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Ceberio. Terapia Sistemica - Mas Que Un Modelo Terapeutico, Un Modelo de Las Ciencias Modernas
Ceberio. Terapia Sistemica - Mas Que Un Modelo Terapeutico, Un Modelo de Las Ciencias Modernas
Capítulo XIV
TERAPIA SISTEMICA
Más que un modelo terapéutico: un modelo de las ciencias modernas
individual en el cual se invitan a los familiares del paciente a las sesiones. Claro está que es
un proceso terapéutico individual en el cual se insertan sesiones familiares. Mientras que la
terapia sistémica, como señalamos, excede las fronteras de una terapia de familia.
Por lo tanto, son orígenes compartidos, los de la terapia de familia y la terapia
sistémica. Los primeros esbozos de la Terapia sistémica nace hacia fines de los ´50,
principios de los ´60, como consecuencia de la interacción de dos grupos liderados por
figuras de la talla de Gregory Bateson y Donald D. Jackson que, impregnados por las ideas
de nuevas teorías de información y comunicación, conformaron un modelo de estudio en
las relaciones humanas. Los avales teóricos en donde se apoyaron para desarrollar lo que a
posteriori se llamó la pragmática de la comunicación, fueron la Cibernética de la mano de
Norman Wiener (1954) y la Teoría General de los Sistemas de Von Bertalanffy (1968),
teorías que tomaron propulsión en esa época. Son los conceptos dependientes de estos
modelos de pensamiento, los que son trasladados al plano de los vínculos humanos,
generando una nueva vertiente epistemológica.
La post guerra abría campos de estudio y la necesidad de tratamientos de urgencia
en situaciones traumáticas. Diferentes tipos de conflictos personales, familiares, sociales,
patologías y diversas clases de problemas, fueron heredados del caos que había implicado
la 2da. guerra mundial. Estas secuelas, llevaron a que se conformaran trabajos terapéuticos
de acción rápida y eficaz.
El movimiento de la Terapia Familiar surge cuando comienzan a ser observadas
familias en vivo, en su lugar de interacción familiar, en su seno, y no –como la tradición
terapéutica lo indicaba- en el consultorio. Diversas investigaciones fueron realizadas con
familias humanas, paralelas al trabajo de campo que se venía desarrollando con familias
animales, obteniendo resultados que fueron corroborándose y desconfirmándose como todo
trabajo de corte científico.
A pesar que tenía una función investigativa y no de tratamiento, el trabajo de incluir
a miembros de una familia en una misma consulta (lo que sería la base constitutiva de la
futura terapia familiar) era una transgresión al pensamiento psicoanalítico clásico, que sólo
admitía al sujeto individual en la labor terapéutica, considerándose una contaminación el
hecho de involucrar a otras personas en el espacio de la terapia.
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En síntesis, son múltiples los ejemplos que se podrían dar al respecto que llevan en su
estructura un modelo cibernético.
Fue como en ese mismo año que Norman Wiener publicó su obra Cibernética,
término que fue utilizado para referirse a los puntos en común de todas esas disciplinas
científicas. En 1949 se desarrollaron 3 conferencias con el mismo nombre y se incorporó
una figura que cobraría gran relevancia en el plano cibernético-constructivista: Heinz Von
Foerster.
Sin duda que la figura más icónica del modelo sistémico aplicado a las ciencias
sociales y que más se relacionó con la terapia familiar en este grupo fue Gregory Bateson.
Fue antropólogo cultural. En estas conferencias tomó ideas de la neurocomputación, lógica
formal, matemática y las aplicó al estudio de la comunicación. Procuró explicar un
esquema para describir y explicar los sistemas sociales como algo más que la suma de
partes. Su propósito fue investigar mecanismos de retroalimentación circular y sistemas
causales circulares en los sistemas biológicos y sociales.
Para esta época G. Bateson daba cursos en la Universidad de Harvard y en 1948
comenzó a trabajar con un psiquiatra suizo Jugen Ruesch en San Francisco, cooperando en
un estudio sobre la Comunicación en Psicoterapia. Fue el primer contacto de Bateson con la
psiquiatría. Trataba principalmente de encontrar los fundamentos teóricos de un enfoque
sistémico de la comunicación. El resultado de la investigación se plasmó en un libro pilar
en las ciencias de la comunicación -Comunicación: Matriz Social de la Psiquiatría-
publicado en 1951.
En 1952, Bateson recibió una beca de la Rockefeller Foundation para estudiar
comunicación en general, en particular las paradojas y su relación con los distintos niveles
de abstracción de comunicación y clasificación. Lo que a posteriori se llamó el Grupo
Bateson, estuvo conformado por las figuras de la talla de John Weakland, Jay Haley y
William Fry (que dejó el proyecto al año siguiente por su servicio militar) quienes
comenzaron a trabajar en el Hospital de la Administración de Veteranos de Menlo Park.
Fue este grupo quien en sus primeras investigaciones exploró las paradojas de la
comunicación en diversas situaciones, incluyendo la conducta animal, películas de ficción,
humor, hipnosis y psicoterapia. Encontró que el pensamiento sistémico daba herramientas
para explicar los comportamientos, sin dirigirse al mundo interno de las personas. Es decir,
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entiende la mente como una caja negra, metáfora que alude al aparato de los aviones que
graba la información de cada vuelo. En esa caja negra solamente se conocen los outputs e
inputs de información. Solamente la entrada y salida de información y de la caja negra
solamente pueden construirse hipótesis. Más allá que la explicitación de estas hipótesis no
nos aseguran una modificación de conductas, por lo tanto el insight deja de ser una conditio
sine qua non para el cambio.
Este grupo, trabajando en el hospital de veteranos de Menlo Park (California),
prestó atención a pacientes psiquiátricos y sus familiares y desarrolló la teoría del doble
vínculo de la esquizofrenia (1960). Allí, se redefinió la esquizofrenia como una forma de
comunicación familiar. Bateson contó con la colaboración de uno de los psiquiatras más
relevantes de la época: Donald Jackson. Sus aportes fueron de mucha importancia puesto
que necesitaban el punto de vista de la psiquiatría dado que intentaban explicar la etiología
de la esquizofrenia.
Fue Jackson el fundador de lo que fue el principal instituto de investigación en
psicoterapia en la década del ´60 y ´70: el M.R.I. (Mental Research Institute). El MRI fue
fundado en 1959, como una rama de la Fundación de Investigación Médica de Palo Alto,
California. La ciudad de Palo Alto, es la ciudad representativa del llamado Silicon Valley,
dado que los principales desarrollos cibernéticos se hallan allí. Empresas como Face book,
Skipe, Google (en la localidad vecina de Montain view), entre otras, conviven al lado de la
prestigiosa Universidad de Stanford y el MRI.
El grupo piloto fue conformado por el mencionado Jackson, Jules Riskin, Virginia
Satir, al que a posteriori en el año 1961se unió Paul Watzlawick, Richard Fisch y Arthur
Bodin. Ambos grupos liderados por Bateson y Jackson intercambiaban información y
cooperaban permanentemente pero nunca se fusionaron. Era difícil pensar dos líderes
intelectuales de la talla de Jackson y Bateson, uno subordinarse al otro.
Más tarde, venció el plazo de la beca que avala al grupo Bateson, quien viajó fuera
del país para realizar otras investigaciones, y es en aquel momento que Jay Haley y John
Weakland se unen al grupo del M.R.I. Alrededor de 1966 Weakland, Watzlawick y Fisch –
y a pesar de sus orígenes analíticos- trataron de ver qué posibilidad existía de acortar los
tratamientos y de que el terapeuta fuese lo más operativo en lo pragmático y pudiese
encontrar respuestas y soluciones a corto plazo a los problemas humanos, contrariamente a
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En cuanto a la Teoría General de los Sistemas, fue creada en la década del 40 por Ludwig
Von Bertalanffy y constituyó un modelo práctico para conceptualizar los fenómenos que la
reducción mecanicista de la ciencia clásica no podía explicar. Hubo un cambio de
concepción de la causalidad. Freud, basado en la epistemología de su época,
conceptualizaba su teoría bajo la causalidad mecánica (lo más moderno era la electricidad y
el vapor) y lo importante era la transmisión de Energía. Bertalanffy reconoce que la teoría
de sistemas comprende un conjunto de enfoques que difieren en estilo y propósito, entre las
cuales se encuentra la teoría de conjuntos (Mesarovic) , teoría de las redes (Rapoport),
cibernética (Wiener), teoría de la información (Shannon y Weaver), teoría de los autómatas
(Turing), teoría de los juegos (von Neumann), entre otras. Por eso, la práctica del análisis
aplicado de sistemas tiene que aplicar diversos modelos, de acuerdo con la naturaleza del
caso y con criterios operacionales, aun cuando algunos conceptos, modelos y principios de
la Teoría General de sistemas como el orden jerárquico, la diferenciación progresiva, la
retroalimentación, etc., son aplicables a grandes rasgos a sistemas materiales, psicológicos
y socioculturales.
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que sea), vemos la ciencia como una de las ‘perspectivas’ que el hombre, con su dotación y
servidumbre biológica, cultural y lingüística, ha creado para vérselas con el universo al
cual está ‘arrojado’ o, más bien, al que está adaptado merced a la evolución y la historia.
La Teoría General de los Sistemas tiene una matriz de tipo biológico. von
Bertalanffy define un sistema como un conjunto de elementos que interactúan entre sí con
sus propiedades y atributos. Todo sistema es un conjunto de objetos y relaciones entre los
objetos y sus atributos. Los objetos forman parte del sistema, pero los atributos son las
propiedades de los objetos, y las relaciones mantienen unido al sistema. Cada integrante de
un sistema es portavoz por oposición franca o tácita de su sistema de origen: su familia será
esa matriz que le ha producido esas propiedades personales. A partir de tales propiedades,
el sistema al que se ingresa atribuirá determinadas funciones. Por lo tanto, las propiedades
de cada uno de sus miembros se traducen en atributos para el nuevo sistema.
