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Derecho a la protesta

Carlos Alberto Rosales Purizaca


Periodista
El reciente informe emitido por Human Rigths Watch sobre los graves abusos
policiales cometidos durante las manifestaciones ocurridas en el mes de noviembre
debe ser un llamado de atención hacia las autoridades que hasta ahora no hacen nada
por sancionar a los responsables.
Ha pasado más de un mes desde la muerte de Inti Sotelo y Bryan Camargo, ocurrida
en las inmediaciones de las avenidas Abancay y Nicolás de Piérola, en el Centro
Histórico de Lima, y no hay ninguna acción que vislumbre un sentido a la justicia hacia
sus familiares.
Pero eso no es todo. El 14 de noviembre y los días que se realizaron las marchas, la
policía disparó proyectiles al cuerpo de decenas de ciudadanos, reporteros y
fotoperiodistas de diferentes medios de comunicación. Parece que hay quienes aún no
entienden que la protesta pacífica es un derecho legítimo de la ciudadanía.
Durante las marchas no se respetaron los elementos mínimos de la legislación
internacional en derechos humanos. Por tanto, se deben tomar en cuenta las
recomendaciones respecto a una reforma integral de los protocolos con los que actúa
la policía en estos casos.
El Congreso de la República, el ejecutivo y la misma Policía Nacional del Perú deben
hacer un mea culpa y ejecutar las acciones correctivas para evitar que las calles se
tiñan de sangre a causa de situaciones que pudieron evitarse.

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