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Mis queridos hermanos

En Cristo Nuestro Señor

Estamos celebrando la fiesta del


Corpus Christi, les envío unos
mensajes alusivos al tema para
que lo meditéis profundamente
Este trabajo se ha recopilado de
internet y de algunas fuentes
particulares, con el mismo
propósito de infundir el amor a
Dios y de que todos conozcan
sus maravillas

Francisco Martínez A.
Mayo 2008
MILAGROS EUCARISTICOS
“Y he aquí que yo estoy con vosotros
todos los días hasta el fin del mundo”
(Mateo 28,20)‫‏‬
Milagro eucarístico en Orvieto
(Italia) - 1264

Orvieto es una ciudad de la Umbría,


región italiana que ha dado a la
Iglesia innumerables santos. Basta
mencionar a San Francisco, Sta.
Clara de Asís, Sta. Clara de
Montefalco, San Valentín, San
Benito, Sta. Rita, etc.
Orvieto no se puede olvidar
porque allí se encuentra un
prodigio divino. Su catedral es
custodia de un milagro
eucarístico que se puede
venerar en la capilla izquierda.
Se trata de un corporal que
muestra la Sangre que brotó de
una Sagrada Hostia.
El milagro:
El Padre de Praga era un hombre
de grandes virtudes, pero a
causa de las corrientes
ideológicas que se desataron
entonces, estaba teniendo
dudas sobre la presencia física
de Jesús en la Eucaristía. En 1264
acudió en peregrinación a Roma
para pedir sobre la tumba de
San Pedro la gracia de una fe
fuerte. En su camino hacia
Roma, paró una noche en la
pequeña ciudad de Bolsena,
como a 70 millas al norte de
Roma. Se quedó en la Iglesia de
Santa Cristina.
El Padre Pedro pidió celebrar
Misa en ese altar, estaba
buscando toda la ayuda que
pudiera encontrar y solamente
conocía una manera: pedir. Él
tenía fe, pero no lo sabía. No
pedía ayuda fuera de la Iglesia,
no pedía ayuda a los hombres.
Él sabía que la única forma en
que él podía recobrar su fe y
hacerse santo era a través de
Nuestro Señor Jesús. Por lo
tanto, la siguiente mañana hizo
la única cosa que sabía hacer.
Fue al altar de Santa Cristina a
celebrar la Santa Misa. Como era
su costumbre, oró antes de la
Misa por la gracia que
necesitaba: la fe. Oró con mucho
fervor a Dios. Su oración fue la
misma: suplicaba por la fe para
creer sin ninguna duda que el
regalo que se nos había dado en
la Última Cena, que se le había
dado a él el día de su
ordenación, era realmente el
cuerpo de Cristo. Comenzó a
celebrar la Misa, como de
costumbre.
En el momento de la
Consagración, elevó la hostia
muy alto sobre su cabeza y
dijo las palabras que mandó
Jesús. Cuando pronunció:
"ESTO ES MI CUERPO", el pan
sin levadura se convirtió en
carne, y empezó a sangrar
profusamente, la sangre cayó
sobre el Corporal.
El sacerdote, asustado, y no
sabiendo exactamente qué
hacer, envolvió la hostia en el
Corporal, dobló el Corporal, y
lo dejó en el altar.
Cuando se iba, gotas de sangre
cayeron en el piso de mármol
enfrente del altar. El Padre Pedro,
inmediatamente, fue a decir lo
que había sucedido al Papa
Urbano IV, que en ese tiempo
estaba en Orvieto, a poca
distancia de Bolsena.
El Papa mandó a un Obispo al
lugar para que hablara con el
sacerdote de la Iglesia y poder
verificar lo que el Padre Pedro le
había dicho y para traer a Orvieto
la Hostia Sagrada y el Corporal.
Cuando el Papa Urbano IV vio aquel
milagro, llamado "El Milagro
Eucarístico", se arrodilló al ver al Señor
