de señales adipocitarias,
denominadas en su conjunto adipocitocinas, las cuales regula no sólo la actividad metabólica sino
también el crecimiento y desarrollo del tejido adiposo, influyendo en la presión arterial,
inmunidad, coagulación y reproducción, entre muchas otras (Valenzuela Alex, 2007).
*El primero, a través de un aumento en el tamaño de la célula grasa, proceso llamado hipertrofia,
el mismo prevalece durante toda la vida, y es perfectamente controlable mediante la regulación
de los agentes ambientales y motores. Por otra parte, se observa que algunas personas poseen
células capaces de ahorrar mayor cantidad de triglicéridos (mayor predisposición por prepotencia
de los genes ahorrativos).
*El segundo, a través de un fenómeno conocido como hiperplasia de la célula adiposa (aumento
del número celular). Este proceso parece ocurrir en tres períodos críticos bien diferenciados
(Terrera Eliana, 2007):
El primero de ellos se durante el último trimestre del embarazo. El incremento de peso en la mujer
embarazada, es atribuible al útero y su contenido, las mamas, el aumento de volemia y del líquido
extravascular. Una pequeña fracción es imputable al aumento de agua intracelular, de grasas y
proteínas, lo que se conoce como reserva materna.
Recientes trabajos demuestran que las mujeres con obesidad previa al embarazo, tienen una
retención de peso posparto mayor que las mujeres con peso normal al embarazarse; también los
embarazos repetidos aumentarían la probabilidad de retención de peso posparto (Uchima Héctor-
Bertoldi Ariel, 2007).
El segundo, tiene lugar durante el primer año de vida. La mayor preocupación de los padres, es
que el niño se alimente, situación que en ocasiones puede llevar a la sobrealimentación, es así que
la gordura del bebé ha sido asociada a la salud. Al respecto sólo el médico pediatra puede decir si
el niño es saludable o no, y lo propio es cuidar a nuestros hijos de acuerdo a las recomendaciones
del facultativo.
En tercer lugar, se da durante el pico de crecimiento en altura (PHV), dando origen a la pubertad.
Este pico de crecimiento de altura, se da en las mujeres entre las edades de 11.5-12.1 años, y en
los varones entre los 13.8-14.7 años.
La grasa corporal se ubica: de forma superficial bajo la piel, conocida como subcutánea y otra
profunda, rodeando los órganos, llamada visceral, la cual a su vez está subdividida en omental y
mesentérica.
Cabe recalcar, que existe una gran correlación entre la circunferencia abdominal y los niveles de
tejido adiposo visceral. El riesgo cardiovascular se encuentra muy aumentado en el varón con 102
cm y en la mujer con 88cm, de cintura abdominal (OMS). Evidentemente, estos valores se
encuentran sujetos a las características antropométricas de las personas.
La gran liberación de ácidos grasos por parte de estos tejidos hacia la circulación portal, contribuye
a la producción de VLDL. La exposición crónica a los ácidos grasos libres lleva a la
insulinorresistencia (Valenzuela Alex, 2007).
La cantidad de este tejido adiposo visceral es muy variable, existente en mayor cantidad en los
hombres que en las mujeres, razón por la cual, los hombres tienden a ser grupo de riesgo para
sufrir enfermedades metabólicas; aunque esto no excluye a las mujeres, ya que hay quienes
poseen el formato androide (verbigracia: factor hereditario). Las mujeres se vuelven grupo de
riesgo en edad postmenopausal, tiempos en que se tiende a elevar la adiposidad central.
Para concluir, la adiposidad central es más peligrosa para la salud y su cantidad depende del sexo,
la herencia, sedentarismo y estrés.
INTRODUCCIÓN
El estudio de los sistemas de energía conforma un importante capítulo dentro de la fisiología del
ejercicio físico. La mayoría de los métodos de entrenamiento encuentran su fundamento, entre
otros, en las evidencias científicas sobre la dinámica de las reservas de energía y su utilización
durante el trabajo muscular.
En general, podemos definir a la energía como todo aquello capaz de generar transformaciones. La
primera ley de termodinámica señala que la energía no se crea, ni se destruye, solo sufre
transformaciones de una forma a otra.
