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UNIVERSIDAD PRIVADA NORBERT WIENER

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

Escuela Académico Profesional de Enfermería

“NIVEL DE CONOCIMIENTO Y PRÁCTICA DEL PERSONAL DE

ENFERMERÍA DE ÁREAS CRÍTICAS EN EL PROCESO DE LIMPIEZA Y

DESINFECCIÓN DEL MATERIAL QUIRÚRGICO, HOSPITAL III JULIACA

ESSALUD 2022”

PROYECTO DE INVESTIGACIÓN

Presentado Por:

AUTOR: APELLIDOS Y NOMBRES EN MAYÚSCULAS,

Asesor:

GRADO ACADÉMICO (Mg. o Dr.), APELLIDOS Y NOMBRES EN

MAYÚSCULAS.

LIMA, PERÚ

2023
1. EL PROBLEMA

1.1. Planteamiento del problema

El ambiente hospitalario constituye un lugar propicio para la generación y


propagación de enfermedades de manera constante, las fuentes de infección
incluyen pacientes, trabajadores de la salud, medio ambiente y objetos inanimados;
así mismo estas enfermedades pueden ser transmitidas por el material quirúrgico
utilizado en múltiples pacientes, sin el adecuado proceso de limpieza y desinfección
entre cada uso. Por esta razón, la proliferación de microorganismos patógenos está
íntimamente relacionada con la mala manipulación del material quirúrgico y una
inadecuada circulación del personal que trabaja en la unidad quirúrgica (1).

Además, todo paciente que entra a quirófano sufre una manipulación como
consecuencia de las técnicas invasivas que se le realizan, abordando y penetrando la
barrena principal del cuerpo, la piel. De modo que la limpieza y desinfección
constituyen los elementos primarios y más eficaces para romper la cadena
epidemiológica de la infección que producen estos microorganismos. Para ello, es
necesario tener los conocimientos suficientes sobre estos procesos, con la finalidad
de mantener altos estándares en la práctica hospitalaria a fin de evitar infecciones
nosocomiales y contribuir a mejorar la calidad de la atención (2).

La Organización Mundial de la Salud (OMS) refiere que la infección del sitio


quirúrgico representa el 25% de las infecciones nosocomiales, en las cuales los
equipos y material quirúrgico que se utilizan durante una cirugía son unos de los
componentes fundamentales de la cadena de transmisión de estas infecciones. En
esta situación se ha vuelto indispensable realizar un adecuado procesamiento del
instrumental que se utiliza durante las cirugías para reducir al mínimo la carga
microbiana y, por ende, el riesgo de que ocurra una infección (3).

Específicamente, la cirugía viene siendo un componente esencial de la asistencia


sanitaria en todo el mundo desde hace más de un siglo. Dada la creciente incidencia
de los traumatismos, los cánceres y las enfermedades cardiovasculares, el peso de la
cirugía en los sistemas de salud públicos irá en aumento. Se calcula que en todo el
mundo se realizan cada año 234 millones de operaciones de cirugía mayor, lo que
equivale a una operación por cada 25 personas. Sin embargo, los servicios
quirúrgicos están repartidos de manera desigual, pues el 75% de las operaciones de
cirugía mayor se concentran en un 30% de la población mundial (4).

A pesar del costo-eficacia que puede tener la cirugía en cuanto a vidas salvadas y
discapacidades evitadas, la falta de acceso a una atención quirúrgica de calidad
sigue constituyendo un grave problema en gran parte del mundo. A menudo el
tratamiento quirúrgico es el único que puede mitigar discapacidades y reducir el
riesgo de muerte por afecciones comunes. Se calcula que cada año 63 millones de
personas se someten a intervenciones quirúrgicas por lesiones traumáticas, otros 10
millones por complicaciones relacionadas con el embarazo y 31 millones más por
problemas oncológicos. Por lo tanto, de allí la importancia de conocer el manejo
exacto de los procedimientos de limpieza y desinfección del material utilizado, ya
que estas cirugías irán incrementándose con el pasar de los años (4,5).

Aunque el propósito de la cirugía es salvar vidas, la falta de seguridad de la atención


quirúrgica puede provocar daños considerables, lo cual tiene repercusiones
importantes en la salud pública, dada la ubicuidad de la cirugía. Estos daños pueden
ser: hasta un 25% de los pacientes quirúrgicos hospitalizados sufren complicaciones
postoperatorias, la tasa bruta de mortalidad registrada tras la cirugía mayor es del
0,5–5%; en los países industrializados, casi la mitad de los eventos adversos en
pacientes hospitalizados están relacionados con la atención quirúrgica, por ejemplo
las normas o protocolos de limpieza y desinfección del material quirúrgico se
aplican de forma irregular, incluso en los entornos más avanzados (6).

Asimismo, en países industrializados se han registrado complicaciones importantes


en el 3-16% de los procedimientos quirúrgicos que requieren ingreso, con tasas de
mortalidad o discapacidad permanente del 0,4-0,8% aproximadamente. Los estudios
realizados en países en desarrollo señalan una mortalidad del 5-10% en operaciones
de cirugía mayor. Las infecciones y otras causas de morbilidad postoperatoria
también constituyen un grave problema en todo el mundo. Al menos siete millones
de pacientes se ven afectados por complicaciones quirúrgicas cada año, de los que
como mínimo un millón fallecen durante la operación o inmediatamente después
(4).
También, el problema de la seguridad de la cirugía está ampliamente reconocido en
todo el mundo. En el mundo en desarrollo, el mal estado de las infraestructuras y del
equipo, la irregularidad del suministro y de la calidad de los medicamentos, las
deficiencias en la gestión organizativa y en la lucha contra las infecciones, la
deficiente capacidad y formación de enfermeras en el proceso de limpieza y
desinfección del material quirúrgico y la grave escasez de recursos financieros; son
factores que contribuyen a aumentar las dificultades de la cirugía. (7).

Por otro lado, en América Latina, las infecciones nosocomiales por procedimiento
quirúrgico constituyen un problema importante de salud. En Brasil, datos sobre su
incidencia oscilan entre el 1,4% a 38,8% en cirugía general y cirugías específicas.
En México afectan a un tercio de pacientes, las tasas de incidencia varían entre 1,2 a
23,6 por cada 100 cirugías (8). Esta diversidad se traduce a su vez en diferencias
amplias en los servicios de salud y las poblaciones de pacientes que necesitan
cirugías (9).

A manera de ejemplo, Colombia es un país de predominio urbano (76% de la


población) con más de 48 millones de habitantes en donde varían ampliamente los
sistemas quirúrgicos en las distintas regiones. En los centros urbanos hay hospitales
y programas de formación de primera calidad, mientras que en las zonas rurales
apartadas los servicios de salud son deficientes, fragmentados y desorganizados; y
donde no se siguen de forma correcta los procesos quirúrgicos como limpieza y
desinfección de material, ya sea por desconocimiento o falta de compromiso con la
atención de los pacientes (9).