convertido ante él, en forma física, en
el corporal sagrado. Recibió el Corporal
Milagroso del Obispo, fue al balcón del
Palacio Papal, lo elevó reverentemente
y se lo mostró a las personas de la
ciudad; proclamando que el Señor
realmente había visitado su pueblo,
declaró que el Milagro Eucarístico de
Bolsena realmente había disipado las
herejías que habían estado
extendiendo sin ton ni son por Europa.
El año 1290 el Papa Nicolás IV, a
petición del clero y del pueblo, colocó
la primera piedra de la nueva catedral
de Orvieto, donde aún se encuentra la
sagrada reliquia.
Fiesta de Corpus Christi:
Durante el año siguiente, el Papa
Urbano IV se ocupó casi
exclusivamente en la labor de escribir
la Bula Papal, Transiturus, la cual fue
publicada el 11 de Agosto de 1264. Con
esa Bula Papal instituyó la Fiesta de
Corpus Christi, en honor del Santísimo
Sacramento, la Eucaristía. El mismo
Papa Urbano IV encargó a Sto. Tomás
de Aquino la preparación de un oficio
litúrgico propio para esta fiesta y la
creación de cantos e himnos para
celebrar a Cristo Eucaristía. Entre los
que compuso está la sublime
secuencia “Lauda Sión” que se canta
en la Misa de Corpus Christi.
ROMA- ITALIA - Año 595
Este Milagro Eucarístico, cuya
reliquia se conserva aún en el
monasterio benedictino de
Andechs, en Alemania, ha sido
certificado por numerosas fuentes
escritas. Entre las obras más
importantes en las que se
menciona este Milagro Eucarístico,
destaca la Vita Beati Gregorii
Papae, escrita por el Diácono Paolo
en el año 787.
Corría el año 595, cuando el
milagro se manifestó durante una
celebración eucarística presidida
por el Papa San Gregorio Magno,
quien fue testigo en primera
persona.
En aquellos tiempos era uso común
llevar a la celebración eucarística el
pan preparado en la casa de los
mismos fieles. El Papa San Gregorio
Magno celebraba la Misa un domingo
en la antigua iglesia dedicada a San
Pedro. . En el momento de la
distribución del Pan Eucarístico, vio
que entre los fieles había una mujer
que había preparado el pan y que reía
a carcajadas. Con gran turbación, el
Papa la reprendió y le preguntó el
motivo de tal actitud. La mujer se
justificó diciendo que no llegaba a
entender cómo fuese posible que
aquel pan que ella misma había
preparado con sus manos, ahora,
gracias a las palabras de la
consagración, se convierta en el
Cuerpo y la Sangre de Cristo, dudaba
de la real presencia de Cristo en el pan
y en el vino consagrados.
San Gregorio, turbado por tal
incredulidad, decidió no darle la
comunión e imploró a Dios que
la iluminase. Cuando terminó su
oración, vio que la fracción
preparada por la mujer se
convertía en carne y sangre. La
mujer, con gran
arrepentimiento, se arrodilló y
comenzó a llorar.
Aún hoy, una parte de la
Reliquia del Milagro se conserva
en Andechs, Alemania, en el
monasterio benedictino.
EL MILAGRO DE LANCIANO
EL MILAGRO DE LANCIANO
Lanciano (Italia) - año 700
Lanciano es una pequeña
ciudad medieval, que se
encuentra en la costa del Mar
Adriático de Italia, en la
carretera entre San Giovanni
Rotondo y Loreto. Lanciano
significa "Lanza". Se trata de la
antigua Anxanum, de los
pueblos Fretanos. Aquí se
conserva, desde hace más de
doce siglos, el primero y mas
grande de los milagros
Eucarísticos.
Descripción del Milagro:

