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1) GENERALIDADES
Es una relación jurídica en virtud de la cual una persona denominada deudor, tiene el deber de
cumplir a favor de otra persona denominada acreedor, una prestación destinada a satisfacer un
interés lícito.
La definición comienza por señalar que la obligación es una relación jurídica, esto es, una relación
humana regulada por el derecho.
En la definición se alude a los dos sujetos que componen la relación, el acreedor y el deudor,
sujetos con aptitud para ser titulares de derechos y deberes jurídicos, para adquirir derechos y
contraer obligaciones, sujetos que originalmente o en forma sobreviniente pueden ser.
En ciertos casos pueden revestir la doble condición de acreedor y deudor de existir obligaciones
recíprocas.
También es posible que haya más partes, como en el caso de los contratos plurilaterales.
Se presenta en la definición las dos instancias posibles una vez que esa obligación nace:
o La existencia de un “deber” a cargo del deudor que tiene que cumplir una prestación
destinada a satisfacer un interés lícito del acreedor;
o Y si esa instancia futura no se verifica, si el deudor no paga, ante el incumplimiento, se
“faculta” al acreedor a intentar obtener forzadamente la satisfacción de dicho interés o una
indemnización equivalente.
Caracteres de la obligación:
BIPOLARIDAD: En toda obligación siempre existen 2 polos contrapuestos: activo (acreedor) y pasivo
(deudor).
TEMPORALIDAD: La obligación nace para extinguirse, para cumplirse. Ejemplo: se extingue con el
pago.
ALTERIDAD: Puesto que supone la existencia de intereses contrapuestos. Un sujeto reclama y otro
cumple. Por obligación o relación obligatoria tiene que entenderse, en efecto, una relación entre
dos sujetos, en el que el deudor queda obligado, es decir, sometido a un deber frente a otro
acreedor, a cumplir una prestación.
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COERCIBILIDAD: Supone la posibilidad de una ejecución forzada. Es decir cuando el deudor se
somete al poder coactivo del acreedor para lograr el cumplimiento de la obligación. Siempre dentro
de los limites jurídicos, puesto que no está permitido la fuerza física.
2) ELEMENTOS
Los elementos de la obligación son sus componentes esenciales, de tal modo que ésta no puede
concebirse sin su presencia. Aunque algunos de tales elementos forman parte de los derechos
subjetivos en general, entendemos que integran esencialmente la obligación:
SUJETOS: Son sujetos de la obligación aquellas personas —humanas o jurídicas— que aparecen
vinculadas por este tipo de relación jurídica. Toda obligación supone una relación entre:
o Un sujeto activo, también llamado acreedor o "titular", que es la persona habilitada para
exigir del deudor el comportamiento debido;
o Y un sujeto pasivo, o deudor, quien debe satisfacer la prestación debida.
Los sujetos pueden ser determinados cuando comienza la obligación o determinables durante la
obligación, también puede haber un acreedor o deudor o más de uno (el ultimo es llamado
obligaciones mancomunadas)
o Puede suceder que los sujetos ocupen el rol de acreedor y deudor, respectivamente (ej., en
la obligación de reparar un daño, en el contrato de depósito, etc.)
o O bien que presenten las calidades de acreedor y deudor recíprocamente, en una misma
obligación (ej., en el contrato de compraventa, donde uno de los sujetos debe la cosa y es
acreedor del dinero, mientras el otro debe el dinero y tiene derecho a recibir la cosa).
CAPACIDAD:
La primera se vincula con principios superiores como el orden público, la moral y la buena fe.
Las incapacidades de derecho no se establecen en beneficio del incapaz sino en su contra y para
evitar la afectación de aquellos principios que podría tener lugar en el supuesto de reconocerse
determinados derechos.
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La prestación se constituye como el objeto de la obligación; Es el comportamiento debido por el
deudor (prestación) y el interés perseguido por el acreedor.
Licita: La prestación prometida no puede constituir en sí un hecho ilícito, no puede tratarse de una
conducta que esté sancionada por el orden jurídico, o que no esté amparada por el derecho. el
objeto de los actos jurídicos establece que no debe ser un hecho imposible o prohibido por la ley,
contrario a la moral, a las buenas costumbres, al orden público o lesivo de los derechos ajenos o de
la dignidad humana.
Determinada o determinable:
o Establece el art (1005 ccc) que cuando el objeto se refiere a bienes, estos deben ser
determinados en su especie o género según sea el caso, aunque no lo estén en su cantidad
si esta puede ser determinada. (obliga al deudor a una actividad)
o En cambio, es determinable cuando se establecen los criterios suficientes para su
individualización. (puede ser efectuada por un tercero o en el caso de un bien futuro o una
obligación alternativa)
Pero corresponde distinguir entre el objeto en sí y el interés del acreedor en obtenerlo: este último
puede no ser económico, sino afectivo, moral, etc., siendo suficiente que sea serio, lícito y digno de
la protección jurídica.
CAUSA: Es donde nace la obligación, no hay obligaciones sin causa. Hay dos tipos de causa; la causa
fin, que habla de aquella que se da cuando el acto finaliza. Y la causa fuente, que se da cuando se
inicia la prestación.
o Un contrato (donde hay 2 o más partes que por consentimiento modifica, extinguen
adquieren, etc. derechos patrimoniales)
o De la responsabilidad civil o responsabilidad clásica (es lo que previene el daño y nace
cuando se cumple el contrato) es el deber jurídico de no dañar a otro lo que hace que se
generen obligaciones para todos. Dentro de las obligaciones encontramos a la obligación
objetiva que es aquella que nos genera obligaciones por ser dueño de una cosa.
o La gestión de negocios (art 1781 a 1790 ccc)
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o El empleo útil (art 1791 a 1793 ccc)
o Enriquecimiento sin causa ( art 1794 a 1799 ccc)
o Declaración unilateral de la voluntad (art 1800 a 1814 ccc)
o Títulos de valores
o Las leyes de todo el ordenamiento.