Además, en países con programas desarrollados, la descontaminación de material


quirúrgico es un servicio independiente, responsable, con estándares de calidad altos
para las instituciones de salud. En cambio, en los países con ingresos bajos, los
servicios de descontaminación en las instituciones de salud no están estructurados
completamente. Por ello la Organización Panamericana de la Salud ha diseñado un
programa de descontaminación y reprocesamiento para instituciones de salud (10).

Este programa menciona a todos los dispositivos médicos que son reprocesados,
tales como los instrumentos quirúrgicos, deben someterse prioritariamente a
procesos de limpieza rigurosos antes de ser descontaminados y esterilizados. El
sumergir los instrumentos quirúrgicos en desinfectantes, previo a la limpieza, no es
una práctica apropiada. Independientemente del tipo de procedimiento quirúrgico,
los pasos de la descontaminación en el reproceso de los instrumentos quirúrgicos
son los mismos. El ciclo de vida de la descontaminación muestra las características
más destacadas de ésta, en la que cada paso es tan importante como el siguiente
(10).

Por último, en Perú, el Ministerio de Salud (MINSA), en 2002, con Resolución


Ministerial N° 1472 – 2002, señala que la esterilización y desinfección de los
artículos hospitalarios son procesos de apoyo a los procesos clave que actúan
directamente sobre el paciente. Han sido aceptados de forma universal como un
paso esencial en el control de las infecciones nosocomiales. Su importancia, deriva
en que se relaciona tanto con los valores éticos como es el proteger a los usuarios de
infecciones oportunistas, como con los económicos, ya que minimiza los costos de
la no calidad (11).

Asimismo, el MINSA ha identificado para este año 2023 un embalse de 94.628


operaciones pendientes. La mayoría de ellas en Lima Metropolitana, Cajamarca,
Arequipa, La Libertad, Lambayeque y Callao. En lo que va del 2023, ya se han
realizado 17 mil intervenciones. Además, los protocolos de los hospitales con
respecto a limpieza y desinfección de material quirúrgico están desactualizados;
debido a que las intervenciones quirúrgicas han sido suspendidas por la atención de
pacientes covid durante la pandemia desde el 2020. Por lo tanto, para actualizar los
protocolos y hacerlos operativos se necesita de enfermeras calificadas para llevar un
buen control de estos procesos y evitar efectos adversos en las cirugías (13).

Las especialidades con mayor embalse quirúrgico (79.799 en total) son las de
oftalmología, cirugía general, gineco obstetricia, cirugía de tórax y cardiovascular, y
traumatología. De acuerdo a esto, se afirma que existe una gran brecha de
especialistas en todo el país, así como la vocación de servicio que vienen
demostrando los profesionales de la salud a fin de colaborar en el desembalse
quirúrgico. Se ha podido hasta el momento paliar la situación; pero, de todas
maneras, se están tomando medidas para ver cómo subsanar esta gran brecha a nivel
nacional (13).
Del mismo modo, EsSalud, en 2022, incrementó en 60% las cirugías a nivel
nacional, de enero a setiembre se realizaron más de 210 mil operaciones, cifra
superior a lo registrado en el mismo periodo de 2021, en el que se hicieron 78 mil
cirugías. El mayor número de intervenciones quirúrgicas se desarrolló en la Red
Prestacional Rebagliati, que realizó 36 mil cirugías, seguida de la Red Prestacional
Almenara con más de 29 mil operaciones y la Red Prestacional Sabogal 28 mil. En
el hospital Guillermo Almenara se realizaron más de 3,500 cirugías pediátricas
durante la emergencia sanitaria por la Covid-19, y en lo que va del año se operaron a
un total de 1,029 niños, informó el Dr. Jorge Amorós Castañeda, gerente de la Red
Prestacional Almenara (14).

En suma, podemos afirmar que los hospitales peruanos han desarrollado muchos
protocolos de limpieza para reducir la contaminación en el contexto quirúrgico; sin
embargo, éstos necesitan estar actualizados para brindar una mejor calidad de
atención a los pacientes. Este problema se agudiza cuando existe personal de salud
no capacitado en estos protocolos, donde la falta de conocimiento y práctica aunado
a la falta de adherencia a los protocolos establecidos de limpieza y desinfección; han
llevado a brotes de las infecciones nosocomiales. Estas son la principal causa de
complicaciones asociadas a los eventos adversos relacionados con la
instrumentación quirúrgica (15).

Por consiguiente, las enfermeras tienen un papel fundamental en el cumplimiento de


estas medidas; pues la capacitación sobre limpieza y desinfección de los materiales
quirúrgicos requieren de exigencias en el ámbito de la salud, en relación a
resguardar la seguridad y calidad en la atención de los pacientes; esto conlleva un
continuo y permanente aprendizaje para lograr resultados seguros y esperados; ya
que las intervenciones quirúrgicas requieren instrumentos y dispositivos de gran
complejidad, su reprocesamiento se ha vuelto cada vez más desafiante,
transformando esta tarea en una especialidad con avances significativos en la técnica
estéril, enmarcados dentro de un sistema de gestión de la calidad de enfermería (16).

La enfermera es el único profesional sanitario con competencia para ser responsable


de la asepsia, instrumentación, infección y complicación, control y manejo de las
muestras biológicas durante el procedimiento quirúrgico. Además de las enfermeras
de quirófano, ninguna otra profesión de atención médica tiene la educación formal,
la competencia o las habilidades, ni las prácticas, para realizar la atención de
enfermería desde la limpieza y desinfección del material quirúrgico hasta antes,
durante y después del procedimiento quirúrgico. Por lo tanto, la competencia de la
enfermera es indispensable para garantizar la seguridad del paciente durante la
cirugía (16).

Por lo tanto, las enfermeras se encuentran en la necesidad de adquirir conocimientos


actualizados sobre técnicas de limpieza y desinfección del material quirúrgico; sin
embargo, estos conocimientos deben ser llevados a la práctica de manera correcta en
las instituciones de salud; porque disponer de instrumental que cumplan con
estándares de calidad son de vital importancia para brindar un servicio seguro de
atención; atenuando riesgos para el paciente y el personal de salud (17).

En consecuencia, las actividades de preparación del material quirúrgico cuando se


realizan incorrectamente presentan riesgos para el paciente, favorecen la aparición
de complicaciones asociadas a los procedimientos del mismo, como infección
cruzada, pirógenas y reacciones tóxicas derivadas de los residuos de productos para
la limpieza, desinfección y/o esterilización. La enfermera es responsable del
material quirúrgico para cada cirugía, cumpliendo los protocolos establecidos; pero
esto requiere de conocimiento, habilidad y práctica constante de esta actividad para
garantizar la calidad de atención, y seguridad para los pacientes (18).

