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HORA SANTA MAYO 2023

CANTO
Guía: Queridos amigos, hoy Jesús nos invita a compartir un momento de intimidad
con El. Este Jesús, que está vivo y realmente presente aquí en la Eucaristía,
quiere que le regalemos un poco de nuestro tiempo para amarlo, para alabarlo y
para adorarlo. Hoy está aquí, frente a nosotros, presente y vivo en ese pedacito
de pan que ya no es pan, sino el Cuerpo Vivo de Cristo, que está esperando a
que lo amemos, a que lo adoremos. Vamos a rezar juntos el Rosario,
contemplando la vida de San Pascual Bailón que este mes celebramos y que es
patrono de las Sociedades Eucarísticas y de la Adoración Nocturna, en los cuales
nos revela el gran amor que siempre tuvo a la Sagrada Eucaristía.
Guía: Alabado sea Jesucristo en el Santísimo Sacramento del Altar.
R: Sea por siempre bendito y alabado.
1. Le pusieron por nombre Pascual, por haber nacido el día de Pascua (del año
1540). Nació en Torre Hermosa, Aragón, España.
Es el patrono de los Congresos Eucarísticos y de la Adoración Nocturna. Desde
los 7 años hasta los 24, por 17 años fue pastor de ovejas. Después por 28 será
hermano religioso, franciscano.
Su más grande amor durante toda la vida fue la Sagrada Eucaristía. Decía el
dueño de la finca en el cual trabajaba como pastor, que el mejor regalo que le
podía ofrecer al niño Pascual era permitirle asistir algún día entre semana a la
Santa Misa. Desde los campos donde cuidaba las ovejas de su amo, alcanzaba a
ver la torre del pueblo y de vez en cuando se arrodillaba a adorar el Santísimo
Sacramento, desde esas lejanías. En esos tiempos se acostumbraba que al elevar
la Hostia el sacerdote en la Misa, se diera un toque de campanas. Cuando el
pastorcito Pascual oía la campana, se arrodillaba allá en su campo, mirando hacia
el templo y adoraba a Jesucristo presente en la Santa Hostia. Un día otros
pastores le oyeron gritar: "¡Ahí viene!, ¡allí está!". Y cayó de rodillas. Después dijo
que había visto a Jesús presente en la Santa Hostia.
-Padrenuestro, diez Avemarías, Gloria
El que dirige: Querido San Pascual: consíguenos del buen Dios un inmenso amor
por la Sagrada Eucaristía, un fervor muy grande en nuestras frecuentes visitas al
Santísimo y una grande estimación por la Santa Misa. Amen
CANTO

Guía: Adoremos y demos gracias en cada instante y momento.


