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ESTUDIO JURIDICO DOCTRINARIO

EJECUCIÓN EN VÍA DE APREMIO

A. IDENTIFICACION DEL CASO:


Clave de asignación: 39/2018
Usuaria: MAYRA SULEMA AVALOS LÓPEZ
Demandado: BYRON ESTUARDO GODOY BARRERA

B. ANTECEDENTES:
La usuaria MAYRA SULEMA AVALOS LÓPEZ, quien es de treinta y cuatro años
de edad, soltera, guatemalteca, ama de casa, de este domicilio, con residencia
en Barrio La Ceiba, del municipio de Progreso departamento de Jutiapa;
procrearon con el señor BYRON ESTUARDO GODOY BARRERA, a la menor
MARJORIE ALEJANDRA GODOY LÓPEZ.

C. CASO CONCRETO
El caso asignado refiere que la usuaria MAYRA SULEMA AVALOS LÓPEZ,
manifestó que junto con el señor BYRON ESTUARDO GODOY BARRERA,
convinieron de manera voluntaria que él le pasaría la cantidad de SEIS
CIENTOS QUETZALES en concepto de pensión alimenticia para su menor hija, y
que dicha obligación consta en el Convenio de Fijación de Pensión Alimenticia
celebrado dentro del Juicio Oral de Alimentos número VEINTIDÓS MIL CINCO
GUION DOS MIL DIECISIETE GUION CERO CERO DOSCIENTOS OCHENTA
Y SIETE a cargo del OFICIAL SEGUNDO (22005-2017-00287 OF. 2°) de fecha
treinta y uno de mayo del año dos mil diecisiete celebrado en el Juzgado de
Primera Instancia de Trabajo y Previsión Social y de Familia del departamento de
Jutiapa; pero resulta que dicho señor no ha incumplido con lo pactado por lo que
no ha hecho efectivo el pago de la pensión alimenticia en favor de su menor hija
MARJORIE ALEJANDRA GODOY LÓPEZ. Dicha omisión del pago de la
obligación en su conjunto hacen un total de trece cuotas, correspondientes a los
meses de agosto del año dos mil diecisiete al mes de agosto del año dos mil
dieciocho, a razón de SEISCIENTOS QUETZALES MENSUALES, haciendo un
total de SIETE MIL OCHOCIENTOS QUETZALES (Q. 7,800.00); lo que adeuda,
por tal motivo la señora comparece a este bufete para que se inicie el tramite
respectivo.

D. JUICIO:
En el presente caso es necesario promover ante el Juzgado Pluripersonal de
Primera Instancia de Trabajo y Previsión Social y de Familia del departamento de
Jutiapa, la EJECUCION EN LA VÍA DE APREMIO, el cual será promovido por la
señora MAYRA SULEMA AVALOS LÓPEZ, en favor de su menor hija
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MARJORIE ALEJANDRA GODOY AVALOS, en el ejercicio de la patria potestad


en contra del señor BYRON ESTUARDO GODOY BARRERA.

E. LEYES APLICABLES:
 CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA DE GUATEMALA:

ARTICULO 55: Es punible la negativa a proporcionar alimentos en la forma que la


ley prescribe.

 CÓDIGO CIVIL: Es necesaria la aplicación de esta ley, debido a que en ella


se regula todo lo relativo a alimentos entre parientes, y en el presente caso la
necesidad de la menor de edad a ser alimentada y que se encuentra
regulada dentro de los siguientes artículos:

ARTÍCULO 278. La denominación de alimentos comprende todo lo que es


indispensable para el sustento, habitación, vestido, asistencia médica y también la
educación e instrucción del alimentista cuando es menor de edad.

ARTÍCULO 279. Los alimentos han de ser proporcionados a las circunstancias


personales y pecuniarias de quien los debe y de quien los recibe, y serán fijados
por el juez, en dinero. Al obligado se le puede permitir que los alimentos los
preste de otra manera cuando, a juicio del juez, medien razones que lo justifiquen.

ARTICULO 287. La obligación de dar alimentos será exigible, desde que los
necesitare la persona que tenga derecho a percibirlos. El pago se hará por
mensualidades anticipadas, y cuando fallezca, el alimentista, sus herederos no
estarán obligados a devolver lo que éste hubiere recibido anticipadamente.

 CÓDIGO PROCESAL CIVIL Y MERCANTIL: Esta ley adjetiva regula cada


una de las etapas del trámite de la Ejecución en Vía de Apremio, acción que
debe ser promovida estrictamente bajo lo regulado en esta ley, y que se
encuentra dentro de los siguientes artículos:

Artículo 294. (Procedencia de la ejecución en vía de apremio). Procede la


ejecución en vía de apremio cuando se pida en virtud de los siguientes títulos,
siempre que traigan aparejada la obligación de pagar cantidad de dinero, líquida y
exigible:
1o. sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada;
2o. Laudo arbitral no pendiente de recurso de casación;
3o. Créditos hipotecarios;
4o. Bonos o cédulas hipotecarias y sus cupones;
5o. Créditos prendarios;
6o. Transacción celebrada en escritura pública; y
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7o. Convenio celebrado en juicio.

Artículo 297. (Mandamiento de ejecución). Promovida la vía de apremio, el juez


calificará el título en que se funde, y si lo considerase suficiente, despachará
mandamiento de ejecución, ordenando el requerimiento del obligado y el embargo
de bienes, en su caso. No será necesario el requerimiento ni el embargo si la
obligación estuviere garantizada con prenda o hipoteca. En estos casos, se
ordenará se notifique la ejecución, señalándose día y hora para el remate de
conformidad con el Artículo 313. En todo caso, se podrán solicitar las medidas
cautelares previstas en este Código.

