Está en la página 1de 28

Portada

1
ÍNDICE

2
INTRODUCCIÓN

El sistema musculoesquelético proporciona forma, estabilidad y


movimiento al cuerpo humano. Está constituido por los huesos del cuerpo
(que conforman el esqueleto), los músculos, los tendones, los ligamentos, las
articulaciones, los cartílagos y otras clases de tejido conjuntivo. El término
tejido conjuntivo se utiliza para describir el tejido que sostiene tejidos y
órganos y los mantiene unidos. Se compone principalmente de colágeno y
fibras elásticas, que están compuestas por distintas proteínas.El sistema
músculo-esquelético sufre muchos cambios con la edad
Los accidentes son cosas que pasan, quizás una persona se ahogue con
un cubo de hielo o le pique una abeja. La resucitación cardiopulmonar (RCP)
es para las personas cuyo corazón o cuya respiración se detienen y la
maniobra de Heimlich es para las personas que se atragantan.
También se puede aprender a manejar lesiones y heridas comunes. Las
cortaduras y los rasguños, por ejemplo, deben enjuagarse con agua fría.
Para detener una hemorragia, presione firme pero suavemente con una
gasa. Si la sangre empapa la gasa, coloque otra sobre ella sin retirar la
primera que colocó. Mantenga presión en el área.
Es importante tener un botiquín de primeros auxilios disponible. Tenga
uno en casa y uno en su automóvil. El botiquín debe incluir una guía de
primeros auxilios. Lea la guía para aprender a utilizar los artículos, de modo
que esté listo en caso de una emergencia.
Para realizar este trabajo nos basamos en el poco conocimiento que
posee la gente común acerca de los primeros auxilios, los cuales son
fundamentales ante una emergencia y /o urgencia.
A través de esta investigación espera poder adquirir nuevos
conocimiento y a su vez lograr aplicarlos a situaciones de la vida cotidiana.
Por otra parte desea que con este trabajo se pueda llegar a mucha gente
difundiendo la importancia sobre los primeros auxilios y conseguir que estos

3
tomen conciencia y así poder evitar accidentes o bien impedir que estos
pasen a lesiones más graves.

4
CONSIDERACIONES PRELIMINARES

El sistema esquelético consiste de huesos del esqueleto y sus cartílagos


adjuntos, así como de ligamentos que enlazan estas estructuras
(Longenbaker, 2020, glosario/índice).  También, este sistema representa un
conjunto de estructuras óseas, con características de huesos duros y
flexibles que proveen funciones vitales al ser humano.   El tejido que cimenta
al sistema esquelético se instaura de tipo óseo.  Un tejido representa un
grupo de células similares que ejecutan funciones especializadas.  Algunos
ejemplos son el tejido conjuntivo o conectivo, el tejido óseo y otros
(Longenbaker, 2020, glosario/índice). 
El armazón y sostén del organismo humano se instaura a partir
del sistema esquelético.  Todo lo demás parte de tal andamiaje.  Además,
el tuétano del tejido óseo en los huesos largos, representa una materia
viviente, que genera células cruciales para el componente hematológico e
inmunológico del cuerpo humano.  El esqueleto protege a los órganos
internos del organismo humano y permite la locomoción.  Así, el ser humano
tiene la capacidad de mover sus coyunturas, trasladarse de un lugar a otro,
practicar ejercicios físicos y participar en deportes
El sistema esqueletal consiste en una base sólida que incluye todos
los huesos del cuerpo.  El hueso, o tejido óseo, representan osteocitos en
la matriz de sales de calcio y colágeno (Scanlon & Sanders, 2019, p. 77). 
También, más allá de los huesos, este sistema se encuentra constituido
de cartílagos y las articulaciones (uniones óseas), las cuales permite que
los huesos, vislumbrados como palancas, se muevan. 
El tejido conjuntivo denso, los vasos sanguíneos y el tejido nervioso
también forma parte del sistema esquelético (Moini, 2020, p. 152).  Como
regla general y común, el cuerpo humano se compone de 206 huesos y
representan un tejido viviente dinámico.  Sin embargo, y en rara ocasiones,
este total de huesos puede variar.  Por ejemplo, en ocasiones, algunos

