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TB
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En las últimas décadas, la investigación sobre la TB ha mostrado un interés considerable por acortar la
duración del tratamiento.
Con base en los resultados de la reunión del GDG, se presentarán recomendaciones detalladas en la
actualización del 2021 de las Directrices unificadas de la OMS sobre la tuberculosis; Módulo 4: Tratamiento de
la tuberculosis sensible a medicamentos. Esto tiene que ver con el “estudio 31” que pretende lograr
tratamientos antiTBC mas cortos que sean eficaces y generen menos costos.
La intervención analizada por el GDG de la OMS fue un esquema de tratamiento con rifapentina, isoniacida,
pirazinamida y moxifloxacina, de cuatro meses de duración.
El ensayo contó con participantes de 12 años o más con TB pulmonar recién diagnosticada, confirmada
mediante una prueba diagnóstica recomendada por la OMS, y sensible a la isoniacida, la rifampicina y las
fluoroquinolonas. Respecto a la eficacia, el resultado principal fue la supervivencia y ausencia de enfermedad
transcurridos 12 meses tras el ensayo aleatorizado. Se demostró ausencia de inferioridad del esquema de
tratamiento con rifapentina de cuatro meses de duración respecto al esquema habitual de seis meses para el
tratamiento de la TB pulmonar sensible a medicamentos, y fue tolerado igual de bien.
Esto, respalda el uso de este esquema de tratamiento como una posible alternativa al esquema habitual de
seis meses. . El esquema acortado muestra un desempeño similar al esquema habitual, tanto en términos de
eficacia como de seguridad. contiene moxifloxacina, un antibiótico que generalmente se usa para el
tratamiento de la TB farmacorresistente.
PROTOCOLO TBC dentro de una incidencia o emergencia
La OMS define el IMS como el enfoque y la estructura normalizados para gestionar la respuesta de la
Organización a eventos de salud pública y emergencias, que permiten a la OMS seguir sistemáticamente las
mejores prácticas en gestión de emergencias. Consiste en funciones básicas que pueden y deben utilizarse de
manera flexible dependiendo de la naturaleza de la amenaza y del contexto en el que se produce la
emergencia.
Y asegura que estén operando dentro de una estructura organizacional común Qué
es el IMS (Equipo de gestión de incidencias):
▪ Un enfoque integral y sistemático en la gestión de incidentes
▪ Un conjunto de conceptos y principios de preparación para todos los peligros
▪ Principios esenciales para una imagen operativa común y la interoperabilidad de las
comunicaciones y la gestión de la información
▪ Procedimientos de gestión de recursos estandarizados
▪ Escalable y flexible para utilizarlo en todas las emergencia
Finanzas y administración
- Finanzas, gestión del presupuesto/ subvenciones
- Compras
- Recursos humanos y sobrecarga
OPERATIVIDAD:
SINTOMATICO RESPIRATORIO: SR
Todo consultante de primera vez, de 15 años o más de edad, que consulta por cualquier
causa en un establecimiento de salud y al interrogatorio dirigido manifiesta presentar: tos,
expectoración y/o hemoptisis de 2 o más semanas de evolución.
A este SR se le debe solicitar 2 baciloscopías de esputo.
La primera muestra será recolectada en el momento que se identifique al paciente como sintomático
respiratorio durante la primera consulta y la segunda muestra al siguiente día.
TAES (ESTRATEGIA)
elementos claves en su implementación:
Los bacilos multirresistentes son simultáneamente resistentes a los dos medicamentos antituberculosos más
importantes: Isoniacida y Rifampicina, Esta puede presentarse asociada a resistencias a otros medicamentos
antituberculosos, es actualmente una de las formas más graves de resistencia bacteriana y plantea un
problema importante a los programas de control de la Tuberculosis. Debe ser evaluado por el médico
neumonólogo. ESTOS PACIENTES DEBEN SER REPORTADOS A TRAVES DE LA COORDINACION ESTADAL, CON
INFORME COMPLETO AL COMITÉ NACIONAL DE VIGILANCIA DE LA RESISTENCIA CON SEDE EN EL PROGRAMA
NACIONAL DE TUBERCULOSIS PARA SUGERENCIAS TERAPEUTICAS Y DECISICIONES OPERATIVAS
CONCERNIENTES AL CASO.
Es una TB-MDR que además es resistente a las fluoroquinolonas y al menos a uno de los inyectables de
segunda línea (Kanamicina, Amikacina o Capreomicina).
INTRODUCCIÓN
La tuberculosis (TB) es la enfermedad infecciosa, causada por agente único, que produce
mayor cantidad de muertes en humanos. Desde la antigüedad se conoce que la
tuberculosis está asociada a: la pobreza, hacinamiento, desigualdades e inequidades
sociales presentes en las diversas poblaciones. En la actualidad está enfermedad no solo
es un problema de salud de los países pobres, también se afectan las comunidades pobres
de los países ricos. Factores de riesgo como la desnutrición, la diabetes, el tabaquismo, la
silicosis, el consumo indebido de alcohol y drogas, dificultan su control. La pandemia del
VIH, la aparición de bacilos resistentes a los medicamentos esenciales en el tratamiento
de la tuberculosis y la movilidad de las poblaciones son desafíos importantes para el
control de la tuberculosis en nuestros países.
La TBC infecta un tercio de la población mundial y es la segunda causa de muerte causada por un agente
infeccioso después del VIH.
En Venezuela las entidades con tasas más altas de incidencia son Delta Amacuro (69,14 x 100.000 habitantes),
Distrito Capital (69 x 100.000 habitantes), Amazonas (42 x 100.000 habitantes), Portuguesa (29 x 100.000
habitantes), Sucre (28 x 100.000 habitantes) y Vargas (28 x 100.000 habitantes).