La Carne y la Sangre actualmente visibles


no sólo son la Carne y la Sangre de Jesús,
como en toda Hostia consagrada, sino
que mantiene hasta la actualidad los
accidentes propios de carne y sangre
humana. La Carne, desde 1713, se
conserva en un artístico Ostensorio de
plata, de la escuela napolitana,
finamente cincelado. La Sangre está
contenida en una rica y antigua ampolla
de cristal de Roca. La Hostia-Carne, aún
se conserva muy bien. El tamaño de la
hostia es como las hostias que el
sacerdote eleva en las misas hoy día.
El Milagro de Lanciano es un continuo
milagro. La hostia convertida en Carne y
el vino convertido en Sangre, sin el uso
de ningún preservativo, están aun
presentes en el relicario.
Historia del Milagro
Eucarístico:
Un Monje de la Orden de San Basilio,
sabio en las cosas del mundo, pero no en
las cosas de la fe, pasaba un tiempo de
prueba. Dudaba de la presencia real de
Nuestro Señor Jesús en la Eucaristía.
Oraba constantemente para librarse de
esas dudas por miedo de perder su
vocación. Sufría día tras día la duda.
¿Está Jesús realmente y
substancialmente presente en la
Eucaristía?. Dudaba sobre el misterio de
la transubstanciación. Su sacerdocio se
convirtió en una rutina y se destruía poco
a poco. La celebración de la Santa Misa
se convirtió para él en un trabajo más.
La situación en el mundo no le
ayudó a fortalecer su fe. Había
muchas herejías surgiendo
durante esta época. Sacerdotes y
obispos eran víctimas de esas
herejías, las cuales estaban
infestando a la Iglesia por todas
partes. Algunas de estas herejías
negaban la presencia real de
nuestro Señor en la Eucaristía.
El sacerdote no podía levantarse
de esta oscuridad que envolvía su
corazón. Cada vez estaba más
convencido, por la lógica
humana, de esas herejías.
Una mañana del año 700, hace
más de 1300 años, mientras
celebraba la Santa Misa, el
sacerdote estaba siendo
atacado fuertemente por la
duda, y después de haber
pronunciado las solemnes
palabras de la consagración,
vio como la Santa Hostia se
convirtió en un círculo de
carne y el vino en sangre
visible. Se sorprendió y
emocionó tanto que se puso a
temblar y a llorar
incontrolablemente de gozo y
agradecimiento.
Estuvo quieto por un largo rato,
de espaldas a los fieles, como
era la misa en ese tiempo.
Después se volvió despacio
diciéndoles: ¡Oh afortunados
testigos a quién el Santísimo
Dios, para destruir mi falta de fe,
ha querido revelárseles Él mismo
en este Bendito Sacramento y
hacerse visible ante nuestros
ojos. Vengan, hermanos y
maravíllense ante nuestro Dios
tan cerca de nosotros.
Contemplen la Carne y la Sangre
de Nuestro Amado Cristo!.
Las personas se apresuraron
para ir al altar y, al presenciar el
milagro, empezaron a clamar,
pidiendo perdón y misericordia.
Otras empezaron a darse golpes
de pecho, confesando sus
pecados, declarándose indignos
de presenciar tal milagro. Otras
se arrodillaron en señal de
respeto y gratitud por el regalo
que el Señor les había
concedido. Todos contaban la
historia por toda la ciudad y por
todos los pueblos circunvecinos.
La carne se mantuvo intacta, pero
la sangre se dividió en el cáliz, en 5
partículas de diferentes tamaños y
formas irregulares. Los monjes
decidieron pesar las partículas y
descubren fenómenos particulares
sobre el peso de cada una de ellas.
Inmediatamente la Hostia y las
cinco partículas fueron colocadas
en un relicario de marfil. La hostia
esta expuesta en una custodia y las
partículas de sangre en un cáliz de
cristal, que muchos creen es el
cáliz original donde se dio el
milagro.
Significado Espiritual de este milagro:

