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INTEGRANTES:

CABRERA GONZALEZ JHONN EDUARD, CAMPO PACHECO SARAY, CASTILLO

GAZABÓN YERIBAY, DE LAS SALAS EDWIN MANUEL, MOLINA FERRER MARÍA

CAMILA.

RESOLUCIÓN DEL CASO 7

El contrato está definido en nuestro ordenamiento jurídico como un acto por el cual una parte se

obliga para con otra a dar, hacer o no hacer alguna cosa (Art. 1495, C.C), y para que este acto sea

válido, es necesario que cumpla algunos requisitos: a) que las partes contratantes sean legalmente

capaces, es decir que tengan capacidad legal para obligarse, y b) que se dé el consentimiento, y

éste, no posea vicios, es otras palabras, que, de manera libre y espontanea se dé la aceptación.

Para el caso que nos atañe, vemos que Luis Felipe es un incapaz relativo y, por lo tanto, se le

nombró un curador para administrar sus bienes, ya que no puede gozar plenamente de sus

capacidades, pues se encuentra afligido por la pérdida de su abuela y al tiempo presenta adicción

a los juegos de azar (ludopatía) lo cual es considerado una enfermedad psiquiátrica crónica, por

ende, en esta situación no existiría Negocio Jurídico. Por tal motivo, Luis Felipe no puede

transferir de ninguna manera su derecho de dominio del inmueble sin la autorización del curador.

Adicional a esto podemos señalar que el reconocimiento o la promesa de pago de Luis Felipe

hacía Lucas, por haber perdido la apuesta, es ineficaz, porque no se puede otorgar validez a ese

reconocimiento, puesto, que este es inexigible en sí mismo. El Art. 2283 del Código Civil nos

dice: "el juego y la apuesta no producen acción ni excepción" y en el inciso dos del mismo

artículo, encontramos: "el que gana no puede exigir pago". Por lo dicho anteriormente, Lucas no

puede exigir la entrega del inmueble ganado a Luis Felipe.

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