5
huesos no completan su proceso normal de osificación (conversión del
cartílago a hueso).  También, ciertos individuos poseen una costilla adicional,
mientras que otros poseen algunos huesos agregados en el cráneo
(Thompson, 2020, p. 115). 
A lo largo de la vida, los huesos constantemente se quebrantan y
reconstruyen por sí solos.  Como se mencionó, el componente tisular de los
huesos se encuentra formados por tejido conectivo cuya substancia
intercelular es endurecida por las sales minerales, principalmente el fósforo y
el calcio, los que se obtienen de los alimentos.  De hecho, 99% del calcio se
encuentra en el cuerpo humano, donde 90% del fósforo está depositado en
los huesos y en los dientes.  Como resultado, este sistema óseo se convierte
en tejidos rígidos, abarcando aproximadamente el 66% del peso de los
huesos.
Los huesos están cubiertos (excepto en la parte cartilaginosa) por una
capa o membrana que se llama periostio.  El endurecimiento de los huesos
es un proceso gradual que toma alrededor de 20 a 25 años.
Las células óseas se multiplican rápidamente durante los años de
crecimiento.  Más tarde las células nuevas reemplazan únicamente las
células muertas o lesionadas y el proceso de reparación es más lento.  A
medida que se envejece los huesos se ponen más duros y frágiles y se
rompen con facilidad.

FUNCIONES DEL SISTEMA ESQUELÉTICO

El esqueleto posee una diversidad de funciones importantes para el ser


humano, como sería sostener los tejidos blandos de los sistemas orgánicos,
lo que le proporciona la postura erecta al cuerpo.  También, el sistema
esquelético posee una función protectora, como fue mencionado
previamente.  Los tejidos y órganos del sistema nervioso, cardiorrespiratorio,
gastrointestinal y otros se benefician de una continua protección del
esqueleto.  Por ejemplo, el cráneo, la columna vertebral, la caja torácica y la

6
cavidad pélvica disponen de una estructura ósea protectora para los órganos
vitales y otros tejidos blandos del cuerpo.  Una función clave es la de permitir
el movimiento de los segmentos del cuerpo, o como un todo. Los huesos
largos se consideran como palancas y sus uniones representan las
articulaciones, de manera que se posibilita el movimiento humano y el
recorrido angular de las articulaciones. 
Clara, esto solo es posible por la contracción de los músculos
esqueléticos.  Como se mencionó previamente, el sistema óseo provee un
lugar para la síntesis del tejido hematológico (células sanguíneas).  Este
proceso se conoce con el nombre de hematopoyesis.  La producción de
estas células de naturaleza hematológicas, se lleva a cabo en la médula
ósea roja.  Entonces, las funciones del sistema esquelético se resumen en
cuatro áreas principales, reconocidas como forma, sostén, protección,
movimiento y reservorio, producción y balance (Thompson, 2020, p. 101).
Esto se puede esbozar como sigue:
1. Da forma al cuerpo: El sistema esquelético le proporciona la
estructura que requiere el organismo humano
2. Sostén de los tejidos circundantes: Sirve de soporte a los tejidos
blandos del cuerpo, de suerte que pueda mantener su forma y postura
erecta.
3. Protege órganos vitales y otros tejidos blandos del cuerpo: Esto
incluye al encéfalo, la medula espinal, los pulmones, los principales vasos
sanguíneos en las cavidades torácicas y otras estructuras internas.
4. Ayuda al movimiento corporal: Los huesos constituyen palancas en
las que se insertan los músculos.  Cuando los músculos se contraen, los
huesos actuando como palancas producen el movimiento.
5. Función hematopoyética: En la médula ósea (o tuétano) ósea roja
de los huesos largos se fabrican glóbulos (o células) rojas (hematíes o
eritrocitos). Además, produce gran mayoría de las células blancas.  Así, el
proceso de la hematopoyesis produce eritrocitos o hematíes (células rojas),

7
leucocitos (células blancas) y trombocitos (plaquetas sanguíneas).
6. Proporciona un área de almacenamiento de nutrientes a fin de
satisfacer las necesidades corporales: Los nutrientes almacenados son:
1) sales minerales (sobre todo fósforo y calcio) y 2) lípidos (grasas).  Esto
implica que el hueso posee una función esencial en cuanto a la regulación
mineral.  Continuamente, se evidencia un recambio y remodelación del
sistema esquelético, a raíz de cambios ambientales y de las demandas
fisiológicas.  Esta actividad se encuentra íntimamente controlada por
ciertas hormonas endocrinas. 
Paralelo a anterior, el sistema esquelético funciona como un reservorio
para el exceso de calcio.  En caso de una demanda por el organismo
humano, el calcio podría ser removido del hueso, de manera que se equilibre
la homeostasis del calcio sérico.  El calcio presente en la sangre es vital para
la coagulación sanguínea,  También, este mineral inorgánico es necesario
para la contracción muscular y el funcionamiento adecuado de los nervios
(Scanlon & Sanders, 2019, p. 110).
7. Balance electrolítico: Congruente con la función descrita arriba, los
huesos representan un reservorio de calcio y fósforo, pero también los libera
hacia el torrente sanguíneo cuando el cuerpo los demanda para ciertas
reacciones bioquímicas esenciales.
8. Regulación ácido-básico: También, el sistema óseo asiste en la
absorción y liberación de sales alcalinas, lo que ayuda a mantener la
homeostasis del pH.