R: Al Santísimo y divino sacramento

2. De niño siendo pastor, ya hacía sus mortificaciones. Por ejemplo, la de andar


descalzo por caminos llenos de piedras y espinas. Y cuando alguna de las ovejas
se pasaba al potrero del vecino le pagaba al otro, con los escasos dineros que le
pagaban de sueldo, el pasto que la oveja se había comido.
A los 24 años pidió ser admitido como hermano religioso entre los franciscanos.
Al principio le negaron la aceptación por su poca instrucción, pues apenas había
aprendido a leer. Y el único libro que leía era el devocionario, el cual llevaba
siempre mientras pastoreaba sus ovejas y allí le encantaba leer especialmente las
oraciones a Jesús Sacramentado y a la Sma. Virgen.
Como religioso franciscano sus oficios fueron siempre los más humildes: portero,
cocinero, mandadero, barrendero. Pero su gran especialidad fue siempre un amor
inmenso a Jesús en la Santa Hostia, en la Eucaristía. Durante el día, cualquier
rato que tuviera libre lo empleaba para estarse en la capilla, de rodillas con los
brazos en cruz adorando a Jesús Sacramentado. Por las noches pasaba horas y
horas ante el Santísimo Sacramento. Cuando los demás se iban a dormir, él se
quedaba rezando ante el altar. Y por la madrugada, varias horas antes de que los
demás religiosos llegaran a la capilla a orar, ya estaba allí el hermano Pascual
adorando a Nuestro Señor.
-Padrenuestro, diez Avemarías, Gloria
El que dirige: Querido San Pascual: consíguenos del buen Dios un inmenso amor
por la Sagrada Eucaristía, un fervor muy grande en nuestras frecuentes visitas al
Santísimo y una grande estimación por la Santa Misa. Amen
CANTO
Guía: Sea por siempre bendito y adorado, Cristo nuestro Señor Sacramentado
R: Nuestro Rey, por los Siglos de los Siglos.
3. Ayudaba cada día el mayor número de misas que le era posible y trataba de
demostrar de cuantas maneras le fuera posible su gran amor a Jesús y a María.
Un día un humilde religioso se asomó por la ventana y vio a Pascual danzando
ante un cuadro de la Sma. Virgen y diciéndole: "Señora: no puedo ofrecerte
grandes cualidades, porque no las tengo, pero te ofrezco mi danza campesina en
tu honor". Pocos minutos después el religioso aquel se encontró con el santo y lo
vio tan lleno de alegría en el rostro como nunca antes lo había visto así. Cuando
los padres oyeron esto, unos se rieron, otros se pusieron muy serios, pero nadie
comentó nada.
Pascual compuso varias oraciones muy hermosas al Santísimo Sacramento y el
sabio Arzobispo San Luis de Rivera al leerlas exclamó admirado: "Estas almas
sencillas sí que se ganan los mejores puestos en el cielo. Nuestras sabidurías
humanas valen poco si se comparan con la sabiduría divina que Dios concede a
los humildes".
Sus superiores lo enviaron a Francia a llevar un mensaje. Tenía que atravesar
caminos llenos de protestantes. Un día un hereje le preguntó: "¿Dónde está
Dios?". Y él respondió: "Dios está en el cielo", y el otro se fue. Pero enseguida el
santo fraile se puso a pensar: "¡Oh, me perdí la ocasión de haber muerto mártir
por Nuestro Señor! Si le hubiera dicho que Dios está en la Santa Hostia en la
Eucaristía me habrían matado y sería mártir. Pero no fui digno de ese honor".
Llegado a Francia, descalzo, con una túnica vieja y remendada, lo rodeó un grupo
de protestantes y lo desafiaron a que les probara que Jesús sí está en la
Eucaristía. Y Pascual que no había hecho estudios y apenas si sabía leer y
escribir, habló de tal manera bien de la presencia de Jesús en la Eucaristía, que
los demás no fueron capaces de contestarle. Lo único que hicieron fue apedrearlo.
Y él sintió lo que dice la S. Biblia que sintieron los apóstoles cuando los golpearon
por declararse amigos de Jesús: "Una gran alegría por tener el honor de sufrir por
proclamarse fiel seguidor de Jesús".
-Padrenuestro, diez Avemarías, Gloria
El que dirige: Querido San Pascual: consíguenos del buen Dios un inmenso amor
por la Sagrada Eucaristía, un fervor muy grande en nuestras frecuentes visitas al
Santísimo y una grande estimación por la Santa Misa. Amen
CANTO
Guía: Adoremos y demos gracias en todo instante y momento
R: Al Santísimo y divino Sacramento
4. Lo primero que hacía al llegar a algún pueblo era dirigirse al templo y allí se
quedaba por un buen tiempo de rodillas adorando a Jesús Sacramentado.
Hablaba poco, pero cuando se trataba de la Sagrada Eucaristía, entonces sí se
sentía inspirado por el Espíritu Santo y hablaba muy hermosamente. Había
recibido de Dios ese don especial: el de un inmenso amor por Jesús
Sacramentado.
Siempre estaba alegre, pero nunca se sentía tan contento como cuando ayudaba
a Misa o cuando podía estarse un rato orando ante el Sagrario del altar.
Pascual nació en la Pascua de Pentecostés de 1540 y murió en la fiesta de
Pentecostés de 1592, el 17 de mayo (la Iglesia celebra tres pascuas: Pascua de
Navidad, Pascua de Resurrección y Pascua de Pentecostés. Pascua significa:
paso de la esclavitud a la libertad). Y parece que el regalo de Pentecostés que el
Espíritu Santo le concedió fue su inmenso y constante amor por Jesús en la
Eucaristía.
-Padrenuestro, diez Avemarías, Gloria
El que dirige: Querido San Pascual: consíguenos del buen Dios un inmenso amor
por la Sagrada Eucaristía, un fervor muy grande en nuestras frecuentes visitas al
Santísimo y una grande estimación por la Santa Misa. Amen
CANTO
Guía: Sea por siempre bendito y adorado, Cristo Nuestro Señor Sacramentado
R: Nuestro Rey por los siglos de los siglos.