La estructura de ATP está constituido por una base nitrogenada (adenina), un monosacárido de
cinco carbonos (ribosa), y tres fosfatos. En el momento de ser utilizado, se rompe el tercer enlace
de energía, quedando la estructura en adenosin-di-fosfato (ADP), este proceso es catalizado por la
enzima miosin-ATPasa. El resultado de esta reacción es la liberación de energía (que se utiliza para
la contracción muscular), un fosfato inorgánico, ADP, más hidrógeno. Es dable destacar, que en
ocasiones el ATP puede perder dos radicales fosfato quedando de esta manera como AMP
(adenosin-mono-fosfato).
RESERVAS DE ENERGÍA
Hemos visto que el ATP es un transportador de energía, que constantemente debe ser reciclado
para satisfacer las diferentes demandas celulares. Ésta energía le es provista de las reservas de
energía. Las reservas de energía son las formas de almacenamiento de los nutrientes en el
organismo. Derivan del consumo de los hidratos de carbono, grasas, creatina y proteínas
provenientes de la dieta.
Las proteínas no son estrictamente una reserva energética, ya que constituyen los bloques de
construcción de las células del organismo. Pero esto no es óbice para que en determinadas
circunstancias el organismo las utilice, a saber: trabajos aeróbicos de muy larga duración,
ejercicios físicos realizados en condiciones de altos niveles de estrés (por pérdida masiva de
glucógeno, condiciones neuroendocrinas desfavorables).
SISTEMAS DE ENERGÍA
Un sistema de energía es una vía metabólica, constituida por un conjunto de enzimas que
degradan de manera específica a un nutriente con el objeto de liberar energía para producir la
resíntesis de ATP a partir del ADP (Metral G., Terrera E.; 2007).
La literatura científica describió tres sistemas de energía para la resíntesis de ATP: sistema de los
fosfágenos, sistema anaeróbico láctico y sistema oxidativo.
Al comienzo del ejercicio físico estos tres sistemas se activan, pero solo uno predomina de acuerdo
a los componentes de la carga del trabajo físico (intensidad, volumen, densidad, duración),
fenómeno que se conoce como continum energético.
Durante los esfuerzos de muy alta intensidad, la fosfocreatina, mediante una enzima creatina-
fosfoquinasa, reconstituye el ATP que es constantemente utilizado para la contracción muscular.
Es importante destacar:
*La Pcr (fosfocreatina) es un vector energético que cede el fósforo al ADP, el cual vuelve a
transformarse en ATP; ésta reacción es catalizada por la enzima CK (resíntesis de ATP). Mientras la
creatina se une al hidrógeno producto de la hidrólisis del ATP, desplazándose a la mitocondria, en
donde la acidez será amortiguada. Se ha sugerido en la literatura, que a partir de allí, la creatina se
une a un fósforo; fenómeno que se conoce como resíntesis de la Pcr.
*Las reservas de Pcr son unas tres a cuatro veces superiores al ATP.
*Cuando cae la concentración de Pcr, se activa la enzima adenilato quinasa, esto permite seguir
obteniendo ATP en el esfuerzo intenso, pero determina un aumento de producción de AMP, de
acidez. Ésta situación activa la reacción de la enzima AMP deaminasa, que produce IMP
(inosinmonofosfato) y amoníaco. En estas condiciones, el sistema glucolítico se activará, y será el
que aportará parte de la energía para la prosecución del esfuerzo (observar las altas
concentraciones de lactato que presentan los velocistas en las pruebas de 100 metros llanos).
Cuestiones prácticas
*Es un sistema de energía que prevalece en esfuerzos físicos de muy alta intensidad y corta
duración (ejemplos: lanzamiento de jabalina, velocidad en 60 metros lisos, deportes intermitentes
de esfuerzo explosivos, como el tenis, entre otros).
*La cinética de la resíntesis de Pcr, es crítica para determinar los tiempos de micropausas y
macropausas entre los esfuerzos. Entre los 17-22 segundos es el tiempo necesario para recuperar
el 50% de Pcr (Di pampero citado por Cometti, 2000), también conocida como fase rápida de
resíntesis; mientras que a los 170-180 segundos se restituye el 95% de Pcr, fase lenta. Esta
restitución de sustrato depende de la potencia aeróbica del sujeto.