En efecto, en el ámbito local, de manera especial en el Hospital III Juliaca –


Essalud, se puede observar a enfermeras de las áreas de unidad de cuidados
intensivos, unidad de cuidados intensivos – COVID, emergencia y centro
quirúrgico; respecto al proceso de limpieza y desinfección de material quirúrgico;
que pasan por alto los procesos esenciales de limpieza y desinfección, no dando
cumplimiento a lo requerido. El manejo del material quirúrgico es un proceso que se
requiere realizar de manera adecuada para prevenir infecciones nosocomiales, por lo
que cada enfermera asignada debe realizar en forma correcta en base a sus
conocimientos y prácticas sobre los estándares y normas establecidos.
1.2. Formulación del problema

1.2.1. Problema general

xxxx

1.2.2. Problemas específicos

2.1. Xxxx
1.3. Objetivos de la investigación

1.3.1. Objetivo general

xxxxxxxx

1.3.2. Objetivos específicos

Xxxxxx

1.4. Justificación de la investigación

1.4.1. Teórica

La justificación teórica para la investigación del conocimiento y práctica como


variables de estudio; se consideró en base a la revisión de artículos, al
conocimiento en enfermería y la naturaleza de sus saberes, que abarca la
capacidad y principios científicos para realizar las buenas prácticas sanitarias.
Estos principios científicos hacen referencia a los procesos de limpieza y
desinfección del material quirúrgico en los servicios del respectivo nosocomio.

1.4.2. Metodológica
Se justifica metodológicamente porque permitirá aplicar dos instrumentos
confiables y validados para medir el conocimiento y la práctica en las
enfermeras respecto a la limpieza y desinfección del material quirúrgico en los
servicios de unidad de cuidados intensivos, unidad de cuidados intensivos
Covid, emergencia y centro quirúrgico. Los aportes sentarán una base para
futuras investigaciones que partirán desde la problemática planteada en la
investigación hasta la obtención de resultados, con la finalidad de mejorar los
conocimientos y prácticas de las enfermeras en el respectivo nosocomio.

1.4.3. Práctica

En la parte práctica, el presente estudio será útil y beneficioso para la enfermera


que labora en los servicios donde se realiza limpieza y desinfección del material
quirúrgico, porque permitirá direccionar actitudes reflexivas en relación al
trabajo que desarrollan en el día a día con la finalidad de brindar una atención de
calidad a los pacientes. Los resultados que se obtengan en la investigación
estarán a disposición de las autoridades del hospital de la institución donde se
realizará el estudio, para que en base a los resultados se diseñen mejoras y
cambios que permita un alto nivel de la enfermera profesional en el
cumplimiento de sus funciones de manera adecuada.

Delimitaciones de la investigación

1.4.4. Temporal

Xxxxxx

1.4.5. Espacial

Xxxxxx

1.4.6. Recursos

xxxxxx

2. MARCO TEÓRICO

2.1. Antecedentes

xxxxx

2.2. Bases teóricas

Los elementos conceptuales que se considerarán en el presente estudio son: El


conocimiento y la práctica de enfermería sobre limpieza y desinfección del material
quirúrgico.
La enfermería como ciencia humana se constituye en una disciplina orientada para
la práctica, firmada en el desarrollo de un relacionamiento de cuidados entre
enfermeras y usuarios, en una perspectiva de salud y de bienestar. Una ciencia
humana con una racionalidad práctico-reflexiva, en el ámbito de una epistemología
de la práctica, cuyo conocimiento específico se concretiza en procesos de espiral
hermenéutica. Procesos recursivos, entre teoría y práctica, que se desarrollan en un
contexto de alta complejidad, por los ambientes donde ocurre la acción de
enfermería (19).

Cuando las enfermeras asisten a un usuario en un servicio de emergencia, en una


unidad de cuidados intensivos, centro quirúrgico o en cualquier otra circunstancia,
actúan poniendo en acción los conocimientos aprendidos y la experiencia propia,
capacidades personales como la intuición y principios científicos resultantes de la
investigación. Ellos lo hacen reflexivamente, considerando la persona, la situación y
el escenario, ponderando la mejor manera de hacerlo posible dentro de un cuadro
ético (19, 20).

Estas profesionales, cuando encuentran soluciones para los problemas que emergen
del contexto, en un proceso de reflexión en la acción y reflexión sobre la acción,
están a construir conocimiento propio de enfermería que al ser sistematizado en este
proceso, compartido y validado por sus pares, se transforma en ciencia de
enfermería. En su acción, las enfermeras utilizan un conjunto de conocimientos que
recrean mientras actúan, y al recrear están a encontrar nuevas soluciones, nuevos
procesos, es decir, a originar nuevos conocimientos (19, 21).

Estos conocimientos tienen naturaleza diversificada y se agrupan en patrones, que


son: empírico, conocimiento factual, descriptivo y verificable (evidencias
científicas); ético, comportando valores, normas y principios; estético, el arte que es
trasmitida por medio de la intuición, sensibilidad y técnica; personal, de la
autenticidad de la relación reciproca con el otro; reflexivo, creado en la reflexión en
la acción, la reflexión sobre la acción, reflexión sobre la reflexión en la acción4 ;
sociopolítico y de emancipación, del conocimiento de la diversidad de los contexto
y del ambiente (20, 21).
Además, la enfermería, organizada en patrones, puede dividirse en conocimiento
público o privado. Los primeros corresponden a los saberes sistematizados y
validados por la comunidad científica, y los segundo, están relacionados a los
conocimientos personales colocados en acción. Estos últimos, cuando son
sistematizados, pueden ser validados por los pares y tornados públicos. Como
ciencia práctica, de acción, de profesión, la enfermería puede singularizase por los
miembros que se asumen como facilitadores de los procesos de transición con vista
a la salud y bienestar (22)

Asimismo, las enfermeras facilitan los procesos de transición interviniendo,


cuidando a las personas, familias y comunidades, promoviendo o recuperando la
capacidad de autocuidado, cuando ésta auxilia en la satisfacción de necesidades
humanas fundamentales a las personas que lo harían su tuvieran fuerza, voluntad o
conocimientos para ello. Promueven procesos adaptativos eficientes, considerando
contextos y su diversidad cultural, valoran la acción del cuidado como una relación
interpersonal terapéutica, donde el cuidar es asumido como condición de la esencia
humana (23).