La infección se produce comúnmente por vía aérea (inhalación de aire contaminado con gotitas de saliva o de
polvo con esputo desecado de pacientes tuberculosos) y por la ingestión de alimentos contaminados con el
bacilo, particularmente la leche cruda de vaca.
La TBC es causada por bacterias ácido-alcohol resistentes (BAAR) del género Mycobacterium. Existen varias
especies de bacilos: M. tuberculosis (bacilo de Koch o BK) causante del 95% de los casos. Existen otros tipos de
Mycobacterum llamados micobacteria atípicas.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Primoinfección tuberculosa.
Representa el primer contacto con el BK. Consta de un foco neumónico muy pequeño, generalmente bilateral
en campo medio o inferior pulmonar, subpleural y una linfadenitis paratraqueal. Tal localización obedece al
mayor fl ujo aéreo que lleva a un gran inoculo bacteriano. En la mayoría de los casos, este período pasa
inadvertido y deja como secuela una prueba de PPD positiva; sin embargo, un 5% de estos pacientes progresa
rápidamente con manifestaciones clínicas de una neumonía tuberculosa. Posteriormente, a partir de la
linfadenitis, los BK pueden llegar al torrente sanguíneo y diseminarse por el pulmón y otros órganos de la
economía (diseminación linfohematógena), o producir una tuberculosis diseminada (miliar) con afectación
simultánea de múltiples órganos. La llamada tuberculosis extrapulmonar ocurre principalmente al momento
de la primo infección; puede ser por contigüidad (como un foco subpleural que invada la pleura) o por
diseminación linfohematógena a otros órganos, especialmente aquellos sitios que favorecen la retención y
multiplicación del bacilo (zona apical y posterior del pulmón, ganglios linfáticos, riñones, epífi sis de huesos
largos, cuerpos vertebrales y área yuxtaependimal de las meninges). La tuberculosis pulmonar representa el
80% del total de la enfermedad, y la localización extrapulmonar el 20%.
Tuberculosis de reinfección.
Un 99% es endógena, es decir, ocurre a partir de un granuloma antiguo (del pulmón u otro órgano), en donde
los BK se multiplican y producen una tuberculosis activa. En el pulmón se localiza predominantemente en
lóbulos superiores, segmento posterior del lóbulo superior o segmento apical del lóbulo inferior. Tal
predilección se ha aducido al estado hiperventilado de esas áreas, lo cual es apropiado para una bacteria
aeróbica y al menor fl ujo linfático que llega a esa zona, lo que favorece la retención del bacilo. La TBC
pulmonar puede diseminarse por las secreciones a órganos vecinos, como la laringe o el tubo digestivo. A
continuación se describen las manifestaciones clínicas más resaltantes de la TBC pulmonar y extrapulmonar
(pleural, ganglionar, osteoarticular, renal genital, peritoneal, gastrointestinal, meníngea, pericárdica y
diseminada).
Tuberculosis pulmonar. Los síntomas consisten en fi ebre vespertina moderada, compromiso del estado
general, disnea y tos con expectoración purulenta, hemoptoica o con franca hemoptisis. El examen físico
revela signos de condensación pulmonar con presencia de estertores broncoalveolares y, en casos avanzados,
un soplo anfórico por la presencia de cavernas. El diagnóstico diferencial se establece fundamentalmente con
enfermedades pulmonares como micosis profundas, en especial histoplasmosis, bronquiectasias, abscesos
pulmonares, neoplasias (carcinomas y linfomas), enfermedad pulmonar intersticial y sarcoidosis. Cuando la
TBC pulmonar se produce por una infección primaria o primoinfección, las lesiones radiológicas consisten en
linfadenopatías hiliares y mediastinales, infi ltrados pulmonares a predominio de lóbulos inferiores, atelectasia
y, rara vez, cavitaciones; este tipo de TBC es frecuente en pacientes debilitados o con SIDA.
Cuando la tuberculosis pulmonar es producto de una diseminación secundaria o reinfección, las lesiones se
localizan preferentemente en los vértices pulmonares, son de tipo alveolar y a veces forman un bloque de
condensación neumónica que se puede caseifi car y/o licuar con formación de cavernas que contienen una
enorme cantidad de bacilos (5 a 6 logaritmos más que en casos no cavitarios), que pueden dispersarse por el
árbol bronquial.
Tuberculosis pleural. Se presenta con disnea, tos, fi ebre vespertina, dolor pleurítico y síntomas
constitucionales. El derrame es unilateral, aunque en un 10% puede ser bilateral. Los hallazgos físicos
corresponden a un derrame pleural. El líquido consiste a un exudado con predominio de linfocitos. La
presencia del BK es mínima, por lo que resulta difícil su visualización y el cultivo no siempre es positivo, por
cuya razón es muy útil la cuantifi cación de la adenosindesaminasa (ADA), el interferón gamma y la reacción en
cadena de la polimerasa. La ADA es una enzima que abunda en presencia de linfocitos T activados; niveles por
encima de 40 UI/L hablan en favor de pleuritis tuberculosa con una sensibilidad cerca del 100%; asimismo, el
interferón gamma producido por linfocitos T mayor de 140 pg/ml también sugiere la enfermedad.
Tuberculosis ganglionar. Los ganglios más afectados son los cervicales y mediastinales; luego, los axilares e
inguinales. Las linfadenopatías son indoloras, firmes, adheridas a los planos profundos y con tendencia a
fistulizarse; en menor frecuencia son dolorosas con signos inflamatorios. El diagnóstico se logra mediante la
biopsia del ganglio o aspiración con aguja fina.