VINCULO JURIDICO: Establece las relaciones entre acreedor y deudor. Le permite al A. a exigir y
empuja al deudor a cumplir. El vínculo jurídico es lo único que hace que el deudor mantenga una
relación con el acreedor y que el deudor cumpla, de lo contrario el acreedor podrá exigir su
cumplimiento de forma coactiva o por medio del pago de una indemnización. (Hay ciertas acciones
con deber moral en donde el acreedor no puede exigir el cumplimiento de la prestación al deudor
coactivamente).
OBLIGACIONES PROPTER REM: Son obligaciones, por lo tanto, son un derecho personal.
Se tienen en virtud de ser dueño de una cosa. Por ejemplo, la obligación de los condominios de
reparar la casa por ser dueños de la misma. Son ambulatorias porque se pueden trasladar, si uno no
quiere cumplir la obligación puede desobligarse abandonando la cosa y dejándola sobre el nuevo
propietario.
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3) AUTONOMIA E INTERDEPENDENCIA
Obligaciones principales: La obligación es principal cuando existe por sí misma, con plena
independencia de cualquier otra vinculación obligatoria. Son autónomas e independientes en
cuanto a su existencia, su eficacia, su desarrollo funcional, su régimen jurídico.
No están sujetas a modalidades, es decir no están sujetas ni a plazo, ni a condición, ni a cargo. Son
aquellas que no tienen un lapzo se cumplen instantáneamente cuando surge la obligación también
se finaliza.
MODALIDADES:
PLAZO: Es un acontecimiento futuro y cierto del cual depende el cumplimiento de una obligación el
cual se encuentra sujeta a su extinción. Existen distintos tipos de plazo:
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oSuspensiva; La condición en que se hace depender de ella el comienzo o el nacimiento de la
obligación y sus efectos. Es decir, la obligación solo nace si se cumple la condición.
oResolutoria: La condición en que se hace depender de ella la extinción de la obligación y el
cese de sus efectos. Por ej: “desde el día de tu recibida no vivirás más con nosotros”.
CARGO: Es una obligación accesoria que se impone a una liberalidad, es decir, cuando alguien da
algo sin nada a cambio. El ejemplo clásico es el caso de una donación, No se puede exigir el
cumplimiento del cargo pero si se puede revocar la donación. Por ej.: “Te dejo mi auto con el
deber de que el día que me muera me hagas una misa al mes”
5) OBLIGACIONES NATURALES
Y, cuando se cumplen voluntariamente, el que la cumple no puede pedir que se deje sin efecto tal
cumplimiento. Tal efecto se denomina irrepetibilidad de lo pagado voluntariamente.
También pueden definirse las obligaciones naturales como aquellas deudas que se pueden cumplir
voluntariamente, pero cuyo pago no se puede exigir en juicio. Actualmente son denominadas
obligaciones de deber moral.
UNIDAD 2:
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EFECTOS
Son las distintas consecuencias jurídicas que la relación vincular entre acreedor y deudor supone. El
efecto esencial de la obligación es que se cumpla con la prestación in natura que se debe. Se
extienden a sucesores universales. Se heredan derechos pasivos y activos.
Se establecen las opciones que tiene frente al supuesto de que el deudor no pague. La obligación da
derecho al acreedor a:
a) emplear los medios legales para que el deudor le procure aquello a que se ha obligado;
Por lo tanto, las opciones que tiene el acreedor frente al supuesto de que el deudor no pague son:
Posibilidad de compeler al deudor a cumplir: con todos los recursos que posee. Pueden ser:
o Convencionales: (Es decir que forman parte del contrato) como la cláusula penal. O una
excepción de incumplimiento, que se establece en un contrato bilateral y una parte puede
no cumplir en caso de que la otra no cumpla con su deber.
o Legales: Denominadas condenaciones conminatorias, también denominadas astreintes.
Posibilidad de hacer cumplir a un tercero: La posibilidad con la que cuenta el acreedor se halla
condicionada a ciertos recaudos.
Posibilidad del pago de una indemnización: donde se deberá tener en cuenta el valor de la
prestación más los daños y perjuicios ocasionados por motivo del incumplimiento, los intereses,
etc.
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principio general de que el cumplimiento exacto produce la liberación del deudor del vínculo con
el acreedor que lo obliga a dar, hacer o no hacer. El interés del acreedor resulta satisfecho con ese
cumplimiento exacto.
Entre los efectos normales de toda obligación, se halla su ejecución forzada, dado que el deudor
debe procurar aquello a que se ha obligado. (Art. 730 CCC)
Ante el incumplimiento imputable de la prestación por parte del deudor, el acreedor tiene derecho
a exigir su cumplimiento específico, a hacerlo cumplir por otro a costa del obligado o bien a
reclamar los daños y perjuicios. El acreedor tiene recursos convencionales y legales para obtener el
cumplimiento forzado de la obligación.
o LA CLÁUSULA PENAL: Es aquella por la cual una persona, para asegurar el cumplimiento de
una obligación, se sujeta a una pena o multa en caso de retardar o de no ejecutar la
obligación. La cláusula penal no solo tiene una finalidad resarcitoria, sino también una
función compulsiva como medio de constreñir al exacto cumplimiento de las obligaciones.
