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Aprendiendo a rendir cuentas – Pt.

• Semana 8 – 14 May. ‘23

Aprendiendo a rendir cuentas – Pt. 2


Objetivo: Llegar al entendimiento de que debemos ser fieles al entregar cuentas a Dios.
Idea Central: Debemos ser fieles en nuestra asignación para rendir buenas cuentas a Dios.

Mateo 25:16-19
16 Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. 17 Asimismo

el que había recibido dos, ganó también otros dos. 18 Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra,
y escondió el dinero de su señor. 19 Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló
cuentas con ellos.

INTRODUCCIÓN
Cuando hablamos de rendición de cuentas inmediatamente se nos viene a la mente la idea de que nos
estarán midiendo, nos estarán supervisando o evaluando si somos productivos o no. Se vuelve
importante recordar que el rendir cuentas tiene que ver con hacernos responsables de nuestras propias
acciones, y elegir lo que es correcto delante de los ojos de Dios y no de los hombres. Dios nos pedirá
cuentas de todo lo que hagamos en esta tierra. Pudiéramos decir que ese entendimiento llevó a los dos
primeros siervos de la “parábola de los talentos” -a quienes se les entregó cinco y dos talentos
respectivamente- a ejercer correctamente su función ante su señor, la cual era la de administrar y
multiplicar bien lo que se les había entregado.

DESARROLLO
1. ¿Cuál debe ser nuestra actitud como siervos que rinden cuentas?
2Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel. 1 Corintios 4:2
Nuestra actitud como siervo fiel debe estar caracterizada por: realizar nuestra asignación sin
necesidad de ninguna supervisión, entender que tenemos todo lo que requerimos para multiplicar lo
que está en nuestras manos, trabajar con sentido de propósito, y ver las crisis como oportunidades
para aprender y desarrollar. Así mismo, debemos estar conscientes de aquellas actitudes que nos
pueden convertir en siervos infieles delante de Dios, como por ejemplo: Tener el concepto errado
acerca de Dios (“…conocía que eres hombre duro...”, Mat. 25:24), creer que Dios está para condenarnos,
vivir gobernados por el temor, no querer vernos mal, no nos esforzamos por desarrollar lo asignado,
o no mostramos interés.

Nuestra actitud no debería estar determinada por la cantidad de talentos que tengamos, sino por la
relevancia de nuestra asignación en esta tierra.
Aprendiendo a rendir cuentas – Pt. 2
2. La fidelidad trae recompensa.
14 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. 15 Si la obra de alguno se
quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego. 1 Corintios 3:14-
15
La palabra fiel tiene que ver con ser alguien confiable, que cuando dice que hará algo se esfuerza en
llevarlo a cabo. En el contexto de la parábola, es aquella persona que ya no ve el rendir cuentas como
un asunto para “medir las costillas”, o que lo están supervisando y evaluando si es productivo o no.

En 1 Corintios 3:14-15 el apóstol Pablo nos enseña que nuestras obras serán probadas; es decir, serán
examinadas para ver si lo que hicimos fue genuino o no. Por eso se vuelve importante considerar lo
que hoy estamos haciendo y cómo lo estamos haciendo, en qué nos estamos invirtiendo, porque de
acuerdo a la calidad de nuestras obras seremos recompensados por el Señor.

Necesitamos aprender a hacer el trabajo que se requiere desde las motivaciones correctas y pureza
de corazón, para que cuando llegue aquel día que nos corresponda rendir cuentas a Dios de todo lo
que hicimos, podamos ser partícipes de lo que Él nos ha prometido:

“…Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor”.
Mateo 25:23

CONCLUSIÓN
La verdad central de la “parábola de los talentos” puede expresarse así: “Cada uno tendrá que rendir
cuentas a Dios por la administración de las habilidades y oportunidades que ha recibido, y será premiado
en base a su fidelidad”. Un siervo infiel es aquel que deja dominarse por la pereza, no reconoce su error
y se excusa con frecuencia; esto fue lo que sucedió con Adán después de haber comido del fruto
prohibido. Génesis 3:12. Debemos aprender a ser fieles en todo, haciendo las cosas como para el
Señor.

¿Cuál es mi actitud cuando se me encarga una tarea que no esperaba?

¿Qué tipo de siervo de Dios soy? ¿Un siervo fiel, o un siervo infiel?

¿Cómo sería mi recompensa hoy de acuerdo a la fidelidad que muestro?

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