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UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO

FACULTAD DE EDUCACIÓN Y CENCIAS DE LA COMUNICACIÓN


HISTORIA Y GEOGRAFÍA CURSO: HISTORIA LOCAL Y REGIONAL II

TRUJILLO EN LA GUERRA CON CHILE Y TRUJILLANOS


ILUSTRES EN LA GUERRA

1. Colecta para la guerra - Cruz roja de damas trujillanas.


El 5 de abril de 1879 el Perú recibió una declaratoria de guerra por parte de las fuerzas
chilenas bajo el mandato del presidente Aníbal Pinto, con el pretexto de haberse realizado
un pacto secreto entre Bolivia y Perú en 1872, firmado por sus presidentes Hilarión Daza
y Manuel Pardo y Lavalle respectivamente, y de un impuesto que se negó a pagar a Bolivia.
Sin embargo, las verdaderas intenciones de Chile hacia el Perú fueron la apropiación de
las islas guaneras, ya que la exportación del guano había contribuido al crecimiento
económico de la nación peruana y a subsanar las deudas que venía acarreando, dando
origen a la etapa denominada por Basadre como “La Era del Guano y El Salitre”.
Por ello, en 1879 arremetió contra el Perú, desarrollando un proceso bélico en tres etapas
El inicio de la guerra entre los tres países generó un profundo sentimiento de patriotismo
en la población, incentivándolos a unirse a las fuerzas militares, así como brindar
donaciones para solventar al ejército peruano, por ese motivo los diversos departamentos
del país comenzaron con la recaudación de sus respectivas erogaciones.
Trujillo fue una de las ciudades que se manifestó con sus contribuciones, las cuales
servirían para las demandas de vestuario, uniformes, espadas, armas, socorros, loneta,
zapatos, cornetas, cajas, pitos, para la atención de batallones, gastos de viaje, etc., y durante
las sesiones de concejo, el alcalde Esteban Ríos hizo hincapié en la importancia de
colaborar con la capital y pronunciarse frente a esa situación. Ante el llamado de la
alcaldía, los centros educativos y las provincias que rodeaban la ciudad respondieron de
manera asertiva brindando una subvención para solventar los gastos nacionales.
Por parte de las provincias de Trujillo, las contribuciones se vieron retrasadas al atravesar
por un cambio de autoridades; pero al concluir las elecciones, cada provincia comenzó a
sumarse con sus respectivas erogaciones para la guerra, iniciando con Chocope que dio un
monto de mil soles, posteriormente se aunaron Ascope, Chicama, Moche, Paiján,
Magdalena de Cao, Salaverry, Huanchaco y Simbal.
El autor Centurión Vallejo, también destaca la participación de las mujeres, al conformar
la cruz roja de damas, las cuales estuvieron presentes desde el inicio hasta la culminación
de la guerra, brindando apoyo durante la propagación de la viruela y la fiebre amarilla.
Dentro de las damas de Trujillo destacaron Albina Cavero de Orbegoso, Agustina Aldeoca,
Manuela Cabrera Pinillos, Francisca H. de O ‘Dónovan, Rosa Quintana de Valdivia,