Esos atributos pueden denominarse Funciones. Las funciones pueden ser implícitas o
explícitas. Las implícitas son las que espontáneamente se van gestando en las diversas
interacciones del sistema, y se elaboran a partir de las propiedades de cada integrante. Las
funciones le otorgan equilibrio y complementariedad al sistema. Hay alguien que es el
protector, el solidario, el confrontativo, el conciliador, el chivo expiatorio, etc.
En cambio las funciones oficiales son los que tradicionalmente se llaman Roles, y son
determinados a priori por la organización. Hay un jefe, un empleado, un gerente, un padre,
una madre, un hermano, un hijo. Pero funciones implícitas y roles no siempre coinciden.
Un padre no siempre ejerce la función de padre, un jefe no siempre es el líder. Por otra
parte, las funciones implícitas son mediatas, por lo tanto se desarrollan en el tiempo y en el
devenir de las interacciones; mientras que los roles son inmediatos y sirven para la
organización ad hoc del sistema.
De la misma manera que las funciones, las reglas de un sistema también son oficiales
inmediatas y tácitas mediatas. Las reglas oficiales son las que impone la organización a
cada uno de los integrantes de manera inmediata, ya desde su ingreso al sistema. Como
reglas oficiales deberán acatarse y su cumplimiento dependerá de algunos factores como la
flexibilidad o rigidez del sistema, que punirá en mayor o menor medida su acatamiento, o la
capacidad de rebeldía o sometimiento de sus miembros. Mientras que las reglas tácitas son
desenvueltas a los largo del tiempo en función de las diferentes interacciones del sistema,
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de allí su mediatez. No siempre las reglas oficiales y tácitas convergen. Hay sistemas muy
estrictos e integrantes muy laxos, o inversamente, integrantes muy rígidos lindando en los
superyoico, y sistemas flexibles. Por ejemplo, hay sistemas escolares más horizontales y
flexibles y poseen alumnos que se exigen más que lo que demanda ese sistema de estudios.
También se habla de sistemas abiertos y cerrados, depende del grado de intercambio que
los sistemas desenvuelven con otros sistemas y con su suprasistema o al contexto o
ambiente al que pertenece. Cabe aclarar que en los sistemas humanos, son más o menos
abiertos, no existen sistemas cerrados puesto que un sistema humano que no intercambia
con otros sistemas no puede sobrevivir.
Carlos Sluzki (1987), señala que si tomamos como parámetro su valor como referente
conceptual del campo de la terapia familiar en los últimos diez años, el fiel de la balanza se
inclina a favor de la Cibernética a partir de nuevos desarrollos epistemológicos. Según
Sluzki, la historia de estos desarrollos van de la mano de autores como G. Bateson, W. Mc
Culloch, H. Maturana, F. Varela, H. Von Foerster y E. Von Glasersfeld que fundamentan lo
que se podría denominar como Nueva Cibernética, que le provee a la Terapia Sistémica un
lenguaje y un modelo de pensamiento. De esta manera, tanto la Terapia Familiar como las
ciencias del pensamiento en general, coevolucionan con una nueva lingüística, una nueva
física y una nueva antropología. Por lo tanto, la observación del comportamiento de una
persona (de acuerdo a la óptica sistémica o cibernética) no es realizada desde la visión de
un individuo autónomo o aislado, sino como una entidad que interactúa en un entramado de
relaciones. Este sistema, está caracterizado por un contexto poblado por permanentes
intercambios de información que pautan las conductas-respuestas de manera recurrente.
La pregunta es uno de los ejes de exploración más importante en la terapia
sistémica: quién hace qué, a quién, cuándo y en donde, en qué contexto, y la exploración
mediante preguntas circulares que ahondan el pensar, el sentir y el actuar, por ejemplo:
T: Cuando su marido se enoja, Ud. qué siente?.
Ella: Rabia, bronca
T: Y porque piensa que siente esa rabia…
Ella: El me está rechazando
T: Y Ud. que hace cuando se siente rechazada
Ella: Lloro, le grito, lo odio!!!!
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El concepto de feed-back es el nódulo central de las ciencias de la comunicación. La “comunicación de retorno” es la
esencia de la interacción; de la misma manera que el primer axioma de la pragmática de la comunicación humana
sentencia “Es imposible no comunicarse”, siempre en la interacción, nuestra conducta pauta y delimita la respuesta de
nuestro interlocutor y esta misma es la que regulará nuestra conducta y así en sucesión recursiva. Por lo tanto el feed-back
aparece en las relaciones humanas como el sol cada mañana.
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pero rígida –homeostasis-, es decir, es una realimentación negativa que dice no al cambio
(con las consecuentes reglas rígidas del sistema). Otra posibilidad es la pérdida de
equilibrio (desarrollo de una crisis) favoreciendo la posibilidad de cambio para una nueva
estabilidad (homeodinamia). O sea que la transformación y la estabilidad son dos procesos
inherentes a la vida de un sistema.
En otras palabras, es posible entender todo cambio como la necesidad de mantener
cierta regularidad y es esta misma estabilidad, la que podrá mantenerse a través del cambio.
A este equilibrio del sistema se le aplica el término homeóstasis, que no es una
denominación muy afortunada ya que revela un equilibrio estático, un estado más bien
estacionario. Brand (1976) definió con el término homeodinamia, al doble juego
cibernético de estabilidad-cambio. Homeodinamia es el equivalente a lo que Maruyama
llamó morfogénesis. Esta propiedad es patrimonio de aquellos sistemas más permeables al
entorno, con flexibilidad en las reglas de su funcionamiento, que le permiten frente a
situaciones de crisis (como introducción de entropía), modificar sus pautas y reacomodarse
a la nueva situación.
Desde un punto de vista sistémico-cibernético, de acuerdo a nuestros desarrollos
teóricos, la crisis es el punto de mayor convergencia de ambas teorías. La crisis es un
estado de máxima tensión en un sistema, un desajuste critico que altera su estabilidad. E
términos cibernéticos es un arco o secuencia parcial de entropía (retroalimentación
positiva). Es un ángulo de desvío del curso correcto de las interacciones de un sistema.
Existen crisis esperadas y crisis inesperadas. Las crisis esperadas son, de acuerdo al
contexto, las crisis que forman parte de la evolución de los sistemas. Por ejemplo,
nacimientos, casamientos, viajes, despidos laborales, muertes, entre otras. En cambio las
inesperadas son producto de eventualidades que escapan fueran del libreto de la normalidad
evolutiva, por ejemplo, accidentes graves, accidente grave de un hijos, muerte de un hijo,
enfermedades incurables o terminales en gente joven, etc.
Las crisis, para el mundo sistémico, constituyen una oportunidad. Ese estado de
tensión es el preludio para un cambio. Puesto que cada vez que se halla un desvío en el
normal trayecto de la recurrencia de un sistema –una crisis- el sistema deberá ingresar la
información nueva necesaria para reducir ese ángulo de desvío. Solucionando el problema
En términos cibernéticos, entropía: retroalimentación positiva.
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que implica la crisis, el sistema aprende, por lo tanto cuando retoma su estatus, no será sus
estatus inicial, será una nueva estabilidad.
Por último, los sistemas poseen una serie de propiedades que los describen:
Totalidad
Un sistema es una totalidad, es decir solo puede entenderse a la luz del todo. Sus
características se comprenden en relación al sistema total. Un sistema no es una colección
aleatoria de elementos, sino una organización interdependiente donde la conducta y la
expresión de cada uno de sus componentes influyen y es influido por los otros.
No sumatividad
La suma de las partes corresponda a paradigmas lineales de análisis. No puede
entenderse analizando un sistema como descomposición de partes, puesto que cada una se
halla en interacción con el resto, razón por la cual “El todo es más que la suma de las
partes”. El análisis de la familia, como todo sistema, no es la suma de los individuos. Hay
patrones interaccionales que trascienden las cualidades de los miembros y que competen al
sistema en un supranivel.
Retroalimentación
Entender a los sistemas bajo la lupa de la Cibernética o de la Teoría General de
sistemas, implica aceptar la recursividad y los mecanismos de retroalimentación, es decir,
influenciabilidad recíproca, estímulos y respuestas entre interlocutores. El Estímulo
produce una Respuesta que a su vez actúa nuevamente sobre el estímulo inicial, el efecto
que tiene su efecto sobre la causa que lo motivó. Son los procesos mediante los cuales un
sistema abierto recoge información sobre los efectos de sus decisiones internas en el medio,
información que actúa sobre las decisiones (acciones) sucesivas.
El término Retroalimentación también es conocido como realimentación,
retroacción, o Feed-Back. Es un mecanismo mediante el cual la información sobre la salida
del sistema se vuelve a él convertida en una de sus entradas, esto se logra a través de un
mecanismo de comunicación de retorno, y tiene como fin alterar de alguna manera el
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comportamiento del sistema. Además puede ser considerada como un retorno de los efectos
de una acción que influye al sistema en el siguiente paso.
Un proceso de retroalimentación posibilita:
Observar si hay alguna diferencia o desviación el proceso de retroalimentación se
encarga de regular o modificar las entradas para que la salida se acerque al valor
previamente definido.
Comparar la forma real de funcionamiento del sistema y el parámetro ideal de su
funcionamiento.
Establecer si la finalidad del sistema es llevada a cabo o no, o como está trabajando
el sistema para lograr su objetivo, pero al mismo tiempo manteniendo la estabilidad.
Desarrollar formas de adaptación o cambio mediante mecanismos de control.
