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Encuentro n° 3

“Libres pero responsables”

En el encuentro anterior había quedado la consigna de contar nuestro “quién soy”. Hoy
queremos hablar de: como Dios nos da hace libres, pero ¿qué nos hace libres? ¿Cómo se
expresa? Describir acciones.

En esas acciones también la libertad es riesgosa. La vida es una tarea, una misión. No
estamos hecho ya. Nos vamos haciendo. Tenemos que definir lo que realmente nos importa, y
por lo que queremos luchar. Esto nos exige muchas veces decisiones que a veces nos
desgastan. Si queremos crecer, tenemos que partir a cada instante a lo desconocido. Y siempre
existe un miedo a salir de nuestra zona de confort, donde estamos cómodos, donde seguimos
una regla preestablecida que no conlleva mayor esfuerzo, en donde no hago ejercer mi libertad
y que, por ende, eludo tener que asumir responsabilidades de mis decisiones y las
consecuencias de ella. Esta libertad nos hace ser originales, respondiendo al llamado de Dios
que es amor.

Libertad y responsabilidad son como hermanas. Tienen que ir juntas. La


responsabilidad no anula la libertad, pero define sus límites. La libertad mal entendida puede
llevar a una total falta de libertad. El libertinaje lleva a la esclavitud. Uno puede dedicarse "con
total libertad" al alcohol, o tomar drogas. Pero después, uno no es más libre, sino dependiente;
así también como uno puede llegar a ser esclavo de un vicio, así también de hombres, o de
ideologías, o sea, de falsas ideas no acordes con mi pensamiento.

Verdadera libertad solamente existe dentro de lo bueno y de lo justo. Dijo Jesús: "Todo
el que peca se hace esclavo del pecado" Jn 8,34 En la medida en que el hombre hace más el
bien, se va haciendo también más libre.

Nuestra libertad es un gran regalo de Dios, que nos lleva a la felicidad. Es un camino
gradual como el de la Samaritana (Jn 4, 1-42).

Canción: Vuelve a darme vida.

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