(cumplir con la acción inicial)
o EXPRESA: Surge solo de la autonomía de la voluntad de las partes, por lo que generalmente
está incluida en los contratos de manera explícita, puesto que su interpretación es
restrictiva.
o ACCESORIA: Siempre se presenta en relación a una obligación principal impuesta.
o SUBSIDIARIA: El objeto de la obligación lo constituye la prestación debida; la cláusula penal
solo se aplica para el caso de incumplimiento de esta última, es decir reemplaza la
prestación incumplida. El deudor no puede eximirse del cumplimiento de la obligación
principal pagando la cláusula penal. Como tampoco el acreedor puede pretender que se le
pague la cláusula penal.
o CONDICIONAL: Dado que es de aplicación solo en caso de producirse el acontecimiento
futuro e incierto de incumplimiento de la obligación principal por parte del deudor el
incumplimiento es el hecho condicionante de la cláusula penal, y no viceversa. (Es decir, la
obligación principal no es condicional, solo lo es la cláusula penal, que subordina el
nacimiento del derecho a la producción de un acontecimiento futuro e incierto.)
o INMUTABLE: La jurisprudencia de nuestros tribunales, casi en forma conteste, consideraba
que la cláusula penal acordada no podía ser modificada por excesivo que fuera su monto,
esto en coherencia con el irrestricto respeto al principio de la autonomía de la voluntad.
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Si bien esta sigue siendo la regla existen algunas excepciones a las cuales nos referiremos en el
comentario de los artículos posteriores.
LA EXCEPCIÓN AL CUMPLIMIENTO: Existe un principio en los contratos bilaterales, según el cual
una de las partes puede abstenerse legítimamente de cumplir con las obligaciones a su cargo, si la
otra no cumple u ofrece cumplir.
Por un lado implican, una función conminatoria, pues la finalidad de esta consiste en constreñir al
deudor al cumplimiento, es decir su objetivo tiene un carácter preventivo.
Pero en una segunda etapa tiene un objetivo estrictamente sancionatorio, el cual deriva del
incumplimiento objetivo de la conducta a seguir impuesta por el juez.
Las condenas se deben graduar en proporción al caudal económico de quien debe satisfacerlas. Y
pueden ser dejadas sin efecto o reajustadas si aquél desiste de su resistencia y justifica total o
parcialmente su proceder.
En la ejecución colectiva, los procesos que podemos iniciar son los de quiebra o concurso. Sí afectan
a todo el patrimonio.
Medidas cautelares, estas son providencias dictadas por el juez que tienen como finalidad asegurar
el buen fin del proceso.
Características:
•Provisorias.
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1) Embargo: afectación de un bien del deudor a las resultas del proceso, para que garantice al
acreedor qué de eso se puede cobrar al final del proceso. Pueden ser bienes muebles,
inmuebles, dinero.
Embargo bienes muebles: se le solicita al juez que ordene un embargo de bienes muebles
hasta cubrir la suma total de pesos. Respetando los bienes inembargables.
Embargo bienes inmuebles: se debe liberar un oficio al registro donde se halla registrado
dicho bien.
Embargo de dinero: se libra oficio al banco.
2) Secuestro: desapoderamiento del bien, durante el embargo a los fines de que no se lo utilice.
3) Inhibición general de bienes: en el registro para que no entren y salgan ningún bien en su
patrimonio.
5) Anotación de litis: se ordena y libra oficio al registro para que los terceros sepan que se
encuentra en debate y la titularidad del inmueble.
6) Prohibición de innovar: celebra un oficio a los fines de que no se realiza en modificación del
inmueble.
Se entenderá pagada una cosa cuando se hubiese entregado la cosa o hecho la prestación en que la
obligación consiste
(pago=cumplimiento). Es necesario que se cumpla la prestación de buena fe, en forma, en termino y
por el modo planteado por las partes.
Por eso, el cumplimiento es la causa más normal de extinción de las obligaciones, porque sólo ella
se adecúa perfectamente a la dinámica de la obligación, que nace para ser cumplida. Es
SATISFECHA.
2) INCUMPLIMIENTO (arts 730, del 886 al 888 que habla de moras, 955 y 956 imposibilidad de
cumplimiento)
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INCUMPLIMIENTO DEFINITIVO
Es irreversible, o sea ya no se puede cumplir. Aquí se tiene que ver como actuó el deudor (dolo
culpa)
Tiene lugar cuando no cabe el cumplimiento tardío; lo que ocurre en tres supuestos:
EL CUMPLIMIENTO DEFECTUOSO
El obligado, aunque cumple la prestación, cumple mal o con defectos; es decir, no se ajusta a los
requisitos razonablemente exigidos por la obligación para que el cumplimiento sea satisfactorio y,
en consecuencia, liberatorio. No se cumple con lo pactado.
Debe cumplirse de forma integra, en la localización acordada y debe ser puntual (en plazo
acordado)
o Aceptar la prestación o rechazarla (intimándolo para que cumpla con lo que debe)
o Puede ser que a primera vista acepte la prestación porque creemos que está cumplida, pero
luego de un lapso breve encontramos vicios ocultos que hace que la cosa pierda su valor.