Artritis tuberculosa. Se comprometen en orden de frecuencia caderas, rodillas, codos, hombros y pequeñas
articulaciones de manos y pies. Por lo general es crónica, monoarticular, con dolor y rigidez, pero con escasos
signos de flogosis. El hallazgo físico más llamativo es un aumento de volumen con escasos signos de
inflamación; es común la denominación de “tumor blanco de la rodilla” para denotar mínimos signos de
inflamación. El diagnóstico se logra mediante la biopsia y el cultivo. Las manifestaciones radiológicas, son
estrechamiento del espacio articular, erosión de la superficie articular y lesiones osteolíticas, además de
desmineralización importante.
Tuberculosis renal. Puede haber un compromiso renal único o bilateral. Los síntomas, generalmente son
insidiosos y con frecuencia pasan inadvertidos. Se presenta con fiebre, dolor lumbar y/o de los flancos, disuria,
polaquiuria y hematuria intermitente. Un resultado de orina que muestre pH ácido, hematuria y “piuria
estéril” (presencia de piocitos con urocultivo negativo) hace pensar en TBC del árbol urinario. El examen
directo de la orina (primera orina de la mañana) y el cultivo son de extraordinario valor para el diagnóstico. La
urografía de eliminación puede mostrar alteraciones como dilatación y destrucción de los sistemas
pielocaliceales, deformidades de las siluetas renales con calcificaciones focales, pequeñas cavidades y defectos
de llenado. A veces se producen grandes cavidades y exclusión renal. Son hallazgos característicos los uréteres
“arrosariados” y la microvejiga.
Tuberculosis genital en el hombre. La infección puede originarse desde un foco renal o ser una siembra
linfohematógena desde el pulmón. Puede ocurrir en próstata, vesículas seminales, epidídimo y, con menos
frecuencia, en testículo o pene (uretral periorifi cial), lo cual limita las relaciones sexuales. Se puede encontrar
un nódulo duro e indoloro y a veces una masa infl amatoria (orquiepididimitis). Con el compromiso de la
próstata se describen los síntomas de la prostatitis o prostatismo (disuria y polaquiuria) y la afección del
epidídimo puede ocasionar fístulas. La biopsia de estas lesiones logra poner de manifi esto las lesiones
granulomatosas características.
Tuberculosis genital en la mujer. Se inicia con una invasión hematógena a las trompas (anexitis) y de allí se
disemina a ovarios y endometrio, aunque puede afectar independientemente cada órgano. Los síntomas más
frecuentes son dolor abdominal, trastornos menstruales e infertilidad, generalmente irreversible. El
diagnóstico se establece con el curetaje endometrial, el cultivo del sangrado menstrual y, muchas veces, la
biopsia de los tejidos afectados por laparoscopía o laparotomía exploradora.
Tuberculosis peritoneal. La infección proviene del intestino afectado, desde un ganglio linfático mesentérico,
trompas de Falopio o por implantación hematógena de un foco primario. El cuadro clínico consiste en fi ebre,
pérdida de peso, dolor abdominal y diarrea. Se produce una ascitis inexplicable de comienzo relativamente
brusco, masas abdominales, hepatomegalia e ictericia. El diagnóstico se logra mediante el estudio del líquido
ascítico, que revela un exudado con aumento de las proteínas por encima de 3.5 g% (gradiente de albumina
sérica/albumina ascítica menor de 1,1) y células a predominio de linfocitos. Mediante la laparoscopía se logra
ver un peritoneo engrosado, eritematoso, con múltiples nódulos de 2 a 5 mm diseminados de color blanco
amarillento. La investigación de BK es generalmente negativa, pero se puede llegar al diagnóstico mediante la
medición de niveles de adenosina deaminasa (usualmente > 70 U/L) o de gamma interferón (ver pleuritis
tuberculosa), y también a través de la biopsia del peritoneo. Es más común en pacientes cirróticos.
Tuberculosis gastrointestinal. Aunque puede ocurrir en cualquier parte del tubo digestivo, las áreas más
afectadas son la región ileocecal y el colon. Se produce fi ebre, dolor abdominal, sangramiento oculto, signos
de obstrucción, masa palpable en el cuadrante inferior derecho y fístulas intestinales. El diagnóstico se hace
generalmente con la colonoscopia y laparoscopia para biopsia si es necesario.
Tuberculosis meníngea. Esta condición es usualmente consecuencia de la ruptura de un tubérculo
subependimal dentro del espacio subaracnoideo, más que de una invasión hematógena directa. La afección
meníngea es más pronunciada en la base del cerebro, donde puede tomar el quiasma óptico y los pares
craneales. También es capaz de producir vasculitis de arterias y venas, que dan origen a aneurismas o
trombosis. El cuadro clínico es de una meningitis crónica caracterizada por fi ebre, cefalea, sordera, diplopía,
ceguera, atrofi a de papila, irritabilidad, náuseas, vómitos, confusión y cambios de la personalidad. Se
producen signos de irritación meníngea con anormalidades de pares craneales III, IV, VI, y VII y hallazgos de
focalización neurológica por lesiones vasculares o tuberculomas, que actúan como lesiones ocupantes de
espacio del SNC. La hidrocefalia y el enclavamiento cerebral son complicaciones frecuentes. Puede haber
convulsiones, trastornos de conciencia y coma. El LCR es claro y revela un aumento de la presión, y cuando se
deja en reposo puede mostrar una “película o red” coagulada. El estudio citoquímico del LCR revela una
pleocitosis de 100 a 1000 por mm3 a predominio de linfocitos, aumento de proteínas, disminución de la
glucosa y los cloruros. El cultivo es positivo en un 75% de los casos, y la ADA es mayor de 10 U/L.