EL TEJIDO ÓSEO

Los huesos que componen al sistema esquelético se encuentran


constituidos de una matriz fundamental derivada del tejido conjuntivo o
conectivo, donde se compactan las células bajo una matriz rígida.  Por
definición, el tejido conjuntivo o conectivo es un tipo de tejido caracterizados
por células separados por una matriz, la cual puede contener fibras

8
(Longenbaker, 2020, glosario/índice), de donde se cimenta la matriz ósea. 
Esto significa que la substancia fundamental intercelular está calcificada, es
decir, se depositan sales de calcio. 
Así, la substancia fundamental intercelular contiene fosfato (PO4) y
carbonato de calcio (CaCO3), lo que se denomina como hidroxiapatitas
[Ca3(PO4)2]3 • Ca (OH)2. Lo anterior genera el rasgo de rigidez de los huesos,
lo que, eventualmente, se osifica.  Las fibras de colágeno están presente
antes que ocurra la osificación.  Estas fibras colágenas ubicadas en la
matriz proporcionan la resistencia características del hueso cuando se aplica
tensión.  Las hidroxiapatitas componen el 67 por ciento del peso del hueso. 
Fundamentado en el relato anterior, la firmeza y elasticidad que caracterizan
al hueso dependen de la composición y organización de su matriz.

COMPOSICIÓN DEL TEJIDO ÓSEO

Los huesos se encuentran constituidos por una cantidad considerable


de minerales, incluyendo las sales de calcio.  Las sales de calcio se
refieren al carbonato de calcio (CaCO3) y al fosfato de calcio  (Ca3(PO4)2). 
Tales minerales le otorgan la fuerza a los huesos, necesario para las
funciones de sostén y protectora del sistema esquelético (Scanlon &
Sanders, 2019, p. 110).  En general, el 60% de la masa ósea está integrada
de substancias minerales (Bilgiç, Boyacioglu, Gizer, Korkusuz, & Korkuzuz,
2020).  Alrededor de dos-tercios de materia inorgánica y un tercio de material
orgánico se cimenta la naturaleza histológica del sistema esquelético. 
La composición inorgánica radica de aproximadamente 85% fosfato de
calcio, 10% de carbonato de calcio y otras variantes de minerales.  Estas
sustancias son las que asisten en calcificar (endurecer) los huesos.  Sin
embargo, el sistema óseo posee cierta propiedad de flexibilidad.  Entre tanto,
la materia orgánica consiste en las células óseas, junto al colágeno y
diversos complejos de proteína-hidratos de carbono.

9
LA UNIDAD ESTRUCTURAL BÁSICA DEL HUESO

Aquellas laminillas compuestas de fibras colágenas, impregnadas de


sales inorgánicas (ejemplo: calcio), forman la dureza del hueso, lo que se
conoce como el osteón.  También, el osteón representa unidades de
aspectos cilíndricos que componen al hueso compacto (Longenbaker, 2020,
glosario/índice).  Es precisamente esta materia ósea la que representa la
unidad estructural básica del hueso.

LAS CÉLULAS ÓSEAS

El tejido óseo se encuentra constutuido de tres tipos de células,


identificadas como 1) osteoblastos, 2) osteoclastos y 3) osteocitos.  Los
osteoblastos se encuentran activos durante la formación del hueso, común
durante el crecimiento y reparación.  Así, los osteoblastos sintetizan la matriz
intercelular del hueso, siempre que esté presente el calcio y el fosfato.  A
manera de aclaración, una matriz se refiere a una materia básica de la que
se deriva algo, como lo es la matriz ósea.  Por su parte, los osteoclastos
poseen la vital encomienda fisiológica de la resorción ósea.  Finalmente, los
osteocitos constituyen las células principales del hueso maduro (Thompson,
2020, p. 104).   Los osteocitos son, en esencia, osteoblastos rodeados de
matriz ósea.