Artículo 298. (Ejecutor). El juez designará un notario, si lo pidiere el ejecutante, o


uno de los empleados del Juzgado, para hacer el requerimiento y embargo o
secuestro, en su caso. El ejecutor requerirá de pago al deudor, lo que hará
constar por razón puesta a continuación del mandamiento. Si no se hiciere el pago
en el acto, procederá el ejecutor a practicar el embargo.

Artículo 300. (Pago y consignación). Si el demandado pagare la suma reclamada


y las costas causadas, se hará constar en los autos, se entregará al ejecutante la
suma satisfecha y se dará por terminado el procedimiento. Asimismo, puede el
deudor hacer levantar el embargo, consignando dentro del mismo proceso, la
cantidad reclamada, más un diez por ciento para liquidación de costas,
reservándose el derecho de oponerse a la ejecución. Lo anterior se entiende sin
perjuicio de que si la cantidad consignada no fuere suficiente para cubrir la deuda
principal, intereses y costas, según liquidación, se practicará embargo por la que
falte.

 LEY DE TRIBUNALES DE FAMILIA. Esta ley especifica regula


directamente todo lo relacionado a la forma de tramitación del proceso Oral
de Fijación de Pensión Alimenticia por parte del Juzgado de Familia, en sus
siguientes artículos:

Artículo 8: En las cuestiones sometidas a la jurisdicción privativa de los tribunales


de familia, rige el procedimiento del juicio oral que se rige en el Capítulo II del
Título II del Libro II del Código Procesal Civil y Mercantil. En las cuestiones
relacionadas con el derecho de alimentos, Los tribunales de familia emplearán
además el procedimiento regulado en Capítulo IV del Título II del Libro II del
Código Procesal Civil y Mercantil.

Artículo 10: El procedimiento en todos los asuntos sujetos a la jurisdicción de los


tribunales de familia debe ser actuado e impulsado de oficio, excepto los casos a
que se refiere el artículo anterior. La asesoría legal en las audiencias, sólo será
permitida cuando se preste personalmente por los abogados colegiados. Los
servicios sociales de las instituciones de Bienestar Social y Asistencia Social,
pueden colaborar con las partes y asistir a las audiencias. Los trabajadores
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sociales, pueden ser llamados por los tribunales para emitir dictamen como
expertos, en relaciones de índole familiar.

Artículo 11: La diligencia de conciliación de las partes prevista en el artículo 203


del Código Procesal Civil y Mercantil, no podrá dejar de celebrarse en los juicios
de familia, debiendo los jueces personalmente emplear los medios de
convencimiento y persuasión que estimen adecuados para lograr el avenimiento
de las partes, de todo lo cual deberá dejarse constancia en las actuaciones.

Artículo 12: Los Tribunales de Familia tienen facultades discrecionales. Deberán


procurar que la parte más débil en las relaciones familiares quede debidamente
protegida; y para el efecto, dictarán las medidas que consideren pertinentes.
Asimismo, están obligados a investigar la verdad en las controversias que se les
planteen y a ordenar las diligencias de prueba que estimen necesarias, debiendo
inclusive interrogar directamente a las partes sobre los hechos controvertidos, y
apreciarán la eficacia de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica. De
acuerdo con el espíritu de esta ley, cuando el Juez considere necesaria la
protección de los derechos de una parte, antes o durante la tramitación de un
proceso, puede dictar de oficio o a petición de parte, toda clase de medidas
precautorias, las que se ordenarán sin más trámite y sin necesidad de prestar
garantía.

Artículo 13: Los Jueces de Familia estarán presentes en todas las diligencias que
se practiquen en los casos que conozcan. Deberán impulsar el procedimiento con
la mayor rapidez y economía, evitando toda dilación o diligencia innecesaria, e
impondrán, tanto a las personas renuentes como al personal subalterno, las
medidas coercitivas y sanciones a que se hagan acreedores de conformidad con
la ley.

Artículo 14: Los jueces ordenarán a los trabajadores sociales adscritos al tribunal,
las investigaciones necesarias; éstos actuarán de inmediato, en forma acuciosa y
rápida, y rendirán sus informes con toda veracidad y objetividad, a fin de que los
problemas planteados puedan ser resueltos con conocimiento pleno de la realidad
de las situaciones. Tales informes serán confidenciales; únicamente podrá
conocerlos el juez, las partes y sus abogados. No podrá dárseles publicidad en
forma alguna, ni extenderse certificación o acta notarial de los mismos.

Artículo 15: Las personas que carezcan de recursos para litigar en los Tribunales
de Familia, podrán seguir ante las mismas diligencias de asistencia judicial
gratuita, de conformidad con lo establecido en el Capítulo VI del Título IV del Libro
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I del Código Procesal Civil y Mercantil. Dicha declaración sólo será válida para los
juicios relacionados con asuntos de familia.

Artículo 18: En los procesos relacionados con asuntos de familia en que figuren
como demandantes menores o incapaces, será Juez competente el del domicilio
de éstos o el del lugar donde resida el demandado, a la elección de los
demandantes.

Artículo 19: Todo aquel que se considere con derecho para hacer valer una
pretensión en asuntos relacionados con la familia, puede hacerlo directamente
ante el Tribunal competente, sin perjuicio de que en caso de menores o incapaces
el Juez provea a su adecuada representación de acuerdo con el artículo 48 del
Código Procesal Civil y Mercantil.

Artículo 20. Las disposiciones de la Ley Constitutiva del Organismo Judicial


(Decreto Gubernativo 1862) aplicables supletoriamente a la organización,
funcionamiento y procedimiento de los Tribunales.

