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Seguramente en alguna ocasión haz pensado como lograr controlar los gastos de manera más eficiente,
y te confundes por la gran cantidad de herramientas que se encuentran disponibles. En un mundo donde
la red, las comunidades digitales y las nuevas tecnologías están en la orden del día, debes encontrar
aquella que se ajuste a tu necesidad. Por ejemplo, desde llevar un presupuesto mediante una libreta,
pasando por una hoja de cálculo en Excel y hasta llegar a los programas mas sofisticados.
Ahora bien, este registro es un conjunto de pronósticos referentes a un lapso precisado, así se convierte
en un plan de gastos, ingresos y ahorros con proyección al futuro para balancear los mismos y te brinda
una idea precisa de tu dinero respecto a: “dónde se va, hasta dónde, cuándo, cuánto, en qué momento, o
simplemente no se va”. Por lo que hablar del éxito de tu presupuesto, no quiere decir necesariamente que
los resultados logrados hayan sido idénticos a los pronosticados, será suficiente el haber obtenido una
mejoría en el grado de eficiencia y seguridad con que se condujo la economía de tu familia. Claro que el
objetivo es reducir tanto como se pueda el error en las estimaciones, pero esto lo lograrás con la práctica.
Hay muchas razones por las cuales hacer un presupuesto y aplican para casi cualquier persona. Hacerlo
es en realidad más fácil y útil de lo que parece en principio, pero para aquellos más obstinados, a
continuación encontraras algunos síntomas que son auto-detectables cuando alguien no lleva sus
registros mediante un presupuesto, y estos son:
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Pero si aún no estás convencido, de que hacer un Presupuesto Personal es lo tuyo o que si realmente
tendrá algún beneficio, sólo te queda una opción: inténtalo y evalúa los resultados tu mismo. Puedes
intentarlo sólo como un ejercicio mental: Piensa, ¿qué sería mejor experimentar?: ¿un mes en el que
tienes un plan y un registro de lo que sucedió con tu dinero; o un mes en el que no sabes si puedes
gastar o no en algo, cada vez que sacas la billetera?
Sin embargo, si por cualquier motivo decides que estás mejor sin un presupuesto, al menos habrás
aprendido cuáles son tus razones para actuar de tal forma y por qué es más útil para ti. Si estás indeciso
enfócate y motívate con las ventajas que te proporcionará su registro, por ejemplo:
La forma más práctica de llevar un presupuesto es a través de algún software financiero, por ejemplo
Quicken y Microsoft Money, pero existe una gran oferta de ellos tanto gratuitos como a la venta. También
puedes descargar plantillas de presupuestos gratuitos del sitio de Microsoft. Antes de elegir alguno de
ellos, debes procurar que sea fácil de usar, que lleve presupuestos editables y que cada vez que gastes
pueda asignarlo a una categoría e ir sumando y comparando con tu plan de gasto.
Las partidas más importantes que podemos resaltar en tus registros, se clasifican en: gastos fijos, gastos
variables y gastos imprevistos. Los consejos para su elaboración son:
Una vez que comiences, mantén el hábito de alimentar la información por lo menos semanalmente, si vas
a estar lejos de tu computadora, lleva contigo una libreta y anota ahí cuando gastes. Este hábito es
importantísimo, ya que el tratar de reconstruir varios días de lo que gastamos, después es difícil y
olvidamos fácilmente en que se gasto el dinero. Ahora ya lo sabes que llevar un control “mental” no es
suficiente, te invito a poner manos a la obra para conquistar esta nueva meta.