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De 1824 a. 1829.
1 Dice ci general I). .iosé Maria Tornel cii su Resefla liistOrica. (liie este
nuinbramiento fué nu lazo que tendieron el ministro tie relaciones D. Lucas
Alaman. v ci (IC guerra I). Manuel Mier y TerLn .1 Victoria: nero este es Ull
error. El nombramiento. segun asegura el sefior Aiaan en una nota de su
Ili;toria (le \Itjico. . to süiicitó ci inismo Vicorh.
600 RISTORIA DE MEJICO.
(1) Asf 10 dice P. LUcas Alarnan cii ],I que me re fie' en la m.a an-
terior.
(2) Parte do Victoria do 1' do Agoto. en IzUcar. Gaceta extraordiiiaria del
19, torn. IV. ndrn. 211, fol. 101. Tambien pueden verse en las Gacetus (le esos
dias. Ins proclarnas do Victoria.
(3) PartO do 'Victoria al ininistro de la gaierra. de 15 de Setiembre. en Pue-
bla. Gaceta do 21 del mismo, nUm. 40, fol. 1'5.
CAPITCLO XI. 601
haberlo mandado,>> dice Don Lucas Alaman, ?SiflO de
baber prevenido t los alcaldes de los pueblos de indios,
para hacer lo mismo con todos los espaüoles quo por ellos
trausitaSen.)> D. Antonio Leon, a consecuencia do esta
adusacion, fué procesado en la comandancia general de
Méjico en donde estuvo preso, pero se vindicO cumplida-
meute, y su vindicacion s p, publicO en los periOdicos, ha .
0 ene—-ciéndolaremp stlimoen•<E1R-
rador,> de Oajaca, en Marzo de 1845. El sargento Trini-
dad Reina y Guadalupe La Madrid fueron condenados a.
la pena capital que sufrieron en Puebla. Respecto a. Don
Manuel Leon, hermano do Don Antonio, aunc jue apare-
than aigunos cargos sobre é, fuO indultado por ci con—
greSO.
1824. La lucia electoral para presidente de la
Octuhre. repi'iblic.a, se decidiO en favor de D. Guada-
(1) Sufre un error D. José Maria Tornel al decir en sit Resefia histOrica,
p(-. 33, pie el tratado no 11eg5 (t celebrarse. Zavala, lierfeetamente instruido
en ose asunto, asegura lo contrario.
CAPITULO XI. 617
necia en gran parte a estos, causando, en consecuencia,
mas daflo a sus pacificos cornpatriotas que a la guarnicion
mejicana. SucediO en el mando a Leinaur, el brigadier
D. José Coppinger, cubano, hombre de valor y de senti—
mientos caballerescos, inuy apreciado en el ejército espa-
fbi. El presidente D. Guadalupe Victoria habia conferido
el man-do del Estado de Veracruz al general D. A.Eguel Bar-
ragan, que fué nombrado tambien gobernador del irnsrno. y
se manifestaba surnamente activo en sus disposiciones miii-
tares. Por ese tieinpo ilegaron a la reptblica mejicana los
buques de guerra comprados en luglaterra con el dinero
del empréstito, mandados por oficiales ingleses y norte—
americanos. Formada asi una escuadrilla, so estableciO
con ella el bloqueo del castillo, para impedir que recibiese
viveres de la Habana, que es de donde se le enviaban. El
mando de la escuadrilla se le dió al capitan de navio Don
Pedro Saenz de Baranda, nativo de Yucatan. Cortadas de
esta manera las comunicaciones del castillo, cuya guar-
nicion so componia de cuatrocientos hombres, einpezaron
bien pronto a escasear las provisiones de boca, careciendo
absolutamente do legumbres y de vIveres frescos. La pro-
longacion del bloqueo hacia que aun los escasos comesti-
bles viejos con que se ahmental)a la tropa, empeorasen
de condicion y que faeran en aurnento las enfermedades
epidétnicas de la guarnicion en aquel clima insalul)re y
mortifero. La rendicion del castillo tenia indefectible-
monte quo verificarse, si no era prontamente socorrido
por el capitan general de la Habana.
1825. El presidente Don Guadalupe Victoria, en
estas circuustancias que se presentaban favorables a las
ToMoXI.
618 HISTORIA DR MEJICO.
I
CAPITULO XI. 627
ya con un nümero considerable de adictos do todas las
clases de la sociedad, porque veian levantar la cabeza a
la impiedad, amenazando destruir la religion catOlica, y a
una parte de la prensa derramando ideas altamente irre-
ligiosas y contrarias it la moral de los pueblos; que estos,
victimas de las revueltas y de la lucha que se hacian los
partidos, se hallaban desengaflados de que no podria es-
tablecerse un gobierno estable de órden, y c jue si se de-
jaba por algun tiempo mas marchar a la nacion por don—
de la dirigian los que empuñaban la nave del Estado,
caeria en el alismo de la anarquia y de la disolucion
social, de donde seria imposibie sacarla.
1827. El comandante general D. Ignacio Mora,
escuchO con la mayor atencion todo lo que ci sacerdote
expuso; y fingiendo dar oidos (t sus proposiciones, le citO
para otra entrevista, diciéudole que era preciso meditar
detenidameute, pues el asunto lo exigia asI por su impor-
tancia y gravedad. No ijien se despidiO ci padre Arenas
Reno de lisonjeras esperanzas, cuando el general Mora
puso en conocimniento del presidente y sus mninistros lo
que se le acahaba de comunicar. Reunid.os éstos en junta
para ver las providencias que seria conveniente tomar,
acordaron nombrar cuatro testigos que, ocul&tndose en
una pieza inmediata a donde se tuviese la segunda confe-
rencia, pudiesen escuchar las proposiciones del padre Are-
nas, y suministrasen las pruebas suficientes para la for-
macion de la causa. Al dia siguiente, 20 de Enero, se
presentO ci referido religioso en ci salon a que habia que-
dado citado ci dia anterior, y recibido por Mora con afa-
bilidad, le preguntO si estaba resuelto a fa'voreccr el plan
II
628 HISTORIA. DE MEJICO.
0
CAPITULO XI. 631
por el odio que profesaba it los españoles desde que mudO
de partido,> dice D. Lñcas Alainan, tquiso dirigir sus
golpes a mas altos personajes; y en la noche del 22 de
Marzo, diO Orden para prender a los generales Negrete y
Echvarri, haciendo que el prilnero fuese conducido al
castillo de Acapulco, y el segundo al de Perote.> Entre
tanto se iba siguiendo la causa contra los religiosos,
<'ernpleando para penetrar mejor sus secretos..,> dice el
mismo luistoriador antes mencionado, oel reproliado artifi-
cio de pouer en la prision en que estaba el padre Marti-
nez, a un oficial ilamado Velasco, que, fingiendose cOrn-
plice, sirviese de acusador. En todo esto intervenia el
ministro de justicia Ramos Arizpe. que tornO grande em-
peflo en que nada se omitiese para sacar al patibulo it los
reos.