TIPOS DE TEJIDO ÓSEO       

La estructura tisular del hueso, se compone de dos tipos básicos de


tejidos, que son: 1) el tejido, o hueso, compacto (o cortical) y 2) el
tejido esponjoso (canceloso, trabeculado o poroso)  (Oatis, 2009, p. 37). 
El hueso compacto representa un hueso duro que consiste en osteones,
todos pegados (Longenbaker, 2020, glosario/índice).  La pared de la diáfisis

10
(porción central y cilíndrica de un hueso largo), se encuentra formada de un
hueso de constitución compacto, denso y duro, lo que se conoce como
la corteza (Floyd, 2018, p. 11). 
La porción compacta del hueso es denso y fuerte (Thompson, 2020, p.
105).  La densidad elevada de este tipo de tejido permite manifestar la
función protectora y de sostén del sistema esquelético.  El tejido óseo que
recubre el hueso compacto se conoce como periostio. 
Esta estructura representa un tejido fibroso y denso, el cual le otorga el
aspecto blanco a los huesos.  El periostio posee dos capas, una externa
(fibrosa) y otra interna (osteogénica).  La capa externa del periostio
consiste en tejido conectivo fibroso, junto a vasos sanguíneos, vasos
linfáticos y tejido nervioso que entran al hueso.  Por su parte, la parte interior
del periostio posee fibras elásticas, vasos sanguíneos y osteoblastos.
Por el otro lado, el hueso esponjoso posee varios espacios abiertos,
denotando un aspecto de porosidad.  Tales aberturas se conocen
como trabéculas.  Estas estructuras contienen células vivas y conductos
para los vasos sanguíneos, encargados de transportar nutrientes a las
células.  El componente trabeculado del hueso se encuentran llenos
de médula ósea roja y médula ósea amarilla (Moini, 2020, p. 154)
Entre la diáfisis (porción cilíndrica del hueso) y epífisis (extremo o
terminal) de un hueso largo maduro (osificado), se manifiesta una línea
epifisaria, la cual representa el remanente de un placa de cartílago epifisario
(Moini, 2020, p.155).

COMPARACIONES ENTRE EL HUESO COMPACTO Y EL ESPONJOSO

A partir de un corte transversal de algún hueso, es posible detallar ciertas


características del hueso, sea denso o trabecular.  El hueso compacto
maduro posee anillos concéntricos, algo ausente en el tejido esponjoso.   A
nivel del periostio, se hallan los canales perforantes (de Volkmann), los
cuales permiten que pasen vasos sanguíneos y nervios hacia la cavidad

11
medular del hueso.  Tal sistema sanguíneo y nervioso llegan b hasta
los canales centrales (Haversianos) del hueso,  Los conductos
Haversianos se despliegan de forma longitudinal en el hueso.  Estas
estructuras se encuentran rodeadas por láminas o laminillas, las cuales
poseen una apariencia de anillos concéntricos.  Tales laminillas
concéntricas están compuestas de substancia intercelular dura y calcificada. 
Entre cada laminilla de hueso compacto, se hallan espacios (o conductos)
muy pequeños, identificados como lagunas.  Todas las lagunas se
encuentran conectadas por otros conductos, conocidos como canalículos. 
Lo anterior se conoce como el sistema Havervsiano, o de Havers.

LA EVOLUCIÓN Y CRECIMIENTO ÓSEO

El tejido óseo, y los huesos, reconocidos como órganos, siempre se


encuentran en continua transformación y remodelación, en vista que la matriz
ósea sufre continuos cambios a lo largo del periodo de vida del ser humano. 
Entonces, dos tipos de regulaciones transformadores ocurren: 1) los
osteoclastos remueven el calcio con la finalidad de elevar las
concentraciones de calcio en la sangre o 2) se sintetizan las sales de calcio y
se depositan por los osteoblastos en busca de reducir los niveles del calcio
sérico.  También, las células óseas previas poseen la capacidad de
responder a factores ambientales.  Un ejemplo de lo anterior es la capacidad
del sistema esquelético de soportar algún peso externo (Scanlon & Sanders,
2019, p. 114).
Varias hormonas inciden en el crecimiento y mantenimiento de la masa
ósea.  Una hormona implica aquella sustancia secretada por una glándula
endocrina que se trasporta a través de la sangre o lo líquidos corporales
(Longenbaker, 2020, glosario/índice).  Entre las hormonas que regulan la
remodelación y crecimiento óseo se encuentran: 1) la hormona de
crecimiento, 2) la tiroxina, 3) la insulina, 4) la hormona paratiroidea, 5)

12
calcitonina y 6) el estrógeno.