Mg. Rider G. Vergara De la Cruz Tema: Trujillo en la Guerra con Chile


Matilde Reyes de Oliva, Tomasa Arbayza viuda de Cedrón, Josefa Estrada de Callirgos,
Guillermina viuda de Morales, entre otras.
No obstante, pese al conflicto nacional por el que atravesó el país y el desarrollo de la
guerra al sur, Trujillo denotó una aparente calma al no tener que afrontar el conflicto de
manera directa; sin embargo, indirectamente la ciudad seguía apoyando económicamente
con las donaciones que obtenía por parte de la población las cuales eran recepcionadas por
el Concejo Provincial. Por esa razón la ciudad continúo con sus labores cívicas de manera
normal, tratando de resolver las deficiencias internas en los ramos que la conformaban,
involucrando las calles, caminos, plazas, entre otros, que debían ser atendidas
constantemente.
Ante las carencias que presentaba Trujillo y las noticias provenientes de la capital sobre
los avances militares, las autoridades comprendieron que la diferencia entre Perú y Chile
eran demasiado, dando cabida a una invasión territorial, motivo por el cual, las diversas
ciudades del país iniciaron la formación de guardias urbanas. En la ciudad de Trujillo el
señor concejal La Barrera sugirió que la Municipalidad debía encargarse de la formación
de dicha guardia, y pese a algunas oposiciones de sus colegas, hubo quienes estaban de
acuerdo con la iniciativa y aludiendo que sería propicio que quienes conformen la guardia
urbana de Trujillo sean los extranjeros que habitaban en la ciudad.
Ello debido a que los extranjeros (italianos, alemanes, ingleses, etc.) tendrían más
aceptación por su postura neutral ante el conflicto. Debido a que las subvenciones
brindadas en un primer momento no fueron suficientes se requirió una nueva recaudación
de dinero, motivo por el cual Huanchaco, Moche, Ascope y Chocope nuevamente dieron
sus erogaciones. Esta última donó cinco mil soles, como consecuencia la Municipalidad
de Chocope solicitó una exoneración en caso se requiera por tercera vez su contribución8
al ver que no todas las provincias de Trujillo respondieron de manera oportuna.
A pesar de las constantes contribuciones de Trujillo y los demás departamentos, los gastos
para solventar la guerra no eran suficientes, por ello, desde Lima se remitió un oficio por
parte del Ministro de Hacienda y Comercio para que el Concejo de Trujillo facilite un
préstamo de diez millones de soles con la finalidad de subsanar los gastos que se venían
realizando. Más allá del hecho de si se realizó o no el préstamo, da a entender dos
situaciones, en primer lugar, que la provincia de Trujillo podía llevar a cabo el préstamo,
denotando una fuerte estabilidad económica la que se vio reflejada en el empréstito
solicitado desde la capital y, en segundo lugar, que el estado económico de la capital fue
inestable.
Mientras las autoridades y la población trujillana continuaban con sus labores cotidianas,
al sur del país el enfrentamiento bélico venía siendo desfavorable para la nación peruana,
llevándose a cabo la lucha naval entre el monitor Huáscar y las huestes chilenas
conformadas por el Cochrane y el Blanco Encalada dando como resultado el advenimiento
del triunfo chileno el cual dejaba desprovisto de una defensa marítima a los puertos del sur
y del norte. La pérdida peruana fue de tal magnitud que las autoridades limeñas exigieron
a las municipalidades de cada región una erogación para la compra de un nuevo monitor
que reemplace al Huáscar, el cual se denominaría “el honorable Miguel Grau”.
Por tal motivo desde el 14 de octubre el Alcalde Estaban Ríos y sus concejales iniciaron
la recaudación de los fondos, por medio de comisiones, destinándose al señor Valdivia
para Ascope, Elías Pinillos para Simbal, O’ Dónovan para Virú, José B. Goicochea para
Moche y Salaverry, el señor Cox para Huanchaco, el señor Solís para Santiago y
Magdalena de Cao12 y de la recaudación de Trujillo se encomendó al alcalde.
2. Contribución de la iglesia trujillana. Lo sucedido en la parroquia de Cajabamba
La iglesia trujillana mostró su patriotismo cuando en el histórico Cabildo Eclesiástico del
14 de abril de 1879, presidido por el Obispo Domingo Arméster condenó la guerra
diciendo que era inmotivada e injusta, sorpresiva y escandalosa ante todas las naciones del
mundo; además calificó a Chile con el injusto invasor.
El congreso de la república había levantado un préstamo nacional para atender a los gastos
de la guerra. En mayo 1879 el obispo Arméster dirigió, impresa, una enjundiosa pastoral
excitando el celo de todos los párrocos de la diócesis para que acudieran con las alhajas de
sus curatos no imprescindibles para el culto en favor del empréstito, para lo cual expidió
un decreto autoritario.
En los meses de julio y agosto de 1789 de acuerdo al decreto supremo de 27 de julio sobre
recolección de alhajas, nombró comisiones provinciales para formar los inventarios y
recolectar las alhajas parroquiales.
Las parroquias de Cajabamba y Magdalena de Cao se negaron a proporcionar sus alhajas
informando al Obispo que eran indispensables para el culto y en consecuencia no las dieron
para gastos de guerra.
Mientras que, en Pataz, el comisionado subprefecto Tomás Morante y Bullón había
cometido actos delictuosos en la recolección de alhajas, por lo que el prefecto de La
Libertad, Eduardo Dávila, lo puso a disposición de la justicia castrense a cargo del teniente
coronel Juan Vargas, para que le abra juicio militar.