Como ha sido comprobado, la Hostia que


fue milagrosamente convertida en Carne, es
compuesta del tejido muscular del corazón
humano (miocardio). Nuestro Señor
muestra su Corazón Eucarístico, traspasado
por los pecados de la humanidad. Corazón
que se deja traspasar por Amor. Corazón
humano y divino, que sufre y ama. De
tantas manera Jesús nos tiene que recordar
que está vivo, que su Corazón arde de amor
por los hombres, que su Corazón es de
carne, con sentimientos, deseos, ansias por
salvarnos y que todavía sufre por tantos
desprecios, blasfemias e indiferencias de
nosotros pecadores. Su Corazón es fuente
abierta de gracia y misericordia. De este
Corazón fluyó sangre y agua, símbolo de
liberación y purificación para nuestros
corazones.
Este Milagro Eucarístico es un llamado
urgente a la conversión, a reflexionar sobre
nuestras vidas, pasadas y presentes, a
tomar en serio la vida espiritual, y
emprender el camino estrecho que nos
lleva a la santidad, a la vida de virtud y
perfección. Es una llamada de Dios a
dejarnos purificar por el crisol del
sufrimiento en nuestras vidas, a la
reparación por tantos pecados, por los
nuestros y por los del mundo entero, a ser
almas de oración constante.
Es muy significativo que este milagro
sucediera en la ciudad llamada por el
nombre de Longinos, el que traspasa el
corazón de Jesús. Otro detalle importante
es que, en este milagro eucarístico, Jesús
permitió ser crucificado de nuevo. Después
del milagro, la Hostia fue clavada a un
pedazo de madera, para que al secarse no
se enrollara como le sucede a la carne. Aquí
estaba Él otra vez con clavos en Su Cuerpo,
clavado a un pedazo de madera.
Frutos del Milagro:
El milagro que ocurrió en el año 700 fue
solo el comienzo. Aunque, después del
milagro, la carne y la sangre se hubieran
desintegrado, como esperaban muchos y
no ocurrió, de todas maneras ya en sí
mismo era un milagro espectacular.
Además de la renovación de la fe del
sacerdote y de todos los testigos,
Lanciano ha sido un lugar donde muchos
han encontrado la fe en la Eucaristía y
otros han aumentado esa fe.
Desde el principio, la Iglesia local aceptó
este milagro como un verdadero signo
del cielo, y veneró el Cuerpo y la Sangre
de Nuestro Señor en la Eucaristía en
varias procesiones, a las que asisten
personas de todo el mundo.
Especialmente el día de su fiesta, que es
el último domingo de octubre.
Manuscritos:
A través de los años se han escrito muchos
relatos para mostrar la autenticidad del
Milagro Eucarístico y de los milagros, tanto
espirituales como físicos, que se han dado en
este lugar.
Investigaciones científicas:
En 1574 se hicieron pruebas de la Carne y la
Sangre y se descubrió un fenómeno
inexplicable. Las cinco bolitas de Sangre
coagulada son de diferentes tamaños y
formas. Pero cualquier combinación pesa en
total lo mismo. En otras palabras, 1 pesa lo
mismo que 2, 2 pesan lo mismo que 3, y 3
pesan lo mismo que 5. Este resultado está
marcado en una tabla de mármol en la Iglesia.
A través de los años se han hecho muchas
investigaciones. Nuestro Señor se ha
permitido ser pinchado y cortado, examinado
a través de microscopio y fotografiado.
A las distintas investigaciones
eclesiásticas siguieron las científicas,
llevadas a cabo en 1574, en 1970-71 y en
1991. En estas últimas, el eminente
científico Profesor Odoardo Linoli,
docente en Anatomía e Histología
Patológica y en Química y Microscopía
Clínica, con la colaboración del Profesor
Ruggero Bertelli, de la Universidad de
Sena, utilizó los instrumentos científicos
más modernos disponibles.
Los análisis, realizados con absoluto rigor
científico y documentados por una serie
de fotografías al microscopio, dieron los
siguientes resultados:
La Carne pertenece a un corazón
humano, estando presentes, en
secciones, el miocardio, el
endocardio, el nervio vago y, por
el relevante espesor del
miocardio, el ventrículo
izquierdo. La Sangre es sangre
humana con todos los
componentes de la sangre
fresca. Carne y Sangre son del
grupo sanguíneo AB, como el
presente en la Sábana Santa y
otros milagros eucarísticos.
En la Sangre se encontraron las proteínas
normalmente fraccionadas, con la
proporción en porcentaje, correspondiente
al cuadro Sero- proteico de la sangre
fresca normal.
- En la Sangre también se encontraron
estos minerales: Cloruro, fósforo,
magnesio, potasio, sodio y calcio.
- La conservación de la Carne y de la
Sangre, dejadas al estado natural por
espacio de doce siglos y expuestas a la
acción de agentes atmosféricos y
biológicos, es de por sí un fenómeno
extraordinario.

Conclusión:
Se puede decir que la Ciencia ha dado una
respuesta segura y exhaustiva acerca de
la autenticidad del Milagro Eucarístico de
Lanciano.
¿Qué decir ante esto? Para que
creamos, Jesús nos demuestra
mediante este Milagro Eucarístico
que en cada Misa y en cada
Sagrario de la Tierra se encuentra
Él realmente presente en el
Santísimo Sacramento de la
Eucaristía, con Su Carne y Sangre,
Humanidad y
Divinidad. Allí está Su Corazón
traspasado de amor por los
hombres, recibiendo indiferencias y
desprecios, ofensas y sacrilegios
de aquellos por los que sufrió hasta
la muerte en la cruz.
Es manifestación del amor
mas sublime que existe.
Solo Nuestro Señor, nos ama
de esta forma. El Señor nos
sigue dando Su Sangre y Su
Cuerpo todos los días en la
Eucaristía para sanarnos,
liberarnos y sustentarnos,
como Él mismo dijo: 'El que
come mi carne y bebe mi
sangre tiene la vida eterna y
yo le resucitaré el último
día. Porque mi carne es
verdadera comida y mi
sangre es verdadera
bebida'.
(Juan 6,54-56).
¡Entra en la Presencia del
Señor con gratitud y
reverencia! Que cada
Eucaristía sea un encuentro
único con el Corazón de
Jesús, encuentro con el
Dios de Amor, el Dios que
se manifiesta
misericordioso, compasivo,
y a la misma vez, con un
Corazón traspasado por los
pecados nuestros y de la
humanidad.
Italia: Milagro eucarístico
de Trani . Siglo XI