Pericarditis tuberculosa. Se produce un derrame pericárdico crónico con signos de pericarditis constrictiva
(dolor torácico, disnea, hepatomegalia, edema de miembros inferiores, pulso paradójico y, a veces, un frote
pericárdico). El diagnóstico se logra por cultivo del líquido pericárdico y su biopsia.
Tuberculosis diseminada (tuberculosis miliar). Representa el 8% de todos los casos de TBC extrapulmonar y
es frecuente en pacientes con SIDA. Puede ocurrir poco después de la primoinfección o ser producto de la
reactivación de un foco tuberculoso años después. Generalmente, las manifestaciones clínicas no son
específicas y consisten en pérdida de peso, astenia, fiebre, diaforesis, cefalea, dolor abdominal,
hepatoesplenomegalia y linfadenopatías. Las lesiones se localizan generalmente en pulmón, hígado, bazo,
médula ósea, ganglios linfáticos y meninges. La mejor forma de diagnosticar la tuberculosis miliar es mediante
la biopsia del hígado, ganglios linfáticos o de la médula ósea. Cuando se compromete el pulmón, la radiografía
del tórax puede mostrar una imagen micronodular difusa de 1 a 2 mm de distribución simétrica y universal
(imagen “miliar”), aunque su ausencia no descarta este tipo de tuberculosis. La TBC miliar puede ser aguda,
críptica (curso prolongado) y no reactiva (muy poca reacción tisular); esta última adopta una forma clínica
séptica o tifoideana. La manifestación hematológica puede ser de anemia, leucopenia, trombocitopenia,
reacción leucemoide o pancitopenia.
lograr que EL TRATAMIENTO sea oportuno y supervisado en todos los casos para
alcanzar la curación de los enfermos, reducir la PERDIDA DE SEGUIMIENTO
DURANTE EL TRATAMIENTO, prevenir la farmacorresistencia y evitar las
defunciones.
OBJETIVOS DEL PROGRAMA
Objetivo General
Reducir el riesgo anual de infección, mediante el incremento en la pesquisa de casos, apoyando el
diagnóstico y aumentando la oportunidad de tratamiento de la tuberculosis, para lograr al final la
disminución de la incidencia y mortalidad por tuberculosis.
Objetivos Específicos
- Lograr el acceso a la atención de todo paciente con sintomas respiratorios.
- Detectar precozmente, a los tuberculosos bacilíferos, tuberculosos no bacilíferos, a los
infectados y la coinfección VIH-Tuberculosis.
- Procurar oportuna y adecuadamente el acceso y la toma del tratamiento, a los tuberculosos
bacilíferos, tuberculosos no bacilíferos, a los infectados y la coinfección VIH-Tuberculosis.
- Proteger a los grupos de alto riesgo de contraer la infección o la enfermedad.
- Proteger a los niños de 0 a 14 años, de las formas graves de tuberculosis.
- Disminuir la Tasa de Mortalidad por Meningitis Tuberculosa en niños de 0 a 4 años.
- Curar a los casos que inician tratamiento.
- Vigilancia rutinaria de la resistencia a fármacos antituberculosos.
Actividades para realizar:
Localización de casos:
- Identificación del “sintomático respiratorio”
- Toma de muestra de esputo, su almacenamiento y envío al Laboratorio de
Referencia través de la “Red de Bacteriología de la Tuberculosis”. Si no es
factible el envío de muestras se elaborará el extendido en lámina.
Registro, y referencia de casos para tratamiento y búsqueda de contactos .
Tratamiento supervisado de casos
Referencia para Visita domiciliaria
Referencia para Vacunación BCG
Referencia de pacientes al nivel de atención superior para su evaluación,
cuando sea necesario
Educación en Salud
La medida preventiva más efectiva es evitar el contagio, esto se hace eliminando las fuentes
de infección que se encuentran en el hogar y la comunidad, a través del diagnóstico precoz,
tratamiento adecuado y completo de los pacientes con tuberculosis pulmonar bacilífera.
A toda persona de 15 años y más de edad que consulte por cualquier causa,
deberá preguntársele si tiene tos y expectoración o hemoptisis. si presenta estos
síntomas desde hace dos semanas o más, será considerado un SINTOMÁTICO
RESPIRATORIO.
A todo paciente con tuberculosis debe indicársele la prueba del VIH y a todo
paciente con serología VIH positivo se le debe investigar tuberculosis.
Se debe verificar que todos los contactos de un caso de tuberculosis deben ser
evaluados para determinar la conducta específica a seguir.
SÍNTOMAS DE LA ENFERMEDAD
Produce en general tos con expectoración, fiebre, sudoración, pérdida de peso, cansancio
y debilidad general. El esputo a veces presenta sangre.
FORMA DE CONTAGIO
Cuando un enfermo de tuberculosis pulmonar bacilífera, sin tratamiento, tose o estornuda,
expulsa los bacilos de la tuberculosis en las gotas de saliva. Estas se secan en el aire y
pueden ser aspiradas por las personas que rodean al enfermo. Los lugares mal ventilados y
con poca luz natural favorecen la transmisión. Esta persona recién infectada puede
desarrollar la enfermedad en ese momento, o bien permanecer sin síntomas por años, y
cuando las defensas bajan, por desnutrición, infecciones o cualquier otro tipo de
enfermedad o estrés; los bacilos comienzan a multiplicarse y dan origen a la enfermedad.