F. CONSULTA DE AUTORES:

EJECUCION: Efectividad o cumplimiento de una sentencia o fallo de juez o


tribunal competente; como cuando se toman los bienes del deudor moroso para
satisfacer a los acreedores mediante dicha orden judicial. La ejecución como
fase posterior a la de conocimiento es definida por Couture como “El
procedimiento dirigido a asegurar la eficacia práctica de las sentencias de
condena” Concebida así la ejecución, como ejecución forzada de la sentencia, es
fácil aceptar la existencia previa de un proceso de conocimiento que resolvió una
determinada controversia. Pero en ese proceso de conocimiento, como lo señala
Guasp, su objeto era obtener una declaración del Juez sobre una determinada
pretensión que, indudablemente, provoca un cambio ideal en la situación
existente entre las partes. En cambio la modalidad ejecutiva se da “cuando lo
que la parte pretende es que el órgano jurisdiccional verifique no una declaración
de voluntad, sino una conducta física, un acto real o material, que puede ser
designado con el nombre específico de manifestación de voluntad, para
distinguirlo delas declaraciones propiamente dichas”. En el Código Procesal
guatemalteco, tanto el vigente como en el anterior, se ha considerado a los
juicios ejecutivos como procesos de ejecución, no obstante la observación antes
hecha sobre su naturaleza cognoscitiva. Lo único singular en el actual código es
que se separó la vía de apremio, que si es auténtica ejecución, de los juicios
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ejecutivos, aun cuando se les agrupó en el mismo libro que regula los procesos
de ejecución. Como el primero y más importante título ejecutivo es la sentencia,
el estudio de la ejecución forzada comienza refiriéndose a ella. Pero, el proceso
de ejecución no puede extenderse a todas las sentencias. En una clasificación
sobradamente conocida de las sentencias, se las agrupa, principalmente, en tres
categorías: Declarativas, de Condena y Constitutivas. Las primeras se limitan a
una mera constatación, reconocimiento o fijación de una situación jurídica. Las
segundas, imponen una condena contra el obligado. Y la tercera categoría
constituye un nuevo estado, inexistente antes de su aparición. Como ejemplo de
las sentencias declarativas, se ha citado como típico, aquella que declara la
prescripción; de las constitutivas, la que declara el divorcio; y en las de condena,
los ejemplos, son mucho más frecuentes y pueden comprenderse en esta
categoría, todas aquellas que impliquen una actitud del condenado a dar, hacer o
no hacer algo.

NATURALEZA: El problema atinente a la naturaleza de la ejecución se discute


en doctrina en el sentido de determinar si constituye actividad jurisdiccional, o si
por el contrario, se trata simplemente de actividad administrativa. Consideramos
que este problema ya está superado, por cuanto que en el caso de la ejecución
de las sentencias es el propio Juez el que hace efectiva la condena judicial, que
de otra manera en una declaración teórica, sujeta solamente al cumplimiento
voluntario del obligado. Si es el Juez el que lleva acabo los actos de ejecución, la
naturaleza de esos actos no puede ser otra quede índole procesal. Desde el
punto de vista del derecho guatemalteco, el problema no tiene mayores
complicaciones. En efecto, según lo dispuesto en el artículo 240 de la
Constitución Política de la República, corresponde a los tribunales la potestad de
juzgar y promover la ejecución de lo juzgado. En la misma forma se expresa el
artículo 27 de la Ley del Organismo Judicial. En el derecho guatemalteco los
procesos de ejecución se encuentran en el libro Tercero del Código Procesal
Civil y Mercantil. En primer lugar, se reguló la vía de apremio, que es la que tiene
indiscutiblemente el verdadero carácter de ejecución forzada y que corresponde
a la forma ordinaria de ejecución (expropiativa). En seguida se contempla el
juicio ejecutivo, que como antes se precisó, en realidad en un juicio sumario de
abreviada cognición, pero al cual se le aplican las disposiciones de la vía de
apremio en lo pertinente. Luego, las ejecuciones especiales, según el tipo de
obligación (de dar, de hacer, y de otorgar escritura pública), que encontraría su
catalogación en las que Guasp llama ejecuciones satisfactivas y transformativas.
Y finalmente, se regula la ejecución de sentencias, tanto nacionales como
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extranjeras. Los sistemas jurídicos requieren la concurrencia de varios requisitos


o presupuestos para que pueda existir un proceso de ejecución con toda la
eficacia que requiere la ley.

Ellos son: la acción ejecutiva, el título ejecutivo y el patrimonio ejecutable.

LA ACCION EJECUTIVA: Empleamos el término acción porque no hay razón


para desvincular el estudio de la acción ejecutiva del de la acción en general. Sin
embargo, no podemos dejar de apreciar un aspecto peculiar que la caracteriza:
que para su ejercicio debe justificarse la existencia de un derecho ya reconocido.
Cuando se ejercita una acción para ejecutar una sentencia, la vinculación con el
derecho es evidente, porque en la misma sentencia está reconocido. Por ellos
cuando se trata de ejecución de sentencias no solo se limita la posibilidad de
oponer excepciones en cuanto a la naturaleza de éstas, sino que sólo pueden
hacerse valer las nacidas con posterioridad a la sentencia. (Artículo 295 CPCyM
párrafo 2º.)

EL TITULO EJECUTIVO: Para el autor Manuel de la Plaza las pretensiones del


actor han de fundarse en un título que, por su sola apariencia, dispense de entrar
en la fase de discusión y presente como indiscutible, al menos de momento, el
derecho a obtener la tutela jurídica. En el proceso de ejecución su finalidad
exclusiva, es la de actuar un derecho ya reconocido, por modo más o menos
perfecto, con propósito de reparar una violación de determinadas obligaciones
por el que las contrajo o fue constreñido a su cumplimiento. También el proceso
se ha de modelar sobre ciertas bases evitando en lo posible el perjuicio
innecesario en el patrimonio del obligado. En nuestro sistema, como se regulan
taxativamente los documentos que aparejan ejecución, el Juez antes de librar el
mandamiento ejecutivo, lo analiza y únicamente en vista de la certeza del crédito
(por la apariencia del título) lo libra. Por lo que no hay posibilidad de iniciar un
proceso de ejecución sin que documentalmente se demuestre, al menos por el
momento, una cierta apariencia del derecho que se hace valer. El título ejecutivo
puede ser, según la doctrina de dos especies: Judicial y Extrajudicial
(Convencional y administrativo). De estos últimos, el convencional resulta del
reconocimiento hecho por el deudor a favor del acreedor, de una obligación
cierta y exigible, al cual se le atribuyen efectos análogos a los de la sentencia.
El Administrativo, por lo general se aplica para el cobro de ciertos créditos, por
ejemplo impuestos o multas. Estos títulos (Judicial y extrajudicial) desde el punto
de vista formal, en nada se diferencian. Sin embargo, las leyes hacen la
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diferenciación, en cuanto al procedimiento de ejecución. Así sucede en el Código