DIVISIONES DEL ESQUELETO

El sistema esquelético se puede agrupar en dos divisiones principales,


consignadas con 1) el esqueleto axial y 2) el esqueleto apendicular.  El grupo
axial del sistema esquelético se compone de todo la estructura central o
vertical del esqueleto, que son la cabeza (cráneo y huesos faciales o de la
cara), el hueso hioides (ubicado en la región anterior a la laringe),
los huesillos del oído, la columna vertebral (vértebras cervicales, vértebras
torácicas, vértebras lumbares, sacro y coxis) y el tórax (esternón y costillas).
Las extremidades superiores e inferiores, conexo a las cinturas escapular
(o torácica) y pélvica, constituyen el esqueleto apendicular.  Los huesos de
las extremidades superiores consisten en el húmero, cúbito (ulna), radio,
huesos de los carpos (o carpianos), los metacarpos (o metacarpianos) y
las falanges.  Entre tanto, los componentes óseos de las extremidades
inferiores abarcan el fémur, el peroné (o fíbula), los huesos tarsos (o
tarsianos), metatarsos (o metatarsianos) y las falanges.
       La cintura escapular (o torácica) engloban ambas escápulas (u
omoplatos) y sus respectivas clavículas.  Por su parte, la cintura
pélvica incluyen ambos huesos coxales o iliacos.   

MÚSCULOS DEL CUERPO

Los músculos representan la parte activa del aparato locomotor. Es decir,


son los que permiten que el esqueleto se mueva y que, al mismo tiempo,

13
mantenga su estabilidad tanto en movimiento como en reposo. Junto a todo
esto, los músculos contribuyen a dar la forma externa del cuerpo humano.

CLASIFICACIÓN DE LOS MÚSCULOS

Los músculos del organismo se dividen en voluntarios e involuntarios.


Los primeros son los que se contraen cuando el individuo quiere, y suelen
corresponder a los músculos del esqueleto. Poseen la característica de tener
una contracción potente, rápida y brusca, si así se precisa. Son músculos
de acción rápida. Los segundos son regidos por el sistema nervioso
vegetativo y el individuo no tiene ningún control voluntario sobre ellos.
Suelen constituir las paredes de las vísceras, del aparato respiratorio y
del aparato circulatorio. Estos músculos poseen una contracción y una
relajación lentas. Ambos tipos de músculos tienen, a su vez, características
propias.
Así, los músculos voluntarios, salvo el esfínter anal, están compuestos
por células o fibras musculares provistas de estrías transversales, por
lo que se les denomina músculos estriados. Los músculos involuntarios,
salvo el corazón, que también está formado por músculo estriado a pesar de
no tener control voluntario, están constituidos por células musculares sin
estrías, por lo que se denominan músculos lisos.

DESCRIPCIÓN Y FORMA DE LOS MÚSCULOS

Cada músculo estriado se compone de dos partes: una parte roja, blanda
y contráctil que constituye la parte muscular, y una parte blanquecina, fuerte
y no contráctil que constituye el tendón. Los tendones varían en su forma y
disposición, dependiendo de su unión a las fibras musculares (que a su vez
se dispondrán según la función del músculo).
Los tendones son de color blanco nacarado y están constituidos por
fibras elásticas que forman grupos, su vez recubiertos por tejido conjuntivo

14
laxo que separa entre si estos grupos o fascículos. Por su forma, los
músculos se clasifican en: largos, anchos y cortos. Los músculos largos son
aquellos en los que la dimensión según la dirección de sus fibras sobrepasa
la de los otros diámetros. Estos, a su vez, pueden ser fusiformes o
aplanados, según el diámetro transversal sea mayor en su parte media que
en los extremes (así, el bíceps es un músculo largo y fusiforme, mientras que
el recto del abdomen es largo y aplanado).
Los músculos anchos son aquellos en los que todos los diámetros tienen
aproximadamente la misma longitud (el dorsal ancho de la espalda). Los
músculos cortos son aquellos que, independientemente de su forma, tienen
muy poca longitud (los de la cabeza y cara).