3. Cuerpos de guerra en Trujillo.


Trujillo no solamente aportó dinero para la defensa, sino que con sus “hijos” formó cuerpos
de guerra, de guardia civil y cruz roja.
La juventud, especialmente la estudiosa, en los colegios de San Juan y Seminario de san
Carlos y san Marcelo, se dio de alta en los cuerpos de guerra. Esta espontánea actitud
contrastó con la sumida en la noche del 24 de marzo de 1879, ante la inminencia de la
guerra, por el batallón “Puno ” cuyos efectivos aprovechando la sombra de la noche reclutó
a la fuerza a muchos jóvenes para integrar la guardia nacional, actitud que preocupó
aireadamente a los regidores municipales que consiguieron que se ponga en orden,
dejándose en libertad a los jóvenes, por cuanto los trujillanos voluntariamente darían su
contingente de sangre en caso de que la patria lo requiriese.
La ocasión se presentó al ser declarada la guerra, acudiendo la juventud y también
principales ciudadanos y profesionales trujillanos a formar los cuerpos del batallón “Libres
de Trujillo” Nº 11, al mando del coronel de la guardia nacional, don Justiniano Borgoño,
batallón que defendió al Perú en los campos de San Juan y Miraflores, tenía 27 jefes
oficiales y 560 soldados, integraba la segunda división al mando del coronel Mariano R.
Cano.
El batallón número 1 de la guardia nacional estuvo al mando del coronel de ejército don
Esteban Ríos, teniendo como segundo jefe a Don Agustín de la Torre Gonzales.
El batallón número 2 estaba al mando del médico Nicolás Carlos de Vega. Es desconocido
hasta ahora lo referente a los otros batallones números 3 y 4 “Libres de Trujillo”, “Prado”,
“Victoria” y “Chota”.
Destacan participantes del colegio San Juan como también del colegio Seminario de San
Carlos y san Marcelo entre ellos el profesor del colegio seminario y del colegio San Juan
don Manuel Ignacio Sandoval era literato. Escribió un drama exaltando las glorias de Grau
y su inmortal Huáscar .A fin de avivar el patriotismo de los trujillanos hicieron representar
el drama en el teatro local con gran éxito, con asistencia de numeroso público y
especialmente de los alumnos del colegio San Juan, mas no de los seminaristas cuyo rector
se escandalizo sintiéndose ofendido cuando los alumnos le pidieron permiso para concurrir
al espectáculo , viéndose obligados a pedir perdón, con lo que consiguieron que regresara
al plantel, de donde se había retirado por la “ofensa de los seminaristas”.
Asimismo, Sandoval escribió una mordaz poesía contra una señorita trujillana que contrajo
matrimonio con un jefe chileno durante la segunda invasión. La poesía tenía el siguiente
lema: “cuando me lo contaron la fría hoja de una punzante espada rasgó mis entrañas”.
Héroes trujillanos muertos en la guerra contra Chile.
Coroneles
• Ricardo O’Dónovan (Arica, junio 7 de 1880)
• Manuel M. Gómez (Miraflores, enero 15 de 1881)
• Julián Cruzado (San Pablo, julio 13 de 1882)

Capitanes:
• Max Alvarado.
• José Morales Ayllón.
• Ascencio Morales.
• Fernando Guido.

Tenientes:
• Leopoldo Arias.
• Federico Ugarte.
• Manuel Montero.
• José Salazar.
• Bernardino Cruz.

Subtenientes:
• Hipólito Urquiaga.
• Manuel Palacios.
• Eloy Hernández.