Los dos religiosos Fray Joaquin Arenas y Fray Fran-
cisco Martinez fueron condenados it la pena capital. El
prilnero fuO fusilado cerca del bosque de Chapultepec, a
mano derecha del camino en que este tuerce para Tacu-
baya, tras del puente cjue alli hay, y el segundo, con su
desgraciado escribiente D. Manuel Segura, lo fn6 dentro
de la ciudad. La misma pena de muerte suf'rieron los pa-
dres Hidalgo y Torres, el religioso Amat y el seglar Da-
vid, vec.ino de Puebla, los cuales, coino he dicho, resul-
taron coinplicados en la conspiracion. El padre Fray
Francisco Martinez, muriO sin haber querido descubrir
quiOn fuese el verdadero comisionado regio en concepto
suyo; pero despues se supo que el individuo it quien cre-
yO enviado con aquel cariteter, fuO Don Eugenio Avira-
neta, español, que se habia introducido en la repiiblica
632 HISTORIA DE MEJICO.
el ünico medio que empleó, fué escribir eartas O. los quo Ins suscitaron. sobre
lo quo deben verse Ins Notas> a aquel docurnento pubUcada por Cabrera.
(1) <Ejecucion dejustici en eoviite4 j'bse el nombre deco-
To M o XI. ! \ 8()
RAFAEL GAGA GRMADO
HISTORIA. DR MEJICO.
El partido yorkino, alcanzado su primer objeto que ha-
lila sido el de separar de los empleos a los espafloles,
procurO exaltar las pasiones del pueblo contra todos los
individuos de la misina nacion radicados en el pals pre-
sentándoles como fomentadores de las revoluciones, con el
fin de quo se these una ley de expulsion contra ellos. En
presentarles corno perturbadores del Orden, lievaba Un
objeto politico; el de anicj uilar at partido escocés, a quien
se esforzaba sieinpre en hacerle aparecer como do acuer-
do en miras con los peninsulares. Un nimero crecido de
papeles sueltos, impresos en diversos establecimientos,
salian ñ luz con el objeto do excitar el odio de las masas
contra los espafloles y so hacian circular con profusion
por todos los barrios. El vuilgo, quo en todos los paises,
1827. no conoce la historia, y da crédito a los irn-
l)resos apasionados en quo sus autores han tenido el jute-
rés de desfigurarla, empezO a no ver en los naturales do
Espafia, establecidos en Méjico, mas quo hombres quo
atentaban contra la independencia, y en los hombres quo
gobernaron por tres siglos, otros tantos tiranos que ha—
bian tenido oprimido de cadenas at pueblo, cercado de es-
birros y sin permitirle siquiera exhalar una queja. La
manera con quo presentO at gobierno vireinal y a los es—
panoles el licenciado D. Ignacio Sepüi.veda en la oracion.
(1) Est-a' iinpresa la oracion patri5tica ci ue doy a conocer. en San Luis Po-
tosi. en la iinprenta del Estado en Palacio. a cargo de D. Ladislao VildOsoIa,
aflo (le 1827.
3G HISTORIA DE MEJICO.
(I) El general Tornel cree, que no hubo abierta lesion dejusticia respec-
to a los capitulados, que supolie residian en el pais por pura gracia.v Son pre-
cisamente los que tenian mayor derecho para permanecer en él, porque se le
daba el pacto expilcito que celebraron al rendir las armas.
646 HISTORIA DE ME.JICO.
(1) Don Lüeas Alarnan tenia, segun asegura on una nota de su obra Histo-
na de Mejic, varias cartas que Negrete le escribió desde Nueva-York y Bttr-
deos, que son uua prueba de la lealtad do sus sentimientos.
CAP!TIJLO xi. 649
gias eran Jos sitios en que Jos hombres politicos de uno y
otro bando, disponian Jos medios de hacer que sus ideas
se sobrepusieran a las de sus contrarios. El encarniza-
miento de Jos partidos habia liegado al mas alto grado, y
Jos pacificos pueblos veian con dolor salir de las logias
las negras nubes que se iban condensando en el horizonte
politico, amenazando una série de revoluciones sangrieu-
tas. Entre tanto, Jos numerosos millones de los empres-
titos iban desapareciendo sin que se hubiese dado paso
ninguno al arreglo de la hacienda. El partido escocés for-
mulaba con este motivo formidables cargos, censuran-
do la falta de tino con que se gastaba cuauto entraba en
las cajas del gobierno, pintando el desconcepto en quo
babia caido el crédito mejicano, siendo causa de que no
pudiesen coutratarse nuevos prestamos, cjue eran necesa-
rios para que la nacion pudiese marchar, sin obstáculo,
por el sendero de la prosperidad y del Orden. Todos estos
cargos iban dirigidos al ministro de hacienda D. José Ig-
nacio Esteva cjue se habia lisonjeado en la memoria quo
hizo al principio del ailo, de tener en las cajas püblicas,
despues de cubrir todos Jos gastos del gobierno, un so-
brante de medio millon de duros. Sus contrarios le acu-
saban del poco tino en el empleo de las cantidades que
salian del erario; y auncjue no le podian echar en cara
que tomase para si la mas leve suma, porque era hoiubre
verdaderamente de probidad, le criticaban el despilfarro
quo observaba. Convencido al fin D. Ignacio Esteva de quo
no le era posible salvar las dificultades que al ültimo se
le presentaban para atender al pago de todo, en el lamen-
table estado a que liabia venido A quedar el erario, hizo
T0MO Xl. 82
650 HISTORIA. DE MJ1CO.
(1) Hitorit tie Méjico y del general Antonio Lopez de Santa-Anna, desde
1821. hasta 1818.
ToMo XI. 83
ILIA
HISTORIA. DE MEJICO.
(1) El acta estaba firinada por los individuos que a continuacioii so expre-
san y en la siguiente forma.—Antonio Lopez do Santa-Anna.—Mayor general.
Francisco Arce.—Pedro Pantoja, comandante del fuerte Guerrero.—Coinan-
dante de artilleria. Ignacio Ortiz.—Coinandante do las COmpafifaS del prirnero
perinanerite. Jose Maria Boaitta.—Comandante del 5. 0 batallon. Jose A utonio
Heredia —Do la compafi ía de Tres Villas. I)omingo Huerta.—Jldefonso De!yudo,
coniandante de la escolta, empleado.—Del batallon do Jamultepec, Julian Goi-
zalez.—Del batallon de Tehuantepec, Francisco Ocanpo.—Joaqui'a (vialejo, CO-
manilante del activo do Oajaca.—Comandante do los cfvicos. Jfaniel Vazquez.