Por ello puede iniciar
o Puede acudir a un tercero para que complete la cosa a cargo del deudor.
o En caso de contrato de compra venta, cuando la cosa es defectuosa podemos negarnos a
pagar la cosa.
o Puede recibir lo defectuoso y demandar por daños y perjuicios
o O puede usar los mecanismos de defensa del consumidor
EL CUMPLIMIENTO TARDÍO
Acá hay que tener en cuenta si ese lapso era o no esencial. Si se necesitaban en lapso esencial
tendrá que pagar una indemnización por paso del tiempo. Tambien va a tener que soportar los
efectos que pueda producir la cosa por el paso del tiempo
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Es necesisatrio que haya demora en el cumpliento.
Desde el punto de vista de sus efectos, la mora es una conducta antijurídica porque comporta: La
violación del específico deber impuesto en el contrato en orden al tiempo de su ejecución o del
deber genérico de no dañar a otro.
Elementos:
SUBJETIVOS
El CCC establece como regla la mora automática, la que será aplicable a todo aquel supuesto que no
se halle entre las excepciones de las que trata el artículo 887 C.C.C. Por lo tanto , el deudor incurre
en mora por el solo transcurso del tiempo fijado para el cumplimiento.
El plazo al que se somete el deudor deber cierto o expreso, surge claramente de una disposición
contractual o de la ley, las partes no se pueden equivocar (es inequívoco), de manera tal que ambas
partes sepan que tal día se constituye como fecha de cumplimiento.
O bien un plazo incierto como el momento de la muerte de una persona. Está sujeto a que suceda
un hecho que no sabemos cuándo sucederá pero va a suceder en algún momento
Cuando hay plazo tácito: No está expresamente determinado pero se le dio un plazo para cumplir
con la prestación. El acreedor debe interpelar al deudor para que este cumpla. Ejemplo cuando un
transportista debe transportar un producto antes de que este se pudra, o sea es un plazo por la
naturaleza de la prestación. Habrá que ajustarse a los usos del lugar y a la buena fe para
determinar la fecha en que debe cumplirse.
Cuando hay plazo indeterminado propiamente dicho: no hay plazo porque no surge de ningún lado,
ose ano se puede establecer que plazo le dio el deudor al acreedor para que cumpla. Aquí
cualquiera de las dos partes debe acudir al juez para que este establezca el plazo (por un juicio
breve).
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Cuando a pesar de que la obligación tenga un plazo cierto o determinado las parte hayan previsto
que se deba interpelar para el cumplimiento.
o El acreedor puede hacer cumplir la prestación por un tercero. O puede valerse del
patrimonio el deudor.
o El deudor va a tener que asumir los daños de la cosa (no importa la situación fortuita)
o Puede interponer si.
o El deudor debe pagar los daños y perjuicios, es decir que tiene el deber de indemnizar.
o Cuando hay obligaciones simultaneas (ambos tiene que cumplir con laguna parte) el
acreedor puede abstenerse de cumplir.
o El deudor responde por los riesgos de traslado de la cosa (en las obligaciones de dar)
o Se activa la cláusula penal por el incumplimiento: la mora autoriza al acreedor a habilitar el
pago de la cláusula penal de clase moratoria. (cumplir con la prestación y con la cláusula
penal)
o Incurrir en mora implica incurrir en cesación de pagos.
o El deudor se exime de responsabilidad del pago de la deuda si se acredita el suceso de un
caso fortuito, es decir: Un acontecimiento que no pudo ser previsto por las partes, O en
caso de haber sido previsto ha sido inevitable, lo que imposibilita el cumplimiento del
deudor, y por lo tanto lo exime de responsabilidad.
Cesación de la mora:
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o Cumplimiento de todos los requisitos del pago (integridad, identidad, localización y
puntualidad)
o Necesidad de interpelar al acreedor a que reciba el pago bajo apercibimiento de efectuar la
consignación de la obligación.
Cesación de la mora del acreedor: Se produce la extinción de la mora del acreedor cuando el
deudor recibe el cumplimiento de la prestación. Tal situación no enerva la reparación de los daños y
perjuicios que el retardo de aquel pueda haber causado al deudor.
También se produce la extinción de la mora por la renuncia expresa o tácita del deudor a los
efectos de la mora del acreedor (si las partes acuerdan un plazo para recibir una determinada
prestación que fue antes rechazada por el acreedor, se presume que media renuncia a los efectos
de la mora, salvo reserva en contrario).
Por último, finaliza la mora del acreedor por la extinción de la obligación por cualquier causa, sin
perjuicio de los efectos ya producidos por la mora hasta ese momento.
Puede ser:
o JUDICIAL:
Cuando la intimación la hace un oficial de justicia a través de un mandamiento del juez;
Requisitos de la interpelación:
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o APROPIADA: Solo se puede intimar a cumplir lo adeudado, tiene que estar en relación con la
obligación
o COERCITIVA: Bajo apercibimiento de sanción jurídica.
o DE CUMPLIMIENTO FACTIBLE: Que permita al deudor realizar el cumplimiento. No debe ser
intempestivo.
o CIRCUNSTANCIADO: Debe indicar las circunstancias de lugar, tiempo, monto, forma, etc. de
cumplimiento.
En situaciones de obligaciones reciprocas solo uno puede estar en mora, el otro está imposibilitado
para realizarlo.
La constitucionalización del derecho privado nacional provoca que se haya incorporado al Código el
principio de no dañar a otro como un norte a seguirse.
En ambos casos se tiende a la seguridad jurídica, para evitar la confusión existente por distintos
plazos, y al reducirse el extenso de diez años a tres años se logra también que no pierda efectividad
la prueba (declaraciones testimoniales o periciales efectuadas muchísimos años después de los
ilícitos que provocaron el juicio de daños que podría iniciarse dentro de los 10 años de ocurrido el
evento).