Sargentos:
• Lino Washbrum.
• Francisco Adrianzen.
• Celso Rodríguez.
• Gerardo Castro.
• Pablo Tito Alas.
• José Nieto.
• Nemesio Cárdenas.
• Pablo Jirón.
• Miguel Urquiaga.
• Alberto Risco.
• José dolores López.
• Manuel Efio.

Soldados:
• Julio Cáceda.
• Manuel Romero.
• Juan Ñique.
• Adolfo hidalgo
• Ml. M. Barbaran.
• Juan Neira.
• Augusto Ugarte.

4. Sucesos en colegio Seminario


Seminario de San Carlos y san Marcelo y el colegio nacional de San Juan eran los dos
únicos centros educativos de la juventud trujillana, a los que también acudían estudiantes
de los otros departamentos del norte peruano en el primero, para seguir la carrera
sacerdotal y en el segundo la carrera oficial laica. La Universidad Nacional de Trujillo fue
clausurada en 1876, por lo tanto, no participó como institución en la guerra.
En el seminario estudiaban en 1880, 75 alumnos y en 1881, 94. Muchos de esos jóvenes,
cuyas edades fluctuaban entre los 16 y 19 años, dejaron el hábito de los sacerdotales y se
alistaron conjuntamente con estudiantes del colegio San Juan, en la guardia civil al mando
del capitán Dr. José María Checa, cuyos ejercicios militares los realizaban en el patio
principal del colegio nacional de San Juan, dedicados a conservar el orden público en la
ciudad, y otros se alistaron en batallones de guerra en formación. Buen número de ellos
marcharon voluntariamente a Lima, más el gobierno, en vista de su juventud, los devolvió
a Trujillo.
Los seminaristas perdieron sus estudios y exámenes, por lo que solicitaron a su director y
a sus profesores que los exámenes fueran aplazados, pedido que se les fue rechazado.
Sucedido esto los alumnos acordaron no concurrir a los exámenes unos escribieron frases
en las paredes ofensivas al director y a los profesores, incluso pretendía cerrar el plantel.
El rector Manuel Resurrección Farfán convocó a junta de profesores, en la cual se acordó
la expulsión de los autores de los acontecimientos; dicha decisión fue aprobada por el
obispo Arméster y el cabildo eclesiástico; más como no se identificaba a los autores por el
silencio de los alumnos.
Se amenazó con expulsar a todos los alumnos si no revelan los autores. Horas antes que
venciera el plazo un seminarista delato al protagonista de todo esto y luego a los demás;
estos alumnos fueron expulsados además de no ser admitidos en ningún otro centro de
enseñanza de la república, lo que efectivamente se cumplió. Los demás alumnos se vieron
obligados a rendir exámenes.
El seminario continuó funcionando en un local hasta el 26 de septiembre de 18881, en el
que el obispo Arméster comunicó el rector de las cede de las labores escolares por cuanto
el local había sido ocupado por las fuerzas chilenas funcionando en él, el servicio de
ambulancia.
Parte del archivo del seminario fue trasladado inusitadamente a la sala decimal, junto al
atrio de la catedral, perdiéndose en el alboroto valiosos libros y documentos. En el
Convento de la Merced, penosamente continuaron su clase, pues carecían de agua y
servicios higiénicos. Poco tiempo después retornaron los alumnos a su propio local.