Procesal Civil y Mercantil en que se distingue la vía de apremio del llamado juicio
ejecutivo. Lo que importa señalar es que la base del proceso de ejecución es el
título ejecutivo y que el proceso de ejecución es como dice Alsina “Instrumento
autónomo para la realización práctica del derecho”. Dice “El título que le sirve de
base puede ser una sentencia, un reconocimiento extrajudicial o un acto
administrativo, y de ahí que las leyes procesales las distingan, regulándolos por
separado, entre ejecución de sentencia, juicio ejecutivo y juicio de apremio”.

PATRIMONIO EJECUTABLE: El proceso de ejecución en su forma común u


ordinaria hace efectivos los derechos del acreedor a través de la afectación del
patrimonio del deudor. Ahora bien, el acreedor que posee un título ejecutivo
suficiente con base en el cual inicia un proceso de ejecución, persigue,
obviamente, la satisfacción de un crédito mediante el embargo de bienes
suficientes tomados del patrimonio del deudor, a fin de ser vendidos para
satisfacer ese crédito con el producto que se obtenga. La cuestión que se
presenta, en primer término, se plantea sobre si la existencia de bienes que
serán objeto de la traba, constituye un requisito esencial del proceso de
ejecución, o si por el contrario, éste puede concluir normalmente, sin que la
presencia de bienes afecte a su finalización. El derecho guatemalteco opera
exactamente igual. La caducidad de la instancia (perención o abandono) afecta a
los procesos de ejecución, salvo las excepciones que el Código Procesal Civil y
Mercantil establece. Están exceptuados, por su propia naturaleza, los procesos
de ejecución colectiva (concursos y quiebra) pero no los procesos de ejecución
singular cuando su propósito sea distinto del de ejecutar una sentencia firme.
Ahora bien, el código preceptúa que en los procesos de ejecución singular que
se paralicen por ausencia o insuficiencia de bienes embargables al deudor, no
opera la caducidad de la instancia (Art. 589 inciso3º.)

BIENES QUE CONSTITUYEN EL PATRIMONIO EJECUTABLE: Ahora bien,


aquí lo que nos interesa, es determinar qué bienes constituyen el patrimonio
ejecutable. En principio, el Código Procesal Civil y Mercantil le concede al
acreedor el derecho a designar bienes sobre los cuales haya de practicarse el
embargo. Pero en el Artículo 306 del Código Procesal Civil y Mercantil, se
establece que bienes no pueden ser embargados. También leyes especiales
disponen la inembargabilidad de otros. No opta nuestro sistema por especificar
un orden de prelación en cuanto a los bienes que serán objeto de embargo,
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nuestro código y en general nuestro sistema jurídico, se concreta a establecer las


excepciones o los supuestos de inembargabilidad de bienes.

BIENES INEMBARGABLES: Según el artículo 306 del Código Procesal Civil y


Mercantil no podrán ser objeto de embargo los siguientes bienes:
1º. Los ejidos de los pueblos y las parcelas concedidas por la administración
pública a los particulares, si la concesión lo prohíbe;
2º. Las sumas debidas, a los contratistas de obras públicas, con excepción de las
reclamaciones delos trabajadores de la obra o de los que hayan suministrado
materiales para ella; pero si podrán embargarse la suma que deba pagarse al
contratista después de concluida la obra;
3º. La totalidad de salarios o sueldos y de honorarios, salvo sobre los porcentajes
autorizados por leyes especiales y, en su defecto, por el Código de Trabajo;
4º. Las pensiones alimenticias presentes y futuras,
5º. Los muebles y los vestidos del deudor y de su familia, si no fueren superfluos
u objetos de lujo, a juicio del juez; ni las provisiones para la subsistencia durante
un mes;
6º. Los libros, útiles e instrumentos necesarios para el ejercicio de la profesión,
arte u oficio a que el deudor este dedicado;
7º. Los derechos cuyo ejercicio es meramente personal, como los de uso,
habitación y usufructo, pero no los frutos de éste;
8º. Las pensiones, montepíos o jubilaciones menores de cien quetzales al mes
que el Estado acuerde y las pensiones o indemnizaciones a favor de inválidos;
9º. Los derechos que se originen de los seguros de vida, o de daños y accidentes
en las personas;
10º. Los sepulcros y mausoleos y
11º. Los bienes exceptuados por leyes especiales.
Para los casos en que sea aplicable, pueden ser embargados los bienes a que
se refieren los incisos anteriores, cuando la ejecución provenga de la adquisición
de ellos.