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Agravamiento de la situación del deudor cuando hay dolo.
Responsabilidad por los hechos propios.
FUNCIÓN PREVENTIVA: Así, el nuevo Código dispone que toda persona tiene el deber de prevenir
un daño, aunque limitándolo a que de dicha persona dependa. Es decir, que la posibilidad de
prevenir se encuentre en su esfera de control, para evitar que el deber sea tan amplio que alcance a
todos.
Conforme al art. 1711, esta función preventiva procede siempre que exista la posibilidad de que se
ocasione un daño por medio de una acción u omisión antijurídica, no siendo necesaria la presencia
de ningún factor de atribución que califique esa conducta activa u omisiva.
Es así que se incorpora el deber de prevenir todo daño en cuanto de la persona dependa, y de
adoptar medidas de buena fe para la evitación del perjuicio. La prevención podrá ser dictada por
el juez de oficio o también a pedido de parte, en forma preventiva o provisoria. En cuanto a la
legitimación para iniciar acciones preventivas basta con acreditar un “interés razonable” en la
prevención.
FUNCIÓN REPARADORA: Consiste en el deber de reparar un daño causado por un hecho ilícito o
por el incumplimiento de una obligación. En principio todo daño es antijurídico salvo que se
encuentre justificado.
El nuevo Código regula expresamente varias causales de justificación (legítima defensa, estado de
necesidad, ejercicio regular de un derecho, asunción de riesgo, consentimiento del damnificado).
Define al daño como toda lesión a un derecho o un interés, en la medida que no sea reprobado por
el ordenamiento jurídico. El objeto del daño puede ser tanto la persona, como el patrimonio o un
derecho de incidencia colectiva, por ejemplo, el daño que sufren los consumidores o el que se causa
al medio ambiente, el que cobra especial protección en el Código.
En consecuencia, cualquier acción u omisión no justificada que causa un daño será antijurídica, con
lo que para que se configure este presupuesto basta con que se viole el deber general de no dañar
a otro. Es decir que, a diferencia de lo que ocurre en el derecho penal, el ilícito civil es atípico,
porque no es necesario que la ley describa en cada caso con detalle la conducta prohibida. Sin
embargo existen causas de justificación que en tanto importan un permiso para dañar en un caso
concreto. Estos están establecidos expresamente en los arts. 1718 a 1720 C.C.C:
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EJERCICIO REGULAR DE UN DERECHO (art. 1718)
De acuerdo a lo establecido por el art. 10 CCC, el derecho debe ser ejercido de conformidad con los
fines del ordenamiento jurídico y los límites impuestos por la buena fe, la moral y las buenas
costumbres. Cuando esos límites se transgreden se configura el abuso, y el acto se torna ilícito.
El inc. b del art. 1718 CCC se refiere a los daños causados en legítima defensa, ya sea propia o de
terceros. La aplicación de esta causa de justificación requiere:
ESTADO DE NECESIDAD
Este supuesto se distingue de la legítima defensa por cuanto aquí el perjudicado es una persona
ajena al hecho. El agente debe encontrarse frente a una situación de peligro que él no ha
contribuido a causar, y que genera la amenaza, para él o para un tercero, de sufrir un mal (un daño)
actual o inminente.
La única posibilidad de evitar ese daño debe ser la producción de otro de menor entidad (no
cuando los daños son iguales o mayores); en tal caso, si el agente opta por causar este último
perjuicio habrá obrado en legítima defensa, y su acción no será antijurídica.
De reunirse esos requisitos, el damnificado tiene derecho a ser indemnizado en la medida en que el
juez lo considere equitativo.
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o En primer lugar, y en lo que se refiere a la asunción de riesgos, excluye en forma definitiva a
esta figura como una causa de justificación del daño ocasionado.
o En segundo término, regula los daños sufridos por los actos de abnegación o altruismo.
El artículo establece con toda claridad que la exposición voluntaria por parte de la víctima a una
situación de peligro no justifica el hecho dañoso, ni exime de responsabilidad.
El segundo párrafo se refiere a los denominados “actos de abnegación o altruismo”, es decir, los
supuestos en los cuales la víctima del daño se expone voluntariamente a una situación de peligro
para salvar la persona o los bienes de otro (por ejemplo, quien ingresa en un inmueble incendiado
para rescatar a sus ocupantes, y sufre quemaduras). En esa situación podrá dirigirse contra quien
creó la situación de peligro o contra el beneficiado por el acto de abnegación.
Cuando la víctima consiente el daño sufrido, ello constituye una causal de justificación, y elimina
toda nota de antijuridicidad, lo que conduce al rechazo de la pretensión indemnizatoria promovida
por el damnificado. Esto es una consecuencia directa del principio de autodeterminación o
autonomía personal, que permite a cada persona adoptar en soledad las decisiones que hacen a su
vida, con excepción de aquellas acciones que perjudican a terceros (art. 19 CN).
En ejercicio de ese derecho, la víctima puede aceptar voluntariamente ser dañada, y esa aceptación
excluye la antijuridicidad del hecho o la omisión dañosa.
Para que exista esta causa de justificación, es preciso que el damnificado haya prestado un
consentimiento libre e informado. El hecho de que sea libre se vincula con que debe tratarse de un
acto voluntario, mientras que el carácter de informado hace referencia a aquellas situaciones en las
cuales la ley pone a cargo de la parte fuerte de la relación contractual el deber de suministrar
información cabal a la otra.
Los factores de atribución, entendidos como criterios legales para imputar el daño a uno o más
responsables, se clasifican en subjetivos y objetivos.