5. Primera invasión chilena sobre Trujillo. Linch a las puertas de Trujillo.


Los departamentos de la costa norte fueron un principal foco de extorción para alimentar
la avaricia chilena. En 1880, el presidente Aníbal Pinto encomendó al capitán Patricio
Lynch organizar una fuerza de infantería de marina para hostilizar las empresas azucareras
y algodoneras de la costa norte de Perú, desde donde se obtenían recursos para la guerra.
El pillaje y la destrucción se expresó en la ocupación de Chimbote, el 10 de septiembre,
imponiendo cupos excesivos, que al no cumplir se les expoliaban y destruían sus bienes
sin piedad, como la hacienda “Palo Seco” que fue reducida a cenizas. El 19 de septiembre,
Lynch arribó a Piura e impuso un cupo de 10,000 pesos de plata, cuya destrucción continuó
al incendiar la prefectura, la aduana y la estación del ferrocarril. Al arribar a Lambayeque,
Lynch impuso, para conservar las haciendas y casas, un cupo de 150 mil pesos de plata; y
en Chiclayo las incendiaron por no cumplir con la demanda.
A mediados de octubre de 1880, Patricio Lynch con 3,500 soldados avanza de San Pedro
de Lloc a Malabrigo y luego a la “Viñita” (Ascope), en donde estableció su campamento.
Inmediatamente envió a mensajes a todos los hacendados del valle Chicama para el pago
de 30,000 libras esterlinas, además de víveres para alimentar a todo su ejército, bajo la
condición de conservar sus haciendas, las estaciones de ferrocarril, el puente que unía
Ascope con Trujillo y la infraestructura urbana. Los propietarios sin objetar acataron el
pago, acordando una cuota proporcional al valor de cada patrimonio. Las haciendas de
“Tulape”, “Facalá”, “Chicamita”, “San Antonio”, “Chiclín”, “Pampas”, “Laredo” y
“Chiquitoy” abonaron cada uno 1,000; las de “Mocan”, 1,500; las de “Santa Ana”, “Lache”
y “Santa Clara”, 2,500; y 500 libras las de “Tachino”, “Minocucho”, “La Viñita” y “Vera
Cruz y Salamanca”. La ciudad de Trujillo depositó 3,000 libras, sufragadas por el alcalde
Cecilio Cox Doray. Finalmente, la cantidad restante fue generosamente completada por
Luis Albrecht, propietario de la hacienda “Casa Grande”.
Lynch había conseguido sus objetivos en el norte de Perú: sembrar el pánico, arruinar la
economía y obtener grandes sumas de dinero. El regreso precipitado impidió a los chilenos
recibir el pago completo, así el “Pirata Rojo” se reembarcó al sur por el puerto de
Pacasmayo, a finales de octubre, prometiendo regresar en tres meses.