Equifinalidad
Significa que un sistema puede alcanzar el mismo estado final Aunque parta de
condiciones iniciales diferentes y mediante múltiples vías. La interacción entre sus partes
permite al sistema actuar creativamente como un todo en el procesamiento de distintas
entradas en formas diferentes para producir salidas apropiadas con el fin de lograr sus
objetivos.
Esto indica, que las organizaciones por medio de los refuerzos interdependientes de
sus miembros, tienen la capacidad de desempeñar muchas actividades distintas para lograr
una amplia gama de objetivos. Lo que viene a plantear la posibilidad de emplear distintas
estrategias con éxito y no tener que elegir necesariamente una variable como la mejor. Esta
cualidad de los sistemas agudiza el problema de la elección estratégica y relativiza el
monopolio de las estrategias exclusivas, entre las cuales la estrategia de calidad de servicio
puede ser una de ellas.
Entropía
La palabra entropía proviene del griego entrope que significa transformación o
vuelta. Es un proceso mediante el cual un sistema tiende a consumirse, desorganizarse y
morir. Es la propiedad de los sistemas abiertos según la cual, al poder recibir estos más
energía que la que consumen, pueden almacenarla y adquirir entropía negativa, logrando
sobrevivir. La entropía es una ley por la que todas las formas de organización tienden hacia
su desorganización o muerte (Se basa en la segunda ley de la termodinámica que plantea
que la perdida de energía en los sistemas aislados los lleva a la degradación, degeneración,
desintegración y desaparición).
Para mantener la entropía negativa y perdurar, un sistema debe mantener un balance
positivo entre la energía generada y la energía que se consume. La búsqueda de entropía
negativa, que consiste en la constante adaptación de la organización a las variaciones del
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Neguentropía
Es la entropía negativa de un sistema vivo que exporta para mantener su entropía
(desorden) baja. Es un concepto introducido por Erwin Schrodinger (1943) que fue un
teórico de la física teórico y uno de los padres de la mecánica cuántica. Los sistemas vivos
son capaces de conservar estados de organización improbables (entropía). Este fenómeno
aparentemente contradictorio se explica porque los sistemas abiertos pueden importar
energía extra para mantener sus estados estables de organización e incluso desarrollar
niveles más altos de improbabilidad. La neguentropía, entonces, se refiere a la energía que
el sistema importa del ambiente para mantener su organización y sobrevivir. Tengamos en
cuenta, además, que todo sistema se encuentra en un contexto o suprasistema con lo cual
las misma reglas del sistema superior regula las fugas de energía (entropía)
Para compensar el proceso de degradación sistémica a lo largo del tiempo, algunos
sistemas abiertos consiguen compensar su entropía natural con aportaciones de subsistemas
con los que se relacionan. Si en un sistema cerrado el proceso entrópico no puede detenerse
por sí solo, en un sistema abierto, la neguentropía sería una resistencia sustentada en
subsistemas vinculados que reequilibran el sistema entrópico.
Sinergia
Es un concepto proveniente del griego syn que significa con y ergos que significa
trabajo. Es la propiedad que supone que el todo (el sistema) es distinto a la suma de las
partes, permitiéndole al sistema transformar la materia en productos útiles. Consiste en una
interinfluencia recíproca. Todo sistema es sinérgico en tanto el examen de sus partes en
forma aislada no puede explicar o predecir su comportamiento futuro. La sinergia es, en
consecuencia, un fenómeno que surge de las interacciones entre las partes o componentes
de un sistema (conglomerado).
Los procesos del sistema no son sumativos y esta propiedad implica que el
funcionamiento interrelacionado de todos los elementos del sistema permite obtener
mejores resultados (sinergia positiva) o peores resultados (sinergia negativa) que los
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Complejidad
La complejidad de un sistema radica en la articulación de factores cuantitativos, o
sea, la cantidad de elementos de un sistema, las potenciales interacciones, el nivel de
conectividad e interrelación entre partes y el número de estados posibles que se producen a
través de éstos (variedad, variabilidad: variedad requerida). La complejidad sistémica está
en directa proporción con su variedad y variabilidad, por lo tanto, es siempre una medida
comparativa.
Una versión compleja (aún más) de la Teoría General de Sistemas se funda en las
nociones de diferencia de complejidad y variedad de acciones, interacciones a desarrollarse
en un circuito. Estos fenómenos han sido trabajados por la cibernética y están asociados a
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los postulados de R. Ashby (1984), en donde se sugiere que el número de estados posibles
que puede alcanzar el ambiente es prácticamente infinito. Un sistema es una trama o red de
relaciones en continuo movimiento, en una dialéctica de términos aparentemente
contradictorios: la estabilidad y el cambio.
Subsistema y recursividad
Se entiende por subsistemas a sistemas de sistemas. Pueden definirse como
conjuntos de elementos y relaciones que responden a estructuras y funciones especializadas
dentro de un sistema mayor. En términos generales, los subsistemas tienen las mismas
propiedades que los sistemas (sinergia) y su delimitación es relativa a la posición del
observador de sistemas y al modelo que tenga de éstos.
Siempre un sistema es un subsistema o suprasistema de otro u otros sistemas. Un
sistema, este compuesto a su vez por una serie de componentes que también son sistemas
de otros sistemas (como las cajas chinas). El grado de ensamblabilidad de los sistemas tanto
diacrónica como sincrónicamente hacen a la complejidad del universo sistémico. Un
sistema se sinergiza con otros sistemas como anillos concéntricos, o de manera parcial,
puesto que intersistémicamente comparten fracciones con otros sistemas.
El concepto de recursividad o recuerrencia representa la jerarquización de todos los
sistemas existentes, es el concepto unificador de la realidad y de los objetos. El concepto de
recursividad se aplica a sistemas dentro de sistemas mayores.
normalidad. La normalidad en un sistema de este tipo, se define por los valores energéticos
nominales. La regulación se dispara en los momentos en que los valores del organismo no
están en equilibrio, activando los mecanismos necesarios para compensarlo. Puede
observarse en los tipos de regulaciones del organismo: la termorregulación, que es la
regulación del calor y el frío; la osmorregulación que es el proceso de regulación del agua e
iones, en la que participa el Sistema Excretor principalmente, ayudado por el sistema
nervioso y el aparato respiratorio.
De la misma manera cuando se habla que la homeostasis responde a cambios
efectuados:
- En el medio interno: El metabolismo produce múltiples sustancias, algunas de ellas
de desecho que deben ser eliminadas. Para realizar esta función los organismos
tienen sistemas de excreción. Por ejemplo en el ser humano el aparato urinario. Los
seres vivos pluricelulares también poseen mensajeros químicos como
neurotransmisores y hormonas que regulan múltiples funciones fisiológicas.
- El medio externo: La homeostasis más que un estado determinado es el proceso
resultante de afrontar las interacciones de los organismos vivos con el medio
ambiente cambiante cuya tendencia es hacia desorden o la entropía.
organismo al restablecimiento del equilibrio interno cada vez que éste es alterado. Estos
desequilibrios internos, que pueden darse tanto en el plano fisiológico como en el
psicológico. De esta manera, la vida de un organismo puede definirse como la búsqueda
constante de equilibrio entre sus necesidades y su satisfacción.
Como se verá la vida de los sistemas lejos del estatismo, se encuentran en constante
movimiento y cambio. Más aún, es una compleja coreografía cuyos bailarines deben sortear
diferentes obstáculos y mantener el equilibrio. Si no cambian de estilo, danza o coreografía
es factible que les resulte dificultoso continuar adelante.
Las situaciones críticas que perturban al sistema se producen tanto
intrasistémicamente (por factores inherentes a la dinámica interna del sistema) como
intersistémicamente (en relación del sistema con otros sistemas), factores que obligan a
flexibilizar la estructura en pos de adaptase y crecer. Los sistemas cuya rigidez entorpece la
adapatabilidad tienden a hacer profecías autocumplidoras: tanto temen a su destrucción, a la
pérdida de su identidad como sistema, que terminan fortaleciendo sus reglas y funciones,
cristalizando sus interacciones y por ende empobreciéndose indefectiblemente: un camino
inexorable hacia la muerte.
Cambio 1 y cambio 2
Estos conceptos aplicados a la clínica sistémica, implican entender que un modelo
homeostático da cuenta de la estabilidad de un sistema, lo que se denomina Cambio1, aquel
que produce cambios para no cambiar cuyo objetivo es mantener el equilibrio. Cambios
sobre la misma estructura del sistema, donde las reglas no son cuestionadas ni
reformuladas, y las funciones se mantienen regulares. Más aún, todos estos factores son
ajustados de manera más estricta. El sistema se mantiene en un estado estacionario que
linda o puede lindar con la rigidez. Son las parejas, familias, organizaciones que desean
cambiar sin modificar sus estructuras: Cambiennos pero no nos cambie.
Pero la clínica sistémica, para sus desarrollos necesitaba conceptos que explicasen otro tipo
de cambio, aquel cambio cuya evolución le posibilite el ingreso hacia nuevos estados. Es
allí donde los procesos homeostáticos se contraponen con el verdadero cambio evolutivo de
un sistema. Es allí donde ingresamos en el territorio de la homeodinamia. Mayurama, como
hemos señalado anteriormente, aporta los conceptos de morfoestasis para indicar aquello
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que permanece, aquello que se opone al cambio o que genera el cambio que mantiene la
estabilidad y que es homologable al concepto de homeostasis. Y el de morfogénesis que
describe lo modificable, lo que rompe con la rigidez estacionaria para generar un proceso
evolutivo de cambio. Es la desestructuración de una organización que cambia sus reglas y
funciones, que se transforma en otro sistema para no volver a ser aquel que era. No pierde
su identidad, pero cambia su estructura. Tal cual un púber que salta a su adolescencia.
Sigue conservando su identidad, pero su vos, su cuerpo, su química ha sufrido cambios
irreversibles. Para gestar esta operatoria en los sistemas, hace falta un cambio del cambio.