*La concentración de Pcr es mayor en las fibras explosivas, por ende, los sujetos con prevalencia
de fibras blancas aprovecharán mejor este sistema (por ejemplo: los deportistas de raza negra).
*A pesar de ser un mecanismo que solicita pocas reacciones enzimáticas, para ser eficaz se
requiere un metabolismo altamente entrenado.
El hígado, además de poseer las enzimas necesarias para transforma las estructuras de glucosa en
glucógeno, tiene la capacidad enzimática de liberar glucosa al torrente sanguíneo, mecanismo
importante para mantener la glucemia. El glucógeno muscular es incapaz de realizar esto debido a
la ausencia de la enzima necesaria para cambiar su estructura. Esta reserva lo utilizará el propio
músculo cuando sea necesario para su contracción.
En esfuerzos de alta intensidad, de una duración de entre 10-60 segundos, la glucosa que proviene
del glucógeno, se degrada a través de un fenómeno denominado glucólisis, para así aportar
energía para la resíntesis de ATP. La masiva degradación de glucógeno provoca una gran
acumulación de piruvato en el citoplasma, que por condiciones metabólicas (baja concentración
de mitocondrias en las fibras rápidas y tipo de enzimas predominantes) hace que se produzca
lactato. En este punto, es importante decir que, la formación de lactato responde a la acumulación
de hidrógeno producto de la hidrólisis de ATP, toda vez que, se ha sugerido que el mismo tiende a
amortiguar la acidez. De este metabolismo energético además de obtenerse energía para la
contracción muscular, se produce una gran formación de acidez y lactato.
*La mayor producción de lactato es correlato de una elevada acidosis, producto de la ruptura de
ATP.
*El lactato es un combustible móvil para la producción de energía aeróbica. Actualmente la teoría
del shuttle de lactato se basa en que el lactato es transportado y removido en tejidos anatómicos
e histológicamente diversos; en el mismo músculo (entre fibras rápidas y lentas), sangre y
músculo, entre músculos activos y músculos inactivos, sangre y corazón, sangre y diafragma,
sangre arterial e hígado y otros tejidos (Brooks citado por Metral G., 2007).
*Se observa luego de un esfuerzo anaeróbico: una hiperventilación, que tiene como objeto saldar
la deuda de oxígeno producida por el metabolismo energético anaeróbico.
El proceso oxidativo, en el cual existe la participación de oxígeno, empezará a ser más importante
después del primer minuto de esfuerzo continuo y se convierte en la única fuente prevalente de
energía (De Hegedüs J., 1995), y puede aportar energía durante 60-90-120 minutos, e inclusive
más. En síntesis, el sistema aeróbico prevalece en todo evento físico de larga o muy larga
duración.
Cuando el esfuerzo no es muy intenso en la unidad de tiempo y se puede prolongar por lapsos
superiores a los 2-3 minutos, la glucólisis se lentifica (De Hegedüs Jorge, 1995). Por la prevalencia
de algunas enzimas en las fibras de contracción lenta, habrá menor formación de lactato, niveles
más bajos de acidez; el piruvato ingresará a la mitocondria, en donde, mediante el ciclo de Krebs
se producirá la energía aeróbica necesaria para la contracción muscular.
Existe una interacción entre el aporte de energía proveniente de la glucosa y las grasas, y
eventualmente las proteínas; pero la tasa de consumo de glucosa prevalece sobre el de grasas en
los primeros minutos de esfuerzo aeróbico.
Hay dos aspectos del metabolismo de las grasas que son de gran importancia con respecto al
ejercicio (Onzari M., 2005):
*La grasa sólo puede utilizarse como fuente energética en condiciones aeróbicas.
*Debido al hecho que en la célula muscular sólo se almacenan pequeñas cantidades de grasa, ésta
debe ser transportada hasta el músculo e introducidas en él.
TG (triglicéridos) intramusculares;
TG plasmáticos.