FUNCIÓN DE LOS MÚSCULOS

Los músculos, debido a su capacidad de contracción, hacen posible que


el esqueleto se mueva. Así, las extremidades pueden realizar movimientos
de
flexi6n o extensión, de rotación (pronación y supinación), de aproximación
(aducción) al contrario (abducción). Como hemos visto, la mayor parte de los
músculos están provistos de tendones, mediante los cuales suelen insertarse
sobre los huesos.
Según el tipo de inserción, es decir, si lo hacen mediante más de un
extremo o cabeza, se dividen en bíceps (dos cabezas), tríceps (tres cabezas)
y cuadríceps (cuatro cabezas). Dependiendo de si están formados por más
de un cuerpo muscular, se dividen en digástricos y poligástricos (dos o más
cuerpos, respectivamente).
Si toman su inserción Terminal por más de un extremo o cola, los
músculos serán bicaudales, tricaudales o policaudales, según lo hagan por
dos, tres o más extremos.

15
SITUACIÓN DE LOS MÚSCULOS

Según su situación los músculos se dividen en superficiales y profundos:


1-Los músculos superficiales:
Están situados inmediatamente por debajo de la piel y, si bien en el ser
humane son rudimentarios y escasos, están insertados, por uno de sus
extremos, en la capa profunda de la piel. Alguno de estos músculos está en
la cabeza, cara, cuello y mano.
La mayoría de los músculos profundos insertan sus extremos sobre los
huesos del esqueleto. Algunos lo hacen en los órganos de los sentidos
(músculos que mueven los ojos) y otros están situados más profundamente,
relacionándose con la laringe, la lengua, etcétera.                  

MÚSCULOS DE LA CABEZA Y CUELLO

Dentro de este conjunto de músculos hay que destacar los de la cara,


muy numerosos, ya que gracias a ellos el ser humane es capaz de expresar
sus sentimientos. Otro grupo de músculos de la cabeza nos permite masticar
y deglutir los alimentos, así como mover la cabeza en todas las direcciones,
para
conseguir que los órganos de los sentidos (vista, oído y olfato) desarrollen
mejor sus funciones

Músculos Masticadores  
Son, como su nombre indica, los que permiten la masticación de los
alimentos. Tienen la función de aproximar la mandíbula al maxilar superior,
es decir, cerrar la boca. Son músculos muy potentes, cortos y anchos, que
están situados sobre la cara lateral del cráneo, a ambos lados. Los más
importantes son el músculo temporal y el músculo masetero, que se pueden
palpar fácilmente sobre la cara y el cráneo cuando cerramos con fuerza la

16
boca.

Músculos cutáneos del cráneo


Estos músculos son los que presentan unas conexiones más íntimas con
la piel y nos permiten expresar el estado de ánima. Son muy planos y
delgados, y la mayoría se encuentran alrededor de los orificios de la cara:
orificios palpebrales, orificios nasales y boca. Su contracción o relajación
permite cerrar o abrir los párpados, las alas de la nariz y los labios. Son
llamados, en su conjunto, músculos mímicos.
Los más significativos son: músculo frontal, que permite arrugar la frente;
músculo orbicular de los párpados o esfínter de los párpados, que permite
abrir y, sobre todo, cerrar los ojos con fuerza; músculos de la nariz, cuatro
pequeños músculos que permiten "arrugan" la nariz o mover las aletas
nasales; músculo orbicular de los labios, que permite a éstos moverse y, por
tanto, hablar, comer, etcétera; músculo buccinador, que corresponde a los
carrillos, los cuales pueden hincharse para soplar o para aumentar el
contenido de la boca.

Músculos del cuello


Muy numerosos, su principal papel es el de mover la cabeza, la columna
cervical y el hueso hioides (un huesecillo que existe libre, no relacionado con
ningún otro hueso, en la cara anterior del cuello, por debajo de la mandíbula),
además de mantener la cabeza erguida. Están situados a ambos lados del
cuello, de forma simétrica y en varios pianos, y se denominan músculos
laterales del cuello. Los situados delante son los músculos hioideos, y los
situados detrás son los músculos de la nuca o vertebrales.
 Músculos del tórax y del abdomen:
Los músculos principales del tórax son los pectorales, que levantan los
brazos al contraerse, y los serratos, que elevan las costillas cuando
expulsamos aire. Entre la cavidad torácica y la cavidad abdominal, en el

17
interior del organismo, existe un músculo en forma de paraguas abierto, el
diafragma, que se contrae cuando inspiramos aire para empujar las costillas
hacia arriba y aumentar el volumen de la caja torácica.
En el abdomen, los oblicuos realizan un trabajo inverso al del diafragma:
cuando se contraen, tiran de las costillas hacia abajo y expulsan el aire de
los pulmones. El recto recubre la zona del vientre y, cuando se contrae,
permite
doblar la cintura.