Es decir, lo que se denomina Cambio 2.
En los sistemas humanos, estas dos tendencias coexisten, interactúan
permanentemente. Este juego dialéctico hace toda una coreografía entre cambio-
estabilidad-cambio-estabilidad, en un continium. Las variaciones de estado de un sistema
dependen de multiplicidad de variables: momentos evolutivos, incidencia del contexto, tipo
de situaciones críticas que debe afrontar el sistema, tensiones intrasistémicas, entre otras.
Estos factores generan que un sistema pueda reaccionar homeostatica u
homeodinámicamente.
integrantes intenta criticar o tomar una iniciativa defendiendo su posición como válida, y
como las interacciones para que puedan desarrollarse en armonía necesitan ser
complementarias, el intercambio se transforma en dificultoso. No existen las dos posiciones
que permiten una adaptación: one up (superior) y one down (inferior). Por ende, con mucha
facilidad, una comunicación extremadamente simétrica –competitiva, agresiva- puede
llegar a desarrollar una violenta escalada.
En la relación complementaria, las dos personas se encuentran en desigualdad y
aceptan sus diferencias. Es la desigualdad la que permite el complemento en la interacción.
Más allá, que ciertas complementariedades rígidas convierten al interlocutor que se halla
por debajo en blanco de descalificaciones.
Además, toda comunicación se produce en un contexto determinado, el
conocimiento del mismo nos permite conocer más profundamente la interacción que se
genera, que a la vez constituye un tipo de relación que cuando se estereotipa muestra el
modelo típico del funcionamiento del sistema.
Es posible que entre el mensaje enviado y el mensaje recibido existan diferencias
que dan como resultado la confusión, ambigüedades, malas interpretaciones y
contradicciones. Pero en la paradoja, la confusión o la contradicción es patrimonio natural
del mensaje en sí mismo. Watzlawick (1967) la define como una contradicción que resulta
de una deducción correcta a partir de premisas congruentes y las divide en tres tipos:
Paradojas lógico-matemáticas (antimonias)
Definiciones paradójicas (antinomias semánticas)
Paradojas pragmáticas (instrucciones paradójicas y predicciones paradójicas)
De estas tres, las que poseen más relevancia son las pragmáticas, por la incidencia en el
plano de la conducta.
Las paradojas, se diferencian de las contradicciones ya que en estas últimas se
puede encontrar una solución a través de la elección, mientras que en las paradojas
pragmáticas es imposible. Estas paradojas tienen su origen en las dos primeras, y se
traducen al plano relacional. En general, es una orden en la cual se exige una conducta
espontánea, con lo cual cumplir la orden ya implica dejar de lado la espontaneidad
requerida.
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La implementación de los Tipos Lógicos en el campo de la terapia familiar, se desarrolló en una de las primeras
investigaciones del grupo de Palo Alto: la teoría del doble vínculo.
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de esta suposición, sino que quedó impresionado por el punto en que la familia fomentaba y
aún exigía que el paciente mostrara una conducta irracional. Este mecanismo opuesto al
cambio (a la mejoría del paciente identificado), llevó a D. Jackson a acuñar el término
homeóstasis familiar. Por último, investigaron lo que llamaron doble atadura o Double Bind
en la comunicación del esquizofrénico. En un artículo llamado Hacia una teoría de la
esquizofrenia (1962), Bateson, Jackson, Haley y Weakland, describen cuáles son los
ingredientes básicos para su constitución:
1. Dos o más personas. De ellas designamos a una, para los fines de nuestra definición,
como la víctima. No suponemos que el doble vínculo sea infligido sólo por la madre,
sino que puede ser realizado por la madre sola y por una combinación de madre, padre,
y/o hermanos.
2. Experiencia repetida. Suponemos que el doble vínculo es un tema recurrente en la
experiencia de la vida de la víctima. Nuestra hipótesis no invoca una sola escena
traumática, sino experiencias tan repetidas que la estructura del doble vínculo llega a ser
una expectativa habitual.
3. Un mandato negativo primario. Puede tener una de dos formas: a) No hagas tal cosa, o
te castigaré, o b) Si no haces tal y cual cosa, te castigaré. Aquí elegimos un contexto de
aprendizaje basado en la evitación del castigo, antes que un contexto de búsqueda de
recompensa. Quizá no exista una razón formal para esta elección. Suponemos que el
castigo puede ser el retiro del amor o la expresión de odio o cólera, o -cosa más
devastadora- el tipo de abandono que resulta de la expresión de extremo desamparo por
parte de los padres.
4. Un mandato secundario que choca con el primero en un plano más abstracto, y puesto
en vigor, como el primero, por castigos o señales que ponen en peligro la supervivencia.
Este, es más difícil de describir que el anterior, por dos razones. Primero, el mandato
secundario es comunicado al niño, por lo general, por medios no verbales. Para
transmitir este mensaje más abstracto se puede usar la postura, el gesto, el tono de voz,
la acción significativa y las inferencias ocultas en el comentario verbal. Segundo, el
mandato secundario puede ejercer su impacto sobre cualquier elemento de la prohibición
primaria. Por consiguiente, la verbalización del mandato secundario puede incluir una
amplia variedad de formas; por ejemplo: No veas esto como un castigo, No me veas
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hablar sin conocer la gramática y la sintaxis) pero es fundamental que sobre esas reglas se
puedan hacer afirmaciones y comentarios que se consideren legítimos y, en consecuencia,
provistos de significado).
Ya que la metacomunicación es una información que posibilita saber cómo se debe
captar la información. Mientras que las reglas sean respetadas la comunicación es
complementaria y eficaz. Cuando existe confusión y transgresión a las mismas, se obtiene
como resultado una comunicación disfuncional.
humanos estamos limitados por nuestro aparato perceptivo y que tanto los objetos de
nuestra experiencia como la experiencia misma son el resultado de nuestra manera de
experimentar, es decir, están estructurados y determinados por nuestras categorías de
espacio y de tiempo, y que nunca logramos captar la cosa en sí.
von Glasersfeld, utiliza la analogía de un ciego que cruza un bosque diariamente en
búsqueda de un río que queda al otro extremo. Al cruzarlo, tropieza con troncos de árbol,
rocas diversos obstáculos, etc., y superándolos eventualmente llega al río. Por lo tanto, en
su mente recrea una serie de caminos viables y esa serie tiene cabida encaja en el bosque
real. Pero para el ciego, su representación mental no contiene ni rocas, ni troncos, ni
árboles. Ni siquiera bosque, que un observador externo pudiera ver. Lo que sabemos está en
función de nuestras observaciones, no de lo observado y la objetividad no es más que la
ilusión del sujeto de que la observación se puede realizar sin él, dice H. Von Foerster.
Un ser humano en el transcurso de su vida, en el intercambio permanentemente con
el medio social, desde su nacimiento, construye con otros y a la vez conforma
construcciones individuales acerca de la realidad. En esta gesta interactiva se elaboran
escala de valores, pautas de interacción, normas que regulan los procesos, en síntesis,
historia regida por determinado pattern que son inherentes a esa persona y no a otras. Que
existan algunos puntos de vista que se comporten y otros que no, forman parte de los
diferentes coloridos que poseen las perspectivas humanas. Todo este bagaje es el que se
pone en juego en el momento de la observación. Es el que permite ver eso y no otra cosa.
Con lo cual la mirada no es ingenua, está revestida de todos estos engramas individuales y
socio-culturales que generan un determinado mapa o recorte de lo que llamamos realidad.
Estos engramas son los que pautan las atribuciones de sentido, y generan la producción de
significados expresados a través del lenguaje, como base constitutiva del mismo.
El epistemólogo J. Piaget en la Construcción de la realidad del niño (1937) señala
sobre el desarrollo genético de la inteligencia y afirma que no se trata de una adquisición de
una representación fiel a la realidad, sino que el niño la construye. Esta construcción se
opera en base a su experiencia y mediante un mecanismo que posee dos procesos
invariables: la organización (y todo organismo desde el unicelular hasta el más complejo se
organiza para mantener su identidad) y el de adaptación (que depende de la asimilación y la
acomodación de lo experimentado). Un niño acomoda sus experiencias que surgen de las
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objetivo), y en esa diferencia radica el proceso de aprendizaje. Todos los sistemas humanos,
por ejemplo, funcionan bajo el mismo proceso.
La familia como matriz de intercambio, se constituye en uno de los pilares
principales de la vida psíquica de las personas. Es la base de la constitución de un modelo
relacional que permite crear otras relaciones, desde las laborales, de amistad, pareja, hasta
la construcción de una nueva familia. Pautas, normas, funciones, mandatos, se encarnan en
cada uno de sus miembros que, por oposición o similitud, se identifican con su grupo
familiar.
Pero los nuevos paradigmas de conocimiento, no permiten analizarla como una
suma de componentes individuales sino como un todo organizado, un sistema reglado en el
cual todas las partes tienen su importancia en el funcionamiento. Las funciones que
desarrollan cada uno de sus miembros, producen un acople estructural del que deviene la
funcionalidad o disfuncionalidad del sistema. Desde esta óptica, numerosas conductas
sintomáticas es posible reinterpretarlas a la luz del sistema y no hacer foco en la persona en
sus componentes intrapsíquicos individuales. Por supuesto, que esta definición gira
copernicanamente las ópticas tradicionales que centralizan la conducta anormal en una
persona negando al resto del grupo, para observar el todo, del cual una parte es la
emergente, es la evidencia de la disfunción. La familia, como microsistema dentro del
sistema social, ha sufrido los cambios de la sociedad en forma paralela, como señala Salvador
Minuchin (1982). Las funciones de la familia poseen dos metas diferentes: por un lado, la pro-
tección psicosocial de sus miembros, y por el otro, la acomodación a una cultura y a su
transmisión.