—Comandante. de Ia caballeriade Tehuantepec. AIarcelo Herrera. —Comundante
del escuadron del se-undo reginilento. Mariano Ariia.—Coniandante del es-
cuadron tie Orizaba. Francisco Tafert.—Josó Antonio JTejia, secretario.
CAPITULO XI. 65
lativo elegiria por presidente, observando lo dispuesto en
Ia Constitucion, al señor Pedraza que habia obtenido el
pilmero mayor de votos por las legislaturas de los Esta-
dos; tambien debia considerar que el go'bierno no debia
conflar mucho en que se resignara al fallo del nuevo con-
greso general, cuando no habia acatado la disposicion del
existente, que emanaba tambien de la voluntad nacional,
y que le habia ofrecido no aplicarle la pena capital Si en
determinado tiempo desistia de su 1)ronunciamiento, y se
presentaba a dar los descargos de su conducta. Además,
el caudillo de la revolucion pedia estar al frente de los
que eon ci militaban, sin que el gobierno pudiera em-
plearlos bajo las filas de otros jefes, y esto era quedar
con el poder para sublevarse cuando juzgase que lo debia
hacer. Cree el expresado escritor que <<los ofrecimientos
del general Santa-Anna fueron sineeros:., pero por pro-
funda que fuese su conviccion de que asi era, no debia
dejar de conocer que el gobierno tenia justos motivos para
terner que pensase de otra manera, guianclose por la con-
dueta que habia observado anteriormente. Por otra parte,
el gobierno sabia muy hien que la invasion que se anun-
ciaba no podia verificarse, en caso de que sucediera, sino
despues de haber transcurrido inuchos meses, como lo
sabia el mismo Santa-Anna, y debiO creer que era peli-
groso dejar A éste con todo su poder en cualquier punto
de la repiiblica, dejando en pie una revolucion que el
acta misma calificaba de asanta , justa y mas que nunca
necesaria.
1828. Viendo el general Santa—Anna que la
contestacion del general que le sitiaba era que no podia
tSG HISTORIA DE MEJICO.
In
xi.
CAPITCLO 697
no de millares de fainilias mejicauas, pues no habia en el
pals un solo coinerciante espanol O propietario que no estu-
viese casado con mejicana. Para dar a conocer se hec.ho
que todas las clases honradas de la nacion reprolaron, me
vaidré de las descripciones hechas por varios escritores
mejicanos que presenciaron los hechos, y que, justamente
indignados contra ellos, los han censurado, constituyén-
dose asi en ceo de los rectos sentimientos del uiicleo de
18,28. la nacion mejicana. Esas descripeiones hon-
ran A sus autores y al pals, pues revelan la indignacion
que produjo en ellos el aeto reprobable del saqueo. He
aqul como refiere este hecho el general D. José Maria
Tornel en su. apreciable 1?eseTha Ifi'. ((Mientras el
general Victoria atravesaba t caballo las calles de San
Francisco, numerosos gru.pos de insolente plebe forzaban
las puertas del Parian sin defensa alguna desde que el
general Filisola huyO con unos cuantos dragones con di-
reccion l Puebla. Entonces comenzO ci saqueo del edi-
ficio O llámase Bazar, que por mas de un siglo fuC ci em-
porio del comercio de Nueva-Espafla, y que, ann en su
estado de decadeucia, encerraba un valor en nurnerario y
en efectos, que se hace subir a la suma de dos y medio
millones de pesos.....El empeflo de azuzar al pueblo
contra los espafloles-europeos, habia producido sus efee-
tos,y como eran ellos los propietarios del mayor nimero
de cajones (1) del Parian, fcil fuO a. los iristigadores
marcarlo como botin de la innioral guerra de que era pre-
sa la infeliz ciudad. >
HISTORIA. DE MEJICO.
I
1.
.4 1 )
7 1 HISTORIA DE MEJICO.
7 2 HISTORIA DE MEJICO. -
(1) La proclama decia de esta manera: <So1dados: La furia de los mares nos
haarrojado a las playas de una nacion extranjera. privandonos de ceflir nues-
tras sienes con el laurel de la victoria; pero la palma civica adorna vuestras
cabezas, porque serenos é impavidos habeis sufrido todos los riesgos de una
espantosa muerte, probando al mundo que sois espafioles, dignos de este
nombre. La nacion que 08 acoge boy en su seno con una hospitalidad tan ge-
uerosa, cuenta con vuestra subordivaeion con vuestra disciplina y con vues-
tras virtudes, para creer que nunca ilegareis a coinprometer su iieutralidad:
O lo he prometido ast en vuestro nombre, y este es un acto de justicia quo us
724 HISTORIA DE MEJIco.
(1) El iapel en quo Barradas invitaba a los pueblos a quo acudiesen con los
-objetos que necesitaba, decia asi: Dios y rey.—Vecinos honrados; venimos do
paz, sotuos hermanos y cristianos como vosotros. Venid la playa con gallinas
y demás comestibles .. que se Os cornprará todo. Asimismo los caballos que p0-
HISTORIA DE MEJJ(O.
dais y algunas mulas que necesitaLnos, las que comprarernos en dinero al con-
tado. El comandante general que manda las tropas de vanguardia que esti'i. al
frente, es el brigadier Isidro I3arradas, clue viene por Ia primera vez, asi eorn
sus tropas, a este pals. Confiad en él que Os quiere y os tratará bien, segun
inanda el rey nuestro sefior.—Isidro liarralas.
CAPITtJLO XI. 727
tropaS mejicaflas, patentiza de una manera indubitable
que esa era la creencia general fuera del pals, y solo
asi se comprende que se hubiera enviado una fuerza, cu-
yo corto nümero apenas bastaria para guarnecer una o
dos poblaciones de la mortifera costa. La proclama a que.
me refiero, dedicada (L las tropas mejicanas, decia asi:
<<Despues de ocho años de ausencia, volveis por fin a ver
a vuestros compafleros, a cuyo lado peleasteis con tanto
- valor para sostener los legltimos derechos de vuestro au-
gusto y antiguo soberano el Sr. D. Fernando Vu. S. M.
sabe que vosotros no teneis la culpa de cuanto ha pasado
en ese reino, y se acuerda que le fuisteis fieles y constan-
tes. La traicion os vendiO a vosotros y a vuestros corupa-
fleros.
,,El rey nuestro señor manda que se olvide todo cuan-
to ha pasado, y que no se persiga a nadie. Vuestros corn-
pafleros de armas vienen animados de tan nobles deseos
y resueltos a no disparar un tiro, siempre que no les obli-
gue la necesidad.