Una mujer no cristiana, incrédula en


cuanto a la verdad del dogma católico de
la presencia real de Jesús en la Eucaristía,
robó una Hostia consagrada durante la
celebración de la Santa Misa.
Como quien pretende desafiar a Dios, la
mujer puso al fuego la Partícula
consagrada dentro de una sartén llena de
aceite. En ese momento, la Hostia
comenzó a destilar una gran cantidad de
sangre que se derramaba hasta el piso,
llegando a traspasar el umbral de la
puerta de la casa.
En Trani, provincia de la Puglia, aún
hoy se conserva, en la Catedral de
María Santísima Asunta, la Reliquia de
este Milagro sucedido alrededor del
año mil. Son muchos los documentos
que hablan de este Prodigio, entre
ellos existen algunos monogramas
eucarísticos reproducidos en la viejas
calles de la ciudad. El fraile Bartolomé
Campi, describe en su obra “El
Enamorado de Jesucristo” (1625), un
cuidadoso informe de cómo se
desarrollaron los hechos: “Fingiendo
ser cristiana, la mujer comulgó como
las otras…Habiendo recibido la
Partícula, se la quitó de la boca y la
puso en un pañuelo.
Regresando a su casa, quiso
comprobar si era pan o no. Entonces,
puso aquella bendita Partícula en una
sartén llena de aceite para así
freírla…Cuando la Hostia entró en
contacto con el aceite hirviente, la
Partícula se convirtió milagrosamente
en carne sangrante. La hemorragia de
sangre, llamémosla así, no se detuvo
inmediatamente, sino que se
derramaba fuera de la sartén
inundando, por todos lados, aquella
maldita y detestable casa. Sobrecogida
por el terror, la mujer comenzó a gritar
… entonces, las vecinas corrieron a la
casa para ver cuál era el motivo de los
sollozos de la mujer…”.
El Arzobispo fue informado
inmediatamente de lo sucedido.
Ordenó que se recuperase la Hostia,
con gran reverencia, para devolverla
a la iglesia. El mismo abad
cisterciense, Ferdinando Ugelli
(1670), en su conocidísima obra
enciclopédica “Italia sagrada”,
escribe una nota en su séptimo
volumen: “En Trani se venera la
sagrada Hostia, que en señal de
desprecio a nuestra fe fue puesta en
aceite hirviente…, en la cual,
desvelado el pan ázimo, apareció la
verdadera Carne y la verdadera
Sangre de Cristo, que se derramó
hasta el suelo”.
En 1706 la casa de aquella mujer
fue transformada en capilla gracias
a una generosa donación del noble
Ottaviano Campitelli. La Reliquia
de la Hostia fue depositada en
1616 en un antiguo relicario de
plata donado por Fabrizio de
Cunio. La Santa Reliquia ha sido
analizada en diversas épocas; la
última vez, data del año 1924,
realizada en ocasión al Congreso
Eucarístico interdiocesano
convocado por Monseñor
Giuseppe Maria Leo.
Iglesia de S. Andrés, de dónde la mujer tomó
la Eucaristía

La casa en la que ocurrió el milagro, hoy


capilla.