Por consiguiente, pensar en el conocimiento de enfermería como una ecología de


saberes es tornar posible el encuadramiento conceptual de la enfermería y de su
acción - cuidar - como ciencia no en un paradigma positivista (estrictamente en una
racionalidad técnica que apenas valora las evidencias científicas), pero en el ámbito
de una epistemología de la práctica y de una racionalidad práctico-reflexiva, que
considera las diversas maneras de conocimiento, en que importa todos los saberes,
sin jerarquización a la partida, desde que contribuyan de forma significativa para la
acción concreta. Es decir, en el ámbito de la enfermería para el cuidado integral
profesionalizado (23).

Con referencia a lo mencionado, se puede conceptualizar el conocimiento de


enfermería como una ciencia para la disciplina, un cuerpo de conocimientos que
sirve de fundamento para la práctica; tiene patrones, formas y estructuras que dan
expectativas a los horizontes de la disciplina, y ejemplifican las sendas de
pensamiento características acerca del fenómeno. Entender estos patrones es
esencial para la enseñanza y el aprendizaje de enfermería. Este entendimiento no
proyecta la amplitud del conocimiento, pero llama la atención sobre la cuestión
relativa al significado de conocer y sobre las clases de conocimiento que se pueden
determinar como aquellas que aportan de manera más significativa (24).

Además, el conocimiento es un proceso cognitivo del ser humano, relacionado con


su percepción, memoria y pensamiento, es único e intransferible, por ser inmaterial,
cuando no hay la posibilidad de comunicarlo mediante el lenguaje oral o escrito,
probablemente no tendrá la oportunidad de compartir con otros. De igual forma,
mencionan que el conocimiento aporta diferentes conceptos y teorías que incita al
pensamiento humano, guía la enseñanza y la investigación que permite crear nuevos
conocimientos. El conocimiento debe ser eje en la formación del profesional de
enfermería, que está relacionado al desarrollo de habilidades y destrezas que les
guiará a ser excelentes profesionales (25).

Del mismo modo, el conocimiento está expresado por la intuición sensible y


conceptos; diferenciando dos tipos de conocimiento: el conocimiento puro y el
conocimiento empírico. El primero se desenvuelve al discrepar la teoría con la
práctica que se aprende antes de iniciar con las prácticas hospitalarias y lo otro se
obtiene luego de la experiencia, una vez consolidada los conocimientos con la
práctica, luego las aplicará en los cuidados al paciente (26).

De manera similar, Bunge menciona que el conocimiento es un conjunto de ideas o


conceptos, que pueden ser claros o precisos, de manera ordenada e inexacta,
clasificados en conocimiento científico, común o vulgar. Siendo el conocimiento
científico que es probado y demostrado, y el conocimiento ordinario o vulgar, son
aquellos que son inexactos como producto de la experiencia y que aún falta probarlo
o demostrarlo (27).

Por otro lado, la práctica de enfermería está basada en lo que se adquirió de


conocimientos, habilidad y experiencia de la enfermera para realizar dicho
procedimiento en una unidad de cuidados intensivos o centro quirúrgico, por lo cual
debe seguir las instrucciones adecuadas y necesarias bajo una guía de
procedimientos para ejecutar las acciones sin implicar riesgo o disminuirlo. Los
procedimientos de limpieza y desinfección de material quirúrgico implican
mantener la salud y realizar la acción de manera segura y saludable tanto para
enfermera como para el paciente (28).
Además, la práctica también es la acción que lleva a ser desarrollado con la
aplicación de los conocimientos. Otros autores, mencionan que la práctica realizada
por el profesional de enfermería basada en la evidencia, es la de utilizar de manera
consciente, juiciosa, explícita y crítica de la evidencia clínica utilizable para tomar
decisiones sobre el cuidado del usuario en consideración con las necesidades y
preferencias individuales. Finalmente, un aspecto importante a considerar en la
enfermera en su interacción con el paciente, es el cumplimiento de las normas y
procedimientos para evitar riesgos y complicaciones (28).

Para comenzar, primero comenzaremos por conceptualizar lo que corresponde como


áreas críticas. Son las áreas donde el riesgo o las consecuencias de la transmisión
cruzada de microorganismos es mayor. Se incluyen áreas donde el trabajador de
salud tiene mayor riesgo de contraer una infección debido a la exposición a fluidos
biológicos potencialmente contaminados debido al uso de equipos biomédicos que
deben preservar el proceso de limpieza, desinfección y esterilidad. Ejemplos: salas
de cirugía, salas de parto, servicio de emergencias, unidad de cuidados intensivos
áreas de Covid, centro quirúrgico, áreas de preparación de nutrición, lavandería
(29).

En segundo término, se hace referencia a la limpieza y desinfección de material


quirúrgico. Frente a esto, la Organización Mundial de la Salud, en 2022, señala que
la limpieza, la desinfección y la esterilización, son la piedra angular de la
prevención y el control de las infecciones en los hospitales y otros establecimientos
de salud. El tipo y el nivel de descontaminación dependen de la naturaleza del
material y del uso que se le vaya a dar. Es necesario que todas las personas
encargadas de manipular y reprocesar materiales contaminados reciban una
formación adecuada y un reciclaje periódico. Y también utilicen un equipo de
protección personal adecuado (30).

La limpieza es la remoción mecánica de toda materia extraña en el ambiente, en


superficies y en objetos, utilizando para ello el lavado manual o mecánico. El
propósito de la limpieza es disminuir la biocarga (número de microorganismos) a
través del arrastre mecánico. Usualmente se utiliza agua y detergente para este
proceso. Se recomienda, sin embargo, emplear algún detergente enzimático, pues de
esa manera se garantiza la eficacia del proceso de limpieza (31).
Entre los objetivos de la limpieza tenemos: reducir el número de microorganismos
presentes en los objetos, eliminar los restos de materia orgánica e inorgánica de los
mismos, favorecer los procesos de desinfección y esterilización, mediante la
limpieza se logra la remoción de toda materia extraña, (suciedad, materia orgánica).
Para la limpieza se emplean detergentes, que son agentes químicos utilizados para la
eliminación de suciedad insoluble en agua (31).

Es necesario destacar la clasificación de elementos para realizar una limpieza más


cuidadosa, esto nos presenta Spaulding, en 1968, basándose en su potencial para
propagar infecciones, clasificó los dispositivos médicos y quirúrgicos en críticos,
semi-críticos y no críticos. Los elementos críticos suelen definirse como aquellos
que entran en contacto con tejido estéril, el sistema vascular o equipamientos a
través de los cuales fluye sangre; por ejemplo: instrumental quirúrgico y catéteres
vasculares. Estos elementos deben ser sometidos a una limpieza previa adecuada y
segura, y luego esterilizados, antes de su siguiente uso (32).