La mayor parte de los triglicéridos se reservan en el tejido adiposo. Para poder utilizar este
sustrato energético, el organismo pone en marcha una serie de reacciones fisiológicas. El ejercicio
aeróbico desencadena la secreción de hormonas de efecto lipolítico, sumado al aumento de la
microcirculación del tejido adiposo, esto activa la enzima LPL HS. La lipoproteína lipasa hormona
sensible (LPL HS), tiende a movilizar a los triglicéridos, con el objeto de obtener los ácidos grasos
disponibles (AGL).
Una vez liberado los ácidos grasos se unen a la albúmina para poder viajar por el plasma, y son
llevados a las células musculares para ser utilizados. En el músculo existen dos proteínas
transportadoras que van a permitir el ingreso de los ácidos grasos. En la mitocondria en su pared
externa, se encuentra la enzima carnitina palmitol transferasa I, que va a trasladar el ácido graso
activado dentro de la mitocondria, en donde se va a producir la energía aeróbica mediante el
proceso de betaoxidación y ciclo de Krebs.
1- Liberados a la sangre;
2- Reesterificados;
3- Oxidados.
Durante los primeros 20-30 minutos de ejercicio el combustible principal es el glucógeno. Después
de los 30 minutos a intensidad inferiores al 80% del consumo máximo de oxígeno, aumenta la tasa
de utilización de grasas; esto sucede por la cinética de hormonas lipolíticas (STH, cortisol, entre
otras). Este fenómeno se conoce como cross-over o cruce de nutrientes. Este metabolismo es
altamente entrenable. Un organismo entrenado tenderá a metabolizar más ácidos grasos en
menor tiempo, mientras que un desentrenado utilizará mayor cantidad de glucógeno.
En esfuerzos físicos realizados entre el 50-70% del máximo consumo de oxígeno, el principal
combustible son los ácidos grasos (Mazza Juan Carlos, 2003). L o que encuentra su correlato en la
frecuencia cardíaca de entre 90-130 latidos por minuto (área regenerativa) y 130-160 latidos por
minuto (área subaeróbica). Es importante decir que la frecuencia cardíaca estimada de esfuerzo se
determina en relación a la edad (fórmula: 220-edad=frecuencia cardíaca máxima teórica). Para la
quema de grasas, se recomienda trabajar entre el 66-85% de la frecuencia cardíaca máxima. A ésta
área la llamamos fase conversacional, porque el sujeto puede mantener una charla; en cambio
cuando observamos agudos jadeos, nos damos cuenta que estamos perdiendo el ritmo de trabajo
para la quema de grasas.
Parece ser que intensidades superiores, promueven una baja contribución energética a partir de
las grasas. Esto se debe al aumento de la acidez y la vasoconstricción en el tejido adiposo,
situación que inhibe la lipólisis.
Hemos mencionado anteriormente que las proteínas no son estrictamente una reserva energética,
pero eventualmente pueden cumplir con esta función.
*Las proteínas son utilizadas como combustible mediante un fenómeno conocido como
proteólisis.
*La contribución de proteínas como fuente de energía durante el ejercicio puede variar entre un
5-10% del total de la energía utilizada. Algunos investigadores han señalado que en la última parte
del ejercicio de resistencia prolongado, esta contribución podría aumentar hasta un 15% del gasto
energético total (Onzari M., 2005).
*Un entorno hormonal desfavorable (alta concentración de cortisol), genera mayor catabolismo
proteico.
*El comportamiento energético en los niños se caracteriza por una fluctuación energética, que
implica la prevalencia del sistema de los fosfágenos, como suministro energético de esfuerzos
explosivos y períodos aeróbicos, como metabolismo prevalentemente recuperador de aquellos
esfuerzos.
La reservas de ATP-PC y su velocidad de utilización es similar en niños que en adultos, por lo cual
se pueden estimular todos aquellos esfuerzos o gestos deportivos que sean predominantemente
cubiertos por el sistema de los fosfágenos (Pérez R., 2007).