Relicario del s. XVII con la Sagrada Forma del


milagro
Casia (Italia) - 1330

Milagro eucarístico
Casia (Italia) - 1330

Historia del milagro: Casia es un


pueblecito anidado en las montañas
de la Umbría. Este pueblo es mas
conocido por su hija Santa Rita, cuyo
cuerpo descansa en la basílica.
En la capilla del milagro, debajo del
tabernáculo hay una caja de cristal con
los huesos del Beato Simone Fidati,
quien estuvo envuelto en el Milagro
Eucarístico. El Padre Simone fue
sacerdote Agustino durante la mitad
del siglo XIV. Era conocido a través de
la Umbría como un hombre sabio y
santo, a pesar de que era muy joven.
Otros sacerdotes le buscaban
para confesarse. Durante el
tiempo que el Beato Simone
estuvo asignado al monasterio
Agustino de Siena, un día un
sacerdote vino a él para
hacerle esta extraña
confesión. Había perdido su
respeto por la Eucaristía. Hacía
las cosas por rutina y porque
tenia que hacerlo, pero cada
vez se desprendía más y más
de Dios y de su congregación.
Este sacerdote recibió una
llamada de un enfermo. En vez
de poner la Eucaristía en el
relicario para llevarla cerca de
su corazón, el sacerdote tomó la
Hostia e irreverentemente la
puso entre las páginas del
Breviario. Cuando llegó a la casa
del enfermo, lo preparó para
recibir la Eucaristía. Abrió el
libro para tomar la Hostia y
darle la comunión. Al abrir el
libro, el sacerdote fue sacudido
al encontrar en su lugar dos
manchas redondas de sangre en
las páginas, una frente a la otra.
El sacerdote se fue de la
casa con gran pánico, e
inmediatamente buscó a
Beato Simone, que era
conocido por su santidad.
Beato Simone escuchó al
sacerdote, que le dijo su
pecado y el milagro, y le dio
la absolución. Obtuvo de él
las dos páginas manchadas
de sangre. Una fue puesta
en un tabernáculo, en
Perugia, y la otra, con la
Santa Hostia adherida, fue
al monasterio Agustino en
Casia.
El milagro Eucarístico ha sido
venerado a través de los años en el
monasterio Agustino de Casia. Fue
verificado por el Obispo de allí. Ha
sido llevado en procesión solemne
durante la fiesta del Cuerpo de
Cristo. El Papa ha concedido
indulgencias especiales a los que
veneren el Milagro Eucarístico. En
1930, hubo un Congreso Eucarístico
en Norcia, cerca de Casia. En esta
ocasión se hizo una hermosa
Custodia para llevar el Milagro
Eucarístico, con motivo del Sexto
Centenario del milagro. Cuando una
nueva iglesia en honor de Santa Rita
fue construida, al lado del
monasterio Agustino, se construyo
una capilla especial para el Milagro
Eucarístico.
A este milagro se le atribuye un
fenómeno muy extraño. ¿O
podría ser un milagro dentro de
un milagro? A través de los años,
las personas empezaron a notar
un cambio en la página con la
mancha de sangre. Un rostro
comenzó a aparecer en la página.
Es como si un color más oscuro
apareciera en ciertas partes de la
página. Hay algunos que ven el
rostro de Cristo. Cuando el
sacerdote abre el tabernáculo
para mostrar a los fieles el
Milagro Eucarístico y trae la
Custodia al Altar, pone una
linterna detrás de la página para
mostrar el rostro. Es un perfil
perfectamente formado de un
hombre con barba y bigote.
El milagro Eucarístico ha sido
venerado durante siglos por los
fieles y su culto promovido por los
Sumos Pontífices, con la concesión
de especiales e importantes
indulgencias, como la de la
Porciúncula, que le fue decretada
por el Papa Bonifacio IX en 1401. El
prodigio es conmemorado de forma
especial en la fiesta del Corpus
Christi, en la que se lleva la reliquia
en solemne procesión.

Para conmemorar el sexto


centenario del prodigio en 1930 se
celebró un congreso eucarístico en
la diócesis de Nurcia en Casia, se
inauguró una artística custodia y fue
publicada toda la documentación
histórica disponible sobre el suceso.
MILAGRO EUCARÍSTICO DE
IVORRA (ESPAÑA, año 1010)‫‏‬