Los elementos semi-críticos entran en contacto con membranas mucosas intactas o


con piel no intacta; por ejemplo, un endoscopio de fibra óptica flexible, sondas
vaginales y equipamientos para terapia respiratoria. Estos elementos requieren de
una limpieza previa adecuada y, como mínimo, desinfección de alto nivel antes de
su siguiente uso; y los elementos no críticos (como mangas para la toma de presión
y estetoscopios), que solo entran en contacto con piel intacta, presentan un bajo
riesgo de propagar infecciones, excepto mediante la transferencia de patógenos a las
manos del personal de atención en salud (32).

Por lo cual, el aseo habitual de estos elementos y su limpieza con un paño


humedecido en un detergente neutro o una solución al 70% (volumen/volumen) de
etanol en agua, suele ser suficiente. Las chatas y orinales reutilizables, que también
son elementos no críticos, requieren de una limpieza, lavado y desinfección más
vigorosos, especialmente cuando se sospecha una contaminación con, por ejemplo,
Enterococcus resistente a vancomicina o Clostridium difficile (32).

Por otro lado, la limpieza generalmente comprende 3 tipos de acción: Acción


Mecánica, como frotar, cepillar o lavar con agua a presión. Acción Química, uso de
detergentes, detergentes enzimáticos y agua, necesarios para inhibir y disminuir la
biocarga y las partículas de polvo. Hay que remarcar que el agua tibia mejora las
propiedades de disolución del detergente y las enzimas. Acción Térmica, está
referida al uso del calor (agua caliente) de las lavadoras mecanizadas (33).

Para el lavado del material, considerado como uno de los pasos más importantes en
el proceso de limpieza, se debe cumplirse con los siguientes pasos: a)
descontaminación o prelavado, b) lavado, c) secado y d) lubricación del material.
Existen tres tipos de lavado: manual, mecánico y mixtos. El lavado Manual (directo)
es un procedimiento realizado por un operador, que procura la remoción de la
suciedad por fricción aplicada sobre la superficie del material. Se lleva a cabo
utilizando una solución detergente o detergente enzimático, de preferencia con
cepillo y agua (33).

En países como el nuestro es el tipo de lavado más frecuente, por lo que se tendrá en
cuenta prevenir accidentes con materiales cortopunzantes. Para ello se seleccionará
este y el operador hará uso de las barreras de protección adecuadas como son un
mandil impermeable, lentes, guantes y mascarilla. La efectividad del lavado manual
solo puede ser medida en forma indirecta y ello está sujeto al desempeño,
responsabilidad y capacitación del operador. Es importante que los servicios cuenten
con protocolos y ellos sean elaborados, revisados y aprobados en conjunto por el
grupo de personas que realizan estas actividades. El objetivo fundamental será el de
estandarizar las prácticas de lavado, que permitan y hagan posible los procesos de
desinfección y esterilización (34).

Los materiales necesarios para llevar a cabo el lavado manual son: mascarilla,
lentes, delantal impermeable y guantes que constituyen el equipo de protección
personal. También, cepillo y escobillas con cerdas de diferentes tamaños y formas,
bandejas perforadas o fenestradas, detergente enzimático, recipientes o bandejas de
diferentes tamaños, y recipiente para lubricantes (34).

Por consiguiente, el lavado mecánico es un procedimiento automatizado para lograr


la remoción de la suciedad por medio de lavadoras de acción física, química y
térmica. En los procesos de lavado mecánico o automático, el resultado depende de
la eficiencia del equipo y de su manejo. La evaluación y certificación de este
proceso estarán centradas en estos parámetros. Los equipos más utilizados para
realizar el lavado mecánico son los siguientes: lavadoras descontaminadoras,
lavadoras esterilizadoras, lavadoras ultrasónicas (33, 34).

Las lavadoras descontaminadoras actúan removiendo la materia orgánica en forma


mecánica por arrastre. Asimismo, la agitación del agua se produce en forma
regulada. La limpieza es realizada primero con agua fría y después con agua caliente
y detergente. La etapa de agua fría es importante para reducir la impregnación de
materia orgánica en los instrumentos. En este equipo la temperatura no es menor de
85°C. Son conocidas también como lavadoras desinfectadoras o descontaminadoras
térmicas (34).

Las ventajas consisten en que pueden ser utilizadas para instrumentos que no toleren
temperaturas altas y eliminan la suciedad más densa; y las desventajas es que no
deben utilizarse para limpiar equipos de fibra óptica por la naturaleza delicada de
estas. Algunos instrumentos con cremalleras o lúmenes, pueden requerir después el
uso de lavadoras ultrasónicas para completar su proceso de limpieza (35).

Luego, las lavadoras esterilizadoras funcionan utilizando sistemas rotatorios para


crear flujos de presión. Su acción se produce por agitación vigorosa. Operan con un
ciclo de prelimpieza, limpieza con detergente enzimático, enjuague y esterilización.
Funcionan con temperaturas que pueden alcanzar los 140° C. Sin embargo, no
constituyen equipos de esterilización. Las ventajas consisten en que podemos
procesar cualquier artículo, remover fácilmente residuos aceitosos; y las desventajas
es que muchos instrumentos no pueden tolerar altas temperaturas y el costo para su
funcionamiento es alto (35).

En cuanto a las lavadoras ultrasónicas, la acción se lleva a cabo generando pequeñas


burbujas de gas que producen vacío alrededor de la suciedad (cavitación) y
vibraciones ultrasónicas para remover la materia orgánica. Aplican energía química
(detergente enzimático), mecánica (vibración sonora) y térmica (temperatura entre
50°C y 55°C). Además, requieren cambios del agua del contenedor, el mismo que
debe mantener tapado mientras se realiza el proceso, evitando así la exposición de
los operadores a los aerosoles. Al término de la jornada la lavadora deberá dejarse
limpia y seca (35).
Las ventajas constituyen en que es un método muy efectivo para la limpieza
profunda de instrumentos ya que penetra en sitios de difícil acceso. Se aplica
especialmente en instrumentos de microcirugía y similares. Existen lavadoras
ultrasónicas para la limpieza de artículos con lúmenes. Las desventajas consisten en
que el equipo requiere mantenimiento preventivo con frecuencia, hay
incompatibilidad con algunos materiales (cromados por ejemplo) y a toda fijación
en base de cementos. Si el equipo no tiene ciclo de enjuague, los artículos deberán
ser enjuagados manualmente (34, 35).

Cabe considerar, por otra parte, los insumos para el lavado como los detergentes.
Los detergentes son agentes químicos utilizados para la eliminación de suciedad que
es insoluble en el agua. El principio activo de los detergentes son las sustancias
producidas por células vivas llamadas enzimas. Además, estos productos contienen
necesariamente en su formulación tensoactivos (catalizadores) que tienen el poder
de acelerar reacciones químicas en bajas concentraciones y limpiar por medio de la
tensión superficial del agua; por lo cual se recomiendan en la actualidad para la
limpieza de los materiales hospitalarios (36).