INEMBARGABILIDAD POR RAZONES DE INTERES PÚBLICO: 1. Bienes


nacionales: Son bienes del Estado:
a) Los de dominio público,
b) Las aguas de la zona marítima que ciñe las costas de su territorio, los lagos,
ríos navegables y sus riberas, los ríos, vertientes y arroyos que sirven de límite
internacional de la República, las caídas y nacimientos de agua de
aprovechamiento hidroeléctrico, las aguas subterráneas y otras que sean
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susceptibles de regulación por la ley y las aguas no aprovechadas por


particulares en la extensión y término que fije la ley;
c) Los que constituyen el patrimonio del estado, incluyendo los del municipio y de
las entidades descentralizadas o autónomas;
d) La zona marítimo terrestre, la plataforma continental y el espacio aéreo, en la
extensión y forma que determinen las leyes o los tratados internacionales
ratificados por Guatemala;
e) El subsuelo, los yacimientos de hidrocarburos y los minerales, así como
cualesquiera otras substancias orgánicas o inorgánicas del subsuelo;
f) Los monumentos y las reliquias arqueológicas;
g) Los ingresos fiscales y municipales, así como los de carácter privativo que las
leyes asignen a las entidades descentralizadas y autónomas;
h) Las frecuencias radioeléctricas.
2. Ejidos y parcelas concedidas por la administración. (Artículo 306 inciso 1º.
Código Procesal Civil y Mercantil)
3. Sumas debidas a contratistas: Su finalidad es que no se paralice la ejecución
de obras públicas. Por ello se dice que una vez concluida la obra, la suma que se
adeude al contratista si puede ser embargada.

INEMBARGABILIDAD POR RAZONES DE INTERES SOCIAL:


A. Salarios y honorarios. Los porcentajes que pueden ser objeto de embargo
están determinados en el Código de Trabajo Decreto 1441 del Congreso. El
artículo 96 establece las medidas de protección del salario. Pero a la vez, el
artículo 97 establece que son embargables toda clase de salarios, hasta el
50%, para satisfacer obligaciones de pagar alimentos presentes o los que se
deben, desde los seis meses anteriores al embargo.

VIA DE APREMIO
CONCEPTO: La vía de apremio procede cuando se pide la ejecución en base a
títulos a los cuales se les atribuye eficacia jurídica privilegiada, siempre que
traigan aparejada la obligación de pagar cantidad de dinero líquida y exigible. Los
títulos que permiten la promoción de esta ejecución forzosa son los siguientes:
1) Sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada.
2) Laudo arbitral no pendiente de recurso de casación.
3) Créditos hipotecarios.
4) Bonos o cédulas hipotecarias y sus cupones.
5) Créditos prendarios.
6) Transacción celebrada en escritura pública.
7) Convenio celebrado en el juicio.
Los antecedentes de esta regulación los encontramos en el Proyecto del Código
de Procedimiento Civil de Eduardo J. Couture (artículo 416 y sigs.).
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Ahora bien, en cuando se trata de una ejecución forzosa que responde al


carácter de tal, sin embargo, dentro de límites muy estrictos, se permite la
interposición de excepciones. En el caso de la ejecución de sentencias sólo se
admiten excepciones nacidas con posterioridad a la sentencia o al laudo cuya
ejecución se pida (artículo 295 Código Procesal Civil y Mercantil) lo cual es
lógico, puesto que, tanto la sentencia como el laudo se encuentran firmes. En las
ejecuciones basadas en los demás títulos, sólo se admiten las excepciones que
destruyan la eficacia del título y se fundamenten en prueba documental (Artículo
296 párrafo 2º. Código Procesal Civil y Mercantil) o sea que no se elimina del
todo la posibilidad de una abreviada fase de cognición, pero por la limitación de
ese conocimiento, no se afecta la naturaleza realmente ejecutiva de esta vía.

TITULOS EJECUTIVOS: Los mencionaremos siguiendo el orden en que están


enumerados en el Código Procesal Civil y Mercantil:

A) SENTENCIA PASADA EN AUTORIDAD DE COSA JUZGADA:


Cuando el Código Procesal se refiere a la sentencia pasada en autoridad de
cosa juzgada, está aludiendo a la SENTENCIA FIRME, es decir a la que no
admite ningún recurso. También podría hablarse de sentencia ejecutoriada que
es el lenguaje que utiliza la Ley del Organismo Judicial (Artículo 171), al indicar
que hay cosa juzgada cuando la sentencia es ejecutoriada, siempre que haya
identidad de personas, cosas y acciones y no hubiere lugar a juicio ordinario
posterior (Artículo 172 de la Ley del Organismo Judicial) Guasp nos recuerda que
“El título de ejecución primero y fundamental es la sentencia judicial” y nos
precisa: “Para que un juez actúe ejecutivamente es normalmente necesario que
se haya resuelto en un proceso de cognición de un modo que fundamentalmente
las manifestaciones ejecutivas ulteriores. La sentencia es, pues, el título
primordial de ejecución; pero, como fácilmente se comprende, no toda clase de
sentencias, sino sólo las sentencias de condena, puesto que las sentencias
declarativas y las sentencias constitutivas no exigen ni permiten directamente
una conducta física del Juez dirigida aponer de acuerdo el mandato de las
mismas con la realidad física sobre la que la ejecución actúa.

Por lo tanto, la sentencia de condena es el primero de los títulos de ejecución, en


cualquiera de las especies que el derecho positivo reconoce de ellas; en
particular, no sólo la sentencia de condena ordinaria, sino la sentencia de
condena dictada en el juicio ejecutivo, que se conoce con el nombre de sentencia
de remate. Ahora bien, al igual que ocurre en el sistema español, el Código
Procesal Civil y Mercantil Guatemalteco permite la ejecución provisional de las
sentencias, o sea que la regla general relativa a las sentencias firmes o que
hayan pasado en autoridad de cosa juzgada encuentran en el régimen jurídico de
ejecución de sentencias, esta excepción. La recoge el artículo 342 así: “El
interesado podrá pedir la ejecución de la sentencia de Segunda Instancia, aún
cuando no hubiere transcurrido el término para interponer la casación o ésta
estuviera pendiente, si se llenan los siguientes extremos:
1º. Que los fallos de Primera y Segunda Instancia sean conformes en su parte
resolutiva; y
2º. Que se preste garantía suficiente para responder de la restitución, daños y
perjuicios para el caso de ser casada la sentencia recurrida. La ejecución
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provisional no procede en los procesos sobre capacidad y estado civil de las


personas”