La culpa es un factor residual para aquellos casos en que no pueda aplicarse —directamente o por
analogía— un factor objetivo.
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Mientras que los factores de atribución subjetivos (culpa y dolo) ponen el acento en el reproche de
la conducta del responsable,
Los factores objetivos prescinden del análisis valorativo de la conducta y se centran en elementos
objetivos que varían en cada supuesto.
En cuanto a la valoración de la conducta del agente (art. 1725 CCC), el juez deberá analizar las
circunstancias del caso concreto a los efectos de estimar el mayor o menor deber de previsión, y
con estos elementos conformará un tipo abstracto de comparación, flexible, circunstancial,
específico, que represente la conducta con la que debió actuar quien ocasionó el daño. En síntesis,
la culpa se analiza en concreto, pero utilizando un tipo comparativo abstracto.
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RELACION CAUSAL (ART. 1726)
o En primer lugar permite determinar la autoría (es decir, quien resulta responsable de un
determinado daño)
o Y, a su vez cuál es la extensión del resarcimiento (qué consecuencias deben ser
resarcidas). Eso quiere decir, en otras palabras, que este elemento permite vincular, por un
lado:
El hecho ilícito con un determinado resultado, que consiste en la lesión o
afectación de cierto bien.
Y, por el otro, establece un vínculo entre la lesión a un bien y las consecuencias
que de él se derivan, que son, en puridad, lo que es objeto de reparación.
Por su parte el art. 1727 C.C.C. define los distintos tipos de consecuencias.
o CONSECUENCIAS INMEDIATAS: Son aquellas que surgen, directamente, como consecuencia del
acto mismo, sin que entre este y la consecuencia medie un hecho distinto. La norma se refiere a
ellas como aquellas que acostumbran suceder conforme el curso natural y ordinario de las
cosas.
o CONSECUENCIAS MEDIATAS: Son aquellas que resultan solamente de la conexión de un hecho
con un acontecimiento distinto.
o Finalmente, las consecuencias mediatas que no pueden preverse son llamadas “casuales”. A su
respecto no hay relación causal adecuada, pues entre el hecho originario y el daño se
interponen otro u otros hechos que no son previsibles de acuerdo al curso normal de los
acontecimientos.
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Dicha regla no resulta extensible a la órbita del contrato, en donde es preciso tener en cuenta las
consecuencias que las partes previeron o pudieron prever al tiempo de celebrar el contrato.
o En primer lugar, si bien ambas se fundan en lo que era previsible, la primera toma como
parámetro al hombre “medio” (apreciación en abstracto), mientras que la segunda se centra en
lo que las partes que celebraron el contrato pudieron prever en el caso concreto (apreciación en
concreto).
o En segundo término, la causalidad adecuada pone al intérprete —a fin de determinar si era
previsible o no determinada consecuencia— en el momento en que se produjo el hecho ilícito,
mientras que, en materia contractual, se toma en cuenta lo que resultaba previsible para las
partes al momento de celebrar el negocio, y no el del incumplimiento.
La distinción que realiza la norma se vincula con que, en el ámbito contractual, son las partes las
que mejor determinan el nivel de riesgos que quieren aceptar, y el precio que están dispuestas a
pagar por ello. Es por esa razón que la regla de la previsibilidad determinada por los contratantes al
momento de celebrar el negocio es primordial.
En este caso, la conducta de la víctima ha sido causa o concausa adecuada del daño y, en esa
medida, da lugar a la exoneración del acusado como responsable, o a la disminución de la
indemnización.
El nexo causal entre el hecho ilícito y el daño es un elemento primordial de la responsabilidad civil.
Sin embargo, el vínculo de causalidad se interrumpirá cuando el resultado sea consecuencia de una
causa ajena.
Los supuestos de causa ajena, que pueden exonerar total o parcialmente al agente, son el hecho de
la víctima, el de un tercero por el cual no se debe responder y el caso fortuito o fuerza mayor.
Hay hecho de la víctima cuando el propio damnificado despliega una conducta que —de acuerdo al
curso normal de los acontecimientos— es apta para producir total o parcialmente el resultado
dañoso. Por ejemplo, el peatón que cruza la calle por fuera de la línea peatonal, el paciente que no
sigue las prescripciones médicas, el esquiador que sale de la pista y pretende descender por una
zona no autorizada, etc.
Puede ocurrir que el accionar de la víctima sea causa exclusiva del resultado, supuesto en el cual el
agente se eximirá totalmente de responsabilidad. Pero también puede suceder que el accionar del
damnificado concurra con el del sindicado como responsable, caso en el cual la indemnización
otorgada deberá disminuirse en la proporción de participación causal del perjudicado en el hecho
ilícito.
Finalmente, también puede suceder que el hecho del damnificado, si bien no rompe el nexo de
causalidad entre el accionar del agente y el resultado sí sea causa adecuada de alguna consecuencia
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dañosa sufrida por la victima (por ejemplo, si un motociclista sufre un daño grave en su cabeza
debido a que no circulaba con el casco reglamentario).
Por otra parte, el hecho de la víctima y el de un tercero por quien no se debe responder únicamente
exoneran si reúnen las notas del caso fortuito.
En cuanto a sus efectos, es importante poner de resalto que el Código establece que, salvo
disposición legal en contrario, el caso fortuito “exime de responsabilidad”, lo cual deja ver bien a las
claras que siempre que existe un caso fortuito la exoneración es total.