5. Cuando estaba moribundo, en aquel día de Pentecostés, oyó una campana y


preguntó: "¿De qué se trata?". "Es que están en la elevación en la Santa Misa".
"¡Ah que hermoso momento!", y quedó muerto plácidamente.
Después durante su funeral, tenían el ataúd descubierto, y en el momento de la
elevación de la Santa Hostia en la misa, los presentes vieron con admiración que
abría y cerraba por dos veces sus ojos. Hasta su cadáver quería adorar a Cristo
en la Eucaristía. Los que lo querían ver eran tantos, que su cadáver lo tuvieron
expuesto a la veneración del público por tres días seguidos.
Por 200 años muchísimas personas, al acercarse a la tumba de San Pascual
oyeron unos misteriosos golpecitos. Nadie supo explicar por qué pero todos
estaban convencidos de que eran señales de que este hombre tan sencillo fue un
gran santo. Y los milagros que hizo después de su muerte, fueron tantos, que el
Papa lo declaró santo en 1690.
El Sumo Pontífice nombró a San Pascual Bailón Patrono de los Congresos
Eucarísticos y de la Adoración Nocturna.
-Padrenuestro, diez Avemarías, Gloria
El que dirige: Querido San Pascual: consíguenos del buen Dios un inmenso amor
por la Sagrada Eucaristía, un fervor muy grande en nuestras frecuentes visitas al
Santísimo y una grande estimación por la Santa Misa. Amen
CANTO
Vamos a aprovechar este momento para pedirle perdón por nuestra indiferencia,
y para que nos haga semejantes a San Pascual en la caridad respondiendo a
cada oración: "Ten misericordia de nosotros".
1. Por nuestra indiferencia a Tí, que estás presente en cada comunión, te
decimos...
2. Por nuestras distracciones y faltas de atención en la Misa de cada domingo,
te decimos...
3. Por tantas comuniones que hemos recibido sin estar en gracia de Dios, te
decimos...
4. Por nuestras faltas a la Misa dominical y por el abandono de la confesión y
la comunión frecuente, te decimos...
5. Porque muchas veces nos olvidamos de Tí, Señor, te decimos...
6. Por tantas veces que, pudiendo haberte venido a visitar, te dejamos solo en
aquí en tu Templo, te decimos...
7. Por tantas veces que no quisimos ver tu luz y compartir el banquete de la
Eucaristía, te decimos...
8. Por no dar testimonio de tu amor entre nuestros amigos y familiares, te
decimos...
9. Por todas las veces que pudimos ayudar a que alguien se acercase a Tí en
la Eucaristía, y no lo hicimos, te decimos...
10. Por todas las ocasiones que sin causa de fuerza mayor he faltado a mis
vigilias.
11. Por todos que en Tí no creen, no te adoran, ni te aman, te decimos...

Guía: Jesús nos dice que la obra de Dios consiste en que creamos en Aquel que
el Padre ha enviado. Jesús nos dice que Él es el Pan Vivo que ha bajado del Cielo,
Él es en quien debemos creer para agradar al Padre. Expresemos nuestra fe en
Jesucristo respondiendo a cada oración: ‘En Tí creemos, Señor’.
• Porque creemos, Jesús, que Tú eres el Pan Vivo que ha bajado del Cielo,
te decimos...
• Porque creemos, Jesús, que Tú estás realmente presente en el Pan y el
Vino que recibimos en la Eucaristía, te decimos...
• Porque creemos que en cada Eucaristía revivimos tu Pasión, Muerte y
Resurrección, te decimos...
• Porque creemos Señor, que si comemos tu Cuerpo y bebemos tu Sangre
tendremos Vida Eterna, te decimos...
• Porque creemos Señor Jesús, que tu Carne es verdadera comida, y tu
Sangre es verdadera bebida, te decimos...
• Porque creemos Jesús, que al recibirte en la Eucaristía nos hacemos uno
contigo y con tu Padre, te decimos...
• Porque creemos Señor, que al compartir la Eucaristía nos unimos a toda la
Iglesia en un solo cuerpo, te decimos...