Además, la familia provee a cada uno de sus integrantes un sentimiento de identidad
independiente que se encuentra mediatizado, en cierta medida, por el sentido de pertenencia.
Es en el proceso de individuación, donde cada uno de los hijos de una familia comienza a ser
alguien, más allá de su clan. Es este proceso, la cimiente de la identidad de las personas que,
en general, -como señalábamos renglones arriba- se erigen como portavoces de sus familias de
origen, tanto en concordancia como en divergencia. Es de remarcar, entonces, que no es
necesario reproducir de manera fiel las bases y características de familia de origen, es decir, no
es una relación directamente proporcional, puede ser inversa. Aunque, es indefectible que la
familia de origen se constituya en el paradigma para la adhesión o el disenso de sus reglas y
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demás rasgos, que se expresa en las características y estilo de personalidad de cada uno de sus
integrantes. Pero tales identificaciones no solo implican a constructos personales y cognitivos,
o sea, no solamente demarcan fronteras de estilos de personalidad, sino que también se tienden
a reproducir pautas de interacción, juegos relacionales y formas de emocionar y manifestar
afectos.
En un proceso de socialización, la familia moldea la conducta de un hijo y le otorga
un sentido de identidad, y si bien constituye la matriz del desarrollo psicosocial de sus
miembros, también debe acomodarse a la sociedad, garantizando de alguna manera, la
continuidad de la cultura. En un sentido evolutivo, la familia cambiará en la medida en que
la sociedad cambie. O sea, los cambios siempre se orientan desde la sociedad hacia la
familia, nunca desde una unidad más pequeña a una mayor.
Tanto Mara Selvini (1989) como M. Andolfi (1982), observan que los sistemas
patológicos o el comportamiento patológico de algunos de los miembros de la familia, surgen
a partir de la repetición casi automática y compulsiva de transacciones dirigidas a mantener las
reglas cada vez más rígidas al servicio del equilibrio. Las crisis accidentales y evolutivas,
pueden generar síntomas que acarrean disfuncionalidades interaccionales entre los miembros
de la familia que permanecen en el tiempo mediante los intentos de solución fracasados. Estas
disfunciones crean realidades propias a partir del problema. Se crean reglas, pautas, funciones
en torno al síntoma que se erige como un gran general dominando la situación.
El síntoma puede definirse como una conducta anómala, un comportamiento bizarro
que sale de los canales esperables y funcionales de respuesta frente a las situaciones. El
síntoma puede interpretarse como una denuncia y constituirse en una explicitación, una señal
de alarma de que algún tramo del circuito comunicacional se halla disfuncionando. Pero, el
fenómeno del síntoma es más complejo. Factores comunicacionales e interaccionales, de
experiencia, de historia, determinantes psicoinmunoendocrinos, cognitivos y emocionales,
convergen para constituir un trastorno bulímico, de pánico, anoréxico, depresivos, de
obesidad, de drogadicción, psicótico, obsesivo compulsivo, etc. Por lo tanto, resulta
sumamente difícil entrar en afirmaciones certeras acerca del origen o el objetivo del síntoma,
solamente se pueden construir hipótesis desde diferentes modelos teóricos que lo explique de
manera aproximada.
Desde un meta nivel sistémico-cibernético, se intenta entender todos estos planos de
análisis de manera complementaria, que se introducen en un contexto que le otorga ciertos
sentidos. Fundamentalmente, comprenden al síntoma como un fenómeno complejo, alostático,
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1
Como resultado de una investigación con familias en la Escuela Sistémica Argentina (ESA), hemos
desarrollado un cuadro de doble entrada que delimita lo que hemos denominado Antiguas y nuevas estructuras
familiares. Lo que deja entrever este análisis y, por tanto, debe entenderse que nos hallamos en un período de
transición, es que resulta imposible ubicarnos en alguna de las dos columnas: ni nos embanderamos y
desarrollamos las pautas de las antiguas estructuras familiares, ni llegamos a consolidarnos en los códigos de las
nuevas. En las pautas de distinciones de ambas categorías familiares, se diferencian por mandatos, normas,
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familiares, con todo lo que conlleva (desde estilo relacional, manifestación afectiva,
identificaciones relacionales y personales, normas y formas de actuación, valores, etc.), se
constituyen en un epicentro del cual resulta imposible desprenderse.
preceptos, hábitos, funciones de cada uno de los miembros y del sistema general. Se observan cambios en el
subsistema pareja conyugal, pareja parental, funciones de la fratría, características y funciones de cada uno de los
miembros.
Las que se denominan Antiguas familias, son aquellas estructuras familiares que competen a las
concepciones de generaciones de comienzos del siglo XX hasta la década del ’60. Es decir, abarcan hasta los
padres nacidos en la década del ’50, que se hallan compenetrados en los preceptos y mandatos de sus propios
padres, nacidos a su vez entre los años 1920 y 1930. Mientras que las nuevas estructuras, responden más
precisamente a los padres de la generación del ’60 y ’70, que a pesar de ser hijos de padres de la primera columna,
tienden a ser más flexibles y adaptados a los cambios que suponen las estructuras modernas de familia, la actitud
de los adolescentes, la forma de interacción de pareja, etc. Por tal razón, las dos estructuras se interceptan, hay
nuevos padres y madres, revisionistas, flexibles y modernos, pero hay padres y madres que sucumben a las
premisas de las antiguas estructuras de familia. Somos una generación de tránsito. (Ceberio M. R. y Serebrinsky
H. 2011)
2
La autoría de las Escuelas sistémicas es autoría de Javier Mandil.
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Modelo de Terapia Breve del MRI (Mental Research Institute-Palo Alto) (Watzlawick,
Weakland, Fisch)
Podría decirse que este es el primer y original modelo terapéutico inserto en el
paradigma. Con la participación original de Bateson, Haley y Don Jackson a fines de los
60, Paul Watzlawick, John Weakland y Richard Fisch entre otros, terminarían de darle
forma a este enfoque de lineamientos mínimos pero poderosos.
Más allá de sus modificaciones y revisiones constantes, que involucrarían a partir de
los 80 la injerencia de los planteos constructivistas y construccionistas sociales, conservaría
su carácter eminentemente pragmático, sostenido en la idea de que todo conflicto
existencial o trastorno puede ser operacionalizado como un problema y que la consecución
de un objetivo mínimo pero concreto en psicoterapia puede generar, a partir del efecto
dominó, cambios más globales en el sistema que consulta.
En forma sintética desarrollaremos algunos de los criterios fundamentales del
enfoque de Palo Alto. En principio es una terapia que se realiza junto al cliente un contrato
de 10-12 entrevistas, focalizadas en la resolución de un problema y la consecución de un
objetivo mínimo a lograr.
No necesariamente se trabaja en consulta con la persona sintomática-portadora del
problema, sino con la persona preocupada por el mismo: es decir, con lo que ellos nominan
el cliente de la terapia. La idea de los gestores del enfoque es que al estar esta más
motivada, será la principal vía de introducción de cambios en el sistema.
El objeto principal de análisis e intervención serán las Soluciones intentadas, es
decir, los afrontamientos fallidos que las personas involucradas realizaron y realizan en
torno al problema. La idea básica es que el sistema que sostiene al problema es mantenido
retroactivamente por los intentos fallidos para solucionarlo que las personas, orientadas por
el sentido común –vale decir, por presupuestos básicos organizados en su sistema de
creencias- insisten en llevar a cabo.
La operatoria principal consistirá en inducir en los consultantes una intervención en
180 grados, o sea, llevarlos a implementar una serie de conductas-comunicacionales
opuestas a aquellas que integran las soluciones intentadas empleadas al momento,
abandonando de esta forma la insistencia en el más de lo mismo interaccional que sostiene
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el problema y gestando, de esta manera, las condiciones para que un cambio de segundo
orden se lleve a cabo.
Este Cambio de segundo orden se define, desde la óptica del MRI, como aquel que
se suscita cuando las personas han cambiado radicalmente su sistema perceptivo-reactivo,
de tal manera que se involucran en circuitos comunicacionales en donde el problema
presentado en consulta no tiene lugar. En este sentido, la elucidación del origen de la
problemática a tratar no es importante para la óptica de esta escuela, sino la
conceptualización de las pautas perceptivas-retroactivas que lo mantienen.
Para el MRI, los problemas se generan cuando, ante las dificultades corrientes de la
vida cotidiana, las personas insisten en solucionarlas a partir de intentos convencionales
llevados adelante por la lógica racional.
Otro punto importante cuya incidencia encontramos en las demás escuelas del
paradigma, pero que en este modelo tiene fuerte preponderancia, es el artesanal uso del
lenguaje y las técnicas eriksonianas de hipnosis sin trance, en pos de inducir al consultante
a involucrarse en circuitos interactivos novedosos. De estos recursos, uno de los principales
es la utilización de la postura del entrevistado (hablar el lenguaje del paciente), remedar
sutilmente sus modalidades representacionales, sistema de valores, actitud ante el problema
y la terapia, encuadrando las intervenciones dentro de un marco semántico aceptable para el
mismo.
La reestructuración se conceptualiza, como una intervención orientada a modificar
la percepción del cliente respecto al problema, en pos de que realice cosas distintas.
Es importante ser claros en este punto para diferenciar las teorías del cambio: para
este modelo, el proceso terapéutico se dirige a que los integrantes del sistema se involucren
en alternativas conductuales. El cambio a nivel cognitivo será más que nada un medio para
orientar a los que consultan a participar en nuevos circuitos interaccionales. Esta
perspectiva encuentra diferencias con la propuesta de otros modelos en los cuales la
incidencia de la cibernética de segundo orden es más marcada, y por tanto, conceptualizan
el reencuadre cognitivo como una meta, más que como un medio para el cambio.
