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El origen de la conocida como terapia geotermal se encuentra en una antigua técnica de masaje
oriental inspirada en las disciplinas que, como el reiki, creen que en nuestro cuerpo existen siete
centros energéticos llamados 'chakras', a través de los cuales fluye la energía del universo (Rei) y la
vital (qi) de cada persona.
La energía vital o qi (se pronuncia chi) es el principio universal que sustenta la existencia: lo que
proporciona forma y sustancia a todas las cosas del universo. Lo visible y lo invisible, lo animado y
lo inanimado, desde lo más microscópico, un átomo, hasta lo más grande, una estrella. Es el núcleo
de toda materia y la energía de todas las formas visibles. De hecho, el universo, la naturaleza, los
animales, los minerales, el ser humano y todo en la vida es una manifestación de energía vital que se
relaciona entre sí formando parte de una misma unidad.
En el ser humano, los órganos, las emociones, los pensamientos, las actitudes, son todas formas de
energía vital o qi. Por lo tanto, cualquier perturbación energética provoca la enfermedad física,
emocional o mental.
Según estas disciplinas, si padecemos alguna enfermedad o malestar, es debido a que la energía no
circula por nuestro organismo de forma correcta.
La terapia geotermal permite combinar el masaje terapéutico junto con el uso de las piedras frías y
calientes –ubicando éstas en los puntos en los que se encuentran dichos chakras–, consiguiendo así
que la energía fluya adecuadamente y, por consiguiente, aliviando nuestro malestar.
Muchas de las piedras empleadas son de origen volcánico con lo que, además de mejorar el flujo de
la propia energía, el organismo recibirá energía procedente de la tierra.
PROCEDIMIENTO.
Para poder llevar a cabo la terapia geotermal son necesarias piedras que se emplearán calientes y/ o
frías (50ºC y 8ºC aproximadamente).
-En total se utilizan 72 piedras perfectamente pulidas y generalmente redondas; 54 de las cuales
suelen ser de color gris oscuro y de origen volcánico (lo que permite que conserven el calor durante
más tiempo) y el resto, 18, son de mármol blanco, aunque también hay terapeutas que emplean el
cuarzo debido a las propiedades magnéticas que se le atribuyen a este mineral.