1829. <Cuando serviais al rey nuestro seflor, es-
tabais bien uniformados. bien pagados y mejor alimenta-
dos: ese que Haman vuestro gobierno, os tiene desnudos,
sin rancho ni paga. Antes serviais bajo el imperio del
Orden para sostener vuestros hogares, la tranquilidad y
la religion: ahora sois el juguete de uuos cuantos jefes de
partido, que mueven las pasiones y arnotinan a los pue-
blos para eusaizar a un general, derribar un presidente y
sostener los asquerosos templos de los fracmasones yor-
kinos y escoceses. >
<<Las cajas de vuestro liamado gobierno están. vaclas
72 HIST)RIA DE MEJICO.
CAPITtLO XI. 72
herinanas, no poT esto estaba menos dispuesto a defender
la soberania de la nacion, cuya independencia habia pro-
clamado en Iguala. Además, por graves que fuesen los
males que sufria la sociedad por las revoluciones, liabia
fe en el remedio de ellas; se esperaba que al fin, se esta-
bleceria nfl buen gobierno cjue condujese a la nacion per el
sendero de la prosperidad; y sobre todo, como dice acertada-
mente el escritor mejicano D. Juan Suarez Navarro, <des-
pues de 1821 se habia operado una revolucion moral en los
espiritus, y durante ese periodo los mejicanos habian cam-S
biado no solo en sus aspiraciones y tendencias politicas,
sino aun en su carãcter.> <Esta -ran revoluciou,^> afla—
de, que todos veian, pero que no todos juzgaban de un
mismo modo, diO motivo a la invasion española, cuvo
gobierno tomO estos cambios como producidos por un ac-
cideiite. Dominados los soldados expedicionariQs por estas
preocupaciones, pensaron no encontrar resistencia en los
puntos que ocupasen .
A las cinco de la mañana del 27, el comandaute gene-
ral de marina D. Angel Laborde, comunicO las Ordenes
desde ci bergantin de guerra Cautico, para que todas las
falüas que desde la caida del sol del dia anterior estaban
atracadas en el cuartel general, saliesen para los traspor-
tes que a cada uno le estaba señalado. Las lanehas, lie-
nas de soldados se aproximaron a tierra cuanto les fué
posible, y a las seis de la mañana empezO el desembarco.
Los soldados, desnudándose y colocaudo la ropa y ci fusil
sobre ci hombro, se arrojaban al agua, y ayudandose con
las amarras de tierra unos, y otros auxiliados de sus corn-
pañeros, salian a la arenosa orilla, donde se vestian in-
ToMo XI. 92
JINTORIA DE MEJJCO.
(EA H GA GRANADUZ
3•4 HISTORIA DE MEJICO.
priruera seccion, compuesta del primer l)atallohi A las Or-
denes del teniente coronel, primer comandante D. Luis-
Antonio Freire, form aba la vanguardia; la segunda, corn-
puesta del segundo batallon, mandada por el coinandante
D. Juan Falomir, formaba el centro; y la tercera que la
componian seiscientos soldados, por faltarle los cuatrocien-
tos hombres que con su comandante D. Manuel de los
Santos Guzman, arrojO el temporal a las costas de Nueva-
Orleans, forinaha la retaguardia, mandada por el capitan
mas antiguo D. Juan Descallart, custodiando el pequeño
convoy con cajas de guerra, parte del almacen, caja de
fondos, algunas municiones de guerra y boca y dos boti-
quines. En el mismo dia y p' unnirne acuerdo de los
comandantes de mar y tierra, se dispuso que la escuadra
se hiciese a. la vela con objeto de hacer el crucero sobre
el puerto de Tampico y Veracruz, hasta que las circuns-
tancias no obligasen it variar de parecer.
iior comandante general D. Isidro Barradas que, autorizado por vuestro an-
gusto soberano y antiguo monarca, viene con el ramo tie oliva :1 ofreceros ha
paz y restituiros la antigua Ventura que liabeis perdido. Antes erais felices, y
disfrutabais todos los bienes terrenales, con in tirme esperanza do line en Ia
otra vida gozariais de la gloria en premio (le vuestra virtud; mas desde que ci
espiritu de impiedad vino a introducirse en vuestro suelo, no habeis tenido un
instante de reposo: guerras. pestes. robos. homicidios y cuantas plagas han
tornado asiento en esta moderna Egipto. han sido el castigo que el Redentor
del linaje humano Os ha enviado. Dios es grande. misericordioso, y está entre
nosotros: su piedad ha sido los votos cl ue , sin cesar, le he dirigido por vosotro.
Contiad en ml. y restituios al seno de la paz, bajo ci amparo del mejor de los
monarcas ci Sr. D. Fernando VII. y éi Os recibirá comb Ia tierna inadre recibo
en su regazo i su querido hijo. Cuarte] general en ]as playas de Jerez, a 28 de
Julio de 1529.—J"r. Diego Miguel BrSiyas.>
CAPfTULO xi. 1735
(1) Don Lorenzo Zavala que era eutonces ministro de hacieuth. da esta
fuerza C. Santa-Anna, en su obra <Ensayo histOrico:>> pero el esoritor P. Juan
Suarez Navarro, dice que se componia de mil setenta y cuatro hombres. El lee-
tor verlL Si Ic merece nias concepto ci primero, que era ministro del gobierno
ci segundo.
CAPITtLO XI. 743
gundo les colocaba en los cuarteles, esperando tranquilo
y conflado, con el candor de un nub, que el pals se pro-
nunciara por Fernando VII.
1829. Entre tanto, no solo el genei'al Don Felipe
de la Garza y D. Antonio Lopez de Santa-Anna acudie-
ron con sus tropas al lugar del peligro, sino que todos los
Estados, entre ellos el de Zacatecas, San Luis Potosi y
Méjico, se apresuraron a hacer lo misino. De suerte que
los que habian soñado en la adhesion de los hijos del pais
bácia la causa espaflola, se encontraron, de repente, cer-
caclos de enemigos, faltos de recursos, enfermos y sin
punto de retirada.