A un cuarto de hora del pueblo


español de Ivorra, situado en el
obispado de Solsona (Cataluña,
España), hay una antiquísima capilla
llamada Santa María, la cual, hace diez
siglos, fue el escenario de un milagro
Eucarístico.
Mientras celebraba la Santa Misa, un
día del año 1010, el Reverendo
Bernardo Oliver, rector de dicha
capilla, en el momento de pronunciar
las palabras de consagración sobre el
cáliz, le asaltó una fuerte tentación de
duda referente a la presencia real de
Jesucristo en el vino consagrado.
Fuese que el sacerdote no hubiese
rechazado la tentación con la
prontitud debida o que el Señor se
sirviera de ella para confirmar una
vez más la verdad del dogma de la
Transubstanciación, con un prodigio
de su omnipotencia, comenzó a
brotar del cáliz una fuente de Sangre,
tan abundante y copiosa que
empapó los corporales y no paró
hasta esparcirse por el pavimento de
la capilla. No hay palabras para
explicar la turbación del sacerdote
celebrante y la admiración de los
asistentes al Santo Sacrificio de la
Misa, delante de un prodigio tan
sorprendente.
La noticia corrió enseguida por todo el
pueblo y algunas personas se
apresuraron a empapar en aquella
Sangre milagrosa lo primero que tuvieron
a mano.
Mientras esto ocurría dentro de la
capilla, las campanas, en lo alto de la
torre, comenzaron a repicar solas, como
para anunciar a todo el contorno tan
grande y prodigiosa nueva.
La confirmación de un santo obispo y del
Papa:
Entre los muchos que acudieron a
presenciar el milagro estaba San
Ermengol, Obispo de Urgel, que entonces
estaba casualmente en Guisona. Este
santo, después de informarse bien de
todas las circunstancias, no pudo menos
que reconocer que se trataba de un
hecho sobrenatural y divino.
Años mas tarde, deseoso de proceder
con toda la discreción y prudencia que
la Iglesia acostumbra a emplear en
casos semejantes, el obispo Ermengol
recogió parte de aquella Sangre
preciosísima y se encaminó hacia
Roma, para dar cuenta de ello al Santo
Padre, que era entonces Sergio IV.
El Papa escuchó admirado el relato que
le hizo el santo obispo y, después de
aprobar la conducta de San Ermengol,
dió crédito a la historia y autorizó el
culto de aquella Sangre prodigiosa.
Quiso corresponder al rico presente
que se le hacía y regaló al santo
diferentes y preciosas reliquias, entre
ellas una espina de la corona de
nuestro Señor Jesucristo.
Estas reliquias, junto con los corporales
tintos en aquella Sangre milagrosa, que
todavía se conservan y veneran en
Ivorra, son objeto de dos fiestas, que se
celebran anualmente en memoria
perenne de aquel prodigio: la primera,
el II Domingo de Pascua, y la segunda,
el día 16 de agosto, ambas con gran
solemnidad.
Prueba la verdad de este hecho, un
documento antiquísimo, copia
auténtica de la Bula que el mencionado
Papa Sergio IV dio el año segundo de su
pontificado (1010), autorizando el culto
y la veneración de la prodigiosa
reliquia, y un Decreto de la Sagrada
Congregación de Ritos, firmado el 27 de
junio de 1868, confirmando dicha
autorización.
El milagro Eucarístico de
Ivorra y la ciencia:

Mil años después del milagro


eucarístico de Ivorra, la ciencia
ayuda a despejar las dudas que
aún puedan tener los más
incrédulos. El resultado de unos
análisis efectuados, por una
universidad y por un laboratorio,
han certificado la autenticidad de
la tela y de la sangre contenida en
algunas de las reliquias que se
conservan en el santuario de la
Mare de Déu de Ivorra, donde se
venera el Sant Dubte.
Milagro eucarístico de Ferrara.
ITALIA . Año 1171
Este Milagro Eucarístico sucedió en
Ferrara, en la Basílica de Santa María
en Vado, el día de Pascua (28 de marzo
de 1171).
El Padre Pedro de Verona, prior de la
Basílica, estaba celebrando la Misa de
Resurrección. Cuando llegó el
momento de la fracción del pan
consagrado, la Hostia salpicó tanta
Sangre que algunas gotas llegaron a
teñir la pequeña bóveda que estaba
encima del altar de la celebración. La
bóveda teñida de Sangre fue protegida
con la construcción de una pequeña
capilla, que se terminó en 1595. Aún
hoy se la puede apreciar en la
monumental Basílica de Santa María
en Vado.
El 28 de marzo de 1171, el prior
de los Canónigos Regulares
Portuensi, el Padre Pedro de
Verona, estaba celebrando la
Misa Pascual, siendo asistido por
tres hermanos (Bono, Leonardo y
Aimone). En el momento de la
fracción, de la Hostia consagrada
brotó un flujo de Sangre, que
llegó a manchar visiblemente la
bóveda que estaba sobre el altar.
Las historias narran “el sagrado
terror del celebrante y la inmensa
maravilla del pueblo que
desbordaba la iglesita”.
Muchos testimonios afirmaron
haber visto que la Hostia asumía el
color de la Sangre y que en ella se
dejaba ver claramente la figura de
un niño. El Obispo Amato de Ferrara
y el Arzobispo Gerardo de Ravenna
fueron informados del Prodigio,
pudiendo constatar ellos mismos la
Sangre impregnada en el techo, es
decir, “la Sangre que en forma muy
viva teñía de rojo la pequeña
bóveda del altar”. La iglesia se
convirtió muy pronto en meta de
peregrinaciones. Fue restaurada en
varias ocasiones y ampliada por
orden del duque Hércules I d’Este, a
partir del año 1495.
Son muchos los testimonios que
hablan del Milagro, entre ellos, el
más importante es la Bula Pontificia
del Papa Eugenio IV (30 de marzo de
1442). En ella, el Pontífice menciona
el Prodigio haciendo referencia a los
testimonios de los fieles y a las
antiguas fuentes históricas. El
manuscrito de Gerardo Cambrense,
conservado en la Biblioteca
Lamberthiana de Canterbury, es el
documento más antiguo (1197) que
narra el Prodigio. El historiador
Antonio Samaritani ha recuperado
estas narraciones en su reciente
obra Gemma Eccelsiástica.
Otro documento de importancia es la
Bula del Cardenal Migliorati del 6 de
marzo de 1404. En ella se conceden
indulgencias a “quien visitará la iglesia y
rendirá honores a la Sangre Prodigiosa”.
Aún hoy, el 28 de cada mes, en la Basílica
de San Gaspar del Búfalo, los Misioneros
de la Preciosísima Sangre, ofician la
Adoración Eucarística en memoria del
Milagro.
Cada año, en preparación a la fiesta del
Corpus Domini, se celebra la solemnidad
de las Cuarenta horas. En 1971 ha sido
celebrado el octavo centenario del
Milagro.
Milagro eucarístico de Augsburg
Augsburg (Alemania) - Año 1194