6. Segunda invasión chilena - Desocupación chilena de Trujillo.


Se produjo en febrero de 1881, esta vez bajo el mando del coronel Arístides Martínez. Éste
comisionó al coronel Eulogio Robles ocupar la Plaza de Armas de Trujillo, el día 18,
conquistando el gobierno político y militar de la ciudad. A consecuencia, descendieron del
salón consistorial el alcalde Cecilio Crox y el regidor Enrique O’ Donovan, en términos
de rendición. El alcalde se vio obligado a ceder varios inmuebles para la albergar la tropa
chilena. Los regimientos chilenos convirtieron en cuarteles los conventos, siendo del
“Lautaro” la Universidad (Ex convento de la Compañía de Jesús); “Concepción” ocupó el
convento de Santo Domingo; “Zapadores”, el colegio San Juan en el convento de San
Francisco; la artillería irrumpió en San Agustín y la caballería en un claustro de educandas
al costado de la iglesia del Carmen. El coronel Arístides Martínez y su estado mayor
ocuparon el palacio Iturregui.
A diferencia del “Atila” chileno, Patricio Lynch, el coronel Martínez fue un caballero
respetuoso de la ética de guerra. No abusó de su autoridad como vencedor, evitando
realizar depredaciones al patrimonio y deshonras injustas a los vecinos de Trujillo. Incluso
dispensó a José Arcila haber apedreado a un oficial chileno, en defensa del su escudo
patrio.
En mayo 1883, se acuerda la desocupación definitiva de las tropas chilenas del
departamento de la Libertad, incluyendo las provincias de la sierra, concediendo al control
peruano los puertos y ferrocarriles. Esto tenía como fin el traslado de Miguel Iglesias de
Cajamarca a Trujillo, lugar más adecuado para el ejercicio de su gobierno, pero se vio más
factible enviar a un delegado, a fin de que se entendiese con la autoridad chilena todo lo
relacionado con la entrega del mando. En una carta enviada por Castro Saldívar a Iglesias
se específica los acuerdos previos:
Hemos aprobado el nombramiento que has hecho de tu delegado en favor de Vidal García
para que venga a hacerse cargo de Trujillo a nombre tuyo: para efecto se ha acordado, que
venga con una fuerza de 100 a 200 hombres bien armados y municionados de tu confianza,
los que dejará en Ascope, y sólo con sus ayudantes pasará a Trujillo a ponerse de acuerdo
con el jefe de esta plaza sobre el modo como debe dejar esa población retirándose a
Chimbote con todas sus fuerzas o a donde le convenga trasladarse; en el acto hará trasladar
sus fuerzas Vidal García y se apoderará de este departamento nombrando autoridades,
empleados de aduanas, etc.
Al parecer los acuerdos previos se desarrollaron con normalidad posteriormente, pero en
esta misma carta Castro Saldívar, recomendaba a Iglesias especiales concesiones para
hacendados y personas con puestos lucrativos. Así comunica acerca del contratista del
ferrocarril de Salaverry (Larragaña). Este personaje al parecer pagaba 7,000 soles
mensuales, pero tenía pérdidas y pensaba retirarse cuando llegara Iglesias a Trujillo.
Entonces lo que convenía es que Miguel Iglesias, concediese amplias facultades a Vidal,
para reducir impuestos a los hacendados en el valle de Chicama y personas importantes
con la finalidad de hacer popular su gobierno.
El 2 de setiembre de 1883, luego de la proclama lanzada en Cajamarca en agosto de ese
mismo año, Miguel Iglesias llegó a Trujillo en tren, procedente de Chocope, siendo
recibido con alegría y flores, ya que un día antes Vidal García había preparado un
espectáculo ostentoso para festejar su llegada. Asimismo, se le preparó una misa y un
banquete, continuando la fiesta durante toda la noche. Por otra pare y aunque suene irónico,
las tropas comandadas por Cáceres en Ayacucho, permanecían en una eminente pobreza,
donde el rancho no pasaba de un poco de “cancha”, un mate y a veces una copa de
aguardiente.
Como vemos una vez, salidos los chilenos del territorio liberteño y a la llegada de Iglesias
a Trujillo, este a pesar de que su mandato no era legitimado, se estableció en Lima y
empezó a nombrar autoridades en diversas localidades, pero extendernos aquí es salirnos
del contexto a estudiar.
Para 1884, el panorama aparece más favorable, ya no se evidencia presencia chilena en