El hecho de un tercero por quien el sindicado como responsable no debe responder únicamente
exime a aquel en la medida en que reúna los caracteres del caso fortuito. De lo contrario, ambos
(demandado y tercero) responden frente a la víctima concurrente o solidariamente, según los
casos.
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En el ámbito de la responsabilidad que nace como consecuencia del incumplimiento de una
obligación, el deudor se exonera de responsabilidad acreditando que el caso fortuito ocasionó la
imposibilidad de cumplimiento objetiva y absoluta, y no imputable al obligado.
El Código Civil y Comercial se refiere expresamente a los caracteres que debe reunir la
imposibilidad de cumplimiento para exonerar al deudor.
o En primer lugar, es preciso que la imposibilidad sea sobrevenida, esto es, se debe haber
producido luego de celebrado el vínculo obligatorio. Si es anterior, entonces el negocio será
nulo por imposibilidad de su objeto. Asimismo, la imposibilidad, en primer término, debe ser
objetiva, y reviste tal carácter cuando está constituida por un impedimento inherente a la
prestación en sí y por sí considerada.
Por ende, a fin de valorar este recaudo son irrelevantes las condiciones personales o patrimoniales
propias del deudor (por ejemplo, insolvencia), en la medida en que ellas no se conecten de manera
inmediata con la prestación en sí y por sí considerada.
o En segundo término, la imposibilidad debe ser absoluta, es decir, la prestación no debe poder
ser cumplida en modo alguno, y el impedimento no puede ser vencido por las fuerzas humanas.
Por lo tanto, el hecho de que la prestación a su cargo se haya tornado más onerosa no desliga al
obligado de responsabilidad.
Sin embargo, el artículo en comentario añade que la imposibilidad debe apreciarse conforme a las
exigencias de la buena fe y la prohibición del ejercicio abusivo de los derechos.
Con ello se busca, para casos excepcionales, morigerar el carácter absoluto de la imposibilidad (por
ejemplo, en casos de la llamada “imposibilidad moral”, como en el ejemplo de la cantante cuyo hijo
cae gravemente enfermo el día previsto para la representación) Asimismo, para que la
imposibilidad exima es preciso que no sea imputable a la culpa del obligado. Entonces, si la
prestación se torna imposible por negligencia del obligado, la obligación subsiste, y el obligado
deberá el valor de la prestación más los daños ocasionados al acreedor.
Excepto disposición legal, la carga de la prueba de los factores de atribución y de las circunstancias
eximentes corresponde a quien los alega.
Se parte de la idea de que la víctima, muchas veces, se enfrenta a serias dificultades a la hora de
acreditar la culpa del agente (un caso típico está constituido por la responsabilidad médica).
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Frente a esas dificultades, ha cobrado gran predicamento en la jurisprudencia y la doctrina
nacionales la teoría denominada “de las cargas probatorias dinámicas”, que permitiría, en ciertos
casos, invertir la carga de la prueba de determinados hechos.
De acuerdo a esa doctrina, la carga de la prueba de un hecho debe ser puesta en cabeza de quien se
encuentre en mejores condiciones de producirla. Por eso sería “dinámica”, pues no dependería de
reglas rígidas que la distribuyan de antemano, sino que podría ser modulada por el juez según quién
pueda producir más fácilmente la prueba en cada caso.
La carga de la prueba de la relación de causalidad corresponde a quien la alega, excepto que la ley
la impute o la presuma. La carga de la prueba de la causa ajena, o de la imposibilidad de
cumplimiento, recae sobre quien la invoca.
Se entiende como daño a la lesión de un derecho o interés no reprobado por el derecho. Pese a la
mención de los derechos, la clave pasa por la lesión de intereses que las personas tienen en relación
con el bien menoscabado por el hecho dañoso.
Indemnización (art. 1738): Mientras que el art. 1737 CCyC define al daño jurídico como la lesión a
un derecho o a un interés no reprobado por el ordenamiento jurídico, el art. 1738 CCC establece las
consecuencias resarcibles. Así menciona a:
o DAÑO EMERGENTE
Puede producirse tanto por la destrucción, deterioro o privación del uso o goce de bienes
materiales, como por los gastos que, en razón del evento dañoso, la víctima ha debido realizar.
En ambos casos se produce un detrimento o disminución del patrimonio del damnificado como
consecuencia del hecho que se analiza.
Cuando se resarce el daño emergente no se está indemnizando el valor del bien comprometido,
sino el interés que aquel satisfacía en la esfera patrimonial del damnificado, que puede o no
coincidir con el valor objetivo del bien en sí mismo.
o LUCRO CESANTE
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o PERDIDA DE CHANCE
Se trata de un perjuicio autónomo, que surge cuando lo afectado por el hecho ilícito es la
frustración de la posibilidad actual y cierta con que cuenta la víctima de que un acontecimiento
futuro se produzca o no se produzca, sin que pueda saberse con certeza si, de no haberse
producido el hecho dañoso, ese resultado esperado o temido habría efectivamente ocurrido.
A diferencia de lo que ocurre con los conceptos antes enunciados (daño emergente y lucro
cesante), la pérdida de chance es un daño “fáctico” o “naturalístico”, y no una consecuencia
resarcible. Es decir, es el menoscabo material, la privación de un bien (la chance) del cual se extraen
las consecuencias resarcibles, que pueden ser, por ende, tanto de naturaleza patrimonial como
extrapatrimonial. (Por ejemplo, si un paciente fallece a causa de la falta de atención en debido
tiempo y forma de la patología que lo afecta las consecuencias resarcibles a favor de su cónyuge e
hijos por la omisión en que incurrieron los galenos que lo atendieron surgen de la pérdida de
chance de la víctima de obtener su curación.)