Cuanto más sea la cantidad de bacilos expulsados y mayor el tiempo de exposición, la
probabilidad de infección aumentara. Los contactos intradomiciliarios de enfermos
bacilíferos serán los de mayor riesgo.
a las dos semanas de recibir el tratamiento si el paciente evoluciona favorablemente deja de ser un riesgo
para los contactos.
Es sumamente importante la historia clínica del paciente para el diagnóstico de tuberculosis, sobre todo los
antecedentes personales y familiares de la enfermedad. Siempre hay que pensar en TBC pulmonar cuando hay
pacientes con enfermedad respiratoria infecciosa que persista por tiempo prolongado (más de 3 meses) con
pérdida de peso. También con la aparición de fiebre prolongada, habitualmente de grado moderado, a
predominio vespertino, que es una de las causas frecuentes de fiebre de origen desconocido, más aún en
países con alta prevalencia de la enfermedad, en VIH positivos, diabéticos, usuarios de esteroides, citostáticos
o agentes biológicos (antifactor de necrosis tumoral).
Dado que la localización pulmonar es la más prevalente, uno de los primeros estudios es la Rx de tórax, en el
cual se observa el complejo de Ghon (foco pulmonar asociado a una linfadenitis mediastínica), infiltrados o
cavernas en lóbulos superiores, particularmente en los segmentos apical y posterior, y presencia de
calcificaciones que indican un proceso inflamatorio crónico. Se recomiendan los siguientes estudios:
1. Bacteriología.
La baciloscopia y los cultivos resultan positivos en el 85% de los casos; la identificación del germen se hace
comúnmente con la coloración de Ziehl-Neelsen, y con la técnica fl uorescente (auramina-rodamina) su
positividad aumenta hasta el 96%, por cuya razón, muchos laboratorios prefieren hacer esta última. Esto es
importante saberlo, porque, aunque sea nuestra prueba de Dx estrella, pudiéramos tener falsos negativos, y
debemos considerarlo para aquellos casos que la clínica nos esta gritando que se trata de un caso de TB.
Las muestras deben ser procesadas en la mañana y repetidas 3 veces, aunque en pacientes hospitalizados
puede ser tomada cada 8 horas y la última debe recogerse para cultivo. Una buena muestra proviene del árbol
bronquial recogida de un esfuerzo de tos.
Debemos conocer, para efectos de operatividad que las muestras se deben procesar lo más rápido posible, y
de no ser posible se puede guardar en nevera por un lapso de 7 días para la baciloscopia y 3 días para cultivo.
Si no hay nevera se guarda en un lugar fresco protegido de la luz por un máximo de 48 horas. Cuando no se
puede evaluar la muestra dentro de estos lapsos se hace un extendido en lámina, y si la muestra va a ser
procesada solo para baciloscopia y hay que conservarla por unos días, se le puede agregar 5 gotas de fenol al
5%.
Solo para que recordemos el resultado del cultivo del BK se logra a las 4 o 6 semanas, y los medios más usados
son los de Lowenstein-Jensen y el de Middlebrook, que pueden ser positivos hasta en un 98%.
2. Hematología.
La fórmula blanca puede ser normal, aunque a veces se observa una reacción leucemoide en la neumonía
tuberculosa o en la sepsis tuberculosa. Puede encontrarse una anemia normocítica normocrómica. Es decir, el
resultado puede no decirnos mucho.
3. Inmunología.
Tuberculina o PPD (derivado proteico purificado). Es una prueba prototipo de hipersensibilidad retardada.
La prueba se lee de 48 a 72 horas, acá en Venezuela la leemos a las 72 horas.
Se puede encontrar una pápula con los siguientes valores: negativa (0 a 4 mm), dudosa (5 a 9 mm) (producto
de vacunación con BCG o hipersensibilidad relacionada con otras bacterias), y positiva (mayor de 10 mm), lo
cual indica la presencia de infección tuberculosa. Esta prueba puede ser negativa en la TBC diseminada,
meníngea y peritoneal y en los pacientes inmunosuprimidos o que reciben esteroides, en cuyos casos se
puede intentar un PPD reforzado second strength que tiene 250 UT.
4. Histología.
La biopsia es útil en los casos de TBC extrapulmonar; se observan granulomas caseosos con o sin bacilos ácido-
alcohol resistente.
.- Cualquier niño (menor de 7 años), que no tenga cicatriz de vacuna BCG previa, que esté sano y no sea
contacto de una persona con Tuberculosis, debe ser vacunado.
Todo niño recién nacido a término, sano ANTES DE SU EGRESO DE LA MATERNIDAD, de cualquier
establecimiento público o privado.
Precaución:
Previo a la vacunación pedir la opinión al Médico Especialista, en caso de: Recién nacido prematuro,
enfermedades congénitas, trauma obstétrico, deficiencias del sistema inmunitario, tratamiento con
inmunosupresores o corticoesteroides, enfermedad grave o febril, enfermedades de la piel extensas,
Recién Nacido de madre VIH positiva.
A) LOCALIZACIÓN DE CASOS
IDENTIFICACIÓN DEL SINTOMÁTICO RESPIRATORIO (SR)}
SINTOMATICO RESPIRATORIO
Es todo consultante de primera vez, de 15 años o más de edad, que consulta por
cualquier causa en un establecimiento de salud y al interrogatorio dirigido manifiesta
presentar : tos, expectoración y/o hemoptisis de 2 o más semanas de evolución.
A toda persona de 15 años o más, de edad, que consulta por cualquier causa, debe preguntársele si
tiene tos y expectoración o hemoptisis. Si presenta estos síntomas desde hace 2 semanas o más, será
considerado un sospechoso de TUBERCULOSIS y debe ser IDENTIFICADO como un SINTOMATICO
RESPIRATORIO debiendo registrarse como tal y hacerle 2 exámenes de esputo.