En el momento en que el gobierno reciljiO noticias oil-
ciales del desembarco de los españoles, el congreso auto-
rizO al presidente de la rep'Ib1ica mejicana Don Vicente
Guerrero, para que toniase cuantas providencias juzgase
necesarias para la conservacion de la independencia, del
sistema federal que regia el pals y de la tranquilidad pu-
blica, sin otra restriccion que la de no poder disponer de
la vida de los mejicanos, ni lanzarlos de la reptblica. (1)
En virtud do estas facultades extraordivarias que se le con-
cedieron, levantO inmediatarnente el destierro (L los genera-
los Barragan y D. Nicolas Bravo, asI como i todos los que
habian salido expulsos por el plan de Montaño, restitu-
yéndoles sus emplos, despojO a Echávarri y Negrete de sus
grados militares, quo, aunque desterrados, loss conserva-
ban para el goce de sus sneldos, y para cubrir el Estado
de Veracruz y atender a la defensa de la ciudad del mis-
(1) Al(-unos escritores han creido que quien estuvo encargado del mando
antes que Stnta-Anna fué D. Manuel Mier y Terán. y que habiéndose presen-
zado acjuel en ci teatro de la guerra despues de Terán, logró ser nombrado ge-
neral en jeté. En esto han sufrido esos escritores tin error, pites Santa-Anna
se hallaba va en Tupan el dia Ii de Agosto en que recibiO ci noiuhramiento,
y Terctn no lleg-i al teatro de los sucesos hasta el 15, come veremos despues.
CAPITCL() Xt. 749
inismo, niriguna influencia perjudicial ejercia sobre su
salud el clima abrasador en que estaban. En camhio, los
españoles, aCOSfUml)radOS a temperatura mas fria, caian
enfermos en considerable nümero, y cada dia se aurnen-
taba la surna de 'haj as de su corto ejército.
Mientras el brigadier Barradas veia disminuir visi-
blemente la cifra de sus soldados. las fuerzas mejicanas
hahian ido en considerable aumento, presentándose en el
teatro de la guerra numerosos batallones de tropas milicia-
nas y de algunos de linea que ocupaban todos los puntos
prOximos â Tampico. El general D. Manuel Mier y Terán
a quien, como tengo referido, habia enviado aviso del de-
sembarco de los españoles el general D. Felipe de la Garza,
invitándole a que tornase parte en la lucha contra los in-
vasores, se presentO en Altamira el dia 15 de Agosto, Ile-
no de ardiente afan por combatir en defensa de la patria.
La ilegada de Terán al campamento mejicano, fué de
suma importancia para las armas de la rep'(iblica. Born-.
bre de ciencia, de saber. de talento y de capacidad, dota-
do de rele'vantes prendas militares. profundo niatemãtico
y sabio ingeniero, reuniendo a una prudencia justa un
valor a toda prueba, sus conocimientos tenian que ser su-
mamente atiles en aquella campafla. El jefe 1). Felipe do
la Garza quiso entregarle el mando de su division, por
ser general activo: pero Terán rehusO admitirlo obstina-
darnente, y para manifestar que no le lle'vaba otro deseo
que el patriOtico de luchar por la honra nacional, se puso
a sus Ordenes, como si fuese su subalterno. Acto continuo
se puso D. Manuel Mier v Ter;in a dictar las mas acerta-
das disposiciones para fortificar algunos puntos de la ma-
750 HISTORIA DE MEJICO.
(1) El escri tor Inej icano D. Juan narcz Navarro, aunqiie no habla do esta
aecion ni do otras quo se (heron en esta carnpaña, st Ilega :1 indicarla. (Iiciendo
i n e <Garza on un encuentro con ellos> ' con los espafloles) cayd prisiojero, en-
trd en plaiticas eon el enemigo. y volvid su campamento corno si nada hubie-
ra ocurrido.' No teniendo sin duda el expresado escritor Sr. Navarro. noticia
do lo quo acontecid en la conversacion j ue Garza tuvo con Barradas. thee: 'El
comportamiento del general Garza est;i envuelto bajo ci velo (le mil COfljOtIi-
ras desfavorabies. El lector que estzlt instruido do lo que paso, po(lr:i juzgar
con mas I inparclali dad de la coiid act' orvada por ci general, a] scr hecho
prisionerO.
CAPITULO XI. 753
dicionarios., al brigadier mejicano Rojas, que tenja una di-
vision de doi mil hombres, inclusos doscientos soldados de
caballeria del 9.° de linea. Aunque las tropas de Rojas se
batieron con el notable valor que siempre mostraron los
mejicanos, la inferioridad de Ia disciplina en los cuerpos
inilicianos de que se componia la mayor parte de su gen-
te, tuvo que ceder el campo a la pericia del jefe contra-
rio. y se retiraron al rancho liamado El Ohocoy, dejando
sobre ci cainpo ochenta y dos muertos, veintidos heridos y
ciento treinta y tres prisioneros que, corno de costumbre,
fueron puestos en hhertad por Barradas.
1829. Con intermedio de rnuy pocos dias, esto
es, el 13 de Agosto se 'veriflcO otro reñido encuentro en ci
punto liamado Do7a Cectha, antes de que este hubiese si-
do fortificado por Terãn. El jefe de las fuerzas expedicio-
narias, cj ue ascendian a mil. doscientos hombres, era ci
coronel I). Luis Vazquez. Los mejicanos resitierou ci
ataque con notable denuedo; pero al fin, cedieron ci cam-
po a la ventaja de Ia disciplina de sus cont.rarios, dejando
sobre ci campo 29 muertos, 340 prisioneros que fueron
puestos en libertad, muchas armas, algunos bagajes y 57
lieridos, muchos de gravedad, entre ellos tres oficiales.
Tambien los espafloles tuvieron sensihies pordidas; entre
ellas Ia del teniente de la cuarta compañia, D. Alejandro
Cajiga, jOven valiente que muriO por su temerario arro-
jo; la del subteniente D. Manuel Blanco y cadete D. Ru-
fino Robles, que salieron heridos; la del soldado distin-
guido D. Juan Sol, y, por iltimo, la de los sargentos Se-
gundos Tartajada y Ramos, aunque no de gravedad.
Pero las ventajas alcanzadas en las aeciones referidas,
ToMo Xl. 95
HISTORIA DE MEJI(O.
(1) Estas noticias dcl ataqile dado (t Tampico ]as deho it los apuntes quc
me did en Méj leo el Sr. Iturria, coronel mejicano que se baUd en aquella cam-
paia y hombre suinamente vcraz, pues de este hecho no da porruenores ci dia-
rio manHserito dcl oficial expedicionario. porque se hallaba en Altainira con
Barradas.
CAPITULO XI.
I
CAPITULO XI.
con unos hombres
,e,,lt'S esi ii,€',iaa ciase (le coi tcs(a'/uites
con quienes no debemôs hacer otra cosa que lidiar, en es-
tas circunstancias. Jo ,lo he po/ulo elConhiai un sesgo
mas decoroso que el que apunto en mi contestacion, no
solo para negarine a la entrevista que me pidiO el gene-
ral espaflol, xio liacec ee que el gobirno mejicano
esta distante de entrar en transacciones con los enemigos
de la independencia. > (1)
vengar en un solo dia tantos ultrajes. haciendo victimas d los ijue osados co-
metieron tan injusta agresion.
