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Universidad del Magdalena

Comunicación, cultura y sociedad


Docente: Winton De Farías

“Los climas de opinión” y su trasfondo abstracto

Por Winton De Farías


Magister en estudios avanzados en comunicación política
Aspirante a Doctor en Periodismo

Es interesante el estudio del concepto de opinión pública por varios aspectos. El


primero sería porque es el argumento más usado dentro de la comunicación política
como campo de estudio. Es común escuchar en los programas de los candidatos
políticos la frase “construcción de un clima de opinión”, generado a su vez por una
masa a la que se califica ligeramente como la opinión pública. Sin embargo, y a pesar
que existen muchos matices sobre este tema, es de reconocer que es un concepto
ambiguo, abstracto, difícil de definir a través de una sola vía de estudio. La opinión
pública de por sí, es un proceso complejo en donde entra en “juego” las capacidades
cognoscitivas individuales y colectivas. Es esa construcción idealista del proceso de
generación de opinión pública, la que pone en duda la concepción real de este modelo
que supone la existencia de un determinante supuestamente colectivo y compartido.

Es muy común escuchar voces en la actualidad asegurando que la opinión pública se


refiere a los conceptos emitidos durante una charla o debate por un grupo de
colectivos. El anterior concepto permitía a los estudiosos del pasado, más exactamente
en los años 30, 40 y 50, definir a la opinión pública como el razonamiento de las masas.
Después de la Segunda Guerra Mundial, es decir durante la época de expansión de la
cultura de masas, los sociólogos no dudaban en afirmar que la opinión pública
consistía en el retrato masificado de los conceptos de un grupo considerable de
personas sobre un determinado tema; e incluso es curioso observar como en pleno
siglo XXI, escuchamos en los medios de comunicación como los espectadores o
televidentes pasajeros son incluidos en los “climas de opinión”.

Para los protagonistas de la cosa pública y en sí del ámbito político, la opinión pública
es medible, cuantificable y hasta cualificable. Así se lo han hecho ver la mayoría de
consejeros y estudiosos del comportamiento de masas. Por otra parte, hay
investigadores que van más allá de la simple y convencional suposición de que las
masas actúan de manera similar y que no existe un fraccionamiento como muchos
autores hace cuarenta años aseguraban al preguntárseles sobre el proceso de
construcción de opinión pública.

El problema comienza en los años 50, cuando los debates políticos empezaban a
acercarse a las masas a través del uso de los medios de comunicación. No obstante,
fue con la aparición de los famosos sondeos ideados por George Gallup cuando se
empieza según los expertos en hablar de opinión pública. Sin bien es cierto que los
resultados demoscópicos y las investigaciones cualitativas asimilan parte del
pensamiento de las masas, también es asertivo pensar que esas opiniones son
sectoriales y en la mayoría de casos son influenciadas por terceros, o en el peor de los
casos consensuadas gracias a un alto nivel de ignorancia.

Noelle Neumann y G. Grossi, han demarcado en sus investigaciones las complicaciones


y las barreras a las cuales se enfrentan todos aquellos que intentan definir el concepto
de opinión pública. A pesar que Neumann y Grossi dicen estar de acuerdo en que la
opinión pública mantienen dinámicas fraccionadas, dirigidas muchas veces por la
ignorancia y que la mediatización resulta vital en el proceso, yo difiero un poco de
estas conceptualizaciones. Y no porque no esté de acuerdo con las barreras que ambos
autores plantean al momento de situar la opinión pública como un proceso de
complejo estudio, sino porque considero que la medición de la opinión pública si se
puede lograr, o por lo menos en una mayoría representativa.

Discriminar y desconocer el poder que tiene el proceso demoscópico es como ignorar


la existencia de vida en la tierra. Si bien es cierto los sondeos y las encuestas no son los
determinantes del colectivo en su máxima expresión, tampoco debemos desconocer
que hasta ahora es el único método conocido con el que podemos medir, así sea en
pequeña escala, cuáles son las orientaciones cognoscitivas de los ciudadanos y las
audiencias. Que si son sesgadas o no porque rompen con el componente de tipo
psicológico, puede ser… pero también hay que saber que es casi imposible adelantar
un estudio de máxima escala de la opinión pública. Es como entrevistar en el caso de
España a cada uno de los 47 millones de habitantes sobre algún tema. Lo anterior
supondría además un despropósito que no tendría sentido vista desde cualquier
ángulo del campo de la investigación social.

De igual manera antes de saber las implicaciones y los alcances del concepto de
opinión pública y sus variantes “climáticas”, también es importante conocer quienes
conforman este grupo, ¿son sólo ciudadanos?, ¿Están estratificados por sectores
sociales?, ¿Es un proceso unidireccional o de doble vía? Una vez se tenga esto claro se
conocerán las variantes del proceso de construcción de opinión pública. Aunque
parezca sencillo, no lo es, y todo por la abstracción que significa medir en lo que más
se pueda, la percepción individual de los integrantes de un colectivo. Esto sin contar
con los problemas de la influencia mediática, los cambios en los patrones de conducta
de cada individuo y hasta las transformaciones semánticas individuales de esa gran
masa.