B) LAUDO ARBITRAL NO PENDIENTE DE RECURSO DE CASACIÓN:

Como sabemos la función de los árbitros termina cuando dictan el laudo (Artículo
285 del Código Procesal Civil y Mercantil). En consecuencia, no tienen imperio
para ejecutarlo. Si no se ha interpuesto recurso de casación, o bien este ha sido
desestimado, el laudo queda firme y solo resta iniciar los trámites para obtener
su cumplimiento, en caso de que haya resistencia a cumplirlo. El artículo 293 del
Código Procesal Civil y Mercantil prevé que firme el laudo arbitral, podrá
obtenerse su ejecución ante el Juez de Primera Instancia del lugar donde se ha
seguido el arbitraje y que esta ejecución se llevará a efecto del mismo modo
establecido para la sentencia, o sea que debe acudirse a la vía de apremio.
Nótese que la disposición atribuye competencia a cualquier Juez de Primera
Instancia del lugar donde se ha seguido el arbitraje. En la práctica si ha habido
necesidad de acudir a la formalización judicial del compromiso, las partes
solicitan la ejecución del laudo ante el Juez que ha llevado la sustanciación de
esa formalización. Pero, puede pedirse ante cualquier juez de los que el Código
considera competentes. Algunas veces salta la duda de cuál es el documento
que constituye el título ejecutivo, es decir el documento que contiene el laudo. En
la práctica se ha seguido dos cambios. En algunos casos los árbitros al terminar
su función, si ha habido fase previa de formalización judicial del compromiso,
devuelven el proceso terminado al Juez que conoció de esas diligencias. Luego
las partes obtienen certificación judicial del fallo y con ella inician el proceso
ejecutivo. Sin embargo, nosotros estimamos suficiente la certificación notarial del
laudo dictado, en la que se haga constar que no hay recurso pendiente. Esto
porque el código no exige ningún tipo especial de documento, por lo que debe
entenderse que basta aquel que por sus condiciones de autenticidad demuestra
fehacientemente la existencia del laudo.

C) CREDITOS HIPOTECARIOS:

1. Hipoteca: El Código contempla también a los créditos hipotecarios como títulos


ejecutivos suficientes para hacerlos valer en la vía de apremio. Por ello, tenemos
que hacer referencia a las disposiciones del Código Civil que regulan la Hipoteca
como un derecho real (Artículo 822 y sigs.) En este código se da el concepto de
la hipoteca en estos términos: “La hipoteca es un derecho real que grava un bien
inmueble para garantizar el cumplimiento de una obligación”. Siendo pues, un
derecho real que garantiza el cumplimiento de una obligación, es lógico pensar
que en el proceso ejecutivo lo que se persigue es dar satisfacción a esa
obligación. Sin embargo, en lo que toca a la hipoteca, nuestro sistema es muy
especial, ya que como se sabe, cuando la garantía está constituida por dicho
derecho real, no hay responsabilidad personal; es decir, en caso de que la
hipoteca resulte insuficiente, no hay responsabilidad de hacer efectiva la
obligación en otros bienes del deudor. El patrimonio de este no responde
genéricamente, sino solamente con el bien hipotecado. Por eso dice el artículo
823 “La hipoteca afecta únicamente los bienes sobre que se impone, sin que el
deudor quede obligado personalmente ni aun por pacto expreso”
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2. Subhipoteca: Como se sabe el Código Civil vigente permite la subhipoteca


cuando dispone que el Crédito garantizado con hipoteca puede sub hipotecarse
en todo o en parte, llenándose las formalidades aplicables establecidas para la
constitución de la hipoteca (Artículo 582). Existiendo regulada esta institución,
lógicamente cabe pensar que en caso de incumplimiento de la obligación
garantizada en esa forma, el acreedor sub hipotecario tiene a su vez el derecho
de hacerlo valer a través de la vía de apremio.

D) BONOS O CEDULAS HIPOTECARIAS Y SUS CUPONES:


En el Código Civil no se regulan los bonos hipotecarios sino únicamente las
cédulas hipotecarias como una modalidad de la hipoteca. En el Código de
Comercio sólo se alude a los bonos bancarios en el Artículo 609, en estos
términos: “Los bonos bancarios son títulos de crédito y se regirán por su leyes
especiales y supletoriamente por lo establecido en este Código”. En la práctica
los bancos no suelen emitir bonos hipotecarios. La modalidad de bonos que se
conocen en nuestro medio son los bonos públicos que emite el Estado, pero que,
por tener, generalmente, garantía de recompra por el Banco de Guatemala, su
cobro no presenta ninguna dificultad ni hay que acudir a ningún procedimiento
judicial. Es por eso que aludiremos en primer término a los bonos hipotecarios
que la ley autoriza que los bancos puedan emitir.

1. Bonos hipotecarios y prendarios emitidos por los bancos: Esta clase de bonos
tienen características especiales debido a su especial naturaleza, tanto en lo
que se refiere a sus condiciones de emisión como a las garantías. Están
regulados en los artículos del 55 al 62 de la ley de Bancos, decreto 315 del
Congreso. Conforme a esta ley los bonos hipotecarios y prendarios son títulos
de crédito al portador, a plazo no menor de un año ni mayor de veinticinco
años, a contar de la fecha de su emisión y transferibles mediante la simple
tradición del título (Artículo 55). La ley contempla normas relativas a la
colocación y negociación de estos bonos (Artículos 59 y 60), pero el aspecto
que aquí nos interesa destacar en el relativo a las garantías y a su calidad de
títulos ejecutivos. De acuerdo con lo que dispone el artículo 61 de la Ley de
Bancos, los bonos hipotecarios y prendarios estarán garantizados por: a) El
conjunto de Prestamos a cuya financiación se destinan los bonos, y sus
garantías anexas; b) las demás inversiones y activos del banco; y c) la
responsabilidad subsidiaria que, en casos especiales, otorguen el Estado, las
entidades públicas o las instituciones financieras oficiales o semioficiales.
Dice también la última disposición citada que los bonos hipotecarios y
prendarios, debidamente autorizados y registrados, constituirán título
ejecutivo para exigir judicialmente el capital líquido que tales títulos expresen
y sus respectivos intereses, sin necesidad de reconocimiento, siempre que
preceda requerimiento de pago hecho por notario. Como hemos indicado
antes esta calidad de títulos ejecutivos que tienen los bonos hipotecarios y
prendarios, se hace valer a través de la vía de apremio, en virtud del carácter
privilegiado que tiene la eficacia de estos títulos.

