El nasciturus o concebido no es un sujeto de derecho común sino, a contrario sensu, es un

sujeto de derecho sui géneris, especial y único. Esta particular característica suscrita en el

código civil se debe a que goza de dos situaciones jurídicas: La atribución de los derechos

patrimoniales está supeditada a que nazca vivo y la teoría de los efectos favorables.

Para el presente caso en particular, existen varios puntos de vista que avalan y difieren de la

postura tomada por la municipalidad para no otorgar el subsidio a los afectados por la

pérdida de su hijo aún dentro del vientre materno. Por un lado, están aquellos que acreditan

que la persona existe desde su nacimiento, ya que el concebido es un sujeto de derechos

en todo aquello que lo favorece (puede recibir patrimonio condicionado a que nazca vivo), si

ocurre la muerte del feto lo que sobreviene es una causal de interrupción del embarazo, no

de muerte (concepto intrínsecamente vinculado a la titularidad de persona según la ley

general de salud). Por otro lado, aquellas personas que creen que la municipalidad tomó la

decisión equivocada, así que se debería retractar y entregar el subsidio ya que como

claramente lo establece el código el código, la atribución de derechos patrimoniales está

condicionada a que nazca vivo; ergo, se llega a deducir que, al momento del fallecimiento

del hijo de José, aquel ya contaba con vida humana; por lo tanto, estamos ante la muerte de

un ser humano en su condición de concebido. Nosotros nos apegamos a la segunda postura

y creemos que la municipalidad tomó una decisión errónea y por ende se debería exigir el

pago del subsidio pecuniario. En las siguientes líneas se reforzará lo afirmado en nuestra

postura.

Primero, es preciso analizar ciertas generalidades establecidas en el ordenamiento jurídico

peruano para mayor comprensión del caso en concreto. Por un lado, el artículo 2º de la

Constitución Política del Perú protege al concebido, estableciendo lo siguiente: “Toda

persona tiene derecho: 1. A la vida, a su identidad, a su integridad moral, psíquica y física y

a su libre desarrollo y bienestar. El concebido es sujeto de derecho en todo cuanto le

favorece” y el articulo 1 del Código Civil establece que El concebido es sujeto de derecho

para todo cuanto le favorece. La atribución de derechos patrimoniales está condicionada a

que nazca vivo”. De lo señalado, se percibe que el concebido es considerado como sujeto

de derecho privilegiado, en tanto lo es “para todo cuanto le favorece”. Al respecto Espinoza

(2006) nos dice que, para él, el concebido (…) es ser humano antes de nacer que, pese a

que depende de la madre para su subsistencia, está genéticamente individualizado frente al

ordenamiento jurídico y, como tal, se convierte en un centro de imputación de los derechos y

los deberes que le favorecen, de allí la denominación de sujeto de derecho privilegiado. Por

otro lado, la más autorizada voz de la doctrina nacional Fernández (1986) nos dice que los

términos utilizados como persona o concebido sirven para la sistematización del

ordenamiento, pero que estos términos refieren a un mismo fin ontológico, la vida humana.

Por último, el Código de los Niños y Adolescentes aprobado por Ley Nº 27337, establece en

su Título Preliminar que se considera niños a todo ser humano desde su concepción hasta

los 12 años.

Por lo expuesto, concluimos que en la medida que la vida humana comienza desde la

concepción, ergo, el concebido es un ser humano que goza de vida, existe también la

posibilidad que ésta cese durante el periodo del embarazo y el feto fallezca dentro del

vientre de la madre, por lo que no será necesario que se haya producido el nacimiento de

éste para que se produzca la muerte.