*El sistema anaeróbico láctico se caracteriza por su inmadurez. Existe una inmadurez de las
enzimas que aceleran la velocidad de la glucólisis, además el niño posee bajas reservas de
glucógeno. Por otra parte existe un menor desarrollo del aparato enzimático para la producción de
lactato. Por lo tanto en edad infantil no se recomiendan esfuerzos continuos de entre 1-4 minutos
de duración (Pérez R., 2007).
Este metabolismo puede ser estimulado en mujeres, a partir de los 12-14años de edad y en
varones entre los 14-16 años (Hahn Erwin). La potencia láctica se puede definir a partir de los 17-
18 años (De Hegedüs, 1995).
Desde los 8 años en adelante se recomienda trabajos aeróbicos con manipulación de objetos,
condicionando así la velocidad de traslado. Trabajos en forma: intermitente, intervalada y
continua, con una duración total de entre 5-10 minutos de acuerdo a la edad (verbigracia: 8 años
de edad, 8 minutos de trabajo). Ya a partir de los 10-12 años de edad se asimilan mayores
volúmenes aeróbicos (12-20 minutos), siendo la fase sensible para el desarrollo de la resistencia
aeróbica.
Es harto complejo el funcionar del sistema endócrino, por ende, a los fines de este manuscrito nos
limitaremos a estudiar las respuestas de este sistema al ejercicio y su impacto sobre el
rendimiento.
El ejercicio físico genera una alteración de la homeostasis del organismo, en este punto las
hormonas juegan un papel relevante con el fin de restituir el equilibrio, afectando así el
rendimiento.
HORMONAS TIROIDEAS
*La tiroxina es una hormona clave para la maduración del sistema nervioso.
Un efecto característico de las hormonas tiroideas es el aumento del consumo de oxígeno por
parte de los tejidos, con elevación del metabolismo basal.
Los estímulos de fuerza elevan intraesfuerzo hasta un 15% la T3 y un 30 la T4; el trabajo aeróbico
eleva aun más estos valores. Las cargas aeróbicas son las que más impactan sobre las hormonas
tiroideas, por lo tanto, en caso de trabajar con sujetos que sufran de hipotiroidismo, será
primordial el ejercicio aeróbico.
*Se erige como una de las hormonas claves para el crecimiento, toda vez que, aumenta la longitud
y espesor del hueso; además de producir la diferenciación en la mayoría de los tejidos.
*Es de acción hipoglucemiante, aumentando la secreción de glucosa por parte del hígado.
*Se segrega en las primeras fases del sueño, razón por la cual, se vuelve relevante el descanso
nocturno para los procesos de regeneración.
*El ejercicio aeróbico (hormona clave en el cross-over); hay evidencias que, los ejercicios de fuerza
en donde predomine el sistema anaeróbico láctico, tienden a elevar la concentración de ésta
hormona, siendo la principal responsable de la hipertrofia muscular.
INSULINA
*Es una hormona fundamental en la homeostasis de los nutrientes, esto es así porque:
GLUCAGÓN
*Hormona pancreática producida por los islotes de Langerhans, en las células alfa.
*Al igual que la insulina, interviene en la homeostasis de los nutrientes, nada más que su acción es
totalmente antagónica a la insulina.
*Hormona de efecto hiperglucemiante; estimulada por el ayuno, el ejercicio físico, entre otras.
*De acción catabólica en el tejido muscular y adiposo. Aumenta el ritmo de la glucólisis en los
esfuerzos de características anaeróbicos y aeróbicos, y el de la lipólisis en los de naturaleza
aeróbica.
TESTOSTERONA
*Hormona sexual, sintetizada en los hombres en los testículos, y en las mujeres en los ovarios. En
el varón, la concentración de esta hormona, es diez veces superior que en la mujer.
*En el ámbito del deporte parecen ser los esfuerzos explosivos los que más estimulan su
secreción; verbigracia: trabajos de fuerza explosiva y rápida (ejemplo: saltos), velocidad, entre
otras. Hay evidencias que la testosterona tiene un efecto marcado sobre el impulso nervioso,
favoreciendo al sistema neuromuscular.
*Durante los entrenamientos de alta intensidad, la testosterona tiene un pico a los 30-40 minutos,
decayendo a valores desfavorables hacia los 90 minutos (Anselmi H, 2006).
