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Una gran aventura hacia el mar

En el municipio más lejano de Antioquia, Yondó, vivía un camaleón llamado Aquiles. Su casa era
muy grande y tenía todas las cosas que deseaba. Disfrutaba pasear con su amigo Bronzo, un caimán.
Ambos vivían muchas aventuras visitando lugares mágicos y hermosos.

Un día, Aquiles llamo a Bronzo y lo invitó a una nueva experiencia. Bronzo entusiasmado e
intrigado, le pregunta a Aquiles por el lugar donde irán en esta oportunidad. Aquiles le explica que, en su
hermoso departamento, Antioquia, se encuentra el Túnel más largo de América y que al finalizarlo,
hallarán algo majestuoso. Bronzo, aún mas entusiasmado, le dice a Aquiles que si lo acompañará. Al
siguiente día, muy temprano, ambos alistan lo necesario para iniciar un nuevo viaje y antes de irse se
despiden de sus familias y amigos.

Esta travesía inicia cruzando el imponente río Magdalena, el cual nadaron disfrutando de la
compañía de los peces que viven en él; luego, al llegar a Puerto Berrío, se embarcaron en un tren que los
llevaría directamente a Medellín. Durante ese trayecto disfrutaron de hermosos paisajes y, agotados un
poco, se quedaron dormidos. Al despertar, se dieron cuenta que habían llegado a la ciudad de la Eterna
Primavera. Caminaron mucho, recorriendo sus calles y maravillándose de la hermosura del lugar. Aquiles
se desvió un poco por las grandes montañas y en poco tiempo se dio cuenta que Antioquia es muy
grande, y con voz de querer rendirse le dijo a su amigo: -nunca lo lograremos-. Bronzo con actitud
positiva le respondió: -tranquilo amigo, creo que estamos cerca. Durante 3 horas estuvieron
excursionando la zona boscosa. Para su gran sorpresa, encontraron reliquias y Bronzo le dijo a su amigo
que, al llegar al destino, visitarían a los expertos de arqueología para conocer la historia de esas reliquias
y así otros podrían conocer más del lugar.

Al fin llegaron a la entrada del Túnel, solo debían atravesarlo para poder llegar al mágico lugar,
por el que habían iniciado esa travesía, el mar Antioqueño. Pero dentro del Túnel les esperaba unas
pruebas y solo los más valientes y perseverantes, lograrían pasar. Aquiles, muy contento de jugar,
empezó a correr y pudo observar un letrero que decía: “si quieres avanzar, un acertijo debes solucionar.
Piensa: cual es el número que, si lo partes a la mitad, vale 0”. Bronzo, era muy bueno en acertijos, así
que fue fácil para él resolverlo. Al continuar, encontraron que debían camuflarse. Para Aquiles, quien era
un camaleón, le fue muy fácil y juntos, como grandes amigos, siguieron caminando. – Por fin hemos
llegado- gritó Aquiles, y ambos corrieron hacia el mar. Jugaron, nadaron y se divirtieron mucho el resto
del día. Al caer la tarde, contemplaron la puesta del sol y prometieron que una vez al mes, regresarían a
ese hermoso lugar.

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