DE SER POSITIVO COMO SINTOMATICO RESPIRATORIO AL PACIENTE SE LE ENTREGARÁ UNA
MASCARILLA QUIRÚRGICA PARA SU USO.
DE TAL FORMA QUE SE IDENTIFICARÁ A LOS SINTOMÁTICOS RESPIRATORIOS, REALIZANDO EL
REGISTRO CORRESPONDIENTE EN EL FORMATO DEL SINTOMATICO RESPIRATORIO Y SERA REFERIDO
HACIA EL PERSONAL CAPACITADO (MEDICO, ENFERMERIA) PARA SU INSERCIÓN EN EL PROGRAMA,
COMENZANDO CON LA TOMA DE LA PRIMERA DE LAS DOS MUESTRAS DE ESPUTO.
• Almacenamiento DE LA MUESTRA
Enviar la muestra lo antes posible para su procesamiento, si no puede ser transportada al momento,
se guardará en nevera por un máximo de 4 días para baciloscopía y 2 días para cultivo. Si no hay
nevera se guardará en un lugar fresco y protegido de la luz por un máximo de 48 horas. Cuando no
se pueda enviar la muestra dentro de estos lapsos por estar los establecimientos ubicados en áreas
dispersas, que no cuenten con medios de transporte, deberán elaborar los extendidos el mismo día
de su recolección, el extendido de la lámina será elaborado por el personal auxiliar de salud,
previamente capacitados por el Bioanálista (Si la muestra va a ser procesada solo por baciloscopía y
se deba conservar por algunos días, se le puede agregar 1ml de fenol, lisol, cresol al 5% o hipoclorito
de sodio al 2% (cloro industrial).
PREGUNTAR AL PROYECTO LA POSIBILIDAD DE PROVEER UN TRANSPORTE PARA EL TRASLADO DE
LAS MUESTRAS AL CENTRO DE PROCESAMIENTO QUE NORMALMENTE ESTA SITUADO EN EL
MISMO DISTRITO SANITARIO Y/O LA POSIBILIDAD DE TRANSPORTARLO AL LABORATORIO CENTRAL
DE LA REGIÓN.
• Transporte de la muestra
Cada envase debe ir debidamente identificado con el nombre del paciente en sus paredes.
Las muestras serán llevadas al laboratorio por el personal de salud asignado, quien las recibe de las
consultas de los sintomáticos respiratorios o casos en tratamiento.
C.- TRATAMIENTO
Los efectos colaterales más notables de los medicamentos antituberculosos son los siguientes:
isoniazida (hepatitis, neuritis periférica e hipersensibilidad cutánea), rifampicina (hepatitis, intolerancia
gastrointestinal, hipersensibilidad cutánea y orina oscura), etambutol (neuritis retrobulbar con dosis altas);
pirazinamida (anorexia, náuseas, hiperuricemia y hepatitis) y estreptomicina (tinnitus, mareo e
hipersensibilidad cutánea). La estreptomicina se puede utilizar cuando hay resistencia a cualquiera de las
drogas de primera línea y en pacientes con infección por VIH que reciben inhibidores de proteasas. La
rifampicina tiene interacción medicamentosa, razón por la que se debe sustituir por rifabutina, pero si no la
hay se utiliza la estreptomicina, con la desventaja que debe aplicarse por vía intramuscular. En el embarazo,
las drogas de elección son isoniacida y etambutol; no se debe emplear la pirazinamida por su efecto
teratogénico, ni la estreptomicina por ototoxicidad fetal, a menos que haya multirresistencia. Cuando no se
logre aislar el germen, especialmente en TBC extrapulmonar, se recomienda el uso del etambutol (1.200 mg o
15-25 mg/Kg diarios) más isoniazida.
Si estamos de acuerdo que las situaciones que conllevan a un estado de desnutrición pueden potenciar la
aparición de la TB en los pacientes, por supuesto que parte del tratamiento va a consistir además de la
quimioterapia, incluye un excelente régimen higiénico-dietético, psicoterapia de apoyo, educación y
rehabilitación. El personal de salud debe usar máscaras descartables de alta eficiencia y el aislamiento debe
mantenerse hasta que 3 BK en esputo sean negativos, lo cual, usualmente ocurre a las 2 a 4 semanas de iniciar
el tratamiento. Por otra parte, se debe insistir en un seguimiento estricto acerca de la evolución y tratamiento
ambulatorio del paciente y los contactos. Los enfermos deben ser aislados en habitaciones privadas, y si es
posible con ambiente a presión negativa. La recidiva bacteriológica que ocurre luego de la curación con los
esquemas de corta duración (esquemas 1 y 2) o por el abandono del tratamiento, debe ser tratada con los
mismos esquemas utilizados para casos nuevos y se recomienda mantener hospitalización hasta la
negativización del esputo.
Para pacientes con SIDA con TBC se impone el régimen de isoniazida, rifampicina (10 mg/Kg máximo 600 mg
diarios) y pirazinamida por 6 a 9 meses, y si hay resistencia a este régimen, se agrega etambutol.
Recordemos que los pacientes VIH positivos deben ser tratados primero para la TBC antes de iniciar el
tratamiento antirretroviral, y que una vez iniciado hay que tener cuidado con las múltiples interacciones de la
rifampicina, motivo por el cual es preferible la rifabutina.
El retratamiento está indicado cuando fracasa un esquema previo y se confirma por la persistencia de BK al
tercer mes del tratamiento.