2. Cédulas Hipotecarias: La emisión de cédulas hipotecarias constituye una de


las modalidades de la hipoteca. Así lo regula el Código Civil (Artículos 860 a 879)
y también el Código de Comercio (Artículos 605 y 606). De acuerdo con lo
dispuesto en el primer párrafo del artículo 605 del Código de Comercio, las
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cédulas hipotecarias emitidas de conformidad con la ley, son títulos de crédito y


aunque sean garantizados con hipoteca, no perderán su calidad de muebles.
Según lo dispuesto en el artículo 872 del Código Civil y en el artículo 52 del
Decreto-Ley 218 las cédulas y los cupones vencidos son títulos que aparejan
ejecución y pueden traspasarse por la simple tradición si fueren al portador, o por
endoso si fueren nominativos. Por su parte el Código Procesal Civil y Mercantil
les atribuye el carácter de títulos ejecutivos para abrir la vía de apremio (artículo
294 inciso 4º.) Entonces, con base en la disposición del Código Civil y en la del
Código Procesal Civil, parece claro que para iniciar un proceso de ejecución en
la vía de apremio basta con presentar el cupón o cédula. No se requiere
presentar el testimonio de la escritura pública de constitución de la hipoteca
cedularía ni certificación del Registro General de la Propiedad. Aunque es
conveniente presentar esta, porque de todos modos el Juez lo exigirá para la
elaboración de los edictos de remate. En el proceso de ejecución lo que se hace
efectiva es la hipoteca que garantiza la emisión de las cédulas y de sus cupones.
En otras palabras, lo que se rematará para cubrir el adeudo de que se trate es el
inmueble sobre el que recayó la hipoteca cedularía.

E) CREDITOS PRENDARIOS:
Los créditos prendarios también tienen eficacia jurídica privilegiada para los
efectos de admitir una ejecución en la vía de apremio. En nuestro sistema la
prenda se considera como un derecho real que grava bienes muebles para
garantizar el cumplimiento de una obligación (Artículo 880 del Código Civil). La
prenda se constituye en escritura pública o documento privado y debe hacerse
constar la especie y naturaleza de los bienes dados en prenda, su calidad, peso,
medida, cuando fueren necesarios, y todos los demás datos indispensables para
su identificación, nombre del depositario y especificación de los seguros que
estuvieren vigentes sobre los bienes pignorados. Establece también el Código
Civil que la aceptación del acreedor y del depositario deberá ser expresa
(Artículo 884). Puede también ejecutarse por la vía de apremio la prenda de
títulos sean nominativos o al portador (Artículo 886 Código Civil). Aparte de la
prenda común, en el Código Civil se regulan otras modalidades de prenda, las
cuales también se ejecutan por la vía de apremio. En primer lugar tenemos la
prenda agraria, ganadera e industrial, que puede con independencia de los
inmuebles a que pertenezcan. Esta prenda puede constituirse sobre los
siguientes bienes:
1º. Los frutos pendientes, futuros o cosechados.
2º. Los productos de las plantas y las plantas que solo pueden utilizarse
mediante el corte.
3º. Las máquinas, aperos o instrumentos usados en la agricultura.
4º. Los animales y sus crías.
5º. Las máquinas e instrumentos usados en la industria.
6º. Las materias primas de toda clase y los productos en cualquier estado de las
fábricas o industrias.
7º. Los productos de las minas y canteras.

F) BONOS DE PRENDA:
Esta clase de títulos de crédito emitidos por los Almacenes Generales de
Depósito, reciben el tratamiento de los créditos prendarios, y por esa razón,
deben estudiarse dentro de los títulos ejecutivos que se hacen valer por la vía de
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apremio. Ahora bien, nos interesa señalar el carácter ejecutivo de estos títulos
ejecutivos de crédito. Los títulos que pueden emitirse son dos: El certificado de
Depósito y el Bono de Prenda. De conformidad con la ley ambos son títulos
ejecutivos, pero, la vía en que corresponde hacerlos valer es diferente ni nos
atenemos a las normas del Código Procesal y de la ley específica. En efecto, el
Código sólo autoriza la vía de apremio para los créditos prendarios, y en
consecuencia, únicamente los bonos de prenda pueden habilitar esa vía. Los
certificados de depósito que hacen posible el reclamo de devolución de la
mercadería tienen que hacerse valer por la vía de las ejecuciones especiales,
puesto que se trata de una obligación de hacer (entregar los bienes) siendo
aplicable el artículo 337 del Código Procesal Civil y Mercantil. Con estas
declaraciones puede entenderse correctamente el párrafo primero del artículo 11
de la Ley de Almacenes Generales de Depósito, que dice: “Los certificados de
Depósito y los bonos de prenda emitidos de conformidad con esta ley y sus
reglamentos, son títulos ejecutivos, sin necesidad de protesto, requerimiento o
diligencia alguna, para él solo efecto de que sus tenedores legales puedan exigir
respectivamente la devolución de los bienes o el pago de las sumas adeudadas”.