El modo usual de intervención en este modelo de terapia breve es entonces: generar
un cambio de creencias, y cierta convicción en la sesión, como un medio para desarrollar
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las condiciones aptas que la prescripción de conductas diferentes, en las famosas tareas
para el hogar, requiere. Estas tendrán tres modalidades principales:
Se realizarán prescripciones directas, es decir, se solicitará a los consultantes la
implementación directa de conductas alternativas a aquellas que venían llevando a cabo,
cuando el rapport es alto, la resistencia es baja y la conducta-problema es controlable por
parte de los implicados.
Las prescripciones indirectas son tareas orientadas a desfocalizar la percepción del
consultante respecto a la conducta de afrontamiento. La forma básica que adquiere es preste
atención a X cosa, cuando al mismo tiempo, en la práctica, el que consulta realiza aquellas
acciones que le generan aprensión pero que lo llevarían a resolver el problema. Son
indicadas, frecuentemente para aquellos problemas ubicados en el espectro de la ansiedad,
las fobias, etc.
Y finalmente, las famosas, prescripciones paradojales en donde básicamente se le
pide al cliente que haga más de la misma conducta-problema. La idea sobre la cual se
sostiene una intervención semejante, es pensar la interacción cliente-conducta-contexto
como un verdadero juego relacional que tiene las características de un doble-vínculo. En
este sentido, la petición por parte del terapeuta, en un contexto supuestamente promotor del
cambio, de que el consultante siga haciendo lo que hace, no hace más que espejar esa
trampa relacional en la que el cliente se encuentra, sobresaturando de esta manera, a partir
de un feed-back positivo, el sistema que sostiene el problema. Estas intervenciones suelen
estar indicadas en las situaciones donde se registra una alta oposición por parte del que
consulta, en situaciones donde la conducta es incontrolable y/o compulsiva, etc.
A partir de conceptualizaciones semejantes, es decir, tomando la teoría del doble
vínculo como background epistemológico, se tratarán los fenómenos resistenciales en
psicoterapia a la manera de un arte marcial, en el sentido de que recomendarán usar la
fuerza del contrincante para ser vencida. El método general será entonces, prescribir la
resistencia como una fuerza curativa, como un fenómeno necesario para que el proceso
terapéutico avance.
En este mismo sentido, se orientarán diversas intervenciones tendientes a anticipar
diversos impasses terapéuticos: la restricción del cambio, pedirle al consultante que vaya
despacio en su mejoría, prescribir recaídas, etc. Vale decir que resulta notable como las
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teorizaciones originales del MRI describían la resistencia como una especie de fuerza física
a vencer (aún en la forma de un arte marcial como el judo), y un problema de oposición por
parte del que consulta.
Dichas conceptualizaciones serían criticadas y revisadas sucesivamente por
pensadores insertos dentro del paradigma. Sin embargo, podrían ser pensadas como el jalón
inicial en esas teorizaciones orientadas a conceptualizarla de una forma diferente a como se
había pensado anteriormente: como un fenómeno comunicacional suscitado en el interior
de la relación terapéutica.
Minuchin ha hecho célebres los casos de familias donde los hijos padecen enfermedades
psicosomáticas, en las cuales las fronteras intrasistémicas se presentan extremadamente
difuminadas, a la vez que las fronteras con el mundo externo adquieren la forma de una
cerca de caucho, es decir, una frontera exo-sistémica rígida que impide el pasaje de
información respecto al contexto y la consecuente individuación-diferenciación de sus
miembros.
Basándose en la teoría de los juegos de Von Neumann, Minuchin observa diversas
jugadas relacionales en las que los miembros se involucran en pos de sostener la identidad
y teleología de un sistema. En este sentido, la aberración de fronteras intra-sistémicas se
genera a partir de la formación de alianzas y coaliciones trans-generacionales y trans-
jerárquicas en el sistema familiar.
Estos juegos se registran en esas coaliciones abuela-nieto en contra de la madre,
como la citada más arriba, en las díadas simbióticas en las cuales un hijo opera como único
sostén afectivo de un progenitor, o típicamente en esos triángulos que Freud había
entrevisto como nódulo originario de la neurosis: la coalición progenitor-hijo en contra del
otro progenitor. Sin embargo, lo que Minuchin encuentra es que, más que formaciones
intrapsíquicas, históricamente pesquizables y motivadas por intereses incestuosos
inconscientes, podemos ubicar estas formaciones estructurales como juegos relacionales
que se reproducen sincrónicamente, generando la rigidez del sistema, y que los fines de
tales juegos pueden obedecer a motivos completamente ajenos a las esferas del erotismo.
Muchas veces estas organizaciones se generan con fines de protección a la unidad
familiar, otras como formas que ayudan a evadir aprendizajes complejos o la ejecución de
tareas –la individuación, por ejemplo- intensamente angustiantes. De hecho, en la
consultoría llevada a cabo en organizaciones empresariales podemos encontrar
sorprendentes isomorfismos que actúan como guía para la intervención en estos campos. En
todo caso, la finalidad específica de tales formaciones estructurales será objeto de
investigación por parte del profesional a cargo, en el caso por caso.
La escuela estructural propondrá, una serie de modalidades propias de intervención
destinadas a favorecer el cambio estructural en el aquí y ahora de la entrevista, y que
requerirán de un gran compromiso y participación activa por parte del terapeuta.
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Intensificación: Minuchin asevera que, usualmente, los consultantes tienen una sensibilidad
auditiva discriminatoria. Es decir: oímos del mensaje terapéutico lo que podemos oír, o
desde una perspectiva constructivista: percibimos aquello que nuestra epistemología nos
permite percibir.
Para operar sobre esta dificultad, el terapeuta habrá de recurrir a diferentes
maniobras en pos de aumentar la intensidad, generar crisis, fomentar las probabilidades de
cambio. Estas podrán ir desde modificar el tono de voz, hasta repetir el mensaje con
insistencia, emitir un mensaje distinto en contenido pero referente a un isomorfismo
estructural, disminuir la distancia interpersonal con el/los miembros involucrados en la
pauta, aumentar el tiempo de una interacción traspasando los usuales límites de la
tolerancia, etc.
Minuchin y cols, ubican un sustento epistemológico para este tipo de intervenciones
en la teoría de las estructuras disipativas de I. Prigogine. En este sentido, la insistencia del
terapeuta en cambiar pautas y modalidades organizacionales, apunta a promover el proceso
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será requerir a la pareja parental en conflicto que suspendan momentáneamente sus disputas
en pos de acordar la forma de organizar la vida del hijo sintomático, posibilitando de esta
forma su externación hospitalaria.
Análogamente al modelo propuesto por Minuchin, se implementará el uso de la
persona del terapeuta para generar alianzas y coaliciones alternativas respecto a los
miembros del sistema. El consultor habrá de funcionar como pilar restaurador de la
jerarquía destituida. Son destacables en este sentido los aportes realizados por Madanes
unos años después, a medida que se suscitó el trabajo con familias uniparentales o en las
que por diferentes razones, el rol organizador no podía estar encarnado por la figura cuya
filiación biológica haría esperable. En este caso, la función jerárquica a apuntalar podría
estar constituida por una abuela o cierta hermana mayor. El problema no será entonces
quien ocupa la posición requerida sino la presencia de una jerarquía clara, definida y
consistente.
Así mismo, las nuevas configuraciones familiares como las convivencias informales
y las familias ensambladas han dado lugar a ciertas reconsideraciones respecto a la sucesión
esperable en un Ciclo Vital Familiar. ¿Podría hoy la separación de los cónyuges y la
consolidación de un nuevo proyecto de pareja, ser considerada otra etapa a traspasar?. En
todo caso, el enfoque estratégico ha demostrado flexibilidad en la revisión constante que los
cambios socio-históricos han condicionado.
Hipótesis: Se entiende que todo profesional formará sus propios supuestos a partir de la
recepción inicial de información concerniente al caso clínico, ya sea en la derivación, la
pre-entrevista telefónica, etc. Los datos serán organizados a partir de sus referencias
teóricas, experiencias personales, involucración en procesos terapéuticos anteriores. Las
ideas que el profesional tiene acerca del caso serán consideradas hipótesis que guiarán la
sucesiva recolección de información, expuestas a refutación o confirmación en contraste
con la respuesta ofrecida por la familia a sus intervenciones.
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Neutralidad: se trata de la adopción, por parte del terapeuta, de una posición en la cual no
toma partido por ninguno de los integrantes de la familia, aceptando las ideas, prácticas y
creencias de sus miembros sin juzgar, es decir, considerándolas como elementos
funcionales a la dinámica integral. De hecho, para evitar atribuciones dirigidas a cada
persona en particular, evitarán a rajatabla el etiquetado individual. Por ejemplo, en lugar de
decir La Sra. R. es psicótica, al discutir los casos plantearán La Sra R. se muestra como
psicótica..., con la intención de conservar el criterio relacional en la evaluación de las
conductas de cada componente en el sistema.
El grupo conceptualizó los juegos patológicos como complejas formas
interaccionales que integran circuitos retroactivos, formaciones de alianzas y coaliciones,
organizadas a partir de mitos familiares y sistemas de creencias transmitidos inter-
generacionalmente. Diversos desarrollos del enfoque tomarán en cuenta tres generaciones
en la familia para evaluar la forma en que estos patrones recurrenciales son reproducidos a
través de la historia. En las familias con pacientes identificados graves (anorexias, psicosis)
Palazzoli y cols. investigarán formas particulares de estas dinámicas relacionales a las que
nominará juegos psicóticos. En ellos ubicarán al joven miembro sintomático como
intermediario en un juego de instigaciones y provocaciones mutuas por parte de una pareja
conyugal en conflicto crónico y oculto. El comportamiento anómalo del hijo será funcional
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en tanto mantiene tal conflicto parental al nivel de un impasse, evitando de esta forma la
escalada y el peligro de ruptura.
