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El documento describe la trayectoria de Randy Olson, un científico marino que se convirtió en cineasta para explorar el cine como medio para comunicar ciencia. También argumenta que la estructura narrativa mejora la comunicación científica y propone usar la plantilla "And, But, Therefore" (Y, Pero, Por lo tanto) para contar historias sobre la ciencia de una manera más efectiva.
El documento describe la trayectoria de Randy Olson, un científico marino que se convirtió en cineasta para explorar el cine como medio para comunicar ciencia. También argumenta que la estructura narrativa mejora la comunicación científica y propone usar la plantilla "And, But, Therefore" (Y, Pero, Por lo tanto) para contar historias sobre la ciencia de una manera más efectiva.
El documento describe la trayectoria de Randy Olson, un científico marino que se convirtió en cineasta para explorar el cine como medio para comunicar ciencia. También argumenta que la estructura narrativa mejora la comunicación científica y propone usar la plantilla "And, But, Therefore" (Y, Pero, Por lo tanto) para contar historias sobre la ciencia de una manera más efectiva.
Randy era un humilde profesor titular de Biología Marina en
la Universidad de New Hampshire. Pero de repente su cerebro se sacudió y cambió de científico a artista. Todo sucedió en su primer año como titular, llegó a un punto en el que se dio cuenta que después de quince años de contar historias DE ciencia su interés había cambiado para contar historias SOBRE ciencia.
Randy Olson, Ph.D.
A pesar de su doctorado en Harvard, cuatro años de investigación post doctoral en Australia y Florida, y años de bucear alrededor del mundo desde la Gran Barrera de Coral en Australia hasta la Antártida, se tragó todo, renunció a su plaza y se mudó a California a estudiar cine en USC y explorar este arte como medio para comunicar ciencia.
Hoy es un cineasta independiente y ya no se considera como
un científico, pero domina los dos lenguajes de la ciencia y el cine.
Además de escribir y dirigir sus propias películas sobre
grandes temas de la ciencia, ha trabajado con una gran variedad de clientes para asistirlos en el uso de medios visuales para comunicar ciencia al público en general.
A través de su escritura ha elaborado sus investigaciones y
continúa la exploración en el rol del storytelling para la comunicación masiva de la ciencia. DON´T BE SUCH A SCIENTIST CONNECTION SCIENCE MAGAZINE HOUSTON, WE HAVE A NARRATIVE COMPARTIR LA INVESTIGACIÓN EFICAZMENTE SE REDUCE A UN SENCILLO CONCEPTO: CUENTA UNA BUENA HISTORIA
-RANDY OLSON @ABTAGENDA
Si un científico descubre algo importante, pero el mundo
nunca se entera, ¿realmente descubrió algo?
Si un científico descubre algo importante, pero el mundo no
se entera nunca, ¿realmente descubrió algo?
Los casos de científicos que no lograron dar a conocer sus
descubrimientos se remontan a siglos atrás. Gregor Mendel –el fundador de la genética moderna– murió sin mucha fanfarria en la década de 1800 porque pocos supieron de su importante investigación. Tomó más de una década para que su trabajo fuera “redescubierto” y catalizara los inicios del campo de la genética. En este mundo de incesante información, el riesgo de que una investigación quede en la penumbra es más grande que nunca. Una de las ironías de la era de la computación es que cada innovación para mejorar la comunicación solo ha resultado en más ruido y mayores dificultades para ser escuchados. Esto es un gran problema para la ciencia porque este mundo se impulsa cada vez más con datos y la ciencia controla todo, desde Wall Street hasta el béisbol y las elecciones, pero si aquellas personas que tienen el conocimiento de cómo funcionan las cosas –los científicos– no pueden ser escuchados, vamos a terminar regresando a la época oscura, donde todo era confuso y místico.
Y aun así, cuando se trata de comunicación básica –una
persona hablando con otra– entre más cambian las cosas, más se arraigan las dinámicas básicas. Esto es porque nuestro aparato fundamental de comunicación –el cerebro– no ha cambiado.