Respecto de los damnificados indirectos, esa chance satisfacía tanto intereses patrimoniales (seguir
recibiendo aportes económicos de la víctima directa) como espirituales (sobrevida de su padre y
esposo), razón por la cual la privación de aquel porcentaje de posibilidades produce consecuencias
resarcibles en ambas esferas.
El artículo en comentario establece los requisitos que debe reunir el perjuicio para ser resarcible.
Asimismo, se refiere expresamente a los caracteres que deben configurarse para que proceda la
reparación por pérdida de una chance.
o CERTEZA DEL DAÑO: El principal presupuesto para que el daño sea resarcible es que sea cierto,
es decir, que exista realmente y no se trate de un perjuicio meramente eventual o hipotético.
Así, el simple peligro o la sola amenaza o perspectiva de daño no es suficiente para tornarlo
indemnizable.
o SUBSISTENCIA DEL DAÑO: El perjuicio debe subsistir al momento de dictarse la sentencia,
pues nadie puede reclamar la reparación de un daño que ya ha sido resarcido. Si el propio
responsable es quien ha indemnizado el daño, su obligación queda extinguida por pago, o por
alguno de los otros modos de extinción previstos en el ordenamiento jurídico.
o AFECTACIÓN DE INTERESES NO REPROBADOS POR EL ORDENAMIENTO JURÍDICO: Si bien no es
menester que el hecho lesivo conculque un derecho subjetivo de la víctima, se requiere al
menos que el interés vulnerado sea lícito, es decir, no reprobado por el ordenamiento jurídico.
Por ese motivo, no es reparable, por ejemplo, el lucro cesante sufrido por quien a raíz del hecho
se vio privado de ganancias derivadas de una actividad ilícita, o que no contaba con la
habilitación normativamente exigida.
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Clasificaciones del daño previstas en el art. 1739 C.C.C
o Es daño directo el que padece la víctima que sufrió el daño “fáctico” (el sujeto pasivo del hecho
ilícito),
o Mientras que es daño indirecto el que sufre otra persona de rebote, es decir, en aquellos casos
en que el hecho ilícito lesiona intereses de terceros que, sin embargo, no han sido sujetos
pasivos de él.
DAÑO ACTUAL O FUTURO: El artículo establece expresamente que es reparable tanto el daño
actual como el futuro.
En este sentido, establece que este tipo de daño debe guardar una relación adecuada de causalidad
con el hecho ilícito. Esa previsión despeja todo tipo de duda en cuanto a que el daño por pérdida de
chance no constituye una herramienta auxiliar para despejar la incertidumbre respecto del nexo
causal.
Por el contrario, para que las consecuencias de este daño fáctico sean resarcibles es preciso que
exista una relación de causalidad adecuada entre el actuar del agente y la pérdida de la
oportunidad.
Por otra parte, el artículo establece que el daño por pérdida de chance es indemnizable “... en la
medida en que su contingencia sea razonable”. Este apartado de la norma en estudio se vincula con
el hecho de que, para que las consecuencias que se derivan de este tipo de daño sean resarcibles —
y como ocurre con todo tipo de daño—, la pérdida de la oportunidad debe constituir un daño
cierto.
En efecto, en todos los casos en que se encuentra involucrada la pérdida de una chance, la víctima
solo contaba con una posibilidad o probabilidad de ver finalmente obtenida la ganancia o evitado el
perjuicio.
La principal característica de este tipo de daño, entonces, es justamente que lo único que existe es
una posibilidad, pero no una certeza sobre la obtención del resultado perseguido por el
damnificado.
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El eventual beneficio que espera la víctima puede o no ocurrir y, en definitiva, nunca se sabrá si se
habría producido de no mediar el evento dañoso.
Pero la incertidumbre respecto de este eventual resultado no afecta la certeza de la chance, que se
verifica a través de la comprobación de la existencia de una oportunidad que, por el accionar del
agente, se ha visto perdida.
Por el contrario, si la posibilidad no existe (por ejemplo, si la enfermedad era fatal y el paciente no
contaba con la posibilidad de curarse), entonces el daño por pérdida de chance es hipotético o
eventual y, por ende, no resarcible, de conformidad con lo establecido por la norma
El de reparación integral del daño es un principio general del derecho que tiene, además, rango
constitucional (art. 19 CN). El CCyC lo consagra específicamente en la norma en examen.
La CSJN tiene dicho, al respecto: “la indemnización debe ser integral o justa (...) ya que si no lo fuera
y quedara subsistente el daño en todo o en parte, no existiría indemnización.
La reparación plena o integral es uno de los pilares fundamentales sobre los que se rige nuestro
sistema de responsabilidad por daños, y supone la necesidad de una razonable equivalencia jurídica
entre el daño y su reparación. Por eso, cuando alguien ha sufrido un perjuicio, ya sea este
patrimonial o moral, debe percibir una indemnización que le permita que el estado de cosas actual
sea razonablemente coincidente con el estado en que se encontraba antes de sufrir el daño.
Lo que se persigue, entonces, es suprimir los efectos nocivos del suceso dañoso, de la manera más
completa posible. (146)
Sin embargo, decir que debe indemnizarse todo el daño ocasionado no implica que todo perjuicio
sea resarcible, sino que solo lo es el admitido por el ordenamiento jurídico. Se trata, entonces, de la
plenitud jurídica de la indemnización (derecho a ser reparado en toda la extensión establecida por
la ley).
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