Relicario con la Hostia del Prodigio,


conocida con el nombre de
Wunderbarlichen Gutes
El Milagro Eucarístico de Augsburg,
conocido por sus habitantes como el
“Wunderbarlichen Gutes” o “Bien
Milagroso”, ha sido descrito por
numerosos libros y documentos
históricos que se pueden consultar
en la biblioteca estatal y cívica de
Augsburg. Una Hostia robada se
transformó en carne sangrante. A lo
largo de los siglos se han realizado
diversos análisis de la Partícula,
llegando siempre a la misma
conclusión: se trata de carne y
sangre humana. Son los padres
Dominicos quienes la custodian en
el Convento de Heilig Kreuz
Corría el año 1194. En esos tiempos era
muy difícil encontrar tabernáculos en las
iglesias ante los cuales se pudiese
practicar la adoración eucarística. Sólo
en 1264, con la introducción de la fiesta
del Corpus Domini, se pudo difundir esta
devoción. Por esto mismo, una señora
de Augsburg, particularmente devota al
Santísimo Sacramento, luego de haber
comulgado, escondió la Hostia en un
pañuelo sin que nadie se diese cuenta.
Llegando a su casa, la depositó en un
envoltorio de cera, dentro de un
armario. Luego de 5 años, un 11 de
mayo de 1199, atormentada por el
remordimiento, se confesó al superior
del convento de Heilig Kreuz, el
padre Berthold.
El sacerdote pidió entonces, que le
fuese entregada la Hostia. Poco
después, teniendo ya el envoltorio de
cera en sus manos, lo abrió y vio que
la Hostia se había trasformado en
carne sangrante. Se presentaba
“dividida en dos partes, unidas entre
sí por unos hilos delgados de carne
sangrante”. Entonces, el padre
Berthold se dirigió inmediatamente
al Obispo de la ciudad, Udalskalk,
quien ordenó que la Hostia
prodigiosa fuese “trasladada a la
catedral, acompañada por el clero y
el pueblo, y allí fuese expuesta en
una custodia de cristal para la
adoración pública”.
Pero el Milagro siguió
manifestándose, ya que desde el día
de Pascua hasta la fiesta de San
Juan Bautista, todos pudieron ver
cómo la Hostia aumentaba en sus
dimensiones. Poco después, el
Obispo Udalskalk mandó que la
Hostia fuese restituida al convento
de Heilig Kreuz. Al mismo tiempo,
estableció que “en recuerdo de un
hecho tan memorable y
extraordinario”, se realizara cada
año una celebración especial en
honor a la Santa Reliquia.
En 1200, el conde de Rechber,
donó a los Padres agustinos un
cofre de plata, de forma
rectangular, para que allí fuese
depositada la Hostia del Milagro.
Además del mismo Prodigio,
tuvieron lugar otros episodios
extraordinarios, como fue la
aparición, vista por encima de la
Hostia, del Niño Jesús vestido de
blanco, con el rostro radiante y la
frente rodeada de una corona de
oro, la del crucifijo de la iglesia
que sangraba y la aparición de
Jesús que bendecía a la asamblea.
Fin de la primera parte

Queridos hermanos meditad


sobre estos portentosos
Milagros Eucarísticos y en el
momento sublime de la
Consagración ensimísmate y
vive para ti con profundidad
este regalo que Dios nos da.

Francisco Martínez Arias


Mayo 2008
"NOS HAS COMPRADO SEÑOR CON TU SANGRE"

"EL DON MÁS GRANDE DE DIOS A LOS HOMBRES ES LA


PRECIOSA SANGRE DE SU HIJO JESUCRISTO"
(JUAN PABLO II)‫‏‬

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