Músculos de las Extremidades Superiores:


Hombro: Recubriendo cada hombro se encuentra el deltoides,
cuya acción permite levantar y desplazar los brazos.
Brazo: Los más importantes son el bíceps, en la parte anterior, y el
tríceps, en la posterior. Son dos músculos antagónicos, es decir, que realizan
funciones contrarias para hacer posible un movimiento determinado, en este
caso la flexión y la extensión del antebrazo.
Antebrazo: Los músculos supinadores y pronadores permiten los
movimientos de giro del antebrazo, el movimiento de la mano en cualquier
dirección, y la flexión y extensión de los dedos.
Mano: son músculos cortos y pequeños, ya que sólo se encargan de
mover los dedos. El más importante es el que permite la oposición del pulgar,
es
decir, la acción de "pinza" de la mano.

Músculos de las extremidades inferiores:


Pelvis o cadera: Recubriendo la pelvis se encuentran los glúteos, tres
músculos que forman las nalgas. Su acción permite que el tronco se
mantenga erguido y que el ser humano sea capaz de caminar sobre dos
piernas.
Muslo: Los más destacables son el cuadríceps, músculo extensor de la

18
pierna; el bíceps femoral, antagónico del anterior; y los aductores, conjunto
de músculos en forma de abanico que permiten la flexión y la extensión del
muslo.
Pierna: cabe destacar los gemelos y el sóleo, cuya acción conjunta
permite
la flexión y extensión del pie al caminar. Se insertan en el hueso calcáneo del
talón del pie a través del tendón de Aquiles.
Pie: Existen pequeños músculos que permiten realizar algún movimiento
de los dedos y facilitan el caminar.

LOS MÚSCULOS SON IGUALES TODOS

Los músculos pueden clasificarse según su forma o según el tipo de fibra


que los componen. Atendiendo a su forma, se pueden distinguir los
siguientes
grupos:
Anchos y planos: son los que tienes en el tórax y en el abdomen.
Protegen los órganos delicados e intervienen en los movimientos de
la respiración.
Largos o fusiformes: forman parte del aparato locomotor (brazos y
piernas).
Cortos u orbiculares: son pequeños músculos con funciones
particulares (boca, ojos, etc.).
Circulares: tienen forma de anillo y cierran diferentes conductos del
cuerpo (vejiga de la orina). El tejido muscular está formado por unos
filamentos alargados o fibras, por lo que pueden diferenciarse dos tipos de
músculos:
De fibra estriada: Son robustos y potentes, ya que forman parte del
aparato locomotor. Son músculos voluntarios, es decir, que puedes contraer
mediante una orden del cerebro, excepto el corazón, un músculo involuntario
formado por un tipo de fibra estriada especial, el miocardio.

19
De fibra lisa: Están constituidos por células musculares sin estrías. Su
característica principal es que son involuntarios, es decir, que no los puedes
contraer a voluntad, por lo que forman parte de numerosos conductos del
cuerpo: las paredes del esófago, del estómago y del intestino, las venas y
arterias, etc.

PRIMEROS AUXILIOS

Los primeros auxilios son las técnicas destinadas a salvar la vida de una
persona que ha sufrido un accidente, a prevenir posibles complicaciones o
para ayudar en el tratamiento de las lesiones producidas.
No todas las personas tienen la disposición para atender a un herido,
algunas se impresionan mucho, otras reaccionan con repulsión al ver sangre
o con temor al ver a la persona en muy mal estado, otras más se convierten
en un manojo de nervios, algunas más se sienten impotentes porque no
saben qué hacer para poder salvar sus vidas.
Para hacer en caso de dar los primeros auxilios, brindar la ayuda a un
compañero que ha tenido un accidente, está sufriendo un paro cardiaco, se
ha desmayado por que tiene problemas con su presión, entre otros casos, es
dar los primeros auxilios. No hay mejor satisfacción que dar los primeros
auxilios a alguien que lo requiere y ayudarle a salvar su vida.
Para proporcionar los primeros auxilios se deben tomar en cuenta las
siguientes recomendaciones:
 Comportarse con tranquilidad y serenidad.
 Colocar al paciente en posición cómoda.
 No levantar a la persona sin que le hayan aplicado los primeros
auxilios.
 No se le debe poner alcohol a la persona en ninguna parte del cuerpo.
 No se le deben dar líquidos.
Siempre se tendrá que dar prioridad a las lesiones que pongan en peligro la

20
vida, como las siguientes:
 Hemorragias
 Paro cardiaco o respiratorio
 Estado de shock
 Intoxicaciones
 Quemaduras y demás lesiones