G) TRANSACCION CELEBRADA EN ESCRITURA PÚBLICA:


A ese título ejecutivo se refiere el inciso 6º. Del artículo 294 del Código Procesal
Civil y Mercantil. La transacción es un modo anormal de terminar el proceso.
Nótese que el código únicamente reconoce su eficacia jurídica privilegiada,
cuando la transacción consta en escritura pública. Sin embargo, de conformidad
con lo dispuesto en el artículo 2169 del Código Civil, la transacción puede
constar ya sea en escritura pública o bien en documento privado legalizado por
notario; o bien mediante acta judicial, o petición escrita dirigida al Juez, cuyas
firmas estén autenticadas por Notario. Cuando la transacción se ha documentado
en escritura pública, puede ejecutarse en la vía de apremio. Si consta en acta
judicial, también puede serlo, pero al amparo del inciso 7º. Del artículo 294 del
Código Procesal Civil y Mercantil. Ahora bien, en los casos en que la petición
conste en documento privado legalizado por notario, tiene que acudirse al juicio
ejecutivo con base en lo establecido en el inciso 3º. Del artículo 327 del Código
Procesal Civil y Mercantil.

H) CONVENIO CELEBRADO EN JUICIO:


A este título ejecutivo se refiere el inciso 7º. Del artículo 294 del Código Procesal
Civil y Mercantil. Todos los convenios que puede amparar este inciso pueden
derivar de la conciliación a que se refiere la norma general del artículo 97 del
Código Procesal Civil y Mercantil. Esta disposición dice: “Los tribunales podrán,
de oficio o a instancia de parte, citar a conciliación a las partes, en cualquier
estado del proceso. Si las partes llegan a un avenimiento se levantará acta
firmada por el juez o presidente del Tribunal, en su caso, por las partes o sus
representantes debidamente facultados para transigir y por el secretario. A
continuación se dictará resolución, declarando terminado el juicio y se mandará
anotar de oficio el acta, en los registros respectivos.
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G. ESQUEMA DE LA EJECUCIÓN EN VÍA DE APREMIO


Procedencia de Ejecución en Calificación del Título y Mandamiento de
Vía de Apremio Ejecución

Artículo 294 del CPCYM Artículo 297 del CPCYM


Interposición de escrito de El Juez al día siguiente de recibida la solicitud
ejecución acompañado con el dictara la primera resolución, admitiendo o
título en que funde su derecho, rechazando la demanda, si la admite calificará el
siempre que traigan aparejada la Titulo en que se funda la Ejecución y si lo considera
obligación de pagar cantidad de suficiente, ORDENARÁ EL REQUERIMIENTO AL
dinero, liquida y exigible. OBLIGADO Y EL EMBARGO DE BIENES, y si no
admite la demanda la rechazará en Auto el cual es
apelable.

Títulos Con Los Que Se


Puede Pedir El Juicio Notificación y Requerimiento de Pago
Ejecutivo En La Vía De Art. 298 del CPCYM
Apremio Se requiere al ejecutado el cumplimiento del pago
de la obligación a través de un ejecutor designado
294 del CPCYM por el Juez
1. Sentencia Pasada en autoridad
de cosa juzgada
2. Laudo Arbitral no pendiente de
recurso de casación Actitudes de Ejecutado
3. Créditos hipotecarios
4. Bonos o Cédulas y sus
cupones
5. Créditos Prendarios
6. Transacción Celebrada en
Escritura Pública.
No Pagar Pagar Interponer
7. Convenio Celebrado En Juicio. Excepciones
Art. 301 del Art. 300 del
CPCYM CPCYM Art. 296 2° Párrafo
Se entrega del CPCYM
En el caso de cobro de
Se procederá la suma Solo se admite las
pensiones alimenticias se y no
a practicar el pagada al que destruyan la
fueran pagadas, se certificará
Embargo ejecutante y eficacia del Título
lo conducente ante el
se dará por Ejecutivo. Se
Ministerio Publico por el delito
terminado el resolverán en
de NEGACION DE
proceso. Incidente. El Auto
ASISTENCIA ECONOMICA.
que las resuelve no
es apelable.
Tasación

Art. 312 del CPCYM Entrega de Bienes


Es realizado por expertos, salvo las
partes hubiesen convenido el precio Art. 326 del CPCYM
base para remate.
Otorgada la escritura el Juez
mandará dar posesión de los bienes
al rematante fijando al ejecutado un
Remate término que no exceda de diez días

Art. 313 del CPCYM Concluye la Ejecución


El Remate deberá realizarse en un plazo no
menor de 15 días y no mayor de 30 días
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Liquidación Escrituración
Art. 319 del CPCYM
En esta etapa se hará la liquidación de la Art. 324 del CPCYM
deuda con intereses y regulación de las El Juez señalara al ejecutado el término de
costas y demás gastos que se originen tres días para que otorgue la escritura
traslativa de dominio del bien embargado,
del procedimiento ejecutivo
tasado, puesto a remate y liquidado

H. BIBLIOGRAFIA:
 ALSINA, Adolfo.
Derecho Civil. Buenos Aires: Imprenta de "La República"
 COUTURE ETCHEVERRY, Eduardo Juan.
Estudios de Derecho Procesal Civil. Tomo I.
Cuarta Edición
 GARNICA ENRIQUEZ, Omar Francisco.
El Derecho Procesal Civil y Mercantil, en la práctica guatemalteca; Editorial
Fénix, 1ra. Edición 2015.
 GUASP DELGADO, Jaime.
Derecho Procesal Civil.

I. EGrafía
 www.estuderecho.com

J. LEYES CONSULTADAS
 Constitución Política de la República de Guatemala.
Vigencia 14 de enero de 1985.
 Código Civil.
Decreto Ley 106.
 Código Procesal Civil y Mercantil.
Decreto Ley 107.
 Ley del Organismo Judicial.
Decreto 2-89.
 Ley de Tribunales de Familia.
Decreto Ley número 206.

Jutiapa, veintisiete de noviembre de dos mil dieciocho


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JUAN ALBERTO MACARIO LÓPEZ

CARNE: 200414608

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