Por lo argumentado anteriormente puedo suponer que el proceso de creación de


“climas de opinión” es muy difuso y requiere de un esfuerzo enorme para su estudio.
No es sólo creer que con los sondeos, las entrevistas y los grupos de discusión, se
puede alongar el concepto de medición de “climas de opinión”, pero es interesante la
realización de estas pruebas porque sin ellas sería mucho más difícil la
conceptualización de una opinión que se supone debe responder a las cualidades de la
masa. En aras de resolver el problema y crear espacios correctos de medición de la
opinión pública, digo estar de acuerdo con la posición planteada desde los modelos de
Habermas y Lazarfield. Ambos estudiosos postulan la presencia de un mediador, de
una persona que se convierta en el “líder de la opinión pública”. Y puede que con éste
protagonista se pueda hacer un estudio de los “climas” a través de los medios
demoscópicos, pero amparado en un razonamiento previo basados en la intuición
pública generalizada, es decir, el líder será el encargado de unificar criterios entre
quienes mandan y los grupos sociales que son subordinados. Aun así con este nuevo
modelo explicado al detalle por G. Grossi, no determina en su máxima expresión el
concepto sobre algún tema por parte de la opinión pública, pues la masa siempre se
mueve, se fracciona y aún con el aparato demoscópico no nos alcanza para saber la
realidad plena de los sistemas cognitivos de los que conforman la opinión pública.

TALLER EVALUATIVO

De acuerdo al ensayo anterior, deberás responder con argumentos el análisis de las


siguientes interrogantes que se presentan a continuación:

1- Porque se dice que, para los protagonistas de la cosa pública, y en sí del ámbito
político, la opinión pública es medible, cuantificable y hasta cualificable?
Argumente su respuesta.

Porque en la opinión pública es muy difícil que las personas tengan pensamientos
similares; siempre va haber contradicciones en las decisiones y pensamientos de cada
uno. Es medible porque en un grupo de personas no todos piensan de la misma
manera y en cuanto a lo político, las opiniones están muy divididas, pues las
propuestas son asertivas para ciertas personas; también hay algunas que no les llama
la atención y cada razón de sus decisiones se puede describir y analizar por lo que es
cualificable. Para llegar a este punto se utilizan varios instrumentos como las encuestas
y los sondeos para conocer es cierto de equivalencia o desequilibrio tienen en los
resultados.

2- ¿De qué manera consideras que un sondeo puede servirte como medidor de la
opinión pública? ¿En Colombia, podría darse este tipo de instrumento de
medición y por qué?

Un sondeo puede servir como medidor de la opinión pública cuando se necesite


recolectar información sobre un tema; lo que se busca es saber o descubrir qué
piensan las personas sobre algo en particular. Si bien este instrumento no da seguridad
de que la información recolectada sea lo que realmente vaya a suceder; si se puede
decir que brinda una aproximación de lo que se espera que ocurra. Casi siempre que se
habla de sondeo, se tiende a pensar de inmediato en elecciones políticas, pues es el
instrumento que más se escucha cuando se acerca un acontecimiento como este.
¿En Colombia, podría darse este tipo de instrumento de medición y por qué?
Si podría darse, pero siempre y cuando sea de conocimiento de las personas que vayan
a participar, quién o quiénes están detrás de dicho instrumento. Para nadie es un
secreto que uno de los principales problemas del país es la corrupción. Es por eso que
siempre va a existir una desconfianza con aquellos que lleven a cabo este tipo de
mecanismo, pues se tiende a imaginar que al final estos terminan diligenciando el
sondeo de manera que favorezca el objetivo que se plantearon. Es decir, si trabajan
para “x” persona y quieren saber lo que piensan de ella, y se dan cuenta que lo que
arrojó el sondeo no fue lo esperado; van a manipular el sistema con el único propósito
de favorecer sus intereses. De manera que debe haber transparencia en este tipo de
actos para que pueda darse en un país como Colombia.

3- ¿Creerías que la medición de la opinión pública si se puede lograr, o por lo menos


en una mayoría representativa? Argumente su respuesta.

Podría lograrse, pero debe hacerse con los instrumentos adecuados. Se puede decir
que también depende de cómo se comunica y cómo se llega a la opinión de los demás.
Es complicado pues medir el criterio de un grupo mayoritario no ha de ser nada fácil.
Mas aún si se le agrega que no todos poseen el mismo pensamiento. Son personas
peculiares donde cada uno cuenta con puntos de vista diferentes; pero tampoco
significa que no haya uno que otro que comparta la misma idea.

4- ¿Por qué es tan difícil hacer un estudio de medición de climas de opinión?

Porque hay agentes externos que manipulan la idea de las personas en los climas de
opinión; nos referimos a los medios de comunicación: televisión, internet, radio. A
pesar de ser una vía para informar, no siempre lo que se dice en éstos es una
afirmación, pues las fuentes no son confiables. De manera que cuando se quiere hacer
una medición en los climas de opinión puede que la información recolectada no
pertenezca a la persona, dado que se altera lo que han expresado. Los medios de
comunicación tienen una “ventaja” y es que pueden manipular masas, proporcionando
mensajes desvirtuados a las personas para que apoyen o se opongan a ciertos ideales.

5- ¿Cómo un líder de opinión puede convertirse en pieza clave al momento de


estudiar a la audiencia?

Porque el líder de opinión tiene la capacidad de influenciar sobre lo que piensan y


sienten las demás personas y a su vez, inconscientemente le dan el poder de mando y
de toma de decisiones para que pueda dar solución a ciertas situaciones. A estos
líderes lo siguen por su conocimiento, pues dominan temas que para otros pueden ser
complejos; es más, en ocasiones acceden a ciertas informaciones, algo de lo que no
goza la gente del común.
TALLER 1
“LOS CLIMAS DE OPINIÓN”

POR:

MARGARETH AGUILERA JIMENEZ


GREYCI BARROS DE LA CRUZ
DANNA M. CUBILLOS MARTÍNEZ

DOCENTE:

WINTON DE FARÍAS

UNIVERSIDAD DEL MAGDALENA


PROGRAMA:
LICENCIATURA EN PREESCOLAR
ASIGNATURA:
“CULTURA, COMUNICACIÓN Y SOCIEDAD”

SANTA MARTA
2018

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