Los detergentes enzimáticos han sustituido el uso de los detergentes comunes o


domésticos ya que este tipo de insumo ha sido especialmente diseñado para la
desintegración de materias orgánicas. Están compuestos por enzimas, surfactantes y
solubles. Estas enzimas compiten con la materia orgánica degradándola y facilitando
la limpieza, ya que generalmente su uso está indicado en períodos cortos de 1 hasta
15 minutos y son clasificados dependiendo del tipo de biocarga (suciedad) que se
quiere afectar (36).

Asimismo, estos detergentes pueden ser de diferentes tipos de acuerdo a su


composición química y al tipo de enzimas. Las enzimas más importantes son las
proteasas que atacan las proteínas, las amilasas que atacan el almidón, las lipasas
que atacan las grasas y las carbohidrasas que atacan carbohidratos. Es importante
mencionar además, que otro requisito indispensable en este insumo es el pH, ya que
existen detergentes con pH ácido (0 - 5), pH neutro (6 - 7.5) y pH alcalino (8 - 13).
Según las recomendaciones, los detergentes enzimáticos neutros evitan el daño y la
corrosión del material; los de pH ácidos sirven para remover incrustaciones
calcáreas, sarro y óxido; mientras los de pH alcalinos solo remueven grasas y aceites
(35, 36).

Dentro de este marco, las consideraciones a tener en cuenta al escoger un detergente


son las siguientes: el tipo de suciedad para el que el detergente es efectivo, las
recomendaciones de los instrumentos y equipos, las recomendaciones que indican
las máquinas lavadoras, el grado de vigor y calidad del agua (37).

Otro insumo para el lavado tenemos a los lubricantes. El lubricante es una solución
utilizada para la protección del instrumental. No debe ser aceitoso, pegajoso, ni
tóxico, sino soluble en el agua. Después de la limpieza, los instrumentos pueden
manifestar rigidez y dificultad en el manejo, así como también pueden presentar
manchas y otros eventos, por lo que es importante la lubricación de estos después de
la limpieza y antes de la esterilización. Existen lubricantes que contienen un
inhibidor de óxido útil para prevenir la electrólisis de las puntas y filos (37).

También tenemos al componente agua como insumo para el lavado. El agua que
contiene minerales disueltos como calcio, cloro, magnesio y fosfatos se denomina
agua dura. Al hervir este tipo de agua, los minerales mencionados se depositarán en
el interior del recipiente lavador o esterilizador formando una capa denominada
sarro o caliche. Esta capa compuesta de un tipo de piedra caliza no es un buen
conductor del calor, reduciendo así la eficacia del lavador o esterilizador, ya que se
necesitará producir más calor para superar esta dificultad y así se consumirá más
energía (sea gas o electricidad) (37).

El agua que no contiene minerales o solo posee una pequeña cantidad de ellos se
denomina agua blanda. El agua blanda y en especial, el agua desmineralizada o
destilada no causa depósitos de calcio y es recomendada para la limpieza de
materiales. La identificación de la calidad del agua ablandada se puede realizar
midiendo el pH (que debe ser neutro) y realizando un estudio químico para medir el
grado de las sales, minerales y fosfatos. La elección del tipo de agua es muy
importante para determinar el tipo de lavado. En el caso del lavado mecánico, por
ejemplo, donde los conductos de las máquinas se llenarían de sarro y sales y los
filtros se taparían de no usarse el agua blanda y el mantenimiento de ellos sería muy
costoso. Asimismo, elegir el agua blanda es muy importante e imprescindible para el
buen funcionamiento de las autoclaves (37, 38).

En efecto, se presenta el procedimiento general de la limpieza de los materiales. Los


pasos a seguir para la limpieza de los materiales son: recepción, clasificación,
prelavado o descontaminación, lavado, secado y lubricación. La recepción se realiza
en la zona sucia (descontaminación) o zona roja. A través de una puerta con ventana
de paso, se recibirán los materiales e instrumentales que deben ser verificados en
número, estado, procedencia y que deberán anotarse en el registro respectivo. El
traslado del material entre los diferentes servicios o áreas, debe llevarse a cabo
teniendo en cuenta las normas de bioseguridad necesarias sin dejar de lado el hecho
que al utilizar el coche de transporte, el compartimiento inferior deberá utilizarse
solo para el transporte de material sucio o contaminado (38).

Después de realizar la recepción del material, este será clasificado de acuerdo al tipo
de material, que puede ser: metálico (acero inoxidable), polietileno, goma, plástico o
vidrio. En el pre-lavado o descontaminación del material, conocido como un
proceso o método físico destinado a reducir el número de microorganismos
(biocarga) de un objeto inanimado dejándolo seguro para su manipulación, es una de
las principales tareas dentro de la limpieza de los artículos y antecede a cualquier
otra tarea con ese fin. Este proceso se realiza sumergiendo el material en una
bandeja o recipiente perforado con detergente enzimático; pasando luego el material
por el chorro de agua (38).

De esta manera, se logra la remoción y disminución de la biocarga por arrastre sin


manipulación alguna para que el operador pueda realizar la limpieza manual en
forma segura. Algo que no podemos dejar de mencionar es que en realidad, casi
siempre el material utilizado en un procedimiento o en una cirugía no es conducido
a la Central de Esterilización (C.E.) inmediatamente. Esto da como resultado que la
biocarga (sangre, materia orgánica u otros) se seque y dificulte aún más el lavado si
es que este no se lleva a cabo con el debido pre-lavado. Por ello se recomienda que
si fuera posible se realice la descontaminación o el pre-lavado, en la misma área
donde se utiliza el material y luego este sea conducido a la C.E. en los recipientes
adecuados (29).
En cuanto al lavado de material, los artículos una vez clasificados y pre-lavados
(descontaminados) serán llevados al lavado propiamente dicho, teniendo en cuenta
sus características y usos. Lavado de artículos de material metálico: Cubetas,
tambores, semilunas, lavatorios, etc. Al realizar el lavado manual: se deben retirar
restos de cinta o tape, deben colocarse los materiales en la poza con detergente
enzimático, estableciendo el tiempo y la dilución de acuerdo a las indicaciones
propias del producto, deben enjuagarse con abundante agua, eliminando todo
residuo de la solución del detergente, debe realizarse un último enjuague, debe
cumplirse con el escobillado correspondiente si fuera necesario, deberán secarse los
materiales con un paño limpio (29).