ADRENALINA Y NORADRENALINA
*Tiene como función activar el sistema cardiovascular, respiratorio, y energético; con una
resultante plasmada en el aumento de la oferta de sustratos, para cubrir la demanda ocasionada
por el estímulo.
CORTISOL
*Esta hormona relacionada con los procesos catabólicos de degeneración, forma parte de las
denominadas hormonas del estrés. Sin dudas su accionar es vital en los fenómenos de resistencia
a los estímulos agresores, pero en altas concentraciones resulta deletéreo para la salud.
*Sobre el tejido adiposo, el cortisol tiene efecto lipolítico, aunque de efecto más lento que las
otras hormonas de igual función.
El ciclo sexual femenino es un claro ejemplo de ritmo biológico endógeno (Di Santo M., 2006). Un
ciclo normal dura 28 +/- 3 días, contados desde el día que comienza la menstruación hasta la
iniciación de la siguiente. El ciclo puede dividirse en dos períodos: primero, la llamada fase
folicular, que se extiende desde el primer día hasta el 14 (en un ciclo de 28 días); dicho en otras
palabras, esta fase, se extiende desde el primer día de la menstruación hasta el día de la ovulación.
En esta etapa aumenta progresivamente la hormona foliculoestimulina y los estrógenos. La
segunda fase, denominada fase lútea o progestacional, que sigue a la ovulación y se extiende
hasta la menstruación siguiente. La formación del cuerpo amarillo es uno de los rasgos más
importantes; los cambios hormonales más notables son la aparición de la hormona luteinizante y
de la progesterona. Tanto los estrógenos como la progesterona, disminuyen su concentración al
finalizar el ciclo si no se produjo la fecundación.
A lo largo de este ciclo los niveles de estrógenos y progesterona cambian. Estas variaciones
repercuten sobre el organismo incidiendo en el rendimiento. Para entender la relación hormonas-
performance, es menester conocer los siguientes puntos clave:
La menstruación:
*En función de esto, ¿cuál es la actividad física recomendada para este período? En un primer
orden de ideas, debemos evitar cualquier actividad de alta intensidad, esto se debe al bajo umbral
de tolerancia al dolor; por ejemplo:
+Si realizamos trabajos aeróbicos, reducir los volúmenes e intensidad, disminuir la sobrecarga
sobre el aparato locomotor; por ejemplo: cambiar la actividad que normalmente realizamos (si
siempre salgo a correr, en esta semana hacemos bicicleta), escoger suelos blandos para el trabajo,
combinar aeróbicos con estiramientos suaves, etcétera.
+En los trabajos de flexibilidad la recomendación sería: evitar o disminuir los ejercicios que
generen estrés lumbo-pélvico, evitar las técnicas que necesiten de mucha actividad
neuromuscular.
*Vale aclarar que estos síntomas no se expresan de igual forma a lo largo de las diferentes
menstruaciones en la mujer; en la literatura científica se ha relatado, una disminución en la
percepción de estos síntomas en mujeres entrenadas, lo que les permite asimilar altas cargas de
trabajo, e inclusive, en ocasiones competir.
*Si bien, en la primera semana todavía se asimilan las cargas elevadas de entrenamiento, a
medida que nos acercamos a la próxima menstruación, nos encontramos con un fenómeno
denominado síndrome premenstrual. Este síndrome presenta los mismos síntomas que en la
menstruación, pero con la particularidad, de la falta de sangrado. La actividad física recomendada,
es sin dudas, la misma que en la fase precedente, pero con la salvedad de la disminución de las
cargas, tanto en volumen como en intensidad. Finalmente, en esta etapa se ha observado un
mayor consumo de grasas en los esfuerzos aeróbicos a intensidades bajas (área subaeróbica); en
función de ello ésta valencia se tornaría prioritaria en la fase lútea.
Según el especialista Mario Di Santo, las mayores expresiones de amplitud de movimiento y por lo
tanto la de mayor absorción de cargas, se sitúa entre la segunda fase de la etapa ovulatoria (días
12 a 14) y la primera de la lútea (días 15 a 21).
BIBLIOGRAFÍA:
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