Trujillo. La proclama hecha por el jefe superior, político y militar del departamento de la
Libertad, José Mercedes Puga, el 8 de febrero del año en mención, deja notar a ambiente
más calmado.
7. Trujillo y la batalla de Huamachuco.
Después de la Batalla de San Pablo, el coronel Miguel Iglesias emite un manifiesto desde
la hacienda Montán el 31 de agosto de 1882, llamando a firmar la paz entre Chile y Perú
aceptando la cesión territorial como parte del acuerdo. Andrés Avelino Cáceres estaba en
contra de una paz de este tipo.
Cáceres se encontraba en el centro del Perú después de triunfar en Concepción y sabedor
de las acciones de Iglesias, inmediatamente emprendió marcha hacia la sierra norteña y
desde Pasco pasó por Huánuco, Chavín, Huaraz, Carhuaz y Yungay. En este lugar se unió
con las tropas de Isaac Recavarren.
Por su parte los chilenos que querían vencer a Cáceres, habían destacado dos divisiones al
mando de los generales Gorostiaga y Amagada.
En enero de 1883 Iglesias se autoproclama "Presidente Regenerador de la República". Los
enviados de Iglesias a cargo de Juan de Lavalle inician un proyecto de paz con los
negociadores chilenos a cargo de Jovino Novoa en Chorrillos.
Con el fin de proteger a Miguel Iglesias y su gobierno con una fuerza de 400 hombres en
Cajamarca, Patricio Lynch envía a Alejandro Gorostiaga desde Trujillo a Huamachuco el
3 de mayo de 1883, para evitar que Recavarren ataque el gobierno de Iglesias. En Trujillo
quedaba Herminio González junto a 600 hombres.
Cuando Cáceres llego a las inmediaciones de Huamachuco, ya se encontró con los chilenos
de Gorostiaga, en el día se produjo un intenso fuego de artillería y el 10 de julio de 1883
los chilenos se habían posesionado del cerro Sazón”, entonces se realizó un encarnizado
encuentro que, al cabo de 4 horas, la victoria señalaba a los patriotas que derrochaban
coraje en una lucha sin igual. Desgraciadamente la falta de municiones animó a los
enemigos a un contra ataque en donde los peruanos solo pudieron defenderse con las
culatas de sus fusiles, Cáceres y los suyos emprendieron la retirada dejando en el campo
de batalla más de ciento veinte muertos. Uno de los prisioneros fue el huanuqueño Leoncio
Prado, jefe del estado mayor del ejército del centro, el cual fue fusilado
inmisericordemente pese a que estaba herido.
Huamachuco fue saqueada vilmente como otras ciudades, Cáceres y un grupo de
sobreviviente emprendió la marcha a Jauja; luego pasaron a Huancayo y Ayacucho para
formar otro ejército y seguir la resistencia.
Los partidarios de iglesias, los terratenientes y un gran sector de la población y los
invasores, estaban convencidos de que ya era tiempo de firmar la paz.
8. Trujillanos ilustres en la guerra.
✓ Justiniano Borgoño
- Nació el 5 de septiembre de 1836 en Trujillo, Perú.
- Sus padres fueron: Pedro Antonio Borgoño y Manuela
Castañeda Madalengoitia.
- Entre 1847 y 1852 cursó estudios en el Seminario de San
Carlos y San Marcelo de Trujillo. Posteriormente se
dedicó a la administración de la hacienda Tulape (Valle de
Chicama).
- El 30 de octubre de 1856 ingresó en el ejército con el grado
de subteniente. Luchó durante la revolución iniciada por el general Manuel Ignacio de
Vivanco en Arequipa.
- Combatió por el dominio del puerto de Islay y en la toma de Iquique (1856) y Arica
(1858).
- En la guerra del Pacífico participó en la defensa de Lima y en la Campaña de la Breña,
en esta última en las filas del general Andrés Avelino Cáceres.
- Se le nombró ministro de Guerra y Marina en el primer gobierno de Cáceres (1886-
1887).
- Fue el 2º vicepresidente de la República en el gobierno de Remigio Morales Bermúdez
(1890-1894) y presidente del Consejo de Ministros en 1891.
- Tras el fallecimiento del presidente Morales, asumió la presidencia durante más de 4
meses (1 de abril 1894-10 de agosto 1894), entregando el poder ejecutivo al general
Cáceres.
- Ejerció como prefecto del departamento de La Libertad y del departamento de
Arequipa, y fue diputado al Congreso de la República.
- Estuvo casado con Jesús Salas de la Torre Urraca, hija de Francisco Salas Fuenzalida,
prócer de la Independencia de Chile y Perú.
- Falleció el 27 de enero de 1921 en Lima.