Algunas de las causas son resistencia a los medicamentos, irresponsabilidad en el cumplimiento y uso de bajas
dosis.
Se sospecha TBC multirresistente si el paciente tiene historia de tratamiento previo para TBC, si ha nacido o
vivido en un sitio de alta prevalencia de resistencia, si ha estado expuesto a un caso con TBC resistente y si la
enfermedad progresa a pesar de recibir tratamiento adecuado, por ello es importante el seguimiento del
estado de los pacientes. El esquema será modificado según los resultados obtenidos en las pruebas de
resistencia de los cultivos y bajo supervisión estricta.
Para los medicamentos de los tratamientos es bueno conocer que el tratamiento de la TBC extrapulmonar,
cualquiera que sea, en esencia es el mismo que para la TBC pulmonar. La TBC genitourinaria responde muy
bien porque la carga bacteriana es menor que la pulmonar y, además, las drogas antituberculosas alcanzan
muy buenas concentraciones en las vías urinarias, lo cual facilita que un tratamiento corto (6 meses) sea
efectivo, siempre y cuando no haya resistencia. Para la meningitis TBC es necesario destacar que la isoniacida
alcanza en el LCR concentraciones cerca del 90% del nivel sérico, con o sin infl amación. Estreptomicina,
rifampicina, pirazinamida, etambutol y etionamida atraviesan la barrera hematoencefálica en presencia de infl
amación de las meninges.
En niños se debe usar ordinariamente la dexametasona, así como en adultos cuando existen trastorno del
estado de conciencia, signos de focalización neurológica,
H= Isoniacina
Z= Piracinamida
LAS TABLETAS PUEDEN SER DISUELTAS EN AGUA (MAXIMO 5 CC). EN NIÑOS GRANDES LAS
TABLETAS SE PUEDEN TOMAR DIRECTAMENTE CON AGUA, NO HAY PROBLEMAS SI EL NIÑO LAS
MASTICA, PERO DEBE OBSERVARSE QUE TOME LA DOSIS COMPLETA
EL PESO DEL PACIENTE DEBE SER CONTROLADO SEMANALMENTE CON EL OBJETO DE AJUSTAR
LAS DOSIS DE LOS MEDICAMENTOS
1) En las formas graves de tuberculosis y formas pulmonares con baciloscopía o cultivo positivo,
se agregará un cuarto medicamento antituberculoso durante los dos primeros meses de tratamiento:
Estreptomicina = 15 mg/kg-peso/día (rango: 12-18)
Ethambutol = 15 mg/kg-peso/día (rango: 15-20)
Dosis bactericidas de Ethambutol de 25 mg/kg-peso/día se asocian con una mayor incidencia de
efectos tóxicos y no deberían darse por más de 2 meses. En niños muy pequeños en los que no es
factible detectar cambios en la visión de los colores como efectos tóxicos del Ethambutol, no es
recomendable su uso.
* Se inicia la segunda fase cuando el enfermo cumplió las 50 tomas programadas de la primera fase.
** Si el paciente está hospitalizado al inicio del tratamiento deberá recibirlo los siete días de la
semana, al egresar del hospital, el tratamiento ambulatorio será en la frecuencia y dosis, según la
fase en que se encuentre.
2) En meningitis tuberculosa y formas miliares con insuficiencia respiratoria se podrá agregar,
según criterio médico, la prednisona: 1 mg/kg-peso/día por 4 a 6 semanas o hasta normalización de
la proteinorraquia, y posteriormente con disminución progresiva de la dosis de Prednisona.
En la “Tarjeta de Tratamiento”, se anotarán los nombres de los contactos, parentesco, edad y los resultados
de los exámenes realizados a cada uno de ellos, dándole prioridad a los contactos intradomiciliarios de
pacientes bacilíferos.
Todo niño (menor de 15 años) que sea contacto de un caso de tuberculosis y se encuentre muy enfermo, debe
ser evaluado por el médico lo antes posible.
Tuberculina PPD
•Técnica de Mantoux – DEBE SER REALIZADA POR PERSONAL CAPACITADO
•SITIO DE APLICACIÓN: Antebrazo izquierdo
•Se lee el diámetro transverso de la induración a las 72 horas
Con cicatriz de vacuna BCG se le hará un interrogatorio para saber si tiene síntomas que hagan sospechar
tuberculosis:
b) Si tiene síntomas deber ser descartada la enfermedad tuberculosa mediante examen clínico,
bacteriológico y radiológico. Si la evaluación demuestra la existencia de enfermedad tuberculosa comenzar
tratamiento, caso contrario mantener en observación.
a) los grupos de mayor riesgo a desarrollar tuberculosis activa (infecciones recientes, edad menor de 5 años,
infección por VIH, etc.) y
b) los factores que aumentan el riesgo de toxicidad por el fármaco a administrar (edad mayor de 35 años,
alcohol, otras enfermedades, etc.
RECUERDE
SE DEBE TENER LA SEGURIDAD QUE: epidemiológica, clínica y
bacteriológicamente no existe enfermedad tuberculosa activa con el fin de evitar la
aparición de resistencia al administrar TITBL (Quimioprofilaxis) con Isoniacida
F.- COINFECCION TUBERCULOSIS - VIH
1) Diagnostico.
A todo paciente con tuberculosis debe practicársele la prueba del VIH y todo paciente con VIH
positivo debe ser estudiado exhaustivamente para descartar enfermedad o infección tuberculosa:
2) Tratamiento
Cuando los pacientes no estén recibiendo tratamiento antirretroviral, los esquemas serán los mismos
para pacientes con o sin VIH positivo.