Cumpliendo con tan caros como precos deberes, he bloqucado por todas
partes a V. S., le he cortado todo auxilio, he puesto zi cubierto las costas de
una nueva tentativa.yapenas puedo contener ci ardor de mis nunierosas divi-
siones, que se arrojarán sobre su campo sin dar cuartel a ninguno. si V. S. Pa-
ra evitar tan evidente des,-, racia, no se rinde a discrecion con la fuerza que
tiene en esa ciudad de Tampico de Tanioulipas a BUS inmediatas drdenes, y de
los pocos que guardan ci fortia de la barra, pertenecientes a sit- division, pa-
ra cuya resolucion le doy el perentorio término de cuarenta y ocho horas, el
cual pasado. acometeré a V. S. sin admitir mas parlainento, ni medio alguno
que retarde lajusta venganza que reclamael honor mejicano, de los ultrajes
que le han inferido sus invasores.
Dios y libertad. Cuartel general en Pueblo Viejo, Setiembre 8 de 19, a las.
ocho de la maflana.—Antonio Lopez de Santa-Ann4.—Sr. D. Isidro Barradas.
<.Es copia.—Jose Antonio .3lejia, secretario.
CAPITULO xi.
de estilo, suspendiéndose entre tanto todo género de hos-
tilidades, y dejándose franca la comunicacion entre este
punto con la barra. El portador de este oficio, es ci capi-
tan D. Mauricio Casteló.—Dios guarde a V. S. muchos
aios. Cuartel general de Tampico de Tamaulipas, S de
Setiembre de 1820.—Isidco Baiculas.—Sr. general Don
Antonio Lopez de Santa-Anna.
1829. Algun escritor ha calificado de ridIcula la
anterior cornunicacion del jefe espafiol, creyendo que la
daba como contestacion a la intimacion del general meji-
cano; pero en esto ha sufrido un error sensible. Ambas
notas, como he dicho, fueron escritas casi en los mismos
instantes, y se cruzaron, por decirlo asi, en ci camino, lie-
gando cada cual a su destino en unos mismos momentos.
Pero no es solo esto: la comunicacion de Barradas fué en-
viada en consecuencia de otros documentos que varios
dias antes habian mediado entre el y Santa-Anna, y clue,
sin duda, no tuvo presente el escritor a que me refiero,
pues no hace ni siquiera mencion de ellos: esos documen-
tos son las cartas que, en particular, se escribieron el 23
de Agosto, que tengo dadas ti conocer en páginas anterio-
res, en que Santa-Anna, en contestaeion a la entrevista
que solicitO tener con él D. Isidro Barradas, corno le ha-
bia prometido en Tampico cuando se viO colocado entre la
guarnicion de la plaza y la columna expedicionaria que
se presentO en su socorro, le decia: que <desde luego se
prestaria gustoso, como le ofreciO, a la entrevista que Ic
pedia; si por una nota que habia recibido del gobierno,
por <un extraordinario que le ilegO la noche anterior, no
se le hubiese prevenido que evitase las entrevistas en
74 HISTORIA DR MEJICO.
L
]) Las dos corn nicaciones anteriores. Integras. decian asi, empezandopor
la de Santa-Anna A l3arradas.
<Cuandorenijtf ; V. S. un oficio en que Ic intimaba se rindiese a diserecion.
respecto i que le tengo por todas partes hloqueado, para en su vez atacarlo eon
mis divisiones. sedientas de lidiar con los que ban osado invadir el territorio
sagrado de la repübliea. es entonces cuando liego ( mis manos su nota oficial
de hoy. que me fué cntregada por ci capitan D. Maurieio Castel6. y podria tal
vez dudar en la admision de to t i ne me propone, si no fuera por las ültimas ter-
minantes Ordenes que tie mi gohierno he recibido, ins cuales no permiten otra
alteriiativn (jUC (leStrUir A V. S. completamente por la fuerza de mis armas,
hasta no dejar tin solo individuo. U ohiigarle ( que ceda bajo tin término pe-
rentorio. entreg(uidose ft discrecion ft in generosidad mejicana, que no puede
V. S . tie modo aiguno dudar so comportarft cual siempre to ha heclio con ci
oldado iner.me y ci enemigo rendido. En tal virtd. pues, le adjunto el pliego -
it que me refiero. y cuyo contenido ratifico; esperando que V. S. eaiculando to
critico de su situacion. ceda at imperio de Ins circunstancias en que se mira,
eximléndose tie tin derramamiento tie sangre. que serti tan preciso como sen-
sible.
Entre tanto, lie ordeitado ft ]as divisiones cjue circundan ii V. S.. suspendan
las hostilidades per ci tiriuino que ciejo prefijado.
Dios y libertaci. Cuartel general en Pueblo 'Viejo, Setiembro 8 de 1 7429, ii las
once del dia.—i g io;io Lopez de &i,th-Anna.—Sr. brigadier Don Isidro liar-
radas.,
Es copia.—Josë •1nton.io Jiejkt. secretario.
sit rev. poique era y es Un deber liacerlo asI. V. S., sit gobierno y los pueblos
por donde ha transitado. no pueden quejarse con justicia de cjne haya cometi-
do la inns love estorsion. porque ha respetado las vidas y las propiedades do sus
liabitantes.
<<En vista de esto. V. S. es árhitro de elegir, 6 una transaccion con honor. 6
los efoctos de qiie es Capaz una division de valientes que dista roucho de lie-
gar al ostado qne V. S. lit supone 7 y que prefiere sobre todo sus virtudes miii-
tares.
El portador de esto pliego es el coronel D. José Miguel Salomon, por euyo
conducto aguardo la resolucion do V. S.
Diosgiuirde d V. S. muclios afios. Cuartel general tie Tampico de Tamanli-
pas. 9 de Set iembre do 129.—Jsi4ro lJarrada,c.—Sr. general D. Antonio Lopez
e Sarita-Anna.>
Es copia.—Josë Dasülcrio Aijofin, secretarie.
TOM0 XI. 98
uS HISTORIA. DE MEJ1CO.
—
y de ellas prevalido. Ic intiino nuevamente escoja entre rertdirse a la gencro-
sidad (10 los mejicanos, a tin tie quo volvieran otra vez i su patria natal coos
desgraciados quo comanda. 3 resignarse V. S. a una evidente catistrofe, quo
experimentará dentro de pocus lioras esa division. a pesar mio: peru quo mis
deheres mao preciosos me liaraii ejecutar.
<<En tal concepto. reitero pues a V. S. el contenido tie mi nota oticial de ayer,
recordandole cjue maüana ( las ocho tie ella se concluye ci armisticio en que he-
mos convenido. no habiendo tratado nada sobre el particular con el Sr. coronel
Salomon. respecto a su ninguna inision para este asunto, segun la nota citada
do V. S. do hoy. a que contesto.