✓ Juan Julio Ganoza Calonge


- Nació en1858 en Trujillo, La Libertad, Perú
- Sus padres fueron: Juan Esteban Ganoza y Orbegoso y Manuela Calonge y Ochaita
- Su esposa fue Hortensia Vargas Saavedra
- Tuvo 9 hijos: Julia Ganoza Vargas, Tula Ganoza Vargas, Luis Felipe Ganoza Vargas,
Manuel Roberto Ganoza Vargas, Juan Julio Ganoza Vargas, Dora Esther Ganoza
Vargas, Elisa Ganoza Vargas, María Isabel Ganoza Vargas y Guillermo Alfredo
Ganoza Vargas.
- Sus hermanos fueron: Rosa Ganoza Calonge, Manuel Roberto Ganoza Calonge y
Ricardo Ganoza Calonge

✓ Ricardo O’ Dónovan
- Nació el 7 de abril de 1836 en la ciudad de Trujillo, La
Libertad, Perú.
- Sus padres fueron: José O'Donovan y Ceferina Córdova.
- Fue bautizado en la Parroquia del Sagrario en Trujillo a los
cinco días de nacido.
- En 1854, inició su carrera militar, logrando ascender a cabo
el 3 de mayo de ese año, no pasando mucho tiempo para ser
ascendido a sargento, alférez y teniente.
- El 5 de enero de 1855, peleó en la Batalla de “La Palma”, al servicio de José Rufino
Echenique.
- El 11 de mayo de 1865, fue ascendido a mayor de infantería, tomó Lima a órdenes del
General Pedro Diez Canseco.
- El 2 de mayo de 1866, peleó en el Combate del Callao, estando ubicado en la torre
"Junín".
- El 7 de junio de 1880, participo en la batalla de Arica con el cargo de jefe del Estado
Mayor de la 7ma División.
- Murió el junio de 1880 en la batalla de Arica.
- En 1889 sus restos llegaron a su natal Trujillo.
✓ Cecilio Cox Doray
- Nació el 7 de marzo de 1837 en Trujillo.
- Sus padres fueron: Guillermo Cox y Manuela Doray de origen
español.
- Fue enviado a los 9 años junto a sus hermanos a estudiar al
Colegio de Bruce Casttle, ubicado cerca de Londres y regreso
al Perú cuando cumplió 18 años.
- Establecido ya en Trujillo y contando con una posesión
estable contrajo matrimonio con la digna y virtuosa dama señorita María Bueno con
quien tuvo 7 hijos.
- Su prosperidad como empresario, su habilidad para concretar acuerdos y la confianza
que generaba entre las personas le abrieron las puertas del municipio.
- En su tiempo cuando era alcalde Cecilio, el saqueador patricio Lynch pedía un cupo
de treintaicinco mil soles para no causar daños a Trujillo y cuarenta mil soles para no
dinamizar el puente Cariaga sobre el rio Chicama.
- Según la tradición el mismo coronel chileno Arístides Martínez cito al alcalde para
preguntarle si todos habían cumplido con su colaboración y don Cecilio exclamo la
frase célebre: “Nadie me debe nada”.
- Fallece en 1896 pobre.

✓ Luis G. Albrecht
- Nace el 19 de marzo de 1826 en Bamberg en Alemania.
- Llega al Perú en 1854 cuando se respira el auge del gobierno
de Castilla, casándose con Emilia Casanova y Velarde, hija
del coronel Domingo Casanova, se establece en Trujillo.
- En el valle Chicama comenzó a cultivar caña de azúcar,
estableciendo el primer ingenio industrial en la hacienda
Facalá en 1891. Incursiono en la minería en Quiruvilca.
- La llegada del ejército chileno truncó su carrera de exitoso industrial. En casa grande
enarbolo la bandera de su país para hacerse respetar de los invasores y protegió a las
familias trujillanas que buscaban refugio.
- Se presentó ante el general Lynch para pedir rebaja del cupo de los hacendados que
se encontraban en pobreza.
- Cuando el general Martínez lo cito en Trujillo para saber si todos los hacendados
habían cumplido con su colaboración se le atribuye la respuesta: “los bienes están
hechos para remediar los males”.
- Luego del conflicto con Chile la situación de las haciendas de Albrecht decayó,
vendiendo Casa Grande en 1888 a Juan Gildemeister.
- Murió el 8 de julio de 1891 en Lima
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

• Pinillos, A. (2018) Historia de la independencia y etapa republicana de La Libertad


Fondo editorial de la Universidad Privada Antenor Orrego. Trujillo.
• Dspace. El impacto socioeconómico de la Guerra del Pacífico en Trujillo: 1879 – 1885.
Recuperado de:
http://dspace.unitru.edu.pe/bitstream/handle/UNITRU/16079/REYES%20LUNA%20D
IANA%20BEATRIZ.pdf?sequence=1
• Geduca. Cuerpos de guerra en Trujillo. Recuperado de:
https://geduca.wixsite.com/pdltelgcch/cuerpos-de-guerra-en-trujillo
• Juan Carlos Chávez Marquina (2019). "Trujillo en la Guerra del Pacífico"
en BICENTENARIO DE TRUJILLO PERÚ, 15 enero 2015, disponible
en: https://trujillobicentenario.org/68/trujillo-guerra-del-pacifico-chile.
• Scribd. 2017. Contribución trujillana a la guerra del Pacifico. Recuperado de:
https://es.scribd.com/document/361522705/CONTRIBUCION-TRUJILLANA-A-LA-
GUERRA-DEL-PACIFICO-docx

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