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Historia de los castillos

El origen de los castillos se produce a partir del siglo X y hasta el siglo XV.
Durante esos siglos las guerras eran constantes, por lo tanto, los castillos eran
imprescindible para garantizar la supervivencia de la población. Los castillos
tenían que ser capaces de resistir a los frecuentes ataques y los asedios de
fuerzas militares. Los romanos llaman castillos a los campamentos fortificados
de los nativos de otras tierras. El primer castillo construido en España se llama
Burgalimar. Las partes de los castillos medievales son:

Torreón: Eran grandes torres desde las cuales se defendía el castillo.


Atalaya: Unas torres muy altas y más altas que los torreones. Prácticamente
solo tienen espacio para la escalera,
Torre del homenaje: Es la torre principal y donde se ubican los aposentos del
Rey o Señor Feudal. Hay que decirse que era una suerte de refugio dentro del
castillo. La torre homenaje estaba resguardada en caso de ataques, pues el Rey
podía protegerse en su interior si los invasores traspasaban las murallas. Está
muy reforzada con gruesos contrafuertes.
Murallas: rodeaban todo el perímetro del castillo. Eran altos, gruesos y difíciles
de escalar. Inicialmente, de forma recta, pero a medida que se diseñan
catapultas y luego cañones, empiezan a tener formas muy anguladas para
desviar los impactos de proyectiles. A menudo las murallas tenían un foso. Su
cometido era que los atacantes no pudiesen poner escales en la muralla y
treparlas.
Almena: Las almenas eran unas estructuras de forma rectangular que se
ubicaban en la parte superior de los muros, quedando en los laterales Servían
para que los defensores se pudieran cubrir en caso de ataques
Aspillera: eran aberturas largas, muy estrechas, colocadas en los muros o en
las torres. Su misión era permitir a los defensores tener una abertura desde
donde disparar, que a su vez quedaban muy protegidos de los ataques externos.
Algunas aspilleras estaban muy bien escondidas. La intención era que los
atacantes no los pudieran ver a simple vista. De esta manera, los defensores
podían atacar por sorpresa.
Bastión: Era una especie de torreón que sobresalía del castillo en la unión de
dos paredes de modo que quedaba fuera de la estructura cuadrada.
Barbacana: Era una construcción situada en la puerta del castillo que muchas
veces se diseñaba como torre. Su misión era tener más control sobre este punto.
La barbacana tenía varias casetas donde se apostaban soldados.
Rastrillo: También situado en la entrada principal, era un entramado de rejas
rematadas en punta que se bajaban para proteger las puertas del castillo.
Puente levadizo: Otra pieza defensiva colocada en la entrada de los castillos
medievales y una de las partes de un castillo medieval más características. El
puente levadizo se diseñaba con un sistema mecánico de poleas sobre el foso y
solo se bajaba para permitir la entrada o salida de personas autorizadas. Cuando
un enemigo acechaba los centinelas daban la orden de levantarlo y los enemigos
solo podían pasar atravesando el foso.
La mazmorra: Una cárcel oscura y tenebrosa situada generalmente bajo tierra
en las profundidades del castillo donde se encerraba a los enemigos y
delincuentes comunes de la zona. Las más completas incluso contaban con
cámaras de tortura donde se hacía pasar malos momentos a los enemigos del
reino.
Patio de armas: Era un patio central, donde toda la comunidad del castillo podía
reunirse. Ahí se emplazaban las habitaciones de los soldados y el cuartel
principal.
El castillo de España que he elegido yo es el castillo de Bellver

Este castillo fue creado como residencia real. Los tres reyes de Mallorca
residieron durante cortos periodos de tiempo: Jaime II, Sancho I y Jaime III. La
palabra Bellver viene del latín que significa bella vista. Se encuentra situado en
la Palma de Mallorca, se puede visitar y la entrada cuesta 4 euros. Estilo
arquitectónico es gótico. Fue construido a principios del 1 de enero del 1301 d.
C año por orden del rey Jaime II de Mallorca.

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