Dios y libertad. Cuartel general en Pueblo Viejo, Setieiubre 9 do 129.—
Antonio Lope: de Santa-Anna.—Sr. brigadier D. Isidro Barradas.
Es copia.—Josd Antonio Jfejia, secretario.
his explicaciones verbales que se hicieron por ' y la junta (le señores ofi-
ciales yjefes iii coronel D. José Miguel Salomon, de garantir bajo su palabra
e honor estas tres bases prineipales en que so fundan todas las capitulacio-
nes, vuelve el mismo cororiel Salomon. acompailado del comandante D. Ful-
gencio Salas, jefe do la plana mayor. autorizados competentemente para quo
conferencien, arreglen y concluyan con V. S. O con ]as personas que se sirva
designar, un eonvenio bajo las bases de asegurar y respetar las vidas y propie-
dades, y honor militar de la division de mi inando, sin cuyas garantlas V. S.
puede conocer tan bien coino yo, que esta no puede presentarse a rendir sus
armas a discrecion.
Dios guarde a V. S. muchos afios. Cuartel general de Tampico de Tamauli-
pas, 10 de Setiembre de 1829.—Isidro Barradas.—Sr. D. Antonio Lopez de San-
ta-Anna. general en jefe de ]as tropas mejicanas.>
Es copia.—Josë Deside,io .1/felix. secretario.
7 8 HISTORIA DE MEJICO.
(1) Esta es Ia hora que tija ci coronel iuej icano D. Manuel Maria Itijrria que
mandaha Ia compafila de grana(leros. on los apuntes manuseritos que tiivo Ia
bondad de darine; y aiinquc ci escritor 1). J u;tn Suarez Navarro dice que el corn-
hate einpez6 :1 las dos de in tarde, no eabe duda en que sufri6 un error, puesto
que el misino asegura. poco antes. quo das aguas invadieron los terrenos don-
c.te campaban las tropas de in repItb1iea: quo <seis pi*s de altura tenia Ia
inundacion. V que <hasta in una del din 10 no rninorO in fuerza do los ele-
rnentos.> Pam (lue bajase. pues, el au-un, era preciso que transcurriese por 10
menos una horn: do inanera, que d ins dos do In tarde seria In horn en quo vol-
viesen al punto do Doña Cecilia los soldados quo se habian refugiado en el bos-
itte intnediato. No era tampoco posible que Santa-Anna. que tenia su cuartel
u-eneral en Pueblo Viejo. so tuoviose de tl hasta esa horn en quo empezaba
TOo XI. 9)
'S HISTORIA DE MEJICO.
(1) Este heeho lo refiere en sit diario man userito el oficial expedieionario,
(l u e precisatnente se hallaba en el fortin.
788 rnSTORIA. DE MEJICO.
(1) Por una equivocacion sufrida por el itnpresor que public6 una obra
mia. intitulada aEl Cap ; tan Rossi. so puso quo la fuerza arrojada por ci ten-
pornl a las costas de Nueva-Orleans. fué de cuatrocientos hombres. en yes de
poner trescientos. resultando de ap.iI que. en consecuencia, se dijese que fue-
ron dos mil seiscientos los expedicionarios cLue desembarcaron. habiendo sido
dos mil setecientos. No habiendo tenido presente ahora aquella equivocacion, v
lmabiendo itecho uso. por no ocurrir at diario manuserito. do to quo entonces
se asentO, se ha incurrido. at priiicipio. en la misma equivocacion quo Inc apre-
suro a savar.
(2) La capitulacion Integra deem de esta inanera:
En ci cuartel general de Pueblo Viejo de Tampico, (t los once dias del mes
de Setiembre de 19, reunidos los eiudadanos mayor general del ejército de
operaciones. coronel D. Pedro Laudero. el coronet de ingenieros José Ignacio
ToMo Xl. 100
794 HISTORLA. DE MEJICO.
Iberri. y ci de igual clase del tercer batallon permanent( , Jost Antonio Mejia.
facultados por parte del Excmo. Sr. general enjefe del ejército mejicano Don
Antonio Lopez de Santa-Anna. y los señores brigadier Don José Miguel Salo-
inon, y teniente coronel, jet(- tie la plana mayor. D. Fulgencio Salas. por par-
te del general de las tropas espaflolas invasoras de la Repüblica. D. Isidro Bar-
radas, y eangeados sus poderes respectivos para acordar los capitulos Z11 qua
debieron sujetarse los primeros y garantir los segundos, confornie las con-
testaciones oficiales que sobre ci particular han ocurrido. y convinieron:
a
Articulo 1. 0 Mañana las 9 de ella evacuarán ]as fuerzas españoias que en-
bren la barra. ci fort in ciue poseen. saliendo los oficiales con sus espadas, lag
a
tropas con sus arinas y tarnbor batiente a entregarlas la division inejicana.
lo mismo quo las cajas tie guerra, al mando del Exemo. Sr. ciudadano Manuel
de Mier y Terén. segundo general del ejército qua ocupa ci paso Ilainado tie
Doña Cecilia en ci antiguo cainino do Altamira: dicha tropa seguirá ;i la ciii-
dad 'le Tampico de las Tamaulipas. con sus oflciales que conservarári sos es
padas.
Art. 2.1 Pasado mañana. i la g seis do ella. saldrL toda Ia division del e.ne-
ral espafiol que ocupa Tampico cia Tamaulipas, en los mismos términos quo
(ltIe(lan indicados para la fuerza de la barra, y entregart las armas y cajas tie
guerra en el cuartel suhalterno tie Altamira, al inando del referitlo ciudadano
Mier y Ter(tn, conservando sus espadas los oficiales.
Art. 3." El ejército y la replblica inejicana garantizan (Ic Ia manera alas
soleinne la vida y propiedades particulares de todos los individuos do la divi-
sion invasora.
Art. 4.° La division espaflola se trasladará it Ia ciudad tie Vitoria. donde
permanecerá inientras se reembarca para la Habana.
Art. 5.° Se concede al general espafiol mande al puerto de la Habana uno
ó dos oficiales que soliciten los trasportes que dehen trasladar sit (i
aquel puerto.
Art. 6.1 Costearit ci general espaiiol la manutencion do sit division durante
sit en el pals, y del mismo modo serán tie sit los trasportes.
Art. 7." LOB enfermos y heridos que tenga la division espaflola imposibili-
tados de marchar, quedarán en la ciudaci de Tampico mientras Sc trasladen al
hospital inejicano. donde seritn asistidos it costa do la division espafiola. Ia
cual proporcio.nar.'t un cirujano y soldados y cabos que calcuic para quo que-
a
den su cuidado.
Art. 8.0 Se franquearitn it la division espailola los hagajes qua necesite
.