NORMAS GENERALES PARA PRESTAR PRIMEROS AUXILIOS

Ante un accidente que requiere la atención de primeros auxilios, usted


como auxiliador debe recordar las siguientes normas:
Actúe si tiene seguridad de lo que va a hacer, sin duda, es preferible no
hacer nada, porque es probable que el auxilio que preste no sea adecuado y
que contribuya a agravar al lesionado.
Conserve la tranquilidad para actuar con serenidad y rapidez, esto da
confianza al lesionado y a sus acompañantes. Además contribuye a la
ejecución correcta y oportuna de las técnicas y procedimientos necesarios
para prestar un primer auxilio.
De su actitud depende la vida de los heridos; evite el pánico.
No se retire del lado de la víctima; si está solo, solicite la ayuda necesaria
(elementos, transporte, etc.)
Efectúe una revisión de la víctima, para descubrir lesiones distintas a la
que motivo la atención y que no pueden ser manifestadas por esta o sus
acompañantes.

BOTIQUÍN DE PRIMEROS AUXILIOS

El botiquín es un recurso básico para las personas que atienden, en un


primer momento, a una víctima de una enfermedad o accidente. Debe existir
un botiquín en cada hogar y en todo sitio en donde haya concentración de

21
gente.
Para evitar que se alteren los medicamentos, se debe procurar que los
envases estén bien cerrados y guardados en sitio fresco, seco y oscuro. Se
deben desechar los medicamentos caducados y los que hayan cambiado de
aspecto.
Se deben desechar, una vez abiertos, los colirios, soluciones para el
lavado de ojos, jarabes para resfriados, pomadas y gotas para la nariz.
El botiquín no ha de tener cerradura y se debe colocar fuera del alcance
de los niños. Es aconsejable que todo esté ordenado y etiquetado y que se
incluya en él una lista de los teléfonos de urgencia de la zona.

CONCLUSIONES

Con este trabajo llegamos a la conclusión, luego de haber realizado una


minuciosa investigación, de que los primeros auxilios son muy complejos y

22
no cualquiera está capacitado para aplicarlos. Como por ejemplo una
persona inconscientemente puede causar mas daño que el beneficio que
intenta brindar; es por eso que a través de este proyecto intentamos informar
y capacitar mínimamente conceptos básicos sobre el tema.
A pesar de haber aclarado muchas dudas que teníamos antes de
comenzar nuestro proyecto, éste abrió nuevas puertas a muchas vicisitudes,
lo que nos produjo mayor interés sobre el tema.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Lopategui C., E. (2019) El sistema esquelético. Unidad N° 2 Anatomía


Funciona

23
Agreda, V. S. Anatomía topográfica y actuación de urgencia. Barcelona:
Paidotribo Editorial, 2005.

Barrera, J. Prevención de Riesgos en las Actividades Físicas. Málaga:


Instituto Andaluz del Deporte. Consejería de Turismo, Comercio y Deporte.
Junta de Andalucía, 2005.

Constans, A. Exposición a agentes biológicos: seguridad y buenas prácticas


de laboratorio. Instituto Nacional de Seguridad e Higiene del Trabajo.
Disponible en web. Acceso el 3 de mayo de 2013.

Cruz Roja Española. Formación en socorros. Socorrismo y Primeros Auxilios.


Madrid: El País Aguilar, 2008.

Facua. Accidentes en el hogar. Disponible en web. Acceso el 2 de mayo de


2013.

Fernández, A. y Porcel A.M. Emergencias sanitarias en centros deportivos y


educativos andaluces. Protocolos de actuación. Málaga: Consejería de
Turismo, Comercio y Deporte. Junta de Andalucía, 2011.

Jiménez, L. y Montero F.J. Medicina de urgencias y emergencias. Guía


diagnóstica y protocolos de actuación. Barcelona: Elsevier, 2010.

Medina Porqueres, I. y Luque Suárez, A. Vendajes Funcionales en


Traumatología. Málaga: Librería Canales 7, 2009.

Noguer, M. y Balcells, A. Exploración clínica práctica. Barcelona: Editorial


Masson, 2005.

Real Decreto 664/1997, de 12 de mayo, sobre la protección de los


trabajadores que por su trabajo están o puedan estar expuestos a agentes
biológicos.

Segui-Gómez, M. y MacKenzie, E.J. Measuring the public health impact of


injuries. Epidemiol Rev. 2003; 25:3-19.

Silberman, F. y Varaona, O. Ortopedia y traumatología. Madrid: Médica


Panamericana, 2011

24
ANEXOS

25
26
27
28

También podría gustarte