Acorde a sus diferentes momentos teóricos, el grupo de Milán implementará
diversas modalidades prescriptivas, que constituirán un desarrollo novedoso respecto a
intervenciones más clásicas en otros modelos.
Rituales: a medida que Palazzoli y cols. enfatizan el trabajo con la epistemología familiar,
se prescriben tareas de alto contenido simbólico y/o metafórico. Estas pueden cumplir una
función análoga a la de los ceremoniales de transición, constituir un gesto de reparación
ante un daño, metaforizar una modalidad vincular, etc. Algunos ejemplos a citar son la
diversidad de rituales funerarios adecuados a la cultura familiar, los pedidos de perdón ante
una transgresión, las cartas dirigidas al familiar ausente, etc. Apuntan a una
reestructuración de las reglas relacionales y creencias a partir de una entrada analógica de
información al sistema.
Prescripción invariable: más que una simple tarea, la prescripción invariable está
constituida por una serie de señalamientos de encuadre terapéutico, tareas sucesivas
dirigidas a demarcar fronteras entre subsistemas y técnicas orientadas a la recogida de
información. Su nombre se debe a que tal encadenamiento de intervenciones se ejecuta de
manera inmodificada en sistemas patológicos muy rígidos en donde las reglas de
funcionamiento se presentan como ambiguas o confusas. Su universalidad se justifica en el
supuesto teórico consistente en que en todas las familias donde hay un paciente identificado
grave, el principal problema es una falta de diferenciación entre el subsistema parental y el
filial.
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Enfoques posmodernos:
White, Epston, Andersen, Goolishian
Finalmente, en esta sección agruparemos aportes diversos cuyo cuestionamiento
radical respecto a ciertos presupuestos básicos sistémicos los situarían en las fronteras del
paradigma. Usualmente, en la literatura especializada, se engloban bajo la etiqueta enfoques
posmodernos a los modelos narrativistas, conversacionales y construccionistas en general.
En ellos, las elucidaciones concernientes a la cibernética de segundo orden ha ejercido su
influencia más notoria.
Recordemos aquí entonces, cuatro de los principales aportes que el constructivismo
y el construccionismo social han hecho al accionar clínico:
Inclusión del operador en el sistema terapéutico: su propia presencia condicionará, por una
parte el comportamiento de los miembros del sistema, y por otra sus propios presupuestos
epistemológicos determinarán la manera en que percibe los fenómenos clínicos. Esto abre
la puerta a un cuestionamiento y deconstrucción constante de las propias hipótesis
terapéuticas
Resulta llamativo que el origen geográfico de sus más notables exponentes se sitúe
en la periferia de los espacios tradicionales en los que históricamente se gestaron los
modelos terapéuticos sistémicos. Michael White opera en Australia, David Epston en
Nueva Zelandia y Tom Andersen en Noruega. En todo caso, su particular recuperación de
la herencia antropológica Batesoniana y su incidencia general en la forma contemporánea
de hacer psicoterapia hace necesaria, sin lugar a dudas, su inclusión en este artículo
introductorio.
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la familia reflexiona acerca de las reflexiones llevadas a cabo por los miembros del equipo
y viceversa.
En una relectura de las propuestas filosóficas de M. Foucault, se apunta a
transparentar metodológicamente los mecanismos de poder implicados en la construcción
social de toda idea, todo conocimiento. Esto puede conducir a que, en la práctica,
consultantes y consultores alternen sus ubicaciones a ambos lados del espejo
unidireccional.
En coherencia con semejantes planteos, se lleva a cabo la deconstrucción de
narrativas socio-culturales más amplias que las generadas en el entorno familiar. Se
introducen en la conversación terapéutica problemáticas concernientes al género, factores
étnicos-religiosos, determinantes económico-sociales, etc., en sintonía con el entorno multi-
cultural propio de nuestro universo social contemporáneo.
Los enfoques narrativistas y conversacionales poseen suficiente riqueza y
singularidades para que un apartado conjunto no les haga justicia. Así mismo, se han dejado
afuera desarrollos más contemporáneos de la terapia estructural, por ejemplo, la llamada
Escuela de Roma dirigida por M. Andolfi y cols., enfoque asentado metodológicamente en
técnicas doble-vinculares de desafío y otras herramientas orientadas a generar intensidad y
crisis en el locus terapéutico. O desarrollos de los modelos de terapia breve, como los
orientados a las soluciones de S. De Shazer y W. O Hanlon, que recuperan diversas
herramientas hipnoterapéuticas de Erikson, y que focalizan, en manera análoga a los
narrativos pero a partir de una modalidad más directiva, en aquellas excepciones al
problema en las que los consultantes despliegan recursos notables.
LAS INTERVENCIONES
Uso de la Cámara Gessell
El uso del espejo unidireccional es uno de los aspectos técnicos más utilizados en
terapia sistémica. Mientras el terapeuta trabaja con la familia, un equipo lo observa en la
sala contigua. La apariencia dentro del consultorio es un espejo, pero la familia es
informada por el terapeuta que se halla un equipo detrás (R. Ceberio, Marcelo 2008). La
famosa frase de 8 ojos (en el caso que haya 4 miembros del equipo) ven más que dos,
además de anticiparle la dinámica de que pueda sonar el teléfono y que el terapeuta pueda
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salir o entrar el coordinador del equipo, es clave para dejar en claro cómo se trabajará en la
sesión.
El supervisor puede interrumpir la sesión y dar instrucciones al terapeuta a través de
un intercomunicador. El objetivo es interrumpir una frase improductiva, cortar una
secuencia en donde el terapeuta pierde el control de la sesión, o se halla protegiendo a un
miembro, o simplemente para aconsejar una intervención. No son pocas las ocasiones en
que el supervisor entra a la sesión para comunicarse con el terapeuta y/o la familia de
manera directa.
Uso de la filmación
Muchos equipos sistémicos tienen dentro de la consulta una cámara de filmación. Se
le explicará a la familia la finalidad, además de la dinámica de la cámara Gesell. El objetivo
de filmar las sesiones, permite reunirse con el equipo y poder analizar más
pormenorizadamente el desarrollo de la interacción de la familia con el terapeuta, la
problemática de la familia, las relaciones entre los miembros, las emociones, las
intervenciones, en síntesis, todo lo que acaeció en la sesión.
Este registro posibilita también, perfeccionar la hipótesis y que el mismo terapeuta
de campo observe sus propias acciones. Todo lleva a ahondar la forma de trabajo
terapéutico y perfeccionarlo.
Se cree que las funciones de una familia son más eficientes si las distintas fronteras
mantienen las reglas, los roles, las responsabilidades e interacciones de los padres y los
hijos. Permitirle a un niño asumir un rol igualitario al de los padres, según este enfoque, es
disfuncional para la organización familiar. Por ende, es importante provocar un aumento de
las fronteras generacionales que separan a padres de hijos, tal como lo afirma S. Minuchin
(1988)
La técnica consiste en generar movimientos estructurales a través de:
a) Cambiar los asientos colocando a los padres juntos y a los hijos juntos, dividiendo en
subsistemas.
b) Solicitar tareas para enfatizar la diferencia entre las de los padres y las de los hijos.
c) Reforzar la necesidad de privacidad de cada uno en la casa, con puertas cerradas donde
sea posible.
d) Reforzar el tiempo de ambos padres e hijos para hacer sus propias actividades.
e) Inducir a los padres a actuar como adultos con sus chicos, cuando suelen hacerlo en
forma infantil.
Ruptura de Triángulos:
Bowen (1978), Clapow (1968) Fogarty (1973) y Friedman (1975), se refieren como
Triángulos a las relaciones donde dos personas en pos de resolver sus dificultades o
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Recursos psicodramáticos
En el libro Cuerpo, espacio y movimiento en psicoterapia (Ceberio M. R. 2008), ya
hemos desarrollado la importancia de los recursos corporales en la terapia y el uso del
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cuerpo del terapeuta como una herramienta de intervención. Uno de los vehículos es el
modelo de la representación dramática, dentro del consultorio, de diferentes aspectos de los
problemas familiares (y de las soluciones). Es decir, en lugar de relatar un hecho o el
problema se insta a la familia a que lo represente.
También puede establecer diálogos en la Silla Vacía entre los diferentes personajes
que el paciente o la familia o pareja recrea, mientras los demás observan. En este sentido,
más que silla vacía habría que llamarle Silla llena, puesto que en esa silla se sientan
numerosos personajes de relevancia para el paciente.
Como en la observación de los espacios que ocupa la familia, es interesante
observar como la familia expresa a través del cuerpo a problemática. Las intervenciones
que se realizan corresponden la psicodrama clásico, como rol playing, dobles, soliloquio,
espejos, amplificaciones y petrificaciones, etc.
Fotografía de la familia
La técnica de fotografía de familia un valioso instrumento para estudiar el impacto
del pasado sobre el presente, la estructura familiar, la comunicación y estilos, tanto como
los roles de los miembros de la familia. El procedimiento es el descripto por Anderson y
Malloy (1976), Ceberio M. R. (2005).
Es una técnica que se puede trabajar en forma individual, grupal o familiar. Si un
terapeuta tiene dificultad en llegar a su paciente o una familia se ve bloqueada para trabajar
sobre hechos significativos actuales o del pasado, se le pide que traiga una fotografía o
selecciones alrededor de veinte. Otorgándole prioridad a aquellas fotografías que puedan
resultar significativas y que cuenten lo que le sucede a la familia o que relate su historia.. El
terapeuta no da ninguna instrucción referente a cómo elegir las fotos, así éstas son
significativas en sí mismas en cuanto a su elección.