CAPITULO XI. 795
menoscabo de la honra niilitar de la division expediciona-
na, a cuyos individuos se garafltiZal)a la vida y sus propie-
dades, que es lo que habian solicitado, asienta equivocada-
mente, que '1os invasores tuvieron al fin pie acceder a.
las pretensiones de Santa-Anna.)> que habia dicho el dia
anterior a Barradas <'que no admitia mas capitulacion si-
no que se nindiera a. discrecion. Nada es mas fa.dil, por
mucho talento y buena fe que el escritor tenga, que equi-
pard su trasiacion t los puntos indicados. pagatido las cabalgaduras segun los
aiquileres que son corrientes en ci pals. y lo mismo se hard respeeto a vfveres.
Art. 9.° El toniente coronel jefe de la plana mayor de la division espafiola,
queda encargado del cumplimiento (IC la, capitulacion respecto de la tropa
que Sc lialla en la barra. para lo cual le franqueará el paso el general que
manda el punto de Dofia Cecilia.
Art. 10. El Excmo. Sr. general ciudadano Manuel Mier y Terimn nombrarii.
uii jefe y un otieial de su Estado mayor, para que facilite la expresada divi-
sion las provisiones. bagajes. direccioti. ;icuartelamiento y demás de lo que se
hace meitcion en los precedentes articulos.
\T convenidos en un todo en el presente acuerdo, lo firmaron los infrascri-
tos, en el cuartel general de Pueblo Viejo, a los 11 dias del mes de Setiembre
del atio de 1$2.—Pedro Landero.—José Ignacio lberria—José Antonio MejIa.
—José Miguel Saloinon.—Fulgencio Salas.—Rectiflco la antecedente capitu-
I flciofl. Antonio Lopez de Santa-Anna.—Recti fico la an tecedente capi tulacion'
Isidro Barr:uilas.
ARTT(t LOS A I)ICt()NA I.ES.
El
(1) Ia tengo man ifestado en la nota de la página 791 de este tomo, que fuê
una equivocacion poner que desembarcaron dos mil seiscientos, pues fuerorm
dos inil setecientos, y que los arrojados a ]as costas de Nueva-Orleans fueron
trescientos y no cuatrocientos.
CAPITtLO XT. 799
el general D. Manuel Mier y Terán en una comunicacion
enviada al ministro de la guerra, "'les castigo de una ma-
nera cruel.> En menos, pues, de dos meses habia pere-
cido, victirna del mortIfero china de las costas y de los
combates, una tercera parte exacta de los expediciona-
rios, lo cual pru.eba los horribles padecimientos que tuvie-
ron que soportar. (1)
(1) Esto sucede precisamente con la coin unicacion que env16 Barradas t
Santa-Anna ci dia 10 de Setiembre con el coronel Salomon y ci comandante
D. Fulgencio Salas. para que. en virtud de lo que verbalmente liabia ofrecido
al primero (IC estos cornisionados, se arreglase la capitulation. El Sr. Suarez
Navarro liace aparecer ese documento al hablar de los convenios celebrados ci
signiente din ii. intentando hacer creer que en in entrerista del 10, nada se
habia resuelto, por motivo de haber sobrevenido el huracan; y que, ci 11, fu(
enando en virtud de haber sido enviados de nitevo los comisionados, se celehrS
Ia capitumacion bajo ]as bases referidas. Peru ci Sr. Suarez Navarru no tuvo pr-
ToMo XI. 101
802 HISTORIA DE MEJICO.
Ir
El mérito contraido por el general mejicano D. Anto-
nio Lopez de Santa-Anna en esa campaña, fué grande.
Puede decirse que si éI provoco la invasion con el plan
proclarnado en Perote que dió p' resultado la expulsion,
tambien es cierto que, lieno de ardiente patriotismo, fué
el primero en volar al sitio del peligro para luchar Con
sus contrarios. Si en la direccion de la campafla no siem-
pre estuvo acertado y dejO de seguir los excelentes con-
sejos do su segundo el entendido general D. Manuel Mier
y Terán, siempre se batiO con valor, sielnpre tuvo en con-
tinua alarma al enemigo; y f ecundo en crear recursos
[1
sente, al asentar to expuesto, tjue si no se linbiese dado nun formal negativa r,
Jos cornisionados In mañana del 10. Hi éstos hull)jeraii marchado (t Sn campamen-
to sin alcanzar in proluesa de 'me se prolongaria ci armisticio hasta quo Se re-
solviese el punto. ni Santa-Anna hubiera dado el asalto it fortin de In barra de
noche, sin haberse vucito it toner conferencia ninguna duraitte todo ci din.
)tra de las equivocaciones en que inclirre ci expresado escritor. sin thida por-
.[ue no tuvo (L Ia vista ci duenmento cjue cita. es asentar que I3arradas. despues
(to apoderarse de 'l'uinpieo de Tamaulipas. dO <una pomposa proclaina anun-
ciatido at in undo qite ci pahel ion i bero volvin ii tremolar en ci vireinato tie
Nueva-Espafia. y quo ci monarca. su antiguo senor. habia reconquistado las
coioiiias.> Ni la proclama que alude ci Sr. Suarez Navarro fu dada por el
brigadier Barradas. ni cuntenia nun sula palabra de vireinato y de haber re-
conquistado ins colonias. La pruclama In did ci altuirante de in escuadra Don
Angel Laborde. al deeinlmrcar ]as tropas en Cabo-Rojo. y el lector. ii quien he
(lado a conocer esa proelnuin integra. en su lugar respectivo. hnbrt ViStO que
nada tiene de arrogante, y que no es nias que una de taiitas proclainas que
todos losjefes do todos los ejércitos dan sin inas objeto que ci de alentar a sits
soldados. Tarupoco se encuentra exactitud. y silo contrario i ella. en un par-
rafo en que dice que los expedicionarios usaron de arrogancia at saltar d tier-
ra.> El lector ha visto las pruelamas enviadas por Barradas a los pueblos ma-
uifestdudose benevoIentt asi coino ci iiamamiento que Itizo A los soldados me-
jicanos, y sabe por to nuisiuo que el ienguaje usado en ellas est iuuy lejos del
que supone el Sr. Suarez Navarro.
CAPITtLO XI. 803
aUfi donde parecia pie no existian, quito a. los expedicio-
narios toda esperanza de avanzar un paso mas del terreno
en que por itltimo se vieron precisados a. encerrarse. El
con su actividad, Terãn con su prudeucia, prevision y
saber, los oficiales con su intrepidez, los soldados con su
valor, y todos en fin con su patriotismo y constancia en
los trabajos, contribuyeron a. dar feliz cima a. la empresa
pie ci gobierno habia encomendado al priinero.