CANTO

Guía: Al dejarnos el regalo de su Cuerpo y Sangre en la Eucaristía, Jesús nos


dejó también la esperanza en que no moriremos jamás. Sembró en nosotros la
confianza de que si comemos su Cuerpo y bebemos su sangre, tendremos Vida
Eterna. Vamos a manifestar nuestra confianza en la promesa de Jesús, como lo
hizo San Pascual respondiendo a cada oración: "En tí confiamos Señor".

• Porque Tú nos prometiste que quien come tu cuerpo y bebe tu sangre tiene
Vida Eterna, te decimos...
• Porque todos los domingos nos das la oportunidad de comulgar, y de
hacernos parte de Tí, te decimos...
• Porque tu misericordia dura para siempre, eres compasivo y lento para el
enojo, te decimos...
• Porque en momentos de soledad y amargura levantamos nuestro grito al
cielo y tenemos plena seguridad de tu presencia, Señor, te decimos...
• Porque sabemos que Tú nos resucitarás en el último día, te decimos...
• Porque quisiste quedarte entre nosotros hecho pan y vino para
acompañarnos y darnos fuerza, te decimos...
• Porque nos prometiste que estarás con nosotros hasta el fin de los tiempos,
te decimos...

Guía: Jesús nos enseñó que por medio de la Eucaristía nos hacemos uno con El,
y Él se hace uno con nosotros. Esto nos llena de alegría porque Dios mismo nos
permite sentir su presencia dentro de nosotros, y esta alegría nos mueve a
alabarlo desde lo más profundo de nuestro ser, como lo hizo también San Pascual
Bailón. Nos unimos a la alabanza respondiendo a cada oración: "Te alabamos
Señor".
• Porque estás ahí presente en la Eucaristía, queremos decirte...
• Porque te haces uno con nosotros y nos permites ser uno contigo en la
Eucaristía, queremos decirte...
• Porque por medio de la Eucaristía haces que todos seamos uno en la
Iglesia, queremos decirte...
• Por el amor de tu entrega en la Cruz para salvarnos y darnos Vida Eterna,
queremos decirte...
• Porque en los momentos de sufrimiento y de vacío en nuestra alma, Tú nos
alimentas y nos das vida con el pan divino de la Eucaristía, queremos
decirte...
• Porque contigo se alegra nuestro corazón, queremos decirte...
• Porque al recibirte inundas nuestras almas de una profunda alegría,
queremos decirte...
• Porque al recibirte en la Eucaristía, sanas las heridas de nuestra alma,
queremos decirte...

CANTO

Guía: Al dejarnos su Cuerpo y su Sangre, Jesucristo nos hizo dos grandes


regalos: primero, su presencia en nuestras vidas de una forma visible, como
alimento, y segundo, la Vida Eterna, que es el regalo más grande que podría
habernos hecho. Conscientes de la maravilla de sus presentes, y así como San
Pascual Bailón, queremos darle gracias sinceramente. Lo hacemos, respondiendo
a cada oración: "Gracias Señor"

• Porque al recibir tu Cuerpo y Sangre nos fortaleces en la fe, te decimos...


• Porque con tu Cuerpo revives nuestro espíritu, te decimos...
• Porque te ofreces cada domingo en la Eucaristía, te decimos...
• Por la fuerza que nos renuevas en cada Eucaristía, te decimos...
• Porque a pesar de nuestras miserias, te entregas a nosotros sin condiciones
y con amor, te decimos...
• Porque en cada Misa nos esperas para regalarnos una vez más tu Cuerpo
y tu Sangre, te decimos...
• Porque en cada Comunión, no miras nuestros pecados, sino nuestra fe, te
decimos...

CANTO
Ofrezcamos un momento de oración personal
Y nos disponemos para recibir la bendición.

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