En pacientes que reciben inhibidores de la proteasa y de la transcriptasa reversa del VIH, se debe
tener precaución con el uso de Rifampicina por sus importantes interacciones. El Médico Especialista
decidirá el esquema más conveniente en estos casos.
A todo paciente con Tuberculosis y VIH positivo se le debe realizar cultivo y pruebas de sensibilidad.
Al concluir el esquema de tratamiento el paciente permanecerá bajo control trimestral por el
servicio, de forma indefinida.
ES UN TRATAMIENTO TOTALMENTE SUPERVISADO Y A LOS NIÑOS DEBE IR AJUSTANDOSELE LA
DOSIS, POR PESO.
3) Quimioprofilaxis (TITBL) en pacientes con VIH positivo
Para todos los casos se trata con Isoniacida durante 9 meses, a dosis de 10 mg/kg-peso/día (Máximo:
300 mg diarios.
XII.- TUBERCULOSIS EN SITUACIONES ESPECIALES
.- Diabetes
.-Tabaquismo
.- Uso de esteroides en pacientes con Tuberculosis
.- Embarazo
.- Lactancia
.- Anticonceptivos Orales
.- Enfermedades Hepáticas
.- Insuficiencia Renal
XIII.- TUBERCULOSIS EN EL NIÑO
Desde el punto de vista de salud pública podría ser considerada no prioritaria debido a su baja
contagiosidad, pero la misma puede ser un indicador de la situación de la TB en la comunidad, ya que
la fuente de contagio de los niños es generalmente un adulto o adolescente con TB bacilífera. El
diagnóstico de TB en el Niño debe ser realizado por especialista en Pediatría y/o Neumonología.
Salvo en zonas rurales dispersas o en población indígena donde no tengan acceso a especialistas, en
estos casos el Programa Nacional ha establecido una serie de criterios a aplicar en estas condiciones.
RECUERDE:
Que la TB en el Niño es una consecuencia de la TB Bacilífera en el Adulto, al Niño infectado
o enfermo por TB debe realizarse un estudio CUIDADOSO de sus contactos para identificar
el caso índice.
Diagnostico
La TB en el niño se presenta como una patología difícil de diagnosticar, ya que la
infección suele ser asintomática y permanece latente, la sintomatología clínica y los
signos radiológicos no son específicos, por lo tanto, el diagnóstico de la TB en el niño
debe basarse en la evaluación conjunta de los siguientes criterios:
1. Epidemiológicos
2. Clínicos
3. Radiológicos
4. Reacción a la Tuberculina
5. Anatomopatológico (cuando fuere posible hacer biopsias)
6. Microbiológicos (recordar que generalmente son paucibacilares).
Los siguientes elementos indican probabilidad que Ud. este ante un caso de tuberculosis
infantil:
• Historia familiar de tuberculosis conocida o probable
• Enfermedad que dura varias semanas – Síntomas respiratorios de más de
tres semanas que no responden a antibióticos de amplio espectro
• Niño enfermo crónicamente y no en forma aguda.
• Pocos signos físicos.
• Test de tuberculina positivo (en los casos graves puede ser
negativo). Se debe pensar en tuberculosis en niños que presenten:
• Dificultad para aumentar de peso por más de 4 semanas
• Pérdida de ánimo y de peso por más de tres meses
• Además de los dos hallazgos anteriores tos y sibilancias escasas
• Fiebre
• Adenopatías con abscesos
• Ganglios aumentados de tamaño
• Diarrea crónica
• Cefalea e irritabilidad
• Eritema modoso
o En los niños es difícil comprobar el diagnóstico mediante la detección del
Bacilo de Koch.
Los niños no expectoran, si los mayores lo hacen se debe procesar las muestras de esputo
para directo y cultivo, también el médico especialista puede realizar lavado gástrico, el
cual se debe procesar para cultivo antes de las cuatro horas de recogida la muestra.
Tratamiento:
o Será el establecido en estas Normas en el Régimen N° 2, y debe ser al
igual que en los adultos supervisado y en forma ambulatoria, en un
establecimiento lo más cercano posible a su domicilio.
o Deben ajustarse las dosis de los medicamentos por Kilogramo de peso,
para disminuir las posibles reacciones adversas a medicamentos. Se debe
pesar al niño cada semana para realizar el ajuste de dosis
correspondiente.
1) Dentro del grupo de damnificados puede haber pacientes que estaban en tratamiento
previo al desastre, estos casos es indispensable que sean censados, atendidos y notificados
a las autoridades sanitarias para garantizar la continuidad del tratamiento y evitar así
recaídas, manteniendo un estricto seguimiento de su evolución y con la suficiente provisión
de medicamentos.
2) Toda persona que presente sintomatología respiratoria (tos y/o expectoración) por más de
2 semanas, debe recibir atención médica para su evaluación diagnóstica, la cual debe incluir
baciloscopia y de ser esta positiva, procurarle el tratamiento precoz e identificar a los
posibles contactos.
5) Pacientes con tuberculosis que reciben tratamiento adecuado no deben ser aislados en
los albergues o refugios o separados de sus familiares, sin embargo deben tomarse las
medidas necesarias para controlar su buena evolución, así como la de sus contactos
asintomáticos.
6) Todo paciente con tuberculosis que estando bajo tratamiento presente nuevamente,
fiebre, tos, expectoración o empeoramiento de sus condiciones generales, debe ser
reevaluado médicamente para descartar una reactivación de la enfermedad y tomar las
medidas necesarias tanto para la persona, como para los posibles contactos y asegurar el
debido estudio de las causas (posibilidad inclusive de resistencia al tratamiento).
ANEXOS