En el lavado mecánico deben respetarse las indicaciones propias del equipo de


lavado, cuidando de no llenar la cámara con instrumental para evitar problemas con
el cerrado de puertas. Luego tenemos al lavado del instrumental quirúrgico (pinzas,
tijeras, etc.). Antes de proceder al lavado, hay que revisar minuciosamente el
instrumental recepcionado de acuerdo a la descripción del mismo. (Número de
piezas y estado de conservación de las mismas). Es necesario abrir las pinzas y
desarmarlas si fuera necesario. Debe colocarse el instrumental ordenadamente.
Comenzando por el más pesado al fondo del recipiente metálico o de plástico
perforado (29).

En el caso de realizar el lavado manual se debe colocar el instrumental en una


bandeja perforada y sumergirla dentro de un lavatorio que contenga el detergente
enzimático para su descontaminación. Dicho lavatorio estará ubicado en la poza de
lavado. Luego llevar la bandeja bajo el chorro de agua para eliminar el máximo de
biocarga. Proceder al escobillado del mismo, enfatizando especialmente las
cremalleras y los espacios internos de las pinzas. Enjuagar con abundante agua,
eliminando así todo residuo de la solución del detergente. Realizar un último
enjuague y secar los materiales con un paño limpio (38, 39).

En el lavado mecánico, se colocarán las bandejas perforadas en el lavador /


desinfectador de instrumental y se prenderá el ciclo automático, el mismo que varía
de acuerdo a cada marca de equipo. Una vez terminado el período de lavado manual
o mecánico, el instrumental será colocado en la mesa de secado. Luego, será llevado
por la ventana de paso hacia la zona limpia o azul para su preparación,
mantenimiento y empaque (38, 39).

Asimismo, en el lavado del material de polietileno, goma, plástico y látex. Al


realizar el lavado de material de polietileno, goma plástico y látex debemos seguir
los siguientes pasos: retirar si los hubiera los posibles restos adheridos a las
superficies (como por ejemplo residuos de esparadrapo), con un algodón
impregnado de bencina blanca y luego sumergir el material en detergente
enzimático. Realizar el último enjuague del material con agua y dejar escurrir al
medio ambiente y luego secar. Si es posible utilizando fluido de aire comprimido (el
menos costoso) o cámaras secadoras de corrugados con aire filtrado (39).

Cabe señalar que en la actualidad existen lavadoras especialmente diseñadas para el


lavado de material o equipos con lúmenes tales como los endoscopios,
broncoscopios, etc. En cuanto a los guantes de látex, no se recomienda ni se
menciona el proceso de limpieza de ellos debido a que, en los últimos años, diversos
estudios de costo-eficacia y costoefectividad han demostrado el alto costo de su
reprocesamiento. Más aún si se toma en cuenta las características del
reprocesamiento mecánico y el hecho de que este insumo no ha sido fabricado para
el rehuso (39).

Siguiendo con el procedimiento general de la limpieza de los materiales, el secado


de del instrumental, de los equipos y de otros artículos de uso hospitalario,
constituye parte fundamental durante el proceso de la limpieza. Para realizar este es
necesario tener en cuenta el grado de humedad de los artículos, ya que podría
interferir en los procesos de desinfección o esterilización. El secado puede ser
manual y automático. El secado manual debe realizarse con un paño o con aire
comprimido. Para la segunda opción, se debe contar con un tubo específico para
cada lúmen (37).

La principal ventaja del secado automático radica en su velocidad para llevar a cabo
este proceso, reduciendo no solo el tiempo de trabajo, sino los costos derivados de
este. En la actualidad se cuenta con cámaras especiales para secado de tubuladuras y
corrugados en un ciclo que puede durar aproximadamente 25 minutos a 2 horas,
dependiendo del tipo y la cantidad de materiales a secar. Por último, tenemos a la
lubricación que ya ha sido mencionado en los párrafo anteriores (37).

Dentro de este orden de ideas, podemos mencionar como punto importante en los
servicios hospitalarios, a la validación de la limpieza. El proceso de validación de la
limpieza se puede dar mediante la verificación del cumplimiento de las guías de
procedimientos (protocolos), la inspección visual después del proceso y la presencia
de la implementación de sistemas de irrigación de agua. La validación del proceso
de limpieza se presenta de modo subjetivo al no ser posible visualizar la biocarga
(definida como el número y tipo de microorganismos viables que un artículo puede
contener luego de la limpieza) de cada artículo y por cada procedimiento de
limpieza (37,38).

Por ello, es importante adoptar protocolos de limpieza buscando la estandarización


para la validación de este proceso. Al validarse las Guías de Procedimientos
(protocolos), deben incluirse claramente datos acerca de la dilución de uso de los
productos, el tiempo de inmersión, el modo de enjuague y la técnica a usar para
desarmar los artículos e instrumentales. Además, una parte importante para la
validación de la limpieza es la inspección visual después del lavado, cuando el
usuario observara atentamente si existe la presencia de cualquier signo de suciedad
particularmente en las cremalleras. Si hubiera alguna duda al respecto, consideramos
útil el uso de una lupa (38).

En relación con el tema del estudio, veremos a continuación acerca de la


desinfección, como punto de término del marco teórico. La desinfección es el
proceso físico o químico por medio del cual se logra eliminar los microorganismos
de formas vegetativas en objetos inanimados, sin que se asegure la eliminación de
esporas bacterianas. No todos los instrumentos que se utilizan durante un
procedimiento específico en un paciente requieren ser esterilizados; por ello es
conveniente identificar los diferentes tipos de instrumentos según su uso y
establecer el manejo para los diferentes grupos (40).

Los niveles de desinfección se basan en el efecto microbicida de los agentes


químicos sobre los microorganismos y pueden ser: Desinfección de alto nivel
(DAN): Es realizada con agentes químicos líquidos que eliminan a todos los
microorganismos. Como ejemplos: el Orthophthaldehído, el glutaraldehído, el
dióxido de cloro, y el peróxido de hidrógeno entre otros. Desinfección de nivel
intermedio (DNI): Se realiza utilizando agentes químicos que eliminan bacterias
vegetativas y algunas esporas bacterianas. Aquí se incluyen el grupo de los fenoles,
el hipoclorito de sodio, la cetrimida y el cloruro de benzalconio. Desinfección de
bajo nivel (DBN): Es realizado por agentes químicos que eliminan bacterias
vegetativas, hongos y algunos virus en un período de tiempo corto (menos de 10
minutos). Como por ejemplo el grupo de amonio cuaternarios (40).

Dentro de este marco, tenemos la técnica básica de la desinfección de alto nivel.