Y, pero, por lo tanto
Añadir estructura narrativa a la información (es decir, contar
una historia) da como resultado una comunicación más efectiva. Un trabajo de investigación en neurofisiología liderado por Uri Hanson en la Universidad de Princeton muestra que hay mayor actividad y sincronía entre individuos cuando la información tiene una estructura narrativa. Los investigadores utilizaron resonancia magnética funcional para examinar individuos mientras ven películas sin estructura narrativa (video secuencias de gente caminando en un parque) y películas con alto contenido narrativo (una película de suspenso de Alfred Hitchcock).
La investigación muestra que añadir
estructura narrativa a la información (es decir, contar una historia) da como resultado una comunicación más efectiva.
Así es como los humanos se comunicaban hace 4000 años
cuando se grabó la historia de Gilgamesh en tabletas de arcilla en Mesopotamia. Así es como nos comunicamos hoy en Twitter.
Y a mí me parece que es nuestra mejor esperanza para
comunicar ciencia correctamente en un mundo donde la buena comunicación de la ciencia es más importante que nunca. Al final, la gente solo quiere saber de qué hablamos, cuál es el problema y cómo lo vamos a resolver.
Para transmitir esta información, en la última edición de
Don’t Be Such a Scientist, propongo usar lo que llamo la plantilla universal narrativa ABT (And, But, Therefore), la cual reduce la estructura narrativa a tres conceptos:
y, pero, por lo tanto.
Estas tres conjunciones capturan las tres fuerzas
fundamentales de la narrativa: concordancia, contradicción y efecto.
Una vez que comienzas a ver el mundo a través de estas tres
fuerzas, ves las cosas con otra perspectiva.
Te percatas de que Abraham Lincoln abrió el discurso
Gettysburg declarando algo con lo que la audiencia estaría de acuerdo –que habían construido un gran país. Después presentó la contradicción –que la guerra civil desgarraba el país.
Concluye con el efecto, que nos tocaba “a nosotros, los
vivos” garantizar “que estos muertos no hayan dado su vida en vano”.
Cómo hacer una ciencia más humana
Una vez que la conoces, es fácil ver cómo la estructura ABT
constituye la columna vertebral de casi todo lo interesante en el mundo de la comunicación, desde discursos legendarios como el de Gettysburg hasta el hit de 2012 de Carly Rae Jepsen con el coro
Hey, I just met you AND this is crazy, BUT here’s
my number, SO call me maybe (Hola, te acabo de conocer Y es una locura, PERO este es mi número, ENTONCES llámame si quieres) (“entonces” es la versión conversacional de “por lo tanto”).
Desafortunadamente esto no es tan común en el mundo de la
ciencia. Aun cuando el proceso de la ciencia es construido alrededor de establecer (lo que sabemos del sujeto de estudio), el problema (la nueva característica que estamos estudiando) y la solución (los hallazgos), cuando los científicos hablan sobre su trabajo, tienden a atorarse en el uso del primer elemento –la palabra "y". Por ejemplo: "aquí hay datos de esto Y aquí hay una gráfica de esto Y aquí hay una tabla mostrando esto". Es la desgracia de la comunicación de la ciencia quedarse atorado en la tierra de los Ys y nunca llegar a la palabra "pero".
"humanizar la ciencia" [...] esto lo hace posible el poder de la
narrativa.
La ciencia ya no se puede dar el lujo de ignorar si el público
entiende o no.
Y aún más importante es la necesidad de "humanizar la
ciencia" o comunicar ciencia en términos humanos.
Esto lo hace posible el poder de la narrativa.
Ahora tienes una herramienta para comunicar ciencia de mejor forma (ABT)
Y tú sabes que es importante hacerlo,
PERO mejorar de verdad la comunicación es
mucho trabajo.
POR LO TANTO, es tiempo de ponerse a trabajar.
Pero hay buenas noticias: todo lo que
necesitas es saborear un pequeño triunfo con el ABT y quedarás prendado.