La familia discute la manera de obtener y seleccionar fotos. Pueden tener
dificultades para hacer la selección, para obtener fotos de la familia completa, y aparecer
reacciones no esperadas. El proceso de búsqueda es a veces más significativo que la foto en
sí misma (contenido). Mirar las fotografías junto a la familia puede ocupar varias sesiones.
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El terapeuta pregunta sobre los lugares, personas que aparecen en la foto y otros recuerdos,
y proporciona una devolución a los integrantes sobre el proceso de comunicación durante la
tarea.
Escultura familiar
Se pide a un miembro que modele una escultura humana con el resto de los
familiares. Colocará a cada miembro en la forma corporal que exprese la función que
cumple en el sistema. De esta manera armará una trama de relaciones corporales para luego
incluirse. También se le puede otorgar palabra, mediante una frase que exprese cada
miembro, y movimiento articulado en la escultura.
La escultura se basará en cómo vivencia el integrante a la familia en general, o en
una situación determinada. Luego se la evalúa en conjunto. También se puede hacer
modificaciones en la escultura, sugeridas por la propia familia o el terapeuta. Es decir,
puede proponerse que se realice un cambio, solo uno, que pueda generar un efecto hacia un
cambio mayor y en secuencia con todos los miembros.
Manejo de refuerzos
En general se instruye a los padres para “reforzar” positivamente las conductas
adecuadas de sus hijos y a ignorar las inadecuadas. Así se puede felicitar a un niño cuando
pide las cosas directamente y se lo ignora cuando llama la atención con un berrinche.
En numerosas ocasiones, las intervenciones estarán dirigidas hacia la modificación
del circuito interaccional del paciente, bloqueando a través de límites explícitos los
mensajes fallidos, obteniendo exitosos resultados en la modificación de la sintomatología
sin actuar directamente sobre las soluciones ensayadas. Nardone y Watzlawick (1992)
señalan:
Pretendemos decir con esto que el terapeuta ha de valorar cuidadosamente, caso
por caso, si es más eficaz alterar el sistema perceptivo reactivo disfuncional del paciente
individual interviniendo directamente sobre él y produciendo, por reacción en cadena, la
modificación de todo el sistema relacional interpersonal, o bien si es más eficaz intervenir
sobre el sistema de relaciones interpersonales familiares, ampliando la terapia a más
sujetos, de modo que, como consecuencia del cambio de las secuencias interactivas de
varias personas, cambia también el sistema perceptivo reactivo de la persona individual
problemática.
La reestructuración
Implica recodificar el cómo se percibe o cómo se construye la realidad sin modificar
el significado de las cosas, sino un cambio de estructura. A pesar de que cambiando los
marcos de significación en los cuales se inscribe la situación-problema, se termina
cambiando el significado la misma situación. La redefinición como tal, encuentra su eco en
la connotación positiva que, como hemos mencionado páginas en anteriores, no sólo
recalca la potencia o capacidad de la persona en función de estimularla, sino que también
modifica la percepción de lo que se considera problema.
Connotación positiva
Es uno de los recursos más valiosos de la terapia sistémica. Se trata de una
verdadera reformulación o recategorización del problema. La clásica metáfora del vaso que
tiene agua hasta la mitad, está medio lleno o medio vacío??, plantea dos maneras de ver la
situación. Los seres humanos vivimos construyendo y colocando en categorías a las cosas,
razón por la cual es posible colocarlas en uno u otro box.
La connotación positiva en su vertiente más profunda es un verdadero cambio
semántico. Una intervención clásica es la atribución positiva del síntoma, significándolo
como una denuncia: Todos debemos agradecer el sacrificio que hace Juan en la escuela,
sus problemas de conducta los han traído aquí que, de otra manera no hubiesen llegado
(aludiendo a los padres que han discutido desaforadamente en la sesión y el problema de
Juan los mantenía distraídos). Entra en la sesión un chico sintomático y sale un niño
sacrificado. El problema ha cambiado de foco.
Pero hay connotaciones positivas más superficiales, que motivan e impulsan a
continuar adelante con la tarea terapéutica: Qué hermosa familia, llena de recursos y de
muchísimo afecto… Ustedes van a poder salir adelante!. De una u otra manera, la técnica
de la connotación positiva es una estrategia valiosa, puesto que hace gala a la filosofía
sistémica de la terapia: partir de la salud y de los potenciales de las personas.
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Utilizar la resistencia
Es una intervención que utiliza la fuerza de la resistencia del paciente en su propio
beneficio. Por ejemplo, de cara a un paciente que asiste a la consulta desmotivado con
hacer terapia y resistente al cambiar, la confrontación de su estado genera afirmarse más
aún en su posición. Por lo tanto, el terapeuta evitará confrontarlo. Es el caso de las personas
que asisten a terapia para derrotar al experto. Como cuando los maridos son citados al
espacio terapéutico de la esposa y se imponen diciendo yo no creo en la psicoterapia. Lejos
de la confrontación, el terapeuta le dice, Yo tampoco!!, la terapia es ciencia no es religión,
no se trata de creer, tiene razón. Es una manera envolvente que deja al paciente opinando
lo mismo que el terapeuta. Cuando se usan las resistencias, se puede prescribir, por
ejemplo:
1. Petición de cambio lento: El terapeuta sugiere que son más convenientes los
cambios pequeños que los grandes (más peligrosos).
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Técnicas de confusión
También de raigambre ericksoniana, es una técnica que permite descontextualizar al
paciente. Es muy eficaz para desmoronar discursos quejosos, críticos, o monotemas, o
discusiones de escaladas simétricas. Erickson, tenía la habilidad de cortar abrupta y
respetuosamente un relato del paciente, en pos de anular el más de lo mismo. Por ejemplo,
podía bloquear la evolución de un discurso con desenlace catastrófico, solamente colocando
un interlocución que descontextualice. Por ejemplo, Qué fecha es hoy??, este año cuantos
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años cumples??, dentro de 25 y medio de años vos cuantos años tendrías….. y tu hijo
menor.
Es una técnica sumamente eficaz en cualquier caso, pero principalmente en aquellos
resistentes al cambio, puesto que caen en la creencia de que están hablando de otros,
cuando por identificación se proyectan masivamente en alguno de los personajes de cuento.
Preguntas circulares
Además, otra de las técnicas que permite agilizar la comunicación son las preguntas
circulares de Anatole Rapaport. Son cuestionamientos que desestructuran la linealidad
tradicional y exploran tanto el sentir, como el pensar y el actuar de la persona. El terapeuta
puede indagar acerca de Qué piensa que el otro piensa / Qué hace cuando siente un
determinada emoción / Qué siente cuando el otro hace (una acción determinada). De esta
manera, se exploran supuestos y acciones y sus consecuentes interacciones.
Es una técnica basada en preguntas a los miembros acerca de las diferencias entre
ellos o acerca del vínculo entre los mismos (la Escuela de Milán lo denomina “Preguntas
Triádicas”). Así se evalúan las reacciones de los otros miembros frente a las preguntas y se
inicia una nueva serie de preguntas con ellos. Por ejemplo, se le pregunta a una madre
como ve la relación entre el padre y el hijo. A continuación frente a la reacción (verbal y no
verbal) del padre se le puede preguntar si está de acuerdo con lo que piensa la esposa. Y
luego al hijo qué piensa de cómo ven sus padres su relación con el papá, etc…
Animar desanimando
También, el animar desanimando, es una maniobra en la que se estimula
restringiendo las posibilidades del paciente. Se trata de descreer que la persona pueda lograr
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realizar una determinada acción. Es una forma enfundada de desafiarla: No creo que Ud.
logre llamar por TE a X..., no pienso que es demasiado para Ud....
Ilusión de alternativas
Es otro de los recursos originales en pos de que la persona realice una tarea que le
administramos. La opción no es sí o no, la opción es siempre sí, puede ser más tarde o más
temprano, el día jueves o viernes, por la mañana o por la tarde, etc., pero siempre es sí. Se
inventan posibilidades de elección, creando una sensación de libertad en la chance, y a la
vez induciendo a la acción.
Prescripciones de comportamiento
Pero, tal vez, dentro de las herramientas de la Terapia sistémica, la más original y
que marca mayormente la diferencia con otros modelos son las prescripciones de
comportamiento. Las prescripciones de conductas y tareas, llevan al plano de la acción
experiencias vivenciales de modificación del status quo de la situación. Las tareas,
encuentran el camino contrario al trabajo terapéutico tradicional. En este último, se va de la
reflexión, explicación o insight, a la acción. Se espera que la persona haga el pasaje de lo
cognitivo a lo pragmático.
En las prescripciones, el proceso es inverso: se va de la acción a la reflexión o de la
acción a una nueva forma de percibir, puesto que se descubren nuevas posibilidades de
observar los hechos, por ende, es factible construir una realidad distinta. También,
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Describirá clara y desapaciosamente cada uno de los punto a seguir, para lograr la
cooperación y el cumplimiento de la prescripción.
El seguimiento a posteriori de los resultados es muy importante en todo caso se
señalará: “Tal vez fui muy apresurado en mandarle dicha tarea, tal vez fue muy rápido, debí
esperar un poco más, lo dejaremos para más adelante”, evitando de esta manera la
sensación de frustración y su angustia subyacente por la impotencia de no lograr el
objetivo.
Alentar desalentando
Cuando la familia empieza a hacer algunos cambios relevantes, se le puede señalar
que va demasiado rápido, que no se cambia tan rápidamente. Se enumeran las posibles
consecuencias del cambio y se anticipa las nuevas dificultades que habrán de surgir si
siguen cambiando. Así se neutralizan o se previenen las resistencias y el control lo tiene el
terapeuta.
Es una forma paradojal de continuar motivando al cambio, desmotivándolos a que
continúen con las modificaciones. Restringiendo las posibilidades, la familia reduce los
niveles de ansiedad, y no idealiza sus modificaciones permitiendo un rango de error o
recaída.
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