Técnica básica: El operador deberá usar barreras protectoras como son con mandil
impermeable, mascarilla, lentes protectores y guantes; la limpieza mecánica o
manual debe realizarse observando cuidadosamente el artículo. Para ello se
utilizarán escobillas apropiadas para limpieza de los lúmenes y deberá tenerse en
cuenta que el material que será sometido a DAN debe estar limpio y seco, los
artículos serán completamente sumergidos en la solución desinfectante durante el
tiempo indicado y los contenedores deben mantenerse tapados para evitar
exposición laboral (41).

Luego, la solución desinfectante será aspirada con una jeringa por todos los canales
o lúmenes del artículo, el enjuague se realizará utilizando abundante agua estéril,
teniendo sumo cuidado para no causar una posible contaminación, el secado se
realizará utilizando gasas o campos estériles y los artículos serán colocados en
campo estéril para su uso inmediato o serán almacenados en un protector o
contenedor estéril para un uso posterior (41).

Por consiguiente, en cuanto los métodos de desinfección, podemos mencionar que la


desinfección es uno de los procedimientos más antiguos en el medio hospitalario
que fuera utilizada en un primer momento para eliminar microorganismos del
ambiente e higienizar las manos. Existen dos métodos de desinfección: los físicos y
los químicos. Los métodos físicos como la pasteurización, con este proceso se
realiza la DAN y por el cual el agua es llevada a 77º C de temperatura durante
aproximadamente treinta minutos. Así destruye todos los microorganismos excepto
las esporas bacterianas. En nuestro medio no es utilizado (41, 42).
También, hervido: este método utiliza el agua hirviendo a temperaturas muy altas
para lograr la desinfección. Por ejemplo, para una DAN, se hierven los instrumentos
en un recipiente con tapa de 5 a 20 minutos contabilizando el tiempo desde que el
agua rompe el hervor. Los objetos serán cubiertos por completo con el agua durante
el hervido y no se añadirá ningún otro mientras esté hirviendo. El fuego será suave,
ya que el fuego alto hace rebotar los objetos, disminuye el nivel de agua y consume
más gas. Se recomienda usar tiempos más prolongados para lugares de gran altura
sobre el nivel del mar. Se seca al aire o con una toalla esterilizada antes de volver a
utilizar los materiales o almacenarlos. Este método no se utiliza en el medio
hospitalario (42).

Por otro lado, en cuanto a los métodos químicos líquidos, se dice que es el más
utilizado en nuestro sistema hospitalario y existen múltiples agentes germicidas en
forma líquida. Los principales desinfectantes utilizados en el ámbito hospitalario
son: Orthophthaldehído, glutaraldehído, cloro y compuestos clorinados,
formaldehído, peróxido de hidrógeno, ácido peracético, fenoles y amonio
cuaternario. Es importante mencionar al respecto que no todos los desinfectantes
están disponibles en nuestro medio (41, 42).

Veamos a continuación al Orthophthaldehído: este agente químico es nuevo y se usa


para la desinfección de alto nivel (DAN). Corresponde al grupo de aldehídos
inorgánicos y contiene benzenecarboxaldehyde Su mecanismo de acción es por
aniquilación de los componentes celulares y actúa directamente sobre los ácidos
nucleicos. Espectro: Los estudios han demostrado su excelente actividad
microbicida y una mayor actividad frente a micobacterias que el glutaraldehído. Es
micobactericida y virucida. Ventajas y desventajas: La principal ventaja es que
posee una excelente estabilidad en un amplio rango de pH (3 - 9) y por lo tanto no
requiere de activación. El alto costo parece ser la desventaja principal para su uso.
Indicaciones de uso: El tiempo que se requiere para la desinfección de alto nivel
(43).

El Glutaraldehído es un compuesto del aldehído y se presenta en soluciones acuosas,


ácidos y alcalinos. Las soluciones ácidas no son esporicidas, pero utilizando un
agente alcalinizante como activador este producto se torna esporicida. Tiene pH
alcalino (activación) que sufre drástica disminución a partir de los 14 días de
activación. Existen formulaciones que permiten producir una mayor vida útil por 28
días. Su mecanismo de acción es consecuencia de la alquilación de componentes
celulares alterando la síntesis proteica de los ácidos ADN Y ARN. Espectro: Es
bactericida, fungicida, virucida, micobactericida y esporicida. Ventajas y
desventajas: No es corrosivo. La gran desventaja del glutaraldehído es su toxicidad.
Indicaciones de uso: Está indicado para la DAN de endoscopios cuando la
esterilización no es posible (44).

Por su parte, el cloro y los compuestos clorados están disponibles en forma líquida
como hipoclorito de sodio (lejía), o sólida como hipoclorito de calcio
(dicloroisocianurato de sodio). Su mecanismo de acción produce inhibición de las
reacciones enzimáticas, desnaturalización de las proteínas e inactivación de los
ácidos nucleicos. Espectro: Virucida, fungicida, bactericida (micobactericida).
Ventajas y desventajas: Su acción es rápida, de bajo costo y de fácil manejo. Su uso
está limitado por su actividad corrosiva. Concentraciones de uso: La concentración
mínima para eliminar las microbacterias es de 1000 ppm. (0.1%) durante 10 minutos
(44).

Por último, tenemos al amonio cuaternario. Los compuestos más usados en las
unidades hospitalarias son cloruro de alquil-dimetil-benzil-amonio, cloruro de
alquil-didecildimetil- amonio, y el cloruro de dialquil- dimetil-amonio. Su
mecanismo de acción se debe a la inactivación de enzimas productoras de energía, a
la desnaturalización de las proteínas celulares y a la ruptura de la membrana celular.
Espectro: Fungicida, bactericida y virucida solo contra los lipofílicos. No es
esporicida, ni microbactericida, ni tampoco presenta acción sobre virus hidrofílicos.
Ventajas y desventajas: Constituye un buen agente para la limpieza debido a su baja
toxicidad. Los restos de gasa y algodón pueden afectar su acción (45).

2.3. Formulación de hipótesis

2.3.1. Hipótesis general

xxxxxx

2.3.2. Hipótesis específicas

xxxxxxxx
3. METODOLOGÍA

3.1. Método de la investigación

Xxx

3.2. Enfoque de la investigación

Xxx

3.3. Tipo de investigación

Xxxx

3.4. Diseño de la investigación

Xxxx

3.5. Población, muestra y muestreo

Xxxx

3.6. Variables y Operacionalización

Xxxx

3.7. Técnicas e instrumentos de recolección de datos

3.7.1. Técnica

3.7.2. Descripción de instrumentos

3.7.3. Validación

3.7.4. Confiabilidad

3.8. Plan de procesamiento y análisis de datos

xxxxxxx

3.9. Aspectos éticos

Xxxxx
4. ASPECTOS ADMINISTRATIVOS

4.1. Cronograma de actividades


4.2. Presupuesto

5. REFERENCIAS
1. Xxxx

Anexos

Matriz de consistencia

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